Dios no es Humano

PREFÁCIO
Introducción al lector

Antes de entrar en los temas que quiero presentar en estos

apuntes, me es necesario poder establecer una plataforma en donde
posicionarnos y desde ese lugar explicar algunos principios del reino
de los cielos. Esta plataforma será el lugar a donde siempre
volveremos, será el “hilo conductor” de esta ponencia.

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 Dios no es Humano

CAPITULO 1
EL ORIGEN, LA LUZ.

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 Dios no es Humano

tinieblas, noche. Y vino la noche, y llegó la mañana: ése fue el primer

día.

En el principio de la existencia de la vida, todo era un “CAOS”. Es

interesante la definición de la palabra caos, la RAE la define como:
- Desorden o confusión absolutos.
- Estado originario y confuso de la materia que se supone anterior a la
ordenación del universo.
Si nos ponemos finos a la hora de hablar de la creación, podemos
ver que la existencia de la LUZ, es a causa del caos, es decir por causa
de que había caos en la tierra, Dios toma la decisión de poner Luz; lo
Todos sabemos acerca del origen de este mundo. Leemos en el que nos lleva a entender que donde no hay luz, hay caos. La existencia
libro de Génesis la maravillosa creación de nuestro Dios, el verdadero, de que haya caos o desorden en algún lugar, se debe simplemente a la
y somos conscientes que todo fue hecho por él y para él. NO PRESENCIA DE LA LUZ; entonces cualquier lugar que no tenga
“… En el principio creó Dios los cielos y la tierra…” “LUZ”, será, inevitablemente considerado como un lugar de CAOS.
Hay que ser sinceros y saber que la Iglesia de Cristo, no está Cuando Dios pone sobre la escena a la LUZ, no toma la postura de
posicionada en el lugar que debería. Sabemos que los planes de Dios comenzar a ordenar el “caos”, sino que las cosas comienzan a
están por encima de lo que pedimos y hasta entendemos (Efesios 3.20), acomodarse y ordenarse simplemente por estar en “presencia de la
y por esto tendemos que una (de varias) de las causas que detienen el Luz”. En ningún lugar dice que Dios se tomó la labor de ponerse a
crecimiento de la iglesia de Jesucristo es la falta de entendimiento a la ordenar la tierra que antes estaba en caos, sino que cuando hay Luz,
hora de comenzar; ya sean proyectos, etapas, relaciones, grupos de las cosas comienzan a acomodarse a fin de alinearse a la voluntad de
trabajo, etc. Pero todo es diferente cuando nos sumergimos en los la LUZ, que es: exponer el caos y generar orden. La LUZ trae acomodo
modos de Dios y se entendemos que hay formas de comenzar las cosas y orden a cada cosa que hagamos o emprendamos. La LUZ ubica,
y es a través del modelo de Dios. ordena, acomoda y revela.
También debemos entender lo que es “LA LUZ” y Según el
GENESIS 1.1 Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra. 2 La diccionario, Luz es: Energía que hace visible todo lo que nos rodea.
tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de La luz expone visiblemente todo lo que está a nuestro alrededor
Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas. 3 Y dijo Dios: ¡Que de manera tal que podemos ver lo que está bien o está mal.
exista la luz!   Y la luz llegó a existir.4 Dios consideró que la luz era Llevado a un ejemplo práctico, si nos situamos en una habitación
buena y la separó de las tinieblas. 5 A la luz la llamó día, y a las cuyo orden de las cosas (mesa, sillas, sillones, paredes, etc.) nosotros

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no conocemos, y no hay luz en aquel lugar, por más que las cosas
estén en un lugar correcto, la ausencia de luz hará que para nosotros
estén en desorden o caos, no por las cosas en sí, sino por la no
visibilidad nuestra. Así mismo pasa en las vidas de aquellos que no
tienen a Cristo en sus vidas, que al no tenerlo como señor y salvador,
las cosas que acontecen en el mundo, lo que los rodea, sus modos de
ver y accionar, lo que ven reflejado en el mundo, y demás cosas, todo
está basado en un desorden.
Dios supo que la tierra estaba desordenada no cuando tuvo luz
para poder ver el desorden, sino que al no haber LUZ, al no estar
Cristo presente, indudablemente, iba a haber desorden, caos.
La palabra de Dios nos habla de la Luz en el evangelio de Juan:
Juan 1.1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el
Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas
por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4
 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Juan 8:12 Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del
mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida.
Juan 9:5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.
Teniendo un poco de revelación a cerca de esto, tenemos que
decir entonces que cuando Dios creo los cielos y la tierra, y supo que
estaba desordenada, fue porque no estaba la presencia de CRISTO en
ella. Entonces podemos decir que cada lugar que no tenga la
presencia de CRISTO, no tendrá LUZ y, entonces, será un lugar de
CAOS. (Damos por entendido entonces que la Luz es Cristo, y esto lo vemos
más claramente en el evangelio de Juan en todo el capítulo 1)
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Dios no es Humano
Al entender que Cristo es quien da ORDEN a las cosas, vamos a
poder comprender la necesidad que tenía Dios al poner en escena a
Cristo, a la Luz, antes de crear cualquier otra cosa en la tierra.
Volvamos a Juan 1.4 donde dice: “En él estaba la vida, y la vida
era la luz de los hombres”, esta Luz, que sabemos que es la persona de
Cristo, es lo que le da vida a la humanidad, por lo cual, entendemos
que si una persona no tiene a Cristo en su vida, no tiene a la Luz, por lo
tanto, esa persona divaga en un caos constante.
Ahora bien, en Mateo 5.14 leemos: “…Ustedes son la luz del
mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar…”
Si Cristo está en nosotros, nuestra tarea es llevar luz a cada lugar,
hogar, familia, persona. Somos como una ciudad en un monte, y
queramos o no, los que portamos la Luz, no nos podemos esconder.
Cuando Dios comenzó la creación, en el primer día, y lo primero
que hizo, fue traer a CRISTO a escena, porque todo es por medio de él
y para él.
Colosenses 1:16  porque por medio de él fueron creadas todas las
cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos,
poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de
él y para él.
TODO COMIENZA CON CRISTO. Sin él, no hay nada. Él es el
principio y el fin, el Alfa y la Omega. Y todo lo que haya en la tierra es
por él y para él. Tu vida es por él y para él. Tus hijos son por él y para
él, tu trabajo, tu matrimonio, tu salario, tus sueños, tus deseos, tus
bienes, TODO ES POR ÉL Y PARA ÉL.

Cuando entendemos que todo lo que tenemos tiene como
finalidad la manifestación de Cristo, recién ahí vamos a poder
comprender y ser parte de los misterios que el Padre guardo para sus
hijos. Hilando con el principio de este capítulo, el modelo de Dios para
todo comienzo fue poner antes que cualquier otra cosa a Cristo en
escena. Donde no está Cristo, es imposible que haya orden, por ende,
tampoco Dios estará en aquel lugar. Dios es omnipresente, Él tiene la
potestad de estar en todo lugar donde quiera, pero que tenga esa
facultad, no quiere decir que habite allí, pues Él sólo habita en medio
de la alabanza de su pueblo (Salmos 22.3)
Hay una extraordinaria relación entre Dios y su Hijo, ya que Dios
Padre para poder crear, necesita la presencia de su Hijo en aquel
lugar. Dios crea por medio de Cristo.
En este punto podemos descubrir y entender varias cosas.
Primero debemos observar que la Biblia relata que quien tiene el
poder para operar en milagros (por ejemplo) es Dios, o sea, quien
tiene esa facultad es Dios no Jesús; pero Dios necesita de un hijo para
poder manifestar eso. Cuando recibimos el espíritu de adopción, nos
convertimos en hijos del Padre de todos los espíritus, y ahí cobramos
la misma responsabilidad de Jesucristo para con la tierra. Por esto es
que la tierra no está esperando los milagros de Dios, sino que “…el
anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los
hijos de Dios” (Rom 8.19).
Así mismo, es necesario saber que Dios no tiene la facultad de
llenarlo todo, sino que es Cristo. Él es la plenitud que todo lo llena en
todo (según Efesios 1.22-23).
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Dios no es Humano
Pudiendo tener un poco más claros estos conceptos, hay que tener
la mente lista para programarnos de que todo lo que hagamos, sea por
Cristo y para Cristo, desde el mínimo detalle hasta el mayor. Porque
cuando hacemos las cosas por y para él, la LUZ llega a nuestras vidas,
y si llega a nuestras vidas también llegará a nuestras casas y cuando
nuestros hogares estén dentro de la Luz de Cristo, terminaremos
alumbrando a toda una ciudad. Cuando está la LUZ en nosotros, nos
convertimos en LUZ y si somos y portamos la LUZ de CRISTO, todo lo
que haya a nuestro alrededor comenzará a ordenarse. Entonces las
familias comenzarán a tener LUZ, cada hogar será un lugar de Luz”, y
mientras más luz haya, más orden habrá en los barrios y en las
ciudades.
Fuimos llamados a ser luz y a alumbrar. No a escondernos dentro
de una caja.
Mateo 5.14-16 “…Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo
alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara
para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para
que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz
delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de
ustedes y alaben al Padre que está en el cielo…”
LA LUZ LO EXPONE Y ORDENA TODO
El vivir en Cristo, viviendo en la Luz, nos posiciona en un lugar en
donde tenemos (podríamos decir) la obligación de alumbrar, tanto a
nuestras vidas, como a todo lo que nos rodea, y aun así, la calidad de
la iluminación será en relación a la revelación de la Luz que tengamos.
Para todo hay dimensiones, mayores y menores. Hay amores mayores

