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GENERALIDADES DE LOS ÓRGANOS LINFOIDES

Están directamente relacionados con el sistema inmune, al igual que las células de la línea linfoide
y mieloide que se producen en la hematopoyesis.

Son aquellos en los cuales las células del sistema inmune se producen, maduran o interactúan entre
sí.

En la médula ósea se formarán los linfocitos, monocitos y mastocitos (neutrófilo, basófilos…), por
ende, será un órgano linfoide primario. Sin embargo, tenemos un órgano transitorio que degenera
con el tiempo, alrededor de los 18 años se vuelve casi imperceptible, éste órgano es el timo. En el
timo se da la maduración de los linfocitos T (aunque hay acúmulos de linfocitos B, pero es porque
éstos llegan y se establecen a la espera de ser activados por el linfocito T) también se cree en la
posibilidad de que el timo sea capaz de generar este tipo de células, sin embargo, la única función
que se conoce con certeza hasta ahora es la de madurar a los linfocitos T.

Los adenoides son un crecimiento de tejido linfoideo en la zona posterior de la región nasal
(nasofaringe). Su proliferación es característica de los niños ya que en los adultos prácticamente ya
han desaparecido,

En los pilares amigdalinos por detrás de la úvula en la orofaringe, aparecen las amígdalas palatinas
que son un tejido inmunológico bastante importante.

Otro punto importante está en el intestino, en la submucosa se encuentran las placas de peyer que
son importantes acúmulos linfoideos (principalmente linfocitos t) que se tiñen de azul con
Hematoxilina y eosina, son redondeados y bien delimitados y se ubican principalmente en las
regiones del yeyuno e íleon, aunque también se encuentran en el intestino grueso en la región del
apéndice cecal.

Tenemos varios ganglios linfáticos a lo largo del cuerpo, y en algunos lugares confluyen y se
encuentran en mayor proporción, por ejemplo, alrededor de los grandes vasos a nivel abdominal, a
nivel paravertebral o torácico, axilar, submaxilar, retro auricular, a nivel inguinal los ganglios filtran
la linfa que asciende desde las extremidades inferiores, estos pueden llegar a inflamarse, volverse
palpables e incluso dolorosos: esto es lo que comúnmente se conoce como “cecas”. Estos ganglios,
junto con el Bazo, sirven para la activación de los linfocitos T y B.

Células específicas del sistema inmune


Abarca a todos los componentes celulares que intervienen en el proceso de defensa del organismo,
abarca desde la inmunidad innata (mecanismos para defenderse de una agresión determinados
genéticamente).

Estarán incluidas la línea linfoide y la línea mieloide (producidas en la médula ósea). La línea linfoide
dará lugar a los linfocitos T (algunos saldrán inmaduros y se dirigirán al timo o a otros órganos
linfoides para terminar de madurar) y a los linfocitos B, que, si saldrán maduros de la médula ósea,
incluso dentro de la MO se convertirán en los productores de las inmunoglobulinas (anticuerpos)
mediante la cuales se genera la memoria inmunológica para optimizar la respuesta inmune.

En la parte linfoide, hay otro tipo celular importante conocido como las células nulas o las natural
killer (NK) cuya función básica es ser citotóxicas (destruyen células que han sido invadidas o
colonizadas por gérmenes). Éstas están muy emparentadas con los linfocitos T, principalmente con
los CD8. Las NK son como un grado intermedio entre los linfocitos T CD4 (ayudadores) y los linfocitos
T CD8 (citotóxicos).

En la línea mieloide están los granulocitos y monocitos (mastocitos y macrófagos), muy


emparentadas estructuralmente con ellos están las células dendríticas que pertenecen a la primera
línea de defensa, reconocen a los factores extraños en el cuerpo, los fagocitan y los llevan a los
órganos linfoides para que los linfocitos reconozcan el antígeno y formen los anticuerpos. Las células
dendríticas se ubican principalmente en los tejidos subepiteliales, uno de ellos es la dermis.

Hay otras células que ayudan en el sistema inmunológico sin que ésta sea su función principal, se
trata de los eritrocitos que por la cantidad de antígenos que se expresan en su superficie, tiene la
capacidad de capturar complejos inmunes (complejos Antígeno – Anticuerpo), y llevarlos hasta los
órganos retículoendoteliales donde serán destruidos.

