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Tema 19

La jurisdicción voluntaria: naturaleza


y clases de procedimientos.
Especial referencia a los actos
de conciliación.

Referencias Legislativas
• Real Decreto de 3 de febrero de 1881, por el que se aprueba la
Ley de Enjuiciamiento Civil.
• Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil.
Tramitación Procesal y Administrativa

Guión-resumen

1. La jurisdicción voluntaria 2. Especial referencia a los actos de


conciliación
1.1. Concepto y naturaleza
2.1. Fundamento
1.2. Características del procedimiento de
jurisdicción voluntaria 2.2. Naturaleza
1.3. Clasificación de los actos de 2.3. Requisitos
jurisdicción voluntaria: clases de
2.4. Competencia
procedimientos
2.5. Procedimiento
2.6. Costas
2.7. El acto de conciliación en el orden
penal

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La jurisdicción voluntaria

1. La jurisdicción voluntaria
De conformidad a lo previsto en la Disposición Derogatoria única de la Ley 1/2000,
de 7 de enero, por la que se aprueba la Ley de Enjuiciamiento Civil, el libro tercero de la
LEC de 1881 no se deroga por la entrada en vigor de aquella, sino que se mantiene sub-
sistente hasta que se apruebe la Ley sobre Jurisdicción Voluntaria a que se refiere la Dis-
posición Final decimoctava de la LEC.

No obstante, la Disposición Derogatoria de la LEC sí declara expresamente derogados


los arts. 1827 (relativo a adopción) y 1880 a 1900, ambos inclusive (relativos a medidas
provisionales en relación a las personas).

1.1. Concepto y naturaleza


La jurisdicción voluntaria viene definida en el art. 1811 de la antigua LEC de 1881,
donde se establece que «se consideran actos de jurisdicción voluntaria todos aquellos en
que sea necesaria o se solicite la intervención del juez sin estar empeñada ni promoverse
cuestión alguna entre partes conocidas y determinadas».

El conjunto de actos de jurisdicción voluntaria regulados en la LEC dificultan la defi-


nición general de los mismos; sin embargo, siguiendo a ALMAGRO NOSETE, pueden
definirse los asuntos de jurisdicción voluntaria como «los que decide el órgano jurisdic-
cional, sin que medie juicio contradictorio y sin que la resolución final produzca efecto de
cosa juzgada material, incoándose a petición de persona interesada o por iniciativa oficial,
previas las audiencias o comprobaciones oportunas, en los supuestos limitados en que la
intervención venga establecida por ley, en garantía de los derechos para constituir o decla-
rar estados o derechos o prevenirlos o asegurarlos o para ordenar la realización de actos de
ejecución o proveer a su autenticación o documentación».

El rasgo definitorio de estos procesos es la inexistencia de conflicto inter partes. La


estructura del procedimiento es de carácter unilateral. Una parte insta del órgano jurisdic-
cional la obtención de una resolución de carácter declarativo o constitutivo. Se solicita una
declaración del juez que, al no haber sido sometida a contradicción inter partes, carecerá
de eficacia de cosa juzgada, lo cual no excluye que produzca plenos efectos respecto de la
parte que instó la misma, e incluso frente a terceros, en tanto no se modifique la resolu-
ción obtenida, en virtud de recursos o en virtud de procedimiento contradictorio posterior.

1.2. Características del procedimiento de jurisdicción voluntaria


Los actos de jurisdicción voluntaria se encuentran regulados en los arts. 1811 a 2182
de la LEC, de los cuales los arts. 1811 a 1824 se encuentran dedicados a las «Disposicio-
nes generales» aplicables al conjunto de procedimientos previstos a partir del referido artí-
culo. De dichos principios de tramitación se trata a continuación antes de
abordar el estudio de los distintos procedimientos de jurisdicción voluntaria
previstos en la LEC.

19-3
Tramitación Procesal y Administrativa

1.2.1. Competencia
A) Competencia objetiva

La competencia objetiva viene atribuida en la LEC y la LOPJ a favor de los Jueces de


Primera Instancia con competencia para apreciar, de oficio, su propia competencia objeti-
va por razón de la materia.

B) Competencia funcional

La competencia para el conocimiento de los recursos contra las resoluciones que dicte
el Juez de Primera Instancia en materia de jurisdicción voluntaria viene atribuida por la
LOPJ a favor de la Audiencia Provincial respectiva.

C) Competencia territorial

1º. Prohibición de sumisión expresa.


Dado el especial carácter de los actos de jurisdicción voluntaria, no cabe que las
partes se sometan libremente al fuero de uno u otro tribunal mediante el pacto
de sumisión, ya sea porque en este tipo de jurisdicción no suele existir pacto pre-
vio o dualidad de partes para verificar la sumisión, o porque la especial naturale-
za de los actos de jurisdicción voluntaria impiden, per se, dicha sumisión. El juez
debe examinar de oficio su propia competencia y abstenerse del conocimiento
del asunto que no le esté atribuido conforme a las normas legales en materia de
competencia territorial.
2º. Normas legales en materia de competencia territorial. Fueros legales.
El art. 63 de la LEC de 1881 está expresamente declarado vigente en algunos de
sus apartados, conforme a la Disposición Derogatoria de la LEC.
Las normas legales sobre competencia territorial en los actos de jurisdicción
voluntaria se encuentran contenidas principalmente en las reglas 16 a 27 del art.
63 de la LEC, en las que se contienen reglas específicas de competencia territo-
rial para la tramitación de cada procedimiento en particular. Al margen de dicho
artículo, en algunas leyes especiales reguladoras de actos de jurisdicción volun-
taria se contienen igualmente normas de competencia territorial. Veamos las
referidas reglas 16 a 27 del art. 63 de la LEC, que conservan su vigencia.
a) Art. 63.16º LEC. En las actuaciones judiciales sobre acogimiento familiar o
adopción o en las relacionadas con las funciones de protección encomen-
dadas a las correspondientes entidades públicas, será competente el juez
del domicilio de la entidad y, en su defecto, el del domicilio del adoptan-
te. En las actuaciones judiciales a que se refieren los arts. 179
y 180 del Código Civil será competente el juez del domicilio
del adoptante.

