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C a rlo s E n riq u e A b ra h a m
E D I T O R I A L Q U A D R A T A
CDD Abraham , Carlos
A 864 Borges y la ciencia ficción.-1°. ed. -
Buenos Aires: Q uadrata, 2005.
160 p.; 19x14 cm.-
I.S.B.N.: 987-1139-64-0
1. Ensayo Argentino. 1. Título
G r u p o E d it o r M o n t r e s s o r
Santa Fe 2530 - Buenos Aires, Argentina
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Corrección: María Balewicz
I.S.B.N.: 987-1139-64-0
C o n t e n id o
I. Introducción ........................................................................... 9
II. Presupuestos conceptuales y teóricos ....................................... 12
a)- El concepto de canon ..................................................... 12
b)-Géneros "altos" y "bajos" ................................................. 14
c)'La literatura fantástica ........................................... 17
d)- La ciencia ficción ....................................................... 19
III. Estado de la investigación en el tema ..................................... 27
IV. Desarrollo de la hipótesis I ..................................................... 32
a) -Borges y las literaturas marginales ................................... 32
b)-Etapas en la asimilación de la ciencia ficción .................. 35
c)-Vías de acceso a los textos de ciencia ficción ................ 45
d)- La reescritura de textos de ciencia ficción en los relatos
de Borges ........................................................................ 49
e)- La ciencia ficción en los relatos en colaboración con Adolfo Bioy
Casares ............................................................................ 79
O- Presencia de la ciencia ficción en textos ensayísticos,
entrevistas o antologías .................................................. 81
V. Desarrollo de la hipótesis II .................................................... 92
a)- Reescritura de textos pertenecientes a la literatura con
vencional y policial ....................................................... 92
b)- Borramiento de fuentes textuales. Ciencia ficción ....... 97
c)- Antecedentes contemplados por Borges para su encubri
miento de la ciencia ficción .......................................... 101
d)- Reparos de Borges a la ciencia ficción ........................... 103
e)- Consideraciones de carácter general sobre la literatura
intervinientes en el proceso de borramiento de marcas
genéricas de la ciencia ficción ....................................... 113
f)- Esquema de las principales modificaciones realizadas por
Borges ............................................................................ 117
g)-Borramiento de marcas genéricas. Ejemplos textuales ... 122
h)- La impersonalidad del numen ................... 130
VI. Apéndice: la ciencia ficción en Adolfo Bioy Casares ............ 135
VII. Conclusión ............................................................................ 154
Bibliografía ................................................................................... 156
a)- Bibliografía teórica ....................................................... 156
b)-Bibliografía crítica ........................................................ 157
c)- Textos literarios .......................................... 158
I n t r o d u c c ió n
1. Un estudio inicial sobre esta temática, bajo el título “Borges y la ciencia ficción", fue presentado a modo
de monografía para la cátedra Teoría de la Crítica (U.N.L.R). en 1997. obteniendo la nota de 10. Con algunas
modificaciones, apareció en la revista académica Series murv^raficds. número 2. La Plata. U.N.LR, 2005.
CARLOS ABRAHAM
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
7. Esta aceptabilidad de la literatura fantástica es, en gran parte, el resultado de un continuo proceso de
“creación de mercado” llevado a cabo por diversos escritores del grupo Sur, entre los que destacan Bioy
Casares, Bianco, Wilcock, Silvina Ocampo v el propio Borges. Este proceso no se limita a la escritura de tex
tos de literatura fantástica, sino que incluye traducciones de cultores extranjeros del género, compilación de
antologías, redacción de textos críticos, señalamiento de precursores prestigiosos (Lugones), etc.
8. Por el contrario, otro género marginal -la literatura policial- es adoptado explícitamente, debido a que
la existencia de respetados cultores del mismo (Chesterton, Poe, Stevenson, etc.) lo había vuelto canónico.
9. En este sentido, pueden hallarse vínculos metodológicos con Juegos Je seducción y traición. Literatura
y cultura de masas (2000), de Ana María Amar Sánche:, que, utilirando ejemplos latinoamericanos, explora
la asimilación de diversos géneros de la literatura de masas por parte de la “alta literatura". Sin embargo, exis
ten dos diferencias de base: 1)- Amar Sánchez omite la ciencia ficción entre Ii>s diversos géneros cuya asimi
lación estudia (entre los que se cuentan el relato policial, las estéticas kistch, cainf>y />o/\v el melodrama). 2)-
Se ocupa de textos de la "alta literatura" que exhiben y explicitan su vínculo con la literatura de masas, mien
tras que en el caso de Borges se trata de una influencia cuidadosamente velada.
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II
P r e s u p u e s t o s C o n c e p t u a l e s y T e ó r ic o s
a) - El concepto de “canon"
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19. Amar Sánchc:, Ana María; Juegos de seduccum y traidón. Literatura y cultura de masas, pág. 13.
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nivel literal de estas obras, y además a dejar poco explícita la función ale
górica (es decir, su significado no literal). Barrenechea propone reemplazar
esas oposiciones no necesariamente excluyentes por un sistema de oposi
ciones basado en rasgos nítidos: literatura representativa / 110 representativa, y
literatura de significado sólo literal / de significado tambiái trópico.
32. Sin ir más lejos, el propio Bordes afirma que “Actualmente, la literatura fantástica oscila entre dos
caminos. Uno, el onírico, el de Henry James, el de Arthur Machen y el de KaíVa; otro, el científico, el de
Wells \el de Ray Bradbury, que prefiere atribuir sus maravillas a invenciones mecánicas". En “Los caminos
de la imaginación", en Minotauro 8. Buenos Aires. Ediciones Minotauro, 1984.
33. Incluso en la ciencia ficción pesimista, que alerta sobre el progreso desmedido, la crítica a los frutos
de la razón se hace desde un punto de vista racional (generalmente sociológico), sin que se les contrapongan
elementos de orden mágico o sobrenatural.
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35. Existe una corriente de la cual conviene distinguir tajantemente a la ciencia ficción: la “literatura
de ovnis", frecuentemente cargada de elementos neoesotéricos. Esta corriente, formada por enciclopedias de
enigmas v ttfsumomus de contactos con extraterrestres (cuyos autores más reconocibles son Charles Berlitz y
Von Dániken), suele ser mezclada en las librerías con los volúmenes de ciencia ficción, pese a no tener nada
en común con ellos. Sin extendernos demasiado sobre el tema, indicaremos simplemente que mientras la
“literatura de ovnis" reclama para sí el carácter de crónica de “hechos reales", la ciencia ficción pertenece a
la literatura, por su carácter de narración artística de hechos ficticios.
36. Por ejemplo. Wells escribió en 1903 el relato “The land ironclads", que predice la utilización militar
de máquinas blindadas provistas con orugas v cañones. El tanque (o “carro de combate", que es la designa
ción correcta) fue inventado en 1916. Como Wells escribió su relato en 1903, es ciencia ficción; si lo hubie
ra escrito en 1920, no seria ciencia ficción.
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CARLOS ABRAHAM
37. No es ocioso extendernos sobre este punto, pues el comprender los orígenes de la ciencia ficción y
su historia temprana es muy importante en el caso de Borges, quien tuvo contacto especialmente con los pri
meros autores del género.
38. Ejemplos paradigmáticos son Rohinson C tusoc (1719) de Daniel DeFoe, y King Sotomorís mines
(1885) de Henry Rider Haggard.
39. Un ejemplo de esta situación es la novela Heu-Heu (1924) de H.R. Haggard, donde ocura- la situa
ción canónica de la narrativa de aventuras: el encuentro y conquista de un imperio desconocido (en este caso,
uno situado en el interior del Africa). El texto se presenta como transcripción fiel de la rememoración que Alian
Quatermain, personaje de varias novelas de Haggard, hace de una de sus aventuras. Para volver verosímil la
narración, el autor se ve obligado a ubicar la trama en un sitio que. en los capítulos finales, será destruido por
un volcán, borrando toda huella del imperio a los exploradores. Además, debe agregar notas a pie de página
donde afirma que perdió el mapa que le confió Quatermain, y que por lo tanto no puede agregarlo al libro.
40. Un interesante ejemplo en el ámbito hispánico es la obra de José de Elola, polígrafo español autor
de novelas realistas, ensayos políticos y manuales de minería y topografía. Con el pseudónimo Coronal Igiuxus
redactó en I«js años veinte numerosas novelas de “viajes extraordinarios", entre las que podemos citar la tri
logía Viajes planetarios en el siglo X X II, compuesta por De los Andes al délo (1919), Del océano a Venus (1919)
v El mundo venuslano ( 1920). y las posteriores Aventuras extraterrestres (1921) y El amor en el siglo den ( 1922).
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41- Otras formas, aunque marginales, son la descripción di- sociedades secretas (por ej., “Notas prelimi
nares sobre los Jang" de Lisa Goldstein y “La secta de los treinta” de Borges) y la descripción de culturas pasa
das imaginarias, que se habrían extinguido antes de los viajes de exploración del siglo XVIII (por ej., "El infor
me de Brodie" de Borges). _.
42. Existen utopías no encaminadas a presentar una sociedad perfecta, sino una imperfecta: son las dis- I
copias o antiutopías, realizadas generalmente como diatribas contra la ciencia y la técnica. Sin embargo, aún
las utopías anticientificistas, como Ereivlion (1872) de Samuel Butler y 1984 (1948) de George Orwell, incor
poran máquinas avanzadas y autómatas, aunque, por supuesto, caracterizados negativamente. J
43. Este texto tuvo un extraordinario éxito de público en el siglo XIX y fue traducido a más de veinte
lenguas. Según Eric Rabkin (La acnctd ficción. Historia, dei\cia, persf>ectiva, pág. 20), sólo en Estados Unidos,
durante los doce años comprendidos entre su aparición y el cambio de siglo, se publicaron aproximadamen
te otras cuarenta y seis novelas utópicas, escritas a imitación suya.
44- Para un panorama histórico de la novela gótica, cf.: Kilgour, Maggie; T/ie me of t/ie got/uc nm e!.
London, Routledge, 1995. Summers, Montague; Tlic gothic ifiicst: a lústury of tlu: g<x/i/c novel. Neiv York,
Russell &. Russell, 19Ó4-
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CARLOS ABRAHAM
45. En: Holmberg. Eduardo Ladislao; Viaje maravilloso del scñtrr Ntc-Noc. Buenos Aires, Imprenta de "E
Nacional". 1875. Existe reedición fragmentaría en: Goligorsky, Eduardo (comp.); Los argcnúrins en lu (una.
Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1968. Debemos recordar que esta clasificación determina las cuatro
corrientes con ejemplos sumamente característicos de cada una de ellas. Pueden encontrarse textos que de
hecho son combinaciones de dos o más de estas corrientes. Por ejemplo, los Gullivcr’ s travds de Swift mez
clan la utopía cientificista con los viajes extraordinarios.
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46. Para una historia de la etapa inicial de las revistas norteamericanas del género, recomendamos:
Ashley, Mike: “1listona de las revistas de ciencia ficción", en: Ashley, Mike (comp.); La era de C um /M l 193ó-
1945. Buenos Aires. Hyspamerica, 1987. También, para un panorama más internacional: Lundwall, Samuel:
“Aventuras en la jungla de pulpa", en: El Péndulo 13. Buenos Aires, Ediciones de la Urraca, l9So.
47. Para Lundivall, Gemsback es el responsable histórico de convertir el género un un ghetto, convir
tiendo los revolucionarios logros literarios de los escritores europeos en una subliteratura orientada al con
sumo masivo y a un público juvenil. Para Damon Knight, fue simplemente un catalizador que contribuyó a la
consolidación de un mercado.
4S. Por ejemplo: Suinnerton. Frank; The gongiaix literar-y sane. London, Dent & Sons, 1938. El libro
dedica más espacio a H.G. Wells que a James Joyce.
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CARLOS ABRAHAM
49. La humanidad se extingue al agotarse el agua. El último hombre se prepara a morir, peni ya ha sur
gido la vida que lo reemplazará: son los "fcrromagnetales", seres metálicos cuvas manifestaciones vitales son
magnéticas; durante la primera parte de la novela hacen el papel de villanos, pero pronto son tomadas, con
fatalismo, como sucesoras del hombre.
50. Hace varias décadas que se otorga anualmente un premio con su nombre a los escritores de ciencia
ficción en idioma alemán.
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III
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CARLOS A BRA HA M
51. Gandolfo, Elvio; “Decálogo para el manejo del cosmos borgiano", en: El Páululo 11. Buenos Aires,
Ediciones de la Urraca, 1986.
52. C larín, suplemento cultural, 13 de julio de 1985.
53. C larín, suplemento cultural, 22 de agosto de 1999.
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54. De Santis señala la imposibilidad de que el libro leído por Leonor Acevedo sea Crónicas muradnos,
pero no identifica el texto verdaderamente leído.
55. La expresión de la irrealidad en la obra de Burges, pág. 171. Buenos Aires, Paidós, 1967
56. Sánchez. Jorge (comp.); Los universos vislumbrados. Antología de ciencia ficción argentina. Buenos
Aires, Andrómeda, 199ó.
57- La referencia es errada, por otra parte: “Funes el memorioso" proviene, según lo ha demostrado
Roxana Kreimer, de una parábola de Consideriiciones intempestivas de Nietrsche.
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CARLOS ABRAHAM
58. Rodrigue: Monegal, Emir; Boiges. Una biografía literaria. México. Fondo de Cultura Económica.
1987, pp. 302-307.
59. Celia, Susana (conip.); Historia crítica de la literatura argentina, como X, pp. 313-340. Buenos Aires,
Emecé, 1999.
60. O p. Cir., pág. 328.
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IV
D e s a r r o l l o d e l a H ip ó t e s is I
óó. Bloom. Op. Cit.. pág. 474. Cf. al respecto: Caballero-Wangüemert, María: Boiges y la crítica: el ruici-
miaxto de un clásico. Madrid, Complutense. 1999.
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67. Borges, Jorge Luis; Obras completas 1975-1985, pág. 455. Buenos Aires, Emecé, 198°.
<58. Bames, Julián; "La vida, una maldita cosa detrás de la otra", en: Clíiifn, suplemento cultural, 13 de
junio de 1996.
69. Christ. Ronald J.; The nxrroui act: Bfirges’ an ofiüustun, p. 43. New York, Neiv York Univenitv Press, 19o9.
70. Op. Cit., pág. 144-145, 164-165.
71. Sorrentino, Fernando; Siete entrevistas con Jorge Luis Bergcs, pág. 11. Buenos Aires, Casa Pardo, 1973.
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CARLOS ABRAHAM
79. En la construcción de ese poema tendrá quizá más importancia (debido a que el tema del hombre arti
ficial es secundario en la novela de Meynrik) el recuerdo de un film expresionista alemán, también llamado Der
Golan (1918). dirigido por Paul Wegener (1874-1948), en el que se reconstruye con imágenes esa narración caba
lística. No es necesario recordar que el cine expresionista de esos años estaba plagado de esoterismo y teosofismo.
