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CARÁTULA

ÍNDICE

INFORME ACADÉMICO
ACERCA DE LAS SANCIONES PENALES A LOS
ADOLESCENTES EN EL PERÚ

I. INTRODUCCIÓN.........................................................................................3

II. DESARROLLO.............................................................................................4

III. CONCLUSIONES......................................................................................16

IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS..........................................................17

ANEXOS.............................................................................................................18

2
I. INTRODUCCIÓN
Con fecha 23 de septiembre de 2015 se publicó en el Diario Oficial “El
Peruano”, el Decreto Legislativo N° 1204, que modifica el Código de los
Niños y Adolescentes respecto a las a sanciones a imponer a los
adolescentes en conflicto con la ley penal y su ejecución.

Las innovaciones son diversas, y que introduce la modificatoria al Código


de los Niños y Adolescentes, desde nuevos conceptos jurídicos (por
ejemplo, ahora se habla de sanciones en lugar de medidas
socioeducativas), hasta el desarrollo normativo de un variado catálogo de
sanciones, algunas de las cuales resultan novedosas en nuestro sistema
penal juvenil (mandatos y prohibiciones, reparación directa a la víctima e
internación domiciliaria), inclusive se establece la facultad del juzgador para
variar, reducir o dejar sin efecto la sanción de internación durante la etapa
de ejecución de sentencia.

Este informe tratará de describir y analizar las sanciones que actualmente


resultan aptas de imposición para aquellos adolescentes que sean
declarados responsables de infringir la ley penal.

3
INFORME ACADÉMICO
ACERCA DE LAS SANCIONES PENALES A LOS
ADOLESCENTES EN EL PERÚ

II. DESARROLLO
2.1 Análisis
De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI), al cierre del año 2015, en el 58% de los hogares peruanos residía
por lo menos un menor de 18 años (el 80% eran hijos de los jefes de
hogar)1. En términos reales, para el año 2015, el país contaba con
10'435.373 menores de edad (el 33.5% del total de la población nacional),
de los cuales, 3'482.425 tenían entre 12 y 17 años, es decir, son
considerados adolescentes2. Al respecto, ver el siguiente cuadro:

Estos indicadores muestran la significativa presencia de niños y


adolescentes en el país (uno de cada tres peruanos es menor de edad).
Asimismo, el hecho de que en uno de cada dos hogares, los adultos tengan
a su cargo al menos a un niño o adolescente, evidencia la responsabilidad
de aquellos peruanos y peruanas que de manera directa o indirecta desde
el núcleo familiar influyen en el proceso formativo (identitario, psico-sexual,
cognitivo, moral y emocional) de los niños y adolescentes en el país. El
objetivo final de este proceso es garantizar su plena adaptación a las
estructuras formales de la sociedad en el marco de proyectos o planes de
vida positivos.

Por el contrario, un proceso formativo disfuncional, asociado a factores de


riesgo individuales, comunitarios y estructurales, suele ser la génesis de
futuros actos trasgresores que van desde conductas violentas hasta la
comisión de faltas y delitos punibles. Indudablemente, no existe un factor
determinante que origine la conducta violenta y/o delictiva. De acuerdo a la
Organización Mundial de la Salud, existen cuatro niveles que influyen en

1
Informe Técnico N° 1 - Marzo 2016. Estado de la Niñez y Adolescencia. Trimestre: Octubre-
Noviembre-Diciembre 2015
2
Boletín Especial N° 22. Perú: Estimaciones y Proyecciones de Población Departamental, por
año calendario y edades simples 1995 – 2025

4
este tipo de conductas trasgresoras, que denomina modelo ecológico de la
violencia: i) factores individuales (principalmente biopsicológicos y
genéticos). Aquí se destacan los trastornos neuropsicológicos, cognitivos y
de la personalidad (vinculados a criminopatologías); ii) relaciones más
cercanas (entorno directo) como las mantenidas con la familia y los amigos.

2.2 Perfil del adolescente infractor del Perú


Se define al adolescente infractor como “una persona en desarrollo, sujeto
a derechos y protección, quien debido a múltiples causas ha cometido una
infracción, y que, por lo tanto, requiere de atención profesional
individualizada y grupal que le permita desarrollar sus potencialidades,
habilidades, valores y hábitos adecuados dentro de un proceso formativo
integral”.