y menores, como Juan para Jesús, quien era (por sobre los demás) el
discípulo amado (Juan 21.20)
Si nos situamos en una habitación, nuevamente, y prendemos
una vela, podremos ver de acuerdo a la potencia de la llama de dicha
vela; diferente sería si en vez de una vela, lo que alumbrara fuera una
lámpara, o un reflector, y aún mayor si nos exponemos al sol. Es
evidente que mientras mayor sea la potencia de la luz, mayor
iluminación de todo habrá.
Es imposible que queramos tener una vida ordenada, si no nos
situamos en Cristo, y vivimos como Dios nos pide y demanda. Hay
muchas personas que más allá de tener a Cristo en sus vidas, tienen
áreas en desorden, y esto es porque la llama de la Luz que portan es
muy pequeña, y no logran poder traer orden a toda su vida o familia,
o congregación.
Poder vivir en la Luz (en Cristo) no es simplemente una cuestión
de hacer la “oración de fe” (cosa que dicho sea de paso, no hay
registros Bíblicos de la existencia de dicha oración para poder ser
“cristiano”), sino que es tener una vida en orden. El libro de profeta
Isaías 29.13 nos aclara esto: “Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo
se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón
está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de
hombres que les ha sido enseñado”
Innumerable es la cantidad de personas que viven a Dios desde
sus labios para afuera, pero cuánto cuesta poder alinearse al
propósito de Dios. Es duro, pero hay que ser honestos con nosotros
mismos, y aceptar que si Cristo es la Luz, y cuando hay luz todo se
ordena, deberíamos de tener nuestras vidas en total orden, pero en
algunos casos, eso parece utópico. Si hay desorden en la relación
padres-hijos de una familia, eso es por ausencia de Cristo como centro
de ese hogar. Si hay desorden en la economía de una persona, es
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porque la Luz de Cristo todavía no tuvo acceso completo y no llegó a
ser el sustento económico de esa vida. Si hay caos o desorden en la
vida y/o estructura de una congregación, es simplemente por lo que
leímos en Isaías 29.13, congregaciones que cantan lindo, predican aún
mejor, pero Cristo no es realmente el centro.
Necesitamos ser conscientes de esto, y pedirle al señor que nos
muestre el camino, la forma para poder traer LUZ a cada rincón de
nuestras vidas, familias y congregaciones.
Ojo, esto nos expone a todos, aun a nosotros mismos. Realmente
tenemos a Cristo como centro de nuestras vidas, familias y
congregaciones, o es puro palabrerío; porque el tener a Cristo no nos
exime de tener pruebas o aflicciones, pero sí de saber que todas esas
cosas que vivimos vienen de parte de Dios para formarnos en el
carácter y llevarnos a un nuevo nivel de Gloria; si leyó bien, muchas de
las tribulaciones, pruebas o aflicciones vienen de parte de Dios, pero a
esto lo explicaremos mejor en el capítulo seis.
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Marcos 4.22 dice: “Porque no hay nada oculto que no haya de ser
manifestado; ni escondido, que no haya de salir a luz”. Y eso es en lo
que debemos trabajar en estos días, para que todo mal que esté
escondido pueda salir a la luz, quede expuesto y podamos tomar las
decisiones correctas para que todo se ordene.
El caos es generado por las tinieblas y ellas saben del poder que
hay en la luz de Cristo, por eso dice en 2 Corintios 4.4 “en los cuales el
dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no
les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la
imagen de Dios”
En lo primero que van a estar trabajando las tinieblas en la vida
de una persona es justamente eso, que la luz de Cristo no alumbre

sobre las vidas de los hombres, y la forma de hacerlo es a través de la
mente, por eso es que “cegó el entendimiento”. La ceguera es
justamente lo contrario al ver, y uno ve cuando hay luz.
El vivir en tinieblas, es decir, en caos y desorden, es una cuestión
mental, y también espiritual.
Hay que saber que no siempre van a ser visible estos hechos a
nuestros ojos. Muchas veces estamos rodeados de personas que son
buenas, que nos dan buenos consejos, son amables y nos hablan
lindo, pero que esas cosas estén en una persona, no significa que esta
persona esté en Luz y sea de edificación para nuestras vidas.
Efesios 4.14 habla bien claro acerca de esto cuando dice: “para
que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo
viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar
emplean con astucia las artimañas del error”
La versión NTV lo relata de la siguiente manera:
“entonces ya no seremos inmaduros como los niños. No seremos
arrastrados de un lado a otro ni empujados por cualquier corriente de
nuevas enseñanzas. No nos dejaremos llevar por personas que
intenten engañarnos con mentiras tan hábiles que parezcan la
verdad”
Es así que muchas veces estamos rodeados por personas que no
basta con llamarse “Cristianos” o “evangélicos”, sino que todo eso
debe estar acompañado por una vida de frutos, y los frutos no se
hablan, se ven. Por eso es que debería haber en nosotros tal hambre
por la presencia de Dios para que alumbre toda nuestra vida y nos
acomode por completo, tanto en las relaciones, como en las finanzas,
la salud, la congregación, la familia y cada área de nuestras vidas.
¿Saben cuántas relaciones frustradas hay dentro de las iglesias por
falta de Luz, es decir, por falta de Cristo? Y no es que Cristo no esté en
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las vidas de esas personas, sino que no le permiten que la Luz de Él les
muestre el panorama completo.
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Hay veces que estando en Cristo, no vemos el panorama
completo, y permítanme darles un último ejemplo:
2 Samuel 12 El Señor envió a Natán para que hablara con David.
Cuando se presentó ante David, le dijo: Dos hombres vivían en un
pueblo. El uno era rico, y el otro pobre. 2 El rico tenía muchísimas
ovejas y vacas; 3 en cambio, el pobre no tenía más que una sola
ovejita que él mismo había comprado y criado. La ovejita creció con él
y con sus hijos: comía de su plato, bebía de su vaso y dormía en su
regazo. Era para ese hombre como su propia hija. 4 Pero sucedió que
un viajero llegó de visita a casa del hombre rico y, como este no quería
matar ninguna de sus propias ovejas o vacas para darle de comer al
huésped, le quitó al hombre pobre su única ovejita. 5 Tan grande fue
el enojo de David contra aquel hombre, que le respondió a Natán:
¡Tan cierto como que el Señor vive, que quien hizo esto merece la
muerte! 6 ¿Cómo pudo hacer algo tan ruin? ¡Ahora pagará cuatro
veces el valor de la oveja! Entonces Natán le dijo a David: ¡Tú eres ese
hombre! Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre
Israel, y te libré del poder de Saúl. 8 Te di el palacio de tu amo, y puse
sus mujeres en tus brazos. También te permití gobernar a Israel y a
Judá. Y por si esto hubiera sido poco, te habría dado mucho
más. 9 ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra
del Señor haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita
para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los
amonitas! 10 Por eso la espada jamás se apartará de tu familia, pues
me despreciaste al tomar la esposa de Urías el hitita para hacerla tu
mujer”. »Pues bien, así dice el Señor: “Yo haré que el desastre que
mereces surja de tu propia familia, y ante tus propios ojos tomaré a

tus mujeres y se las daré a otro, el cual se acostará con ellas en pleno
día. 12 Lo que tú hiciste a escondidas, yo lo haré a plena luz, a la vista
de todo Israel”». ¡He pecado contra el Señor! —reconoció David ante
Natán. El Señor ha perdonado ya tu pecado, y no morirás —contestó
Natán—. 14 Sin embargo, tu hijo sí morirá, pues con tus acciones has
ofendido al Señor.
No podemos decir que David no tenía la Luz, si la Biblia lo
posiciona como aquel que tenía el corazón conforme al de Dios, sin
embargo, en un momento de su vida, la Luz que tenía no le alcanzó
para ver lo que estaba haciendo, y necesito la Luz de otro para que le
mostrara el camino. David sabía que algo mal había en él, porque dijo:
“mientras callé, envejecieron mis huesos” (Salmos 32.3) pero cuando
recibió la Luz que le dio el profeta Natán ahí recién él confiesa su
pecado (2 Samuel 12.13 / Salmos 32.5), por eso saber que estamos
errados, pero no tener la Luz para arrepentirnos, es lo mismo que
nada.
El asunto de la Luz de Cristo es muy amplio y complejo a la vez,
podríamos estar días enteros hablando de la Luz y sus efectos. Uno de
los versículos que más me impacto al hablar de la Luz es el que
encontramos en Proverbios 20.20 “Al que maldice a su padre o a su
madre, Se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa”. Este texto
me estremece profundamente. ¿Cómo puede uno perder la Luz de
Cristo en su vida? Uno de esos ejemplos es maldiciendo a los padres.
La honra a los padres, tanto biológicos como los puestos por Dios,
debe ser una PRIORIDAD en nuestras vidas.
Quiero cerrar este punto con los siguientes textos que de alguna
manera resumen todo lo hablado hasta ahora:
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MATEO 4.16 Rv1960“Y a los asentados en región de sombra de
muerte, Luz les resplandeció.” (Notemos que la palabra Luz está con
mayúsculas, eso quiere decir que habla de una persona, o sea de Cristo).
LUCAS 11.34/6 “Tu ojo es una lámpara que da luz a tu cuerpo.
Cuando tu ojo es bueno, todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando
tu ojo es malo, tu cuerpo está lleno de oscuridad.35 Asegúrate de que
la luz que crees tener no sea en realidad oscuridad.  36 Si estás lleno de
luz, sin rincones oscuros, entonces toda tu vida será radiante, como si
un reflector te llenara con su luz”
HECHOS 13.47 “Pues el Señor nos dio este mandato cuando dijo:
Yo te he hecho luz para los gentiles, a fin de llevar salvación a los
rincones más lejanos de la tierra”
1 SAN JUAN 1.7 “Si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz,
entonces tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús, su
Hijo, nos limpia de todo pecado”.
Cristo es Luz, en él no hay oscuridad, en él todo es claro, no hay
dudas. La vida del justo es como la Luz de la aurora, que va en
aumento (Prov. 18)
Vivir en la Luz de Cristo es una determinación. No se vive por
emociones, por corazonadas, por entusiasmos, sino por
DETERMINACIONES.
La biblia misma lo establece en Job 22.28 “determinaras
asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá
luz”

LAS DIMENSIONES DE LA LUZ
Cuando nos referimos a la Luz, hablando estrictamente de Cristo,
damos por entendido que hay dimensiones como ya hemos
mencionado el ejemplo de Jesús para con Juan, quien era su discípulo
amado. El hecho de que haya dimensiones para el amor, no es que a
unos ama más que a otros, sino que en las dimensiones del amor,
hablamos también de la intimidad, de secretos y de misterios, por
ende, entendemos que Jesús tenía una mayor confianza en Juan, lo
cual lo hizo partícipe de secretos y misterios que los otros discípulos
no pudieron saber o entender. Sin intentar detenernos en el tema, les
dejo unos textos donde podemos encontrar en la Biblia a cerca de
esto:
Juan 1.1 Rv1960 “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios. 2 Este era en el principio con Dios. 3 Todas
las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho,
fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”
El Evangelio de Juan es el único de todos que habla de Jesús, de
Cristo, antes de que el naciera. Mateo escribe sobre la genealogía,
Marcos comienza desde el ministerio de Jesús, sin hablar de su vida
anterior, Lucas hace una recopilación histórica de los hechos
ordenados cronológicamente, pero Juan habla de Cristo persona,
desde el principio de los tiempos, es que Juan vio y entendió cosas
que otros no pudieron, esos secretos y misterios que tuvo Juan son
extraordinarios, y sólo pudieron revelarse a él en lo íntimo, en lo
secreto, en el entendimiento de los misterios.
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Dios no es Humano
JUAN 3.16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha
dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se
pierda, mas tenga vida eterna.”
Uno de los textos más conocidos por todos, y es solamente Juan
quien hace mención a que Jesús está en esta tierra por envío de Dios,
solamente Juan relata aquel encuentro con Nicodemo, en donde
habla del nuevo nacimiento.
JUAN 13.22  “Los discípulos se miraron unos a otros sin saber a
cuál se refería Jesús. 23 El discípulo a quien Jesús amaba estaba
sentado a la mesa a su lado. 24 Simón Pedro le hizo señas para que le
preguntara a quién se refería. 25 Entonces, ese discípulo se inclinó
hacia Jesús y le preguntó.”
Miren si Juan era más íntimo que todos, que: primero, estaba
recostado en el pecho del maestro, y segundo, hasta Pedro sabía que
Juan era “especial” que le pide a él (a Juan) que le pregunte al
maestro, porque si a alguien Jesús le tenía confianza, ese era a Juan. Si
leemos los cuatro evangelios, en el de Juan encontraremos detalles de
cosas que en otros no.
Un último ejemplo (aunque hay muchos más):
JUAN 19.25  “Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la
hermana de su madre, María mujer de Cleofás, y María Magdalena.
26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que
estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.”
En el último momento de su muerte, el único discípulo que quedó
con él, fue a quien él amaba, es decir, Juan.

