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NACIONALSOCIALISTA
El programa político del partido nazi (1923-1935)
PROFESORA GUÍA:
Sra. Blanca Prat
Julio, 21 de 2013
CONCEPCIÓN
INDICE
Resumen…………………………………………………………………………………..……3
Introducción……………………………………………………………………………….……4
La ideología nacionalsocialista…………………………………………….……………...….7
Conclusiones…………………………………………………………………………………..12
Bibliografía………………………………………………………………………….………….13
2
RESUMEN
3
INTRODUCCIÓN
Por último el imperialismo, con su extendida creencia sobre la superioridad racial del
hombre blanco por sobre los pueblos colonizados de color y su misión civilizatoria, tuvo
algún grado de influencia sobre las ideas nacionalsocialistas elaboradas por Hitler, lo
que se expresa, naturalmente, en el desprecio hacia los pueblos “inferiores”.
1
Nazi es la contracción de la palabra alemana Nazionalsozialist, de la cual deriva nazionalsozialismus de
la que deriva el vocablo “nacionalsocialismo”.
4
EL NACIONALSOCIALISMO Y EL CONTEXTO POLITICO ALEMAN
2
Evans, Richard, “Ascenso y Triunfo del Nazismo” en Alemania en Cabrera, Mercedes et al. Europa en
Crisis, 1919 – 1939, Editoriales Pablo Iglesias. Pág. 104.
5
políticos coligados que requerían los presidentes del Reichstag para conservar su
legitimidad y la estabilidad política.
3
Óp. Cit. p. 116.
6
LA IDEOLOGIA NACIONALSOCIALISTA
4
Parker, Robert. A., El Siglo XX: Europa, 1918 – 1945, Siglo XXI, Mexico, 2000, p. 244
7
socialistas (control estatal de la economía), a las que se oponían férreamente. Luego
del crecimiento político mencionado, la búsqueda de una propuesta económica
coherente y que generara grandes ilusiones tanto a empresarios y grandes
industriales, al mundo de las finanzas y la banca y lograra mantener la recién ganada
adhesión del mundo obrero urbano y rural, se plasmó en una suerte de
corporativismo gremial que fortaleciera a los “grupos intermedios” pero que
fomentara el crecimiento económico y la armonía social. Esta política económica se
llevaría efectivamente a cabo desde 1933 (bajo el ministerio de Schacht, el dictador
económico del régimen) con la “igualación” a que se sometieron importantes sectores
de la economía (como la de los Länder y de los sindicatos) y a la formación de
corporaciones como la de “Alimentación” o de la “Industria Alemana”. En suma, las
medidas adoptadas por Schacht tendieron a favorecer a los grandes empresarios, a
través de la congelación de los salarios y el control a que fue sujeta la masa laboral
obrera (sobre todo desde 1935). El “Nuevo Plan” (1934) apuntaba cada vez menos
hacia el anti capitalismo y se alejaba del modelo ideal autárquico que hubiera preferido
Hitler; este plan consistía en la bilateralización del comercio exterior, en la regulación
de limitaciones a la importación y en la planificación, fomento de las exportaciones, es
decir, se caracterizaba por la necesidad de apertura comercial y tendía más hacia el
proteccionismo. En definitiva, en esta primera fase, como señala Hildebrand “los
intereses de ésta (de la gran industria) coincidían en gran parte con los de Hitler y los
conservadores”5.
8
anhelados cambios rompiendo de manera rápida con lo que limitara este cambio. Se
asocia luego a que los nazis “eran ante todo una alternativa dinámica, carismática, bien
organizada a los partidos políticos a los que estos votantes imputaban la
responsabilidad del caos social, económico y político de los últimos años de la
Republica de Weimar”7; de esta manera, la revolución viene caracterizada por la
propuesta de una transformación total de la sociedad alemana, apelando al sacrificio y
a un fuerte sentido del deber. Esta forma de concebir el hecho revolucionario se
mantendría hasta bien avanzada la década del 30.