Las intervenciones del Estado orientadas a alcanzar la reinserción del


adolescente infractor se desarrollan en dos modalidades o medios: cerrado
a través del internamiento del adolescente infractor en un Centro Juvenil de
Diagnóstico y Rehabilitación (en adelante CJDR) y abierto mediante la
intervención de una medida socioeducativa no privativa de la libertad en un
Servicio de Orientación al Adolescente (en adelante SOA). Ambas
modalidades buscan el autogobierno como expresión de reeducación o
resocialización del adolescente infractor.

En términos absolutos, se ha registrado un progresivo incremento del


número de adolescentes infractores que son atendidos en los CJDR y SOA
que administra el Poder Judicial. Así, para el cierre del año 2015, un total
de 6.611 adolescentes en conflicto con la ley penal recibieron atención
individualizada y especializada según sus necesidades y perfil de riesgo
criminógeno. Sin embargo, un indicador más preciso que permite medir la
evolución de la población atendida en estos centros juveniles es la tasa de
adolescentes atendidos en el Sistema de Reinserción Social del
Adolescente en Conflicto con la Ley Penal (SRSALP), la cual representa el
número de adolescentes atendidos por cada 100 mil adolescentes a nivel
nacional. Al respecto, ver el siguiente gráfico 1:

5
Desde el año 2000 al 2015 casi se ha duplicado la tasa de adolescentes
infractores atendidos en el SRSALP. 3 En el Perú, en el año 2015, de cada
100 mil adolescentes, 285 registraron algún tipo de conflicto con la ley
penal y fueron atendidos en un CJDR o en un SOA del país.

2.3 Adolescentes infractores en el Perú


En diciembre del 2015, se registraron 3.256 adolescentes infractores en el
Perú atendidos en el marco del SRSALP. De este total, el 59,7% fueron
atendidos en medio cerrado mientras que el 40,3% restante, en medio
abierto, siendo el CJDR Lima el que registra el mayor número de
atenciones (803 adolescentes infractores), representando el 24,7% de los
casos atendidos a nivel nacional; seguido del SOA RIMAC con 438
infractores, tal como se aprecia en el siguiente gráfico 2:

2.4 Tipo de infracción que cometieron


El robo y robo agravado, con un 42,8% (1.393), son las principales
infracciones cometidas por los adolescentes atendidos en el SRSALP,
seguido por violación sexual con un 16,2% (528) y hurto con un 14,9%
(485), tal como se observa en el siguiente gráfico 3:
Si analizamos las infracciones por el tipo de daño que ocasionaron a las
víctimas se advierten dos categorías: i) aquellas que atentaron contra la
integridad, la libertad y la vida de las personas, y ii) las que afectaron su
propiedad. Dentro de la primera, se encuentran los homicidios, violaciones
sexuales, lesiones, pandillaje y secuestros, las cuales alcanzaron el 26.9%.
Debido a su gravedad, estas infracciones se sancionan con la internación
del adolescente infractor y posterior sentencia, aplicando las penas más
elevadas, las cuales pueden ir desde los seis hasta los diez años.

Por otro lado, cerca del 58% de los adolescentes cometieron infracciones
patrimoniales, que tienen, por lo general, motivaciones económicas. Si bien
este hecho no difiere de lo que ocurre a nivel nacional, donde los delitos
contra el patrimonio son los que mayor extensión y prevalencia tienen (7 de

3
Indicador construido en base al grupo etario comprendido entre los 14 y 17 años nivel
nacional, a quienes la ley considera como infractores.

6
cada 10 denuncias presentadas ante la PNP corresponde a este tipo de
delitos), hay que notar que la gran mayoría de los adolescentes cometió la
infracción de robo y robo agravado, modalidad que implica el uso de
violencia contra la víctima y solo un porcentaje menor cometió hurtos.