Porque hago mención de todos estos ejemplos de Juan, porque
nos es necesario entender las dimensiones que hay en los asuntos de
Dios y de su Reino. Para poder entender los misterios y los secretos de
Dios, no nos basta con simplemente haber hecho la “oración de fe”,
sino que se debe entrar en intimidad con Dios, en lectura de su
palabra, y allí en las profundidades de su presencia, tener el
entendimiento del funcionamiento del Reino de los Cielos.
Así como el amor tiene sus dimensiones, también lo tiene la Luz, y
esto se refiere al entendimiento de la palabra de Dios. Cristo es la Luz,
pero esa Luz necesita ser cada vez más entendida, porque no es algo
visible, sino invisible, y para comprenderla cada vez más, es necesario
poder ver menos con los ojos humanos, y cada vez tener más apretura
de ojos espirituales.
Un claro ejemplo de esto lo encontramos en la figura del
Tabernáculo. Cuando empezamos a examinar el Tabernáculo con
entendimiento, cada vez podremos descubrir más misterios sobre la
palabra de Dios.
El tabernáculo de Dios nos habla de la estructura de la iglesia
como figura, el tabernáculo habla de las posiciones que tenemos
dentro del cuerpo, que lugar ocupamos y donde estamos en sentido
de entendimiento. En pocas palabras, el Tabernáculo nos ubica, nos
juzga sobre nuestra posición.
Sabemos que el tabernáculo constaba de tres sectores, el Atrio, el
lugar Santo y el lugar Santísimo. Estos tres lugares no eran iguales, ni
en contenido interior ni exterior, ni en dimensiones, ya que el Atrio
era el lugar más extenso, luego el Lugar Santo y por último, el más
pequeño en cuanto a dimensiones era el Lugar Santísimo. Esto nos
muestra que a menor dimensión, menor cantidad de personas podían
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Dios no es Humano
entrar a esa habitación. La gran mayoría de personas se encontraba
en el Atrio, un lugar espacioso, amplio donde muchos podían estar allí
toda su vida, al Lugar santísimo, pocos podrían entrar, porque aquel
lugar ya era para gente con otra autoridad y/o entendimiento; pero al
lugar Santísimo solo ingresaba una persona, aquella que era el
Sacerdote, el líder, la Voz de Dios para el pueblo. Si llevamos estas
figuras a la iglesia de hoy, y al lugar de posiciones que nos toca ocupar
dentro del cuerpo de Cristo, es muy fácil poder discriminar donde está
cada uno.
Atrio: aquí podemos identificar a personas que aceptan el
mensaje de salvación, pero no son de los que se comprometen con la
visión. Son salvos, asisten a una congregación, hasta incluso puede
que ofrenden y diezmen, pero no hay compromiso de aprender más y
más de la palabra de Dios. Son los que tal vez nunca faltan, los de
asistencia perfecta, pero no viven en pos del cumplimiento del
Supremo llamamiento; algunos de ellos siempre están necesitados de
palabras de aliento, siempre están con algún problema, son personas
altamente ofendibles. Siempre están luchando con algún pecado, son
juzgadores, y tibios, un día aman al Señor, pero al siguiente día es
probable que todas las promesas hechas a Dios, caigan por tierra. De
estos, las congregaciones están llenas, son de los que más abunda.
Lugar Santo: son los líderes dentro de una congregación, o del
cuerpo de Cristo en general. Son gente fiel, amante del servicio, se
pude contar siempre con ellos, están enlazados con la visión de la
casa. A estas personas el espíritu les muestra muchos secretos, ellos
tienen acceso a verdades preciosas que el Espíritu Santo revela. Estos
son pocos, pero son de los que están entendiendo como es la vida del
Reino.

Lugar Santísimo: a este lugar sólo llegan los que verdaderamente
dependen de Dios. Son a quienes Dios les tiene más confianza,
quienes entienden y comprenden los misterios del Reino de los Cielos.
Estos no luchan con pecados, ni con gobernantes, ni contra algún que
otro demonio, sino que están en asuntos generacionales. Son
personas de eminencia, personas que han entendido el propósito de
Dios de manera tal que no tienen otro fin que ir en pos de ese
Supremo llamamiento. La mayoría de estas personas, son Apóstoles y
Pastores, quienes llevan congregaciones adelante, quienes extienden
el Reino de los Cielos por la tierra, quienes dedican, literalmente su
vida a la edificación de los santos.
Cuando hablamos de las dimensiones de la Luz, es porque en
cada uno de estos tres niveles hay diferentes tipos de luces, de
iluminación. Y el tipo y calidad de iluminación habla mucho del lugar
en donde estamos ubicados.
En el Atrio, la luz que hay es Solar. Para ver, es necesario el Sol, la
luz natural. Ahí no hay misterios, se ve cuando hay sol y cuando el sol
se oculta, ya queda todo en oscuridad. Acá están los que leen y
entienden la palabra naturalmente, sin revelación ni entendimiento.
Los que se ubican en el Lugar Santo, allí encontramos un
Candelero con siete velas. La luz ahí ya es constante, pero es inferior a
la solar. Esto es porque para ver y entender las cosas del Espíritu, es
necesario menguar la visión humana, y acrecentar más la Luz de
Cristo. Aquí los secretos empiezan a revelarse.
Y los que están en el Lugar Santísimo, allí no hay luz de ningún
tipo. Solo está el Arca el Pacto (la vara de Aarón, el maná y las tablas
de la ley de Dios) con todos sus elementos y nada más. Allí hay
oscuridad para el ojo humano, pero por eso, sólo pueden acceder a
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Dios no es Humano
este lugar, gente que tenga los ojos del Espíritu tan atentos y
entendidos que no se guían por nada natural, sino solo por la Luz de
Cristo, esto es, dependencia total.
Dándole cierre a este primer capítulo de esta exposición, y
haciendo un breve resumen, la idea central es que podamos
comprender el modelo de Dios a la hora de comenzar todo, y que de
esa misma manera, cada uno de nosotros pueda poner a la LUZ de
CRISTO por delante de cada comienzo. Ya sea de un negocio, de un
nuevo matrimonio, de un hijo, de un ministerio, congregación y
demás ejemplos. Todo comienzo tiene que tener como primer
fundamento a CRISTO a la LUZ, y poder ser guiados por esa Luz, no
por lo que nuestros ojos ven, sino por lo que la Luz de Cristo aclara en
nuestro entendimiento, no moviéndonos por humanidades, sino por
directivas del Espíritu.
Si hay caos, poner a Cristo en aquel lugar.
Si hay falta de entendimiento, poner a Cristo en aquel lugar.
Si hay oscuridad, poner a Cristo en aquel lugar.
Si hay un nuevo comienzo, poner a Cristo en aquel lugar.
La Luz nos va a traer muchas soluciones, tanto en la vida personal,
familiar, empresarial, como así también en la vida de la congregación
y en nuestros Dones y Ministerios.
Te animo a que hagas una oración al Padre, para pedirle que la
LUZ de CRISTO alumbre cada rincón de tu vida, familia, de tu trabajo,
de tu ministerio, que no haya ningún lugar en donde haya caos u
oscuridad, que la Luz de Cristo lo ORDENE TODO.
Poner la Luz de Cristo en nuestras vidas, es hacer todo lo que
debemos con la aceptación de Dios. Es decir, no deberíamos tomar
 Dios no es Humano

ninguna decisión en nuestras vidas, sin ser consultadas con el Padre.

No deberíamos comprar casas o coches, menos establecer una
relación de noviazgo o casamiento sin la aprobación necesaria de
Dios. Hasta me atrevería a decir que ni los nombres de nuestros hijos
deberías ser pasados por alto. Sé que es extremista, pero en los
asuntos de Reino, no hay juegos. Si Dios no juega a ser Dios, nosotros
no jugamos a ser sus siervos, sino que LIRTERALMENTE somos
“esclavos” de él, por amor, por elección. Y un esclavo no elige nada
para sí sin el consentimiento de su amo.
Poner a Cristo en el lugar que le corresponde en nuestras vidas,
es hacer todo, desde la óptica de Dios, mirando todo a través de
Cristo.

Pá gina 12
 Dios no es Humano

CAPITULO 2
EL PROPÓSITO, SU
VOLUNTAD

Pá gina 13

EFESIOS 1.1 “1Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios,
a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso. 2 Gracia y paz a
vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. 3 Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos
escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos
santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de su voluntad.”
Hablar de el propósito de Dios para con la vida de cada uno es
algo bastante trillado en los días de hoy. Esta palabra se ha hecho
tanta mención y se la uso tanto que parecería un aburrimiento hablar
de este tema. No creo que haya hoy una sola congregación en el
mundo en la que no haya hablado de este tema, pero para mí es
importante poder destacar algunas cosas que Dios me dio la
oportunidad de aprender a cerca de su propósito para la humanidad.
Es importante poder continuar con lo explicado en el capítulo
anterior, puesto que todo es una seguidilla, y cada capítulo viene
conectado con el anterior y será la plataforma para el siguiente.
Sabemos que fuimos creados por propósito y por voluntad de
Dios.
Difícilmente podamos distanciar al Propósito de Dios de la
Voluntad de Dios; son dos cosas que prácticamente están conectadas
Pá gina 14
Dios no es Humano
entre sí. No se puede cumplir con el propósito de Dios para nuestras
vidas, si no hacemos la voluntad de Dios (es una obviedad, pero viene
bien recordarla).
Notemos que Pablo, en lo primero que hace mención en su carta
a los efesios es en su ministerio (el apostolado), y que esto es por
propia voluntad de Dios:
“1Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos
y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso”.
Vale mucho para el apóstol hacer esta aclaración, porque desde
un principio, y con todo lo que va a expresar en esta carta, habla de
que todo lo escrito viene desde ahí, desde ese lugar, desde la
voluntad de Dios. De alguna manera, está advirtiendo que todo lo
escrito en esa carta, no es por propia casualidad, ni que es ocurrencia
humana, sino que es parte de la voluntad de Dios para con ellos, por
eso mismo, así como él fue elegido apóstol por voluntad de Dios,
también a ellos los eligió por propia voluntad:
“4  según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para
que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor
habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio
de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad.”
Ahora en el versículo tres, el apóstol escribe algo que, al menos
para mí, fue asombroso.
“3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo.”
Nos bendijo con toda bendición en los lugares celestiales, esto es,
en el cielo, lugar de donde provenimos. Ahí fuimos bendecidos por