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La jurisdicción voluntaria

b) Art. 63.17º LEC. En el nombramiento y discernimiento de los cargos de


tutores o curadores para los bienes y excusas de estos cargos, será juez com-
petente el del domicilio del padre o de la madre cuya muerte ocasionare el
nombramiento y, en su defecto, el del domicilio del menor o incapacitado,
o el de cualquier lugar en que tuviere bienes inmuebles.
c) Art. 63.18º LEC. En el nombramiento y discernimiento de los cargos de
curadores para pleitos será competente el juez del lugar en que los meno-
res o incapacitados tengan su domicilio, o el del lugar en que necesitaren
comparecer en juicio.
d) Art. 63.19º LEC. En las demandas en que se ejerciten acciones relativas a la
gestión de la tutela o curaduría, en las excusas de estos cargos después de
haber empezado a ejercerlos, y en las demandas de remoción de los guar-
dadores como sospechosos, será juez competente el del lugar en que se
hubiere administrado la guardaduría en su parte principal, o el del domici-
lio del menor.
e) Art. 63.22º LEC. En las diligencias para elevar a escritura pública los testa-
mentos, codicilos o memorias otorgados verbalmente, o los escritos sin
intervención de notario público, y en las que hayan de practicarse para la
apertura de los testamentos o codicilos cerrados, será juez competente el del
lugar en que se hubieren otorgado, respectivamente, dichos documentos.
f) Art. 63.23º LEC. En las autorizaciones para la venta de bienes de menores o
incapacitados será juez competente el del lugar en que los bienes se halla-
ren o el del domicilio de aquellos a quienes pertenecieren.
g) Art. 63.24º LEC. En las actuaciones que origine el Título VIII del Libro I del
CC sobre ausencia será juez competente el del último lugar en que haya
residido el ausente durante un año dentro del territorio español y, en su
defecto, el del último domicilio.
h) Art. 63.25º LEC. En las informaciones para dispensa de Ley y en las habili-
taciones para comparecer en juicio cuando por derecho se recuerda, será
juez competente el del domicilio del que las solicitare.
i) Art. 63.26º LEC. En las informaciones para perpetua memoria será juez
competente el del lugar en que hayan ocurrido los hechos o aquel en que
estén, aunque sea accidentalmente, los testigos que hayan de declarar.
Cuando estas informaciones se refieran al estado actual de cosas inmuebles
será juez competente el del lugar en que estuvieren sitas.
j) Art. 63.27º LEC. En los apeos y prorrateos de foros y posesión de bienes por
acto de jurisdicción voluntaria será juez competente el del
lugar donde radique la mayor parte de las fincas.

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Tramitación Procesal y Administrativa

1.2.2. La intervención del Ministerio Fiscal en los actos


de jurisdicción voluntaria
El art. 1815 de la LEC de 1881 precisa la actividad procesal del Ministerio Fiscal en
este tipo de procedimientos y establece al respecto que «se oirá precisamente al Ministe-
rio Fiscal cuando la solicitud promovida afecte a los intereses públicos; y cuando se refie-
ra a personas o cosas cuya protección o defensa competan a la autoridad. El Ministerio Fis-
cal emitirá por escrito su dictamen, a cuyo efecto se le entregará el expediente».

1.2.3. Postulación
La Disposición Derogatoria de la LEC ha dejado subsistentes las reglas de postulación
contenidas en los arts. 4 y 10 de la LEC de 1881, en los que se establece claramente que
no es precisa la intervención de procurador en ningún caso, y tampoco es necesaria la
intervención de abogado en «los actos de jurisdicción voluntaria de cuantía determinada
que no exceda de 2.404,05 euros, así como los que tengan por objeto la adopción de
medidas urgentes o que deban instarse en un plazo perentorio».

1.2.4. Aspectos técnicos del procedimiento


A) Días y horas hábiles para la práctica de actuaciones de jurisdicción voluntaria

Al igual que sucede para la práctica de actuaciones en el Registro Civil, el art. 1812 de
la antigua LEC establece que «para las actuaciones de jurisdicción voluntaria son hábiles
todos los días y horas sin excepción».

B) El escrito de inicio del procedimiento

El procedimiento de jurisdicción voluntaria no se inicia con una demanda, sino que


se inicia mediante escrito simple en el que el promotor insta la resolución del juez, sin
necesidad de que el mismo contenga los formulismos técnicos propios de un acto de ale-
gación como es la demanda.

C) Los escritos y documentos

Dispone el art. 1816 de la antigua LEC que «se admitirán sin necesidad de solemni-
dad alguna los documentos que se presenten y las justificaciones que se ofrecieren».

D) Las pruebas

En el procedimiento no existe período expresamente dedicado a la prue-


ba, como se infiere claramente del art. 1816 de la antigua LEC, antes aludi-
do, y en el que se permite la presentación de documentos y justificaciones,
sin solemnidad alguna.

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La jurisdicción voluntaria

E) Intervención de terceros ajenos al proceso

Dispone sobre este extremo el art. 1813 de la LEC de 1881 que «si el que promovie-
re el acto pidiere que se oiga a alguna otra persona, o lo solicitare el que tenga interés legí-
timo en él, o el juez lo estimare conveniente, se otorgará la audiencia, poniendo de mani-
fiesto los autos en la Escribanía por un breve término, que fijará el juez según las
circunstancias del caso». Sigue disponiendo el art. 1814 de la antigua LEC que «en los
casos en que la audiencia proceda podrá oírse también, en la forma prevenida en el artí-
culo anterior, al que haya promovido el expediente».

F) La declaración de contencioso del expediente

Dispone al efecto el art. 1817 de la antigua LEC que «si a la solicitud promovida se
opusiere alguno que tenga interés en el asunto, se hará contencioso el expediente, sin alte-
rar la situación que tuvieren, al tiempo de ser incoado, los interesados y lo que fuere obje-
to de él, y se sujetará a los trámites establecidos para el juicio que corresponda, según la
cuantía».

Sin embargo, la regla anterior queda vacía de contenido al establecer la Disposición


Derogatoria Única de la Ley 1/2000 que en tanto no entre en vigor la nueva Ley sobre
Jurisdicción Voluntaria, las referencias al procedimiento contencioso procedente conteni-
das en el Libro III de la LEC de 1881 se entenderán hechas al juicio verbal.

G) Los actos de impulso procesal

El art. 1818 de la antigua LEC introduce una novedad procesal importante en la tra-
mitación de los actos de jurisdicción voluntaria al prever que «el juez podrá variar o modi-
ficar las providencias que dictare, sin sujeción a los términos y formas establecidos para las
de jurisdicción contenciosa. No se comprenden en esta disposición los autos que tengan
fuerza de definitivos y contra los que no se hubiere interpuesto recurso alguno».

