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Soluciones de los Casos Prácticos de IDP Curso 2013/2014

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Soluciones de los Casos Prácticos de IDP Curso 2013/2014
CASOS DE INTRODUCCIÓN DE DERECHO PROCESAL
LECCIÓN 1. EL FUNDAMENTO DE LA JURISDICCIÓN: 1, 2 , 3 , 4 , 5 ,6, 7, 8, 9, 10
LECCIÓN 2: 11, 12, 13
LECCIÓN 3: 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20
LECCIÓN 4: 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31
LECCIÓN 5: 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38
LECCIÓN 6: 39, 40, 41, 42, 43, 44 , 45
LECCIÓN 7: 46, 47, 48, 49,
LECCIÓN 8: 50, 51, 52, 53, 54
LECCIÓN 9: 55, 56, 57, 58, 59, 60, 61, 62, 63, 64
LECCIÓN 10: 65, 66, 67, 68
LECCIÓN 11: 69, 70, 72, 71, 73, 74
LECCIÓN 12: 75, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82
LECCIÓN 13: 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 90
LECCIÓN 14: 91, 92, 93
LECCIÓN 15: 94, 95, 96, 97, 98
LECCIÓN 16: 99, 100, 101, 102, 103, 104, 105, 106, 107
LECCIÓN 17: 108, 109, 110, 111, 112, 113
LECCIÓN 18: 114, 115, 116, 117
LECCIÓN 19: 118, 119, 120, 121, 122, 123, 124, 125, 126, 127, 128, 129, 130
LECCIÓN 20: 131, 132, 133, 134, 135, 136, 137
LECCIÓN 21: 138, 139, 140, 141, 142, 143, 144, 145, 146, 147
LECCIÓN 22: 148, 149, 150, 151
LECCIÓN 23: 152, 153, 154, 155, 156, 157, 158, 159, 160, 161, 162, 163, 164
LECCIÓN 24: 165
Excluidos por largos o
Falta de derecho aplicable
Alta probabilidad de caer

Sección Primera

EL FUNDAMENTO Y CONCEPTO
DE LA JURISDICCIÓN

LECCIÓN 1. EL FUNDAMENTO DE LA JURISDICCIÓN

1. El presupuesto material: el conflicto y sus medios de solución


1.1. Autotutela
1.1.1 Calo I (§ 1)
1.1.2. Caso II (§ 2)
1.2. Autocomposición
1.2.1. Caso I (§ 3)
1.2.2. Caso II (§ 4)
1.2.3. Caso III (§ 5)
1.2.4. Caso IV (§ 6)
1.3. Heterocomposición (§ 7)
2. La Jurisdicción como poder y su legitimación histórica

2.1. La justicia popular (§ 8)


3. La legitimación de la Jurisdicción en nuestro sistema democrático

3.1. La responsabilidad de los Jueces y Magistrados (§ 9)


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3.2. La sumisión a la Ley (§ 10)

LECCIÓN 1: EL FUNDAMENTO DE LA JURISDICCIÓN

1. PRESUPUESTO MATERIAL; EL CONFLICTO Y SUS MÉTODOS DE SOLUCIÓN

1.1. AUTOTUTELA

1.1.1. CASO I (Caso 1)

1.1.1.1. SUPUESTO DE HECHO:


La semana pasada, Manuel y Pablo tuvieron una discusión por temas de dinero. Ambos se agredieron y acabaron en el
Hospital con diversas lesiones (rotura de piezas dentales, heridas que requirieron de intervención médica –puntos de
sutura-, etc).
Un amigo común pretende poner fin al conflicto surgido entre Manuel y Pablo y les ofrece el siguiente acuerdo de
mediación:
1º Que Pablo abone a Manuel los 500 euros que le adeuda.
2º Que Manuel Abone a Pablo los gastos hospitalarios, puesto que fue Manuel quien comenzó la pelea y Pablo se
limitó a defenderse
3º Manuel asumirá sus gastos hospitalarios por las razones indicadas en el número anterior.

1.1.1.2. CUESTIONES
A) ¿Cabe solucionar ese tipo de conflicto a través de la mediación? NO.
En primer lugar porque la MEDIACIÓN es una fórmula autocompositiva de solución de conflictos intersubjetivos, con
participación de un Tercero, cuya principal característica es que la solución no se impone por la fuerza sino que
se alcanza mediante un acuerdo entre las partes, o bien porque alguna de ellas sacrifica parte o todas sus
pretensiones. (Renuncia o reconocimiento de la deuda, desistimiento etc)
Sin embargo, en el presente caso estamos ante un claro ejemplo de AUTOTUTELA, en el que una de las partes,
como medio de defensa, trata de imponer la solución del conflicto y, además, lo hace por la fuerza, de forma que
opta por una solución ilícita del conflicto. Al existir lesiones no existe posibilidad de mediación civil y se trataría, en
todo caso, de un supuesto de mediación penal expresamente excluido del ámbito de aplicación de la Ley 5/2012
[Art. 2.2.a) Ley 5/2012]
Con independencia de la razonabilidad de su pretensión (querer cobrar lo que es suyo y se le debe) Manuel se toma
la justicia por su mano e incurre en una fórmula prohibida por el ordenamiento jurídico [Art. 455 CP] que,
expresamente, establece penas de multa (6-12 meses) para quien utilice la fuerza para defender o realizar un
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derecho propio, como el que nos ocupa, y en el que además puede concurrir el delito de lesiones tipificado en el
Art. 147 CP, por haber menoscabado la integridad corporal de Pablo y que ésta haya precisado asistencia
facultativa, dependiendo la pena del grado de lesiones producido.

B) Si ese acuerdo de mediación se elevó a escritura pública, ¿cabría su ejecución forzosa, en caso de
incumplimiento voluntario del mismo?
Por las razones expuestas no es posible elevar a público ningún acuerdo puesto que éste no se ha producido, sino
que se ha tratado de imponer por la fuerza.
No obstante en el caso de que, alcanzado un acuerdo, éste se hubiera elevado a escritura pública sólo sería posible
si, cumplidos los requisitos legales previstos al efecto, el acuerdo se hubiera producido en el seno de un proceso
de mediación con avenencia de las partes.
Aún así, no cabría la ejecución forzosa porque la escritura otorgada ante notario es título ejecutivo que
permite la apertura del proceso de ejecución, pero que, en verdad, corresponde a la fase sumarial del proceso
-actuaciones que sirven para preparar el juicio y determinan las condiciones del mismo- y no al proceso de
ejecución propiamente dicho que es cuando se puede imponer forzosamente la ejecución del acuerdo resultado de
la mediación.

C) ¿Cuál sería la forma penalmente atípica de solventar el conflicto existente entre Manuel y Pablo?
La forma atípica de solucionar el conflicto sería mediante la fórmula de la conciliación, que tiene valor de transacción
judicial y está regulada en el Art 415 LEC.
Las partes comparecerían ante el Tribunal que comprobaría si subsiste o no el conflicto. Si por la intervención del
Tercero –el amigo común- hubieran alcanzado algún acuerdo las partes podrían desistir del proceso o, en su caso,
pedirle al Tribunal que otorgue validez a lo acordado, en cuyo caso se inician los trámites para proceder a su
ejecución, por ser la resolución judicial que aprueba la transacción, título ejecutivo para ello. También podrían
comunicar al tribunal su deseo de recurrir a la mediación en cuyo caso, el tribunal ha de comprobar que se cumplen
los requisitos legales preceptivos para ello.

1.1.1.3. DERECHO APLICABLE: Arts. 1 y ss de la Ley 5/2012 de 6 de julio de mediación en asuntos civiles y mercantiles

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1.1.2. CASO 2 (Caso 2)

1.1.2.1. SUPUESTO DE HECHO


Ángel es el propietario de un rebaño de 1.000 ovejas. Al día siguiente de una gran tormenta eléctrica nocturna,
observa con preocupación que le faltan 100 cabezas de ganado. Después de buscarlas por la finca de su
propiedad, las encuentra pastando en la finca de su vecino.

1.1.2.2. CUESTIONES.
A) ¿Puede entrar D. Ángel en la finca de su vecino sin contar con la autorización de éste?
La entrada sin autorización en una finca colindante sólo está permitida bajo determinadas condiciones muy
concretas, entre otras que la finca no esté vallada. Sin embargo el Art. 612 CC no contempla tal posibilidad en
relación con los animales amansados, como es el caso que nos ocupa, ya que, expresamente, indica que el
propietario de los animales podrá reclamarlos -no recuperarlos directamente- en el plazo de 20 días, es decir, no
puede entrar sin consentimiento del vecino, tras una reclamación y solicitud de autorización previa.

B) Si el vecino se niega a autorizarle, ¿Puede D. Ángel entrar a los solos efectos de recuperar el ganado de su
propiedad?
No. El dueño de los animales en modo alguno puede contravenir el ordenamiento jurídico y hacer uso de la fuerza,
como es la invasión de una propiedad ajena, aunque sea para defender o realizar un derecho propio. Estaríamos
ante un caso de vulneración del Art. 455 CP, teniendo como consecuencia la obligación de reparar el daño causado.

C) ¿Qué debería hacer D. Ángel para resolver conforme a derecho su problema?


Para recuperarlos el dueño de los animales puede promover diferentes soluciones entre partes o recurrir a la
Jurisdicción en caso de que éstas no prosperen. Tratándose de un conflicto intersubjetivo puede recurrir a
cualquiera de las fórmulas autocompositivas de solución de conflictos (transacción, mediación, conciliación) o
heterocompositivas (arbitraje, proceso) como métodos para alcanzar un acuerdo por ellos mismos o con
participación de un Tercero que, con capacidad para ello, favorezca la solución del conflicto (mediante pacto o
acuerdo) o la imponga.

1.1.2.3. Derecho aplicable: Arts. 612 y 1902 CC y 455 CP.

Realizados por: Ramón Iglesias

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1.2. AUTOCOMPOSICIÓN

1.2.1. CASO I (3)


1.2.1.1. Supuesto de hecho: Ángel adeuda a Benito 1000 euros, Benito, a su vez, debe otros tantos a Carlos.
1.2.1.2. Cuestiones
A) Podrá Benito condonarle la deuda a Ángel o su derecho de crédito es de los irrenunciables?
Nos encontramos ante una relación jurídica intersubjetiva entre Benito, que ostenta un derecho de crédito, y Ángel,
como parte deudora. Debido a su naturaleza disponible del objeto en litigio y, atendiendo al art. 19.1 LEC, el acreedor
podría condonarle la deuda al deudor y renunciar a su derecho a favor de Ángel al señalar que, los litigantes pueden
disponer del objeto del proceso excepto cuando la ley lo prohíba o establezca limitaciones por razón de interés general
o en beneficio de terceros. Estaríamos, por tanto, ante uno de los métodos autocompositivos de solucionar los
conflictos intersubjetivos como es la renuncia del actor a su derecho. La deuda contraída no es un derecho de crédito
irrenunciable por lo que, dicha condonación, podrá realizarse tácita o expresamente, al tenor de lo dispuesto por el
artículo 1187 del Código Civil, si bien, en este último supuesto, deberá ajustarse a los mismos requisitos formales
exigidos para la donación fijadas en los artículos 632 y ss CC no siendo necesaria la aceptación del deudor (Ángel)
para dar por extinguida dicha deuda.
B) ¿Podría Benito renunciar a su derecho de crédito respecto de Ángel y decidir, ello no obstante, no pagar a
Carlos?
El planteamiento de esta cuestión no hace presumir de antemano relación alguna entre ambas deudas, estando ante
dos relaciones jurídicas independientes. Por un lado, Benito ostenta un derecho de crédito respecto a Ángel y, a su vez,
es deudor del derecho de crédito de Carlos. Si existiera relación y la renuncia al cobro de la deuda contraída por Benito
perjudicara al cobro de la deuda con Carlos, éste tendrá una acción como perjudicado ante los Tribunales al amparo de
lo dispuesto en el artículo 1111 CC del Código Civil si la condonación se realizara en fraude de su derecho de crédito.
Si Benito decide no pagar la deuda contraída con Carlos sin causa justa, dicho incumplimiento no se ajustaría a
Derecho y legitimaría a éste último para el ejercicio de acciones ante la jurisdicción civil tendentes a la extinción de la
deuda de la que Benito respondería, en caso de mantenerse en situación de impago, con todos sus bienes, presentes y
futuros, conforme a lo dispuesto en el artículo 1911 CC.
C) Si Benito no reclama su deuda a Ángel y sigue sin pagar a Carlos ¿qué podría hacer Carlos para recuperar
su dinero? Ante el incumplimiento de Benito, Carlos podría optar, con carácter previo a la interposición de la demanda,
a la utilización de fórmulas autocompositivas tendentes a la solución del conflicto como la mediación o la conciliación a
través de la interposición de una demanda de conciliación ante el
Secretario judicial del Juzgado de Primera Instancia o ante el Juez de Paz competente (Artículo 460 LEC) o bien,
directamente, optar por soluciones de naturaleza heterocompositiva como el arbitraje o el proceso, interponiendo un
procedimiento monitorio ante el Juzgado en el que, de persistir el impago, se atacarían a los bienes presentes o futuros
de su deudor hasta la extinción total de la deuda, entre los que se encontraría el derecho de crédito de Benito (art. 1911
CC).
1.2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 19.1 y 20.1 LEC, 1111 y 1911 CC.
Realizado por: Road Rider y María Teresa Alvarez Palomo

Ojo el mismo caso realizado por otra compañera

1.2.2. CASO I (3)


1.2.1.1. Supuesto de hecho: Ángel adeuda a Benito 1000 euros, Benito, a su vez, debe otros tantos a Carlos..
Cuestiones:

A ) Podría Benito condonarle la deuda a Angel o su derecho de crédito es de los irrenunciables


En este caso no podría condonarle la deuda, Aunque las partes son las que ponen fin al conflicto intersubjetivo, no se
impone por la fuerza, sino a través del acuerdo de voluntades o del voluntario sacrificio o resignación de una de ellas el
Art. 19.1 LEC. En el párrafo tercero dice que Los litigantes están facultados para disponer del objeto del juicio y podrán
renunciar, desistir del juicio, allanarse, someterse a mediación o a arbitraje y transigir sobre lo que sea objeto del
mismo, excepto cuando la ley lo prohíba o establezca limitaciones por razones de interés general o en beneficio de
tercero. En este caso la ley protege al beneficio del tercero (Carlos)

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B ) Podría Benito renunciar a su derecho de crédito respecto de Angel y decidir, ello no obstante , no pagar a
Carlos?
Benito puede renunciar a su derecho de crédito respecto de Angel.
Pero en este caso, la renuncia sería inadmisible, y se dictaría auto mandando seguir el proceso adelante. Art. 20.1 LEC
1. Cuando el actor manifieste su renuncia a la acción ejercitada o al derecho en que funde su pretensión, el tribunal
dictará sentencia absolviendo al demandado, salvo que la renuncia fuese legalmente inadmisible. En este caso, se
dictará auto mandando seguir el proceso adelante.

C ) Si Benito no reclama su deuda a Angel y sigue sin pagar a Carlos Que podría hacer Carlos para recuperar
su dinero?
Carlos podría recurrir a la mediación dado que es con carácter voluntario y comienza con una solicitud efectuada por
una de las partes o por ambas. Podría finalizar sin avenencia (por renuncia de una o ambas partes, por transcurso del
plazo fijado o porque el mediador estime irreconciliables sus pretensiones.
Si existiera avenencia el acuerdo de mediación determinará las obligaciones a cuyo cumplimiento se comprometen las
partes . Se presentaría en el tribunal del lugar en el que se hubiera firmado el acuerdo de mediación. Carlos podría
ejercitar su demanda, conforme al artículo 1111CC,
Los acreedores, después de haber perseguido los bienes de que esté en posesión el deudor para realizar cuanto se les
debe, pueden ejercitar todos los derechos y acciones de éste con el mismo fin, exceptuando los que sean inherentes a
su persona; pueden también impugnar los actos que el deudor haya realizado en fraude de su derecho.
Asimismo, según el Artículo 20.3 “ Emplazado el demandado, del escrito de desistimiento se le dará traslado por plazo
de diez días.
Si el demandado prestare su conformidad al desistimiento o no se opusiere a él dentro del plazo expresado en el
párrafo anterior, por el Secretario judicial se dictará decreto acordando el sobreseimiento y el actor podrá promover
nuevo juicio sobre el mismo objeto. Si el demandado se opusiera al desistimiento, el Juez resolverá lo que estime
oportuno.” Se aplicaría el articulo Artículo 1911 CC
Del cumplimiento de las obligaciones responde el deudor con todos sus bienes, presentes y futuros.
Realizado por: Nuria Castillo

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Caso II (Caso 4)
1.2.2.1. Supuesto de hecho: Ángel adeuda a Benito 1.000 euros. Benito, sin requerirle previamente el pago a
Ángel, y pese a saber que Benito debe, a su vez, 800 euros a Ángel, decide demandarle directamente el total de
1.000 euros.

1.2.2.2. Cuestiones
A) Una vez que Ángel recibe la notificación de la demanda interpuesta en su contra por Benito, ¿qué puede hacer
Ángel para resolver su problema de la forma más rápida y económica posible?
La forma más rápida de solucionar este conflicto intersubjetivo de naturaleza disponible a través de la fórmula
entablada -heterocompositiva- sería "allanarse" antes de contestar a la demanda; de esta forma no habría expresa
imposición de costas a la parte demandada, pues no ha sido requerida previamente de pago a través de ningún medio
acreditativo, ni tampoco a través del acto de conciliación. Pero aún así, si el Tribunal aprecia temeridad o mala fe en el
demandado y aunque no hubiese sido requerido de pago, se las impondrá.
B) Si Ángel decide no hacer nada y, por tanto, no se persona en el juicio iniciado por Benito, ¿podría interpretarse
su silencio como un allanamiento tácito?
No, pues la no comparecencia no equivale al allanamiento (art. 21 LEC) ni tampoco a la admisión de hechos, sino a la
rebeldía (art.496.1 LEC). Es decir, LA REBELDIA NO IMPLICA RECONOCIMIENTO DE LOS HECHOS. La declaración
de rebeldía no será considerada como allanamiento ni como admisión de los hechos de la demanda, salvo los casos en
que la ley expresamente lo disponga.

Por tanto, el actor deberá probar los hechos alegados en defensa de su pretensión como si el demandado se hubiese
personado. Si bien el precepto prevé excepciones: “…salvo los casos en que la ley expresamente disponga lo
contrario”, lo cual ocurre por ejemplo en el juicio de desahucio (art. 440.3 LEC: “También se apercibirá al demandado
que, de no comparecer a la vista, se declarará el desahucio sin más trámites”. Es decir, en el caso de éste
procedimiento si el demandado no comparece en la vista del Juicio Verbal – en la que debe proceder a contestar a la
demanda –, y por lo tanto permanece en situación de rebeldía se entiende que se está allanando a la pretensión de
desahucio.

D) ¿La compensación de deudas es una forma autocompositiva de resolución de controversias?


En la fórmula autocompositiva son las partes las que ponen fin al conflicto intersubjetivo. Ahora bien, no es que la
compensación sea una fórmula autocompositiva, sino que el método autocompositivo se refiere al acuerdo por el cual
se lleva a cabo la compensación, en éste caso una transacción, que bien puede ser homologada por el Tribunal. La
compensación es una de las formas de extinción de la obligación (art. 1156 CC).

1.2.3. Derecho Aplicable: Arts. 21 y 496 LEC y 1156 CC.

Caso realizado por un Profesor

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1.2.4. Caso III (Caso 5)

1.2.3.1. Supuesto de hecho


Pablo, antes de demandar a Manuel por impago de una determinada cantidad de dinero, ha acudido a la
mediación civil para intentar así evitar el pleito.Manuel no ha acudido siquiera a la primera sesión informativa,
sin dar razón alguna de su inasistencia, razón por la cual Pablo ha tenido que demandar a Manuel ante los
órganos de justicia. Tan pronto como el Secretario Judicial ha admitido a trámite la demanda, emplazando a
Manuel para que la conteste, éste ha presentado un escrito de allanamiento a la demanda pero sin que se le
condene al pago de las costa
1.2.3.2. Cuestiones
A) ¿Pueden las partes provocar la terminación anticipada del proceso civil?
Según el art. 19.4 LEC las partes podrán solicitar la suspensión del proceso acordada por el Secretario judicial siempre
que no perjudique al interés general o a tercero y que el plazo de la suspensión no supere los 60 días. Es decir, las
partes gozan de poder para la terminación anticipada del proceso.
B) ¿Si el demandado se allana, quién paga las costas en las que ha incurrido el demandante?
El juez no puede negarse a la solicitud de las partes puesto que el proceso civil no finaliza hasta que la sentencia esté
firmada (art. 248.3 LOPJ, art. 204.1 LEC)
 Art 248.3 LOPJ “ Las sentencias se formularán expresando, tras un encabezamiento, en párrafos separados y
numerados, los antecedentes de hecho, hechos probados, en su caso, los fundamentos de derecho y, por
último, el fallo. Serán firmadas por el Juez, Magistrado o Magistrados que las dicten.”

 Art. 204.1 LEC Firma de las resoluciones. 1. Las resoluciones judiciales serán firmadas por el juez... dentro
del plazo establecido para dictarlas.
Volvemos a la obligatoriedad de firma en los procesos civiles

C) ¿Si el demandado se allana, quién paga las costas en las que ha incurrido el demandante?

A esta cuestión nos da la respuesta el art. 395.1 LEC cuyo literal establece: Si el demandado se allanare a la
demanda antes de contestarla, no procederá la imposición de costas salvo que el tribunal, razonándolo debidamente,
aprecie mala fe en el demandado.
1.2.3.3. Derecho aplicable: Arts. 19, 21 y 395.1 LEC, art. 17 de la Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en
asuntos civiles y mercantiles
Caso realizado por Virginia Reñones y Lna Rodríguez

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1.2.4. Caso IV (Caso 6)
1.2.4.1. Supuesto de hecho
El artículo 1 de la Ley de Mediación en asuntos civiles y mercantiles de 6 de julio de 2012 define la
mediación como “aquel medio de solución de controversias cualquier que sea su denominación, en que dos o
más partes intentan voluntariamente alcanzar por sí mismas un acuerdo con la intervención de un mediador”.
Dicha Ley también contiene la reforma parcial de diversos artículos de la Ley de Enjuiciamiento Civil;
entre otros del artículo 443.3, que queda redactado como sigue: “En atención al objeto del proceso, el tribunal
podrá invitar a las partes a que intenten un acuerdo que ponga fin al proceso, en su caso, a través de un
procedimiento de mediación, instándolas a que asistan a una sesión informativa (…)”
1.2.4.2. Cuestiones
A) Podría el Juez obligar a las partes a acudir a una mediación?
La mediación se basa en la voluntariedad y libre decisión de las partes, por lo que el juez no puede obligar a acudir a la
misma (si puede promover o invitar a las partes para que resuelvan su conflicto a través de la mediación).
Sin embargo, si podrá obligar el juez cuando exista un pacto por escrito que exprese el compromiso de someter a
mediación las controversias surgidas o que puedan surgir y el procedimiento no se inicie por voluntad de cualquiera de
las partes.
B) En su opinión, ¿cuáles son las ventajas que ofrece la mediación frente al proceso?
Ventajas:
- Es un procedimiento voluntario y confidencial.
- No es necesario llegar a un acuerdo ni mantenerse en el procedimiento, aunque el fin a alcanzar sea llegar a un
acuerdo y finalizar el procedimiento.
- Las partes resuelven directamente el conflicto sin imposiciones y con plena igualdad de oportunidades.
- Ahorro de tiempo y dinero frente al proceso judicial.
- Previene conflictos futuros

1.2.4.3. Derecho aplicable: Ley 5/2012, de 6 de julio, de mediación en asuntos civiles y mercantiles; art. 24.1. CE.
Realizado por Virginia

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1.3. Heterocomposición (Caso 7)
1.3.1. Supuesto de hecho: Pablo (arrendador) y Manuel (inquilino o arrendatario) han firmado un contrato
(titulado de "arrendamiento de local comercial") que contiene la siguiente cláusula:
"Las partes acuerdan que toda controversia que pueda surgir de la interpretación y aplicación del presente
contrato de compraventa de mercaderías será sometida a un arbitraje en derecho presidido por un árbitro, que
será Abogado en ejercicio con más de diez años de experiencia.
Las partes acuerdan acatar la decisión final del árbitro, con renuncia expresa a la acción de impugnación del
Laudo".

1.3.2. Cuestiones

A) ¿Pueden las partes renunciar al proceso a favor del arbitraje o, por el contrario, el derecho fundamental a la
tutela judicial efectiva es irrenunciable?
Las partes si que pueden renunciar al proceso siempre y cuando se pongan de acuerdo en resolver la controversia
mediante el arbitraje ya que el arbitraje es una formula heterocompositiva, es decir, es una fórmula para poder resolver
los conflictos entre las partes acudiendo previamente a un tercero (ya sea individual o colegiado), este tercero es el
encargado en virtud de un contrato de poner fin al conflicto mediante la resolución definitiva, el tercero actúa supra
partes además esta alternativa a la jurisdicción es mucho más rápida.
Bajo mi punto de vista recurrir al arbitraje no significa que se renuncie al proceso ya que el arbitraje es un equivalente
jurisdiccional del proceso y los Laudos arbitrales gozan de los mismos efectos que las sentencias, por lo que en ningún
momento se renuncia al derecho fundamental que nos cita el Art.24.1 de la CE ya que mediante el arbitraje no se
produce la indefensión paraninguna de las partes.

B) ¿En su opinión, esa cláusula de sumisión a arbitraje que, por error, se refiere a otro contrato diferente del de
arrendamiento, es válida o, por el contrario, es nula al referirse a un contrato diferente de suscrito entre las
partes?
En mi opinión si es que es válida la sumisión a arbitraje ya que el arbitraje es de carácter voluntario y son ambas partes
las que se declaran sumisas a él.

C) ¿Que sucedería si las partes no se ponen de acuerdo a la hora de elegir al árbitro?


Según el art. 15 de la Ley de arbitraje,nos dice que si no resultare posible designar árbitro a través del procedimiento
acordado por las partes, cualquiera de ellas podrá solicitar al tribunal competente el nombramiento de los árbitros (Sala
de lo Civil y de lo Penal del TSJ de la CCAA). Art.8.1.

D) ¿Es constitucionalmente válida la cláusula de renuncia a la acción de impugnación del Laudo?


(Este apartado lo coteje con la opinión del tutor, me dijo que se pueden defender las dos posturas es decir que si y no
depende de cómo se argumente pero dada la pregunta y destacar que el tutor ni siquiera leyó el caso voy a exponer
nuestra contestación) No, ya que según el art.6, la renuncia tácita a las facultades de impugnación. Si una parte,
conociendo la infracción de alguna norma dispositiva de esta ley o de algún requisito del convenio arbitral, no la
denunciare dentro del plazo previsto para ello, o en su defecto, tan pronto como le sea posible, se considerará que
renuncia a las facultades de impugnación previstas en la ley. La falta de denuncia de una infracción cometida durante el
procedimiento impide a la parte perjudicada hacerla valer en el recurso o en el proceso de anulación contra un laudo
(salvo que, claro es, la infracción se cometiera en el propio laudo).
Según el art. 8. De la Ley de arbitraje, para conocer la acción de anulación del laudo será competente la Sala de lo Civil
y de lo Penal del Tribunal Superior de la CCAA donde aquel se hubiere dictado. Además cabe destacar que estaríamos
renunciando al art. 24 de la CE artículo considerado como derecho fundamental.

Realizado por: IR ROAD

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La jurisdicción como poder y su legitimación histórica

1.3. La justicia popular (Caso 8)

2.2.1. Supuesto de hecho: Aunque el ingreso en la carrera judicial es por oposición libre, la Ley Orgánica del
Poder Judicial española establece que determinadas plazas de Magistrados del Tribunal Supremo serán
cubiertas por "Abogados y juristas de prestigio que, cumpliendo los requisitos establecidos para ello, reúnan
méritos suficientes a juicio del Consejo General del Poder Judicial y hayan desempeñado su actividad profesional
por tiempo superior a quince años".

2.2.2. Cuestiones:
A) Si, como reza el artículo 117 de la Constitución, "la justicia emana del pueblo", ¿cuál de los diferentes sistemas
de acceso al Poder Judicial como Poder del Estado es más democrático, el de acceso por oposición o por elección
del Consejo General del Poder Judicial?
El acceso más democrático es el acceso por oposición, porque sitúa a todos los candidatos en igualdad de
oportunidades y serán seleccionados a los más aptos en base a sus conocimientos sobre las materias requeridas y
cumple con lo dispuesto en el artículo 9.2 de la Constitución española en cuanto a fomentar en igualdad de
condiciones la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social, y con lo
preceptuado en el artículo 117, por el cual la justicia emana del pueblo, siendo el sistema de oposición libre el acceso
idóneo para que el pueblo, en igualdad de condiciones pueda acceder a impartir la justicia con los requisitos
establecidos en las convocatorias, por encima de la elección del CGPJ, que aunque hayan de concurrir en los
candidatos a TS los requisitos de ser abogado y jurista de prestigio y con méritos suficientes, no deja de ser al fin y al
cabo un sistema similar al de la antigua designación ministerial, por el que los candidatos acababan debiendo alguna
suerte de subordinación con las personas que los habían elegido
B) ¿Cuál de ellos garantiza mejor la independencia de los Jueces y Magistrados?
La independencia la garantiza mejor igualmente el sistema de oposición libre, puesto que el candidato electo por
designación de los magistrados pudiera acabar siendo coaccionado de alguna manera por los magistrados a quien
debiera su puesto, y de la misma manera, los magistrados encargados de designar candidato para una vacante,
pudieran, concurriendo todos los candidatos a priori con los requisitos requeridos, tomar partido por el candidato no
más idóneo, a causa de que el criterio de elección es finalmente valorativo y totalmente subjetivo. No así concurre en
el sistema de oposición libre (art 103.3 CE), pues el que se alce con un puesto por este sistema deberá su puesto
únicamente a sus conocimientos, o méritos y capacidad en igualdad de oportunidades con el resto de candidatos, y
siendo el proceso por oposición un auténtico sistema democrático, garantizando además la independencia del elegido,
pues no lo fue por un sistema que tomara valoraciones subjetivas.

C) Lea con atención la Sentencia del Pleno de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo, de 17
de mayo de 2011, RJ 2011/4427, y comente brevemente la razón por la cual el Pleno alcanza esa conclusión estimatoria
de la demanda.
El Pleno justifica y cito literalmente: “No parece necesario tener que razonar que el procedimiento de nombramiento de
un magistrado del Tribunal Supremo ha de sujetarse a ciertas “reglas” “principios”, “criterios” o “bases” que presiden su
designación, lo cuales el Consejo General del Poder Judicial ha de establecer con carácter discrecional y en uso de
sus potestades que a él solo corresponden para que rijan el mencionado procedimiento. De este modo la
“discrecionalidad” radica, precisamente en la fijación del “perfil”, “criterios”, “principios” o “reglas” y “bases” que han de
regir el procedimiento, no en la elección del candidato, que deviene en fatal si se han establecido previamente tales
presupuestos”.
Es decir, lo que el CGPJ alega en el sucinto caso, es que no eligen al candidato, sino que discrecionalmente fijan el
perfil, criterios, principios, reglas y bases idóneos para el puesto. De esta manera deniegan la pretensión de Carlos
Lasarte en detrimento del magistrado elegido, en base a no cumplir los requisitos de ser jurista de reconocido prestigio
y de llevar 15 años como abogado o jurista, pues el candidato pertenecía a la carrera judicial y había solicitado la
excedencia para poder presentar su candidatura. Pretensión desestimada precisamente por la justificación de la no
elección personal y sí la estimación de los criterios valorativos de elección aún no concurriendo los requisitos en él
candidato estipulado en el art. 345 de la LOPJ.
Es a nuestro criterio por lo tanto un tipo este de elección de magistrados, que garantiza menos independencia que la
oposición libre, pues siempre podrá haber criterios valorativos subjetivos en la elección de uno u otro candidato.

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Realizado por José y Camelia

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3. La legitimación de la Jurisdicción en nuestro sistema democrático
3.1.- LA RESPONSABILIDAD DE LOS JUECES Y MAGISTRADOS (CASO 9)
3.1.1. Supuesto de hecho: El Artículo 4, apartados 2º y 3º, de la Ley Orgánica del tribunal Constitucional
dispone lo siguiente:
2. Las resoluciones del Tribunal Constitucional no podrán ser enjuiciadas por ningún órgano
jurisdiccional del Estado.
3. Cuando el Tribunal Constitucional anule un acto o resolución que contravenga lo dispuesto en los
dos apartados anteriores lo ha de hacer motivadamente y previa audiencia al Ministerio Fiscal y al
órgano autor del acto o resolución.”
3.1.2 Cuestiones
A. TRAS LA LECTURA DEL CITADO ARTÍCULO 4 DE ESA LEY ORGÁNICA ¿SON RESPONSABLES LOS MAGISTRADOS DEL TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL?
Sí. La naturaleza y legitimación de la jurisdicción así lo precisa y exige: para que resulte legítima su actuación ésta
debe ser independiente pero también, inexcusablemente, ha de ser responsable y sometida a la Ley.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 117.1 de la Constitución Española la Justicia es administrada
exclusivamente por Jueces y Magistrados que, entre otros extremos y facultades, determina que éstos son
“responsables y sometidos únicamente al Imperio de la Ley”, obligación de responsabilidad que, en tanto que
órgano independiente, se extiende también a los Magistrados del Tribunal Constitucional, aún cuando la específica
naturaleza de este Tribunal lo prefigure como un órgano no integrado dentro de la estructura del Poder Judicial. El
Tribunal Constitucional es, a todos los efectos, un Tribunal de carácter especial cuyo funcionamiento se rige por una
normativa propia -LEY ORGÁNICA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL- sólo situada jerárquicamente por debajo de la
Constitución y al mismo nivel que la LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL.
Cuestión distinta son las resoluciones dictadas por esos Magistrados que, conforme lo regulado por el referido
Artículo 4.2 de la LOTC, no podrán ser enjuiciadas por ningún órgano jurisdiccional que no sea el Tribunal
Constitucional toda vez que la materia/conflicto resuelto es competencia exclusiva de dicho Tribunal y, en
consecuencia, no entran dentro de la esfera de actuación de otros órganos jurisdiccionales.

B. SI SU RESPUESTA FUE POSITIVA, ¿ANTE QUÉ TRIBUNAL RESPONDEN DE SUS ACTOS?


Tal como recoge el artículo 22 de la LOTC –en relación con el Art. 159.5 de la Constitución Española-: “Los
Magistrados del Tribunal Constitucional ejercerán su función de acuerdo con los principios de imparcialidad y
dignidad inherentes a la misma; no podrán ser perseguidos por las opiniones expresadas en el ejercicio de sus
funciones; serán inamovibles y no podrán ser destituidos ni suspendidos sino por alguna de las causas que esta Ley
establece.”

Así, en todo lo referente a la actividad y ejercicio específico de su competencia, los Magistrados del Tribunal
Constitucional deberán responder ante el propio Tribunal Constitucional, quien a través del Presidente o del Pleno –
según fuera el supuesto- podrá determinar y resolver su destitución o suspensión en caso de concurrencia de una, o
algunas, de las causas recogidas en el artículo 23.1 de la mencionada LOTC y, en concreto, las señaladas con los
números 3 a 7: “Uno. Los Magistrados del Tribunal Constitucional cesan por alguna de las causas
siguientes: […] tercero, por incurrir en alguna causa de incapacidad de las previstas para los miembros del
Poder Judicial; cuarto, por incompatibilidad sobrevenida; quinto, por dejar de atender con diligencia los
deberes de su cargo; sexto, por violar la reserva propia de su función; séptimo, por haber sido declarado
responsable civilmente por dolo o condenado por delito doloso o por culpa grave.)

En lo referente a otros ámbitos, la suspensión de sus funciones y cargo corresponde también al propio Tribunal
Constitucional quien, en el artículo 24 de la citada Ley, contempla tal posibilidad en los supuestos de procesamiento:
“Los Magistrados del Tribunal Constitucional podrán ser suspendidos por el Tribunal, como medida previa,
en caso de procesamiento […]”.
En tales casos, el procesamiento, del que trajera causa la suspensión, correspondería al órgano jurisdiccional
competente, a la sazón, las S ALAS DE LO CIVIL, DE LO PENAL y DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL TRIBUNAL SUPREMO,
según se trate, respectivamente, de demandas de responsabilidad civil, de la instrucción y enjuiciamiento de causas
penales o de Recursos Contencioso-Administrativos interpuestos contra los actos y disposiciones de los órganos
competentes del Tribunal Constitucional (Arts. 56 a 57 de la LEY ORGÁNICA 6/1985, DE 1 DE JULIO, DEL PODER JUDICIAL)

C. SI SU RESPUESTA FUE NEGATIVA, ¿ES CONFORME CON UN ESTADO DEMOCRÁTICO DE DERECHO LA EXISTENCIA DEJUECES
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IRRESPONSABLES DE SUS ACTOS FRENTE A LA SOCIEDAD?
Evidentemente, a la vista de lo expuesto con anterioridad, carece de sentido la respuesta pero cabría ahondar en la
reflexión para indicar que, por su propia naturaleza, un Estado de Derecho no puede admitir la sola idea de la
existencia de Jueces que no estuvieran sometidos a la Ley y que no fueran responsables ante ella.
Lo contrario supondría la pérdida inmediata de legitimidad y comportaría el quebranto de los principios contenidos
en la Constitución, principios que prometieron guardar y hacer guardar fielmente al asumir sus deberes como
Magistrados constitucionales ( Art. 21 de la LOTC)

Realizado por: Carmen Andú y Ramón Iglesias

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3.2. La sumisión a la Ley (Caso 10)
3.2.1. Supuesto de hecho
Don Ángel, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción núm. ..., con funciones de Registro Civil, mediante
escrito dirigido al Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma valenciana, invocando su derecho
fundamental a la objeción de conciencia, solicitó que:
"(...) se me permita su ejercicio absteniéndome de mi participación en los expedientes matrimoniales entre personas del
mismo sexo que se tramiten en el Registro Civil del que soy Encargado, nombrándose para el mismo, bien a mi
sustituto ordinario o a un Juez Sustituto cuyas conciencias no se vean afectadas por este tipo de celebraciones, ya
que no supone ningún perjuicio para los interesados, ni para el buen funcionamiento de la Administración de
Justicia".
Se hace imprescindible mencionar que este supuesto de hecho es un extracto de la Sentencia del Tribunal Supremo,
Sala de lo Contencioso-Administrativo, Sección 8, de 11 de Mayo de 2009, en el que el fallo fue desestimar el recurso
interpuesto por el Juez.
3.2.2. Cuestiones
A) ¿Pueden los Jueces y Magistrados negarse a aplicar una determinada Ley invocando el derecho fundamental a la
objeción de conciencia?
La objeción de conciencia es un derecho de los ciudadanos, tal y como figura en el artículo 30 de la CE. Sin embargo,
en el caso de Jueces y Magistrados, no se les está permitido la no aplicación de una Ley invocando al derecho a la
objeción de conciencia, porque tal y como se menciona en el artículo 117.1 de la CE, los Jueces y Magistrados están
sometidos únicamente al imperio de la Ley, debiendo ser a su vez independientes, inamovibles y responsables, por lo
que no tiene cabida el derecho a la objeción de conciencia.

B) ¿Si un Juez duda sobre la constitucionalidad de una Ley a la hora de resolver un proceso qué debe
hacer? ¿Puede declarar la inconstitucionalidad de esa Ley? ¿Puede abstenerse de resolver so pretexto de
la oscuridad de dicha Ley?
*Si un Juez duda sobre la constitucionalidad de una Ley, el Juez podrá podrá plantear la cuestión de
inconstitucionalidad al Tribunal Constitucional con sujeción a lo dispuesto en la Ley (Art.35 LOTC y art 5 LOPJ)
* El Juez por sí mismo no puede declarar la inconstitucionalidad de una Ley, pero sí puede plantear la cuestión e iniciar
así el procedimiento.
*El Juez puede negarse a resolver amparándose en el artículo 448 CP, por el cual sólo en caso de pretexto de
oscuridad, causa legal, insuficiencia o silencio de la Ley, le está permitido al Juez negarse a juzgar (en cualquier otro
caso conllevaría una pena de inhabilitación especial para empleo o cargo público de 6 meses a 4 años, tal y como se
menciona en dicho artículo 448.

3.2.3. Derecho aplicable: Arts. 30, 24, 53.2, 117, 163 CE; art. 448 CP; Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo
Contencioso-Administrativo, Sección 81, de 11 de mayo de 2009, RJ 2009/4279.

Realizado por: Irene Sanchez Corcoles

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LECCIÓN 2. LA JURISDICCIÓN: CONCEPTO Y FUNCIONES

1. Concepto y Notas

1.1. Caso I (§ 11)


1.2. Caso II (§ 12)

2. Funciones específicas de la Jurisdicción (§ 13)

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Lección 2
LA JURISDICCIÓN: CONCEPTO Y FUNCIONES
1. CONCEPTO Y NOTAS 1.1. Caso I (§ 11)

1.1.1. Supuesto de hecho


El artículo 117.1 de la Constitución establece que "el ejercicio de la potestad jurisdiccional en todo tipo de
procesos, juzgando y haciendo juzgar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los Juzgados y Tribunales
determinados por las leyes, según las normas de competencia y procedimiento que las mismas
establezcan".
La Ley 13/2009, de 3 de noviembre, para la implantación de la Nueva Oficina Judicial, ha modificado numerosos
artículos de la Ley de Enjuiciamiento Civil, entre otros, el artículo 404.
En su redacción original, ese artículo disponía lo siguiente: "El tribunal, una vez examinada de oficio su
jurisdicción y competencia objetiva y, cuando proceda la territorial, dictará auto admitiendo la
demanda...".
Tras su parcial modificación por la referida Ley 13/2009, ese precepto establece lo siguiente: "El Secretario
judicial, examinada la demanda, dictará decreto admitiendo la misma...".

1.1.2. Cuestiones

A) Si, como reza el artículo 117 de la Constitución, la potestad jurisdiccional es "juzgar" ¿la decisión que ha de
adoptar ahora el Secretario Judicial al decidir admitir a trámite la demanda es "juzgar"?
B) Si su respuesta es afirmativa, ¿cabe la posibilidad de que el Secretario Judicial "juzgue" sin vulnerar la
Constitución
C) Si su respuesta es negativa, ¿cuál es la razón entonces de que sea el Juez, y no el Secretario, el competente
para dictar el Auto de admisión a trámite de la demanda ejecutiva ex artículo 551 de la Ley de Enjuiciamiento Civil?

Respuesta:

 Mi respuesta es negativa, porque el Secretario Judicial, al admitir a trámite la demanda no significa que juzgue.
Esto es posible de acuerdo al artículo 117.3 de la constitución española, que dice que el ejercicio jurisdiccional
corresponde a los juzgados y tribunales determinados por las leyes, “según las normas de competencia y
procedimiento que las mismas establezcan”

 Según el art 404 de la Ley de Enjuiciamiento Civil,el secretario examina la demanda, dicta decreto,
admitiéndola y la traslada al demandado y dará cuenta al tribunal en casos especiales para poder admitirla.

 Tomando como base el art 245 LOPJ, la demanda ejecutiva es el documento público y solemne en que se consigna
una sentencia firme. El juez quien es competente para admitir la demanda ejecutiva, el único que puede hacer
ejecutar lo juzgado, ya que el secretario nunca juzga, solo admite a trámite la demanda cuando esta cumple las
características para ello.

Realizado por: Laura C.

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1.2. Caso 11(§ 12)

1.2.1. Supuesto de hecho

El artículo 82.2.1" de la Ley Orgánica del Poder Judicial dispone lo siguiente: "Las Audiencias Provinciales
conocerán en el orden civil: de los recursos que establezca la ley contra resoluciones dictadas en primera
instancia por los Juzgados de Primera Instancia de la provincia. Para el conocimiento de los recursos contra
resoluciones de los Juzgados de Primera Instancia que se sigan por los trámites del juicio verbal por razón de la
cuantía, la Audiencia se constituirá con un solo Magistrado, mediante un turno de reparto".
Esa norma significa que todos los recursos de apelación contra Sentencias dictadas en primera instancia en juicios
verbales tramitados por razón de la cuantía (no superior a 6.000 euros) serán resueltos por una Audiencia
Provincial formada por un solo Magistrado, mientras que las apelaciones de los juicios ordinarios o verbales
tramitados por razón de la materia (ver artículo 250.1 LEC) serán resueltos por una Audiencia Provincial
compuesta de tres Magistrados.

1.2.2. Cuestiones

A) Lea con atención la STC 254/1994, de 21 de septiembre, que estimó inconstitucional el art. 737 de la antigua Ley
de Enjuiciamiento Civil. ¿Cuál es la razón principal por la que se declarara inconstitucional ese artículo?
En la redacción que da al art. 737 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, la realidad es que si la Audiencia Provincial ejerce
su potestad jurisdiccional en materia civil confiándola a «un solo magistrado», con ello se afecta decisivamente al tipo
abstracto orgánico-funcional de la Audiencia Provincial que ha configurado la Ley Orgánica del Poder Judicial, lo que
sólo puede llevarse a cabo mediante una modificación de ésta, sin que quepa considerar que la mencionada
modificación suponga un supuesto de colaboración entre Ley Orgánica y Ley ordinaria, y, por tanto, que resulte
constitucionalmente lícita, ya que, ciertamente, no estamos ante un caso en que la Ley Orgánica llama a la ordinaria a
integrar en algunos extremos sus disposiciones de desarrollo, pues ninguna remisión a la segunda se contiene en el
citado precepto de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Por lo que cabe estimar, en definitiva, que dicho precepto ha
vulnerado la reserva que establece el art. 122.1 C.E.
B) ¿En su opinión, el art. 82.2.12 de la LOPJ es inconstitucional?
Si, porque la Reclamación de rentas: siempre por el trámite del juicio verbal, con independencia de la cuantía. La
cuantía del procedimiento es la de la cantidad reclamada, mientras que en el desahucio por falta de pago o por
expiración del plazo es una anualidad de renta; en caso de que se acumulen ambas acciones, la cuantía es la de la
acción de mayor valor

C) ¿En su opinión, se respeta el principio de igualdad consagrado en el artículo 14 CE?


No, ya que considero que el art, 82.2.1º de la Ley Orgánica del Poder Judicial no se ciñe a los preceptos
constitucionales, por lo tanto no respeta el principio de igualdad del que habla el artículo 14 de la CE.

1.2.3. Derecho aplicable: Arts. 14 y 24 CE; y 208 LEC. STC del Pleno 254/1994, de 21 de septiembre.

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2. FUNCIONES ESPECÍFICAS DE LA JURISDICCIÓN (13)

2.1. Supuesto de hecho

El Juzgado de Instrucción núm. 5 de Vigo, en el juicio de faltas núm. 797/98, y tras haber dictado Sentencia
absolutoria respecto de la falta que se imputaba a la denunciante en relación con el fallecimiento de un motorista
en un accidente de tráfico, expidió Auto ejecutivo de 11 de mayo de 1999, estableciendo la cantidad máxima
reclamable por la esposa e hijo del fallecido.
El hijo del fallecido, con fundamento en dicho Auto ejecutivo, interpuso demanda ejecutiva contra la compañía
aseguradora del vehículo implicado en el accidente, que fue tramitada con el núm. 666199 por el Juzgado de
Primera Instancia núm. 10 de Vigo, que dictó Sentencia de remate de 6 de julio de 2000. Interpuesto recurso de
apelación por la demandante de amparo fue estimado por Sentencia de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de
Pontevedra de 3 de diciembre de 2001, dictada en el rollo 454-2000, acogiéndose la excepción de culpa exclusiva
de la víctima y desestimando, por tanto, la demanda ejecutiva. Así, en el fundamento jurídico segundo se
argumenta que, a pesar de considerarse acreditado tanto que la conductora del vehículo admitía que circulaba a
60 o 70 km/h, como que en la vía, para ambos sentidos de circulación, existía señal de velocidad máxima aconsejada
de 50 km/h sin que existiera limitación específica de velocidad, no cabía apreciar corresponsabilidad alguna de la
conductora del vehículo en la causación del accidente, "por cuanto circulaba dentro del límite de velocidad legalmente
exigible (hay que advertir que la velocidad de la vía no tenía una limitación específica existiendo exclusivamente una
señalización de velocidad máxima aconsejable) y advirtiendo la invasión del carril de su marcha por la motocicleta y
la colisión de ésta contra el vehículo que le precedía, frena bruscamente y realiza una maniobra evasiva a la derecha,
arrimándose totalmente a la derecha aunque no se haya acreditado su detención total, hechos que demuestran su
completa atención a las circunstancias del tráfico y son muestra del empleo de toda la diligencia que a ella era
exigible, por más que no pudiera evitar que en su arrastre el conductor de la motocicleta se metiera debajo de su
vehículo y colisionara contra él más cuando la propia sentencia impugnada reconoce que la colisión fue poco
relevante ya que ni fue el accidentado rechazado por el mismo ni éste le pasó por encima".
La esposa del fallecido, con fundamento en el mismo Auto ejecutivo, también interpuso demanda ejecutiva contra la
misma compañía aseguradora, que fue tramitada con el núm. 383-2000 por el Juzgado de Primera Instancia núm. 6 de
Vigo, que dictó Sentencia de remate de 26 de marzo de 2001. Interpuesto recurso de apelación por la aseguradora fue
desestimado por Sentencia de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra de 11 de junio de 2003,
dictada en el rollo 185-2001, rechazando la excepción de culpa exclusiva de la víctima. A esos efectos, se hace
expreso en el fundamento jurídico primero que no había quedado probada la culpa exclusiva de la víctima porque
"Ella circulación del vehículo asegurado por la recurrente a una velocidad de 65 km/h apreciada en la sentencia que
se recurre, resulta no solo de las conclusiones del informe del perito nombrado en autos sobre mecánica del
accidente, sino también de las propias manifestaciones de la conductora de aquél obrantes en el atestado
levantado tras el accidente en las que reconoce que circulaba a una velocidad de '60 o 70 km/h'. Tal exceso de
velocidad, pues la aconsejada para el tramo de vía era de 50 km/h, no puede dejar de valorarse como factor con
incidencia en el accidente, pues, si se observa el croquis del mismo unido al atestado, se observa que el
vehículo de la asegurada por la hoy recurrente siguió primero una trayectoria hacia la derecha, hacia el arcén, para
volver de nuevo al carril por el que circulaba lugar éste donde el cuerpo del motorista se introdujo debajo del mismo
(con una velocidad menor, adecuada a la permitida para la vía se habría logrado, de manera notoria, la detención del
vehículo en un espacio más corto lo que pudiera haber evitado la maniobra de retorno al carril)", concluyendo que
"el exceso de velocidad del vehículo asegurado por la recurrente contribuyó causalmente a la producción del
resultado lesivo".

2.2. Cuestiones

A) ¿Cabe la posibilidad en nuestro ordenamiento jurídico de que dos Tribunales de Justicia dicten
sentencias contradictorias entre sí respecto de los mismos hechos?

No es posible cuando, como en este caso, no se motiva y justifica el cambio de criterio aplicado para la nueva
sentencia. La segunda sentencia tendría que expresar los motivos del abandono de la doctrina legal hasta el momento
sustentada y de explicar en dicha sentencia los nuevos criterios interpretativos, susceptibles de generar la nueva
doctrina legal
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B) Si la respuesta es negativa, ¿qué derecho fundamental vulneraría la segunda Sentencia dictada por la
Audiencia Provincial?
Se vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE) ya que un mismo órgano judicial dicta resolución
contrapuesta cuando existe identidad de supuesto y sin expresar las razones que justifiquen el cambio de decisión
(debiéndose tener por arbitrario el resultado).
C) Si fuera posible recurrir esas Sentencias ¿qué debería hacer el Tribunal que conociera de esos recursos?
Retrotraer las actuaciones judiciales al momento anterior al de dictarse Sentencia, para que se dicte una nueva. Esto
no significa que tenga que ser igual a la primera, si no que, si se separa del criterio empleado deberá justificar las
razones y motivos para ello.

2.3. Derecho aplicable: Arts. 14 y 24.1 CE. Sentencia del Tribunal Constitucional 326/2006, de 20 de noviembre.
Realizado por: Ana Nieves.

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Sección Segunda
PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DE LA JURISDICCIÓN

LECCIÓN 3. LA INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL

1. El Poder Judicial: Evolución histórica. La supremacía del Poder Judicial frente a la


Administración (§ 14)
2. La independencia del Poder Judicial (§ 15)

3. El autogobierno del Poder Judicial (§ 16)

4. El Consejo General del Poder Judicial


4.1. Nombramiento y cese del Presidente del Consejo General del Poder Judicial (§ 17)
4.2. Nombramiento de los Vocales procedentes de la carrera judicial (§ 18)
5. La inspección de los Tribunales

5.1. Caso I (§ 19)


5.2. Caso II (§ 20)

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SECCIÓNSEGUNDA

PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES DE LA JURISDICCIÓN


Lección 3

LA INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL

1. EL PODER JUDICIAL: EVOLUCIÓN HISTÓRICA. LA SUPREMACÍA DEL PODER JUDICIAL FRENTE A LA


ADMINISTRACIÓN (§14)

1.1. Supuesto de hecho

a) En la STC 166/1998, de 15 de julio, el Pleno del Tribunal Constitucional resolvió la cuestión de


inconstitucionalidad planteada sobre el art. 154.3 de la Ley de Haciendas Locales, según el cual «Los
Tribunales, Jueces y autoridades administrativas no podrán despachar mandamientos de ejecución ni dictar
providencias de embargo contra los derechos, fondos, valores y bienes en general de la Hacienda local ni
exigir fianzas, depósitos y cauciones a las Entidades locales, excepto cuando se trate de la ejecución de
hipotecas sobre bienes patrimoniales inmuebles no afectados directamente a la prestación de servicios
público», en el sentido de que, "no cabe entender, que el privilegio de autotutela ejecutiva del art. 154.3 LHL, por
sí solo, excluya o límite el ejercicio de la potestad jurisdiccional de «hacer ejecutar lo juzgado» que en exclusiva
corresponde a los Juzgados y Tribunales", debiéndose distinguir entre los bienes de dominio público y los
afectos a un uso o servicio público, de los patrimoniales (o sometidos al Derecho Privado), los cuales, por su
naturaleza, son susceptibles de embargo y venta en pública subasta para la realización del derecho
subjetivo a la ejecución de las Sentencias firmes. El fallo de dicha Sentencia consistió en "declarar la
inconstitucionalidad y nulidad del inciso «y bienes en general» del art. 154.2 de la Ley 3911988, de 28 de
diciembre, reguladora de las Haciendas Locales, en la medida en que no excluye de la inembargabilidad los
bienes patrimoniales no afectados a un uso o servicio público".

b) El 29 de diciembre de 1993, la mercantil ..., S.A. interpuso en tiempo y forma demanda de amparo contra el
Auto del Tribunal Superior de Justicia de A..., Sala de lo Contencioso-Administrativo, de 25 de noviembre de
1993 que resolvió, desestimándolo el recurso de súplica contra la providencia de la propia Sala, de 8 de
noviembre, recaída en el trámite de ejecución de Sentencia en autos del recurso contencioso-administrativo
núm. 5237/1989 seguido contra el Ayuntamiento de U..., y declaró en su parte dispositiva que «no ha lugar a
decretar el embargo ni la retención de los fondos que solicitó la demandante».
c) Los hechos, de los que trajo causa la demanda de amparo, relevantes para la resolución del caso son, en
síntesis, los siguientes:
a') La compañía recurrente interpuso recurso contencioso-administrativo contra el Ayuntamiento de U..., por
presunta denegación por silencio administrativo de la petición de pago hecha al Ayuntamiento citado de la
suma de 5.721.780 pesetas por los suministros de energía eléctrica facturados a su nombre por el período
enero de 1986 a febrero de 1989. La Sala de referencia dictó Sentencia el 13 de mayo de 1992, teniendo
por allanado y condenando al Ayuntamiento al pago de la cantidad reclamada más los oportunos
intereses legales que se devengasen hasta que el pago fuere efectivamente realizado.
b') Firme la sentencia y transcurrido el plazo de dos meses establecido en el art. 105 de la Ley de la
Jurisdicción Contencioso-Administrativa (RCL 1956\1890 y NDL 18435), la actora solicitó la ejecución de la
sentencia evaluando la cantidad que importaban los intereses adeudados. Por escrito de 27 de octubre de
1992, se dirigió a la Sala para que, ante el impago de los intereses que ascendían a 2.263.032 pesetas,
procediese al embargo de bienes patrimoniales o de los caudales públicos de dicho municipio por haberse
ya satisfecho la deuda principal. Por providencia de 12 de marzo de 1993, el órgano jurisdiccional requirió
al Alcalde del citado Ayuntamiento para que cumpliese la sentencia en todos sus extremos, incluido el pago
de intereses, o que, en su caso, diese cumplimiento a lo dispuesto en el art. 108.2 de la Ley de la
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Jurisdicción Contencioso-Administrativa, así como apercibiéndole de la responsabilidad penal en que
pudiera incurrir, de conformidad con el art. 109 LJCA.
c') Transcurridos dos meses desde el indicado requerimiento judicial sin obtener la parte respuesta alguna
de la Administración Local, presentó nuevo escrito interesando de la Sala que procediese al embargo de
bienes solicitado por ella en su escrito anterior. La Sala, por providencia de 19 de octubre de 1993, reitera
su proveído y requiere telegráficamente al Juzgado de Paz de la localidad para que explique el
incumplimiento de lo por ella anteriormente ordenado.

d’ ) Contra dicha providencia interpuso la actora recurso de súplica con invocación expresa del art. 24 CE (RCL
1978\2836 y ApNDL 2875), solicitando que, accediendo a la súplica, se procediese al referido embargo de
bienes para el cobro de los intereses adeudados. El 8 de noviembre de 1993, se dicta nueva providencia uniendo
el exhorto enviado al Juzgado de Paz y teniendo por cumplimentado lo solicitado por la actora
e') Nuevamente contra esta última providencia interpuso la actora recurso de súplica, interesando el embargo
solicitado de bienes municipales como medio para hacer efectivo el pago de las cantidades debidas.
Finalmente, por Auto de 25 de noviembre de 1993, la Sala se pronuncia de modo explícito sobre la
pretensión de la recurrente, declarando que "no ha lugar al embargo ni a la retención de fondos solicitados
por el demandante". A tal efecto señala que el embargo interesado no puede ser decretado por así
impedírselo el art. 44.1 de la Ley General Presupuestaria (RCL 1988\1966 y 2287), y los arts. 182.1 y 154.3 de
la Ley 39/1988, de 28 de diciembre (RCL 1988\2607 y RCL 1989\1851), de Haciendas Locales, que declaran con
carácter general la inembargabilidad de los bienes públicos.
d) El Tribunal Constitucional, en su STC 228/1998, de 1 de diciembre, mediante la aplicación de su doctrina
establecida por la citada STC 166/1998, estimó el recurso de amparo y, 12) previa declaración de la vulneración del
derecho a la tutela judicial efectiva, en su manifestación del derecho a la ejecución de las Sentencias fn-mes,
dispuso: "2.2) Restablecerle en su derecho, para lo cual se declara la nulidad del Auto del Tribunal Superior de
Justicia de A..., Sala de lo Contencioso-Administrativo, de 25 de noviembre de 1993 en cuanto rechaza con
carácter general, para la ejecución forzosa de su Sentencia de 13 de mayo de 1992, el embargo de bienes del
Ayuntamiento de U..., y 3.2 Retrotraer las actuaciones al momento inmediatamente anterior al de dictarse el
Auto anulado para que la Sala proceda al embargo de aquellos bienes del Ayuntamiento de U... que, en su
caso, sean susceptibles de ello" .

1.2. Cuestiones

A) ¿Por qué el Tribunal Constitucional se vio obligado a revisar, en su STC 166/1998, el privilegio administrativo de
inmebargabilidad de los bienes públicos?
El artículo no garantizaba por si sólo que el ayuntamiento cumpla con el mandato judicial, pudiendo aplazar la
ejecución de la sentencia y quedando sin resolver el derecho de crédito del particular acreedor,por lo que en la
medida que se extiende a los bienes en general de la Hacienda Local y comprende los bienes patrimoniales no
afectados materialmente a un uso o servicio público, no puede considerarse razonable desde la perspectiva del
derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales firmes que el art 24.1 CE reconoce y garantiza.
Porque a partir de la promulgación de la vigente Ley de la Jurisdicción Contencioso –administrativa (LJCA- 1998)
que aplica el principio de exclusividad jurisdiccional y también en todo lo relativo al proceso de ejecución, unida a la
STC 166/1998 de 15 de julio, produjo una revisión del privilegio de la inembargabilidad de los bienes del erario
público. Sustentada por la actual Ley 47/2003, en el sentido de permitir el embargo de los bienes patrimoniales de
la Administración y con ello se restablece el principio de exclusividad jurisdiccional en el proceso contencioso-
administrativo.
B) A la hora de ejecutar la 228/1998, de 1 de diciembre ¿podría la sociedad acreedora pedirle a la Sala de lo
Contencioso-administrativo que embargara la Casa de la Cultura, la Biblioteca Municipal, un parque público o la
Piscina de la titularidad del Ayuntamiento de U...?
No, porque según se establece en el art 344 del Código civil son bienes de uso publico en las provincias y los
pueblos, los caminos, las plazas calles, fuentes y aguas públicas, los paseos y las obras públicas de servicio
general, costeadas por los mismos pueblos y provincias.
Debido a esto debemos ir al art 173 de la Ley de hacienda locales donde se recoge que: Los tribunales, jueces y
autoridades administrativas no podrán despachar mandamientos de ejecución ni dictar providencias de embargo
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Soluciones de los Casos Prácticos de IDP Curso 2013/2014
contra los derechos, fondos, valores y bienes de la hacienda local ni exigir fianzas, depósitos y cauciones a las
entidades locales, excepto cuando se trate de bienes patrimoniales no afectados a un uso o servicio público.

C) ¿Y los fondos o saldos de las cuentas comentes de la titularidad municipal?


No, ya que, El art 173 establece que de la Ley de Hacienda locales no se podrán dictar providencias de embargo
contra los derechos, fondos y bienes de la hacienda local.
D) ¿Y un inmueble adquirido por el Ayuntamiento mediante contrato privado de compraventa?
El inmueble adquirido por el Ayuntamiento será destinado a fin público, por eso motivo no podría embargarse, pero
si es un inmueble adquirido para uso privado si podría embargarse para el pago, ya que dicho articulo de la
presente Ley de Haciendas Locales recoge que si se podrá embargar cuando se trate de bienes patrimoniales no
afectados a un uso o servicio público.

Derecho aplicable: Arts. 117.3 y 132.1 CE, 18 de la Ley del Patrimonio del Estado de 1964, 44.1 de la Ley
General Presupuestaria (RCL 1988\1966 y 2287), 2.1, 182.1 y 154.3 de la Ley 39/1988, de 28 de diciembre
(RCL 1988\2607 y RCL 1989\1851), 338 y ss. del CC. SSTC 166/1998, de 15 de julio, 228/1998, de 1 de
diciembre y 228/1998, de 1 de diciembre.

Realizado por Noelia Vega y Nuria Castillo

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2. LA INDEPENDENCIA DEL PODER JUDICIAL (§ 15)
2.1. Supuesto de hecho
a) El día 21-12-00 se publicó en el BOE el Real Decreto 2392/2000, de 1 de diciembre, del tenor literal
siguiente: "Visto eI expediente de indulto de D. ...., con los informes del Ministerio Fiscal y del Tribunal
sentenciador, condenado por la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo, en sentencia de fecha 15 de
octubre de 1999, como autor de un delito continuado de prevaricación, a la pena de multa de dieciocho
meses, a razón de 1.000 pesetas diarias, e inhabilitación especial para empleo o cargo público por el tiempo
de quince años, por hechos cometidos en el año 1997, a propuesta del Ministro de Justicia y previa
deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 1 de diciembre de 2000.
Vengo en indultar a D, la pena de inhabilitación especial, con todas sus consecuencias, lo que supone
el reintegro a la Carrera Judicial, ... ".
b) AUTO del Tribunal Supremo (Sala de lo Penal) de 18 de enero de 2001.
Con fecha 13-12-2000 se recibió en el Registro General de este Tribunal Supremo telegrama del Exmo. Sr.
Ministro de Justicia, comunicando el acuerdo del Consejo de Ministros de fecha uno del mismo mes y año, el
indulto concedido al señor acordándose por providencia, acusar recibo y estar a la publicación en el BOE del
Real Decreto.
El día 21-12-00 se publicó en el BOE el Real Decreto 2392/2000 de 1 de diciembre.
Fundamentos de derecho:
"El derecho de gracia, supone una potestad extraordinaria de intervención de un Poder estatal en el ámbito de
competencia de otro, el Judicial, único al que corresponde, por Constitución y por ley, "juzgar y hacer ejecutar lo
juzgado" (art. 117 CE y 2.1 LOPJ).
... "los órganos competentes para otorgar el indulto y para aplicarlo son distintos, evitándose de esta manera la
incontrolada disposición de esta facultad por parte del Poder Ejecutivo. Nadie discute que el Gobierno tiene un papel
relevante, decisorio y exclusivo en el otorgamiento de la gracia de indulto, pero condicionado por la legalidad y
controlado por el Poder Judicial a través del órgano sentenciador"
... "El mismo texto constitucional sujeta a la ley, el ejercicio del derecho de gracia que corresponde al Rey, añadiendo que
no se podrán autorizar indultos generales (art. 62.i CE).
La sumisión general del derecho de gracia a la ley, se contempla asimismo en el articulo 1 de la Ley de Indulto, cuando
dispone que los reos de toda clase de delitos podrán ser indultados «con arreglo a las disposiciones de esta Ley», de todo
o parte de la pena en que por aquéllos hubiesen incurrido".
... "esta Sala por Auto de 24 de noviembre de 1999 dispuso, una vez recibidos los informes del Consejo General del Poder
Judicial comunicando la separación definitiva del cargo, «tener por ejecutada la pena de inhabilitación en lo concerniente
a la privación definitiva del cargo y la consiguiente pérdida por el condenado de su condición de Magistrado».
... "el Real Decreto de Indulto, como es obvio, no puede modificar una resolución firme sobre el cumplimiento de penas
impuestas en una sentencia judicial".
... "Ello no quiere decir que en este caso no exista una pena indultable, ya que las consecuencias beneficiosas de la
aplicación del derecho de gracia se concentran sobre la duración de los efectos complementarios de la pena de inhabilitación
especial".
... "Algunos de los objetivos que pretende obtener el Real Decreto de concesión del indulto sólo podrían haber sido
alcanzados a través del mecanismo de la amnistía. Tal sucede con la orden de reingreso a la Carrera Judicial, aunque, en
todo caso, su efectividad necesitaría el concurso del Consejo General del Poder Judicial, que es el único organismo que
podría reingresar a un Juez, al que ha dado previamente de baja en el escalafón".
"Aclarado que es competencia del Tribunal sentenciador el control de la legalidad, en lo concerniente a los elementos
reglados del acto de indulto, resulta evidente que el ejercicio de las facultades que la Constitución y la Ley otorgan a esta
Sala no puede generar ningún conflicto jurisdiccional".
... "Por otra parte, el art. 7 de la citada Ley de Conflictos Jurisdiccionales determina que, tales controversias, no pueden ser
planteadas «a los juzgados o tribunales en los asuntos resueltos por autos o sentencias firmes (...), salvo cuando el
conflicto nazca con motivo de la ejecución de aquéllos (autos o sentencias) o afecte a facultades de la Administración que
hayan de ejercitarse en el trámite de la ejecución» (de dichos autos o sentencias). Es evidente que el auto que da
cumplimiento al RD de Indulto ni debe ser ejecutado por el Ejecutivo, ni éste tiene ninguna facultad que pudiera ser
ejercitada en el trámite de ejecución de dicho auto".
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... "Por último, ni el Ejecutivo ha negado al Tribunal sentenciador la facultad de aplicar el indulto, como lo
demuestra la remisión del Real Decreto a esta Sala, ni esta Sala niega al Ejecutivo, como ya hemos dicho, la
facultad de indultar"
c) El Ministerio de Justicia, con fecha 7 de febrero de 2001, dirigió oficio a la Sala Segunda del Tribunal
Supremo, al amparo de la LO 2/87, de 18 de mayo, relativa a Conflictos Jurisdiccionales, en defensa de la esfera
de competencias que corresponden al Gobierno. En su parte dispositiva requería de inhibición a dicho
organismo judicial para que, previa declaración de nulidad del auto de 18 de enero de 2001,... procediese a
aplicar íntegramente y en sus propios términos el RD de indulto.

2.2. Cuestiones
A) ¿Puede decirse que el Real Decreto de indulto a que se refiere el auto reseñado de la Sala 21 del TS plantea
un conflicto jurisdiccional?
La polémica que suscita la aplicación del indulto viene determinada porque se materializa mediante un acto del
Gobierno que preside el Ejecutivo, adoptado en el seno del Consejo de Ministros, y se ordena por Real Decreto, con el
refrendo del Ministro de Justicia, derogando la exclusividad de la jurisdicción del art. 117 de nuestra Constitución, que
la atribuye a jueces y magistrados, no solo juzgando, sino haciendo ejecutar lo juzgado. Su ejecución corresponde al
tribunal sentenciador es decir, en el caso la Sala Segunda de lo Penal del TS. Pero es que este indulto pretende
inmiscuirse aun más en la labor del poder judicial, al señalar el reintegro en la carrera judicial, por lo que pareciera que
surge un conflicto de competencias. Es el CGPJ quien deberá en su caso reintegrarlo, nunca el Gobierno. El Gobierno
con el indulto lo que hace es redimirle de su pena de inhabilitación, pero el reintegro es únicamente potestad del
CGPJ, no habrá conflicto de competencias sin embargo, las competencias están bien delimitadas en nuestra
legislación, porque como señala el TS, el auto que da cumplimiento al RD de Indulto, ni debe ser ejecutado por
el ejecutivo ni éste tiene ninguna facultad que pudiera ser ejercitada en el trámite de ejecución de dicho auto.
B) ¿En qué argumentos se apoya el TS para mantener que no puede indultar se la pena de inhabilitación
especial?
El indulto es una situación diferente a la amnistía, que supone el perdón del delito, ya que por el indulto la persona
sigue siendo culpable, pero se le ha perdonado el cumplimiento de la pena. Por eso el TS señala que algunos de los
objetivos que pretende obtener el RD de concesión de indulto, como el reingreso a la Carrera Judicial, sólo podrían
haber sido alcanzados a través de la amnistía, siendo en cualquier caso necesario para su efectividad el concurso del
CGPJ
C) ¿A qué organismo se dirigió el TS?
El TS como aplicador de la gracia, se dirige en este Auto al Gobierno (Ministerio de Justicia). Recordemos que un auto
judicial es una resolución judicial por la cual un tribunal se pronuncia sobre peticiones de las partes resolviendo las
incidencias que pudieran surgir a lo largo de un proceso judicial sobre las diversas cuestiones que afectan al asunto
principal del litigio. En este caso las partes serán el Gobierno y el propio TS
D) ¿Corresponde al Poder Ejecutivo acordar el reingreso de un Juez en la carrera judicial o al CGPJ?

Según el art.316 de la LOPJ los jueces serán nombrados, mediante Orden por el COPJ. Es también el pleno del CGPJ
el que puede acordar el reingreso de un juez en la carrera judicial, pese a haber sido condenado y expulsado de la
judicatura, incluso sin esperar los años a que se cancelen sus antecentes penales que el indulto gubernamental no
pudo suprimir. Véase el caso de Javier Gómez de Liaño
E) El Tribunal de Conflictos de Jurisdicción, cuya composición regula la LOCJ, y se recoge en el último inciso
de la Lección 3, ¿está integrado en el Poder Judicial?

