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Y ORIENTACIÓN
EDUCATIVA
Textos universitarios
7
Textos universitarios
7
Fernando Martín Herráez
FAMILIA
Y ORIENTACIÓN
EDUCATIVA
2016
Martín Herráez, Fernando
ISBN 978-84-9040-415-7
LB1048.5
373.2.018.26
© Servicio de Publicaciones
Universidad Católica de Ávila
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ISBN: 978-84-9040-415-7
Maquetación: INTERGRAF
Guión de clases para la asignatura
“Familia y Orientación Educativa”
de los Grados de Maestro en Educación Infantil
y Maestro en Educación Primaria.
Índice general
Unidad 1.
La orientación escolar
1.1. Definiciones y funciones de la orientación educativa...... 16
Unas cuantas definiciones...................................................... 16
En conclusión......................................................................... 22
La orientación en las dos primeras etapas escolares............. 23
Funciones de la orientación educativa................................... 23
1.2. Ámbitos y áreas de intervención de la orientación
educativa............................................................................... 26
La orientación en los procesos de enseñanza-aprendizaje.... 26
La orientación en la atención a la diversidad y
la educación inclusiva............................................................. 29
La orientación académica y profesional................................. 32
La orientación para la prevención y el desarrollo humano..... 32
1.3. Marco Legislativo ................................................................ 34
1.4. Niveles de orientación.......................................................... 39
1.5. Modelos de Orientación Escolar......................................... 42
1. El modelo de consulta........................................................ 44
2. El modelo de programas..................................................... 45
3. El modelo clínico................................................................. 46
Un caso para estudiar................................................................... 47
Cuestiones para la reflexión y el debate................................. 48
Bibliografía.................................................................................... 49
Unidad 2.
La acción tutorial
2.1. La acción tutorial.................................................................. 56
2.2. El profesor tutor.................................................................... 58
Qué es la tutoría..................................................................... 59
Tutor y tutoría en las disposiciones legales............................ 61
2.3. Técnicas y estrategias de tutoría........................................ 65
Estrategias de tutoría.............................................................. 66
2.4. La técnica de la entrevista................................................... 69
2.5. Dinámica de grupos y Sociometría..................................... 72
Conceptos básicos................................................................. 72
2.6. El Plan de Acción Tutorial.................................................... 74
Un caso para estudiar................................................................... 80
Cuestiones para la reflexión y el debate................................. 81
Bibliografía.................................................................................... 82
Unidad 3.
El sistema familiar
3.1. Definición.
Funciones de la familia....................................................... 88
Funciones de la familia........................................................... 89
3.2. Sociología de la Familia. Modelos de familia..................... 91
Reflexiones a partir de los datos............................................ 92
Modelos de familia.................................................................. 94
3.3. Los valores en la familia cristiana...................................... 97
3.4. Familia y escuela como sistemas......................................... 99
3.5. Estilos educativos parentales............................................... 101
Un caso para estudiar................................................................... 103
Bibliografía.................................................................................... 105
Unidad 4.
La orientación familiar
4.1. Conceptos, áreas de intervención y funciones................. 112
Áreas de intervención en orientación familiar......................... 113
Funciones de la orientación familiar....................................... 113
4.2. Las relaciones entre la familia y la escuela....................... 115
¿Qué actitudes de los profesores favorecen la participación
de los padres (Galán, 2009)?................................................. 115
Los canales de comunicación entre familia y escuela............ 116
Las reuniones con padres...................................................... 117
4.3. El apoyo a la familia............................................................. 118
1. Formación a la familia......................................................... 119
2. Orientación a la familia....................................................... 119
3. Terapia familiar................................................................... 120
4.4. El orientador familiar y la entrevista con familias............. 122
4.5. Escuela de padres................................................................ 128
¿Qué características presentan los padres como educandos
permanentes en las Escuelas de Padres (Martín, 2001)?...... 128
4.6. Programas y modelos de intervención sobre
las distintas circunstancias familiares............................... 131
Evaluación de la estructura, organización
y relaciones familiares............................................................ 132
Un caso para estudiar................................................................... 133
Bibliografía.................................................................................... 137
1
Unidad
didáctica
La orientación
escolar
FAMILIA Y ORIENTACIÓN EDUCATIVA
Índice
Objetivos............................................................................................ 14
Introducción...................................................................................... 15
Bibliografía........................................................................................ 49
13
Objetivos
14
Introducción
En este primer tema vamos a estudiar los conceptos generales que definen la orien-
tación educativa en las primeras etapas escolares.
15
Al realizar esta guía nos hemos dado cuenta que cada autor ha querido concentrar
en su definición lo más característico de la orientación, según su propio punto de vista, y
por eso en este primer apartado hemos querido recoger todas estas definiciones, desde la
definición etimológica del diccionario hasta las definiciones de las instituciones educati-
vas estatales o autonómicas, para que cada uno pueda captar la riqueza y la profundidad
de los distintos matices.
“Ayuda que se presta a las personas para que resuelvan sus problemas y to-
men decisiones prudentes”. (Johnston)
“Descubrir el potencial de cada sujeto y ver que cada uno tenga su oportuni-
dad para desarrollar ese potencial al máximo en lo que mejor pueda ofrecer a sí
mismo y al mundo”. (Tyler)
“Un proceso de ayuda continua a todas las personas, en todos sus aspectos,
con el objeto de potenciar el desarrollo humano a lo largo de toda la vida” (Bis-
querra y Álvarez).
17
“Está dirigida a ofrecer ayuda y atención al alumno para que alcance un alto
rendimiento académico y progrese en sus estudios”. (Mora)
Álvarez y Bisquerra (2012) han elaborado una amplia definición de orientación edu-
cativa que responde a los interrogantes fundamentales:
• ¿Qué es?
• ¿Quién la realiza?
• ¿Cómo se realiza?
• ¿Cuándo se realiza?
• ¿Dónde se realiza?
• ¿A quién va dirigida?
19
1 http://ntic.educacion.es/w3/recursos2/orientacion/.
20 2 http://www.ceice.gva.es/web/ordenacion-academica/orientacion-educativa1.
Podríamos definir la acción tutorial como la acción orientadora llevada a cabo por el
tutor y por el resto del profesorado con el fin de potenciar la formación integral del alum-
nado (Álvarez y Bisquerra, 2012).
La coordinación del tutor no se limita a los profesores, tiene que relacionarse tam-
bién con las familias, con el departamento de orientación del centro (en el caso de la
educación secundaria) y con los equipos sectoriales externos.
Para una mayor claridad podríamos decir que se puede afirmar que la acción tutorial
es la orientación que realiza el profesorado. Análogamente se puede afirmar que la tutoría
es la orientación que realiza el tutor (Álvarez y Bisquerra, 2012).
3 http://www.juntadeandalucia.es/educacion/portals/web/ced/orientacion-educativa/-/normativas/
listado/1. 21
En conclusión
Quizás merece la pena quedarse con una sola definición. La que han propuesto Álva-
rez y Bisquerra (2012) parece sintetizar algunas de las que se han mencionado. Además
estos autores prefieren utilizar la denominación que predomina en la legislación actual
que ha caracterizado a la orientación como “educativa”:
Estos mismos autores han explicitado por medio de un gráfico el marco conceptual
que se desarrolla en el entorno de la orientación educativa:
22
En primaria el tutor coincide con el maestro o maestra que tienen los alumnos la ma-
yoría del tiempo. Por lo tanto, es la misma persona que se encarga de la mayor parte del
currículo. El problema puede recaer en planificarse todo el tiempo para las áreas académi-
cas ordinarias y no prever tiempo para la tutoría, pensando que esto ya se hace de forma
continuada. Consideramos importante que haya una planificación de tiempos (mínimo
una hora a la semana), contenidos (convivencia, desarrollo social, emocional, solución de
conflictos, etc.) y actividades (role playing, juegos, simulaciones, lecturas, etc.), que no
se pueden dejar a la improvisación. El orientador puede colaborar en la puesta en práctica
de un Plan de Acción Tutorial que realmente contribuya al desarrollo personal, más allá
de los contenidos de las áreas académicas ordinarias. En los primeros cursos de esta etapa
todavía se mantiene un elevado porcentaje de asistencia a las actividades dirigidas a las
familias. Conviene mantener un nivel aceptable de calidad tanto en las relaciones con las
familias como en las actividades que se propongan con el objetivo de mantener alta la
asistencia (Álvarez y Bisquerra, 2012).
24
25
Pero tenemos que advertir que no son áreas separadas sino que están íntimamente
relacionadas tanto en la persona objeto de la orientación como en el propio orientador.
3. Lo anterior condiciona la labor del profesor: debe ser un orientador que guía el
aprendizaje del alumnado, intentando que su construcción se aproxime a lo que
se considera como conocimiento verdadero.
Álvarez y Bisquerra (2012) señalan que la tarea del profesorado es conseguir que el
alumnado adquiera una serie de procedimientos, estrategias y técnicas, que sepa utilizar-
los de forma estratégica en diferentes situaciones y áreas curriculares y que le permitan
ser más autónomo. Los profesores eficaces son aquellos que estimulan el aprendizaje
significativo de su alumnado (Coll, 2010).