7
Evans, Richard, “Ascenso y Triunfo del Nazismo” en Alemania en Cabrera, Mercedes et al. Europa en
Crisis, 1919 – 1939, Editoriales Pablo Iglesias. Pág. 111
9
como tal, sino que más bien lograron adaptar convenientemente a sus fines políticos.
Los primeros indicios se encuentran en la obra de Hitler, Mein Kampf, y en ella se
culpa oportunamente a los judíos de muchos de los males más profundos que padecía
Alemania; pero este discurso no fue lo suficientemente atractivo para la población
hasta antes de 1933.
El antisemitismo abriga un gran odio racial y cultural hacia los judíos, fundado en
algunas teorías racistas que afirmaban la superioridad de la raza aria o germánica;
ligado a esto, está la teoría del “Espacio Vital” (Lebensraum) que buscaba la
conformación de una Gran Alemania a expensas del terriotiro de Europa Oriental. Sin
embargo, el antisemitismo se encuentra presente de algún modo en el “inconsciente
colectivo” alemán, y sobre todo de algunos grupos sociales más conservadores, y es
despertado a través del “boicot de los judíos” (1 de abril de 1933) dirigido contra
establecimientos comerciales regentados por ellos, y como indica Hildebrand “a partir
de ese momento se hizo patente el cariz antisemita de la filosofía de Hitler y del Estado
nazi, después del que NSDAP se hubiese abstenido, durante los últimos años de la
República de Weimar, de atacar a los judíos…”8; desde entonces, se iniciaría una
persecución permanente y que tendría su punto culminante con el exterminio en los
campos de concentración y el Holocausto. Luego, en 1935, se trasparentaron las
verdaderas intenciones del Estado en este sentido, con las Leyes de Nuremberg o la
“ley para la protección de la sangre y el honor alemán” que tenían por objeto el quitar a
los judíos su derecho de ciudadanía, entre otros. En resumen, “el comportamiento de
los nazis hacia los judíos suscitaba recelos entre la población, pero al mismo tiempo, el
antisemitismo gozaba de cierta popularidad”9 lo que indica el apoyo tácito de una parte
de la población sea por coacción (terrorismo de Estado de la SA) o por fidelidad con
este aspecto de la ideología.
8
Hildebrand, Klaus: El Tercer Reich, Cátedra, Madrid, 1988, p. 19
9
Ibidem, p. 20
10
en la forma en que dicho gobierno debía ser ejercido; para los primeros, la opción
democrática y republicana era posible, para los segundos, sólo era válida la posibilidad
de una dictadura. La primera expresión de este carácter se encuentra en la serie de
normas de 1933 que propendían a fortalecer la posición como canciller de Hitler como
la “ley de plenos poderes” o el “decreto para la salvaguarda del pueblo y del Estado”,
que en resumen, otorgaban el poder de legislar sin la intervención del Reichstag y del
Consejo de Estado. Luego, las concesiones más o menos voluntarias que los
diferentes partidos políticos hicieron supuestamente ayudarían a colaborar con el
gobierno nazi, con la esperanza de conservar la legalidad y la constitucionalidad, pero
como señala Hildebrand “les faltaba la experiencia necesaria para saber que frente a
un régimen totalitario no cabe la colaboración; solo es posible el sometimiento o la
resistencia”10. La dictadura nazi se consolidó más tarde con la supresión de probables
opositores a nivel interno (“golpe de Rohm” en 1934) y con el férreo control ejercido
sobre prácticamente todos los sectores de la sociedad alemana, mediante los más
diversos medios.
10
Ibidem, p. 17
11
CONCLUSIONES
En definitiva, sin una ideología que considerara estos elementos, los nazis no habrían
podio conquistar el poder total y expandirse militarmente fuera de Alemania, por lo que
no puede despreciarse el aporte que estos principios e ideas desempeñaron en la
política llevada a cabo por los nacionalsocialistas.
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REFERENCIAS
I. FUENTES
HITLER, ADOLF
II. BIBLIOGRAFÍA
PARKER, Robert. A., El Siglo XX: Europa, 1918 – 1945, Siglo XXI, Mexico,
2000.
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