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FEDERALISMO 1689 ESPAÑOL

LA HERMENÉUTICA
DE NUESTRA TEOLOGÍA FEDERAL

Eduardo Flores

Tabla de Contenido

Introducción ............................................................................................................................ 2
Principios hermenéuticos en el estudio federal ..................................................... 5
1. La inspiración e inerrancia de las Escrituras. ............................................................................. 6
2. El uso del método literal, gramático e histórico en la interpretación de las Escrituras. ......... 7
3. La analogía de la fe (analogia fidei). ............................................................................................ 7
4. La perspicuidad de las Escrituras. ............................................................................................... 9
5. La unidad de las Escrituras.......................................................................................................... 9
6. La diversidad de la Escritura. .................................................................................................... 10
7. La finalidad y claridad del Nuevo Testamento. ....................................................................... 10
8. La prioridad del Nuevo Testamento. ....................................................................................... 10
9. La tipología de la Escritura........................................................................................................ 12
10. Prioridad en la aplicación de los principios hermenéuticos. ................................................... 13
Aplicación Inconsistente de los Principios Hermenéuticos ............................ 14
2

Introducción

La importancia de la teología federal no debe subestimarse. Porque la Biblia es


claramente un libro donde se nos declara a nosotros por medio de pactos. La Biblia
es una sola historia, de principio a fin, tiene un propósito, una continuación, un flujo
hacia adelante, progresivo desde Génesis hasta apocalipsis. Y en esa historia los
pactos sirven para ir uniendo esos distintos puntos de esa historia única de la
redención de Dios. Entonces, entender la teología del pacto, para el cristiano, es
sumamente importante.

Un pacto, es como dijimos, un arreglo de Dios con los hombres impuesto


soberanamente por Dios, tiene estipulaciones, sanciones, ordenanzas para los
hombres, con el fin de bendecir al hombre. Ahora, John Owen, que era un puritano
del siglo XVII, decía algo muy importante que no todos los pactos divinos deben
entenderse bajo esa definición, sino que cada pacto debe verse en su propio contexto,
¿por qué? Porque si nosotros vamos al pacto con Noé ¿qué estipulaciones había, qué
sanciones? Pero era un pacto de Dios con Noé. Entonces, no todos cumplen esa
definición, pero deben entenderse en su propio contexto. La simple lectura de la
Biblia nos muestra claramente que el tema de los pactos es uno al que la misma
Escritura le da amplia importancia.

Y la teología federal, como hemos dicho, tiene que ver con el estudio de esos pactos
que Dios ha hecho con los hombres a lo largo de la historia humana y que nos han
sido revelados a nosotros en las Escrituras.

No tiene que ver con el estudio de todos los pactos bíblicos, sino de los pactos divinos.
Es decir, la teología pactual no tiene que ver con el estudio de los pactos entre los
hombres en la historia bíblica. Sin embargo, la comprensión de estos arreglos es
importante para el correcto entendimiento federal.

Es decir, cuando hablamos de la teología federal no nos estamos refiriendo al estudio


del pacto entre Salomón e Hiram en 1 Reyes 5:12, sino específicamente de los pactos
entre Dios y los hombres.

La teología federal tampoco incluye el estudio del pacto matrimonial. Sin embargo, a
pesar de ser un arreglo bíblico, un pacto en la Escritura, no se incluye en nuestro
3

estudio dado a que no se trata de un pacto de Dios con los hombres específicamente
en ese plan último de redención de pecadores de parte Señor para Su gloria.

Pero, su estudio nos puede ayudar a comprender mejor estos últimos. Es decir, a
pesar de que la teología federal no tiene que ver con el estudio de los pactos entre los
hombres (i.e 1 Reyes 5:12, matrimonio), entenderlos –su forma, sus implicaciones- es
importante, pues nos ayuda a comprender mejor esos pactos de Dios.