H) La acumulación de autos

El art. 1823 de la antigua LEC establece claramente que no es posible la acumulación


de los expedientes de jurisdicción voluntaria a los de jurisdicción contenciosa, sin perjui-
cio de que sí se admita la acumulación de dos procedimientos de jurisdicción voluntaria.
El artículo indicado prevé que «los expedientes sobre actos de jurisdicción voluntaria no
serán acumulables a ningún juicio de jurisdicción contenciosa».

I) Los recursos

Según el art. 1821 de la antigua LEC, «la sustanciación de las apelaciones a que se
refieren los precedentes artículos se acomodará a los trámites establecidos
para las de los incidentes». Ahora bien, la admisión del recurso de apelación
en uno o dos efectos dependerá de la persona que interponga el mismo y, así,
los arts. 1819 y 1820 de la antigua LEC prevén que:

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a) Las apelaciones se admitirán siempre en ambos efectos al que hubiere promovi-


do el expediente.
b) Las apelaciones que interpusieren los que hayan venido al mismo expediente, o
llamados por el juez, o para oponerse a la solicitud que haya dado motivo a su
formación, serán admitidas en un solo efecto.

1.3. Clasificación de los actos de jurisdicción voluntaria:


clases de procedimientos
La LEC de 1881 contiene diversos procedimientos de jurisdicción voluntaria en sus
arts. 1825 a 2181, que pueden ser clasificados en la forma que se indica a continuación.

a) Actos de jurisdicción voluntaria relativos al derecho de personas y de familia:


— El acogimiento de menores (arts. 1825 a 1828).
— La adopción (arts. 1829 a 1832).
— El nombramiento de tutores y de los actos de discernimiento de sus cargos
(arts. 1833 a 1879).
— Medidas relativas al retorno de menores en los supuestos de sustracción
internacional (arts. 1901 a 1909).
— Medidas provisionales en relación con los hijos de familia (arts. 1910 a
1918).
b) Actos relativos al derecho de cosas:
— De las subastas voluntarias judiciales (arts. 2048 a 2055).
— De la posesión judicial en los casos en que no proceda el interdicto de
adquirir (arts. 2056 a 2060).
— Del deslinde y amojonamiento (arts. 2061 a 2070).
— De los apeos y prorrateos de foros (arts. 2071 a 2108).
c) Actos relativos al derecho sucesorio:
— Del modo de elevar a escritura pública el testamento o codicilo hecho de
palabra (arts. 1943 a 1955).
— De la apertura de testamentos cerrados y protocolización de las memorias
testamentarias (arts. 1956 a 1979).
— De las informaciones para dispensa de ley (arts. 1980 a 1993).
— De las informaciones para perpetua memoria (arts. 2002 a
2010).

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La jurisdicción voluntaria

d) Otros actos de jurisdicción voluntaria en relación a las personas:


— De las habilitaciones para comparecer en juicio (arts. 1994 a 2001).
— De la enajenación de bienes de menores e incapacitados y transacción acerca
de sus derechos (arts. 2011 a 2030).
— Del ausente y de la declaración de fallecimiento (arts. 2031 a 2047).
e) Actos de jurisdicción voluntaria en negocios de comercio:
— Del depósito y reconocimiento de efectos mercantiles (arts. 2109 a 2127).
— De la calificación de las averías y de la liquidación de la gruesa y contribución
a la misma (arts. 2131 a 2146).
— De la descarga, abandono e intervención de efectos mercantiles y de la fianza
de cargamento (arts. 2147 a 2160).
— De la enajenación y apoderamiento de efectos comerciales en casos urgentes
y de la recomposición de naves (art. 2161).
— De otros actos de comercio que requieren la intervención judicial perentoria
(arts. 2161 a 2174).
De entre todos ellos, seguidamente se expone lo más significativo del régimen aplicable
a los expedientes relativos al derecho de familia, al derecho de las personas y al derecho
sucesorio.

1.3.1. Expedientes relativos al derecho de familia: del acogimiento


de menores y de la adopción
A) Características comunes

— Todas las actuaciones referentes al acogimiento de menores y adopción se prac-


ticarán con intervención del Ministerio Fiscal. Los interesados podrán actuar bajo
la dirección de abogado.
— El Juez podrá ordenar la práctica de cuantas diligencias estime oportunas para
asegurarse de que la adopción, el acogimiento o su cesación resultarán benefi-
ciosos para el menor.
— Todas las actuaciones se llevarán a cabo con la conveniente reserva, evitando en
particular que la familia de origen tenga conocimiento de cuál sea la adoptiva.
— El auto que ponga fin al expediente será susceptible sólo de apelación.

B) El acogimiento
— La constitución del acogimiento, cuando requiera decisión judicial,
será promovida por el Ministerio Fiscal o por la entidad pública
correspondiente.

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— El Juez, recabado el consentimiento de la entidad pública, si no fuera la promo-


tora del expediente, de las personas que reciban el menor y de éste desde que
tuviera doce años, oirá a los padres que no estuvieran privados de la patria potes-
tad ni suspendidos en su ejercicio, o al tutor, en su caso, y al menor de doce años
que tuviera suficiente juicio, y dictará auto en el término de cinco días, resol-
viendo lo procedente en interés del menor.
— Cuando no haya podido conocerse el domicilio o paradero de los padres o tuto-
res o si citados no comparecieran, se prescindirá del trámite y el Juez podrá acor-
dar el acogimiento.
— La iniciación del expediente de cesación judicial del acogimiento tendrá lugar de
oficio o a petición del menor, de su representante legal, de la entidad pública,
del Ministerio Fiscal, o de las personas que lo tengan acogido.
— El Juez podrá acordar la cesación del acogimiento tras oír a la entidad pública, al
menor, a su representante legal y a los que lo tengan acogido.
— Contra el auto que acuerde la constitución del acogimiento o su cesación cabe
recurso de apelación en un solo efecto.