Se hace evidente, entonces, que muchas de las infracciones que cometen


los adolescentes, como los robos, las violaciones sexuales, homicidios,
entre otros, implican el uso de violencia contra sus víctimas. Al considerar
que estas situaciones son realizadas por individuos en edades formativas,
requieren de medidas urgentes para mitigarlas.

2.5 Naturaleza jurídica de las sanciones que se imponen a los


adolescentes en conflicto con la ley penal
Actualmente el Capítulo VII, Título II del Libro Cuarto del Código Nacional
del Adolescente (CNA), denomina “sanciones” a las consecuencias
jurídicas impuestas a los adolescentes que infringen la ley penal, esta
terminología nos parece adecuada, pues el concepto de “Medida
socioeducativa”, utilizado con anterioridad a la reforma, es propio de la
Doctrina de la situación irregular, en cuyo contexto se las entiende como:
“Aquellas en las que la finalidad esencial no es la de penar ni la de intimidar
a los menores, así como tampoco la de reprobar socialmente la conducta
de quien se encuentre en situación irregular porque fundamentalmente se
trata de proteger jurídicamente al menor contra el medio ambiente que
nocivamente influye en su comportamiento y contra las tendencias o
inclinaciones perturbadoras de su normal desarrollo personal que motivan
indudables desajustes a su convivencia con los demás, por ello la finalidad
esencial de éstas medidas es de prepararle eficazmente para la vida”.

El término sanción ayuda a entender que aun cuando los menores de edad
se encuentran sometidos a una jurisdicción especializada, en realidad se
trata de una responsabilidad penal, aunque atenuada respecto de los
adultos, pero de la misma naturaleza. Algunos juristas sostienen que la
exigencia de un proceso diferenciado respecto a los adultos “no es
obstáculo para que el proceso de infracción a la ley penal deba

7
considerarse de carácter penal, por su propia naturaleza y aplicación de los
principios, derechos y garantías previstos en el ordenamiento jurídico”.

Resulta aconsejable y hasta beneficioso que el menor conozca sin


escapatorias que estamos ante una justicia penal que, con todas sus
especialidades, le va exigir, en caso de acreditarse su participación en los
hechos imputados, responder ante la sociedad por la infracción a la ley
penal a través de una sanción. Además, si reconocemos la naturaleza
penal de este proceso le estamos imponiendo al sistema los límites y
controles propios del ordenamiento jurídico en un Estado de Derecho, en
caso contrario, al no tener en claro esa naturaleza, la exigencia de
derechos y garantías puede esquivarse, conforme se ha hecho en el
pasado con la legislación tutelar, donde “en materia de infracciones
penales, el menor de edad era considerado irresponsable penalmente e
inimputable, y se le trataba como una persona incapaz, incluyéndolo así en
una categoría de personas diferentes a las normales, siendo la base de
una discriminación y marginación expresada en la pérdida de garantías
personales, reforzando el rol paternal del juez.

De esta forma se afirmaba que las normas aplicables en estos procesos no


correspondían al derecho penal al tener una naturaleza distinta, lo que no
era cierto debido a que la lógica sancionadora era idéntica, de manera tal
que al menor se le aplicaba la severidad del derecho penal, pero sin
ninguna garantía que lo protegiera. Al afirmarse que la sentencia no
contenía una sanción, sino una medida de seguridad, la misma podía ser
de duración indeterminada (en razón al criterio de peligrosidad de la
conducta del menor) y para su fundamentación no se requería demostrar la
culpabilidad del menor sino sólo la peligrosidad” 4.

Desde una simple amonestación hasta la privación de la libertad por


aplicación del internamiento en un centro juvenil, son sanciones aplicadas
al adolescente que infringe una norma penal. Entender esto es necesario a

4
Defensoría del Pueblo. La situación de los adolescentes infractores de la ley penal privados
de libertad. Lima, Informe Defensorial Nº 123, 2007, pp. 18 y 19.

8
efectos de desterrar insinuaciones. En definitiva, debe tenerse en cuenta
que el derecho penal juvenil no es derecho social, como estimaba la
doctrina de la situación irregular, ni derecho de familia, sino que es derecho
penal, eso sí con particularidades derivadas del interés superior del niño y
de la protección integral de este, expresadas como principio educativo.

