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Nombre del alumno: Alanís García Mauricio Eduardo

Grado y grupo: 4-AG


Materia: Física
Nombre del profesor: Eligio Manuel Hernández Alva
Trabajo: Ensayo de el Bosón de Higgs (La partícula de Dios)
Ensayo del bosón de Higgs (La partícula de Dios)
La ‘partícula de Dios’ se manifestó por primera vez entre los hombres el 4 de
julio de 2012. Más conocida como Bosón de Higgs, un grupo de físicos propuso
su existencia en 1964 pero no se confirmó hasta la primavera de 2013 en el
CERN.

Los científicos del LHC, un acelerador de partículas del CERN, proclamaron su


descubrimiento después de más de medio siglo de búsqueda y el hallazgo
conmocionó al mundo. Sin embargo, más allá de los círculos científicos,
muchos no iniciados ignoran qué es este bosón y por qué es relevante su
existencia.

Introducción
En esencia y de forma burda, se trata de una partícula elemental que permite
explicar la diferencia entre las masas de las distintas partículas que componen
la naturaleza. Para poder ahondar en este fenómeno y llegar a comprenderlo,
es necesario refrescar previamente una serie de conceptos.

En primer lugar, la materia está compuesta por átomos. Estos átomos, a su


vez, están formados por un núcleo central, con neutrones y protones, y a su
alrededor giran los electrones.

Sin embargo, estos protones y neutrones se componen de partículas todavía


más pequeñas, llamadas quarks. Se trata de partículas elementales, igual que
los electrones, que son indivisibles.

Desarrollo
En la década de los sesenta, los científicos trataban de comprender cómo
funcionaban los protones y los neutrones por dentro, y las teorías no
terminaban de encajar.

Los físicos no entendían a qué se debían las enormes diferencias de masa


entre las distintas partículas elementales. Por ejemplo, el quark ‘cima’ (uno de
los seis tipos que existen) es mucho más pesado que un electrón.
Concretamente, su masa es 350.000 veces mayor. Esta es la misma diferencia
de peso que hay entre una sardina y una ballena.
Las preguntas quedaban abiertas y eran muy profundas: ¿Qué confiere la
masa a las partículas? ¿Qué es realmente la masa? ¿Por qué existen estas
diferencias?
Imagen de una sección del túnel del Gran Colisionador de Hadrones (CERN)
Para dar respuesta a todas estas cuestiones, en 1964 el físico británico Peter
Higgs propuso, junto a otros colegas, una solución. Presentaron una teoría que
aseguraba que todo el espacio está relleno de un campo que interacciona con
las partículas elementales y es esto lo que les confiere masa.

Se trata del ‘campo de Higgs’, que permea todo el universo.

Como peces en el agua


Para comprender mejor su funcionamiento, es posible establecer una sencilla
analogía. Las partículas elementales están inmersas en el campo de Higgs
como los peces en el agua. Una sardina en el mar, al ser pequeña, interacciona
muy poco con el medio y puede moverse rápidamente. Por el contrario, una
ballena, con un tamaño mucho mayor, interacciona con más agua y se
desplazará más despacio.

Al trasladarlo al caso subatómico, la idea es que cuanto mayor es la interacción


de una partícula con el campo de Higgs, mayor es su masa. Se podría decir
que este campo “frena” más a las partículas cuanto más pesadas son, igual
que ocurre con el agua y los peces.

Así, un electrón interacciona poco con el campo de Higgs, por lo que se


desplaza fácilmente a su través. Dicho de otra forma, el campo de Higgs hace
que el electrón tenga una masa mínima (sería el caso de la sardina).

Por su parte, el quark ‘cima’ presenta una interacción muy fuerte con el campo
de Higgs, por lo que se desplaza lentamente. O lo que es lo mismo, es muy
pesado (como la ballena).

Según esta teoría, la masa no sería una propiedad intrínseca de las partículas
sino el resultado de una interacción con el campo de Higgs.

¿Dónde aparece el bosón de Higgs?


De la misma manera que el agua está compuesta por moléculas de H2O, el
campo de Higgs está formado por un incontable número de bosones de Higgs.

Para demostrar que esta teoría propuesta en 1964 era cierta, era necesario
encontrar estos bosones. Para ello, se construyeron los grandes aceleradores
de partículas.
Evento candidato de Higgs a partir de colisiones entre protones (CMR | CERN)
¿Por qué resultó tan complicado observarlo?
Por dos motivos fundamentales. En primer lugar, para generar un bosón de
Higgs se necesitan intensidades de energía muy elevadas, similares a las del
Big Bang. Para reproducir estas condiciones, fue necesario construir grandes
aceleradores de partículas como el LHC del CERN, donde finalmente fue
detectado.

En segundo lugar, una vez generado el bosón de Higgs, se desintegra muy


rápidamente y desaparece antes de que pueda ser observado. De hecho, lo
que se detecta en los experimentos no es el bosón de Higgs, sino los residuos
que deja al descomponerse.

¿Qué hicieron los físicos en el LHC?


De manera muy simplificada, en este acelerador se hizo colisionar de frente
haces de protones a velocidades elevadísimas para generar instantes de gran
energía y observar qué partículas aparecían. Durante fracciones de segundo, el
LHC conseguía reproducir las condiciones del Big Bang y se formaban nuevas
partículas subatómicas, entre ellas el bosón de Higgs.

Hasta hace poco, los aceleradores no eran capaces de reproducir estas


condiciones y conseguir así que los protones chocasen a velocidades
suficientemente altas para producir el bosón de Higgs. Por ese motivo, no pudo
ser detectado definitivamente hasta hace un par de años.

¿De dónde viene el término ‘partícula de Dios’?


El Premio Nobel de Física Leon Lederman escribió en la década de los noventa
un libro en el que se refería al bosón de Higgs como “the goddamn particle”,
esto es, “la maldita partícula”, por lo difícil que era detectarla.
En un alarde de originalidad, el editor del texto decidió sustituir el nombre por
“the God particle”, es decir, “la partícula de Dios”. Desde entonces, el bosón de
Higgs quedó rebautizado.

Sin embargo, algunos investigadores prefieren el apodo de “la partícula botella


de champagne”. Este término hace referencia a la anécdota que relata que el
ministro de Ciencia británico William Waldegrave ofreció este obsequio a quien
fuera capaz de explicarle qué era el bosón de Higgs.

Conclusión
El descubrimiento del bosón de Higgs supuso todo un acontecimiento en la
comunidad científica porque constituye una victoria del Modelo Estándar de la
Física, esto es, la teoría que engloba todos los conocimientos sobre el mundo
subatómico.

Este modelo predice qué partículas forman la materia y qué fuerzas interactúan
entre ellas. Asimismo, preveía la existencia del bosón de Higgs y su
confirmación respalda el modelo y afianza las ideas actuales. Si este hallazgo
no se hubiese producido, los físicos habrían tenido que asumir que algunos de
estos planteamientos eran erróneos y plantear formulaciones alternativas.

Sin embargo, el Modelo Estándar no llega a ser una teoría completa, ya que no
incluye la gravedad, que es una de las cuatro fuerzas fundamentales de la
naturaleza. Tampoco explica qué son la materia y la energía oscuras. Muchos
científicos están convencidos de que la confirmación de la existencia del bosón
de Higgs permitirá avanzar en teorías como la supersimetría o la unificación de
las fuerzas de la naturaleza.

A partir de ahora, las investigaciones deberán continuar en esta línea para


desentrañar los secretos de la naturaleza.

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