Las células epiteliales también son importantes porque producen moléculas que estimulan a las
células del sistema inmune, incluso se encuentran patrones moleculares asociados al daño, que
activan los receptores Toll donde interactúan algunas citoquinas que activarán a las células del
sistema inmune, lo cual genera procesos inflamatorios derivados del epitelio o incluso del endotelio
vascular. Cuando hay una agresión, las células epiteliales son capaces de atraer a las células del
sistema inmune mediante un mecanismo de opsonización, marcación o quimiotaxis, es decir son
colaboradores de las células específicas de la respuesta inmune. El endotelio vascular también hace
este tipo de trabajo y ayuda, en cierta medida, al control de la circulación de los leucocitos, liberando
proteínas de adhesión para que los leucocitos se peguen al endotelio y una vez ahí puede aparecer
el proceso de diapédesis (atravesar los espacios intercelulares del endotelio para que la célula migre
del interior del vaso sanguíneo al intersticio, y del intersticio al sitio donde se presentó la lesión. El
endotelio a demás puede ser productor de citoquinas que activen a los leucocitos para que
respondan ante la agresión específica.
En el proceso de la respuesta inmune también pueden participar las plaquetas; no se concibe la
coagulación si no participan las plaquetas, ya que en su superficie se activan los factores proteicos
que intervienen en la formación de un coágulo. Esto no solo sirve para evitar la pérdida sanguínea,
sino que cuando hay inflamación por la agresión en un sitio específico, se liberan factores como el
factor tisular que se encarga de generar todo el engranaje para que en caso de que el proceso
infeccioso destruya un vaso sanguíneo, pueda aparecer una plaqueta que responda con la liberación
de las sustancias necesarias para generar el efecto de reparación de los vasos.

Las células responsables de la INMUNIDAD INNATA son:

- Macrófagos: son unas células bastante grandes con prolongaciones citoplasmáticas para
envolver al invasor, llevarlo al interior del citoplasma y liberar hidrolasas específicas que
terminan dañando y destruyendo el germen. Hay macrófagos tisulares que reconocen
células envejecidas en el cuerpo, como lo son los macrófagos que se encuentran a nivel del
bazo o las células de Cowper que son macrófagos gigantes en el espacio de disse entre las
sinusoides hepáticas. A demás los macrófagos pueden actuar como células presentadoras
de antígenos (APC), igual que las células dendríticas.
- NK: están emparentadas con los linfocitos T CD8 citotóxicos. Su función es llegar a destruir
las células que han sido invadidas por gérmenes, casi siempre lo hacen generando
alteraciones a nivel de la membrana ocasionando daños en la osmosis, generando edema y
finalizando con la destrucción de la célula infectada.
- Neutrófilos: realizan fagocitosis y destrucción de microorganismos, con la salvedad de que
una vez el neutrófilo fagocita, muere. El 95% de los neutrófilos que salen a la circulación ya
son células maduras (tienen su núcleo segmentado), cuando aparecen los callados o las
bandas es porque la médula está trabajando rápidamente para reponer a los neutrófilos
muertos y en este proceso se liberan células inmaduras que terminarán yendo a atacar al
agente extraño.
- Las células dendríticas también deben ser incluidas aquí.
Por otra parte, está la INMUNIDAD ADQUIRIDA donde se encuentran la inmunidad celular y
humoral. Cuando el linfocito T se activa, estimula al linfocito B para que a nivel de la médula ósea
empiece a generar inmunoglobulinas.

Son reconocidos 5 anticuerpos


importantes: IgA, IgE, IgD, IgG, IgM.

Los anticuerpos permiten crear memoria


inmunológica, reconocimiento de
antígeno para que si vuelve a aparecer el
germen sea más fácil defenderse.

Los linfocitos T se van a ver activados en


la medida en que se presentan las APC.
Hay dos tipos de linfocitos T CD4 (T
Helpers): LT CD4 TH1, LT CD4 TH2.
También hay linfocitos T CD8 que son
citotóxicos.

FORMACIÓN DE LAS CÉLULAS DEL SISTEMA INMUNE

El proceso de formación
de células del sistema
inmune sucede en la
médula ósea.

LÍNEA LINFOIDE:

En esta imagen podemos


observar que los LTCD4H1
y LTCD4H2 se relacionan
entre sí mediante algunas
interleucinas, es decir que
controlarán sus funciones
mutuamente. A demás de
esta capacidad para
regularse, tendrán la
función de liberar
sustancias necesarias
para llevar a cabo
adecuadamente la
respuesta inmune.