80. Borges, Jorge Luis; La biblitxeai de Babel. Pivlogos, pág. 89. Buenos Aires, Emecé, 2000.
81. Durante una pesadilla, el personaje principal oye la siguiente frase: “No has despertado a la vigilia,
sino a un sueño anterior. Ese sueño está dentro de otro, y así hasta lo infinito". Borges, Jorge Luis; Obras com-
fletas 1923-1972, pág. 598. Buenos Aires, Emecé, 1987-
52. En una entrev ista de 1984 leemos: "Otra cosa que le interesaba mucho a Capdevila era el Oriente,
v le interesaba la teosofía, en especial. En esto se parecía mucho a Güiraldes y a Lugones también. A los tres
les interesaba la teosofía y ninguno de ellos fue cristiano católico ortodoxo, pero todos investigaban sobre el
tema de la inmortalidad del alma, la comunicación telepática, la transmigración". En: Alifano, Roberto;
Gjni'tTSiicioMe5 uon Borges, pág. 219. Buenos Aires, Atlántida, 1984-
53. Borges, en su prólogo al catálogo de una exposición de Xul Solar (1949), lo alaba diciendo: “Sus pin
turas son documento del mundo ultraterreno, del mundo meta físico en que los di«»es toman la forma de la ima
ginación que los sueña. (...) Los laberintos, los homúnculos y los ángeles inolvidablemente definen este arte deli
cado v monumental. (...) Xul Solar renueva la mística pintura de los que no ven con los ojos físicos en el ámbi
to sagrado de Blake v de Svvedenborg, de yoguis v de bardos. En: Bamatán, Marcos Ricardo; Op. Cit., pág. 253.
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34. Alifano. Roberto; Boiges. Biografía verbal. Barcelona, Piara v Janes, 1938.
85. Barnatán, Op. Cit., pág. 356.
86. Este era un interés compartido con Bio\ Casares, quien “...el año de su instalación en Pardo lee The
outliru: of [Mosofúy y 77ie analysis of mind. de Bcrtrand Russell, y libros sobre la relatividad y la cuarta dimensión,
que formarán parte del acopio que viene haciendo, por voluntad o secreta detennmación, para su obra futura".
En: Villordo, Oscar Hennes; Genio y figura de Adolfo Bioy Casares, pág. 46. Buenos Aires, Eudeba. 1983. María
Angélica Bosco (Bornes y los otros, pp. 87-88) afirma, también, que entre los temas preferidos de las conversa
ciones de Borges en los años treinta estaban “los argumentos de Wells, la relatividad y la cuarta dimensión".
S7. Sorrentino. Femando; Siete corxivrsaciimes conjoi^c Luis Bmges. pág. 102. Buenos Aires. Casa Pardo. 1973
La revista a la cual Borges hace referencia es O lra. Reiista Mensual ¡lustrada. Fue una publicación de la Gnnpañía
Chadopvf de Subterráneos de Bueno» Aires, que alcanzó los cuarenta números. Borges colaboró desde el primero,
en noviembre de 1935 (con una reseña sobre L i fmswn de l'enfimt, de Gloria Alcorta). y a partir del número 4
(marro de 193o) liguró como secretario de redacción hasta el número 7 (junio de 1936). En el número 8 (agosto
de 1936) compartió la secretaría de redacción con Armando Luis Selva, quien desde el número 9 se hizo cargo de
la misma. Borges publicó en la revista once textos, tres de ellos finnados con el muv reconocible pseudónimo de
Daniel Haslam. Entre los principales, podemos mencionan 1- El artículo "El nuevo subterráneo" (Nv 3, A ño 1,
febrero de 1936, finnadocon su propio nombre). 2- La reseña “Laberintos" (Nü3, Año 1, febrero de 1936, firmada
con su propio nombre), sobre el qui'á apócrifo A general lúsuny of labyrítvhs. de Tilomas Ingram. 3- El artículo
“Ncwa sobre la 4d-dimensión" (N,J 5. Año 1. abril de 1936, firmado como Daniel Haslam). Este texto había sido
previamente publicado con la finna de Borges en Crítica, Rauta Muldcobr de tas Sábados, N- 51. 28 de julio de
1934. con el título “La cuarta dimensión". 4- El articulo “Un infinito problema" (Mw6. Año 1. mayo de 1936, fir
mado como Daniel Haslam). También había sido previamente publicado con la finna de Borges en Crt'riai, Revísta
Multicolor ile los Sábados. Nü 40, 12 de mavo de 1934, con el título “Dos antiguos problemas". 5- La traducción del
relato "Los ganadores de mañana" de Hollouav Hom (N“ 7. Año 1. junio de 1936. sin firma). Ese cuento había
Sido publicado previamente con la tinna de Borges en Crítica, Rexúta Multicolor de los SálxuL*. NP 34, 14 de julio
de 1934. La versión (con leves modificaciones) está incluida en la Antología de la literatura fantástica. Cf. con res
pecto a la revista Obra: Borges, Jorge Luis; Textos nxubradtis 1931-1955, pp. 381. Buenos Aires, Emccé. 2001.
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58. Borges, Jorge Luis; “Prólogo", en: Bradburv, Ray; Cróruoii inarciai\as, pág. 9. Buenos Aires,
Minotauro. 19S0.
59. Borges, Jorge Luis; Obras completos 1923-1972, pág. Ó99.
90. Textos cauciivs, pp. 91-92.
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97. Textos cjtitivos, págs. 179-180. Edición original: París. Grosset, 1936, 234 pp. Se trata del único texto
de ciencia ficción de Duvcrnois. cuyo auténtico nombre era Henri Simón Sclnvabacher (1875-1937).
Hacemos notar la proximidad, en cuanto a la anécdota del encuentro de un vo anterior, con dos relatos de
Borges: “El otro" v “25 de agosto, 1983".
98. París, Flammarion, 1937, 138 pp.
99. Textos cautivos, págs. 207-208.
100. Textos cautivos, pág. 36. Título original: Vtryage au pays Jes articoles (1928). La traducción de
Garnett apareció bajo el título A ir/yage to the island of articules. London, Cape, 1928. Edición norteamerica
na: New York, Appleton, 1929. Se trata de una típica íost racc w d : el hallazgo de una comunidad sin vín
culos con el exterior permite al texto tanto la función utópica (en la descripción de la sociedad de los ártico-
las) como la satírica (en las críticas a la civilización occidental). Existe edición castellana: Viaje al país de los
artíco/as._Santiago de Chile, Ediciones Ercilla, 1937.
101. La primera edición de Lagonie dti globe data de 1935. Se trata de una nouvelle satírica, ilustrada por
Denis Tegetmeier. La acción transcurre en el período 1946-1960.
102. Primera edición: París, Gallimard, colección “Les Romans Fanías tiques", 1938. La novela está
escrita bajo la forma de varias “historias clínicas" llevadas a cabo en un hospital, combinadas con páginas de
un diario íntimo. Otras novelas de ciencia ficción de Jacques Spitz (IS96-1963) son: Le vent Ju monde (1928),
Le voyage muet (1930), La [.'arcelle Z (1942), Lucil de Purga*otre (1945) y La furet de sept-fnes (1946).
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103. Textos cautivos, pág. 112. Lin textos de Wells. Voltaire \Swift aludidos por Borges son, respectiva
mente, The food of d\cgmls. Mícnunegas y Gullivcr's trovéis.
104. Textos aiu m i*. pp. 2S7. 301.2 25 .265. 233. 156, 169 y 196 respectivamente. En “La creación v RH.
Goose”, de Otros inquisiciones, afirma haber utilizado como bibliografía otro libro de Wells: A ll alvktrj for
Ararat (1940). En: Obras completas 1923-1972. pág. 650.
105. Textos cautivos, pág. 127. Van Wick Brooks es autor de The floucrinR of Neu- EngtanJ (Boston,
Houghton Mifflin Co., 1933). citado por Borges en: Borges urj/. pág. 65. Buenos Aires, Einecé Editores /
Editorial de Belgrano. 1986. La biografía de Wells es: The u-orU of H.G. W'clls (1925).
106. Textos cautivos, pág. 110. Berge, Meere unJ Gtgtmren (1924). una de las principales novelas de Doblin.
expone una visión cacoutópica del futuro, donde los delirantes proyectos de los tecnócratas gobernantes llevan
a una desastrosa confrontación entre el hombre y la Naturaleza. Fue reeditada como Gigunten (1931).
107. Textos cautivos, pp. 220-221.
103. Rabota, en checo, significa “trabajo pesado".
109. El verdadero año de estreno es 1921.
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BORGES Y IA CIENCIA FICCIÓN
114. Según Sarlo: “En Historia Universal de la Infamia Borges trabaja sobre materiales de segunda mano
\crsiones europeas de ficciones orientales, vidas de bandidos norteamericanos, episodios casi insignificantes
con piratas o falsos profetas. Dentro de la cultura incidental y sus versiones de Oriente, Borges va buscando
literaturas marginales, ajenas a las grandes tradiciones literarias v que, en algunos casos, anuncian su gusto
por el policial o subrayan su respeto por el relato de aventuras". Sarlo, Beatriz: “Borges y la literatura argen
tina", en: Punta de Vista Nu 34, jul-sep 1989, pp. 8-9.
Un dato a tener en cuenta es la abundante presencia de historietas de ciencia ficción en Rei'tstd
Multicolor de los Sábados, entre las que destaca Brick BraJforJ. de William Ritt y Clarence Grav (publicada en
1933, en color), comic de aventuras espaciales al estilo de Flash Gt/rdun o de Buck Rngcrs. Marcelo Bechaua,
hablando de Borges, afirma: “Vetas poco conocidas de su trabajo en el suplemento y en el diario son la adap
tación ile las historietas extranjeras que se publicaban. Tal es el caso de Allcy Ou[) de Vicent T. Hamlin, que
aparece en el número 14 del primer año del magazine, y que se ubica en la contratapa con el nombre de
Peli poneso y Jazmín. Centrada en la relación entre un hombre prehistórico v un dinosaurio, la historieta hace
referencia en sus guiones al mundo de los años 30. al cine, a la literatura, a los avances de la técnica. A su
ve: también se nombran lugares de la ciudad de Buenos Aires y hechos culturales que sucedían en el Río de
la Plata". En: Bechaua, Marcelo Alejandro; Periodismo y literatura. Lo fantástico y lu ¡xilicial en Walsh, pp. 55
5ó. Paraná, Universidad Nacional de Entre Ríos, 1098. El argumento de Alley Oo(>, quizá inspirado en el éxito
coetáneo de films sobre criaturas prehistóricas comí» The lust u-orld (1925) y Km# Kong (1933), relata la his
toria de un cavernícola que toma como mascota a un dinosaurio y lo amaestra, aunque a la larga es el dino
saurio quien termina adoptando a su patrón. Borges la rebautiza Peloponaso y Jazmín (respectivamente, hom
bre v dinosaurio) y recrea sus diálogos para parodiar tópicos de los ambientes literarios porteños del período.
Con respecto a estas adaptaciones de cómics extranjeros (buena parte de ellos pertenecientes a la cien
cia ficción) por parte de Borges y de otros escritores locales (entre ellos. Horacio Rega Molina, quien versio-
na Félix the cal, de Patrick Sullivan, como Rulitu. el gato atorrante), escribe Annick Louis: "Se asiste así a un
proceso de apropiación de la historieta por parte de gente que no puede sino pertenecer al mundo de las
letras. Los diálogos funcionan como un pretexto para situar los debates de los intelectuales argentinos a
comienzos de los 30, conviniendo la historieta en un verdadero campo de batalla literario". Louis. Annick;
“Cuando Borges escribía historietas - El humorista vicario", en: Primer Plano, Suplemento Cultural de Página
i i . 21-08-1994. pp. 2-3.
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CARLOS ABRAHAM
115. El interés por la literatura policial lo llevó a fundar la colección ”EI séptimo círculo” con Biov
Casares, v a colaborar con Alfonso Reves, otro aficionado, en defender el género, traducir a muchos autores,
e incluirlos en antologías.
l i ó . Lovecraft fue abundantemente leído por autores claves de la literatura argentina durante los
años cincuenta v sesenta. Por ejemplo. Manuel Mujica Láiner lo menciona como uno de sus autores pre
dilectos (cf. Goligorsky, Eduardo; “Prólogo”a VV.AA.; Los argentinos en la Luna, pág. 11. Buenos Aires,
Ediciones de la Flor, 1907). Entre sus relatos de ciencia ficción asimilables a esta influencia, podemos
mencionar: "El rey artificial", en Crómeos reales (1967); “Los espías", en Los argentinos en la Luna (1967);
"Epílogo espiritualista”, en De milagrus y Je melancolías (19ÓS) v “La pereza”, en Viaje de los siete demo
nios (1974).
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BORGES Y IA CIENCIA FICCIÓN
117. Balderston, Daniel; ¡Fuei J Je cumextu:’ f a je r a umjIiiLiJ hiscihiou y cxprcsúhi Je b ivuluLU en Borges, pág. 94.
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CARLOS ABRAHAM
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
ción de textos de Wells: por ejemplo, entre 1902 y 1904 la colección “La
vida literaria” incluye entre sus títulos La visita maravillosa, El hombre invi
sible, Anticipaciones y Los primeros hombres en la luna.
También la Biblioteca de “La Nación” editó a Wells.1"' En una entre
vista de 1973, Borges señala: “Yo leí muchas obras de una colección muy
benemérita y bastante curiosa por su material: la Biblioteca de La Nación,
que publicaba este diario fundado por Mitre’1.134 En la misma entrevista
menciona que leyó en dicha colección Los primeros hombres en la luna, de
Wells; posiblemente haya hecho lo mismo con la novela Un terrible expe
rimento y el volumen de relatos Una historia de los tiempos venideros, que
aparecieron publicados en 1908 y 1909, respectivamente.
Lo mismo podemos decir de The outsider artd other stories (Sauk City,
Arkharn House, 1939, 558 pp.), una amplia antología de la obra de
Lovecraft. Tuvo gran tirada y distribución, siendo el libro que impuso
definitivamente la obra del escritor de Providence. Es frecuente encon
trarlo en catálogos de la época.
3- Otra fuente de textos pudo haber estado constituida por la
revistas pulp hispanoamericanas de fantasía, horror y ciencia ficción.
