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Las emociones: La atención sería una función de base profundamente relacionada con las
emociones en cuanto: permite orientar al organismo detectando estímulos peligrosos o
agradables en el ambiente, generando una respuesta de acercamiento o escape. Sólo
después de haber enfocado un estímulo (orientando la atención o atención selectiva y de
una primera respuesta emocional se activaría la elaboración superior cortical (cognitiva).
la atención se caracteriza por estar íntimamente ligada a la concentración: la atención
implica muy especialmente un proceso de focalización perceptiva que incrementa la
«conciencia clara y distinta de un núcleo de estímulos. Las psicopatologías atencionales se
ubican en un continuo (normalmente cuantitativo) de la concentración.
Otro enfoque similar a éste es el ofrecido por Higueras, Jiménez y López, que en su
Compendio de Psicopatología (1979) incluyen un capítulo sobre «Psicopatología de la
atención y de la conciencia». En él afirman que la atención estaría tan relacionada con la
conciencia que no sería posible separarla de ella. Si la conciencia es la luz que ilumina la
escena, la atención es el foco que hace resaltar unos objetos del resto. En su clasificación de
las psicopatologías atencionales distinguen entre anormalidades cuantitativas y
anormalidades cualitativas. Dentro de las cuantitativas, encontramos las siguientes:
deficitaria (en el sentido de insuficiente o escasa) que puede ser originada por un hipo o
hiperconcentración. En consecuencia, ambos extremos del continuo de concentración
originarían los mismos efectos. Por otro lado, existen ciertos fenómenos anómalos (como
veremos más adelante) relacionados con la atención que no cabrían en estos
planteamientos. Y ello creemos que se debe a la confusión existente entre las distintas
funciones o fases de la atención: concentración, vigilancia, selección, etcétera. Funciones
que además poseen una importante base experimental.
La atención es definible por sus modalidades como por los efectos que produce en el
procesamiento de información, por esto es que hay muchas teorías, éstas se diferencian por
el énfasis que se ponga a una u otra propiedad (selectividad, capacidad, concentración o la
de alerta).
causa orgánica por daños del Sistema Nervioso Central (Demencia, Lesión cerebral,
Síndrome frontal, Edema cerebral);
Durante las crisis de angustia y las fobias generalmente la atención aumenta hacia el objeto
de la fobia).
Las Aprosexias: alteración grave del nivel de conciencia en el cual la capacidad de alerta
está muy comprometida, este estado puede ser causado por factores orgánicos disfunciones
cerebrales difusas, por ejemplo o psiquiátricos estados melancólicos, catatónicos y relativos
a la histeria.
Las alteraciones atencionales, en y por sí mismas, nunca han sido consideradas como signo
o síntoma de importancia a la hora del diagnóstico de las enfermedades mentales. En el
estudio de la esquizofrenia, la atención no fue considerada como una característica
excitante de esta enfermedad hasta los años 50-60, ya que las anomalías atencionales son
manifestaciones tolerables de la enfermedad. Sin embargo, y a pesar de que como síntoma
puede que no juegue un papel central dentro de la psicopatología, lo cierto es que cada vez
se está teniendo más en cuenta este constructo a la hora de describir y explicar desde un
punto de vista psicológico ciertos trastornos mentales. Nos referiremos aquí exclusivamente
a la esquizofrenia, la depresión y los trastornos de ansiedad, McGhie y Chapman realizaron
un estudio con pacientes esquizofrénicos, y encontraron que las quejas más típicas eran las
siguientes: “Las cosas entran demasiado deprisa. No consigo atraparlas y me pierdo”,
“atiendo a todo al mismo tiempo y como resultado no atiendo a nada”. Las propuestas para
explicar el déficit atencional de la esquizofrenia no son, hoy por hoy, concluyentes.
Por lo que respecta a la depresión, es frecuente encontrar que estos pacientes se quejan de
falta de concentración y de distraibilidad. Por lo que se refiere a las tareas de vigilancia
destaca la investigación de Byrne, quien ha encontrado patrones de ejecución diferentes
entre depresivos neuróticos y depresivos psicóticos. Los segundos muestran un nivel
general de ejecución peor en este tipo de tareas, realizando menos detecciones correctas, y
este deterioro se va haciendo progresivamente más marcados lo largo del tiempo. Por su
parte, los deprimidos neuróticos, aunque también realizan mal la tarea, presentan una
ejecución sensiblemente mejor, y la mayoría de sus errores se engloba dentro de la
categoría de falsos positivos.
Sprock, Braff, Saccuzzo y Atkinson han encontrado que, aunque los sujetos deprimidos no
difieren de los sujetos normales en cuanto al tiempo de exposición necesario para
identificar correctamente un estímulo, sin embargo, cuando el estímulo se enmascara
retroactivamente los deprimidos muestran un patrón distinto de los normales. Estos autores
concluyeron que la explicación a este hecho reside en que los deprimidos necesitan más
tiempo que los normales para formar una representación del estímulo, aunque no para
registrarla.
Son necesarias muchas más investigaciones para poder determinar si existen déficits
atencionales en la depresión, y si es así, de que tipo son y cómo operan.
Duval y Wicklund fueron los primeros en proponer una teoría de la autoconciencia (self-
awareness), según la cual cuando un individuo focaliza la atención sobre sí mismo (lo que
se denomina atención autofocalizada) se produce un incremento en la consciencia de
aquellos aspectos del sí mismo que son más notables o sobresalientes en ese momento o
circunstancia.
Una amplia repercusión de los efectos de las expectativas de resultado sobre la motivación
y ejecución subsiguientes.
La investigación sobre atención se está convirtiendo en un campo muy fecundo de
investigación dentro de la psicopatología cognitiva de la ansiedad. La relación
ansiedad/atención es bastante obvia: una de las funciones o propósitos de la ansiedad es
facilitar la detección de un peligro o una amenaza, por lo que la consideración de los
procesos atencionales y preatenciones debe ocupar un lugar central. Concretamente, por lo
que respecta a los trastornos de ansiedad, actualmente se postula que éstos, en general,
están asociados con distorsiones van en el sentido de una mayor demanda de recursos de
procesamiento debido a la presencia de indicios de amenaza, lo que interfiere con los
requerimientos de las tareas con las que se enfrenta el individuo. Algunos autores
mantienen que existen diferencias en cuanto al contenido, capacidad, distraibilidad y
selectividad de la atención entre individuos ansiosos y no ansiosos. En concreto, algunas de
las diferencias en el funcionamiento atencional que se postulan que existen entre individuos
ansiosos y no ansiosos son las siguientes:
Los individuos ansiosos exhiben mayor selectividad atencional que los no ansiosos. Es
decir, la tendencia a atender a palabras emocionalmente amenazantes es automática y pre
atencional.
Como señalan Eysenck y Keane, el que sea más probable que los pacientes ansiosos
atiendan más frecuentemente a los estímulos amenazantes que los individuos normales
quizá sea debido a que estos pacientes se preocupan más por los peligros potenciales del
ambiente y desean disminuir la incertidumbre sobre posibles acontecimientos futuros.
REFERENCIAS
-Belloch, A., Bonifacio, S., & Francisco, R. (2008). Manual de psicopatología. Sito web de
time: http://repositori.uji.es/xmlui/bitstream/handle/10234/187801/BellochA_Manual
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https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3766792
-Venegas, V., De Pablo, J. M., & Olbrich, C. (2020). Características clínicas del trastorno
de déficit atencional e hiperactividad en epilepsia. MEDICINA (Buenos Aires), 80(Supl II),
58-62. Sitio web de time: http://www.medicinabuenosaires.com/PMID/32150715.pdf