El Tribunal de Conflictos de Jurisdicción es una sala especial del TS, por tanto está integrado en el poder judicial.
Conocerá (art. 38 LOPJ): Los conflictos de jurisdicción entre los Juzgados o Tribunales y la Administración serán
resueltos por un órgano colegiado constituido por el Presidente del Tribunal Supremo, que lo presidirá, y por cinco
vocales, de los que dos serán Magistrados de la Sala de lo Contencioso-administrativo del Tribunal Supremo,
designados por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial , y los otros tres serán Consejeros Permanentes de
Estado, actuando como Secretario el de Gobierno del Tribunal

2.3. Derecho aplicable: Arts. 62.i), 117 CE, 7 de la Ley de Conflictos Jurisdiccionales, de 18 de mayo 1987, 1 de
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la Ley de Indulto, de 18 de junio de 1.870 y 2.1 LOPJ.
Realizado por Loli Fernández

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3. EL AUTOGOBIERNO DEL PODER JUDICIAL (§ 16)

3.1. Supuesto de hecho


La razón del estudio conjunto de esos tres primeros motivos es que en todos ellos se viene a plantear desde
perspectivas diferentes la misma cuestión: que en los nombramientos aquí litigiosos el Consejo General del Poder
Judicial no indagó ni ponderó correctamente los méritos y la capacidad profesional del recurrente, dispensándole por ello
un trato discriminatorio y no justificando suficientemente la preferencia que otorgó a las personas sobre quienes recayeron
dichos nombramientos.
Es decir, lo que esos tres motivos vienen a combatir es que los actos que son objeto de impugnación en este proceso no
fueron debidamente motivados desde el parámetro que significan los principios de igualdad, mérito y capacidad, por lo que
el tema primero y central del actual litigio es decidir cuál es el nivel de motivación que debe exigirse en los nombramientos
de Magistrados del Tribunal Supremo.
Esta Sala ya ha sentado la doctrina sobre la motivación que con carácter general deberá realizar el Consejo General
en los nombramientos judiciales no absolutamente reglados, que ha sido reiterada en posterior sentencia del mismo
Pleno.
Las ideas básicas de esa doctrina que es de interés destacar aquí son éstas tres: (1) la libertad de apreciación que
corresponde al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en cuanto órgano constitucional con un claro espacio de
actuación reconocido; (2) la existencia de unos límites que necesariamente condicionan esa libertad, especialmente el límite
que representan esos principios de mérito y capacidad; y (3) la significación que ha de reconocerse al requisito de
motivación.
Sobre la amplia libertad de apreciación de que goza el Consejo General del Poder Judicial para los nombramientos
judiciales, se afirmó expresamente su plena legitimidad constitucional, invocando para ello la doctrina del Tribunal
Constitucional que lo configuró como órgano de garantía de la independencia judicial.
Pero inmediatamente se subrayó que hay un dato que ya marca un elemento de limitación de los poderes del
Consejo, que es el sistema de carrera que para jueces y magistrados recoge el artículo 122.1 de la Constitución
Española y sobre el que se dice:
"(...) entendido como un "cursum honorum" en el que se desarrolla una progresión profesional (...) que está
igualmente vinculada a los principios de mérito y capacidad, que resultan proyectables sin reservas sobre los cargos
judiciales, como ha declarado eI Tribunal Constitucional, donde, por cierto, se pone en relación el derecho fundamental ex
art. 23.2. CE con el art. 122.1, donde dice el TC "la Carrera Judicial se concibe como un Cuerpo único de Jueces y
Magistrados profesionales".
Sobre lo que en ese sistema de carrera significa la categoría de Magistrado del Tribunal Supremo se hizo esta
específica declaración:
"A la vez, dentro del que hemos llamado:cursum honorum, se alzan unos hitos más estrictamente ligados a su sustancialidad,
cuales son, primero, los de pertenencia y ascenso a cada una de sus categorías, siendo de especial ísima relevancia el
alcanzar la de Magistrado del Tribunal Supremo, cuyos méritos de referencia en el acto discrecional del Consejo habrán de ser
en términos casi absolutos los de solvencia y excelencia en el ejercicio de la estricta función jurisdiccional”.
Sobre el alcance que tienen los límites que el Consejo habrá de respetar, merece transcribirse esta importante declaración de la
sentencia:
"Y de estas notas fluye con evidencia la consecuencia de que el margen de libertad de apreciación de que dispone
el CGPJ, no reconducible a parámetros objetivados y determinados, no puede implicar en modo alguno que la decisión
sobre la cobertura de una plaza vacante devenga fruto de un voluntarismo inmotivado y carente de cualquier posibilidad
de control".
Luego, la enumeración de cuáles son esos límites se realiza así:
"(...) precisamente porque el margen es amplísimo pero no ilimitado, se puede decir que, en todo caso, serán límites a
los poderes del Consejo, susceptibles de ser controlados jurisdiccionalmente, la recta observancia de los trámites
procedimentales que preceden a la decisión, el respeto a los elementos objetivos y reglados, la eventual existencia de una
desviación de poder (...), la interdicción de los actos arbitrarios (...) y los que incidan en una argumentación ajena a los criterios de
mérito y capacidad, entendido el primero en el sentido de valores acontecidos y acreditados en el curriculum del
candidato y el segundo en el de aptitudes específicas de desempeño eficaz del destino pretendido".
Recurso Contencioso-Administrativo que con el número 4.../208 ante la misma pende de resolución, interpuesto por el
Ilmo. Sr. Don ... frente a los Reales Decretos 1.../2008 y 1.42008, ambos del 27 de octubre de 2006, por los que fueron
promovidos a la categoría de Magistrados del Tribunal Supremo el Excmo. Sr. Don ... y la Excma. Sra. Doña ...
3.2. Cuestiones
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Soluciones de los Casos Prácticos de IDP Curso 2013/2014
A) La posibilidad de revisión de actos como el descrito por la Sala de lo Contencioso administrativo del
Tribunal Supremo, supone una limitación de las facultades del poder Judicial?
No, supone una limitación para el CGPJ porque es un órgano de gobierno que gestiona el poder judicial, pero no ejerce
la potestad jurisdiccional.
B) Afecta al autogobierno del Poder judicial que sus nombramientos discrecionales puedan ser anulados,
como en este caso, por un órgano judicial?
No
Porque dentro de la Estructura y competencias del CGPJ, se encuentra el Pleno y será competencia de este El
ejercicio de la potestad reglamentaria en los términos previstos la LOPJ y la resolución de os recursos de alzada
interpuestos contra los acuerdos sancionadores de la Comisión disciplinaria.
Art. 143.2 LOPJ.
Los actos, resoluciones y disposiciones emanados del pleno serán recurribles en vía contencioso-administrativa ante la
Sala correspondiente del Tribunal Supremo.
Asimismo, La comisión disciplinaria, integrante en el consejo , y le corresponde resolver los expedientes disciplinarios.
C ) Podría el CGPJ no seguir las exigencias de la subsanación del Tribunal supremo o plantear conflicto de
jurisdicción?
Si porque en última instancia las resoluciones del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional y de los Tribunales
Superiores de Justicia, son revisables por el Consejo.
El párrafo segundo del art. 122 declara que el Consejo General del Poder Judicial es el órgano de gobierno del mismo,
y aunque es el máximo órgano de autogobierno de nuestra magistratura, y le corresponde realizar la totalidad de actos
administrativos referentes al ingreso, formación, promoción o ascenso y régimen disciplinario.

3.3. Derecho aplicable: Arts. 58.1, 342 y ss. y 107 LOPJ.

Realizado por: NURIA CASTILLO Y NOELIA VEGA

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4. EL CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL
4.1. Nombramiento y cese del Presidente del Consejo General del Poder Judicial (Caso 17)
4.1.1. Supuesto de hecho: Redacción / Agencias. Carlos Dívar, ha comunicado su dimisión como presidente
del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, durante la reunión del pleno de la
institución judicial. De esta forma, se convierte en el primer presidente de la institución que se ve obligado a
presentar su renuncia en democracia. Dívar, ha llegado este jueves a las 9.20 de la mañana a la sede del órgano
de gobierno de los jueces para encarar el pleno extraordinario del CGPJ, un pleno que ha comenzado a las 11.00
horas y que era el tercero que se celebraba en este último mes para tratar la polémica suscitada a raíz de
conocerse que cargó a los presupuestos de este órgano parte del coste de una treintena de viajes que realizó
en fines de semana por valor cercano a los 28.000 euros. Como todos esperaban, Dívar comunicó su decisión a
los 20 vocales nada más comenzar el Pleno, y de ese modo hacía pública la contundente decisión que había
anunciado en un Pleno anterior. Será sustituido en el cargo de Presidente por el Vicepresidente del Consejo y en
el de Presidente del Tribunal Supremo por el Presidente de la Sala de lo Civil de dicho Tribunal.
4.1.2. Cuestiones:
¿Cómo se nombra al Presidente del Consejo General del Poder Judicial?
Según el artículo 107.1. L.O.P.J., el presidente del CGPJ, es elegido por mayoría de tres quintos, y, según el artículo
123.3. L.O.P.J., es nombrado por el Rey mediante Real Decreto refrendado por el Presidente del Gobierno.
Artículo 107.1.: Propuesta por mayoría de tres quintos para el nombramiento del Presidente del Tribunal Supremo y del
Consejo General del Poder Judicial.
Artículo 123.3.: El nombramiento del Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial se
llevará a cabo en Real Decreto refrendado por el Presidente del Gobierno

¿Podían obligarle a dimitir los Vocales de dicho Consejo?


En virtud del artículo 126.1., el Presidente puede cesar, por incumplimiento grave de los deberes del cargo, apreciada
por tres quintos de sus miembros.
Artículo 126.1.: El Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial cesará:
a) Por haber expirado el término de su mandato, que se entenderá agotado en la misma fecha en que concluya el del
Consejo General por el que hubiere sido propuesto.
b) Por renuncia.
c) A propuesta del Pleno del Consejo, por causa de notoria incapacidad, o incumplimiento grave de los deberes del
cargo, apreciada por tres quintos de sus miembros.

¿Por qué le sustituyen dos personas diferentes, una en el Consejo y otra en la presidencia del Tribunal
Supremo?
Artículo 123. 5. El Presidente del Consejo General del Poder Judicial será sustituido por el Vicepresidente en los
supuestos de vacante, ausencia, enfermedad u otro motivo legítimo.
En base al art. que precede, el sustituto del Presidente del CGPJ (el vicepresidente) no tiene competencias en el
Tribunal Supremo, y en dicho alto Tribunal se procederá por vacante del Presidente del CGPJ a lo reglamentariamente
establecido.

Si hubiera cometido delito ¿qué órgano sería competente para su enjuicia miento?
Conforme el art. 119.1 LOPJ, la responsabilidad civil y penal de los miembros del Consejo General del Poder Judicial,
en este caso del Presidente del Consejo General del Poder Judicial, se exigirá por los trámites establecidos para la de
los Magistrados del Tribunal Supremo.
4.1.3. Derecho aplicable: Arts. 105, 107, 119.1, 123 y126 LOPJ.
Realizado por: Mar Arrufat

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Soluciones de los Casos Prácticos de IDP Curso 2013/2014
4.2. Nombramiento de los Vocales procedentes de la carrera judicial (§ 18)

4.2.1. Supuesto de hecho

A) El artículo 122, apartado tercero, de la Constitución Española (CE, en adelante), establece que el Consejo General del
Poder Judicial (CGPJ) se integra por el Presidente del Tribunal Supremo (TS), que lo preside, y por veinte Vocales; de
éstos, doce son nombrados "entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que
establezca la ley orgánica". Esta Ley Orgánica es la del Poder Judicial 6/1985, de 1 de julio (en adelante LOPJ), cuyo
artículo 112, apartado tercero, en su redacción original de 1985, dispuso que los doce Vocales procedentes del Poder Judicial
fueran propuestos y elegidos por cada una de las Cámaras, por mayoría de tres quintos de sus respectivos miembros,
"entre Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales que se hallen en servicio activo".
B) Este modelo de designación de los Vocales procedentes de la carrera judicial, plasmado en el citado art. 112.3 LOPJ,
fue objeto de un recurso de inconstitucionalidad por vulnerar el art. 122.3 CE, pues de la interpretación de este precepto se
desprendía que la designación de los Jueces y Magistrados por las Cámaras debía realizarse a propuesta de los
miembros del Poder Judicial y no directamente por aquéllas. El recurso fue, en este sentido, resuelto por la Sentencia del
Tribunal Constitucional (STC) 108/1986, de 29 de julio, en su fundamento decimotercero, que por su relevancia
transcribimos a continuación:
«Tampoco los antecedentes de la elaboración del texto arrojan luz suficiente para resolver el problema de manera
que no deje lugar a dudas. Como ha dicho este Tribunal, los debates parlamentarios "son un importante elemento de
interpretación aunque no la determinen" (Sentencia núm. 511981, de 13 de febrero). No es necesario, sin embargo,
extenderse aquí en el problema de cuál es el valor de los antecedentes parlamentarios en la interpretación de un
texto constitucional, porque en el presente caso, el análisis de esos antecedentes no conduce forzosa mente a la
conclusión a que llegan los recurrentes. En efecto, el Anteproyecto de Constitución decía de modo explícito que "doce de
los miembros del Consejo serán nombrados a propuesta y en representación de las distintas categorías de las carreras
judiciales" . La ponencia, por mayoría de los representantes de los Grupos de Unión de Centro Democrático y Alianza
Popular y sobre la base del texto contenido en un voto particular de la Unión del Centro Democrático y de otras
enmiendas, dio una nueva redacción al texto estableciendo que, de quince vocales que entonces se preveían para
el Consejo, diez serían propuestos "entre jueces y magistrados en los términos que establezca la Ley Orgánica" , y
los otros cinco por el Congreso de los Diputados. En el debate en la Comisión se formuló por el representante del
Grupo Parlamentario socialista una enmienda in voce, en la que se proponía aumentar a veinte el número de
vocales, doce entre jueces o magistrados de todas las categorías y ocho por el parlamento, enmienda que fue
aceptada. Ciertamente, el representante del Grupo Socialista dijo en su intervención que con su enmienda iba a
"abrirse el Colegio Electoral, ésta es al menos la interpretación de los socialistas, a todos los miembros, jueces y
magistrados" ; pero en el debate que siguió a la propuesta, a la que se adhirieron Otros Grupos Parlamentarios, no
consta que el consentimiento de la Comisión recayese sobre la "interpretación" dada por el portavoz del Grupo Socialista
al nuevo texto, sino sobre la ampliación del número de vocales a veinte y su extensión a todas las categorías judiciales.
Tanto es así, que, en el Senado, el texto aprobado por la Comisión (y sin debate por el Pleno del Congreso)fue objeto de
una enmienda (la núm. 71 de progresistas y socialistas independientes) en que se proponía la atribución expresa de la
propuesta de los doce vocales a los jueces y magistrados "mediante elección de todos los miembros de la carrera
judicial" , enmienda que no fue acogida. Verdad es que del tono de los debates constitucionales e incluso de los que tuvieron
lugar con motivo de otros proyectos de Ley y de la insistencia en tales debates en que los jueces y magistrados elegibles
lo sean "de todas las categorías de la Carrera Judicial" , según el Texto finalmente aceptado, parece deducirse la existencia
de un consenso implícito sobre la necesidad de que los doce vocales procedentes de la Carrera Judicial expresasen no
sólo diferentes niveles de experiencia por su función y su edad, sino las distintas corrientes de pensamiento existentes en
aquélla, pero ese consenso no parece extenderse hasta la determinación del procedimiento adecuado para alcanzar tal
resultado, de forma que no se constitucionalizó una fórmula concreta, sino que los constituyentes se limitaron a remitirla a
una futura ley orgánica
Un resultado en cierto modo análogo es el que se alcanza al intentar la interpretación de la norma contenida en el art.
122.3 CE según su espíritu y finalidad. El fin perseguido es, de una parte, el de asegurar la presencia en el Consejo de
las principales actitudes y corrientes de opinión existentes en el conjunto de jue ces y magistrados en cuanto tales, es
decir, con independencia de cuáles sean sus preferencias políticas como ciudadanos y, de la otra, equilibrar esta
presencia con la de otros juristas que, a juicio de ambas Cámaras, puedan expresar la proyección en el mundo del
Derecho de otras corrientes de pensamiento existentes en la sociedad. La finalidad de la norma sería así, cabría afirmar
de manera resumida, la de asegurar que la composición del Consejo refleje el pluralismo existente en el seno de la
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sociedad y, muy en especial, en el seno del Poder Judicial. Que esta finalidad se alcanza más fácilmente atribuyendo a
los propios jueces y magistrados la facultad de elegir a doce de los miembros del CGPJ es cosa que ofrece poca duda;
pero ni cabe ignorar el riesgo, también expresado por algunos miembros de las Cortes que aprobaron la Constitución, de
que el procedimiento electoral traspase al seno de la Carrera Judicial las divisiones ideológicas existentes en la
sociedad (con lo que el efecto conseguido sería distinto del perseguido) ni, sobre todo, puede afirmarse que tal finalidad
se vea absolutamente negada al adoptarse otro procedimiento y, en especial, el de atribuir también a las Cortes la
facultad de propuesta de los miembros del Consejo procedentes del Cuerpo de Jueces y Magistrados, máxime cuando la
Ley adopta ciertas cautelas, como es la de exigir una mayoría cualificada de tres quintos en cada Cámara (art. 112.3
LOPJ.). Ciertamente, se corre el riesgo de frustrar la finalidad señalada de la norma constitucional si las Cámaras, a la
hora de efectuar sus propuestas, olvidan el objetivo perseguido y, actuando con criterios admisibles en otros terrenos, pero no
en éste, atiendan sólo a la división de fuerzas existente en su propio seno y distribuyen los puestos a cubrir entre los distintos
partidos, en proporción a la fuerza parlamentaria de éstos. La lógica del Estado de partidos empuja a actuaciones de este género,
pero esa misma lógica obliga a mantener al margen de la lucha de partidos ciertos ámbitos de poder y entre ellos, y señaladamente,
el Poder Judicial
La existencia y aun la probabilidad de ese riesgo, creado por un precepto que hace posible, aunque no necesaria, una actuación
contraria al espíritu de la norma constitucional, parece aconsejar su sustitución, pero no es fundamento bastante para declarar su
invalidez, ya que es doctrina constante de este Tribunal que la validez de la ley ha de ser preservada cuando su texto no impide
una interpretación adecuada a la Constitución_ Ocurriendo así en el presente caso, pues el precepto impugnado es susceptible
de una interpretación conforme a la Constitución y no impone necesariamente actuaciones contrarias a ella, procede declarar
que ese precepto no es contrario a la Constitución».
4.2.2. Cuestiones
Teniendo en consideración los preceptos antes citados y la presente sentencia del TC,

A) ¿ Considera Vd. (siempre en relación con el sistema de designación de los Vocales del CGPJ procedentes
de la judicatura que el Art. 112.3 LOPJ respeta el Art.122.3 CE?.
Antes de entrar a responder a la cuestión debemos señalar que en la actualidad las competencias atribuidas al CGPJ
se encuentran desarrolladas por los arts. 558-561 y 595-602 del nuevo Libro VIII de la LOPJ (introducido por la LO
4/2013 de 28 de junio, de reforma del Consejo General del Poder Judicial). La nueva LO mantiene el sistema de
designación parlamentaria aunque modifica sustancialmente dicho régimen.
Con relación a la cuestión planteada, establece el Art. 122.3 de la CE:
El Consejo General del Poder Judicial estará integrado por el Presidente del Tribunal Supremo, que lo
presidirá, y por veinte miembros nombrados por el Rey por un período de cinco años. De éstos, doce entre
Jueces y Magistrados de todas las categorías judiciales, en los términos que establezca la ley orgánica; cuatro
a propuesta del Congreso de los Diputados, y cuatro a propuesta del Senado, elegidos en ambos casos por
mayoría de tres quintos de sus miembros, entre abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida
competencia y con más de 15 años de ejercicio en su profesión.
La actual redacción de los artículos. 566 y 567.1 del la LO 4/2013 dicen:
Art.566.- El Consejo General del Poder Judicial estará integrado por el Presidente del Tribunal Supremo que lo
presidirá, y por veinte Vocales, de los cuales doce serán Jueces o Magistrados en servicio activo en la carrera
judicial y ocho juristas de reconocida competencia.
Art. 567.1.- Los veinte Vocales del Consejo General del Poder Judicial serán designados por las Cortes
Generales del modo establecido en la Constitución y en la presente Ley Orgánica.
La Sentencia del Tribunal Constitucional STC108/1986 estableció que el art. 112 de la LOPJ confirmó la
constitucionalidad de la norma, al entender que respetaba el sistema instaurado, puesto que la finalidad del art. 122.3
CE es fundamentalmente asegurar que la composición del Consejo refleje el pluralismo existente en el seno de la
sociedad, y muy en especial en el del Poder Judicial.
B) ¿Este sistema garantiza la necesaria “independencia” de la que ha de gozar el Poder Judicial (Art. 117.1 CE)
o por el contrario, la politiza?
Art.117.1.- La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados
integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de
la ley.
Cabe pensar que la propuesta de los miembros del Consejo procedentes del Cuerpo de Jueces y Magistrados por parte
de las Cámaras podría atender sólo a la división de fuerzas existente en su propio seno de manera que la distribución
de los puestos a cubrir entre los distintos partidos se hiciese en proporción a la fuerza parlamentaria de estos, pero

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para evitar esta posible desviación en la finalidad de la norma constitucional, la LO exige una mayoría cualificada de
tres quintos en cada Cámara (Art. 566.2).
C) El Poder Judicial ha de ser independiente, ¿pero este Poder no pertenece acaso a un Estado “democrático”
(Art. 1 CE), en el cual el Poder reside en el pueblo español, del que emana la Justicia?
La LOPJ salvaguarda la independencia del Poder Judicial al establecer que “el Consejo General del Poder Judicial es
el órgano de gobierno del mismo”. La constitucionalidad del sistema de elección de los Vocales del Consejo ya ha sido
puesta de manifiesto en la cuestión B) y si bien en cierto que la Constitución en el Art.1 manifiesta que el Poder reside
en el pueblo español, del que emana la Justicia, lo es también que tal como señala el Art. 66. CE:
1. Las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de los Diputados y
el Senado.
2. Los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo.

Siendo así que Las Cortes Generales representan al pueblo español, las Cámaras en el proceso de elección de
vocales del CGPJ son la expresión de Poder del pueblo eligiendo al órgano de gobierno de Jueces y Magistrados que
garantizará la independecia del mismo.

Realizado por: Irene Losada

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5.LA INSPECCIÓN DE LOS TRIBUNALES
5.1. Caso I (# 19)

5.1.1. Supuesto de hecho.

En ese escrito se relataban, en primer lugar, las circunstancias de un préstamo hipotecario que el actor había solicitado y
formalizado, a través de la correspondiente escritura pública, con una entidad denominada F...; y se hacía constar, entre
otras cosas, que dicha entidad no había entregado ninguna cantidad, a pesar de lo expresado en dicha escritura, así
como que tampoco había levantado una hipoteca anterior, convenida con el Banco Hipotecario, a pesar, también, de que
con esa finalidad se había hecho constar una retención del capital prestado.
Más adelante se daba cuenta de una querella presentada ante el Juzgado de Instrucción núm. 2 de Alicante en relación
a los hechos anteriores, y de que dicho Juzgado no había practicado las diligencias interesadas, ni las medidas
solicitadas, y había acordado el sobreseimiento en el procedimiento penal que fue iniciado, y también se consignaba
que el sobreseimiento había sido confirmado posteriormente por la Audiencia Provincial de Alicante.
También se emitían juicios críticos sobre esas actuaciones jurisdiccionales, y se terminaba haciendo constar lo
siguiente: «(...) en el fondo de mi ser en lo más profundo abrigo la esperanza de que algún día, alguien con la suficiente
entidad personal, una rígida y a la vez clara visión de la justicia, coja del archivo de los sobreseimientos, el llamado
caso 1300/1994, y administre de forma digna e imparcial, esa justicia, con mayúsculas y subrayado en la que siempre he
tenido una fe inquebrantable, a pesar de haberme sido tan esquiva».
El Acuerdo de 3 de febrero de 1998 de la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), acordó el
archivo del anterior escrito, e invocó en apoyo de su decisión los artículos 12.3, 176.2 y 423.2 de la LO del Poder
Judicial, en relación con los artículos 70 y 119 del Reglamento del Consejo.
Y asimismo hizo constar que del contenido del escrito no se derivaban motivos ni circunstancias que pudieran dar
lugar a responsabilidades disciplinarias, al ser la cuestión planteada de índole jurisdiccional y, por lo tanto, de la
exclusiva competencia de los correspondientes Juzgados y Tribunales, cuyas resoluciones sólo pueden ser
impugnadas mediante la interposición de los oportunos recursos previstos en las leyes.
5.1.2. Cuestiones
A) ¿Puede el Consejo General del Poder Judicial revisar las actuaciones judiciales de los Jueces?
El CGPJ no puede revisar las actuaciones judiciales de los jueces según el artículo 176.2 de la LOPJ; (“La
interpretación y aplicación de las leyes hechas por jueces o tribunales, cuando administran justicia, no podrá ser objeto
de aprobación, censura o corrección, con ocasión o a consecuencia de actos de inspección.”) Las actuaciones
judiciales, cuando administran justicia, solo se pueden corregir en virtud de los recursos que las leyes establezcan. (Art.
12.2)
B) ¿Que ámbito tiene la responsabilidad disciplinaria de los jueces?
Según el art. 414 de la LOPJ “los jueces estarán sujetos a responsabilidad disciplinaria en los casos y con las
garantías establecidas en esta ley”. De una parte pueden incurrir en expediente disciplinario y por otro lado en un
procedimiento penal, aunque se pueden dar ambas según el art. 415 LOPJ. Sólo podrá recaer sanción penal y
disciplinaria sobre los mismos hechos cuando no hubiere identidad de fundamento jurídico y de bien jurídico protegido
C) ¿El denunciante puede comparecer y exigir sus derechos ante el Consejo General del Poder Judicial?
No, deberá interponer la correspondiente denuncia para iniciar un procedimiento disciplinario que según el art.
423.2 “será objeto, en el plazo de un mes, de informe del Jefe del Servicio de Inspección del Consejo General del
Poder Judicial, en el que se podrá proponer el archivo de plano, la apertura de diligencias informativas o la incoación
directa de expediente disciplinario”.
5.1.3. Derecho aplicable. Arts. 171, 172, 414, 415, 423.2 de la LOPJ
Caso Realizado por Juan Toledo

5.2. Caso II (§ 20)

5.2.1 Supuesto de hecho


Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo). Sentencia de 05/09/2011.
La legitimación activa del recurrente debe ser examinada con carácter prioritario por constituir un necesario
presupuesto procesal para que pueda ser enjuiciada la pretensión que en su demanda plantea el recurrente.
En relación con dicha cuestión, ha de comenzarse recordando que una consolidada jurisprudencia de esta Sala
(por todas, la sentencia de 25 de marzo de 2003 y las que en ella se citan) ha afirmado la falta de legitimación del
denunciante para intervenir en los procesos contencioso administrativos seguidos contra las decisiones del Consejo
General del Poder Judicial que ordenan el archivo de los procedimientos disciplinarios.
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Y merece también ser subrayado que el núcleo argurnental de esta jurisprudencia parte del dato de que la
imposición o no de una sanción al Juez denunciado no produce efecto positivo alguno en la esfera jurídica del
denunciante, ni elimina carga o gravamen alguno de esa esfera.
Tras lo anterior, conviene asimismo hacer referencia a las ideas con las que ha sido desarrollado ese básico
núcleo argumenta'. Son las siguientes:
1. La existencia de la legitimación viene ligada a la de un interés legítimo de la parte a cuya satisfacción sirva el
proceso.
Y la amplitud con la que la jurisprudencia viene interpretando el artículo 28.1.a) de la Ley, por exigencias del
artículo 24.1 CE, y la sustitución del concepto de interés directo por el de interés legítimo, no llegan hasta el extremo
de que no se condicione en todo caso la legitimación a la existencia de un interés real.
Como ha dicho el Tribunal Constitucional (STC 143/87), el interés legítimo al que se refiere el artículo 24.1 CE, y
también el artículo 19 de la nueva Ley jurisdiccional 6/1998, equivale a una titularidad potencial de una posición de
ventaja o de una utilidad jurídica por parte de quien ejercita la pretensión, y que se materializaría de prosperar ésta.
La clave de si existe o no interés legítimo en el proceso de impugnación de una resolución del CGPJ, dictada en
expediente abierto en virtud de denuncia de un particular por una hipotética responsabilidad de un juez, debe
situarse en el dato de si la imposición o no de una sanción al Juez denunciado puede producir un efecto positivo en la
esfera jurídica del denunciante, o eliminar una carga gravamen en esa esfera.
3. La clave de si existe o no interés legítimo en le proceso de impugnación de una resolución del CGPJ,
dictada en expediente abierto en virtud de denuncia en el dato de si la imposición o no de una sanción al Juez
denunciado puede producir un efecto positivo en la esfera jurídica del denunciante, o eliminar una carga o
gravamen en esa esfera.
4. El problema de la legitimación tiene un carácter casuística, lo que no permite una respuesta
indiferenciada para todos los casos, y hace que en cada uno de ellos deba realizarse la búsqueda del concreto
interés legítimo que pueda servir de soporte a la legitimación, incumbiendo su alegación y prueba a quien se lo
arrogue.
5. El haber sido parte en un determinado proceso judicial, no supone necesariamente poseer la específica
legitimación que aquí se está analizando.
El procedimiento disciplinario no puede interferir un proceso judicial en curso, por lo que los intereses
legitimadores de quien es litigante en dicho proceso, por sí solos, no pueden servir como base de su
legitimación para reclamar la imposición de una determinada sanción al juez que, a criterio de dicho litigante, no
satisfizo aquel interés del proceso.
6. Tampoco el propósito de ejercitar la pretensión de responsabilidad del Estado, prevista en el
artículo 121 CE, puede servir de base a una legitimación para reclamar la imposición de sanción a un
Juez.
Ni en ese concreto precepto, ni en la ley en general, hay elementos que permitan sostener que la
proclamación de una anormalidad del funcionamiento de la Administración de Justicia haya de derivar de una
previa corrección disciplinaria impuesta al titular del órgano jurisdiccional al que se imputa aquélla.
Esta Sala también ha declarado, en esa jurisprudencia a la que acaba de hacerse referencia, que la
modificación de los artículos 423 y 425 de la LOPJ no supone que se haya atribuido expresamente a los
denunciantes legitimación para interponer el recurso contencioso-administrativo, confiriéndoles la que no se
deriva de la genérica aplicación del artículo 28.1.a) de la Ley Jurisdiccional de 1956 (y actualmente del artículo
19 de la nueva Ley Jurisdiccional de 1998).
Ha dicho que la normativa contenida en la LOPJ no tiene virtualidad para modificar el régimen procesal
procedente en cuanto a la legitimación de los denunciantes, y que lo único que hace es salvar la legitimación —o
remitir a ella— que pudiera derivar de la Ley Jurisdiccional.
El planteamiento de la demanda, cuya esencia ha sido expuesto en el fundamento primero, revela que lo
pretendido no es imponer al Consejo que desarrolle o complete una actividad investigadora que no haya sido
realizada, pues no se consigna ningún hecho que sea distinto de los que aparecen reconocidos en los Informes
del Servicio de Inspección que sirvieron de fundamento a los acuerdos del Consejo que en este proceso son
objeto de impugnación.
Lo perseguido en realidad es otra cosa: que el Consejo altere la calificación de ausencia de significación
disciplinaria que atribuyó a los hechos que constató en la actividad investigadora que fue desarrollada como
consecuencia de la denuncia y, consiguientemente, aplique a esos mismos hechos la calificación jurídica
distinta de ser constitutivos de algún tipo disciplinario
Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo).
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La legitimación activa del recurrente debe ser examinada con carácter prioritario por constituir un necesario
presupuesto procesal para que pueda ser enjuiciada la pretensión que en su demanda plantea el recurrente.
En relación con dicha cuestión, ha de comenzarse recordando que una consolidada jurisprudencia de esta Sala (por
todas, la sentencia de 25 de marzo de 2003 y las que en ella se citan) ha afirmado la falta de legitimación del
denunciante para intervenir en los procesos contencioso administrativos seguidos contra las decisiones del Consejo
General del Poder Judicial que ordenan el archivo de los procedimientos disciplinarios.
Y merece también ser subrayado que el núcleo argumental de esta jurisprudencia parte del dato de que la imposición o
no de una sanción al Juez denunciado no produce efecto positivo alguno en la esfera jurídica del denunciante, ni
elimina carga o gravamen alguno de esa esfera.

5.2.2. Cuestiones
A) ¿Por qué conoce de la demanda la jurisdicción contencioso-administrativa?
El denunciante conoce de la demanda de lo contencioso-administrativo porque tal y como muestra en la STC
05/09/2011 es competencia propia del Tribunal Supremo la Inspección de los Juzgados y Tribunales y ejercita la
potestad disciplinaria sobre Jueces y Magistrados. Todos los conflictos relacionados en materia de vulneración de
derechos fundamentales se resuelven en dicha sala por el Tribunal Supremo que es competente para resolver dichos
asuntos que incumben magistrados.

B) ¿Qué pretendía el demandante?


Lo que pretende el demandante no es imponer al Consejo que desarrolle o complete una actividad investigadora que
no haya sido realizada ,sino lo que en realidad se pretende es que el Consejo altere la calificación de ausencia de
significación disciplinaria que atribuyo a los hechos que constato en la actividad investigadora que fue desarrollada
como consecuencia de la denuncia y consiguientemente aplique a esos mismos hechos la calificación jurídica distinta
de ser constitutivos de algún tipo disciplinario. Y según el art.121 de la CE los daños causados por error judicial, así
como los que sean consecuencia del funcionamiento anormal de la Administración de Justicia, darán derecho a una
indemnización a cargo del Estado y es lo que pretendía él demandante.

C) ¿Por qué la sentencia se niega tener interés?


Existe una falta de legitimación del denunciante para intervenir en los procesos contencioso- administrativos, ni
ejercitando la pretensión de responsabilidad del Estado prevista en el art.121 CE puede servir de base a una
legitimación para reclamar la imposición de sanciona a un Juez. La modificación de los artículos 423-425 de la LOPJ no
supone que haya atribuido expresamente a los denunciantes legitimación para interponer el recurso contencioso-
administrativo. El procedimiento disciplinario no puede interferir un proceso judicial en curso, por lo que los intereses
legitimadores de quien es litigante en dicho proceso, por sí solos, no pueden servir como base de su legitimación para
reclamar la imposición de una determinada sanción al juez que, a criterio de dicho litigante, no satisfizo aquel interés
del proceso.

D) Pueden solicitar al Consejo General del Poder Judicial los ciudadanos que sancione a un Juez?
Sí porque es competencia exclusiva de este mediante su potestad disciplinaria sobre estos. Artículo 423 de la LOPJ: El
procedimiento disciplinario se impulsará de oficio en todos sus trámites, y se iniciará, por acuerdo de la Sala de
Gobierno o Presidente que corresponda o, en su caso, de la Comisión Disciplinaria o del Pleno del Consejo General del
Poder Judicial, bien por propia iniciativa, como consecuencia de orden o petición razonada de distinto órgano, o de
denuncia.
Toda denuncia sobre el funcionamiento de la Administración de Justicia se podrá presentar en el plazo de un mes,
durante el que se podrá proponer el archivo de plano, la apertura de diligencias informativas o la incoación directa del
expediente disciplinario.

5.2.3. Derecho aplicable: Arts. 426 y 425 LOPJ; 121 CE; 19 Ley Jurisdiccional 6/1998.

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LECCIÓN 4. LA EXCLUSIVIDAD DE LA JURISDICCIÓN


1. El principio de unidad jurisdiccional (§ 21)
2. La Jurisdicción Militar como Jurisdicción especial

2.1. Caso I (§ 22)

2.2. Caso II (§ 23)

2.3. Caso III (§ 24)

2.4. Caso IV (§ 25)


3. El monopolio estatal de la jurisdicción (§ 26)

4. La atribución de la potestad jurisdiccional a Juzgados y Tribunales

4.1. La exclusividad en sentido positivo (§ 27)

4.2. La autotutela ejecutiva de la Administración y la potestad sancionadora


4.2.1. Caso I (§ 28)
4.2.2. Caso II (§ 29)
5. Las funciones exclusivas de los Juzgados y Tribunales: el Registro Civil
5.1. Caso I (§ 30)
5.2. Caso II (§ 31)

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Lección 4

LA EXCLUSIVIDAD DE LA JURISDICCIÓN

1. EL PRINCIPIO DE UNIDAD JURISDICCIONAL (§ 21)

1.1. Supuesto de hecho

A) En los años 1991 y 1995 determinados órganos jurisdiccionales plantearon cuestión de


inconstitucionalidad contra el art. 38.2 de la Ley 16/1987 de Ordenación de los Transportes
Terrestres (LOTT, en adelante), conforme al cual:
«Siempre que la cuantía de la controversia no exceda de 500.000 pesetas, las partes, someterán al
arbitraje de las Juntas cualquier conflicto que surja en relación con el cumplimiento del contrato,
salvo pacto expreso en contrario».
A) La LOTT configuraba las Juntas Arbitrales, órganos de la Administración, como instrumento de protección y
defensa de las partes intervinientes en el transporte (art. 37), que tenían como función principal la de decidir, con
los efectos previstos en la legislación general de arbitraje, las controversias surgidas en relación con el
cumplimiento de los contratos de transporte terrestre y de las actividades auxiliares y complementarias del
transporte por carretera que fueran sometidas a su conocimiento (art. 38.1)1.

C) En opinión de los órganos proponentes de la cuestión de inconstitucionalidad, el antiguo art. 38.2 LOTT
(pudiéndose considerar hoy en día correspondiente con el actual art. 38.1.3 2 LOTT) contravenía, entre otros,
los arts. 24.1 y 117.3 de la CE, por cuanto condicionaba el derecho a la tutela o libre acceso de los
ciudadanos a los Tribunales, a la vez que impedía el ejercicio de la potestad jurisdiccional que el art. 117.3 CE
otorga en exclusiva a Juzgados y Tribunales.

D) El precepto de la LOTT, cuya constitucionalidad se cuestionaba, venía a establecer, pues, un arbitraje


obligatorio, con el correspondiente efecto de excluir fa vía judicial, salvo que ambas partes contratantes
hicieran explícita su voluntad en contrario. Si no existía pacto en contrario, el convenio arbitral nacía ex lege,
y podía invocarse, llegado el caso, como excepción, tal y como prevén expresa mente el art. 11 de la Ley de
Arbitraje, y el art. 533 de la, en la actualidad, derogada LEC de 1.881 (hoy arts. 39, 59, 64, 65.2.11), al que,
precisamente, la Ley de Arbitraje añadió como nueva excepción la de la sumisión de la cuestión litigiosa a
arbitraje (apartado 8).

E) Mediante Sentencia 174/1995, de 23 de noviembre, el Tribunal Constitucional estimó esta cuestión de


inconstitucionalidad por vulneración de los arts. 24.1 y 117.3 CE y declaró la nulidad del art. 38.2, párrafo primero
de la Ley 16/1987 de Ordenación de los Transportes Terrestres.

1.2. Cuestiones

1 En la actualidad dicho art. 38.2 queda modificado, al igual que el apdo. 1, tercer párrafo, del art. 38, por la Ley 29/2003, de 8 de octubre, sobre
mejora de las condiciones de competencia y seguridad en el mercado de transporte por carretera. Con la nueva redacción, la cuantía de la
controversia varia en el sentido de que debemos de tener en cuenta si sobrepasa o no los 6.000 euros (art. 38.1.3° LOTT), la LOTT establece un
sistema de presunción del sometimiento de la controversia al arbitraje de las Juntas Arbitrales. Así, si la cuantía no excede de la cantidad indicada,
y ninguna de las partes intervinientes en el contrato hubiera manifestado expresamente a la otra su voluntad en contra antes del momento en que
se inicie o debiera haberse iniciado la realización del servicio o actividad contratado, se presumirá que existe el referido acuerdo de sometimiento
al arbitraje de las Juntas (art. 38.1.3° LOTT). Si, por el contrario, la cuantía excede de dicha cantidad, dispone el citado precepto, que no se
presumirá que las partes someten a arbitraje el conflicto, «salvo pacto expreso en contrario» (actual art. 38.1.1° LOTT). La diferencia del régimen
jurídico establecido a partir de la cuantía de la controversia era y sigue siendo notoria: mientras que en el segundo caso las partes podían someter
al arbitraje de las Juntas la controversia surgida en relación con el cumplimiento de los contratos de transporte terrestre y de las actividades auxiliares y
complementarias de éste; en el primer caso, no era que podían, sino que tenían que someter dicha controversia al arbitraje de las Juntas, exigiendo la
Ley para evitar este efecto el pacto expreso en contrario, puesto que de lo contrario operará la presunción (párrafo 3 en relación con el primero ambos
del art. 38.1 LOTT). Es decir, la Ley, en este tipo de controversias de menor cuantía, sustituía y sustituye el convenio arbitral por una regla imperativa
que sólo podía y puede descartarse mediante pacto expreso en contrarío

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Soluciones de los Casos Prácticos de IDP Curso 2013/2014
A) El art. 38.2 LOTT (correspondiente al actual 38.1.3° LOTT), al establecer la sumisión obligatoria de las
partes, salvo pacto en contrario (es decir, mediante acuerdo de ambas, siendo suficiente la voluntad
discrepante de una de ellas, para tener que acudir obligatoriamente al arbitraje), al arbitraje de las Juntas
Arbitrales del Transporte Terrestre ¿por qué infringía el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva?
Artículo 24 CE Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio
de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión . STC 174/1995 Del
precepto cuestionado no puede decirse, ciertamente, que imponga un obstáculo arbitrario o caprichoso para acceder a
la tutela judicial efectiva, pues responde a la plausible finalidad de fomentar el arbitraje como medio idóneo para,
descargando a los órganos judiciales del trabajo que sobre ellos pesa, obtener una mayor agilidad a la solución de las
controversias de menor cuantía; pero al hacerlo de forma que no pueda eludirse más que a través de un convenio
entre todos los interesados, establece un impedimento para el acceso a la tutela judicial contrario al derecho de todas
las personas «a obtener la tutela efectiva de los Jueces .
Es evidente que un sistema como el que se acaba de describir, que es el que consagra el art. 38.2, párrafo primero, de
la L.O.T.T., resulta contrario al derecho a la tutela judicial efectiva que tienen todas las personas para obtener de los
Jueces y Tribunales la protección de sus derechos e intereses.
La primera nota del derecho a la tutela consiste en la libre facultad que tiene el demandante para iniciar el proceso y
someter al demandado a los efectos del mismo. Quebranta, por tanto, la esencia misma de la tutela judicial tener que
contar con el consentimiento de la parte contraria para ejercer ante un órgano judicial una pretensión frente a ella. Esto
es exactamente lo que hace el art. 38.2 L.O.T.T., que, al exigir un pacto expreso para evitar el arbitraje y acceder a la
vía judicial, está supeditando el ejercicio del derecho a la tutela judicial efectiva de una de las partes al consentimiento
de la otra, lo que, por las razones que han quedado expuestas, resulta contrario al art. 24.1 CE, que otorga el derecho
a acceder a los Juzgados y Tribunales.
La L.O.T.T. configura las Juntas Arbitrales como órgano de toma de decisión, excluyendo así la vía judicial en materia
de Transportes Terrestres y como primer recurso para obtener resolución.
B) De lo que se trataba era de "someter al arbitraje de las Juntas" los litigios inferiores a 500.000
pesetas (3.005 euros) (con la modificación efectuada, 6.000 euros), luego tales Juntas habían de emitir
un "laudo"; desde el punto de vista del acceso a los Tribunales, ¿qué diferencia existe entre un laudo y un
acto administrativo? ¿Hubiera sido constitucional el precepto, si, en vez de someter el conflicto al arbitraje
de tales Juntas, hubiera establecido la obligatoriedad de acudir a tales Juntas para solucionar el conflicto,
como requisito previo para acceder al proceso civil?
Diferencia laudo y acto administrativo:
Laudo es la denominación de la resolución que dicta un árbitro y que sirve para dirimir (resolver) un conflicto entre dos
o más partes.
El equivalente al laudo en el orden jurisdiccional es la sentencia, que es la que dicta un juez. La diferencia estriba en
que, mientras que la jurisdicción del juez viene marcada por la ley, la jurisdicción del árbitro viene dictada por la
autonomía de la voluntad. Por lo tanto, el arbitraje debe ser aceptado por ambas partes (ya sea de forma previa, a
través de un contrato, o de posteriormente, cuando ya ha surgido el conflicto) como forma de resolver el litigio
El acto administrativo, es el medio a través del cual la Administración pública cumple su objetivo de satisfacer los
intereses colectivos o interés público.
Es la formalización de la voluntad administrativa, y debe ser dictado de conformidad con el principio de legalidad.
No es constitucional retirar el derecho de un ciudadano a acudir a los Tribunales, si bien puede crearse otro proceso
(administrativo) para solucionar el conflicto, sin eliminar la vía judicial.
Artículo 9 Ley 60/2003, de 23 de Diciembre, de Arbitraje: Forma y contenido del convenio arbitral 1. El convenio
arbitral, que podrá adoptar la forma de cláusula incorporada a un contrato o de acuerdo independiente, deberá expresar
la voluntad de las partes de someter a arbitraje todas o algunas de las controversias que hayan surgido o puedan surgir
respecto de una determinada relación jurídica, contractual o no contractual.

C) Al otorgar el legislador a estos órganos administrativos (carentes, por tanto de independencia judicial) la facultad
de dictar laudos arbitrales institucionales, cuya fuerza de "cosa juzgada" equivale, como es sabido, a una sentencia,
¿en qué convirtió, desde el punto de vista jurisdiccional, el legislador a las Juntas de Transporte Terrestre? Con
independencia de la vulneración del art. 117.3 CE, ¿vulneraba también la norma el art. 117.5 CE?; razone la
respuesta.
-Los convirtió en equivalentes jurisdiccionales como así se ha calificado al arbitraje.
Artículo 14 Ley 60/2003, de 23 de Diciembre, de Arbitraje. Arbitraje institucional:
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1. Las partes podrán encomendar la administración del arbitraje y la designación de árbitros a:
a) Corporaciones de Derecho público y Entidades públicas que puedan desempeñar funciones arbitrales, según sus
normas reguladoras.
b) Asociaciones y entidades sin ánimo de lucro en cuyos estatutos se prevean funciones arbitrales.
2. Las instituciones arbitrales ejercerán sus funciones conforme a sus propios reglamentos.
3. Las instituciones arbitrales velarán por el cumplimiento de las condiciones de capacidad de los árbitros y por la
transparencia en su designación, así como su independencia.
Vulnera el 117.3 CE que trata el ejercicio de la potestad jurisdiccional como exclusivo de los Juzgados y Tribunales.
-No tiene relación con el 117.5 CE puesto que se refiere a la justicia castrense

D) Si, no obstante el tenor de la norma y con anterioridad a su declaración de inconstitucionalidad, alguna de las partes
hubiera interpuesto una demanda con una pretensión de las contenidas en el art. 38.2 de la LOTT, ¿qué excepción y a
través de qué cauce procesal podía interponer la contraria?
Por el mismo cauce procesal, ya sea administrativo o judicial

1.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 y 117.3 y 5 CE; STC 174/1995; arts. 1, 9, 14, 11 y 43 Ley 60/2003, de 23 de
diciembre de 2003, de Arbitraje; 39, 59, 64, 65.2.11 LEC (ver también lección relativa al derecho a la tutela judicial
efectiva).

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2. LA JURISDICCIÓN MILITAR COMO JURISDICCIÓN ESPECIAL

2.1. Caso I (§ 22)


2.1.1. Supuesto de hecho
Tribunal Supremo (Sala de Conflictos de Jurisdicción). Sentencia de 12/04/2011.
El presente conflicto positivo de jurisdicción se suscita entre el Juzgado Togado Militar núm. 42 de Valladolid, que
instruye el Sumario .../08/2010, relativo a las lesiones padecidas por el Cabo S..., y el Juzgado de instrucción núm. 2 de
León, que tramita las Diligencias Previas núm. .../2010 en averiguación de los mismos hechos.
A los solos efectos de resolver el conflicto y sin que ello implique una anticipada delimitación del objeto del proceso, los
hechos habrían tenido lugar el día 20 de mayo de 2010, en el Bar situado en las proximidades de la Base Militar Conde
Gazola, en El Ferrol, León. En él se encontraba un número no determinado de militares uniformados que
celebraban el final del Concurso Nacional de Tiro de Patrullas. En un momento dado, ya sea porque el Cabo
S... profirió alguna expresión que desagradó al Sargento D... ("Viva Carrillo"), ya porque aquél molestó con
expresiones de desprecio a los integrantes de una de las patrullas, el citado Sargento propinó al Cabo un
puñetazo en la cara, a consecuencia del cual el cabo agredido sufrió lesiones que consistieron en contusión
con hematoma periorbicular izquierdo, con una herida incisa en el párpado inferior izquierdo, pérdida de un
incisivo y pérdida de la corona de otros dos dientes. El agredido hubo de ser trasladado a la Clínica San
Francisco para ser atendido
El lesionado denunció los hechos a la Policía, que elaboró el correspondiente atestado, siendo éste remitido al
Juzgado de instrucción núm. 2 de León. El Juzgado togado Militar núm. 42 de Valladolid, con fundamento en el
dictamen de competencia suscrito por el Fiscal Jurídico Militar, acordó mediante auto de fecha 8 de octubre de
2010, afirmar su propia competencia y requerir de inhibición al Juzgado de instrucción núm. 2 de León. El rechazo de
la inhibición por este último Juzgado, mediante auto de 8 de noviembre de 2010, manteniendo su competencia y
planteando conflicto de jurisdicción, ha dado lugar al presente expediente.
Lo primero que ha de examinarse es si los hechos de autos pueden encajar o no en alguna de las normas
tipificadoras de infracción criminal que recoge el Código Penal Militar, puesto que, según proclama la sentencia
de esta misma Sala de Conflictos, 3/2010, 15 de octubre, con cita de las sentencias 4 de diciembre de 1992, 11 de
julio de 1994 y de 18 de octubre de 2002, "lo que determina la competencia de la Jurisdicción Militar es, de
acuerdo con el artículo 12.1 de la Ley Orgánica 4187, que el posible delito esté incluido en el Código Penal
Militar, es decir, que los hechos puedan ser constitutivos de un delito militar en el estricto sentido que se
desprende del artículo 20 del mencionado Código, según el cual, son delitos militares las acciones y
omisiones dolosas o culposas penadas en este Código".

A lo que debe añadirse, como bien cuidan de especificar las precitadas sentencias de esta Sala Especial de
Conflictos de 11 de marzo de 1991 y de 18 de octubre de 2002, que el conocimiento del hecho en cuestión vendría
atribuido a tal especial Jurisdicción Militar "aunque también lo esté con el Código Penal común, incluso aunque
este último sancione con pena más grave, según la modificación introducida en el artículo 12.1 por la
Disposición Adicional 6`-' de la Ley Orgánica 2189, de 13 de abril, Procesal Militar, todo ello en aplicación del
criterio que concede preferencia a la Ley Especial (Código Penal Militar) sobre la Ley General (Código Penal
Ordinario)".
La Sala coincide con el criterio del Ministerio Fiscal y estima que los hechos que están siendo objeto de
investigación —con toda la provisionalidad con la que éstos han de ser ponderados a la hora de resolver un
conflicto competencial de esta naturaleza—, son algo más que un delito de lesiones del art. 147 del CP y, por tanto,
enjuiciable por la jurisdicción común. El puñetazo que el sargento propinó al cabo no puede ser contemplado
con independencia de la relación de disciplina que mediaba entre ambos. La relación superior-inferior, como
se razona infra, estaba
presente en el momento en el que el primero propinó al segundo el golpe que le produjo la contusión
con hematoma en el ojo izquierdo, la herida incisa en el párpado y la simultánea pérdida de un incisivo y
de la corona de otros dos dientes. Agresor y agredido están uniformados, conocen sus respectivas

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graduaciones y ese principio de jerarquía no se diluye, ni por razón del móvil con el que se pretende
justificar la agresión ni, por supuesto, por razones locativas, referidas a que el incidente se produjo
fuera de un recinto militar

Aun cuando no resulte definitivo, pero sí con una clara incidencia en la calificación jurídica de los
hechos, conviene tener presente que la propia dinámica del suceso, tal y como ha sido descrito por
los numerosos testigos a los que ya se ha recibido declaración, no describe una pelea con
intercambio de golpes, sino un único golpe, dirigido por el sargento a su subordinado y que éste
acepta, sin réplica ni reacción defensiva, como expresión de un acto de corrección impuesto por
quien ostenta mayor graduación que él. La constancia en autos de un parte disci plinario formulado
por el sargento contra la persona a la que acababa de agredir (folio 12, tomo 1) es la mejor muestra de
la presencia de esa relación jerárquica que tanta influencia ha de desplegar en el juicio de tipicidad.

Por su similitud con el caso ahora enjuiciado, resulta de obligada cita la sentencia de esta misma
Sala núm. 2/1999, 30 de marzo, en la cual se razona en los siguientes términos: "...la cuestión
fundamental en el presente conflicto de jurisdicción entre la militar y la penal ordinaria exige dilucidar
si la relación interpersonal entre el cabo y el soldado involucrados en los hechos era una relación
completamente ajena a su carácter militar o, por el contrario, en ella eran relevantes sus respectivas
condiciones de adscripción al ejército. Y.. a este respecto hay que señalar que reiterada jurisprudencia de
la Sala Quinta de este Tribunal Supremo, reflejada también de resoluciones dictadas por la Sala Especial
de Conflictos Jurisprudenciales, ha declarado el carácter permanente de relación jerárquica en el
marco castrense, que no desaparece cuando los hechos entre personal militar se producen en ocasión no
relacionada con el servicio que cumplen constituyendo esa relación una situación objetiva jerárquica
que no se desvirtúa en cualquiera de las relaciones que entre ellos mantengan y en particular en caso
de una disputa de carácter privado (sentencias de la Sala Quinta del Tribunal Supremo de 11 de junio
de 1993,23 de marzo, y 20 de septiembre de 1994 y 4 de noviembre de 1998, y sentencias de la Sala
Especial de Conflictos Jurisdiccionales de 6 de marzo de 1991 y 28 de marzo de 1994).

2.1.2. Cuestiones
A) ¿CÓMO SE FORMA UNA SALA DE CONFLICTOS DE JURISDICCIÓN?
Entendemos por conflicto jurisdiccional “latu sensu”, el surgido entre dos órganos del Estado como consecuencia
de que ambos, deciden o rehúsan simultáneamente conocer una determinada materia. Por lo que un órgano superior,
mediante una decisión declarativa, debe afirmar a cuál de ellos le corresponde su conocimiento. Los conflictos pueden
ser:
 Positivos: Cuando reclaman el conocimiento.
 Negativos: Cuando rehúsan el conocimiento.

Si el conflicto transcurriera entre un órgano del Poder Judicial y otro de la Jurisdicción castrense, oídos el MF
ordinario y el militar, elevaran las actuaciones al Tribunal de conflictos.

La Sala de Conflictos de jurisdicción esta compuesta por el Presidente del Tribunal Supremo, que la presidirá, dos
Magistrados de la Sala del Tribunal Supremo del orden jurisdiccional Penal y dos Magistrados de la Sala de lo Militar,
todos ellos designados por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial. Actuará como Secretario de esta Sala el de
Gobierno del Tribunal Supremo. El Presidente tendrá siempre voto de calidad en caso de empate.

B) ¿POR QUÉ INTERVIENE EL FISCAL?


Para establecer a quien corresponde conocer la materia debe ser oído tanto el Fiscal como su homólogo de la
jurisdicción militar. La función del Fiscal en este caso era argumentar porque el delito debía ser conocido por la
jurisdicción penal y no la militar.

C) ¿CUÁLES SON LAS RAZONES PARA DECIDIR EL CONFLICTO A FAVOR DE LA JURISDICCIÓN MILITAR?
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La jurisdicción militar, debe limitar su actuación al ámbito estrictamente castrense, también llamado ámbito o fuero
militar, que requiere la concurrencia simultánea de estos tres criterios:

 Por razón de la materia, la jurisdicción castrense ha de ceñirse a los delitos que atenten a la disciplina
castrense
 Por razón de lugar, a los cometidos dentro de los cuarteles y en actos de servicio
 Por razón de las personas tan sólo a los militares y nunca a los civiles.

En el caso que nos ocupa se daba la razón de materia (como prueba se alega que el cabo no intentó
defenderse, al ser el sargento un superior y además el sargento ya ha interpuesto un expediente disciplinario en
contra del cabo, lo que demuestra la relación jerárquica también) y de personas (ambos implicados eran militares y
estaban uniformados, mostrando claramente su rango). El hecho de que la agresión no se produjera en un cuartel o
acto de servicio no es contemplado en la sentencia. En este caso en concreto solo se daban dos de los criterios
castrenses. Desde mi punto de vista, al no cumplirse el tercero, no debería tratarse como Jurisdicción Militar, pero la
sentencia ha obviado este criterio.

D) ¿PUEDEN INTERVENIR EN EL CONFLICTO LAS PARTES, EN EL CASO AGRESOR Y AGREDIDO?


En el caso de la discrepancia planteada ante la Sala de Conflictos las partes enfrentadas serían los fiscales,
tanto el penal como el militar, pues el conflicto se inicia al intentar establecer a quien corresponde la jurisdicción de
este caso. Por este motivo no podrían el agresor y el agredido intervenir como partes, en todo caso como testigos.

Si se tratara de resolver la situación creada durante la pelea, en ese caso las partes serían el agresor o
Sargento y el agredido o Cabo, por lo que podrían intervenir en la resolución del conflicto.

Realizado por Juan Francisco Trigo y Sonia Rodríguez

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2.2. Caso II (§ 23)

2.2.1. Supuesto de hecho

Tribunal Supremo (Sala de Conflictos de Jurisdicción). Sentencia de 23/12/2011.


PRIMERO. La cuestión que origina este conflicto de jurisdicción, entre la militar y la ordinaria penal, trae causa de la
denuncia que formula el soldado ..., y que se presenta ante el Juzgado Togado Militar número 21 de Sevilla, en donde
se expone que, en agosto de 2008, comenzó una relación sentimental con ...; dichas relaciones se deterioraron con el
paso del tiempo, siendo hija del Subteniente superior del denunciante en su misma base aérea en Morón (Sevilla).
Se nana igualmente que el soldado fue denunciado por su novia ante el Juzgado de Violencia contra la Mujer,
número 4 de Sevilla, quien dictó determinadas medidas cautelares frente a aquél. Fruto de tal enfrentamiento, el
Subteniente ha perseguido a tal soldado, para "hacerle la vida imposible, por el enfrentamiento sentimental entre su hija
y él", y concreta tal hostigamiento en que el Subteniente "ha estado yendo continuamente a la dependencia donde se
tramitan los expedientes administrativos y a la sección de personal" para conseguir que fuera suspendido de sus
funciones, a causa de las diligencias judiciales abiertas contra él, lo que finalmente ha conseguido. También que el
expresado subteniente "iba diciendo de modo calumnioso que el denunciante roba en la Base de Morón", y que acosaba a
una soldado del taller de la Base. Tras la ampliación de la denuncia (17-3-2010), el Juzgado Togado Militar dicta Auto,
previa audiencia del Ministerio Fiscal, por el que se acuerda la inhibición para el conocimiento de tales actuaciones al
Juzgado Decano de Sevilla, analizando el juez militar que la conducta denunciada no es incardinable en ninguno de los
tipos que contempla el Código Penal Militar. A partir de ahí, el Juzgado de Instrucción 20 de Sevilla, a quien se
repartieron las diligencias, lo envió al Decano de Morón de la Frontera, correspondiéndole al num. 2, y éste al Decano de
Marchena, cuyo Juzgado de Instrucción número 2 remitió de nuevo las actuaciones al Juzgado Togado Militar de
procedencia, y éste planteó el conflicto negativo de jurisdicción, que origina estas actuaciones.
SEGUNDO. Del estudio de la denuncia y de su ampliación, los hechos no pueden corresponder a la jurisdicción
civil, en tanto que los aspectos denunciados suponen una especie de abuso de superioridad, a que se refiere el art.
106 del
Código Penal Militar, o de abuso de las facultades de mando (art 103), o un posible exceso arbitrario en las facultades
del superior (art. 138), y tales hechos se han producido en una relación estrictamente militar y dentro del acuartelamiento, es
decir, los hechos denunciados se circunscriben al ámbito estrictamente castrense, y pueden encontrar acomodo en la
tipificación de ilícitos recogidos en el expresado Código, en cuyo caso la jurisdicción militar tendrá atribuido el conocimiento
de los mismos, por imperativo del art. 12.1 de la Ley Orgánica 4/1987, de 15 de julio, de Competencia y Organización de la
Jurisdicción Militar, en aplicación del criterio de la especialidad. En suma, el trato degradante del art. 106 CPM supone un
plus de desvalor respecto al análogo "trato degradante" tipificado en el art. 173 CPC. Por si ello fuera poco, la conducta
denominada moobing, o acoso laboral en el ámbito del Código Penal común, ha sido incorporada al art. 173.1 párrafo r por
la LO 5/2010, de 22 de junio, que entró en vigor el día 23.12.2010, y los hechos denunciados lo fueron con fecha 18 de febrero
de 2010; es decir, taI precepto no estaba aún en vigor
Por otro lado, que la causa de la conducta que se denuncia pudiera tener un origen ajeno a la relación estrictamente
castrense, si los actos denunciados se enmarcan en tal relación militar, no por ello convierten al delito en civil "por el origen
de la disputa"; y en suma, como informa el Ministerio Fiscal en estas actuaciones, lo relativo al Subteniente ..., nada tiene
que ver con relaciones extramilitares. Es decir, desde cualquier punto de vista, la competencia para su decisión pertenece a
la jurisdicción militar, sede igualmente en donde se formuló la denuncia. Desde esta perspectiva, la cuestión ha de deferirse al
Juzgado Togado Militar número 21 de Sevilla, como ya lo declarase así en un caso de semejante identidad fáctica, la
Sentencia del Tribunal Supremo núm. 3/2010 (Sala de Conflictos de Jurisdicción), de 15 octubre, en donde se afirma que
"no sólo en el tipo penal común al que se hace mención en el reseñado Auto de requerimiento de inhibición (el delito
común de "trato degradante" del artículo 173 del Código Penal, en su modalidad, dentro de los "delitos contra la integridad
moral", del conocido como mobbing o acoso moral en el ámbito laboral que, según reiterada jurisprudencia, incluye conductas
como la de hacer señalamientos negativos de forma continuada sobre una persona o criticarla constantemente, aislar a una
persona dejándola sin contactos sociales, negar o difundir falsas informaciones o ridiculizarla constantemente, que pone en
peligro su posición o deteriora el ambiente de trabajo y que es susceptible de dañar la personalidad, la dignidad o la
integridad física o psíquica de un trabajador en el desempeño de sus funciones), sino también en la infracción penal militar

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tipificada en el artículo 106 del Código Penal Militar, esto es, el "trato degradante" que, como modalidad dentro de los "delitos
de abuso de autoridad", contempla los supuestos en que la conducta penalmente reprochada se produce entre militares en
relación jerárquica de subordinación (...) esa subsumibilidad penal militar de los hechos imputados otorga la competencia a
la Jurisdicción Militar conforme a la regla del art. 12.1 de la Ley Orgánica 4/1987, de 15 de julio, de Competencia y
Organización de la Jurisdicción Militar (LOCOJM). La citada norma es aplicable cuando se aprecia la existencia de un mero
conflicto externo de leyes o normas penales (comunes y militares) que tipifiquen delitos que, hallándose en relación de
alternatividad (o uno u otro se castiga), no se hallan en relación de "conexidad". Por ello se dice que en estos casos se
trata, tan sólo, de un concurso de delitos impropio o "aparente".
Esta Sala Especial de Conflictos, a través de numerosas Sentencias, ha tenido oportunidad de poner de relieve la
trascendencia de lo que parece determinado en el artículo 12.1 de la LOCOJM a los efectos competenciales, y, entre
otras muchas que cabría citar, la Sentencia de 11 de marzo de 1991, que declara que lo primero que ha de examinarse
es "si los hechos de autos pueden encajar o no en alguna de las normas tipificadoras de infracción criminal que
recoge el Código Penal Militar", puesto que, según proclaman las Sentencias de 4 de diciembre de 1992, de 11 de
julio de 1994 o de 18 de octubre de 2002, "lo que determina la competencia de la Jurisdicción Militar es, de acuerdo
con el artículo 12.1 de la Ley Orgánica 4/87, que el posible delito esté incluido en el Código Penal Militar, es decir, que
los hechos puedan ser constitutivos de un delito militar en el estricto sentido que se desprende del artículo 20 del
mencionado Código, según el cual, son delitos militares las acciones y omisiones dolosas o culposas penadas en este
Código".

2.2.2. Cuestiones:
A) ¿Que naturaleza tienen los Juzgados de Violencia de Género?
Los juzgados de Violencia de Género fueron creados por la LO 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia sobre la Mujer, como órganos especializados dentro del orden jurisdiccional penal. Estos Juzgados conocerán
de la instrucción, y en su caso, del fallo de las causas penales en materia de violencia sobre la mujer, así como de
determinadas causas civiles relacionadas (arts. 87 bis y 87 ter LOPJ).
B) ¿Pueden considerarse órganos especializados?
Sí, estos juzgados se configuran como órganos especializados dentro del orden jurisdiccional penal tal y como se
expone en la LO 1/2004 de 28 de diciembre sobre Medidas de Protección Integral con la Violencia de Género.
C) Si se califica como moobing, acoso laboral, ¿por qué entiende el Tribunal que es delito militar?
Porque se ha producido en el ámbito militar y también, está descrito en el Código penal militar en el Capitulo III
sobre Abuso de la Autoridad (LO 13/1985 Código Penal Militar)
D) ¿Por qué se opta por la jurisdicción militar?
Lo que determina la competencia de Jurisdicción Militar, es el acuerdo con el articulo 12.1 de la Ley Orgánica
4/87, que expone que el posible delito está incluido en el Código Penal Militar, es decir, que lo hechos puedan ser
constitutivos de un delito militar en el estricto sentido que se desprende del articulo 20 del Código Penal Militar, según
el cual son delito las acciones y omisiones dolosas o culposas penadas en dicho Código.
 Este caso lo hicieron compañeros del curso pasado.

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2.3. Caso III (§ 24)

2.3.1. Supuesto de hecho


A) Siendo las 4 horas de la madrugada del día ..., D. A., D. B. y D. C., que habían pasado la noche juntos
tomando copas, se dirigían a pie en estado de embriaguez a "tomar la penúltima", en el "pub X", que se encontraba
en las inmediaciones de la Casa Cuartel de la Guardia Civil de la ciudad de...
B) Al pasar por la puerta de dicho Cuartel, y como quiera que los citados Señores no cesaban de cantar en alta voz, el
miembro de la Benemérita, con núm. de identificación ...., que en aquél momento prestaba funciones de centinela, si
bien, y por razones de seguridad antiterrorista, vestía de paisano, les requirió para que cesaran de cantar; requerimiento
que no fue atendido, por lo que dicho funcionario de la Guardia Civil, exhibiendo su arma reglamentaria, les conminó
a que le mostraran sus respectivos documentos nacionales de identidad, lo que así hicieron. Una vez tomados tales datos
por el citado agente de la Autoridad, les permitió deambular
B) El día ..., los citados D. A., D. B. y D. C. recibieron en su domicilio citación del Juez Togado Militar de la
demarcación de... para que comparecieran a las ... horas del día ..., con los apercibimientos legales, ante dicho
Juez para prestar declaración por la presunta comisión de un delito de "desobediencia a centinela", tipificado en el
art. 85 del Código Penal militar.

2.3.2. Cuestiones

A) ¿Por qué la Jurisdicción Militar es, en principio, competente para conocer de los delitos de "desobediencia a
centinela" que se puedan cometer contra un agente de la Guardia Civil?
Teniendo en cuenta la LO código penal militar que dice, cito textualmente: art.1 “Sólo serán castigadas como delitos
militares las acciones y omisiones previstas como tales en este Código.”, y a su vez el art. art. 85;” El que
desobedeciere o se resistiere a obedecer órdenes de centinela será castigado con la pena de tres meses y un día a
dos años de prisión”, se deduce a priori que si es competente para conocer de este delito.
Según el Artículo 117.5 de la Constitución Española, la Ley regulará el ejercicio de la jurisdicción militar en el ámbito
estrictamente castrense y en los supuestos del estado de sitio, de acuerdo con los principios de la Constitución.
Cuando nos referimos al ámbito estrictamente castrense, debe existir de forma simultánea estos tres criterios:
1.- Por razón de materia: delitos que atenten contra la disciplina castrense
2.- Por razón de lugar: los cometidos dentro de los cuarteles y en actos de servicio
3.- Por razón de las personas: tan sólo a los militares y nunca a los civiles
Partiendo de esa base, la Jurisdicción Militar NO ES COMPETENTE, ya que el posible delito ni fue cometido dentro de
la Casa Cuartel de la Guardia Civil, sino en las inmediaciones, ni fue cometido por personal militar, sino por civiles
De todas formas, basta con que el delito fuera de naturaleza militar, aunque fuera cometido por un civil, para que la
jurisdicción militar reclame el conocimiento del asunto. No obstante, numerosas sentencias del Tribunal Constitucional
intenta ceñir la jurisdicción militar a su propio ámbito. Aunque también has sentencias del Tribunal Constitucional que
dicen lo contrario, por ejemplo la 75/1982 que estipula que la jurisdicción militar es extensible a “cualquier persona, sea
militar o paisano”, siempre y cuando se lesionen bienes jurídicos que “puedan afectar a la defensa nacional
encomendada a las Fuerzas Armadas”
En este sentido la desobediencia a centinela está estipulada como delito militar, pudiendo ser castigado con la pena de
tres meses y un día a dos años de prisión, incluso aunque quien cometa el delito no sea considerado militar. Los actos
delictivos cometidos por civiles en tiempo de paz, por los cuales pueden ser juzgadas personas ajenas al ámbito
castrense por los tribunales militares son, según la LO 13/198 del Código Penal Militar: allanamiento de una base,
acuartelamiento o establecimiento militar, el vulnerar las medidas de seguridad establecidas para la protección de los
mismos, la comisión de dichos delitos por imprudencia, la desobediencia o resistencia a obedecer órdenes de un
centinela, el maltrato a un centinela, la apología de los delitos anteriores…

B) Si dicho centinela, aunque portara armas, no vestía de uniforme ¿es competente la jurisdicción militar
para el conocimiento de este supuesto delito? ¿Qué defensa habrán de alegar D.A., D.B, Y D.C ante el juez
Togado? Si dicho juez militar no sobreseyera el asunto ¿Qué habrá de promover el abogado de D.A., D.B, y
D.C.?
1º) Al no llevar uniforme no será competente la jurisdicción militar, según el art.10 de la LO de código penal militar en su
articulo, cito textualmente: “ A los efectos de este Código se entenderá que constituyen Fuerza Armada los militares
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que, portando armas y vistiendo el uniforme, presten servicios legalmente encomendados a las Fuerzas Armadas,
reglamentariamente ordenados, así como, en las mismas circunstancias, los miembros de la Guardia Civil, cuando
prestando servicio propio de su Instituto, así lo disponga la Ley a la que se refiere el artículo 104.2 de la Constitución”.
2º) La defensa que habrán de alegar ante el Juez Togado: el agente no vestía uniforme, no se identificó como Guardia
Civil, no les mostró su identificación, por lo tanto no estaban desobedeciendo a un centinela, sino a un civil armado
3º) Si el Juez Militar no sobresee el asunto se podría interpretar que se trata de un conflicto de jurisdicción entre
juzgados y tribunales ordinarios y los órganos de la jurisdicción militar, que serán resueltos por la sala de conflictos de
jurisdicción. El abogado deberá realizar actuaciones ante dicha sala. Recibidas las actuaciones, la Sala de Conflictos
de Jurisdicción dará vista de las mismas al Ministerio Fiscal y al Fiscal Jurídico Militar, por plazo de quince días,
dictando sentencia dentro de los diez días siguientes.
También se podría interponer un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, por el Artículo 24 de la Constitución
ya que todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley.

C) Si el centinela, que portaba armas, además hubiera vestido su uniforme, ¿sería competente la jurisdicción
militar para conocer de este delito, cometido fuera de los cuarteles militares y por ciudadanos? En tal
supuesto, y si fueren condenados D.A., D.B. y D.C., por el referido delito de “desobediencia a centinela” ¿Qué
recurso podrá interponer su abogado para obtener la nulidad de su condena?¿cual seria su fundamentación
jurídica?
1º) ¿Si el centinela hubiera vestido su uniforme, sería adecuada la jurisdicción militar?
Sería controvertido, por un lado sería el delito tipificado como desobediencia a centinela, por otro lado no se trata del
ámbito castrense al ser un delito cometido fuera del cuartel y por civiles.
2º) Si hay condena se podría interponer un recurso de nulidad por vulneración del Art. 24 de la Constitución Española,
al no ser juzgados por el juez predeterminado por la Ley
3º) El Juzgado Togado Militar no es competente para conocer la causa, ya que los demandados son civiles, los hechos
se produjeron fueran del recinto del Cuartel, no suponían un peligro para la seguridad nacional, el agente no se
identificó como Guardia Civil ni mediante documentación ni llevando el uniforme
Si lo seria, bajo el citado articulo anterior 10. Además son funciones de los Juzgados Togados Militares Territoriales: La
instrucción de los procedimientos penales militares por hechos ocurridos en la demarcación de su competencia y cuyo
conocimiento corresponda al respectivo Tribunal Militar Territorial.
El juez togado competente, tan pronto tenga noticia de los hechos o reciba el atestado, incoará el procedimiento penal
correspondiente, ratificando o dejando sin efecto, en su caso, la detención acordada, elevándola a prisión si hubiere
meritos para ello.
Contra las resoluciones dictadas por los Jueces y Tribunales Militares durante la tramitación del sumario podrán
interponerse, por razón de su forma o contenido, en los casos que disponga esta Ley, los recursos de apelación, queja
y súplica.
El recurso de apelación contra resoluciones dictadas en el sumario únicamente podrá interponerse, en los casos y con
los efectos contemplados en esta Ley, en el plazo de cinco días, contados desde el siguiente al de la notificación, ante
el Juez que hubiere dictado la resolución que se recurre, expresando los fundamentos de la impugnación y
acompañando los documentos que se estimen conveniente.

2.2.3. Derecho aplicable: Art. 39 LOPJ; Ley de Conflictos Jurisdiccionales; art. 173 CP; arts. 103, 106, 138
Código Penal Militar; LO de Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar, de 15 de julio de 1987.

Realizado por Sonia Rodriguez

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2.4. Caso IV (§ 25)

2.4.1. Supuesto de hecho


A) El día 18 de septiembre de 1997, el Cabo de la Guardia Civil, D. A., denunció ante el Juzgado de Instrucción nana. 33
de M., en funciones de guardia, a un Teniente de su misma Unidad, por vejaciones e insultos. El día 25 de septiembre
interpuso nuevo escrito de denuncia interesando que se investigase si los hechos puestos en conocimiento del Juzgado
pudieran ser constitutivos de los delitos tipificados en los arts. 171, 172, 390, 404, 405 y 464 del Código Penal, e
imputando esta vez la comisión de los mismos, no sólo al Teniente, sino también al Capitán y al Comandante de la
Unidad.
B) Dicha denuncia correspondió por turno de reparto al Juzgado de Instrucción nüm. 18 que, el día 10 de octubre de
1997, dictó Auto incoando las diligencias previas núm. .... Mediante escrito de 15 de octubre de 1997, el denunciante,
en su calidad de perjudicado, interesó que se le tuviese por personado en la causa, a lo que accedió el Juzgado
mediante proveído de 6 de noviembre de 1997. Mediante escrito de 15 de octubre de 1997 solicitó la práctica de
determinadas diligencias tendentes a la averiguación y esclarecimiento de los hechos puestos en conocimiento
del Juzgado.
C) El día 1 de diciembre de 1997 el Juzgado de Instrucción ntim. 18 dictó Auto de inhibición a favor del Juzgado Togado
Militar de M., por considerar que «Los hechos denunciados pudieran ser constitutivos de uno o varios delitos
descritos en el Código de Justicia Militar».
D) Por Auto de 14 de enero de 1998 el Juzgado Togado Militar Territorial aceptó el conocimiento de las diligencias
previas núm. ... que Ie eran remitidas y acordó su acumulación con las diligencias previas..., que se tramitaban
ante aquel Juzgado en virtud de solicitud de incoación realizada por el Fiscal Jurídico Militar del Tribunal Militar
Territorial, a la vista de los hechos investigados en el expediente disciplinario núm. ... que se seguía contra el
demandante de amparo, Sr. D. A.
E) Mediante Auto de 30 de enero de 1998, el Juez Togado Militar modificó, de oficio, su resolución anterior, acordando
«a la vista de que las actuaciones recibidas en inhibición presentan una mayor complejidad que la inicialmente
apreciada y con unas circunstancias de tiempo, lugar y personas distintas de aquellas por las que se siguen las
presentes diligencias previas ...» (Fundamento de Derecho primero), su continuación independiente.
En ese mismo Auto se declaró que la personación de D. A. sólo se admitía para las diligencias previas núm. en
las que aparecía como inculpado, con apoyo en el siguiente razonamiento contenido en el fundamento de
Derecho segundo: «El artículo 127 de la Ley Procesal Militar establece que salvo el supuesto del artículo 168 de la Ley
Orgánica de la Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar, podrá mostrarse parte en el procedimiento
como acusador particular o como actor civil toda persona que resulte lesionada en sus bienes o derechos por la comisión
de un delito o falta de la competencia de la jurisdicción militar, excepto cuando ofendido e inculpado sean militares y
exista entre ellos relación jerárquica de subordinació22.En el presente caso, y una vez desglosadas las actuaciones ...,
la personación de la referida Procuradora, ha de entenderse circunscrita únicamente a las anteriores diligencias previas
núm. ... en las que su representado, el cabo de la Guardia Civil D. A., aparece en calidad de inculpado, y no extensiva
a las nuevas diligencias que se abren, toda vez que en las mismas la actuación del referido cabo es la de
perjudicado y no la de acusador particular, al impedirlo el artículo transcrito. Ello es así sin necesidad de esfuerzo
interpretativo alguno si apreciamos, como por otro lado resulta evidente, la condición de militares y la existencia de
relación jerárquica de subordinación entre el perjudicado y los superiores denunciados».
F) El referido Auto fue recurrido en queja ante el Tribunal Militar Territorial Primero que, por Auto de 27 de noviembre
de 1998, desestimó el recurso con apoyo en la siguiente fundamentación:
«El principio constitucional que permite el ejercicio de la acción penal, en razón del general derecho que ampara eI artículo 24 de la
Constitución Española puede, sin embargo, sufrir excepción en los supuestos en que así lo impidan o bien la naturaleza de la materia
regulada o lo veden intereses constitucionalmente relevantes igualmente protegidos de condición preponderante como es la propia
naturaleza de la profesión castrense y el carácter de un Cuerpo como el de la Guardia Civil que para el específico cometido de sus
funciones se organiza en un sistema jerárquico que se manifiesta en una situación de sujeción enmarcada en la unidad y la
disciplina como factor de cohesión que obliga a todos por igual (Reales Ordenanzas en sus artículos 1, 10, 11, 25, 28, 32, 42, 47,
177 y 203), como significan el Auto núm. 121/1984, de 29 de febrero y la Sentencia 97/1985 de 29 de julio del Tribunal Constitucional,
por lo que en suma es perfectamente ajustado a la Constitución lo que los preceptos que combate eI recurrente disponen, y por ello,

2 La frase resaltada en cursiva fue declarada inconstitucional por STC 179/2004, de 21 de octubre de 2004. BOE 279. Suplemento
de 19 de noviembre de 2004.

