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BIOGRAFÍA DE LA VIRGEN MARÍA

¿Cuál fue el origen de María?

La Virgen María nació en Nazaret. Sus padres fueron según la tradición, San Joaquín y Santa Ana.
Pertenecían la Tribu de Judá y eran descendientes del Rey David. María o Mariam (Myriam) era de una
familia sacerdotal, descendiente de Aarón; ya que Isabel, madre de Juan y esposa del sacerdote Zacarías,
era su prima (Lc 1,5; 1,36). María fue consagrada como virgen del templo a los tres años y allí permaneció
hasta los 12, que fue desposada con José que era un viudo mayor.

María y José eran de modestas condiciones económicas, pero ricos en santidad y virtud cumplidores de la
Ley como lo prueba el Evangelio según San Lucas (Lc.1,22-24). [1]

Sabemos por la revelación y el magisterio de la Iglesia, que en Ella, la gracia divina se adelantó a la
naturaleza viciada; que ningún hálito impuro la contaminó jamás; que sola Ella, entre todas las hijas de
Adán, por un milagro de preservación redentora, fue preservada del universal contagio del pecado
original; que Dios pareció haber agotado los tesoros inmensos de su omnipotencia, para embellecer y
santificar su alma; y que la fidelidad perfecta de la Virgen, correspondiendo con exacta cooperación a los
continuos llamamientos de la gracia, acumuló en sí méritos sobrenaturales sobre toda otra humana
medida e hizo de Ella la más bella, la más sublime y santa entre todas las puras criaturas salidas de las
manos del Creador.

¿Cómo era la vida en Nazaret?

Estando aún la Sagrada Familia en Belén, una noche un ángel del Señor ordenó a San José tomara a Jesús
y con la Santa Madre huyeran a Egipto porque Herodes buscaba al Niño para darle muerte. ¡Qué afán!
Mas qué obediencia y prontitud en emprender aquella huída. Años después por aviso Angélico volvieron a
Nazaret.

Siendo el Niño de doce años, fue llevado por sus padres al templo de Jerusalén en cumplimiento de
prescripciones santas de asistir a los sacrificios y oír explicar la Sagrada Escritura; pero por la imprevista
quedada del Niño Jesús en el templo, ---que ellos juzgaron que se les había perdido---, ¡Cuánto
sufrimiento hasta encontrarlo!. Estaba en medio de los doctores, oyéndolos y enseñándoles...Ella lo
reprende con amor de madre y guarda esto en su corazón.

En Nazaret continuó la Sagrada Familia la oscura y humilde vida: allí crecía el Niño en edad, santidad y
ciencia a vista de todos; allí aumentaba a diario la perfección de María y tuvo la pena de ver morir a San
José, a quién asistieron con Jesús en su último instante de vida humana; de allí salió a los 30 años de
edad, Jesús divino Maestro, a emprender la vida en público, de enseñanzas, predicación, beneficios y
continuo sacrificarse hasta la muerte.[2]

¿Cómo acompaño María a su Hijo en la vida pública?

El inicio de la misión de Jesús marcó también su separación de la Madre, la cual no siempre siguió al Hijo
durante su peregrinación por los caminos de Palestina. Jesús eligió deliberadamente la separación de su
Madre y de los afectos familiares, como lo demuestran las condiciones que pone a sus discípulos para
seguirlo y para dedicarse al anuncio del reino de Dios.

No obstante, María escuchó a veces la predicación de su Hijo. Se puede suponer que estaba presente en
la sinagoga de Nazaret cuando Jesús, después de leer la profecía de Isaías, comentó ese texto aplicándose
a sí mismo su contenido (cf. Lc 4, 18-30). ¡Cuánto debe de haber sufrido en esa ocasión, después de haber
compartido el asombro general ante las "palabras llenas de gracia que salían de su boca" (Lc 4, 22), al
constatar la dura hostilidad de sus conciudadanos, que arrojaron a Jesús de la sinagoga e incluso
intentaron matarlo! Las palabras del evangelista Lucas ponen de manifiesto el dramatismo de ese
momento: "Levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte
sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por medio de ellos, se
marchó" (Lc 4, 29-30).