C on una periodicidad generalmente mensual, recopilaban traduccio
nes de cuentos de difundidas publicaciones norteamericanas de dichos
géneros, con el agregado ocasional de algún texto de autores locales.
Las portadas y las ilustraciones internas (en caso de haberlas) eran las
mismas que en los originales norteamericanos.
Entre las principales revistas destaca Nanacicrries Tenoríficas (junio de
1939 - marzo de 1952), publicada en Buenos Aires por Editorial Molino
Argentina y dirigida por el español José Mallorquí a lo largo de 76 núme
ros. Virtualmente integrada por reimpresiones de revistas como Weird Tales,
Horror Stories y Terror Tales y de antologías como Not at riight,'23 se destacó
por conservar un ritmo de publicación notablemente parejo a lo largo de su
existencia.1’0 Entre los autores cuya obra contribuyó a difundir en castella
no destaca H.R Lovecraft: en los números 8 y 34 aparecen, respectivamen
123. La misma colección editó en 1909 Gen añas después a El aña ¿000, do Edward Bellamy.
124- Vásquc:, María Esthcr; Boíles, sus dios y su tiempo, pág. 44.
125. Compiladas por Christine Campbell Thompson, fueron publicadas anualmente por la editorial
Selwyn &. Bloutu, entre los años 1925 y 1936.
126. Excepto, como era de esperar, en los últimos números. Más información sobre esta revista puede
consultarse en: Ashlev, Michael (comp.); Los trujares reliaos de ciencia ficción. La era de C am fM l (1936-1945),
vol. I. pág. 82. Buenos Aires, Hyspamerica. 1987. Cf. también: Hassón, Moisés; Los jamásiicos f/ul[> en cuHe
liana: 1939-1957. Santiago de Chile, Edición del autor (mimeografía), 1990.
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CARLOS ABRAHAM
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
Reino Unido y a otros países. B)- En ningún lugar de la obra borgiana (ni
en el metatexto de esa obra) existen referencias o alusiones al respecto.
Sin embargo, algunos testimonios de escritores de la época demuestran
que publicaciones como Astounding o Amaijng eran adsequibles en Buenos
Aires, precisamente en las mismas librerías que frecuentaba Borges.131También
ciertos textos de Adolfo Bioy Casares previos a 1940UJ muestran influencias
muy definidas de ciertos relatos de estas revistas. Por lo tanto, es lícito especu
lar que Borges pudo tener conocimiento de ellas, si bien no han influido en su
obra, a diferencia de lo que ocurre con la ciencia ficción europea.
131. Alfredo Julio Grassi relaca: “Un día Ion 1939] fui a una librería, MitcheU’s, (...) y encontré una pila
de rev istas puifu, Astuutuling, una revista gorda, con más de doscientas páginas, de la época de John Campbell.
Jr. (...) Y pedí que me guardaran todos los. meses Amujtng, Fa/uusiic Adi-entures v Astounding”. En: “Alfredo
Julio Grassi. Pionero de la ciencia ficción argentina" (entrevista de Christian Vallini), en: Cuosdr Ny 34,
noviembre 2002. pág. 3.
132. Cf. al respecto el capítulo ó de esta tesina.
133. Este concepto pudo haber influido en la noción borgiana de “texto absoluto" o “texto total", presente
en textos como "Del rigor en la ciencia", de El hacedor, “Undr" v “El espejo y la máscara", de El tibív de ¿traía, y en
el vasto poema descriptivo del planeta Tierra que Carlos Argentino Daneri elabora en "El aleph". Esta noción no
encuentra antecedentes clan» sólo en Whitman, Neruda o en el RJybion de Michael Drayton, sino también en el
propósito por parte de Uvs autores de ciencia ficción citados de plasmar un mundo entero en una narración.
< 49 >
CARLOS ABRAHAM
reseña de la novela Out of the silent piante (1938), de Clive S. Lewis, uno
de los textos clásicos de la ciencia ficción. En ella, Borges se muestra más
interesado en el argumento que en cualquier otro aspecto, como los por
menores de la descripción del planeta Marte o la zoología imaginaria:
“Lewis refiere una incursión al planeta Marte y las aventuras de un hom
bre entre los inteligentes monstruos benévolos que lo habitan. La obra es
de tipo psicológico: las tres curiosas ‘humanidades1y la geografía vertigi
nosa de Marte son menos importantes para el autor que la reacción del
héroe, que empieza por hallarlas atroces o intolerables y acaba por identi
ficarse con ellas”.134
El texto sería objeto de, al menos, una relectura. En la víspera de la
navidad de 1939, Borges sufre un accidente en una escalera (episodio
que es literaturizado en su cuento "El sur”). Su madre, durante la con
valecencia, le lee un libro, y este libro es O ut of the silent planee (Fuera
del planeta silencioso), de C.S. Lewis.1’5
Su influencia es perceptible en el segundo relato que publicó después
del accidente: “Tlon, Uqbar, Orbis Tértius” (el primero fue “Pierre Menard,
autor del Quijote”). Hay dos paralelismos básicos entre ambas obras:
1)- Paralelismo temático. Borges, en un diálogo con De Milleret,
reconoció que “Tlon, Uqbar, Orbis Tertius” era “una ficción científi
ca’" 1'5. Se trata de una reescritura o refundición del intento de describir
un planeta desconocido que realizan C.S. Lewis en O ut of the silent pla-
ntít y O la f Stapledon en Star maker. Sin embargo, para evitar una “poco
literaria” descripción mecanicista y tecnológica, Borges no escribe
sobre un viaje espacial que conlleva al descubrimiento de un planeta,
sino sobre el descubrimiento de textos relativos al planeta.
Esto entronca con un viejo interés de Borges: la construcción de
vastos sistemas imaginarios, de mundos ficticios estructurados y cohe
rentes, carentes de todo condicionamiento extraestético157. En una
reseña a un libro de Bioy Casares, dice:
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
Esta última frase nos permite vincular el relato también con la obra de
otro autor de ciencia ficción: O laf Stapledon. En el prólogo que Borges rea
lizó en 1965 a la novela Starmaker (1937), enuncia entre sus virtudes varios
de los rasgos por los que aboga en su reseña del libro de Bioy Casares:
Lo mismo afirma, casi con las mismas palabras, en una biografía sinté
tica de O laf Stapledon: “Wells alterna sus monstruos -sus marcianos ten-
taculares, su hombre invisible, sus selenitas macrocéfalos- con hombres
irrisorios y cotidianos: Stapledon construye y describe mundos imagina
rios con la precisión de un naturalista. No deja que percances humanos
alteren el curso de sus fantasmagorías biológicas”110. Idénticos conceptos
usa, en su reseña de Out of the silent planet, para referirse a la descripción
de Marte hecha por Lewis: “Lo admirable es la infinita probidad de esa
imaginación, la coherente y minuciosa verdad de su mundo fantástico”.141
“Tlón, Uqbar, Orbis "Iertius”, inspirándose en las metódicas, estructuradas
construcciones de mundos imaginarios realizadas por estos textos de ciencia
13S. Borges. Jorge Luis: “La ciiotuti casera, de Adolfo Biov Casares", en: Sur, mano de 1936, pp. S5'86.
139. Stapledon, Olaf; Hacedor de estrellas, pág. 8. Buenos Aires, Minorauro, 19ó5. En su reseña (el 23
de julio de 1937) de esia misma obra, afirma que “Nunca, casi nunca es satírica". Textos eutmeos, pág. 198.
140. Textos emitiros, pág. 113.
141. Textos cdutiius, pág. 29ó.
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C A B IO S ABRAHAM
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BCRGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
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CARLOS ABRAHAM
151. Kurd Lasswitz; “La biblioteca total ". En: Gandolfo, Elvio (comp.); Los meji/rcs cuencos de ciencia fic
ción, pág. 235. Buenos Aires, Ameghino, 199S.
152. Borges, Jorge Luis; Obras completas ¡923-1972, pp. 467*408.
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
Por último, otro paralelo está representado por las irónicas mencio
nes a los escasos textos coherentes hallados en la biblioteca:
Digamos que uno (...) logra alcanzar un volumen que parece tener
sentido. Pero cuando ha leído una o dos páginas, todo pasa a ser “aaaaa",
y esto es lo único que hay en el resto de las páginas del libro. (...)
Un volumen puede comenzar con las palabras: "Historia de la Guerra
de los Treinta Años", y luego decir: "Tras las nupcias del príncipe Blücher
con la reina de Dahomey, que fueron celebradas en las Termopilas".155
En el relato de Borges:
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CARLOS ABRAHAM
15ó. Obras completos 1923-1972, pp. 467 v 470. “La biblioteca de Babel", además de sus vínculos con
Lasswitz, sigue muy cercanamente (llegando casi a la reproducción literal de párrafos) las teorías de E.E.
Kummer, matemático del siglo XIX, citadas por Abraham Fracnkel en Eúúeitw\g in Jce Mengeníflfire (1923).
Para más información al respecto, cf.: Amarol, Pedro; “Borges, Babel v las matemáticas", en: Revista
Iberoamericana, Nü 75, abr-jun. 1971, pp. 421-428.
157. Stapledon, Olaf; Hacedor Je estrellas, pág. 266. Buenos Aires, Minotauro, 1971.
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
4- “El inmortal"
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CARLOS ABRAHAM
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165. El colín que cayó del cielo, pág. 186. Buenos Aires. Minotauro. 1979
lóó. El color que cayó del délo, pág. 207. En “The culi of Cthulhu", aparece otra clásica descripción love-
craftiana de una ciudad alienígena: “La ciudad ciclópea de piedra verde y musgosa -cuya geometría era total
mente errónea- (...). Vastos ángulos y superficies pétreas...superficies demasiado grandes para ser de este mundo,
y cubiertas por jeroglíficos e imágenes horribles (...) La geometría de la ciudad de sus sueños era anormal, no
euclidiana, y sugería esferas y dimensiones distintas de las nuestras". En: El color que a n o del ciclo, pp. 35 y 43.
167. Obras completas 1923-1972, pág. 536.
168. El color que cayó del cielo, pp. 200-201.
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CARLOS ABRA HA M
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
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CARLOS ABRAHAM
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
190. Cf.: VV.AA.; Burga (programa de Exposición en homenaje a Borges, 13 nov> 15 ene. de 1985). pp.
26-27. Madrid. Biblioteca Nacional. 1986. También: Grau. Cristina; BoTjjes y la arquitectura, cap. V. Madrid.
Cátedra, 19S9.
191. “A/tcr frumv a summer, de Aldous Huxlev". Sur, Buenos Aires, año IX, N u 63, diciembre de 1939.
Citamos por: Borges. Jorge Luis; Boijjes en Sur. Buenos Aires. Emecé, 1999. Borges manejó la primera edición
de la novela de Huxlev, va que la segunda, publicada ese mismo año, llevaba por título A/ter many d sumrncr
dics t/ie su'üti.
192. Boigta en Sur, pág. 217
193. Botjjcs en Sur, pág. 217.
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CA RIOS ABRAMAM
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BORGES Y l A CIENCIA FICCIÓN
198. Borges, en el "Epílogo” a El Aíef*/i. enuncia: "A una tela de Watts, pintada en lS9o, debo 'La cas
de Asterión’ y el carácter del pobre protagonista". Es decir, no elucida en absoluto el punto más llamativo del
cuento: la estructura argumental.
19°. El argumento de “The outsider", basado en un personaje que no sabe que es un monstruo, obsesionó evi
dentemente a Borges, pues aparte de en las dos versiones narrativas mencionadas aparecen huellas del mismo en
varios pasajes de otros de sus textos. Por ejemplo, en “Anotación al 23 de agosto de 1944", de Otras inquisiciones,
aparece una versión invertida: “Hitler, de un modo ciego, colabora con los inevitables ejércitos que lo aniquilarán,
como los buitres de metal y el dragón (que no debieron de ignorar que eran monstruos) colaboraban, misteriosa
mente, con Hércules". Es útil destacar que el Minotauro, en el cuento de Borges, quiere ser aniquilado por Teseo.
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CARLO S ABRAHAM
6- “Deutsches requiem"
200. Lovecraft, H.R; El horrar Je Dunwidx, pág. 201. Madrid, Alianza, 1990.
201. Otra* Lumfilvtas 1923-¡972. pág. 569.
202. Lovecraft, H.R; Da/fón y miu\ cuentos mucubnjs, pp. SS-104. Buenos Aires, Alianza Editorial, 1992.
“Deutsches Requiem" figura en: Borges, Jorge Luis; Obras completas 1923-1972, pp. 576-581.
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
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CA RLOS ABRAHAM
como “muy moreno”. En los dos casos, se trata de una muerte entre
tantas, pero que define el destino final de los protagonistas.
7)- Los dos hombres muertos aparecen relacionados con el sema de la
imposibilidad del olvido. Zur Linde mata a David Jerusalem enloquecién
dolo: “No hay cosa en el mundo que no pueda ser germen de un Infierno
posible; un rostro, una palabra, una brújula, un aviso de cigarrillos, podrí
an enloquecer a una persona, si ésta no lograra olvidarlos. ¿No estaría loco
un hombre que continuamente se figurara el mapa de Hungría? Resolví
aplicar ese principio al régimen disciplinario de nuestra casa y (...) a tiñes
de 1942, Jerusalem perdió la razón; el primero de marzo de 1943, logró
darse muerte". Karl Heinrich, por su parte, se queja continuamente de que
sus hombres no pueden olvidar al marinero muerto; al cabo, éstos enlo
quecen. El lugarteniente Klenze, en especial, “sufrió un notable desequili
brio, y permanecía horas y horas mirando la imagen de marfil" (se trata de
una de las pertenencias del marinero ahogado, que obsesiona a los tripu
lantes del submarino, a la manera de un zaliir o del método disciplinario
de O tto zur Linde). Es útil agregar que la mayoría de los tripulantes come
te suicidio para escapar de la obsesión, al igual que David Jerusalem.
8)- Estas dos muertes no son lamentadas por los protagonistas, que
gracias a ellas acceden a un saber vedado a los demás hombres: la natu
raleza del futuro, en “Deutsches Requiem”, y el m undo submarino de
la Atlántida, en “El templo”.