27
Estas podrían ser algunas de las características del profesor eficaz (Álvarez y Bis-
querra, 2012):
En general se puede decir que su papel es informar, formar y orientar a los agentes
educativos en los temas relacionados con la enseñanza-aprendizaje para favorecer el de-
sarrollo del alumno. Es poner en práctica el asesoramiento colaborativo que veremos en
los modelos de intervención en orientación.
● Velar por que se desarrollen las competencias básicas del ciclo o etapa educa-
tiva que conforman el perfil de formación del alumnado, es decir, estimular un
aprendizaje por competencias.
29
La orientación tiene aquí un papel muy importante, y está implicada en todas las res-
puestas que se han dado para atender a la diversidad: la flexibilidad curricular, los agru-
pamientos alternativos, los cambios en las características de los centros, los problemas
emocionales y de comportamiento, la salud mental, las altas capacidades, etc. (Álvarez y
Bisquerra, 2012).
30
Como hemos dicho antes, uno de los elementos para favorecer la atención a la di-
versidad es el planteamiento de la flexibilidad curricular. La idea es ofrecer un núcleo de
contenidos comunes, tratando de evitar o retrasar todo lo que se pueda la separación de
los alumnos con NEAE (necesidad específica de apoyo educativo). Aun así siempre se
tienen que tener en cuenta la posibilidad de plantear determinadas Adaptaciones Curricu-
lares (AC).
Los orientadores deben tener una formación específica sobre lo que necesitan tanto
los alumnos con dificultades como el profesorado, y especialmente debe crear relaciones
de colaboración que aborden las dificultades de una manera eficaz.
31
32
Manifestaciones del analfabetismo emocional entre los jóvenes en edad escolar son
la ansiedad, estrés, depresión, desórdenes en la comida (bulimia, anorexia), suicidios,
consumo de drogas, violencia, delincuencia, alcoholismo, conducción temeraria, etc. Es
urgente la alfabetización emocional. Hay que prevenir los efectos nocivos de las emo-
ciones negativas y potenciar las positivas. Esto implica prevención a través del sistema
educativo y, por lo tanto, orientación (Álvarez y Bisquerra, 2012).
33
Normativa Nacional:
4 http://www.educa.jcyl.es/dpvalladolid/es/informacion-especifica-dp-valladolid/area-programas-
educativos/atencion-diversidad-convivencia/orientacion-educativa. Hemos puesto solamente un ejemplo
34 de normativa autonómica: el de Castilla y León.
Principios:
Fines:
35
Los criterios pedagógicos con los que se desarrollarán los programas forma-
tivos de estos ciclos [FP] se adaptarán a las características específicas del alum-
nado y fomentarán el trabajo en equipo.
Al finalizar cada curso se evaluarán los resultados conseguidos por cada uno
de los alumnos en función de los objetivos propuestos a partir de la valoración
inicial. Dicha evaluación permitirá proporcionarles la orientación adecuada y mo-
dificar el plan de actuación así como la modalidad de escolarización, de modo que
pueda favorecerse, siempre que sea posible, el acceso del alumnado a un régimen
de mayor integración (art. 74.3).
El proyecto educativo del centro recogerá los valores, los objetivos y las
prioridades de actuación. Asimismo, incorporará la concreción de los currículos
establecidos por la Administración educativa que corresponde fijar y aprobar al
Claustro, así como el tratamiento transversal en las áreas, materias o módulos de
la educación en valores y otras enseñanzas (art. 121.1).
Dicho proyecto, que deberá tener en cuenta las características del entorno
social y cultural del centro, recogerá la forma de atención a la diversidad del alum-
nado y la acción tutorial, así como el plan de convivencia, y deberá respetar el
principio de no discriminación y de inclusión educativa como valores fundamenta-
les, así como los principios y objetivos recogidos en esta Ley y en la Ley Orgánica
8/1985, de 3 de julio, Reguladora del Derecho a la Educación (art. 121.2).
37
Los padres o tutores, en relación con la educación de sus hijos o pupilos, tie-
nen los siguientes derechos:
38
39
40
– Por todos los profesores, como parte indispensable de su labor docente, sean o
no tutores de un grupo de alumnos.
– Por el equipo del sector en Educación Primaria, como unidad de ayuda externa
técnicamente especializada en orientación e intervención psicopedagógica.
41
Habría tres tipos de modelos: modelos teóricos, modelos básicos y modelos orga-
nizativos. En realidad todos ellos son modelos de intervención, es decir, se refieren al
cómo se pone en práctica la orientación. Pero el concepto de modelo se utiliza en sentido
distinto según el contexto. Un tipo de modelos son los de carácter teórico, que remiten a
los grandes enfoques de la orientación (Álvarez y Bisquerra, 2012).
En la práctica, las instituciones o los propios centros educativos elaboran sus mo-
delos organizativos combinando distintos elementos de los modelos teóricos o de los
básicos.
Los que nos interesan son los modelos básicos o de intervención, es decir las estra-
tegias para conseguir unos resultados propuestos. Mérida y otros (2012), proponen una
clasificación en cuatro modelos de intervención:
2. El modelo de servicios: es una evolución del modelo anterior. Está basado en las
demandas educativas y sociales. Se concentra en la creación de recursos y pres-
taciones que sirvan de apoyo a la labor educativa. Se centra en las necesidades
del alumnado con dificultades actuando fuera del centro educativo. Este modelo
va derivando al modelo de programas.
42
Estos mismo autores (Álvarez y Bisquerra, 2012) proponen unos ejes para el análisis
de los modelos básicos de orientación. Cada modelo se sitúa en algún punto de la línea
que va de un extremo a otro de los ejes:
1. Intervención individual-grupal
2. Intervención directa-indirecta
3. Intervención interna-externa
4. Intervención reactiva-proactiva
La intervención externa es la que se realiza por especialistas que no forman parte del
centro educativo.
Este sería el cuadro resumen que relaciona modelos básicos y ejes de intervención
(Álvarez y Bisquerra, 2012):
1. El modelo de consulta
El modelo de consulta deriva del modelo clínico. Pero se distingue de él en cuanto la
consulta es una intervención indirecta.
Estos autores sintetizan en unos pocos puntos las características esenciales de este
modelo:
44
e) El mediador (consultante) suele ser el tutor; pero pueden ser los demás profeso-
res, padres y otros agentes.
f) El mediador suele ser un práctico que interviene de forma directa siguiendo las
directrices del consultor.
2. El modelo de programas
Un programa es la planificación y ejecución de un conjunto de acciones encaminadas
a lograr unos objetivos con la finalidad de satisfacer unas necesidades (Álvarez y Bisque-
rra, 2012).
● Formulación de objetivos.
3. El modelo clínico
El modelo clínico se centra básicamente en la relación personal entre orientador y
orientado. También puede ser tutor-alumno, orientador-familia y tutor-familia. El objetivo
prioritario es satisfacer necesidades de carácter personal, educativo y socioprofesional del
alumno de forma individualizada. Esta relación, tradicionalmente ha sido eminentemente
terapéutica (reactiva) como respuesta a “casos problema”. (Álvarez y Bisquerra, 2012)
2. Exploración.
4. Seguimiento y evaluación.
46
En cada tema vamos a presentar un caso para poder reflexionar y aplicar lo que he-
mos visto en la teoría.
Este primer caso y las cuestiones para la reflexión y el debate están tomados de Lon-
gás y Mollá (2012)
5. ¿En el centro se ha vivido alguna experiencia que cuestione hasta dónde debe y
puede llegar la escuela como institución educativa en su función tutorial? ¿Dón-
de deben situarse sus límites?
48
Bibliografía
49
Unidad
didáctica2
La acción tutorial
FAMILIA Y ORIENTACIÓN EDUCATIVA
Índice
Objetivos............................................................................................ 54
Introducción...................................................................................... 55
Bibliografía........................................................................................ 82
53
Objetivos
2. Sea capaz de diseñar o colaborar en el diseño y desarrollo del PAT (Plan de Acción
Tutorial) en los centros educativos.
54
Introducción
55
Los retos y tares que tiene el profesor en la escuela de hoy son importantes y casi
podríamos decir que trascendentales: la atención a la diversidad, el desarrollo personal
de los alumnos, los procesos y dificultades el aprendizaje, la formación para la vida, etc.
Esto solamente se puede hacer si integra la función tutorial como un componente básico
de su docencia.
Nos atrevemos a decir que solamente habrá educación integral si el profesor desem-
peña con eficacia la función tutorial. Y es necesario decir que la tutoría es inherente a la
función docente, de tal modo que todos los profesores, incluso aquello que no tengan un
grupo asignado como tutor, están implicados en la acción tutorial.
− Es integral, por cuanto comprende no sólo los aspectos instructivos, sino que
también tiene en consideración las dimensiones afectivas, personales y sociales
de los estudiantes.
− Está contextualizada, pues se diseña para ser llevada a cabo con estudiantes
de un centro, de una etapa, de un grupo, siempre pensando en sus necesidades
56 específicas.