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no cabe atender la petición que formula y todo esto sin perjuicio de significar que la condición de superior e inferior es una situación de
carácter permanente que no requiere que ambos se encuentren destinados en la misma Unidad como se infiere del artículo 12 del
Código Penal Militar. No es pertinente en razón de lo dicho plantear cuestión alguna de inconstitucionalidad ante eI Tribunal
Constitucional» (Fundamento jurídico único).
F) Contra dicho auto, D. A. interpuso recurso de amparo, que fue estimado por el Tribunal Constitucional mediante STC 115/2001,
de 10 de Mayo, en la que el intérprete supremo de la Constitución, no sólo, como se ha dicho, estimó el amparo, sino que
también (y con cuatro votos particulares) planteó la "autocuestión de inconstitucionalidad" de los arts. 108, párrafo 2 3 de la Ley
Orgánica 4/1987, de la Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar, y 127, párrafo 14 de la Ley Orgánica 2/1989, de 13
de abril, Procesal Militar, por su contradicción con los arts. 14 y 24.1 CE, en relación con el inciso final del art. 117.5 de la
Constitución

2.4.2. Cuestiones

A) La prohibición de comparecencia, en el proceso penal militar, como partes acusadoras de los militares inferiores
para acusar a sus superiores, que contienen las citadas normas, sobre las que el propio Tribunal Constitucional
se autoplanteó la cuestión de inconstitucionalidad ¿violan los arts. 14 y 24 CE? ¿Por qué?
En cuanto al artículo 14: “Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna
por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”,
se violaría ya que el militar inferior en este caso no sería igual ante la ley por razón de su posición en la escala
jerárquica por no poder acceder a la justicia igual que el resto de españoles.
En cuanto al artículo 24: “1. Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y
tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse
indefensión. 2. Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la Ley, a la defensa y a la
asistencia de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones
indebidas y con todas las garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar
contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de inocencia”, también se violaría ya que el militar
inferior no podría obtener la tutela de sus derechos e intereses por parte de un Juez ordinario.
B) ¿Existe algún valor castrense que justifique la prohibición de que un militar inferior pueda comparecer como
parte acusadora y actora civil en un procedimiento penal militar en punto a deducir una pretensión penal y civil
acumulada contra un superior?
¿¿Este derecho se prohibía en la LO 4/87 de Organización de la jurisdicción militar que fue modificada
por el TC.??
C) ¿Debe la Jurisdicción Militar respetar el ejercicio de los derechos fundamentales y, entre ellos, el derecho a la
tutela judicial efectiva?.
En mi opinión la Jurisdicción Militar debe respetar los derechos fundamentales y el derecho a la tutela judicial
efectiva ya que sino los militares como ciudadanos no tendrían los mismo derechos que el resto y se les causaría
indefensión.

2.4.3. Derecho aplicable: Arts. 14, 24.1 y 117.5 CE; STC 115/2001; 270 y s.s. y 108-109 LECrim.; 108, párrafo 25 de la
Ley Orgánica 4/1987, de la Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar, y 127, párrafo 16, de la Ley
Orgánica 2/1989, de 13 de abril, Procesal Militar.
Realizado por Compañeros del curso pasado
3 Redacción según STC 179/2004 de 21 de octubre de 2004, al declarar el segundo párrafo de este artículo inconstitucional y
consiguientemente nulo. BOE 279. Suplemento de 19 de noviembre de 2004.

4 Declarado inconstitucional por STC 179/2004, de 21 de octubre de 2004. BOE 279. Suplemento de 19 de noviembre de 2004

5 Redacción según STC 179/2004 de 21 de octubre de 2004, al declarar el segundo párrafo de este artículo inconstitucional y
consiguientemente nulo. BOE 279. Suplemento de 19 de noviembre de 2004.

6 Declarado inconstitucional por STC 179/2004, de 21 de octubre de 2004. BOE 279. Suplemento de 19 de noviembre de 2004

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3. EL MONOPOLIO ESTATAL DE LA JURISDICCIÓN (§ 26)

3.1. Supuesto de hecho:


Diversos medios de comunicación se hacían eco del acuerdo del Pleno del Senado de 19 de febrero de 2002 con la
siguiente información: "El pleno del Senado respaldó ayer por unanimidad instar al Gobierno a presentar, a la mayor brevedad
posible, un proyecto de ley que otorgue al Ayuntamiento de Barcelona las capacidades y competencias que se recogen en
[...1 la Carta Municipal de Barcelona". La Carta de Barcelona fue aprobada por unanimidad por el Ayuntamiento de
esa ciudad en 1997 y por el Parlament de Catalunya al año siguiente.
La decisión unánime del Senado pone punto final a una polémica surgida hace una semana, cuando el grupo Entesa Catalana de
Progrés ("el Olivo catalán", que integraba en el Senado al PSC, Iniciativa y ERC) interpeló al Ministro de Administraciones
Públicas sobre la voluntad del Gobierno de elaborar una ley que transfiriera a Barcelona las competencias recogidas en
la Carta Municipal, que ahora son competencia del Estado.
El Ministro defendió en su respuesta el proyecto de dotar a las grandes ciudades de una ley especial que, como pide la Carta
de Barcelona, les transfiera determinadas competencias, como el tráfico o los juicios rápidos o algunas cuestiones de
seguridad ciudadana. El Ministro incluyó ese día una frase para la polémica: "Nos pareció que una ley sólo para Barcelona o
Madrid sería de dudosa constitucionalidad y, además, no resolvería el problema de las grandes ciudades. Por ello, hemos
creído más oportuno dirigirnos hacia las grandes ciudades".
La Carta de Barcelona contenía un Título III, Justicia de Paz en Barcelona, no incluido en la ley del Parlament de Catalunya, con
el siguiente contenido:
Art. 42. La Justicia de Paz en Barcelona tiene como finalidad resolver de conformidad a Derecho y con criterios de mediación,
conciliación, inmediación, equidad, rapidez y proximidad los conflictos, de pequeña entidad, derivados de la convivencia
ciudadana, de acuerdo con lo que las leyes disponen.
Art. 43. El servicio de la Justicia de Paz en Barcelona se ejercerá por los órganos jurisdiccionales que determine la Ley
Orgánica del Poder Judicial y, en su desarrollo, por el que disponen las leyes generales de aplicación y el que dispone la
presente ley.
Art. 46. La demarcación territorial de la Justicia de Paz en Barcelona son los Distritos municipales.
Art. 48. 1. Los Juzgados de Paz conocerán en el orden civil, de la sustanciación, decisión y ejecución de los procesos que
la ley determine
2. En el orden penal conocerá, en todo caso, de los juicios de las faltas cometidas en el territorio de su jurisdicción
3. En el orden contencioso-administrativo conocerá de los recursos contra sanciones impuestas por el Ayuntamiento en materia
de circulación y seguridad vial y las demás que la ley determine.
Art. 49. Los Jueces de Paz habrán de ser licenciados en derecho y serán nombrados por la Sala de Gobierno del Tribunal
Superior de Justicia de Cataluña, a propuesta del Ayuntamiento de Barcelona, que habrá de ser adoptada por acuerdo de su
Consejo Municipal, con el quorum de las tres quintas partes del número legal de miembros de la Corporación.
Art. 51. Se podrá constituir en Consejo de Justicia de Paz de Barcelona que, copresidido por el Presidente del Tribunal Superior
de Justicia de Cataluña y el Alcalde de Barcelona, estuviera integrado por representantes de las administraciones estatal,
autonómica y local, del Consejo General del Poder Judicial, del Ministerio Fiscal y por representantes de las entidades
profesionales, organizaciones socioeconómicas y entidades ciudadanas que se determinen reglamentariamente.
La redacción que antecede, a los solos efectos de este Manual, permite plantear las siguientes

3.2. Cuestiones
A) ¿Esa regulación propuesta, ¿respetaría la unidad jurisdiccional?
El principio de unidad jurisdiccional, contemplado en el art. 117.5 CE exige que la potestad de resolución de los
conflictos sea encomendada a un “único” cuerpo de jueces y magistrados, a su vez se complementa con el principio de
“monopolio estatal de la jurisdicción” que la CE recoge también en el articulo 117.3 “ el ejercicio de la potestad
jurisdiccional en todo tipo de procesos, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a los
juzgados y Tribunales determinados por las leyes, según las normas de competencia y procedimiento que los mismos
establezcan”.
Lo que viene a significar que resulta imprescindible que esa potestad jurisdiccional sea otorgada con exclusividad a los
juzgados y tribunales que integran dicho Poder del Estado, quedando excluidos expresamente ningún otro orden de
funcionarios que puedan ostentar la potestad de decidir con efectos de “cosa juzgada” de una manera definitiva e
irrevocable los conflictos intersubjetivos o sociales.
A tenor de lo expuesto se puede afirmar que la regulación propuesta no respetaría la unidad jurisdiccional.
B) ¿Es posible la elección municipal de jueces?
Dice el artículo 101.1 de la LOPJ que los Jueces de Paz y sus sustitutos serán nombrados por la Sala de Gobierno de
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Tribunal de Justicia Superior correspondiente y que el nombramiento recaerá en las personas elegidas por el respectivo
Ayuntamiento.
Así mismo el nº 2 del mismo artículo, establece que los Jueces de Paz y sus sustitutos serán elegidos por el pleno del
Ayuntamiento, con el voto favorable de la mayoría absoluta de sus miembros.
Por tanto si es posible la elección municipal de Jueces, pero en el caso de la Justicia de Paz de Barcelona la regulación
propuesta no cumpliría con los requisitos establecidos en la LOPJ puesto que establece en el art. 49 que los Jueces de
Paz habrán de ser licenciados en derecho, lo que contraviene el art. 102 de la LOPJ que establece que podrán ser
nombrados Jueces de Paz quienes no siendo licenciados en derecho reúnan los requisitos establecidos en la propia ley
para el ingreso en la Carrera Judicial.
Además se exigirá para la propuesta del Ayuntamiento una mayoría del pleno de tres quintos, mayoría cualificada,
superior a la exigida por el art. 101.2 LOPJ que exige mayoría absoluta del pleno.
C) ¿Se integrarían en el Poder Judicial?
En aplicación “stricto sensu” del art. 26 LOPJ si, “El ejercicio de la potestad jurisdiccional se atribuye a los siguientes
juzgados y Tribunales: Juzgados de Paz
Pero a mi criterio, el artículo 46 entra en contradicción con otros artículos de la LOPJ que lo situaría fuera del Poder
Judicial.
Art. 46 “La demarcación territorial de la Justicia de Paz de Barcelona son los Distritos municipales.”
Art. 32 LOPJ “El municipio se corresponde con la demarcación administrativa del mismo nombre”
Art. 99 LOPJ “En cada municipio dónde no exista Juzgado de Primera Instancia e Instrucción, y con jurisdicción en el
término correspondiente, habrá un Juzgado de Paz”
D) ¿Les seria aplicable la LOPJ?
Establece el art.43 de la Carta de Barcelona “El servicio de la Justicia de Paz de Barcelona se ejercerá por los órganos
jurisdiccionales que determine la Ley Organica del Poder Judicial y, en su desarrollo por que el que disponen las leyes
generales de aplicación y el que dispone la presente ley”-
Pero como hemos señalado en la cuestión anterior, el posterior art.46 entra en contradicción con el contenido de los
arts. 31 y 99 de la LOPJ y lo mismo el art. 48.3 de la Carta de Barcelona “En el orden contencioso-administrativo
conocerá de los recursos contra sanciones impuestas por el ayuntamiento en materia de circulación y seguridad vial y
las demás que la ley determine”. Este artículo entra en colisión con el artículo 100 de la LOPJ que establece que los
Juzgados de Paz conocerán únicamente en los ordenes civil y penal.
Y con mayor fundamento tal como señala el artículo 3.1 LOPJ. “La jurisdicción es única y se ejerce por los juzgados y
Tribunales previstos en esta Ley , sin perjuicio de las potestades jurisdiccionales reconocidas por la Constitución a
otros órganos”
No siendo este el caso de la Justicia de Paz de Barcelona, no le sería de aplicación la LOPJ.
Por el contenido normativo de la Carta de Barcelona y como conclusión común para las cuestiones C y D, se
constituirían así un orden distinto de funcionarios con funciones juzgadoras que conformarían un supuesto de
“jurisdicción especial” puesto que estos Jueces de Paz una de las notas esenciales que caracterizan a las
jurisdicciones especiales: desde el punto de vista formal no se rigen por las disposiciones de la LOPJ, ni forman parte
del Poder Judicial.
E) ¿Serían inamovibles
El Art. 117.2 de la CE señala que los Jueces no podrán ser separados, suspendidos, trasladados ni jubilados, sino por
alguna de las causas y con las garantías previstas en la ley, este mismo contenido normativo se reproduce literal en el
art. 15 de la LOPJ.
Pero a tenor de lo expuesto en el Art. 101.1 LOPJ “Los Jueces de Paz y sus sustitutos serán nombrados para un
período de cuatro años por la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia correspondiente.”, entiendo que en el
caso de los Jueces de Paz, su continuidad como miembros del Poder Judicial se encuentra limitado al período para el
cual han sido designado, como indica el Art.103.2 “Los Jueces de Paz y los sustitutos, en su caso, cesarán por el
transcurso de su mandato y por las mismas causas que los Jueces de carrera en cuanto les sean de aplicación.
F) ¿Gozarían de independencia?
Por el contenido del Art.51 ““Se podrán constituir en Consejo de Justicia de Paz de Barcelona que, copresidido por el
Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y el Alcalde de Barcelona, estuviera integrado por
representantes de las administraciones estatal, autonómica y local, del Consejo General del Poder Judicial, del
Ministerio Fiscal y por representantes de las entidades profesionales, organizaciones socioeconómicas y entidades
ciudadanas que se determinen reglamentariamente”, entiendo que estos Jueces de Paz no se ajustarían al contenido
de del Art. 117.1 CE que establece que la justicia se administra por Jueces y Magistrados integrantes del poder
judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley.
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La constitución de este Consejo por miembros no pertenecientes al Poder Judicial no garantiza a mi juicio los criterios
de independencia y de sometimiento único al impero de la ley.
G) Ese Consejo de Justicia de Paz de Barcelona ¿dependería del CGPJ?
Por la constitución de este Consejo y puesto que ya hemos establecido que estos Jueces de Paz, no formarían parte
del Poder Judicial y no les sería de aplicación la LOPJ y a tenor de lo que establece el Art. 122 CE que una Ley
Orgánica del Poder Judicial determinará la constitución, funcionamiento y gobierno de los Juzgados y Tribunales (…),
que formarán un Cuerpo único, y del personal al servicio de la Administración de Justicia y en su nº 2. El Consejo
General del Poder Judicial es el órgano de gobierno del mismo. Entiendo que este Consejo no dependería del CGPJ

3.3. Derecho aplicable: Arts. 117, 122 CE, 3, 26, 31, 34, 84, 89, 99-103 LOPJ

. Realizado por Irene Losada

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4. LA ATRIBUCIÓN DE LA POTESTAD JURISDICCIONAL A JUZGADOS Y TRIBUNALES

4.1. La Exclusividad en sentido positivo (§ 27)

4.1.1. Supuesto de hecho: Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo).


"... Es objeto de impugnación en el presente recurso contencioso-administrativo, el Real Decreto 1557/1988, de 16
noviembre (publicado en el «Boletín Oficial del Estado» de 28 diciembre siguiente), por el que «se rehabilita, sin
perjuicio de tercero de mejor derecho, el título de Marqués de la ..., a favor de don ...», así como la Resolución
adoptada por el Consejo de Señores Ministros el día 1-9-1989 y noti ficada el 13 octubre de igual año, declarando
inadmisible, por extemporáneo el recurso de reposición interpuesto el día 3 abril del mismo año 1989,
impetrándose literalmente, en el suplico de la demanda rectora del proceso, que, previos los trámites oportunos, se
dictara sentencia: «a) declarando la improcedencia de la rehabilitación efectuada... y por tanto la nulidad del Decreto
rehabilitador, así como el derecho de la recurrente, por haber acreditado con sobras su genealogía y mejor derecho, a
la dignidad nobiliaria discutida»...
...fue matizado en el escrito de conclusiones, modificando la última parte del mismo, al consignar... «por haber
acreditado con sobras su genealogía y derecho a ser propuesta a SM El Rey por parte de la Administración
actuante para la rehabilitación cuestionado».
"... hemos de resaltar que en el proceso se impugna el Real Decreto ..., por el que «se rehabilita, sin perjuicio de
tercero de mejor derecho, el título de Marqués de la ...» en favor de persona distinta de la demandante y, en
consecuencia, no puede dejar de ponderarse que estamos en presencia de una concreta manifestación del ejercicio
de la potestad graciable que, en materia de honores, corresponde en exclusiva a SM El Rey —art. 62.f) de la
Constitución— cual se desprende además de la específica normativa que disciplina la materia y en particular de los
artículos primero y segundo del Real Decreto de 8-7-1922 (NDL 29127), a cuyo tenor «corresponde al Rey acordar la
rehabilitación de Grandezas de España y Títulos del Reino» y «la alegación y probanza (de las condiciones exigidas)
no tendrá otra eficacia que la de colocar al interesado en situación de aptitud para que la rehabilitación sea
decretada en favor suyo, pero sin que por ello deje de ser plenamente potestativa para la Corona la concesión o
denegación de la merced solicitada», y consecuentemente, la impugnación de los Reales Decretos de rehabilitación
de títulos nobiliarios —debiendo siempre entenderse concedida aquélla sin perjuicio de tercero de mejor derecho
genealógico (art. 30 del mismo Real Decreto antes citado)—, no puede ser residenciada en la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa, por cuanto si, de un lado, no se cuestiona la conformidad a derecho de un acto
administrativo, sobre cuyo tema volveremos después, es de observar, de otro, que las pretensiones que
correspondan a los terceros que se consideren con mejor derecho genealógico han de ejercitarse, según señala el
propio y último precepto que hemos citado, «en juicio civil ordinario de mayor cuantía ...» y, por ende, ante la
Jurisdicción Civil
La inexistencia, que dejamos establecida, de un verdadero derecho subjetivo a la rehabilitación y constituyendo
ésta el desarrollo concreto de una potestad graciable de la Corona, frente a cuya determinación sólo cabe, según
señalábamos, la reclamación en vía civil en los términos y condiciones señalados en el párrafo anterior, resulta
evidente la procedencia de decretar la inadmisión del recurso que deci dimos en su integridad, por faltar el primero y
principal presupuesto procesal, sin limitarla a la pretensión de fondo, pues, sin olvidar que la inadmisibilidad ha de
referirse en bloque al recurso y no a pretensiones aisladas, es de tener en cuenta cómo esta Jurisdicción conoce
(artículo primero de su Ley reguladora) de las pretensiones que se deduzcan en relación con los actos de la
Administración Pública sujetos al derecho administrativo y ciertamente no cabe calificar de actos de tal naturaleza
los Decretos de rehabilitación, ya que ni emanan de la Administración ni están regidos por aquella parcela del
ordenamiento jurídico.

4.1.2. Cuestiones
A) ¿Por qué entiende la Sala de lo contencioso-administrativo del TS que carece de jurisdicción?
Porque según el Art. 62.f de la CE reconoce al rey “expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir
los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes” por lo que no le
correspondería jurisdiccionalmente a Tribunal Supremo
B) ¿A qué orden jurisdiccional considera competente para el fondo de la cuestión? Jurisdicción Civil
C) ¿En qué consiste esa cuestión de fondo? La cuestión de fondo es la inexistencia de un verdadero derecho
subjetivo a la rehabilitación y constituyendo esta el desarrollo concreto de una potestad graciable de la Corona, frente a
cuya determinación sólo cabe la reclamación por vía civil;

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4.1.3. DERECHO APLICABLE: Arts. 62.F CE y 22,24,55,85 LOPJ

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4.2. La autotutela ejecutiva de la Administración y la potestad sancionadora

4.2.1. Caso I (§ 28)

4.2.1.1. Supuesto de hecho


Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo).
La impugnada resolución de I O de junio de 2006 del Ministro de Justicia, como ya se ha adelantado, acogió la
propuesta que fue formulada por la Dirección General de los Registros y del Notariado
La actuación del notario sin observar las formas y reglas de la presencia física ha sido tipificada como infracción muy
grave
Consecuentemente, se acuerda proponer al Excmo. Sr. Ministro de Justicia, por ser de su exclusiva competencia,
conforme al an. 43. Dos, 5, párrafo 4°, de la Ley 14/2000, de 29 de diciembre, la sanción de separación del servicio. Como
consecuencia de lo anterior, el notario separado del servicio causará baja en el escalafón y perderá todos sus derechos,
excepto los derivados de la previsión notarial en los casos en que correspondan, conforme Indica el art. 43, Dos, 4
último párrafo.
La resolución de 10 de junio de 2006 del Ministro de Justicia le impuso dos sanciones de separación del servicio por
considerarlo autor de las infracciones muy graves tipificadas, la primera de ellas en la letra d) del artículo 43, Dos, A) de la
Ley 14/2000, de 29 de diciembre, de Medidas Fiscales Administrativas y del Orden Social, y la segunda en la letra c) del
mismo precepto legal.
La sentencia de la Sala de lo contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional estableció:
"En definitiva, la valoración conjunta y por vía presuntiva del cúmulo de circunstancias y de hechos probados que hemos
consignado anteriormente llevan a la Sala a considerar que existe prueba de cargo suficiente para destruir la presunción
de inocencia invocada por la parte actora en relación con esta primera infracción muy grave que estamos analizando,
debiendo llegarse a la conclusión de que el recurrente en su carácter de funcionario autorizaba instrumentos públicos sin
observar las formas y reglas de la presencia física, y que actuaba de tal forma no ocasionalmente, sino haciendo de ello su
hábito".
El Tribunal Supremo dice:
"No puede aceptarse que la decisión de la sentencia recurrida produzca el efecto de restringir la libre competencia y vulnere por
esta razón el artículo 1 de la Ley 16/1989, de 17 de julio. Lo que dicha sentencia confirma es la falta disciplinaria derivada de
haber llevado a cabo un comportamiento notarial contrario a la normativa legal y reglamentaria que regula ese ejercicio
profesional, y no puede sostenerse seriamente que dicha normativa pueda ser obviada con el fin de favorecer la libre
competencia.
En cuanto a la vulneración de la presunción de inocencia que se denuncia en el motivo duodécimo, tanto la prueba
directa como la de presunciones a que se ha venido haciendo referencia imponen descartar este reproche".

4.2.1.2 Cuestiones.
A) ¿Por qué resuelve un expediente contra un Notario el Ministerio de Justicia?
En primer lugar porque como puede observarse en el Decreto de 2 de junio de 1944, en su Título V, Capítulo I, art. 307,
los notarios, en su relación jerárquica, dependen del Ministerio de Justicia. En segundo lugar, en el Título VI de la
misma, art. 353 de las correcciones disciplinarias, el cese del servicio sólo podrá ser impuesta por el Ministerio de
Justicia.

B) ¿Qué relación tiene la presunción de inocencia con la responsabilidad disciplinaria?


Los procedimientos disciplinarios deben respetar la presunción de no existencia de responsabilidad mientras no se
demuestre lo contrario. Se practicarán de oficio o se admitirán a propuesta del presunto responsable cuantas pruebas
sean adecuadas para la determinación de hechos y posibles responsabilidades.

C) ¿Por qué no sanciona a los Notarios su Colegio profesional?


La Dirección General de los Registros y del Notariado será el órgano competente para imponer las sanciones no
reservadas a las Juntas Directivas excepto la separación del servicio.

4.2.1.3 Derecho aplicable: Arts. 66 y 58 LOPJ, Ley de 29 de diciembre de 2.000: art 43.2

Realizado por José Iván Ugena y Piedad Rodríguez


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4.2.2. Caso 11 (§ 29)
4.2.2.1. Supuesto de hecho
Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo).
"Lo que sucedió en el campo de fútbol del «... Sport Club» el día en que se celebró el partido entre el equipo de aquel Club y
el del «... CF» a que se refieren estas actuaciones aparece fielmente expuesto en el acta levantada por el árbitro del encuentro,
que reproducimos textualmente: «En Tos minutos 23 y 63 del encuentro tuve que detenerlo por lanzamiento de objetos del
público de una de las porterías. En el minuto 74 del encuentro fue alcanzado un jugador del ... CF por una botella, haciéndole
una herida, teniendo que ser retirado del terreno de juego. Se acompaña justificante médico». Ninguna de las partes
interesadas ha impugnado el contenido de este acta.
Por tanto, durante aquel encuentro hubo tres incidentes. Los dos primeros protagonizados por indeterminadas personas del público
asistente, amparadas en el anonimato y determinantes de la suspensión del mismo en los concretos minutos que especifica el
acta; el tercero realizado por una persona que fue identificada por la policía y contra la que el Juzgado de Instrucción
competente incoó unas diligencias penales, cuyo resultado final no consta en los autos, aunque está indubitadamente acreditado
que la imputación se dirigió contra el autor del lanzamiento de la botella que produjo al referido jugador lesiones que tardaron
en curar once días, como se desprende del certificado médico obrante en la pieza de prueba de los autos seguidos en la
instancia.
La sentencia apelada, tomando como fundamento el informe emitido por el Inspector Jefe Accidental de la Comisaría de ...,
llega a la conclusión de que sólo hubo un incidente a lo largo del encuentro, el provocado por una persona perfectamente
identificada. Entendiendo el Tribunal de instancia que esta acción es única y exclusivamente imputable a su autor, considera
que no cabe apreciar culpabilidad alguna —ni «in eligendo», ni «in vigilando»— en el club en cuyo campo tuvo lugar el
encuentro, razón por la cual estima el recurso y deja sin efecto la sanción de multa y de dos partidos de clausura del terreno
de juego que, al estimar en parte el recurso interpuesto por el «... Sport Club», estableció como procedentes el Comité
Nacional de Apelación y que luego confirmó el Consejo Superior de Disciplina Deportiva.
Esta Sala no puede compartir la apreciación de la prueba que el Tribunal de instancia ha recogido en su sentencia. Por el
contrario entiende que los hechos son los que, en los términos antes transcritos, recoge el acta, documento redactado
cumpliendo rigurosamente lo dispuesto en los artículos 60 y 61 del referido Reglamento. Este Tribunal resalta el detalle
con que el acta narra los hechos, la inmediación respecto de la fecha en que aquéllos tuvieron lugar —el acta se extendió el
mismo día de la celebración del encuentro—, la precisión en cuanto a la determinación del lugar de donde procedieron las
acciones que obligaron a suspender dos veces el encuentro y la hora y minuto en que las suspensiones se produjeron
No existe entre el contenido del acta arbitral y el informe policial una insalvable contradicción que obligue a optar entre el
contenido de una u otro. El informe policial está redactado, en su parte final, que es la que el Tribunal de instancia ha tenido
decisivamente en cuenta, desde la perspectiva del orden público puesto bajo la protección de las fuerzas de seguridad del
Estado. El inspector informante únicamente destaca como relevante —desde esa estricta perspectiva— un incidente, pero ello no
quiere decir que no se produjeran otros que obligaron al juez del encuentro —el árbitro— a suspender la celebración del partido.
Que, aparte la agresión por lanzamiento de botella, hubo otros incidentes protagonizados por indeterminadas personas del público —
de las cuales nadie ha podido afirmar y menos aún identificar indubitadamente que fueran seguidores del club visitante— lo prueba que
quien tenía autoridad para apreciar la gravedad de las circunstancias y para decidir en tal sentido se vio en la obligación de
acordar su suspensión, al menos en dos ocasiones, antes de la agresión sufrida por un jugador del club visitante. Si a esta doble
suspensión no hace referencia el informe policial es porque concentró su contenido en los aspectos propios de su competencia,
aquellos más inmediatamente relacionados con la agresión física causante de lesiones, sin entrar en aquellos otros cuya
advertencia está reglamentariamente atribuida al árbitro del encuentro, de acuerdo con el artículo 61 del Reglamento citado, en
cuyo apartado f) se establece que el acta, documento necesario para el examen, calificación y sanción, en su caso, de los
hechos e incidentes habidos con ocasión de un partido, deberá contener, entre otros extremos, constancia de los «incidentes
ocurridos antes, durante y después del encuentro, en el terreno de juego o en cualquier otro lugar del recinto deportivo o fuera
de él, en los que hubieran intervenido directivos, empleados, jugadores, entrenadores, auxiliares de cualquiera de los equipos,
personas afectas a la organización deportiva o los aficionados». Por ello, consideramos que acta e informe no son documentos
contradictorios sino complementarios. Y desde tal complementariedad hemos de dar por ciertos los hechos que el acta arbitral
recoge, en cumplimiento del mandato reglamentario establecido en el artículo 60.2, b) y 3, b) de tan repetido Reglamento, según
el cual corresponde a los árbitros, en el transcurso del partido, tomar nota de las incidencias de toda índole que puedan producirse
y, después del partido, redactar de forma fiel, concisa, clara, objetiva y completa, el acta del encuentro, requisitos todos ellos
que concurren en el supuesto enjuiciado.

4.2.2.2. Cuestiones
A) ¿El Comité Nacional de Apelación de fútbol, o de cualquier deporte, al revisar las sanciones ejerce
jurisdicción?
No. La potestad jurisdiccional está encomendada exclusivamente a los Jueces y Magistrados, integrantes del Poder
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Judicial, estándoles expresamente vedado a cualesquiera otros órdenes de funcionarios el ejercicio de dicha potestad
B) En su caso, ¿qué tipo de jurisdicción?
La Administración Pública no ejerce potestad jurisdiccional, aunque para obtener el logro de sus fines ostenta las
prerrogativas de autotutela administrativa y la potestad sancionadora.
Si el administrado estima que el acto administrativo no resulta acorde a derecho, siempre tiene, a través del recurso
Contencioso-Administrativo, el camino abierto a los Tribunales para obtener su revisión jurisdiccional.
C) ¿De qué órgano emanaba la resolución recurrida ante el TS?
Se recurre ante el TS la resolución del Tribunal de Instancia de lo contencioso-administrativo.
D) ¿La sanción deportiva impuesta imposibilita al jugador agredido, según el relato, para denunciar tal
agresión?
No. Son órdenes jurisdiccionales distintos. La sanción deportiva impuesta por el Consejo Superior de Disciplina
Deportiva es revisable, en su caso por la jurisdicción Contencioso-Administrativa, mientras que la agresión sufrida por
el jugador debe decidirse en la jurisdicción penal.
E) En su caso, ¿la jurisdicción penal tendría que pasar por lo declarado en esta sentencia del TS?
No. Las diligencias penales serán independientes. La sentencia del Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-
Administrativo) establece que entre el acta arbitral de los incidentes ocurridos y el informe policial respecto de la
agresión, no existe contradicción. Dicho informe policial sería entonces documento de prueba para la jurisdicción penal,
que juzgaría y condenaría si procede al denunciado por la agresión al jugador.
F) La responsabilidad civil, si se ejerciera, ¿vendría vinculada por la resolución deportiva respecto al Club
local?
No. La jurisdicción civil determinará la responsabilidad correspondiente en base a las pruebas y hechos alegados. No
vinculando a un juzgado la resolución de un órgano administrativo.

4.2.2.3. Derecho aplicable: Arts. 24, 55, 58 LOPJ


Realizado por Ana Nieves

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5. LAS FUNCIONES EXCLUSIVAS DE LOS JUZGADOS Y TRIBUNALES: EL REGISTRO
CIVIL
5.1. Caso I (§ 30)

5.1.1 Supuesto de hecho


El recurrente en amparo solicitó que la inscripción de nacimiento de su hijo se verificase en catalán, intercalando
entre los dos apellidos «i» sin perjuicio de incluir la versión castellana correspondiente. Contra sucesivas
Resoluciones desestimatorias del Juez encargado del Registro y de la Dirección General de los Registros y del
Notariado interpuso recurso contencioso-administrativo que fue estimado parcialmente por la Audiencia Territorial de
Barcelona. Esta Resolución consideró que la conjunción copulativa «i» utilizada en lengua catalana no es únicamente
una fórmula de separación en el ámbito registral de uno y otro apellido como ocurre en castellano, sino parte de la
misma denominación del nombre. En cambio, en cuanto a la pretensión de que se transcriba el asiento registral de
nacimiento en lengua catalana, estima que se trata de una cuestión de ordenación interna del Registro, y no accede
en este aspecto a la pretensión formulada.
Interpuesto recurso de apelación contra la mencionada Sentencia fue desestimado por la Sala Tercera del
Tribunal Supremo en Sentencia de 26 de enero de 1993, contra la que se interpone el presente recurso de
amparo.

5.1.2. Cuestiones

A) ¿La función judicial de encargados del Registro Civil es función jurisdiccional?


El art. 2.2 LOPJ establece que los juzgados y tribunales no ejercerán más funciones que la relativa a la
potestad jurisdiccional, las de registro civil y las demás que expresamente les sean atribuidas por la Ley. En base a
esta definición se puede establecer que el Registro Civil no entra dentro de la potestad jurisdiccional.
El Registro Civil se rige todavía por la ley, de 8 de junio de 1957 (LRC) y, según dispone su art. 6.1, tiene como
función inscribir los hechos relativos al estado civil de las personas (nacimientos, filiaciones, estado civil, incapacidades
de obra, etc.).
Los Registros Civiles están todavía a cargo de los juzgados de primera instancia y, por delegación de éstos, de los
de Paz. Esto cambiará en Julio-2014, cuando entre en vigor la LO 8/2011.

B) ¿Podrían desarrollarla funcionarios de la Administración?


Con la legislación vigente la función de encargado de Registro Civil corresponde a los Jueces de primera instancia
y a los Jueces de Paz.
A partir de Julio del 2014, cuando entre en vigor la LO 8/2011, según la disposición adicional segunda de dicha ley
se establece la categoría de Encargados de la Oficina del Registro Civil, que se adjudicarán entre funcionarios de
carrera del Subgrupo A1 que tengan la Licenciatura en Derecho o la titulación universitaria que la sustituya y entre
secretarios judiciales. La convocatoria y la resolución de los concursos para proveer las plazas de Encargado de las
Oficinas Generales del Registro Civil corresponderán, en sus respectivos ámbitos territoriales, al Ministerio de Justicia y
a las Comunidades Autónomas con competencias ejecutivas en la materia. El Encargado del Registro Civil recibirá la
formación específica que determine el Ministerio de Justicia. El régimen jurídico aplicable a los Encargados del Registro
Civil será en todo caso el previsto en el Estatuto Básico del Empleado Público y en sus normas de desarrollo.

C) Las decisiones de los jueces, como encargados del Registro Civil ¿pueden ser recurridas ante órganos
judiciales?
Todas las decisiones judiciales pueden ser recurridas ante órganos judiciales. En este caso concreto, la decisión
del juez encargado del Registro Civil puede ser recurrida ante la Dirección General de los Registros y del Notariado. La
decisión de la Dirección General puede ser recurrida ante el Juzgado de lo Contencioso-administrativo, este Juzgado
puede ser recurrido ante la Audiencia Provincial y esta ante la Sala Tercera del Tribunal Supremo (en casación)

D) ¿POR QUÉ INTERVIENEN EN VÍA DE RECURSO LA SALA DE LO ADMINISTRATIVO?


Como se trata de acto administrativo de procedimiento común, son competentes los juzgados de lo contencioso
administrativo, para entender de los recursos interpuestos.

5.1.3. Derecho aplicable: Arts. 14, 3.2, 53.2 CE; 50.1 LOTC; 231 LOPJ.

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Realizado por Sonia Rodriguez y J.C Tortosa

5.2. Caso II (§ 31)

5.2.1. Supuesto de hecho


El Juez encargado del Registro Civil de ..., en expediente matrimonial entre personas del mismo sexo, ambos
extranjeros y residentes legales en España, dictó Auto por el que denegó dicha celebración, fundamentándola, en que
la Ley nacional de los contrayentes no admite el matrimonio entre personas del mismo sexo, y por lo tanto, en
aplicación de lo dispuesto en el art. 9.1 del Código Civil, no puede autorizarse el matrimonio. Dicho Auto se dictó,
pese a que la Dirección General de Registros y Notariado (DGRN), en dos Resoluciones anteriores a dicho Auto,
resolvió, con carácter general, que dichos matrimonios pueden ser validamente celebrados en España.
6.2.2. Cuestiones:

A) ¿ES POSIBLE RECURRIR DICHO AUTO?


Si, ya que según el art. 247 de Reglamento del Registro Civil, contra el auto de aprobación o
anulación de la celebración del matrimonio cabe recurso en vía gubernativa, según las reglas
establecidas para los expedientes en general.

B) HABIDA CUENTA DE LA NATURALEZA DE DICHO EXPEDIENTE, ¿ANTE QUIEN SE PODRÍA


INTERPONER Y QUÉ TIPO DE RECURSO?
Según el art 355 del Reglamento del Registro Civil, las resoluciones del encargado no admitiendo el
escrito inicial o poniendo término al expediente son recurribles ante la Dirección General durante 15
días, a partir de la notificación. No cabiendo otro recurso ante otro órgano.
La notificación de las resoluciones expresará si son definitivas o el recurso que proceda, órgano ante
quien haya de interponerse y plazo para entablarlo.

C) ¿LAS RESOLUCIONES DE LA DGRN VINCULAN A LOS JUECES ENCARGADOS DEL


REGISTRO CIVIL?
Las resoluciones de la Dirección General de Registros y Notariado son vinculantes ante el
encargado del Registro Civil como tal y en sus propias funciones de encargado del mismo. Siempre
y cuando no sean anuladas por los Tribunales.

Realizado por: Mar Mar y Juan Carlos Tortosa

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LECCIÓN 5. LA INDEPENDENCIA DE LOS JUECES Y MAGISTRADOS


1. Independencia respecto de las partes procesales y del objeto litigioso
1.1. Caso I (§ 32)
1.2. Caso II (§ 33)
1.3. Caso III (§ 34)
1.4. Caso IV (§ 35)
1.5. Caso V (§ 36)

2. La responsabilidad del Juez: la responsabilidad disciplinaria


2.1. Caso I (§ 37)
2.2. Caso II (§ 38)

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Lección 5
LA INDEPENDENCIA DE LOS JUECES
Y MAGISTRADOS
1. INDEPENDENCIA RESPECTO DE LAS PARTES PROCESALES Y DEL OBJETO LITIGIOSO

1.1. Caso I (§ 32)

1.1.1 Supuesto de hecho

Tribunal Supremo. Sala de lo Penal. Auto de 19/01/2012.


Plantea el recusarte la parcialidad del magistrado integrante de la Sala de enjuiciamiento de la presente causa, D. por considerar
que tiene un interés directo o indirecto en la causa (art. 219.10 LOPJ). Basa su pretensión en "el apoyo mostrado al acusado
mediante el artículo publicado, dentro de la sección Apuntes, de la que es responsable (o lo era al tiempo de la publicación del
artículo)". "La publicación del artículo de opinión ..., le coloca en una posición dentro de la Sala que ciertamente causa temor a esta
parte sobre la correcta visión que haya de tener eI Magistrado a la hora de valorar los hechos objeto del procedimiento. En el
artículo se toma partido claramente por e! acusado y se tilda a la acusación popular de "plataforma de la ultraderecha".
Transcribimos los anteriores apartados del escrito de recusación para poder argumentar, desde esa literalidad, sobre las
inexactitudes en las que incurre quien plantea la recusación, lo que nos llevará a su rechazo liminar.
La sintética expresión del presupuesto de la recusación en cuya virtud —se afirma— el recusado tiene un interés, directo o indirecto,
en la causa, no se ajusta, por entero, a la realidad.
En primer lugar es inexacto porque el magistrado no es autor, ya que, como resulta de la fotocopia de la revista que se aporta con
el escrito de recusación, el magistrado recusado era, al tiempo de la publicación de la revista, julio de 2009, encargado junto a
otras cuatro personas, de una Sección denominada "Apuntes", destinada a recoger hechos noticiosos acaecidos durante los
espacios temporales de publicación de la revista. Por lo tanto, no hay constancia alguna de que fuera autor de la reseña,
ni siquiera de que estuviera enterado de su contenido al tiempo de su publicación.
En segundo lugar, no se trata de un artículo que refiera un hecho con una argumentación. Se trata de una relación de noticias
breves acaecidas en el mundo judicial en el periodo temporal entre que media entre los números de la revista. Idea de
esa brevedad es que en una página y media se abordan diversos temas, como la corrupción, la justicia universal, una
amenaza de excomunión a diputados católicos etc.; expuesto con brevedad y síntesis y en un tono irónico y superficial.
En tercer lugar, en la reseña del hecho que se tiene por noticioso se limita a referir que eI magistrado que instruye una
causa contra el franquismo era objeto de una investigación judicial iniciada por una plataforma de la ultraderecha. Esa
expresión no supone, en sí misma, una descalificación a quien hoy ejerce la acusación popular, sino una referencia a una
plataforma de acusaciones a la que identifica, de manera genérica como de una ideología de derecha extrema. Esa
referencia no es para quien ahora ejercita la acción popular, sino a los que en aquel momento, iniciaron la denuncia de los
hechos, esto es, la acusación popular per-sonada, que hoy aglutina a dos acusaciones populares y, además, a otra que fue
apartada de la causa, Falange española, y a otras que intentaron su personación como acusación particular. No hay una
valoración de quien hoy ejerce la acusación popular sino una genérica referencia a las acusaciones. Es cierto que años
después, un periódico digital recoge la noticia y refiere que la calificación de "plataforma de la ultraderecha" es una
referencia clara a la actual acusación popular, pero eso no deja de ser una apreciación subjetiva del periódico que
reproduce la noticia, completamente desconectada de la primera expresión contenida en la Sección "Apuntes" de una
revista de una asociación judicial.

Por lo tanto, el magistrado recusado, ni consta sea autor, ni lo es de un artículo, ni en la misma se descalifica a quien
hoy ejerce la acusación popular. Obviamente la superficialidad de la comunicación no supone una toma de partido o una
opción a favor de la acusación o de la defensa.

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1.1.2. Cuestiones

a)¿Puede ser causa de recusación la ideología de un juez?


La figura de la recusación sirve para salvaguardar la independencia del juez frente a las partes del litigio. Las causas de
recusación y abstención son las mismas, y figuran en el artículo 219 de forma extremadamente detalladas. En el
apartado 10º de dicho artículo figura “tener interés directo o indirecto en el pleito o causa”. Siendo estrictos, las
ideologías personales podrían suponer causa de interés directo o indirecto y por lo tanto, causa de recusación o
abstención.
No obstante, si se aceptara este motivo y teniendo en cuenta que la ideología es una parte inherente al ser humano y
además un derecho constitucional, todos los integrantes de la carrera judicial podrían ser recusados por uno u otro
motivo. La mera circunstancia de que un juez tenga ideologías no puede ser motivo de recusación, pues en ese caso
se estaría prohibiendo a los jueces tenerlas, lo que además de absurdo es contrario a la Constitución. No es lo mismo
ideología que adscripción a una causa, la cual si podría ser motivo de recusación (por ejemplo pertenencia a un partido
político)

b)¿Afecta a la imparcialidad?
Los jueces deben ser imparciales y aplicar la ley de forma objetiva, en el caso de que su ideología afecte a su
imparcialidad y al resultado del juicio deberán proceder a la abstención.
No obstante, numerosas sentencias del Tribunal Constitucional, indican que la ideología no es causa de recusación ni
de abstención. Los jueces independientes han de estar sometidos únicamente al imperio de la Ley.
Si esta pregunta se refiere a si la recusación afecta a la imparcialidad la respuesta debe ser NO, porque en caso
contrario, en el momento que se interponga un recurso de recusación a un juez o magistrado este dejará de ser
imparcial y no podrá juzgar el tema en cuestión

c)¿Pueden las partes de un proceso elegir a los miembros del Tribunal?

NO. La elección de los miembros de un Tribunal debe ser imparcial y se realiza en función de las competencias
territoriales y de materias, jurisdicción ordinaria y especial

d)¿Quién aprecia si procede la abstención o recusación de un miembro de un Tribunal?


Por norma general, la competencia para decidir los incidentes de recusación de magistrados correponde a la sección o
sala de la que formen parte. Cuando el recusado sea Juez, decidirá el superior jerárquico, salvo que el recusado sea
Juez de Paz, en cuyo caso resolverá el mismo Juez instructor del incidente de recusación.

1.1.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 CE; 219.10 LOPJ; 54 LECrim.

Realizado por: Sonia Rodríguez

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1.2. Caso II (§ 33)

1.2.1. Supuesto de hecho


Tribunal Supremo. Sala de lo Penal. AUTO causa especial: 04/10/2011.
Por el Excmo. Sr. Magistrado D. ... se formula abstención en su condición de miembro de la Sala de enjuiciamiento en el
proceso penal seguido contra el magistrado B.G., acusado de prevaricación a raíz de la querella formulada por la
representación legal de ..., hechos que son objeto de la causa especial núm. 20176/2009, seguida ante la Sala Segunda del
Tribunal Supremo.
En todo incidente de abstención, por su propia naturaleza, convergen valores de muy distinto signo. De una parte, el
encomiable afán del Magistrado que insta su apartamiento del órgano decisorio con el fin de asegurar su imparcialidad
objetiva. De otra, la necesidad de evitar que un entendimiento excesivamente riguroso y formal de las causas de abstención
conduzca al menoscabo del derecho al Juez predeterminado por la ley, introduciendo un elemento de incertidumbre en la
composición de las Salas de enjuiciamiento que llegue a ser socialmente interpretado como una puerta abierta para la
interesada selección de sus integrantes.
A esa idea responde nuestro sistema orgánico, que no asocia la pérdida de imparcialidad a la percepción subjetiva del
Magistrado que reivindica su separación del órgano decisorio. Así se desprende con claridad del art. 221 de la LOPJ, que
atribuye a la Sala de la que forme parte el Magistrado que formula su abstención la competencia para decidir sobre el carácter
justificado o injustificado de la abstención.
Si bien se mira, la imparcialidad, entendida ésta como la ausencia de toda prevención o designio que pueda ponerse al
servicio de alguna de las partes o del propio Juez, tiene siempre un marcado carácter subjetivo. La concurrencia de
cualquiera de esos designios, esto es, su parcialidad, afecta al ánimo del Juez, que filtra lo que debiera ser el legítimo
ejercicio de la función jurisdiccional con una motivación que le aparta de su verdadero estatuto constitucional. Esa genuina
dimensión subjetiva de la imparcialidad y las dificultades para indagar su concurrencia, explican que el ordenamiento jurídico,
con el fin de prevenir cualquier riesgo de menoscabo, objetive una serie de causas que obligan al Juez a apartarse del
conocimiento del asunto, con independencia de que aquél se sienta o no íntimamente afectado en su imparcialidad. El
legislador asume que la preexistencia de una relación del Juez con cualquiera de las partes o con el objeto del proceso, lleva
a la sociedad a desconfiar del efecto que esos vínculos puedan proyectar sobre la labor de enjuiciamiento. El Juez ha de
apartarse inmediatamente del conocimiento del asunto y si no lo hace puede ser recusado.
Sin embargo, la causa de abstención invocada en el presente expediente, referida a la participación en la admisión a trámite
de la querella (art. 219.11 LOPJ), nada tiene que ver con una relación preexistente, con hechos o situaciones que son ajenos al
proceso mismo. De lo que ahora se trata es de abordar el obstáculo que podría representar para la vigencia del derecho a un
proceso con todas las garantías, el contacto mantenido por el Juez con actos procesales en los que ha intervenido durante la
fase de instrucción. Así perfilada, la abstención promovida encontraría su verdadero significado, no tanto en la idea de
imparcialidad cuanto en la de incompatibilidad funcional. En efecto, forma parte de la esencia misma de nuestro sistema de
enjuiciamiento que el Juez que ha asumido funciones instructoras no pueda luego participar en el acto de enjuiciamiento. La
escisión funcional entre la actividad jurisdiccional de investigación y la de enjuiciamiento constituye un presupuesto
inderogable para la vigencia del derecho a un proceso justo (art. 24.2 CE) e impone que el juez que instruye no pueda
fallar.
Nuestro análisis ha de centrarse, por tanto, en el significado procesal del acto de admisión a trámite de la querella y en su
capacidad para erigir un obstáculo que desdibuje la obligada separación entre las dos fases esenciales del proceso penal.
Sin necesidad de recurrir a una prolija enumeración de las resoluciones dictadas sobre la materia, la jurisprudencia
constitucional ha excluido cualquier riesgo de menoscabo para la obligada escisión funcional en los supuestos referidos a la
admisión a trámite de una denuncia o querella, "...en tanto que es un acto jurisdiccional que no expresa ni exterioriza toma
de posición anímica y está configurado legalmente como un juicio claramente distinto del razonamiento fáctico y
jurídico que permite afirmar, más allá de toda duda razonable, que unos hechos previstos en la Ley como delito han sido
cometidos por un acusado" (cfr. SSTC 39/2004, 29 de marzo —cuya doctrina reiteran las SSTC 45/2006, de 13 de febrero y
143/2006, 8 de mayo— y 162/1999, de 27 de diciembre, F. 6).
Las afirmaciones del auto de admisión a trámite de la querella, fechado el día 2 de febrero de 2010 y que, a juicio del
Magistrado promovente, mermarían su condición de tercero imparcial, no pueden ser descontextualizadas. Esas
aseveraciones se hallan insertas en una resolución que, por su propia naturaleza, se mueve en terrero del razonamiento
puramente hipotético, no ya de lo probable, sino de lo meramente posible.
La distancia mantenida por la Sala para preservar su compatibilidad funcional con el eventual acto de enjuiciamiento, se
desprende con nitidez de la línea de razonamiento sobre la que se sustenta la admisión a trámite de la querella.
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Entre esos extremos, se recuerda la existencia de una interpretación constitucional y de la propia Sala Segunda sobre el art.
51.2 de la Ley General Penitenciaria, precepto sobre el que el Magistrado imputado había fundado las órdenes de
interceptación. Se alude también al dato constatado en la querella de que los hechos delictivos que estaban siendo
investigados en la causa principal estaban relacionados con los delitos de blanqueo de capitales, falsedades, cohechos,
defraudación fiscal, asociación ilícita y tráfico de influencias. Por último, se destaca el hecho de que la decisión de intervención
de las comunicaciones estuvo referida a la totalidad indiscriminada de los Letrados que intervenían o en el futuro pudieran intervenir
ejercitando el derecho de defensa.
Nada de lo que ahí se dice convierte un acto jurisdiccional que se mueve en el ámbito que es propio del razonamiento conjetural o
hipotético en un acto genuino de instrucción, que conlleve el riesgo de una intromisión funcional anticipada por parte de la Sala
llamada al enjuiciamiento.
En definitiva, ni las exigencias asociadas a la denominada imparcialidad objetiva se debilitan por el hecho de que el proceso sea
conocido en (Mica instancia por el órgano judicial que culmina todos los órdenes jurisdiccionales, ni concurren razones que
permitan afirmar que el Excmo. Sr. Magistrado que formula su abstención, ha podido incurrir en la incompatibilidad funcional
predicable de las tareas de investigación y enjuiciamiento.
1.2.2. Cuestiones

A) ¿Por qué razón pretendía no intervenir en el enjuiciamiento el Magistrado solicitante?


El Magistrado solicitante invoca como causa de abstención, la participación en la admisión a trámite de la querella.
Art. 219 LOPJ que recoge las causas de abstención , y en su caso de recusación,
11ª.- “Haber participado en la instrucción de la causa penal o a haber resuelto el pleito o causa en anterior
instancia”

B) ¿Puede abstenerse de juzgar cualquier magistrado por su voluntad?


La abstención es una obligación de todo juez o magistrado, la infracción de esta obligación constituye una falta muy
grave, Art. 417.8 LOPJ
Dicha abstención se realiza mediante un acto procesal declarativo y de voluntad, para preservar la imparcialidad del
órgano judicial al que pertenece.

C) ¿Por qué se considera que el juez que instruye no debe fallar?


La separación funcional entre la actividad jurisdiccional de investigación y la de enjuiciamiento constituye un
presupuesto inderogable para la vigencia del derecho a un proceso justo, como establece la Constitución Española en
su artículo 24.2, “Así mismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por ley, a la defensa y la asistencia
de letrado, a ser informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con
todas las garantias (…)”

D) ¿Los jueces deberían ser juzgados por un tribunal del jurado?


Señala el Art.1 de la LO 5/1995 del Tribunal del Jurado en su nº1, que este tribunal tendrá competencia para el
enjuiciamiento de los delitos atribuidos a su conocimiento y fallo respecto de, “b) Delitos cometidos por los funcionarios
públicos en el ejercicio de sus cargos”
Pero si nos atenemos al contenido de la LOPJ, la responsabilidad penal de los jueces se enjuiciará por el órgano
jurisdiccional ante el que este “aforado” determinado en la misma LOPJ y que suele coincidir con el tribunal superior.
Pero a tenor de lo expresado por el Art.5.2 de la LO 5/1995, “(…) No obstante lo anterior, y sin perjuicio de lo previsto
en el artículo 1 de la presente ley, en ningún caso podrá enjuiciarse por conexión al delito de prevaricación,(…)”.
Se entiende que no podrán ser los jueces juzgados por un tribunal del jurado.

1.2.3. Derecho aplicable: Arts. 221, 219.11 LOPJ; 54 y ss. LECrím.; 5 LO Tribunal del Jurado.

Realizado por: Irene Losada

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1.3. Caso IIl (§ 34)
1.3.1 Supuesto de hecho
Tribunal Supremo. Sala especial del art. 61 de la LO del Poder Judicial. Auto de 13/12/2011.
En el primero de los escritos de recusación formulados por la representación procesal de Don ... contra los Magistrados de la
Sala Segunda del Tribunal Supremo plantea tres causas de recusación.
La primera de las causas es la prevista en el artículo 219.1P de la Ley Orgánica del Poder Judicial, "haber participado en la
instrucción de la causa penal o haber resuelto el pleito o causa en anterior instancia". Se denuncia la falta de imparcialidad
objetiva para el enjuiciamiento de los Magistrados recusados.
La segunda de las causas plantea la falta de imparcialidad subjetiva de los Magistrados antes citados, al amparo de la
causa 10' del artículo 219 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, dada la concurrencia, a juicio del querellado, de un "interés
directo" por parte de los mismos.
Se sostiene, en síntesis que, a través de las resoluciones sobre admisión de la querella, resolución de los distintos recursos de
súplica y apelación habidos en la tramitación de la causa especial, los Magistrados han adquirido una convicción anticipada
sobre la naturaleza típica de los hechos y la directa participación del acusado en los mismos. Se pone de manifiesto que
tanto, a través del Auto de admisión a trámite de la querella, como de posteriores decisiones adoptadas en sede apelatoria y
relativas a cuestiones esenciales surgidas en la instrucción, así como en relación con las diligencias probatorias que el
querellado interesó en su día se produce una "contaminación de parcialidad del Juez" derivada de su conocimiento previo
de la causa.
En primer lugar no resulta ni mucho menos diáfano para quienes se hallan sometidos a un proceso penal de las
características del aquí producido quiénes van a ser los componentes concretos de la Sala que va a celebrar el juicio oral en
la misma, sobre todo si se parte de la base de que a pesar de las especificaciones que se contienen en el Acuerdo de la Sala
de Gobierno que se publicó en el BOE de 16 de enero de 2009, siempre queda la duda acerca de si serán aquéllos que allí se
indican como criterio general o serán otros, en tanto en cuanto que por una parte ya se dice en ellas que el tribunal que habrá
de resolver sobre la admisión a trámite de la causa será el mismo que la enjuiciará "en su caso", lo que deja en pie una duda
referida a en qué casos; sobre todo teniendo en cuenta que en una investigación para el enjuiciamiento de un hecho que,
en principio aparezca como delictivo, puede tener con el tiempo derivaciones múltiples que obliguen a modificar esa previsión
inicial. Y la prueba evidente de que la parte recusante no tenía por qué conocer la composición exacta de la Sala la da el
hecho de que la propia Sala que comenzó con cinco Magistrados decidió por Auto de 26 de octubre de 2011 constituirse con
siete, comunicándolo así al interesado.
La Ley Orgánica del Poder Judicial recoge en su artículo 219 un total de dieciséis causas por las que los Jueces y
Magistrados deben abstenerse o pueden ser recusados por las partes, todas ellas movidas por la necesidad de mantener la
exigencia de independencia e imparcialidad que requiere el ejercicio de la función de juzgar, no solo para que se haga realidad
las previsiones que sobre la materia se contienen en los artículos 117 y siguientes de la Constitución cuando proclama
estas exigencias sino para que se convierta en auténtica realidad el derecho de todo ciudadano a una tutela judicial efectiva
que proclama el artículo 24.2 de la Constitución, pues sólo un Juez independiente de influencias ajenas al pleito que debe
resolver puede actuar con la imparcialidad que es garantía de un juicio justo.
Así lo ha entendido de forma reiterada nuestro Tribunal Constitucional cuando ha señalado cómo la figura prevista en el
artículo 24.2, al reconocer a todos el derecho a "un juicio público... con todas las garantías" incluye, aunque no se cite de forma
expresa, el derecho a un Juez imparcial, a cuya consecución se orientan precisamente las causas de recusación y abstención que
figuran en las leyes —así en STC 145/1988, de 12 de julio, y muchas otras posteriores—, hasta el punto de haber llegado a decir de
que "sin juez imparcial no hay propiamente proceso jurisdiccional" —SSTC 151/2000, de 12 de junio y 156/2007, de 2 de julio, entre
otras—.
De la lectura del artículo 219 LOPJ se desprende la existencia de dos tipos de causas de recusación, unas de carácter subjetivo
que atienden a la relación de los jueces y magistrados con las partes o a su interés personal directo o indirecto en el resultado
del pleito, y otras que se consideran de naturaleza objetiva en cuanto que tienen que ver con la relación que el juzgador haya
podido tener con el objeto propio del procedimiento. Entre las de carácter subjetivo se halla la señalada con el núm. 10 en la
LOPJ —"tener interés directo o indirecto en el pleito o causa"—, y entre las de naturaleza objetiva se encuentra la prevista con el
núm 11 del precepto indicado —"haber participado en la instrucción de la causa penal ..."—, ambas alegadas por la defensa del
acusado para sostener la recusación instada.
La causa de recusación objetiva que más cuestiones ha planteado a nuestros tribunales es la que se relaciona con el hecho de
"haber participado en la instrucción de la causa penal", lo que, como su propia denominación indica sólo afecta al orden
jurisdiccional penal. Con ella lo que se intenta evitar es que el Juez que instruye un proceso penal y que por ello tiene conocimiento
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directo de los hechos por los que se va a enjuiciar a una persona, sea a la vez quien juzgue después en el juicio oral posterior.
La representación procesal de Don .._ sostiene que los Magistrados recusados participaron en la instrucción del caso cuando durante
la tramitación de la misma tomaron decisiones tan trascendentales corno las siguientes: a) el Auto de 24 de febrero de 2010 por el
que se admitió a trámitela querella pese a la oposición por parte del Ministerio Fiscal; b) el Auto de 13 de abril de 2010, por el que,
tras rechazar por innecesarias las diligencias a las que se refiere el artículo 410 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, se desestima
el recurso de súplica interpuesto por el Ministerio Público, y al que se adhirió la representación procesal del Sr. contra el Auto
de admisión a trámite de la querella; y c) el Auto de 7 de julio de 2011 por el que se desestiman los recursos de apelación
interpuestos contra los Autos dictados por el Magistrado instructor de la Causa Especial en fechas 16 y 17 de marzo, 1 de abril y 3
de junio de 2011, desestimatorios de los correspondientes recursos de reforma contra la denegación de declaración de nulidad del Auto
del instructor que ordenaba la sustanciación de la causa por los trámites de Procedimiento Abreviado, pese a la solicitud de
sobreseimiento libre la causa y subsiguiente archivo formulada por el imputado, contra la denegación de la práctica de diversas
pruebas interesadas por la defensa y por el Ministerio Fiscal, así como contra el expurgo de determinados fragmentos de las
grabaciones realizadas en el centro penitenciario, bajo la consideración de que carecían de interés para la causa y afectaban a la intimidad
del querellante.
Esta resolución, en la que la Sala se declara competente para la instrucción y enjuiciamiento de la causa, admite a trámite la
querella por los presuntos delitos de prevaricación y contra las garantías de la intimidad y designa instructor de la causa, pese a
lo indicado en ella acerca de limitado alcance del juicio de adruisibilidad sobre la querella que aborda, constreñido a determinar si
la calificación jurídico penal de los hechos en ella relatados "no aparece como completamente rechazable", es decir, no resulta
absurda y carente de sentido, tanto desde la perspectiva de la verosimilitud fáctica de la denuncia como desde la razonabilidad de
su subsunción en un concreto tipo penal, ha sobrepasado tan primigenio y provisional juicio procesal de verosimilitud de la
querella para adentrarse en el terreno propio de la calificación jurídica de los hechos atribuidos al querellado, dimanantes de las
actuaciones penales de investigación de que trae causa la querella, desembocando en un juicio material sobre la tipicidad de los
hechos objeto de la misma. Dicho juicio se conforma sobre una serie de consideraciones que, sin duda, la Sala llevó a cabo tan sólo
con la pretensión de dotar de mayor fundamento a su decisión de admisibilidad, pero que implican valoraciones jurídicas que se
proyectan sobre la posible concurrencia de los elementos que integran los tipos delictivos comprendidos en la querella. Así, en dicho
Auto se realiza la descripción, aunque breve, de las resoluciones judiciales dictadas por el querellado donde se acordó la
intervención de comunicaciones de los presos con sus letrados, la indicación del precepto legal que habilitaba tal proceder, según el
parecer del querellado, la exposición de su correcta exégesis a la luz de jurisprudencia de esa misma Sala, contraria a ofrecer
cobertura legal a tales resoluciones judiciales de instrucción y, finalmente, una somera exposición del "único fundamento fáctico
para tan genérica e importante decisión" limitativa de derechos fundamentales. Dichas consideraciones, realizadas en el mencionado Auto
suponen un juicio de tipicidad que muestra, de alguna manera, la posición de la Sala en ese incipiente estadio del proceso penal
acerca de la calificación jurídico penal de los hechos imputados al querellado.
Más concretamente, las consideraciones realizadas en el Auto sobre la jurisprudencia de esa misma Sala acerca de la correcta
interpretación del artículo 51.2 de la Ley General Penitenciaria, en coincidencia con la doctrina del Tribunal Constitucional, que
limita su ámbito de aplicación a las causas seguidas por delitos de terrorismo, así como las valoraciones que comprende la
referencia al fundamento fáctico esgrimido por el querellado para justificar la decisión de intervenir las comunicaciones entre
presos y sus letrados, consistente en "la hipótesis de que los letrados pudieran hacer de enlace entre los presos y la organización
delictiva, referida a la totalidad indiscriminada de ellos, tanto los que en la actualidad como los que en el futuro pudieran asistir
profesionalmente a los presos, de los que sólo en el primero de los dos Autos se concreta la identidad de uno de ellos que
posteriormente resultó imputado en la causa", reputándolas de "genéricas" pese a su indudable trascendencia, conlleva la
aparente realización de apreciaciones jurídicas relevantes a los efectos de integrar los elementos conforman los tipos penales
cuya autoría se atribuye por el juez instructor al querellado, en sentido claramente desfavorable a este, por lo que suponen de
aproximación a la eventual gravedad de la irregularidad o ilicitud de las decisiones judiciales adoptadas por el querellado. Se llevan así
a cabó consideraciones más propias de la fase enjuiciamiento o de la sentencia propiamente dicha que de una decisión sobre
la mera admisibilidad de una querella, generándose la sensación desde una perspectiva meramente externa de que se ha incurrido en un
prejuicio acerca de la tipicidad de los hechos objeto de querella, contraria a los intereses del querellado.
En definitiva, las decisiones procesales adoptadas por la Sala, integrada por los Magistrados recusados antes mencionados, suponen un juicio
material de tipicidad en fase de instrucción, sustentado en la calificación jurídica de los hechos investigados y atribuidos al querellado, aunque sólo
sea con el limitado alcance indiciario propio de la fase instructora de la causa, que determina la contaminación objetiva de los mismos.

1.3.2. Cuestiones

A) ¿Por qué interviene la sala del art. 61 del TS en un incidente de recusación?


Porque en este caso conoce de los incidentes de recusación de más de dos Magistrados de una Sala. Según el art. 61,
en este caso, los afectados directamente por la recusación serán sustituidos por quienes corresponda.

B) ¿Qué es la imparcialidad objetiva?


La imparcialidad objetiva hace referencia a que un eventual contacto anterior del juez con el caso sometido a su
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consideración, desde un punto de vista funcional y orgánico, excluya cualquier duda razonable sobre su imparcialidad.
En esta medida la imparcialidad objetiva se refiere al objeto del proceso, y asegura que el encargado de aplicar la ley
no haya tenido un contacto previo con el tema a decidir y que por lo tanto se acerque al objeto del mismo sin
prevenciones de ánimo.

C) ¿Por qué un juez que instruye no debe fallar?


Porque se quiere evitar que el juez que instruye un proceso penal y que por ello tiene conocimiento directo de los
hechos por los que se va a enjuiciar a una persona sea a la vez quien juzgue en el juicio oral posterior.

D) El aforamiento ante la Sala de lo Penal del TS ¿impide diferenciar ambas funciones?


No, ya que las funciones se deben encontrar plenamente diferenciadas.

1.3.3. Derecho aplicable: Arts. 61, 219 y 410 LOPJ; 24 CE. 1.4.

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Caso IV (§ 35)

1.4.1. Supuesto de hecho


En el primero de los motivos denuncia el quebrantamiento de forma del art. 851.6 de la Ley procesal "al haberse admitido la
recusación" de dos de los Magistrados integrantes de la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia del País
Vasco. El recurrente es consciente de que su queja no tiene el amparo legal que la ley prevé en el art. 851.6 de la Ley procesal,
a cuyo tenor, podrá interponerse recurso de casación cuando hayan concurrido a dictar sentencia algún Magistrado cuya
recusación intentada en tiempo y forma y fundada en causa legal, se hubiera rechazado. Resulta patente que ninguno de los
dos Magistrados a los que se refiere la impugnación concurrieron a dictar sentencia, pues su recusación había sido acordada con
anterioridad. Por ello intenta que prospere el motivo desde una interpretación analógica del art. 851.6 de la Ley procesal penal. El
motivo se desestima. La naturaleza extraordinaria del recurso de casación impide que pueda extenderse la recurribilidad de
la sentencia a supuestos no expresamente previstos en la Ley procesal penal. Ese tratamiento de la previsión del recurso
es acorde con las reglas de la lógica, pues la imparcialidad debe adornar a los Magistrados que integran el órgano de
enjuiciar, es decir, a los llamados a ejercer la jurisdicción en el caso objeto del enjuiciamiento. Los requisitos de imparcialidad
están previstos en la ley y aparecen objetivados en la ley procesal de manera que el Juez imparcial es aquel llamado a la
resolución del conflicto planteado en quien no concurren las circunstancias de abstención y de recusación previstas. Por tal
motivo la Ley procesal permite la recurribilidad para las resoluciones de recusación intentadas y rechazadas y no para las
acordadas, pues respecto a los Magistrados recusados ya no forman parte del órgano de enjuiciar y respecto de ellos no
existe la causa de recurrir porque no han participado en el fallo que se recurre.

1.4.2. Cuestiones

A)¿Qué pretendía la parte recurrente del Tribunal Supremo en este recurso de casación?
La parte recurrente interpone recurso de casación para dilatar el tiempo en la resolución del procedimiento
principal; ya que una vez dictada resolución sobre el recurso de recusación, en virtud del artículo 228.3, no cabria
interponer recurso alguno; se interpondría recurso de casación solo en el caso de que uno de los dos Magistrados
recusados participara en la elaboración del fallo, ahí si, se podría interponer recurso de casación como aparece
recogido en el artículo 851.6 de LECrim.

B)¿Qué mecanismos prevén las leyes procesales para garantizar la imparciabilidad de Juzgados y Tribunales?
Las leyes procesales prevén como mecanismos para garantizar la imparcialidad de Juzgados y Tribunales: la
abstención y la recusación.
Las causas de la utilización de estos dos mecanismos aparecen recogidos en el artículo 219 de la LOPJ.

C)¿Qué organismo es el encargado de resolverlo?


En virtud del artículo 244.2 de la LOPJ, el encargado de resolver el recurso de recusación interpuesto frente a
los Magistrados integrantes de la Sala de lo Civil y Penal del TSJ ha de ser en virtud de un turno establecido por orden
de antigüedad

D)¿Quién puede alegar la existencia de una casusa de recusación?


Quien puede alegar la existencia de una causa de recusación aparece recogido en el artículo 218 de la LOPJ:
“Únicamente podrán recusar:
1º En los asuntos civiles, sociales y contencioso-administrativos, las partes; también podrá hacerlo el Ministerio
Fiscal siempre que se trate de un proceso en el que, por naturaleza de los derechos en conflicto, pueda o deba
intervenir.
2º En los asuntos penales, el Ministerio Fiscal, el acusador popular, particular o privado, al actor civil, el
procesado o inculpado, el querellado o denunciado y el tercer responsable civil”.
En el caso concreto del enunciado haríamos referencia a este mismo artículo, pero solo en el punto 2, ya que el
asunto el penal y no civil.

1.4.3. Derecho aplicable: Art. 219 LOPJ; 54, 851.6 LECrim.

Realizado por Patri Nebril Balseiro y Francisco J. Márquez González


1.5. Caso V (§ 36)
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1.5.1. Supuesto de hecho
Aduce el motivo que en el caso que nos ocupa se ha quebrado esa imparcialidad objetiva respecto del Ilmo. Sr. A..., que fue
el ponente de la sentencia y participó, al menos en cuatro ocasiones, en las resoluciones sobre la situación per sonal de
doña J... (las dos últimas en los autos de 9 de agosto de 2007 —rollo 2.../...— y 16 de diciembre de 2.008 —rollo 3.../...--) que
suponen su contaminación objetiva al haber tenido que entrar para adoptarlas en contacto con la causa y hacer juicios de valor
sobre el material probatorio. Añade que al decir que las alegaciones de la acusada para postular su libertad no logran
desvirtuar las consideraciones que determinaron su prisión —datos objetivos resultantes de la instrucción —sic— nacionalidad
de origen y situación de rebeldía de su esposo—, se está aludiendo directamente al material probatorio acumulado durante la
instrucción, tenido por lo tanto dicho magistrado, formado en su subconsciente, un estado de opinión próximo al de la
culpabilidad que luego expresó en la sentencia condenatoria y en la concreta pena impuesta, por lo que debería de
haberse abstenido de este caso concreto sin necesidad de ser recusado por la parte.

1.5.2. Cuestiones

A) ¿En qué basaba el recurrente el interés del Magistrado en la resolución de la causa?


El recurrente basaba el interés del magistrado en que había participado en más de cuatro ocasiones en la resolución de
en al menos cuatro ocasiones de su situación personal. Con lo que se aduce que tenía una idea preconcebida de la
demandante, lo cual vulneraría el derecho a un Juez imparcial.

A) ¿Puede un juez que ha efectuado la instrucción de una causa penal intervenir en el enjuiciamiento posterior,
formando parte del Tribunal de enjuiciamiento?
No, puesto que al regirse el proceso penal por el principio acusatorio, una de cuyas características es qué el que
instruye no juzga, la persona encargada de recabar la información del hecho delictivo y de identificar a su autor, no
puede llegar a juzgar la causa de dicha persona porque se vulneraria el juez imparcial que es uno de las características
del Juez Legal consagrado, como todos sabemos, en el Art. 24.2 de la carta magna.
B) ¿Qué remedios tienen las partes para pretender que un Magistrado que tenga un prejuicio establecido se
aparte del enjuiciamiento de una causa?
El remedio es la recusación, según el art 218.2 de LOPJ, que expone que únicamente podrán recusar en los asuntos
penales, el ministerio fiscal, el acusador popular, particular o privado, el actor civil, el procesado o inculpado, el
querellado o denunciado y el tercero responsable civil.
Además de que el art 219 de la LOPJ expone algunas causas de recusación que pueden englobarse dentro del caso.
219.11ª Haber participado en la instrucción de la causa penal o haber resuelto el pleito o causa en anterior instancia.
219.16ª Haber ocupado el juez o magistrado cargo público o administrativo con ocasión del cual haya podido tener
conocimiento del objeto del litigio y formar criterio en detrimento de la debida imparcialidad. Yo personalmente me
decanto por éste.

C) ¿Qué se entiende por contaminación en dicho ámbito?


Se entiende el haber conocido por otras vías distintas del sumario de instrucción de la causa sobre el procesado, con lo
que estaría posiblemente viciado la decisión del juez, que haría que se vulnerase el derecho al juez imparcial inherente al
derecho al juez legal predeterminado por la ley del art. 24.2, lo cual abriría el paso al recurso de casación del art 851.6º de
la LECRIM.

