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INFORME DE LECTURA

“Pregando Cristo a partir do Antigo Testamento: Capítulos I y II”

De:
Sidney Greidanus

Por:
J. Alonso Leonardo Rivera Rifo.

Informe de Lectura presentado para cumplir los requisitos parciales de la asignatura de


Exégesis de Pentateuco, enseñada por el profesor Pr. José Prado Silva.

Seminario Teológico Presbiteriano


Sede Concepción

Concepción-Chile
Septiembre de 2020
BIBLIOGRAFÍA

GREIDANUS, S., (2006) “Pregando a Cristo a partir do Antigo Testamento”. Trad. Elizabeth
Stowel., BRAZIL: Editorial Cultura Cristiana.

• Sidney Greidanus: (Nacido en 1935) estudió en Calvin College y Calvin Theological


Seminary su licenciatura en teología y luego obtuvo su Th.D. en la Universidad Libre
de Amsterdam. Sirvió como pastor en la Iglesia Cristiana Reformada y enseñó en
Calvin College y The King's College antes de convertirse en profesor de predicación en
el Seminario Teológico de Calvin en 1990. Greidanus es conocido por su énfasis
teológico bíblico en especial para predicar a Cristo de los textos del Antiguo
Testamento. Dentro de sus obras escritas, destacan:

o Predicando a Cristo del Antiguo Testamento (1999).

o Predicando a Cristo del Génesis (2007).

o Predicando a Cristo del Eclesiastés (2010).

o Predicando a Cristo de Daniel (2012).

o Predicando a Cristo de los Salmos (2016).

o The Modern Preacher and the Ancient Text: Interpreting and Preaching Biblical
Literature (1989).

o Sola Scriptura: Problems and Principles in Preaching Historical Texts (2001).


SÍNTESIS
Los capítulos observados en la presente lectura, hablan de las bases, herramientas,
beneficios, dificultades y necesidad de predicar a Cristo a partir del Antiguo Testamento.
En primer lugar, se mencionan dificultades en la tarea de predicar correctamente a
Cristo a partir del A.T. En este sentido, se indica que la clave radica en una mala comprensión
de Cristo como el Logos Eterno y su faceta como el Dios hecho carne. Generalmente, se tiende
a dividir las naturalezas humana y divina de Cristo, tendiendo a asignar las características de
logos eterno al Antiguo Testamento y de encarnación al Nuevo Testamento. No obstante, la
predicación de Cristo encuentra un equilibrio frente a las dos realidad expresadas
anteriormente, la cual propone predicar a Cristo encarnado bajo el contexto de la historia de la
redención; lo cual implica predicar de la Cruz de Cristo (su amor y justicia), la Resurrección
de Cristo (Cristo exaltado) y el Reino (Cristo ha triunfado y desplega su Señorío). Sumando a
lo anterior, el autor alude que las diferencias culturales, teológicas, éticas y prácticas también
dificultan la comprensión del texto del Antiguo Testamento en la actualidad.
Predicar a Cristo implica, en un sentido amplio hablar del Reino de Dios y en un sentido
específico hablar de las facetas de Cristo (profeta, sacerdote y rey). Lo anterior, es un
imperativo, dado que predicar a Cristo representan una ordenanza dada por Jesús (id y haced
discípulos), para expresar las buenas nuevas de salvación en Cristo, en medio de una cultura
que necesita oír de Cristo. En contraposición a lo anterior, de manera esencial, las dificultados
que se presentan al momento de predicar a Cristo a partir del Antiguo Testamento son
fomentadas, como indica el autor, por los leccionarios; dado que las lecturas del A.T. respecto
de la vida de Cristo son complementarias y solo se toman textos aislados sin continuidad.
Además, se suma la crítica al Antiguo Testamento, la cual enfatiza mayormente en aspectos de
historicidad y rechaza la validez en la actualidad del veterotestamento. En esta línea se
menciona a Marción, Von Harnack, Bultman, quienes hacen serias diferenciaciones entre el
A.T. y N.T., quienes coinciden en que A.T. tiene una dimensión menor que el A.T.
Finalmente, el autor menciona la necesidad de predicar a Cristo a partir del Antiguo
Testamento. Al respecto, dentro de lo que menciona, indica que la base del N.T. se encuentra
en el A.T. es decir, Jesús y los apóstoles referenciaron al A.T. en múltiples formas. Como
ejemplos, como cumplimiento de profecías, como continuidad de lo que estaban viviendo. El
A.T. representa el inicio de la historia de la redención que se continúa en el N.T. Cuando se
predica a Cristo a partir del A.T. se tiene una perspectiva correcta y amplia del verdadero
significado del A.T.
CRÍTICA
El autor muestra como una de las dificultades para la predicación del A.T. implica una
visión dualista de la realidad. Esta idea es verdadera toda vez que la misma visión dualista de
espiritual/material, incide en la interpretación de las Escrituras. Tal como razonó Marción, la
mayoría de aquellos que ven Las Escrituras con una visión dualista, lo hacen bajo la perspectiva
de que en el Antiguo Testamento se muestra a un Dios creador y severo, en cambio en Nuevo
Testamento muestra un Dios de Gracia y amor. Esta visión, que también es profundizada por
la Teología Dispensacionalista, se equivoca toda vez que no considera la verdad de Dios como
única, inerrante e infalible. Las Escrituras son la Palabra de Dios en su Antiguo y Nuevo
Testamento, y tanto Antiguo y Nuevo Testamento forman parte de un relato de una única
historia de redención, muestran la progresión de un único pacto de Dios para con los suyos.
Ver el Antiguo Testamento como simples historias es quitar poder a la Palabra de Dios y a las
cosas que Él mismo hizo desde tiempos antiguos. El Antiguo Testamento no muestran tan solo
a un Dios creador y dador de la Ley, sino que muestran a un Dios que decidió hacer un pacto
para con los suyos desde el principios y que ese mismo pacto encuentra su máxima expresión
en el nuevo pacto en Cristo.
El autor hace referencia que uno de los factores que complica la interpretación
Cristocentrica a partir del Antiguo Testamento, obedece a factores históricos y culturales que
separan al lector de la cultura Antigua. El asunto de descubrir cual era el mensaje del autor en
el tiempo en el cual escribió el texto, es un gran desafío, considerando características propias
de la historia, tales como que no se puede replicar la historia y las herramientas para desentrañar
los misterios son insuficientes dado que la forma de hacer historia antiguamente no es igual
que en la actualidad. Es así que, cuando el exégeta se acerca al texto bíblico, debe lidiar y no
pasar por alto ésta situación. Es entonces un llamado a la lectura completa de las Escrituras,
para no tener lagunas que hagan caer en errores de desconocimiento del panorama general de
las Escrituras. En este sentido, es muy pedagógico el hecho de considerar la teología del pacto,
puesto que muestra el desarrollo de la historia un pacto de Gracia establecido por Dios para la
redención del pueblo.

