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ATENEO PONTIFICIO REGINA APOSTOLORUM

Facultad de filosofía

El alma para Santo Tomás,


en la cuestión 75 de la Summa Teologiae

Profesor director: Nicholas Sheehy, L.C.

Estudiante: Camilo José Londoño, L.C.

Número de matrícula: 00010818

FE1001 Trabajo escrito del primer ciclo

Roma, 25 de abril de 2013


ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 3
1. EL ALMA, ¿ES O NO ES CUERPO? .......................................................................... 4
2. EL ALMA HUMANA, ¿ES O NO ALGO SUBSISTENTE? ............................................ 6
3. LAS ALMAS DE LOS ANIMALES IRRACIONALES, ¿SON O NO SUBSISTENTES? ...... 7
4. EL ALMA, ¿ES O NO ES EL HOMBRE? .................................................................... 9
5. EL ALMA, ¿ESTÁ COMPUESTA A PARTIR DE LA MATERIA Y DE LA FORMA? ...... 11
6. EL ALMA HUMANA, ¿ES O NO CORRUPTIBLE? ................................................... 13
7. EL ALMA Y EL ÁNGEL, ¿SON DE LA MISMA ESPECIE? ......................................... 15
CONCLUSIÓN .......................................................................................................... 16
BIBLIOGRAFÍA ......................................................................................................... 17
INTRODUCCIÓN

Me ha llamado la atención que dentro de los temas que Santo Tomás ha expuesto en la
Summa Theologiae dedicara varias cuestiones para analizar el problema del alma en general y en
concreto el alma humana.

En la cuestión 75 plantea siete puntos importantes respecto al alma humana: si es o no


corpórea1, su subsistencia2, luego abre un paréntesis para compararla con la de los seres
infrahumanos y ver si la de estos es o no subsistente3, para continuar viendo si el alma es el
hombre o sólo una parte4, el siguiente problema que se trata es el de la composición del alma5, si
es corruptible o no6 y concluye viendo la similitud del alma humana con los ángeles7.

Este trabajo buscará ofrecer una lectura sencilla de los puntos tratados en esta cuestión a
la luz de las definiciones que Aristóteles ofrece en su tratado sobre el alma: «el alma es la
entelequia primera de un cuerpo natural que en potencia tiene vida»8 y «el alma es el principio de
todas las facultades y se define por ellas: facultad nutritiva, sensitiva, discursiva y movimiento.»9

1
Cf. TOMÁS DE AQUINO, S. Th. I q. 75 a. 1. Marietti, Roma 1948. (tomo 1, pág. 350)
2
Cf. Ibid., I q. 75 a. 2. (tomo 1, pág. 351).
3
Cf. Ibid., I q. 75 a. 3. (tomo 1, pág. 352).
4
Cf. Ibid., I q. 75 a. 4. (tomo 1, pág. 353).
5
Cf. Ibid., I q. 75 a. 5. (tomo 1, pág. 354).
6
Cf. Ibid., I q. 75 a. 6. (tomo 1, pág. 355).
7
Cf. Ibid., I q. 75 a. 7. (tomo 1, pág. 356).
8
ARISTÓTELES, Acerca del alma. Gredos, Madrid 1983. II, cap. 1, 412a 26-27.
9
Ibid., II, cap. 2, 413b 11-12.
1. EL ALMA, ¿ES O NO ES CUERPO?

El primer problema que se plantea el Santo Tomás es el de la corporeidad del alma, pues
para algunos parecería que esta es un cuerpo, para argumentar esto hay tres objeciones:

En primer lugar se apela al movimiento, partiendo de que el único motor inmóvil es el que
ha causado el movimiento eterno, es evidente que el alma humana no ha causado el movimiento
eterno, por lo tanto el alma tendría que ser un motor movido, pero una de las características de
este tipo de motores es su corporeidad, esto nos llevaría a la conclusión de que el alma es un
cuerpo.

A esto responde el santo haciendo una distinción entre los motores inmóviles, sí hay un
motor absolutamente inmóvil, pero también hay otros cuyo movimiento es sólo accidental y no
uniforme: el alma.

La segunda objeción se basa en el conocimiento: «omnis cognitio fit per aliquam


similitudinem»10 es decir si el hombre conoce por su alma lo corpóreo esta tiene que ser cuerpo,
de lo contrario no conoceríamos.

En este caso Santo Tomás recurre a la distinción de acto y potencia, aclarando que no es
necesario que el alma sea semejante a lo corporal, pero sí que esté en potencia hacia esas
semejanzas.

