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Adviertes que las firmas de tu clienta, los garantes y la del dueño del
inmueble están certificadas por escribana pública.
Agrega que no tiene casa propia y que con mucho esfuerzo han logrado
juntar, junto con su esposo, unos ahorros para comprar un terreno, y que
aspiran a construir una vivienda en dos años. Por este motivo, procedieron
a celebrar un nuevo contrato de locación sobre el mismo inmueble que ya
venían locando.
Te explica que hace unos años atrás tuvo una disputa con la administradora
del consorcio de su edificio, porque las expensas eran cada vez más caras a
pesar de que el mantenimiento de los espacios comunes era desastroso.
Sin embargo, después de seis meses sin pagar las expensas, supo que los
demás propietarios habían continuado con el pago regularmente a pesar de
lo que se había decido en conjunto. «Por las dudas», decidió continuar con
el pago de las expensas a partir de ese mes, pero la deuda de los seis meses
anteriores se mantuvo.
enero 2018, pesos tres mil ($3 000); febrero 2018, pesos tres mil doscientos
($3 200); marzo 2018, pesos tres mil trescientos ($3 300); abril 2018, pesos
tres mil quinientos ($3 500); mayo 2018, pesos tres mil ochocientos ($3 800);
y junio 2018, pesos cuatro mil ($4 000). Intereses por mora: pesos
veinticuatro mil novecientos sesenta ($24 960).
Los montos de cada expensa coinciden con lo que tu cliente te dijo, pero los
intereses no están claros, ya que, según el cálculo, le habría imputado el
120 % al total de la deuda.
El único dato que no logra obtener aún es la tasa de interés que se fijó en el
reglamento de copropiedad y administración; sin embargo, conoces la
jurisprudencia de la provincia, y en casos similares vienen fijando el 36 %
anual de interés punitorio por la mora en el pago de expensas.
Práctica Profesional Abogacía
Te explican que la fecha fue lo más importante para ellos, ya que su hijo
siempre quiso estudiar arquitectura, razón por la que se mudaría a la ciudad
de Cayo a comienzos del año 2021.
Les preguntas a tus clientes qué tipo de contrato celebraron y cuál fue la
forma de pago acordada. El matrimonio te contesta que abonaron todas y
cada una de las cuotas acordadas, que los pagos se efectuaban a través de
la impresión del talonario, que se obtenía desde la página web de la
empresa, y que se abonaban por medio de Rapipago, y que se hizo a través
del boleto de compraventa, que te muestran.
Lees rápidamente las cláusulas del contrato y adviertes que los plazos ─en
principio─ parecerían ser claros: para la unidad 1704, el plazo de entrega
sería de treinta y seis (36) meses a partir de la fecha del contrato (celebrado
el 20 de enero de 2017). Es decir, con una lectura rápida, podría entenderse
que la unidad debería haberse entregado en el mes de enero del año 2020,
y que ello no aconteció.
Sin embargo, luego de leer un poco más en detalle las cláusulas que siguen
en el contrato, adviertes que el plazo fijado allí es indeterminado, ya que el
mismo está sujeto a diferentes condiciones suspensivas, por ejemplo, a que
las «autoridades» otorguen todos los «certificados, autorizaciones,
habilitaciones o permisos necesarios». Los clientes re explican que
desconocen el estado de esas habilitaciones.
Observas que tampoco se prevé en el contrato el supuesto en que sea el
vendedor el que incurre en mora, ni las condiciones o consecuencias que
podría tener o acarrear, y eso parece ser lo que ocurre en este caso.
Desde hace diez años la empresa creció gracias a las innovaciones que
introdujo la nueva gerente, principalmente en el área tecnológica y de
comercial, y abarca mayores mercados por medio de las ventas online.
Se los intima a cumplir el contrato pactado dentro del plazo acordado en los
siguientes seis meses, y no como solicitaba la constructora, bajo sanción de
hacer efectivo el pago de la multa diaria por incumplimiento contractual de
la entrega.