La acción tutorial es la orientación que el profesor desarrolla con sus alumnos. Ésta
se estructura en tres niveles de intervención (Álvarez y Bisquerra, 2012):
57
La figura del tutor, en sus inicios mentor, ha transitado por la historia desde épocas
remotas. Mentor, en la mitología griega, se asocia con el viejo consejero del héroe Odi-
seo, maestro de su hijo Telémaco. Según se describe en el poema de Homero, Mentor
habría de formar al joven para que en el futuro asumiese sus responsabilidades como rey.
Sus tareas eran educarlo, dirigirlo en cada etapa de su formación física, intelectual, espi-
ritual y social (Monge, 2010).
Como dice Zabalza (2003) la función tutorial llega a impregnar el propio concepto
de profesor. Parece fuera de toda duda que todo profesor, sea cual sea la etapa educativa
en la que ejerce su función, es no sólo enseñante, sino también tutor de sus estudiantes.
La tutoría ha pasado a formar parte de la idea generalizada de que enseñar no es sólo
explicar unos contenidos, sino dirigir el proceso de formación de nuestros alumnos. Y en
este sentido todos los profesores somos formadores y ejercemos esa tutoría (una especie
de acompañamiento y guía del proceso de formación) de nuestros alumnos. La tutoría
adquiere así un contenido similar al de función orientadora o función formativa de la
actividad de los profesores.
El rol del tutor ha ido cambiando en el devenir histórico. González (2004) distingue
tres papeles que se han ido sucediendo en el tiempo:
Qué es la tutoría
Monge (2010) recoge tres definiciones de tutoría:
“Seguimiento global para atender los diferentes aspectos del desarrollo, ma-
duración, orientación y aprendizaje de los alumnos, ya sea de forma individual,
mediante la detección y conocimiento de posibles dificultades que el alumno pudie-
ra presentar, o dentro de su grupo natural, mediante la mejora de las relaciones y la
convivencia, fomentando actitudes de cooperación y tolerancia y siendo partícipe
directo en la organización del aula y del centro”. (Torres)
Para precisar aún más el concepto quizás conviene tener en cuenta las cinco funcio-
nes que Álvarez y Bisquerra (1996) asignan a la tutoría:
4. Favorecer las relaciones en el seno del grupo como elemento fundamental del
aprendizaje cooperativo y de la socialización.
60
Si nos centramos en las etapas que nos interesan aquí, es decir la educación Infantil
y Primaria, Álvarez y Bisquerra (2012) han individualizado siete funciones esenciales de
la tutoría en estas etapas:
2. Procurar que el alumnado se sienta a gusto con el grupo (adaptación del sujeto
al grupo).
5. Actitud preventiva tanto personal como escolar ante cualquier síntoma de des-
ajuste que se detecte para evitar males mayores.
Aunque sería importante ver el desarrollo legislativo sobre todo en la LOGSE (1990)
y en la LOCE (2002) vamos a centrarnos en la LOE (2006), puesto que la actual ley de
educación, la LOMCE (2013) lo que ha hecho es asumir prácticamente el texto de la ley
anterior modificando algunos artículos.
Son varios los artículos que hablan de las funciones del profesor y recogen los ele-
mentos de orientación y tutoría.
61
62
Las actas de evaluación serán firmadas por el tutor del grupo en la Educación
Primaria, y llevarán el visto bueno del director del centro (Disposición adicional
tercera.3).
63
Aunque puede parecer pobre y escasa la mención que se hace a la acción tutorial, hay
que decir que cada año el ministerio o las consejerías de educación de las distintas comu-
nidades autónomas, desarrollan y concretan las tareas del tutor y de otros profesionales
de la orientación, tal como debe figurar en el proyecto educativo.
De todo lo que hemos visto en el desarrollo legislativo español, Monge (2010) hace
una síntesis de la que destacamos algunos elementos:
Es prescriptivo que cada uno de los cursos de las etapas de Infantil, Primaria y Se-
cundaria, Ciclos Formativos y Bachillerato cuenten con un profesor-tutor por grupo de
alumnos. Se atribuye al director la competencia de designar a los tutores, y al jefe de
estudios la función de coordinar la actividad tutorial. Las funciones asignadas a los tuto-
res en la Educación Infantil y Primaria se centran en la inserción del niño en el grupo de
compañeros, la adaptación escolar inicial, la prevención de dificultades de aprendizaje y
la vinculación de la escuela con la familia.
Se remarca también que la orientación forma parte del proceso educativo y su de-
sarrollo compete a todos los profesionales que intervienen en la educación, pero de una
manera muy directa y especial al profesor-tutor.
Es decir, que en todas las leyes se subraya que la acción tutorial, como trabajo coo-
perativo, es una tarea de los diversos agentes implicados en la educación, pero se centra
en la figura del tutor el cauce principal para desarrollar las funciones orientadoras propias
de la tutoría. La tutoría supone la implicación de un conjunto de personas entre las cuales
están tutores, profesores, orientadores, padres, etc.
64
La tutoría podría girar en torno a una serie de preguntas fundamentales a las que ha-
bría que enfrentar a los alumnos: ¿Cómo soy como persona? ¿Y cómo estudiante? ¿Qué
aptitudes y qué limitaciones tengo? ¿En qué puedo mejorar? ¿Qué me interesa de verdad?
¿Para qué quiero estudiar? ¿Cómo es mi relación con los compañeros? ¿En qué quiero
comprometerme respecto al grupo o la escuela? (Varona y Arcos, 2012)
Nuestra misión como tutores será suscitar primero estas preguntas y tratar de ayudar
a los alumnos para que las contesten de la manera más adecuada.
65
Estrategias de tutoría
Es necesario contar con una serie de estrategias para que el tutor lleve adelante los
procesos de tutorías tanto individuales como grupales. En este sentido son esenciales las
técnicas de recogida de la información por medio de la observación, las entrevistas, los
sociogramas, y las dinámicas de grupo. Algunas de estas estrategias las veremos con más
detalle en los siguientes apartados. Por eso vamos a destacar aquí solamente las técnicas
de observación.
La observación es una técnica o recurso básico para toda acción educativa eficaz.
Solamente podremos intervenir en un proceso de desarrollo si somos capaces de observar
con atención.
66
Varona y Arcos (2012) proponen este cuadro donde se recogen unas pautas de ob-
servación del alumno individualmente y como miembro de los contextos en los que
interactúa:
67
68
El término counseling surge en los años treinta y aparece muy unido a la orientación
profesional (vocational guidance), como un proceso psicológico de ayuda personal. El
asesoramiento (counseling) es un componente básico de la orientación (guidance) y pos-
teriormente de la tutoría (tutoring, mentoring, teaching, academic and career advising).
Fue la escuela de Minnesota quien introdujo el counseling como atención individualizada
en el proceso de asesoramiento (Álvarez y Bisquerra, 2012).
Está claro que la entrevista no es un hecho puntual, sino que es un diálogo que va
adelante en el marco de la tutoría individual, y aunque tenga un tiempo determinado, lo
normal es que se desarrolle en varias sesiones hasta conseguir los objetivos.
69
Existen muchos tipos de entrevista. Álvarez y Bisquerra (2012) han elaborado una
tabla agrupando los tipos de entrevistas por criterios y enumeran hasta veintidós tipos
diferentes. Quizás las que más nos interesan en la acción tutorial sean las entrevistas
orientadoras, semiestructuradas, semidirectivas e individuales.
Estos mismos autores describen de esta manera las fases de una entrevista:
71
Según nos cuenta Fernández (2000), para el tutor es esencial conocer unas nocio-
nes básicas sobre los grupos sociales, adquirir un dominio de técnicas de investigación
sociométricas y, por supuesto, alcanzar habilidades suficientes de las principales aporta-
ciones de la dinámica de grupo para lograr grupos sanos, cooperativos y participativos.
El tema nos parece muy amplio y complejo y preferimos remitir a algunas publica-
ciones específicas. Aquí nos vamos a limitar a describir los principales conceptos, acon-
sejando que se profundice en la bibliografía básica que se aporta.
Conceptos básicos
Grupo: Conjunto de personas relacionadas entre sí que interactúan para conseguir
unas metas comunes. Otra definición alternativa es considerar al grupo como 1) un con-
junto de individuos, 2) que comparten unos fines comunes, 3) que generalmente repre-
sentan diferentes roles entre ellos, y 4) que interactúan para conseguir unos propósitos.
72
Para profundizar este campo recomendamos dos publicaciones que nos parecen
fundamentales:
73
Para Álvarez y Bisquerra (2012) el PAT es un plan institucional que especifica los
objetivos y la organización de la acción tutorial, adaptado a las directrices generales del
centro.
Tres ideas importantes que encuadran el Plan de Acción Tutorial, y que se deducen
de las disposiciones legales vigentes (Monge, 2010):
2. La acción tutorial, entendida como una actividad inherente a la función del pro-
fesor, no debe considerarse como aislada, sino como algo colectivo y coordina-
do que implica a todos y cada uno de los profesores que forman parte del centro.