La tercera objeción, nos habla de que para que una cosa mueva a otro necesita algún tipo
de contacto, y el contacto sólo puede darse entre dos cuerpos, por esto parecería necesario que el
alma fuera cuerpo.

A esto se responde distinguiendo entre tipos de contacto: «quantitatis et virtutis»11


aclarando de esta manera que el primero sería sólo entre cuerpos y el segundo permite a un
cuerpo ser movido por algo incorpóreo, el alma.

En este punto Santo Tomas concluye que el alma no es cuerpo porque es de naturaleza
intelectiva que proviene de un motor inmóvil y a su vez es motor móvil de un cuerpo, esto es su
principio vital, de lo contrario cualquier cuerpo sería principio vital y esto no es así, pues solo los de

10
TOMÁS DE AQUINO, S. Th. I q. 75 a. 1 arg. 2. Marietti, Roma 1948. (tomo 1, pág. 350).
11
Ibid., I q. 75 a.1 ad.3 (tomo 1, pág. 351).
naturaleza intelectiva tienen esta cualidad, muestra de esto es el contacto espiritual que se da
entre alma y cuerpo, en el que el segundo es impulsado por el alma y así le da vida. De esta forma
el alma vendría a ser un acto del cuerpo y por lo tanto no es cuerpo.
2. EL ALMA HUMANA, ¿ES O NO ALGO SUBSISTENTE?

Una vez cerrado el problema de la corporeidad de del alma, podemos plantearnos si es no


o subsistente, contra esto también surgen tres objeciones, en primer lugar se platea que algo
subsistente tiene que ser concreto «hoc aliquid»12, pero el alma humana es un compuesto
espiritual y cuerpo, no un «hoc aliquid» por esto no sería subsistente. A esto se responde haciendo
una distinción sobre el los tipos de ser «hoc aliquid» el que el primero es el de cualquier cosa que
de por si es subsistente y la segunda forma por la que algo tiene una naturaleza completa, en el
primer sentido el alma sería subsistente, en el segundo sería subsistente el compuesto alma-
cuerpo.

En la siguiente objeción se apela a que si fuera subsistente trabajaría, pero citando al


tratado De anima de Aristóteles en el que se igualan conceptos como el entender y sentir al de
tejer y construir diciendo que por esto el alma no sería subsistente. La respuesta a esto es
muy sencilla, Aristóteles dice esto haciendo referencia a aquello que interpretaban entender cómo
mover, aunque también se puede decir que existir es una forma de obrar.

La tercera objeción dice que si es subsistente, tendría que poder realizar alguna operación
sin el cuerpo, pero ni la intelección puede realizarla sin el cuerpo, por lo tanto no es subsistente.
Contra esto se responde que sí el cuerpo es necesario es porque el objeto del entendimiento, no
tanto para que se realice la acción.

En conclusión se puede decir que el alma realiza funciones intelectuales, esto es el


entendimiento, en el cual actúa de forma independiente al cuerpo; pues la naturaleza del cuerpo le
limitaría en el conocimiento de las cosas, entonces al realizar actividades independientes y hechas
por sí misma es subsistente.

12
TOMÁS DE AQUINO, S. Th. I q. 75 a. 2 arg. 1. Marietti, Roma 1948. (tomo 1, pág. 351).
3. LAS ALMAS DE LOS ANIMALES IRRACIONALES, ¿SON O NO SUBSISTENTES?

Si el alma de los hombres es subsistente, también la de los animales podría serlo, a favor
de esto se pueden ver las siguientes argumentaciones:

La definición clásica de una cosa se hace con el género y la diferencia específica, en este
caso el género para todos es el mismo, por lo tanto si el alma de los hombres es subsistente la de
los demás también tendría que serlo.

La respuesta a esta argumentación es muy sencilla, el género puede ser igual «animal»,
pero la diferencia específica es la que en este caso indica una distinción «racional» por esto puede
haber una diferencia entre los dos tipos de almas.

Otro problema que se plantea es el que si la relación entre sensitivo y sensible es similar a
la de intelectivo e inteligible, y el entendimiento conoce lo inteligible sin el cuerpo, luego en
sentido aprehende lo sensible sin el cuerpo, y si las almas de los animales son sensitivas sería por lo
tanto subsistente.