Dios con toda bendición, eso quiere decir que no nos hace falta
ninguna otra bendición. Ahora el texto termina diciendo “…en
Cristo…” lo que rápidamente podemos entender que es (en otras
palabras) en la Luz.
Dios nos bendijo completamente, pero esa bendición está
disponible en la Luz, y dependiendo de la medida de Luz que
tengamos, esa será la medida de bendiciones que tengamos. No
podemos tener toda la “bendición espiritual”, si tenemos una Luz
escasa, porque a mayor entendimiento de la Luz, entonces tendremos
mayor “bendiciones espirituales”. En pocas palabras, hay bendiciones
que nunca vamos a recibir, si no estamos posicionados correctamente
en la Luz, no podemos pretender tener el “todo de Dios”, si primero
no vivimos en la Luz de Cristo.
LA MALA INTERPRETACIÓN DEL ÉXITO
Los dones y ministerios que tengamos, no se tratan de logros
personales. Habría que desechar esas ideas de “mientras más hago
para Dios, Dios más me va a dar”. Esa es una de las mentiras más
grandes que hay en las iglesias, un Cristo de merecimientos, de
esfuerzos. Es imposible pensar que el propósito de Dios para con
nosotros tienen que ver con ejercicios o acciones para poder tener un
propósito mayor (en cuanto a obras).
Hay una especie de desmerecimiento en las labores dentro de
una congregación, los que están hace mucho en el camino de Dios,
ellos no pueden andar en asuntos “domésticos”, eso es tarea de los
nuevos en la fe. Rara vez usted va a ver a algún líder de “alta
jerarquía” de una congregación limpiando un baño, o un salón, eso es
para los “nuevos”.
Pá gina 15
Dios no es Humano
En lo personal, me he cansado de escuchar que los “nuevos”
tienen que empezar de abajo, limpiando baños, y que si demuestran
que son fieles en eso, Dios los llevará a grandes lugares. Primero, creo
que no debería ser ninguna molestia poder hacer el aseo de un sector,
sirviendo a los hermanos en la Fe, si el mismo Jesús pudo limpiar los
pies de sus discípulos, no hace falta ninguna otra muestra de que el
servicio a Dios, sea donde sea, es honroso y no es por el servicio que
Dios nos “promocionará”, sino por la obediencia y por el
entendimiento que tengamos y por sobre todo, anteponiendo la
medida de fe que Dios repartió a cada uno (Romanos 12.3).
Si entendemos que lo que recibimos de Dios no es por obras, sino
por entendimiento y fe, vamos a avanzar mucho más veloz que en los
últimos años.
1 CORINTIOS 12.11 “Pero todas estas cosas las hace uno y el
mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”.
Cuando el apóstol Pablo habla de la repartición de dones, vemos
que se trata de como el Espíritu quiere, quedando obsoleta la idea de
que a más obras, más recompensa.
Esto rompe con toda estructura de lo que es ser exitoso o tener
éxito en la vida. ¿Quién dijo que tener mucho dinero es ser exitoso?
¿Quién dijo que tener veinte mil personas en una congregación es
símbolo de éxito? ¿Quién dijo que si invitan a predicar mucho a una
persona a diferentes partes del mundo, eso es éxito?
¿Saben cuántas personas frustradas hay detrás de escena, cuando
las luces se apagan y los millones no sirven de consuelo, cuando los
veinte mil se van, cuando predicas en todo el mundo, haces milagros y
eres famoso, pero en el cielo tu nombre ni siquiera es reconocido?
Hay tanta gente confundida de lo que es estar en la voluntad de
Dios y de cumplir con su propósito, que piensan que porque se tiene,

eso es éxito y seguramente que viene de Dios. Grandes escritores de
libros y conferencistas reconocidos hablando “verdades” de parte de
Dios, pero tan lejos de lo que la Biblia enseña. Predicadores leyendo y
enseñando la “palabra de Dios” con tan poca revelación, que
terminan usándola como un libro “motivacional” en vez de reflejar la
verdadera esencia de tan magnífica obra.
Iglesias llenas de gente salva, pero que en sus filas, nadie
entiende el propósito de Dios, que solo van a llenar una banca, a ser
parte de un número, a que le den el Maná diario, pero no les enseñan
a convertirse ellos en Ríos de Agua de Vida.
Éxito no se trata de cantidades, ni de cualidades, ni de resultados
a ojos humanos; en el Reino de los Cielos, el éxito es medido por la
obediencia a la voluntad de Dios, por haber llegado a cumplir
propósito, habiendo obtenido millones y rodeado de gente siendo
famoso, o sólo, empobrecido y sin fama. Todas esas cosas son
condimentos, pero en el cielo no tienen peso, por eso es que la biblia
dice: “19No acumuléis riquezas en este mundo pues las riquezas de este
mundo se apolillan y se echan a perder; además, los ladrones perforan
las paredes y las roban.  20  Acumulad, más bien, riquezas en el cielo,
donde no se apolillan ni se echan a perder y donde no hay ladrones
que entren a robarlas.21  Pues donde tengas tus riquezas, allí tendrás
también el corazón.” Mateo 6.19-21
Poder entender los propósitos de Dios para con la vida de cada
uno debe ser para nosotros una de los aspectos más relevantes en
nuestras vidas, y eso será tarea de meternos profundamente en las
Pá gina 16
Dios no es Humano
escrituras y allí descubrir que es lo que Dios quiere de nosotros y así
poder verlo claramente.
No siempre hacer la voluntad de Dios, en pos del cumplimiento
del propósito va a llevarnos a lugares bonitos, cómodos, agradables,
teniendo esa sensación de “éxito” (según idea del mundo) y con la
sensación de que todo está en perfecto estado. Por momentos
podemos pasar por valles de sombra y de muerte, por soledades,
angustias, pero la vida del Reino no se trata por donde pasemos o por
donde estemos, sino hacia a dónde vamos.
Esa es una buena pregunta: lo que estás haciendo hoy ¿hacia a
dónde te está llevando?
Ahora, la voluntad de Dios, dice la Biblia que es buena, agradable
y perfecta (Romanos 12.2 No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta), pero para eso, primero hay que ser renovados en el
entendimiento, ya que solamente así podremos comprobar eso.
Nunca podremos entender la voluntad de Dios si primero no tenemos
un entendimiento renovado por medio de su Espíritu Santo.
Dentro de esa voluntad de Dios, está su predestinación para con
nosotros y poder entender que Dios, por su propia voluntad nos
predestinó para este tiempo, para el lugar en donde nos encontramos
es algo que difícilmente podamos entender con el razonamiento
humano, pero eso se hace más visible a medida que vamos entrando
en mayores dimensiones de la Luz y pudiendo ver las cosas cada vez
con mayor claridad.

La voluntad de Dios sólo será buena, agradable y perfecta, si
renovamos nuestro entendimiento dejando que la Luz de Cristo entre
cada vez más profundo en nuestras vidas alumbrado cada día más.
En lo personal, creo que cada libro de la Biblia tiene tantos
secretos escondidos que aún no han sido revelados, y que en ellos
podríamos encontrar tantas verdades ocultas que imaginarnos ser
mejores a Cristo (en cuanto a obras) lo veríamos como algo realizable,
pero hoy entender esa frase de Jesús, parece una locura. (Juan 14.12)
Los propósitos de Dios son eternos, no comienzan ni terminan en
nosotros, eso creo que lo tenemos claro. Si Dios nos trajo a este
mundo fue para sumar nuestro aporte al propósito global de Dios.
Hace unos años escuché una frase que nos va a dar mucha
claridad en este tema. Un predicador en una conferencia dijo: “el
mayor de los fracasos que un hijo de Dios pueda tener éxito haciendo
cosas a las cuales Dios no lo llamó”. Nunca más acertadas esas
palabras.
Dios nos llamó para algo en específico, desde antes de todo lo
que puedas imaginar. Dice la palabra de Dios en 2 Timoteo 1.9 “quien
nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras
obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en
Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos”. ¿Por qué sucede que
algunos no pueden entender que la Voluntad de Dios es buena,
agradable y perfecta? Porque la miden según su propia vida, y no en
base al propósito global.
Dentro de las voluntades de Dios, esas voluntades globales que
están desde antes de la fundación del mundo, vamos a encontrar
Pá gina 17
Dios no es Humano
batallas perdidas, gente que “injustamente murió”, vamos a encontrar
valles de sombra y muerte, momentos de soledades, incluso la
entrega de Jesús en manos de Judas, y su muerte en la cruz. Todas
estas cosas parecieran ser injustas, parecieran ser acontecimientos
fuera de los propósitos de Dios, pero cuando logramos ver el
panorama completo, recién ahí vamos a poder comprenderlo todo,
comprender que la voluntad de Dios es buena, es agradable y es
perfecta.
Una persona que no pueda comprender estas cosas, estará en
una lucha constante por querer vivir cosas que tal vez estén fuera de
los propósitos de Dios, pero hay que ser sinceros, y entender que en
esta vida, vinimos, primeramente para satisfacer (de alguna manera) a
Dios dándole la Gloria a Él y sólo a Él, tal como lo escribe el apóstol
Pablo en Efesios 1.5-6 "en amor habiéndonos predestinado para ser
adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto
de su voluntad, 6  para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual
nos hizo aceptos en el Amado”. Fuimos traídos a esta tierra,
primeramente para eso, luego entraron los designios personales para
cada uno.
Cuando una persona, en sus prioridades, no le da la gloria a Dios,
habiéndolo conocido, ocurre lo mismo que en Romanos 1.21 “Pues
habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron
gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio
corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron
necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de
imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
24
 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí
sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la

mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador,
el cual es bendito por los siglos. Amén”.
Darle la gloria a Dios, es prácticamente una obligación, y no
hacerlo, sabiendo que deberíamos hacerlo, es tomado como pecado.
Darle gloria a Dios es hacer lo que Él nos envió a hacer, sin desviarnos,
sin salirnos del camino. Estar en los asuntos de Dios no es tarea fácil,
su camino es angosto y la puerta es estrecha (Mateo 7.14), por eso es
necesario descubrir el propósito de Dios para con la vida de cada uno,
y así estar caminando bajo su voluntad, porque no se puede ir a
donde no se sabe.
El propósito de Dios, nos da un camino, un lugar a donde llegar,
una meta.
2 Timoteo 1.10-11 “pero que ahora ha sido manifestada por la
aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó
a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio, 11 del cual yo fui
constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles.”
Pablo entendió que su asignación no estaba dirigida a los
israelitas, sino a los gentiles. El propósito de Dios para con él fue
hacerlo predicador, apóstol y maestro para los gentiles. ¿Se pueden
tener varias funciones? Claro que sí. Uno puede ser apóstol y maestro
a la vez como el Pablo. Pero más allá de los dones o ministerios que
tengamos, más allá de los títulos personales, lo más importante es
estar en el camino de Dios, ese camino angosto, ese camino que
pocos hayan.
Los títulos poco importan a la hora de poder estar conectados con
el propósito del Padre Celestial. Volviendo a 2 Timoteo 1.9 “quien nos
salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras,
sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo
Pá gina 18
Dios no es Humano
Jesús antes de los tiempos de los siglos”, podemos ver que no se trata
de obras, sino del propósito de Dios.
Efesios 2.8-10 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y
esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por obras, para que
nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas”.
Este texto es increíble. No somos salvos por obras, sin embargo
Dios creo buenas obras para que andemos en ellas. Es como un poco
contradictorio, pero a la vez es muy claro. No se trata de hacer para
demostrar, sino de hacer por obedecer al supremo llamamiento. Las
buenas obras son aquellas en las cuales cumplimos lo que Dios nos
encomendó hacer, incluso si eso fuera hacer cosas que no sean gratas
a cualquier otro hombre, como la muerte en una cruz, por ejemplo. Si
bien hubo sufrimiento, eso fue una buena obra.
Apocalipsis 20.12 “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie
ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual
es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que
estaban escritas en los libros, según sus obras”.
Podemos hacer obras que sean “buenas”, pero si esas buenas
obras, no son las que Dios nos encomendó, no serán pesadas como
acciones válidas.
Si Dios te asignó como ministro de su palabra en una ciudad o
país de América, pero tú te dedicas a hacer obras de caridad en el
África, puede que la obra sea muy buena y hasta digna de imitación,
pero eso no fue a lo que Dios te llamó. Por más que sean “buenas
obras”, si no hacemos lo que Dios nos envió a hacer, de nada sirven.

EL PESO DE LA VOLUNTAD DE DIOS
Si entendemos que la voluntad de Dios es buena, agradable y
perfecta, no a acciones individuales, sino teniendo presente el
panorama completo del propósito de Dios para con la humanidad,
vamos a comprender la muerte de Jesús en una cruz.
MATEO 26.36 36Entonces Jesús fue con ellos al huerto de olivos
llamado Getsemaní y dijo: “Siéntense aquí mientras voy allí para
orar».  37Se llevó a Pedro y a los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y
comenzó a afligirse y angustiarse.  38Les dijo: «Mi alma está
destrozada de tanta tristeza, hasta el punto de la muerte. Quédense
aquí y velen conmigo».39Él se adelantó un poco más y se inclinó rostro
en tierra mientras oraba: « ¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí
esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu
voluntad, no la mía»
Algo que me gustaría aclarar de este pasaje, es que Jesús, nuestro
salvador, y quien pagó con preció de sangre por nuestras vidas, Él no
quería morir. De hecho muere únicamente por cumplir la voluntad de
Dios.
¿Les ha sucedido que alguna vez tuvieron que hacer una cosa que
no querían hacer, pero de igual manera lo hicieron por que alguno de
sus padres se lo ordenó? Pienso que eso mismo pasó con Jesús en ese
momento. Jesús, el hijo de Dios, el Verbo hecho carne, no tenía
deseos de morir, pero hubo algo más fuerte que fue hacer la voluntad
de quien lo envió.
Hay que entender que la voluntad de Dios a veces duele. Su
voluntad a veces nos hace renunciar a muchas cosas; su voluntad a
veces nos hace ir por caminos sinuosos, nos doblega, nos humilla.
Estos son los primero pasos que todos pasamos o vamos a pasar para
Pá gina 19
Dios no es Humano
estar sumergidos de llenos en su voluntad. Y esto es así porque
internamente estaremos pasando por una lucha de voluntades, en
donde la voluntad divina estará buscando gobernar tu ser, pero se
tendrá que enfrentar a la voluntad del viejo hombre.
La voluntad de Dios no negocia su lugar, o Dios es primero y lo es
TODO o simplemente no es nada. Dios no está interesado en ocupar
segundos lugares, en ser desplazado por otras cosas.
Fuimos credos por un propósito de la voluntad de Dios, esto
quiere decir que hay cosas, lugares, caminos, acciones y demás cosas
que Dios planeo para nosotros. Por esto es tan importante saber cuál
es la voluntad de Dios y sumergirnos en ella, arrancando y
despojándonos del viejo hombre e ir a cumplir con lo que Dios nos
encomendó.
Ahora, descubrir la voluntad de Dios tiene su parte desafiante.
Dice la palabra de Dios en Santiago 4.17 “El que sabe hacer lo bueno,
y no lo hace, comete pecado”, por ende, si fuimos creados para hacer
algo en específico (un propósito) a lo que rendiremos cuentas en el
cielo es a aquello para lo cual fuimos puestos en esta tierra. De otra
manera, estaremos en pecado.
Aquí está la respuesta al verdadero significado de lo que es el
ÉXITO. Es no pecar, sino hacer toda buena obra para la cual Dios nos
envió a este mundo, en este tiempo, en este lugar.
EL PROPÓSITO ETERNO
Efesios 3.1-13  Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús
por vosotros los gentiles; 2  si es que habéis oído de la administración
de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; 3  que por
revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito
brevemente, 4  leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi
conocimiento en el misterio de Cristo, 5  misterio que en otras

generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como
ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el
Espíritu:6  que los gentiles son coherederos y miembros del mismo
cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del
evangelio,7  del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de
Dios que me ha sido dado según la operación de su poder. 8A mí, que
soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta
gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables
riquezas de Cristo, 9  y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del
misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas;
10
  para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer
por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares
celestiales, 11  conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús
nnuestro Señor, 12  en quien tenemos seguridad y acceso con confianza
por medio de la fe en él; 13  por lo cual pido que no desmayéis a causa
de mis tribulaciones por vosotros, las cuales son vuestra gloria”.
Impresionante es este pasaje de la biblia. Para poder cerrar este
capítulo, vamos a tratar de desmenuzar estos textos, para así poder
entender la posición que debemos tener hoy, y entender cuál es el
“propósito eterno” de Dios en Cristo Jesús.
Pablo les escribe a los efesios y les comenta que hay un misterio
escondido, que en otras generaciones Dios no lo dio a conocer a los
hombres, pero que ahora es revelado (expuesto a la luz) a nosotros
por medio del Espíritu Santo.
Este misterio es poder dar a conocer la Sabiduría de Dios a los
principados y potestades en los ligares celestiales.
Pá gina 20
Dios no es Humano
Ahora bien, antes de poder seguir, es sumamente necesario
entender que son los principados y potestades, sobre todo, para aislar
la idea que son espíritus malignos que trabajan y obedecen a satanás.
Lejos estamos de eso, de hecho, los principados y las potestades están
por encima de satanás y sus demonios (esto lo podemos ver en
Efesios 6.12, donde se describen los rangos de autoridad, sobre
entendiendo que sobre todos ellos está nuestro Señor y Padre del
Cielo).
Principados: deriva de “principio”: del griego: αρχή – arjé: (prop.
Abst.) Iniciación o (concr.) jefe (en varias aplicaciones de orden,
tiempo, lugar o rango):-dignidad, dominio, gobernante, magistrado,
poder, primero, primeramente, principado, principio, punta,
rudimento.
En pocas palabras, un principado son los principios, lo que es
primero, lo que va a delante, nuestra prioridad.
Cuando una persona falla en sus prioridades, está siendo juzgado
por un principado. Los principados no son cosas malas, sino que son
leyes espirituales que van (de alguna manera) juzgando las acciones.
Cuando uno cambia sus prioridades, cambia lo que es primero,
entonces estamos siendo atacados por un principado.
Un claro ejemplo de esto es el mismo satanás. El siendo un ángel
creado por y para Dios, cambió el lugar de las prioridades, y eligió
ponerse a sí mismo por encima de Dios. El resultado de esa decisión
ya todos lo sabemos.
Potestades: εξουσία – exousía (En sentido de capacidad);
Privilegio, es decir, (subjetivamente) fuerza, capacidad, competencia,
libertad, o (objetivamente) dominio (concretamente magistrado,
sobrehumano, potentado, testigo de control), autoridad delegada:
autoridad, jurisdicción, libertad, poder, derecho, fuerza.

Resumiendo, potestades son las capacidades, el ser competentes,
tener autoridad (en este caso) dada por Dios a nosotros. El error esta
cuando empleamos estas potestades de manera incorrecta, buscando
lo personal y no el fin por el cual Dios nos dio estas potestades que es
el crecimiento y la expansión de su Reino.
Volviendo a Efesios 3.1-13 vemos que el propósito eterno en
Cristo Jesús era poder dar a conocer a los principados y potestades la
sabiduría de Dios. Esta sabiduría es también la de entender que “en”
los lugares celestiales nos encontramos con toda bendición espiritual
(Ef. 1.3), pero el misterio escondido, es que en esos lugares también
están los principados y potestades (Ef 3.10) y la forma de dar a
conocer la sabiduría de Dios es a través de su Iglesia, que a la vez está
compuesta de los 5 ministerios (Ef. 4.11) y estos fueron constituidos a
fin de perfeccionar a los santos(*ver descripción al final del capítulo); y
todo esto ¿para qué? La respuesta la encontramos en Efesios 4.14
“para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de
todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error…”
La versión NTV dice “Entonces ya no seremos inmaduros como los
niños. No seremos arrastrados de un lado a otro ni empujados por
cualquier corriente de nuevas enseñanzas. No nos dejaremos llevar
por personas que intenten engañarnos con mentiras tan hábiles que
parezcan la verdad”
Este es uno de los pasajes que podemos ver con mucha facilidad
en las congregaciones de hoy en día. Donde personas, con tal de salir
favorecida de “x” situación, siembran ideas erradas de la verdad, y
aquellos que son débiles en la fe, como “niños fluctuantes”, terminan
siendo arrastrados y perdiendo las bendiciones que Dios preparó.
Pá gina 21
Dios no es Humano
Ahora, todo esto es una suerte de batalla que se libra en el
mundo espiritual. Los ambientes espirituales son violentos, son de
constante lucha, las leyes de los principados y potestades son firmes y
por más que queramos tener un buen corazón o realizar tareas
“nobles”, ni fallamos en nuestros principios o capacidades, todas esas
bendiciones quedan obsoletas.
Todo esto tiene una explicación muy práctica cuando releemos
Efesios 1.3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales
en Cristo”. Ese final es la clave para todo esto. Cristo es la Luz, y la Luz
habla re ver, de revelación, de exposición de la verdad. Tener a Cristo
en nuestras vidas, no alcanza con profesarlo verbalmente; tener a
Cristo, no es algo que deberíamos decir simplemente (auto
llamándonos “cristianos), sino que el ser “cristiano” es el fruto de
poder vivir en la Luz de Cristo, recibiendo toda bendición espiritual, y
teniendo a los principados y potestades bien controladas en nuestras
vidas.
Este entendimiento de los principados y las potestades era antes
un misterio, pero la muerte en la cruz de nuestro señor Jesucristo, fue
quien nos permitió ver que el mundo estaba en tinieblas a causa del
pecado y la ignorancia de estas cosas, por eso dice en Colosenses
2.13-15 “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la
incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con
él, perdonándoos todos los pecados, 14  anulando el acta de los
decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola
de en medio y clavándola en la cruz, 15  y despojando a los principados y
a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la
cruz”.
¡TREMENDO! Que enorme nivel de revelación de estas cosas
tuvo el apóstol Pablo. Este versículo lo resume todo. Jesús no solo
 Dios no es Humano

