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Fundamentos del Hormigón Armado
11.1. Introducción
La resistencia al corte de las piezas estructurales de hormigón armado, fue uno
de los temas cuya comprensión llevó más tiempo 1, seguramente porque es uno
de los que pone más de manifiesto las particulares características resistentes
de un material compuesto de matriz frágil como el que estamos analizando.
Daría la sensación que la solución actualmente vigente, que es la que se
expone en este texto, representa bien las características del fenómeno físico
que se tiene entre manos.
1
Solo se alcanzó a establecer una solución racional al problema del corte en el hormigón armado, en el
último cuarto del siglo XX.
1
origina un estado tensional plano, este valor de (τc,máx) actúa tanto en la
sección normal de la viga en la que se aplicó la fórmula de Collignon, a la altura
de su eje neutro, cuanto en un plano perpendicular al plano medio de la misma
y que contenga al eje (fig. 11.1.a).
a) b)
τc,máx
fct
τc,máx τc,máx
fct
τc,máx
Figura 11.1
Figura 11.2
2
Tomada del libro de Eduardo Torroja “Razón y Eer de los Tipos Estructurales”
2
En esta etapa, el estado de fisuración de la viga es el indicado en (fig. 11.3), en
el que aparecen fisuras originadas por tensiones normales de tracción a (45°)
debidas al corte y fisuras a (90°) originadas por las tensiones normales de
tracción debidas a la flexión. Cada una de ellas aparecerá en las zonas de la
viga en que la solicitación que las originan toma mayores valores. Cuando la
carga está uniformemente distribuida, el esquema original de fisuración es el
indicado en (fig. 11.3)
Figura 11.3
Figura 11.4
Que la fisura de rotura sea una de corte o una de flexión, depende de una serie
de factores ─relación entre magnitud de la carga actuante y luz de la viga,
relación entre la altura y el ancho de la sección de rotura─ que no vamos a
3
analizar ahora 3, simplemente supondremos que la viga que estamos
analizando rompe por corte (fig. 11.4).
Vcd
Vcfd
Vsd z
Vd
Vpd
Reacción
Figura 11.5
3
En la realidad este tipo de análisis no interesan demasiado al momento de dimensionar pues, a tales
fines, se supone que la pieza va a romper tanto por corte como por flexión y se toman los márgenes de
seguridad adecuados para que no ocarra ninguna de las dos cosas.
4
Contada a partir del baricentro de las armaduras de tracción, pues de allí para abajo solo se tiene
hormigón de recubrimiento.
4
al desplazamiento relativo entre ambas partes manteniendo la integridad de la
viga, es decir, su continuidad resistente─ o sea:
5
Si bien a los estribos se les puede dar cualquier inclinación, todos los que no forman un ángulo de (90°)
con el eje de la pieza deben ser soldados, por lo que no los consideraremos, en consecuencia, los estribos
siempre forman un ángulo de (90°) con el eje de la viga que los contiene.
6
Levantadas a (45°) respecto de la horizontal.
7
Dada la deformabilidad de ambos, cuando rompe el recubrimiento por tracción, la colaboración de los
estribos de corte es insignificante.
8
Para un hormigón clase H30 y un acero ADN420, que son valores normales de las resistencias de los
materiales, la cuantía de armadura de una línea de estribos resulta: ρw = 0,001 = 0,1%
9
Según el Model Code 2010
5
válida para un hormigón de calidad menor o igual a H64. Y para la armadura de
corte:
Armadura de Corte
necesaria entre
x=xa y x=xb
Diagrama de
Esfuerzos V
Cortantes
0 xa xb x
Figura 11.6
6
tomar, también, el valor que corresponde a M(x1+z). En resumen, la presencia
de esfuerzos cortantes hace que la armadura de tracción deba dimensionarse
para un momento mayor que el correspondiente a la sección que se considera,
esto se obtiene efectuando un corrimiento de las ramas del diagrama de
momentos con valores siempre crecientes o siempre decrecientes, una
distancia (z) en el sentido de los momentos decrecientes.