2.6 El principio educativo de las sanciones en el sistema de justicia penal


juvenil
El artículo 229 del Código de los Niños y Adolescentes destaca que “las
sanciones tienen una finalidad primordialmente educativa y socializadora
para adolescentes en conflicto con la ley penal, basada en el respeto de los
derechos humanos y las libertades fundamentales. Se aplican, según sea
el caso, con la intervención de la familia y el apoyo de especialistas e
instituciones públicas o privadas”.
El principio educativo no se refiere de manera específica, a garantizar
acceso al sistema educativo formal, sino básicamente a los contenidos que
deben expresarse en los diversos momentos y las respuestas al hecho
vergonzoso cometido por el adolescente. Implica un proceso de constante
incentivación del despliegue de las múltiples potencialidades humanas
cuyo fin es la capacitación del adolescente en conflicto con la ley penal
para la realización de una vida existencial y coexistencial genuina y
verdaderamente humana y, en su horizonte, permitir la cristalización de un
“proyecto de vida”.

El principio educativo se expresa en el artículo 40.1 de la Convención sobre


los Derechos del Niño en cuanto expresa: “Los Estados Partes reconocen
el derecho de todo niño de quien se alegue que ha infringido las leyes
penales o a quien se acuse o declare culpable de haber infringido esas
leyes a ser tratado de manera acorde con el fomento de su sentido de la
dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del niño por los derechos
humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se tengan
en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la reintegración del
niño y de que éste asuma una función constructiva en la sociedad”.

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Hemos indicado que en principio, debido a que se trata de un sistema de
responsabilidad penal especial, se debe considerar que las sanciones son
la expresión del reproche jurídico a la conducta del adolescente en conflicto
con la ley penal, empero, esta reacción social frente a sus actos ilícitos no
debe ser sólo el castigo, sino que principalmente procura reeducar o
rehabilitar al infractor para cumplir un papel constructivo y productivo en la
sociedad. Es claro entonces que las sanciones en el sistema penal juvenil
poseen naturaleza jurídica “mezclada”, pues si bien tienen un aspecto
sancionador, fundamentalmente asumen una finalidad pedagógica cuya
intención es asegurar en todo momento la educación, reinserción y
resocialización del adolescente en conflicto con la ley penal. Lo expuesto
significa que al establecer una sanción se debe procurar: a) fomentar la
responsabilidad del adolescente que ha cometido una infracción penal, b)
promover su real rehabilitación para cumplir un papel constructivo y
productivo en la sociedad, c) favorecer la participación no solamente de la
familia sino también de la comunidad en el proceso de reinserción social,
mediante la oferta de servicios y programas para el cumplimiento de las
sanciones impuestas.

De otro lado, el artículo 229 Código de los Niños y Adolescentes, establece


en su segundo párrafo que las normas contenidas en el Capítulo VII,
“Sanciones a los adolescentes infractores de la ley penal”, resultan de
aplicación al adolescente de 14 a menos de 18 años de edad, a quien se le
imputa responsabilidad como autor o partícipe de un hecho punible,
tipificado como delito o falta en el Código Penal o leyes especiales. Este
párrafo además de innecesario resulta redundante, pues el mismo
enunciado se encuentra en los artículos IV del Título Preliminar y 184 del
mismo texto legal, es suficiente lo indicado en los últimos artículos para
entender que los menores comprendidos en dicha franja de edad son los
destinatarios del sistema penal juvenil, en consecuencia, son excluidos de
la intervención penal para adultos pero al mismo tiempo se les exige
responsabilidad penal a través de las sanciones específicas previstas para
responder frente a un hecho delictivo.

10
2.7 Criterios para la determinación de la sanción
En el sistema de justicia penal juvenil el juzgador cuenta con un amplio
abanico de sanciones de diferente intensidad y contenido, a efectos de
seleccionar aquellas que satisfagan con mayor claridad el interés superior
del niño. Así, de comprobarse la responsabilidad del adolescente infractor
se procederá a aplicar alguna de las medidas que se indican en el artículo
231 del Código de los Niños y Adolescentes, que comprende desde una
simple amonestación hasta la privación de su libertad mediante la sanción
de internación en un centro juvenil.