Para esto simplemente habría que distinguir, diciendo que las relaciones entre los
sensitivo y sensible e intelectivo inteligible sí son similares en parte, pero también se distinguen
pues lo sensitivo recibe la acción de lo sensible por una mutación en el cuerpo, mientras que en el
intelectivo no sucede esto.

El último problema que se nos plantea en este artículo es que si el alma de los animales
irracionales mueve el cuerpo, quiere decir que también realizaría alguna operación sola, sin el
cuerpo.

Para esto habría que distinguir una vez más entre la formas en que se mueve el cuerpo, en
primer lugar llega una ordena mediante la fuerza (“vis”) apetitiva en la que su operación no se da
sin el cuerpo para las almas sensitivas, pues todas las pasiones se dan causando una alteración
corporal, la segunda mueve, ya que los miembros son aptos para obedecer la orden dada por la vis
apetitiva, su acto no es tanto el de mover sino el de ser movido, por esto el movimiento no sería un
acto que el alma sensitiva está en condición de realizar sin el cuerpo.

Para resumir este artículo Santo Tomás concluye que hay que hacer una división entre las
almas de los animales y del hombre, la del hombre es subsistente puesto que el entendimiento lo
realiza por si, en cambio los animales no realizan funciones intelectivas por lo tanto su alma carece
de actividades realizadas por sí misma y depende del cuerpo, por lo tanto no es subsistente.
4. EL ALMA, ¿ES O NO ES EL HOMBRE?

Para afirmar que el alma es el hombre Lo primero que se nos presenta es una citación de
la biblia 2 Cor. 4,1613, en la que se habla de que el hombre exterior (cuerpo) se va desgastando
mientras que el hombre interior, que correspondería al alma, se renueva constantemente.

Para responder a esto Santo Tomás recurre al filósofo, quién dice que una cosa parece lo
que es más importante en ella, así se podría decir que el hombre es aquello más importante de él,
si nos enfocamos en su parte intelectiva, efectivamente podemos decir que el hombre interior es
el más importante y al contrario si nos fijamos en la parte sensitiva la prioridad la tendría el
hombre exterior.

La segunda objeción que se presenta de este tema es que el alma es una sustancia
determinada, particular y no universal; por lo que podría llamarse también hypostasis o persona,
cosa que sólo sería si es humana, por lo tanto el alma sería el hombre.

Para resolver esto a lo primero que recurre el santo es a S. Agustín «hominem nec
animam solam, nec solum corpus, sed animam simul et corpus esse arbitrabatur»14, luego precisa
que no toda sustancia particular es hypostasis, sino que aquella que tienen toda la naturaleza, por
esto aunque una mano o un pie son sustancia no pueden ser llamados hypostasis, lo mismo sucede
con el alma, es una sustancia, pero no la naturaleza completa.

En contraposición a Platón que desprecia el cuerpo y dice que el hombre es su alma,


vemos que para Santo Tomás el hombre es claramente un compuesto de alma y cuerpo, ya que
cumple funciones como el sentir, en las cuales tanto el cuerpo como el alma se ven implicados. La
Persona es este compuesto de elementos materiales e inmateriales, solo lo material o lo inmaterial
representarían parte de la especie humana.

Respondeo dicendum quod animam esse hominem dupliciter potest intelligi. Uno modo,
quod homo sit anima, sed hic homo non sit anima, sed compositum ex anima et corpore,
puta Socrates. Quod ideo dico, quia quidam posuerunt solam formam esse de ratione
speciei, materiam vero esse partem individui, et non speciei. Quod quidem non potest esse
verum. Nam ad naturam speciei pertinet id quod significat definitio. Definitio autem in
rebus naturalibus non significat formam tantum, sed formam et materiam. Unde materia

13
«Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante
se renueva de día en día.» (Reina-Valera 1995)
14
TOMÁS DE AQUINO, S. Th. I q. 75 a. 4 s.c. Marietti, Roma 1948. (tomo 1, pág. 353).
est pars speciei in rebus naturalibus, non quidem materia signata, quae est principium
individuationis; sed materia communis. Sicut enim de ratione huius hominis est quod sit ex
hac anima et his carnibus et his ossibus; ita de ratione hominis est quod sit ex anima et
carnibus et ossibus. Oportet enim de substantia speciei esse quidquid est communiter de
substantia omnium individuorum sub specie contentorum.15

15
TOMÁS DE AQUINO, S. Th. I q. 75 a. 4 co. Marietti, Roma 1948. (tomo 1, pág. 353).
5. EL ALMA, ¿ESTÁ COMPUESTA A PARTIR DE LA MATERIA Y DE LA FORMA?