Al diseñar un plan concreto para un centro específico se deben recoger todas y cada
una de las peculiaridades que lo configuran, que lo caracterizan y lo hacen ser diferente
a los demás. Cada plan debe partir del conjunto de necesidades que se derivan de ese
contexto, de esa comunidad de aprendizaje, de esa población escolar, de la conceptualiza-
ción del proceso de enseñanza-aprendizaje, de la propia diversificación curricular, de las
inherentes diferencias de cada alumno de manera individual y del grupo en su conjunto,
del conocimiento evolutivo del alumnado, de las relaciones con el entorno, etc. Será un
74 plan construido entre todos y para todos, un documento fácil y operativo, una descripción
del caminar en la tutoría que nos facilitará la labor a desarrollar. Por ello, y ante todo, será
un documento abierto y flexible en el que siempre cabe algo más, pero en el que también
pueden eliminarse algunas acciones. La tarea de la tutoría es un proceso de orientación,
un continuo en el aprender y enseñar del alumno. Y éste, sabemos que es un ser dinámico
y en evolución (Monge, 2010).
− Integrado, es decir, formando parte del proceso formativo del alumno y no como
un planteamiento colateral.
FASES DESCRIPCIÓN
Monge (2010) se centra en la fase de diseño y a su vez propone cinco fases en este
apartado, más una previa de sensibilización entre el profesorado, para que acojan el PAT
con cierta motivación:
1. Análisis de necesidades, fase primordial para que el plan sea singular y obe-
dezca a su carácter de contextualización en el centro concreto en el que se va a
llevar a cabo y en el que constituirá una respuesta acorde al conjunto de necesi-
dades de los alumnos a los que va dirigido.
3. Actividades, que deben girar en torno a los tres ámbitos sobre los que gira la misma
tarea orientadora: el personal, conformado por aquellos aspectos que hacen refe-
rencia al alumno como individuo (aptitudes, intereses, valores, emociones, etc.); el
académico o escolar, lo que incluye planes de estudio, itinerarios formativos, sin-
gularidades del proceso de enseñanza-aprendizaje, etc.; y el profesional, que abarca
las situaciones relacionadas con la transición e inserción en la vida laboral. Hay que
tener presente que estos ámbitos constituyen un todo en la vida del alumno.
Entre los objetivos del PAT especialmente para las etapas de infantil y primaria po-
dríamos sugerir los siguientes (Álvarez y Bisquerra, 2012):
En el diseño de las actividades del PAT sería importante considerar las principales
áreas de intervención que ya hemos analizado en el tema anterior (Álvarez, 2006):
ORIENTACIÓN EN
ORIENTACIÓN PARA
ORIENTACIÓN LOS PROCESOS ATENCIÓN A LA
LA PREVENCIÓN Y
PROFESIONAL DE ENSEÑANZA- DIVERSIDAD
EL DESARROLLO
APRENDIZAJE
ORIENTACIÓN EN
ORIENTACIÓN PARA
ORIENTACIÓN LOS PROCESOS ATENCIÓN A LA
LA PREVENCIÓN Y
PROFESIONAL DE ENSEÑANZA- DIVERSIDAD
EL DESARROLLO
APRENDIZAJE
Como en cualquier otro proceso educativo que se desarrolla en los centros educati-
vos es necesario cuidar la evaluación del PAT.
79
Este caso y las cuestiones siguientes, al igual que el del primer tema está tomado de
Longás y Mollá (2012).
Inés lleva poco tiempo en el centro y éste es su segundo año como tutora. El
curso anterior tuvo algunas dificultades para hacerse con el grupo. La relación
con algunos alumnos fue complicada y tenía la sensación de que algunos casos y
situaciones escapaban a su control. Empezaba el nuevo curso con ilusión, pero el
día de la presentación de los profesores y tutores a los alumnos no tuvo una buena
vibración. Y se confirmó en la primera sesión de tutoría, donde el grupo se mostró
muy independiente, hablador y disperso, con algunos alumnos líderes que arrastra-
ban y acaparaban a sus compañeros.
Pasado el mes de abril, Inés piensa que el curso está siendo duro y percibe
poca sensación de mejora en su grupo, aunque en la Junta de Evaluación se com-
prueba objetivamente que su tutoría ha obtenido unos resultados sensiblemente
más positivos que las demás. Pero Inés no puede evitar compararse con los tutores
de otros grupos, con más experiencia y más carisma, y aunque su trabajo la entu-
siasma, se siente carente de estrategias personales suficientes para liderar el grupo
de tutoría.
Uno de sus alumnos, Iván, hace tiempo que tiene problemas con alumnos de
otros grupos clase, sin contar los continuos conflictos que su actitud le ocasiona
con los propios compañeros y los profesores. Inés no sabe si el modo como está
abordando la situación es el más adecuado. Aunque Iván sigue teniendo problemas
en clase, según le informan otros profesores, las entrevistas con él funcionan a nivel
personal. Incluso los padres, en las entrevistas que han mantenido, han valorado
su proceso personal aunque siguen preocupados por los resultados académicos.
con uno de sus alumnos. Sara le lleva unos cuantos años de experiencia, pero aun
sabiéndolo, Inés siente que sin el carisma de Sara, lo tiene bastante difícil. Ante
una situación como la que Sara les está explicando, ella ni mucho menos hubiera
reaccionado igual. Aún preocupada y algo negativa, hace un informe del incidente
con Iván y concierta entrevista con el SAP para el día siguiente.
2. ¿Realmente Inés dispone de pocos recursos para afrontar esta situación? Indica
qué recursos aplica Inés para tratar el conflicto.
3. ¿Cualquier docente sirve para ser tutor? ¿Qué características y recursos debería
tener un tutor prototípico?
4. ¿El tutor nace o se hace? ¿Cómo puede aprender un docente a ser un buen tutor?
5. Analizad los modelos de tutor existentes en vuestro centro. ¿En la escuela debe
existir un único estilo tutorial?
81
Bibliografía
● Delgado, J. A. (2003). “El Plan de Acción Tutorial”, [material del curso] Tutoría y
Orientación, Granada: Universidad de Granada.
● Varona, S. y Arcos, A. (2012). “La acción tutorial con los alumnos”, en Longás, J. y
Mollá, N. (coord.) La escuela orientadora. La acción tutorial desde una perspectiva
institucional. Madrid: Narcea
82
Unidad
didáctica3
El sistema familiar
FAMILIA Y ORIENTACIÓN EDUCATIVA
Índice
Objetivos............................................................................................ 86
Introducción...................................................................................... 87
Bibliografía........................................................................................ 105
85
Objetivos
1. Conozca la evolución histórica y los modelos de familia, así como la función educa-
dora de la misma.
2. Sea capaz de distinguir los distintos factores que definen la estructura y funciona-
miento familiar
86
Introducción
El propósito de este tema es presentar una visión de la familia, como fundamento para
la orientación educativa y familiar. Partimos de la definición de familia que nos ofrece
D’Agostino (2006) que entiende la familia como una comunidad de amor y solidaridad,
donde hay espacio para el crecimiento integral de las personas. Después de analizar las
funciones de la familia, entramos, de la mano de Elzo (2008), en el mundo de la sociolo-
gía y los datos sobre la familia actual. Veremos también los distintos modelos de familia,
y dedicaremos un apartado a los valores que sustentan a la familia cristiana. Como hemos
dicho al inicio la perspectiva es la orientación y por esta razón es importante considerar a
la familia y a la escuela como sistemas llamados a colaborar e interactuar entre sí. Final-
mente desarrollaremos alguna reflexión sobre los estilos educativos parentales.
87
3.1. Definición.
Funciones de la familia
Este autor al desarrollar una filosofía de la familia explica esta tesis antropológica
fundamental parafraseando la conocida definición aristotélica: el hombre es un animal
familiar (D’Agostino, 2008). Pero advirtamos que la familia no es una exigencia bioló-
gica. De hecho los animales se emparejan y procrean pero no se casan, ni crean los roles
familiares que el ser humano genera.
88
El problema esencial del modelo tradicional sería poner por delante la dimensión
institucional de las relaciones familiares a la dimensión personal. Y el problema del mo-
delo moderno individualista sería su dimensión utilitarista y privatista, que no va más allá
de los intereses de los cónyuges.
La propuesta de D’Agostino (2006) es superar esta dicotomía entre los dos modelos
destacando el carácter interpersonal de la familia. En este sentido la familia sería una
comunidad de amor y de solidaridad, coincidiendo en este sentido con la propuesta por
la Carta de los derechos de la familia, publicada por el Pontificio Consejo de la Familia
en 1983. Una comunidad que no tiene su fundamento último ni en la ley que le otorga la
reglamentación, ni en la utilidad que pueden extraer de ella sus componentes, sino en la
capacidad de amar familiarmente y de fundar sobre este amor una comunidad de vida.
El elegir una definición u otra como fundamento de cualquier estudio que queramos
hacer sobre la familia no es algo banal. Tiene implicaciones importantes y profundas para
la orientación educativa, para la educación en sí misma y para la sociedad.
Funciones de la familia
La reflexión sobre este aspecto la vamos a tomar desde la perspectiva jurídica, desde
el Derecho de familia. Y lo vamos a hacer acompañados por la mano experta de Carlos
Martínez de Aguirre, doctor en Derecho y Presidente del Instituto Internacional de Estu-
dios sobre la Familia.