A efecto de guiar al juzgador en la determinación de la sanción concreta a


imponer, el artículo 230 del Código de los Niños y Adolescentes establece
que éste no sólo debería limitarse a examinar la gravedad del hecho
punible, sino que también debe analizar los siguientes aspectos:
i) La edad del adolescente, sus circunstancias personales, así como su
situación psicológica, educativa, familiar y sociocultural, según el informe
del equipo multidisciplinario.
ii) La magnitud del daño causado.
iii) El nivel de intervención en los hechos.
iv) La capacidad para cumplir la sanción.
v) Las circunstancias agravantes o atenuantes reguladas en el Código
Penal o Leyes Especiales, en lo que corresponda.
vi) La proporcionalidad, racionalidad e idoneidad de la sanción, y
vii) Los esfuerzos del adolescente por reparar, directa o indirectamente, los
daños.

Es decir, conforme al artículo 230 del Código de los Niños y Adolescentes,


el juez al momento de elegir la medida socioeducativa deberá atender no
solamente a la gravedad y naturaleza de la infracción, sino también a la
edad, personalidad, circunstancias personales, familiares y sociales del
adolescente. La valoración conjunta de estos aspectos también interviene
decisivamente al momento de optar por la aplicación de una sanción
determinada (socioeducativa, limitativa de derechos o privativa de libertad).

11
2.8 PROBLEMÁTICA
En nuestro medio, la participación de adolescentes en pandillas y barras
bravas denota su constante exposición al conflicto con las normas jurídicas
establecidas, tanto a nivel penal como en el Código del Niño y del
Adolescente. Cada año que pasa, más son los adolescentes involucrados
como infractores penales. Participan en infracciones contra el patrimonio,
integridad y otros bienes jurídicos, razón por la cual, la política criminal del
Estado, no puede tratarlos con los mismos mecanismos y sanciones
aplicables a los delincuentes adultos.
Esta situación es preocupante, puesto que, una parte considerable de
adolescentes, se vienen acostumbrando a infringir las normas de
convivencia social, viéndose involucrados en hurtos, faltas y lesiones.

El momento actual se caracteriza por un protagonismo inusitado de los


adolescentes en los diversos actos antisociales. En realidad, el sistema de
justicia juvenil penal no está cumpliendo con sus objetivos, dándose
situaciones a partir de las cuales se ven involucrados en situaciones de
reincidencia, evidenciándose que los operadores del derecho que tienen
potestad legal para procesar a infractores penales no están cumpliendo con
el tratamiento socio educativo prescrito en el Código del Niño y del
Adolescente.

Las estadísticas de la última década expresa la participación cada más


recurrente de niños, adolescentes y jóvenes, los cuales están involucrados
en actos antisociales e infracciones agravadas. La inseguridad que se vive
actualmente tiene su principal causa en las pandillas y barras bravas que
actúan generando violencia y daños a la propiedad pública y privada.
Desde el punto de vista de la política criminal, el Estado ha ido
incorporando paulatinamente a la normatividad interna aspectos de la
normatividad internacional (Reglas de Beijing), lo que ha permitido contar
con el Código del Niño y del Adolescente (Ley Nº 27337- 21/07/2000), un
instrumento garantista y protector de los niños y adolescentes.

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El Código mencionado tipifica los actos antisociales de los adolescentes y
jóvenes como infracciones penales y la sanción a recibir consiste en un
tratamiento socio-educativo, lo que determina el desempeño de los
operadores del derecho penal, que tienen potestad legal para intervenir
frente a los adolescentes infractores.
Un principio básico del Derecho Penal, es que los menores de 18 años de
edad son inimputables. Esto significa, que no les alcanza la aplicación de
la ley penal común, razón por la cual no pueden ser juzgados como los
adultos. Normalmente, tienen un proceso especial, de acuerdo con la
naturaleza de su capacidad física, emocional y psicológica. Por razones
especiales y de acuerdo a situaciones graves, en algunas ocasiones, los
Estados han criminalizado la conducta de los niños y adolescentes,
vulnerando de esta manera los derechos que les contempla la normatividad
internacional de los Derechos Humanos.