Práctica Profesional Abogacía
Ante tal circunstancia, el Sr. Moreira solicita permiso para retirarse y recoger
a su hija. Se le otorga el permiso, y al salir, para ganar tiempo, decide tomar
la avenida central para lograr un trayecto más directo. A la altura de Ladero
Quinteros N.° 1800, antes del cruce con Belmonte, se encuentra con ramas
y pedazos de plástico en la calle, sobre el carril derecho, colocados
provisoriamente por vecinos para señalizar el hundimiento del pavimento
en forma abrupta. La calle lateral es contramano, por lo que no tiene otra
alternativa que rodear la avenida (la cual es de doble mano). Conduce en
contramano, por el espacio de la demarcación, unos dos metros. Cuando
intenta pasar, es sorprendido por una camioneta, propiedad de la
Sra. Marcelas Maidana, que venía circulando a 80 km/h en una zona que
admite una velocidad máxima de 60 km/h. Cuando cruza, sin hacer caso a la
señalización precaria sobre la calle, impacta con en el costado izquierdo del
auto del Sr. Moreira. Ante esta situación, la Sra. Maidana no se detiene y
huye (la escena es captada por las cámaras de seguridad de la Municipalidad
y de los comercios de la zona). La fuerza del impacto impulsó el auto del Sr.
Moreira contra dos vehículos estacionados, y provocó, en el primero,
propiedad de Sara Funes, una abolladura en el baúl y guardabarros
izquierdo, y en el otro, un taxi, propiedad de Marta Leguizamón, la
destrucción de faros delanteros del lado izquierdo, óptica, guardabarros y
hundimiento de la chapa.
La secretaria del doctor les realiza una ficha con los datos personales:
Pasadas las 14 h, ese día jugaba Boca contra Arsenal en el campeonato, por
lo que permanecimos en la cervecería más de la cuenta. Recuerdo que hubo
una pelea de trompadas entre un hincha de River y mi amigo. Se habían
bromeado por el descenso o algo así, pero, como estaban un poco pasados
de cerveza, terminó mal. Uno de los mozos los separó rápido. Al salir del
local, pasado el mediodía y en horas de la tarde, creo que fue a las 16, más
o menos, mi amigo me dice “Pará, pará, que tenés la puerta del auto
abierta”. Veo que habían violentado la cerradura de la puerta delantera
izquierda, mientras el auto se encontraba estacionado en el
estacionamiento del comercio Cervecería Best.
Ese mismo día fui a devolver el auto que era de alquiler, y tuve una nueva
discusión. Como dije, el auto era de alquiler de la empresa Rent car, así que
tuve que explicarle todo lo que pasó. Ahí me cobraron el valor de la
franquicia del seguro que era de pesos diez mil ($10 000) para arreglar la
cerradura de la puerta, y me dijeron que iban a retener un cupón
preautorizado de la tarjeta de crédito, que era de pesos veinte mil ($20 000).
Yo les expliqué que no tenía esa cantidad de plata y que, además, era
totalmente injusto que me cobraran eso, porque yo no había tenido
responsabilidad, y que tuve el recaudo de cuidar al auto y dejarlo en un lugar
privado, supuestamente, el estacionamiento de la cervecería.
Te comenta que era su intención juntar ese dinero y unos ahorros que tenía
para comprar un automóvil de propiedad de un conocido de su localidad,
que, además de ser un modelo más moderno, tenía pocos kilómetros
recorridos. El auto sería utilizado para uso familiar y, especialmente, para el
traslado de sus hijos, hasta una escuela ubicada en el paraje Cerca de Casa a
unos 15 km de su vivienda. Te cuenta que lo entregó en esa época
justamente porque se transitaban las vacaciones de invierno de los chicos
en la escuela, por lo que el automóvil no sería utilizado para ese fin.
Por entonces, las oficinas comerciales de Alfredo del Mal y Sonia del Bien se
ubicaban en calle Unión, esquina Padre Lozano, de barrio General Bustos, de
la ciudad de Córdoba. Luego mudaron sus oficinas (no recuerda bien en qué
fecha), a la calle av. del Trabajo N.° 3580, ciudad de Córdoba.
Desde el año 2001, aproximadamente, los demandados abrieron un corralón
de materiales en la localidad de Cayo, al frente del colegio secundario, en
Ruta A 174, km 26, donde depositaban cemento, cal, ladrillos cerámicos,
ladrillos comunes, hierro, etcétera. En este mismo lugar, por entonces, vivía
el padre de Sonia del Bien, don Juan Del Bien, quien les alquiló un galpón
grande con dos casas viejas, rodeado de tapias que delimitaban el predio,
con Remigio Reniega y con Remi Taxi. Había una canaleta de una acequia
que estaba en el lado norte del galpón y un baño viejo detrás de este.
