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Cómo hacer el plan de empresa de

una app
¿Quieres saber cuáles son las claves del plan de negocio de una aplicación
móvil?

POR JAVIER ESCUDERO CUEVAS 31/07/2019

TODO POR HACER


A simple vista, podría parecer que este mercado está muy atomizado –en el que
cualquiera con unos mínimos conocimientos de desarrollo puede crear una app– y que
las posibilidades de negocio son escasas, ya que hay mucha competencia. Pero
“estamos en un momento inicial de lo que va a ser un gran mercado. En un futuro no
muy lejano todo el mundo tendrá un smartphone con acceso a las apps. Será un
fenómeno mayor que el de las web. Ahora habrá cerca de un millón de app, pero llegará
a haber 100 millones”, afirma el emprendedor Óscar Hormigos.

Cuando alguien, con esos mínimos conocimientos de desarrollo, decide enfrentarse a la


tarea de crear una aplicación y se encuentra con este entorno –un millón de apps
diferentes, distintos modelos de negocio, varios sistemas operativos, etc.–, qué hace
para lanzarla, cómo la vende, dónde, a quién, a qué valor…

Volviendo a la casilla de salida, cualquier negocio –sea online u offline– requiere de


un estudio y un análisis previos de viabilidad, porque todos se rigen por un
mercado en el que hay competidores, barreras de entrada, clientes, necesidades
financieras… Pensar lo contrario sería condenar el proyecto al fracaso antes, incluso, de
ponerlo en marcha.

Para desarrollar una aplicación y lanzarla al mercado, evidentemente, también es


necesario –obligatorio– hacer un plan de negocio y más cuando hablamos de un
mercado global con crecimientos exponenciales.

¿POR DÓNDE EMPEZAR?


¿El mercado? Como decíamos antes, es un sector abierto, que está en su primera etapa
de desarrollo, que ofrece muchas oportunidades de negocio… Pero, ¿por dónde
empezar? El primer paso es –como explica Hormigos– “hacer la reflexión sobre qué
necesidad cubre la app que queremos desarrollar. En Wake App, las entendemos como
herramientas y nos centramos en detectar qué nuevas necesidades cubriría la app que
está en mente. Una vez que tenemos claro que existe una necesidad real sobre esa idea,
buscamos qué apps del mercado cubren esa necesidad y cómo lo hacen, para saber si
realmente podemos aportar valor. Muchas veces nos encontramos con que no existen,
es decir, buscamos ideas que no estén todavía en el mercado. Y cuando aparecen,
porque es un mercado muy vivo y rápido, intentamos generar valor con
funcionalidades e interacciones nuevas”.

A partir de ahí, surge la segunda clave: pensar en la app como origen de la idea. “No
adaptamos una idea de otro medio y la convertimos en app. Estamos pensando que
determinada aplicación estará en Android (Android Market de Google) o en iOS (Apple
Store) y que, en función del dispositivo, desarrollaremos unas funcionalidades
(movilidad, que sea táctil, que ofrezca oportunidades de contexto de usos distintos,
etc.), es decir, que ya pensamos en esas oportunidades desde el principio, con lo que la
app es siempre el origen de nuestro pensamiento; no que hayamos visto una web o un
libro y después pensemos que se puede convertir en una app”, sostiene Hormigos.

Además de esos aspectos, hay que decidir si quieres desarrollar apps propias o
para terceros. El emprendedor Jorge Antonio Rodelgo otra de las principales
desarrolladoras de aplicaciones, subraya que “depende de la estrategia económica-
financiera que hayas elegido. Cuando empezamos, para sobrevivir y poder seguir
creciendo, necesitamos dar servicios de desarrollo de aplicaciones a terceros. La
mayoría de nuestros desarrollos son a medida. Hemos hecho más de 200 apps (con
algo más de dos millones de descargas) para grandes clientes. Y ahora que ya estamos
asentados en el mercado, nuestro modelo está orientado a hacer propias”.

BARRERAS DE ENTRADA
Respecto a las que había hace tres o cuatro años cuando empezaron los primeros
desarrollos, las barreras de entrada han cambiado: “Básicamente, antes era la novedad
del canal. El mayor problema fue ir a contar la oportunidad de llevar Internet en el
bolsillo cuando la gente estaba acostumbrada al Internet que ofrecían entonces los
portales de las operadoras, con una navegación muy limitada o con unos dispositivos
que permitían el acceso a contenidos, pero de forma muy remota”, apunta Raimundo
Alonso-Cuevillas, experto en el desarrollo de apps.

Otra de las barreras era el desconocimiento acerca de las propias apps. “La gente
relacionaba el contenido móvil con la descarga de wallpapers y nadie podía asimilar
que se pudiera tener con las apps tanta potencia en el bolsillo”.

Ahora, a pesar de haber transcurrido tan poco tiempo, es más fácil. “De hecho –
continúa Alonso-Cuevillas–, es un mercado más estable. La gente confía en él. Noto
mucho la diferencia de 2008, cuando contábamos esto a los potenciales clientes, que ni
te escuchaban, y ahora trabajamos casi más bajo demanda. Es más fácil porque existe
mucha más información, es un canal consolidado, que ha demostrado ser rentable y
porque, además, hay muchos ejemplos en los que fijarse”.

Paradójicamente, las barreras actuales tienen que ver más con esa apertura en el
mercado que potencia que cualquiera con unos mínimos conocimientos técnicos pueda
desarrollar una app, es decir, que la competencia es mayor. Pasa algo similar con lo que
sucede en el mercado de desarrollo de web. ¿Cómo superar esa barrera? El
experto Antonio Enrique Rodríguez señala que para diferenciarse, “nos servimos de la
experiencia. Cada vez los clientes prefieren más empresas de desarrolladores que
freelances, no porque estos últimos carezcan de conocimientos, sino porque los clientes
quieren las apps pero también los servicios añadidos (mantenimiento, respaldo…). El
cliente te suele pedir un desarrollo concreto para una plataforma (principalmente, para
iPhone y Android) y, luego, que hagamos lo mismo para plataformas menos conocidas.
Tenemos capacidad de respuesta y de recursos”.