Por otro lado, están las


células nulas o NK
citotóxicas.

También se encuentran las células dendríticas que actúan como APC.


LÍNEA MIELOIDE:

Inicialmente tenemos al monocito que al llegar al lugar de la infección se convertirá en una célula
gigante llamada macrófago, que se encargará de destruir al agente dañino mediante fagocitosis.

También se encuentran los granulocitos entre los cuales incluimos a los neutrófilos, basófilos y
eosinófilos.

¿Cómo funciona la respuesta inmune?

La célula dendrítica
atrapa el antígeno y
se dirige a los
ganglios linfáticos
para presentarlo al
linfocito T CD4-H1
quien activará una
serie de sustancias
(IL-2 IFN-gamma IL-
3…) entre ellas la
más importante: la
unidad formadora
de colonias
granulocíticas-
monocíticas. Estos
LTCD4H1 tienen la
capacidad de
inducir la activación
del LT-CD8
(citotóxico) para
eliminar las células
afectadas por el germen, a su vez inducen al LB para que produzca IgG que será capaz de marcar los
microorganismos (opsonización), para que sean reconocidos por los fagocitos y puedan destruirlos.
Los LTCD4H1 también son capaces de activar a los macrófagos para que generen la lisis y destrucción
de los microorganismos ya opsonizados.

Por otra parte, el LTCD4H1 tiene la capacidad de inhibir la respuesta del LTCD4H2 y viceversa. Lo
cual hace con el fin de regular la respuesta inmune para que no sea exagerada y agresiva.

Si la célula dendrítica presenta el antígeno ante el LTCD4H2, éste se dispondrá a liberar varias
interleucinas que se encargarán de activar a los eosinófilos para que respondan ante una invasión
parasitaria mediante degranulación, también activan al basófilo (célula cebada o mastocito) para
que se altere la permeabilidad vascular (liberando sustancias vasodilatadoras como la histamina) y
de esa manera se pueda responder ante complejos Ag-Ac (reacciones alérgicas) o protegernos
contra algunas bacterias y virus principalmente en la vía respiratoria. Finalmente, también tiene la
capacidad de activar al LB para que sea capaz de producir anticuerpos y de esta manera; se eliminen
directamente los microorganismos y se genere opsonización.
Órganos linfoides:
Es donde mayoritariamente residen las células inmunocompetentes que ayudan a su comunicación
entre sí a través de la vía sanguínea y también una vía importante que se denomina como sistema
linfático, lo cual permite que las células se puedan transportar desde los órganos linfoideos
primarios hasta los órganos linfoideos secundarios donde se van a almacenarse hasta el momento
en que deban ser activados.

La función de los órganos linfoideos es mantener a las células, inmunológicamente competentes e


interrelacionarse entre sí.

Correlación clínica de los órganos linfoides

✓ Las adenoides son como una masa que puede llegar a crecer demasiado y obstruir la vía aérea
desde la nariz hasta la faringe. Se soluciona momentáneamente con una adenoidectomía, sin
embargo, pueden volver a proliferarse.
✓ Las amígdalas palatinas, son quienes reciben de primera mano los gérmenes que ingresan por
la garganta y se encargan de generar una respuesta inmune, sin embargo, también pueden
llegar a ser invadidas por microorganismos como los streptococos-beta-hemolíticos del grupo
a, que causan la faringoamigdalitis aguda, lo cual genera inflamación en las amígdalas ya que
se convierten en un foco séptico con acúmulos de pus. Si las amigdalitis son muy recurrentes
se deben retirar las amígdalas.
✓ Timoma: es posible que el timo no degenere, sin embargo, esto no es beneficioso ya que está
asociado a enfermedades del sistema nervioso como la esclerosis múltiple, alteraciones de los
ganglios basales. Una patología muy asociada a esto es la miastenia gravis, una enfermedad
autoinmune donde se crean anticuerpos contra los receptores de acetilcolina en el músculo
esquelético, y produce miastenia (debilidad muscular progresiva ante la falta de estimulación
por acetilcolina). Si se presenta alguna de las patologías asociadas, se debe investigar si hay
persistencia del timo para ser extirpado, sin embargo, cuando estas no se llegan a presentar,
puede pasar desapercibido; para evitar esto es necesario tener en cuenta manifestaciones
como la sensación de masa a nivel retroesternal, ya que el timo persistente corre un gran
riesgo de malignizarse.

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