Según el derecho natural, el fin de la familia es triple (Messner, 1981): proveer a sus
miembros de los bienes corporales y espirituales necesarios para una ordenada vida coti-
diana; la incorporación de los hijos; el ser célula de la sociedad.
Messner (1981) agrupa todo esto en cuatro funciones que caracterizan a la familia y
que solamente vamos a enumerar:
90
Vamos a seguir el estudio realizado por Javier Elzo (2008), Catedrático Emérito de
Sociología de la Universidad de Deusto. Destaca siete aspectos que dan una visión de la
familia española a la luz de las estadísticas.
• Según los datos del INE en torno al año 2000 han aumentado notablemente los
hogares unipersonales. Aumentan también las parejas sin hijos, y descienden
las que tienen tres o más hijos. Aumentan las familias reconstituidas (familia
en la que, al menos uno de los cónyuges, tiene un hijo de una relación anterior)
y las parejas de hecho. Estarían también las familias monoparentales (viudos y
viudas, padres y madres solteras, con uno o más hijos).
91
La evolución de la natalidad:
Es muy distinto el caso de dos personas que deciden convivir para tener un proyecto
de vida compartido, aun manteniendo cada uno espacios de privacidad. Es lo que se llama
pareja estable. En este modelo el hijo, aun cuando no sea una prioridad, es posible, y sería
fruto del amor y de una decisión consciente y madurada. Entonces esta pareja se hace
familia. Este es el concepto sociológico de familia.
Elzo (2008) reserva el concepto de familia a una unión intergeneracional (dos o más
generaciones) en la que la generación adulta asume la responsabilidad de educar a los
miembros de la generación menor con los que conviven de forma estable y duradera.
92
Al tratar de las nuevas familias, Elzo (2008) señala tres dimensiones importantes a
tener en cuenta: la individualización, el secularismo y el nuevo estatus de la mujer. Según
Kherkofs (2003) aúna individualización y secularización en su influencia sobre la familia.
Dice que en 1981 el 29% de los franceses consideraba el matrimonio como una institu-
ción pasada de moda, mientras que en 1999 ya había subido al 36%. En Irlanda las cifras
pasaban del 12 al 23%. En España esta cifra en 1999 era del 16%.
Aunque el panorama que pinta la sociología es algo sombrío, Elzo (2008) aboga
por un nuevo contrato social que coloque a la familia en el lugar querido por la mayoría
de los ciudadanos españoles: en primera fila de sus prioridades, de sus objetivos vitales.
No estamos en el fin de la familia por la emancipación de la mujer. La mujer desea tener
hijos y educarlos en corresponsabilidad con su marido, sin que esto vaya en detrimento
de su promoción profesional y social. El reto del futuro de las familias está en conciliar la
educación de los hijos con la inserción social de la mujer y la corresponsabilidad familiar
del padre.
Insiste Elzo (2008) en que la familia no ha muerto. La familia puede morir cuando
se agote en la pareja. Y será inevitable si la pareja no se constituye como un proyecto de
vida en común, abierta a la procreación y a la educación de los hijos, sino como una mera
unión de dos personas que deciden vivir juntos, a veces sin convivir, y ello mientras el
otro me ayude a seguir viviendo. De ese modo, “mi” pareja sólo me interesa en función
de que me sirva a “mí”. Es una pareja instrumental. No una familia.
Finalizamos este apartado con este texto antológico de Elzo (2008), que nos pone
delante de una decisión que tenemos que tomar, personal y socialmente:
sin más, que vuelvan a casa. Se impone una acción de toda la sociedad, a través de
los poderes públicos, que se haga corresponsable de la educación de los hijos, sin
menoscabo de la autonomía nómica de los padres, insisto, y de la legítima promo-
ción social de los padres, padre y madre. Pero eso no solamente en los discursos
sino en la práctica, esto es, en los presupuestos que se aprueben en los parlamentos
correspondientes y en la legislación laboral pertinente”.
Modelos de familia
Si existen nuevos modelos o formas de familia será por referencia a un modelo clá-
sico de familia. Martínez (2008) describe este modelo clásico de familia con tres notas:
94
En España cada vez tenemos un tipo más variado de estructuras familiares. La ten-
dencia es que cada vez se va hacia hogares cada vez más pequeños, consecuencia sobre
todo, del descenso de la natalidad y, de alguna manera, también del aumento de las rup-
turas matrimoniales (y de las ruptura también de parejas cohabitantes) que dan lugar a la
monoparentalidad (De Bofarull, 2013).
Los hogares con parejas que cohabitan tienen menos hijos, o ninguno. Los hogares
formados por una familia y alguna persona no emparentada han aumentado. Este fenó-
meno ha sido provocado por el auge del servicio doméstico residente apoyado en la alta
inmigración (De Bofarull, 2013).
Fuente: INE
– Núcleo familiar reconstituido: es una pareja en la que hay algún hijo no común,
fruto de una relación anterior (De Bofarull, 2013). En el año 2001 el 3,6 de las
parejas con hijos eran de este tipo. Evidentemente este indicador habrá aumen-
tado considerablemente al persistir el incremento de separaciones y divorcios.
La Primera Transición Demográfica (primera mitad del siglo XIX) estuvo marcada
por la caída constante de la mortalidad, mientras que esta Segunda Transición Demográ-
fica (segunda mitad del siglo XX e inicios del siglo XXI) viene marcada por la caís de la
fecundidad, de la natalidad, de la nupcialidad y por el aumento de separaciones, divorcios
y nuevos modos de convivencia y nuevas situaciones familiares (De Bofarull, 2013).
Estos procesos demográficos, como dice De Bofarull (2013), están dando lugar a
unos cambios psico-socio-económicos que generan un estrés creciente, incertidumbre y
desorientación. A su vez lleva como consecuencia una disminución de la capacidad edu-
cadora de la familia y también mayores riesgos para el bienestar de los hijos.
96
Para este apartado vamos a seguir la reflexión que hace Francesc Torralba (2004) en
su artículo “Los valores en la familia de tradición cristiana”.
Los valores que tiene una familia no se pueden descubrir en teoría, sino en la vida
práctica. Es decir, cuando observamos los modos de interacción personal en su seno y las
formas de actuar que acontecen en ella, es cuando podemos descubrir los valores que se
viven. Son estos valores los que van a dar identidad a una familia.
El ser humano es capaz de valorar las cosas y guiarse por lo que tienen de ideal. Así
desarrolla unas actitudes o modos de ser ante los valores.
Cuando una persona descubre un valor y este le atrae, se adhiere al mismo, lo hace
suyo y pasa a ser parte de su experiencia personal. El valor vivido se trasmite y se comu-
nica a los demás, porque lo que descubrimos como algo bueno para nosotros, lo queremos
también para los demás.
Desde la antropología podemos decir que el hecho de ser padre o ser madre trascien-
de la dimensión biológica, tiene un acento ineludiblemente ético (Torralba, 2004). Desde
la perspectiva cristiana, la relación con el hijo debe ser una relación presidida por la res-
ponsabilidad y por el respeto a su libertad potencial. Desde la perspectiva cristiana, el hijo
es, ante todo, un ser humano, único e irrepetible, y el deber fundamental como padre o
madre es velar por él, acompañarle para que se desarrolle integralmente. Esto es recono-
cerle como hijo, un sujeto de derechos y deberes. Desde la perspectiva cristiana, el hogar
es el primer núcleo de aprendizaje social, el centro de lo cotidiano. En el hogar se reciben
los valores culturales y las fuerzas creadoras de la sociabilidad. Es donde el niño aprende
a valorarse a sí mismo, a convivir, a conocer sus posibilidades y sus límites. Allí aprende
a aceptar y a valorar las diferencias. Es el lugar de la intimidad y la confidencialidad, y el
lugar donde se aprende a expresar la propia libertad.
97
La familia cristiana se define por la relación interpersonal, que hacen de ella una
comunidad de personas, una comunidad basada en el amor.
Y estos serían los valores que configurarían a la familia cristiana (Torralba, 2004):
1) Confianza
2) Respeto
3) Responsabilidad
4) Solidaridad
5) Fidelidad
6) Humidad
98
Es muy importante estudiar bien los contextos relacionales para comprender por qué
surgen los problemas. Padres, profesores, alumnos, orientadores, Personal de Administra-
ción y Servicios, se encuentran inmersos en un sistema relacional que influye directamen-
te en su desarrollo, favoreciendo que emerjan unas características y desaparezcan otras,
debido a la interacción con el contexto.
Esto significa que habrá que estudiar el entramado de relaciones del sistema familiar
y del sistema escolar. Y lo mismo habrá que decir de las relaciones entre las familias y el
centro escolar, y de la influencia del contexto social o del contexto legal.
– Jerarquía de los sistemas: todo sistema humano se organiza según una jerar-
quía, que determina quién tiene más poder que quién y quién “hace equipo” con
quién, es decir, cómo se configuran los subsistemas. En los sistemas humanos
los problemas suelen aparecer cuando esta jerarquía se desorganiza.