Nc(x+z)
Ns(x1+z)
0 x1 x1+z x
M(x1)
M(x1+z)
Figura 11.7
*****
7
11.11.19
Fundamentos del Hormigón Armado
12.1. Introducción
a) b) c)
N N N
M
a
eo eo
N N N
Figura 12.1
1
La pieza representada es parte de una estructura por ello, por sí sola no está en equilibrio.
2
Como vimos, se pueden definir varios ejes en un elemento resistente, pero en esta caso el que es más
sencillo de determinado es el eje geométrico del cuerpo de hormigón, que es la curva que une los centros
geométricos de todas las secciones rectas de hormigón. Además es al que se refieren en general los
diagramas de solicitación actuantes.
1
dimensionamiento de secciones, pues muchas veces inciden fuertemente los
efectos de segundo orden, es decir, el incremento de (eo) por efecto de las
flechas (a) que produce el propio estado de solicitación que se está analizando,
debido a ello en cada sección se tendrá una excentricidad total variable
(e=eo+a) (fig. 12.b) aún cuando sea (eo=constante).
2
basados en métodos numéricos, cosa que no haremos 4; ii) el camino “inverso”
se basa en definir una serie de secciones resistentes 5 y calcular, para cada una
de ellas, el conjunto completo de los pares (N; eo) que puede equilibrar con
diversas cuantías de armadura, o sea, construir los correspondientes
“diagramas de interacción”. Este segundo procedimiento es más sencillo y
mucho más fructífero si lo que se pretende es comprender como se comporta
realmente la estructura, pues permite visualizar en simultáneo el conjunto de
las posibilidades resistentes de la sección adoptada. Esto resulta de sumo
interés en los casos prácticos pues, si en ellos se considera la influencia de las
flechas que la solicitación actuante origina en el elemento cargado, la
excentricidad va a ser variable. Lo que se requiere, para su empleo práctico, es
tener disponibles los diagramas de interacción necesarios 6, cosa que en la
actualidad está satisfecha, al menos para las secciones resistentes más
comúnmente utilizadas.
N´ (compresiones)
N´ (dato) e=constante
Cuantía necesaria
M
M (dato)
Rotura por flexión simple
N (tracciones)
4
No es que despreciemos la importante ayuda de este tipo de herramientas de cálculo, que muchas veces
resulta casi insustituible, sino que descreemos de su aptitud educativa y formativa, pues oculta lo que
realmente está pasando en la pieza desde el punto de vista resistente. Por el contrario, métodos analógicos
como los que desarrollaremos dan, además del resultado, información sobre cómo varía este resultado en
el entorno de la solución adoptada.
5
La experiencia demuestra que el número de estas secciones efectivamente utilizadas en la práctica no es
tan grande como a primera vista se podría suponer.
6
El uso de programas de cálculo para la construcción de estos gráficos no se contrapone con lo dicho,
pues ahora no participan como herramienta de cálculo sino como medio para construir las herramientas de
cálculo (los gráficos).
3
Figura 12.2. Diagrama de Interacción para una sección dada
4
h
d
N´
As1 As2 b
N1
ω3
ω2
N2
ω1
N3
M
M1 M2 M3
ω1 < ω2 < ω3
7
Por ejemplo cuantías mínimas, armaduras secundarias impuestas, etc.
5
que estas hipótesis han sido hechas y actuar en consecuencia haciendo las
verificaciones correspondientes para evitar, llegado el caso, diferencias
demasiado groseras entre nuestros supuestos y el comportamiento estructural
real. Esto implica que es necesario verificar siempre todos los “supuestos” en
que se apoya el proceso de dimensionamiento, por ejemplo: en las columnas
siempre existen excentricidades accidentales de la carga actuante debido a
defectos constructivos, heterogeneidad del hormigón o momentos
indeterminados que les transmiten las vigas que sobre ellas apoyan 8, esto
último en función del tipo de armadura que las vincula y de las rigideces
relativas de los elementos que a él confluyen; también en las vigas, sometidas
teóricamente a flexión simple, existen esfuerzos normales debidos al
8
Cuando la estructura en su conjunto se calcula como un hiperestático constituido por elementos que
tienen continuidad física, esto no ocurre.