En paralelo con la complicación histórica, está la complicación teológica. La


interpretación teológico, es teocéntrica y por lógica consecuencia cristo céntrica tal como
indica el autor. El asunto con lo anterior, radica en aquellos que enfatizan demasiado en Jesús,
llegando a extremos de malinterpretar versículos de la Biblia. Lo teocéntrico implica enseñar,
aplicar y aprender todo lo que el Señor expone. Es considerar que cada enseñanza conduce a
Dios, que es Sola Scriptura y Totta Scriptura. Lo anterior descarta el hecho de enfocarse en un
solo tema teológico presentado en la Biblia. Es posible, como el autor indica, distinguir temas
genéricos, pero el asunto es que existen muchas otras enseñanzas mas que se desprenden del
gran tema de las Escrituras. Es posible predicar de cómo debe conducirse el cristiano en la vida
de acuerdo a las Escrituras, sin la necesidad de mencionar de manera explicita la trama
teológica que conduce a lo cristo céntrico o lo teocéntrico porque el solo hecho de predica de
la forma en la cual Dios ordena conducirse en la vida habla de teocentrismo. Todas las
enseñanzas están empapadas de Dios, de Cristo, porque ha sido Dios quien ha utilizado
distintos contextos y enseñanzas para comunicar su mensaje. Es posible predicar todas las
doctrinas de las Escrituras sin dejar de ser Cristocéntrico.

Finalmente, se destaca lo que el autor señala respecto de que predicar a Cristo implica
en su contexto amplio predicar del Reino de Dios. Es así como se une el A.T. y el N.T.,
desarrollando la historia del reino. La historia contada en las Escrituras, entonces, no escapa de
la progresividad y unidad que Dios siempre ha dispuesto. Esto afirma la idea de que Dios no
es un dios que reacciona en base a lo que ve. Que se sorprende de las cosas que ocurren y que
no puede hacer frente al hombre toda vez que este hace lo contrario a lo que Dios le ordena.
Dios desde la eternidad ya ha determinado todo cuando acontece. La historia del desarrollo del
reino de Dios puede ser un mitte aceptable dentro de la esfera reformada, puesto que se condice
con una de las ideas centrales del mundo reformado, esto es, Dios es Soberano. El es el
Soberano y el que determina todo en su reino. El avance de la historia no está ajena a la realidad
del reino desarrollándose, antes bien, la historia y el tiempo va pasando y transcurriendo de
manera progresiva y paulatina inclinada a la voluntad que Dios quiere para la historia de la
humanidad. Lo anterior trae otra gran responsabilidad del exégeta, el descubrir elementos
centrales, ideas centrales que desentramen el mensaje de toda la Biblia, lo cual en parte se
resuelve con el surgimiento de los distintos mittes, los cuales pretenden responder en la
dificultad de comprender que ha querido revelar Dios desde toda la historia. Finalmente, toda
la historia de progresividad del Reino encuentra sentido en la persona de Cristo, puesto que es
Él quien viene a inaugurarlo, junto con los últimos tiempos. Es de esta forma, entonces que es
posible predicar el Reino de Dios y las buenas nuevas que éste representa en la tierra, dado que
por medio de Cristo y su obra en la cruz el hombre es hecho parte del Reino de Dios.

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