100
Según algunos estudios sociológicos (Pérez, 2010) los padres españoles, en sus es-
tilos parentales, están mostrando una cierta incapacidad para resolver el estrés, los con-
flictos y la organización de la autoridad en las familias. En general se puede decir que
los padres, como reflejo de lo que pasa en el contexto social, han dejado atrás muchas
referencias educativas del pasado, pero el problema es que no las han sustituido por otras
nuevas. El cambio de roles, la llegada de la familia pospatriarcal, la mujer integrada ple-
namente en el mundo laboral, la atomización familiar son grandes cambios que exigen
soluciones. Pero muchos padres no tienen ni formación ni herramientas educativas con
las que afrontar todo esto. Nos encontramos así con una masa ingente de padres desorien-
tados que deambulan entre la permisividad, la frustración por no saber qué hacer o porque
han “tirado la toalla” o una tendencia a un férreo autoritarismo que genera más conflictos.
Para todos ellos sería importante profundizar en el estudio de los estilos parentales que
propone un modelo de ejercicio de la autoridad capaz de superar los modelos disfuncio-
nales del permisivismo, la negligencia o el autoritarismo (De Bofarull, 2013).
Los estudios de los estilos parentales han situado qué tipo, estilo y talante supone ha-
cer bien o mal las cosas en la tarea educativa de los padres o en la organización del hogar.
Se han clasificado cuatro grandes grupos de estilos parentales, que solamente vamos
a enumerar:
1) Padres negligentes/indiferentes
2) Padres permisivos
3) Padres autoritarios
Lógicamente la formación de los padres ira buscando acercarse al que hemos deno-
minado Padres autorizados o con autoridad que es el modelo ideal (De Bofarull, 2013).
Para finalizar reproducimos aquí la tabla de Galán (2009) que pone en relación la
tipología de estilos educativos parentales y su impacto en los hijos:
1 Galán (2009) habla de estos mismos cuatro estilos parentales, aunque en lugar de hablar de padres
autorizados o con autoridad prefiere hablar de padres con estilo democrático. 101
Niveles altos de
autocontrol.
Persistentes en las
tareas.
Democrático
Alta autoestima.
(con Alto Altas Alto Mucho
Independientes,
autoridad)
cariñosos, con
iniciativa y confianza.
Valores morales
interiorizados.
Falta de autonomía y
creatividad.
Baja competencia
social.
Control externo.
Baja autoestima, poco
Autoritario Alto Altas Bajo Poco alegres, obedientes y
ordenados.
Poco agresivos,
aprensivos.
Vulnerables a las
tensiones, fácilmente
irritables.
Bajos niveles de
exigencia personal.
Baja autoestima y
responsabilidad.
Permisivo Bajo Bajas Alto Mucho Rasgos de inmadurez
y caprichos.
Suelen ser
espontáneos y alegres.
Conductas agresivas.
Desarraigo e
infelicidad.
Negligente/
Bajo Bajas Bajo Poco Suelen pasar
Indiferente
desapercibidos,
muestran tristeza.
102
Después de todo lo que hemos visto sobre el sistema familiar, proponemos un caso
real para su estudio. Lo tomamos tal como lo desarrollan Icart y Freixas (2013):
La señora Ruiz llegó a la consulta con su hijo de 11 años porque desde hacía
un tiempo (algunos meses) estaba muy nervioso y se enfadaba por nada: “Le han
vuelto los miedos y no se quiere despegar de mí. Además, vuelve a tener problemas
en la escuela”. El niño se pasó toda la entrevista cruzado de brazos y no paraba
de decir que no quería venir. El clínico trataba de favorecer que la madre hablara
lo más libremente posible. Primero, la señora Ruiz se quejaba de que el niño se
enfadaba a cada momento y por nada, tal como en ese momento mostraba en la
entrevista: no quería colaborar.
Pero en la familia pasaban más cosas: la madre no podía dormir y la hija ma-
yor no salía de casa y había tenido dificultades con quien era su prometido. Ahora
bien, esto lo dejaban en segundo término. Lo que llevaban a la consulta eran las
dificultades del hijo de 11 años. En este momento, el clínico tendía a pensar que la
madre y la hermana vivían su preocupación y su malestar a través del niño, al que
hacían depositario de sus angustias, que se las proyectaban. Quizá por eso el niño
se oponía a venir y se pasaba la entrevista cruzado de brazos y con cara de mal
103
humor: no quería ser el burro de carga en el que se depositara el peso del malestar
de todos los miembros de la familia.
Visto así, el síntoma por el que la señora Ruiz había llevado a su hijo a la con-
sulta pasaría a ser el equivalente de un síntoma neurótico de la madre y la herma-
na. Y no solo el niño, sino toda la familia estaría haciendo una regresión. A través
del niño, la madre y la hermana estarían intentando que alguien hiciera el duelo
del padre por ellas y así, tal vez, no sería necesario que lo hicieran ellas mismas.
104
Bibliografía
● D’Agostino, F. (2008). “Elementi per una filosofia della familia. Una tesi, quattro
corollari e un excursus teológico”, en Congreso Internacional sobre Familia y so-
ciedad: La familia, paradigma de cambio social. Barcelona: Instituto de Estudios
Superiores de la Familia.
● Loizaga, F. (2009). “Familias del siglo XXI. Estrategias para mejorar las habilida-
des familiares”, en Loizaga, F. Intervención psicoeducativa con familias. Programa
para mejorar la salud de los hijos. Madrid: CCS.
105
● Messner, J. (1981) “Familia”, en Gran Enciclopedia Rialp. Vol. VII. Madrid: Rialp
● Pérez, P.M. (dir.) (2010). Infancia y familias. Valores y estilos de educación. Valen-
cia: PUV.
106
Unidad
didáctica4
La orientación
familiar
FAMILIA Y ORIENTACIÓN EDUCATIVA
Índice
Objetivos............................................................................................ 110
Introducción...................................................................................... 111
Bibliografía........................................................................................ 137
109
Objetivos
1. Conozca y sea capaz de evaluar y orientar sobre la relación entre contexto familiar y
educación.
2. Sea capaz de orientar y asesorar a los equipos directivos y docentes respecto de la co-
municación, coordinación y participación de las familias en los procesos educativos.
3. Sea capaz de orientar y asesorar a las familias sobre cómo favorecer y participar en
los procesos educativos de sus hijos.
110
Introducción
La orientación familiar es quizás la tarea más compleja que puede acometer la di-
mensión orientadora de la escuela. No siempre las relaciones entre familia y escuela son
satisfactorias, pero siempre son necesarias. El tema está dedicado a profundizar y favore-
cer una mejor comprensión y colaboración entre ambas instituciones. Los profesionales
de la educación y de la orientación pueden ofrecer un valioso apoyo a las familias y ellas
pueden hacer realidad que la educación escolar sea una educación integral.
Los apartados del tema nos van a ir presentando estas cuestiones: Las relaciones en-
tre la familia y la escuela; el apoyo a la familia; la orientación y la entrevista con familias;
las iniciativas de formación de padres. Y terminaremos presentando algunos programas y
modelos de intervención para ayudar a las familias.
111
García y Martínez (2003) plantean una serie de supuestos, como principios de carác-
ter más concreto, que sirven de referencia para la planificación, desarrollo y evaluación
de la orientación educativa en contexto familiar:
112
Pero habría algunas áreas específicas: apoyo a las familias en procesos de adopción
y acogida familiar, apoyo a las familias en situación de conflicto, violencia doméstica o
riesgo social, apoyo a las familias con miembros discapacitados, con personas mayores a
su cargo, con hijos de altas capacidades. Como vemos en todas estas áreas se tocan temas
comunes: autoestima, servicios de apoyo, mediación, formación para la paternidad res-
ponsable, cuidado de los hijos, violencia familiar, etc. (García y Martínez, 2003).
113
114
Creemos que todos estarán de acuerdo en que tiene que haber una relación muy
estrecha entre la familia y la escuela porque ambas instituciones pretenden lo mismo:
la educación y el desarrollo de los niños. Un desarrollo integral que considere todos los
aspectos: físico, afectivo, intelectual, social y espiritual. Pero las relaciones no siempre
son fáciles a pesar de compartir los mismos ideales. En muchos casos se escuchan quejas
de padres o de profesores sobre la falta de colaboración o el desacuerdo en criterios de
los otros.
Participar en realidad es tomar parte en las decisiones que afectan a los niños, hacién-
doles copartícipes y corresponsables de todo lo que suceda en la educación de sus hijos
(Galán, 2009).
En el fondo sabemos que todo lo que se haga para hacer más competentes a los pa-
dres en la relación con sus hijos va a repercutir positivamente en el desarrollo educativo
escolar. Entre otras cuestiones importantes, esta relación va a contribuir decisivamente a
afrontar dos de los retos educativos permanentes a los que nos enfrentamos: el fracaso
escolar y la crisis de la educación en valores (López, 2009). En el tema del fracaso escolar
es preciso salir de la espiral viciada en la que es fácil caer al buscar la responsabilidad de
los fracasos de nuestros alumnos en los propios padres. La postura adecuada es mucho
más pragmática, centrada en cómo cambiar las situaciones más que en la búsqueda de
culpables, porque, de hecho, si algo dificulta el trabajo conjunto entre padres y profesores
es la sospecha de culpabilidad en el otro.