9
Este monolitismo se puede gobernar mediante adecuados recursos de proyecto (juntas, articulaciones,
etc.)
10
American Concrete Institute.
6
Figura 12.5. Diagramas de interacción para flexión compuesta oblicua
7
12.4. Dimensionamiento de secciones sometidas a flexión
compuesta oblicua
Supongamos un caso en el que entre (M) y (N) existe una relación constante
(M/N=eo=constantes) 11, por ejemplo el representado en (fig. 12.1.a). Si en un
diagrama de interacción representamos esta situación para una dada sección
del elemento en análisis, considerando valores de (N) crecientes desde cero
(0), en lo que se obtiene es una recta que pasa por el origen (fig. 12.6). Pero si
tomamos al elemento en su conjunto el problema cambia, pues la presencia de
los momentos flectores aplicados en sus extremos hace que este se flexione y
se generen flechas. Para valores bajos de (N) las flechas no son significativas
frente a su excentricidad original pero, a medida que la carga de compresión
aumenta, el momento flector crece y las flechas comienzan a no poder ser
despreciadas pues inciden notoriamente en la solicitación, se pueden presentar
dos casos totalmente diferentes desde el punto de vista de la seguridad
estructural: que las flechas, aunque incidan en el cálculo, incluso fuertemente,
se mantengan acotadas, con lo que se sigue estando frente a un
dimensionamiento en flexión compuesta; o que no lo hagan y el problema deje
de ser resistente e incursione en el dominio de la inestabilidad elástica 12.
11
Que, como vimos, es directamente generalizable al caso de excentricidades iniciales (eo) variables.
12
Que veremos con más detalle al considerar el pandeo.
8
Lo que ocurre es que para valores altos de (N), en la sección central del
elemento cargado la excentricidad ya no tiene el valor (eo) sino uno mayor
(e=eo+a). En estas condiciones, la representación de (e) en el diagrama de
interacción deja de ser una recta y se transforma en una curva con su
concavidad hacia abajo: las excentricidades reales ya no son linealmente
proporcionales a (N), por lo que dejan de estar representadas por un punto
como podría ser el (A) de la (fig. 12.6), pues crecen con mayor velocidad que la
fuerza de compresión y pasan a estar representadas por un punto como el (B)
de la misma figura..
N´
ω3
ω2
ω1
A B
N
Figura 12.6
Para completar el análisis nos falta saber cómo calcular el valor de la flecha en
un caso como el que estamos tratando, al que podemos representar como se
9
ve en (fig. 12.7). En el mismo, la ecuación de la elástica del elemento
considerado se obtiene de la siguiente forma:
Haciendo:
(P/E.I) = k2 [12.2]
De las condiciones de borde que establecen que para x=0 es y=0 y para x=L es
también y=0, se puede despejar el valor de las dos constantes de integración
(A) y (B), llegándose a la siguiente expresión de la deformada del elemento
considerado:
P.eo P.eo
y
P P
L
Figura 12.7
Obsérvese que la expresión [12.4] tiende a (∞) cuando (k.L) tiende a (π/2), lo
que indica que, en base a [12.2] cuando:
10
El valor de la flecha tiende a infinito (∞), con lo cual el problema deja de ser
resistente ─cómo equilibrar (M) y (N) en base a las resultantes internas de la
sección─ y pasa a ser de pérdida del equilibrio interno de la pieza, o
“inestabilidad elástica”, pues, en la expresión de (Pcr) no se considera si la
sección puede equilibrar o no a la carga actuante. Obsérvese, además, que la
expresión de (Pcr) no incluye a M cuyo valor, en principio, podría ser cualquiera.
En un gráfico de interacción, la curva (M,N) que representa el fenómeno es la
indicada en (fig. 12.8).