murió en la cruz por nuestros pecados, sino también juntamente con realizar todas aquellas “buenas obras” para las cuales fuimos traídos a
él fuimos crucificados, y con él resucitados (Gal. 2.20; Rom. 6.4; Col. esta tierra.
2.12), y esto es así para ser, de alguna manera coparticipes de la
hazaña más grande de la historia de la humanidad. Si Él expuso
públicamente a los principados y potestades, es para que aquello que
estuvo escondido, sea revelado y así, podamos someter estas cosas
bajo los pies del cuerpo de Cristo, que es la iglesia, tal como dice en
Ef. 1.20-23 “la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y
sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo
principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se
nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero; y sometió
todas las cosas bajo sus pies,  y lo dio por cabeza sobre todas las cosas
a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena
en todo”.

Resumiendo todo esto. Satanás el diablo, cayó del cielo por el

fallo en sus principios y capacidades (Ezequiel 28.2), y el propósito
eterno es que el cuerpo de Cristo, la iglesia, al tener hoy la LUZ del
entendimiento de Cristo, pueda vencer a los principados y potestades,
demostrando así que una iglesia unida y entendida, tiene poder de
para vencer aquello que satanás no pudo. Por eso nuestra lucha, no es
contra carne ni sangre, ni siquiera contra el gobernante de este
mundo, sino contra los principados y potestades.

Vencer en esto es sencillo, es saber establecer las prioridades en

nuestras vidas. Vivir con Dios como primero, sin cambiar su lugar, ser
fiel a los mandatos que Él nos dejó, ser cumplidor en los diezmos y
ofrendas, ser instruido en su palabra y dejarnos instruir, honrar y
obedecer a los padres (biológicos, como los puestos por Dios), y

Pá gina 22
 Dios no es Humano

CAPITULO 3
CULTURA HUMANA vs.
NATURALEZA DIVINA

Pá gina 23

Génesis 1.26-27 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los
peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la
tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27  Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó”.
Durante un tiempo, estuve abocado a enseñar a cerca de la
“cultura del Reino”. Había escuchado varios mensajes a cerca de esto,
y lo podía identificar fácilmente con la vida de Daniel, de hecho, el
libro de Daniel era un pilar en mi vida a la hora de hablar de la
“cultura del Reino”. Aun así, lejos de querer derrumbar este concepto
ni echarlo por tierra, entiendo que debemos ser un poco más
profundos y comprender cosas que tal vez, hoy teníamos como
“cultura”, cuando en realidad es otra cosa.
Los versículos que están al principio de este capítulo nos
recuerdan de donde es que viene el hombre como creación; vinimos a
esta tierra como la imagen y la semejanza de Dios. Esto quiere decir,
que todo aquellos que tenemos en nuestro SER es semejante a Dios, a
su esencia, a su naturaleza. Es importante recordar esto, así como lo
escribe Pedro en su primera carta: 1 Pedro 1.23 “siendo renacidos, no
de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios
que vive y permanece para siempre”. Allí está escrito nuestro origen,
de la simiente de Dios, que es incorruptible. Podríamos decir entonces
que el hombre, desde su origen, es un ser incorruptible.
Pá gina 24
Dios no es Humano
Corruptible: φθαρτο - podrido, perecedero, que se está agotando
o secando, arruinarse, destruir, extraviar, viciado.
Incorruptible: άφθαρτο – áftharto: sin decaer (en esencia o
continuación): inmortal.
La traducción original de estas dos palabras del griego es
“perecedera” o “imperecedera”, tal vez suene más familiar de esta
manera.
Volviendo al tema, podemos ver que el hombre como creación
viene de una simiente no perecedera, que no se decae, que es
inmortal. Ese es el origen del hombre, pero también sabemos que a
causa del pecado de desobediencia, mortalidad entró en el hombre
(Gen 2.17), y ahí entró corrupción en la humanidad.
Las palabras de la serpiente, fueron tan, pero tan astutas, que
lograron que el hombre (creación incorruptible, inmortal, sin
decadencia, no imperecedera) se convirtiera en todo lo contrario. Es
imposible no recordar lo que hablábamos en el capítulo anterior, (Ef.
4.14), vemos a Eva como una niña sin fundamentos, oyendo las
palabras de una serpiente, es llevada por cualquier viento de doctrina,
por trampas o fraudes de hombres (serpiente en este caso) que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error o del engaño.
Notemos el inmenso poder que hay en las palabras, sobre todo
cuando una persona no tiene la luz necesaria para decodificar la
trampa y no caer en ella.
Prestar nuestros oídos a palabras como estas, pueden sembrar en
nosotros pequeñas semillas, que al principio pueden parecer
insignificantes, pero toda semilla da fruto según su género.
No solo que somos lo que oímos, y sino también lo que
percibimos de lo que oímos.

Gran parte de lo que somos como personas y, aun como
cristianos, es a base de lo que hemos oído. Sin ir más lejos, Romanos
10.17 dice “así que la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de
Dios”. Fundamento a nuestras vidas son nuestros oídos. Nos
convertimos en aquello que oímos, pero más aún en lo que
percibimos de lo que oímos.
Decirle a una persona “te amo”, siempre es lindo, pero en
algunos casos, no es la simple palabra que da a conocer ese amor,
sino la percepción de lo que hay detrás de esa palabra. Incluso
podemos decir que amamos a una persona (siguiendo con este
ejemplo) sin la necesidad de decir “te amo”. Hasta un reto o disciplina
de un padre, puede estar diciendo, te amo.
El primer paso para volver a ser una generación, una iglesia
incorruptible, es saber a quién le estamos prestando nuestros oídos, y
ser perceptivos a la hora de oír.
LA CULTURA Y SU RELACIÓN CON EL REINO
Volviendo a la intensión de este capítulo, y dejando ya en claro de
dónde es que venimos, y qué es lo que debemos recuperar (esto es la
esencia de Dios, su semejanza incorruptible), es necesario poder
establecer que esto nada tiene que ver con una estructura de
“cultura”.
Primero hay que hablar y destacar que en la biblia, la palabra
“cultura” no figura, al menos no haciendo referencia a la “cultura de
Dios o de su Reino”. De hecho, en la versión (BLP – La Palabra) cuando
habla de cultura, dice lo siguiente: Colosenses 3.11 “ya no hay
fronteras de raza, religión, cultura o condición social, sino que Cristo
Pá gina 25
Dios no es Humano
es todo en todos”. De esta manera, entendemos que Cristo va más allá
de una “cultura”.
Si bien, hoy el día la mayoría ya conoce el significado de esta
palabra, nos es necesario volver a revisarla para entender un poco
más este concepto.
Cultura: Elemento sufijal de origen latino que entra en la
formación de nombres femeninos con el significado de “cultivo”,
“cría”, “crianza”. / Conjunto de conocimientos e ideas no
especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades
intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo. / Conjunto
de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a
un pueblo, a una clase social, a una época, etc.
Para el mundo que no conoce a Dios (aunque para algunos que si
lo conocen también) vivir por y para Dios es una cuestión de:
conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres. Pero cuando Dios creó
a Adán y a Eva, no le dio nada de estas cosas. Ellos no tenían
conocimientos humanos, ideas humanas, tradiciones humanas, ni
costumbres humanas. Todo lo que ellos tenían era la esencia y
semejanza de su creador, tenían divinidad dentro de ellos.
Vale volver a aclarar que no existe la idea de romper con la idea
de “cultura”, sino que tenemos que ir más allá de un conocimiento,
costumbre, idea o tradición; entender que todas esas cosas hacen a la
religión, y si hay algo que Dios no es, eso es religión.
El filósofo y economista Karl Marx dijo: “la religión es el opio del
pueblo”. En otras palabras, la religión es lo que mantiene idiotizado a
un pueblo.

Dios tiene reglas, modos de trabajo, estructuras, pero todo esto
es parte de su Reino y divinidad, no parte de una cultura humana que
generó sus propias estructuras para mantener a la gente controlada.
Cerca del año 325 d.c. el emperador romano Constantino dio
lugar a la creación de la iglesia cristiana como institución, y ce encerró
a las personas que se juntaban en las casas a rendirle culto a Dios, en
un edificio, muerto, estéril. Sabemos que fue desde ese entonces,
donde comenzaron a establecerse estructuras dentro de la
comunidad de fe. Donde comenzaron a formar costumbres,
tradiciones, ideas, conocimientos, y que todo esto fue en contra de lo
que realmente era la iglesia primitiva; una iglesia sin edificio, sin
paredes, sin techo. Una iglesia que no estaba preocupada en los
asuntos verticales de jerarquías, sino en las cosas horizontales.
Hay que saber que esto tampoco nació por Constantino, sino que
él lo estableció lo edilicio, pero hasta bíblicamente podemos ver como
Dios no es un Dios de costumbres, tradiciones.
1 Reyes 19.7 “7  Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo
tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. 8  Se
levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida
caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de
Dios. 9  Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él
palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? 10  El
respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos;
porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus
altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y
me buscan para quitarme la vida. 11  Él le dijo: Sal fuera, y ponte en el
monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y
Pá gina 26
Dios no es Humano
poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante
de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un
terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. 12  Y tras el
terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego
un silbo apacible y delicado. 13  Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro
con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino
a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías? 14  El respondió: He
sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos
de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han
matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan
para quitarme la vida. 15  Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino,
por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de
Siria”.
El profeta Elías es un claro caso de alguien que, por más que no
“iba a la iglesia” mantenía estructuras con costumbres. Elías huye al
monte Horeb, lugar donde Dios le había dado a Moisés los diez
mandamientos.
Este tipo de costumbres es muy común dentro del pueblo de
Dios, y sobre todo, dentro de la religión. Cuando Dios se encuentra
con Elías, la pregunta que le hace es “¿qué haces aquí, Elías?”,
dándonos a entender que no era el lugar donde debería estar, sin
embargo, Elías fue al lugar donde sabía que había estado Dios.
Imagino a Elías pensando que si Dios le habló a Moisés allí,
también podía hablar con él. Esa es una estructura.
El hecho de que antes haya sido de una manera, no significa que
siempre tiene que ser así. Elías lo busco en el viento, terremoto, en el
fuego, todas las cosas que Elías tenía ya como costumbre. Pero esta
vez Dios estuvo en un silbo apacible.