Y entender los pactos de Dios, como dije al inicio, es de vital importancia, pues como
veremos en esta serie, la teología federal es la clave para entender e interpretar la
Escritura. Es, como escuchamos de Spurgeon, “la médula de la teología,” aquello que le
da y mantiene la salud de nuestra teología.

La Biblia declara que todo lo que Dios ha hecho desde la eternidad ha tenido el único
y más grande propósito de glorificarle a Él, el ser más supremo del universo.

“Los cielos cuentan la gloria de Dios,” dice el Salmo 19. La formación del pueblo de Israel,
declara el Señor en Isaías 43:7, fue para la gloria de Dios. La destrucción de faraón y
los egipcios fue para glorificarse a Sí mismo, como hemos visto con el pastor Eric,
demostrándoles a los hombres que no hay otro dios más que Él. Y nuestra propia
salvación, dice Pablo a la iglesia en Roma, fue para “hacer notorias las riquezas de Su
gloria.” 1

El universo no llegó a existir por casualidad. Dios no creó todas las cosas por
capricho. La Biblia nos declara que Dios tenía un propósito. Dios, afirma la Biblia,
creó el universo con el fin de glorificarse a Sí mismo en la salvación de pecadores.

El propósito de Dios al crear el universo era manifestar Su gloria en la cruz de Cristo,


y la prueba de esta afirmación es que Jesucristo, el Cordero de Dios, fue inmolado
según Apocalipsis 13:8, literalmente, “antes de la fundación del mundo.”

Es decir, la lectura bíblica nos debe demostrar que Dios planificó toda la creación
para salvar pecadores para Su gloria; y que Él ha llevado a cabo o ha estado
desarrollando este maravilloso plan de redención progresivamente a lo largo de la

1
Romanos 9:23
4

historia de la humanidad. Y lo que sostiene ese plan de salvación, lo que lo une y le da


forma, son esos pactos divinos.

Ahora, ¿por qué menciono todo esto? Bueno, porque cualquier distorsión en el
entendimiento de esos pactos o de ese plan de Dios implica una distorsión del
evangelio mismo de Jesucristo, y eso es lo terrible; una distorsión en la visión de los
pactos, en el entendimiento de los pactos, conlleva sin lugar a dudas a un mal
entendimiento del evangelio.

Entonces, es por ello que el día de hoy vamos a estudiar los principios hermenéuticos
o de interpretación necesarios para tener un correcto entendimiento de la teología
federal. Esa palabra hermenéutica quiere decir simplemente interpretación,
exposición, entendimiento; los principios de interpretación bíblicos fundamentales
que nos va a llevar a tener ese entendimiento que queremos consistente con la
Escritura para poder entender el evangelio de Jesucristo. Estos principios
hermenéuticos son compartidos por todas las iglesias que se denominan reformadas,
que se identifican con la reforma protestante. Y vamos también a ver como difieren
algunos sistemas teológicos de nosotros, específicamente por su inconsistencia al
aplicar esos principios hermenéuticos básicos.
5

Principios hermenéuticos en el estudio federal

Uno de los mayores logros de la Reforma Protestante fue, por la gracia de Dios, el re-
descubrimiento de la Escritura. No era que la Biblia se había perdido en un sentido
literal. La Biblia estaba disponible para los hombres.

Pero, en cierto sentido y por la maldad de los hombres la palabra de Dios había sido
ocultada.2 Con la Reforma Protestante, Dios les dio a los pueblos la Biblia en su
propia lengua.

Los reformadores, entonces, lucharon no sólo para que las personas tuvieran acceso a
la Biblia, sino que también se dedicaron a estudiarla y a enseñar los principios
fundamentales para que todos los hombres, no sólo los sacerdotes como era la
creencia Católico Romana, pudieran estudiarla y entenderla.

Y fueron estos principios de interpretación los que llevaron a la los reformadores, no


sólo a dejar la Iglesia Católico Romana, sino también a redescubrir la teología federal
que, como veremos rápidamente la próxima semana, había sido distorsionada en la
Edad Media, pero que había sido el entendimiento de las Escrituras a lo largo de la
historia de la Iglesia.