El 10 de junio del año 2003, los demandados decidieron enviarlo a este lugar
de trabajo para que manejara un autoelevador, que es una grúa tipo «mulita
de carga» para cargar y descargar los camiones, y para que, además,
laborara como encargado general del establecimiento, ya que necesitaban
que les controlaran el material que se cargaba y descargaba a los distintos
camiones de la empresa y otros contratistas camioneros, como los de la
ferretería El Tornillo en la localidad de Cayo.
«Alfredo del Mal y Sonia del Bien me daban órdenes indistintamente, ya que
los dos trabajaban activamente en la empresa».
El día sábado 27 de noviembre de 2010 a las 15, Sonia del Bien fue a su casa
y le pidió las llaves del corralón y le dijo que tenía que guardar allí dos
camiones, el Mercedes 1517 y el Mercedes 1518. Sin embargo, ella no se las
devolvió. El siguiente lunes 29 de noviembre de 2010, fue a trabajar al
corralón como de costumbre, pero no le dejaron ingresar a trabajar, le
dijeron que se volviera a su casa, que pronto se comunicarían con él.
En marzo del 2020, a raíz de una pandemia que ingresó al país, Gustavo
advirtió que existía una gran probabilidad de que ese taller cerrara sus
puertas, dado que enfrentaba una gran crisis económica, debido al poco
trabajo que ingresaba.
El día 20 de marzo, el dueño del taller, Gerardo Sánchez, cerró las puertas
del taller, sin avisar nada a Gustavo. En el mes de junio aún no le abonó los
salarios de marzo, abril, mayo ni los días que transcurrieron de junio.
Desde el 19 de marzo que Gustavo no ha logrado comunicarse con él: no le
responde el teléfono y nunca más tuvo contacto.
Luego de ello su primer destino fue a la seccional 5.a, donde realizaba tareas
operativas, como traslado de presos, secuestros de vehículos, patrullaje,
guardias de 24 horas en calles y patrullaje de infantes.
Luego de tres meses de pelear contra una infección, Marianela perdió una
pierna.
Expone que, luego del golpe, queda inconsciente, ya que los dos hombres
(el patovica y su expareja) cayeron fuertemente sobre su cuerpo.
Inmediatamente, se llama a personal de Emergencias Médicas, quienes le
hacen las primeras curaciones para después derivarla hasta el Hospital de
Urgencias, donde se le diagnostica «politraumatismo con pérdida de
conocimiento» (información que surge de la historia clínica del Hospital de
Urgencias). Soledad es luego trasladada al Hospital Ciudad, donde
permanece internada en la unidad de terapia intensiva durante veinte días.
Después, debe asistir al nosocomio por controles semanales. Además, tiene
que comprar calmantes y muchos remedios.
El precio pactado fue de pesos cinco millones ($5 000 000), el plazo pactado
de ejecución de la obra fue de un año, con vencimiento el 5 de febrero de
2020, fecha en la cual el Sr. Ludueña se comprometió a entregar la vivienda
terminada. El Sr. Alonso dejó expresamente señalado en el contrato que el
cumplimiento de la fecha de entrega era inmodificable, atento a que su hija
Eugenia Alonso se casaría el 20 de febrero de 2020 y se mudaría a vivir al
nuevo inmueble. En el momento de la celebración del contrato, el Sr. Alonso
entregó al Sr. Ludueña como parte de pago la suma de pesos dos millones
quinientos mil ($2 500 000). Las partes pactaron que el saldo restante de $2
500 000 sería abonado al momento de la entrega definitiva del inmueble.
Ante esta situación, preguntó a dos vecinos del lugar si habían visto gente
trabajando en la obra. La Sra. Alicia Linares, DNI N.° 12.555.639, que vive en
el inmueble colindante con el de tu cliente, manifestó que solo
esporádicamente veía a un obrero trabajar, aproximadamente una o dos
veces por semana, y que desde hacía un mes ya no lo veía. El Sr. Gerardo
Lombardi, DNI N.° 25.698.744, que vive en frente del inmueble de tu cliente,
expresó que solo un obrero llamado Osvaldo trabajaba en la obra, que sabía
su nombre porque varias veces había conversado con él, y que solo los días
martes y jueves había movimiento en la obra, el resto de los días no. Agregó
que hacía unas cuatro semanas observó que este obrero y otra persona, a
quien llamaba «Sr. Ludueña», cargaron todas las herramientas en un camión
y nunca más volvieron.