9)- En ambos casos, el muerto es el portador de un arte complejo y en
cierta medida arcano. En “Deutsches Requiem” encontramos esta des
cripción del poeta David Jerusalem: “Soergel, en la obra Dichtung der Zea,
lo equipara con W hitm an. La comparación no es feliz; W hitm an celebra
el universo de un modo previo, general, casi indiferente; Jerusalem se ale
gra de cada cosa, con minucioso amor. No comete jamás enumeraciones,
catálogos. A ú n puedo repetir muchos hexámetros de aquel hondo poema
que se titula Tse Yang, pintor de tigres, que está como cargado y atravesado
de tigres transversales y silenciosos". En cuanto al marinero ahogado:
“Nuestros hombres le registraron en busca de recuerdos, y encontraron en
el bolsillo de su marinera un trozo de marfil muy extraño, tallado, que
representaba una cabeza de joven con una corona de laurel. M i oficial, el
alférez de navio Klenze, opinó que el objeto era muy antiguo y de gran
valor artístico, así que se lo confiscó a los hombres y se lo quedó”.
10)- Los dos personajes principales aparecen como símbolos de su
cultura, y se pone énfasis en su desindividuación a través del sistema
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
7- “El Aleph”
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CARLOS ABRAHAM
207. "...el decúbito dorsal es indispensable. También lo son la oscuridad, la inmovilidad, cierra acomo
dación ocular” (Borges, Jorge Luis; Obras completas 1923-1972, pág. 624). “Era preciso llevar la esfera a un
lugar oscuro v recubrirla además con un peda:o de terciopelo negro. El buen Cave se pasaba horas muertas
en el sótano con un parto echado sobre la cabeza > los hombros, cual hacen los fotógrafos, y deleitándose en
la contemplación de la esferita milagrosa” (Wells, H.G.; La cunda ficción de H.G. Wells, vol. II.. pág. 35).
20S. No se trata de un nombre apócrifo. Aunque no hace al objetivo de nuestro libro, mencionaremos con
fines meramente ilustrativos que Abenjaldún (Ibn Haldún), nacido en Túnez en 1332, fue un importante conse
jero v embajador en la Esparta mozárabe, tenninando por convenirse en señor de Elvira, en Granada. Fue autor
de Al-Muqaddimah, un tratado de historia universal, al cual corresponde la cira realizada por Borges. La edición
que manejamos es: Abenjaldún; Iniwducdrjn a la lúsuma universal. México, Fondo de Cultura Económica, 1977.
209. Borges, Jorge Luis; Obras completas 1923-1972, pág. 628. Pauli añade otros paralelos: “También en el
cristal del relato inglés podemos notar el /nuítum tn parvo: el objeto resplandece de luz propia, el mundo por él
revelado encierra otros huevos de cristal, y a través de uno de ellos, seres de otro planeta nos espían. Este últi
mo detalle presagia, de alguna manera, la magia principal del Aleph de Borges: la de ser continente y conteni
do". Pauli. Roberto; “Borges y la literatura inglesa", en: Revista Iberoamericana Nu 140, jul-sep 1987, pág. Ó02.
210. Mario Goloboff, en Leer Borges, ha sertalado diversos paralelos entre “El Aleph" y “El Zahir": “...nos
encontramos con un relator en primera persona, narrador-protagonista, llamado igualmente "Borges". y veri
ficamos importantes coincidencias estructurales (aparte de otras similitudes que p<x!emos apelar temáticas:
igual influencia según el "Epílogo" -un relato de Wells-, igual elemento amoroso, similar necrofilia, similar
existencia de un símbolo al que se llega a través de la muerte, el hecho coincidente de que la persona muer
ta sea la amada, parecida actitud irónica frente a los auxilios). Las coincidencias estructurales a que hago alu
sión serían la ausencia casi total de personajes que compartan la experiencia del narrador, o que puedan com
prender la profundidad de esa experiencia, y el papel que juega él mismo en esa doble función de “ver" y de
“narrar", es decir, de vivir la experiencia y de transmitirla" (pp. 189-190).
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
2 11. El término yahou se utiliza en la cuarta parte de los Viajes Je GulUver para designar una raza de seres
humanos primitivos y carentes de lenguaje y de raciocinio.
212. Ipola. Emilio; “Borges y la com unidad", en: Punco Je visca N Q 46. agosto de 1993, pág.
35-39.
213. Op. Cit., pág. 37.
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CARLOS ABRAHAM
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
219. Cf. a este respecto: Balderston, Daniel; El [m am ar idaJo: R.L Stceenson en (u obra Je Borges, pág. 5ó.
220. Lovecraft, H.R; El color que oijri Jet cielo, pág. 223.
221. Op. Cit., pág. 104
222. Una notoria costumbre borgiana, las citas apócrifas y el establecimiento de "eruditas" genealogías
falsas que “explican" (y “legitiman" lúdicamente) el hecho fantástico, aparece también en Lovecraft, que des
arrolla toda una bibliografía imaginaria para sus relatos: el Lilnv Je Eibon, el Cantor Je R'lyeli, los Fragmentos
Je Celaeno, los Cuites Jes Coules del conde D’Erlette, De vermis mysteriis de Ludvig Prinn. las Arcillas Je
EltJouv, el People of the Monolith de Justin Geoffrey, los Manuscritos pnakúticos, los Siete libms crípticos Je Hsan,
los Unuussprechlichen Kulten de Vonjunzt y, sobre todo, el Necronomícon de Abdul Alhazred. Según Lovecraft,
A l Azif, nombre original de esta obra, fue escrito en el año 730 de nuestra era por el árabe loco Abdul
Alhazred, traducido al griego con el nombre d<’ Necronomicon por Theodorus Philotas en el año 950; el
patriarca Miguel ordenó su destrucción en el año 1050; Olaus Wormius lo tradujo del griego al latín en el año
122S; en 1232 el papa Gregorio IX suprimió las ediciones latinas y griegas; una edición alemana apareció en
el siglo XVI; el texto griego fue reimpreso en Italia entre los años 1500 y 1550, y en el siglo XVII se publicó
una edición española. La cronología y la historia del texto parecieron tan convincentes a los lectores de
Lovecraft que, según August Derleth (en: “The making of a hoax", citado en: Llopis, Rafael (comp.); Los
mitos Je Cthulhu) , la Biblioteca Nacional Je Buenos Aires (en la que, según relata Lovecraft en “El horror de
Dunwich". hay un ejemplar del Necmnumicon) recibía cada tanto cartas en que se solicitaba permiso para leer
el libro. Sin embargo, no postulamos que esta costumbre de Borges proceda de Lovecraft: fue desarrollada
independientemente, ya que aparece en “El acercamiento a Almotasím", de 1936, antes de que Borges tuvie
ra conocimiento de la obra lovecraftiana. Simplemente, el uso mutuo de las citas apócrifas puede haber sido
un rasgo más de Lovecraft que interesó a Borges v lo movió a intentar la reescritura de algunos de sus textos.
223. Continuaremos el examen de “El informe de Brodie" en el cap. V de nuestra tesina.
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CARLOS ABRAHAM
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
231. Las prefiguraciones o revelaciones parciales de los nudos narrativos son el tema principal de uno
de los ensayos tempranos de Borges: “El arte narrativo y la magia".
232. Borges, Jorge Luis; Obras completas 1975-1985, pág. 35.
233. Borges, Jorge Luis; Obras completas 1975-1935, pág. 36.
234. Lovecraft, H.R; El horror de Dunuich, pág. 38.
235. Borges, Jorge Luis; Oí-rus completas 1975-1985, pág. 34.
23ó. Borges, Jorge Luis; Obras completas 1975-1995, pág. 33.
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CARLOS ABRAHAM
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
240. Burgos, Jorge Luis; La biblioteca de Bübcl. Prólogos, pp. 13S-139. Buenos Aires, Emecé, 2000.
241- Obras comf)letus Í975-19S5, pág. 55. Un futuro similar aparece Jescripto en el “Epílogo" a Otaos
completas ¡923-1972 (pp. 1143-1145). El texto se presenta como transcripción literal de “...una nota de la
Enciclofiedid Sudamericana, que se publicará en Santiago de Chile, el año 2074" (pág. 1143), y en él se afinna
que “...los periódicos, género literario de la época, desaparecieron durante los magnos conflictos que los his
toriadores locales ahora compendian" (id.).
242. Obras completas 1975-1985, pág. 54.
243. Este cuadro está pintado con colores tan sutiles que al narrador le parecen casi en blanco, por la
deficiente capacidad de sus ojos con respecto a los de los hombres del futuro. Este rasgo proviene de
Stapledon, en que se describe una comunidad extraterrestre en la cual el sentido principal es el gusto; el visi
tante humano relata: “Bvalltu (uno de los extraterrestres| se pasaba las horas pasando los dedos por unas
cuerdas impregnadas para sentir las secuencias de sabores que eran para él de una forma y un simbolismo tan
sutiles. Al principio me sentí intrigado, y luego llegué a emocionarme estéticamente; pero a pesar de su
paciente ayuda nunca pude penetrar total y espontáneamente en la estética del gusto". En: Hdcedor de estre
llas, pág. 67. Como vemos, en ambos casos las percepciones estéticas de los sujetos narradores no son nulas
(es decir, llegan a producirse), pero son limitadas por su pobreza sensorial.
< 77 >
CARLOS ABRAHAM
244- Wells, H.G.; L i máquina Jel lianfxt, pág. 1ló. Bogotá, Editorial Norma. 1991.
245. Borges, Jorge Luis; Ofajs comicios 1975-1985, pág. 5ó. Buenos Aires, Emecé. 1989.
246. Kipling, Rudyard; Una guerra de salubs. Barcelona, Bruguera. 1984.
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
e)- La ciencia ficción en los relatos en colaboración con Adolfo Bioy Casares
247. El esquema constituye otro paralelo entre “El Aleph" y “The crystal egg”. En el relato de Wells, e
anticuario (único testigo de las imágenes, debido a una especial sensibilidad de sus ojos) se limita a su tarea
de percepción, sin llegar a formular ningún análisis; las únicas hipótesis y conjeturas son formuladas por un
hombre con formación universitaria, pero meapa- de visualizar las imágenes.
< 19 >
CARLOS ABRAHAM
248. Y. por lo tanto, como otra reescritura de “The crystal egg" de H.G. Wells.
249. Borges, Jorge Luis; Obras comfjletas en colaboración /-Con Adolfo Bioy Casaras, pp. 145-146.
Madrid, Alianza Editorial, 1981.
250. Obras complecas en colaborarían. /- Con Adulfo Bioy Casares, pág. 494. Es útil recordar que ambos
relatos datan del mismo período: “Utopía de un hombre que está cansado" fué publicado en 1975; “Penumbra
V pompa", en 1977.
< 80 >
BORGES Y IA CIENCIA FICCIÓN
251. La lisia de textos del período que desarrollan este tópico es sumamente extensa. Otro caso es T/uit
ludcous stnmglit ( 1°45) de Clivc S. Leuis, tercera parte de la trilogía iniciada con Out of the silent planee (1941)
v continuada con Muíuamcíra (1943), donde aparecen caberas desgajadas de los cuerpos, mantenidas con
vida por recursos mecánicos y usadas como computadoras biológicas. En Startrail tog{</ry (1941) de Edmond
Hamilton, uno de los personajes principales es un cerebro conservado dentro de una cápsula con miembros
para posibilitar su movilidad. La nouveffe fue publicada com< i Hacia la piuría ¡>or la ruta de Ins astrix en: Hombres
del fuiuw l. Buenos Aires. Editorial El Tábano, agosto de 1947.
252. Bradbury, Ray; Crónicas marcianas. Buenos Aires, Minotauro, 1955.
< SI >
CARLOS ABRAHAM
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BORGES Y IA CIENCIA FICCIÓN
4- Borges, aún antes del manejo del texto de Amis, poseía un extenso
conocimiento de la prehistoria del género. En especial, dominaba la his
toria de la ciencia ficción europea: en Otras inquisiciones atirma que Wells
es “infinitamente superior al autor de Héctor Servadac, así como también
257. El título del folletín era en realidad: Ral[>h Í24C 41 +: A Rormnwe uf the Year 2660.
258. Borges, Jorge Luis &. Torres, Esther Zemborain de; IntroJiuxiiín a b literatura noneumcricana, págs.
121-122. Barcelona, Alianza Editorial, 1998. Hay una página entera dedicada a Lovecraft, donde se descri
ben algunas de sus ficciones: "En sus relatos hay seres de remotos planetas y de épocas antiguas o futuras que
moran en cuerpos humanos para estudiar el universo o, inversamente, almas de nuestro tiempo que durante
el sueño exploran mundos monstruosos, lejanos en el tiempo y en el espacio" (pág. 123). Los textos aludidos
son, respectivamente, la novela The ihadow uut uf time (1934) y el relato "Bevond the wall of sleep" (1919).
< 53 >
CARLOS ABRAHAM
259. Edward Gcorge Earl Bulwer-Lytton (1803-1873) es autor de la novela T/ie comtnjf race (1871), donde
el narrador es conducido por un ingeniero de minas a un mundo subterráneo poblado por una ra:a extraña, los
Vril-Ya, poseedores de un poder misterioso (el Vril) que les ha permitido no necesitar el desarrollo de una socie
dad industrial. Otras de sus obras pertenecientes al género son: Zanoni (1842) v Sirun¿¿ stury (1862).
260. Robert Paltock. escritor inglés, escribió un temprano libro de “viajes extraordinarios": The Life and
A di entures of Peter Wilkins (1751) donde se describe el descenso a un mundo cavernario, habitado por hom
bres y mujeres capaces de volar.
261. Cvrano de Bergerac es autor de \íaje a la luna (1648) y de Historia cómica de los Estados e Imperios
del Sol (1652), sátiras en las cuales se describen viajes espaciales por medio de cohetes, ampollas llenas de
rocío v la lu: refractada por un icosaedro de cristal.
262. Borges, Jorge Luis; Obras completas 1923-1972, pág. 698.
263. Publicado en 163S.
264- Textos cautivos, págs. 86 y 92 respectivamente.
< S4 >
BORGES Y IA CIENCIA FICCIÓN
265. Capanna, Pablo; “Comentarios de un pensador argentino” (entrevista realizada por Carlos
Gardini). en: Mituxauro l. Buenos Aires. Ediciones de la Urraca, 1983. Capanna es autor del ensayo El sen
tido Je la ciencia ficción (1962). Borges. a lo largo de su vida, publicó numerosos libros en Columba: El "Martín
Fierro" (1955), Introducción a la literatura ingiesa (1965), introducción a lu literatura norteamericana (1967) y
Qué es el budismo (1976).
266. En la edición que manejamos (Borges, Jorge Luis &. Guerrero. Margarita; El libro Je ios seres imagi
narios. Barcelona, Alianza Editorial, 1998), la novela Pcivlandra aparece fechada incorrectamente: 1949.