1.5.3. Derecho aplicable: Arts. 217, 218 y 219 LOPJ; 54 y 851.6 LECrim.
Realizado por: M. Alcaide

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2. LA RESPONSABILIDAD DEL JUEZ: LA RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA

2.1. Caso I (§ 37)

2.1.1. Supuesto de hecho

El Juez encargado del Registro Civil de ..., afirmó en escrito remitido a otra Autoridad, entre otras cosas, que las Resoluciones
de la DGRN por las que se interpreta la Ley 13/2005 en materia de matrimonio, en el sentido de autorizar matrimonios entre
extranjeros del mismo sexo, son resoluciones que contienen una "interpretación ilegal", y que la misma responde a
criterios "políticos y propagandísticos", remitiendo dicho escrito a los medios de comunicación en los que fueron publicados.
A) Mediante tales declaraciones ¿ha podido incurrir dicho Juez en alguna contravención a su estatuto disciplinario? Describa, en su
caso, en qué tipo de infracción ha podido incurrir y cuál sería el órgano encargado de dilucidar su responsabilidad.
B) ¿Puede la libertad religiosa, ideológica o de expresión amparar este comunicado? Aduciendo el ejercicio de estas libertades
públicas, ¿puede un Juez alegar objeción de conciencia y oponerse a aplicar la reforma operada por la Ley 13/2005 en el
sentido de negarse a contraer matrimonio a personas del mismo sexo?
2.L2. Cuestiones

A)Mediante tales declaraciones ¿Ha podido incurrir dicho Juez en alguna contravención a su estatuto
disciplinario? Describa, en su caso, en qué tipo de infracción ha podido incurrir y cuál sería el órgano
encargado de dilucidar su responsabilidad.
Si, con las anteriores declaraciones hechas por el Juez del Registro Civil ha incurrido en responsabilidad disciplinaria al
faltar lo citado en el art. 418.1 de la LOPJ considerada como grave por faltar el respeto a los superiores en el orden
jerárquico, en su presencia, en escrito que se les dirija o con publicidad.
La autoridad competente para tal efecto es la Comisión Disciplinaria del CGPJ que podrá sancionar al Juez con hasta
6.000 euros de multa.

B)¿Puede la libertad religiosa, ideológica o de expresión amparar este comunicado? Aduciendo el ejercicio de
estas libertades públicas, ¿Puede un Juez alagar objeción de conciencia y oponerse a aplicar la reforma
operada por la Ley 13/2005 en el sentido de negarse a contraer matrimonio a personas del mismo sexo?
La libertad religiosa, ideológica o de expresión recogida en los arts. 16 y 20 de la CE, referentes a los derechos
fundamentales de las personas, no puede amparar este comunicado; ya que una de las características esenciales del
juez legal, es su sometimiento a la Ley y al Derecho, tal y como aparece recogido en el art. 117.1 de la CE, “La justicia
emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial,
independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente a la Ley".
El Juez no puede hacer uso de la objeción de conciencia por diversos motivos. El acceso al cuerpo es libre, nadie le ha
obligado a ello y dicho acceso implica acatar las leyes y lo que en ellas se disponga. Por ello se puede atender al art.
118 de la CE en el que para TODOS es obligado cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los Jueces y
Tribunales, así como prestar la colaboración requerida por éstos en el curso del proceso y en la ejecución de lo
resuelto; y el art. 17.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que sostiene que las Administraciones Públicas, las
Autoridades y funcionarios, las corporaciones y todas las entidades públicas y privadas, y los particulares, respetaran, y
en su caso, cumplirán las sentencias y las demás resoluciones judiciales que hayan ganado firmeza o sean ejecutables
de acuerdo con las leyes.

2.1.3. Derecho aplicable: Arts 16, 20, 117.1 C.E. y 418 LOPJ.

Realizado por: Piedad y Patricia

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2.2. Caso II (§ 38)
2.2.1. Supuesto de hecho
Recurso contra el Acuerdo del Consejo General del Poder Judicial resolviendo con la sanción de separación del servicio de un
Magistrado en virtud de expediente disciplinario, iniciado por deducción de testimonio de un proceso penal,
Resulta claro, según la doctrina constitucional referida, que debe ser para nosotros la pauta legal obligada según lo dispuesto en el
art. 5.1 de la LOPJ, que, no siendo D... la persona respecto a la que en el proceso penal se había acordado la intervención de sus
comunicaciones telefónicas, sus conversaciones con la persona intervenida estarían a cubierto del derecho fundamental al
secreto de las comunicaciones y no podrían ser utilizadas como medio de prueba en su contra en un procedimiento disciplinario.
De este modo la razón genérica que veda la utilización como prueba en el procedimiento disciplinario, cuya instrucción coincida
con la de una instrucción penal, de conversaciones telefónicas intervenidas en el proceso penal, se refuerza en este caso por la
otra veda específica respecto a las conversaciones de don ..
Conclusión de todo lo expuesto es la de que, si la prueba que el instructor del Expediente disciplinario pretendía extraer del proceso
penal en fase de instrucción entraba en colisión con el derecho fundamental al secreto de las comunicaciones del expedientado,
tal prueba resultaba ilícita e inconstitucional, y por tanto la dificultad para su obtención en modo alguno podía considerarse corno
razón excepcional para la prolongación del plazo de caducidad, de la prevista en el art. 425.6 LOPJ, siendo así jurídicamente
inaceptable la prolongación que la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial autorizó en su acuerdo de 10 de
mayo de 2006.
Producida la caducidad del procedimiento disciplinario el 15 de agosto de 2006, razonada en los Fundamentos precedentes, se
debió ordenar el archivo del expediente, conforme a lo dispuesto en el art. 442 de la Ley 30/1992; por lo que todas las actuaciones
del procedimiento disciplinario producidas después de la caducidad carecen ya de cobertura legal, incurriendo por ello la final
resolución sancionadora, el Acuerdo del Pleno del Consejo General del Poder Judicial de 22 de abril de 2010, recurrido en este
proceso, en el motivo de nulidad del art. 63.1 de la Ley 30/1992,debiendo por tanto estimar el recurso interpuesto contra él,
anulándolo.

2.2.2. Cuestiones
A) ¿Puede el CGPJ separar de la carrera judicial a un juez o magistrado? ¿En qué casos?
Si. El CGPJ podrá imponer la separación como sanción cuando la falta cometida por el Juez o Magistrado tenga la
consideración de muy grave.
Tienen la consideración de faltas muy graves las descritas en el art. 417 de la LOPJ.
Los Jueces y Magistrados no podrán ser separados, suspendidos, traslados ni jubilados, sino por alguna las causas
legalmente establecidas.
B) ¿Atacaría tal decisión la independencia judicial?
No. La independencia judicial está referida a la potestad jurisdiccional donde los Jueces y Magistrados son independientes
respecto a todos los órganos judiciales y de gobierno del Poder Judicial.
Los Jueces y Magistrados, órganos de Gobierno o el CGPJ no podrán dictar instrucciones, de carácter general o particular,
dirigidas a sus inferiores, sobre la aplicación o interpretación del ordenamiento jurídico que lleve a cabo en el ejercicio de
su función jurisdiccional.
No implica ello que los Jueces y Magistrados no sean responsables de las faltas cometidas en el ejercicio de sus cargos.
Pero las sanciones por responsabilidad disciplinaria, solo las podrá imponer la autoridad competente y siguiendo el
procedimiento establecido en la ley. (Art 415 LOPJ)
C) ¿Le parece adecuado que la Sala de lo Contencioso-Administrativo pueda anular los acuerdos del CGPJ? ¿Debería ser
otro Tribunal?
Si, porque la resolución de los expedientes disciplinarios que se deriven de una falta muy grave corresponden al Pleno del
CGPJ a propuesta de la Comisión Disciplinaria, y en caso de que no se esté de acuerdo con dicha resolución podrá ser
impugnada en vía contencioso-administrativa.
No, porque los actos, resoluciones y disposiciones emanadas del Pleno serán recurribles en vía Contencioso-
Administrativa ante la Sala correspondiente del Tribunal Supremo según el artículo 1.3.b. y 12.1.b. de la ley 29/1998
reguladora de la Jurisdicción Contencioso-administrativa

2.2.3 Derecho aplicable Arts. 414 y ss. LOPJ. Realizado por: Juan Toledo

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LECCIÓN 6. EL DERECHO AL JUEZ LEGAL

1. Juez legal y reserva de Ley Orgánica

1.1. Caso (§ 39)


1.2. Caso II (§ 40)
1.3. Caso III (§ 41)
1.4. Caso 1V (§ 42)
1.5. Caso V (§ 43)

2. Juez legal e independencia


2.1. Caso I (§ 44)
2.2. Caso II (§ 45)

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Lección 6

EL DERECHO AL JUEZ LEGAL


1. JUEZ LEGAL Y RESERVA DE LEY ORGÁNICA 1.1. Caso I (§ 39)
1.1.1. Supuesto de hecho
Tribunal Supremo. Sala de lo Penal. Auto.
En la Villa de Madrid, a veintiuno de junio de dos mil doce.
PRIMERO. En el Rollo de Sala de la Audiencia Nacional, el Ministerio Fiscal promovió cuestión de competencia, en ella se
investigó por el Juzgado Central un presunto delito de falsificación de moneda al haber remitido la Brigada de Investigación
del Banco de España diversos billetes de dólares espurios, enviados por la sucursal del de España en Tenerife, sin que
conste el sujeto o sujetos que los introdujeron en el tráfico fiduciario, con apoyo en la disposición final tercera de la LO
5/2010, que modifica el apartado 1 letra b) del art. 65 que atribuye a la Audiencia Nacional tales delitos, siempre que sean
cometidos por organizaciones o grupos criminales, así dicta auto de inhibición de 2/2/11 a favor de la Audiencia Provincial de
Madrid; la Sección Séptima a la que correspondió dictó auto de 26/4/11 rechazando la inhibición, planteándose así esta cuestión de
competencia negativa.
SEGUNDO. El problema estriba en determinar si las normas que modifican las competencias se proyectan a hechos
anteriores y/o a procesos anteriores, cuando guardan silencio sobre tal punto y no contienen una norma transitoria específica.
El tema es discutible, pero en cualquier caso se entiende que una vez abierta la fase de juicio oral la competencia ya fijada no es
susceptible de ser variada y permanece inmune incluso a una norma legislativa, salvo cuando ésta disponga expresamente otra
cosa. Deberá estarse, como régimen supletorio (artículo 4 de la Ley de Enjuiciamiento Civil) al artículo 44 de la Ley Procesal
Civil que viene a establecer de un modo claro y terminante la predeterminación legal de la competencia: "Para que los
tribunales civiles tengan competencia en cada caso se requiere que el conocimiento del pleito les esté atribuido por
normas con rango de ley yanteriores a la incoación de las actuaciones de que se trate" . Puede entenderse que la fase de
instrucción no tiene ese carácter de "proceso estricto sensu" , es preparatoria del auténtico proceso que se inicia con la apertura
del juicio oral, pero estando ya en esa fase no cabe la variación competencia] salvo previsión expresa del legislador. Si no,
quedará vacío de contenido el prefijo "pre" que precede a la determinación legal del juez.
El examen de las originales y muy poco conocidas disposiciones transitorias de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y el hecho de
que ése haya sido el criterio expresado en diversas reformas legales que comportaban de manera directa un cambio competencia!
(recordemos las últimas modificaciones de los criterios penológicos del art. 14 de la citada Ley de Enjuiciamiento o la
Disposición Transitoria 5 de la Ley Orgánica 7/1988, de 28 de diciembre) abonan esa tesis. Asimismo ése ha sido un criterio
tradicional (ver autos de 30/10/1979 ó 19/2/1980 entre otros).
El pase a la fase de juicio oral se erige en un momento clave para disciplinar un régimen distinto de las nuevas normas
competenciales.
"Cuando el procedimiento ha superado la fase de instrucción y ya se ha procedido a al apertura del juicio oral no puede
modificarse la competencia, en esa etapa o fase del procedimiento, hay que acudir como hemos declarado en sentencia
413108, de 30 de junio, a la "perpetuatio jurisclictionis", en cuanto ello supone el mantenimiento de una competencia declarada
una vez abierto el juicio oral, incluso en casos en los que la acusación desistiera de la calificación más grave que dio lugar a la
atribución de la competencia".
En el caso que nos ocupa la Audiencia Nacional se ha inhibido en eI trámite de instrucción del período intermedio del juicio oral, en
consecuencia corresponde a la Audiencia Provincial, mas consta en las actuaciones que el lugar donde sucedieron los
hechos fue Tenerife, así consta en el dictamen del Ministerio Fiscal, fechado el 24/1/11: "En la presente causa la BIBE remitió
diversos dólares espurios, remitidos por la sucursal del Banco de España en Tenerife, sin que conste el sujeto o sujetos que los
introdujeron en el Tráfico fiduciario" por ello procede declarar mal planteada la cuestión de competencia negativa, pues en
Madrid no sucedió hecho delictivo alguno y en consecuencia atribuir la competencia a la Audiencia Nacional.

1.1.2. Cuestiones

A) ¿Puede el Fiscal plantear cuestiones de competencias??


La Cuestión de Competencia se configura como una conflicto que puede surgir sobre la competencia enter órganos
jurisdiccionales pertenecientes a un mismo orden jurisdiccional , su regulación básica viene definida en el artículo 51 de
la LOPJ si bien su sustanciación ha de acomodarse , por remisión del citado precepto , a las normas establecidas en
las leyes procesales de la jurisdicción en cuestión .
En este sentido el caso alude a una cuestión que se dirime en el orden penal ,a saber el delito de falsificación de
moneda, por lo que hemos de acudir a la Ley de Enjuiciameinto Criminal que en su artículo 19 determina al Ministerio
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Fiscal como uno de los actores que podrán , en un procedimiento penal , promover y sostener competencia en
cualquier estado de la causa . Se plasma igualmente en el artículo 23 de la norma procesal penal que atribuye
expresamente al Ministerio Fiscal la facultad , si considera que el Juez no tiene competencia para actuar en la causa
para reclamar ante el Tribunal Superior, y el 26 establece los cauces posibles para promover la cuestión de
competencia , bien de declinatoria o como en en el supuesto planteado por el caso a través de inhibitoria.
A mayor abundamiento el artículo 3 apartado 8 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal aprobado por Ley 50/1981,
30 diciembre dispone de forma expresa entre las funciones que vienen atribuidas a dicho Ministerio la de “Mantener la
integridad de la jurisdicción y competencia de los jueces y tribunales, promoviendo los conflictos de jurisdicción y, en su
caso, las cuestiones de competencia que resulten procedentes, e intervenir en las promovidas por otros”.
A la vista de dichas consideraciones cabe responder afirmativamente a la cuestión planteada.
B) ¿La Audiencia Nacional es superior de las Audiencias Provinciales??
En relación a la respuesta de la cuestión anterior hemos de acudir en primer término a las normas procesales penales
para abordar la planteada en este apartado dado que las cuestiones de competencia han de acomodarse a estas
normas en el orden jurisdiccional correspondiente al tenor del precitado artículo 51 de la LOPJ .
En este sentido hemos de acudir a la formulación que al respecto de la jerarquía jurisdiccional define en el orden penal
el artículo 20 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal , precepto que en relación a la resolución de las cuestiones de
competencia dispone de forma expresa la determinación jerárquica de los órganos jurisdiccionales. El punto 3º
establece que de las Audiencias de lo criminal del mismo territorio será la Audiencia Territorial en pleno el órgano
superior jerárquico.
No cabe configurar a la Audiencia Nacional como órgano jurisdiccional jerárquicamente superior de las Audiencias
Provinciales y por ende la cuestión ha de resolverse negativamente dado que la Audiencia Nacional no es
jerárquicamente superior a las audiencias provinciales.

C) ¿Dónde están las disposiciones transitorias de la LECrim?


La redacción original de la Ley de Enjuiciamiento Criminal no contiene disposiciones transitorias. Ha sido la Ley
Orgánica 7/1988, de 28 de diciembre , de los Juzgados de lo penal y por la que se modifican diversos preceptos de las
leyes orgánica del poder judicial y de enjuiciamiento criminal ( boe 313/1988, de 30 de diciembre) donde se contienen
lo que en el caso el Tribunal Supremo denomina las desonocidas disposiciones transitorias de la LECr.
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
Primera. En tanto subsistan los Juzgados de Distrito conocerán éstos de los juicios por faltas no atribuidos a los
Juzgados de Paz y los Juzgados de Instrucción de los recursos de apelación contra las resoluciones de dichos
Juzgados de Distrito.
Segunda. En tanto no se proceda a actualizar el libro III del Código Penal, los Juzgados de Paz conservarán la
competencia para conocer en primera instancia de los juicios de faltas que tienen en la actualidad.
Tercera. En tanto no entren en funcionamiento los Juzgados de lo Penal, las funciones que les corresponden conforme
a las modificaciones introducidas por la presente Ley serán ejercidas por los Juzgados de Instrucción de la
demarcación correspondiente o por la Audiencia, con arreglo a las competencias para enjuiciamiento y fallo que tienen
respectivamente reconocidas en la actualidad. Cuando proceda la abstención de los Jueces de Instrucción por la causa
décima del artículo 219 de la Ley Orgánica del Poder Judicial en los procesos en que les corresponda la instrucción y
el fallo, se limitarán aquéllos a remitir las actuaciones al órgano competente para el fallo, de acuerdo con las reglas
sobre prórroga de jurisdicción, sustitución o reparto establecidas.
Cuarta. Las competencias que esta Ley, en su artículo 31. apartado 6, atribuye a las Salas de Gobierno de los
Tribunales Superiores de Justicia, serán asumidas por las respectivas Salas de Gobierno de las Audiencias
Territoriales, en tanto aquéllos no se constituyan.
Quinta. Los procedimientos en curso a la entrada en vigor de la presente Ley se acomodarán a lo dispuesto en los
artículos 779 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, modificados conforme a lo establecido en esta Ley,
salvo cuando ya se hubiera formulado por la acusación la calificación provisional.

En realidad sería la quinta la que cabría denominar en strictu sensu como transitoria de la LEECr. Dado que las cuarto
primeras vienen a regular situaciones transitorias descritas y reguladas por la Ley Orgánica del Poder Judicial.
Encontramos asimismo una disposición transitoria en la nueva regulación de varios preceptos de la LECr en la Ley Ley
37/2011, de 10 de octubre, de medidas de agilización procesal a fin de prevenir el periodo transitorio de aplicación de
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dichas modificaciones en relación a la regulación anterior:
Disposición transitoria única Procesos en trámite. Los procesos que estuvieren en trámite en cualquiera de sus
instancias a la entrada en vigor de la presente Ley, continuarán sustanciándose hasta que recaiga sentencia en dicha
instancia conforme a la legislación procesal anterior.
D) ¿Qué es una disposición transitoria?
Son disposiciones que se pueden contener en las normas . Su vigencia es siempre temporal y abordan o regulan
situaciones de afección por la norma que las contiene a otras normas o situaciones reguladas por las mismas.

E) ¿Cuál es su finalidad?
Las disposiciones transitorias vienen a establecer la vigencia temporal de una norma modificada o bien regulan con
carácter igualmente temporal una determinada situación que viene afectada por la norma que contiene la disposición
en tanto dicha norma o la regulación concreta de esa situación no adquiere vigencia.

1.1.3. Derecho aplicable: Arts. 65.1 b) LOPJ; 13 y 14, 666 LECrim.; Disposiciones transitorias LECrim.

Caso resuelto por Valentina y el capitán Tán.

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1.2. Caso II (40)

1.2.1. Supuesto de hecho


La parte recurrente sostiene la falta de competencia objetiva de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de ..., alegando
que la causa se inició por Diligencias Previas por asesinato, a las que luego se acumularon otras dos diligencias por agresión
sexual. Y que la defensa mantuvo reiteradamente que si no se dividía la continencia de la causa por el enjuiciamiento
separado, debería conocer de los delitos de agresión sexual el Juzgado de lo Penal, y del de asesinato el Tribunal del Jurado. Si
se dividía la continencia de la causa, sería el Tribunal del Jurado el competente para conocer de todos ellos, como consecuencia
de la aplicación de los arts. 5.2 y 19 de la LOTJ. Y que todo ello fue desestimado implícitamente por el auto de conclusión del
sumario. La reclamación con tal criterio fue reiterada formulando artículo de previo y especial pronunciamiento, desestimado, a
su vez, por auto de la Sección primera de la Audiencia
Y, entiende el recurrente, que habiéndose retirado la acusación respecto del primer delito imputado de agresión sexual y del
relato de hechos, el móvil de agredir sexualmente a la víctima en el de asesinato, que había sido el motivo central para
mantener la conexidad que obligase al enjuiciamiento conjunto, quedó demostrado que la conexidad no existía ni existió nunca, y
que la acumulación no había sido sino un mero instrumento para huir del procedimiento de la LOTJ.

1.2.2. Cuestiones

A)¿El enjuiciamiento por Tribunal del Jurado o por la Audiencia Provincial puede afectar al derecho al juez
predeterminado?
No, en ningún caso. El artículo 23 de la Constitución consagra el derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos
públicos directamente o por medio de representantes. De la misma manera en el artículo 24.2 se estipula el derecho al
Juez ordinario predeterminado por la Ley.
Nuestro sistema jurídico configura el principio de jurisdicción única, la jurisdicción ordinaria, al que pertenecen los
jueces y magistrados del poder judicial, quedando además prohibido por el mismo principio ninguna otra suerte de
jurisdicciones, salvo excepción hecha de la militar, consagrada en la Constitución, como también ningún otro tribunal, a
excepción de los consuetudinarios y tradicionales, no estando el Tribunal del Jurado comprendido en ninguno de los
prohibidos, y debiendo las mismas notas del juez objetiva, funcional y territorialmente competente.
Está igualmente consagrado el Tribunal del Jurado constitucionalmente en el artículo 125, y desarrollado por Ley
Orgánica sus competencias, por lo tanto además cumple con el requisito de independencia, al tener que ser obligado,
al igual que en la LOPJ que afecta a jueces y magistrados, el desarrollo de su estatuto, funciones, competencias,
incompatibilidades y demás, por el principio de reserva legal.
Se vulneraría el principio al juez predeterminado por la Ley, en el caso de manipular las normas de la competencia
funcional, tales como el reparto de asuntos, o la intención de que un concreto litigio pase al conocimiento de un
determinado órgano judicial por la razón de intuir o esperar una resolución del caso favorable a sus intereses, como se
hace patente en el intento de una de las partes en detrimento de la otra, a la que se le vulneraría este derecho al juez
predeterminado, en evitar la sentencia emitida por un Tribunal del Jurado.
B)¿La composición concreta de un Tribunal o de un Jurado se integra en el contenido de ese derecho?
Si, ambos pertenecen a la jurisdicción del derecho procesal orgánico, que se refiere a los órganos que componen la
administración de justicia, su relación entre si y con los órganos de gobierno, mediante Ley Orgánica, contemplada en
el artículo 122.1 de la Constitución Española: “La Ley orgánica determinará la constitución, funcionamiento y gobierno
de los juzgados y Tribunales, así como el estatuto jurídico de los Jueces y Magistrados de carrera, que formarán un
Cuerpo único, y del personal al servicio de la Administración de Justicia”.
Se define aquí el derecho fundamental que asiste a los sujetos de Derecho a plantear sus pretensiones o ser juzgados
por auténticos órganos jurisdiccionales, creados mediante Ley Orgánica, pertenecientes al poder judicial, respetuosos
con los principios constitucionales de igualdad, independencia y sumisión a la Ley, y constituidos con arreglo a las
normas comunes de competencia preestablecidas.

C) ¿Existe un derecho a ser juzgado por un Tribunal técnico o por un Jurado?


Existe el derecho a ser juzgado por el juez ordinario predeterminado por la Ley, la defensa y asistencia de letrado, y en
definitiva el derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses
legítimos sin que pueda producirse en ningún caso indefensión, como proclama el artículo 24.1 y 24.2 de la

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Constitución española.
Por otra parte, las competencias del Tribunal técnico a la hora de conocer de los casos se estipulan los artículos 14.3 y
14.4 de la LECrim y respectivamente las del Tribunal del Jurado en los artículos 1 y 5 de la Ley Orgánica 5/1995, de 22
de mayo, del Tribunal del Jurado.
Conocerán y fallarán los Jueces y Tribunales según el artículo 14.3 de la LECrim, de causas por delitos a los que la
Ley señale penas privativas de libertad no mayores de cinco años o pena de multa cualquiera que sea la cuantía o
cualesquiera otras de distinta naturaleza siempre que no sobrepasen los diez años de duración. También de las faltas
imputables a los autores de aquellos delitos o a otras personas cuando la comisión de la falta y su prueba estuvieren
relacionados con aquellos.
En el artículo 14.4 LECrim dice que será la Audiencia Provincial de la circunscripción donde el delito se haya cometido
el delito o en la AP de circunscripción correspondiente en el Juzgado de Violencia sobre la mujer o la sala de lo Penal
de la Audiencia Nacional la que conocerá y fallará el resto de los casos no comprendidos en el artículo anterior.
En los delitos competencia de la Audiencia Provincial, si fuera de los atribuidos al Tribunal del Jurado, será competente
este para conocer y fallar el caso (art 1º3 LOTJ).
Por su parte el artículo 1 de la LO del Tribunal del Jurado determina los delitos atribuidos a su competencia, como los
delitos contra las personas, cometidos por funcionarios públicos en el ejercicio de sus cargos, contra el honor, contra la
libertad y la seguridad y los delitos de incendios. En su punto 2, estipula en relación con los primeros, la competencia
de delitos concretos, como el de homicio, amenazas, cohecho, allanamiento, fraudes y exacciones ilegales, etc.
El artículo 5 de la misma LO determina la competencia del Tribunal del Jurado atendiendo a cualquiera que sea la
participación o el grado de ejecución atribuido al acusado, excepto en el delito de homicidio que conocerá y fallará el
caso sólo si este ha sido consumado.
Se extenderá su competencia además a los delitos conexos, siempre que la conexión cumpla unos supuestos
determinados.
D) ¿Qué determina la competencia de uno u otro?
En el artículo 14.3 LECrim se atribuye el conocimiento y fallo al Tribunal del Jurado que sepa de la existencia de los
hechos, en los supuestos de competencia del Juez de lo Penal.
En el artículo 14.4 LECrim, la competencia se asigna tambien al Tribunal del Jurado, en este caso, en cuestión de
competencia con la Audiencia Provincial (ver también art. 5º LOTJ).

1.2.3. Derecho aplicable: Art. 24 CE; 14.3, 144 LECrim.; 1 y 5 LOTJ.

Realizado por José Guindel y Camelia Id.

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1.3. Caso III (§ 41)

1.3.1. Supuesto de hecho


Tribunal Supremo. Sala de lo Penal. Auto.
En la Villa de Madrid, a cuatro de mayo de dos mil doce.
PRIMERO. En el Juzgado de Instrucción núm. 4 de Irún —con competencia en materia de violencia de género— se incoaron Diligencias
Previas ... /11 como consecuencia de la denuncia por las agresiones sufridas por V..., en Hendaya (Francia), a manos de su
pareja también español. El Juzgado de Irún entendiendo que la competencia para la instrucción de tales hechos corresponde
a los Juzgados Centrales de Instrucción, porque se trata de delitos cometidos fuera del territorio nacional por un español contra
una española y, en consecuencia, se inhibe a favor de los Juzgados Centrales, el núm. 2 al que por reparto correspondió no
acepta la inhibición con apoyo en el art. 14 de la LE.Crim. en su apartado 5°. a) planteándose así esta cuestión de
competencia negativa.
SEGUNDO. La cuestión de competencia negativa planteada debe ser resuelta como propugna el Ministerio Fiscal ante esta
Sala a favor de Irún, así el artículo 15 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, incorporado por Ley Orgánica 1/2004, de 28
de diciembre, dispone que "En el caso de que se trate de algunos de los delitos o faltas cuya instrucción o conocimiento
corresponda al Juez de Violencia sobre la Mujer, la competencia territorial vendrá determinada por el lugar del domicilio
de la víctima..." norma que trata de favorecer la situación procesal de la víctima en su relación con el órgano jurisdiccional y
que puede suponer una excepción a la norma general del forum delicti commisi.
Hay que delimitar lo que se entiende por domicilio de la víctima ya que el nuevo precepto no precisa si se está refiriendo al
domicilio de la víctima en el momento en el que se producen los hechos punibles o el que tenga al tiempo de presentar la
denuncia.
Esta decisión ha sido sometida a un Pleno no jurisdiccional de esta Sala que, en reunión celebrada el día 31 de enero de
2006, acordó que por domicilio de la víctima habría de entenderse el que tenía cuando se produjeron los hechos punibles, en
cuanto responde mejor al principio de juez predeterminado por la Ley, no dependiendo de posibles cambios de domicilio, criterio que
coincide con el expuesto por el Ministerio Fiscal, aplicando el mantenido por la Circular 4/2005, de la Fiscalía General del
Estado.
En el caso que nos ocupa el domicilio de la víctima es en Irún, que denuncia una agresión sufrida en Hendaya de manos
de su pareja, también español, la competencia de los Juzgados de violencia de género se fija en el art. 14.5 a) LECrirn., con
ello nos encontramos que en el momento de los hechos la víctima tenía su domicilio en Irún lo que conforme al 15 bis
LECrim., la competencia correspondería a Irún y las agresiones se encuentra dentro de los delitos comprendidos en el art. 14
5 a) competencia de los juzgados de violencia de género, encajando el supuesto planteado en tales preceptos y teniendo
en cuenta la celeridad en el proceso penal y más en delitos de esta naturaleza, la competencia no puede ser otra que del
Juzgado de Irún pues la "ratio legis" de favorecer la situación procesal de la víctima no deja de existir en los casos como el
que nos ocupa que los hechos suceden fuera del territorio español, al igual que cuando los hechos suceden en otra comunidad
Autónoma lejana al domicilio habitual de la víctima que es el que establece la competencia conforme al art. 15 bis
LECrim.

1.3.2. Cuestiones
A) A) ¿Qué es el "forum delicti cornissi"?
Un fuero es un conjunto de leyes aplicables en determinado territorio. El fórum delicti comissi será el fuero del lugar
donde se cometió el delito. El término latino lex loci delicti commissi quiere decir: la "ley del lugar donde se cometió el
perjuicio". En derecho internacional privado se utiliza para determinar que ley de fondo se utilizará ante un conflicto de
legislaciones, en donde la utilización de una u otra ley, hará que el asunto o conflicto se resuelva de distinta forma.

B) ¿Por qué es un fuero preferente determinante de la competencia territorial?


Lo más destacable de la LIVG en cuanto a la competencia territorial de los JVM radica en el hecho de que altera el
fuero tradicional del lugar de comisión del delito por el del domicilio de la víctima. Las razones que fundamentan este
cambio de fuero hemos de encontrarlo en que se busca un mayor acercamiento de la justicia a la ciudadanía,
intentando facilitarle a la víctima el acceso a la Justicia, minimizando los desplazamientos e incomodidades.

Este cambio de fuero se lleva a efecto a través del art. 59 de la LIVG, que añade el art. 15 bis de la LECr, con el
siguiente contenido:
En el caso de que se trate de algunos de los delitos o faltas cuya instrucción o conocimiento corresponda al Juez de
Violencia sobre la Mujer, la competencia territorial vendrá determinada por el lugar del domicilio de la víctima, sin
perjuicio de la adopción de la orden de protección, o de medidas urgentes del artículo 13 de la presente Ley que
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pudiera adoptar el Juez del lugar de comisión de los hechos.
Diversas cuestiones se nos pueden plantear con respecto a la competencia territorial, como es el caso de que la
víctima cuente dos domicilios. En este caso habría que atender al domicilio de la víctima en el momento de los hechos,
y si este no pudiera determinarse al que coincida con el lugar de comisión de los hechos.

C) ¿Por qué alude el auto a que Hendaya es territorio extranjero?


Porque evidentemente Hendaya se encuentra en Francia y cabría la posibilidad de que el delito no fuera competencia
de jurisdicción española si no se cumplieran los requisitos señalados en el artículo 23.2; 23.3 y 23.4 de la LOPJ
2. Asimismo, conocerá de los hechos previstos en las leyes penales españolas como delitos, aunque hayan sido
cometidos fuera del territorio nacional, siempre que los criminalmente responsables fueren españoles o extranjeros que
hubieran adquirido la nacionalidad española con posterioridad a la comisión del hecho y concurrieren los siguientes
requisitos: (…)

D) Los Juzgados de Violencia de género ¿qué naturaleza tienen: penal, civil?


Los juzgados de violencia sobre la mujer tienen competencias penales y civiles, siendo la competencia civil es
accesoria de la penal, como se desprende de los cuatro requisitos simultáneos que exige el art. 87 ter. LOPJ,
introducido por el artículo 44 de la L.O. 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género.
 Nota: pongo el artículo para el estudio pero en el examen, evidentemente no lo copiaría como mucho lo
resumiría un poco o citaría algunas de las competencias en el orden penal y civil.
Artículo 87 ter
1. Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer conocerán, en el orden penal, de conformidad en todo caso con los
procedimientos y recursos previstos en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, de los siguientes supuestos:
a) De la instrucción de los procesos para exigir responsabilidad penal por los delitos recogidos en los títulos del Código
Penal relativos a homicidio, aborto, lesiones, lesiones al feto, delitos contra la libertad, delitos contra la integridad
moral, contra la libertad e indemnidad sexuales o cualquier otro delito cometido con violencia o intimidación, siempre
que se hubiesen cometido contra quien sea o haya sido su esposa, o mujer que esté o haya estado ligada al autor por
análoga relación de afectividad, aun sin convivencia, así como de los cometidos sobre los descendientes, propios o de
la esposa o conviviente, o sobre los menores o incapaces que con él convivan o que se hallen sujetos a la potestad,
tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho de la esposa o conviviente, cuando también se haya producido un acto
de violencia de género.
b) De la instrucción de los procesos para exigir responsabilidad penal por cualquier delito contra los derechos y
deberes familiares, cuando la víctima sea alguna de las personas señaladas como tales en la letra anterior.
c) De la adopción de las correspondientes órdenes de protección a las víctimas, sin perjuicio de las competencias
atribuidas al Juez de Guardia.
d) Del conocimiento y fallo de las faltas contenidas en los títulos I y II del libro III del Código Penal, cuando la víctima
sea alguna de las personas señaladas como tales en la letra a) de este apartado.
e) Dictar sentencia de conformidad con la acusación en los casos establecidos por la ley. Letra e) del número 1 del
artículo 87 ter introducida por la disposición final primera de la L.O. 3/2005, de 8 de julio, de modificación de la L.O.
6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, para perseguir extraterritorialmente la práctica de la mutilación genital
femenina («B.O.E.» 9 julio).Vigencia: 10 julio 2005
2. Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer podrán conocer en el orden civil, en todo caso de conformidad con los
procedimientos y recursos previstos en la Ley de Enjuiciamiento Civil, de los siguientes asuntos:
a) Los de filiación, maternidad y paternidad.
b) Los de nulidad del matrimonio, separación y divorcio.
c) Los que versen sobre relaciones paterno filiales.
d) Los que tengan por objeto la adopción o modificación de medidas de trascendencia familiar.
e) Los que versen exclusivamente sobre guarda y custodia de hijos e hijas menores o sobre alimentos reclamados por
un progenitor contra el otro en nombre de los hijos e hijas menores.
f) Los que versen sobre la necesidad de asentimiento en la adopción.
g) Los que tengan por objeto la oposición a las resoluciones administrativas en materia de protección de menores.
3. Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer tendrán de forma exclusiva y excluyente competencia en el orden civil
cuando concurran simultáneamente los siguientes requisitos:
a) Que se trate de un proceso civil que tenga por objeto alguna de las materias indicadas en el número 2 del presente
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artículo.
b) Que alguna de las partes del proceso civil sea víctima de los actos de violencia de género, en los términos a que
hace referencia el apartado 1 a) del presente artículo.
c) Que alguna de las partes del proceso civil sea imputado como autor, inductor o cooperador necesario en la
realización de actos de violencia de género.
d) Que se hayan iniciado ante el Juez de Violencia sobre la Mujer actuaciones penales por delito o falta a consecuencia
de un acto de violencia sobre la mujer, o se haya adoptado una orden de protección a una víctima de violencia de
género.
4. Cuando el Juez apreciara que los actos puestos en su conocimiento, de forma notoria, no constituyen expresión de
violencia de género, podrá inadmitir la pretensión, remitiéndola al órgano judicial competente.
5. En todos estos casos está vedada la mediación.

E) ¿Qué es una Circular de la Fiscalía General del Estado?


El Fiscal General imparte las órdenes e instrucciones convenientes al servicio, al orden interno de la Institución y al
ejercicio de las funciones fiscales, pudiendo ser éstas tanto de carácter general como referidas a asuntos específicos.
Las directrices generales son esenciales para mantener el principio de unidad de actuación y se concretan
fundamentalmente a través de tres instrumentos: las Circulares, las Instrucciones y las Consultas.
Las circulares contienen criterios generales de actuación e interpretación de normas. También marcan pautas para
definir la estructura y funcionamiento de los órganos del Ministerio Fiscal.

1.3.3. Derecho aplicable: LO 1/2004, de 28 de diciembre; arts. 14, 15 y 15bis LECrím.; 87 bis, 87 ter LOPJ.

Realizado por Loli Fernandez.

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1.4. Caso IV (§ 42)

1.4.1. Supuesto de hecho

Tribunal Supremo, Sala de lo Penal. Sentencia.


En la Villa de Madrid, a trece de junio de dos mil doce.
El art. 58 del CP autoriza el abono de la prisión preventiva en aquella causa en la que dicha privación hubiera sido acordada o,
en su defecto, en otras que hubieran podido ser impuestas al reo siempre que hubieran tenido por objeto hechos anteriores al
ingreso en prisión, evitando así lo que en términos bien plásticos la jurisprudencia histórica de esta Sala había denominado un
"crédito para delinquir" (cfr. SSTS 15 enero 1991 y 24 noviembre 1992, entre otras).

La LO 15/2003, 25 de noviembre —que entró en vigor el 1 de octubre de 2004—ha dado nueva redacción al art. 58 del CP,
bifurcando el régimen competencia' para resolver sobre eI abono de la prisión preventiva con arreglo al siguiente criterio: a)
aquella que haya sufrido el penado en la misma causa por la que ha resultado condenado, será abonable, en su caso,
mediante resolución dictada por el Juez o Tribunal sentenciador; b) el abono de la prisión preventiva en causa distinta a aquella
en la que fue acordada, corresponderá al Juez de Vigilancia Penitenciaria de la jurisdicción de la que dependa el centro
penitenciario en que se encuentre el penado.
El alcance de esta modificación sólo puede fijarse atendiendo a los términos de la reforma operada en materia de vigilancia
penitenciaria por la disposición adicional 5' de la LOPJ, introducida por la LO 5/2003, 27 de mayo, que dispone, en su
apartado segundo, que "las resoluciones del Juez de Vigilancia Penitenciaria en materia de ejecución de penas serán recurribles
en apelación y queja ante el tribunal sentenciador, excepto cuando se hayan dictado resolviendo un recurso de apelación contra
resolución administrativa que no se refiera a la calificación del penado".
Añade el apartado 3° que "las resoluciones del Juez de Vigilancia Penitenciaria en lo referente al régimen penitenciario y
demás materias no comprendidas en el apartado anterior serán recurribles en apelación o queja siempre que no se hayan
dictado resolviendo un recurso de apelación contra resolución administrativa. Conocerá de la apelación o de la queja la Audiencia
Provincial que corresponda, por estar situado dentro de su demarcación el establecimiento penitenciario" .
El apartado 6° señala que "...contra el auto por el que se determine el máximo de cumplimiento o se deniegue su fijación,
cabrá recurso de casación por infracción de ley ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, que se sustanciará conforme a lo
prevenido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal".
Y, por último, el apartado 7 establece que "...contra los autos de las Audiencias Provinciales y, en su caso, de la Audiencia Nacional,
resolviendo recursos de apelación, que no sean susceptibles de casación ordinaria, podrán interponer, el Ministerio Fiscal y el
letrado del penado, recurso de casación para la unificación de doctrina ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, el cual se
sustanciará conforme a lo prevenido en la Ley de Enjuiciamiento Criminal para el recurso de casación ordinario, con las
particularidades que de su finalidad se deriven. Los pronunciamientos del Tribunal Supremo al resolver los recursos de casación
para la unificación de doctrina en ningún caso afectarán a las situaciones jurídicas creadas por las sentencias precedentes a la
impugnada".
En consecuencia, de conformidad con ese nuevo régimen jurídico de impugnación, contra la decisión del Juez de Vigilancia
Penitenciaria declarando o no abonable un determinado período de prisión preventiva sufrido en causa distinta a la que se
decretó, procederá el recurso de apelación ante el Tribunal sentenciador y, contra la decisión de éste, recurso de casación
para la unificación de doctrina.
El actual sistema de impugnación de las decisiones referidas al abono de la prisión preventiva, se acomodaría al siguiente
esquema:
a) Cuando el tiempo de privación de libertad sufrido provisionalmente haya de abonarse en la misma causa para el cumplimiento
de la pena o penas impuestas, la decisión del Juez de lo Penal (o Juez Central de lo Penal) será recurrible en apelación ante la
Audiencia Provincial (o Audiencia Nacional), resolviendo así la impugnación sin ulterior recurso. Si la resolución cuestionada
ha sido dictada por la Audiencia Provincial (o Audiencia Nacional), en su condición de órgano sentenciador, el auto será
recurrible en casación con arreglo a las previsiones de la Ley de 17 de enero de 1901.

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b) Cuando se trate de abonar la prisión provisional en causa distinta a aquella en la que se hubiere decretado, la decisión del
Juez de Vigilancia Penitenciaria será susceptible de recurso de apelación ante la Audiencia Provincial (o Audiencia Nacional).
Contra esta decisión cabrá interponer recurso de casación para la unificación de doctrina en materia de vigilancia penitenciaria
ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo (arts. 58 CP, DA 5a LOPJ, apartado 7 y acuerdo de pleno no jurisdiccional 22
julio 2004).
Por cuanto antecede, la Audiencia Nacional obró correctamente al denegar la preparación del recurso de casación común frente
a los autos dictados por la Sección Primera de la Audiencia Nacional, revolviendo recursos de apelación contra las
resoluciones del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria.

1.4.2. Cuestiones

A) Los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria ¿son órganos de la jurisdicción penal?


La L.O.P.J. en su artículo 94.1 nos dice que “en cada provincia y dentro del orden jurisdiccional penal, habrá uno o
varios Juzgados de Vigilancia Penitenciaria, que tendrán las funciones jurisdiccionales previstas en la Ley General
Penitenciaria en materia de ejecución de penas privativas de libertad y medidas de seguridad, control jurisdiccional
de la potestad disciplinaria de las autoridades penitenciarias, amparo de los derechos y beneficios de los internos
en los establecimientos penitenciarios y demás que señale la Ley”

B) ¿Qué competencias tienen?


El marco de atribuciones de los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria viene delimitado por un conjunto de normas y
disposiciones legales:
-L.O.G.P. art.94 que nos remite a la Ley General penitenciaria
-L.O.P.J., arts. 94 y 95 y Disposición Adicional V sobre recursos que cabe interponer ante las resoluciones de los J.V.P.
-C.P.
-LECRIM (por remisión de la Disposición Adicional V de la L.O.P.J. y disposición transitoria tercera de la L.O.G.P.)
-R.P. que desarrolla la L.O.G.P.
-El Real Decreto de 17 de junio de 2011, que regula las circunstancias de ejecución de las penas de trabajo en
beneficio de la comunidad y localización permanente, en centro penitenciario, de determinadas medidas de seguridad,
así como de la suspensión de la ejecución de la penas privativas de libertad y sustitución de penas.
Todas estas disposiciones se ven completadas por una copiosa doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional.
Entre tales normas, destaca la Ley Orgánica General Penitenciaria, cuyo artículo 76 se ocupa de enumerar las
atribuciones de los Jueces de Vigilancia Penitenciaria,
(nota: se lo pondría resumido)
Artículo 76
1. El Juez de Vigilancia tendrá atribuciones para hacer cumplir la pena impuesta, resolver los recursos referentes a las
modificaciones que pueda experimentar con arreglo a lo prescrito en las Leyes y reglamentos, salvaguardar los
derechos de los internos y corregir los abusos y desviaciones que en el cumplimiento de los preceptos del régimen
penitenciario puedan producirse.
2. Corresponde especialmente al Juez de Vigilancia:
a) Adoptar todas las decisiones necesarias para que los pronunciamientos de las resoluciones en orden a las penas
privativas de libertad se lleven a cabo, asumiendo las funciones que corresponderían a los Jueces y Tribunales
sentenciadores.
b) Resolver sobre las propuestas de libertad condicional de los penados y acordar las revocaciones que procedan.
c) Aprobar las propuestas que formulen los establecimientos sobre beneficios penitenciarios que puedan suponer
acortamiento de la condena.
d) Aprobar las sanciones de aislamiento en celda de duración superior a catorce días.
e) Resolver por vía de recurso las reclamaciones que formulen los internos sobre sanciones disciplinarias.
f) Resolver en base a los estudios de los Equipos de Observación y de Tratamiento, y en su caso de la Central de
Observación, los recursos referentes a clasificación inicial y a progresiones y regresiones de grado.
g) Acordar lo que proceda sobre las peticiones o quejas que los internos formulen en relación con el régimen y el
tratamiento penitenciario en cuanto afecte a los derechos fundamentales o a los derechos y beneficios penitenciarios
de aquéllos.
h) Realizar las visitas a los establecimientos penitenciarios que prevé la Ley de Enjuiciamiento Criminal, pudiendo el
Juez Central de Vigilancia Penitenciaria recabar para el ejercicio de dicha función el auxilio judicial de los Jueces de
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Vigilancia Penitenciaria del lugar en el que radique el establecimiento que ha de ser visitado.
i) Autorizar los permisos de salida cuya duración sea superior a dos días, excepto de los clasificados en tercer grado.
j) Conocer del paso a los establecimientos de régimen cerrado de los reclusos a propuesta del Director del
establecimiento.

C) ¿Por qué la sentencia distingue entre abono de prisión preventiva sufrido en la misma causa y el sufrido en
distinta a efectos de competencia?
Porque los órganos competentes para acordar el abono de la prisión preventiva son distintos en ambos casos.
Técnicamente existen dos tipos de abono de la prisión preventiva que señala el artículo 58 CP, en la misma causa en
que dicha privación fue acordada y en segundo lugar, si el tiempo de prisión preventiva fue por una causa sobreseída,
archivada, ha prescrito el delito o con sentencia absolutoria, en cuyo caso se aplica a otra condena que esté
cumpliendo. El órgano competente para abonar el tiempo de privación de libertad en el primer caso será el Juez o
Tribunal sentenciador. Pero si el abono de prisión provisional se puede hacer en casusa distinta, el órgano competente
será el Juez de Vigilancia Penitenciaria de la jurisdicción de la que dependa el centro penitenciario dónde esté el
penado, con audiencia previa al ministerio fiscal.
Art. 58 CP 1. El tiempo de privación de libertad sufrido provisionalmente será abonado en su totalidad por el Juez o
Tribunal sentenciador para el cumplimiento de la pena o penas impuestas en la causa en que dicha privación fue
acordada, salvo en cuanto haya coincidido con cualquier privación de libertad impuesta al penado en otra causa, que le
haya sido abonada o le sea abonable en ella. En ningún caso un mismo periodo de privación de libertad podrá ser
abonado en más de una causa.
2. El abono de prisión provisional en causa distinta de la que se decretó será acordado de oficio o a petición del
penado y previa comprobación de que no ha sido abonada en otra causa, por el Juez de Vigilancia Penitenciaria de la
jurisdicción de la que dependa el centro penitenciario en que se encuentre el penado, previa audiencia del ministerio
fiscal.

D) Se puede entender que cuando existe apelación ya se ha cumplido la exigencia de doble instancia?
Sí. La doble instancia en materia penal no ha estado ni se encuentra aún en nuestro ordenamiento debidamente
regulada, parte de la doctrina encuentra que el recurso de casación no asegura este principio, quebrantando el
derecho a la tutela judicial efectiva constitucionalmente garantizada. Sin embargo en materia de ejecución de
penas, la disposición adicional 5º de la Lopj señala un sistema de recursos completos para asegurar la doble
instancia, a través de la apelación. La apelación es un recurso constitutivo de instancia, lo que significa que el
tribunal superior puede pronunciarse sobre todas las cuestiones de hecho y derecho que han sido discutidas en el
proceso. En otras palabras, no está limitado sólo a revisar la aplicación correcta de la ley, como sucede en los
recursos de casación.

1.43. Derecho aplicable: Disposición Adicional 5á LOPJ; Ley de 17 de enero de 1901, de abono de prisión provisional;
art. 58 CP; art. 848.2 LECrirn.

Realizado por Loli Fernandez

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1.5. Caso V (§ 43)

1.5.1. Supuesto de hecho

Tribunal Supremo. Sala de lo Penal.


Sentencia. En la Villa de Madrid, a veinticuatro de febrero de dos mil doce.
La resolución impugnada dictada por el Juzgado de Pi Instancia e Instrucción Único de Daroca (Zaragoza) desestima la petición de
acumulación de condenas formulada por el recurrente D. ..., por estimar que la competencia para resolver sobre refundición de
condenas corresponde al Órgano Jurisdiccional que haya dictado la última de las sentencias acumulables, sin que dicha
competencia le corresponda al Juzgado de Daroca, aunque haya dictado la última sentencia condenatoria, porque ésta no
puede ser incluida en la acumulación.
Establece el Auto recurrido que teniendo en cuenta las fechas de las restantes ejecutorias y de las sentencias de que traen causa,
no procede la acumulación respecto de la ejecutoria tramitada en el Juzgado de Daroca, y aun cuando pudiese proceder respecto
de otras sentencias de las relacionadas por el solicitante, éste debería dirigirse a otro órgano jurisdiccional distinto para obtener la
refundición pretendida.
El recurso debe ser estimado. En efecto, tal como se recuerda en sentencias recientes, como las de 4 de febrero de 2010 (núm.
70/2010) y 4 de noviembre de 2009 (núm. 1223/2009), entre otras, la Jurisprudencia de esta Sala viene reiterando, desde el
Acuerdo adoptado en Pleno no Jurisdiccional o Sala General el 27 de marzo de 1998, que el Juez o Tribunal que haya dictado la
última sentencia condenatoria es eI competente para acordar lo que proceda respecto a la acumulación entre sí de las penas
correspondientes a las causas anteriores, incluido aquellas que, atendiendo a las fechas de las sentencias y de realización de
los hechos, no considere acumulables a las condenas emanantes de la causa propia, en la que dictó la sentencia conceptuada
como la última atribuible al reo.
Las razones que justifican el acuerdo competencia! adoptado en el Pleno de 27 de marzo de 1998 son esencialmente tres.
En primer lugar un razonamiento de derecho positivo, dado que el art. 988 de la LECrim atribuye la obligación de "fijar el límite del
cumplimiento de las penas impuestas" al "Juez o Tribunal que hubiese dictado la última sentencia", y no exige en absoluto que se
trate de la última sentencia "acumulable", como se señala erróneamente en la resolución impugnada.
En segundo lugar, por razones constitucionales, con el fin de garantizar la tutela judicial efectiva de los penados, pues en una
materia tan sensible para el derecho fundamental a la libertad como es la determinación del límite de cumplimiento de las penas
de prisión, no puede desampararse a aquellos internos que se han dirigido para la determinación de dicho límite al Juez o
Tribunal al que la Ley atribuye expresamente la competencia por ser el que ha dictado la última resolución condenatoria, con el
pretexto de que esa sentencia en concreto no es acumulable, cuando es fácil apreciar que sí Io son otras de las sentencias que se
relacionan ante el Juzgador, sometiendo con ello al reo a un desalentador peregrinaje de jurisdicciones para poder obtener lo
que le corresponde en Derecho_
Y, en tercer lugar, por razones de seguridad jurídica, pues si bien es clara y objetiva, por responder a un factor puramente
cronológico, la determinación de cuál es el Juez o Tribunal que ha dictado la última sentencia condenatoria, no lo es tanto si
hay que buscar al que ha dictado la última sentencia "acumulable". Esta última determinación requiere una valoración jurídica
susceptible de diversidad de interpretaciones y generadora de inseguridad, lo que se puede evitar acudiendo a un criterio
competencia] fundado exclusivamente en el elemento temporal.
Es fácil apreciar que si en lugar de tomar como referente la sentencia dictada por el propio Juzgado de Daroca, que es la
única que enjuicia hechos temporalmente desconectados del resto, pues se cometieron en el año 2006, mientras que el
grueso de los hechos delictivos cuyas condenas se pretende acumular corresponde a hechos cometidos entre 1999 y 2003, se
atiende, por ejemplo, a otra de las más recientes, la dictada por el Juzgado de lo Penal núm. 1 de Elche en febrero de 2005 por
hechos de mayo de 1999, sería factible la acumulación de todas las condenas por hechos anteriores a la fecha de dicha
sentencia y que todavía no se encontraban juzgados cuando se cometió el delito, lo que permite la refundición, salvo error u
omisión, de todas las condenas cuya acumulación se interesa.
En efecto, todos los hechos delictivos son anteriores a 2005, y ninguno se encontraba enjuiciado en 1999, estando incluidos, por
tanto, entre los que pueden refundirse conforme a nuestra doctrina jurisprudencial, sin que corresponda, en cualquier caso, a esta
Sala efectuar de modo efectivo la acumulación en este trámite casacional, sino únicamente señalar los parámetros con los
que debe realizarse.

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1.5.2. Cuestiones

A) Puede el Tribunal Supremo corregir, como hace en esta resolución a un Juzgado de Instrucción?
Si porque según el art. 24 de la CE todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y
tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión.
Asimismo, todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley El juez ordinario predeterminado por la ley
no puede ser otro sino el juez objetiva, funcional y territorialmente competente. Para que se vulnere el derecho
fundamental al juez legal se hace preciso que dicha infracción de la norma atributiva de la competencia implique,
además, la violación de las garantías constitucionales de los órganos jurisdiccionales y, de modo especial, a la
independencia judicial. Se trata de garantizar la independencia e imparcialidad que el derecho en cuestión comporta,
garantía que quedaría burlada si bastase con mantener el órgano y pudieran alterarse arbitrariamente sus
componentes.

B) Si el objetivo de la acumulación es señalar un máximo de cumplimiento de las plurales penas pendientes de


un penado, porque cree que debe hacerlo el último órgano que sentencio?
Si porque el juez ordinario predeterminado por la ley no puede ser otro sino el juez objetivo, funcional y territorialmente
competente. Porque el art. 988 de la LEC atribuye la obligación de fijar el límite del cumplimiento de las penas
impuestas al Juez o Tribunal que hubiese dictado la última sentencia. Para preservar la imparcialidad del órgano
jurisdiccional según la LO 7/1988 que habla sobre la prohibición de que los jueces de instrucción asuman funciones de
enjuiciamiento y de decisión y para garantizar que todos tenemos derecho a ser juzgados por un tribunal independiente
e imparcial.
C) Al establecer esta sentencia que por el órgano inferior se resuelva la petición del penado, no resuelta por no
considerarse competente. Podría acudirse en amparo al Tribunal Constitucional.
Si porque nos encontraríamos ante un claro recurso de amparo por vulneración de los derechos fundamentales al juez
legal o a un proceso con todas las garantías según se indica en el art. 24.2 CE.
D) Se ha negado el Juez de Daroca a Resolver.
Si porque el juez ordinario predeterminado por la ley no puede ser otro sino el juez objetivo, funcional y territorialmente
competente. Y porque según el artículo 46 LEC Cuando la cuestión de competencia empeñada entre dos o más jueces
o tribunales, fuere negativa por rehusar todos entender en la causa, la decidirá el juez o tribunal superior un su caso el
Tribunal Supremo y porque sería una vulneración al juez legal, para garantizar el proceso a través de la abstención y de
la recusación.
E) ¿Podría sancionarle por ello el Consejo General del Poder Judicial? No porque el CGPJ solo puede ejercer la
inspección de tribunales, así como impartir instrucción a los órganos de gobierno e juzgados y tribunales en materias
de la competencia de estos

1.5.3. Derecho aplicable: Arts. 988, 848.2 LECrim.: 76 CP.

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Realizado por Noelia Vega y NuriaCastillo2. JUEZ LEGAL E INDEPENDENCIA 2.1. Caso I (§ 44)

2.1.1. Supuesto de hecho


A) D4. A. prestó sus servicios para el Ayuntamiento de Z., desde el 1 de enero de 1984, en virtud de sucesivos contratos
temporales, primero administrativos y luego laborales.
B) El 12 de diciembre de 1989 instó el reconocimiento como fija de plantilla que fue desestimado por el citado Ayuntamiento.
Formulada demanda ante la jurisdicción social, fue desestimada, primero, por Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 4 de
Zaragoza y, tras el recurso de suplicación interpuesto por la ahora recurrente, por el Tribunal Superior de Justicia de A.
C) Fue Ponente de la Sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, D. B. Este había sido designado por el
Consejo General del Poder Judicial, entre la terna propuesta por el Parlamento Autonómico de A., Magistrado de la Sala de lo
Civil y Penal, aunque participaba con frecuencia en las deliberaciones de la Sala de lo Social. Además, D. B ostentó la condición
de Concejal del Ayuntamiento de Z., participando en la toma de diversos Acuerdos relacionados con la contratación de la
actora.
D) En ningún momento, antes de dictarse la Sentencia, fue notificada a la actora la composición de la Sala que había de
resolver su recurso ni la designación del Magistrado Ponente.
E) Contra la Sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de A., de 31 de octubre de 1990, que
desestimó su pretensión, interpuso recurso de amparo, que fue estimado por el Tribunal Constitucional en su STC 282/1993
por vulneración del derecho a un Juez imparcial y a un proceso con todas las garantías del art. 24.2 CE.

2.1.2. Cuestiones:

A) ¿Debió el T.S.J. de A. haber accedido a la petición de Dª. A. acerca de la comunicación previa de la


composición de los magistrados integrantes de la sala que había de conocer de su recurso de suplicación?
Sí, además, el propio Magistrado debería haberse abstenido, al incurrir en supuesto del art. 219 del CGPJ.
¿Cuál es la finalidad de dicho trámite, que ha de cumplirse con carácter previo a la deliberación y votación de
un recurso?
Que las partes conozcan la identidad de los componentes del Tribunal, para poder en su caso, recusar si es el caso.

B) ¿El incumplimiento del anterior requisito por el T.S.J. supone, por sí solo, la vulneración de los derechos al
juez legal imparcial o a un proceso con todas las garantías o es necesario, además, que la Sala incumpla algún
otro requisito?
Es suficiente con lo hecho, para vulnerar los derechos constitucionales de las partes.

C) ¿Por qué, en el presente caso, la circunstancia de que uno de los Magistrados del T.S.J. hubiera
desempeñado previamente el cargo de concejal del Ayuntamiento en donde la recusante prestaba sus
servicios infringe los citados derechos fundamentales? Porque podría haber amistad o enemistad, además
como concejal podría haber participado en la decisión de no aceptar a la recurrente como fija de plantilla.

2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 24.2 y 117.1 CE; arts. 202, 203.2 y 219 y ss. LOPJ.

Realizado por compañeros del año pasado curso 2012/2013

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2.2. Caso II (§ 45)


2.2.1 Supuesto de hecho
Tribunal Supremo. Sala de lo contencioso-administrativo. Sentencia: 28/05/2012.
Bajo la invocación de los artículos 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y 88.1 de la Ley de la Jurisdicción, sostiene que
ha infringido su derecho a un tribunal independiente y al juez ordinario predeterminado por la ley que le reconoce el artículo 24.2
de la Constitución. La Sra. S... justifica este motivo a partir de la denegación por la Sala de la Audiencia Nacional de toda la
prueba que propuso que, a su parecer, se deba a la falta de imparcialidad de los juzgadores porque, "al serle sistemáticamente
remitido el conocimiento de los asuntos del Banco de España a una concreta Sección —la Sexta (...)— (...) per se deslegitima la
función jurisdiccional porque esta permanente relación del juez con una de la partes puede suscitar un interés previo en favorecerles
(...)". En este sentido, añade que "las decisiones que tomaba el Tribunal iban en la dirección no sólo de favorecer el
planteamiento asumido por el Banco de España en su expediente sancionador, confirmando y justificando los razonamientos
expuestos en él, sino que se han extendido a favorecer conductas con un posible contenido penal —negarse a practicar la prueba
ordenada por el órgano judicial—".
De este modo, al adjudicar a la Sección Sexta de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional todos los
asuntos en los que es parte el Banco de España y convertirla en juez ad hoc que dirime en exclusiva sus litigios, el acuerdo de
la Sala de Gobierno de ese tribunal de 20 de julio de 2009 que decidió tal asignación incurrió en exceso y el Banco de
España "al conocer a su Tribunal particular ha podido influir en él —la sospecha fundada existe y ello es suficiente para
dudar de su imparcialidad— consiguiendo como ha sido acreditado imponer su criterio y doblegándose al mismo el órgano
judicial".
Invocando los artículos 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial y 88.1 c) de la Ley de la Jurisdicción la Sra. S...
mantiene que la sentencia incurre en incongruencia omisiva a causa de la parcialidad del tribunal debida a que no es el
predeterminado por reparto sino el elegido para resolver todas las causas del Banco de España. El reproche de este
motivo se concreta en que no ha habido respuesta a las peticiones que la recurrente formuló para que se practicara la
prueba admitida y se declarara la nulidad de lo actuado por quiebra del juez legal e imparcial garantizado por el artículo
24.2 de la Constitución. Asimismo, señala que, en contra de lo afirmado por la sentencia, sí explicó en la instancia en qué le
favorecía la aceptación y práctica de la prueba que se le denegó en el expediente. En fin, en cuanto a su honor, la Sra.
S... recuerda que en la demanda ya anunciaba que en la fase probatoria demostraría que el propósito del expediente
sancionador no era otro que el de que "a la recurrente se le cerrasen de manera total sus expectativas de lograr
cualquier otro empleo en la actividad que desarrollaba".
Resulta evidente que no es así. Al contrario de lo que mantiene la Sra. S..., la Sección Sexta de la Sala de lo Contencioso
Administrativo respondió con suma atención y cuidado, extensa y razonadamente, a las cuestiones suscitadas por las
partes y, en especial, a las que planteó la demanda. La sola lectura de la sentencia e, incluso, del resumen que de ella
hemos hecho lo revela sin ningún atisbo de duda. Por tanto, debemos desestimar el cuarto motivo sin más
consideraciones que la de advertir que las referencias que en él se hacen a la afirmada parcialidad de la Sala de
instancia las abordaremos seguidamente.
Nos parece significativo que la recurrente haya elegido para vertebrar la defensa de sus intereses el argumento de la falta de
independencia del tribunal llamado a conocer de su recurso contencioso-administrativo. Tal como dicen el Banco de España y el
Ministerio Fiscal se trata de un planteamiento absolutamente errado. Refleja, además, a nuestro entender, la falta de argumentos
consistentes para combatir la sentencia impugnada. La Sección Sexta es el juez ordinario predeterminado por la ley para conocer
de los recursos contra la actuación administrativa del Banco de España: así resulta de la disposición adicional cuarta de la Ley
de la Jurisdicción y de las vigentes normas de reparto de la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Nacional. Y,
como se dice en la sentencia del Tribunal Constitucional núm. 37/2003, alegada por el Banco de España y por el Ministerio
Fiscal, la atribución del conocimiento de un asunto en virtud de lo establecido en una norma de reparto de carácter general y
objetivo respeta el derecho al juez ordinario predeterminado por la ley. Del mismo modo, esta Sala, en la sentencia alegada
por el Banco de España de 26 de julio de 2011 (casación 4594/2010), señala que la distribución o el reparto de asuntos entre las
Secciones de una Sala no sólo no pone en cuestión ese derecho fundamental reconocido en el artículo 24.2 de la Constitución
sino que lo concreta. Y, desde luego, tampoco menoscaba la independencia e imparcialidad de la Sección que, con arreglo a
esas normas de reparto, es la llamada a resolver este recurso y todos los que se dirijan contra actos del Banco de España.
Precisamente, ha recordado la sentencia del Tribunal Constitucional 37/2003 que en la ley radica la garantía de la independencia y
de la imparcialidad judicial.
Descartada la premisa sobre la que descansa el recurso de casación, es decir, rechazada la infracción del derecho al juez
ordinario predeterminado por la ley y la falta de independencia e imparcialidad de la Sala de instancia, el resto del recurso de

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casación decae porque se ve privado de la razón que para el escrito de interposición explicaría la sentencia y las vulneraciones
que le atribuye en punto a la prueba en el proceso y en el expediente.

2.2.2. Cuestiones

A)¿Por que reclama la recurrente?


Porque a su entender se vulnera el Derecho fundamental a un Tribunal independiente y a un juez ordinario y
predeterminado por la Ley (24 CE)al hacer conocedora sistemática de los asuntos del Banco de España,siempre,a una
misma Sección – la 6ª – de la Audiencia Nacional;y porque mantiene,la recurrente,que la sentencia de Tribunal
Supremo incurre en incongruencia omisiva a causa de la parcialidad de tribunal debido a que no es el predeterminado
por el reparto sino el elegido para resolver y conocer todas las causas de BE.Este reproche se concreta en que no ha
obtenido respuesta a las peticiones que la recurrente formuló para que se practicaran las pruebas admitidas y se
declarara la nulidad de lo actuado por quiebra de Juez legal e imparcia garantizado en la CE (24.2CE)

B)Las normas de reparto de trabajo de un órgano judicial¿Pueden afectar al Derecho al juez predeterminado?
Si,puede afectar si ese reparto no se hace de la manera prevista por LOPJ u otras disposiciones legale, manupulando
las normas de dicho reparto para que un asunto recaiga en una determinada Sala;pero en este caso no afecta debido a
que el reparto de trabajo está previamente dispuesto y legalmente amparado por el Art.66 de LOPJ y la disposición
adicional cuarta de la Ley de la Jurisdicción de la Audiencia Nacional,alegada en este caso por el BE y el MF.

C)La especialización de los Tribunales¿afecta a tal Derecho de las partes?¿crea Tribunales especiales?
En este caso no.Afectaría al Derecho fundamental al juez legal (24.2) si dicha “especialización” no estuviese regulada
por alguna disposición legal,como en este caso 66LOPJ y la disp. Adicional cuarta de la Ley de la Jurisdicción de la AN.
No crea Tribunales especiales ya que para la creación de dichos Tribunales el Parlamento a de reformar la LOPJ.

2.2.3. Derecho aplicable Arts. 24.2 CE; 66 LOPJ.

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LECCIÓN 7. LA ORGANIZACIÓN DEL PODER JUDICIAL

1. Tribunales no integrados en el Poder Judicial (§ 46)

2. El Poder Judicial y las Comunidades Autónomas

2.1. Caso I (§ 47)


2.2. Caso 1I (§ 48)

3. La responsabilidad del Estado por el funcionamiento de la Justicia (§ 49)

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Lección 7

LA ORGANIZACIÓN DEL PODER JUDICIAL


1. TRIBUNALES NO INTEGRADOS EN EL PODER JUDICIAL (§ 46)
1.1. Supuesto de hecho
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el asunto Del Río Prada (la demandante fue condenada mediante Sentencia
firme a una pena privativa de libertad de 3.000 años de cárcel) contra España, ha dictado Sentencia de fecha 10 de julio de
2012 que contiene el siguiente Fallo:
"(...) 2. Declara la demanda admisible en relación con las quejas basadas en los artículos 7 y 5.1 del Convenio, e
inadmisible en lo restante.
3. Dice que ha habido violación del artículo 7 del Convenio.
4. Dice que ha habido violación del artículo 5.1 del Convenio.
5. Dice que incumbe al Estado demandado asegurar la puesta en libertad de la demandante en el plazo más breve posible
(párrafo 83 supra). (...)."
En los párrafos 82 y 83 de esa Sentencia unánime del Tribunal de Estrasburgo, se afirma lo siguiente: "Sin embargo,
excepcionalmente, para ayudar al Estado demandado a cumplir sus obligaciones basadas en el artículo 46, el Tribunal en
ocasiones ha tratado de indicar el tipo de medidas que podrían ser adoptadas para poner fin a la situación constatada (...)
En otros casos excepcionales, cuando la naturaleza misma de la violación constatada no permite realmente elegir entre
diferentes medidas susceptibles de remediarla, el Tribunal puede decidir indicar una sola medida individual (...). El Tribunal
estima que el presente caso pertenece a esta última categoría de asuntos. A la vista de las circunstancias particulares del caso
y por la urgente necesidad de poner fin a la violación de los artículos 7 y 5.1 del Convenio (párrafos 64 y 75), estima que
incumbe al Estado demandado asegurar la puesta en libertad de la demandante en el plazo más breve posible."

1.2. Cuestiones
A) ¿Es posible que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ordene al Estado español ejecutar su sentencia en
esos estrictos términos?
Si. Las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos son directamente aplicables. Los tratados
internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento
interno con su consecuente obligatoriedad de cumplimiento.
Según el Convenio Europeo de Derechos Humanos, ratificado por España, las partes contratantes se comprometen a
acatar las sentencias del Tribunal.
Por tanto, las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos vinculan a todos los poderes públicos españoles
en virtud de lo dispuesto en el artículo 10.2 de la Constitución Española.
(Art. 10.2 Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se
interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos
internacionales sobre las mismas materias ratificados por España)

B) De ser ello posible, ¿cuál es el Tribunal "Supremo" en España: el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional o el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos?
El Tribunal Supremo se encuentra en la cúspide del Poder Judicial. Es el tribunal superior en todos los órdenes, salvo lo
dispuesto en materia de garantías constitucionales.
La defensa de los derechos fundamentales y libertades públicas se culmina con el recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional una vez agotada todas las demás instancias.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos es la máxima autoridad judicial para la garantía de los derechos humanos y
libertades fundamentales en toda la unión Europa. Por ello, cualquier persona que haya agotado sin éxito los recursos
judiciales disponibles en su Estado, puede presentar denuncia ante este tribunal por la violación de sus derechos
reconocidos por el Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales o
cualquiera de sus Protocolos adicionales.
Por tanto, sería la última instancia a la que podríamos recurrir, y en este acaso estaría por encima, únicamente para la
defensa de los derechos y libertades reconocidos en el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

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1.3. Derecho aplicable: Art. 46 del Convenio Europeo de Derechos Humanos; artículo 954 de la LECrim.; ver STC
245/1991, de 16 de diciembre, y 70/2007, de 16 de abril.

Realizado por: Ana Nieves y Cristina Rodríguez

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2. EL PODER JUDICIAL Y LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS
2.1. Caso I (§ 47)
2.1.1. Supuesto de hecho
Sentencia Tribunal Superior de Justicia País Vasco.
El TSJ del País Vasco declara haber lugar al recurso de casación y dicta sentencia estimando íntegramente la demanda
del siguiente tenor literal:
"...La cuestión queda así circunscrita a dilucidar si el invocado art. 10 de la Compilación es aplicable a todos los
vizcaínos, considerando como tales a los vecinos de Vizcaya, lo sean de villa o de tierra llana o, por el contrario, ha
de entenderse establecido el precepto en contemplación a quienes sean vizcaínos aforados.
La citada disposición establece: «Los vizcaínos, aunque residan en territorio distinto del foral de Vizcaya, si
hubiere parientes tronqueros, sólo podrán disponer a título gratuito "inter vivos" o "monis causa" de los bienes
troncales en favor de aquéllos».
La interpretación lógico-sistemática e histórica del precepto conduce a sostener su aplicabilidad a todo
vizcaíno, sea o no aforado, y ello, por las siguientes razones: 1.9 Porque en la Compilación no es equiparable el
concepto de vizcaíno con el de vizcaíno aforado, según puede colegirse de la lectura de preceptos en los que se
alude a «vizcaínos» (arts. 5 y 10), y de otros en los que se precisa «vizcaíno infanzón» (arts. 41 y 42); 2.1) Porque,
de estar referido únicamente a los vizcaínos aforados, su inclusión en el citado Texto Legal sería innecesaria y
carente de sentido; y 3.9 Dicho resultado interpretativo es el que ofrece el análisis de los hitos históricos y
normativos que guardan relación con el precepto..."

2.1.2. Cuestiones

A) ¿Qué Sala del Tribunal Superior de Justicia ha dictado esta sentencia?


478 Competencia. Simultaneidad de recursos: 1. El conocimiento del recurso de casación, en materia civil,
corresponde a la Sala Primera del Tribunal Supremo.

B) ¿Por qué conoce de un recurso de casación?


Artículo 73. 1. La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia conocerá, como Sala de lo Civil: a) Del
recurso de casación que establezca la ley contra resoluciones de órganos jurisdiccionales del orden civil con sede
en la comunidad autónoma, siempre que el recurso se funde en infracción de normas del derecho civil, foral o
especial, propio de la comunidad, y cuando el correspondiente Estatuto de Autonomía haya previsto esta
atribución.
C) ¿De qué recursos conocen los Tribunales Superiores de Justicia en última instancia?
Según establece la LOPJ en su art. 73.1 a) “del recurso de casación que establezca la ley contra resoluciones de
órganos jurisdiccionales del orden civil con sede en la comunidad autónoma, siempre que el recurso se funde en
infracción de normas de derecho civil, foral o especial, propio de la comunidad, y cuando el correspondiente Estatuto de
Autonomía haya previsto esta atribución”. Y art. 73.1. b) “ del recurso extraordinario de revisión que establezca la ley
contra sentencias dictadas por órganos jurisdiccionales del orden civil con sede en la comunidad autónoma, en materia
de derecho civil, foral o especial, propio de la comunidad autónoma, si el correspondiente Estatuto de Autonomía ha
previsto esta atribución”.
D) ¿Cuál es el fundamento legal de dicha competencia?
El TSJ es el más alto tribunal en el derecho foral, contra sus decisiones no se admitirá acción ni recurso alguno

E) ¿Figura en todos los Estatutos de Autonomía?


Los TSJ extienden su demarcación al ámbito territorial de la Comunidad Autónoma respectiva. Excepciones: En Ceuta
y Melilla que pertenecen al TSJ Andaluz, Castilla-León y Canarias

2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 70, 73 LOPJ y 477, 478 LEC.