La iglesia de la Reforma, entonces, tenía un entendimiento federal de las Escrituras.


[Hoy en día la gran mayoría de Bautistas son Dispensacionalistas y
Arminianos. Esto no fue así hasta un poco más de cien años, porque por más
de 400 años las iglesias protestantes tenían un entendimiento federal de la
Biblia]

Ahora, es importante hacer notar que no todos los que se denominan a sí mismos o
que se identifican con la Reforma Protestante tienen el mismo entendimiento federal.
El ejemplo más claro es la diferencia que existe entre la interpretación de nuestros
hermanos presbiterianos y la nuestra como Bautistas Reformados.

2
Durante la Edad Media, por ejemplo, la Biblia se encontraba traducida y era predicada en latín, a pesar de
que la gran mayoría de las personas que asistían a las Iglesias no entendían el idioma.
6

Sin embargo, las diferencias surgen, no del uso de diferentes principios de


interpretación, sino de la aplicación consistente de los mismos. Tanto presbiterianos
como nosotros los Batistas Reformados buscamos ser guiados por esos principios de
interpretación bíblica de la Reforma, pero nuestras diferencias nacen de la aplicación
consistente o inconsistente de ellos.

¿Cuáles son, entonces, esos principios básicos de interpretación bíblica claves


para el correcto entendimiento de la Teología Federal? [Si usted desea un
estudio más profundo de cada uno de estos principios le invito a estudiar el curso de
Hermenéutica que impartimos hace unos años y que está disponible en la página web
de la Iglesia Bautista Reformada Los Lagos.]

1. La inspiración e inerrancia de las Escrituras.

A pesar de que existen diferentes interpretaciones de ciertos pasajes, todos los


protestantes están de acuerdo en la inspiración verbal y plenaria de las Escrituras.

Es decir, creemos que tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento


fueron plenamente inspirados por Dios y por lo tanto no hay error en ellos, habiendo
Dios guardado de error a los hombres que usó para registrar la Escritura.

Ahora, esto parece obvio, pero no lo es. Existen sistemas teológicos como la Teología
del Nuevo Pacto, por ejemplo, que a pesar de que creen que el Antiguo Testamento
es la palabra inspirada por Dios, argumentan que el Antiguo Testamento no es para el
creyente del nuevo pacto. Por ejemplo, después de hacer la lista de los libros que son
inspirados, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, nuestra confesión dice,
“La autoridad de las Santas Escrituras; por la que ellas deben ser creídas y
obedecidas, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino enteramente
del de Dios (quien en sí mismo es la verdad), el autor de ellas; y deben ser creídas
porque son la palabra de Dios.” 3
La aplicación consistente, entonces, de este principio implica que el creyente entiende
el Antiguo Testamento como un documento totalmente cristiano.

3
CBL 1. 4
7

2. El uso del método literal, gramático e histórico en la interpretación de las


Escrituras.
Es decir, creemos que la Biblia debe entenderse literalmente. Esto implica un
entendimiento que esté de acuerdo con el significado ordinario de las palabras, a
menos que el texto o el contexto de un pasaje le den un significado distinto a una
palabra.

Por ejemplo, Booz le dice a Rut, “Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida
de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.” 4 ¿Debemos
entender, entonces, que Dios tiene alas? ¡No! La interpretación literal no implica que
debemos tomar las palabras de Booz así, sino que debemos interpretarlas como lo
que son: una metáfora.

¿Por qué sabemos que es una metáfora? Porque la misma Escritura afirma que
Dios es espíritu.5

Pero, además, la Biblia debe ser interpretada gramáticamente según las lenguas
originales en las que fue escrita; e históricamente, es decir, prestando atención al
contexto histórico en el que fue escrito un texto particular. Para ello es importante
entender las costumbres, el lenguaje, etc, antes de aplicar la enseñanza bíblica a
nuestras vidas.