María, después de ese acontecimiento, intuyendo que vendrían más pruebas, confirmó y ahondó su total
adhesión a la voluntad del Padre, ofreciéndole su sufrimiento de madre y su soledad.

2. De acuerdo con lo que refieren los evangelios, es posible que María escuchara a su Hijo también en
otras circunstancias. Ante todo en Cafarnaúm, adonde Jesús se dirigió después de las bodas de Caná, "con
su madre y sus hermanos y sus discípulos" (Jn 2, 12). Además, es probable que lo haya seguido también,
con ocasión de la Pascua, a Jerusalén, al templo, que Jesús define como casa de su Padre, cuyo celo lo
devoraba (cf. Jn 2, 16-17). Ella se encuentra asimismo entre la multitud cuando, sin lograr acercarse a
Jesús, escucha que él responde a quien le anuncia la presencia suya y de sus parientes: "Mi madre y mis
hermanos son aquellos que oyen la palabra de Dios y la cumplen" (Lc 8, 21).

Con esas palabras, Cristo, aun relativizando los vínculos familiares, hace un gran elogio de su Madre, al
afirmar un vínculo mucho más elevado con ella. En efecto, María, poniéndose a la escucha de su Hijo,
acoge todas sus palabras y las cumple fielmente.

Se puede pensar que María, aun sin seguir a Jesús en su camino misionero, se mantenía informada del
desarrollo de la actividad apostólica de su Hijo, recogiendo con amor y emoción las noticias sobre su
predicación de labios de quienes se habían encontrado con él.

La separación no significaba lejanía del corazón, de la misma manera que no impedía a la madre seguir
espiritualmente a su Hijo, conservando y meditando su enseñanza, como ya había hecho en la vida oculta
de Nazaret. En efecto, su fe le permitía captar el significado de las palabras de Jesús antes y mejor que sus
discípulos, los cuales a menudo no comprendían sus enseñanzas y especialmente las referencias a la
futura pasión (cf. Mt 16, 21-23; Mc 9, 32; Lc 9, 45).

3. María, siguiendo de lejos las actividades de su Hijo, participa en su drama de sentirse rechazado por
una parte del pueblo elegido. Ese rechazo, que se manifestó ya desde su visita a Nazaret, se hace cada vez
más patente en las palabras y en las actitudes de los jefes del pueblo.

De este modo, sin duda habrán llegado a conocimiento de la Virgen críticas, insultos y amenazas dirigidas
a Jesús. Incluso en Nazaret se habrá sentido herida muchas veces por la incredulidad de parientes y
conocidos, que intentaban instrumentalizar a Jesús (cf. Jn 7, 2-5) o interrumpir su misión (cf. Mc 3, 21).

A través de estos sufrimientos, soportados con gran dignidad y de forma oculta, María comparte el
itinerario de su Hijo "hacia Jerusalen" (Lc 9, 51) y, cada vez más unida a él en la fe, en la esperanza y en el
amor, coopera en la salvación.

En la Cruz (Jn.19,25) María acompaña a su Hijo, acepta la misión de ser Madre de los redimidos y lo
recoge entre sus brazos.

¿Cómo fueron los últimos años de la Virgen María?

1. Los últimos años vividos por María sobre la tierra, han permanecido envueltos en una neblina tan
espesa que casi no es posible entreverlos con la mirada, y mucho menos penetrarlos. La Escritura calla y la
tradición nos hace llegar solamente ecos lejanos e inciertos. Y María, consagrada enteramente al
provecho de la Iglesia, se entregó de continuo hacia Ella, al cuerpo místico de Cristo, con todos aquellos
cuidados y atenciones maternales que había tenido para con su divino Hijo. A Ella, por consiguiente, como
a la madre de una familia, recurrían de continuo los Apóstoles y discípulos, como en Pentecostés…Todos
los fieles especialmente en las horas de duda, de dolor y de persecución recurrían a Ella pues aconsejaba
a todos, sostenía a todos. Junto a Ella, aquellos primeros fieles olvidaban las penas del destierro y se
sentían animados para recorrer con ardor el camino que conducía a la patria celestial.
2. Todo nos induce a creer que la vida terrena de María, así como tuvo su comienzo en la ciudad santa, así
también tuvo en ella su término. Sin embargo, hay documentos y testimonios que el fin de sus días fue
junto al apóstol Juan en Efeso. No se comprende bien, en efecto, cómo pudo morir la Virgen. Para
nosotros es fácil, demasiado fácil morir. Pero para María no sucede lo mismo. Aunque en 1950 se
estableció el dogma de la Asunción, hay documentos que en la iglesia ortodoxa se trata extensamente y
en detalle el Transito Mariano.