A favor de esto hay cuatro argumentos. El primero, apela a que el estando el alma en
cierto modo en potencia, pues el hombre es inteligente en potencia, y todo lo que está en potencia
participa de la materia prima como primera potencia, parecería que el alma participa de la materia
prima como parte de esta.

Este argumento presenta un pequeño problema, pues hay que distinguir entre la potencia
receptiva de la materia prima, que recibe formas individuales y la potencia receptiva del alma que
recibe formas absolutas. De este modo se aclararía que la potencia presente en el alma no prueba
que el alma esté compuesta de materia y forma.

El segundo problema que se nos presenta, busca argumentar que en el alma hay materia,
pues si tiene propiedades de la materia como son el ser sujeto, siendo esta el sujeto de la ciencia y
de la virtud, y el cambio, que se ve en el paso de la ignorancia a la ciencia, tiene que tener materia.

La respuesta de este problema es similar a la del anterior, pues tanto el ser sujeto como el
cambio son propios de la materia, pero en cuanto que está en potencia; por esto volvemos a la
distinción de potencias del entendimiento y de la materia prima.

Otro punto que se plantea es que aquello que no tiene materia no tiene causa de su ser,
pero el alma ha sido causada por Dios, esto nos llevaría a la conclusión de que el alma está
compuesta de materia.

Contra esto se argumenta que en el caso de los seres inmateriales no son compuestos,
aun así siendo verdaderos entes son simples.

La última objeción nos dice que lo que no tiene materia, es sólo forma por lo tanto, acto
puro e infinito, pero esto sólo se le puede atribuir a Dios, por lo tanto el alma tiene que tener
materia. Aunque contra esto hay una cita de san Agustín «Augustinus probat, in VII super Gen. ad
Litt., quod anima non est facta nec ex materia corporali, nec ex materia spirituali»16.

También con respecto a esta objeción Santo Tomás aclara que todo lo que es participado
se relaciona con aquello que participa como a su acto. Todo lo que es creado para poder ser,
necesita la participación del ser.

16
TOMÁS DE AQUINO, S. Th. I q. 75 a. 5 s.c. Marietti, Roma 1948. (tomo 1, pág. 354).
Al final podemos concluir que el alma no tiene materia. El alma es forma de un cuerpo,
puede ser una forma total, esto haría imposible que una parte suya sea materia o puede ser una
forma parcial, en este caso esta parte se llamará alma y la materia, que estaría en acto sería
llamado «primum animatum»17. El alma no tiene materia en su constitución, pues el alma, siendo
la esencia de las cosas solo puede albergar la esencia misma de las cosas.

17
TOMÁS DE AQUINO, S. Th. I q. 75 a.5 co. Marietti, Roma 1948. (tomo 1, pág. 354).
6. EL ALMA HUMANA, ¿ES O NO CORRUPTIBLE?

Si vemos la semejanza del hombre con los demás animales, partiendo de que tiene un
principio similar, podríamos concluir que su fin será similar, además si se lee Qo 3,19, podríamos
sacar como conclusión que el tanto el alma de los animales irracionales como la del hombre es
corruptible.

Ciertamente hay una semejanza de principio entre los hombres y los demás animales, pero
es sólo a nivel corporal, pues en cuanto al alma la de los animales es producida a partir de una
fuerza corpórea, mientras que la de los hombres es producida directamente por Dios. Por otro
lado también se puede ver esto en su desarrollo corporal: respiran, se mueve, se alimentan, etc.
Pero se ve un contraste en el desarrollo intelectual teniendo en cuenta que los animales no
entienden, mientras los hombres sí, esto justificaría un fin distinto para los dos tipos de almas.

Otra objeción es que todo lo que viene de la nada, puede volver a ello y tanto el alma como
el cuerpo han sido creados de la nada, por lo tanto pueden regresar a ella.

Este punto se puede aclarar, si recordamos que al decir que una cosa es creada no se hace
referencia a una potencia pasiva de la creatura, sino a una potencia activa del Creador, pasa lo
mismo cuando se habla de volver a la nada, no depende de la creatura, es el creador el que deja
de participarle el ser.

La última objeción parte de la operación propia del alma, el entendimiento, pero este se
realiza por medio de imágenes, a las cuales el alma sólo tiene acceso mediante al cuerpo, por esto
parecería lógico que desapareciera el alma una vez se destruye el cuerpo.