Realizado por María C. Ferreira y Begoña Fernandez

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2.2. Caso II (§ 48)

2.2.1. Supuesto de hecho:


El artículo 38.1 del Estatuto de Autonomía de Cataluña atribuye al Consejo de Garantías Estatutarias la tutela tanto de los
derechos estatutarios como de los derechos legales incluidos en la Carta mencionada en el art. 37 EAC, "de acuerdo con lo
establecido por el artículo 76.2 b) y c)". El art. 76 EAC relaciona las funciones de dicho Consejo, entre las que se cuenta, por
lo que ahora importa, el dictamen sobre "lija adecuación al presente Estatuto y a la Constitución de los proyectos y proposiciones
de ley sometidos a debate y aprobación del Parlamento y de los decretos leyes sometidos a convalidación del Parlamento"
[art. 76.2 b)], así como sobre "los proyectos de decreto legislativo aprobados por el Gobierno" [art. 76.2 e)].
El artículo 38.2 del Estatuto de Autonomía de Cataluña dispone que "los actos que vulneren los derechos reconocidos por los
Capítulos I, II y III del presente Título y por la Carta de los Derechos y Deberes de los ciudadanos de Cataluña serán objeto
de recurso ante el Tribunal de Justicia de Cataluña, de acuerdo con los procedimientos establecidos en las leyes".
El artículo 95.1 del Estatuto de Autonomía de Cataluña define al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña como "el
órgano jurisdiccional en que culmina la organización judicial en Cataluña", añadiendo que "es competente, en los términos
establecidos por la ley orgánica correspondiente, para conocer de los recursos y de los procedimientos en los distintos
órdenes jurisdiccionales y para tutelar los derechos reconocidos por el presente Estatuto". "En todo caso —concluye el precepto
—, el Tribunal Superior de Justicia es competente en los órdenes jurisdiccionales civil, penal, contencioso-administrativo, social y en
los otros que puedan crearse en el futuro".
Y artículo 95.2 de ese Estatuto hace del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña "la última instancia jurisdiccional de
todos los procesos iniciados en Cataluña, así como de todos los recursos que se tramiten en su ámbito territorial, sea cual
fuere el derecho invocado como aplicable, de acuerdo con la Ley Orgánica del Poder Judicial y sin perjuicio de la competencia
reservada al Tribunal Supremo para la unificación de doctrina", concluyendo que "[1]a Ley Orgánica del Poder Judicial determinará
el alcance y contenido de los indicados recursos".

2.2.2. Cuestiones

A) ¿Cuál fue la base legal-constitucional para que dichos preceptos fueran tachados de inconstitucionales?
Los artículos se referían a materias reguladas constitucionalmente. El Estatuto de Autonomía se solapaba con esas
materias, por lo que los Diputados que interpusieron la demanda ante el TC estimaron que se extralimitaba el Estatuto
de Autonomía de Cataluña en cuanto a las reservas estatutarias, atribuyéndose la redacción de normas
constitucionales y la asunción de regulaciones reglamentarias, así como el desarrollo de las funciones y competencias
del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, algo que está reservado al Consejo General del Poder Judicial, como
órgano de gobierno de los jueces y a la LOPJ como ley reguladora de la jurisdicción. Infringiendo los art. 122, 149.1.5 y
149.1.6 de la Constitución Española.
Se argumenta que los artículos 37 y 38, son objeto del recurso en la medida en que pretenden que determinados
derechos vinculen a la Administración General del Estado y establecen un Consejo de Garantías Estatutarias que
interfiere en el sistema de garantías de derechos fundamentales establecido por la Constitución
En relación con el Art. 95, se alega en el recurso que el Estatuto de Autonomía de Cataluña no puede establecer las
competencias del Tribunal Superior de Justicia.
La Constitución Española de 1978 hace en su art. 149 1.5º una reserva de Ley Orgánica para la organización y
funcionamiento del Poder Judicial, la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ).
El art. 73 LOPJ determina cuales son las competencias en los distintos órdenes de los Tribunales Superiores de
Justicia, y no pueden ser competentes para conocer de todos los procesos iniciados y recursos tramitados en Cataluña,
tal y como señala el art. 95.2. del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Tengamos en cuenta los recursos de Casación
del orden civil común, por ejemplo, de los cuales son competentes en exclusiva, una vez agotadas las instancias
provinciales, la Sala 1ª del Tribunal Supremo y no el Tribunal Superior de Justicia.

B) ¿Cuál es la razón por la que el Tribunal Constitucional decidió desestimar el recurso de inconstitucionalidad
respecto de los mismos?
El Tribunal Constitucional a través de una técnica de ultra interpretación de los preceptos recurridos, sentenció que los
artículos recurridos no excluyen a los demás órganos jurisdiccionales y que se atienen a lo dispuesto en la LOPJ, a las
competencias del Tribunal Supremo y a las propias del Tribunal Constitucional como garante de la Constitución
Española. Entendiendo que los preceptos del Estatuto de Autonomía de Cataluña no excluían en su tenor literal de
forma expresa a los órganos superiores del ordenamiento jurídico y a las competencias de los mismos. Por lo que no
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declaró inconstitucional dicho precepto.

2.2.3. Derecho aplicable: Art. 149. 1.5° CE; Sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional 31/2010, de 28 de junio.

Realizado por; Sonia Rodriguez y J.Carlos

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3. LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR EL FUNCIONAMIENTO DE LA JUSTICIA (§ 49)
3.1. Supuesto de hecho
El 1 de febrero de 1985, el Sr. Moreno fue arrestado y, el 5 de febrero de 1985, encarcelado preventivamente por la comisión de un
presunto delito de robo con violencia durante el atraco a un banco madrileño.
El 6 de febrero de 1985, el Sr. Moreno interpuso un recurso de reforma contra el Auto de prisión provisional, que fue
desestimado el 26 de febrero de 1985. Contra el mismo interpuso recurso de apelación, que fue rechazado por la Audiencia
Provincial de Madrid el 18 de mayo de 1985.
El 11 de septiembre de 1985, el Juzgado de instrucción núm. 4 de Madrid dictó un auto de procesamiento y confirmó el
encarcelamiento del demandante.
El 24 de septiembre de 1985, el Sr. Moreno interpuso un recurso de apelación contra el Auto de procesamiento que fue
rechazado por resolución de 25 abril 1986 dictada por la Audiencia Provincial de Madrid.
Negando su participación en los hechos que se le imputaban, el recurrente presentó varias demandas de puesta en
libertad provisional o de arresto domiciliario.
El 22 de diciembre de 1986, fue puesto en libertad bajo fianza.
La apertura de la fase oral fue acordada el 29 de junio de 1990.
El 30 de julio de 1998, la Audiencia Provincial de Madrid dictó un Auto por el que se acordó el sobreseimiento libre por
prescripción de los delitos que se le imputaban. El Auto devino firme el 30 de septiembre de 1998 (duración total del proceso
penal: 13 años y casi 6 meses).

3.2. Cuestiones: En el asunto resuelto por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Moreno Carmona contra
España), ese Tribunal declaró que: "el Estado demandado deberá abonar al demandante, dentro del plazo de tres
meses a contar desde que la sentencia se convierta en definitiva conforme al artículo 44.2 del Convenio, 20.000
euros en concepto de daño moral y 2.500 euros en concepto de costas y gastos (...) que a contar desde el
vencimiento del antedicho plazo hasta el pago, estas cantidades se verán incrementadas por un interés simple a
un tipo equivalente al de la facilidad de préstamo del Banco central europeo aplicable durante este período,
incrementado en tres puntos".
A) ¿Podría haber dictado una Sentencia similar el Tribunal Constitucional español, en la que al mismo
tiempo que declara la vulneración de un derecho fundamental (por ejemplo, a un proceso sin dilaciones
indebidas) condene al Estado al pago de una determinada suma por el funcionamiento anormal de la Justicia?
No, pues el Tribunal Constitucional emite sentencias declarativas e interpretativas, podría, en todo caso, reconocer la
vulneración de un derecho constitucional y establecer que se debe indemnizar conforme a la ley.
B) ¿Qué opinión le merece el artículo 294 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que limita el derecho a
indemnización por prisión provisional a los absueltos "por inexistencia del hecho imputado" y "siempre que se
le hayan irrogado perjuicios"?
La lógica de este artículo creemos que se basa en que debe indemnizarse a quien tras permanecer en prisión
provisional se demuestra que no ha ocurrido el hecho que se le imputaba y ello le ocasiona perjuicios, lo cual
encontramos correcto. Pero también puede suceder que por destrucción o contaminación de pruebas ( robo, daño,
destrucción accidental o pérdida de pruebas en depósitos judiciales o policiales) no pueda contarse con todos los
elementos inculpatorios. Indemnizar a un culpable sin que se haya podido demostrar su culpabilidad creemos que es lo
que trata de conseguir este artículo.
C) ¿Qué otro procedimiento existe para reclamar por el funcionamiento anormal de la Administración de
Justicia?
Según el Art. 293.2 el interesado dirigirá su petición indemnizatoria directamente al Ministerio de Justicia. Contra la
resolución cabrá recurso contencioso-administrativo. Como curiosidad en la sentencia dictada por el TEDH consta que
el demandante usó todos los recursos legales de apelación. Se dirigió al Ministerio de Justicia, planteó recurso
contencioso-administrativo en la Audiencia Nacional y llegó finalmente al Tribunal Constitucional siendo inadmitida su
demanda en todos estos organismos.

3.3. Derecho aplicable: Arts. 121 CE y 292 a 297 LOPJ; Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Moreno
Carmona contra España, de 9 junio 2009.

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LECCIÓN 8. EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

1. Concepto y naturaleza jurídica (§ 50)

2. Funciones

2.1. La protección de los derechos fundamentales (§ 51)


2.2. Subsidiariedad (§ 52)
2.3. La especial trascendencia constitucional (§ 53)

3. Control constitucional de la legalidad

3.1. Caso I (§ 54)


3.2. Caso II (§ 55)

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Lección 8

EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

1. CONCEPTO Y NATURALEZA JURÍDICA (§ 50)

1.1. Supuesto de hecho

"Defensa de las atribuciones del Tribunal Constitucional conferidas por la Constitución y su Ley Orgánica. Invasión de
funciones jurisdiccionales de este Tribunal por la Sala Primera del Tribunal Supremo.
El Pleno del Tribunal Constitucional, reunido en el día de la fecha, ha adoptado por unanimidad, en el ejercicio de las
atribuciones que la Constitución y su Ley Orgánica le confieren, y para cumplir con el esencial deber de preservar la jurisdicción
que tiene atribuida en materia de amparo constitucional por los arts. 1211 y 161.1b de la Constitución Española, conforme al
principio que se desprende de lo dispuesto en el art. 4.1 y de lo establecido por los arts. 2.1 h) y 10 k) de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional (LOTC), el siguiente Acuerdo:
1. La Sentencia dictada por la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo el 23 de enero de 2004 declara incursos en
responsabilidad civil y condena a indemnizar a todos los miembros que formaron el Pleno del Tribunal Constitucional que, en
julio y septiembre de 2002, dictó las resoluciones de inadmisión en determinado proceso constitucional en el que se formulaba
una pretensión de amparo.
Tal y como se recoge en la Sentencia citada, se presentó un escrito ante este Tribunal formalmente dirigido «Al Tribunal
Constitucional. Sustituido por formación que garantice un examen imparcial». En dicho escrito, se formulaba recurso de amparo
«1. Contra el propio Tribunal Constitucional», se recusaba a todos los Magistrados Constitucionales y se interesaba que por
el propio Tribunal se instara al Gobierno «la tramitación de una norma legislativa que disponga la formación de un tribunal o
formación que garantice con independencia e imparcial [sic] el examen presente asunto» [sic]. Es decir, se formulaba amparo
contra el Tribunal Constitucional, recusando a sus componentes y solicitando la creación legislativa de otro Tribunal
Constitucional.
A la vista de lo anterior, el Tribunal Constitucional, tras examinar el escrito en Sección y Sala y elevarlo por ésta al Pleno,
acordó: «por unanimidad la inadmisión del mismo, por cuanto que el recurso no se dirige a este Tribunal Constitucional
sino a otro hipotético que le sustituya. En su consecuencia procede el archivo de las presentes actuaciones».
La Sentencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, tras rechazar la falta de jurisdicción alegada en su
momento, examinó respecto al fondo la acomodación a Derecho de las decisiones jurisdiccionales de este Pleno, y lo
hizo en términos de grave e inequívoca censura de la corrección jurídica de aquellas, a las que se imputó
quebrantamiento de la prohibición del non tiquet, es decir, una ausencia de respuesta, y también, con evidente
contradicción, una respuesta falta de lógica y de motivación suficiente, calificándose la conducta profe sional de los
Magistrados demandados de «negligencia profesional grave, que supone, para el caso concreto, una ignorancia
inexcusable» de normas imperativas.
Basta el breve resumen de lo acontecido, expuesto anteriormente, para poner de manifiesto el sentido de la
Sentencia, como punto de partida de este Acuerdo; pero no es el acierto o error de la resolución de fondo contenido en
la misma lo que aquí interesa destacar, sino que la Sala de lo Civil, al enjuiciar la fundarnentación dada por el Pleno a
una Resolución de inadmisión, pone en serio peligro la función jurisdiccional de amparo invadiendo competencias que sólo
al Tribunal Constitucional corresponden. Pues no se enjuicia la hipotética concurrencia de algún elemento añadido a las
resoluciones mismas y diferenciable de éstas, en cuanto eventual posible soporte de la responsabilidad reclamada, sino
única y exclusivamente dichas resoluciones.
2. Es sabido que, en virtud de lo dispuesto por el art. 413.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, las decisiones
jurisdiccionales a las que se imputa el agravio determinante del daño, permanecen inalterables y firmes, condición ésta
que ha de predicarse respecto de las dictadas por este Pleno en el proceso constitucional de referencia, y que hemos de
considerar, por ello, concluso.
Ello no obstante, y con independencia del plano jurídico-procesal en el que nuestras resoluciones fueron adoptadas,
no podemos dejar de constatar en el ámbito de la defensa de la jurisdicción que la Constitución nos atribuye, y desde esa
perspectiva, que la sentencia referida realiza, sin reserva alguna, un escrutinio de las decisiones que recayeron en dicho
proceso constitucional, propio del que corresponde a este Tribunal, de tal modo que de facto la Sala de lo Civil del
Tribunal Supremo parece situarse en la posición de un Tribunal de grado superior, asumiendo funciones de control o revisión
de nuestras resoluciones dictadas en el legítimo ejercicio de la función jurisdiccional que, de manera exclusiva y
excluyente, nos viene atribuida por la Constitución.
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El examen o enjuiciamiento acerca de si se hallan o no ajustadas a Derecho las resoluciones dictadas por este
Tribunal en los procesos constitucionales de los que conoce, y en este caso en el de amparo, es materia vedada, por
principio, a la jurisdicción ordinaria, incluido el Tribunal Supremo, sin que, por tanto, pueda éste, con ocasión de
pronunciarse sobre la exigencia de responsabilidad civil, y cualquiera sea el resultado al que llegue sobre la procedencia de
la acción resarcitoria, enjuiciar en cuanto al fondo la juridicidad de las resoluciones de este Tribunal de las que se hace
derivar el daño invocado por el particular perjudicado.
Ello es así, por cuanto la delimitación entre la jurisdicción ordinaria, que culmina el Tribunal Supremo, y la jurisdicción
atribuida a este Tribunal Constitucional aparece contenida en el art. 123.1 de la Constitución, a cuyo tenor: «El
Tribunal Supremo, con jurisdicción en toda España, es el órgano jurisdiccional superior en todos los órdenes, salvo lo
dispuesto en materia de garantías constitucionales». Declaración que se completa con lo dispuesto en el art. 161.1 b) CE,
en el que se atribuye al Tribunal Constitucional la jurisdicción para conocer del recurso de amparo, en los casos y formas
que la Ley establezca. Esta referencia a la Ley lo es, obviamente, a la LOTC. Pues bien, conforme al art. 4 2.1 de dicha
Ley Orgánica «En ningún caso se podrá promover cuestión de jurisdicción o competencia al Tribunal Constitucional»,
mandato claramente orientado no sólo a impedir la formal promoción de conflictos sino también a preservar y hacer
inmune a cualquier injerencia el ámbito jurisdiccional que la Constitución y nuestra Ley Orgánica acotan en términos
inequívocos, y cuya defensa y afirmación nos viene impuesta.
El desconocimiento de esta clara delimitación por la Sala de lo Civil incurre en una invasión de las funciones
jurisdiccionales constitucionalmente atribuidas a este Tribunal Constitucional.
3. Esta constatación que, con toda objetividad pero también con seria preocupación realizamos, nos lleva a calificar de
clara extralimitación competencia!, y correlativa invasión de nuestras exclusivas competencias y atribuciones
constitucionales, el enjuiciamiento de cualquiera de nuestros pronunciamientos, efectuado en vía de amparo
constitucional, por cualquier Órgano de la jurisdicción ordinaria. No entenderlo así privaría al Tribunal de la calidad de
supremo intérprete de la Constitución que le reconoce el art. 1 de la LOTC (RCL 1979, 2383), expresando con ello la
posición de supremacía que la Constitución Española le reconoce, y podría enervar el amparo constitucional tal y como
lo configura aquélla.
Desde la perspectiva analizada, hemos, pues, de reafirmar nuestra jurisdicción rechazando, con serenidad pero también
con rigor la invasión de nuestra jurisdicción que supone la utilización de la vía civil como indebida prolongación del
recurso de amparo.
Por todo ello, el Pleno del Tribunal Constitucional
ACUERDA
12. Declarar que las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en los recursos de amparo no pueden ser enjuiciadas
por ningún órgano del Poder Judicial dado que sólo a este Tribunal corresponde, conforme a la Constitución y a su Ley
Orgánica, resolver tales recursos.
22. Asimismo declarar que el enjuiciamiento de las resoluciones recaídas en recursos de amparo, realizado por vía de la
acción de responsabilidad civil, constituye una invasión de la jurisdicción, exclusiva y excluyente, atribuida a este Tribunal
Constitucional por la Constitución.
Madrid, a tres de febrero de dos mil cuatro".

1.2. Cuestiones

A. ¿Las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional son revisables ante el Poder Judicial?

El TC puede dictar diferentes tipos de resoluciones. Las sentencias no son recurribles ante ningún órgano del
Poder Judicial. Según la literalidad del artículo 53.2 de nuestra Carta Magna, ante una resolución de trámite
denegatoria de revisión de una resolución que inadmite un recurso de amparo y vulneradora de un derecho
fundamental, el recurrente debería acudir a los tribunales ordinarios al tratarse de una vulneración de derecho
fundamental contenida en una resolución de mero trámite. Pero, ¿cómo acudir a órganos inferiores al máximo y
supremo garante de los derechos fundamentales en nuestro Estado de derecho, para que lo suplanten en su tarea de
garantizar los derechos fundamentales y libertades públicas constitucionalmente reconocidas en nuestro Estado de
derecho?

El propio TC en su ACUERDO de 3 de febrero de 2004 manifestó “que las resoluciones dictadas por el
Tribunal Constitucional en los recursos de amparo no pueden ser enjuiciadas por ningún órgano del Poder Judicial
dado que sólo a este tribunal corresponde, conforme a la CE y a su Ley Orgánica, resolver tales recursos”

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Esta supremacía se proyecta también respecto a órganos jurisdiccionales supranacionales, instaurados como
consecuencia de la suscripción por el Estado español de determinados Tratados y, tanto el Tribunal de las
Comunidades Europeas, como el de Derechos Humanos, no pueden ser configurados como tribunales revisores y, por
tanto de carácter superior al TC, ya que, ni los Tratados ocupan una posición jerárquica superior a la CE, ni fuera de la
Constitución existen derechos fundamentales, sin perjuicio de que el TC esté obligado a interpretar nuestra Ley
Fundamental con arreglo a lo dispuesto en los Pactos Internacionales de Derechos Humanos y, por consiguiente, de
conformidad también con la jurisprudencia del TEDH.

B. Si la respuesta es negativa, ¿ante qué órgano cabe recurrir las resoluciones dictadas por el Tribunal
Constitucional?

Las resoluciones del Tribunal Constitucional son recurribles ante el propio órgano constitucional. El art. 93
LOTC señala que contra las sentencias del Tribunal Constitucional no cabe recurso alguno, pero en el plazo de dos
días a contar desde su notificación las partes podrán solicitar la aclaración de las mismas. Contra las providencias y los
autos que dicte el Tribunal Constitucional sólo procederá, en su caso, el recurso de súplica, que no tendrá efecto
suspensivo. El recurso podrá interponerse en el plazo de tres días y se resolverá, previa audiencia común de las partes
por igual tiempo, en los dos siguientes .

C. ¿Cabe interponer recurso de amparo contra la Sentencia dictada por la Sala de lo Civil del Tribunal
Supremo?

El TC es el guardián de la Constitución y como tal, su función principal es la de obtener la aplicación efectiva de la


misma a través de varios procedimientos, entre los que se encuentra el recurso de amparo, utilizado para recabar la
protección de los derechos fundamentales y la libertades públicas, el art. 53.2 CE así lo señala.
Si una sentencia del TS vulnera alguno de estos derechos, se planteará recurso de amparo ante el

1.3. Derecho aplicable: Arts. 123.1 y 161.1b CE, 4.1, 2.1.h) y 10.k) de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional; ver la
Sentencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo, de fecha 23 de enero de 2004, RJ 2004/1.

Realizado por M.Teresa

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2. FUNCIONES

2.1. La protección de los derechos fundamentales (§ 51) PEC DEL CURSO 2013/2014

2.1.1. Supuesto de hecho

Don Ángel interpuso un recurso de amparo contra la Sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo de 20 de
noviembre de 2001, que desestima el recurso de revisión interpuesto por el demandante contra la Sentencia firme de la
Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 5 de octubre de 1995 que declaró la procedencia de su
despido disciplinario en TVE, SA. La pretensión de revisión se basaba en la Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos de 29 de febrero de 2000, que declaró que la sanción de despido vulneró el art. 10 del Convenio Europeo para la
Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales (CEDH: derecho a la libertad de expresión) y, en aplicación
del art. 41 CEDH, condenó al Estado español a abonar al demandante 6.000 euros en concepto de indemnización por daño
material y moral y 4.800 euros por costas y gastos.
Esta Sentencia desestimatoria del recurso de revisión es la que don Ángel estima lesiva de su derecho a la tutela judicial
efectiva (art. 24.1 CE), en relación con su derecho a la libertad de expresión [art. 20.1 a) CE], por cuanto considera que al
rechazar la revisión pretendida se está denegando arbitrariamente la ejecución de la STEDH de 29 de febrero de 2000. Y
concluye el recurrente que el restablecimiento en la integridad de su derecho a la libertad de expresión exige que se anule
también la Sentencia de 5 de junio de 1995 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y asimismo que se declare la nulidad
del despido, con las consecuencias legales inherentes a tal declaración.
El Tribunal Constitucional desestimó la demanda de amparo mediante Sentencia 197/2006, de 3 de julio, en la que, entre
otros pronunciamientos, reiteró lo ya afirmado en la anterior Sentencia 313/2005, de 12 de diciembre, respecto de la famosa
doctrina contenida en la Sentencia 245/1991 (caso Bultó):
"(en esa Sentencia) se realizaron una serie de declaraciones que ahora, catorce años después, todavía siguen estando
vigentes". Así, se declaró que "de la propia regulación del Convenio, y de su interpretación por el Tribunal Europeo, se deriva
que las resoluciones del Tribunal tienen carácter declarativo y no anulan ni modifican por sí mismas los actos, en este caso
Sentencias, declarados contrarios al Convenio". En aquél entonces se citaron los casos Marckx y Pakelli, jurisprudencia que
ha sido mantenida por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos hasta el día de hoy, no obstante la importante
reestructuración operada en el Convenio como consecuencia de la entrada en vigor del Protocolo núm. 11 a fines de 1998 [cfr.
inter allia los casos Olsson c. Suecia; Ribemont c. Francia; Hentrich c. Francia; Scozzari y Giunta C. Italia; Mehemi c. Francia;
Assanidza c. Georgia; ()calan c. Turquía].
Del mismo modo, la STC 245/1991 afirmó que «desde la perspectiva del Derecho internacional y de su fuerza vinculante
(art. 96 CE), el Convenio ni ha introducido en el orden jurídico interno una instancia superior supranacional en el sentido
técnico del término, de revisión o control directo de las decisiones judiciales o administrativas internas, ni tampoco impone a los
Estados miembros unas medidas procesales concretas de carácter anulatorio o rescisorio para asegurar la reparación de la
violación del Convenio declarada por el Tribunal». Y es que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, de conformidad con lo
dispuesto en el art. 46 CEDH (rubricado «fuerza obligatoria y ejecución de las sentencias»), tan sólo ostenta una potestad
declarativa, puesto que la fase de ejecución de sus Sentencias es encomendada al Comité de Ministros, órgano encargado de
«velar» por su ejecución.
De ello se extraía ya en la STC 245/1991, F. 1, una conclusión esencial en la materia que nos ocupa, que ahora debe
reiterarse. Consiste en que el enfoque adecuado con el que el Tribunal Constitucional ha de examinar el presente recurso de amparo
no ha de ser el de la discusión sobre la ejecución interna de la STEDH de 29 de febrero de 2000, y ello no sólo porque el debate
sobre la ejecución de aquella Sentencia es ajeno a la competencia del Tribunal Constitucional, sino porque, además, ha de darse
en este punto la razón al Tribunal Supremo cuando señala que las Sentencias pronunciadas por el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos no son ejecutivas y que del Convenio europeo para la protección de los derechos humanos no se
desprende que el Tribunal Europeo «tenga atribuciones para derogar una norma, anular un acto administrativo o casar una
sentencia que estimase contraria al Convenio». O dicho en términos de la STC 245/1991, las Sentencias pronunciadas por el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos son resoluciones «sin efecto directo anulatorio interno, ni ejecutoriedad a cargo de los
Tribunales españoles».
No obstante lo anterior, la propia STC 245/1991, precisó que el hecho de «que el Convenio europeo no obligue a España a
reconocer en su ordenamiento jurídico la fuerza ejecutoria directa de las decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
ni tampoco a introducir reformas legales que permitan la revisión judicial de las Sentencias firmes a consecuencia de la declaración
por el Tribunal de la violación de un derecho de los reconocidos por el Convenio... no implica la carencia de todo efecto interno
de la declaración realizada por dicho Tribunal sobre la existencia de infracción de un derecho reconocido en el Convenio», habida
cuenta de que el Convenio europeo forma parte de nuestro Derecho interno (art. 96.1 CE) y que las normas relativas a los
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derechos fundamentales y libertades públicas contenidas en la Constitución deben interpretarse de conformidad con los tratados y
acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificadas por España (art. 10.2 CE), entre los que ocupa un especial papel el
Convenio europeo para la protección de los derechos humanos y libertades fundamentales, siendo el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos el órgano cualificado que tiene por misión la interpretación del Convenio. «De ello se sigue que, declarada por Sentencia de
dicho Tribunal una violación de un derecho reconocido por el Convenio europeo que constituya asimismo la violación actual de
un derecho fundamental consagrado en nuestra Constitución, corresponde enjuiciarla a este Tribunal, corno Juez supremo
de la Constitución y de los derechos fundamentales, respecto de los cuales nada de lo que a ello afecta puede serle ajeno»
(STC 245/1991, F. 3).

2.1.2. Cuestiones
A) Tras la lectura de esos fragmentos extraídos de las indicadas Sentencias del Tribunal Constitucional, ¿el Tribunal Europeo
de Derechos Humanos es o no es un Tribunal jerárquicamente superior al Tribunal Constitucional?
B) ¿Las sentencias dictadas por ese Tribunal internacional con sede en Estrasburgo (Francia) que declaran la
vulneración de un determinado derecho fundamental cometido por el Estado español pueden ser ejecutadas en España?
C) En el caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿a través de qué cauce procesal? ¿El Tribunal Constitucional tiene
jurisdicción para revisar sus propias resoluciones de inadmisión o desestimación?
D) En el caso de que la respuesta sea negativa, ¿cuál es el sentido o utilidad de la demanda de amparo ante el
Tribunal Europeo de Derechos Humanos?

2.1.3. Derecho aplicable: SSTC 245/1991; 313/2005; 197/2006; 70/2007.

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2.2. Subsidiariedad (§ 52) PROBABILIDAD DE SER CASO DE EXAMEN 

2.2.1. Supuesto de hecho

Pablo ha interpuesto un recurso de casación contra la Sentencia dictada en segunda instancia por la
Audiencia Provincial de Burgos y, al mismo tiempo, ha interpuesto un recurso de amparo contra la indicada
Sentencia. La razón de ambos recursos se debe a la necesidad acuciante de su cliente de que se resuelva su caso
cuanto antes.

2.2.2. Cuestiones

A) ¿Cabe interponer ambos recursos a la vez?


No, el Tribunal Constitucional no conoce los recursos de amparo provenientes del Poder Judicial si no se han
agotado todas las vías de la Jurisdicción Ordinaria, en virtud del Art. 53.2 de la Constitución Española que hace
corresponder a la Jurisdicción Ordinaria el restablecimiento de los derechos fundamentales. Por lo que no es
posible la admisión del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional si no se ha pronunciado la Sala
competente del Tribunal Supremo, en calidad de última instancia de la Jurisdicción Ordinaria

B) ¿Qué presupuesto procesal incumple el recurso de amparo?


Como ya se ha comentado, el presupuesto procesal incumplido es el agotamiento de todas las instancias del Poder
Judicial en la Jurisdicción Ordinaria.

C) ¿Cuál sería la resolución del TC con respecto a ese recurso de amparo?


La resolución del Tribunal Constitucional en cuanto a este recurso de amparo sería la inadmisión del recurso por
falta del presupuesto procesal en virtud del principio de subsidiaridad. Art. 44 LOTC

2.2.3. Derecho aplicable: Arts. 53.2 CE y 41,1, 44.1.a) y 50.1.a) de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.

Realizado por: Nerea y Juan Carlos

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2.3. La especial trascendencia constitucional (§ 53)

2.3.1. Supuesto de hecho

La reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional de 2007 ha creado un nuevo requisito del recurso de amparo: la
especial trascendencia constitucional.
La Exposición de Motivos de la LO 6/2007, de 24 de mayo, recuerda en este sentido que: "el recurrente debe alegar y acreditar
que el contenido del recurso justifica una decisión sobre el fondo por parte del Tribunal en razón de su especial trascendencia
constitucional, dada su importancia para la interpretación, aplicación o general eficacia de la Constitución". El artículo 49.1
in .fine de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional establece que "En todo caso, la demanda justificará la especial
trascendencia constitucional del recurso"; y, finalmente, el artículo 50.1.b) de la citada Ley también advierte de la necesidad de:
"Que el contenido del recurso justifique una decisión sobre el fondo por parte del Tribunal Constitucional en razón de su especial
trascendencia constitucional, que se apreciará atendiendo a su importancia para la interpretación de la Constitución, para su
aplicación o para su general eficacia, y para la determinación del contenido y alcance de los derechos fundamentales".
La Sentencia del Pleno del Tribunal Constitucional 155/2009, de 25 de junio, ha indicado como ejemplos de especial
trascendencia constitucional los siguientes:
"a) (...) un recurso que plantee un problema o una faceta de un derecho fundamental susceptible de amparo sobre el que no
haya doctrina del Tribunal Constitucional, supuesto ya enunciado en la STC 70/2009, de 23 de marzo;
b) o que dé ocasión al Tribunal Constitucional para aclarar o cambiar su doctrina, como consecuencia de un proceso de
reflexión interna... o por el surgimiento de nuevas realidades sociales o de cambios normativos relevantes para la configuración
del contenido del derecho fundamental, o de un cambio en la doctrina de los órganos de garantía encargados de la interpretación
de los tratados y acuerdos internacionales a los que se refiere el art. 10.2 CE;
c) o cuando la vulneración del derecho fundamental que se denuncia provenga de la Ley o de otra disposición de
carácter general;
d) o si la vulneración del derecho fundamental traiga causa de una reiterada interpretación jurisprudencial de la Ley que el
Tribunal Constitucional considere lesiva del derecho fundamental y crea necesario proclamar otra interpretación conforme a la
Constitución;
e) o bien cuando la doctrina del Tribunal Constitucional sobre el derecho fundamental que se alega en el recurso esté
siendo incumplida de modo general y reiterado por la jurisdicción ordinaria, o existan resoluciones judiciales contradictorias
sobre el derecho fundamental, ya sea interpretando de manera distinta la doctrina constitucional, ya sea aplicándola en unos
casos y desconociéndola en otros;
t) o en el caso de que un órgano judicial incurra en una negativa manifiesta del deber de acatamiento de la doctrina del
Tribunal Constitucional (art. 5 de la Ley Orgánica del Poder Judicial);
g) o, en fin, cuando el asunto suscitado, sin estar incluido en ninguno de los supuestos anteriores, trascienda del caso
concreto porque plantee una cuestión jurídica de relevante y general repercusión social o económica o tenga unas
consecuencias políticas generales, consecuencias que podrían concurrir, sobre todo, aunque no exclusivamente, en
determinados amparos electorales o parlamentarios".

2.3.2. Cuestiones

A) ¿En qué consiste el requisito de la especial trascendencia constitucional?


Se establece un nuevo requisito para solicitar el recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Ya no se trata
solamente de demostrar la vulneración de los derechos fundamentales, sino que hay que demostrar “especial
trascendencia constitucional”
Se trata de justificar la necesidad de que el Tribunal Constitucional se pronuncie ante una determinada situación en
base a 3 requisitos fundamentales:
1. Que el caso sea importante para una mejor interpretación de la Constitución
2. Que el caso sea importante para una mejor aplicación de la Constitución o para su general eficacia
3. Que el caso sea importante para determinar el contenido y el alcance de los derechos fundamentales
La especial trascendencia del recurso se apreciará atendiendo a «su importancia para la interpretación de la
Constitución, para su aplicación o para su general eficacia, y para la determinación del contenido y alcance de los
derechos fundamentales (STC 178/2012 de 15 de octubre)

B) ¿Cuál es la razón de ser de ese nuevo requisito del recurso de amparo?


Es un tamiz que trata de evitar que una avalancha de recursos colapsara al TC, y lo redujese a la simple condición de
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un tribunal de apelación y casación.

C) Si una demanda de amparo acredita la vulneración de uno o varios derechos fundamentales, pero nada
alega respecto de la especial trascendencia costitucional, ¿el Tribunal Constitucional puede por esa sola razón
inadmitir de plano(directamente) el recurso de amparo?:
Sí. Como bien establece el artículo 49.1 de la LOTC. De todos modos, el criterio de especial trascendencia es abierto e
indeterminado, lo que supone que el Tribunal Constitucional presenta un amplio margen de decisión.
Para que sea admitido a tramite un recurso de amparo, según establece el artículo 49.1 de la LOTC; debe exponer con
claridad y concisión los hechos que la fundamentan, citando los preceptos constitucionales que estimen y se entiendan
infringidos o violados. Además de fijar, con precisión, el amparo que se solicita para preservar o restablecer el derecho
o libertad fundamental que se considere vulnerada. De lo contrario, el TC, podrá proceder a rechazar directamente el
recurso de amparo.
Es requisito tanto del art. 49.1 como del art. 50.1b) LOTC que “la demanda justificará la especial trascendencia
constitucional del recurso” y “que el contenido del recurso justifique una decisión sobre el fondo por parte del TC en
razón de su especial trascendencia constitucional”, por lo es imprescindible que la demanda debe justificar la especial
trascendencia constitucional del recurso y el incumplimiento de esta exigencia representa un defecto insubsanable que
supone la inadmisión a trámite. En suma, al recurrente le es exigible un esfuerzo argumental que ponga en conexión
las vulneraciones constitucionales que alega junto con los criterios que para la especial trascendencia del recurso
establece el art. 50.1.b) LOTC (ATC 264/2009, de 16 de noviembre).

2.3.3. Derecho aplicable: Arts. 53.2 CE y 49.1 y 50.1.b) de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.

Realizado por Sonia Rodriguez y J. Fco

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2.4. Control constitucional de la legalidad

2.4. I . Caso 1 (§ 54)

2.4.1.1. Supuesto de hecho

Con fecha 20 de junio de 2001 compareció ante la autoridad judicial una ciudadana que interesaba la pertinente autorización
para el internamiento en un centro hospitalario de su tío, mayor de edad, alegando para ello el padecimiento de trastornos
psíquicos y alcoholismo.
Por providencia de 20 de junio de 2001 el Juzgado de Primera Instancia núm. 8 de A Coruña admitió a trámite la
comparecencia e incoó procedimiento de jurisdicción voluntaria núm. 48-2001-C, acordando para el día 21 siguiente el
examen del afectado y la elaboración de informe forense sobre su estado de salud y sobre la conveniencia de acordar la
medida de internamiento pretendida.
Verificado el referido examen, el Juzgado, mediante providencia de 25 de junio de 2001, acordó, de conformidad con el art.
35.2 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional (LOTC), requerir a las partes y al Ministerio Fiscal para que, en un plazo de
diez días y con suspensión del trámite, alegaran cuanto estimasen oportuno en relación con la pertinencia de plantear cuestión
de inconstitucionalidad en relación con el art. 763.1, párrafos primero y segundo, de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de
enjuiciamiento civil, por posible infracción de los arts. 17.1 y 81.1 CE.
El Ministerio Fiscal interpuso recurso de reposición contra el anterior proveído, alegando que el procedimiento aún no había
concluido, toda vez que se había omitido la audiencia al Ministerio Público prevista en el art. 763.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil
(LEC). Dicho recurso fue estimado por Auto de 13 de julio de 2001. Concluido finalmente el procedimiento con la celebración del
trámite inicialmente omitido, el Juzgado acordó de nuevo, mediante providencia de 17 de julio de 2001, requerir el parecer de
las partes de conformidad con el art. 35.2 LOTC y en los términos establecidos en la referida providencia de 25 de junio
anterior.
El Ministerio público presentó su escrito de alegaciones el 27 de julio de 2001, concluyendo que procedía plantear cuestión de
inconstitucionalidad. A su juicio, y tras afirmar que concurrían todas las circunstancias procesales necesarias para el
planteamiento de la cuestión, las razones expuestas en la STC 129/1999, de 1 de julio, y en el Voto particular que le acompaña
eran suficientes para considerar que no resultaba infundada la duda sobre la inconstitucionalidad del art. 763.1, párrafos
primero y segundo, de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de enjuiciamiento civil, destacando el Ministerio Fiscal la admisión a trámite de la
cuestión planteada en su día por el mismo Juzgado en relación con el art. 211, párrafo primero, del Código civil (CI núm. 4511-
1999) cuyo contenido se acoge ahora en el art. 763 LEC.
Mediante Auto de 31 de julio de 2001 el Juzgado de Primera Instancia núm. 8 de A Coruña acordó plantear la presente
cuestión de inconstitucionalidad.

2.4.1.2. Cuestiones:

A) ¿Con qué fundamento legal puede un Juzgado o Tribunal suspender un proceso por posible
inconstitucionalidad de una Ley?
Ya que los Jueces no pueden dejar inaplicadas las leyes ni tienen potestad para anularlas, cuando un Juez tiene duda
fundada sobre la constitucionalidad de la norma, puede plantear la “cuestión de constitucionalidad” ante el TC,
quedando mientras tanto el proceso en suspenso, pendiente de que el TC confirme o anule la disposición objeto de
dicha cuestión.
Según el árticulo 163 de la Constitución Española: cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una
norma con ranto de ley, aplicable al caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la Constitución
planteará la cuestión ante el TC, en los supuestos en la foma y con los efectos que establezca la ley.
En la Ley Orgánica del TC se desarrolla dicho precepto en el Capítulo III del Título II, estableciendo que el
planteamiento de la cuestión de constitucionalidad originará la suspensión provisional de las actuaciones en el proceso
judicial.

B) De ser ello posible, y puesto que el Tribunal Constitucional puede tardar años en resolver el recurso, ¿qué
sucede con el concreto caso que estaba examinando el Juzgado de La Coruña?
El órgano judicial plantea la cuestión una vez concluso el procedimiento y dentro del plazo para dictar sentencia.
El planteamiento de la cuestión de constitucionalidad originará la suspensión provisional de las actuaciones en el
proceso judicial hasta que el TC se pronuncie sobre la admisión. Una vez admitida el proceso judicial permanecerá
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suspendido hasta que el TC resuelva definitivamente sobre la cuestión.

C) ¿Cuáles son los efectos de la Sentencia que declara la inconstitucionalidad de una norma jurídica con rango
de Ley?
Las sentencias tendrán valor de cosa juzgada, vincularán a todos los Poderes Públicos y producirán efectos generales
desde la fecha de su publicación en el BOE.
El TC comunicará de inmediato al órgano judicial competente para la decisión del proceso.
La sentencia que declare la inconstitucionalidad declarará la nulidad de los preceptos impugnados y aquellos otros de
la misma ley a los que deba extenderse por conexión o consecuencia.
Esta sentencia no permitirá la revisión de procesos terminados en los que se haya aplicado las normas anuladas, salvo
en los procesos penales o contencioso-administrativos referentes a procedimientos sancionadores.

2.4.1.3. Derecho aplicable: Arts. 163 y 164 CE; 2.1.a), 29.1.b), 30, 35 a 40 LOTC; Sentencia del Pleno del Tribunal
Constitucional 132/2010, de 2 de diciembre de 2010.

Realizado por Ana Nieves y Mamen Ibiza

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2.4.2. Caso II (§ 55)  PODRIA SER CASO DE EXAMEN

2.4.2.1. Supuesto de hecho

Recientemente, el Parlamento de Cataluña ha aprobado mediante una norma jurídica de rango de Ley la prohibición de las
corridas de toros en el territorio de dicha Comunidad Autónoma. Concretamente se ha modificado el artículo 6 del Texto
Refundido de la Ley de Protección de los Animales, aprobada por Decreto Legislativo 2/2008, que prohibe "las corridas de toros y
los espectáculos taurinos que incluyan la muerte del animal y la aplicación de las suertes de la pica, de las banderillas y del
estoque".
Las asociaciones a favor de la fiesta de los toros y determinados partidos políticos no comparten dicha prohibición.

2.4.2.2 Cuestiones

A) ¿Tiene competencia el Tribunal Constitucional para conocer de los recursos de


inconstitucionalidad de las leyes dictadas por los Parlamentos autonómicos o solamente de las leyes
estatales?
El Tribunal Constitucional sí es competente para conocer de los recursos de inconstitucionalidad de las leyes
dictadas por los Parlamentos autonómicos. Así lo señala el art. 161. a) CE.

B) ¿Cabría la posibilidad de plantear al Tribunal Constitucional un conflicto de competencia


entre el Estado y la Comunidad Autónoma catalana?
Así lo señala el art. 161.1.c) CE. Los conflictos de competencia son unos procedimientos específicos de
control de la constitucionalidad que se limitan a comprobar si las disposiciones y actos emanados de los
distintos poderes del Estado, o de sus poderes normativos y los de las CC.AA., se adecuan o no al reparto
constitucional de competencias.
La parte gravada puede solicitar del TC que declare a quién corresponde la titularidad de la competencia
controvertida y, si invadiere la distribución constitucional de competencias (art. 148 y 149 CE), proceda a la
anulación de la disposición impugnada.
El Art. 62 LOTC recoge el procedimiento a seguir para plantear el conflicto de competencia ante el Tribunal
Constitucional cuando el Gobierno considere que una disposición o resolución de una Comunidad Autónoma
no respeta el orden de competencia establecido en la Constitución, en los Estatutos de Autonomía o en las
Leyes orgánicas correspondientes.
El Art. 63 LOTC lo hace respecto a las CC.AA.

D) ¿Podría un tribunal plantear la cuestión de inconstitucionalidad de esa Ley catalana?


La cuestión de inconstitucionalidad es un proceso de control de la constitucionalidad que pueden suscitar los
Juzgados y Tribunales del Poder Judicial en el curso de un proceso.
El art. 35 LOTC así lo establece, al señalar que un Juez o Tribunal, de oficio o a instancia de parte, planteará
la cuestión al Tribunal Constitucional cuando considere que una norma con rango de Ley aplicable al caso y
de cuya validez dependa el fallo puede ser contraria a la Constitución.

2.4.2.3. Derecho aplicable: Arts. 33, 161 y 163 CE.; 2, 27 y ss., 70 y ss. de la LOTC.

Realizado por: M.Teresa Alvarez

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LECCIÓN 9. LOS JUZGADOS Y TRIBUNALES


Caso I (§ 56)
Caso II (§ 57)
Caso III (§ 58)
Caso IV (§ 59)
Caso V (§ 60)
Caso VI (§ 61)
Caso VII (§ 62)
Caso VIII (§ 63)
Caso IX (§ 64)

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Lección 9
LOS JUZGADOS Y TRIBUNALES
1. CASO I (§ 56)

1.1. Supuesto de hecho


Tribunal Supremo. Sala de lo Penal. Sentencia.
En la Villa de Madrid, a treinta de diciembre de dos mil once.
Con fecha 11 de mayo de 2010 tiene entrada en el Registro General de este Tribunal Supremo escrito del
Ministerio Fiscal interponiendo recurso de revisión contra la Sentencia núm. 212/2009, de fecha 12 de junio de
2009, del Juzgado de lo Penal núm. 1 de A Coruña dictada en el Juicio Oral 31/2009, al amparo del art. 954.4 de la
LECrim apreciarse la concurrencia de una sentencia condenatoria, cuando por los mismos hechos y la misma
persona existe otro pronunciamiento penal, supuesto éste que se entiende equiparado a los casos de nuevos
hechos o nuevos elementos de prueba a que se refiere el artículo citado.
El recurso de revisión es un recurso excepcional (v. ss. de 25 de mayo de 1984, 18 de octubre de 1985 y de 30 de mayo de 1987,
entre otras), al tener por objeto la revocación de sentencias firmes y atentar por ello al principio de cosa juzgada, e implica la
inculpabilidad de aquellas personas que han sido condenadas con notoria equivocación o error, de modo que su finalidad está
encaminada a que prevalezca, sobre la sentencia firme, la auténtica verdad y, con ello, la justicia material sobre la formal (v. ss. de 30
de noviembre de 1981 y de 11 de junio de 1987, entre otras). Supone, en definitiva, una derogación para el caso concreto del
principio preclusivo de la cosa juzgada y persigue fundamentalmente mantener, en la medida de lo posible, el necesario equilibrio
entre las exigencias de la justicia y las de la seguridad jurídica (v. STC. de 18 de diciembre de 1984). Por todo ello, solamente cabe
acudir a este remedio procesal en los supuestos expresamente previstos en el art. 954 de la LECrim.
Así, según dispone el art. 954.1 de la L.E.Crim., procederá el recurso de revisión "cuando estén sufriendo condena
dos o más personas, en virtud de sentencias contradictorias, por un mismo delito que no haya podido ser cometido
más que por una sola". Al interpretar y aplicar este precepto, esta Sala ha declarado reiteradamente que deben
entenderse comprendidos en el mismo aquellos supuestos de sentencias contradictorias relativas a un mismo
sujeto, si en ellas aparece condenado por unos mismos hechos, por vulnerar el principio non bis in idem, capital en el
mundo de derecho y, particularmente, en el derecho penal (v. ad exemplum, SSTS de 28 de febrero y 30 de
noviembre de 1.998). Una jurisprudencia de esta Sala consolidada ha considerado que, aunque la duplicidad de
condenas penales —o de fallos— por unos mismos hechos a una misma persona por el mismo o distintos órganos
judiciales, no se halla prevista expresamente en el art. 954 de la LECrim. y concretamente en el apartado 1 9 de dicho
precepto, debe estimarse la posibilidad de revisar tales sentencias, mediante una interpretación amplia y extensiva
del art. 954 de la LECrim., cuando se trata además de evitar situaciones que pugnan con el más elemental sentido de
justicia, o bien aplicando el principio non bis in idem, que puede apreciarse de oficio, y la doctrina sobre cosa
juzgada material. En tales casos, es unánime el criterio de que deberá anularse la sentencia dictada en segundo
lugar, y deberá prevalecer la primera que se pronuncie.
Por tanto, y puesto que la Sentencia núm. 212 dictada por el Juzgado de lo Penal núm. 1 de La Coruña de fecha
12 de junio de 2009 en el Procedimiento Abreviado núm. 101/2007, incurre en el motivo recogido en el art. 954.4 de la
LECrim., procede su anulación de conformidad con la mencionada doctrina de esta Sala Segunda del Tribunal
Supremo anteriormente expuesta.

1.2. Cuestiones

A) ¿Qué se pretende con el recurso de revisión?


Lo que se pretende con el recurso de revisión es invalidar lo resuelto en la sentencia contra la que este se impone; lo
que se analiza en sí es si la decisión impuesta en la sentencia se ajusta a los parámetros de la justicia (art. 954 de la
LECrim).
B) ¿Qué significa el principio penal de non bis in idem?
Non bis in idem (en latín: No dos veces por lo mismo), es una defensa en procedimientos legales además de ser un
derecho fundamental reconocido por la constitución que prohíbe que un acusado sea enjuiciado dos veces por un
mismo delito. En otro sentido implica que no pueda valorarse dos veces un mismo hecho o fenómeno para calificar la
tipicidad de un delito o evaluar la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad penal
C) ¿Por qué se halla legitimado el Fiscal para interponerlo?
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El Ministerio Fiscal tiene por misión promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad de los derechos de los
ciudadanos y del interés público tutelado por la Ley, de oficio o a petición de los interesados, así como de velar por la
independencia de los Tribunales y procurar ante estos la satisfacción del interés social. Se encuentra legitimado a
realizar sus funciones por el estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal aprobado por la Ley 24/2007 de 9 de Octubre (BOE
nº 243 de 10 de Octubre).

D) ¿Qué es un Juzgado de lo Penal?


Un Juzgado de lo Penal es un órgano jurisdiccional unipersonal de primera instancia que tiene como misión recabar los
hechos, verificar su prueba y aplicar el Derecho mediante la sentencia. Y según el art. 89 bis.4 LOPJ, corresponde a
los Juzgados de lo Penal el reconocimiento y ejecución de las resoluciones de decomiso transmitidas por las
autoridades competentes de otros Estados miembros de la Unión Europea, cuando las mismas deban cumplirse en
territorio español.

E) ¿Puede el Tribunal Supremo modificar una sentencia de un Juzgado de lo Penal?


Sí, en virtud del art. 57.1 LOPJ La Sala de lo Penal del TS conocerá: 1.De los recursos de casación, revisión y otros
extraordinarios en materia penal que establezca la ley y según el art. 954 LECrim se podrá interponer recursos de
revisión contra sentencias firmes en los siguientes casos:
1.º Cuando estén sufriendo condena dos o más personas, en virtud de sentencias contradictorias, por un mismo delito
que no haya podido ser cometido más que por una sola.
2.º Cuando esté sufriendo condena alguno como autor, cómplice o encubridor del homicidio de una persona cuya
existencia se acredite después de la condena.
3.º Cuando esté sufriendo condena alguno en virtud de sentencia, cuyo fundamento haya sido un documento o
testimonio declarados después falsos por sentencia firme en causa criminal, la confesión del reo arrancada por
violencia o exacción, o cualquier hecho punible ejecutado por un tercero, siempre que los tales extremos resulten
también declarados por sentencia firme en causa seguida al efecto. A estos fines podrán practicarse todas cuantas
pruebas se consideren necesarias para el esclarecimiento de los hechos controvertidos en la causa, anticipándose
aquéllas que por circunstancias especiales pudieran luego dificultar y hasta hacer imposible la sentencia firme, base de
la revisión.
4.º Cuando después de la sentencia sobrevenga el conocimiento de nuevos hechos o de nuevos elementos de prueba,
de tal naturaleza que evidencien la inocencia del condenado.
Refiriéndonos a recursos ordinarios, el Tribunal Supremo no puede modificar una sentencia porque no se podrá
interponer recurso ordinario ante el Tribunal Supremo, ya que el Recurso de Apelación termina en la Audiencia
Provincial.

1.3. Derecho aplicable: Arts. 954, 957 LECrim; 124 CE; 3 Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.

Realizado por IR Rod y Verónica Sáez

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2. CASO II (§ 57)

2.1. Supuesto de hecho


El Juzgado de Instrucción núm. 3 de Cambados dictó auto por el que se inhibía del conocimiento de las
Diligencias Previas .../07 a favor de los Juzgados Centrales de Instrucción.
La fundamentación de la resolución es la existencia de una organización constituida por numerosas personas,
liderada por A... B... C..., con el fin de introducir por vía marítima en territorio español importantes cantidades de
sustancias estupefacientes.
El grupo se diversifica en dos ramas, una que se dedica a efectuar el transporte y descarga, y otra, que
amparándose en la actividad de un astillero ubicado en Portugal, propiedad del citado A..., mediante la construcción y
venta de barcos y lanchas, hacen aflorar al mercado legal beneficios obtenidos de la droga y a la vez disponen de
embarcaciones necesarias para el ilegal tráfico por vía marítima.
El Juzgado Central, al que correspondió el trámite, dictó auto no aceptando la competencia al no constar que el delito
se haya cometido en territorios pertenecientes a varias Audiencias. Y por lo que hace al delito de blanqueo de
capitales, el astillero sito en Portugal comercializa los barcos a través de una mercantil, domiciliada en Vigo.

El Juzgado de Cambados acuerda plantear Cuestión de Competencia.

2.2. Cuestiones

A) ¿Dónde radican los Juzgados Centrales de Instrucción?


Los Juzgados Centrales de Instrucción radican en la Villa de Madrid, podrá haber uno o más Juzgados Centrales de
Instrucción, con jurisdicción en toda España (Art. 88 LOPJ).
B) ¿En qué Tribunal se integran?
En la Audiencia Nacional.
C) ¿Cuál es su diferencia con los demás Juzgados de Instrucción?
Que los Juzgados Centrales de Instrucción, instruirán las causas cuyo enjuiciamiento corresponda a la Sala de lo Penal
de la Audiencia Nacional o, en su caso, a los Juzgados Centrales de lo Penal, además de encontrarse estos Juzgados
solo en la Villa de Madrid (Art. 88 LOPJ).
Y los Juzgados de Instrucción, conocerán de la instrucción de las causas por delito cuyo enjuiciamiento corresponda a
las Audiencias Provinciales, y a los Juzgados de lo Penal, excepto lo que sea competencia de los Juzgados de
Violencia sobre la Mujer, además del conocimiento y fallo de los juicios de falta, excepto los que sean para el Juzgado
de Paz y los Juzgados de Violencia sobre la Mujer (Art. 87 LOPJ).
Estas son las principales diferencias entre ambos Juzgados.
D) ¿Pueden rechazar el conocimiento de las causas que les remitan los demás Juzgados?
Los Juzgados Centrales de Instrucción, sólo tendrán competencia para aceptar las causas cuyo enjuiciamiento
corresponda a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, o en su caso, a los Juzgados Centrales de lo Penal,
teniendo legitimidad para rechazar el resto de supuestos que les sean remitidos.

E) ¿Quién resolvería la cuestión de competencia, el Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional o el Tribunal Superior
de Justicia de Galicia?
Como refleja la el Título IV, Capitulo Primero de Ley Orgánica del Poder Judicial sobre la composición y atribuciones
de los órganos jurisdiccionales, la cuestión de competencias entre juzgados y tribunales se confía a una Sala especial
del Tribunal Supremo, compuesta por el presidente y dos magistrados, uno por cada orden jurisdiccional en conflicto.

2.3. Derecho aplicable: Arts. 87, 88, 57, 62, 65 y 73 LOPJ.

Realizado por: Carla Lala y Joaquín Martínez

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3. CASO III {§ 58)

3.1. Supuesto de hecho


Las actuaciones se iniciaron el 2 de mayo de 2009 por el Juzgado de Instrucción núm. 4 de Granollers en virtud
de denuncia formulada por F... por supuestas amenazas y maltrato por parte de su expareja don A... G..., ocurridos
durante su estancia ocasional en Granollers, pero también refiere otros episodios de agresiones y maltrato cuando
convivían en la localidad de Campins. En esta misma fecha, el citado juzgado estima que los hechos denunciados
pudieran ser constitutivos de un delito de malos tratos en el ámbito familiar, por lo que de acuerdo con lo dispuesto
en los arts. 14.5 Ley de Enjuiciamiento Criminal y 87 ter Ley Orgánica del Poder Judicial, se inhibe a favor del
Juzgado de Violencia sobre la mujer de igual ciudad (Granollers).
El citado juzgado, entiende que la competencia territorial viene determinada por el domicilio real de la víctima en
el momento que se cometieron los hechos y mediante Auto declara que la competencia corresponde al Juzgado de
igual clase de Cerdanyola del Vallés, partido judicial al que pertenece Ripollet donde ella fija el domicilio al recibirle
declaración.
Recibidos los autos por el Juzgado de Cerdanyola, decide rechazar la competencia por estimar que la víctima no
tenía su domicilio en su partido judicial ya que, según su propia declaración, residía tras la separación en Málaga,
habiendo acudido a Granollers de vacaciones.
Recibida la anterior comunicación, el Juzgado de Granollers mediante Auto, acepta el rechazo a la inhibición del
anterior juzgado pero se inhibe a favor del juzgado de igual clase de Málaga por entender que allí radicaba el domicilio
de la víctima en el momento que ocurrieron los hechos con independencia de que se encontrase temporalmente de
vacaciones en su partido judicial donde ocurrieron los últimos hechos denunciados.
Recibidos los Autos por el Juzgado de Málaga, rechaza la competencia mediante Auto por entender que los hechos
denunciados no se limitan a los ocurridos en el mes de abril sino que comenzaron cuando convivían en Campins donde
fue objeto de agresiones por parte del denunciado, de manera que se trata supuestamente de un delito de maltrato
habitual de manera que la competencia viene determinada por eI domicilio que tenía cuando comenzaron a ocurrir Ios
hechos delictivos.
Recibidos los Autos por el Juzgado de Granollers mediante Auto, tras haber aceptado con anterioridad el rechazo de
la competencia de Cerdanyola del Vallés, plantea cuestión de competencia negativa ante la Audiencia Provincial por
entender que el competente es el Juzgado de Cerdanyola del Vallés en cuyo partido judicial se encuentra la
localidad de Campins lugar donde residía la pareja y donde comenzaron a ejecutarse los supuestos malos tratos
habituales, con independencia de los posteriores cambios de domicilio de la víctima.

3.2. Cuestiones

A) Los Juzgados de Violencia sobre la Mujer ¿Qué ámbito competencial tienen?


Según el Art. 4 LDP , los Juzgados de Violencia contra la mujer son Juzgados de Partido. El partido judicial viene
determinado por la circunscripción territorial de un municipio o grupo de municipios limítrofes (art. 32 LOPJ).
B) ¿Se pueden clasificar como Juzgados de la jurisdicción penal?

La LO 1/2004 de medidas de protección integral contra la violencia de género creó los Juzgados de violencia sobre la
mujer como órganos especializados dentro del orden jurisdiccional penal.
C) La cuestión de competencia entre los dos órganos judiciales de Granollers ¿Quién la resolvería?
Se deberá resolver en los juzgados de violencia sobre la mujer: son Juzgados que se configuran como órganos
especializados dentro del orden jurisdiccional penal, los cuales conocerán de la instrucción y, en su caso, del fallo de
las causas penales en materia de violencia sobre la mujer, así como determinados asuntos civiles de Derecho de
Familia.
D) ¿Y si se hubiera planteado entre el Juzgado de Instrucción de Granollers y el de Málaga?
Se resolvería a través de los juzgados de primera instancia y/o instrucción y juzgados centrales; es un juzgado
unipersonal de primera instancia en materia civil y de instrucción en lo penal, debe existir al menos uno por cada
Partido Judicial. En el orden penal, son competentes a las causas por delito cuyo enjuiciamiento corresponda a las AP y
a los juzgados de lo Penal, la instrucción de todos los delitos, excepto de aquellas causas que sean competencia de los
Juzgados de violencia sobre la mujer, pero les corresponde dictar sentencia de conformidad con la acusación en los
juicios rápidos y en diligencias previas
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3.3. Derecho aplicable: Art. 15 bis LECrim.; 87 ter, 57 y 73 LOPJ.
Realizado por: Rosa M Edo y Lorena Montoro

4. CASO IV (§ 59)

4.1. Supuesto de hecho

El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria (JVP) Uno de Castilla La Mancha, con sede en Ciudad Real, dictó auto, por el que,
estimando un recurso de queja planteado por un interno del Centro Penitenciario (CP) de Alcázar de San Juan, contra acuerdo
de la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, acordaba la progresión del interno al tercer grado de clasificación y
tratamiento del art. 82 del Reglamento Penitenciario (RP).
El Ministerio Fiscal interpuso recurso de apelación contra aquel auto. El JVP Uno de Castilla-La Mancha remitió las
diligencias, para resolución del recurso de apelación que fue interpuesto, al Juzgado de lo Penal Cuatro de Murcia, como
tribunal sentenciador; éste lo devolvió al JVP de procedencia, por no admitir la competencia para resolver el recurso de
apelación, al tratarse, mantenía, de materia de régimen penitenciario. El JVP Uno de Castilla La Mancha remitió, a la vista
de ello, el expediente a la Audiencia Provincial de Ciudad Real, Sección Segunda; la cual, mediante auto, acordó enviar el
expediente al Juzgado de lo Penal Cuatro de los de Murcia, por ser el competente para resolver la apelación.
El Juzgado de lo Penal Cuatro de los de Murcia, mediante auto, al no aceptar su competencia, acordó remitir el
expediente a este Tribunal.
(Aclaración: art. 82 RP: Artículo 82 Régimen abierto restringido
1. En los casos de penados clasificados en tercer grado con una peculiar trayectoria delictiva, personalidad anómala o
condiciones personales diversas, así como cuando exista imposibilidad de desempeñar un trabajo en el exterior o lo
aconseje su tratamiento penitenciario, la Junta de Tratamiento podrá establecer la modalidad de vida en régimen
abierto adecuada para estos internos y restringir las salidas al exterior, estableciendo las condiciones, controles y
medios de tutela que se deban observar, en su caso, durante las mismas.
2. A los efectos del apartado anterior, en el caso de mujeres penadas clasificadas en tercer grado, cuando se acredite
que existe imposibilidad de desempeñar un trabajo remunerado en el exterior, pero conste, previo informe de los
servicios sociales correspondientes, que va a desempeñar efectivamente las labores de trabajo doméstico en su
domicilio familiar, se considerarán estas labores como trabajo en el exterior.
3. La modalidad de vida a que se refiere este artículo tendrá como objetivo ayudar al interno a que inicie la búsqueda
de un medio de subsistencia para el futuro o, en su defecto, encontrar alguna asociación o institución pública o privada
para su apoyo o acogida en el momento de su salida en libertad.
4. Esta modalidad de vida se asimilará, lo máximo posible, a los principios del régimen abierto a que se refiere el
artículo siguiente.)

4.2. Cuestiones

A) ¿Qué ámbito territorial tienen los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria?


El art. 1 de la Ley 38/1988, de 28 de diciembre, de Demarcación y de Planta Judicial, establece que los JVP tienen
jurisdicción en toda España, precisando en el art. 3 que tienen jurisdicción en el ámbito territorial de su respectiva
provincia. El Anexo X de la Ley establece que hay un JVP Central, de ámbito nacional, algunos tienen competencia en
la ciudad y otros en la provincia o en la CCAA. En total existen 46 JVP en España. Y así lo establece el art. 94 LOPJ al
determinar que tendrán las funciones jurisdiccionales previstas en una provincia, en dos o más provincias de la misma
CCAA, incluso puede crearse alguno cuya competencia que no se extienda a toda la provincia.
¿Puede cuestionar un Juzgado de lo Penal la decisión sobre competencia de una Audiencia Provincial?
La Audiencia Provincial tiene jerarquía orgánica frente al juzgado de lo penal, que no puede cuestionar sus decisiones
(pero sí puede devolver el recurso al juzgado de origen por no ser competente en la materia trasladada).
Así el art. 52 LOPJ establece: No podrán suscitarse cuestiones de competencia entre Jueces y Tribunales
subordinados entre sí. El Juez o Tribunal superior fijará, en todo caso, y sin ulterior recurso, su propia competencia,
oídas las partes y el Ministerio Fiscal por plazo común de diez días. Acordado lo precedente, recabarán las actuaciones

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del Juez o Tribunal inferior o le remitirán las que se hallare conociendo.
El art. 82.1.5.º determina que las Audiencias Provinciales conocerán en el orden penal de los recursos que establezca
la ley contra las resoluciones de los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria, cuando la competencia no corresponda a la
Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.
No se encuentra, por tanto, entre las competencias del juzgado de instrucción, en el orden penal, el recurso objeto del
caso.
B) ¿A qué órgano se refieren al hablar del órgano sentenciador de ejecución?
Al Juzgado de lo Penal 4 de Murcia, que fue el que sentenció la pena que está cumpliendo el interno.
C) ¿Quién sería el superior jerárquico de ambos órganos judiciales?
La Audiencia Provincial, en base a lo dispuesto en la Disposición Adicional 5ª.3 LOPJ: Las resoluciones del Juez de
Vigilancia Penitenciaria en lo referente al régimen penitenciario y demás materias … serán recurribles en apelación o
queja siempre que no se hayan dictado resolviendo un recurso de apelación contra resolución administrativa. Conocerá
de la apelación o de la queja la Audiencia Provincial que corresponda, por estar situado dentro de su demarcación el
establecimiento penitenciario. Y el art. 82.3 que corresponde a las Audiencias Provinciales el conocimiento de las
cuestiones de competencia en materia civil y penal que se susciten entre juzgados de la provincia que no tengan otro
superior común
4.3. Derecho aplicable: Arts. 82, 89 bis, 94 y Disposición Adicional 5ª LOPJ.

Realizado por: Lna Rodríguez, Sonia Rodríguez y Virginia Reñones

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5. CASO V (§ 60)

5.1. Supuesto de hecho

Tribunal Supremo. Sala de lo penal. Auto.


En la Villa de Madrid, a veintisiete de junio de dos mil doce.
El Ministerio Fiscal por escrito de 8 de mayo dictaminó: "... No procede, por tanto, en este caso la aplicación del
principio de ubicuidad adoptado por el Pleno no jurisdiccional de esta Sala de 3 de febrero de 2005, al no tener
lugar en el partido judicial de Madrid ninguno de los hechos subsumibles en los elementos del presunto delito de
estafa. En ese partido judicial sólo se presentó la denuncia"
El Juzgado de Instrucción de Madrid, incoa sus Diligencias por denuncia de ..., con domicilio en Legarles y en ella
decía que en fecha 30/11/10 personas desconocidas han accedido a sus dos cuentas en la entidad ING DIRECT
transfiriendo una cantidad de 4.760 euros a una tercera cuenta ajena al denunciante, que el citado día desde las 11.45
hasta las 15.30 horas ha estado recibiendo llamadas continuas desde un número oculto, bloqueando su línea telefónica,
por lo que el departamento de seguridad del Banco no pudo contactar con el denunciante, a fin de bloquear sus
cuentas. La relación de movimientos fraudulentos es de 4.760 euros, 2.845 euros, de 2.000 y de 2.760 euros. En la
investigación llevada a cabo se descubre que las conexiones a través de la página web de Ingdirect.es se realizaron
através de la IP 8 L203.245.10, que la cuenta que recibe las transferencias fraudulentas corresponde a N.B., con
domicilio en Barcelona y que la IP antes citada corresponde también a N.B., que ésta llegó a retirar 3.000 euros, que,
cuando se le ha informado del origen del dinero, devolvió su importe y la operación ha podido cancelarse y reintegrar el
dinero a la cuenta de origen. Además se averigua que eI denunciante ha sido víctima de una estafa por internet
denominada scam, por el método de pharming phising o virus troyanos y que N.B. ha sido partícipe al actuar como
intermediaria, que acepta una oferta de trabajo, consistente en facilitar su cuenta bancaria donde reciben las
cantidades defraudadas, indicándole cuando extraer el metálico y su remisión a través de Money Gram o Wester Unión
a los países del Este normalmente, recibiendo a cambio por cada dinero enviado una cantidad. Madrid, dicta auto de
inhibición a favor de Barcelona, de 24/1/12. El núm. 19 al que correspondió, dictó auto rechazando la inhibición de
13/2/12, planteándose a continuación esta cuestión de competencia negativa.
La cuestión de competencia negativa planteada debe ser resuelta como propugna el Ministerio Fiscal ante esta Sala
a favor de Barcelona, de los testimonios remitidos se sigue que todas las actuaciones inicialmente policiales,
comienzan a consecuencia de una denuncia relativa a una supuesta estafa informática mediante el procedimiento
denominado "phising" , siendo la persona intermediaria o "mula", cuyo domicilio y cuenta corriente radican en
Barcelona. Como se viene señalando en este tipo de cuestiones de competencia en materia de phising, estarnos en
presencia de una conducta delictiva que tiene un desarrollo que resulta conveniente tener en cuenta. Se trata de que
personas desconocidas utilizando un correo electrónico, envían una carta ofreciendo un supuesto trabajo, en este caso
a N. B., quien sin otras comprobaciones acerca del supuesto trabajo, contesta afirmativamente facilitando los datos de su
cuenta corriente y resto de datos que le fueron requeridos, y poco después, recibe las instrucciones para iniciar
operaciones financieras, recibiendo una primera transferencia, y las instrucciones para hacer una remisión del
metálico previamente extraído de su cuenta corriente a través de las empresas Money Gram o Western Unión, llevando a
cabo esta primera operación en una sucursal de Barcelona de 3.000 euros, que posteriormente devolvió, cuando se le
informó de su origen ilícito, denuncia formulada en Madrid por ... con domicilio en Leganés, en relación con las
transferencias inconsentidas llevadas a cabo en su cuenta de ING DIRECT. A la vista de lo expuesto son cuatro las
ubicaciones que surgen en las presentes actuaciones, algunas de los cuales se desconocen en este momento:
Lugar de emisión de los correos. Aunque sería el lugar en el que realmente se inicia la trama defraudatoria, en
principio es irrelevante a los efectos de la investigación dado el origen de este tipo de cuentas de correo y su
anonimato y tratarse de hechos cometidos en el extranjero que implicarían una vinculación competencia! respecto de
Juzgados que no están involucrados en la presente cuestión de competencia.
Lugar de actuación y de residencia del intermediario, es decir Barcelona. Es el lugar donde se reciben las
transferencias en su cuenta corriente, donde se produce la extracción del metálico, que posteriormente devuelve. A los
efectos de la investigación del delito de estafa que motiva la instrucción de la causa, este lugar sí que tiene
trascendencia porque la actuación de la persona del detenido como intermediario en virtud de acuerdo previo con los
que inician la trama defraudatoria, implica una intervención como cooperación necesaria en el delito de estafa, en
cuyo caso, Barcelona sería el lugar donde se han realizado parte de las conductas típicas, y es el lugar donde, se
pretendía hacer salir el dinero del circuito bancario convertido en metálico para enviarlo por empresas dedicadas al
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envío de dinero a otro país, produciendo el efecto de impedir la reversión del mismo al circuito bancario y posibilitar su
reintegro voluntario a los perjudicados, operación frustrada; además, sería el Juzgado de Instrucción de Barcelona el
competente para la instrucción de la causa por ser el lugar donde se han realizado conductas típicas del delito
investigado, cuando además, es el lugar donde la investigación policial puede tener algún efecto, al poderse operar
sobre el equipo informático de la intermediaria en definitiva donde la instrucción puede ser, dentro de lo posible,
eficaz_
Lugar de residencia del titular de la cuenta corriente víctima del delito y domicilio de la entidad bancaria donde tiene
abierta su cuenta corriente. Dicho lugar, en este caso, ni siquiera es Madrid, es Leganés, Madrid sólo es el lugar de
presentación de la denuncia y ello no obstante el domicilio a los efectos de la instrucción de la causa es
absolutamente irrelevante, porque la mecánica operativa desplegada a través de Internet prescinde de la
localización física de la concreta sucursal bancaria en la que la víctima tenga situada su cuenta corriente, porque se
opera desde la red y a través de claves y procedimiento informáticos, que son sustraídos mediante operativa que no
precisa la presencia física del autor en las localidades donde se encuentran ubicadas dichas cuentas corrientes.
Lugar de emisión de la orden de transferencia. Este lugar si es relevante para la investigación, y normalmente no
coincidirá con ninguno de los lugares anteriormente considerados, ni los domicilios de las cuentas corrientes de
donde se extrae el dinero, ni el domicilio de la cuenta corriente del intermediario. Por lo expuesto nos encontramos
con que en Barcelona tiene su domicilio la imputada y donde como intermediario o mula ha intentado realizar los actos
de extracción de fondos donde además se dispone de la mayor efectividad para la investigación del hecho, se han
localizado los instrumentos puestos en juego por los autores del hecho para cometer el delito, es decir, donde se
encuentran los instrumentos de comisión del mismo, lo que es determinante de la atribución competencial al
Juzgado de Instrucción de Barcelona y dado que en Madrid no sucedió hecho delictivo alguno.

5.2. Cuestiones
A) ¿Por qué resuelve el Tribunal Supremo una cuestión de competencia entre dos juzgados de instrucción?
De acuerdo a lo establecido en el artículo 51 de la LOPJ, las cuestiones de competencia entre Juzgados y Tribunales
de un mismo orden jurisdiccional se resolverán por el órgano inmediatamente superior común, en este caso el Tribunal
Supremo.
De acuerdo con el “principio de ubicuidad” el delito se comete en todas las jurisdicciones en las que se haya realizado
algún elemento del tipo. En consecuencia, el juez de cualquiera de ellas que primero haya iniciado las actuaciones
procesales será en principio competente para la instrucción de la causa.
En este caso, el juzgado de instrucción de Madrid inicia sus diligencias porque es el lugar donde se presenta la
denuncia, lo cual no es considerado relevante a efectos de iniciar la instrucción, por no haber sucedido en Madrid
hecho delictivo alguno.
Es por ello, por lo que el Tribunal Supremo tiene que intervenir para resolver esta cuestión de competencia.
Porque el Tribunal Supremo es el órgano superior a los juzgados de Instrucción que según a lo dispuesto en el art. 51
de la LOPJ es el órgano superior común para solventar este tipo de conflicto.