Como consecuencia de esta situación, tuvo que trasladar todos los muebles
y demás objetos existentes en el dormitorio al living del inmueble, donde
acabaron durmiendo los niños.
A las 23:20 h del día 8 de agosto de 2019, transitaba por la av. Colón en su
auto Gol Trend, 1.6 nafta, modelo 2011, en dirección sur, junto a su esposa
María Suárez. Se detuvo en el semáforo de la esquina de av. Colón y San
Martín mientras aguardaba la luz verde. Fue entonces, que un automóvil Fiat
Palio, patente XXX255, violentamente embistió la parte trasera del vehículo
del Sr. Sosa. «El Fiat era conducido por el Sr. Sergio Pusso, quien circulaba a
excesiva velocidad por la av. Colón, inmediatamente detrás del Sr. Juan Sosa,
sin advertir que su auto estaba detenido.
Tras tomar conocimiento de esta situación, Martín intenta dialogar con José
Estévez, y espera que voluntariamente quiera realizarse las pruebas de
sangre pertinentes, y que, en caso de resultar positivas, lo reconozca como
hijo. Sin embargo, el Sr. Estévez, bastante ofuscado por los dichos del joven,
y de muy mal modo, le expresa que con su madre solo había tenido una
relación ocasional y que jamás lo reconocería como hijo, ya que él «solo
tiene dos hijos, frutos del amor y la familia que han sabido construir con su
esposa Marta hace ya 30 años». Lo increpa a Martín y le reprocha el planteo
de esta situación a sabiendas de que él es un adinerado hombre de negocios
y que «busca aprovecharse de la fortuna que con tanto sacrificio ha
construido». Lo amenaza con iniciar juicio por calumnias.
En el pueblo, todos rumorean que una de las hijas que José Estévez cree es
fruto del matrimonio en realidad lo es de una infidelidad de su esposa con
un reconocido actor de Buenos Aires.
Esta situación afecta al Sr. Estévez tanto, que sufre un infarto y fallece.
El Sr. Heredia desde hace cinco años es parte del staff permanente de la
empresa A Cobrar SRL. Es gerente del área de Cobranzas. Percibe un sueldo
mensual de pesos cien mil ($100 000) más bonificaciones por sus premios
cobrados, que oscilan entre el 3 y el 5 % del monto efectivamente abonado
por el deudor.
Heredia contrajo matrimonio con María Suerte hace tres años, quien posee
una hija de 6 años de edad, fruto de una relación anterior. Heredia ha
iniciado trámites de adopción de esta niña.
A su vez, la actual esposa del Sr. Heredia, ante los sucesos, pierde confianza
en su marido y modifica su carácter. Como resultado, la convivencia entre
ambos se torna muy dificultosa. Dado que el trámite de adopción está
iniciado, entiende que su hija es también heredera de Monti, a quien
llamaba su «abuelo».
Para evitar esta convivencia tortuosa y esta posibilidad, que el Sr. Heredia
entiende factible, de convertir a la hija de su cónyuge en heredera, decide
pedir un divorcio exprés.
Práctica Profesional Abogacía
Aunque no convive con Celina, el Sr. Ferrero cumple con la manutención del
hijo de ambos.
Los constantes viajes del Sr. Ferrero entre Argentina y Panamá ocasionaron
crisis de convivencia con su entonces esposa, que llevaron, finalmente, a una
separación en el año 2017.
Carmela Saguir, DNI N.° 6.155.418, soltera, con domicilio en calle Salas y
Valdez N.° 112, de esta ciudad, docente jubilada del nivel inicial desde el
2014, durante su carrera impartió clases de Lengua y Ciencias Sociales en el
Colegio Inmaculada Trinidad, de la localidad de Valle Fuerte. Durante 33
años se dedicó a la docencia y en los últimos años de su ejercicio también
participó en varios libros, a través de los cuales realizó grandes aportes
pedagógicos sobre educación especial.