La situación de los Niños y Adolescentes involucrados en la comisión de


delitos o actos antisociales, generalmente tiene como mecanismo de
control y tratamiento, la aplicación de medidas de seguridad (de protección
o socio-educativas). No se les va a someter a penas privativas de la
libertad; puesto que son, penalidades que a nivel internacional está
proscritas para su aplicación a los menores que delinquen.
Para la ley penal peruana, teniendo el Código del Niño y del Adolescente,
los menores involucrados en la comisión de delitos son infractores penales.
Para ello, hay que tener en cuenta su condición física y psicológica;
tratarlos en base a un proceso de readaptación y resocialización que
permita recuperarlos para la sociedad, así como también establecer
sanciones ejemplares para aquellos casos en que los menores estén
involucrados en delitos realmente graves.

En la actualidad los Niños y Adolescentes, involucrados en la comisión de


infracciones penales, no tienen el mismo tratamiento penitenciario que los
adultos; el enfoque establecido por el Estado, se basa en la posibilidad de
readaptarlos para la sociedad. La realidad penitenciaria de los menores,
demuestra que están hacinados y que no se cumple con tal fin. Antes bien,

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en dichos centros se ejercitan más en las habilidades antisociales que los
hacen proclives hacia tendencias delictivas.

El tema es importante por cuanto contribuirá a que se establezca una


política criminal realista y objetiva, que atienda la problemática del niño y
del adolescente y que con ello contribuya a una real superación de un
problema que viene agudizándose cada vez más en nuestra sociedad,
generando inseguridad. Es por ello que se hace necesario superar la
problemática planteada, en lo que refiere al momento en que al
adolescente infractor se le somete al proceso judicial correspondiente y
cuando se le determina la sanción de internamiento con las exigencias del
tratamiento que se debe llevar a cabo para su readaptación social; en lo
que corresponde a los problemas de criterio o deficiencias legales que se
aplican en sí, pero esencialmente en cuanto a la falta de criterios unificados
en los Operadores de Justicia (tanto de Fiscales como Jueces de Familia)
durante la etapa de investigación preparatoria y en pleno juicio oral, a fin
así de solidificarse un criterio específico de la administración de justicia que
se aplique especializadamente y en exclusividad para los casos críticos de
Adolescentes Infractores que han cometido delitos agravados; y de hacerse
efectiva la aplicación supletoria y requerida del Nuevo Código Procesal
Penal, en referencia al proceso judicial de adolescentes imputados, dada la
efectividad, rigurosidad y garantía que llega a tener el proceso penal bajo el
nuevo código, para llegar a esclarecer la comisión del delito grave y
sancionar debidamente al responsable punible, además de hacerse
resaltable que en determinados casos los jueces de familia han llegado a
aplicar positivamente el NCPP en procesos judiciales especiales contra
adolescentes responsables de delitos, conllevando a que se determinen
medidas de internamiento que impliquen verdaderos tratamientos de
rehabilitación juvenil.

El Nuevo Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes (de 183


artículos) que el Gobierno aprobó a través del Decreto Legislativo 1348,
establece las nuevas medidas que le corresponderían al menor infractor,

14
según su edad y el delito cometido. Inclusive, señala la amonestación,
libertad restringida y servicios a la comunidad para los delitos juveniles. Se
indicó que el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, tras
formular observaciones a los informes que anualmente presenta el Perú,
propuso modificaciones a la regulación de las sanciones para los niños y
adolescentes en el Decreto Legislativo 1204 (Decreto Legislativo que
Modifica el Código de los Niños y Adolescentes para Regular las Sanciones
a Adolescentes Infractores de la Ley Penal y su Ejecución).

Asimismo, se destacó el artículo 169 del Nuevo Código de Responsabilidad


Penal de Adolescentes, porque diseña un plan de tratamiento individual del
niño y adolescente en su proceso socio-educativo.
“El mayor reto en el proceso socio-educativo están en las instalaciones,
donde son confinados, donde actualmente los menores están hacinados y
compartiendo ambientes con adolescentes de mayor peligrosidad. No hay
una especialización en el tratamiento de sus casos y eso lo exigía las
Naciones Unidas”.
Además, que se ha dispuesto que en las delegaciones policiales no sólo
deben haber ambientes para adultos; sino para niños; con el propósito de
alejarlos de todo tipo de perturbaciones en su conducta.

