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Es un acto procesal que se genera por la violación de un bien jurídico tutelado por la Ley
Penal. Proviene del latín actio-onios, que significa toda actividad o movimiento que se
encamina a determinado fin”.
Es una de las formas que tiene el Estado para restablecer la paz social que fue alterada por
la comisión de un delito. La promoción de una acción penal puede ser ejercida tanto por el
poder estatal como por particulares.
Jorge Zavala considera que la Acción Penal es el Poder Jurídico concedido por el Estado a las
personas y/o al Ministerio Público, con el fin de solicitar al órgano jurisdiccional que inicie el
proceso penal cuando se ha violado una norma jurídica penal protegida.
Cesar Augusto Osorio y Nieto la define como la atribución constitucional exclusiva del
Ministerio Público, por la cual pide al órgano jurisdiccional competente aplique la ley penal a
un caso concreto.
Leone Giovanni define a la acción penal “como el requerimiento del Ministerio Público de
una decisión del juez sobre una noticia criminis, que tiene como contenido un hecho
determinado correspondiente a una hipótesis penal” y agrega, que a fin de intentar un
nuevo camino que represente la confluencia de las dos distintas concepciones de la acción
como derecho subjetivo y potestativo, cree preciso fijar ciertas premisas, como son:
1. La acción penal es obligatoria.
2. La acción penal determina la obligación del juez de emitir la requerida decisión sobre la
deducida noticia criminis.
3. La acción penal no determina obligación alguna a cargo del imputado, una situación de
sujeción, por cuanto él nada puede hacer para alejar de sí el hecho jurídico producido por la
acción.
El tratadista en materia penal Viccizo Manzini, dice que la acción penal puede considerarse
bajo dos aspectos: uno subjetivo y otro objetivo; que subjetivamente es el poder deber
jurídico que compete al Ministerio Público de activar las condiciones para obtener del juez la
decisión sobre la realizabilidad de la pretensión punitiva del Estado, derivada de un hecho
que la ley prevé como delito.
Oficialidad. - Por tener carácter público, su ejercicio se halla monopolizado por el Estado a
través del Ministerio Público, titular de la acción penal y que actúa de oficio, a instancia de
la parte agraviada, por acción popular o por noticia policial (con excepción de los delitos
perseguibles por acción privada). El Ministerio Público tiene la facultad de perseguir de
oficio (oficiosidad) el delito sin necesidad de denuncia previa o por noticia de la comisión de
un hecho delictivo. La oficialidad y oficiosidad son características que tienen un mismo
origen: el monopolio del Estado en la persecución del delito.
Irrevocabilidad. - Una vez promovida la acción penal sólo puede concluir con una sentencia
firme condenatoria o absolutoria o con un auto que declara el sobreseimiento o no haber
lugar a juicio oral o declara fundada una excepción. No hay posibilidad de desistimiento o
transacción, como ocurre en el caso de los procesos iniciados por acción privada o en los
casos en los que se aplican los Criterios de Oportunidad. Esta característica es la que
distingue la acción pública de la privada.
Indisponibilidad. - la ley sólo autoriza al que tiene el derecho de ejercer la acción penal, por
tanto, es un derecho indelegable, intransferible. En el caso de la acción penal pública, esta
facultad está en manos del Ministerio Público y en caso de la acción penal privada,
corresponde al agraviado o a su sustituto legal. En ambos casos estamos frente a acciones
que están dirigidas contra personas ciertas, determinadas y naturales, pues las personas
jurídicas no cometen delitos como tales y la acción penal no puede estar dirigida tampoco a
personas inexistentes o indeterminadas.
Voluntaria. - En el acto de promover la acción penal privada prima la voluntad del titular.