Es por ello que realiza las gestiones, para conocer el monto total de estos
aumentos y el motivo del no traslado al beneficio previsional. Ante la falta
de respuesta, inicia el respectivo reclamo administrativo.
Vencido el plazo de ley sin respuesta alguna por parte de la demandada, que
justifique la demora en el pronunciamiento, el 11 de febrero de 2017 se
interpuso formal pedido de pronto despacho a las actuaciones sin trámite
en la oficina de legales del departamento previsional.
El doctor le ofreció dos alternativas, que son las que entiende resultan
aplicables a su caso: una de ellas, una cirugía, era de último recurso, porque
tiene grandes riesgos por la complejidad y las condiciones clínicas de la
paciente; la otra era un tratamiento experimental con la droga ACNOR, de
tipo experimental pero que ha demostrado grandes resultados en corto
plazo en pacientes con el mismo cuadro de Carmela, considerando que no
se encontraba otro sustituto en el mercado.
La Sra. Serrano te informa que el sostén económico del hogar era su esposo,
su hija, que es aún estudiante universitaria, y su nieta también dependían
económicamente de su esposo, pues Esperanza es madre soltera.
La Sra. Serrano le entrega una copia del acta de procedimiento, labrada por
la Policía local en el lugar del siniestro, en la que consta que las condiciones
climáticas eran óptimas y que la ruta se encontraba en buenas condiciones
de conservación y de tránsito.
Hasta la fecha no se ha cerrado ni dictado fallo judicial en la investigación
penal que determine y atribuya la responsabilidad del accidente, y el
proceso se encuentra en plena producción de prueba.
La Sra. Serrano te indica que en la causa penal se está realizando una pericia
accidentológica para determinar la mecánica del accidente, a cargo de un
experto designado de oficio a requisitoria del agente fiscal en sede penal
(expte. N.° PEX 71072/20).
Esperanza Pelayo Serrano, que escuchó todos los relatos de su madre con
visible angustia, expresa que su padre era titular de una cuenta de caja de
ahorro en el banco de la provincia y también de una tarjeta de crédito, y que
«ante semejante situación», nunca repararon en que, días después del
fallecimiento del Sr. Pelayo, operaba el vencimiento del resumen de dicha
tarjeta, la que (por razones obvias) no fue abonada. La Srta. Serrano
manifiesta que no tienen el dinero para poder afrontar ese pago, por lo que
te pide les indique qué hacer. Tú les informas que todos los productos
bancarios siempre tienen incorporados un seguro de vida, que habrá que
gestionar ante la entidad bancaria, con la partida de defunción del Sr.
Pelayo, y, además, que para realizar cualquier tipo de acción judicial deberán
promover el proceso sucesorio del Sr. Pelayo a fin de que Esperanza sea
declarada heredera. Les indicas qué documentación van a requerir para ello
y les informas los costos y costas tanto del proceso sucesorio como de la
acción por daños y perjuicios que podrían iniciar.
Práctica Profesional Abogacía
Te cuenta que tiene 37 años de edad y vive en zona rural de Villa María,
provincia Córdoba. Se desempeña laboralmente para la estancia y firma La
Rinconada, propiedad de su empleador, Sr. Diego Lousen, desde el mes de
diciembre de 1999. Realizaba allí, al comienzo, las tareas propias de su
categoría laboral, peón general, y a partir del año 2015, se desempeña como
encargado. Indica que sus tareas habituales son colocación y mantenimiento
de alambrados, boyeros, desmalezamiento, manejo de hacienda, control de
personal y toda tarea referida al desenvolvimiento productivo del
establecimiento rural a su cargo, incluidas actividades agrícolas, siembra y
manejo de cereales cosechados.
Detalla que su jornada laboral siempre fue la misma, incluso desde el inicio
de la relación laboral en el año 1999, la que se extendía de lunes a lunes de
7 a 12 o 12:30 y de 15 a 20 en días normales de trabajo; en algunas ocasiones
en que el trabajo pendiente apremiaba, la jornada se extendía de corrido
desde las 7 hasta las 15, y se proseguía incluso toda la tarde para concluir a
las 20. Agrega que, fin de semana de por medio, contaba con su franco, por
lo que, terminada la jornada, el día sábado se retiraba a su hogar familiar y
retornaba a sus tareas habituales el día martes a primera hora de la mañana.