Para promover la cooperación entre las familias y los centros educativos, Martí-
nez-González y Pérez-Herrero (2006), consideran muy importante favorecer el incremen-
to de la frecuencia de la comunicación entre padres y profesorado para ponerse de acuer-
do en los objetivos educativos; establecer contactos no solo cuando vienen los problemas
sino también para informar de los progresos y aspectos positivos de los estudiantes; poner
en común las preocupaciones de los padres y los profesores con respecto a la educación
de los niños; proporcionar formación a los profesores para que puedan trabajar colaboran-
do con los padres de un modo más eficaz; incrementar las acciones que ayuden a padres
y madres a desempeñar sus roles educativos y organizar actividades en las que los padres
se puedan involucrar.
Otra clasificación depende del nivel de amplitud: es distinta una reunión con todos
los padres de un grupo de clase o la entrevista individual con los padres de un alumno
concreto.
Otro criterio de clasificación sería el motivo por el que el centro y la familia estable-
cen contacto. El motivo puede ser dar información a los padres, o puede ser una demanda
de participación en una actividad escolar.
Los polémicos deberes es una forma de establecer una relación y un puente entre
la escuela y la familia. Son un elemento de información importante para que los padres
sepan lo que los niños van aprendiendo, cómo lo aprenden y lo que hacen en clase, y una
oportunidad para aunar esfuerzos y criterios educativos entre las dos instituciones.
Se suelen distinguir las tres fases clásicas de una reunión: fase inicial, fase central y
fase final o despedida. En la fase inicial, si lo que se pretende es que los padres se conoz-
can entre ellos, viene muy bien alguna dinámica de grupos. En la fase central es cuando se
tocan los temas que el profesor suele haber preparado. Es importante que no se descienda
a temas particulares de una sola familia. En la fase final se haría un resumen de lo que se
ha tratado o acordado.
117
Tres son las líneas principales de apoyo a las familias: la formación, la orientación
(asesoramiento) y la terapia familiar.
Una labor inicial de los profesionales del apoyo a las familias es crear un contexto de
colaboración (Cagigal, 2011), un clima de confianza que facilite el intercambio, en el que
los padres se sientan valorados en sus tareas y apoyados por los profesionales educativos
o de la orientación.
Cagigal (2011) plantea que para crear este contexto de colaboración eficaz y de con-
fianza el profesional del apoyo y la orientación debe desarrollar una serie de capacidades:
– Enseñar para que aprendan a resolver con éxito las tareas en las que han
fracasado.
Las tres líneas de apoyo que hemos mencionado al principio de este apartado, for-
mación, orientación y terapia son las que ha propuesto Ríos (1984) como los tres niveles
de la orientación familiar: el nivel educativo, el nivel de asesoramiento y el nivel de
tratamiento.
Cagigal (2011) explica que en el nivel educativo se incluirían los programas diri-
gidos a la formación de los padres. En el nivel de asesoramiento se trata de dar apoyo y
orientación a la familia en distintas circunstancias y situaciones problemáticas de su ciclo
vital. El nivel de tratamiento terapéutico sería el más complejo: se trata de abordar una
reestructuración del sistema familiar cuando éste no funciona.
Siguiendo las reflexiones de Cagigal (2011) vamos a ver un poco más en detalle los
tres niveles de apoyo a la familia.
118
1. Formación a la familia
Este apoyo es el que se realiza normalmente con las escuelas de padres, pero también
existen otro tipo de talleres o iniciativas de formación dirigidos a todos los miembros de
la familia, o la formación en la relación familia-escuela.
Habría una serie de temas importantes en esta formación a las familias (Cagigal,
2011):
– El estrés y la falta de tiempo para las relaciones como factor de riesgo: qué se
entiende por “tiempo de calidad” con la familia; el reparto de roles y de tareas;
ajustar los roles a los ciclos de vida.
2. Orientación a la familia
Hay momentos de crisis o de dificultad en los ciclos vitales de la familia en los cuales
conviene apoyar a la familia con la orientación o el asesoramiento. Cagigal (2011) define
esta ayuda como la actividad encaminada a fomentar la competencia familiar con objeto
de fortalecer el vínculo entre sus miembros.
Es importante no atender solo a los contenidos, sino que es necesario tener en cuenta
también los procesos de interacción y favorecer su evolución.
Como revela Cagigal (2011) es muy difícil delimitar si los programas de ayuda fami-
liar son estrictamente de formación, de orientación o de terapia. A veces se plantean uno
de los tres campos, pero es normal que haya interacciones con los otros.
119
3. Terapia familiar
Cuando la situación conflictiva se sale de la normalidad o se da una cierta gravedad
es necesaria una intervención terapéutica.
Es necesario contar con estos apoyos para la familia por la importancia que esta tiene
en el buen desarrollo de las personas. Hacemos nuestra la conclusión de Cagigal (2011):
La familia es reconocida como el principal referente de evolución de la persona. En ella,
como en ningún otro contexto, se pueden dar las condiciones óptimas de seguridad emo-
cional, de vinculación, de amor, de aprendizaje social y de arraigo social y cultural. Por
ello merece toda la atención que necesite para garantizar ese desarrollo global de cada ser
humano.
121
Así, una escuela que pretenda ofrecer una educación de calidad dentro de una so-
ciedad dialógica debe estar dispuesta a abrir sus puertas, permitir la participación de las
familias y los agentes sociales, con la finalidad de lograr el desarrollo integral de su
alumnado. Este reto no es sencillo, pero merece la pena avanzar para conseguir tan noble
propósito.
Este nuevo contexto provoca la necesidad de dejar atrás el paradigma clásico que
considera la familia y la escuela como agentes educativos separados cuando no contra-
puestos, para dar paso a un nuevo paradigma donde el trabajo cooperativo entre ambos
agentes pueda mejorar la educación y, a su vez, garantizar la superación de desigualdades
sociales y la erradicación de cualquier tipo de discriminación y violencia. (Parejo y Pinto,
2016)
Hay que actuar en la comunidad si se quiere desarrollar una enseñanza que avance
hacia la “Sociedad del Conocimiento”. Esto nos conduce a la paradoja de que, por un
lado, la pervivencia de una tradición basada en la cultura escolar considera que la edu-
cación es algo exclusivo del centro escolar y de su profesorado, y la participación de los
padres y madres es vista como una intromisión en asuntos que no les pertenecen; y, por
otro lado, aunque los padres parecieran no estar capacitados para intervenir en asuntos es-
trictamente curriculares, su implicación en la educación del alumnado es imprescindible
para la mejora del aprendizaje.
122
Para asegurar el correcto desarrollo psicosocial de la prole hay que generar una im-
plicación profunda y real, no solo formal, de las familias en la educación de los hijos e
hijas, tanto dentro como fuera de la familia. Por lo que concierne al papel de la escuela,
esta no debe ser vista como un lugar extraño a la familia, sino que hay que buscar una
estrecha colaboración con ella. No hay que entender las relaciones entre familia y escuela
como influencias separadas, sino como influencias superpuestas, lo que resalta la relevan-
cia de la coordinación y del trabajo conjunto de padres, madres, maestros y maestras en la
educación de sus hijos e hijas y de sus alumnos y alumnas. (Mottareale, 2016)
Como dice Núñez (2001): ser orientador significa trabajar con muchas y diferentes
personas. Los alumnos, los padres, los profesores y tutores y la dirección del centro. Su
posición es privilegiada para tender los puentes necesarios entre todos estos subsistemas
de la escuela y la familia, y sobre todo para detectar e intervenir cuando las situaciones
aún son controlables y tienen más posibilidades de encauzarse para bien.
Es muy importante dar la pauta de la relación: qué se pretende, cuales son las limita-
ciones y las posibilidades de ayuda, y dejar claro desde el primer momento que la ayuda
solo podrá tener éxito si hay apertura, confianza y colaboración.
Aparte de estos dos tipos de entrevistas según los fines, Núñez (2001) distingue tres
tipos de entrevistas: de información, de mediación y de orientación.
Pero la que nos interesa sobre todo es la entrevista de orientación. Núñez (2001)
plantea dos tipos de problemáticas que se pueden abordar con la entrevista de orientación:
la problemática situacional o circunstancial y la problemática estructural.
Núñez (2001) se centra en los problemas situaciones como un campo que puede
abordar con competencia el orientador familiar. Distingue dos niveles de actuación: el
nivel de actuación básico y el complejo. Este segundo nivel, que corresponde a problemas
que van más allá de la mejora en los aspectos de comunicación o de relación en la familia,
también se aconseja que sea tratado por especialistas.
El nivel de actuación básico lo que pretende es que la misma familia pueda enfrentar
y resolver su problema. Núñez (2001) plantea aquí cinco aspectos que pueden ser traba-
jados desde la entrevista de orientación familiar:
124
– Para que una situación problemática cambie, no siempre hace falta saber por
qué se ha producido o cuál es su origen. Es más importante dedicar nuestro
tiempo a describir qué pasa y tratar de introducir un elemento diferente que
permita que la situación cambie en la dirección deseada.