267. Op. Cit., pág 98.
2o8. Op. Cit., pág. 31. Jakob Lorber (1800-1864), escritor alemán, es conocido principalmente por
gran Evangelio de Juan, glosa bíblica de casi diez mil páginas que narra los sucesos de los tres últimos años de
Jesús. Al igual que otro escritor admirado por Borges. Emanuel Swedenborg, Lorber afirmaba que sus obras
no eran de su autoría, sino que habían sido redactadas por inspiración divina (sus visiones místicas comenza
ron el 15 de marzo de 1840). Fueron publicadas en forma póstuma por sus discípulos, a partir de un vasto
conjunto de manuscritos carentes de toda indicación de fecha de escritura. Además de sus estudios bíblicos,
escribió varios libros de “visiones" sobre la vida en otros planetas y sobre la estructura del Sistema Solar, entre
los que destacan La tierra y la luna (área 1852) v Saturno (arca 1855).
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CARLOS ABRAHAM
269. Op. Cit., pp. 202-203. Rudolf Steiner (I8 ó I-1925), escritor austríaco, redactó numerosos estudios
sobre los ensavos científicos de Goethe; el principal de ellos es La renría del conodmiento imfMdta en la cusmo-
visión de Goethe (1886). Dedicó sus últimos años a elaborar lo que denominó “ciencia del espíritu" o
Antroposofía. Sus obras fundamentales en ese campo son Teosofid (1904), una extensa descripción de la natu
raleza del hombre v de su relación con el mundo espiritual, y el texto citado por Borges, Die
Ge/ieimutssensdiaft im Umriss (1909), una relación espiritista de la evolución del hombre y del universo.
270. Borges, Jorge Luis; Obras cumf>lecas í 923-1972, pág. 698.
271. Op. Cit., pág. Ó98. Borges alude a la conocida frase de Samuel Coleridge acerca de que el arte
requiere en el espectador una momentánea suspensión de la incredulidad.
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
272. Op. Cit., pp. Ó97-699. Al hablar de “milagros atroces", quizá Borges esté pensando en invenciones
de Wells como plantas vampíricas (“La extraña orquídea”), hombres que realizan sacrificios ante la máquina
a la que veneran (“The lord of the dynamos”), ojos cuyo campo de visión es geográficamente antipodal al
cuerpo al que pertenecen (“The story of Davidson’s eyes"), una incorruptible Manzana del Conocimiento, o
Manzana de Adán, que no puede ser encontrada de nuevo si la mano deja de sostenerla (“The apple”), un
país cuyos habitantes, congénitamcnte ciegos, conocen tan bien que pueden desplazarse en él como si tuvie
ran ojos (“The country of the blind”). etc.
273. Alifano. Roberto: Conversaciones cutí Borges, pág. 240. Buenos Aires, Atlántida, 1934.
274. Stapledon, Olaf; Hacedor cíe estrellas, págs. 252-253. Buenos Aires, Minotauro, 1971. Un
fragmento de este párrafo es citado por Borges en su reseña de Star maícer (Textos cautivos, pág. 202).
Borges retoma el tópico en una conferencia de 1981, agregando que piensa utilizarlo como base para
una de sus ficciones: “Yo estoy escribiendo un cuento con ese tema, es solamente una idea literaria".
En: Tendlarz, Edit (comp.); Los que conocieron a Borges nos cuentan, pág. 106. Buenos Aires, Editorial
Tres Haches, 2000.
275. El caiulor del Padre Broun (1913).
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CARLOS A BRAHAM
Hay un cuento que se llama ‘El hombre invisible’, en que liada el final
está la solución: es una persona invisible porque es demasiado visible; se
trata de un cartero que tiene un uniforme vistoso, y a quien como entra y
sale todos los días, se lo ve como uno de los hábitos de la casa. Pero tam
bién la persona que ha sido asesinada es un fabricante de muñecos
mecánicos, que son sirvientes; y se irisinúa la posibilidad de ese hombre
devorado por esos muñecos y muñecas de hierro (solución sobrenatural).
Posiblemente esos cuentos deban parte de su fuerza menos a la explicación
lógica que a esa falsa explicación mágica que Chesterton da.27°
En 'El hombre invisible’, de Chesterton, hay un enano que fabrica
sirvientes mecánicos o robots, y que vive en una casa que está ubicada
sobre un cerro. (...) Encuentran cenizas en la chimenea y a los muñecos
mecánicos. Surge entonces la posibilidad de que los muñecos
hayan matado y devorado a su artífice.2'1
116. Borges, Jorge Luis Fvrrari, Osvaldo; Diálogos úUimus, pág. 124. Buenos Aires, Sudamericana, 1987.
277. Alifano, Rol>erto; Op. Cit., págs. 13-14.
278. Borges, Jorge Luis; “La fruición literaria", en: El ulioma de los argenarvjs. Buenos Aires, Gleirer, 1928.
279. Mtitoraunj 8 (segunda é[xxa). Buenos Aires, Ediciones Minotauro. 1984.
2S0. Alifano, Roberto; Boijjes, biografía verbal, pág. 159. Barcelona, Piara & Janes, 1988.
< 88 >
BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
281. Esta afirmación plausiblemente pueda ser leída como una crítica al relato “El horla" (1887) de Guv
de Maupassant (1850-1893).
282. Borges. Jorge Luis & Ferrari, Osvaldo; Ubw Je dúílíjgos, pág. 9S. Buenos Aires, Sudamericana, 1987.
283. Voltaire; Miounugos. Madrid, Ediciones Síruela, I98ó (Publicado inicialmente en italiano por la
Editorial Franco María Ricci).
284- Borges, Jorge Luis; La l\blio(c¿i de Babel. Prttlogus, pág. 135. Buenos Aires, Emecé, 2000.
285. de risle-Adam, Villiers; Eí LuiuienoJo Je (os últimos /téseos. Madrid, Ediciones Síruela, 1984
(Publicado inicialmente en italiano por la Editorial Franco María Ricci).
28ó. Borges, Jorge Luis; La biblimeca de B aM . Prólogos, pág. 128. Buenos Aires, Emecé, 2000.
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CARLOS A B R A MAM
287. Sorrentino, Fernando; Siete emremras con Jorge Luis Borges. Buenos Aires. Casa Pardo. 1973.
288. Aireóla, Juan José; Cuentos escogidos. Buenos Aires, Hvspamérica, 1986.
289. Título original: Scietuific rumances (1886). Charles Howard Hinton (1853-1907), en sus text»»
sobre la cuarta dimensión, utilizó seres imaginarios como recursos pedagógicos y heurísticos. En esto se ins
cribía en la tradición de numerosos matemáticos previos, como Edwin A. Abbott, autor de Flatbrvd. A roman
ee uf many dimensión* (1884). Hinton proponía usar ejercicios analógicos para acceder a la intuición de una
cuarta dimensión espacial, superando así el espacio tridimensional o cuotidiano. El acceso a la cognición
tetradimensional era, según su sistema, el resultado de un arduo sistema de ejercicios. En A new era of ihought
(1888), ofrece un manual para entrenar la intuición de espacios, mediante ejercicios con cubos multicolores.
Este último texto es citado por Borges en el artículo “La cuarta dimensión" (1934). en: Zangara, Irma
(comp.); Bordes en reí¿sea Multicolor, pp. 29-32. Buenos Aires, Atlátuida, 1995.
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
290. Borges, Jorge Luis; Lü Ixbliucccj de B jM . Prólogos, Buenas Aires. Emecé, 2000.
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V
D e s a r r o l l o d e l a H ip ó t e s is I I
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
291. Reescritura señalada por Ricardo Piglia (Resfxrddíín artificial, pp. 13Ó-137). que menciona, además
de la obvia semejanza argumenta!, una referencia velada a Arli en el texto de Borges: “...uno de los emplea
dos. un tal Eald o Alt. me recibió”. Un examen detallado del vínculo entre los dos textos pui-de consultarse
en: Sorrentino, Fernando; “Borges y Arlt: las paralelas que se tocan", en: Piva M° 25 (tercera ¿poca). Buenos
Aires, septiembre-octubre 1996, pp. 47-55.
292. Borges, Jorge Luis &. Ferrari. Osvaldo: Diálogos últimos. Buenos Aires, Sudamericana. 1987.
293. Papini. Giovanni: El espejo que huye. pág. 8. Buenos Aires, La Ciudad / Ricci. 1978.
294. Sur Nu 59, pág. 14. Buenos Aires, agosto de 1939.
< 93 >
CARLOS ABRAHAM
‘La forma de la espada’ o ‘Tema del traidor y del héroe’. En este último el
protagonista responde al nombre de Nolan; aunque para los desviados arti
ficios borgianos, ahora será el encargado de redimir al traidor”.2'5
Según Roxana Kreimer90, ‘‘Funes el memorioso” deriva de una
parábola de Consideraciones intempestivas de Nietzsche. En ambos tex
tos aparece la noción de memoria infinita, la duda de la propia existen
cia, y la inacción causada por el abrumador peso del pasado; en el de
Borges, incluso, hay una alusión explícita a Nietzsche, cuando llama a
Funes “Zarathustra cimarrón y acriollado”. Según Daniel Balderston,
“Las noches de Goliadkin”, de Seis problemas para Don Isidro Parodi, está
inspirado claramente en "The rajah’s diam ond” de Stevenson.297
Quizá el ejemplo más llamativo de esta modalidad sean los relatos de
Historia universal de la infamia, importantes no sólo por la heteróclita con
vivencia de géneros (rasgo señalado en el capítulo IV de esta tesina) sino
también por los explícitos procesos de reescritura que exhiben298: al final
del libro, aparece una bibliografía indicando las fuentes de los argumentos
utilizados. Incluso la principal característica de la obra -es decir, la reescri
tura creativa de biografías previas- proviene de Tivelve bad men: original
studies ofeminent scoundrels by various lumds:” , de Thomas Seccombe, cuyo
propósito es enfatizar el carácter “pintoresco” de los antihéroes.kv
Con respecto a Historia universal de la infamia, el propio Borges des
taca su carácter de transposición de cuentos ajenos: “N o quise repetir
lo hecho por Marcel Schwob en su Vidas imaginarias. Él había inventa
do biografías de hombres reales sobre quienes nada o casi nada se había
registrado. Yo en cambio leí acerca de la vida de personas famosas y
luego deliberadamente las modifiqué y distorsioné de acuerdo a mi pro
pia fantasía. Por ejemplo, tras leer Las pandillas de Nueva York de
Herbert Ashbury, elaboré mi propia versión de M onk Eastman, el pis
tolero judío, en flagrante contradicción con mi autoridad elegida. Lo
295. Dubiña, David; “John Ford, inspirador do Jorge Luis Borges”, en: Clarín, suplemento cultural, 14
de enero de 2001.
296. Kreimer, Roxana; “Nietsche, autor de 'Funes el memorioso’", en: VV.AA.; /orge Ltus Borges.
Intervenciones sobre l>cnsamiaito y literatura. Buenos Aires, Paidós, 2000.
297. Balderston, Daniel; El precursor velado. Roben Louis Stevenson en la <Arra de Borges, pág. 159.
298. Todos los cuentos derivan do obras ajenas, excepto en el caso de “Hombre de la esquina rosada",
que deriva de un relato oral.
299. New York, Brentano's, s/f.
300. Seccombe es autor del artículo sobre el caso Tichhome (es decir, el tema de “El impostor inverosímil
Tom Castro”) en la onceava edición de la Encyelufxiedta Bntarmai (1911) que Borges, en la mencionada bibliogra
fía final, declara como fuente del texto. Cf.. para su influencia en Borges: Balderston . Daniel; Op. C it. pág. 73.
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
mismo hice con Billy the Kid, John Murrel (a quien rebauticé Lazarus
Morrell), el profeta velado del Khorassán, el demandante de Tichborne
y muchos otros. Puesto que el argumento general y las cirsunstancias
me eran dados, sólo tenía que abordar juegos de variaciones vivas".x1'
Este proceso de reescritura de textos anteriores es continuo en la obra
de Borges. En sus reseñas para El Hogar, suele proponer nuevos finales
para novelas ajenas, o especular acerca de la eficacia estética de la inver
sión de sus argumentos. Por ejemplo, en su reseña de Die Unbekannte
Groesse, de Hermann Broch, señala: “El héroe, Richard Hieck, es un
matemático ‘a quien no interesa su propia vida’ (...), y cuyo mundo ver
dadero es el de los símbolos. (...) El suicidio de un hermano menor resti
tuye a Hieck a la ‘realidad’, a un orbe equilibrado, en el que conviven
todas las facultades del hombre. (...) Sospecho, sin embargo, que me
habría gustado mucho más el argumento inverso: el que mostrara la
invasión progresiva del mundo cotidiano por el mundo platónico de los
símbolos”.*12 Otro caso interesante es la reseña de O f course, Vitelli!, de
A lan Griffiths. En esta novela" 3, un hombre, para justificar una frase suya
en una conversación casual, inventa la existencia de un músico italiano,
de nombre Vitelli. No hay nadie entre sus interlocutores que no reconoz
ca ese falso nombre. Con el tiempo, se escriben libros sobre Vitelli, y
entra en la historia de la música. Borges concluye su reseña diciendo:
‘“Cada libro contiene su contralibro', ha dicho Novalis. El de este libro
sería cruel y mucho más extraño. Sería la historia de unos conspiradores
que resuelven que alguien no existe o no ha existido nunca”
Borges exhibe deliberadamente sus apropiaciones de tramas o tópi
cos, sus relatos “escritos a la manera de...” cuando el objeto de la imi
tado / emulado es un texto de un autor prestigioso. Por ejemplo, la admi
sión de que “La biblioteca de Babel" y “La lotería en Babilonia" son
< 95 >
CARLOS ABRAHAM
305. “Yo escribí dos cuentos que trataban de ser cueiuos de Kafka (...). Eso* dos cuentos míos son -v
tengo que confesarlo- ‘La lotería en Babilonia' v ‘La biblioteca de Babel'”. En: Borges, Jorge Luis; “Una valo
ración de Kafka", en: C larín, Suplemento Cultura y Nación, 30 de junio de 1983.
306. "Cuando escribí el cuento ‘El sur’, yo pensé: ‘Voy a tratar de hacer, dentro de mis posibilidades -
que son modestísimas- un cuento a la manera de Henrv James', pero, me dije, vov a buscar un ambiente muy
distinto; v busqué ese ambiente: la provincia de Buenos Aires, y escribí el cuento ‘El sur”'. En: Borges, Jorge
Luis Ferrari, Osvaldo; Diálogos últimos, pág. 191.
307. Burocráticos, en el caso de Kaflca; hechos de combinaciones indescifrables de signos lingüísticos o
de sorteos, en el caso de Borges.
