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CHICLAYO
Facultad de Ingeniería
Escuela Profesional de Ingeniería Civil
ALUMNOS:
GONZALES LLUEN
PAULA MARTHA
TEMA:
ÉTICA Y MORAL
CURSO:
FILOSOFIA
PROFESOR:
FECHA:
ÉTICA Y MORAL
DEFINICION
En contexto filosófico, la ética y la moral tienen diferentes significados. La ética
está relacionada con el estudio fundamentado de los valores morales que
guían el comportamiento humano en la sociedad, mientras que la moral son las
costumbres, normas, tabúes y convenios establecidos por cada sociedad.
Estos términos tienen diferente origen etimológico. La palabra "ética" viene del
griego ethos que significa "forma de ser" o "carácter". La palabra "moral" viene
de la palabra latina morales, que significa "relativo a las costumbres".
La ética es un conjunto de conocimientos derivados de la investigación de la
conducta humana al tratar de explicar las reglas morales de manera racional,
fundamentada, científica y teórica. Es una reflexión sobre la moral.
La moral es el conjunto de reglas que se aplican en la vida cotidiana y todos los
ciudadanos las utilizan continuamente. Estas normas guían a cada individuo,
orientando sus acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto
o incorrecto, bueno o malo.
En un sentido práctico, el propósito de la ética y la moral es muy similar. Ambas
son responsables de la construcción de la base que guiará la conducta del
hombre, determinando su carácter, su altruismo y sus virtudes, y de enseñar la
mejor manera de actuar y comportarse en sociedad
CARACTERÍSTICAS
CARACTERÍSTAS DE LA ÉTICA
CARACTERÍSTICAS DE LA MORAL
EL ACTO MORAL
Un acto moral es aquella acción realizada por un individuo y que puede ser
valorada como buena o mala desde un punto de vista ético. Las acciones que
realizamos podrían dividirse en dos grupos: las que no tienen implicaciones
morales porque son neutrales (respirar, moverse, rascarse o protegerse de la
lluvia ) y aquellas acciones que sí pueden tener alguna consideración moral, es
decir, pueden valorarse como buenas o malas. Este último tipo de acciones es
mucho más amplio de lo que parece a primera vista. Dar la mano a alguien
puede parecer neutral, pero dar la mano a un terrorista sanguinario ya se
puede discutir moralmente. Trabajar en una fábrica para ganarse el pan de la
familia no tiene una implicación moral, pero si la fábrica contamina un río y esto
provoca enfermedades, la neutralidad del trabajo en la fábrica desaparece.
Esto quiere decir, que casi cualquier acto es un acto moral en potencia, pues el
contexto en el que se produzca determinará una valoración determinada.
Un acto moral depende de varios elementos. Para que hablemos con rigor de
acto moral éste tiene que ser algo elegido libremente, sin ningún tipo de
coacción. Por otra parte, el acto debe tener una finalidad, un motivo por el cual
se realiza. Por último, el acto moral se encuentra dentro de un contexto
humano que condiciona cualquier análisis ético.
Cualquier acto moral se puede analizar desde perspectivas diferentes, es decir,
desde varios criterios éticos. Si tomo la decisión de ayudar a todo el que lo
necesita, alguien podría preguntarme por qué actúo así. Mi respuesta podría
ser muy diversa:
1. Considero que es mi deber hacerlo.
2. Entiendo que al ayudar al necesitado estoy cumpliendo con lo que Dios
quiere de mí.
3. Mi conducta moral se rige por mis sentimientos internos.
Estas tres posibles respuestas a un acto moral son ejemplos de las
justificaciones racionales o criterios que podemos emplear a la hora de llevar a
término un acto moral.
Por último, vale la pena recordar que la mayoría de actos pueden tener una
dimensión moral y, por este motivo, estar sujeto a la discusión y al debate ético.
La moralidad es una inclinación universal del hombre. A lo largo de una jornada
decidimos con cierto grado de libertad una serie de acciones y éstas son
valorables como buenas o malas.
Pero a veces nos encontramos con situaciones en que no sabemos qué hacer:
escoger A o B tiene, en ambos casos, repercusiones negativas y positivas a la
vez y los diferentes valores que nos rigen entran en un conflicto. Estamos
ante situaciones que nos suponen dilemas éticos.
Este tipo de dilemas requieren de una reflexión más o menos profunda sobre
las alternativas de las que disponemos, así como del valor otorgado a los
valores morales con los que nos regimos. A menudo nos tocará priorizar uno u
otro valor, entrando ambos en conflicto de cara a tomar una decisión.
Asimismo, permiten ver que las cosas no son o blancas o negras, así
como entender a personas que toman decisiones distintas a las propias.
El concepto de dilema ético puede parecer claro, pero lo cierto es que no existe
un solo tipo. En función de diversos criterios podemos encontrarnos con
distintas tipologías de dilemas, que pueden variar en su nivel de concreción, en
el papel del sujeto al que se le presenta o en su verosimilitud. En este sentido,
algunos de los principales tipos son los siguientes:
Dilema hipotético
Dilema real
En este caso el dilema planteado versa sobre un tema o situación que resulta
cercana a las personas a quien se le plantea, sea porque se refiere a un
suceso que ha vivido o a algo que puede ocurrir con relativa facilidad en su día
a día. Aunque suelen ser menos dramáticos que los anteriores, pueden resultar
tanto o más angustiantes por este motivo. No es necesario que la persona a
quien se le plantea el dilema sea el protagonista de este, pudiendo
preguntársele que debería hacer el personaje.
Dilema abierto o de solución
Dilemas completos
Dilemas incompletos