Y a pesar de que muchos estamos de acuerdo con este principio existen, por ejemplo,
los dispensacionalistas con su entendimiento doble de ciertas profecías bíblicas, uno
carnal y otro espiritual, como veremos.

3. La analogía de la fe (analogia fidei).


Esto quiere decir que el intérprete final de un texto específico de la Biblia es el resto
de la Biblia. Esto pone a la Biblia como la autoridad por encima de las tradiciones
humanas, de la ciencia, etc.

4
Rut 2:12
5
Juan 4:24
8

Es decir, si tenemos dudas sobre el correcto entendimiento de un pasaje de la Biblia


debemos estudiar si la Biblia misma enseña algo al respecto en otro lugar. Si esto es
así, entonces, debe ser la Biblia la que interprete ese pasaje y no permitir que nuestras
tradiciones humanas guíen nuestra interpretación.

Es por ello que los Bautistas Particulares del siglo XVII redactaron en el primer
capítulo de nuestra confesión lo siguiente,
“La regla infalible para interpretar la; Biblia, es la Biblia misma, y por tanto,
cuando hay dificultad respecto al sentido verdadero y pleno de un pasaje cualquiera
(cuyo significado no es múltiple, sino uno solo), éste se puede buscar y establecer por
otros pasajes que hablan con más claridad del asunto.” 6
El error ocurre, por ejemplo, entre los católicos romanos y su falsa doctrina de la
justificación por obras. La Iglesia Católico Romana afirma que el hombre es
justificado por fe y por obras. Es más, el concilio de Trento anatemizó a todos los
protestantes afirmando,
“Si alguien dice, que sólo por la fe el impío es justificado; queriendo decir, que nada
más es requerido para co-operar para obtener la gracia de la Justificación, y que no
es necesario que él se prepara y disponga por el movimiento de su propia voluntad;
sea anatema.” 7
Y uno de los pasajes usados por los católicos para justificar esta doctrina es Santiago
2. Pero, ¿si estamos estudiando la doctrina de la justificación, es prudente ir a un
pasaje que tiene que ver con la fe y no con la justificación? ¿De qué está hablando
Santiago en el capítulo 2 de su carta? ¿De la fe o de la justificación? De la fe.

Lo correcto sería, entonces, ir a los pasajes que hablan didácticamente acerca de la


justificación para saber qué es lo que Dios afirma de la doctrina (i.e Romanos 4,
Gálatas 3, etc).

Bueno, como veremos en un momento, es también en la aplicación de este principio


en el que diferimos de nuestros hermanos presbiterianos en cuanto al bautismo.

6
CBL 1.9
7
Concilio de Trento. Canon 9 de la Justificación.
9

4. La perspicuidad de las Escrituras.

Esto quiere decir que las Escrituras son suficientemente claras en los temas esenciales
para la fe y la práctica necesarios para la vida del creyente. El Salmo 119:130 dice,
“La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.”
Es por ello que nuestra confesión afirma en el capítulo 1, párrafo 7,
“Las cosas contenidas en las Escrituras, no son todas igualmente claras ni se
entienden con la misma facilidad por todos; sin embargo, las cosas que necesariamente
deben saberse, creerse y guardarse para conseguir la salvación, se proponen y se
declaran en uno u otro lugar de las Escrituras, de tal manera que no sólo los eruditos,
sino aun los que no lo son, pueden adquirir un conocimiento suficiente de tales cosas
por el debido uso de los medios ordinarios.”

5. La unidad de las Escrituras.


La Biblia, como hemos dicho en múltiples ocasiones, es un solo libro; es un solo
plan de Dios. El Antiguo y el Nuevo Testamento son complementarios no
contradictorios. Escritos por el mismo y único autor, el Espíritu Santo; y ambos
necesarios para entender la voluntad de Dios.

Y a pesar de que muchos que se llamarían protestantes argumentarían a favor de este


principio, es claro que no todos lo aplican consistentemente. Tal es el caso de los
dispensacionalistas, como veremos la próxima semana, quienes ven una disrupción en
el plan divino de salvación. Ven en la Biblia dos planes de Dios para salvar a dos
pueblos distintos, por ejemplo.