308. Borges. Jorge Luis &. Ferrari. Osvaldo; Diálogos últimos, pág. 191.
309. Borges, Jorge Luis &. Ferrari, Osvaldo; Diálogos últimas, pág. 124
310. Borges, Jorge Luis &. Ferrari, Osvaldo; Lihro de diálogos, pág. 120. Buenos Aires.
Sudamericana, 1986.
< 96 >
BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
tos, todo es muy vago. En esta época nuestra, tan caótica, hay algo que,
humildemente, ha mantenido las virtudes clásicas: el cuento policial. Ya que
no se entiende un cuento policial sin principio, sin medio y sin fin”/ "
311. Borges, Jorge Luis; Bordes oral, pág. 80. Buenos Aires, Emecé/Uni versidad de Belgrano, 198ó. O .:
Gutiérrez Carbajo, Francisco; “El relato policial en Bordes ", en: Cuadernos Hispanoamericanos Nü 505/507, jul-
sep 1992, pp. 371-388.
312. Vásqucz, María Esther; Borges, sus días y su tiempo, pág. 155. Esta costumbre de encasillar relatos
de ciencia ficción como de literatura fantástica ha cundido, como lo vemos en el prólogo de Antonio Papes
Larraya a: Holmberg. Eduardo Ladislao; Cuentos fantásticos. Buenos Aires. Edicial, 1994
313. Textos cautivos, pág. I9ó.
314. VV.AA.; Cuentos argentinos. Madrid, Ediciones Siruela, 1986 (Publicado inicialmente en italiano
por la Editorial Franco María Ricci).
315. Borges, Jorge Luis; La biblioteca de BaW. Prólogos, pág. 33. Buenos Aires, Emecé, 2000.
31ó. Op. Cit., pág. 7.
317. Op. Cit., pág. 11.
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CARLOS ABRAHAM
318. Cf. ni respecto el capítulo VI de este libro, donde'desarroll&mos más extensamente esta cuestión.
319. "Tendríamos que incluir dentro de la literatura fantástica textos como el undécimo libro de la
Odisea, el sexto libro de la Eneida''. Vásquc:, María Esther; Buiges, sus dhis y su tiem/*>, pág. 152.
320. En el prólogo a El tnwaJo tigre, una compilación de "cuentos maravillosos" de origen folklórico,
Borges dice que la obra constituye “uno de los más insólitos acercamientos a la ficción fantástica”. En: Im
biblioteca de Babel. Prólogos, pág. í 27
321. "La metafísica es una rama de la literatura fantástica", en Obras completas ¡923-1972, pág. 436.
322. Es recurrente en Borges una notable precariedad en cuanto a reconocer los rasgos diferenciales de
comentes literarias sólo superficialmente similares. La adscripción de numerosos géneros literarios heterogé
neos u la noción Je fantástico (que operaría como “categoría bolsa") tiene un paralelo en la teoría postulada
en el prólogo de 1954 a Historia universal de la infamia, donde afirma que todas las literaturas poseen en algún
momento una etapa barroca, en vez de considerar que el concepto de barroco corresponde a una circunstan
cia estético/histórica muy determinada de la Europa del siglo XVI (entre cuvos rasgos constitutivos figura, por
ejemplo, la Contrarreforma).
323. Podlubne, Judith; “La imaginación razonada". En: Cueto, S., Giordano, A. & otros; jorges ocho
ensayus, pp. 86-87- Buenos Aires, Beatriz Virerbo Editora. 1995.
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BORGES Y LA CIENCIA FICCIÓN
324. Biov Casares, Adolfo; La invcncióix Je Muve!, pág. 44- Buenos Aires, Colihue, 1939.
325. Textos ciiutúos, pág. 133. El verdadero año de publicación del texto de Machen es 1916. Se trata
de una noueeüe donde los animales se rebelan contra la humanidad.
326. Textos ctuiiivus, pój». 110._
327. Tonos cuuttms, pág. 197.
328. Sorreatino, Fernando; Siete conversuctono líni Jorge Litis Borges, pág. 48.
329. Stapledon, Olaf; Hacedor Je estrellas, pág. 8.
330. Borges, Jorge Luis; Burees m al, pág. 66. Buenos Aires, Emecé/Editorial de Belgrano, 1Q7°.
331. Vásquer, María Esther: Boíles. Esplendor \derruía, pág. 172.
< 99 >
CARLOS ABRAHAM
334. La ciencia ficción facilita que con frecuencia se produzcan transvasamientos de tramas propias
hacia otros géneros, o de otros géneros hacia sí misma. Eso se debe a que la aplicación o eliminación de sus
extremadamente visibles marcas genéricas cambia notablemente el aspecto del argumento base, posibilitan
do que no pueda hablarse de un plagio. U n ejemplo paradigmático es el uso de historias del Antiguo testamen
to en clave de ciencia ficción, realizado por Jane Yolen en “Una infestación de ángeles". La ciencia ficción se
caracteriza no por una estructura argumental determinada (como el policial o la utopía) ni por buscar un efec
to determinado en el lector (como es el caso de la sátira, la novela humorística o de aventuras), sino por los
elementos intervinientes (descripciones científicas v ambientación futurista). Quitados éstos, un texto del
género es indistinguible de un texto fantástico o realista.
335. “El arte fantástico emerge, más que del sujeto, de la manera de tratarlo". Alazraki, Jaime; La prusu
narrativa Je Jorge Luis BrJiges, pág. 290. Madrid, Gredos, 1974.
33ó. Sorrontino, Fernando; Siete* conversaciones cun Jorge Luis Borges, pág. 122.
337. Prieto, Adolfo; Borges y la nueva generación, pág. 18. Buenos Aires. Letras Universitarias, 1954-
Puede argüirse que los fragmentos citados son un tanto extremos, pero
constituyen la opinión de uno de los principales críticos del período y por lo
tanto poseen valor representativo. Era una postura nada infrecuente en el
período; según Waldo Frank, “Jorge Luis Borges, el estilista más fino de su
generación, dedica descaradamente su genio a una literatura de fantasía y de
franca escapada -dando incidentalmente a la novela detectivesca una exce
lencia literaria desconocida”.’*1La posición del campo intelectual frente a la
literatura de masas -en este caso, cuento fantástico y novela policial- es ni
siquiera considerarla literatura; puede deducirse, por lo tanto, que frente a la
ciencia ficción tal actitud no hubiera variado, y posiblemente sería aún más
extrema (apoyándose en conceptos tales como “escapismo" e “irrealidad”).
1-
En la reseña de Last and first metí, de O laf Stapledon, se lee:
,
340. "Huios o i u u i o s pp. 197-198.
341. Vásquc;, María Esther; Borges, stts días y su tiempo, págs. 158-159.
El film T/imgs to come (1936), con guión de H.G. Wells, inspiraría a Borges
opiniones similares. En su reseña542de la posterior novelización del guión por
parte del propio Wells, destaca que el autor disiente del modo en que el film
fue realizado: “Escribe Wells: 'Quiero que Osvvald Cabal parezca un fino caba
llero, no un gladiador con su panoplia o un demente acolchado. Nada deja??
ni de artefactos de pesadilla. Que todo sea más grande, fiero que no sea nunca
monstruoso’". Algunos témiinos similares aparecen en el comentario de
Borges, como “fealdad”, “impresión general... de pesadilla, y monstruosa”.
Según J.E Tonette, Things to come constituye uno de los principales
ejemplos de un cliché de los films de ciencia ficción de los años 30: la
“monumentalización":
2-
Borges criticaba ásperamente el aire de divulgación científica que
solían tener muchos relatos de space opera y de hard science fiction de
aquellos años. Podemos citar numerosos ejemplos:
a)- En el “Prólogo” a sus Obras completas en colaboración, afirma que
351. Textos arnacos, pág. 195. Ya que liemos vuelto a mencionar el esoterismo, no olvidemos que Borges
ha sentido siempre un gran interés por el tópico de las logias de cultos secretos y las sectas iniciáticas -propio
de la éptKa, que asistió al surgimiento de la Fraternidad Rosacruz, las religiones del Medio Oeste norteameri
cano, el Alba Dorada, las sociedades teosóficas, etc-. Pero lo ha “ennoblecido" -estilizado, canonizado' adscri
biéndolo a heresiarcas y gnósticos de la antigüedad griega y paleocristiana. Es una utilización de elementos del
esoterismo de Güiraldes y Lugones, que gana capital simbólico por el hecho de la erudición que supone con
respecto al esoterismo y teosofisnio más difundidos. Así, pir ejemplo, el cuento “La secta de los treinta".
352. Textos cautivos, pág. 145. Cf. también: Alifano. Roberto; O jm ’ersotwnes con pág. 188.
353. P*)dlubne, judith; Op. Cit., pp. 89-90.
J.L.B.: Yo creo haber leído que Dostoievsky era lector de Dickens, y pare
ce que hubo un momento, según Forster, amigo y biógrafo de Dickens, en que
Dickens dijo que él no podía mirar a ningún lado, él no podía pensar un
argumento, sin que en la punta no hubiera “murder" (asesinato).
O.F.: Bueno, un poco como Dostoievsky.
J.L.B.: Sí, y eso se nota porque creo que los asesinatos de los personajes;
los asesinatos de Dickens, cuentan entre los mejores, ¿no?. Se ve que él sen
tía profundamente aquello, yo recuerdo, casi no hay novela de Dickens sin
un asesinato (salvo Pickwick papers); y esos asesinatos son, buerio, muy
convincentes y muy distintos unos de otros.
O.F.: Quizá más aún que en algunas novelas policiales.
J.L.B.: Sí, quizá más aún, sí. Bueno, es que en la novela policial el asesi
nato es un pretexto para la investigación. Puede hacerse una buerui novela poli
cial sin un criirien. Por ejemplo, uno de los mejores cuentos policiales, “La carta
robada" de Pbe; bueno, ahí lo importante es el hecho de haber escondido la
carta en un lugar evidente, y que la carta fuera invisible por esa razón, ¿no?.
O.F.: A llí lo importante es el enigma, digamos.
J.L.B.: Lo importante es el enigtm, sí.™
Poe escribió estos tres cuentos: “Los crímenes de la calle Morgue", “La
carta robada” -que es el mejor de todos-: la idea de que algo obvio puede
ser invisible; la idea que usó Chesterton para su cuento "El hombre invisi
ble". Y luego, sí, “El misterio de M aría Roget”, que vendría a ser la perfec
ción de la novela policial, en el sentido de que no hay ninguna acción físi
ca; hay simplemente la exposición de un crimen, una discusión acerca de
354. Borges, Jorge Luis &. Ferrari, Osvaldo; Diübgus últimos, pág. 50. Buenos Aires, Sudamericana, 19S7.
353. El creador de esta tendencia en la literatura policial es Arthur B. Reeves, autor de The fnAsoned [vn
(1911) v The silcnt hullet (1912). En sus novelas los detectives utilizan laboratorios, resolviendo los enigmas
por medio de pericias químicas o balísticas, en vez de por la lógica. Durante la Primera Guerra Mundial fue
comisionado por el gobierno de EE.UU. para crear un laboratorio forense para la lucha contra el espionaje.
359. Borges, Jorge Luis; Textos cautivos, pág. 168.
360. Textos omíteos, pág. 185.
3ól. Textos cautivos, pág. 201.
362. Textos cautivos, pág. 245.
3ó3. Una actitud similar puede apreciarse incluso hacia géneros ajenos a la literatura de masa (v, por
lo tanto, "respetables”), como la novela realista que intenta copiar numéricamente aspectos de la vida con
temporánea, en vez de inventar primero un argumento y luego crear un ambiente apropiado. Según
Balderston (Op. Cit., pág. 25), “Borges y Biov a menudo ridiculizan la tendencia rural de la novela argenti
na. más interesada en los nombres exactos de las partes de una montura que en contar un argumento cauti
vante, el tipo de narrativa definido por Borges como mera vcmumiluud sin invención".
3-
Otro argumento de Borges en contra del elemento técnico en la cien
cia ficción es que no suele estar suficientemente explicitado. Es decir, se
trataría de un argumento inverso al anterior (que criticaba el exceso de
elementos técnicos), y está basado en el hecho de que los inventos o
máquinas portentosas son mencionados pero no descriptos con precisión,
en una fundamentación de sus mecanismos. Esto causa una disminución
en la verosimilitud, que a la larga hace preferible la simple explicación
mágica, validada por la tradición. Para citar literalmente:
364. Visque:, María Esthcr; Bordes, mis ilias y su tiempo, págs. 15Ó-157.
365. Este criterio también puede apreciarse en sus selecciones de textos para antologías. Por ejemplo, e
fragmento de Star m alar incluido en la Antología Je (a fueruturu /amustia! es uno de los más prístinamente filo
sóficos de la novela, la cual en turas secciones abunda en referencias a la ciencia y técnica futuras. En la
misma antología, se incluve “Enoch Soames". de Max Beerbobm. El cuento posee unas típicas atmósfera y
trama de ciencia ficción, y la descripción del Londres futuro es digna de Wells. Sin embargo, esos ingredien
tes se ven aligerados (o sacados de foco) por el tópico de la búsqueda tic la gloria literaria alrededor del cual
se articula el cuento, v por el recurso a un elemento sobrenatural (el diablo) para explicar el viaje temporal.
366. Borges, Jorge Luis: "Prólogo" a: Bioy Casares. Adolfo; La invención Je Morel, págs 43-44. Buenos
Aires, Colihue, 1989.
367. Adorno, T. &. Horkheimer, M.; Dialéctica de la ilustración (esp. el artículo “La industria cultural").
Madrid, Trotta, 1994-
vista de 1963, afirma: “La novela policial tiene unidad, y ello es funda
mentalmente importante en nuestro tiempo. (...) Los relatos policiales,
aunque despreciados por muchos, tienen la virtud de recordar a los lecto
res que la obra de arte debe tener un principio, un medio y un fin.