B) ¿Qué criterios se utilizan para repartir la competencia entre órganos del mismo nivel jurisdiccional, en este caso,
juzgados de instrucción?
En general, las cuestiones de competencia se solventan a través de la jerarquía de los órganos del poder judicial. El
inmediato órgano judicial superior jerárquico común a los jueces o tribunales a los que afecta la cuestión de
competencia será quien decida qué órgano debe conocer del asunto. []
Para la instrucción de las causas, será competente el juez de Instrucción del partido en que el delito se hubiese
cometido, en este caso el delito se comete en Barcelona, lo cual es determinante para atribuir la competencia al
Juzgado de Instrucción de Barcelona.
Según a lo dispuesto en el art. 51 de la LOPJ, la cuestión de competencia del mismo nivel jurisdiccional se resolverán
por el órgano superior común, conforme a las normas establecidas en las leyes procesales
C) ¿Qué es una cuestión de competencia?
Se entiende por cuestión de competencia al conflicto que surge cuando varios juzgados o tribunales, se estiman
competentes para conocer del mismo asunto o, por el contrario, ninguno de ellos se considera competente para
conocer del asunto, siendo necesario determinar a quién corresponde conocer del caso.
La cuestión de competencia se produce por lo tanto, cuando dos juzgados se creen competentes para resolver sobre

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un asunto o ambos entienden que no son competentes.
La cuestión de competencia puede ser declinatoria o inhibitoria:
La declinatoria se propone ante el juez o tribunal a quien se considera incompetente, pidiéndole que se separe del
conocimiento del asunto y que remita los autos al tenido por competente.
Por el contrario, la inhibitoria se presenta ante el juez o tribunal que se consideran competentes, pero que no están
conociendo el caso, con petición formal de que dirija el oficio al que se estime no serlo, para que se inhiba y remita los
autos
La cuestión de competencia es el conflicto que surge cuando varios juzgados o tribunales se consideran competentes
sobre el mismo asunto, o a la inversa, si ninguno de ellos se considera competente para conocer sobre un caso.
En este sentido, el carácter muy jerarquizado de la estructura de los tribunales, en casi todos los países, suele
considerarse de modo que la solución a las cuestiones de competencia debe ser adoptada por el órgano superior que
sea parte del conflicto o, en el caso que sea un conflicto entre dos juzgados o tribunales del mismo rango, que sea
resuelta por el órgano superior común.
Además, el conflicto se puede solucionar a través de dos vías: la inhibitoria o la declaratoria. Si no se soluciona a través de
estas dos vías, el conflicto será solucionado por un juez superior quien fallará dirimiendo la controversia suscitada
entre los dos jueces para, finalmente, decidir quién es el competente

D) ¿Qué diferencia hay entre las positivas y negativas?


En las cuestiones de competencia positivas, dos órganos de la misma jurisdicción (estamos hablando de la Penal)
pretenden conocer de un mismo asunto.
En las cuestiones de competencia negativas, ambos órganos se consideran incompetentes. Estas cuestiones pueden
promoverse de oficio (por el órgano que corresponda según el caso) o a instancia de parte. Es decir, una de las partes
del proceso puede solicitar que se declare competente a otro órgano distinto del cual está conociendo el caso.
El Juez o Tribunal que se considere competente requerirá la inhibición al que esté conociendo. Y, a la inversa, el Juez o
Tribunal que se considere incompetente acordará la inhibición a favor del Juez o Tribunal que considere competente
Las Cuestiones de Competencia pueden ser positivas o negativas. Así pues, las cuestiones de competencia positiva
ocurren cuando dos órganos de la misma jurisdicción, en el caso de lo Penal, pretenden conocer de un mismo asunto. En
la competencia negativa, ambos órganos se consideran incompetentes. Estas cuestiones pueden promoverse de oficio (por
el órgano que corresponda según el caso) o a instancia de parte. Es decir, una de las partes del proceso puede solicitar que
se declare competente a otro órgano distinto del cual está conociendo el caso
E) ¿Quién las resuelve?
Estas Cuestiones de Competencia que se suscitan de oficio (se impulsan por un órgano) podrán resolverse o
solucionarse:
- Mediante Acuerdo. Si el requerido acepta la inhibición
- Por el órgano superior común. Si ambos sostienen o rechazan la competencia.
Solucionada la cuestión o aceptada la competencia por resolución firme, se remitirán los autos originales y las piezas
de convicción al Juez o Tribunal que resulte competente y continuará con el proceso
Según a lo dispuesto en el art. 51 de la LO 6/1985 del Poder Judicial, en general, las cuestiones de competencia se
solventan a través de la jerarquía de los órganos del poder judicial. Así pues, el inmediato órgano judicial superior
jerárquico común a los jueces o tribunales a los que afecta la cuestión de competencia será quien decida qué órgano
debe conocer del asunto

5.3. Derecho aplicable: Arts. 51 y 52 LOPJ; 14, 15 y ss. LECrim.


Realizado por: Verónica Domínguez (en negro)
Gloria Blum (en azul)

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6. CASO VI (§ 61)

6.1. Supuesto de hecho

Doña E.J. está separada desde hace dos años de don J.M. En fecha 20 de febrero de 2006, se celebró juicio de faltas
a raíz de una denuncia presentada por doña E.J. sobre insultos, recayendo sentencia condenatoria para don J.M. por
considerarle autor de una falta de injurias del art. 620.2 del CP e imponiéndole una pena de cuatro días de
localización permanente, así como pena accesoria de alejamiento con prohibición del condenado de acercarse a
menos de 500 metros a la persona, domicilio y lugar de trabajo de doña E.J. durante un período de seis meses.
La anterior resolución devino firme al no haber sido recurrida por ninguna de las partes.
El día 5 de mayo de 2006 doña E.J. acude al cuartel de la Guardia Civil de Leganés a fin de interponer denuncia
con el siguiente contenido: «que el día 4 de mayo de 2006, sobre las 8.30 h. de la mañana, cuando se disponía a salir
de su domicilio, sito en la calle ... de Leganés, para acudir a su centro de trabajo, se encontró en el portal de su casa
a su exmarido don J.M., quien se limitó a preguntarle que cómo se encontraba y que se alegraba mucho de volverla
ver, marchándose a continuación del lugar».

6.2. Cuestiones

A) Si la Guardia Civil de Leganés tramitara la anterior denuncia como «juicio rápido» por un posible delito de
quebrantamiento de condena, ¿qué Juzgado será el competente para el conocimiento de dicho procedimiento: el
Juzgado de Violencia sobre la mujer o el Juzgado de Instrucción competente? Justifique su respuesta.

Tal y como consta en el art 87 ter. Punto 4 LOPJ al no constituir expresión de violencia de genero los hechos
declarados, la pretensión puede ser inadmitida y remitida al órgano judicial competente, con lo cual, el
quebrantamiento de condena sería competente para conocer dicho procedimiento el Juzgado de Instrucción de
Leganés.

B) En el supuesto de que doña E.J. hubiese manifestado en su denuncia que, al encontrarse con on J.M. a la
salida de su domicilio, éste se dirigió a ella insultándola y amenazándola de muerte, ¿cuál de los anteriores
órganos jurisdiccionales sería el competente para el conocimiento de la causa?

En éste caso don J.M. atenta contra su ex mujer, (la intimida e insulta), es una agresión no física contra ella, por lo cual
es competencia del Juzgado de la Mujer tal y como aparece regulado en el art 87 ter. Punto 1 y ss. LOPJ.

6.3. Derecho aplicable: Arts. 14, 779 bis, 795 LECrim.; 87 ter LOPJ.

Realizado por Montse Piris y Aitzi

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7. CASO VII (§ 62)

7.1. Supuesto de hecho


En fecha 12 de julio de 2005, se presenta demanda de juicio ordinario promovida por don M. A., representado
por la Procuradora doña Sara F., contra la entidad mercantil CENTRO CLÍNICO DENTAL COMPOSTELA S. L.,
sobre infracción de nombre comercial, en el que, tras exponer los hechos y los fundamentos de derecho de su
pretensión, finalizó solicitando que, previos los trámites legales y el recibimiento del pleito a prueba, se dictase
sentencia por la que se declare el derecho exclusivo de don M.A. a utilizar el nombre comercial DENTAL
COMPOSTELA en el tráfico económico en los términos previstos en la Ley de Marcas y, en consecuencia, se
condene a la demanda a la cesación de los actos de violación del nombre comercial; en concreto, se proceda a
retirar los rótulos y los anuncios publicitarios con el nombre comercial del que es titular el demandante; a variar
su denominación social, suprimiendo de ella los vocablos registrados; a pagar la indemnización prevista en el
art. 43.5 de la Ley de Marcas consistente en el 1% de la cifra de negocios realizada por el infractor en la
actividad realizada bajo el nombre comercial «DENTAL COMPOSTELA»; y se fije en su día la indemnización a
que se refiere e! art. 44 de la Ley de Marcas en 600 euros por día transcurrido, y todo ello con costas.

7.2. Cuestiones
A) Indique el órgano judicial competente objetivamente para el conocimiento de dicho asunto.

Conforme el art. 86 de LOPJ, el órgano judicial competente serán los Juzgados del Mercantil
B) ¿Constituye dicho órgano judicial un nuevo orden jurisdiccional?; en caso contrario, determine el
orden jurisdiccional a que pertenece.
Los Juzgados del Mercantil no constituyen un nuevo orden jurisdiccional; existen cuatro órdenes jurisdiccionales
(Civil, Social, Penal, Contencioso-Administrativo) en cual se concretan todas las competencias de cada orden. Los
conflictos que tienen origen en el Derecho Mercantil están incluidos en el orden jurisdiccional Civil
C) ¿Considera acertada la creación de tales órganos judiciales? Justifique su respuesta.
Los asuntos mercantiles requieren conocimientos específicos, por lo tanto, me parece una decisión muy acertada
crear tales órganos jurisdiccionales especializados.

7.3. Derecho aplicable: Arts. 26, 86 bis, 86 ter LOPJ.

Realizado por: Laura y Anca

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8. CASO VIII (§ 63)

8.1. Supuesto de hecho

Por la Procuradora doña. C.B. en la representación de las sociedades Societé Arc, S.A. y Arc Iberia, S.A.,
se formula demanda ante el Juzgado de lo Mercantil núm. 1 de los de Alicante, en su calidad de Juzgado de
Marca Comunitaria, ejercitando acumulativamente una acción de violación de marca comunitaria y otra de
competencia desleal.

8.2. Cuestiones

A) Determine si la competencia objetiva y territorial del Juzgado de lo Mercantil en funciones de Marca


Comunitaria es o no la misma a la que corresponde al mismo órgano como Juzgado de lo Mercantil.
Si, por que los Juzgados de lo Mercantil de Alicante tienen competencia para conocer en primera instancia y de forma
exclusiva todos aquellos litigios que se promuevan sobre la Marca Comunitaria, al amparo de lo previsto en los
Reglamentos números 40/94 del Consejo de la Unión Europea de 10 de diciembre de 1993 y el 6/2002 del Consejo de
la Unión Europea de 12 de diciembre de 2001 En el ejercicio de esa competencia, dichos Juzgados extienden su
jurisdicción a todo el territorio nacional y estos solos efectos se denominarán Juzgados de Marca Comunitaria. Artículo
86 bis apartado 4.
B) Existiendo conexidad objetiva entre las acciones ejercitadas, ¿resulta posible la extensión de la
competencia del Juzgado de Marca Comunitaria al conocimiento de la acción de competencia desleal?
Si porque es un Juzgado de lo Mercantil y son competentes para conocer de cuantas cuestiones se susciten en materia
concursal, en los términos previstos en su Ley reguladora (LO 8/2003). Los Juzgados de lo mercantil serán
competentes para conocer las siguientes materias: A) las demandas en las que se ejercite acciones relativas a
competencia desleal, propiedad intelectual y publicidad, así como todas aquellas cuestiones que dentro de este orden
jurisdiccional se promueva al amparo de la normativa reguladora de las sociedades mercantiles y cooperativas. Artículo
86 ter 6º a)

8.3. Derecho aplicable: Art. 82.4. 86 bis, 86 ter LOPJ.

Realizado por: Nuria Castillo y Noelia Vega

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9. CASO IX (§ 64)

9.1. Supuesto de hecho


Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible. Disposición final cuadragésima tercera. Modificación
de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, el
Real Decreto legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley de
Propiedad Intelectual y la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-
administrativa, para la protección de la propiedad intelectual en el ámbito de la sociedad de la información y de
comercio electrónico.
Uno. Se introduce una nueva letra e) en el artículo 8.1 de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la
Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico con el siguiente tenor:
«e) La salvaguarda de los derechos de propiedad intelectual».
Dos. Se introduce un nuevo apartado segundo del artículo 8 de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la
Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico, con renumeración correlativa de los actuales 2, 3, 4 y 5:
«2. Los órganos competentes para la adopción de las medidas a que se refiere el apartado anterior, con el objeto
de identificar al responsable del servicio de la sociedad de la información que está realizando la conducta presuntamente
vulneradora, podrán requerir a los prestadores de servicios de la sociedad de la información la cesión de los datos que
permitan tal identificación a fin de que pueda comparecer en el procedimiento. Tal requerimiento exigirá la previa
autorización judicial de acuerdo con lo previsto en el apartado primero del artículo 122 bis de la Ley reguladora de la
Jurisdicción contencioso-administrativa. Una vez obtenida la autorización, los prestadores estarán obligados a facilitar
los datos necesarios para llevar a cabo la identificación.»
Tres. Se introduce una disposición adicional quinta en el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual,
aprobado por el Real Decreto legislativo 1/1996, de 12 de abril, con la siguiente redacción:
«El Ministerio de Cultura, en el ámbito de sus competencias, velará por la salvaguarda de los derechos de propiedad
intelectual frente a su vulneración por los responsables de servicios de la sociedad de información en los términos
previstos en los artículos 8 y concordantes de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la
Información y de Comercio Electrónico».
Cuatro. Se modifica el artículo 158 del Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual, aprobado por el Real Decreto
legislativo 1/1996, de 1,2 de abril con la siguiente redacción:
«Artículo 158. Comisión de Propiedad Intelectual.
1. Se crea en el Ministerio de Cultura la Comisión de Propiedad Intelectual, como órgano colegiado de ámbito
nacional, para el ejercicio de las funciones de mediación y arbitraje, y de salvaguarda de los derechos de propiedad
intelectual que le atribuye la presente Ley.
2. La Comisión actuará por medio de dos Secciones.
La Sección Segunda velará, en el ámbito de las competencias del Ministerio de Cultura, por la salvaguarda de los
derechos de propiedad intelectual frente a su vulneración por los responsables de servicios de la sociedad de
información en los términos previstos en los artículos 8 y concordantes de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios
de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico.
Corresponde a la Sección Segunda, que actuará conforme a los principios de objetividad y proporcionalidad, el
ejercicio de las funciones previstas en los artículos 8 y concordantes de la Ley 34/2002, para la salvaguarda de los
derechos de propiedad intelectual frente a su vulneración por los responsables de servicios de la sociedad de
información.
La Sección podrá adoptar las medidas para que se interrumpa la prestación de un servicio de la sociedad
de la información que vulnere derechos de propiedad intelectual o para retirar los contenidos que vulneren los
citados derechos siempre que el prestador, directa o indirectamente, actúe con ánimo de lucro o haya causado
o sea susceptible de causar un daño patrimonial.
Antes de proceder a la adopción de estas medidas, el prestador de servicios de la sociedad de la
información deberá ser requerido a fin de que en un plazo no superior a las 48 horas pueda proceder a la retirada
voluntaria de los contenidos declarados infractores o, en su caso, realice las alegaciones y proponga las
pruebas que estime oportunas sobre la autorización de uso o la aplicabilidad de un límite al derecho de
Propiedad Intelectual. Transcurrido el plazo anterior, en su caso, se practicará prueba en dos días y se dará
traslado a los interesados para conclusiones en plazo máximo de cinco días. La Comisión en el plazo máximo
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de tres días dictará resolución. La retirada voluntaria de los contenidos pondrá fin al procedimiento. En todo caso, la
ejecución de la medida ante el incumplimiento del requerimiento exigirá de la previa autorización judicial, de
acuerdo con el procedimiento regulado en el apartado segundo del artículo 122 bis de la Ley reguladora de la
Jurisdicción Contencioso-Administrativa.
Lo dispuesto en este apartado se entiende sin perjuicio de las acciones civiles, penales y contencioso-
administrativas que, en su caso, sean procedentes.
La Sección, bajo la presidencia del Subsecretario del Ministerio de Cultura o persona en la que éste delegue,
se compondrá de un vocal del Ministerio de Cultura, un vocal del Ministerio de Industria. Turismo y Comercio, un
vocal del Ministerio de Economía y Hacienda y un vocal del Ministerio de la Presidencia.
Cinco. Se modifica el artículo 9 de la Ley 29/1998, de 13 de julio, reguladora de la Jurisdicción Contencioso-
administrativa, numerando su texto actual como apartado 1 y añadiendo un apartado 2, con el contenido
siguiente:
«2. Corresponderá a los Juzgados Centrales de lo Contencioso-Administrativo, la autorización a que se
refiere el artículo 8.2 de la Ley 3412002 así como autorizar la ejecución de los actos adoptados por la Sección
Segunda de la Comisión de Propiedad Intelectual para que se interrumpa la prestación de servicios de la
sociedad de la información o para que se retiren contenidos que vulneren la propiedad intelectual, en aplicación de
la Ley 3412002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la información y de Comercio Electrónico».
Siete. Se introduce un nuevo artículo 122 bis en la Ley 29/1998, de 13 de abril, reguladora de la Jurisdicción
Contencioso-administrativa, con el siguiente tenor:
«1. El procedimiento para obtener la autorización judicial a que se refiere el artículo 8.2 de la Ley 34/2002, de
11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y del Comercio Electrónico, se iniciará con la solicitud
de los órganos competentes en la que se expondrán las razones que justifican la petición acompañada de los documentos
que sean procedentes a estos efectos. El Juzgado, en el plazo de 24 horas siguientes a la petición y, previa audiencia del
Ministerio Fiscal, dictará resolución autorizando la solicitud efectuada siempre que no resulte afectado el artículo 18,
apartados 1 y 3 de la Constitución.
2. La ejecución de las medidas para que se interrumpa la prestación de servicios de la sociedad de la información
o para que se retiren contenidos que vulneren la propiedad intelectual, adoptadas por la Sección Segunda de la
Comisión de Propiedad Intelectual en aplicación de la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la
información y de Comercio Electrónico, requerirá de autorización judicial previa de conformidad con lo establecido en
los párrafos siguientes.
Acordada la medida por la Comisión, solicitará del Juzgado competente la autorización para su ejecución, referida a la
posible afectación a los derechos y libertades garantizados en el artículo 20 de la Constitución.
En el plazo improrrogable de dos días siguientes a la recepción de la notificación de la resolución de la Comisión y
poniendo de manifiesto el expediente, el Juzgado convocará al representante legal de la Administración, al Ministerio
Fiscal y a los titulares de los derechos y libertades afectados o a la persona que éstos designen corno representante
a una audiencia, en la que, de manera contradictoria, el Juzgado oirá a todos los personados y resolverá en el plazo
improrrogable de dos días mediante auto. La decisión que se adopte únicamente podrá autorizar o denegar la
ejecución de la medida».

9.2. Cuestiones
A) ¿Qué fin busca la conocida como Ley "Sinde"?
Salvaguardar los derechos de la propiedad intelectual en el ámbito de la sociedad de la información y comercio
electrónico, mediante un nuevo marco legal que intenta acabar con las descargas ilegales, la circulación de enlaces en
las webs y proteger los derechos de autor.
B) ¿A qué jurisdicción le corresponde acordar las medidas de la Comisión no cumplidas voluntariamente por los
afectados?
Artículo 9.2 de la Ley 29/1998 en el que se dice "Corresponderá a los Juzgados Centrales de lo Contencioso-
Administrativo,..."
C) ¿Por qué interviene el Fiscal?
Por la posible vulneración los derechos y libertades recogidos en el artículo 20 de la Constitución.
D) ¿Qué sucede si el hecho se considerara delito?
Si se considera delito se ejecutarán los actos adoptados por la Sección Segunda de la Comisión de Propiedad
Intelectual que podrá interrumpir la prestación de los servicios de la sociedad de la información o retirar los contenidos
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que vulneren la propiedad intelectual, es decir, se podrán interrumpir los servicios que las páginas webs ofrezcan
cesándolas o retirar los materiales que se ofrezcan en éstas.
E) ¿Qué jurisdicción sería preferente en tal caso, la penal o la contencioso-administrativa?
La contencioso- administrativa por lo que concierne en el "art. 122 bis de la Ley 29/1998, de 13 de abril, reguladora de
la Jurisdicción Contencioso-administrativa, con el siguiente tenor:
2. La ejecución de las medidas para que se interrumpa la prestación de servicios de la sociedad de la información o
para que se retiren contenidos que vulneren la propiedad intelectual,..."

9.3. Derecho aplicable: Arts. 18.3 CE; 9 y 122 bis. Ley 29/1998, de 13 de abril, de la Jurisdicción Contencioso-
administrativa; 8.2 Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y del Comercio
Electrónico; 3 Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal
Realizado por: Piedad y José Ivan

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LECCIÓN 10. EL TRIBUNAL DEL JURADO

1. Caso I (§ 65)

2. Caso II (§ 66)

3. Caso III (§ 67)

4. Caso IV (§ 68)

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Lección 10

EL TRIBUNAL DEL JURADO

1. CASO 1 (§ 65)

1.1. Supuesto de hecho

A) Don A., mayor de edad, estudiante de Derecho, adolece de una minusvalía física que le dificulta
gravemente su libertad deambulatoria hasta el punto de que tiene que desplazarse en una silla de ruedas.
B) Don A. fue designado, mediante insaculación por sorteo, miembro de la lista bienal de candidatos a
Jurado de la Audiencia Provincial de M.
C) El día... de.... de... recibió, en su domicilio una notificación del Secretario de la Audiencia
Provincial de M. en la que se comunicaba que había sido designado, asimismo mediante sorteo, como
miembro de la lista de 36 jurados preparatoria de la de sesión para formar parte del Jurado que había de
conocer de un delito de homicidio. A dicha notificación se acompañaba un cuestionario sobre las causas
de incapacidad, incompatibilidad y excusa para el oficio de Jurado, que, dentro de los cinco días
posteriores a la recepción de dicha notificación, cumplimentó y devolvió por correo certificado; en dicho
cuestionario alegó no encontrarse incurso en ninguna de las referidas causas, si bien anunció su
minusvalía física.
D) El día... de... de... recibió, asimismo en su domicilio, una citación del Magistrado-Presidente en la que
se le convocaba a una vista para resolver la recusación contra él planteada por un acusador particular, quien
entendía que concurría la causa de incapacidad comprendida en el art. 8.5 de la LO 5/1995 ("estar impedido
físicamente para el desempeño de la función de Jurado").
E) En el transcurso de la citada vista la referida acusación particular alegó que, dada la disposición
física de los estrados a los que había de acceder mediante una escalera y la de la Sala de deliberaciones,
que se encontraba en el piso superior al que sólo se podía acceder igualmente mediante una escalera,
concufría la referida causa de incapacidad, cuyo incumplimiento podía poner en peligro la incomunicación
de ese jurado.
F) Una vez oído a D.A., el Magistrado-Presidente, dentro de los tres días siguientes a dicha vista, resolvió el
incidente en el sentido de estimar, mediante auto, la recusación formulada, apreciar la incapacidad de D.A. y disponer
la práctica de las diligencias de complementación del Jurado, ordenando la realización de nuevo sorteo para cubrir
dicha plaza vacante.

1.2. Cuestiones

A) Don A. no está, en modo alguno, conforme con la anterior resolución del Magistrado-Presidente y
pretende interponer contra ella, dentro de los 3 días siguientes a su notificación, un recurso de reforma.
¿Cuál sería la motivación de este recurso?
En dicho recurso, el Procurador que ostenta la representación de Don A., alegaría que la resolución emitida por el
Magistrado-Presidente va en contra de algunos de los derechos fundamentales recogidos en la Constitución Española,
considerada Ley Suprema a la que todos estamos sometidos, como aparece recogido en el art. 9.1 de la CE: “Los
ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico”.
Estos son los derechos fundamentales no respetados por la resolución del Magistrado-Presidente:
-Art. 9.2 de la CE: “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del
individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su
plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social ”.
-Art. 10.1 de la CE: “La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la
personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social”.
-Art. 14 de la CE: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de
nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
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-Art. 23.2 de la CE: “Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos,
con los requisitos que señalen las leyes”.
Además no va tan solo en contra de derechos fundamentales sino que también de otras leyes como son:
-Art. 117.1 de la CE: “La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados
integrantes del Poder Judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley”.
-Art. 125 de la CE: “Los ciudadanos podrán ejercer la acción popular y participar en la Administración de Justicia
mediante la institución del Jurado, en la forma y con respecto a aquellos procesos penales que la ley determine, así
como en los Tribunales consuetudinarios y tradicionales”.
-Artículo 54.1 de la Ley 13/1982 de 7 de Abril de Integración Social de los Minusvalidos que recoge:" La construcción,
ampliación y reforma de los edificios de propiedad pública o privada, destinados a un uso que implique la concurrencia
de público, así como la planificación y urbanización de las vías públicas, parques y jardines de iguales características,
se efectuará de forma tal que resulten accesibles y utilizables a los minusválidos."
Por lo tanto dicho recurso de recusación debería haber sido desestimado
A) Supongamos que, en este hipotético supuesto, el Magistrado-Presidente desestima este recurso y
reafirma su motivación denegatoria sobre la incapacidad física apreciada, ¿puede D. A. recurrir en amparo ante
el Tribunal Constitucional?, ¿qué requisito habrá de cumplir inmediatamente? ¿Cuál sería la fundamentación
de este recurso de amparo?
El requisito que habrá de cumplir de forma inmediata es “que se hayan agotado todos los medios de impugnación
previstos por las normas procesales para el caso concreto dentro de la vía judicial” en virtud del artículo 44a) de la
LOTC.
Tras interponer recurso de reforma y éste ser desestimado por el Magistrado-Presidente, se interpondría recurso de
amparo ante el TC, fundamentándolo en la vulneración de los derechos fundamentales que vamos a citar a
continuación:
-Art. 9.2 de la CE: “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del
individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su
plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social ”.
-Art. 10.1 de la CE: “La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la
personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social”.
-Art. 14 de la CE: “Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de
nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.
-Art. 23.2 de la CE: “Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos,
con los requisitos que señalen las leyes”.
Por lo tanto nuestro recurso debería ser estimado y así, Don A. podría formar parte del Jurado Popular.
Otra solución sería interponer un recurso de inconstitucionalidad sobre el art. 8.5 de la LO5/1995, de 22 de mayo, del
Tribunal del Jurado, que dice: “no estar impedido física, psíquica o sensorialmente para el empeño de la función de
Jurado”. Dicho artículo va en contra de los derechos fundamentales referidos en el anterior apartado.
En caso de ser dictada sentencia estimando dicho recurso, el artículo 8.5 la LO5/1995, de 22 de mayo, del Tribunal del
Jurado tendría que sería inconstitucional y por lo tanto Don A. pondría perfectamente formar parte del jurado popular.
El problema es que un Abogado no está facultado para interponer recurso de inconstitucionalidad por lo tanto esta
opción quedaría descartada, ya que solo tiene esa facultad el Presidente del Gobierno, el Defensor del Pueblo, 50
Senadores o Deputados o los Consejos de Gobierno o Asambleas legislativas de las CCAA(estos con disposiciones
con fuerza de ley que puedan afectar al ámbito de su autonomía).
B) La defensa y el Ministerio Fiscal tampoco están conformes con esta resolución del Magistrado-
Presidente, ¿qué actos de postulación o recursos pueden plantear para obtener su revisión jurisdiccional?
En este caso tras interponer recurso de reposición ante el Magistrado-Presidente, Recurso de Amparo ante el TC, la
última opción sería interponer un recurso ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos también se
fundamentaría el recurso en la vulneración de los derechos humanos.
1.3. Derecho aplicable: Arts. 9.2, 10.1, 14 y 23.2, 117.1 y 125 CE; 44 LOTC (LO 2/1979 del Tribunal Constitucional); 8.5, 19-
23 y 38.4 LO 5/1995, de 22 de mayo, del Tribunal del Jurado; 54 y ss. de la Ley 13/1982, de 7 de abril, de Integración
Social de los Minusválidos.

Realizado por: Patri Nebril y Francisco J. Márquez

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2. CASO II (§ 66)

2.1. Supuesto de hecho


A) Don A. interesó del Juzgado Decano de B., alegando razones de conciencia, su exclusión de la lista
provisional de jurados sorteada para el ejercicio 1995/1996. El Juzgado, por Acuerdo de 21 de noviembre de 1995
(expediente gubernativo núm. 315/95), resolvió no haber lugar a la exclusión interesada, toda vez que la Ley
Orgánica 5/1995, del Tribunal del Jurado, «no establece en modo alguno cláusula de objeción de conciencia de
ningún tipo, por lo que la mera alegación de esa objeción de conciencia en sus diversas manifestaciones, bien
sea pura e incondicional, bien indirecta, por la alegación de escrúpulos al acto de enjuiciar hechos cometidos
por otros, no puede excusar el cumplimiento del deber legal impuesto por el ... art. 6 de la LOTI...».
B) Contra dicho Acuerdo Don A. interpuso recurso contencioso-administrativo de protección de
derechos fundamentales (la derogada Ley 62/1978) ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del
Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. Dicho recurso fue declarado inadmisible por Auto de la
Sección Segunda de 23 de febrero de 1996. Para la Sección, la naturaleza jurisdiccional del acuerdo
impugnado hacía imposible la utilización de la vía prevista en la Ley 62/1978. Interpuesto recurso de
súplica, fue desestimado por nuevo Auto de 7 de mayo de 1996.
C) Don A. interpuso recurso de amparo contra el Acuerdo del Juzgado Decano de Barcelona de 21 de
noviembre de 1995, interesando su nulidad, en el que sostenía que el acuerdo recurrido vulneraba la
libertad ideológica garantizada en el art. 16.1 CE. A su juicio, si bien es cierto que la Constitución sólo
contempla el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar, no lo es menos que la única prestación
personal en ella prevista es la del servicio de armas, de manera que, atendiendo al espíritu de la
Constitución, es preciso concluir que el derecho a la objeción de conciencia debe extenderse a todo tipo
de prestaciones personales que puedan imponerse a los españoles y que puedan objetivamente
repugnar a concepciones éticas, morales o religiosas.
Asimismo, se habría incurrido en «vulneración de la Sección 2..., arts. 30 a 38, ambos inclusive, en relación
con el art. 125, todos de la CE», toda vez que el ejercicio de la función de jurado no se configura
constitucionalmente como un deber, sino como mera facultad, lo que la hace aún más compatible con la
objeción de conciencia que el deber del servicio de armas. Para D.A., «la prestación personal en que ser llamado
como jurado consiste no es equiparable a aquella otra por la que un ciudadano pueda ser constreñido a formar
parte de una mesa electoral. La trascendencia de su decisión, y la importancia de su función en la administración
de justicia, le otorgan una mayor dimensión al componente moral y ético».
D) Mediante STC 216/1999, de 29 de noviembre, el Tribunal Constitucional inadmitió el amparo por
entender que la supuesta lesión del derecho a la libertad ideológica no se habría, en realidad producido, ya
que D. A. únicamente fue llamado a ser incluido en la "lista de candidatos a Jurado" o lista bienal y ni
siquiera fue insaculado en la lista de 36 jurados, previa a la de Sesión. Al no haber sido designado
"Jurado de sesión" no se ocasionó lesión alguna al supuesto derecho fundamental vulnerado.

2.2. Cuestiones
A) La participación popular en la justicia penal ¿entraña sólo eI cumplimiento de un derecho o
también el de un deber constitucional? ¿Cuál sería el fundamento en nuestra Constitución de dicha
obligación? ¿Está e! Poder Legislativo facultado para establecer sanciones al incumplimiento de la
función del Jurado?

La participación popular en la justicia penal es un derecho y un deber. Art.2 LOTJ (Derecho y deber de Jurado): “La
función de jurado es un derecho ejercitable por aquellos ciudadanos en los que no concurra motivo que lo impida y su
desempeño un deber para quienes no estén incursos en causa de incompatibilidad o prohibición ni puedan excusarse
conforme a esta Ley”. Para todas aquellas personas que estén fuera de los casos expuestos en los Arts. 8 (Requisitos
para ser Jurado), 9 (Falta de capacidad para ser Jurado), 10 (Incompatibilidad para ser Jurado), 11 (Prohibición para
ser Jurado) y el Art. 12 (Excusa para actuar como jurado).

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En la Exposición de Motivos de la Ley Orgánica 5/1995, de 22 de mayo, del Tribunal del Jurado (LOTJ) se expone: El
artículo 125 de la Constitución española de 1978 establece que «los ciudadanos podrán participar en la Administración
de Justicia mediante la institución del Jurado, en la forma y con respecto a aquellos procesos penales que la ley
determine». Se define el DERECHO de los ciudadanos a formar parte del Jurado. Asimismo, se expone la participación
directa de los ciudadanos en los asuntos públicos, del artículo 23.1 de la Constitución española, y el derecho al juez
ordinario predeterminado por la ley del 24.2 de nuestro texto fundamental. Así, se expone de forma textual: “nos
encontramos, de una parte ante una modalidad del ejercicio del derecho subjetivo a participar en los asuntos públicos,
perteneciente a la esfera del «status activae civitatis», cuyo ejercicio no se lleva a cabo a través de representantes, sino
que se ejercita directamente al acceder el ciudadano personalmente a la condición de jurado” Añade: “nos encontramos
ante un derecho-deber, lo que tiene reflejo en el texto legal al adoptar medidas coercitivas que aseguren el
cumplimiento de la obligación y, consiguientemente, el establecimiento de aquellas otras encaminadas a mitigar, en lo
posible, la excesiva onerosidad del cumplimiento del deber, a través de la retribución de la función y la indemnización
de los gastos ocasionados por su ejercicio. La Ley parte de la concepción de que el Estado democrático se caracteriza
por la participación del ciudadano en los asuntos públicos” Según lo dispuesto en el Art. 118 de la CE: Es obligatorio
cumplir las sentencias y demás resoluciones firmes de los jueces y tribunales, así como prestar la colaboración
requerida por éstos en el curso del proceso y en la ejecución de lo resuelto.

El poder Legislativo está facultado para establecer sanciones al incumplimiento de las funciones del Jurado.En la Ley
Orgánica 5/1995, de 22 de mayo, del Tribunal del Jurado (LOTJ): Disposición adicional segunda. Infracciones
penales. 1. Los jurados que abandonen sus funciones sin causa legítima, o incumplan las obligaciones que les imponen
los artículos 41.4 y 58.2 de esta Ley incurrirán en la pena de multa de 100.000 a 500.000 pesetas. 2. Los jurados que
incumplan las obligaciones impuestas en el apartado 3 del artículo 55, incurrirán en la pena de arresto mayor y multa
de 100.000 a 500.000 pesetas

B) ¿Constituye una excusa legal válida la objeción de conciencia en el oficio de Jurado, al igual
como acontecía con el servicio militar obligatorio?

No, si bien la Constitución recoge expresamente la objeción de conciencia para la prestación del servicio militar, no lo
hace para otros supuestos, por ejemplo negarse a pagar impuestos alegando objeción de conciencia sobre gastos
militares, subvenciones, etc.

C) Si en vez de haber reaccionado D.A. contra su inclusión en la lista bienal de candidatos a


Jurado, hubiera sido designado, mediante el oportuno sorteo, como jurado de sesión, ¿cuál podría
haber sido el contenido de la Sentencia del Tribunal Constitucional? ¿Habría amparado la libertad
ideológica del recurrente o confirmado las resoluciones judiciales del juez Decano y del TSJ?

Pensamos que habrían confirmado las resoluciones judiciales del Juez Decano y del TSJ. Indica la Sentencia del TC
en la actuación efectuada por el Abogado del Estado que la objeción de conciencia alegada por el demandante no está
contemplada ni por la Constitución ni por la LOTJ, si bien la propia sentencia tampoco se pronuncia al respecto.

2.3. Derecho aplicable: Arts. 16.1, 30 y 31, 118 y 125 CE; STC 216/1999, de 29 de noviembre; arts. 6, 8, 12, 14 y 15,
18, 39, Disp. Ad. 2' de la LO 5/1995, de 22 de mayo, del Tribunal del Jurado (LOTJ).

Realizado por: Sergio Cano y Luis Fuentes

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3. CASO 11 (§67)

3.1. Supuesto de hecho

Tribunal Supremo. Sala de lo Penal. Sentencia.


En la Villa de Madrid, a diecisiete de junio de dos mil diez.
La representación legal deformaliza cuatro motivos de casación contra la
sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Baleares, dictada con fecha 28 de octubre de 2009, resolviendo la
apelación interpuesta contra la sentencia 1/09, emanada del Magistrado-Presidente del Tribunal del Jurado,
recaída en el rollo núm. .../2008 de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca.
El primero de los motivos, al amparo de los arts. 5.4 de la LOPJ y 852 de la LECrim., denuncia vulneración del
derecho a la tutela judicial efectiva y a un proceso con todas las garantías, infracción originada por la falta de
imparcialidad del Magistrado-Presidente durante las sesiones del juicio oral (art. 24.2 CE).
A juicio de la defensa —que en éste y otros motivos formaliza un más que elogiable esfuerzo técnico de impugnación
—, durante el interrogatorio del acusado el Magistrado-Presidente realizó preguntas de evidente contenido
incriminatorio, hecho éste que influyó decisivamente en el criterio del Jurado. De ahí la vulneración de los derechos
constitucionales antes mencionados, que obligaría a la devolución de la causa a la Audiencia Provincial para la
celebración de un nuevo juicio con nuevo Jurado y distinto Magistrado-Presidente.
Según se desprende de la lectura del acta del juicio suscrita por el Secretario Judicial y que esta Sala ha examinado
al amparo del art. 899 de la LECrim. —versión coincidente con la que expresa la sentencia recurrida—, la intervención del
Magistrado-Presidente se produjo durante el interrogatorio que la defensa estaba formulando al acusado. Cuando éste
daba su peculiar versión de los hechos acerca del modo y momento en el que se habría disparado la escopeta, el
Magistrado-Presidente intervino, haciéndolo para señalar que alimentar el arma —es decir, introducir la munición— no
equivale a cargarla, sino que para esto último se necesita una operación añadida y tendente a que el cartucho pase desde el
cargador a la recámara, quedando entonces el arma en situación de disparar. De ahí que instara al acusado, según la
sentencia de instancia "...a que, teniéndolo en cuenta, volviera a explicar de qué modo se pudo producir el disparo
que acabó con la víctima, insistiendo en ello al no obtener respuesta y manifestando abiertamente que el
acusado no había respondido a la exacta cuestión que se le planteaba, pues omitía esa cuestión esencial".
Las expresiones recogidas en la grabación del juicio ("... ¿por qué no lo dice?. ¿cómo pasa la bala de la fuente
de alimentación a la recámara? Omite lo fundamental, ¡claro que sí, es que es fundamental! ¡Que nos explique cómo
funciona la carabina!"), motivaron que la defensa formulara una protesta. Ante esa protesta, el Magistrado
puntualizó que se había limitado a "... formular una pregunta sobre un dato objetivo", reiterando la defensa su
protesta "... porque no es función del Magistrado-Presidente el formular esas preguntas y de esa forma". En ese
momento, el Magistrado-Presidente, con reflejo en el acta, afirmó que "retiraba" la pregunta.
La defensa insiste que esa valoración en alta voz de la respuesta del acusado, ejerció una poderosa influencia en
el Jurado, pues no otra cosa puede deducirse de la afirmación hecha por el Magistrado-Presidente acerca del
carácter esencial de la omisión de quien en ese momento estaba siendo interrogado.
No tiene razón el recurrente. La cuestión suscitada ha sido objeto de tratamiento en la jurisprudencia constitucional
y de esta misma Sala. En efecto, la STC 334/2005, 20 de diciembre, razonaba que, "...por lo que se refiere al
supuesto de que por parte del órgano judicial se proceda a formular una serie de preguntas al acusado o testigos en la
vista oral, este Tribunal ha destacado que no cabe apreciar esta vulneración constitucional cuando las preguntas
versan sobre los hechos objeto de acusación y puede entenderse razonablemente que han sido llevadas a cabo para
alcanzar un grado preciso de convicción para la adopción de una decisión, sin ser manifestación de una actividad
inquisitiva en la que se sustituya a la acusación, ni una toma de partido a favor de las tesis de ésta y de ellas no se
derive ninguna indefensión permitiéndose alegar respecto de las mismas" (STC 229/2003, de 18 de diciembre, cfr.
también, STC 130/2002, 3 de junio).
Y es que carecería de sentido incluir entre las notas definitorias de nuestro sistema procesal el silencio del órgano
decisorio, su resignada abstención frente a las incidencias que puedan acaecer a lo largo de la práctica de todos y cada
uno de los actos procesales que integran el plenario. Esa idea es todavía mucho más evidente cuando se trata, como
en el presente caso, del Tribunal del Jurado, en el que la imparcialidad del Magistrado-Presidente no es, desde luego,
incompatible con el decisivo espacio funcional que la LO 5/1995, 22 de mayo, reserva a aquél (cfr. arts. 49, 52 y 54
de la LOTJ).
Con independencia de las exigencias generales derivadas del enunciado constitucional del art. 24 de la CE, la propia
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ley reguladora del Tribunal del Jurado muestra la preocupación legislativa por salvaguardar esa imparcialidad, que
ha de ser necesariamente preservada, pese a que el Magistrado-Presidente no se integre en el colegio decisorio. Su
estatuto de imparcialidad no sufre restricción alguna por el hecho singular de que aquél no forme parte del grupo de
Jueces legos que van a pronunciarse sobre el objeto del veredicto. Se impone, pues, la búsqueda de un equilibrio entre
la actitud del Juez que con su actuación busca suplir las deficiencias de la acusación —lo que implicaría una visible
quiebra de su estatuto de imparcialidad— y la de aquél que sólo persigue aclarar algunos de los aspectos sobre los que
ha versado la prueba y que las preguntas de las partes no han logrado esclarecer suficientemente. Así, mientras que
la primera de las actitudes descritas implicaría una inaceptable vulneración del principio acusatorio, la segunda de
ellas no tendría por qué merecer censura constitucional alguna.
La importancia de que el veredicto sea exclusivamente el desenlace de una deliberación autónoma, imparcial, carente
de cualquier forma de dirigismo o inaceptable tutela por parte del Magistrado-Presidente, forma parte de la esencia
misma del procedimiento del Tribunal del Jurado (art. 54.3 LOTJ y 846 bis a), ap. 2, LECrim.), El Magistrado-
Presidente no puede sentirse tentado a iluminar el camino del Jurado hacia su propia verdad. Entre sus funciones no
se incluye la de apartar a los ciudadanos del riesgo de una conclusión contraria a las inferencias valorativas que él,
como Juez técnico, haya podido suscribir a la vista del resultado de la actividad probatoria desplegada por las
partes. El Magistrado-Presidente, en fin, no puede identificar su función con la de un Juez técnico llamado a equilibrar
el debate, ya sea reforzando con sus complementos argumentales las deficiencias dialécticas del Fiscal, ya sea
poniendo de manifiesto a los jurados las insuficiencias de cualquier estrategia defensiva.
Desde esta perspectiva, en relación con el supuesto de hecho que es objeto de análisis, la actuación de oficio del
Magistrado-Presidente, consistente en realizar determinadas preguntas al acusado en la vista oral, no llegó a
comprometer su neutralidad. Como se desprende de la lectura del acta del juicio oral y, como expresa la propia
sentencia recurrida, las preguntas realizadas por el Magistrado-Presidente incidían sobre los hechos objeto de
acusación y se limitaban a reincidir sobre aspectos a los que ya se había dado contestación a preguntas formuladas
por la defensa. El Magistrado-Presidente, en fin, no estaba supliendo o enmendando la actividad acusatoria del
Ministerio Fiscal, interrogando sobre aspectos que pudieran ser decisivos para la condena. Su única finalidad no era
otra que la de aclarar y fijar en un brevísimo interrogatorio directo del acusado las respuestas ya dadas a las
preguntas de las partes sobre los hechos sometidos a enjuiciamiento.
En definitiva, toda apunta a que no existió pregunta, ni afirmación conclusiva alguna, que pudiera ser interpretada como
el vehículo anticipado de una valoración sobre la forma en que se produjeron los hechos. No deja de ser significativo
que, según se desprende de la lectura del acta, cuando ya el Magistrado-Presidente había recurrido a la extravagante
fórmula de "retirar" su pregunta y, por tanto, era el Letrado de la defensa —ahora recurrente— quien había recuperado
el dominio acerca de los términos del interrogatorio, lejos de dirigir éste por otros derroteros, siguió preguntando
acerca del mecanismo mediante el que se habría producido el disparo, demostrando, en coincidencia con el
Magistrado-Presidente, el carácter esencial de esas explicaciones que, por cierto, no fueron ofrecidas por el acusado,
quien se limitó a señalar, ahora a preguntas de su defensa, "... que una vez cargó
la munición continuó limpiando los restos de grasa (...) y después pasó eso. El disparo se produjo (...) él mismo no
sabe qué pasó „fue un error; un accidente. Que no lo puede explicar. Simplemente pasó".
En consecuencia, si el Jurado pudo formular alguna inferencia a raíz de esa falta de explicación por parte del
acusado sobre la causa del disparo, fueron sus respuestas al interrogatorio de la propia defensa las que evidenciaron
la ausencia de una explicación razonable y el carácter esencial de esa falta de aclaración. Ni las preguntas formuladas
por el Magistrado-Presidente al hilo del interrogatorio de su defensor, ni la afirmación del carácter esencial de una
respuesta sobre aquello que estaba siendo objeto de interrogatorio por el Letrado, pueden invocarse ahora corno el
origen de una pérdida de imparcialidad del Magistrado-Presidente, que habría afectado o puesto en peligro la libertad
decisoria de los miembros del Jurado.

3.2. Cuestiones

A) ¿Pueden los Tribunales de lo Penal intervenir en el desarrollo de las pruebas propuestas por las partes,
acusación y defensa?
Los tribunales de lo Penal, podrán intervenir en caso de apelación o impugnación de pruebas según arts. 846 bis a
LECrim y en los casos señalados en el art. 36 de la LOTJ .
En el caso al que se hace referencia, puesto que el Magistrado-Presidente ha intervenido en el interrogatorio dirigido al
acusado, llegando a confundirse por un momento su función con la función de la defensa, puede ésta atenerse al art.
36 a de la LOTJ alegando inadecuación del procedimiento pudiendo llegar a apelar.

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En caso de intervención de los Tribunales de lo Penal en el desarrollo de pruebas, se produciría vulneración de
principio acusatorio y quebrantamiento del estatuto de imparcialidad.
B) ¿Por qué se queja la defensa de la intervención del Presidente en su interrogatorio al acusado?
Existe una clara falta de imparcialidad en la intervención del Magistrado-Presidente del jurado cuando interroga al
acusado sobre el contenido incriminatorio de los hechos, lo cual influenció en el criterio del jurado, produciéndose de
ésta forma una vulneración de los derechos constitucionales de éste.
C) ¿Por qué habría que repetir el juicio oral, si se hubiera dado la razón al recurrente?
Debido a que se habría vulnerado el principio acusatorio quebrando el estatuto de imparcialidad por parte del
Magistrado-Presidente y por ello, concurriendo en la vulneración de los derechos constitucionales de tutela judicial
efectiva y proceso con todas las garantías.
D) ¿Qué es el veredicto?; ¿quién lo redacta?; ¿quién lo contesta?
Veredicto es la denominación, utilizada en el Derecho procesal, para designar la decisión que toma un Jurado, aunque
en ocasiones se flexibiliza su uso para abarcar todo tipo de decisiones populares que se formen por mayoría.
Lo declara el Jurado, dictando la sentencia el Magistrado-Presidente.
Los candidatos a jurados se extraen del censo electoral, mediante el correspondiente sorteo, a través del cual se
confecciona la lista bienal de candidatos a jurado. Completado el proceso de selección, quedará constituido el Tribunal
del Jurado bajo la presidencia del Magistrado correspondiente.

3.3. Derecho aplicable: Arts. 24 CE; 846 bis LECrim., 49, 52 y 54 LOTJ.

Realizado por: Analía Miro y Cristina Rodriguez

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4. CASO IV (§ 68)

4.1. Supuesto de hecho


Se declara probado que el procesado C., mayor de edad y ejecutoriamente condenado en sentencia de
conformidad de fecha ... de la Sección Cuarta de esta Audiencia Provincial por un delito de abusos
deshonestos, y un delito de violación en grado de tentativa, en sentencia de 20-04-08. por un delito de robo con
violación en sentencia de fecha 11-01-93, por tres delitos de robo con intimidación, por otro delito de robo con
intimidación y por un delito de robo con violación; que permanece en situación de prisión provisional a resultas de
la presente causa desde el 10 de octubre de 2004, el día 5 de octubre de 2004, mientras se encontraba disfrutando
de un permiso penitenciario concedido para los días 2 a 6 del mismo mes y año, se dirigió en metro desde el
"Hogar Mercedario", sito en Can Travi num. 45 de Barcelona, hasta la estación de Bellivitge, sita en la localidad
de L'Hospitalet de Llobregat, a la que llegó sobre las 6.05 horas, permaneciendo en las proximidades de la zona
donde se encuentra la estación hasta alrededor de las 8.20 horas en las que, aprovechando que N..., agente en
prácticas del CN Policía regresaba, tras finalizar su turno de noche, a su domicilio sito en la última población
citada, la siguió y se introdujo con ella en el edificio y posteriormente en el ascensor, consiguiendo que le
franqueara la puerta de su vivienda en el piso ... puerta ... del citado inmueble en circunstancias que no han
resultado suficientemente acreditadas.
Una vez dentro del piso el acusado advirtió la presencia de E..., compañera de profesión de N... y con la que
compartía la vivienda en régimen de alquiler, y amedrentándolas con un arma blanca, consiguió reducir a
ambas mujeres a quienes amordazó y ató hasta dejarlas absolutamente inmovilizadas, cada una en un dormitorio
distinto, utilizando para ello distintas prendas de ropa y asegurando posteriormente las ligaduras con trozos de
cuerda sintética de tender la ropa que cortó de un ovillo que halló en el piso, sujetando a N.... a una de las
patas de la cama con un cinturón blanco de hebilla metálica.
Teniendo a E... inmovilizada de la forma descrita, y movido por el ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, la
penetró vaginalmente llegando a eyacular en su interior y posteriormente, con el ánimo de acabar con su vida, la
apuñaló cuatro veces por la espalda, causándole una herida incisa penetrante en la región interescapular
superior, otra en la región subescapular derecha, una tercera en la región lumbar derecha y la última en la región
paramedial lumbosacra izquierda, afectando la primera y la cuarta a órganos vitales, lo que ocasionó su
fallecimiento prácticamente inmediato por insuficiencia cardiorrespiratorio aguda secundaria a shock
hipovolémico.
Encontrándose asimismo N... inmovilizada en la forma descrita, y sin que haya podido conocerse si los
hechos se produjeron con anterioridad o posterioridad a los anteriormente descritos, pero sí en un contexto
temporal próximo, con idéntica intención de causarle la muerte, la apuñaló repetidamente causándole un
total de nueve heridas: cinco incisas en región mamaria izquierda lateral izquierda, tres incisas en flanco
izquierdo y una herida incisa superficial en la cara interna del brazo izquierdo, afectando todas ellas, salvo la
última, a órganos vitales como hígado, corazón y pulmones, que produjeron su fallecimiento prácticamente
inmediato por insuficiencia cardiorrespiratoria aguda y shock hipovolémico cardiogénico.
Hallándose el cuerpo de N... ya cadáver, el acusado rasgó el pantalón y las bragas que vestía y le introdujo
en el ano un vibrador que dejó allí clavado.
El acusado, actuando con la finalidad de hallar cuanto fuera de su interés, y con ánimo depredatorio, registró
la vivienda y se apoderó, cuando menos, de la tarjeta de crédito "Visa Estrella" y de las llaves del vehículo
propiedad de N..., de una cazadora tejana y otras prendas de ropa y unas zapatillas deportivas que utilizó para
vestirse con ellas en lugar de las que portaba cuando penetró en la vivienda, utilizando para sujetarse los
pantalones un trozo de la cuerda de tender de color rojo procedente del mismo ovillo utilizado para atar a las
víctimas, de un DVD rotulado con el título "Moulin Rouge" y de una bolsa mochila de la marca "Adidas" que
llevaba escrito el apellido "Serafin ", propiedad de N... en la que introdujo los objetos descritos y que luego se
llevó.
Seguidamente, con la finalidad de destruir cuantas huellas y vestigios pudieran relacionarse con la escena
del crimen, pero con absoluto desprecio para la vida e integridad física de cuantos vecinos habitaban en ese
momento el edificio de 14 pisos de altura, que en su mayoría se hallaban en ese momento en su respectivas
viviendas, prendió fuego a un sillón y al sofá ubicados en el salón comedor, al colchón de la habitación en el que
se encontraba el cadáver de N..., al colchón y a un montón de ropa adyacente del dormitorio en el que se hallaba
E..., así como al colchón del tercer dormitorio desocupado. Utilizando varias botellas de distintos licores en alguno

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de los focos con la finalidad de acelerar su combustión, encontrándose los mismos activos en distintas fases
cuando fueron extinguidos por los bomberos. Abandonando el inmueble poco antes de las 10:00 horas el
acusado para dirigirse nuevamente a la estación de Bellvitge donde tomó el metro en dirección a la estación de
Plaza España de Barcelona.
A consecuencia del incendio se produjeron daños en el piso propiedad de A. J., quien lo tenía destinado al
arrendamiento, cuyo importe no ha sido determinado hasta el momento en la causa, habiendo sido resarcido en parte
por la entidad "Santander Seguros y Reaseguros, Compañía Aseguradora, S.A", que ha cubierto los daños relativos
al continente, pero no al contenido ni al posible lucro cesante derivado del tiempo que la vivienda ha permanecido
cerrada y sin poder ser arrendada.
Sobre las 22.32 horas del mismo 5 de octubre, el acusado, con el ánimo de obtener un beneficio patrimonial, se
dirigió a la oficina num. 773 de la "Caixa de Catalunya" sita en la calle Creu Coberta de Barcelona y, utilizando la
tarjeta de crédito propiedad de E... antes reseñada, intentó obtener un reintegro de 300 euros, operación que resultó
frustrada al no haber tecleado el n2 de PIN correcto.
Alrededor de las 6.00 horas del día 6 de octubre volvió a intentarlo, esta vez por un importe de 60 euros, con
idéntico resultado.
La sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Barcelona le condenó por delitos de asesinato, agresión sexual,
allanamiento de morada, profanación de cadáver, incendio, robo con violencia, robo con fuerza y quebrantamiento de
condena.

4.2. Cuestiones
A) Siendo competencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, ¿debería juzgar estos hechos un Tribunal de la
misma, compuesto por técnicos en derecho, o uno constituido por jurados, legos en la materia?
El art. 1.1 LOTJ establece que el tribunal del jurado , como institución para la participación de los ciudadanos en la
Administración de Justicia, tendrá competencia para el enjuiciamiento de los delitos atribuidos a su conocimiento y fallo
por esta u otra Ley respecto de los contenidos en las siguientes rubricas:
a) Delitos contra las personas
b) Delitos cometidos por los funcionarios públicos en el ejercicio de sus cargos
c) Delitos contra el honor
d) Delitos contra la libertad y seguridad
e) Delitos de incendios
Dentro del enjuiciamiento previsto en el apartado anterior, y así como se menciona el art 1.2 LOTJ, el Tribunal del
Jurado será competente para el conocimiento y fallo de las causas por los delitos tipificados en varios preceptos del
Código Penal, entre cuales: del asesinato, de las amenazas, del allanamiento de morada, con lo cual, los hechos
deberían ser juzgados por un Tribunal Jurado.
Además y acorde con el Art. 5.1.1.a) LOTJ, la determinación de la competencia del Tribunal Jurado, se hace en base a
si el delito fuese consumado
B) ¿Influye la pluralidad de delitos en ello?
Si, influye. Según el art. 5.3 LOTJ cuando un solo hecho pueda constituir dos o más delitos será competente el
Tribunal del Jurado para su enjuiciamiento si alguno de ellos fuera de los atribuidos para su conocimiento
Asimismo, cuando diversas acciones y omisiones constituyan un delito continuado será competente el Tribunal del
Jurado si éste fuera de los atribuidos para su conocimiento
C) La relación entre los delitos ¿tiene trascendencia para establecer la forma de composición del Tribunal?
Si porque de ello depende la determinación de un Tribunal Jurado, o de un Tribunal de la AP.
La relación entre los delitos, hacen que tengan una conexión. Se consideran delitos conexos (art. 17 de la LECrim):
3º los cometidos como medio para perpetrar otros o facilitar su ejecución
4º los cometidos para procurar la impunidad de otros delitos (el incendio)
5º los diversos delitos que se imputen a una persona al incoarse contra la misma, causa por cualquiera de ellos, si
tuvieran analogía o relación entre sí, a juicio del Tribunal, si no hubiesen sido hasta entonces sentenciados.
La competencia del Tribunal Jurado se extiende al enjuiciamiento de los delitos conexos, cuando la conexión
tenga su origen en que alguno de los delitos se haya cometido para perpetrar a otros, facilitar su ejecución o procurar
su impunidad (art 5.2.c LOTJ).
D) Si fueran conexos ¿Qué clase de Tribunal debería formarse?
Según el art. 5.2 LOTJ la competencia del Tribunal del Jurado se extenderá al enjuiciamiento de los delitos
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conexos siempre que la conexión tenga su origen en alguno de los siguientes supuestos:
a) Que dos o más personas reunidas cometan simultáneamente los distintos delitos
b) Que dos o mas personas cometan más de un delito en distintos lugares o tiempos, si hubiere precedido concierto
para ello
c) Que alguno de los delitos se haya cometido para perpetrar otros, facilitar su ejecución o procurar su inmunidad
Según esto podría formarse un Tribunal del Jurado

E) ¿La cronología de los hechos puede alterar la competencia?


Si, ya que el art. 18 LECrim, en el punto 2, afirma que son Jueces y Tribunales competentes, por su orden, para
conocer las causas por delitos conexos: “El que primero comenzare la causa en el caso de que a los delitos esté
señalada igual pena”.

4.3. Derecho aplicable: Arts. 1 y 5 LOTJ; 17 y 18 LECrim.

Realizado por: Camelia Id y José Guindel

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LECCIÓN 11. LA JURISDICCIÓN COMO PRESUPUESTO PROCESAL

1. Extensión y límites de la jurisdicción española (§ 69)

2. Jurisdicción civil

2.1. Existencia de fueros convencionales (§ 70)

2.2. Jurisdicción civil: fueros exclusivos

2.2.1. Caso (§ 71)

2.2.2. Caso II (§ 72)

3. Los conflictos jurisdiccionales

3.1. Caso I (§ 73)

3.2. Caso II (§ 74)

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Lección 11

LA JURISDICCIÓN COMO PRESUPUESTOPROCESAL


1. EXTENSIÓN Y LIMITES DE LA JURISDICCIÓN ESPAÑOLA (§ 69)
1.1. Supuesto de hecho
Como consecuencia de un control policial sobre la circulación vial rutinario, el Sr. X. ha sido sorprendido
infranganti con un alijo de cocaína de más de 50 kg. y una pureza del 85%.
El Sr. X. es detenido de inmediato por la Policía a pesar de sus enérgicas protestas, puesto que es el Segundo
Secretario de la Embajada de ... en Madrid, hecho que acredita con el pasaporte diplomático correspondiente.
Una vez finalizado el sumario (fase de instrucción del proceso penal común por delitos graves), seguido
por delito contra la salud pública contra el Sr. X., éste plantea un artículo de previo pronunciamiento en el
que, una vez más, pone de manifiesto la falta de jurisdicción española debido a su condición de diplomático.
La Audiencia Provincial de Madrid desestima el motivo, al poner de manifiesto que el procesado ha sido
cesado de su cargo en virtud de un télex recibido hace dos días firmado por el Presidente de la República del
país del acusado.

1.2. Cuestiones

A) ¿Tiene España jurisdicción para procesar a un diplomático extranjero que presuntamente ha cometido un delito
en el territorio nacional?
No, porque de acuerdo con el Art. 21.2 LOPJ se exceptúan de la jurisdicción de los Tribunales españoles los
supuestos de inmunidad de jurisdicción y de ejecución establecidos por las normas del Derecho Internacional
Público; y el art. 31 de la Convención de Viena establece que el agente diplomático gozará de inmunidad de la
jurisdicción penal del Estado receptor.

B) En el caso de que carezca de jurisdicción, ¿tiene alguna relevancia jurídica el hecho de que el diplomático
haya sido cesado de su cargo "a posteriori" (después de cometer el hecho punible en España)?
No tiene relevancia jurídica, ya que en el momento de la detención gozaba de inmunidad. La detención debe
realizarse teniendo en cuenta las circunstancias del momento preciso, no aquellas que se den con posterioridad,
por lo que en ese momento se esta vulnerando la inmunidad diplomática.

1.3. Derecho aplicable: Arts. 21 y 23 LOPJ; Convenio de Viena de 18 de abril de 1961, sobre relaciones
diplomáticas (adhesión de España el 21 de noviembre de 1967, BOE de 24 de enero de 1968).

Realizado por: Ana Nieves y Juan Toledo

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2. JURISDICCION CIVIL
2.1. Existencia de fueros convencionales (§ 70)
2.1.1. Supuesto de hecho
a) D. Iván C.G., de nacionalidad argentina y de profesión futbolista, firmó un contrato de representación en
exclusiva con la sociedad "Fútbol ... argentino, S.A", el día 1 de enero de 2001, por el que otorgaba a la misma
un poder amplio, exclusivo e irrevocable, durante el plazo de dos años, para que, en nombre de dicho
futbolista, realizara las gestiones y negociara los contratos vinculados con su actividad profesional, recibiendo
a cambio una retribución del 10% en función de los resultados de su gestión, es decir, de todos los contratos
por el jugador suscritos bajo la vigencia del contrato.
a) A los dos meses de la celebración del citado contrato, el futbolista llega a un acuerdo con un conocido
equipo de fútbol profesional español, por una duración de cinco años, y por una cuantía de cien millones de
euros. En este contrato no interviene en absoluto la antes citada sociedad argentina, sino, directamente, el
futbolista y el representante del club español.

e) D. Iván C.G., que también poseía la nacionalidad española, nada más llegar a España se domicilia en
Barcelona, lugar donde desea vivir junto a su familia.

d) Una semana después de la presentación oficial del nuevo fichaje estrella en la ciudad condal, la sociedad
"Fútbol ... argentino, S.A" interpone una demanda de juicio ordinario civil por incumplimiento contractual, y
por una cuantía veinte millones de euros, ante los Juzgados de Primera Instancia de los de Barcelona. La
sociedad demandante alega un flagrante incumplimiento contractual e invoca la cláusula penal octava del
antes citado contrato, que fijaba una multa o sanción aplicable del 20% de todos los contratos o negocios que
el jugador hubiere suscrito bajo la vigencia del contrato.

e) El futbolista opone, por su parte. la excepción de falta de jurisdicción internacional, al estimar


incompetentes a los Tribunales españoles para conocer del presente pleito, puesto que existe en el contrato
una cláusula de sumisión expresa a favor de los Tribunales de Buenos Aires (Argentina).

2.1.2. Cuestiones

A) En su opinión, ¿tiene jurisdicción el Juzgado de Primera Instancia español que conoce del litigio?
Sí, Teniendo en cuenta que el futbolista fija su domicilio en España y demás tiene nacionalidad Española, se le
aplicaría el derecho Español y la Jurisdicción Española. Además el pleito se plantea en España.

B) ¿Cómo opondría Vd. la excepción de falta de jurisdicción?


A través de la declinatoria
2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 21 y 22 LOPJ; 36 y ss. LEC.

Realizado por: Begoña Fernández

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2.2. Jurisdicción civil: fueros exclusivos

2.2.1. Caso I (§ 71)


2.2.1.1. Supuesto de hecho
a) El Juzgado de l' Instancia núm. ... de Barcelona, en procedimiento de divorcio núm. ..., instado por una
ciudadana española con domicilio en Barcelona, al amparo de lo dispuesto en el art. 86.4 del Código Civil
(dicho precepto dispone como causa de divorcio: "El cese efectivo de la convivencia conyugal duran te el
transcurso de al menos cinco años, a petición de cualquiera de los cónyu ges"), contra su cónyuge, de
nacionalidad británica en ignorado paradero desde hace seis años, y con domicilio conyugal en Francia,
promovió ante el Tribunal Constitucional, mediante Auto de 30 de noviembre de 1989, cuestión de
inconstitucionalidad respecto de las disposiciones adicionales primera («Los órganos jurisdiccionales
españoles serán competentes para conocer de las demandas sobre separación, divorcio y nulidad del
matrimonio en los casos siguientes: IQ Cuando ambos cónyuges tengan la nacionalidad española. 2"
Cuando sean residentes en España. 3° Cuando el demandante sea español y tenga su residen cia habitual
en España, cualquiera que sea la nacionalidad y la residencia del demandado. 4Q Cuando el demandado,
cualquiera que sea su nacionalidad, sea residente en España.») y tercera («Será Juez competente para
conocer de los procesos de nulidad, separación y divorcio el de primera instancia del lugar del domicilio
conyugal. En el caso de residir los cónyuges en distintos partidos judiciales, será Juez competente, a
elección del demandante, el del último domicilio del matrimonio o el de residencia del demandado. Los que
no tuviesen domicilio ni residencia fijos podrán ser demandados en el lugar en que se hallen o en el de su
última residencia, a elección del demandante. Son nulos los acuerdos de laspartes que alteren lo dispuesto
en esta norma») de la Ley 30/1981, de 7 de julio(llamada lev del divorcio), por posible vulneración del art. 24 de la
Constitución.
b) Se dice en la fundamentación del auto de planteamiento que las Leyes cuya constitucionalidad se cuestionan son la
disposición adicional primera en relación con la tercera de la Ley 30/1981, que no han sido modificadas en lo que
concierne al caso por lo dispuesto en el art. 22 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, donde se establece
globalmente la competencia (jurisdicción) de los Juzgados y Tribunales españoles en materia de separación y
divorcio.
c) El precepto constitucional que se supone infringido es el 24 de la Constitución, pues en virtud de la
inteligencia conjunta de las disposiciones adicionales primera y tercera de la Ley expresada se priva de la eficaz y
legítima tutela jurisdiccional a la súbdita española que postula el pronunciamiento de su divorcio de este órgano
jurisdiccional. Tras establecer, con sobrada amplitud, la disposición primera la jurisdicción de los Tribunales
españoles, la disposición adicional tercera, para un caso como el presente, inexplicablemente (pues sólo contempla
como fueros principales el del último domicilio del matrimonio o el de residencia del demandado ex abundantia, el del
lugar en que se halle o el de la última residencia), restringe el más amplio criterio de la disposición adicional
primera, y, de facto, impide en un caso como éste la interposición de la demanda de divorcio a la súbdita española que
no ha tenido su domicilio conyugal en España y su marido vive en Inglaterra.
d) Finaliza la fundamentación del auto señalando que la sentencia que se dictase en este procedimiento adolecería del
vicio absoluto de incompetencia, que resulta insubsanable, y así, propiamente hablando, la cuestión que se suscita
ante el Tribunal es de índole negativa, por no existir en el presente caso órgano jurisdiccional alguno en todo el territorio
nacional para el enjuiciamiento válido, con vulneración en lo dispuesto en el art. 24 de la Constitución.

2.2.1.2. Cuestiones
Después de leer con atención el art. 22.3 LOPJ, en relación con las citadas disposiciones adicionales, ¿comparte
Vd. la tesis del Juzgado de Barcelona o, por el contrario, estima que la citada norma es suficiente como para
resolver el caso sin necesidad de plantear la cuestión de inconstitucionalidad? Justifique su respuesta.

El artículo 22.1º y 3º a 5º de la LOPJ recoge unos supuestos que se atribuyen a la jurisdicción española, por lo
que se excluye de su conocimiento a cualquier jurisdicción extranjera.
En concreto, el art. 22.3º en materia de divorcio, establece que cuando el demandante sea español y tenga su
residencia habitual en España, serán competentes los Juzgados y Tribunales españoles.
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Asimismo la DA 1ª de la ley 30/1981, priorizando sobre la 3ª, a las que alude el Auto, y en consonancia con el
art. 22.3º de la LOPJ, establece que si el demandante es español (presupuesto de territorialidad) con residencia
habitual en España (presupuesto de exclusividad) el Tribunal competente es el de residencia de la demandante.
En nuestro supuesto quien inicia el procesa de divorcio es una ciudadana española domiciliada en la ciudad de
Barcelona, y por este hecho el proceso pertenece a la Jurisdicción civil Española y al revisar de oficio la competencia,
el juez de 1ª Instancia de Barcelona es competente por lo que debería de admitir a trámite la demanda.
El Juzgado de 1ª Instancia aplicara la LOPJ basándose en su art. 22.3º, el cual si garantiza la tutela judicial
efectiva de la demandante por ser ella española y tener su residencia actual en Barcelona, y resolver sobre el proceso
de divorcio, sin que quepa el planteamiento de una cuestión de inconstitucionalidad basada es la competencia para
conocer el caso.