C) La adopción

En la propuesta de adopción, formulada al Juez por la entidad pública, se expresarán


especialmente:

a) Las condiciones personales, familiares y sociales y medios de vida del adoptante


o adoptantes seleccionados y sus relaciones con el adoptando, con detalle de las
razones que justifiquen la exclusión de otros interesados.
b) En su caso, el último domicilio conocido del cónyuge del adoptante, cuando
haya de prestar su consentimiento, y el de los padres o guardadores del adop-
tando.
c) Si unos y otros han formalizado su asentimiento ante la Entidad pública o en
documento auténtico. El asentimiento puede ser revocado si la revocación se
notifica a la entidad antes de la presentación de la propuesta del Juzgado.
En los supuestos en que no se requiere propuesta previa de la entidad pública, de con-
formidad con lo dispuesto en el art. 176 del Código Civil (por ejemplo, por ser huérfano
el adoptando y pariente del adoptante en tercer grado por consanguinidad o afinidad; o
por llevar el adoptando más de un año acogido legalmente bajo la medida de un acogi-
miento preadoptivo o haber estado bajo la tutela del adoptante por el mismo tiempo), la
solicitud formulada al Juez por el adoptante expresará las mismas indicaciones en cuanto
fuesen aplicables, y la alegación y pruebas conducentes a demostrar que en el adoptando
concurre alguna de las circunstancias exigidas por dicho precepto legal.

El asentimiento a la adopción que hayan de prestar el cónyuge del adop-


tante y los padres del adoptando habrá de formalizarse bien antes de la pro-

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puesta, ante la correspondiente entidad, bien en documento público, bien por compare-
cencia ante el Juez.

Si cuando se presenta la propuesta o solicitud de adopción hubieren transcurrido más


de seis meses desde que se prestó el asentimiento, será necesario que éste sea renovado
ante el Juez.

Si en la propuesta o solicitud de adopción no constare el domicilio de los que deban


ser citados, el Juez, en un plazo no superior a treinta días a contar desde la presentación
del escrito, practicará las diligencias oportunas para la averiguación del domicilio.

En la citación a los padres se precisará la circunstancia por la cual basta su simple


audiencia. Si los padres del adoptando o el cónyuge del adoptante no respondieran a la
primera citación, se les volverá a citar de nuevo, una vez que hayan transcurrido quince
días naturales a contar desde la fecha en que deberían haberse presentado en el Juzgado.

Cuando no haya podido conocerse el domicilio o paradero de alguno que deba ser
citado o si citado no compareciere, se prescindirá del trámite y la adopción acordada será
válida, salvo, en su caso, el derecho que a los padres concede el art. 180 del Código Civil
(solicitar la extinción de la adopción cuando, sin culpa suya, no hubieran intervenido en
el expediente, y siempre que la demanda se interponga dentro de los dos años siguientes
a la adopción y que la extinción solicitada no perjudique gravemente al menor).

Durante la sustanciación del procedimiento el Juez adoptará las medidas de protec-


ción oportunas sobre la persona y bienes del adoptado menor o incapaz.

El auto por el que se acuerde la adopción será susceptible de apelación en ambos


efectos.

1.3.2. Expedientes relativos al derecho de las personas


A) De la enajenación de bienes de menores e incapacitados y
transacción acerca de sus derechos

Dispone el art. 2011 de la antigua LEC que será necesaria autorización judicial para
enajenar o gravar los bienes de menores o incapacitados en los supuestos en que así lo
establezca el Código Civil.

En concreto, el art. 166 del Código Civil establece que “Los padres no podrán renunciar
a los derechos de que los hijos sean titulares ni enajenar o gravar sus bienes inmuebles,
establecimientos mercantiles o industriales, objetos preciosos y valores mobiliarios, salvo
el derecho de suscripción preferente de acciones, sino por causas justificadas de utilidad o
necesidad y previa la autorización del Juez del domicilio, con audiencia del Ministerio
Fiscal.

Los padres deberán recabar autorización judicial para repudiar la herencia


o legado deferidos al hijo. Si el Juez denegase la autorización, la herencia sólo
podrá ser aceptada a beneficio de inventario.

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No será necesaria autorización judicial si el menor hubiese cumplido dieciséis años y


consintiere en documento público, ni para la enajenación de valores mobiliarios siempre
que su importe se reinvierta en bienes o valores seguros”.

Para decretar la enajenación o gravamen será necesario:

1º. Que la pidan:

a) El padre o la madre que tengan la patria potestad de su hijo menor. Si éste


fuere mayor de doce años, firmará también la petición.

b) El padre o la madre que tengan la patria potestad prorrogada sobre un hijo


incapacitado, que prestará o no su conformidad, con arreglo a lo que dis-
ponga la sentencia declaratoria de la incapacidad.

c) El tutor de un menor de edad. Si éste fuera mayor de doce años deberá ser
oído.

d) El tutor o el curador de un incapacitado, si así lo permite la sentencia decla-


ratoria.

e) El sujeto a tutela o curatela, cuando no le haya sido prohibido o cuando lo


haga con la conformidad del tutor o curador.

2º. Que se exprese el motivo de la enajenación o del gravamen y la finalidad a que


se debe aplicar la suma que se obtenga.

3º. Que se justifique la necesidad o utilidad de la enajenación. Cuando dicha justi-


ficación haya de hacerse por medio de testigos, deberán ser tres, por lo menos,
dando fe el actuario de conocerlos. Si no los conociere, exigirá la presentación de
dos testigos de conocimiento. Esta justificación se practicará con citación del
Ministerio Fiscal.

4º. Que se oiga al Ministerio Fiscal.

Hecha la justificación y evacuadas las audiencias preceptivas, el Juez, sin más trámites,
dictará auto concediendo o denegando la autorización solicitada. Este auto será apelable
en ambos efectos.

La autorización se concederá en todo caso bajo la condición de haberse de ejecutar la


venta en pública subasta, y previo avalúo si se trata de derechos de todas clases, excepto el
de suscripción preferente de acciones, bienes inmuebles, establecimientos mercantiles e
industriales, objetos preciosos y valores mobiliarios que no coticen en bolsa. Exceptúase de
esta regla las ventas hechas por el padre o la madre con patria potestad, que solo necesi-
tarán la previa autorización judicial.

El Juez hará siempre el nombramiento de peritos para el avalúo, los cua-


les no podrán ser recusados.

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La jurisdicción voluntaria

Hecho el avalúo, mandará el Juez que se anuncie la subasta por el término de treinta días,
designando el día, hora y local en que haya de celebrarse, y que se fijen edictos en los sitios
de costumbre, insertándolos además, si lo estima conveniente, en algún periódico oficial.

Hecha la venta, cuidará el Juez, bajo su responsabilidad, de que se dé al precio que se


haya obtenido la aplicación indicada al solicitar la autorización.
La autorización para repudiar herencias y legados o para transigir sobre los derechos
de los menores o incapacitados se pedirá por las mismas personas que la venta de bienes.