Fenelón, hablando del orden, dijo que era lo más raro en las operaciones
del espíritu, y los autores de ficciones policiales, buenas o malas, han
recordado a nuestro tiempo la belleza y la necesidad de un orden y de una
regularidad en las obras literarias”.3^ En otra entrevista, esta vez de los
años ochenta: “Lo que me atraía de la novela policial era que de alguna
manera estaba defendiendo lo clásico, el orden. Mientras que la literatu
ra de cierta época y quizás también la de ahora tienden al caos”.'169
Su último avatar aparece en las reflexiones de Borges acerca del géne
ro novela, al que considera demasiado extenso como para que un argu
mento resulte plenamente funcional: “La mejor novela tiene largas parra
fadas inútiles, destinadas simplemente a servir de puente entre un episo
dio y otro, verdadero relleno"370; “En libros no muy breves, el argumento
no puede ser más que un pretexto, o un punto de partida”371; “En un buen
cuento de Kipling, todo puede ser esencial, cada palabra, por eso se trata
de un género más real que la novela, que es algo artificial. En la novela
hay digresiones, descripciones de paisajes, interferencias del autor con sus
opiniones, trechos innecesarios. La novela se hace para llenar un libro”.372
Este tópico373 resulta funcional con respecto a nuestra investigación,
debido a que la enfática valoración del argumento que realiza Borges por
sobre otros elementos textuales priorizados en los circuitos literarios de la
primera mitad del siglo XX (como la experimentación con la sintaxis, en las
vanguardias) permite inscribir a su asimilación de estructuras arguméntales
de diversos textos de ciencia ficción -y al simultáneo abandono de otros
aspectos de los mismos- dentro de las líneas generales de su pensamiento
teórico acerca de cuestiones relativas a la estética literaria.
El segundo postulado que nos interesa destacar es la dicotomía que
3ÓS. Vásque:, María Esther; Borges, sus días y su tiemjxj, pág. 141. Buenos Aires, Javier Vergara Editor. 1999.
369. “Yo querría .ser el hombre invisible" (reportaje por María Ester Gilio). En: Crisis, N-’ 13, pág. 47.
370. “Yo querría ser el hombre invisible" (reportaje por María Ester Gilio). En: Crisis, Ny 13, pág. 45. Según
Gramuglio, la poética de Borges en los años treinta y cuarenta puede sintetizarse como "...la defensa del cuento
policial y del fantástico, géneros que por su economía y rigor constructivo pueden oponerse a la novela realista por
entonces predominante en la Argentina, y aún, a la variante psicológica representada en Sur por Mallua".
Gramuglio. María Teresa: “Borges. Bioy y Sur. Diálogos y duelos". En: Punto de Vista, N'í 34. jul-sept. 1989, pág. 12.
371. Obras completas 1925-1972, pág. 697.
372. “Entrevista a J.L.B." (reportaje por Renato Modemell). En: Status Nv I, pág. 28.
373. Cf.: Catelli. Nora; "La vuelta a la narración", en: Pumo Je Vista Ny 18. agosto de 1983, pp. 38-40.
374 Por ejemplo, cuando en “Kafka y sus precursores" postulaque“la palabra precursor es indispensa
ble. pero habría que tratarde purificarla de toda connotación de polémica o de rivalidad".
375. Térros aiutiVas, pág. 173.
37ó. Obras completas 1923-1972, págs. 639-Ó40.
377. Obras completas 1923-1972, págs. 642-645.
382. Maingueneau, D.; Introducción a los métodos de análisis del discurso, pág. 142. Buenos Aires,
Hachecte. 1989.
383. Borges, Jorge Luis; Textos cautivos, pág. 202.
3S4. Cf.: Celia, Susana (comp.); Dominios Je la liceratura. Acerca Jcl canon, pág. 25.
385. Hacemos «otar que en “El Aleph” se reemplaza un objeto mecánico (el huevo de cristal) por uno
mágico o metafísico (el aleph); en cuanto al escenario reflejado, se reemplaza el planeta Marte -típico de un
texto de ciencia ficción- por la Tierra (el texto dice que el aleph muestra el entero universo, pero la enume
ración en que se mencionan algunas de las percepciones del protagonista sólo incluye descripciones de ele
mentos presentes en la Tierra).
3Só. En esto entra en consideración un concepto que Borges toma Je la novela policial, y queha apli
cado a toda su obra en prosa: que los hechos narrados deben dar la impresión de inevitabilidad, que sea impo
sible para el protagonista seguir otro camino que el señalado en el relato
387- Por ejemplo, “La muerte y la brújula" v “La forma de la espada".
38S. Noé Jitrilc señala: “Borges, como se advierte en Ficciones (...) y El Aleph, muestra en sus apenas per
sonajes un sujeto insuficiente trente a una pluralidad a la que no puede escapar ni negar”. En: "Hacia una
semiótica de la riqueza'', en: VV.AA.; Coloquio intenutaonal: Borges, Caluno, la literatura. Volumen I, pág. 03.
389. Es decir, más prestigiosamente próximos a los actantes de Kafka •> de la literatura existencialista.
390. Cf.. ai respecto, el análisis de “Utopía de un hombre que está cansado", en el capítulo 4, sección
“d" de este ensayo.
391. Ver capítulo 5. sección “h" de este ensayo.
392. Esto también ocurre en relatos de Borges no derivados de la ciencia ficción. En “El otro", los per
sonajes hablan de El diiblc de Dostoievsky. En “La lotería en Babilonia", cuento reconocidamente inspirado
en Kafka, se menciona ‘‘una letrina sagrada llamada Qaphqa" (Obras ampielas 1923-1972, pág. 458).
393. “ La » laberintos policiales y Chesterton", en: Borges, Jorge Luis: Borges en Sur 1931- 1980. Buenos
Aires, Emecé, 1999. Es interesante destacar que algunos géneros de la literatura de masas, como la novela
policial, el melodrama y el folletín, están típicamente estructurados en base a repeticiones, acumulación de
incidentes y dilaciones para mantener la expectativa (ver a este respecto: Amar Sánchez, Ana María; Juegos
de seducción y de iraiaún. pág. 43): la economía de medios propugnada por Borges puede verse así no sólo
como una busca de elegante brevedad, sino también como un consciente apartamiento de una de las carac
terísticas más reconocibles de algunos géneros de la literatura de masas.
los terrestres habían alcanzado gracias a la vista, y que aún en su forma más
abstracta conservan huellas de su origen visual, eran concebidas por los
Otros Hombres en términos de gusto. Por ejemplo, nuestro brillame, que
aplicamos a personas o ideas, era para ellos una palabra con el significado
literal de sabroso. En vez de lúcido ellos usaban un término que habían
empleado los cazadores de las épocas primitivas para designar un rastro que
se podía seguir fácilmente con el gusto. Tener una ilumtnaciái religiosa era
saborear los prados del cieh. Expresaban también muchos de nuestros con
ceptos sin origen visual con palabras que se referían al gusto. Complejidad
era muy condtmencado, una palabra aplicada originalmente a la confusión de
los gustos en un estanque frecuentado por muchas bestias. Incompatibilidad
se derivaba de una palabra que designaba la antipatía que sentían mutua
mente ciertos individuos a causa de sus sabores”.3,6Se describen luego varias
naciones en las que está dividido el planeta, cada una con un sabor distin
to y por lo tanto con un lenguaje distinto. En Borges, “Las ilaciones de ese
planeta son -congénitamente- idealistas. Su lenguaje (...) presupone el ide
alismo. El mundo para ellos no es un concurso de objetos en el espacio; es
una serie heterogénea de actos independientes. Es sucesivo, temporal, no
espacial. No hay sustantivos (...), no hay palabra que corresponda a la pala
bra luna, pero hay un verbo que sería en español lunecer o lunar. Surgió la
luna sobre el río se dice hlór u fang axaxaxas mío, o sea en su orden: hacia arri
ba (upward) detrás duradero-fluir luneció. (...) Lo anterior se refiere a los
idiomas del hemisferio austral. En los del hemisferio boreal (...) la célula pri
mordial no es el verbo, sino el adjetivo monosilábico. El sustantivo se fonna
por acumulación de adjetivos. No se dice luna: se dice aéreo-claro sobre oscu-
ro-redondo o anaranjado-tenue-debcielo o cualquier otra agregación".'9'
Existe otra huella rastreable en estas citas: la existencia de diversas
naciones en ambos planetas, con sentidos físicos y concepciones del mundo
(respectivamente) diferentes, y por lo tanto con lenguajes diferentes.
El hecho de que Borges, para fundamentar que todos los habitantes
del hemisferio austral sean idealistas, deba decir que lo son “congénita
mente” (rasgo que resulta -como mínimo- poco creíble), refleja una
tensión textual derivada de reemplazar un rasgo biológico, inmodifica-
ble, por algo mucho más lábil y variable: una posición filosófica.
39ó. Hacedor de escretíos, pág. 41-42. También en el texto de Lewis, cuyo protagonista es un filólogo, hay
una continua preocupación por la temática del lenguaje alienígena. De las tres ra:as del planeta Marte, una
posee un lenguaje adecuado a la ciencia; otra, uno adecuado a la filosofía: la última, uno adecuado a la poesía.
397. Obras completas 1923-/972, pág 435.
402. Ambas citas en: Borges, Jorge Luis; Obras ctrniplecas 1975- f985, pág. 35.
403. Borges, Jorge Luis; Obras compícuis 1975-1985, pág. 72. <
404. Borges. Jorge Luis & Zemborain de Torres, Esther; ínmxíULCÑfri a la literatura nortea/nenearia, pág. 123.
405. Vasquez, María Esther; Bordes, sus días y su tiempn, pág. 157.
40ó. Vásquer, María Esther; Borges. sus días y su tiempo, pág. 157.
407. Borges. Jorge Luis: Pn'ilogu con un prólogo de prólogos, pág. 40.
403. Borges. J.L; Bioy Casares. A. & Ocampo, S.; Antuíogía de la literatura fantástica, pág. 414.
409. Borges, Jorge Luis; Obras completas 1975-19S5, pág. 393.
410. El tópico de la intromisión de una conciencia extraña en un cuerpo aparece trabajado también en
el relato “El doctor Satirópolus". en: Borges. Jorge Luis & Levinson. Luisa Mercedes; La hermana de Eloísa.
Buenos Aires, Ene Editorial, 1955.
411. El relato apareció cu 1962 en la antología More Pa\guín science ftetion, compilada por Brian Aldiss.
La editorial Penguin ora una de las más populares en Inglaterra, v muchos de los libros importados por la libre
ría Mitchell v reseñados por Borges en los años treinta v cuarenta tenían su sello.
412. Obras completas 1923-1972, pág. 1071.
413. También es igual el sentido último del relato: la postulación de que la humanidad no es el centro
del universo, ni portadora del Orden cósmico, sino un grupo de criaturas falibles y quizá monstruosas.
414- A esto contribuye también la alusión a Swift presente en el uso del término “yahoo", que en los
Gulliver’ * rrmtfís designa a unos seres humanos que han retomado a una condición bestial. La alusión fun
ciona como "cita reliquia", como presentación de un referente prestigioso y clásico, que legitima el texto.
415. Borges, Jorge Luis 6*. Ferrari, Osvaldo; Libnt Je JiiÜugus, pág. 230. El texto de Wells al que Borges
se refiere es \X%m the slecper w jk a (1899).
416. Alifano, Roberto; Conivrxadunc* con Bordes. pág. 172. En sus cursos de Literatura Inglesa en la
Universidad de Buenos Aires, Borges repite el concepto: “El doctor Jeckvll bebe el brebaje (...) y queda con
vertido en un ser que es puramente malvado, cruel y despiadado. (...) Finalmente uno de lew personajes se
mata y con él muere el otro. Esto ha sido imitado por Oscar Wilde en el último capítulo de El retrato Je Dorian
Giít*' Ustedes recordarán que Dorian Grav es un hombre que no envejece, es un hombre que se sume en el
vicio, pero va envejeciendo su retrato. En el último capítulo de Dorian Cray, Dorian, que es joven, que tiene
aspecto de pureza, ve su propia imagen en ese espejo del retrato. Y entonces mata al retrato y él muere". En:
Borges. Jorge Luis; Borges profesor. Edición de Arias, Martín y Hadis, Martín. Buenos Aires, Emecé, 2000.
Oscar Wilde solía regalar argumentos para que otros los ejecutaran; ambas
conductas, aunque superficialmente contradictorias, pueden evidenciar
un mismo sentido del arte. U n sentido ecuménico, impersonal”.415
Otros ejemplos de este tópico en la obra de Borges son la descripción
de la literatura de Tlon (“En los hábitos literarios también es todopodero
sa la idea de un sujeto único. Es raro que los libros estén firmados. No
existe el concepto del plagio: se ha establecido que todas las obras son
obra de un solo autor, que es intemporal y es anónimo”420) y el autorretra
to de “Borges y yo” (“Lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro”421).
En su obra es frecuente la crítica al prejuicio moderno de la originalidad.
Por ejemplo, su reseña de una novela de ciencia ficción de Jacques Spitz:
“El hecho de que Wells, Voltaire y Jonathan Svvitt hayan jugado previa
mente a ese curioso juego antropométrico es tan indiscutible y notorio
como insignificante”422. En un prólogo a una antología de relatos de
Lugones, afirma: “Es evidente que el relato “Los caballos de Abdera” pro
cede del soneto Faite des Centaures de Heredia; pero no es menos eviden
te que supera a su modelo. Bástenos recordar el torpe verso: LHiorreur
gigantesque de l’ombre herculéenne, con la frase final de nuestro escritor”.42'
En una entrevista de 1964 amplía estos conceptos: “Wells era muy
amigo de Henry James. James leyó esta novela [The time machine] y
pensó que él podía hacer algo con ese tenia. James descartó el artificio
científico y creo que obró bien, porque es más fácil creer en un talis
m án o en una magia (esto es convencional para nosotros) que en una
m áquina que pueda andar por el tiempo. Además, Henry James era un
hombre interesado en la psicología, en los caracteres: prefirió que su
viajero del tiempo no recurriera a elemento alguno. (...) A q u í tendría
mos, creo, la mejor forma de esta historia que fue entrevista por
Coleridge, que fue continuada por Wells y que tue perfeccionada por
Henry James. U n ejemplo espléndido del juego con el tiempo”.424
Una justificación distinta del mismo acto de apropiación de ideas es
ensayada por Borges en una entrevista de 1985. En ella, postula que hallar
inspiración en otras obras es algo tan lícito como hallarla en la propia expe
riencia vital, por el simple hecho de que las obras leídas fomian también
parte de la experiencia vital: “Melville vio que el color blanco (...) puede ser
terrible también. Ahora, esa idea él puede haberla encontrado -por qué no
encontrar sugestiones en un libro, en una lectura, de igual manera que en
cualquier otra cosa; ya que una lectura es algo no menos vivido que cualquier
otra experiencia humana-, yo creo que él encontró esa idea en ‘El relato de
Arthur Gordon Pym', de Poe. Porque, el tema de las últimas páginas de ese
relato, lo que empieza con el agua de las islas; esa agua mágica, esa agua vete
ada, que puede dividirse según las vetas; bueno, en eso, hacia el final, está el
horror de la blancura. (...) Y esa idea Melville la aprovechó para M oby Dick
(‘aprovechó’ es un apelativo peyorativo que yo lamento haber usado) ”.4:3
Este tópico también puede analizarse a partir de las reseñas de los
años treinta en El Hogar. Allí, como hemos expuesto previamente,
Borges distingue entre la invención y la ejecución de una obra, entre el
artista inventivo y torpe en la plasmación de esa invención, y el artista
hábil para dar forma acabada a un argumento ya existente. El ejemplo
del primer tipo es Poe; no aparecen mencionados ejemplos del segun
do (aunque el rótulo conviene a James o a Shakespeare). La jerarquía
de ambos, para Borges, es idéntica: no es menos artista el perfecciona-
dor que el inventor. Esta pareja valoración de las “idiosincracias artís
ticas” resulta reivindicatoría de la idiosincracia de “artista ejecutor”,
Aponiéndose al mencionado prejuicio moderno de la originalidad.