Ciertamente entender con imágenes es la operación propia del alma, pero en cuanto a que
está unida al cuerpo. Cuando esta sea separada del cuerpo tendrá otro modo de entender similar
al de otras sustancias incorpóreas.

El alma del hombre no es corruptible. Una cosa puede corromperse en dos maneras
sustancial o accidentalmente, pero es imposible que algo subsistente se corrompa por accidente,
es decir por el influjo de otra cosa, pues si a lago le corresponde el ser en si, como es el caso del
alma, también le corresponde el ser generado y corromperse, así se comprueba que lo que
substancialmente es, sólo puede generarse y corromperse de manera substancial, mientras que lo
que no tiene su ser en sí, pueden sufrir este tipo de corrupción accidental, mediante la corrupción
de sus compuestos, Santo Tomás lo expresa claramente de la siguiente manera:

Impossibile est autem aliquid subsistens generari aut corrumpi per accidens, idest aliquo
generato vel corrupto. Sic enim competit alicui generari et corrumpi, sicut et esse, quod per
generationem acquiritur et per corruptionem amittitur. Unde quod per se habet esse, non
potest generari vel corrumpi nisi per se, quae vero non subsistunt, ut accidentia et formae
materiales, dicuntur fieri et corrumpi per generationem et corruptionem compositorum.18

18
TOMÁS DE AQUINO, S. Th. I q. 75 a. 6 co. Marietti, Roma 1948. (tomo 1, pág. 355).
7. EL ALMA Y EL ÁNGEL, ¿SON DE LA MISMA ESPECIE?

Si centramos nuestra atención en la finalidad del alma humana y la finalidad de los ángeles
podríamos pensar que son de la misma especie, pus pues ambos comparten el mismo fin, la
beatitud eterna. Pero aunque puede parecer un argumento convincente, tendremos que decir que
no, pues este sería un fin último, sobrenatural, pero para que este argumento sea válido hay que
buscar un fin natural, más próximo.

Luego da la impresión que pueden tener la misma especie, al compartir su última diferencia
específica, su inteligencia, pero habría que distinguir grados de inteligencia, incluso haciendo
analogía con los seres sensibles que no son todos de la misma especie.

La tercera objeción busca apelar a que el alma se distingue del ángel sólo en que esta está
ligada a un cuerpo, pero da la impresión de que un cuerpo sin alma no pertenezca a la misma
especie de esta, por lo tanto el alma y el ángel, comparten la misma especie; una vez más habría
que hacer una aclaración, pues ni el cuerpo es una especie, ni el alma es una especia, la especie es
el compuesto de ambos, es más el alma no puede realizar su operación sin el cuerpo, lo que
demostraría que el grado de intelección del alma es inferior a la del ángel que no necesita de un
cuerpo.

Dicho lo anterior podemos concluir que tanto los ángeles como el alma son formas
subsistentes, son seres inmateriales que tienen el ser y por tanto debe existir alguna manera de
diferenciarlos que no sea lo material. Los ángeles son intelecto puro y no necesitan de los sentidos
para conocer a diferencia del alma que si necesita de los sentidos, esta es su diferencia y así se
ratifica que son especies diferentes.
CONCLUSIÓN

Hemos abierto este trabajo haciendo un par de citaciones de Aristóteles: «el alma es la
entelequia primera de un cuerpo natural que en potencia tiene vida»19 y «el alma es el principio
de todas las facultades y se define por ellas: facultad nutritiva, sensitiva, discursiva y
movimiento»20 que han buscado dar luz a la reflexión sobre esta cuestión.

Es interesante como se pone en evidencia la constitución del hombre por el cuerpo y el


alma, y descubrir que solo así se puede entender al hombre sin excluir ninguna de las dos, pues es
un compuesto en el cual el cuerpo está al servicio del alma y constituye la base de su
entendimiento, es por esto que si el hombre quiere tener un alma recta y potenciar todas sus
facultades debe tener un buen uso del cuerpo y sus sentidos, de lo contrario sería un animal más
ya que la función intelectiva es la que lo diferencia de los animales y es allí donde radica la
diferencia de su alma como ente subsistente e incorruptible.

19
ARISTÓTELES, Acerca del alma, Gredos, Madrid 1983. II, cap. 1, 412a 26-27.
20
Ibid., II, cap. 2, 413b 11-12
BIBLIOGRAFÍA

ARISTÓTELES, Acerca del alma, Gredos, Madrid 1983.

TOMÁS DE AQUINO, S. Th. Marietti, Roma 1948.

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