B) De la ausencia
Dispone la LEC de 1881 que todas las actuaciones que motive el Título VIII del Libro
I del Código Civil (se refiere a la ausencia), revisten el carácter de actos de jurisdicción
voluntaria, y los Jueces que conozcan de las mismas están plenamente facultados para
adoptar de oficio, con intervención del Ministerio Fiscal, cuantas medidas de averiguación
e investigación consideren procedentes, así como todas las de protección que juzguen úti-
les al ausente.
Tanto las solicitudes como las oposiciones que se deduzcan se resolverán siguiendo
los trámites de juicio verbal, por auto contra el que se dará recurso de apelación.
A continuación se hará mención a tres supuestos: la desaparición de una persona, la
declaración de ausencia legal y la declaración de fallecimiento.

a) En los casos de desaparición de una persona, el Juez, a instancia de parte intere-


sada o del Ministerio Fiscal, nombrará un defensor del desaparecido para que
ampare y represente a la persona desaparecida en juicio o en los negocios que
no admitan demora sin perjuicio grave.
El defensor, una vez nombrado, deberá antes de empezar el ejercicio de su cargo,
practicar judicialmente, con intervención del Ministerio Fiscal, inventario de bie-
nes muebles y descripción de los inmuebles del desaparecido.
b) La declaración de ausencia legal se instará por parte interesada o por el Ministe-
rio Fiscal aportando las pruebas precisas que acrediten la concurrencia en el caso
de los requisitos que el Código Civil exige para tal declaración.
Es requisito indispensable que se publique la incoación del expediente median-
te edictos.
Practicadas las pruebas y publicados los edictos, el Juzgado dictará auto de decla-
ración legal de ausencia, que será apelable en un solo efecto.
En el caso de declaración legal de ausencia, el Juzgado nombrará al representan-
te del ausente que entre sus obligaciones se encontrará la de inventariar los bie-
nes muebles y describir los inmuebles de su representado y conser-
var y defender el patrimonio del ausente y obtener de sus bienes los
rendimientos normales de que fueren susceptibles.

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Tramitación Procesal y Administrativa

c) La declaración de fallecimiento podrá instarse por partes interesadas o por el


Ministerio Fiscal, aportándose todas las pruebas conducentes a la justificación de
los requisitos que para dicha declaración exige el Código Civil.
El Juez acordará, de oficio, la práctica de cuantas pruebas estime necesarias y
ordenará en todo caso la publicación de edictos dando conocimiento de la exis-
tencia del expediente.
Practicadas las pruebas y hechas las publicaciones, el Juez dictará auto declarando
el fallecimiento, si resultan acreditados los requisitos exigidos en el Código Civil.
Por la declaración del fallecimiento cesa la situación de ausencia legal. Firme la
declaración de fallecimiento del ausente, se abrirá la sucesión en los bienes del
mismo.

1.3.3. Expedientes relativos al derecho sucesorio


A) Apertura y protocolización de testamentos cerrados

— Presentación del testamento:


El presente expediente se encuentra regulado en los arts. 1956 y siguientes de la
LEC, en los que se dispone que el que tenga en su poder algún testamento cerra-
do deberá presentarlo al juez competente, tan luego como sepa el fallecimiento
del otorgante.
Podrá también pedir su presentación el que tuviere conocimiento de haber sido
otorgado el testamento y obrar en poder de tercero.
Siendo el reclamante persona extraña a la familia del finado, jurará que no pro-
cede de malicia, sino por creer que en él puede tener interés por cualquier con-
cepto.
— Diligencia del estado en que se encuentre el documento:
El actuario examinará en el acto el pliego que contenga el testamento, y pondrá
diligencia de su estado, describiendo minuciosamente los motivos, si existieren,
para poder sospechar que haya sido abierto o sufrido alguna alteración, enmienda
o raspadura.
Esta diligencia la firmará también el presentante, y si no supiere o no quisiere,
un testigo a su ruego en el primer caso, y dos testigos elegidos por el actuario en
el segundo.
— Citación al notario autorizante y a los testigos instrumentales:
Acto continuo el actuario dará cuenta al juez, el cual, acreditado el
fallecimiento del otorgante, acordará que para el día siguiente, o
antes si es posible, se cite al notario autorizante y a los testigos ins-
trumentales.

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La jurisdicción voluntaria

Comparecidos los testigos, se les pondrá de manifiesto el pliego cerrado para que
lo examinen y declaren bajo juramento si reconocen como legítima la firma y
rúbrica que con su nombre aparece en él, y si lo hallan en el mismo estado que
tenía cuando pusieron su firma.
Si alguno de los testigos no supiere firmar y lo hubiese hecho otro por él, serán
examinados los dos, reconociendo su firma el que la hubiere puesto.
Los testigos serán examinados por orden sucesivo, e interrogados sobre la edad
que tenían el día del otorgamiento.
Si alguno o algunos de los testigos hubieren fallecido o se hallaren ausentes, se
preguntará a los demás si los vieron poner su firma y rúbrica, y se examinará
además a otras dos personas que conozcan la firma y rúbrica del fallecido o
ausente, acerca de su semejanza con las estampadas en el pliego.
Si esto último no pudiere tener lugar, será abonado el testigo en la forma ordi-
naria.
En el caso de haber fallecido el notario que autorizó el otorgamiento, se cotejará
por el juez, asistido de peritos de su exclusivo nombramiento, el signo, firma y
rúbrica del pliego o carpeta, con las estampadas en la copia que debe existir en
el registro especial de los testamentos cerrados, para lo cual se trasladará el juez
al sitio en que se halle, y no siendo posible, dará comisión a quien corresponda.
Si el otorgamiento hubiere sido anterior a la Ley, de 28 de mayo de 1862 del
Notariado, el cotejo se hará con otras firmas y signos indubitados del mismo
Notario.
Cuando el Notario y todos los testigos hubieren fallecido, se abrirá información
acerca de esta circunstancia, de la época de la defunción, concepto público que
merecieran, y de si se hallaban en el pueblo cuando se otorgó el testamento.
— Apertura y lectura del testamento:
Podrán presenciar la apertura del pliego y lectura del testamento, si lo tienen por
conveniente, los parientes del testador en quienes pueda presumirse algún inte-
rés, sin permitirles que se opongan a la práctica de la diligencia por ningún moti-
vo, aunque presenten otro testamento posterior.
Practicadas las diligencias que quedan prevenidas, y resultando de ellas que en el
otorgamiento del testamento se han guardado las solemnidades prescritas por la
Ley y la identidad del pliego, lo abrirá el juez, y leerá para sí la disposición testa-
mentaria que contenga.
Se suspenderá la apertura cuando en la misma carpeta, o en un codicilo abierto,
hubiese dispuesto el testador que no se abra hasta una época deter-
minada, en cuyo caso el juez suspenderá la continuación de la dili-
gencia, y mandará archivar en el juzgado las practicadas y el pliego
hasta que llegue el plazo designado por el testador.