Dios no tiene fórmulas, o mecanismos programados. Algunas
iglesias sí. Hay corrientes que mantienen algunos creyentes que para
ser absuelto de pecados tenés que hacer tal o cual cosa. Ritos que
eximen a uno del pecado.
Hay congregaciones que mantienen ideas preconcebida, en
donde en sus reuniones tienen que haber una determinada cantidad
de canciones, y hasta un determinado tiempo para enseñar la palabra
de Dios.
Hay congregaciones en donde están más preocupados por
mantener la estructura humana, que por darle libertad al Espíritu de
Dios. Hasta hay formas para vestirse, hablar, caminar, sentarse, hasta
para peinarse (si leyó bien, hasta para peinarse).
Todas estas cosas, hablan de cultura, costumbres, tradiciones.
Hay congregaciones en donde si el predicador no tiene corbata,
no puede subirse el escenario, porque ese es un “lugar santo” y no se
puede estar desprolijamente.
Hay congregaciones en donde los prejuicios por las apariencias de
las personas son más altas que el nivel de amor y de gracia. En donde
si ven a un joven con tatuajes, o aros en su rostro, inmediatamente
tienen que ser liberados de ese espíritu, que no saben cuál es, pero de
seguro que tiene demonios dentro.
Lastimosamente, esa es la iglesia en la que muchos hemos
crecido, donde los prejuicios tienen más importancia que la gracia de
nuestro señor, donde si no se hace de esta manera, estamos
alterando el orden del como Dios se mueve.
Pá gina 27
Dios no es Humano
Sé que muchos de estos ejemplos, hoy ya no se ven tanto, pero
son cosas que la iglesia en general tuvo que cambiar, y todavía nos
falta.
Muchas de estas estructuras, a mi entender vinieron por falta de
amor y de perdón. Falta de amor y perdón a aquel que no es como
uno. Y la ausencia de esto, es lo que atrasó a la iglesia.
2 Corintios 2.10 10 Y al que vosotros perdonáis, yo también;
porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por
vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, 11 para que Satanás no
gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus
maquinaciones.
Y este atraso, hizo que satanás gane ventaja.
Entonces, mientras la iglesia de Jesucristo sigue discutiendo sobre
si los predicadores deben usar corbata o no; mientras la iglesia de
Jesucristo sigue debatiendo formas, estructuras, reglas y demás
vericuetos que nada tienen que ver con la Imagen y Semejanza de
Dios, satanás se estuvo dedicando a “…cegar el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de
Cristo…” (2 Cor. 4.4)
De manera que cuando nos metemos con la “cultura” en vez de
recuperar la semejanza de Dios, el enemigo ya metió a la siguiente
generación en vicios, adicciones, ya metió gobernantes, ya se metió
en los medios de comunicación, ya se metió en la escuela de los niños
y adolescentes y en los trabajos. Ya tomó las artes y los deportes, la
ciencia y la tecnología.
Mientras nosotros debatimos si está mal que las mujeres usen
pantalones y no polleras, satanás fue tomando control de cada área,
sector de esta tierra.

Por cosas como estas, es por las que se comenzó a generar la
“cultura del Reino”, en donde se atribuían cosas a los mecanismos del
Reino que nada tenían que ver con ello.
Incluso creo (en mi humilde parecer) que no se logra entender
mucho, en cuando a cuestiones objetivas, a que nos referimos cuando
hablamos de “cultura del reino”. Porque el mismo apóstol pablo
hablaba que él se iba “haciendo” (la palabra correcta seria
convirtiendo) a determinadas culturas, con tal de ganar almas para el
Reino; a lo que podríamos decir que ¿“la cultura del reino” es
hacernos a otras culturas?
Por eso es que creo que la palabra Cultura la hemos usado mal.
Cultura del Reino (si tomamos esa palabra) no tiene que ver con
modos, formas, estructuras. No podemos encasillar a la Naturaleza de
Dios en una cultura.
Las preguntas que me surgen después de todo esto son: ¿y cómo
la tierra no va a gemir con gemidos indecibles, si mientras satanás
cada vez la destruye más, nosotros estamos ocupados en asuntos
ínfimos y de muy poca importancia?
¿No crees que es tiempo de cambiar un poco nosotros asuntos de
discusión y ser un poco, solo un poco más sabios, y comenzar a meter
a la iglesia en los asuntos que realmente son los importantes, y
empezar a achicar la distancia y volver a ser nosotros los que
tomemos la delantera, y no satanás?
Yo creo que sí, que este tiene que ser el tiempo.
LA CULTURA SE APRENDE,
Pá gina 28
Dios no es Humano
LA SEMEJANZA SE IMPARTE
Recuerdo que por el año 2000, mi padre viajó a una convención
para pastores a Holanda. Allí se reunieron más de 20mil pastores y
líderes de todo el mundo. Al regresar de su viaje, nos contaba que una
de las noches, un grupo de pastores provenientes de África
comenzaron a bailar en medio de la ministración de las canciones que
normalmente se hacen antes de compartir la palabra. Para mi padre
fue tan novedoso esto, porque en su estructura de “iglesia” no se
podía bailar o danzar, eso era considerado “pecado”. Fue tal la
energía de alegría que estos pastores comenzaron a transmitir, que
todo el estadio comenzó a llenarse de una atmosfera de alegría y
regocijo que jamás había visto mi padre (claro está que él también fue
participe de ese momento). Y esa estructura generada por
pensamientos e ideas de hombre en un instante fueron quebrantadas.
Hay que saber que quien siempre debe de comandar nuestras
reuniones es el Espíritu Santo, y no nuestra voluntad.
Que diferenciaba a estos pastores de los demás, que ellos habían
sido criados en una cultura de baile, danzas, y demás cosas, y su
manera de celebrar tenía que ver con ese aprendizaje. Así como la
comida o bebida que ingerimos tiene que ver con el mundo que nos
rodea, como así también la moda. Todo eso es cultural.
La cultura de Brasil, es muy diferente a la Argentina. Son países
vecinos, pero cada uno tiene modos diferentes, modos que nos
diferencian, modos que separan y dividen el uno del otro. Eso hace la
cultura, dividir entre unos y otros. Pero la palabra de Dios nunca
querrá fomentar eso.
Podemos tener la cultura de un país por haber nacido y/o vivido
en esa cultura, pero por dentro, quien gobierna es el Espíritu de Dios,
 Dios no es Humano

y al vivir él, no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí, por lo
tanto porto la esencia de Dios.
La Esencia no se enseña, no se aprende, sino que es impartida por
el Espíritu. Y el Espíritu va repartiendo e impartiendo como lo crea
necesario.
Los que tenemos al Espíritu de Dios, no nos debemos dejar guiar
por culturas humanas, sino por la Esencia que el Padre del Cielo
impartió sobre nosotros.
dentro, esa esencia que nació por la palabra de Dios, por el “soplo de
aliento de vida” que llevamos dentro.
La cultura se aprender, dependiendo de donde estemos será
diferente, pero la naturaleza divina que llevamos dentro, eso es igual
en todos. Por eso no nos dejemos guiar por la “cultura del reino”,
porque cada uno acordará a esa “cultura” a su propia cultura, sin
embargo la “naturaleza” de Dios, es la misma ayer, hoy y por los
siglos, en oriente y occidente.

En la congregación que a la que yo asisto, tenemos una cultura.

Nadie está ajeno a esto. Nos gusta cantar y celebrar a Dios de una
manera, la manera de predicar la palabra tiene un determinado
modo. Los “métodos” para ganar gente son particulares, ni mejores ni
peores, diferentes; pero todas estas cosas son propias de nuestra
cultura como país, y como región. Sería ridículo que yo quisiera que
funcionara de la misma manera en mi ciudad que en un país del
oriente. Las culturas pueden marcar nuestros modos, pero jamás lo
que tenemos dentro.
Cambian las formas, pero lo que no cambia es el espíritu.
Hace varios años atrás les comente a mis padres lo asombrado
que estaba. Estábamos de vacaciones en una ciudad de la costa
argentina, y sentí dentro de mí una enorme necesidad de ir a una
congregación, de reunirme con algunos hermanos en la fe y celebrar
juntos. En ese momento no me importaba si eran de la misma
denominación a la que yo pertenezco, ni si predicaban o cantaban
como yo tengo como costumbre, simplemente quería estar en una
reunión, con mis hermanos, más allá de las formas; porque a fin de
cuentas, las formas van a cambiar, y con ellas las estructuras, y modos
e ideas, pero lo que nunca va a dejar de ser es la esencia que tenemos

Pá gina 29
 Dios no es Humano

CAPITULO 4
EL PERMANECER Y SUS
PROCESOS

Pá gina 30

Mateo 24.35 “El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis
palabras permanecerán para siempre”
1 Juan 2.17 “Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la
voluntad de Dios permanece para siempre”
1 Corintios 13.13 “Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el
amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”
Una de las cosas que pude observar a lo largo del tiempo que
llevo trabajando de lleno en el servicio al Reino de los Cielos, es la
enorme cantidad de personas que pasan por las congregaciones, que
conocen de la pabla de Dios, pero que no permanecen. Así como unos
vienen, otros se van, y cuando vienen otros, los que estaban antes se
van. Es como un círculo vicioso.
Si todas las congregaciones retuvieran al menos el 25 por ciento
de las personas que pasan por sus filas, hoy la iglesia de Cristo a nivel
mundial sería la fuerza más grande de todas.
Esta observación que hice, me llevó rápidamente a entender que
la iglesia tiene un severo problema con la permanencia. Porque gente
siempre hay, siempre la palabra llega a alguien que no había
escuchado el mensaje de salvación y conoce a Cristo y su obra, pero el
asunto no está en los que vienen, sino en los que ya están y no
permanecen.
Muchas de estas personas que me tocó (en algún sentido) sufrir
sus bajas, ya que se fueron de las congregaciones, habían conocido
realmente a Dios. Algunos recibieron milagros extraordinarios.
Pá gina 31
Dios no es Humano
Jóvenes con adicciones que en un día dejaron todo; enfermos de
algún cáncer sanados totalmente; paralíticos que caminaron; mudos
que hablaron; ciegos que vieron… pero aun así, después de recibir un
tremendo milagro de Dios, no permanecieron.
La palabra de Dios dice en Juan 8.32 “y conocerán la verdad, y la
verdad los hará libres”. Creo que la mayoría de los que están dentro
de una congregación hace algún tiempo conoce este versículo. Si
Realmente la verdad nos hace libres, como es que algunos vuelven a
su mal. Como es que un joven ex adicto, recuperado solo por el poder
de Dios, años sirviendo y llegando a ser un líder juvenil, en un
momento vuelva a su adicción, y decida dejar todo lo que había
logrado con Dios. Cómo es que un enfermo, después de ser sano,
vuelva a enfermarse. ¿Pero acaso Dios no los liberó, Si ellos
realmente conocieron la verdad?
Uno de los grandes males que a los cuales nos hemos
acostumbrado al leer la biblia tomando pasajes bíblicos sin tener en
cuenta el contexto. Si tan solo nos vamos un versículo hacia atrás,
podemos encontrar la respuesta ante esta duda.
Juan 8.31 “Entonces Jesús dijo a los judíos que habían creído en
él: «Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis
discípulos”. Y concluye diciendo: “32  y conocerán la verdad, y la verdad
los hará libres.»
¡INCREIBLE!
Todo radica en el no permanecer en su palabra. La única manera
de poder ser libres de todo mal, es simplemente, permanecer en su
palabra.