Pero, el entendimiento reformado es que la Escritura es una unidad, una sola historia
de principio a fin, un solo comentario divino de Su voluntad para glorificarse a Sí
mismo en la redención de pecadores, judíos y gentiles, por medio de Su Hijo
Jesucristo manifestado progresivamente a lo largo de la historia de la humanidad por
medio de pactos.

Esa es la conclusión lógica de la aplicación consistente de este principio de


interpretación bíblica.
10

6. La diversidad de la Escritura.

Sin embargo, a pesar de su unidad, creemos como decía Agustín de Hipona en sus
escritos contra Pelagio que “el Nuevo Testamento está velado en el Antiguo; y el Antiguo está
revelado en el Nuevo.” 8

La interpretación correcta de las Escrituras como la revelación progresiva de Dios en


la historia necesita ver la distinción que existe entre la administración del Antiguo
Pacto y la del Nuevo Testamento. Si no fuera así, entonces no hubiera sido necesario
este último.

7. La finalidad y claridad del Nuevo Testamento.


Además, es necesario comprender que una correcta interpretación de la Biblia implica
ver al Nuevo Testamento como la más clara y la final revelación de Dios.

Es decir, el Nuevo Testamento debe ser entendido como más claro que el Antiguo
por la razón de que el Nuevo es el que interpreta los tipos y las sombras del Antiguo
Testamento.

8. La prioridad del Nuevo Testamento.

Debido a que el Antiguo Testamento es revelado en el Nuevo Testamento debe


existir en todo proceso interpretativo de la Escritura una dependencia final en la
revelación del Nuevo Testamento que nos permita determinar cómo es que el
Antiguo Pacto se cumple en él.

Este principio hermenéutico no sólo es necesario para entender la teología Bíblica, y


para comprender la revelación progresiva de Dios, sino que es esencial para tener una
teología sana. Louis Berkhof afirma que,

a. El Antiguo Testamento ofrece la clave para interpretar correctamente el


Nuevo.

8
Augustine. Anti-Pelagian Writings. Capítulo 27. XV. http://www.ccel.org/ccel/schaff/npnf105.xi.xxx.html
11

b. El Nuevo Testamento es un comentario del Antiguo. Es decir el Nuevo


Testamento tiene prioridad en la enseñanza de cómo es que el Antiguo Pacto es
cumplido en él. 9

Para los reformadores este principio excluía que se hiciera del AT la autoridad final en
cuanto a su propia interpretación. No es sano, entonces, fue el argumento de la
Reforma hacer inferencias del AT y aplicarlas a la iglesia del nuevo pacto.

Y aplicando este principio tuvieron que desechar todo el sacramentalismo Católico


Romano que había sido impuesto a la iglesia (sacerdocio, vestimentas, altares,
utensilios, etc). La Iglesia Católico Romana había ido al Antiguo Testamento y había
inferido “por necesaria consecuencia” que la liturgia eclesiástica debía incluir elementos
que le fueron dados a Israel.

Lorraine Boettner, un presbiteriano, escribió diciendo,


“Ya que el sacerdocio ocupaba un lugar tan importante en la administración del
Antiguo Testamento en el pensamiento de los judíos, es inconcebible que de haberse
debido continuado en la administración del Nuevo Testamento Dios no haya hecho
mención del todo de él…” 10
Los presbiterianos y bautistas aplicando consistentemente este principio entendieron
que los elementos en la adoración a Dios que debían ser practicados por las iglesias
eran exclusivamente aquellos que habían sido expresamente prescritos por Dios para
la Iglesia: la predicación, oración, escuchar la Palabra de Dios, la enseñanza y la
admonición por medio de salmos, himnos y cánticos espirituales, así como la
adecuada administración de las ordenanzas (Cena del Señor y bautismo).