Por lo tanto, tenemos en la obra de Borges tres apologías, tres argu
mentaciones a favor de los procesos de reescritura de textos ajenos: a)- La
casi mística declaración de la unidad profunda y esencial de los artistas, b) -
El hecho de que una lectura es parte de la experiencia vital de un escritor,
c)- La idéntica valoración de los dos grupos en que clasifica a los artistas.
Para concluir, agregaremos que el ejemplo señero de esta reelaboración de
la novela de Wells hecha por James no sólo ha llevado a Borges a redactar el
ensayo mencionado, sino también un relato en que intenta otra variación de
Tlie time rnaclmi£ según una aplicación a ultranza del método jamesiano: “La
otra muerte", de El Aleph. En este relato, el protagonista, Pedro Damián, no
viaja en el tiempo por medio de una máquina (como en Wells) ni por medio
de la identificación con el pasado (como en James), sino que por medio de su
voluntad logra cambiar el pasado. En su juventud se había acobardado en la
batalla de Masoller, hecho por el cual vivió arrepentido el resto de su vida; en
la hora de su muerte, revive en el delirio de la agonía aquella vieja batalla. Al
tiempo, cuando el nanador entrevista a algunos veteranos que anteriormen
te le habían hablado de su cobardía, éstos le dicen que Damián murió en la
batalla, y que se portó como un valiente. El nanador concluye: “Así, en 1946,
425. Borges, Jorge Luis 6c Ferrari, Osvaldo; Libro Je diálogos, pág. 49. Buenos Aires, Sudamericana, 1986.
por obra de una larga pasión, Pedro Damián murió en la derroca de Masoller,
que ocurrió entre el invierno y la primavera de 1904”.42°
La anécdota fantástica, en este relato, es aún más “elegante” que en
el texto de James, porque el viaje material al pasado se reemplaza por
una modificación del pasado mediante la voluntad.427 Entre los parale
los entre ambos textos, podemos señalar:
a)- Se cita repetidas veces “The past", un poema de Emerson. Este hecho
puede leerse como una alusión al título de la obra de James, Tlie sense ofdie pase.
b)- Así como el protagonista de James busca identificarse con una
época del pasado, a través de una minuciosa preparación que incluye
usar las vestimentas del período, leer los mismos libros, escuchar la
misma música, etcétera, Pedro Dam ián va preparándose cuidadosa
mente, buscando la verdadera valentía: “Volvió a Entre Ríos; no alzó la
mano a ningún hombre^ no marcó a nadie, no buscó fama de valiente,
pero en los campos del Ñancay se hizo duro, lidiando con el monte y la
hacienda chúcara. Fue preparando, sin duda sin saberlo, el milagro".428
Buscando, en una palabra, identificarse con el pasado deseado.
c)- En el relato de Borges aparece repetidas veces la mención de una
fotografía tomada a Pedro Damián en 1942, que el narrador ha perdido y
a la que tiene miedo de encontrar (por dos razones: 1)- Es la fotografía de
un fantasma. 2)- El verla uniría al narrador con la historia universal ante
rior, en que Damián fue cobarde; esto motivaría su desaparición, por ser
incongruente con la segunda -y definitiva- historia universal, en la que
Dam ián fue valiente). En “La flor de Coleridge", Borges relata que en la
novela de James el nexo “entre lo real y lo imaginativo (entre la actuali
dad y el pasado)” es también un retrato, que “data del siglo X V III y que
misteriosamente representa al protagonista". Cuando éste viaja en el
tiempo, “entre las personas que encuentra, figura, necesariamente, el pin
tor; éste lo pinta con temor y con aversión, pues intuye algo desacostum
brado y anómalo en esas facciones futuras”.429 Es decir, en ambos textos el
retrato del protagonista funciona como nexo entre el pasado y el presen
te, y además constituye un elemento generador de temor.
Como vemos, “La flor de Coleridge" constituye un metatexto (o,
mejor dicho, un texto programático) del proceso de elaboración de nume
rosos relatos de Borges, entre los cuales “La otra muerte" es sólo uno más.
Adolfo Bioy Casares, del mismo modo que Borges, es un autor con
numerosos vínculos con la ciencia ficción. La importancia del género
en sus textos narrativos ha sido reconocida por virtualmente todos los
estudios críticos de cierta envergadura.4,0 Pese a no haber registrado
metódicamente sus lecturas en reseñas (como Borges en sus crónicas
430. Sin embargo, aún no existe un estudio que dé cuenta de esta temática con exclusividad v exhaus-
tividad, con un conocimiento profundo del género, y con consideración de la recepción del género por parte
del campo intelectual argentino del período. De hecho, el único trabajo que se ha ocupado en exclusiva de
la ciencia ficción en la obra de Adolfo Bioy Casares es el artículo “ABC de la ciencia ficción argentina" de
José de Ambrosio (Cuasar N2 22, oct. 1990). Debido a su brevedad sólo realiza un recorrido muy somero por
los textos del autor (por ejemplo, se omite toda mención de un relato clave como “De los reves futuros"), limi
tándose a ser poco más que un resumen de los diversos argumentos; también aparecen afirmaciones suma
mente discutibles, como la de que Holmberg, Lugones, Quiroga y Borges nunca escribieron ciencia ficción.
Dicho sea de paso, tampoco existe bibliografía crítica (ni sobre el tema específico de la ciencia ficción ni sobre nin
gún ota)) dedicada a los siete primeros libros del autor: Priftjgu (1929), \ újiíJ j J u Una aitnuuru tairm/icu (1930), 17dis-
[Mjrtx ojncru lo fw enir (1933), Caos (1934), La nueva CíTmientu o La váJa rruííiiple Je .Juan Ruteno (1935), La estatua case
ra (1936) y Luis Giwe, muerto (1937). En lo que respecta a la ciencia ficción, nuestra tesina sulxsana esa deficiencia.
431. Borges deploró en varías ocasiones los elemente* pseudocientíficos de La invención Je M urcl.
Citamos un fragmento de sus diálogos con Sábato: ‘'Sábato: ...Wells es dcmasiaJo mecanizado. Un poco de
literatura fantástica de la Revolución industrial. Borges: Sí, tengo discusiones con Bioy Casares sobre eso. Yo
le digo que es más fácil creer en talismanes que en máquinas. Sábato: Tiene razón. La invención Je M urcl es
una obra magnifica, pero personalmente la habría preferido sin maquinarías ni explicaciones. Borges; Habría
sido mejor que eso ocurriera. Uno acepta un talismán, digamos un anillo que hace invisibles a los hombres;
en cambio Wells tiene que recurrir a explicaciones químicas, \eso es menos creíble. El anillo sólo exige un
acto de fe; lo otro, todo un proceso". En: Borges. Jorge Luis & Sábato, Ernesto. Diálugus Burees-Sábalo, pág.
30. Buenos Aires, Emecé. 1996.
432. Como, por ejemplo, el postulado de que la inspiración inicial para “La trama celeste" se origina en
filósofos como Blanqui o Cicerón.
433. Bioy Casares. Adolfo; Cuos. pp. 85-89. Buenos Aires, Viau v Zona Editores. 1934.
434. Op. Cit., pág. S°.
435. O p. Cit., pág. 97.
436. Op. Cit.. pág. 101.
437. Cf., entre otros: Borges. Jorge Luis; “Prólogo" a la primera edición del rexto (Buenos Aires, Sur.
1940). Moreno-Durán, R.H.; "El amor, ese peremne antídoto contra la muerte", en: VV.AA.; A propósito Je
Adolfo Bioy Casares Bogotá. Norma. 1994.
438. de lisie Adam, Villiers; La Eva futura, pág. 44. La Plata, Editorial Calomino, 1943.
439. Villordo, Oscar Hermes; Genio y figura Je AJolfo Biny Casares, pág. 85. Buenos Aires, Eudcha. 1983.
440. Este modo de paso de un mundo a otro es casi idéntico al que figura on “Utopía de un hombre qu
está cansado”, de Jorge Luis Borges.
441• Bioy Casares, Adolfo: La (ruina edeste, pág. 37.
442. Podemos postular, por lo raneo, que Lose and first men constituye otra de las fuentes arguméntales
de la novela de 1940.
443. El relato es uno de los preferidos del autor, según so deduce de su inclusión en la segunda edición
de la Antología Je la literatura fantástica (1965).
449. Bioy Casares. Adolfo; Obras nimfilccas. Nótelas II, pág. 404. Buenos Aires, Norma. 1998.
450. Un avatar actual es el film Mucm (1999).
451. Madrid, Editorial Sans Calleja, 1922.
452. Bioy Casares, Adolfo; El héroe de las mujeres, pág. 147. Buenas Aires, Emecé, 1994.
453. Op. Cit., pág. 147.
454. Historias desaforadas, pp. 52-53. Buenos Aires, Emecé, 2000.
455. Historias desaforadas, pág. 64.
45ó. El título, por supuesto, alude a la distinción kantiana entre nóumaro (cesa en si) y/crvVrcav; (cosa percibida).
457- Historias 1IcsafuTudus, pág. 113.
458. Chetovek-Amfibiya, U.R.S.5.. 1961, basado en una novela del mismo título de Aleksandr Belvayev.
459. El nombre del asteroide es una evidente alusión a Luciano de Samosaca (125-192 a.c.), autor de
Historia verdadera, donde se narra un viaje a la luna.
460. Su titulo posiblemente constituye un homenaje a un difundido relato decimonónico de ciencia ficción
de Carlos Monsalve, “De un mundo a otro". Este texto, cuya edición original aparece en JuienilLt (Buenos Aires,
Imprenta de El Diario, 1884), ha sido reeditado en numerosas ocasiones (por ejemplo, en: Flesca, Haydée
(comp.): Anuj/rjjÍLi de literatura fantástica argentina. Nairadorvs del sigiu XfX. Buenos Aires. Kapelus:. 1970).
4Ó4. En esc año. aparecc la colección Minotauro (iniciada por Crónicas mardanas, de Rav Bradbury).
primera en ser presentada (ya desde su portada) con el rótulo “ciencia ficción". En la revista Mas Aííd (1953
1957) es notoria la ambivalencia entre “ficción científica" (que aparece en los primeros números) y “ciencia
ficción" (que predomina posteriormente).
4ó5. Por ejemplo, con cuestiones políticas.
4óó. "Adolfo Bioy Casares: La invención de Morel", en: Sur, Nu 75, dic. 1940, pp. 159-161.
467. Pág. 161.
468. Se califica al texto como “Obra de pura imaginación", “Teorema bien planteado y resuelto" y
“Finísimo aparato de relojería".
478 Cf.: La im-axdón Je Mond (1940) y el relato “Los afanes". B)- La:> especulaciones sobre el futuro, donde
se enfatiza e! vinculo con las utopías y cacoutopías. Cf.: Diano de b guerra del cerdo (19Ó9).
479 Cf. al respecto: Bastos, María Luisa; “Habla popular/discurso unificador: El sueño de los héroes''. En:
Revista Iherotinunicdna, N* 125. Oct.-dic. 1983. El artículo se centra en el proceso de incorporación de ele
mentos costumbristas del ámbito bonaerense de principios de siglo v rasgos del lenguaje oral popular.
4S0 Behar, Luisa Block de; “Una épica de la invención". Cuajemos Hispanotanerioinos, N* 609, marzo 2001.
481 “Son raras las narraciones de Bioy en que no se aluda a las artes de la invención o del conocimien
to. (...) Su gesta literaria anticipa una época de invenciones, previendo los aspectos equívocos de biologías
inciertas, de prácticas genéticas depravadas o medios instrumentales que intentan sustraer la vida a su fuga
cidad o deterioro, de investigaciones orientadas para superar esas fallas, de los avances mecánicos que repi
ten o retienen los instantes, de las ambiciones de una medicina capaz de trascenderlos y la invención de téc
nicas secretas o siniestras".
4S2. Kovacci, Olga: Adulfo Bioy Casares, pág. ló. Buenos Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1963
La cursiva es nuestra.
483. Nuestra intención en este capítulo es realirar un paneo general de la recepción de los elementos de
ciencia ficción en Bioy Casares, no una crítica esencialista. Sin embargo, nos permitimos la acotación de que, al
ser la ciencia y la técnica (tanto como la filosofía, la lógica y la teología) producciones epistemológicas humanas,
resulta sumamente arbitraría cualquier consideración acerca de la mavor o menor "humanidad” de una u otra.
4S4. Mauro, Teresa; “Biov Casares: la invención y la escritura”. En: VV.AA.: A pwp&ttu de Bit/y Casares
y su obra, pág. 31. Bogotá, Norma, 19°4.
485. Es decir, no son eliminados los prodigios científicos, sino sólo su explicitación técnica.
VII
C o n c l u s ió n
tual argentino del período, b)- Las premisas estéticas sostenidas por el
propio Borges.480
Bn el primer caso, nos encontramos con un ámbito hostil a la lite
ratura de masas (Prieto, Frank) y a la ciencia ficción (en las reseñas a
quien se adscribió explícitamente al género: Bioy Casares). En el
segundo, con diversas nociones y premisas constitutivas de la poética
borgiana, de la concepción borgiana del arte literario. Entre ellas, figu
ran la tendencia a la simplificación y la economía de recursos48', la valo
ración del elemento argumental, la mínima caracterización de los
actantes y la dicotomía escritor-inventor y escritor-ejecutor.
Borges no puede definirse simplemente como un escritor canónico
que realizaba refinadas operaciones de "búsqueda de joyas" en los pan
tanos de las literaturas marginales. Por el contrario, es un escritor ori
ginado en buena medida en ese terreno (Wells, Chesterton, Meyrink,
Stevenson), que realizó un minucioso -y hasta ahora no vislumbrado
por la crítica- proceso de apropiación de una literatura de masas (la
ciencia ficción) para tramar su propia “alta literatura”188.
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