3. Después de consolar, enseñar y amparar a los apóstoles y discípulos de Cristo, cuando fue tiempo de
salir de este mundo, abrasada en amor divino se durmió plácidamente: La dormición.

No fue una sacudida violenta que arrancó el alma de María; fue el impulso de la caridad lo que la separó
dulcemente del cuerpo enviándola al Paraíso envuelta en una onda de deseo ardiente de su Hijo Amado.

4. Después del tránsito la Santísima Virgen fue Asunta a los cielos por los ángeles, donde coronada de
gloria y de poder y con trono sobre todos los coros angélicos y todos los santos, permanece eternamente
como Madre de Dios que es, y Señora y Madre nuestra, ejerciendo su amabilísimo poder por los siglos de
los siglos.

Según refiere la tradición, Dios, interpretando los deseos que su Madre tenía que dejar la tierra, envió un
Ángel a avisarle que muy pronto la llamaría.
Antes de morir, la Virgen volvió a ver los lugares de la redención, y después retirándose a la montaña de
Sión, a la casa que había sido santificada por el descenso del Espíritu Santo, se preparó para entregar su
espíritu en manos del Criador.
Recostada en una pobre cama vio venir a todos los Apóstoles, que, aunque separados a causa de la
predicación del Evangelio, se habían juntado en sus últimos momentos como por encanto.
Siempre humilde, siempre modesta, siempre hermosa, revelada en el semblante alegría Celestial. Su
corazón, ardiendo en amor a Jesús, no deseaba otra cosa que disolverse y desatarse de las cadenas
mortales para estar con su Hijo.
5. Así que, a pesar de las lágrimas que bañaban el rostro de todos los circunstantes, ella disfrutaba de
perfecta calma y los consolaba con las promesas que les hacía de no olvidarse jamás de ellos en el cielo.
Después, extendiendo sus manos sobre tantos hijos que iban a quedar huérfanos y sin Madre, elevó sus
ojos a las alturas y vio a Jesús que bajaba para conducirla a las eternas mansiones.
Con esta visión, un color rosa se esparció por sus mejillas, y el amor maternal, rompiendo la cadena que la
detenía en el destierro, puso en libertad a su alma aprisionada. Una vez libre, voló con la fuerza del que
busca su centro hasta reposar en el seno de Dios.
María había partido en alma junto a su Hijo y al tercer fue día Asunta en cuerpo a los Cielos…

LOS DOGMAS SOBRE LA VIRGEN MARÍA

- La IGLESIA nos enseña 4 ¨DOGMAS¨, o sea, 4 cosas que debemos creer los católicos sobre la Virgen
María.

1. ¿CUÁLES SON LOS DOGMAS QUE LA IGLESIA ENSEÑA ACERCA DE LA VIRGEN?

La Iglesia enseña los siguientes dogmas acerca de la Virgen:

1. LA MATERNIDAD DIVINA
2. LA INMACULADA CONCEPCION
3. LA PERPETUA VIRGINIDAD
4. LA ASUNCION A LOS CIELOS

2. ¿DEBEMOS CREER ESTOS DOGMAS DE FE?


Si, debemos creerlos plenamente. Si alguno se atreviera a negarlos o dudar de ellos conscientemente,
cometería un pecado mortal.

3. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA MATERNIDAD DIVINA?

El dogma de la MATERNIDAD DIVINA consiste en que la Virgen María es verdadera Madre de Dios, por
haber engendrado por obra del Espíritu Santo y dado a la luz a Jesucristo, no en cuanto a su Naturaleza
Divina, sino en cuanto a la Naturaleza humana que había asumido. La Iglesia afirma este Dogma desde
siempre, y lo definió solemnemente en el Concilio de Efeso (siglo V). El Concilio Vaticano II menciona esta
verdad con las siguientes palabras:

"Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a
cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades" (Const. Dogmática
Lumen Gentium, Num 66).

4. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA INMACULADA CONCEPCION?