Te indica que el lugar de trabajo donde siempre cumplió con las tareas a su
cargo fue justamente la estancia La Rinconada.
Fue recién al mediodía del día siguiente que el Sr. Lousen, personalmente,
le indicó al Sr. Vegan que preparara caballos y aperos, pues iban a reunir
todo el ganado para su contabilidad y clasificación: debía estar listo a las 15
h.
El Sr. Vegan, muy angustiado, te manifiesta que durante los muchos años
que duró la relación de trabajo siempre mostró ser una empleado confiable,
dedicado, laborioso, responsable, fiel y sumiso, dada su necesidad de
mantener la única fuente de trabajo con la que contaba para afrontar su vida
y la de su familia. Es por esto que la situación de despido y la invocación de
la causal falsa «provocada» por quien era su patrón no solo lo deja en total
situación de desamparo laboral, sino, incluso, lo somete a un «tormentoso
momento que afecta su equilibrio y tranquilidad emocional»; provoca
perjuicios que van más allá de las cuestiones materiales, pues, una vez
conocido en el medio el episodio de su detención, pronto todo el pueblo y
la zona rural aledaña comentarán sobre la situación, lo cual lo «sumergirá en
momentos desesperantes de tener que explicar lo inexplicable, de ver
tachada su integridad y honestidad como persona y no solo como
trabajador, por los maliciosos y temerarios actos de quien hasta este
momento había sido su empleador e, incluso, hasta casi parte de su familia».
Práctica Profesional Abogacía
Con el nacimiento de los hijos, José y Pedro, María debió abandonar los
estudios, puesto que carecía de familia en Córdoba que la auxiliara, y la
retribución que recibía como empleada no le permitía contar con otro apoyo
económico significativo. El marido fue el proveedor del hogar. Ella se ocupó
en forma exclusiva del cuidado de los hijos hasta que avanzaron en sus
estudios secundarios. Entonces, más liberada de la atención permanente de
los hijos, intentó que se la contratara otra vez en el Instituto Cuidate Mucho.
Una persona que se presentó ante el personal policial como Pedro Burla,
abogado, manifestó ser representante de la Sra. Nicolicci, quien en ese
momento se encontraba con pérdida del conocimiento, mientras era
asistida por personal médico que estaba en el lugar. Dicho profesional se
oponía a la realización del control de alcoholemia en su cliente, que había
sido dispuesto. Se aclara que en cercanía al vehículo de la Sra. Nicolicci se
encontraban vidrios de botellas de alcohol (vodka). No obstante la oposición
del Sr. Burla, cuando la Sra. Nicolicci fue trasladada al instituto médico,
personal de Bioquímica de Policía Judicial procedió a realizarle dosaje de
alcohol en sangre, en cumplimiento de las expresas directivas del fiscal de la
investigación, arrojando resultado positivo.
El local comercial donde culminó incrustado el vehículo del Sr. Rodríguez
sufrió daños materiales, como rotura de pared de la entrada del local. En ese
caso se debió disponer consigna policial hasta que el propietario, Pablo
Visconti, se hiciera presente.
Te explica que, a raíz del siniestro, su moto fue destruida en su totalidad –el
vehículo era nuevo y el Sr. Lozada aún conserva la factura de compra─.
Además, él sufrió daños físicos, tales como quebradura en pierna izquierda,
lo cual le impidió ir a trabajar por el plazo de tres meses; sin embargo, no
recibió remuneración alguna por el tiempo que no pudo trabajar a pesar de
contar con una ART y haber hecho la denuncia correspondiente.
El Sr. Lozada te explica que la policía fue comisionada al lugar del hecho y
que había tres testigos presenciales que le dieron sus datos para poder ser
citados a deponer.
Te proporciona todos los datos del conductor de la camioneta que lo chocó.
El día del siniestro, el embistente le dijo al Sr. Lozada que el seguro de su
hermano, Ignacio Pereyra (titular registral de la camioneta), iba a hacerse
cargo de todos los daños acaecidos. Sin perjuicio de ello, tu cliente te
manifiesta que pese a múltiples llamados que ha realizado a la aseguradora
El Seguro S. A., no ha obtenido ninguna respuesta a su reclamo y que «lo han
abandonado a su suerte».