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Tramitación Procesal y Administrativa

Verificada la lectura del testamento y codicilo por el juez, lo entregará al actua-


rio para que lo lea en alta voz, a no ser que contenga disposición del testador
ordenando que alguna o algunas cláusulas queden reservadas y secretas hasta
cierta época, en cuyo caso la lectura se limitará a las demás cláusulas de la dis-
posición testamentaria.
— Aprobación del expediente:
Leído el testamento, dictará auto, mandando que se protocolice con todas las
diligencias originales de la apertura, en los registros del notario que hubiere
autorizado su otorgamiento, y que se dé copia de dicho auto al que lo hubiere
presentado para su resguardo, si lo pidiere.

B) Protocolización de testamentos ológrafos

— Presentación:
La protocolización del testamento ológrafo se lleva a cabo a través de un expe-
diente de jurisdicción voluntaria no regulado en la LEC sino en el Código Civil, en
sus arts. 688 y siguientes dedicados a la regulación de esta figura testamentaria.
El testamento ológrafo deberá protocolizarse, presentándolo con este objeto al
Juez de Primera Instancia del último domicilio del testador, o al del lugar en que
éste hubiese fallecido, dentro de cinco años, contados desde el día del falleci-
miento. Sin este requisito no será válido.
La persona en cuyo poder se halle depositado dicho testamento deberá presen-
tarlo al juzgado luego que tenga noticias de la muerte del testador, y, no verifi-
cándolo dentro de los diez días siguientes, será responsable de los daños perjui-
cios que se causen por la dilación.
También podrá presentarlo cualquiera que tenga interés en el testamento como
heredero, legatario, albacea o en cualquier otro concepto.
— Comprobación de la identidad del documento:
Presentado el testamento ológrafo, y acreditado el fallecimiento del testador, el
juez lo abrirá si estuviere en pliego cerrado, rubricará con el actuario todas las
hojas y comprobará su identidad por medio de tres testigos que conozcan la letra
y firma del testador, y declaren que no abrigan duda racional de hallarse el tes-
tamento escrito y firmado de mano propia del mismo.
A falta de testigos idóneos, o si dudan los examinados, y siempre que el juez lo
estime conveniente, podrá emplearse con dicho objeto el cotejo pericial de letras.
Para la práctica de las anteriores diligencias serán citados, con la bre-
vedad posible, el cónyuge sobreviviente, si lo hubiere, los descen-
dientes y los ascendientes del testador y, en defecto de unos y otros,
los hermanos.

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La jurisdicción voluntaria

Si estas personas no residieren dentro del partido, o se ignorase su existencia, o


siendo menores o incapacitados carecieren de representación legítima, se hará la
citación al Ministerio Fiscal.

Los citados podrán presenciar la práctica de dichas diligencias y hacer en el acto,


de palabra, las observaciones oportunas sobre la autenticidad del testamento.

— Aprobación del expediente:

Si el juez estima justificada la identidad del testamento, acordará que se protocolice,


con las diligencias practicadas, en los registros del notario correspondiente, por
el cual se darán a los interesados las copias o testimonios que procedan. En otro
caso, denegará la protocolización.

Cualquiera que sea la resolución del juez, se llevará a efecto, no obstante oposición,
quedando a salvo el derecho de los interesados para ejercitarlo en el juicio que
corresponda.

2. Especial referencia a los actos de conciliación


De manera análoga a lo que sucede con la jurisdicción voluntaria, la Disposición
Derogatoria primera de la Ley 1/2000, de 7 de enero, por la que se aprueba la Ley de Enjui-
ciamiento Civil, mantiene subsistente el Título I del Libro II (arts. 460 a 480), así como el
art. 11 de la LEC de 1881, sobre la conciliación hasta que se apruebe la Ley sobre Juris-
dicción Voluntaria a que se refiere la Disposición Final decimoctava de la LEC.

Por tanto, la regulación legal del acto de conciliación sigue estando constituida por los
arts. 460 a 480 de la LEC de 1881, si bien han sido modificados por la Ley 13/2009, de 3
de noviembre, de reforma de la legislación procesal para la implantación de la nueva Ofi-
cina judicial, a fin de atribuir a los Secretarios judiciales la competencia para conocer de los
actos de conciliación que se promuevan ante los Juzgados de Primera Instancia.

2.1. Fundamento
Se entiende por conciliación «la actividad desplegada ante un tercero por las partes de
un conflicto dirigida a lograr una composición justa del mismo evitando la celebración de
un ulterior proceso».

Antes de interponer la demanda, el futuro actor puede intentar conciliarse con el posi-
ble demandado. La conciliación, por tanto, es un acto preprocesal pero de indudable valor
jurisdiccional, facultando a los futuros litigantes la oportunidad de solventar sus diferen-
cias en presencia del Secretario judicial, o del Juez cuando se promueva ante los Juzgados
de Paz. Si este acuerdo se produce, habrán evitado la iniciación de un proce-
so que parecía inminente. Esta es la razón fundamental para que el legislador
instituyera el llamado Acto de Conciliación.