Pero como veremos, también, los presbiterianos son inconsistentes y como Roma
cometen el mismo error en la aplicación de este principio. David Kingdon nota esta
inconsistencia y afirma lo siguiente en su libro,
“Por lo tanto contra Roma los paidobautistas insisten: NO hay un mandamiento
positivo para continuar el sacerdocio del Antiguo Testamento, por lo tanto no está
vigente, pero contra los Bautistas declaran que a pesar de que no hay un mandamiento
positivo para bautizar infantes, el mandamiento del Antiguo Testamento para

9
Louis Berkhof. Principios de Interpretación Bíblica. Página 127.
10
Lorraine Boettner. Roman Catholicism. Página 48.
12

circuncidar infantes aún debe mantenerse como bueno, y provee el permiso para el
bautismo de infantes.” 11
El llamado al cristiano es, entonces, a la consistencia.

9. La tipología de la Escritura.

Este principio es importante especialmente cuando estamos interpretando la profecía


del Antiguo Testamento y su cumplimiento en el Nuevo. Por ejemplo, al interpretar
la profecía del nuevo pacto en Jeremías 31: 31-24 muchos paidobautistas, con el fin
de defender el bautismo de los bebés de creyentes, afirman que este pacto no está en
efecto aún, violando este principio fundamental. 12

Dentro del dispensacionalismo existe también un error en cuanto al uso de este


principio, pues ellos requieren que las profecías del Antiguo Testamento se cumplan
exactamente como lo dice la profecía, sin dejar que el Nuevo Testamento les guía
para comprender allí se afirma el cumplimiento literal de las mismas en el Nuevo
Testamento.

Por ejemplo, su error en cuanto al uso de este principio los lleva a enseñar la venida
de un futuro reino milenial en donde los judíos reinarán, se re-edificará el templo y se
reinstaurarán los sacrificios del Antiguo Testamento. Y no permiten que el Nuevo
Testamento hable cuando afirma que esas profecías fueron cumplidas en Cristo quien
entró a un tabernáculo mucho mejor, no hecho con manos, para ofrecer Su sacrificio
y abrogar la necesidad de algún otro (Hebreos 9).

La correcta interpretación tipológica de la Biblia pone la prioridad en el Nuevo


Testamento como el intérprete final del Antiguo Testamento, en lugar de hacer del
Antiguo su propio intérprete de su cumplimiento en el Nuevo Testamento.

11
David Kingdon. Children of Abraham. Página 48
12
Ver Hebreos 8-10
13

10. Prioridad en la aplicación de los principios hermenéuticos.

La realidad es que todos los hombres por causa de su pecado son falibles. Por lo
tanto, y debido a que el significado de la Escritura es solamente uno y que la Biblia no
se puede contradecir en ningún lugar, se han descrito cinco prioridades generales en
la aplicación de esos principios de interpretación:

a) El contexto más cercano es más determinativo en el significado que el


contexto más lejano. Es decir, un argumento del apóstol Pablo debe
relacionarse primero con otros argumentos de Pablo antes de compararlo con
los argumentos de otros autores de la Escritura.

b) Un enunciado didáctico o sistemático de un tema es más significativo


para ese tema que una narración histórica o descriptiva. Es decir, cuando
encontramos un suceso que ocurre en una narración histórica en la Biblia bajo
ciertas circunstancias, no podemos inferir conclusiones teológicas de él (i.e
permisión de poligamia por el relato de las múltiples mujeres de Jacob).

c) Una enseñanza explícita es más significativa que las supuestas


implicaciones de un texto.

d) Los pasajes literales son más determinantes que los simbólicos.

e) Pasajes bíblicos más recientes reflejan una revelación más completa que
los más antiguos. Como hemos dicho, entonces, esto pone prioridad sobre el
Nuevo Testamento sobre la interpretación del Antiguo Testamento.
14

Aplicación Inconsistente de los Principios Hermenéuticos

En la Inglaterra de los siglos XVI y XVII muchos dentro del clero de la Iglesia
Anglicana viendo la terrible situación en la que se encontraba la iglesia buscaron ser
fieles a estos principios de interpretación de la Escritura que habían sido pulidos
durante la Reforma Protestante.