– Pero también puede darse la situación de que las personas no quieren cambiar.
La cuestión sería entonces cómo lograr que vean alguna utilidad en ese cambio.
El planteamiento no debe ser nunca si aquello es útil para nosotros sino cómo es
útil para ellos.
– Es más normal que una persona vea la necesidad de un cambio si no es una meta
que se impone desde fuera sino una conclusión a la que ella llega directamente,
porque ve que hacer las cosas de una manera diferente le supone más ventajas
para su vida.
125
– Hay que estar atentos a las soluciones que no funcionan: si no funciona, ese
intento de solución se convierte en parte del problema y lo que hace es que el
problema se agrande y se mantenga.
– El cambio verdadero y perdurable se suele dar poco a poco. Y hay que estar
atentos a esas pequeñas variaciones para ir motivándolo.
Para terminar este apartado sobre la entrevista creemos importante presentar dos
tablas de López (2009). La primera nos recuerda lo que podemos hacer durante una entre-
vista para abordar las dificultades tanto en la orientación escolar como familiar.
ESTRATEGIA UTILIDAD
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La segunda tabla es sobre todo aquello que debemos evitar en una entrevista:
127
Llegar a ser padres es algo a lo que se llega de manera natural, por ley de vida, pero
eso no asegura que seamos buenos padres en cuanto a la función de educadores de los hijos.
Las experiencias malogradas, la violencia doméstica, el maltrato infantil, las patologías de
padres e hijos derivadas de los desencuentros y de las frustraciones al realizar esta labor, dan
fe de lo que acabamos de decir. Por estas razones se hacen indispensables las iniciativas de
formación que se llaman Escuelas de Padres o programas de formación para padres.
Como dice Martín (2001) las Escuelas de Padres son una necesidad para aquellos
padres que no se conforman con educar bien a sus hijos, sino que lo quieren hacer lo
mejor posible. Esto implica gestionar con eficacia las relaciones humanas que se dan en
la familia, sabiendo por qué se actúa de determinada manera en las decisiones de la vida
familiar, sabiendo analizar los conflictos y las tensiones que se viven en la familia, desa-
rrollando de la mejor manera la capacidad de comunicación con los hijos.
– Sienten una responsabilidad fuerte por sus hijos, y precisamente por esto temen
fracasar.
– Algunos acuden preocupados por algún problema relacionado con los hijos.
128
– Parten de su experiencia, por eso aprenderán mejor si se sabe partir de esa expe-
riencia y se valora positivamente.
Un aspecto relevante de las Escuelas de Padres es saber abordar el tema de los pro-
blemas con los hijos. A pesar de la buena voluntad de los padres que participan de la
Escuela, muchos de ellos presentan una resistencia al cambio y para ello utilizan determi-
nados mecanismos de defensa, actitudes y emociones que el orientador debe reconocer y
tener presente en los procesos de formación (Martín, 2001):
Martín (2001) plantea ocho problemas que sería necesario abordar en las Escuelas
de Padres:
1. Problemas evolutivos: las peculiaridades de cada edad; las crisis y sus soluciones.
129
Y también detalla seis objetivos básicos para cualquier Escuela de padres (Martín,
2001):
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Martínez y García (2003) distinguen dos tipos de programas: los programas diseña-
dos en el centro educativo con la colaboración de la familia y los programas que trabajan
la relación familia-escuela-comunidad.
1. Sirven para formar a padres y madres. (Se centran en temas de paternidad res-
ponsable, prevención de problemas, respeto a las peculiaridades de los hijos.
Suelen ser familias con riesgo de exclusión social.)
3. Para enseñar a gestionar los recursos humanos de las familias. (Cómo enfrentar
situaciones difíciles derivadas de problemas económicos, laborales, enferme-
dad, etc.)
2. Prevenir los problemas o resolver del mejor modo los que ya existen.
3. Coordinar las intervenciones educativas en las que participan los tres grupos
implicados: familia, escuela y comunidad.
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Cagigal (2001) ofrece una lista de aspectos fundamentales que podemos evaluar al
encontrarnos con las familias:
– Estructura de la familia.
– Poder: quién tiene el poder en casa, es decir, quien pone las normas. Qué coali-
ciones existen.
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José es un niño de diez años derivado desde una escuela de atención específica
de niños problemáticos. Los motivos son agresividad y descontrol en los impulsos
(ha roto puertas, vajilla, objetos de sus hermanos, etcétera). La escuela tiene difi-
cultades para contener sus crisis, que van en aumento. Según el director del centro,
“ya no pueden aguantar más, pero tampoco saben a dónde derivarlo”. Ha perdido
los dos últimos cursos escolares.
En las entrevistas, se observó la dificultad que tenía el niño para contener sus
impulsos ante una mínima frustración. La falta de proceso mental no le permitía
sentir ni manifestar las emociones y por eso las descargaba físicamente. Era un
niño muy dependiente de la madre. Hasta los seis años era muy sumiso y quieto.
Y a partir de esta edad, coincidiendo con una ausencia larga de la madre, todo se
estropeó y aparecieron estos problemas.
Por un lado, la madre tendía a hacer relaciones adhesivas con los hijos. Aban-
donó a José para irse a cuidar a su propio padre en un momento bastante impor-
tante del desarrollo del niño (sobre todo teniendo en cuenta que la madre de José
tendía a mantener relaciones adhesivas con sus hijos, haciendo funciones yoicas
sustitutivas para ellos, lo cual no les dejaba estructurar su propio yo y continuar el
proceso evolutivo). A los seis años José estaba atrapado en una relación simbiótica
con la madre, y, por otro lado, era como si, cuando esta regresó de su ausencia,
cuando volvió a cuidar a José, negara que su padre hubiera muerto: como si, cui-
dando a su hijo, mantuviera vivo al padre. Era una forma de evitar el duelo.
134
Cuando la madre tuvo que ir a cuidar a su propio padre, lo debió hacer repen-
tinamente. Era la primera separación que se daba entre la madre y el hijo. Entonces
fue el padre el que tuvo que hacer las funciones maternales y el niño no lo aceptó,
seguramente porque no lo había hecho nunca y porque a quien el niño quería en
realidad era a la madre. Fue a partir de este momento que las cosas se agravaron
y aparecieron gritos, rabietas, violencia, etcétera. Como ya hemos dicho antes, la
madre vivió muy mal la muerte de su padre, ya que, según ella misma, eran “uña y
carne”. Ella no pudo hacer el duelo, era muy penoso. Seguramente, aparte de tiem-
po, habría necesitado un apoyo psicológico específico. Pero se encontró con otra
manera de hacerlo. Podemos pensar que proyectó todo su dolor en el hijo, como si
este representara al padre enfermo, y se dedicó a cuidarlo en cuerpo y alma.
A partir de este momento la relación entre los dos se hizo cada vez más depen-
diente, de modo que no podían estar separados. No sabemos si la madre cuidaba al
hijo o al padre que había proyectado en el niño. Y la madre mantenía a su marido
a su lado, lo que les permitía presentarse como familia ejemplar, pero no lo dejaba
intervenir. De modo que, cuando la madre se ausentó, José quedó en manos de un
padre que siempre había estado ausente y que lo seguía estando. Además, el hecho
de que José tuviera unos problemas de comportamiento tan evidentes permitía a
los padres tener buena conciencia y, a pesar de que los otros hijos tuvieran también
problemas para crecer, avanzar en los estudios y hacer amigos, podían pensar que
esto era peccata minuta y se podían considerar una familia modélica y presentarse
como tal. Si la madre no dejaba entrar al padre en la familia y ella hacía las funcio-
nes que le correspondían a él, mantenía unas relaciones adhesivas con el hijo que
impedían integrar a un padre que lo contuviera, que hiciera las funciones de padre.
En este caso, es la madre quien desarrolla buena parte de las funciones yoicas
de su hijo, llegando a menudo a sustituir con su yo el yo del niño. La madre piensa
por él, se preocupa por sus problemas haciendo prevalecer su criterio por encima
del de su hijo, perpetuando la relación de dependencia de su hijo hacia ella. Y, por
otra parte, es el hijo quien acepta esta sumisión hacia la madre, a cambio de que
sea ella la que sufra por él. Según Bleger (1998), se trata de una relación simbió-
tica, y cada uno hace de objeto parásito en el otro a cambio de que satisfaga sus
necesidades. La madre cuida del niño a cambio de que este se someta a ella, y la
madre se somete al hijo a cambio de que él haga lo que ella quiere.
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Bibliografía
● Martín, M.J. (2001). “Las escuelas de padres: posibilidades y retos”, en Torre, J.C.
(2001). Orientación familiar en contextos escolares. Madrid: Universidad Pontificia
de Comillas.
● Nuñez, J.P. (2001). “La entrevista de orientación con familias”, en Torre, J.C. (2001).
Orientación familiar en contextos escolares. Madrid: Universidad Pontificia de
Comillas.
● Parejo, J.L. y Pinto, J.M. (coord.) (2016). La orientación y la tutoría escolar con
familias: teoría y práctica. Barcelona: UOC. 137
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