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Expresa el artículo 2°, inciso 26 de la Constitución Política del Estado de 1993 que
“Toda persona tiene derecho a la propiedad y la herencia”. Existe una garantía
constitucional de carácter sucesorio, ya que la propiedad privada está íntimamente
vinculada a la herencia. Esta garantía significa un reconocimiento de la herencia como
institución y, asimismo, un derecho individual de carácter singular, porque responde a la
ineludible necesidad de mantener la existencia de un espacio de apropiación privada de
los bienes más allá de la muerte de su titular; y, además, como una forma de protección
constitucional a la propiedad privada de la cual deriva el derecho de disposición con las
limitaciones que la ley establece.
No siempre dicha transmisión ipso iure concuerda con el tiempo, con la posesión real y
efectiva de los bienes y derechos que corresponde a los causahabientes. No hay siempre
coincidencia entre la situación de derecho y de hecho, y eso se debe a variadas
circunstancias, bien porque los bienes se encuentran en poder exclusivo de otro
coheredero o de un tercero, que se niegan a compartirlos o a devolverlos, por lo cual se
hace necesario el empleo de medios de defensa que la ley franquea y que son de
naturaleza procesal. Esos medios legales se denominan acciones sucesorias.
II. Imprescriptibilidad de la acción
Lohmann Luca de Tena expresa que legitimado pasivo es quien actúa como sucesor
(aunque no necesariamente esté poseyendo bienes) y se oponga a la calidad de heredero
del accionante. Esto supone que el demandado puede sustentar su defensa en ser
heredero (forzoso o voluntario, legal o testamentario), o legatario. El correcto ejercicio
de la pretensión obliga a tener que emplazar a todos los coherederos si son varios,
porque la inclusión del pretendiente en la exposición hereditaria reclamada puede dar
lugar a modificación de cuotas[3].
Por lo tanto, lo que califica a la acción petitoria de herencia es que la demanda se funda
en el título de heredero. La calidad de heredero es entonces presupuesto para el amparo
de la demanda, empero, no constituye requisito de procedibilidad. Así lo ha expresado
la Corte Suprema en la Casación número 985-98, del 17 de noviembre de 1998: “Para
interponer la acción petitoria de la herencia no es requisito esencial haber sido
declarado heredero, sino que dicha acción puede ser ejercida por aquél que no
habiéndolo sido, se considere con derechos sobre el acervo hereditario. Para ello
deberá acumular a su acción de petición de herencia la de declaratoria de heredero.”.
Consecuentemente, siendo la finalidad de la acción petitoria de herencia obligar a los
demandados que permitan al actor, ejercer la posesión exclusiva o concurrente de los
bienes hereditarios en cuya propiedad participa, se exige que el demandante acredite su
calidad de heredero con el título correspondiente, pues de no hacerlo resultará infundada
la demanda.
V. Acumulación de Pretensiones
En cuanto a dicha acumulación es preciso anotar que la misma debe ser expresa. Al
respecto, se ha encontrado jurisprudencia contradictoria de Segunda Instancia de la
Corte Superior de Justicia de Lima (Sala de Procesos Abreviados y de Conocimiento);
así en el Expediente 665-99 ha manifestado que: “No se ha ejercido el derecho de
petición de herencia, pues no se ha solicitado formal ni expresamente una
declaración de heredero; sin embargo, la demanda contiene esta pretensión
implícitamente, pues se solicita que se efectúe la división y partición, incluyendo a los
mismos como herederos aunque reconociendo que no fueron declarados como
tales.”; mientras que el Expediente 2890-99 se expresó lo siguiente: “Declaración de
heredera por pronunciamiento extra petita. El Juez se ha pronunciado por un
petitorio inexistente (extra petita) ya que declara como heredera a la actora, cuando
esta no ha pedido que se le declare heredera, únicamente pretende concurrir con la
parte emplazada en la masa hereditaria de la causante. Se ordena que el A Quo, en
este caso, debe exigir que se complete el petitorio”. Consideramos correcta la segunda
posición por cuanto si no se demanda la declaración de heredero en esta acción petitoria
(la cual obviamente no será necesaria si se ha acreditado ésta condición de heredero en
forma fehaciente), no puede el Juez declarar heredero al demandante, por cuanto no
puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han
sido alegados por las partes litigantes en aplicación del artículo VII del Título
Preliminar.
VI. Conclusiones:
BIBLIOGRAFÍA:
3. LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo. Código Civil Comentado por los 100
Mejores Especialistas – Comentario al artículo 32 del Código Civil, Gaceta Jurídica,
Lima, 2003.
[3] LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo. Código Civil Comentado por los 100
Mejores Especialistas – Comentario al artículo 32 del Código Civil, Gaceta Jurídica,
Lima, 2003, p. 32