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Tramitación Procesal y Administrativa

Sin embargo, paulatinamente el acto de conciliación se fue convirtiendo en un trámi-


te más y los casos en que había acuerdo entre las partes eran muy escasos. De este modo,
el acto de conciliación perdió casi totalmente una finalidad que probablemente se alcanza-
ba en la época en que se promulgó la Ley de Enjuiciamiento Civil y degeneró para pasar a
convertirse en un medio de que quedara constancia oficial de ciertos actos dirigidos a adqui-
rir o conservar un derecho, persiguiéndose con él objetivos ajenos a la conciliación. Así, se
presentaban demandas de conciliación que tenían como finalidad demostrar que en fecha
determinada se requirió al inquilino o arrendatario para que pagara más alquiler o para que
abandonara el piso o el local arrendado, o se formulaba una reclamación simplemente para
interrumpir el plazo de prescripción, al menos, durante algún tiempo.
Estas posibilidades no justificaban, sin embargo, que el acto de conciliación fuera un
requisito normalmente exigible con carácter previo a la iniciación del proceso.
Por ello, la reforma de la Ley 34/1984, de 6 de agosto dio un paso muy importante,
al asignarle en todo caso carácter facultativo. Así, dispone el art. 460 de la LEC: “Antes de
promover un juicio, podrá intentarse la conciliación ante el Secretario judicial del Juzgado
de Primera Instancia o ante el Juez de Paz competentes.”
Además, no se admitirán a trámite las peticiones de conciliación que se soliciten en
relación con:
1. Los juicios en que estén interesados el Estado, las Comunidades Autónomas y las
demás Administraciones Públicas, Corporaciones e Instituciones de igual natu-
raleza.
2. Los juicios en que estén interesados los menores y los incapacitados para la libre
administración de sus bienes.
3. Los juicios de responsabilidad civil contra Jueces y Magistrados.
4. En general, los que se promuevan sobre materias no susceptibles de transacción
ni compromiso.

2.2. Naturaleza
Se ha discutido mucho acerca de la naturaleza del acto de conciliación por la doctrina.
De entre las diversas teorías, cabe señalar las siguientes:
— Es un auténtico proceso: así, GUASP lo define como aquel proceso de cognición,
especial por razones jurídico-procesales, por el que se tiende a eliminar el naci-
miento de un proceso ulterior, también de cognición, mediante el intento de
una avenencia o arreglo pacífico entre las partes.
— Acto de jurisdicción voluntaria: se basa en los siguientes argumentos:
• El órgano que conoce de la solicitud no ejerce función juris-
diccional, sino de mediación.

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La jurisdicción voluntaria

• No se dicta sentencia, sino que se tiende a eliminar un proceso ulterior.


• Faltan dos actos fundamentales del proceso declarativo: demanda y decisión.
• La LEC de 1881 le llama acto, y a pesar de que está regulado en el Libro II
(Jurisdicción Contenciosa), se considera un estado preliminar del proceso.
• No se puede recurrir contra lo convenido en el acto.
— Diligencia preliminar del proceso.
— Negocio jurídico preprocesal.

2.3. Requisitos
2.3.1. Subjetivos
— Órgano jurisdiccional: el Secretario judicial del Juzgado de Primera Instancia o el
Juez de Paz.
— Partes: habrán de gozar de la llamada capacidad para ser parte.
— En cuanto a la capacidad procesal: no es necesario acudir por medio de Pro-
curador ni Abogado. No obstante, el art. 11.1 de la LEC permite la asistencia al
acto de conciliación de Procuradores o Abogados con el carácter de apoderados
(es decir, representantes) o de auxiliares de los interesados, cuando las partes
quieran valerse espontáneamente de ellos.

2.3.2. Objetivos
Ha de ser una pretensión que trate de lograr la avenencia entre el futuro demandante
y el posible demandado, ya que antes del proceso civil no tienen propiamente tal carácter
pese a que la LEC utilice impropiamente dichos términos.

2.3.3. Formales
— Lugar: circunscripción, sede y local del órgano jurisdiccional.
— Tiempo: se aplican las normas comunes sobre días y horas hábiles y términos y
plazos procesales.
— Forma: rige predominantemente el principio de oralidad, a pesar de que existen
actuaciones por escrito (papeleta de demanda, resolución del acto).

2.4. Competencia
Establece el art. 463 de la Ley de Enjuiciamiento Civil de 1881, que los
Juzgados de Primera Instancia o de Paz del domicilio serán “los únicos
competentes” para conocer de los actos de conciliación.

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Tramitación Procesal y Administrativa

Si el demandado fuere persona jurídica serán asimismo competentes los del lugar del
domicilio del demandante, siempre que en éste radique delegación, sucursal u oficina
abierta al público y sin perjuicio de la adecuada competencia que resulte en caso de pos-
terior litigio.
En las poblaciones en que hubiere más de un Juzgado de Primera Instancia la com-
petencia se determinará por reparto.
Suscitándose cuestiones de competencia o de recusación del Secretario judicial o del
Juez de Paz ante quien se celebre el acto de conciliación, se tendrá por intentada la com-
parecencia sin más trámites (art. 464 LEC).
Los Jueces de Paz remitirán a los de Primera Instancia del partido relaciones semes-
trales de los actos de conciliación convenidos.

2.5. Procedimiento
2.5.1. Escrito inicial
El que intente el acto de conciliación presentará solicitud por escrito –tradicional-
mente denominada “papeleta de demanda”–, en la que se consignarán los datos y cir-
cunstancias de identificación del actor y del demandado y el domicilio o los domicilios en
que puedan ser citados, y se fijará con claridad y precisión lo que se pida. El demandante
podrá igualmente formular su solicitud de conciliación cumplimentando unos impresos
normalizados que, a tal efecto, se hallarán a su disposición en el tribunal correspondiente.
La solicitud se presentará con tantas copias como sean los demandados y una más.

2.5.2. Citación de las partes


El Secretario judicial en el caso de los Juzgados de Primera Instancia o el Juez de Paz,
en otro caso, en el día en que se presente la solicitud de conciliación o en el siguiente hábil,
mandarán citar a las partes, señalando el día y hora en que haya de tener lugar la compa-
recencia, procurando que se verifique a la mayor brevedad posible.
Entre la citación y el acto (que debe celebrarse dentro de los ocho días desde aquél
en que se hayan presentado las solicitudes) han de mediar, al menos, veinticuatro horas,
cuyo término podrá, sin embargo, reducirse si hubiese justas causas para ello.
El Secretario del Juzgado notificará la diligencia de citación al demandado o deman-
dados de acuerdo con lo previsto generalmente en las notificaciones en la Ley de Enjui-
ciamiento Civil, pero con las siguientes particularidades:
— En lugar de la copia de la diligencia entregará una de las solicitudes que haya pre-
sentado el demandante, en la que pondrá una nota el Secretario
expresiva del Juzgado de Primera Instancia o de Paz en el que se
vaya a celebrar el acto de conciliación y del día, hora y lugar de la
comparecencia.