Y fue intentando tener una doctrina consistente con la Biblia que tuvieron que
separarse de la Iglesia Anglicana. Y de ese movimiento separatista puritano del siglo
XVII surgieron los Bautistas Particulares.

Muchos de esos hombres, todos paidobautistas, buscando igualmente ser consistentes


y fieles a esos principios de interpretación bíblica terminaron desechando el bautismo
de infantes y enseñado y adoptando el bautismo de creyentes en sus iglesias.

Los Bautistas particulares consideraron que su aplicación de esos principios


hermenéuticos era muchísimo más consistente que la de sus hermanos presbiterianos
o congregacionalistas. Ellos estaban convencidos que su manera de abordar la
Escritura era más fiel a esos principios de interpretación y por lo tanto siempre se
consideraron hijos de la Reforma.

Hoy en día muchos en el campo presbiteriano nos acusan de haber adoptado un


nombre equivocado. Muchos argumentan que ser reformado implica ser presbiteriano
(adherido a las confesiones reformadas: eclesiología y bautismo, por ejemplo).

Sin embargo, a pesar de que este nombre –Bautista Reformado- le fue dado a iglesias
bautistas calvinistas aparentemente en la década de los 50’s por los mismos
presbiterianos del Seminario Teológico de Westminster en Estados Unidos, creemos
que ese nombre no es una mala representación para lo que creemos y para lo que
somos.

Porque estando convencidos, como nuestros antepasados, de nuestra mayor


consistencia y fidelidad a los principios de interpretación de la Escritura, creemos
verdaderamente que los Bautistas particulares, como dije hace un año, somos los que
llevamos la Reforma Protestante a su máxima expresión.
15

Y quiero, con un ejemplo, mostrar las inconsistencias a esos principios que hemos
descrito con el fin de que cuando veamos nuestro entendimiento de los pactos
bíblicos veamos la importancia de la consistencia.

Inconsistencia presbiteriana

La Confesión de Westminster afirma lo siguiente con respecto a la Biblia,


“El consejo completo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia
gloria y para la salvación, fe y vida del hombre, está expresamente expuesto en las
Escrituras, o se puede deducir de ellas por buena y necesaria consecuencia, y, a esta
revelación de su voluntad, nada ha de añadirse, ni por nuevas relaciones del Espíritu,
ni por las tradiciones de los hombres.” 13
Es decir, con el fin de sustentar su doctrina del bautismo de infantes, los hermanos
presbiterianos del siglo XVII que redactaron la Confesión de Fe de Westminster
estaban negando el principio hermenéutico que establece que el Nuevo Testamento
es la más clara y final revelación de Dios y que es él quien determina como es que se
cumple el Antiguo Testamento en él.

Por ejemplo, escuchen lo que escribió Benjamín Warfield, un presbiteriano, en uno de


sus libros de teología con respecto al bautismo de infantes,
“Si tal garantía como esta fuera necesaria para justificar el uso que debemos tener
deberíamos dejarla incompletamente justificada. Pero la carencia de este expreso
mandamiento es algo tan lejano para prohibir el rito; y si la continuidad de la Iglesia
a lo largo de los siglos puede ser hecha buena, la orden para el bautismo de infantes
no debe ser buscado en el Nuevo Testamento sino en el Antiguo Testamento cuando
la iglesia fue instituida, y nada menos que una prohibición real de esto en el Nuevo
Testamento nos obligaría a omitirlo ahora.” 14

Warfield desecha por completo los principios de interpretación de la Escritura


establecidos por nuestros padres durante la Reforma Protestante.