EL PÚBLICO OBJETIVO
También hay que valorar cuál es nuestro público objetivo, “porque no son lo
mismo los usuarios de iPhone que los de Android. Por ejemplo, Android son móviles de
varios fabricantes, económicamente más accesibles y con un poder adquisitivo más
bajo que los que tienen iPhone. No hay que caer en el error de hacer una aplicación y
ponerla en todas las plataformas, porque no siempre funcionará igual”, apunta
Rodelgo.

Otro elemento que destaca este experto es lo que se conoce como la etapa de
conceptualización de la app, “fase en que tienes que analizar qué funcionalidades
incluirás, cómo se va a interactuar, qué usabilidad tendrá y un diseño gráfico acorde
con todo esto”.

Para este experto también es importante el mantenimiento para que no quede


obsoleta: “De nada sirve colgarla, no actualizarla y no escuchar las críticas que hacen
los usuarios de tu app. De ser así, será cuestión de semanas para que se quede en el
olvido”.

¿CÓMO VENDER UNA APLICACIÓN?


Elige cómo la lanzas al mercado: ¿de pago o gratuita? ¿Para una o varias plataformas?
Identifica cuál es tu target, dónde está y cómo llegar a él. Y después, haz una campaña
en redes, medios especializados e, incluso, en otras aplicaciones. Jorge Rodelgo destaca
seis formas de ganar dinero con una app:

1.- Modelo de pago. Subes la app a una tienda y le pones un precio. “No es muy
recomendable, porque eres uno más en el universo de apps mundiales y no todas ganan
dinero”.

2.- Freemium. Los usuarios se la descargan gratuitamente, “y hay funcionalidades


extras que son de pago”.

3.- In app. Es gratuita y se enriquece con contenidos de pago.

4.- In house. Son desarrollos a medida para entornos empresariales. Por ejemplo, un
CRM. “No van a tener muchos usuarios, pero será usada por los clientes de esa
compañía”.

5.- De suscripción. Es gratuita y se paga una suscripción temporal por servicios.


“Son ingresos recurrentes. Por ejemplo, Orbyt”.

6.- Por publicidad. Se gana por la publicidad integrada en las propias apps.

Rodelgo recomienda combinar varios modelos. “Lo ideal es que sean gratuitas y
después pensar qué servicios de pago desarrollar a su alrededor. O bien tener una app
gratuita para conseguir imagen de marca. No la monetizas, pero es un intagible
importante”.

¿TIENDA O TIENDAS?
Además, debes valorar en qué plataforma o plataformas la subirás. Los
principales desarrollos se hacen para iOS (Apple Store de Apple) y Android (Android
Market de Google), pero hay para Ovi Store (de Nokia), Mobile Store (de Windows),
BlackBerry Store (de RIM) y Palm Pre Store (de Palm). “Apple Store tiene una política
muy restrictiva, porque dice quién puede publicar y quién no en función del contenido
y de la app. No obstante, el modelo de Apple Store, aunque se lleve una comisión del
30%, es válido porque el pago lo tienen centralizado y el acceso para los usuarios es
muy fácil”, asegura Hormigos.

Cuando publicas en iOS o en Android, decides en qué países las das de alta. “Si tu
mercado va a ser global y tu app estará disponible en todo el mundo, la comunicación
debe ser global”, añade Hormigos.

Alonso-Cuevillas –que ha lanzado cientos de apps con millones de descargas–, explica


que hay dos vías de promoción. “La meritocracia: las más descargadas ocupan los
primeros puestos de los ranking. Y otra es que Apple decida promocionarte en base al
interés, lo bien hecha que esté, etc.”. Las tiendas renuevan los contenidos cada dos o
tres días para dar la sensación de que hay contenidos nuevos. “Esas tiendas premian
aplicaciones con muchas descargas en muy poco tiempo y también penalizan aquellas
que descienden mucho en ese tiempo. Intentan generar que siempre haya nuevas para
que entren los clientes continuamente. Esto es bueno para el usuario, pero malo para
los desarrolladores, porque puedes subir mucho en poco tiempo o bajar muy rápido”.

COSTES DE DESARROLLO
Dependiendo del tipo de app, las inversiones pueden llevar entre uno y dos meses de
desarrollo, con un coste de entre 10.000 y 20.000 euros, y desarrollos de un mínimo de
seis meses, con un coste de entre 100.000 y 200.000 euros. “Y eso tiene que ver con la
profundidad de la app, la complejidad, la integración que tenga con servicios externos,
etc.”, sostiene Alonso-Cuevillas.

No menos importantes, son los costes de marketing. ”Una vez desarrollada, ¿qué haces
para que se la descarguen entre miles de aplicaciones más? Utiliza servicios de
posicionamiento y promoción de app, habla en los principales blog del sector o mete
publicidad de tu app en otras apps, y todo eso cuesta dinero. Desarrolla apps cuyas
funcionalidades compartan cosas en las redes sociales, porque le da viralidad”,
reconoce Rodelgo.

Alonso-Cuevillas afirma que han nacido agencias especializadas en posicionar app,


“porque si gracias a ese posicionamiento consigues captar tan sólo el 1% de los 100
millones de descargas al mes de apps de pago (estamos hablando de un millón de
descargas al mes a un dólar), habrás generado un millón de dólares”.

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