El 14 de julio de 2020 recibe una consulta de Ernestina Páez, una clienta que
necesita su opinión y asesoramiento legal en cuanto a la siguiente
circunstancia:
Ernestina es una trabajadora de servicio doméstico, de 50 años de edad, que
ha prestado sus tareas laborales por más de siete años al Sr. Juan Pérez y su
familia, compuesta por su mujer Claudia y sus tres hijos, Norberto, José y
Santiago. La fecha laboral real de ingreso es el 1 de diciembre de 2011,
aunque recién se la registró pasados casi cinco años de inicio de la relación,
que, conforme recibo de haberes, fue el 7 de julio del año 2016.
El 3 de marzo de 2019, Ernestina estaba en su hogar, con su familia,
intentando destapar el tanque de agua ubicado sobre el techo de su casa.
Desafortunadamente, se resbaló y cayó de dos metros de altura, e impactó
contra el piso de la vereda colindante a su vivienda, lo cual le ocasionó
múltiples fracturas en cráneo, piernas, y hombros, y traumatismos varios en
todo el cuerpo. Debió, entonces, ser trasladada al Hospital de Urgencias de
la ciudad, donde, luego de habérseles efectuado los exámenes y estudios
médicos correspondientes, se le confirmó la gravedad de sus lesiones. Su
hija Amalia, de 20 años de edad, luego de lo acontecido, informó acerca del
accidente al jefe de su madre ese mismo día por WhatsApp.
A causa de los daños físicos graves, Ernestina ha debido someterse a
múltiples cirugías, en sus dos piernas, brazos y hombro derecho, que la
llevaron a estar internada y con tratamiento farmacológico durante más de
ocho meses.
Sorpresivamente, transcurrido tres meses desde el accidente, con fecha 4
de junio de 2019, el marido de Ernestina, Carlos, recibió en su hogar una
carta documento dirigida a su mujer y firmada por el Sr. Pérez, su empleador,
donde se le notificaba el despido por abandono de trabajo, por haberse
ausentado injustificadamente a prestar tareas desde el día 4 de marzo del
2019. Además, pone a disposición en su lugar de trabajo la liquidación final
y certificación de servicios y constancia de ingreso de aportes con destino a
la seguridad social. Asimismo, se le notifica que dentro de los cinco días
deberá presentarse en el consultorio del Dr. Cabral a los fines de efectuarse
el examen posocupacional.
Ernestina, que se encontraba internada en la entidad hospitalaria, cuando
se enteró de la carta documento que había sido recibida por su marido,
entró en crisis de llanto e histeria, y debió ser atendida de urgencia por el
Dr. Suárez, profesional médico psiquiatra, quien desde ese momento ha
hecho un seguimiento diario de la paciente. A las pocas semanas del
incidente, se le diagnosticó depresión severa que requiere de tratamiento
farmacológico. Los gastos son afrontados por la propia Ernestina.
Con un debilitado estado de salud, Ernestina debió continuar con su
recuperación, hasta que, finalmente, el 10 de noviembre de 2019 recibió el
alta médica hospitalaria, aunque debe continuar en la actualidad con
controles semanales y sesiones de fisioterapia diarias por sus dolencias
físicas.
Los profesionales médicos tratantes han confirmado que a Ernestina le han
quedado secuelas incapacitantes definitivas, que repercuten no solo en su
vida social y espiritual, sino también en lo laboral, ya que con sus 50 años de
edad se encuentra absolutamente imposibilitada de trabaja. Esto la obliga a
iniciar los trámites ante la ANSES para el otorgamiento del beneficio
jubilatorio por retiro por invalidez que contempla la Ley 24241.
Sumado a ello, Ernestina actualmente pasa por una situación económica
muy difícil. Desde el día del accidente no percibió nunca más sus haberes y
debió desprenderse de sus pocos ahorros para poder afrontar los gastos
médicos que sus lesiones implicaron.
El hecho del accidente y la conducta desplegada por el Sr. Pérez han causado
en Ernestina una aflicción espiritual que se traduce en angustias, malestares
y padecimientos, que han repercutido directamente en la alteración de su
subjetividad. Esto se refleja en un estado de inferioridad respecto del que se
encontraba antes del acontecimiento del despido y del menosprecio que ha
sentido devenido del accionar de su exempleador.
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