El Dogma de la INMACULADA CONCEPCION consiste en que la Virgen fue preservada inmune de la


mancha del pecado original desde el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de
Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del genero humano. Esta verdad fue
proclamada como Dogma de Fe por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus.

5. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA PERPETUA VIRGINIDAD?

El Dogma de la PERPETUA VIRGINIDAD consiste en que la Madre de Dios conservó plena y


perdurablemente su Virginidad. Es decir, fue Virgen antes del parto, en el parto y perpetuamente,
después del parto. La Iglesia afirma este Dogma desde el Credo compuesto por los Apóstoles. El Concilio
Vaticano II dice:

"Ella es aquella Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo, que se llamará Emmanuel" (Const. Dogmática
Lumen Gentium, n 55).

6. ¿EN QUÉ CONSISTE EL DOGMA DE LA ASUNCIÓN A LOS CIELOS?

El Dogma de la ASUNCION A LOS CIELOS consiste en que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen,
cumplido el curso de su vida terrena fue subida en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue
proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.

7. ¿ADEMÁS DE ESTOS PRIVILEGIOS, QUE TÍTULOS TIENE NUESTRA SEÑORA?

Nuestra Señora tiene los siguientes títulos: Madre de los hombres, Madre de la Iglesia, Abogada Nuestra,
Corredentora, Medianera de todas las gracias, Reina y Señora de todo lo creado, y todas las alabanzas que
contiene el Rosario.

8. ¿CUÁLES SON LAS RELACIONES QUE EXISTEN ENTRE LA VIRGEN Y LA SANTÍSIMA TRINIDAD?

La Virgen tiene una relación especialísima con la Santísima Trinidad porque:

es Hija de Dios Padre, ya que fue creada por Dios.

es Madre de Dios Hijo, pues es la Madre de Jesucristo.

es Esposa de Dios Espíritu Santo, pues el Espíritu Santo formó el cuerpo de Jesús en las entrañas purísimas
de la Virgen.
MARIA: LITURGIA-FIESTAS

Ya para el segundo siglo, el amor a María había crecido tanto en la comunidad que este se empezó a
manifestar en muy diversas formas, entre ellas el arte y la liturgia. Prueba de ello es uno de los frescos
más antiguos que se han encontrado referentes a María. En las catacumbas de santa Priscila en Roma se
puede apreciar una pintura hecha en la pared en donde se ve a María sosteniendo al niño y en el fondo lo
que se supone sería el profeta Isaías. Con esto la comunidad reconoce que Jesús es el Mesías esperado.
Con el fin de fortalecer nuestra espiritualidad mariana, veremos las fiestas marianas más importantes, su
desarrollo y fundamento, con el fin de vivirlas con toda su riqueza.

La Iglesia, reconociendo el papel fundamental que Dios le asignó en la historia de la Salvación a la


Santísima Virgen María, desde sus primeros años, ha desarrollado un gran amor y veneración por ella, el
cual se ha convertido con el paso de los años en culto, el cual es llamada de Hiper-Dulia (Dios recibe culto
de "Latría", es decir de adoración, La Virgen de Hiper-Dulia es decir de sobre-veneración, y los santos de
"Dulia" que es decir de veneración). Por ello a lo largo del calendario litúrgico se han ido agregando las
fiestas que nos recuerdan, ya sea su participación en el misterio de la salvación, o su constante presencia
en la vida de la Iglesia por medio de sus apariciones. Podemos decir que existen 4 grandes fiestas
dedicadas a honrar a nuestra Madre Santísima las cuales corresponderían a los 4 dogmas marianos:

La Solemnidad de la Maternidad Divina (1Enero);

La Solemnidad de la Anunciación (25 Marzo);

La Solemnidad de la Asunción (15 Agosto); y

la Conmemoración de la Inmaculada Concepción (8 Diciembre).

TESTIMONIAL

Ella fue la causa de mi conversión: un “lindo” sueño

Ella me guió a su Hijo: me habló al corazón

Ella fue nuestro sostén en la prueba: volver a rezar el Santo Rosario

Ella colmó de Gracias a mi esposa Marta: le regaló años para ver crecer a sus hijos

Ella vino a buscar a mi esposa Marta a solas…

Ella la acompaña en el Cielo…

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