13
Confesión de Fe de Westminster. Capítulo 1, párrafo 6.
14
B. B. Warfield. Studies in Theology. Página 399-400
16

Bueno, los Bautistas Particulares del siglo XVII entendieron el error presbiteriano y
cuando editaron lo que es ahora nuestra confesión de fe omitieron esa frase de la
CFW y dijeron,
“Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para su propia gloria;
y para la salvación, la fe y la vida del hombre, está expresamente expuesto o
implícitamente revelado en las Escrituras y, a esta revelación de su voluntad, nada
será añadido, ni por nuevas revelaciones del Espíritu, ni por las tradiciones de los
hombres.” 15
Ahora, uno de los argumentos de nuestros hermanos presbiterianos para justificar el
bautismo de infantes es, como veremos más adelante en la serie, la continuidad del
pacto de gracia desde Abraham hasta Cristo.

Por lo tanto, si en el pacto Abrahámico se incluían dentro de la congregación de


Israel a los infantes por medio de la circuncisión, entonces la deducción “por
necesaria consecuencia”, para usar las palabras de la CFW, es que los niños de los
creyentes deben ser bautizados e incluidos en la membresía de la iglesia del Nuevo
Pacto.

Ahora, una pregunta importante que surge de esa interpretación es la siguiente:


pueden, entonces, los hijos de creyentes, bautizados en su infancia, tomar de la Cena
del Señor sin ser creyentes? Y esto es por lo que Dios le ordenó a Israel en Éxodo
12:24 con respecto a la Pascua, que debía ser observada “por estatuto para vosotros y para
vuestros hijos para siempre.”

Si los hijos de los israelitas del Antiguo Pacto, receptores del pacto Abrahámico,
podían comer de la Pascua sólo por ser circuncidados, entonces, ¿no deberían ser los
presbiterianos más consistentes y admitir a la Cena del Señor a sus hijos?

Bueno, Berkhof afirma que esto no debe ser así porque los niños no cumplen con los
requerimientos dados por el Nuevo Testamento para una participación digna de la
Cena: fe y la capacidad de realizarse un auto-examen.16

15
Confesión Bautista de Londres de 1689. Capítulo 1, párrafo 6.
16
Louis Berkhof. Systematic Theology. Página 656
17

Pero la inconsistencia de Berkhof está en su mala aplicación de los principios


hermenéuticos. Su argumento es que el Nuevo Testamento ordena fe y el auto-
examen a todos los que participan de la Cena del Señor, por lo tanto, como esto es un
requisito en el Nuevo Pacto, no pueden admitirse niños a pesar de que en el Antiguo
Pacto ellos participaron de la Pascua.

Pero, ¿no es cierto que el Nuevo Testamento claramente ordena el arrepentimiento y


la fe antes del bautismo? ¿Por qué, entonces, se aplica el principio de la finalidad del
Nuevo testamento para la Cena y no para el bautismo?

John Murray, otro presbiteriano, descarta la participación de los hijos de creyentes de


la Cena del Señor afirmando que el texto en Éxodo no hace mención de infantes
participando de la Pascua y que la dieta que se daba en la celebración no era apta para
ellos.

¿Por qué, entonces, asume Murray que en los relatos en el Nuevo Testamento de los
bautismos en las casas habían infantes siendo bautizados? Además, ¿quién dice que
un niño pequeño (1 año o más) no puede comer pan ni carne? El argumento de
Murray está basado en suposiciones y no en la clara enseñanza de la Escritura,
violando así los principios básicos de interpretación de la Reforma.

Nuestro deber, entonces, como cristianos primero, y como Bautistas Reformados,


segundo, es ser consistentes a la Biblia. Y esto se logra siguiendo los principios de
interpretación que hemos señalado lo más fielmente posible.
18

Extracto del documento original:

Nuestro Federalismo (Estudio Ampliado)


https://federalismo1689esp.wordpress.com/2017/01/02/nuestro-federalismo-estudio-
ampliado/

Edición y Revisión
L. J. Torrealba.

FEDERALISMO

1689 ESPAÑOL

Para más información:


https://federalismo1689esp.wordpress.com

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