Rápidamente podemos descubrir que el mal que aqueja a la
gente es que realmente no es libre. Podemos estar años dentro de
una congregación, cumplir con toda la “cultura” de la iglesia, pero si
no permanecemos en la palabra, nunca vamos a poder ser realmente
libres (esto es sin dejar de tener en cuenta que antes de poder ser
libres, tenemos la obligación de ser discípulos, cosa no menor). Si no
permanecemos en la palabra, prácticamente dejamos in valor a lo
todo lo que hizo Jesús en la Cruz, y porqué decimos esto, es porque es
prácticamente injusto para la acción de Jesús de morir en una cruz en
lugar nuestro, y que nuestra devolución de tremendo acto sea
simplemente ir los domingos a una reunión, cantar un par de
canciones, levantar las manos, dar los diezmos y ofrendas, y volver a
casa feliz de haber oído una palabra que me animó un poco.
El mandato de Jesús, la “gran comisión” fue la de hacer discípulos,
y eso no es cosa fácil, porque primero hay que permanecer en su
palabra.
Ahora, porque es en la palabra en donde tenemos que permanecer,
simplemente por lo que leímos al comienzo de este capítulo; Mateo 24.35
“El cielo y la tierra dejarán de existir, pero mis palabras permanecerán
para siempre”
Lo único que puede permanecer es la palabra de Dios. También
podemos permanecer nosotros (como dice en Juan 2.17), pero eso
tiene que ver con el hacer la voluntad de Dios primeramente, y para
hacer la voluntad de Dios, hay que permanecer en la palabra que Dios
nos dio.
ENTENDIMIENTO DE LA PALABRA
Pá gina 32
Dios no es Humano
Isaías 55.10 Así como la lluvia y la nieve caen de los cielos, y no
vuelven allá, sino que riegan la tierra y la hacen germinar y producir,
con lo que dan semilla para el que siembra y pan para el que
come,  11 así también mi palabra, cuando sale de mi boca, no vuelve a
mí vacía, sino que hace todo lo que yo quiero, y tiene éxito en todo
aquello para lo cual la envié.
Cuando hablamos de la palabra que Sale de la palabra de Dios
para esta tierra, tenemos que saber y entender que esa palabra, más
allá de nosotros, se va a cumplir. La palabra de Dios no tiempos, por lo
que su cumplimiento no depende de una sola persona, sino de aquella
que la realice.
La palabra de Dios no puede volver vacía, y si entendemos esto,
vamos a comprender que estamos en un lugar que no es de honores,
y privilegios constantes, sino que tenemos que decodificar la palabra
de Dios para esta tierra, y cumplirla, llevarla a cabo.
1 Reyes 17 Elías, un tisbita que vivía en Galaad, fue a decirle a
Ajab: «Vive el Señor, Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que en los
años que vienen no va a llover, y ni siquiera va a caer rocío, a menos
que yo lo diga.»
Lo que más llama la atención de Elías, es que no hay registros de
él, antes de antes de él. Es decir, no hay registros de Elías, antes de
este episodio. Nadie sabe de sus padres, de su infancia, quien lo
formó como profeta y demás. Sin embargo, en un momento de la
historia del pueblo de Dios, aparece; así de la nada, entra en escena
uno de los primeros profetas. Y como si fuera poco, su participación
es nada más y nada menos diciendo: “en los años que vienen no va a
llover, y ni siquiera va a caer rocío, a menos que yo lo diga”.
De aquí salen muchos interrogantes:

 ¿Quién es Elías?
 ¿Quién le dio autoridad?
 ¿De dónde viene?
 ¿Quién se cree para decir que hasta que él lo diga no iba a
llover más?
Literalmente, hasta que Elías lo dijo, no volvió a llover.
Reyes 18.43 “Luego le dijo a su criado: «Sube más arriba, y mira
hacia el mar.» El criado subió, miró el mar y bajó a decir que no se
veía nada; pero el profeta le ordenó que regresara siete veces más y
mirara.  44 A la séptima vez, el criado dijo: «Veo que del mar se levanta
una nube, pequeña como la palma de una mano.» Entonces Elías le
dijo: «Corre y dile a Ajab que prepare su carro y se vaya, para que no
lo ataje la tormenta.»
Elías anunció, e indudablemente, vino la tormenta y volvió a
llover.
Hay algo que debemos entender y aprender de este pasaje. Elías
no es quien es por capricho, por valeroso, por sabio, por inteligente,
astuto, corajudo, intrépido. En aquellos tiempos, el pueblo de Dios
estaba adorando a un falso dios, llamado Baal. Y Dios, que es celoso
de la adoración, que no permite que se tengan otros dioses que no
son dioses delante de Él, necesitaba a alguien, a una persona con el
espíritu correcto para destruir a aquellos que adoraban a Baal.
Había una palabra que fue soltada por Dios para la tierra, Elías se
toma de esa palabra, y pone en marcha el plan: destruir a los profetas
y los altares de Baal.
La palabra de Dios no depende de una persona, porque no son
para una persona, sino que sin enviadas a la tierra, para cumplir su
Pá gina 33
Dios no es Humano
propósito. La tierra necesitaba de alguien que le haga frente a los
profetas de Baal 450 y lo de Asera 400, y los quite de los lugares de
gobierno, y ese alguien fue Elías.
Por esto mismo, la palabra de Dios busca a alguien que quiera
cumplirla. La palabra está, lo que falta son personas que oigan esas
palabras y las pongan por obras.
LA PALABRA COMO SUSTENTO
Lucas 5.4 4  Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar
adentro, y echad vuestras redes para pescar.5  Respondiendo Simón, le
dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos
pescado; mas en tu palabra echaré la red.
Esta historia es fantástica.
Todos debemos recordar este episodio de la llamada “pesca
milagrosa”. La biblia no relata cual fue el mensaje de Jesús en aquella
ocasión. Sabemos que se subió a una barca, y que desde allí enseñó al
pueblo. En lo personal me interrogué sobre cuál pudo haber sido el
mensaje del Maestro en aquella oportunidad, pero sin lugar a dudas
debe de haber llenado de entusiasmo a Pedro para que después de
haber estado intentándolo toda la noche, y ya habiendo lavado las
redes, vaya nuevamente a intentarlo.
Según mi propia interpretación, el mensaje que Jesús predicó
aquel día fue acerca del Poder de la Palabra. Y creo que fue de eso
porque la respuesta que le da Pedro, después de (insisto) haberlo
intentado ·toda la noche· es: “…mas en tu palabra echaré la red.”
Pedro descubrió que la palabra del Maestro tenía el sustento
necesario para que cualquier cosa que él dijera, se cumpliese.
 Dios no es Humano

Tratado de reforzar este concepto, leamos lo que dice Mateo
14.25   Y a la madrugada, Jesús fue a ellos caminando sobre el
mar.  26  Pero cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el mar,
se turbaron diciendo: — ¡Un fantasma! Y gritaron de miedo.  27  En
seguida Jesús les habló diciendo: — ¡Tengan ánimo! ¡Yo soy! ¡No
teman! 28  Entonces le respondió Pedro y dijo: —Señor, si eres tú,
manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29  Y él dijo: —Ven. Pedro
descendió de la barca y caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.”
Una vez más está Pedro y Jesús, y entre ellos una acción que
realiza Pedro a causa de la Palabra de Jesús. Porque Pedro camino
sobre las aguas, porque la palabra de Jesús fue el sustento que logró
que caminase. Ahora, tampoco debemos olvidar que después de dar
unos pasos, Pedro se hundió, pero eso fue porque sabiendo que tenía
el sustento de la Palabra, aun así dudo.
Es importante saber que nuestro caminar es seguro cuando lo
hacemos con la palabra de Dios como sustento; cuando no hacemos
las casas porque se nos ocurren, sino porque estamos avalados con la
palabra. Incluso esto sirve para cuando oramos.
“todo lo que pidan al Padre en mi nombre” esto es, vengo en
nombre de: a pedir lo siguiente…
Entonces lo correcto sería: “Padre: En nombre de Jesús venimos a
pedir…” y no “en el nombre de Jesús…”
Tal vez esto no parezca de gran importancia, pero es que el Reino
tiene protocolos.
Muchos dice que no hay que pedirle cosas a Dios, sin embargo
Jesús dijo “pidan en mi nombre”. No está para nada mal que ores al
Padre y le pidas, que le abras tu corazón y puedas pedir lo que desee
tu corazón, de hecho Salmo 37.4 dice: “Deléitate asimismo en Jehová,
y él te concederá las peticiones de tu corazón”. Aunque no debemos
dejar de lado la intención de la palabra deléitate.
Si nosotros nos entregamos por completos a Dios, entonces él se
encargará de suplir todo lo que necesitemos.
Un texto que hace referencia justamente a esto, es Romanos 8.25

EL NOMBRE DE JESÚS
Jesús enseñó: Juan 14.13   Y todo lo que pidan al Padre en mi
nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
El poder del nombre de Jesús no es para orar diciendo: “…en el
nombre de Jesús…”. El mensaje es claro: a quien se le pide en nombre
de Jesús es al Padre. Decir “en el nombre de Jesús” para echar fuera
un demonio (por ejemplo) no tiene mucho sentido.
El nombre de Jesús no es un comodín que podemos usar para
pedirle a Dios que satisfaga nuestros deseos, sino que es la carta de
presentación que tenemos para con el Dios Padre.

Pá gina 34
 Dios no es Humano

Pá gina 35