2.2.1.3. Derecho aplicable: Art. 22 LOPJ; Ley 30/1981, de 7 de julio, D.A. primera y tercera.

Realizado por: Manuel Alcaide

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2.2.2. Caso II (§ 72)

2.2.2.1. Supuesto de hecho


El 30 de noviembre de 1993, la Corte Superior del Distrito Judicial de Stamford, Norwalk, Condado de
Fairfield (Connecticut, Estados Unidos de América del Norte), pronunció Sentencia de divorcio en el
matrimonio formado por don Michael S.I. y doña Elena María B., ambos de nacionalidad estadounidense.
Respecto a los dos hijos del matrimonio, Nicholas (nacido en 1988) y Alexander (nacido en 1989), el fallo
dispuso que el marido no tendría derechos de visita «en este momento», aunque reservó expresamente la
posibilidad de solicitar la modificación de dicha medida a un tribunal que tuviera competencia. Asimismo,
dispuso que abonara alimentos a sus dos hijos, cifrados en mil dólares mensuales para cada uno de ellos.
El 11 de julio de 1994 se interpuso, en nombre y representación del señor I., ante los Juzgados de Primera
Instancia de Madrid, lugar donde, se afirma, residen habitualmente la señora B. y sus hijos, demanda de
modificación de efectos de dicha Sentencia de divorcio en lo relativo al régimen de comunicaciones, estancias
y visitas del señor I. a los hijos menores de edad habidos en dicho matrimonio, así como en lo referente a la
pensión alimenticia señalada respecto de ellos. Concretamente, solicitaba que se estableciera un régimen
de visitas a favor del padre, y que se redujera la cuantía de la pensión de alimentos, a la vista de sus actuales
circunstancias.
Los Tribunales civiles españoles (el Juzgado de Primera Instancia y la Audiencia Provincial) inadmitieron a
trámite la demanda por falta de jurisdicción. Concretamente, la Audiencia Provincial dictó el presente Auto de
desestimación del recurso:
«Primero: Respecto a la competencia de los Tribunales españoles para cono cer de la modificación de
los efectos declarados por sentencia de divorcio dictada por Tribunal extranjero: Dispone el art. 55 LECiv
(de 1881, similar al actual art. 61 LEC 2000) que los Jueces y Tribunales que tengan competencia para
conocer el pleito, la tendrán también para las excepciones que en él se propongan, para la reconvención
en los casos en que proceda, para todas sus incidencias, para llevar a efectos las providencias y autos
que se dictasen, y para la ejecución de las sentencias, declarando el Tribunal Supremo que el término
incidencias ha de conducir a comprender dentro del mismo cuantas actuaciones o procedimien tos
aparezcan en íntima conexión con el proceso principal, sin que para ello sea obstáculo que se sustancien
por un procedimiento distinto, se inspira tal precep to en principios de unidad y economía procesales, en
atención a que el buen orden de enjuiciar no admite la duplicidad de Juzgados en asunto principal e
incidencias, ni se concibe en competencia territorial que pueda dividirse la continencia de los autos...,
siendo tal el sentido y espíritu del referido precepto que deben observar los Juzgados para no prorrogar su
jurisdicción a asuntos que por la sola voluntad de las partes no puedan serle sometidos, sin subvertir
normas de procedimiento que son de orden público..., a lo que añade dicho Tribunal que las normas
reguladoras de la competencia funcional son de índole absoluta, ya que pertenecen al "ius cogens" , por lo que
no pueden ser alterados por las partes a las que obligan, así como también al juzgador y han de ser
apreciadas de oficio...
Segundo: La litis sometida en virtud del presente recurso de apelación al conocimiento de esta Sala se halla
inmersa plenamente en la problemática competencial expresada, por cuanto dictada sentencia firme de divorcio
entre ciudadanos norteamericanos por Tribunal extranjero... y sobre tal antecedente, la cuestión que hoy se
somete al conocimiento de este Tribunal según la demanda ddinidora del mismo, afecta a la modificación de
las medidas precedentemente acordadas..., lo que, sin ninguna duda, implica... una incidencia respecto al
anterior procedimiento y sentencia referenciada incardinable necesariamente en el art. 55 LECiv, ya que en caso
contrario daría lugar a posibles resoluciones contradictorias entre sí... Por otro lado, contra lo argumentado por
la parte recurrente, no son aplicables en modo alguno a la presente litis las previsiones contenidas en la
disposición adicional tercera de la Ley 3011981, en cuanto las mismas sólo afectan, en orden a la
determinación de la competencia territorial, a los pleitos de separación, divorcio o nulidad, pero en modo alguno
a los incidentes de modificación de las medidas acordadas en las mismas, y por lo tanto deben ser aplicables
indefectiblemente las previsiones del art. 55 LECiv, como tampoco son aplicables las normas de jurisdicción
alegadas... al tratar exclusivamente de las demandas sobre separación, divorcio y nulidad del matrimonio: y
máxime cuando la sentencia de divorcio dictada por Tribunal extranjero y que se intenta modificar no tiene
reconocida eficacia civil en. España, conforme preceptúa el art. 107 del Código civil».
El Sr. 1 recurrió en amparo, invocando la vulneración de su derecho fundamental a la tutela judicial efectiva (art.
24.1 CE), y el Tribunal Constitucional, en su sentencia 61/2000, estimó el amparo basándose en los siguientes
fundamentos:
«2. Antes de entrar en el examen de la demanda, conviene precisar el sentido exacto de la resolución
adoptada en la vía judicial, dada la relativa inconcreción de su fallo (declarar la «falta de competencia», sin
más calificativos) y la variedad de los argumentos en que se funda, reproducidos en los antecedentes.
Descartada la existencia de problema alguno relativo a la competencia objetiva, pese a que la resolución de
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la Audiencia Provincial se funda principalmente en el art. 55 LECiv, existe cuando menos un argumento esencial
que lleva a la conclusión de que lo resuelto en las resoluciones impugnadas es un problema de competencia
judicial internacional: el sentido y alcance del propio fallo.
En efecto, de ser otro el problema resuelto, consecuencia ineludible de la apreciación de la propia
incompetencia, sería la expresión de qué otro órgano se considera competente (arts. 51 y 52 LOPJ), que explícita
un mandato cuya raíz se encuentra en el art. 24.1 CE: pues siempre existirá algún órgano jurisdiccio nal
español que pueda considerarse competente objetiva, funcional y territorialmente. Por el contrario, cuando la
resolución judicial aprecia falta de competencia internacional o de «jurisdicción» (según la terminología
utilizada en el fundamento segundo del Auto de la Audiencia Provincial, y que es la empleada en el epígrafe del
Título I del Libro I de la Ley Orgánica del Poder Judicial, que contiene las normas específicas reguladoras de
dicha competencia), el señalamiento de otro órgano judicial como competente carece de sentido, pues
equivaldría a ordenar a órganos jurisdiccionales de otro Estado soberano la resolución del fondo del asunto.
Ello explica que la apreciación de la falta de competencia internacional se resuelva en la pura y simple ausencia
de competencia, pero sin señalar órgano judicial alguno que pueda conocer de la resolución del asunto.
Por lo demás, que éste era el problema planteado en términos materiales tampoco ofrece duda alguna, toda
vez que ni el Juzgado de Primera Instancia ni la Audiencia Provincial se cuestionan qué órgano jurisdiccional
español es competente para resolver sobre la demanda planteada por el actual recurrente en amparo. Lo único
que ambas instancias resuelven es su propia incompetencia para conocer de una demanda sobre derechos de
visita y pensión alimenticia, modificando las medidas adoptadas en una sentencia de divorcio pronunciada por
los órganos jurisdiccionales de un Estado extranjero.
Cabe, por tanto, concluir de lo anterior que, al actuar de esta forma, los Tribunales civiles han denegado una
resolución sobre el fondo de las pretensiones planteadas ante ellos por el actor, en relación con sus derechos e
intereses legítimos. En estos términos, el presente recurso de amparo versa sobre el derecho fundamental del art.
24.1 CE, y más concretamente sobre su vertiente de acceso a la justicia.
3. Este tribunal tiene repetidamente declarado que el núcleo del derecho fundamental a la tutela judicial, que
enuncia el art. 24.1 CE, consiste en el acceso a la jurisdicción. Todos tienen derecho a que un Tribunal resuelva en
el fondo las controversias de derechos e intereses legítimos planteadas ante él, salvo que lo impida una razón
fundada en un precepto expreso de una Ley, que a su vez sea respetuoso con el contenido esencial del derecho
fundamental (...). La interpretación judicial del correspondiente obstáculo procesal debe guiarse por un criterio «pro
actione» que, teniendo siempre presente la «ratio» de la norma y un criterio de proporcionalidad entre la entidad
del defecto advertido y la sanción derivada del mismo, no impida la cognición del fondo de un asunto sobre la base
de meros formalismos o de entendimientos no razonables de las normas procesales Pues cuando la
inadmisión cierra el acceso al proceso o, dicho con otras palabras, impide un pronunciamiento sobre el fondo
de los derechos e intereses legítimos sometidos a la tutela de los Tribunales, «el control constitucional ha de
realizarse de modo más riguroso, puesto que estamos ante el derecho que constituye el núcleo de la tutela
judicial efectiva» ( ...)
5. Teniendo en cuenta lo que antecede, el contraste de estas reglas y de las razones que las justifican con el
concreto juicio llevado a cabo por las decisiones que enjuiciamos, y que supusieron la declaración de
incompetencia de los Tribunales españoles para resolver sobre el caso propuesto, conduce a la conclusión de
que dicha declaración vulneró el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva.
Las resoluciones del Juzgado y de la Audiencia Provincial, en efecto, pronunciaron una «falta de competencia»
que no se apoya en regla alguna de competencia judicial internacional, sino en una simple regla relativa a la
competencia funcional. Es indudable que el art. 55 de la Ley de Enjuiciamiento Civil permite declarar, como
hicieron las resoluciones impugnadas, que la modificación de las medidas derivadas de separación o divorcio
corresponde al Juez que las dictó. Pero esa regla atañe precisamente a los Juzgados y Tribunales españoles,
únicos sometidos a nuestro Derecho, cuyas respectivas atribuciones delimita y ordena para evitar, como indica
gráficamente el Auto de la Audiencia Provincial, un caos ejecutorio.
De este modo, al negarse a conocer de la demanda presentada por el padre de los menores, las resoluciones
impugnadas negaron que ningún Tribunal español tuviera competencia para conocer de sus pretensiones. Y al
hacerlo fundándose ere una regla de competencia funcional, que reparte las competencia de los distintos
Tribunales españoles, denegaron el acceso a la jurisdicción aplicando una norma ajena a la decisión adoptada, y
que responde a principios y exigencias de orden muy diverso de las que delimitan la jurisdicción que ejercen los
Tribunales españoles y la que toca a los Tribunales de otros países. Estas últimas no son en nuestro caso sino
las establecidas, en el Derecho vigente, por la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985, y particularmente por
su artículo 22, en el orden civil.
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El rechazo, pues, de la demanda, y por ende de una resolución sobre el fondo de la pretensión deducida,
con apoyo en una norma extraña a la declaración de falta de competencia internacional, conduce ya a estimar
vulnerado el derecho a la tutela judicial efectiva. Negar la posibilidad de obtener un pronunciamiento de los
órganos jurisdiccionales españoles sobre el fondo de la pretensión suscitada, cualquiera que fuera el sentido de ese
pronunciamiento, en virtud de reglas completamente extrañas a las que expresan el delicado equilibrio
constitucionalmente exigible en la determinación de la competencia judicial internacional de nuestros
Tribunales, no es que resulte desproporcionado respecto a los fines que justifican la existencia de causas
legales que impiden el examen del fondo, sino que supone descartar cualquier relevancia de aquellos fines, tanto
como de las reglas concretas que a éstos sirven. La competencia judicial internacional de los Tribunales
españoles en el orden civil viene determinada por su regulación legal, es decir, en el art. 22 LOPJ, dejados de
lado los diversos convenios internacionales, aquí inaplicables. En tales reglas, y sólo en las mismas, debe
buscarse como punto de partida la respuesta a la cuestión de si es posible que nuestros Tribunales conozcan de
una determinada pretensión, pues sólo ellas responden a la serie de exigencias que, en algunos casos, puede
llevar a la trascendente consecuencia de que el Estado español renuncie a asumir la tutela judicial en un caso
concreto.
No corresponde, pues, a este Tribunal Constitucional dilucidar dónde tienen su domicilio la demandada y los
hijos del señor 1. ni, en definitiva, si nuestros Tribunales del orden civil ostentan o no jurisdicción sobre el litigio
planteado. Es posible que la regla general que establece la competencia de nuestros Tribunales cuando el
demandado tiene su domicilio en España (art. 22.2 LOP.I) lleve a estimar su competencia; o puede que al mismo
resultado se llegue aplicando las reglas especiales, en atención a los distintos criterios que enumera el apartado 3
del mismo precepto. Pero no procede zanjar el debate entablado entre las partes acerca de estos extremos en el
presente proceso constitucional. El art. 24,1 CE garantiza a los justiciables una decisión fundada en Derecho sobre sus
pretensiones, en su caso previa sustanciación de un proceso donde puedan formular y probar sus alegaciones con todas
las garantías. Es en él, ante los Tribunales civiles, donde deben resolverse los diversos aspectos de la controversia que
las partes han desplegado ante este Tribunal, cuya función se ciñe a garantizar que los Tribunales del orden
jurisdiccional especializados en materia de familia dispensen la tutela judicial requerida por la Constitución.
Por consiguiente, pmcede anular la declaración de incompetencia de la jurisdicción española, con el fin de que los
Tribunales civiles se pronuncien nuevamente sobre el presupuesto procesal de la jurisdicción conforme a los
criterios que enumera la Ley vigente en la materia, a la luz siempre del principio «pro actione» y teniendo en cuenta
todos los hechos de la cuestión, inclusive el intento de plantear la demanda llevada a cabo por el demandante de
amparo ante los Tribunales del Estado de Florida...»,
2.2.2.2. Cuestiones
Tras la lectura de la sentencia, ¿cree Vd. que los Tribunales civiles tienen jurisdicción para conocer del fondo del
asunto o, por el contrario, el demandante de amparo tendría que acudir al tribunal estadounidense para modificar las
medidas que pretende? ¿No es excesiva esta tesis, teniendo presente que su exmujer y los hijos tienen su
residencia en España? Justifique sus respuestas.
El TC deja claro en su sentencia 61/2000 que se ha vulnerado el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva,
reconocido en el art. 24.1 CE, cuando, tanto el Juzgado de Primera Instancia como la Audiencia Provincial, inadmitieron
a trámite la demanda por falta de jurisdicción.
Teniendo en cuenta que los hijos viven en España, sería de aplicación el art. 22.3 LOPJ ya que, en materia de
filiación y de relaciones paternofiliales, cuando el hijo tenga su residencia habitual en España al tiempo de la demanda,
conocerán de ella los Juzgados y Tribunales españoles del orden civil

2.2.2.3. Derecho aplicable: Art. 22 LOPJ, en relación con los arts. 36 y ss. LEC.

Realizado por: Mª Teresa Álvarez

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3. LOS CONFLICTOS JURISDICCIONALES

3.1. Caso 1 (§ 73)

3.1.1. Supuesto de hecho


Tibunal Supremo. Tribunal de confiaos de jurisdicción. Sentencia de 07/03/2012
El conflicto de jurisdicción se suscita en relación con la pretensión de la Administración Penitenciaria deducida en
el escrito formulado por el Abogado del Estado de considerar que el control de la ejecución y el cumplimiento de la
pena de trabajos en beneficio de la comunidad y de todas las incidencias a que los mismos pudieran dar lugar, es
competencia de su Servicio de Gestión de Penas y Medias Alternativas a la prisión, a quien corresponde efectuar las
verificaciones necesarias, de manera que los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria sólo deben examinar el informe final
por aquellos remitido y, en su caso, impugnar su legalidad conforme a los principios que rigen en el control de legalidad
de los actos administrativos.
Considera tal Delegación del Gobierno de Castilla-La Mancha, de la que en este caso depende dicho Servicio,
que, a raíz del Real Decreto 840/2011, de 17 de junio, que ha derogado el Real Decreto 515/2005, de 6 de mayo, la
determinación sobre si los penados han cumplido debidamente las penas de trabajos en beneficio de la comunidad
que se les hayan impuesto es algo que entra dentro de la competencia de la Administración Penitenciaria, no de los
Juzgados de Vigilancia Penitenciaria.
El art. 3.2 del Código Penal dispone en su párrafo final que «la ejecución de la pena o de la medida de seguridad se
realizará bajo el control de los Jueces y Tribunales competentes». Y, en relación con la pena consistente en la
realización de trabajos en beneficio de la comunidad, eI art. 49 del propio Código establece las condiciones de su
ejecución, siendo la primera que «se desarrollará bajo el control del Juez de Vigilancia Penitenciaria que, a tal
efecto, requerirá los informes sobre el desempeño del trabajo a la Administración, entidad pública o asociación de
interés general en que se presten los servicios». Pero la cuestión —"novedosa" al decir del Fiscal— que suscita el
conflicto planteado es consecuencia de la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, que, al incidir de manera relevante en el
sistema de medidas penales, dio lugar al Real Decreto 840/2011, de 17 de junio, como nuevo marco reglamentario
regulador de las circunstancias de ejecución de las penas de trabajo en beneficio de la comunidad. En ese nuevo
marco reglamentario y según la Abogacía del Estado, las competencias del Juzgado no se extienden a la forma de
ejecutar los planes relativos a los reclusos, correspondiendo a la Administración Penitenciaria, "en exclusiva", la
elaboración de los planes, su materialización y, efectuadas las verificaciones necesarias, la comunicación al Juez de
Vigilancia Penitenciaria de las incidencias relevantes durante la ejecución (art. 8) y el informe final (art. 9), ambos
del Real Decreto 840/2011. Todo ello supone según el informe de la Abogacía del Estado que, "al pretender el Juzgado
la verificación del plan, usurpe la competencia administrativa".
No puede extrañar que la cuestión aparezca como novedosa, dado que se funda en tan reciente disposición y que
altera el modo habitual en el que se había operado al efecto hasta entonces en las relaciones entre la Administración
Penitenciaría y el Juzgado de Vigilancia. Sí resulta sorprendente, en cambio, que, a la vista de las últimas y citadas
disposiciones, pueda fundarse un requerimiento de inhibición y llegar a formalizar un conflicto jurisdiccional porque,
al requerir el Juzgado determinada documentación, se entienda que "usurpa la competencia administrativa". Y la
sorpresa resulta de que, vistos los arts. 3 y 49 del Código Penal, ningún fundamento se halla para entender que el
control de ejecución y cumplimiento de la pena se sustraiga al órgano judicial y se traslade al servicio administrativo
de gestión: éste hace el seguimiento de la ejecución del Plan, pero no elimina el control del Juez de Vigilancia
Penitenciaria ni en términos generales. ni en los términos concretos en los que la colisión de criterios se
expresa en la documentación que obra en las actuaciones ahora consideradas.
Y ello no sólo porque el art. 49 del Código Penal no plantea dudas al respec to, sino porque tampoco los
presenta, debidamente interpretado, el Real Decreto 840/2011.
El citado precepto del Código Penal establece, específicamente en cuanto a la pena de "trabajos en
beneficio de la comunidad", que: «1. La ejecución se desarrollará bajo el control del Juez de Vigilancia
Penitenciaria, que, a tal efecto, requerirá los informes sobre el desempeño del trabajo a la Administración,
entidad pública o asociación. de interés general en que se presten los servicios».
A su vez, el punto 6 de dicho artículo señala que: «Los servicios sociales penitenciarios, hechas las
verificaciones necesarias, comunicarán al Juez de Vigilancia Penitenciaria las incidencias relevantes de la
ejecución de la pena...

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Soluciones de los Casos Prácticos de IDP Curso 2013/2014
Y concluye el punto 7 que, « fuina vez valorado el informe, el Juez de Vigilancia Penitenciaria podrá
acordar su ejecución en el mismo centro, enviar al penado para que finalice la ejecución de la misma en otro
centro o entender que el penado ha incumplido la pena».
Es cierto que el Real Decreto 840/2011 ha introducido una variación —para imprimir agilidad en el sistema
— en el régimen de aprobación de los Planes de cumplimiento de estas penas, planes que bajo el Real
Decreto 515/2005 debían ser aprobados previamente por los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria y que ahora
pueden ejecutarse directamente con su sola aprobación por el correspondiente Servicio de Gestión de
Penas y Medidas Alternativas (Administración Penitenciaria), que deberá trasladar los mismos al Juzgado,
quien podrá no conocerlos en sus detalles sino también suspenderlos o modificarlos.
En este sentido se ha dotado a la Administración Penitenciaria de mayores potestades atribuyéndosele la
competencia para aprobar el Plan de Ejecución. A tal efecto el art. 5.3 del Real Decreto 840/2011 establece que
la Administración Penitenciaria «elaborará el plan de ejecución dándose traslado al Juzgado de Vigilancia
Penitenciaria para su control, sin per uicio de su inmediata ejecutividad».
Como señala el propio preámbulo del nuevo Real Decreto 840/2011 en su párrafo séptimo "...En el
nuevo modelo diseñado por el presente Real Decreto, ordenada la ejecución por el órgano jurisdiccional
competente, articulada a través de la oportuna orden o mandamiento judicial de ejecución —o de control y
seguimiento—, la Administración Penitenciaria procederá a su materialización, defi niendo un plan
administrativo que se concretará previa citación para audiencia del sentenciado, que tiene así la oportunidad
de expresar sus prioridades individuales y sociales —familiares, educativas, laborales—; una vez notificado al
sentenciado el plan, éste tiene ejecutividad, y el sentenciado deberá proceder a su cumplimiento escrupuloso,
sin perjuicio de las facultades revisoras de la Autoridad Judicial a la que se confíe el control judicial de
legalidad de la ejecución administrativa de la medida penal de que se trate, articuladas a través de la puesta en
conocimiento del plan, sin perjuicio de que el sentenciado pueda oponerse al mismo».
Asimismo, como señala el Consejo General del Poder Judicial en el informe emitido el 22 de diciembre de
2010 al proyecto de Real Decreto 840/2011, «la novedad sustantiva de mayor interés resulta ser la aprobación de
los planes de ejecución de penas y medidas por parte de la autoridad penitenciaria, tras la cual tendrán inmediata
ejecutividad, sistema que se valora favorablemente, ya que la actividad de ejecución administrativa será
supervisada por la autoridad judicial».
Ahora bien, de ello no se deduce en modo alguno que los Juzgados hayan perdido sus funciones de control, e
incluso aceptación final, tanto de los planes mismos, como en especial —ya que lo que en este caso es lo que ha
dado lugar al presente conflicto de jurisdicción— del correcto y efectivo cumplimiento de las penas conforme a
dicho Plan.
Efectivamente, en cuanto al seguimiento y control de la ejecución de la pena, el texto del nuevo Real
Decreto prácticamente no varía. Así, el art. 8 del Real Decreto 840/2011 dispone que, « felfectuadas las
verificaciones necesarias, los servicios de gestión de penas y medidas alternativas comunicarán al Juez de
Vigilancia Penitenciaria las incidencias relevantes de la ejecución de la pena, a los efectos y en los términos
previstos en el artículo 49.6. y 7 del Código Penal», texto que es prácticamente idéntico aI anterior (sólo varía la
mención del nombre de estos servicios —el Real Decreto 515/2005 hablaba de los "servicios sociales
penitenciarios"—).
Es cierto que eI art. 9 del Real Decreto 840/2011 cambia algo el texto respecto de la información final una vez
cumplida la pena ya que dispone ahora (a diferencia de lo que se establecía en el Real Decreto 515/2005) que, «NI
na vez cumplido el plan de ejecución, los servicios de gestión de penas y medidas alternativas informarán de tal
extremo al Juez de Vigilancia Penitenciaria y al órgano jurisdiccional competente para la ejecución, a los efectos
oportunos». El texto anterior, en el artículo equivalente, el 10, disponía que «fuina vez cumplidas las jornadas
de trabajo, los servicios sociales penitenciarios informarán al juez de vigilancia penitenciaria de tal extremo a los
efectos oportunos».
Pero, en definitiva, estos cambios de redacción de los arts. 8 y 9 no significan en modo alguno que los
Juzgados hayan pasado a convertirse en meros observadores, o, más allá que eso, en meros receptores
formales de las comunicaciones que les mande la Administración Penitenciaria una vez que consideran se ha
cumplido el plan y, por ende, la pena, ni mucho menos que el informe final sea acto administrativo cuya legalidad
sólo pueda revisarse por la Jurisdicción Contencioso-Administrativa.
Por consiguiente el Juez de Vigilancia Penitenciaria es competente para solicitar los informes que en el control
de la ejecución de la pena estime oportunos, sin perjuicio de que la Administración pueda utilizar los recursos
pertinentes en la vía penal si cree que el Juez de Vigilancia Penitencia se extralimita en sus funciones de
control.
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3.1.2. Cuestiones
A) ¿Cuál es la función de los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria?

Examinar el informe final remitido por la Administración Penitenciaria y, en su caso, impugnar su legalidad conforme a
los principios que rigen en el control de legalidad de los actos administrativos.
B) ¿Y la de la Administración Penitenciaria en materia de ejecución de penas?
La elaboración de los planes, su materialización y efectuadas las verificaciones necesarias, la comunicación al Juez de
Vigilancia Penitenciaria de las incidencias relevantes durante la ejecución y el informe final.
C) ¿Por qué se plantea el conflicto?
Porque la requerir el Juzgado determinada documentación se entiende que usurpa la competencia administrativa.
D) ¿Por qué intervienen el Abogado del Estado y el Fiscal?
Porque según el art. 14 de LO de Conflictos Jurisdiccionales para resolver cualquier conflicto de jurisdicción el Tribunal
de conflictos dará vista de las actuaciones al Ministerio Fiscal y a la Administración interviniente por plazo común de
diez días, dictando sentencia dentro de los diez días siguientes

3.1.3. Derecho aplicable: Arts. 38 y Disposición Adicional 51 LOPJ; 1, 3, 10 y 14 LO de Conflictos


Jurisdiccionales; 3 y 49 CP.

Realizado por Noemí

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3.2. Caso II (§ 74)


3.2.1 Supuesto de hecho
Tribunal Supremo Sala de conflictos jurisdiccionales. Sentencia 23/06/2009.
Recibidas las Diligencias Previas 1297/2008 en el Juzgado Togado Militar Central núm. 1, y solicitado informe
sobre competencia al Fiscal Jurídico Militar, éste lo emite con fecha 20 de agosto de 2008 en el sentido de entender
que, aunque los hechos objeto de la querella se podrían subsumir dentro del Código Penal Militar, al amparo del artículo
138, éstos se encuentran dentro del ámbito de las funciones policiales y de orden público que desarrolla la Guardia
Civil, por lo que, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 7 bis del Código Penal militar, introducido por Ley
Orgánica 12/2007, de 22 de octubre, de Régimen Disciplinario de la Guardia Civil, no es aplicable el Código Penal
militar a tales hechos, informando desfavorablemente la competencia de la Jurisdicción Militar, dictándose por el
Juzgado Togado Militar Central número 1, con fecha 16 de septiembre de 2008, Auto por el que se acuerda no aceptar
la inhibición acordada por el Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia de las Diligencias Previas núm. 1297/08.
Recibido en el Juzgado de Instrucción número 15 copia del referido Auto dictado por el Juzgado Togado Militar
Central, se dio traslado a las partes para alegaciones, y con fecha 31 de octubre de 2008 se dictó nuevo auto por dicho
Juzgado de Instrucción en el que, partiendo de que la cuestión de la incardinación de las conductas denunciadas en
determinados tipos penales militares ha sido aceptada por ambos órganos jurisdiccionales, trata de precisar el
alcance del citado artículo 7 bis del Código Penal militar, que describe aquellos casos en que la actuación de la
Guardia Civil quedará excepcionalmente exenta de la aplicación del Código Penal militar, interpretando de acuerdo
con lo informado por el Ministerio Fiscal, que "el Código Penal Militar es siempre aplicable a los actos de servicio de
la Guardia Civil con la única excepción de aquellos de los que pueda proclamarse sin duda ni ambigüedad de ningún
tipo su carácter de actos de seguridad —mejor que de policía— y aun a éstos si se dan los casos del artículo 7 bis-2 2
CPM".
Entiende el Juzgado de Instrucción que en este caso concreto, en el que las acciones atribuidas al querellado son
sustancialmente la elaboración y emisión de un informe de idoneidad, dado el carácter puramente interno y orgánico
del acto achacado, no parece que se pueda considerar que corresponde a funciones atribuidas por la normativa de la
Guardia Civil para eI cumplimiento de su misión de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar
la seguridad ciudadana, por lo que acuerda plantear conflicto negativo respecto de la Jurisdicción Militar,
disponiendo la remisión de las actuaciones a la Sala de Conflictos de este Tribunal Supremo.
La Fiscalía Togada solícita en su informe que sea atribuida la competencia para el conocimiento de los hechos al
Juzgado Togado Militar Central, por entender que la exclusión o inaplicabilidad del Código castrense a los
miembros de la Guardia Civil debe entenderse referida no a todas sus acciones u omisiones sino, tan sólo a
aquéllas que lleven a cabo al realizar actos propios del servicio desempeñando funciones policiales.
Por su parte el Fiscal de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo significa el hecho de que la actuación del
querellado se desarrolla en el ejercicio de la Jefatura de Información y Policía Judicial, por Io que tales actividades se
enmarcan en el ámbito de funciones policiales y de orden público que desempeña la Guardia Civil, y que encajan en
el ámbito de exclusión del Código Penal militar del párrafo primero del artículo 7 bis, estimando por tanto competente
al Juzgado de Instrucción de Valencia.
En el presente caso, los hechos objeto de la querella interpuesta por delitos de falsedad y prevaricación, que dieron
lugar a la incoación de Diligencias Previas por el Juzgado de Instrucción número 15 de Valencia, se circunscribían
esencialmente a la propuesta formulada por el querellado, en su condición de Teniente Coronel Jefe de la Sección de
Información de la Zona de Valencia, de cese en el destino por falta de idoneidad del querellante, Cabo Primero de la
Guardia Civil, perteneciente a dicho servicio, por entender el querellante que los argumentos que se contenían en
dicha propuesta eran falsos y que pese a su falsedad determinaron que por el Director General de la Guardia Civil se
dictara resolución acordando su cese.
Sin embargo, ambos órganos jurisdiccionales coinciden en señalar al sostener su inhibición, que aunque los
hechos objeto de la querella, y especialmente la confección del informe al que se hace reiterada referencia en ésta,
pudieran ser incardinados en los tipos delictivos invocados en el Código Penal, resulta evidente —como también ha
reconocido el querellante al oponerse a la inhibición promovida por el Juzgado de Instrucción— que podrían ser
subsumidos, sin que ello suponga prejuzgarlos, en el tipo de abuso de autoridad del artículo 103 del Código Penal Militar,
que castiga al superior que "abusando de sus facultades de mando o de su posición en el servicio, irrogare un
perjuicio grave al inferior, le obligare a prestadones ajenas al interés del servicio, o le impidiere arbitrariamente el
ejercicio de algún derecho" o alternativamente en el tipo definido en el artículo 138 de dicho Código castrense,
referido al "militar que en el ejercicio de su mando se excediere arbitrariamente de sus facultades o,

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prevaliéndose de su empleo o destino, cometiere cualquier otro abuso grave", con lo que, en definitiva y por
aplicación del artículo 12.1 de la citada Ley Orgánica 4/1987, correspondería en principio la atribución de la
competencia al Juzgado Togado Militar Central.
Existiendo por tanto tal coincidencia en cuanto a la posible incardinación de los hechos descritos en la querella
en los tipos delictivos militares indicados, resulta evidente que la cuestión negativa únicamente se suscita —como
se reconoce en los distintos informes emitidos por los Fiscales de ambas Jurisdicciones y en los distintos autos
dictados por los órganos jurisdiccionales que pretenden su inhibición—como consecuencia de la interpretación y
aplicación del nuevo artículo 7 bis del Código Penal Militar, introducido en éste por la Disposición adicional
cuarta de la Ley Orgánica 12/2007, de 22 de octubre, de Régimen Disciplinario de la Guardia Civil, y que dice:
"Las disposiciones de este Código (Penal militar) no serán de aplicación a las acciones u omisiones de los
miembros del Cuerpo de la Guardia Civil en la realización de los actos propios del servicio que presten en el
desempeño de las funciones que, para el cumplimiento de su misión de proteger el libre ejercicio de los derechos y
libertades y garantizar la seguridad ciudadana, les atribuya en cada momento la normativa reguladora de dicho
Instituto.
No obstante, lo dispuesto en el párrafo anterior no será aplicable a los miembros del Cuerpo de la Guardia
Civil en tiempo de guerra, durante la vigencia del estado de sitio, durante el cumplimiento de misiones de
carácter militar, o cuando el personal del citado Cuerpo se integre en Unidades Militares".
Pues bien, en orden a la exégesis del indicado precepto, cuyo alcance es interpretado de forma distinta por
ambos Juzgados, la primera precisión que debe efectuarse respecto de la aplicación del Código Penal Militar a los
miembros de la Guardia Civil después de la introducción del mencionado artículo 7 bis, viene referida al hecho
evidente de que el legislador no ha tratado con ello de alterar el carácter militar del Benemérito Instituto. La Ley
Orgánica 2/1986, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que desarrolló el artículo 104 de la Constitución, confirmó
decisivamente en ese momento la naturaleza militar de la Guardia Civil y la condición de militares de sus
miembros, reiterándose expresamente en posteriores normas tal criterio.
Cabe recordar que, desde este punto de partida básico de la condición de militares de los miembros de la
Guardia Civil, se ha seguido hasta ahora la aplicación a éstos del Código Penal militar, dado que a tal efecto "se
entenderá que son militares quienes posean dicha condición conforme a las leyes relativas a la adquisición y
pérdida de la misma" (art. 8 CPM) y que, según la Ley 42/1999 de Régimen de Personal de la Guardia Civil, a la
que antes nos referimos, "son guardias civiles los españoles vinculados al Cuerpo de la Guardia Civil con una
relación de servicios profesionales de carácter permanente y, dada la naturaleza militar del Instituto en el que se
integran, son militares de carrera de la Guardia Civil" (art. 2.2).
Así las cosas, efectivamente el nuevo artículo 7 bis del Código Penal militar ha venido a suponer una limitación en
su aplicación a los miembros de la Guardia Civil, pero según se infiere sin esfuerzo del nuevo precepto, ésta viene
configurada en el primer párrafo del referido artículo y tan sólo comporta una excepción a la regla general de su
aplicación a la Guardia Civil, como sin duda se desprende de su propia literalidad, al referir que sus disposiciones no
serán de aplicación a los específicos supuestos que establece, no operando además tal excepción —a tenor de lo
establecido en el párrafo segundo de dicho precepto— en los casos que en éste se señalan (tiempo de guerra, estado
de sitio, cumplimiento de misiones de carácter militar o cuando el personal del citado Cuerpo se integre en Unidades
Militares), en los que se aplica el Código Penal militar en su integridad, cualesquiera que fueran las funciones,
policiales o no, que estuviera desempeñando la Guardia Civil.
Como decimos, tal interpretación del artículo 7 bis del Código Penal Militar fluye naturalmente de su literalidad, y
en definitiva, fuera de estas situaciones específicamente previstas en el párrafo segundo del indicado precepto, en
las que se aplica el Código Penal militar en su integridad, habrá de entenderse que éste no es aplicable a los
miembros de la Guardia Civil únicamente cuando la posible conducta delictiva prevista en dicho Código se lleve a
cabo "en la realización de los actos propios del servicio que presten en el desempeño de las funciones que, para el
cumplimiento de su misión de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad
ciudadana, les atribuya en cada momento la normativa reguladora de dicho Instituto", como ha señalado reciente y
repetidamente la Sala de lo Militar de este Tribunal Supremo (Sentencias de 16 y 20 de abril y 6, 8, 12 y 27 de mayo
de 2009).
Ahora bien, para concretar el ámbito de la exclusión de su aplicación, habrá de tenerse en cuenta que los miembros
de la Guardia civil, dada su permanente condición de militares, pueden incurrir en comportamientos que lesionen
bienes jurídicos propios del orden castrense, como son la disciplina, la relación jerárquica o el cumplimiento de
deberes esenciales exigibles como tales militares, y que, aunque no estén al margen del desempeño de una
determinada función de seguridad ciudadana o policial, se encuentran desvinculados de la realización de los actos
propios del servicio que exige el desempeño de dicha función, por no formar parte de la actuación concreta que la
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realización del servicio exige.
Hemos dicho que fuera de los supuestos previstos en el párrafo segundo de dicho precepto, en los que dicho Código
se aplica íntegramente, la exclusión del Código Penal militar no opera respecto de toda actuación profesional de un
miembro de la Guardia Civil, sino sólo respecto de los actos propios del servicio que éste realice para el desempeño de
funciones de seguridad o policiales, y consecuentemente tal particular exclusión no puede alcanzar a la elaboración y
emisión de una propuesta de cese en el destino por falta de idoneidad. Como bien señala el Auto del Juzgado de
Instrucción núm. 15 de Valencia, el Teniente Coronel Jefe de la Sección de Información, al redactar tal propuesta,
realizaba una actuación de carácter puramente interno de valoración profesional de un subordinado, en la que prima el
carácter militar de la relación jerárquica existente entre ambos, dentro de la estructura de naturaleza militar de la
Guardia Civil, sin desempeñar en esa actua ción concreta función específica de seguridad o policial alguna de las
que, para "proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana" atribuye a la
Guardia Civil el artículo 11 de la Ley 2/1986, de 13 de marzo, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, antes citada,
como Cuerpo de Seguridad del Estado, por lo que no rige la excepción a la aplicación del Código Penal militar
prevista en el párrafo primero del tan mencionado artículo 7 bis del mismo.

3.2.2. Cuestiones:
A) ¿Entre qué jurisdicciones se plantea el presente conflicto de jurisdicción?
Entre la jurisdicción ordinaria (Juzgado de Instrucción Nº15 de Valencia)y la jurisdicción militar (Juzgado Togado Militar
Central Nº1)
B) ¿Por qué interviene el Fiscal?
En los conflictos de jurisdicción entre los Juzgados o Tribunales y la jurisdicción militar, son preceptivos los informes
emitidos por el Ministerio Fiscal Ordinario y por la Fiscalía Jurídico Militar.
Normativamente se desarrolla en la Ley Orgánica 2/1987 de Conflictos Jurisdiccionales;
Art. 23.- 1. El Juez o Tribunal que, por propia iniciativa o a instancia de parte, considere de su jurisdicción un asunto del
que esté conociendo un órgano de la jurisdicción militar, solicitará el informe del Ministerio Fiscal, que deberá evacuarlo
en término de cinco días. Sí decide a su vista formalizar el conflicto de jurisdicción, se dirigirá directamente al órgano de
la jurisdicción militar requerida.
2. Si un órgano de la jurisdicción militar considera de su jurisdicción un asuntos del que esté conociendo un Juez o
Tribunal ordinario, solicitará el parecer del Fiscal Jurídico Militar. Si visto éste, decide formalizar el conflicto, se dirigirá
directamente al Juez ó Tribunal requerido.
C) ¿Las Fiscalías de lo Militar pertenecen al Ministerio Fiscal?
La Fiscalía Jurídico Militar viene regulada en el Titulo IV, Capítulo I de la Ley Orgánica 4/1987 de 15 de Julio de la
Competencia y Organización de la Jurisdicción Militar, artículos 87 y siguientes.
Art. 87.- La Fiscalía Jurídico Militar, dependiente del Fiscal General del Estado, con la organización que se establece
en este título, forma parte del Ministerio Fiscal
D) Resuma la causa del conflicto y la posición de los órganos intervinientes.
Causa : La causa de este conflicto jurisdiccional negativo es que ambos órganos, primero el ordinario y
posteriormente el militar, deciden rehusar simultáneamente de conocer el asunto que el actor expone
en su querella.
Posición de los órganos intervinientes : Por un lado el Juzgado de Instrucción Nº15 de Valencia
entiende que los supuestos de hecho expuestos por el querellante son de carácter puramente interino
y orgánico y no se pueden entender dentro de los supuestos considerados en el art.7bis del Código
Penal militar. Por esto entiende que es la Jurisdicción militar la que debe conocer de ellos.
En cambio, por otro lado, el Juzgado Togado Militar Central Nº1 se ampara en el Informe de Competencia del Fiscal
Jurídico Militar, emitido el 20 de agosto de 2008,en el sentido de entender que aunque los hechos se podrían incluir en
el CPm,al amparo del art.138,tales hechos se encuentran dentro de las funciones policiales y de orden público que
desarrolla la Guardia Civil por lo que, de conformidad con lo dispuesto en el art. 7bis del CPm introducido por LO
12/2007,de 22 de octubre, del Reglamento Disciplinario de la Guardia Civil no es aplicable el CPm a tales hechos.
El J.T.M.C: nº1, con fecha de 16 de septiembre de 2008 dicta Auto por el que se acuerda no aceptar la inhibición
acordada por el J.I nº15 de Valencia de las Diligencias previas 1297/08.

3.2.3. Derecho aplicable: Arts. 23.2 L.O. de Conflictos jurisdiccionales de 18 de mayo de 1987; 39 LOPJ; 7 bis,
103 y 138 Código Penal Militar; 9 b) y 15 Ley de FFCC de la Seguridad del Estado de 13 de mayo de 1986

Realizado por: Irene Losada y Manuel Aboy


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Sección Cuarta

EL PERSONAL JURISDICCIONAL Y COLABORADOR

LECCIÓN 12. EL PERSONAL JURISDICCIONAL

1. Los Jueces y Magistrados

1.1. Caso I (§ 75)

1.2. Caso II (§ 76)

1.3. Caso III (§ 77)

1.4. Caso IV (§ 78)

2. Los Secretarios Judiciales

2.1. Caso I (§ 79)

2.2. Caso II (§ 80)

2.3. Caso III (§ 81)

2.4. Caso IV (§ 82)

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SECCIÓN CUARTA
EL PERSONAL JURISDICCIONALY COLABORADOR
Lección 12
EL PERSONAL JURISDICCIONAL

1. LOS JUECES Y MAGISTRADOS 1.1. Caso 1 (§ 75)

1.1.1. Supuesto de hecho


De conformidad con lo dispuesto en el Anteproyecto de reforma de la LOPJ, de 14 de julio de 2005, los Jueces de
Proximidad, si bien eran nombrados por el CGPJ, habían de serlo a propuesta de una terna que confeccionaban
los Ayuntamientos y habían de ser "jueces a plazo", ya que su mandato tenía una duración de seis años, pudiendo
acceder mediante concurso a la categoría de Juez.
Convertido dicho Anteproyecto en Proyecto, de 23 de diciembre de 2005, se ha modificado profundamente, tanto
el sistema de acceso, que es mediante concurso, convocado por el CGPJ, como su régimen jurídico, toda vez que ya no
aparecen configurados como jueces a plazo, sino de duración indefinida, pudiendo a los nueve años acceder,
mediante concurso a la categoría de juez.

1.1.2. Cuestiones
A) Desde la óptica constitucional, ¿qué principios o garantías vulneraba la configuración que el Anteproyecto de la
Justicia de Proximidad pretendía efectuar de la justicia de proximidad?
El Anteproyecto de la Justicia de Proximidad se basaba en la creación de unos juzgados de proximidad, en aquellas
ciudades donde hubiera juzgados de primera instancia e instrucción, que cumplan los requisitos del artículo 121.1 de la
Ley de Bases de Régimen Local.
Estos tendrían la categoría de mixtos y conocerían sobre determinadas competencias de menor entidad y escasa
complejidad, en los órdenes civil, penal y contencioso-administrativo, es decir, en todos los órganos jurisdiccionales, a
excepción de lo del social. Con el fin último de “acercar la justicia a los ciudadanos”.
El Anteproyecto de Ley dejaba en manos de la Asamblea Legislativa de la CCAA, con competencias en materia de
justicia, la creación de estos, y designación de los jueces.
Siendo una prerrogativa del CGPJ el acceso a la judicatura y su promoción, dicho Anteproyecto, entre otros artículos de
la CE, vulneraba el 117,121/2; y el 24
B) ¿Se acomoda plenamente el Proyecto de Ley a las referidas exigencias constitucionales
En esencia (en tanto en cuanto, el Tribunal Constitucional no sentencie lo contrario), y con arreglo al artículo 301.3 de
la LOPJ (el ingreso en la Carrera Judicial por la categoría de juez se producirá mediante la superación de oposición
libre y de un curso teórico y práctico de selección realizado en la Escuela Judicial) cumple con todas las garantías
constitucionales

1.1.3. Derecho aplicable: Arts. 118.1 y 122.1 CE.

Realizado por: J. Francisco Trigo

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1.2. Caso II (§ 76)

1.2.1. Supuesto de hecho


Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo).
«La demandante interpone recurso contencioso-administrativo contra acuerdo del Pleno del Consejo General del
Poder Judicial de 20 de mayo de 1998, por el que se desestimó el recurso ordinario interpuesto contra resolución de la
Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que acordó su cese como Juez en régimen de
provisión temporal.
En su escrito de demanda, la recurrente alega, en primer lugar, que el procedimiento seguido para declarar su cese
no gozó de las garantías propias del procedimiento administrativo sancionador.
La alegación no puede prosperar, porque la decisión administrativa confirmada por el Consejo General del Poder
Judicial no tiene naturaleza sancionadora, aunque afecte a la esfera jurídica de la actora, sino que, simplemente,
tiene por objeto evitar que la escasa exigencia de los medios previstos en la Ley para acreditar la idoneidad de los
nombrados para cubrir puestos de jueces en régimen de provisión temporal, pueda llegar a producir una grave
perturbación del interés público si no se acude con la rapidez y eficacia precisas a la eventualidad de que alguno de
los designados no tenga realmente aptitudes específicas para solventar los problemas que pueda implicar el
desempeño del juzgado que le haya correspondido. Es por eso que de ningún modo cabe hablar de sanción, sino de
simple inadecuación del nombrado a su función, comprobada como consecuencia de su efectivo ejercicio, sistema que a
su vez deriva del mencionado poco rigor de los elementos tenidos en cuenta para hacer dicha comprobación antes de
proceder al nombramiento, consecuencia del débil estatuto jurídico que acompaña a estos jueces.
Habida cuenta de estas circunstancias, resulta que el escueto procedimiento previsto en el artículo 433 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial —sumaria información con audiencia del interesado y del Ministerio Fiscal— constituye una
forma especial de proceder, que responde perfectamente a la finalidad de la norma y que no precisa integrarse, por vía
de supletoriedad, con el régimen jurídico de los expedientes sancionadores.
... la demandante se centra en la cuestión de la idoneidad para el ejercicio del cargo de Juez, aduciendo a este
respecto que su nombramiento resultó de un proceso selectivo en el que quedó acreditada tal idoneidad, por lo que
para desvirtuar esta apreciación debían haberse acreditado las razones que justificaron el cambio de criterio sobre
su aptitud profesional, lo que en este caso no se ha hecho, al no constar en el expediente dato alguno sobre
actuaciones indebidas en el desempeño de su función.
Frente a estas alegaciones de la demandante, ha de tenerse presente que como se decía en el Auto de 15 de abril
de 1999, por el que se denegó el recibimiento prueba de este proceso, lo relevante en el caso debatido no es la
idoneidad o aptitud apreciada en el proceso selectivo que culminó con su nombramiento, sino la acreditada por el
efectivo ejercicio de la función jurisdiccional, sobre el que existen informes y declaraciones coincidentes en las
informaciones sumarias practicadas, en el sentido de que su actuación diaria en el ejercicio de su función como
Juez revelaba una carencia de la aptitud para el desempeño del cargo».
La demandante impone recurso contencioso-administrativo contra acuerdo del Pleno del Consejo General del
Poder Judicial […] en el sentido de que su actuación diaria en el ejercicio de su función como Juez revelaba
una carencia de la aptitud para el desempeño del cargo

1.2.2. Cuestiones
A) ¿Qué régimen tienen los jueces temporales?
Los Jueces nombrados con carácter temporal están en régimen de provisión de vacantes que resultan desiertas en los
concursos. Durante el tiempo en que desempeñen su función, están sometidos al estatuto jurídico de los miembros de
la Carrera Judicial, con las retribuciones asignadas por el Gobierno en las previsiones presupuestarias

B) ¿Quién los nombra y mediante qué procedimiento?


Los nombramientos son efectuados por las Salas de Gobierno de los Tribunales Superiores de Justicia. Y el Consejo
General del Poder Judicial puede dejar sin efecto estos nombramientos si no se ajustan a la Ley.
Los Jueces serán seleccionados mediante un Concurso oposición, donde se valorará un baremo de méritos, en virtud
del art. 431.b LOPJ, y se realizarán pruebas para demostrar la aptitud para el desarrollo de las funciones judiciales

C) ¿Porqué rechaza el TS que el cese acordado sea una sanción?


El Tribunal Supremo rechaza que el acuerdo sea una sanción, ya que está perfectamente tipificado en el art. 433 LOPJ
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como una forma especial de proceder, respondiendo a la norma y que no se integra en el régimen jurídico de los
expedientes sancionadores

D) ¿Qué procedimiento se ha seguido para el cese?


Se ha seguido el procedimiento regulado en la Ley Orgánica del Poder Judicial en el artículo 433. d) y e). Cuyo tenor
literal indica como causa de cese:
433. d) Por decisión de dicha Sala (la Sala de Gobierno que los nombró), cuando incurriere en algunas de las causas
de incapacidad, incompatibilidad o prohibición establecida en la Ley, previa una samaria información con audiencia del
interesado y del Ministerio Fiscal.
433. e) Por acuerdo de aquella, cuando se advierte en ellos falta de aptitud o idoneidad para el ejercicio de su cargo y
cuando dejaren de atender diligentemente los deberes de este con las mismas garantías en cuanto a procedimiento
establecidas en la letra anterior

1.2.3. Derecho aplicable: Arts. 58, 428, 431, 432, 433.1 LOPJ..

Realizado por: Iván Hernández y Juan Carlos Tortosa

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1.3. Caso III (§ 77)

1.3.1. Supuesto de hecho

Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo).


«El objeto del recurso se centra en determinar la conformidad al ordenamiento jurídico del Acuerdo adoptado
por la Comisión Disciplinaria en reunión del Consejo General del Poder Judicial de 2 de junio de 1998, que en el
punto... y correspondiendo a las Diligencias Informativas núm. .../1998, acordó archivar las actuaciones relativas al
Juzgado de Primera Instancia e Instrucción núm. 5 de ..., porque según el informe del Servicio de Inspección, el
Juez denunciado causó baja como Abogado en el Colegio de Las Palmas el 10 de octubre de 1996 y fue nombrado
Juez de dicho órgano judicial en virtud de Orden de fecha 30 de septiembre de 1997, publicada en el Boletín
Oficial del Estado de 10 de octubre de 1997.
En el caso de dicho Juez, según señala el Acuerdo impugnado, no se ha acreditado que ejerciera como
Abogado en el referido Juzgado, habida cuenta que incluso el propio denunciante hace alusión a una hipotética
posibilidad que pudo tener al estar colegiado en el Colegio de Abogados de ... y como quiera que el artículo
393.3 de la LOPJ se está refiriendo al efectivo ejercicio de la Abogacía o Procuraduría en una Audiencia o en un
órgano, no a la posibilidad de ese ejercicio, resulta que no se aprecian circunstancias que pudieran motivar una
reprobación disciplinaria».

1.3.2. Cuestiones

A) ¿A qué tipo de prohibición hace referencia el supuesto planteado? ¿Qué pretende salvaguardar tal prohibición?
A la prohibición de no ejercer como juez en una Audiencia o Juzgado en el que haya ejercido la Abogacía, recogida en el
art. 393.3 de la LOPJ según el cual: no podrán los jueces y magistrados desempeñar su cargo: en una audiencia o juzgado
en que hayan ejercido la abogacía o el cargo de procurador en los dos años anteriores a su nombramiento.
Esta prohibición pretende preservar la imparcialidad, ya que no podrán conocer a través de los recursos devolutivos, de
asuntos que hubieren conocido ya con anterioridad en primera instancia, ni en calidad de jueces de lo penal, de diligencias
que hubieren podido practicar con anterioridad como Jueces de Instrucción. En caso de incompatibilidades se puede
ejercitar la recusación, pero si no se solicita se incurre en falta grave o muy grave. También se trata de salvaguardar la
independencia del Juez, ya que en el trascurso de su ejercicio como abogado puedo entablar amistad con otros miembros
de la abogacía que hayan ejercido al mismo tiempo que el. Sólo con independencia judicial y unos conocimientos
suficientes de Derecho se puede conseguir esa imparcialidad a la hora de la aplicación de Derecho
B) ¿Por qué turno ingresó en la Carrera Judicial el Juez denunciado? ¿Sería hoy posible dicho ingreso a la
categoría de Juez? ¿Y a la de Magistrado? ¿Y a la de Magistrado del Tribunal Supremo?
El Juez ingresa mediante oposición libre. Según la orden del 30 sep de 1997, publicada en el BOE el 10 de octubre de
1997. Aprobó su oposición, cursó dos años en la Escuela Judicial y superó el curso de formación selectiva.
Actualmente se mantiene ese sistema de acceso, según el Art. 301.3 (El ingreso en la Carrera Judicial por la categoría
de juez se producirá mediante la superación de oposición libre y de un curso teórico y práctico de selección realizado en la
Escuela Judicial). La oposición libre, instaurada por la LPOJ de 1870, se mantiene como sistema tradicional y ordinario de
ingreso en la Judicatura y la Fiscalía, pues la oposición es hoy común para ambos cuerpos, la oposición libre es la única vía
de acceso a la judicatura, y el posterior curso en la Escuela Judicial. Al CGPJ le corresponde la facultad de convocar, al
menos cada dos años, a oposición libre las plazas de Juez vacantes, de las cuales, al menos el 5% han de reservarse a
personas con discapacidad, quienes también habrán de superar las pruebas selectivas.
A la categoría de magistrado se accede mediante otra vía de ingreso, por concurso entre los jueces o por concurso
entre juristas de reconocido prestigio.
El acceso a Magistrado del TS se realiza mediante designación libre del CGPJ según estos criterios:
 De cada cinco plazas de sus Magistrados, cuatro se proveerán entre miembros de la Carrera Judicial con
diez años, al menos, de servicios en la categoría de Magistrado y no menos de quince en la Carrera, y la quinta
entre Abogados y otros juristas, todos ellos de reconocida competencia.
 De cada cuatro plazas reservadas a la Carrera Judicial, corresponderán:
a) Dos a magistrados que hubieren accedido a la categoría mediante las correspondientes pruebas

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de selección en el orden jurisdiccional civil y penal o que las superen ostentando esa categoría, o, en
función del orden jurisdiccional, dos a magistrados especialistas en el orden jurisdiccional contencioso-
administrativo y social o que pertenezca en este último caso al extinguido Cuerpo de Magistrados de
Trabajo. En este turno se exigirán 15 años en la Carrera y sólo cinco en la categoría.
o A los efectos de la reserva de plazas en el orden jurisdiccional civil, los magistrados que hubiesen
superado las pruebas de especialización en materia mercantil se equipararán a los que hubiesen
superado las pruebas de selección en el orden jurisdiccional civil.
b) Dos a magistrados que reunieren las condiciones generales para el acceso al Tribunal Supremo señaladas
en el artículo anterior
C) ¿Qué requisitos se exigen para cada una de estas vías de ingreso?
Los jueces, Magistrados y Magistrados del TS como primer requisito deben estar en posesión del grado de licenciado
en Derecho. Han de ser además españoles, mayores de edad y no estar incursos en causa de incapacidad o de
incompatibilidad para el oficio judicial (art . 301.6 y 302) en todos los casos y no tener la edad de jubilación en la Carrera
Judicial ni alcanzarla durante el tiempo máximo previsto legal y reglamentariamente para la duración del proceso selectivo,
hasta la toma de posesión, si es el caso, el curso de selección en la Escuela Judicial.
Están incapacitados para el ingreso en la carrera judicial los impedidos física o psíquicamente, los condenados por
delitos dolosos mientras no hayan obtenido la rehabilitación. Los procesados o inculpados por delito doloso mientras no
sean absueltos o se dicte acto de sobreseimiento y aquellos que no estén en pleno ejercicio de sus derechos civiles
1.3.3. Derecho aplicable: Arts. 393, 389, 301, 311, 343 y 345 LOPJ.

Realizado por: Nerea Martín y Sonia Rodríguez

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1.4. Caso IV (§ 78)
1.4.1. Supuesto de hecho
Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo).
La asociación profesional Jueces para la Democracia impugna en el presente recurso contencioso-administrativo
el Real Decreto 391/1989, de 21 abril, por el que se establece la cuantía del complemento de destino de los miembros del
Poder Judicial y del Ministerio Fiscal, en el punto concreto referente a la clasificación de los puestos de trabajo de
Magistrados de los órganos unipersonales con sede en la capital de ...
Alega el Abogado del Estado en la contestación a la demanda, que, independientemente de tratarse de una
pretensión que carece de sentido, al no deberse estimar la pretensión principal, se trata de una pretensión de plena
jurisdicción de carácter personal y para cuya formulación carece de legitimación la Asociación Profesional de
Jueces y Magistrados Jueces para la Democracia.
Es doctrina reiteradamente declarada por el Tribunal Constitucional y por este Tribunal Supremo que, a partir de la
Constitución, la noción de interés directo como requisito de legitimación del artículo 28 de la Ley Jurisdiccional ha
quedado englobada en el concepto más amplio de «interés legítimo» por obra de su artículo 24.1, precepto que
precisamente emplea esta expresión en relación con el derecho a la tutela judicial efectiva. Interés legítimo real y
actual, que puede ser tanto individual como corporativo o colectivo y que también puede ser directo o indirecto, en
correspondencia con la mayor amplitud con la que se concibe en el texto constitucional la tutela judicial de la
posición del administrado y la correlativa necesidad de fiscalizar el cumplimiento de la legalidad por parte de la
Administración. Lo que se ha manifestado, muy claramente, en el artículo 7.3 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
6/1985, adoptada con posterioridad a la Constitución (cfr. Sentencia del Tribunal Constitucional 195/1992, Fundamento
Jurídico 4).
La asociación profesional de los Magistrados y Jueces, al igual que la de los Fiscales viene contemplada en un
precepto específico de la Constitución —artículo 127—, que prohíbe la pertenencia de los mismos a partidos políticos y
sindicatos y por tanto esa autorización constitucional especial es el único cauce que tiene la Carrera Judicial para
defender sus intereses profesionales y ello es un argumento más para que su legitimación para promover procesos en
defensa de.dichos intereses deba potenciarse y entenderse en sentido amplio, concediéndola siempre que los actos y
disposiciones contra los que recurra incidan perjudicialmente en sus legítimos intereses asociativos (cfr. Sentencia del
Tribunal Constitucional 24/1987, Fundamento Jurídico 3). Tutela judicial que, como en el caso que aquí se plantea, no
tiene que reducirse forzosamente a la mera declaración abstracta sobre la legalidad del acto o disposición recurridos sino
que puede extenderse, lógicamente a la fijación de criterios generales de reparación que, a partir de la hipotética
declaración de ilegalidad. deberán aplicarse a las situaciones personales que resulten afectadas.

1.4.2. Cuestiones
A) ¿Qué prohibiciones tienen los Jueces y Magistrados respecto a actividades permitidas a la mayoría de
los ciudadanos?
Los Jueces y Magistrados llevan implícito a sus cargos una larga lista de incompatibilidades y prohibiciones,
exigiéndoles plena dedicación y una absoluta imparcialidad en su labor, con el fin de garantizar su independencia. Este
régimen de prohibiciones que tienen los Jueces y Magistrados, están previstos en los art. 389 a 397 de la LOPJ,
destacamos la existencia de incompatibilidades absolutas y específicas.
Centrándonos en la cuestión que se nos plantea, entre las prohibiciones que tienen los Jueces y Magistrados con
respecto a cualquier ciudadano, cabe destacar la incompatibilidad con todo empleo, cargo o profesión retribuida, salvo
la docencia o investigación jurídica, así como la producción y creación literaria, artística, científica y técnica y las
publicaciones derivadas de aquélla. Con el ejercicio de toda actividad mercantil, funciones de Director, Gerente,
Administrador, Consejero, Socio colectivo o cualquier otra que implique intervención administrativa o económica en
sociedades o empresas mercantiles. Su actividad es incompatible además con el ejercicio de cualquier otra jurisdicción
ajena a la del Poder Judicial, cargos de elección popular o designación política del Estado, comunidades autónomas,
provincias y demás entidades locales y organismos dependientes de cualquier de ellos, por supuesto, con empleos o
cargos dotados o retribuidos por la Administración del Estado, las Cortes Generales, la Casa Real. Asimismo, se le
prohíben empleos de toda clase en los Tribunales y Juzgados, y tampoco pueden ejercer la Abogacía o Procuraduría
así como asesoramiento jurídico.
En definitiva, estas incompatibilidades absolutas vienen a decir que no pueden desempeñar ningún otro cargo, ya sea
lucrativo o no, a la vez que el suyo propio, salvo la docencia y la investigación jurídica.
En lo que se refiere a las incompatibilidades relativas o específicas, (art. 391 a 394 LOPJ), no podrán pertenecer a una
misma Sala de Justicia o Audiencia Provincial Magistrados que estuvieren unidos por vínculo matrimonial o situación
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de hecho equivalente, o tuvieren parentesco entre sí dentro del segundo grado de consanguinidad o afinidad. Es decir,
existe la incompatibilidad específica por razones de parentesco y carácter profesional.
Según el art. 127 de la CE, se les prohíbe la afiliación a partidos políticos y sindicatos, mientras estén en activo.
Todas estas prohibiciones les están permitidas al resto de ciudadanos.
En contrapartida a todas las exigencias del Estado a los Jueces y Magistrados, éste garantiza la independencia
económica de los mismos mediante una retribución económica adecuada a la dignidad de la función jurisdiccional,
también garantiza un régimen de Seguridad Social que proteja a los Jueces y Magistrados y a sus familiares durante el
servicio activo y la jubilación, tal y como figura en el art. 402 de la LOPJ
A) ¿Qué finalidad tienen?
Según el art. 127 de la CE, la Ley establece un régimen de incompatibilidades y prohibiciones a Jueces y Magistrados
que tendrán como finalidad, garantizar y asegurar la independencia judicial.
Cabe destacar también el art.117.1 CE que reza: “La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por
Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos
únicamente al imperio de la ley”.
En definitiva, este es el objetivo de las incompatibilidades y prohibiciones, preservar la independencia de los Jueces y
Magistrados
B) ¿Pueden asimilarse las Asociaciones judiciales a los sindicatos?
No. De acuerdo con lo establecido en el art. 127 de la Constitución, prohíbe la afiliación de los jueces a sindicatos, pero
permite y se reconoce el derecho de libre asociación profesional de Jueces y magistrados. Por tanto, no puede
asimilarse las Asociaciones judiciales con los sindicatos.
Este derecho fundamental (art. 22 CE) se desarrolla con detalle en el art. 401 de la LOPJ, sólo podrán formar parte de
estas asociaciones los jueces y magistrados sin que puedan afiliarse a más de una. Estas asociaciones han de
perseguir fines lícitos, defensa de los intereses profesionales de sus miembros en todos los aspectos y actividades
encaminadas al servicio de la justicia en general
C) ¿Pueden representar a sus asociados?
Si. Estas asociaciones, están legitimadas también para recurrir, en nombre de sus asociados, las sanciones
disciplinarias que el CGPJ pueda imponerles (art. 425.8.2).
Dejo más abajo la finalidad de la Asociación “Jueces para la Democracia”, en su punto número 9, puede verse
claramente cómo se permite esta acción 7.

1.4.3. Derecho aplicable: Art. 127 CE, 401, 425 LOPJ.

Realizado por: Irene Sánchez y Julia García

7 "JUECES PARA LA DEMOCRACIA" es una asociación profesional de Jueces y Magistrados, inscrita en el Consejo
General del Poder Judicial conforme al artículo 401 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Finalidad de la Asociación:
1.- Contribuir a la promoción de condiciones que hagan efectivos los valores que la Constitución proclama. 2.- Reclamar todos
aquellos medios complementarios que lleven a la legitimación democrática del Poder Judicial. 3.- Realizar estudios y actividades
encaminados a la mejora del servicio de la Justicia.4.- Elaborar propuestas de reformas orgánicas y procesales tendentes a lograr
una Administración de Justicia más próxima a los ciudadanos. 5.- Defender los intereses profesionales de sus asociados y la
mejora de sus condiciones de trabajo, reclamando medios humanos, técnicos, y materiales dignos y suficientes para el desempeño
de la función jurisdiccional. 6.- Fomentar y mejorar la formación científica de los asociados y el estudio de las cuestiones de
especial relevancia en el orden social. 7.- Colaborar con otras asociaciones judiciales, profesionales jurídicas o no jurídicas, para
mejorar el funcionamiento de la administración de justicia. 8.- Editar publicaciones periódicas para estudiar problemas legales y
jurídicos, denunciar deficiencias de las normas o carencias de medios y difundir una visión democrática y constitucional en el
desempleo de la función jurisdiccional. 9.- Apoyar y defender a sus asociados cuando se ven afectados en su independencia
judicial o condiciones de trabajo, asesorándoles si lo solicitan. 10.- Y en definitiva a todas aquellas tareas y actividades que puedan
contribuir a la rapidez, eficacia y desarrollo de la Constitución por la administración de Justicia. Para más información consultar:
http://www.juecesdemocracia.es/

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2. LOS SECRETARIOS JUDICIALES

2.1. Caso I (§ 79)

2.1.1. Supuesto de hecho


Con fecha 7 de abril de 2011, se notificó a nuestro Procurador una Diligencia de Ordenación dictada por el
Secretario Judicial del Juzgado de lo Mercantil ... de Madrid, mediante la que se ordena registrar, numerar y formar
autos en relación a la demanda presentada por esta parte contra la sociedad mercantil ..., y en la que, además,
"observándose en la demanda el defecto de acumular acciones", se requiere a esta parte demandante "para que
desacumule las acciones formuladas de forma subsidiaria conforme al artículo 73 de la LEC al carecer este
Tribunal de competencia objetiva, y subsane el defecto en el plazo de diez días".
La mencionada Diligencia de Ordenación concluye con la siguiente advertencia: "Apercíbase a la parte actora
que si no subsana el citado defecto en el plazo indicado, de diez días, se archivarán las actuaciones".
OJO!!
1º Art. 73.3 LEC. El plazo de subsanación es de 5 días si se hubiesen acumulado acciones indebidamente.
2º Art. 206 LEC: Las resoluciones del Secretario Judicial se denominan diligencia de ordenación cuando la resolución
tenga por objeto dar a los autos el curso que la ley establezca (SUPER ACLARACIÓN)

2.1.2. Cuestiones

A) ¿Qué órgano es el competente para resolver acerca de la admisión a trámite de la demanda?

La Ley 13/2009, de 3 de noviembre, que reforma la legislación procesal para implantar la oficina judicial, en su
Exposición de Motivos, atribuye al Secretario Judicial la admisión a trámite de la demanda. Sin embargo, la
competencia para inadmitir la demanda, que también cabe en el concepto “resolver acerca de la admisión” compete
únicamente a los Jueces y Tribunales (art. 117 CE).

También queda claro en el art. 73.3 LEC al establecer que el Secretario Judicial previa a la admisión de la demanda
requiere al actor para que subsane los defectos y dará traslado al Tribunal para que resuelva sobre su admisión.
B) Si el competente fuera el Secretario Judicial, ¿es también competente para inadmitir la demanda y ordenar el
archivo del proceso civil?
La decisión acerca de la inadmisión de la demanda corresponde a Jueces y Tribunales (derecho a la tutela
judicial efectiva). El art. 404.2 LEC hace referencia, asimismo, a los casos en los que el Secretario Judicial trasladará al
Tribunal para que resuelva sobre la admisión de la demanda en caso de estimar falta de jurisdicción o competencia del
Tribunal, adolezca de defectos formales o no se hubiesen subsanado en el plazo establecido.
El archivo de las actuaciones tras la inadmisión suele producirse después de que el actor -tras haber sido
requerido por el Secretario Judicial para la subsanación del defecto apreciado- no haya subsanado y el Juez o Tribunal
dictará el auto que proceda.

2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 117 CE, 73, 206.2, 208 y 404.2 LEC.

Realizado por: Lna Rodríguez y Virginia Reñones

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2.2. Caso II (§ 80)

2.2.1. Supuesto de hecho


Pablo acaba de ganar un pleito civil finalizado con una Sentencia firme dictada por la Sala Primera del
Tribunal Supremo.
Necesita aportar esa Sentencia cuanto antes para poder acreditar, en primer lugar, que la misma es firme y,
en segundo lugar, para poder aportarla con el fin de que se archive de inmediato la ejecución provisional
despachada con fundamento en la Sentencia dictada por la Audiencia Provincial (Sentencia que ha sido "casada"
—anulada— por el Tribunal Supremo).

2.2.2. Cuestiones
A) ¿A qué órgano a de dirigirse Pablo para obtener una certificación literal de la Sentencia firme?
El órgano al que debe dirigirse Pablo para obtener una certificacíon literal de la Sentencia en Firme que ha dictado
el Tribunal Supremo es a la secretaria de la sala del Tribunal Supremo que fue el dictó tal sentencia.
Así según acredita el art 453 LOPJ y el art 145 y 146 de la LEC corresponde a los secretarios judiciales ,con
exclusividad y plenitud, el ejercicio de la fe pública judicial en las actuaciones procesales.
Expedirán certificaciones o testimonios de las actuaciones que no sean secretas
B) Si el competente fuera el Secretario Judicial, ¿qué tipo de resolución debe dictar?
Como ya se señalo anteriormente en los articulos mencionados corresponde al Secretario judicial expedir las
certificaciones de los actos procesales.
Tal y como señala el art 145.1 y( 145.3 y 453.2 )1.º Dará fe, por sí o mediante el registro correspondiente, de cuyo
funcionamiento será responsable, de la recepción de escritos con los documentos y recibos que les acompañen,
expidiendo en su caso las certificaciones que en esta materia sean solicitadas por las partes. 3.º Expedirá
certificaciones o testimonios de las actuaciones judiciales no declaradas secretas ni reservadas a las partes, con
expresión del destinatario y el fin para el cual se solicitan. La resolución que debe dictar es una diligencia de
constancia de la sentencia para que el solicitante pueda utilizarla como contraste en el recurso de casación de la
Audiencia Provincial
C) ¿Podría negarse el Secretario a facilitar una copia de la sentencia a la parte procesal que la solicita?
En principio el secretario judicial debe expedir la certificación de la sentencia en firme requerida por la parte
solicitante. Pero con carácter especial podría negarse tal certificación por alguno de los motivos contemplados en
el art 212.2 LEC
Este acceso podrá quedar restringido cuando el mismo pueda afectar al derecho a la intimidad, a los derechos de
las personas que requieran un especial deber de tutela, a la garantía del anonimato de los perjudicados, cuando
proceda, así como, con carácter general, para evitar que las sentencias puedan ser usadas con fines contrarios a
las leyes.
En este caso la certificación no podría negarse al señor Pablo porque es para un uso personal que no afecta a
ninguna otra parte y que no es contraria a las leyes ya que la causa de la petición de la certificación no es otra que
poder aportarla para que se archive la ejecución provisional dictada por la Audiencia Provincial.

2.2.3. Derecho aplicable: Arts. 453 LOPJ, 145, 146, 212.2 LEC.
Realizado por: Andrea del Río

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2.3. Caso (§ 81)

2.3.1. Supuesto de hecho


El artículo 234 de la Ley Orgánica del Poder Judicial dispone. en su primer apartado, que "los secretarios y
funcionarios competentes de la Oficina judicial facilitarán a los interesados cuanta información soliciten sobre el
estado de las actuaciones judiciales, que podrán examinar y conocer, salvo que sean o hubieren sido
declaradas secretas conforme a la Ley. También expedirán los testimonios en los términos previstos en esta Ley";
y el apartado segundo de esa norma también reconoce el "derecho" de "cualquier persona que acredite un interés
legítimo... a obtener copias simples y documentos que consten en los autos no declarados secretos ni
reservados".
Con fundamento en ese artículo, Manuel ha solicitado al Juzgado de lo Penal núm. ... de Alicante acceso a las
actuaciones judiciales para comprobar el estado en el que se encuentran los títulos originales de determinadas
obligaciones hipotecarias.
El solicitante ha justificado su interés legítimo con la siguiente argumentación jurídica: "porque, como se ha
indicado en las anteriores alegaciones, D. Manuel ha sido condenado por la citada Sentencia civil firme dictada
por la Audiencia Provincial de ..., Sección 42 ... con carácter subsidiario y solidario en su condición de
administrador de la mercantil ABC ... al pago de 2.000.000 de euros; porque si la referida Sentencia civil firme
condena, con carácter principal, a la mercantil ABC ... a entregar a los actores las obligaciones hipotecarias
cuya adquisición habían encargado, muchas de las cuales se encuentran en los autos del presente proceso penal
abreviado; porque si, conforme a la jurisprudencia unánime del Tribunal Constitucional, el interés legítimo ex
artículo 24.1 de la Constitución es un concepto jurídico indeterminado más amplio que el "interés directo" pero
distinto de la acción popular entendida como mero interés en la legalidad; que aquél legítimo interés al que
específicamente se refiere el citado artículo 234.2 de la Ley Orgánica del Poder Judicial consiste en "cualquier
ventaja o utilidad jurídica derivada de la reparación pretendida" (entre la que se encuentra el interés patrimonial o
económico), es evidente que mi poderdante es titular de un interés legítimo que, conforme al artículo 234 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, le otorga el derecho de acceder a las actuaciones para, así, comprobar si en las
mismas se encuentran todavía esas obligaciones hipotecarias con las cuales vería reducida la cuantía de la
deuda a cuyo pago ha sido condenado en esa importantísima cantidad de dinero. Recuerde el Tribunal que ABC...
ha sido condenada, con carácter principal, a la entrega a los actores de los títulos originales de las obligaciones
hipotecarias, gran parte de los cuales se encuentran en las actuaciones penales, y si tales obligaciones
hipotecarias son entregadas a sus legítimos portadores, la cuantía de la deuda a la que mi mandante ha sido
condenado subsidiariamente se verá proporcionalmente reducida en esa misma cantidad; de ahí el legítimo interés
en conocer el estado en el que se encuentran los tan citados títulos hipotecarios, en saber si los mismos han
sido o no judicialmente entregados a sus legítimos portadores para poder, así, determinar el importe total de la
deuda actual a cuyo pago D. Manuel puede ser obligado en sede de ejecución forzosa".
En el día de hoy, el Procurador de D. Manuel ha recibido la notificación de un Decreto que desestima la
solicitud de acceso a las actuaciones con la siguiente motivación:
"Como indica el Ministerio Fiscal, D. Manuel no ha acreditado ser titular de un interés legítimo dado que
no es parte en el presente proceso penal".

2.3.2. Cuestiones
A) ¿Qué cree Vd. que podría hacer D. Manuel en defensa de sus derechos?
Podrá interponer un recurso de reposición explicando y argumentando sus razones para rebatir la decisión que el
Juzgado dictó. Lo podrá interponer ante el mismo juzgado(art.451.LEC).
B) ¿Qué órgano es el competente para resolver la solicitud basada en el artículo 234 LOPJ?
En el art.234.2 de la LOPJ expone que cualquier persona que acredite un interés legítimo tendrán derecho a saber del
proceso y obtener copias de la resolución por lo tanto Don Manuel podrá a través de esos funcionarios y secretarios
competentes de la oficina judicial resolver su solicitud.
C) En su opinión, ¿D. Manuel es titular de un interés legítimo o, por el contrario, solamente lo
ostentan las partes en ese proceso penal?
Si, a pesar de que don Manuel no es parte del proceso penal influye la decisión a la hora de su proceso civil en el cual
está condenado

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Soluciones de los Casos Prácticos de IDP Curso 2013/2014
2.3.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 CE y 234 LOPJ.

Realizado por Noelia Vega

2.4. Caso IV (§ 82)

2.4.1. Supuesto de hecho


A) El 25 de marzo de 2003 el Juzgado de Primera Instancia núm. ... de Madrid dictó providencia por la que
admitía a trámite la petición inicial de juicio monitorio solicitado por el acreedor —D., SL- contra la empresa APO, S.A
por la cuantía de 10.357,55 euros.
Esta resolución fue debidamente notificada al deudor el 28 de marzo de 2003, requiriéndole para que, en el plazo de
veinte días, pagara la deuda o «comparezca y alegue sucintamente por medio de escrito de oposición, que
deberá ir firmado por Abogado y Procurador las razones por las que a su entender no debe, en todo o en parte, la
cantidad reclamada». También le informaba de las consecuencias del impago y de la falta de oposición: el
despacho de la ejecución contra sus bienes.
B) Con fecha de registro de 23 de abril de 2003 la deudora APOSA presentó un escrito de oposición al
anterior requerimiento judicial de pago. Dicho escrito estaba firmado por la Letrada doña Raquel ... y por la
Procuradora doña Gloria ... Tanto en el encabezamiento del mencionado escrito como en el Primer Otrosí Digo
del mismo solicitó expresamente: «que es interés de esta parte ser citado por el Juzgado a fin de otorgar
poder 'apud acta' a favor de Procurador y en su caso letrado interviniente». En el Segundo Otrosí Digo,
invocó expresamente su deseo de subsanar cualquier posible deficiencia cometida en el citado escrito,
diciendo literalmente lo siguiente: «que esta representación ha intentado cumplir minuciosamente con
todos los requisitos exigidos en la Ley de Enjuiciamiento Civil, que le son aplicables tanto en el fondo
como en la forma, lo pongo expresamente de manifiesto al Tribunal de conformidad con lo establecido en
el art. 231 del citado cuerpo legal, a fin de que se me conceda plazo para subsanar cualquier error en el
que hubiera podido incurrir».
C) Por medio de providencia dictada el 29 de abril de 2003 el citado Juzgado resolvió tener por no
comparecida a la demandada. Literalmente se afirmaba lo siguiente:
«Dada cuenta; del anterior escrito y documentos presentados por la Procuradora doña Gloria ..., únanse a los autos
de su razón con entrega de copia a la parte actora; y de conformidad con lo dispuesto en el art. 24.2 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, no habiéndose personado y formulado oposición a la petición inicial del procedimiento
monitorio. se tiene a la demandada... por precluida en el trámite de oposición, sin perjuicio de que pueda comparecer
en cualquier momento en la Secretaría de este Juzgado y en horas de audiencia a fin de efectuar el apoderamiento
apud acta a favor de la Procuradora ... A los Otrosíes, se tienen por hechas las manifestaciones y estese [sic} a lo
acordado».
La anterior providencia fue notificada a la parte el día 30 de abril. Con fecha 8 de mayo de 2003 SAPOSA recurrió
contra la misma en reposición. En dicho escrito se invocaba el art. 24 CE en relación con la indefensión padecida
respecto de un defecto procesal no cometido y que, en su caso, era siempre subsanable Con fecha 7 de mayo de
2003 consta la diligencia de apoderamiento apud acta realizado ante la Secretaria judicial del competente órgano
judicial, por el cual la recurrente otorgó poder general para pleitos a favor de la Procuradora del inicial escrito de
oposición (doña Gloria ...), como su legal representante «en el juicio monitorio núm. 374/03, así como en cuantos
incidentes y recursos puedan derivarse del mismo».
E) El 23 de mayo de 2003 el mencionado Juzgado dictó Auto por el que se decretaba el despacho de
ejecución contra la ahora recurrente en amparo.