ω3
ω2
ω1
Pcr
Figura 12.8
11
estructura 13. Para su desarrollo respetaremos los supuestos hechos cuando se
lo presentó, aunque puedan no coincidir exactamente con los considerados en
el MC 2010 14, pero que conceptualmente no se alejan de él.
13
Este procedimiento fue presentado originariamente en las Normas de la URSS de 1955 (N y TU 123-
55) y luego adoptado por el PRAEH (Proyecto de Reglamento Argentino de estructuras de Hormigón) en
1964, donde se dan gráficos para su aplicación en ciertos casos de uso corriente.
14
Redactado más de medio siglo antes.
12
sección de hormigón comprimida, todas las armaduras han alcanzado su límite
real o convencional de fluencia pues, como veremos, la sección de acero
necesaria se distribuye de forma que esto aproximadamente ocurra.
Donde (As) es la armadura más alejada del punto de aplicación de la carga 16.
En estas condiciones, la distribución de la armadura total entre (As) y A´s) se
hace de tal modo que el centro de gravedad de la sección homogeneizada
coincida con el punto de aplicación de la carga de compresión, por lo que va a
resultar (A´s > As) 17. Planteando la condición de equilibrio de momentos
respecto de los baricentros de ambas armaduras, se llega a:
Esta forma de distribuir las armaduras es válida mientras (As) sea mayor que la
cuantía mínima correspondiente al caso en estudio 18.
15
Además la armadura total se distribuirá de modo que esto ocurra.
16
La carga N está aplicada a una distancia (e=M/N) del centro geométrico de la sección de hormigón.
17
Teniendo en cuenta el principio de homogeneización adoptado, resulta evidente que el centro de
gravedad de la sección homogeneizada va a variar con el aumento de la carga, pero ello, en la gran
mayoría de los casos prácticos, no supera el orden de magnitud de los errores constructivos y la falta de
homogeneidad del hormigón, por lo que resulta aceptable.
18
De no ser así, esto está indicando que (As) no está en fluencia por compresión.
13
casos de flexio-compresión con gran excentricidad 19 adoptaremos este valor.
Así las cosas, el momento de la resultante de las tensiones de compresión en
el hormigón respecto del baricentro de la armadura de tracción, vale:
19
En los casos en que es necesario colocar doble armadura, como se supone son los que se analizan –caso
contrario la sección estaría sobredimensionada- el valor de (x) es función de la cantidad de armadura de
compresión que se coloque, por lo que el supuesto hecho es perfectamente válido.
20
Cuando se planteó el presente método de dimensionamiento, la cuantía mínima de armadura se fijó en
(0,002.b.d), en cada caso que se presente es aconsejable respetar las cuantías mínimas establecidas por el
reglamento que sea de aplicación.
21
Esto significa que ambas armaduras son iguales.
14
múltiples. También puede ocurrir, en ciertos casos, que una misma sección
está sometida a momentos alternados (±M).
x = Nd / b . fcd [12.10]
El PRAEH daba ábacos para calcular en estos casos, los que se transcriben en
(figs. 12.7 y 12.8).
15
En este caso lo más sencillo es dimensionar utilizando el procedimiento visto al
analizar la flexión simple, o los ábacos correspondientes, pero ubicando el
punto de aplicación de la fuerza externa de compresión en correspondencia
con el baricentro de la armadura. En consecuencia, el proceso de cálculo es el
siguiente: el momento actuante pasa de (M) a {M1=M+N.[(h/2) ─ c]} y se
procede a calcular la fuerza de tracción necesaria ─su cuantía geométrica ρ─
en base a (M1,d); luego, para restablecer el equilibrio, se dimensiona As en base
a la ecuación de equilibrio de fuerzas:
16
Figura 12.7
17
Figura 12.8
18
12.6.2. Flexo Tracción recta en secciones rectangulares
*****
22
Con lo cual, por lo dicho con anterioridad respecto a los posibles ejes existentes en un elemento de
hormigón armado, este pasa a estar solicitado a “tracción simple”.
19