15
III. CONCLUSIONES
1.- Los adolescentes infractores son aquellos que han cometido actos
ilícitos, concretamente entre los 14 y 18 años de edad. En ese sentido,
el Código Penal en su artículo 20 inciso 2) establece: “está exento de
responsabilidad penal, el menor de 18 años”105, es decir, es declarado
inimputable por lo que no puede responder como adulto. Así, en la
determinación de la sanción que se le va aplicar luego de haber
verificado la comisión del ilícito dentro del marco de un derecho penal
de acto y no de autor, consideramos que es necesaria la adecuación
de la sanción a su especial situación de persona en proceso de
desarrollo, a sus condiciones personales y a sus condiciones sociales.

2.- El Código de Responsabilidad Penal de Adolescentes establece que el


fiscal o el Juez tienen por función primordial velar por el respeto de los
derechos, garantías del niño y del adolescente, del infractor penal en
referencia a la observancia del debido proceso. Sin embargo, se debe
ser cuidadosamente usado para determinar las responsabilidades de
los infractores.

3.- La remisión “Consiste en promover la abstención del ejercicio de la


acción penal o la separación del proceso del adolescente que ha
cometido una infracción que no reviste mayor gravedad, procurando
brindarle orientación especializada, dirigida a lograr su rehabilitación y
reinserción social por medio de la aplicación de programas de
orientación con enfoque restaurativo, cuya duración no excede de doce
(12) meses”, solo se deberá utilizarse cuando se disponga de pruebas
fehacientes de que el adolescente ha cometido el delito que se le
acusa

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IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

- CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO. Edición Oficial. Lima Perú.


- CÓDIGO DEL NIÑO Y DEL ADOLESCENTE. Edición Oficial. Lima Perú.
2000
- BARATTA, Alesandro (1996). “Elementos de un Nuevo Derecho“.
Ediciones Jurídicas. Editorial Bosch, Madrid, España.
- BELOFF, Mary (1997). "La aplicación directa de la convención internacional
sobre los derechos del niño en el ámbito interno". Editorial del Puerto.
Madrid, España.
- CABANELLAS, Guillermo (1982). “Enciclopedia Jurídica de Derecho
Usual”. Editorial Heliasta. Tomo V. Buenos Aires Argentina.
- CHUNGA LAMONJA, Fermín (2001). “Derecho de Menores”. Editorial
Grijley. Lima - Perú. Pág. 69.
- MOMETHIANO ZUMAETA, Eloy (1999). “Derecho de menores.
Alternativas frente a la problemática del menor”. Editorial San Marcos.
Primera Edición. Pág. 74.
- CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES (2001). Ley N° 27337.
Edición Oficial. Lima, Perú.

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ANEXOS
Gráfico N° 01: Evolución anual de la tasa de adolescentes atendidos en el SRSALP
(Medio Cerrado-Medio Abierto). Período 1997-2015

Fuente: Gerencia de Centros Juveniles del Poder Judicial


Elaboración: MINJUS/ Dirección General de Política Criminal y Penitenciaria

Gráfico N° 02 Número de adolescentes infractores atendidos en el SRSALP a


nivel nacional por tipo de medida impuesta (Medio Cerrado-Medio Abierto).
Diciembre 2015

Fuente: Gerencia de Centros Juveniles del Poder Judicial- Información del mes de diciembre de
2015 Elaboración: Dirección General de Política Criminal y Penitenciaria (DGPCP) – Ministerio
de Justicia y Derechos Humanos

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Gráfico N° 03. Número de adolescentes infractores atendidos en el SRSALP a nivel
nacional por tipo de infraccion cometida (Medio cerrado-medio abierto). Diciembre de 2015

Fuente: Gerencia de Centros Juveniles del Poder Judicial


Elaboración: Dirección General de Política Criminal y Penitenciaria (DGPCP) – Ministerio de Justicia
y Derechos Humanos

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