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La jurisdicción voluntaria

— En la solicitud original, que se archivará después, firmará el citado el recibo de la


copia, o un testigo a su ruego si no sabe o no puede firmar.
— Los ausentes del pueblo en que se solicite la conciliación, serán llamados por
medio de oficio dirigido al Juzgado de Primera Instancia o de Paz del lugar en que
residan. Al oficio se acompañarán la solicitud o solicitudes presentadas por el
demandante, que han de ser entregadas a los demandados.
El Secretario del Juzgado de Primera Instancia o de Paz del pueblo de la residen-
cia de los demandados cuidará, bajo su responsabilidad, de que la citación se
haga en la forma legalmente prevenida el primer día hábil después de aquél en
que se haya recibido el oficio, y devolverá esta diligencia en el mismo día de la
citación, o lo más tarde en el siguiente. Este oficio se archivará con la solicitud.

2.5.3. Celebración del acto


Los demandantes y demandados están obligados a comparecer el día y hora señalados.
En la celebración pueden darse cinco situaciones:

a) Que no comparezca el demandante pero sí el demandado: la Ley dispone que si


no compareciere ni manifestare justa causa para no concurrir el acto se tendrá
por intentado sin efecto, con costas al demandante.

b) Que no comparezca el demandado pero sí el demandante: al igual que en el caso


anterior, si no compareciere ni manifestare justa causa para no concurrir, se tiene
el acto por intentado sin efecto, con costas al demandado.

c) Que no comparezcan ninguno de los dos: se tiene, igualmente, por intentado sin
efecto, aunque la Ley no ha previsto este caso. Las costas se impondrán a ambas
partes, según algún autor, o sólo al demandante, según otros. Hay quien piensa
(como PRIETO CASTRO) que en este caso se archivará el expediente sin más y
sin declarar el acto intentado sin efecto (art. 471 LEC).

d) Que de varios demandados comparezca alguno y no todos: en cuanto a los que


no comparezcan, se declara el acto intentado sin efecto y se celebra con el
demandado o demandados comparecidos.

e) Que comparezcan demandante y demandado. En este caso, el acto de conciliación


se celebrará en la forma siguiente:
Comenzará el demandante exponiendo su reclamación y manifestando los funda-
mentos en que la apoye. Contestará el demandado lo que crea conveniente, y podrá
también exhibir cualquier documento en que funde sus excepciones. Después de
la contestación, podrán los interesados replicar y contrarreplicar, si lo desean.
Si no hubiese avenencia entre ellos, el Secretario judicial o el Juez
de Paz procurarán avenirlos. Si no lo consiguen, se dará el acto por
terminado sin avenencia.

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Tramitación Procesal y Administrativa

Si las partes alcanzaran la avenencia, el Secretario judicial dictará decreto o el Juez


de Paz auto aprobándola y acordando, además, el archivo de las actuaciones.
La Ley ordena que se extienda sucintamente el acta de conciliación en un Libro que
llevará el Secretario del Juzgado. Este acta será firmada por todos los concurrentes y por los
que no sepan o no puedan firmar lo hará un testigo a su ruego.

El acta extendida que refleje lo convenido en el acto de conciliación será firmada


asimismo por todos los concurrentes.

En el libro se hará constar por diligencia, que suscribirán el Juez y los concurrentes,
haberse dado por intentado el acto de conciliación al que no hayan concurrido los
demandados.

Se dará certificación al interesado o interesados que lo pidieren del acta de conciliación


o de no haber tenido efecto dándose por intentado, en el caso de no comparecer los
demandados o alguno de ellos.

2.5.4. Efectos
— Hay que distinguir entre el acto de conciliación celebrado con avenencia y los
casos en que se ha celebrado sin avenencia o se ha intentado sin efecto.
a) Acto de conciliación celebrado con avenencia. En tal caso, la resolución
aprobando lo convenido por las partes tendrá aparejada ejecución, a los
efectos previstos en el art. 517.2.9º de la LEC.
Lo convenido por las partes en el acto de conciliación se llevará a efecto en
el mismo Juzgado en que se tramitó la conciliación, cuando se trate de
asuntos de la competencia del propio Juzgado.
En los demás casos, será competente para la ejecución el Juzgado a quien
hubiere correspondido conocer de la demanda.
Por otra parte, contra lo convenido en acto de conciliación podrá ejercitar-
se la acción de nulidad por las causas que invalidan los contratos (ausencia
de consentimiento de los contratantes, del objeto cierto que sea materia del
contrato, de causa de la obligación que se establezca y concurrencia de
vicios que fundamenten una acción de nulidad).
La demanda, ejercitando dicha acción, deberá interponerse ante el Juez
competente, dentro de los quince días siguientes a la celebración del acto,
y se sustanciará por los trámites del juicio declarativo que corresponda a su
cuantía.
b) Acto de conciliación celebrado sin avenencia o intentado sin
efecto. En ambos casos queda expedito para el demandante el
ejercicio de la correspondiente acción.

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La jurisdicción voluntaria

— La presentación con ulterior admisión de la petición de conciliación interrumpirá


la prescripción, tanto adquisitiva como extintiva, en los términos y con los efectos
establecidos en la Ley, desde el momento de la presentación (art. 479 LEC).

2.6. Costas
El art. 475 LEC establece la regla general: los gastos que origine el acto de concilia-
ción serán de cuenta de quien lo hubiere promovido.

La continuación de esta regla es que “el importe de las certificaciones debe abonarlas
el que las pidiere”.

La única excepción a la regla general es la establecida en el art. 469. El demandado


puede, en un único caso, ser condenado a las costas que origine el acto de conciliación
cuando no comparezca en el mismo ni manifieste justa causa para no concurrir. De la
interpretación de los arts. 469 y 475 de la LEC resulta:

— Que el solicitante paga las costas, tanto si comparece en el acto como si no.

La única excepción a lo anterior es que el pretendido no comparezca (pero sí


lo haga el solicitante), en cuyo caso aquél paga las costas porque debe ser con-
denado a ellas.

— Que el solicitante, en cualquier caso, no debe pagar las certificaciones que pidiere
el pretendido.

— Que en la condena en costas al pretendido no puede incluirse la certificación que


pidiese el solicitante.

2.7. El acto de conciliación en el orden penal


De conformidad con el art. 804 LECrim, no se admitirá querella por injuria o calumnia
inferidas a particulares si no se presenta certificación de haber celebrado el querellante
acto de conciliación con el querellado, o de haberlo intentado sin efecto.

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