2.4.2. Cuestiones
A) ¿En qué consiste la representación upad acta?
La representación "apud acta" es un acto jurídico a través del cual se otorga un procurador o letrado la facultad para
que realice todos los actos necesarios para garantizar que se lleve a cabo el proceso judicial con la mayor celeridad
posible en representación de su cliente. Debe realizarse mediante comparecencia ante el Secretario Judicial según
señala el artículo 453 de la LOPJ y tiene carácter gratuito
B) ¿Qué ventajas ofrece?
Aquí tenemos dos posibles respuestas,
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1ª.- Loli entiende que nos preguntas las ventajas del apoderamiento apud acta frente al notarial y dice: Existen dos
formas de apoderamiento del procurador: El poder notarial, y el poder apud acta. Las ventajas del notarial es que una
vez realizado, y apoderado a uno, o más procuradores, se puede utilizar para todos los pleitos que se desee, ya que
consta notarialmente que se presta el consentimiento para que un determinado procurador nos represente, y es
aplicable a cualquier tipo de procedimiento judicial (sólo será necesario aportar una copia y exhibir el original). Las
desventajas son que hay que abonar los honorarios del Notario, que supone una molestia tener que ir a firmar a la
Notaría, y que a algunos clientes no les gusta apoderar a procuradores para cualquier caso genérico e indeterminado,
y prefieren hacerlo de forma individual y tener así el control del poder otorgado.
La ventaja del apoderamiento apud acta es que es gratuito, por lo que sólo debemos acudir al Juzgado para apoderar a
un procurador (sólo uno) para un caso concreto (sólo uno). En la práctica, en los procedimientos de mutuo acuerdo de
familia, la gran mayoría de los Juzgados citan a las partes para que apoderen al procurador y ratifiquen el convenio
regulador en el mismo acto, por lo que además de ser gratuito, no supone ninguna molestia, ya que se realiza a la vez
que la ratificación judicial que hay que realizar obligatoriamente conforme a la Ley. La desventaja del poder apud acta
es que sólo es válida para un único procedimiento, de modo que para otro, habría que volver a realizar otro poder.
2ª.- Carlos entiende que que no está preguntando por las formas de apoderamiento. Ya que, el propio caso práctico nos
remite al art 231 LEC, que habla sobre la potestad de vigilar esos posibles errores y abrir un plazo de subsanación.
Sino por la validez del propio documento de apud acta que tiene como característica diferenciadora del resto que su
error o vicio, puede ser subsanado dentro del proceso, a diferencia de otro actos. Y por ello contestaría:
La ventaja que se recoge es que en la LEC se contempla la posibilidad de subsanación de posibles errores en los que
se hubiese podido incurrir dentro de los actos procesales de las partes
C) "Es subsanable el incumplimiento del presupuesto procesal relativo a la capacidad de postulación? (en este
sentido, ver también la Lección relativa a los Abogados y Procuradores).
Señala el artículo 11.3 Los Juzgados y Tribunales, de conformidad con el principio de tutela efectiva consagrado en el
artículo 24 de la Constitución, deberán resolver siempre sobre las pretensiones que se les formulen, y sólo podrán
desestimarlas por motivos formales cuando el defecto fuese insubsanable o no se subsanare por el procedimiento
establecido en las leyes.
Sí, es subsanable el incumplimiento relativo a la capacidad de postulación, dicha capacidad es una carga procesal que
incumbe tanto a la contraparte en el escrito de contestación a la demanda (art. 405.3 LEC) como también ha de ser
vigilado su cumplimiento de oficio por el juez, tratándose, en cualquier caso, de un requisito que permite su
subsanación dentro del mismo (arts. 414 y 415 LEC).
D) En su opinión, tras la reforma del artículo 24 de la LEC de 2009, ¿fue acertada la decisión del
Juzgador? (ahora lo sería del Secretario Judicial ex artículo 816.1 LEC).
No fue acertada, porque la resolución judicial dictada en ese momento por el juzgador (tras la reforma de 2009 LEC,
secretario judicial) realiza una interpretación restrictiva, dentro de las posibles interpretaciones, en relación con el
derecho en concreto como es el monitorio, en el que el demandado solo dispone de esa oportunidad para oponerse al
pago de la deuda reclamada. Por lo tanto la resolución en cuestión provoca una consecuencia jurídica absolutamente
desproporcionada sin posibilidad legal de interponer recurso alguno contra dicha admisión tácita y sin que sea posible
acudir a un proceso ordinario.
Del mismo modo también son contrarias al artículo 24.1 CE todas las resoluciones judiciales dictadas con posterioridad
a la providencia, ya que ninguna de ellas se da la posibilidad de subsanación de los defectos procesales por falta de
acreditación de su efectivo cumplimiento.
Con lo cual, podemos decir que la providencia impugnada y las resoluciones judiciales dictadas con posterioridad
vulneraron el derecho a la tutela judicial efectiva, y provocaron su indefensión al privar a la parte recurrente de su
derecho de acceder al mismo, y poder así evitar la conversión del citado procedimiento en un proceso de ejecución
forzosa dirigido contra sus bienes

2.4.3. Derecho aplicable: Arts. 453.3 y 11.3 LOPJ; 24 y 264.12 LEC; Sentencia dictada por el Tribunal Constitucional
287/2005, de 7 noviembre

Realizado por: Loli Fernández y Carlos Ocaña

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LECCIÓN 13. EL MINISTERIO FISCAL

1. Funciones

1.1. Caso I (§ 83)

1.2. Caso II (§ 84)

1.3. Caso III (§ 85

1.4. Caso IV (§ 86)

2. Naturaleza jurídica

2.1. Caso I (§ 87)

2.2. Caso II (§ 88)

2.3. Caso III (§ 89)

3. Principios de organización (§ 90)

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Lección 13
EL MINISTERIO FISCAL
1. FUNCIONES
1.1. Caso I (§ 83)
1.1.1. Supuesto de hecho
Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Social).
«La sentencia que ahora se recurre en casación unificadora rechazó la nulidad de actuaciones postulada por
entender que «las demandas por despido en las que se invoque la lesión de derechos fundamentales no se tramitan
por el procedimiento de "tutela de derechos fundamentales" sino inexcusablemente por la modalidad procesal de
despido, en la que no está previsto el emplazamiento del Ministerio Fiscal». Por el contrario, la ofrecida como
referencial acogió el recurso de la empresa y declaró la nulidad de lo actuado, tras razonar que en tales casos «es
imprescindible la intervención como parte del Ministerio Fiscal conforme al art. 175.3 en relación con el art. 182, ambos
de la Ley de Procedimiento Laboral, pues la remisión que este último artículo hace a la modalidad procesal
correspondiente, no impide que deban observarse todas las garantías procesales recogidas en el proceso específico
regulado en los arts. 175 y ss.».
.. el art. 53.2 de la Constitución prevé un único proceso revestido de todas las garantías para la protección de los
derechos fundamentales, que el legislador ordinario puede desarrollar, pero no diversificar por razón del objeto de la
pretensión o de la conducta que produce la lesión; y tal previsión se habría visto frustrada si se privara de las
garantías inherentes al proceso de tutela, a los procesos que, por mandato legal, deben tramitarse inexcusablemente
por alguna de las modalidades del art. 182, cuando precisamente es en estos últimos donde se ventilan las
decisiones disciplinarias y de dirección de la empresa que, ordinariamente —las sentencias comparadas dan buena
prueba de la bondad de lo que afirmamos—, afectan de modo más intenso a los derechos fundamentales de los
trabajadores. Y por su parte, tanto el art. 13 de la Ley Orgánica de Libertad Sindical como la Base 30 de la Ley 7/1989
de 12 de abril prevén también un único proceso de tutela, en el que «el Ministerio Fiscal será siempre parte»
(número 4 de la Base 30) y así se recoge en el art. 175.3 LPL. De modo que habría que considerar «ultra vires» toda
regulación dual por parte del legislador delegado que privara a una sola de las modalidades procesales previstas, de
las garantías propias de la tutela; y más en concreto, pues es la única garantía que interesa en este recurso de
casación unificadora, que excluyera la presencia del Ministerio Fiscal como parte en el proceso.
Y es que su presencia como parte en todo proceso en que se alegue una lesión de tutela de derechos
fundamentales, es consecuencia lógica de las funciones que le atribuye la Carta Magna y que concreta su Estatuto
Orgánico, aprobado por Ley 50/1981, de 30 de diciembre, en el art. 3.12. Dispone éste que, para el cumplimiento de las
misiones establecidas en su art. 1 (entre ellas promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los
derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley) «corresponde al Ministerio Fiscal intervenir en los
procesos judiciales de amparo», entre los que deben incluirse los contemplados en el art. 182».

1.1.2. Cuestión
A) ¿Por qué el MF ha de intervenir en todos los procesos, ordinarios o especiales, en los que se dilucide la
violación de un derecho fundamental?
Porque el MF es un órgano, tal y como lo define la CE y el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, que tiene como
misión promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés
público tutelado por la Ley, de oficio o a petición de los interesados, así como velar por la independencia de los
Tribunales, y procurar ante éstos el interés social.
La Constitución Española establece que el Ministerio Fiscal tiene como función promover la acción de la justicia, sobre
todo en lo referente a los derechos de los ciudadanos, tanto de oficio como a petición de los interesados (Art. 124 CE)
También la Ley del Procedimiento Laboral faculta al Ministerio Fiscal para que forme parte de los procesos del orden
jurisdiccional social, en los cuales un trabajador o un sindicato consideren que se han lesionado los derechos de
libertad sindical (Art 175). El hecho de que el proceso necesite del Ministerio Fiscal no significa que no se tramiten por
la modalidad procesal correspondiente (Art. 182)

1.1.3. Derecho aplicable: Arts. 53.2, 124, 162.1.b CE, 1, 3 Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, de 30 de
diciembre de 1981 (EOMF en la sucesivo), 175, 182 de la Ley de Procedimiento Laboral.

Realizado por Beatriz Gómez y Carmen Gracia


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1.2. Caso II (§ 84)

1.2.1. Supuesto de hecho

Auto Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo).


«Con fecha 15 marzo 1990, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de la
Comunidad Valenciana dictó Sentencia parcialmente estimatoria en el recurso seguido ante dicha Sala por el cauce
especial de la Ley 62/1978 (que instauró un procedimiento especial de protección de los derechos fundamentales), e
interpuesto por don ..., anulando el requerimiento efectuado por la Inspección de Hacienda de Valencia con fecha 17 de
febrero de 1989, para que aportase ciertos datos como cliente de un establecimiento hotelero que había sido sometido
a una inspección.
El recurrente y la Administración demandada no interpusieron recurso alguno contra esta sentencia. Sin embargo. el
Ministerio Fiscal interpuso recurso de apelación mediante escrito razonado ante la Sala de instancia, que fue inadmitido
mediante providencia. Formulado recurso de súplica contra la inadmisión, la Sala lo desestimó mediante Auto de 10
mayo 1990, con la argumentación de que al no haber interpuesto recurso contra la sentencia ni eI demandante ni la
Administración y no afectar el contenido de la sentencia a terceros, el Ministerio Fiscal carecía de legitimación para recurrir.
...la Sala se ha pronunciado en un caso que guarda evidente analogía, si bien en el mismo no se trataba de la
legitimación del Fiscal para apelar una sentencia, sino para promover un proceso especial de protección de los derechos
fundamentales, que fue resuelto en sentido favorable a la legitimación en una Sentencia de 28 noviembre 1990, en la que
decíamos que la del Fiscal para interponer esta clase de recursos se deduce: A) De los artículos 124 de la Constitución, 435
de la Ley Orgánica del Poder Judicial y 19 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal que confieren al Ministerio Fiscal la
misión de promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés
público tutelado por la ley, de oficio o a petición de los interesados, actuación que tiene especial relevancia cuando afecta a
derecho y libertades que según el artículo 53.1 de la Constitución vinculan a todos los poderes públicos. B) Del artículo 3 1.3
del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal en cuanto le encomienda la misión de velar por el respeto de los derechos
fundamentales y libertades públicas con cuantas actuaciones exija su defensa. D) Si los apartados a) y b) del artículo 46.1 de la
Ley Orgánica del Tribunal Constitucional reconocen legitimación al Ministerio Fiscal para interponer recurso de amparo
constitucional en los casos de los artículos 42, 43, 44 y 45, parece evidente que debe estarlo también cuando para
restablecer los derechos y libertades fundamentales lesionados es necesario agotar previamente la vía judicial procedente,
como ocurre en los casos del artículo 43.1.
...el Tribunal Constitucional ha señalado, en una Sentencia de 10 julio 1985, que la legitimación para recurrir en amparo
que la Constitución atribuye al Ministerio Fiscal en el apartado 1.b) de su artículo 162 y que aparece igualmente recogida en el
punto 1.b), del artículo 46 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, se configura como un «ius agendi» reconocido a este
órgano en mérito a su específica posición institucional, funcionalmente delimitada en el artículo 124.1 de la Norma
Fundamental. Promoviendo el amparo constitucional, el Ministerio Fiscal, defiende, ciertamente, derechos fundamentales, pero lo
hace, y en esto reside la peculiar naturaleza de su acción, no porque ostente su titularidad, sino como portador del interés público
en la integridad y efectividad de tales derechos. Esta legitimación, según se desprende del tenor literal del citado apartado 46.1 b) de
la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, y como corresponde también a su carácter institucional, no queda condicionada a la
exigencia de haber actuado como parte el Ministerio Público en el proceso judicial antecedente, exigencia ésta que privaría de
sentido a la propia previsión constitucional y legal de la legitimación que se considera, aunque sí ha de decirse que ésta no puede
desplegarse, en virtud del carácter subsidiario del recurso de amparo, sino una vez que haya recaído, en la vía jurisdiccional
ordinaria, resolución firme.»
OJO ESTE CASO ESTA SIN COLGAR, POR LAS PERSONAS QUE LES CORRESPONDÍA, COMO ES EL ÚLTIMO
QUE FALTA Y SON LAS 17:00 DE 24 DICIEMBRE 2013, TIRAMOS DE REMIX

1.2.2. Cuestiones
A) ¿Qué intereses pretendía defender el Fiscal en el procedimiento de origen?
Los intereses de quien podía haber sido objeto de una conculcación de sus derechos fundamentales o libertades públicas
mediante la promoción de un proceso especial de protección de esos derechos o libertades.
B) ¿Por qué el TS concede legitimación al MF para recurrir con independencia la Sentencia, cuando no lo han
hecho las partes principales?
Se basa en sentencias anteriores donde prevalece el principio “pro actiones”. Esto es que, en caso de duda entre
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conceder la dación o no, la jurisprudencia se ha pronunciado a favor de conceder la acción.

1.2.3. Derecho aplicable: Arts. 124, 162 CE. 46 LOTC, 3 EOMF.

1.3. Caso Hl (§ 85)


1.3.1. Supuesto de hecho
La Fiscalía cree que el robo de niños no obedece a un plan sistemático a nivel nacional.
La Fiscalía de Madrid la llamó como imputada recientemente. Sor María ... acudió, pero se negó a declarar. El caso que
ha llevado a la fiscalía a denunciarla finalmente por detención ilegal es el de M.L.T., que dio a luz a su hija P... en la
clínica ... de Madrid en marzo de 1982. "¡Estoy feliz, no quepo en mí?", relata ba ayer a este periódico M.L. "Hubo
momentos que pensé 'con la Iglesia hemos topado' y me dio miedo pensar que nadie iba a atreverse a acusar a una monja,
que eran intocables. Pero al final, la verdad prevalece y durante el juicio se demostrará que sor María ... me robó a mi
hija".
M.L. asegura que esta monja la engañó. En 1981, se había separado de su marido, con eI que tenía una niña de dos
años, y poco después había conocido a otro hombre, con el que inició una nueva relación. Se quedó embarazada y él no
quiso saber nada. Angustiada, vio en una revista un anuncio en el que sor María, encargada de la asistencia social en la
maternidad, se ofrecía a ayudar a madres solteras, y fue a verla. La monja le dijo que disponía de unas guarderías donde
podría dejar a la niña, e ir a visitarla cuando quisiera hasta que hubiera resuelto sus problemas económicos y pudieran
vivir juntas. M.L. la creyó.
El 31 de marzo de 1982, se puso de parto. Cuenta que la sedaron y que, cuando despertó y preguntó por su hija, Sor
María le dijo, primero, que había muerto, y después, que iban a darla en adopción y que si decía algo, la denunciaría por
adulterio y le quitarían a su otra hija también. M. L., que desconocía que tal cosa no era posible porque el adulterio no era
delito, se asustó y volvió a casa sin su bebé.
Aquella niña, P..., fue dada en adopción a un matrimonio que no podía tener hijos. El padre adoptivo, cuenta que antes
de entregarles al bebé, sor María les sometió a un concienzudo interrogatorio sobre sus bienes y grado de religiosidad.
Y que les hizo pagar una cantidad de dinero en concepto de gastos de estancia de la madre soltera en una pensión de
Arturo Soria.
Hace diez años, P..., a la que sus padres adoptivos contaron muy pronto que la habían adoptado, comenzó a
obsesionarse con la idea de conocer a su madre biológica. Su padre adoptivo decidió ayudarla, reaccionado de forma
contraria a la de muchos padres adoptivos que suelen mostrarse reticentes a que sus hijos conozcan a su familia biológica
por miedo a ser abandonados. A. A. no tuvo ese miedo. Contrató a detectives y abogados, habló con monjas, investigó
todo lo que pudo, hasta que un programa de televisión, El diario, de Antena 3, encontró a M.L. Las pruebas de ADN
confirmaron que eran madre e hija.
Además de encontrar a su madre, aquel día, P., de 29 años, dejó de ser hija única al descubrir que tenía dos
hermanas. "Mi caso ha salido adelante porque yo he ido a la fiscalía con mi hija de la mano", explica M.L., "pero esto es
una victoria de todos los afectados porque yo confío en que al interrogar a sor María, se destape toda la trama que había
de robo de bebés y se pueda ayudar a otros".
La Fiscalía de Madrid, que tramita unas 100 denuncias por robo de bebés tras archivar cerca de 150, espera ahora los
resultados de dos exhumaciones realizadas en cementerios de la capital y de Barcelona para comprobar que sendos
bebés dados por muertos al nacer fueron enterrados allí. Al abrir las tumbas, los forenses encontraron restos humanos y
ahora esperan el resultado de las pruebas de ADN para comprobar si son esos niños que sus madres están buscando.
Nota: el artículo 785 bis de la LCRIM está derogado. He resuelto sin tenerlo en cuenta
1.3.2. Cuestiones
A) ¿Puede el Fiscal investigar delitos sin que exista procedimiento penal?
Si, La función de los fiscales señalada por el art. 124 de la CE es promover la acción de la justicia en defensa de la
legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley, bien de oficio bien a petición de
los interesados. Cuando el fiscal actúa ante los tribunales no está representando el interés de una persona concreta,
sino el de toda la sociedad a quien preocupa que la ley se cumpla. En definitiva, el representante del Ministerio Público
debe perseguir los delitos de oficio.
Una de las funciones más relevantes del Ministerio Fiscal es su intervención a lo largo de todo el proceso penal, tanto
en defensa de la legalidad como de los derechos de los ciudadanos, y del interés público. En general, la mayoría de los
delitos comienzan a perseguirse a partir de una denuncia de un particular, pero pueden ser investigados tan pronto
tenga la Fiscalía conocimiento de los hechos por cualquier medio. Los fiscales también tienen potestad para practicar
diligencias con el objetivo de esclarecer los hechos que pueden ser delictivos .
B) Si archiva las diligencias de investigación ¿qué puede hacer el denunciante disconforme?
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Puede suceder que el análisis del conjunto de las diligencias practicadas arroje un resultado negativo en cuanto a la
constatación de la existencia de un hecho típico.En tal supuesto debe procederse al archivo de las diligencias de
investigación preprocesal mediante decreto motivado, que debe ser comunicado al perjudicado u ofendido, o al
denunciante, a fin de que valore si formula o no denuncia ante el juzgado.
Según el art. 773.2 de la LECRIM: “El Fiscal decretará el archivo de las actuaciones cuando el hecho no revista los
caracteres de delito, comunicándolo con expresión de esta circunstancia a quien hubiere alegado ser perjudicado u
ofendido”, a fin de que pueda reiterar su denuncia ante el Juez de Instrucción
C) ¿Los Juzgados tendrían que pasar por la declaración del Fiscal de que los hechos no son
delictivos?
Sí, según el artículo 5 del EOMF Todas las diligencias que el Ministerio Fiscal practique o que se lleven a cabo bajo su
dirección se realizarán conforme a los principios de contradicción, proporcionalidad y defensa y gozarán de presunción
de autenticidad, por lo que los Juzgados tendrán que aceptar sus conclusiones.

1.3.3. Derecho aplicable: Arts. 5 RO MF; 785 bis LECrim. 1.4.

Realizado por Loli Fernández

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1.4. Caso IV (§ 86)


1.4.1. Supuesto de hecho
Los fiscales de Anticorrupción investigan si se cometió algún delito durante el proceso de constitución de Bankia. Para
ello, han requerido información "con la mayor presteza posible" a la entidad, al Banco de España y a la Comisión Nacional
del Mercado de Valores (CNMV).
Así lo ha desvelado en una entrevista con Efe el Fiscal General del Estado, que ha dicho que las diligencias abiertas el
pasado 28 de mayo se ordenaron ante "la concreción de determinadas situaciones en el proceso de constitución de Bankia
que aparentemente pudieran dar lugar a algún indicio que permitiera investigar los hechos delictivos".
El decreto de apertura de las diligencias de investigación sobre Bankia de la Fiscalía Anticorrupción contempla al menos
cinco posibles delitos en la constitución y salida a bolsa de este grupo bancario, han informado a Efe fuentes del Ministerio
Público. Así, el decreto habla de la posible comisión de delitos contables, falsedad documental, administración desleal o delito
societario, estafa y apropiación indebida. entre otros, según estas fuentes.
Fuentes del ministerio público aseguran que la Fiscalía Anticorrupción considera que el órgano que debe investigar los
posibles delitos es la Audiencia Nacional y no el Juzgado de Madrid que tramita la querella interpuesta por el colectivo Manos
Limpias contra el expresidente de la entidad, y contra el gobernador del Banco de España.
En opinión de Anticorrupción, el Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid que tramita la demanda de Manos Limpias
debería inhibirse en favor de ese órgano judicial por "la posible existencia de una infracción penal".
El Fiscal General reconoce que "existe una demanda social para que las actividades (de las entidades bancarias) sean
investigadas", pero añade que "aunque no hubiera una demanda social", el asunto "merece dicha investigación".
"Hemos trasladado esas peticiones al Juzgado para que (...) sepa cuál es la línea de investigación que proponemos
nosotros", ha señalado Torres-Dulce, que ha considerado "prematuro" concretar los posibles delitos que se investigan porque
"la situación propia de las entidades y la situación financiera y económica del país" aconseja ser "realmente prudentes".
Será eI examen de la documentación que realicen los peritos —tanto de la Administración como de Anticorrupción— el que
permita determinar "si los hechos son constitutivos de delito y en ese caso seguir adelante, en cuyo caso pasaríamos a pruebas
testificales o, en su caso, si procediera, de imputación: citar como imputada a alguna persona. .
Para ello, insiste, es "imprescindible" la colaboración de las entidades investigadas y la documentación que obra en poder
del Banco de España y de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El Ministerio Público centra su investigación tanto en la constitución del grupo a comienzos de 2011 —fruto de la
fusión de Cajamadrid, Bancaja, Caja Insular de Canarias, Caja Laietana, Caja Ávila, Caja Segovia y Caja Rioja— como
en la salida a bolsa de Bankia el pasado 20 de julio.
El proceso de constitución de esta entidad se remonta a primeros de 2011, cuando se produjo la fusión de Caja
Madrid, Bancaja y otras cinco entidades —Caja Insular de Canarias, Caja Laietana, Caja Ávila, Caja Segovia y Caja
Rioja—, dando lugar al grupo presidido entonces por R.R., que finalmente pidió su nacionalización el pasado 9 de
mayo.
Además, grupos de pequeños accionistas preparan acciones legales contra los gestores de la entidad, mientras que
el movimiento del 15M ha recaudado el dinero necesario para presentar una querella contra R.R., que se interpondrá
el próximo día 14.

1.4.2. Cuestiones
A) ¿Puede la Fiscalía investigar en toda España o tiene que estar a la competencia territorial, como los
Juzgados?
Sí, tiene jurisdicción en toda España
B) ¿Qué valor tienen las investigaciones de la Fiscalía?

Según el art. 5.2. del EO MF “todas las diligencias que el Ministerio Fiscal practique o que se lleven a cabo bajo su
dirección gozarán de presunción de autenticidad”. Los principios de contradicción, proporcionalidad y defensa
inspirarán la práctica de esas diligencias
C) Si, como se dice en la noticia, se presentara querella ¿Qué podrá hacer el Fiscal?
Este órgano constitucional está capacitado para recibir denuncias, las cuales enviará a la autoridad judicial
correspondiente o decretará su archivo cuando no se hallen fundamentos para ejercitar acción alguna, siendo
obligada en el último caso la notificación al denunciante. También tiene potestad para practicar diligencias con el
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objetivo de esclarecer los hechos, a cuyo fin depende de él la Policía Judicial, teniendo que instar de la autoridad
judicial la adopción de medidas cautelares que estime procedentes.
Las prácticas de las diligencias estarán inspiradas, como se ha comentado anteriormente, por los principios de
contradicción, proporcionalidad y defensa. Precisamente por ello, el fiscal recibirá declaración al sospechoso,
quien habrá de estar asistido por un letrado y podrá tomar conocimiento del contenido de las diligencias que se
practiquen. Las mismas se prolongaran en el tiempo proporcionalmente a la naturaleza del hecho investigado, sin
que en ningún caso se sobrepasen los seis meses de duración, salvo prórroga acordada mediante decreto
motivado del Fiscal General del Estado. Transcurrido el oportuno plazo, si la investigación pusiese de manifiesto
hechos de significación penal y fuere cual fuese el estado de las diligencias, el Fiscal procederá a su
judicialización, formulando a tal efecto la correspondiente denuncia o querella, a menos que resultara procedente
su archivo
D) ¿Pueden denunciar los ciudadanos en la Fiscalía?
El Ministerio Fiscal, sin perjuicio de las funciones encomendadas a otros órganos, tiene por misión promover la
acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por
la ley, de oficio o a petición de los interesados, así como velar por la independencia de los Tribunales y procurar
ante éstos la satisfacción del interés social. (Art. 124.1 de la Constitución española)
Se puede por tanto denunciar en la Fiscalía. Un ciudadano puede acudir a presentar esa denuncia ante las Fuerzas
de Seguridad, ante el Juzgado de guardia o ante la oficina del Ministerio Fiscal.
Si acude al Fiscal, éste podrá decidir transmitir la denuncia al Juzgado o, si lo cree oportuno, llevar a cabo su
propia investigación antes de hacerlo.
El Fiscal, cuando crea que lo que se le ha denunciado no es delictivo, puede también archivar inmediatamente la
denuncia que ante él se ha presentado o hacerlo, una vez llegado a esa convicción, después de efectuar la
investigación que se dijo; en estos dos casos, se lo comunicará a quien le presentó la denuncia y le hará saber
que, a pesar de su decisión de archivo, tal persona puede presentar nueva denuncia por los mismos hechos ante el
Juzgado si lo estima oportuno
E) ¿Están obligados el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores a cumplir el
requerimiento del Fiscal?
No, su colaboración es voluntaria, aunque sea imprescindible

1.4.3. Derecho aplicable: Arts. 5 E0 MF; 785 bis LECrim.

Realizado por Nerea Martín y Manuel Alcaide

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2. NATURALEZA JURIDICA 2.1. Caso I (§ 87)

2.1. I . Supuesto de hecho


D. A.........B..........C...., actuando debidamente representado, interpone este
recurso contra el D. 1...11991, de 22 de julio, resolutorio de un concurso para pro visión de destinos en la Carrera Fiscal,
respecto del nombramiento de D. D
E F , como Fiscal de segunda categoría de la Audiencia Provincial de Valladolid, por entender el recurrente que
se vulneran sus derechos preferentes, pues en el escalafón de la Carrera Fiscal, cerrado el 31 de enero de 1981, y
dentro de la categoría de Abogados Fiscales figura con el núm. 152 y 5 años, 7 meses y 20 días de servicios
efectivos en la Carrera, mientras que el Sr. E F apa rece en el núm 283 y 3 años, 7 meses y 6 días efectivos en el
Cuerpo indicado.

2.1.2. Cuestiones
A) ¿Quién nombra a los Fiscales para los correspondientes destinos?

Según a lo dispuesto en el art. 38 EO del MF, el nombramiento de los fiscales de las dos primeras categorías se
hará por real decreto. Los demás nombramientos se harán por orden del Ministro de Justicia
B) ¿Depende el Ministerio Fiscal del Gobierno central o de los Gobiernos de las Comunidades
Autónomas?
Según a lo dispuesto en el art. 22.1 EO del MF, el Ministerio Fiscal es único para todo el Estado. Por ello, el
Ministerio Fiscal goza de una sola personalidad jurídica. Aunque esté integrado por más de 2000 Fiscales.
En su cúspide se encuentra el Fiscal General del Estado quien nombrado y pudiendo ser revocado por el Rey, a
propuesta del Gobierno y oído el CGPJ (art. 124.4), ostenta la Jefatura del Ministerio Fiscal y su representación en
todo el territorio nacional. (art. 22.2 EOMF).
C) ¿Por qué es posible un recurso contencioso-administrativo?
Según a lo dispuesto en el art. 58 LOPJ la sala de lo Contencioso Administrativo conocerá:
 Primero. En única instancia, de los recursos contencioso-administrativos contra actos y disposiciones del
Consejo de Ministros, de las Comisiones Delegadas del Gobierno y del Consejo General del Poder Judicial y contra
los actos y disposiciones de los órganos competentes del Congreso de los Diputados y del Senado, del Tribunal
Constitucional, del Tribunal de Cuentas y del Defensor del Pueblo en los términos y materias que la Ley establezca
y de aquellos otros recursos que excepcionalmente le atribuya la Ley.
 Segundo. De los recursos de casación y revisión en los términos que establezca la Ley.
Así pues, cómo los nombramientos de los fiscales de las dos primeras categorías son realizados por reales
decretos y éstos últimos son actos que emanan del Consejo de Ministros, entonces, por lo que dispone el artículo
arriba concluyese que es posible interponer un recurso contencioso-administrativo.

2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 29, 33.3, 37 y 38 EO del MF; 58 LOPJ

Realizado por Glória Brum y Begoña Fernández Buitrón

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2.2. Caso II (§ 88)


2.2.1. Supuesto de hecho
El objeto del recurso consiste en determinar si es o no conforme al ordenamiento jurídico el Real Decreto 1.../2004 de
20 de octubre por el que se nombra Fiscal del Tribunal Supremo a D. H... J... L....
En su demanda la recurrente solicita la anulación de dicho Real Decreto y que se ordene a la Administración que dicte
nueva resolución motivada, sobre la base, en síntesis, de los siguientes criterios:
a) La Resolución impugnada carece de motivación, con vulneración de los artículos 24.1 y 106 de ia CE y
artículo 54 de la Ley 30/92, al no indicar ni en el Acuerdo del Consejo de Ministros ni en los actos preparatorios
(propuestas del Fiscal General del Estado y del Consejo Fiscal) cuáles son los méritos que se han considerado más
relevantes y por qué concurren en el nombrado en grado más alto o relevante que en la solicitud rechazada, sin que
existan los informes preceptivos del Fiscal General y del Consejo Fiscal.
b) No se reduce el nombramiento a un supuesto de discrecionalidad técnica o aplicación de un concepto jurídico
determinado. Hay elementos reglados y reglas de procedimiento.Así resulta que el nombramiento de Fiscales para
puestos en el Tribunal Supremo está regulado en el artículo 36, 1 del Estatuto Orgánico en conexión con el artículo
36, 2 que exigen previo informe del Fiscal General del Estado y que el artículo 13 de aquel establece que el Fiscal
General del Estado propondrá al Gobierno los nombramientos "previo informe del Consejo Fiscal", y que será preciso
contar al menos con quince años de servicio en la Carrera y pertenecer ya a la categoría, por lo que el
nombramiento para puestos en el Tribunal Supremo es un acto de naturaleza discrecional, no reglado, que debe
basarse en criterios objetivos que se expresen en la motivación o en el expediente, sin que la discrecionalidad
suponga reconocer al Gobierno total libertad en los nombramientos o que pueda elegir a cualquiera de los
peticionarios, lo que implica que debe decidirse en función de las cualidades de los candidatos, y cualquier otro
criterio carecería de justificación, suponiendo ello que, por un lado, el Órgano competente debe señalar qué criterios
van a tenerse en cuenta y qué orden de prioridad va a ser observado, y que luego, tienen que aplicar esos criterios a
los candidatos y optar por uno de ellos, criterios que deben exteriorizarse en la motivación para que los Tribunales
puedan cumplir su misión de verificar si la decisión discrecional se ajusta a Derecho, invocándose las SSTS de 13
de julio de 1984, 3 de diciembre de 1986, 16 de enero de 1989, 21 de septiembre de 1993, 11 de noviembre de
1994, 30 de abril de 1996, 10 y 11 de enero de 1997, 20 de diciembre de 1997 y 13 de abril de 1998.

2.2.2. Cuestiones
A) ¿El nombramiento de Fiscales lo efectúa el Gobierno?

1º.- El Fiscal General del Estado es nombrado por el Rey a propuesta del Gobierno, oído el Congreso General del
Poder Judicial (art. 124.4 CE).
2º.- El resto de los Fiscales también son nombrados por el Gobierno (Fiscales del Tribunal Supremo, Audiencia
Nacional, Tribunal de Cuentas, Comunidades Autónomas y Fiscales Provinciales), sus nombramientos serán
comunicados por el Fiscal General al Consejo Fiscal antes de elevar la propuesta al Gobierno (Art. 36.3 EOMF).
3º.- Los Fiscales que integran la Fiscalía Jurídico Militar son nombrados por Orden Ministerial, refrendado por el
Ministro de Defensa, previo informe del Fiscal General del Estado.
B) ¿Cuál es la función del Fiscal General del Estado en ello?
La función del Fiscal General del Estado es proponer al Gobierno, los nombramientos para los distintos cargos, previo
informe del Consejo Fiscal, oído el Fiscal Superior de la Comunidad Autónoma respectiva cuando se trate de cargos en
las Fiscalías de su ámbito territorial.
A) ¿Quién y cómo se nombra al Fiscal General del Estado?

El Fiscal General del Estado ostenta la jefatura superior y representación del Ministerio Fiscal. Es nombrado y cesado
por el Rey, a propuesta del Gobierno, oído el Consejo General del Poder Judicial y previa valoración de su idoneidad
por la Comisión correspondiente del Congreso de los Diputados .

Intervienen en su nombramiento los tres poderes del Estado. La elección debe recaer entre juristas españoles de
reconocido prestigio y con más de quince años de ejercicio efectivo de su profesión. Tiene carácter de autoridad en
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todo el territorio español.
C) ¿El Consejo Fiscal es asimilable al Consejo General del Poder Judicial?
No, son órganos diferentes, con diferente composición, funciones, objetivos, con regulación y finalidades propias.
¿Qué es el Consejo Fiscal?
 Es un órgano del Ministerio Fiscal que asiste en sus funciones al Fiscal General del Estado.

 Está presidido por el Fiscal General del Estado e integrado por el Teniente Fiscal del Tribunal Supremo, el Fiscal
Inspector Jefe y nueve Fiscales pertenecientes a cualquiera de las categorías.

 Son miembros natos del Consejo Fiscal: El Teniente Fiscal del Tribunal Supremo y el Fiscal Inspector. Los demás
miembros se elegirán, por un período de cuatro años, por los miembros del Ministerio Fiscal en servicio activo,
constituidos en un único colegio electoral.

 El Consejo Fiscal podrá funcionar en Pleno y en Comisión Permanente y sus acuerdos se adoptarán por mayoría
simple, siendo dirimente, en caso de empate, el voto de su Presidente.

 Las competencias fundamentales del Consejo Fiscal, que vienen enumeradas en el art. 14 del Estatuto Orgánico
del Ministerio Fiscal, son:

- Elaborar los criterios generales en orden a asegurar la unidad de actuación del Ministerio Fiscal, en lo referente a la
estructuración y funcionamiento de sus órganos.
- Asesorar al Fiscal General del Estado en cuantas materias éste le someta.
- Informar las propuestas pertinentes respecto al nombramiento de los diversos cargos.
- Elaborar los informes para ascensos de los miembros de la carrera fiscal.
- Resolver los expedientes disciplinarios y de mérito que sean de su competencia, así como apreciar las posibles
incompatibilidades a que se refiere este estatuto.
- Resolver los recursos interpuestos contra resoluciones dictadas en expedientes disciplinarios por los Fiscales Jefes
de los distintos órganos del Ministerio Fiscal.
- Instar las reformas convenientes al servicio y al ejercicio de la función fiscal.
- Conocer los planes anuales de la Inspección Fiscal.
- Conocer e informar los planes de formación y selección de los fiscales.
- Informar los proyectos de ley o normas reglamentarias que afecten a la estructura, organización y funciones del
Ministerio Fiscal.
- Dirigir al Fiscal General del Estado cuantas peticiones y solicitudes relativas a su competencia se consideren
oportunas.
¿Qué es el Consejo del Poder Judicial?

 El Consejo General del Poder Judicial es un órgano constitucional, colegiado, autónomo, integrado por jueces y
otros juristas, que ejerce funciones de gobierno del Poder Judicial con la finalidad de garantizar la independencia
de los jueces en el ejercicio de la función judicial frente a todos.

 La función de Gobierno del Consejo versa sobre materias tales como los nombramientos, ascensos, y traslados; la
inspección del funcionamiento de los Juzgados y Tribunales y la exigencia de responsabilidad disciplinaria a los
miembros de la Carrera Judicial. Mediante la atribución de este tipo de competencias al Consejo, se evita que otro
poder del Estado, particularmente el Poder Ejecutivo, pueda influir directa o indirectamente sobre la independencia
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judicial. La actuación del Consejo General del Poder Judicial no es de carácter jurisdiccional, pues este tipo de
actividad está reservada, tal y como proclama el artículo 117 de la Constitución, a los Jueces y Tribunales.

 La labor de gobierno del Consejo es equiparable, en buena medida, a los actos administrativos y, al igual que estos
últimos, sus resoluciones están sujetas al control de legalidad por parte de los Juzgados y Tribunales del orden
contencioso-administrativo.

 La función de gobierno de los Jueces y Tribunales no recae exclusivamente en el Consejo General del Poder
Judicial, ya que las Salas de Gobierno del Tribunal Supremo, de la Audiencia Nacional y de los Tribunales
Superiores de Justician ostentan también competencias en esta materia, si bien, en última instancia sus
resoluciones son revisables por el Consejo. El Consejo ha de velar por el mantenimiento a ultranza de la
independencia judicial, y así, si un Juez o Magistrado es perturbado o inquietado en el ejercicio de la función
jurisdiccional, el artículo 14 de la Ley Orgánica del Poder Judicial faculta al Consejo para poner fin a esta
intromisión. La defensa de la independencia judicial no acaba con la adopción de este tipo de medidas, ya que el
propio Consejo debe ser escrupulosamente respetuoso con dicha independencia y, en consecuencia, ha de
abstenerse de realizar cualquier tipo de indicación, instrucción orden o mandato dirigido a los Jueces y tribunales,
sobre el modo en que éstos han de interpretar y aplicar el ordenamiento jurídico.

 La gestión de los recursos materiales y personales del sistema judicial corresponde al Poder Ejecutivo,
principalmente al Ministerio de Justicia o a las Comunidades Autónomas que han asumido las competencias en
esta materia. El Consejo elabora, ejecuta y controla con interventores el cumplimiento de su presupuesto anual. Da
cuenta de la liquidación del presupuesto al Tribunal de Cuentas.

 El CGPJ tiene la obligación de remitir a las Cortes Generales la Memoria anual sobre el estado, funcionamiento y
actividades del CGPJ y de los Juzgados y Tribunales de España. La memoria incluye las necesidades que, a su
juicio, existen en materia de personal, instalaciones y recursos para el correcto desempeño de las funciones
atribuidas al Poder Judicial.

 Las Cortes Generales podrán debatir el contenido de la Memoria y reclamar, en su caso, la comparecencia del
presidente del CGPJ o del miembro en quien delegue. Los parlamentarios pueden formular mociones y preguntas,
de obligada contestación por parte del Consejo

2.2.3. Derecho aplicable: Arts. 13, 36.1 E0 del MF; 58 LOPJ.

Realizado por Lna Rodríguez y Virginia Reñones

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2.3. Caso III (§ 89)


2.3.1. Supuesto de hecho
Por escrito de 1 de diciembre de 2008, el Sr. D. … Fiscal, con destino en la Fiscalía…., formaliza demanda contra el
acuerdo de la Comisión de Selección del Consejo General del Poder Judicial, de fecha 4 de octubre de 2005, sobre
nombramiento de miembros del Tribunal Calificador de pruebas selectivas para la provisión de 70 plazas de
alumnos de la Escuela Judicial, al entender que ha sido preterido sin motivación razonable de formar parte de dicho
Tribunal y en consecuencia se ha vulnerado el artículo 23.2 de la Constitución Española, ter minando por suplicar la
anulación del acto impugnado y la condena a la Administración a iniciar un nuevo proceso selectivo mediante la
aplicación de criterios de carácter objetivo, que permitan la igualdad de oportunidades en el acceso a los puestos de
vocal de los tribunales de las oposiciones convocadas por Acuerdo del CGPJ, de 19 de abril de 2008.
Y en efecto, aunque muchos de los argumentos del actor pudieran ser acogi dos en un proceso de legalidad
ordinaria, esta Sala entiende que no se vulnera dicho precepto constitucional, pues del articulo 304 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial se desprende que en los Tribunales Calificadores deberá haber dos fisca les, pero no se
determina en la ley, como una obligación inherente al cargo de fis cal, y tampoco al de Juez, al Catedrático, al
Abogado del Estado, o al Abogado, la obligación de formar parte de dichos Tribunales Calificadores, y además en el
presente caso, de los hechos expuestos anteriormente se desprende que se facili tó a todos los fiscales la
posibilidad de participar en dichos Tribunales Calificadores, seleccionándose entre los mismos los que formaron
parte definitivamente. En consecuencia, la participación de los fiscales no forma parte del núcleo esencial de su
estatuto profesional, por lo que no aparece vulnerado ni el derecho a acceder al cargo de fiscal, ni tampoco el
derecho a ejercer las funciones propias del mismo. Por ello, el derecho fundamental de acceso y de ejercicio de los
cargos públicos no aparece conculcado, y a este análisis debe someterse exclusiva mente el acto impugnado, dado el
tipo de proceso elegido libremente por el recurrente.

2.3.2. Cuestiones

A) ¿Dependen los Fiscales del Consejo General del Poder Judicial?


En la CE aparece regulado en el Título VII, que reza “Del Poder Judicial”, y no en su Título IV, referente al Gobierno y a
la Administración.
No puede afirmarse que sea plenamente un órgano jurisdiccional, porque ni ejercita la potestad jurisdiccional (Art.
117.3 CE), ni goza, con plenitud, de la independencia judicial.
El Ministerio Fiscal, de acuerdo a lo establecido en el articulo 124 CE, ejerce sus funciones por medio de órganos
propios, conforme a los principios de unidad de actuación y dependencia jerárquica.
Es un órgano imparcial, promotor y colaborador de la Jurisdicción, perteneciente “latu sensu” al Poder Judicial, aunque
no se encuentre ubicado en él.
Todos los fiscales dependen del Fiscal General del Estado, el cual es nombrado por el rey y propuesto por el gobierno,
oído el Consejo General del Poder Judicial.

B) ¿Por qué impugna el Fiscal recurrente un acto del CGPJ?


El Fiscal demanda el acuerdo adoptado por la comisión de selección del CGPJ, por considerar que ha sido preterido
sin motivación razonable de formar parte de dicho tribunal, vulnerando el articulo 23.2 CE “asimismo, tienen derecho a
acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes”.

C) ¿Tal recurso lo resolvería el Fiscal General del Estado, el Consejo Fiscal o la Sala competente de lo
contencioso-administrativo?
Tal recurso será resuelto por la Sala de la contencioso- administrativo, por ser un recurso contra un acto del Consejo
General del Poder Judicial, de acuerdo a lo establecido en el articulo 58 LOPJ.

2.3.3. Derecho aplicable: Arts. 301, 304 y 58 LOPJ.

Realizado por Cristina Rodríguez Castro y Verónica Domínguez Calonge

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3. PRINCIPIOS DE ORGANIZACIÓN (§ 90)

3.1. Supuesto de hecho


Sentencia Tribunal Supremo (Sala de lo Contencioso-Administrativo).
A) «Mediante providencia de 7 de febrero de 1996 el Tribunal Constitucional inadmitió el recurso de amparo
interpuesto por el hoy recurrente contra Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la
Audiencia Nacional de 22 de mayo de 1995, desestimatoria del recurso promovido contra resolución del
Ministerio de Defensa que había denegado su solicitud de reconocimiento del empleo de ...
En la expresada providencia se ordenaba que se practicara su notificación con indicación de que si el Ministerio
Fiscal no interpusiera recurso de súplica en el plazo de tres días, se archivarían las actuaciones sin más trámite.
B) Notificada dicha providencia, el señor G. L. dirigió un escrito al Tribunal Constitucional con la
denominación de «recurso de revisión», al que contestó el Jefe del Gabinete Técnico del Presidente del
Tribunal mediante carta en la que le informaba que su recurso de amparo había sido definitivamente inadmitido
por la citada providencia, que sólo podía ser recurrida por el Ministerio Fiscal, que no había presentado
recurso alguno.
C) A la vista de esta información, el señor ... presentó en el Consejo General del Poder Judicial escrito
de fecha 2 de julio de 1996, solicitando su amparo «por la negativa u omisión del Ministerio Fiscal, para que
reconsidere su error u omisión y presente ante el Tribunal Constitucional el recurso que no presentó en su
momento». Dicho escrito fue archivado por la Comisión Disciplinaria del Consejo General del Poder Judicial en
su reunión de 10 de julio de 1996, "porque la cuestión planteada es ajena a las competencias del Consejo" .
En el escrito que dirigió el recurrente al Consejo General del Poder Judicial, pese a que en el mismo se manifiesta
no formularse «denuncia contra el Fiscal ni contra otra entidad judicial», se recogen unos hechos que sólo pueden
ser enjuiciados desde el punto de vista de una supuesta responsabilidad disciplinaria.

3.2. Cuestiones

A) ¿Puede el CGPJ analizar las actuaciones procesales del Fiscal?

No. Tal y como regula el ART.122.1 CE , el CGPJ es el órgano de gobierno de los Juzgados y tribunales en el que
están incluidos los Jueces y Magistrados, y sólo podrá analizar las actuaciones de los mismos y como aclara el ART
124.2 CE el Ministerio Fiscal ejerce sus funciones por medio de órganos propios conforme a los principios de unidad
de actuación y dependencia jerárquica.
B) ¿Está representado el Fiscal en el CGPJ?

No, el Fiscal no está representado en el CGPJ, La CE en su ART.122.1 dice “La ley orgánica del poder judicial
determinará la constitución, funcionamiento y gobierno de los Juzgados y Tribunales, así como el estatuto
jurídico de los Jueces y Magistrados de carrera, que formarán un Cuerpo único, y del personal al servicio de la
Administración de Justicia” .
El Art. 124.3 CE nos aclara que el Ministerio Fiscal se rige por su propio Estatuto Orgánico.

C) ¿Quién puede imponer sanciones a un Fiscal?

El artículo 67 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal establece que serán competentes para la imposición de
sanciones:
1. Para imponer la de advertencia, el Fiscal Jefe respectivo.
2. Para imponer hasta la de suspensión, el Fiscal General del Estado.
3. Para imponer la de separación del servicio, el Ministro de Justicia, a propuesta del Fiscal General del Estado, previo
informe favorable del Consejo Fiscal.

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3.3. Derecho aplicable: Arts. 122, 124 CE y 66, 67 EOMF.

Realizado por Montse Piris y Aitziber

LECCIÓN 14. EL PERSONAL COLABORADOR DE LA JUSTICIA

1. Caso I (§ 91)

2. Caso II (§ 92)

3. Caso III (§ 93)

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Lección 14

EL PERSONAL COLABORADOR DE LA JUSTICIA

1.1. Caso I (§ 91)

1.1.1. Supuesto de hecho

A) El Sr. X es un funcionario del Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa que presta sus servicios en
el Juzgado de Instrucción núm. ... de La Coruña. Tenía a su cargo, entre otras funciones, la tramitación de
las ejecutorias de los juicios de faltas, encargándose de la recepción de las cantidades entregadas en
concepto de indemnizaciones, costas o tasas, a las cuales debía dar el destino legal correspondiente.

B) El día 2 de abril de 2001 recibió nueve mil trescientos euros, en la ejecu toria del juicio de faltas ... de
2000, cuya suma le fue entregada, como parte de la indemnización, por el Jefe del Parque Móvil de ... Lejos
de entregar dicha cantidad al perjudicado, D. Jorge C.C., o de ingresarla en la "Cuenta Provisional de
Consignaciones", la ingresó en su cuenta particular, abierta, a su nombre, en el Banco Popular, Agencia
número ... de Oleiros, disponiendo íntegramente de ella en su particular beneficio.

C) El 20 de septiembre de 2002 reintegró la citada cantidad (gracias a un préstamo bancario que solicitó
al efecto), precisamente, nueve días después de la incoación del sumario por presunta comisión del delito
de malversación de caudales públicos y de infidelidad en la custodia de documentos, pero más de dos
años después de la recepción de la mentada indemnización.

En el citado proceso penal, el Sr. X sostuvo que no dispuso de la citada cantidad y, además, que la restituyó en
su integridad. Igualmente, afirmó que, conforme a lo dispuesto en el art. 459.1 LOPJ, son los Secretarios Judiciales
los que responderán "del depósito de los bienes y objetos afectos a los expedientes judiciales, así como del de las
piezas de convicción en las causas penales, en los locales dispuestos a tal fin", y como indica el apartado 2 de dicho
precepto, también habrán de responder "del debido depósito en las instituciones que se determinen de cuantas
cantidades y valores, consignaciones y fianzas se produzcan, siguien do las instrucciones que al efecto se dicten". Por
tanto, según él, ni existió malversación, ni infidelidad en la custodia de documentos.

1.1.2. Cuestiones
¿Es cierto que no son las funciones encomendadas al Sr. X las propias de los funcionarios del Cuerpo de
Gestión Procesal y Administrativa, sino de los Secretarios Judiciales?
Si bien el Art 459 recoge que las funciones citadas son propias del cuerpo de secretarios judiciales, el artículo 476 en
su apartado K, dice que también serán funciones del cuerpo de gestión todas las funciones que le sean encomendadas
por los superiores jerárquicos y como nos indica el supuesto de hecho el señor X tenía a su cargo; “ la tramitación de
las ejecutorias de los juicios de faltas, encargándose de la recepción de las cantidades entregadas en concepto de
indemnizaciones, costas o tasas, a las cuales debía dar el destino legal correspondiente “.
Por lo tanto, en este caso sí era una función del cuerpo de Gestión y encomendada al señor X.

1.1.3. Derecho aplicable Art. 459 y 476 LOPJ. 1.2.

Realizado por Begoña Fernández

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Caso II (§ 92)

1.2.1. Supuesto de hecho


A) El acusado, D. Jesús J.A.. mayor de edad y sin antecedentes penales, se encontraba en su domicilio, sito en la calle La
Estación 6, 1, izquierda, de Murcia, cuando procedió a entregar a D. Enrique J.M. y a D. Juan M.R., que acudieron al
indicado domicilio sobre las 16 horas del día 28 de octubre de 1996, 0,4 gramos de heroína, con una riqueza de 24,5%
expresada en heroína base, y 0,9 gramos de cocaína, con una riqueza del 42,2% expresada en cocaína base, a cambio de
dinero, cuyo importe no ha podido determinarse. La droga se encontraba envuelta en una bolsita de plástico con tonos
azules y granates que era parte de una bolsa de plástico del Supermercado "Eroski". Dichas sustancias estupefacientes
fueron ocupadas al señor J.M. por funcionarios policiales que vigilaban el indicado domicilio al salir del mismo.
B) En ese mismo día 28 de octubre de 1996, el Juzgado de Instrucción núm. 3 de Murcia autorizó la entrada y registro
en el domicilio de D. Jesús J.A.
La entrada y registro en el domicilio se efectuó a las 17.50 horas del mismo día en presencia del titular del Juzgado y
de la Oficial habilitada (hoy funcionaria del Cuerpo de Gestión Procesal y Administrativa) donde se encontraron 1,7
gramos de cocaína, con una riqueza del 35,9%, y 5 gramos de la misma sustancia, con una riqueza del 47,7%, en
ambos casos expresada en cocaína base, que los acusados tenían en su poder con el fin de distribuirlos entre terceras
personas. Asimismo se halló una cuchara con restos de heroína, y una bolsa de plástico de un hipermercado "Eroski",
rota. y dos recortes de bolsa de plástico del hipermercado "Eroski", utilizados para confeccionar papelinas, así como
193.000 pesetas que los acusados habían obtenido de la venta de las mencionadas sustancias, distribuidas: 13.000 pesetas en
billetes, detrás del televisor, y 180.000 en un cajón del armario de la habitación del matrimonio, distribuidas en: dos billetes de
10.000 pesetas, diecisiete de 5.000 pesetas, diecinueve de 2.000 pesetas y treinta y siete de 1.000 pesetas.
El precio medio de las sustancias, atendiendo su grado de riqueza, en el mercado ilícito es el siguiente: de los 0,4 gramos de
heroína 32.300 pesetas, de los 0,9 gramos de cocaína 8.214 ptas., de 1,7 gramos de cocaína, 13.199 pesetas y de los 5
gramos de cocaína 51.582 pesetas, lo que hace un total de 105.295 pesetas.
C) El acusado, D. Jesús J.A. considera nula la diligencia de entrada y registro ordenada por el antes mencionado Juzgado de
Instrucción y practicada con la asistencia del Juez Instructor y de la Oficial, en sustitución del Secretario, ya que no fue
practicada bajo la presencia del Secretario Judicial y no existía delegación expresa a favor de la mencionada Oficial del
Juzgado.
D) El Tribunal sostiene, por su parte, que cabe la habilitación a favor de un oficial del Juzgado, y dicha habilitación no sólo
tuvo lugar sino que, además, así se hizo constar en la diligencia, con mención de encontrarse habilitado, concurriendo en
consecuencia el supuesto de hecho contemplado en el párrafo cuarto del artículo 569 LECrim., que prevé, en caso de
necesidad, la sustitución del Secretario Judicial, no exigiéndose en ninguno de los indicados preceptos que deba constar
en las propias diligencias de forma expresa la causa de la sustitución, de manera tal que esa falta de asistencia sea
productora de una nulidad insubsanable, máxime cuando en la propia diligencia se hace constar que el oficial interviniente
se encuentra habilitado, quedando con ello cumplida la finalidad de la norma.

1.2,2. Cuestiones
A) ¿Es cierto que los Secretarios Judiciales, no obstante ser los únicos funcionarios competentes para dar fe,
pueden habilitar a uno o más funcionarios del Cuerpo de Gestión Procesal y administrativa para determinadas
tareas? ¿Qué norma jurídica, en su caso, establece tal habilitación?
Los Secretarios Judiciales son los únicos funcionarios competentes para dar fe y no pueden habilitar a otros
funcionarios del Cuerpo de Gestión Procesal y administrativa, ya que quien posee la potestad para habilitarlos es su
inmediato superior jerárquico como aparece recogido en el artículo 451.1 de la LOPJ.
B) Dicho funcionario habilitado ¿actúa, entonces, como fedatario público o, por el contrario, como un funcionario
que asume competencias que, en principio, no le son propias?
El funcionario habilitado asume competencias que no le son propias, como bien aparece recogido en el art. 451.3
de la LOPJ, solo se le habilitaría en caso excepcional de no haber suficientes número de Secretarios Judiciales para la
entrada o registro de lugares cerrados de forma simultánea, que haya acordado la Audiencia Nacional.

1.2.3. Derecho aplicable: Arts. 451 y 453 LOPJ; 569 LECrim.


Realizado por Patri Nebril Balseiro y Francisco J. Márquez González

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1.3. Caso III (§ 93)

1.3.1. Supuesto de hecho

Ángel, en su condición de vigilante de seguridad de la empresa Seguritax, S.L., asumió el cometido de desarrollar las funciones
de mantenimiento del orden público durante el partido de fútbol entre el equipo local Unión Balompédica Conquense y el equipo
visitante Club Deportivo Castellón, a celebrar aquella tarde en el campo de fútbol del Estadio Municipal La Fuensanta, de la
ciudad de Cuenca, encontrándose para ello debidamente uniformado y provisto de una defensa reglamentaria, coloquialmente
conocida con el término «porra».
Terminado el evento, al tiempo de la evacuación del estadio y como consecuencia de un altercado entre dos de los
aficionados y un Inspector del Cuerpo Nacional de Policía, el vigilante salió del recinto y se aproximó a la acera cercana,
donde se estaba produciendo la agresión, portando la defensa reglamentaria en una mano, con la que golpeó al individuo que
tenía agarrado al policía por la espalda, para que liberara al agente, ocasionándole a aquél una herida inciso contusa
sangrante en el cuero cabelludo que precisó de cuatro puntos de sutura. Ello no obstante, continuó el forcejeo entre los cuatro
intervinientes, con resultados lesivos también para ambos encargados del mantenimiento del orden público.

1.3.2. Cuestiones

A) ¿Cuáles son las funciones de la Policía Judicial?


Funciones de la Policía Judicial. (Art. 549 LOPJ 6/1985 de 1 de julio)
1. Averiguación acerca de los responsables y circunstancias de los hechos delictivos y la detención de los
primeros, dando cuenta seguidamente a la autoridad judicial y fiscal, conforme a lo dispuesto en las leyes.
2. El auxilio a la autoridad judicial y fiscal en cuantas actuaciones deba realizar fuera de su seda y requieran
la presencia policial.
3. La realización material de las actuaciones que exijan el ejercicio de la coerción y ordenare la autoridad
judicial o fiscal.
4. La garantía del cumplimiento de las órdenes y resoluciones de la autoridad judicial y fiscal.

Cualesquiera otra de la misma naturaleza en que sea necesaria su cooperación o auxilio y lo ordenare la autoridad
judicial o fiscal
B) ¿Un miembro de la seguridad privada es también Policía Judicial?
Pueden formar parte de la policía judicial o realizar sus funciones por orden de la autoridad judicial, según el Art. 283.6
LECrim, los guardas de montes, campos y sembrados, jurados o confirmados por la administración. Así que a petición
de los Jueces o Tribunales así como del Ministerio Fiscal, se le pueden puntualmente encomendar funciones de Policía
Judicial a los miembros de la seguridad privada en el ámbito de sus funciones de vigilancia y ateniéndose a la Ley
23/1992 Reguladora de la Seguridad Privada
C) En el caso de que la respuesta sea negativa, ¿incurriría en responsabilidad penal Ángel al haber golpeado a una
persona aunque fuera al salir en auxilio del antes citado agente de la autoridad?
En el caso que nos ocupa terminado el evento, Ángel, ya no tiene las funciones encomendadas y por lo tanto ha
incurrido en una falta grave (Art. 22.2.c de la Ley 23/1992) por no cumplir el Art. 13 de la Ley 23/1992 que limita
expresamente sus funciones de vigilancia al interior del estadio de fútbol. Por lo que incurriría en una responsabilidad
penal

1.3.3. Derecho aplicable: Arts. 126 CE, 547 LOPJ y Ley 23/1992, de 30 julio, de Seguridad Privada.

Realizado por Carlos Tortosa y Mar Mar

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LECCIÓN 15. LOS ABOGADOS Y PROCURADORES

1. Caso I (§ 94)

2. Caso II (§ 95)

3. Caso III (§ 96)

4. Caso IV (§ 97)

5. Caso V (§ 98)

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Lección 15

LOS ABOGADOS Y PROCURADORES

1. CASO I (§ 94)

1.1. Supuesto de hecho

Ante el incumplimiento contractual padecido por una empresa italiana respecto de otra española, la primera demanda a la
segunda en Roma (Italia) por incumplimiento contractual (cuantía de la pretensión 48.000 euros).
Debido a que la empresa demandada no tiene bienes en Italia (todos están en España), acude a un Abogado español para que
solicite en España medidas cautelares contra la empresa española ex artículo 722.11 LEC.
El Abogado español envía a Italia una propuesta de honorarios que comprende el procedimiento de medidas cautelares
con las siguientes salvedades: "Esta propuesta no incluye los gastos procesales (tasas, depósitos, etc.) necesarios para la
iniciación, desarrollo y culminación de la primera instancia. Tampoco comprende el recurso de apelación que fuera pertinente
interponer contra la resolución dictada en primera instancia".
El Abogado español ha conseguido rápidamente un Auto que estima la totalidad de las medidas cautelares interesadas para
asegurar la eficacia de la futura sentencia estimatoria que el Tribunal romano podría dictar.
Después de enviarle la copia del Auto y de explicarle el éxito obtenido, remite al cliente una factura con base en la propuesta
de honorarios aceptada: Abogado (5.000 euros), Procurador (500 euros).
La empresa italiana felicita al Letrado español, le abona sus honorarios pero le comunica que los gastos del Procurador
ha de soportarlos el Abogado, pues éste es el que lo ha propuesto y porque nada se ha dicho en relación con los costes del
Procurador en la indicada propuesta de honorarios.

1.2. Cuestiones
A) ¿Es procesalmente posible presentar una solicitud de medidas cautelares con Abogado y sin
Procurador?
Las leyes procesales imponen que para acceder a la jurisdicción, bien como demandado o demandante, bien como
acusador o acusado, como regla general es necesario comparecer mediante procurador asistido por abogado, al
tratarse de una solicitud de medidas cautelares en España (art 23 y 31 LEC).
B) ¿Cuál es la razón de ser de la existencia del Procurador y del Abogado?
La exigencia constitucional de ser representados por Procurador y defendidos por Abogado tiene como finalidad evitar
situaciones materiales de indefensión, a esto se denomina “capacidad de postulación”. (art 33.1 LEC)
C) Dado que en Italia no existe la figura del Procurador ¿quién ha de soportar los costes del
Procurador: el Abogado o el cliente?
Los costes del Procurador deben correr por cuenta del cliente ya que en ningún momento Abogado y Cliente llegaron a
ningún acuerdo. En la propuesta de honorarios presentada por el abogado no se incluyen los gastos procesales, por lo
tanto el procurador al ser representante procesal y la figura del procurador es obligatoria en este caso (ART.23 LEC).

1.3. Derecho aplicable: Arts. 23, 29, 31, 32 y 34 LEC.

Caso Realizado por Montse Piris y Analía Miró

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2. CASO II (§ 95)

2.1. Supuesto de hecho


Un Abogado desea iniciar un juicio verbal civil por una cuantía de 1.745 euros, cuyo objeto consiste en recuperar la
posesión perdida de un determinado objeto.
Tras repasar lo dispuesto en el artículo 250.1 LEC, en particular lo previsto en el núm. 4Q de esa norma, se plantea
las siguientes dudas:

2.2. Cuestiones
A) ¿Es procesalmente posible presentar una demanda de juicio verbal dirigida a recuperar la
posesión perdida de una cosa, cuya cuantía no supera Ios 2.000 euros, sin Abogado y sin Procurador?
Nuestras Leyes procesales imponen que, para acceder a la Jurisdicción, bien sea como demandante o demandado,
bien como acusador o acusado, y como regla general, la necesidad de comparecer en el proceso mediante procurador
y asistido de abogado, quienes asumen la función de defensa de todos los derechos subjetivos, públicos y privados e
intereses legítimos de los ciudadanos.
Esta exigencia constitucional tendente a evitar situaciones materiales de indefensión se denomina “capacidad de
postulación”, que consiste en la aptitud requerida por la Ley para realizar válidamente los actos procesales de las
partes dentro del proceso.
Existen supuestos en los que, por estimar el legislador que no se ocasiona género alguno de indefensión, la
intervención de ambos o de alguno de ellos no resulta preceptiva.
Estos supuestos son en el proceso civil:
Casos en los que no es preceptiva la intervención de procurador:
 En los juicios verbales cuya cuantía no exceda de 2000 euros y para la petición inicial de los procedimientos
monitorios, conforme a lo previsto en esta Ley.
 En los juicios universales, cuando se limite la comparecencia a la presentación de títulos de crédito o derechos,
o para concurrir a Juntas.
 En los incidentes relativos a impugnación de resoluciones en materia de asistencia jurídica gratuita y cuando se
soliciten medidas urgentes con anterioridad al juicio.
Casos en los que no es preceptiva la intervención de abogado:
 Juicios verbales cuya cuantía no exceda de 2000 euros y la petición inicial de los procedimientos monitorios,
conforme a lo previsto en esta Ley.
 Los escritos que tengan por objeto personarse en juicio, solicitar medidas urgentes con anterioridad al juicio o
pedir la suspensión urgente de vistas o actuaciones.
Por lo tanto, al tratarse de un juicio verbal que no supera los 2000 euros, es posible presentar la demanda sin abogado
ni procurador
B) En el caso de que la respuesta sea negativa ¿es subsanable el defecto consistente en la falta de
capacidad de postulación?
Si la respuesta fuera negativa (que no lo es), si se puede y debe subsanarse de acuerdo con la doctrina general
establecida por el Tribunal Constitucional y seguida por el Tribunal Supremo, en relación además con las disposiciones
de la LOPJ que invitan a la subsanación o la imponen

2.4. Derecho aplicable: Arts. 23, 31 y 23I LEC.

Realizado por Begoña Fernández y Sonia Rodríguez.

3. CASO III (§ 96)


3.1. Supuesto de hecho
Don Ángel es un Abogado que ha estado trabajando durante meses para lograr un buen acuerdo para su cliente en un
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espinoso asunto relativo a la permuta de unos terrenos sometida a diversas condiciones.

Finalmente ha conseguido un acuerdo justo y equitativo para ambas partes, pero el Abogado de la contraparte le
plantea la siguiente cuestión: que su cliente no va a pagarle porque considera que es el cliente de don Ángel quien tiene
que abonarle el trabajo realizado, de lo contrario no se firmará el acuerdo.
Don Ángel, escandalizado, le comunica a su cliente la anterior condición impuesta por su colega. El cliente no se
sorprende e incluso está dispuesto a pagar al Abogado de la contraparte con tal de que se firme el ansiado contrato.

3.2. Cuestiones
A) De ser Vd. el Abogado don Ángel ¿que le aconsejaría a su cliente?

Le advertiría que no tiene la obligación de pagar al abogado de la parte contraria pero dado que mi cliente está
dispuesto a pagar las cuotas del abogado de la contraparte y está interesado en finalizar el acuerdo, le aconsejaría que
pagara; haciendo constar tal circunstancia en una clausula del acuerdo final.
B) Si el cliente de don Ángel quiere pagar al Abogado de la contraparte, ¿podría don Ángel renunciar a seguir
defendiendo a su cliente o, por el contrario, ha de continuar con el encargo hasta su culminación?

Sí, puede renunciar en su intervención profesional cuando surjan discrepancias son su cliente y deberá hacerlo cuando
concurran circunstancias que afecten a su independencia. Esta renuncia no puede causar indefensión al cliente y está
obligado a despachar los trámites procesales urgentes. (Art 53 Estatuto general de la abogacía)
C) Don Ángel ha pactado con su cliente que solamente cobraría si se cerraba el trato, a cambio percibiría el 10 por
ciento del precio de ese negocio jurídico: ¿es legalmente admisible esa forma de determinación de los honorarios
del Abogado? ¿Y el denominado pacto de cuota litis'?

Sí, es legal esta forma de determinación de los honorarios. El Tribunal Supremo tumbo en el año 2008 la prohibición de
la cuota litis, al considerar que violaba las normas de la libre competencia y era por consiguiente nula.

3.3. Derecho aplicable: Arts. 1.542 y ss. CC; 42 y 43 del Estatuto General de la Abogacía Española.

Realizado por Ana Nieves y Juan Toledo

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4. CASO IV (§ 97)

4.1. Supuesto de hecho


Doña Eufrasia presentó demanda de juicio ordinario sobre reclamación de daños y perjuicios contra doña Angustia,
por la que, al amparo de los artículos 1.089, 1.091, 1.255, 1.256 y 1.258 del Código Civil, solicita se la "condene a
devolver las cantidades entregadas en concepto de provisión de fondos para llevar el procedimiento de extradición ...
tramitado ante la Sala de lo Penal de la Audiencia de don Obdulio, y a las costas de este procedimiento".
El hecho que da causa a la pretensión es la contratación por doña Eufrasia de los servicios profesionales de doña
Angustia. Letrada del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, a fin de que asumiese la defensa de su hijo, don Obdulio
en el antes referido procedimiento de extradición, a la que entregó la suma de 9.015,18 euros, según se acredita con
el recibo expedido por doña Angustia a nombre de Obdulio. Ese mismo día don Obdulio, que se encontraba interno en el
Centro Penitenciario Madrid IV, a disposición del Juzgado Central de Instrucción núm. 5 de la Audiencia Nacional, dirigió
escrito a este órgano judicial por el que renunciaba a la codefensa de doña María Purificación y nombraba en su lugar a
doña Angustia.
Como doña Eufrasia no estuviera de acuerdo con la forma de llevar la defensa, pidió a doña Angustia que dejara de
prestar sus servicios profesionales y que le devolviera la provisión de fondos que le había entregado, formulando,
asimismo, denuncia por tales hechos en la Comisaría de Tetuán, Atestado ...
En las Diligencias Previas, Procedimiento Abreviado 174/... que se siguió en el Juzgado de Instrucción núm. 39 de
Madrid por la denuncia de doña Eufrasia declaró que la abogada no tramitó nada y por eso le pidió que le rindiera
cuentas de lo actuado y que le devolviera el dinero, que lo había pedido prestado, ya que ella trabaja de asistenta desde
hace tres años.

4.2. Cuestiones

A) ¿Cuál es la naturaleza jurídica del vínculo que une aI Abogado con su cliente?

La Jurisprudencia ha mantenido diversas tesis al respecto, pero la tesis dominante es que constituye un arrendamiento
de servicios por el cual el abogado se compromete a prestar diligentemente y con eficacia sus servicios profesionales
para la defensa de determinados derechos subjetivos de su cliente ante los tribunales, por un precio cierto en forma de
honorarios previamente pactados
B) ¿Cuáles son las obligaciones del Abogado para con su cliente?
Las obligaciones son, entre otras y según la sentencia:
- Guardar secreto profesional.
- Actuar con diligencia en la defensa que le sea encomendada.
- Asesoramiento legal.
- Deber de fidelidad.
- Deber de información adecuada al cliente durante la vigencia de la relación contractual
- Deber de custodia de los documentos, escritos y actuaciones que se derivan de la relación contractual y actuación
profesional.
- Deber de devolución o entrega de toda aquella documentacion al cliente en el momento de su extinción.

C) ¿Puede el Abogado negarse a rendir cuentas a su cliente?


Según se desprende de la sentencia dictacta por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 13ª, de 18 de enero de
2011, en ella se ratifica la obligación impuesta por el Juzgado de Primera Instancia de rendir cuentas a la demandada
ya que no podía hacer suya, de forma unilateral, la cantidad que recibió de la demandante.
Así mismo, el Código Civil al regular las obligaciones del mandatario establece como una de las más importantes, la de
rendir cuentas al finalizar el servicio.
4.1,3. Derecho aplicable: Ver la Sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 13 1, de 18 de
enero de 2011.
Realizado por Minerva PG e Iris Carrasco

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5. CASO V (§ 98)

5.1. Supuesto de hecho


A) Don Ángel fue condenado en la Sentencia dictada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Zaragoza
de 19 octubre 1990, como autor responsable de un delito de estafa y otro de falsedad en documento mercantil, a las penas
de dos meses y un día de arresto mayor, y dos años, cuatro meses y un día de prisión menor y treinta mil pesetas de
multa, respectivamente. Dicha sentencia fue notificada a la Procuradora de D. Ángel (quien la designó libremente, no le fue
asignada de oficio) el 20 de octubre de 1990, y, asimismo, le es notificada personalmente al citado señor en el Centro
Penitenciario de Murcia, donde estaba recluido, con fecha 14 de noviembre de 1990.
B) El condenado, con fecha 16 de noviembre de 1990, envió un telegrama al órgano judicial manifestando su deseo de
interponer recurso de casación, reiterándolo tres días después por escrito enviado por correo ordinario. La Audiencia Provincial de
Zaragoza, a la vista de dicho telegrama y del escrito, dictó providencia de fecha 27 noviembre 1990, que decía: «una vez que
se interponga recurso de casación por medio de Procurador y suscrito por Letrado, se acordará». Este proveído se notificó a su
Procuradora al día siguiente.
C) Transcurrido el plazo de cinco días para interponer recurso de casación contra la sentencia, que preceptúa el art. 856 de la
LECrim., no se había formalizado recurso alguno. Mediante Auto, de fecha 19 diciembre 1990, la Audiencia Provincial declaró
firme la sentencia, lo cual se notificó a la Procuradora al día siguiente.
D) Don Ángel recurre en amparo ante el Tribunal Constitucional, ya que entiende vulnerados los derechos a la tutela
judicial efectiva (art. 24.1 CE), en cuanto derecho de acceso a los recursos legalmente previstos, y el derecho a la asistencia
letrada (art. 24.2 CE).
E) Ambas vulneraciones se fundan en el hecho de no haber podido ejercitar el condenado, pese a su clara voluntad de
hacerlo, un recurso de casación contra la sentencia penal que le había privado de libertad. A su juicio, a pesar de que
constaba su decisión de recurrir la sentencia, su Abogado y Procuradora (libremente designados por el condenado) hicieron
caso omiso de tal mandato, no interponiendo el recurso de casación ante el Tribunal Supremo, causando con ello un enorme
perjuicio e indefensión al hoy recurrente. Como consecuencia de la actuación negligente del Abogado y la Procuradora, se vio
privado de su derecho al recurso y, lo que es más grave, de su libertad.
F)El TC, en su Sentencia 91/1994, de 21 de marzo, desestimó el recurso de amparo por las siguientes razones:
«2. Al respecto este Tribunal Constitucional ha declarado en numerosas resoluciones, que «el derecho al acceso a los
recursos legalmente establecidos» forma parte del derecho a la tutela judicial efectiva ... y que dicho derecho impone a los
Jueces y Tribunales que en el control de los requisitos formales que condicionan la válida interposición de los mismos utilicen
criterios interpretativos que sean favorables a dicho acceso, evitando incurrir en el rigor formalista de limitarse a una aplicación
automática y literal de los preceptos legales, que conduzca a negar eI recurso por una irregularidad formal subsanable, sin dar
oportunidad al interesado de la posibilidad de proceder a su subsanación.
(...) Por otra parte, en el presente caso se plantea no sólo la presunta lesión del derecho a la tutela judicial efectiva en su
vertiente de derecho de acceso a los recursos legalmente establecidos, sino que aparece también involucrada otra cuestión,
la del derecho a la asistencia de Letrado. Sobre todo ello existe una consolidada doctrina de este Tribunal, que se recuerda en la
STC 12/1993. Como razona dicha sentencia, el carácter obligatorio de la intervención letrada supone que el derecho fundamental
simultáneamente constituye un requisito del procedimiento, pero en ningún caso cabe transformar el contenido del derecho en
una mera carga procesal hasta el punto de devenir en un obstáculo insalvable que impida el ejercicio de otro derecho
fundamental, como es el acceso al recurso; por el contrario, la exigencia a la parte de tener un defensor acentúa la obligación de
los Poderes Públicos de garantizar la efectiva designación de Letrado ... Por ello hemos afirmado que puede originarse una
situación de indefensión constitucionalmente prohibida si no se suspende el curso del proceso hasta que al litigante carente de
medios económicos le sea nombrado un Letrado por el turno de oficio ... y también que no es admisible hacer depender de una
institución ajena a las partes el efectivo cumplimiento de los requisitos capaces de determinar, en su caso, la inadmisión de los
recursos,
3. (...) Es evidente que el órgano judicial no puede ni debe supervisar en todos los procedimientos la actuación de los
profesionales del Derecho, pues ante su pasividad o falta de pericia profesional son otros mecanismos jurídicos los arbitrados
para exigirles responsabilidades disciplinarias o patrimoniales. Se trata de determinar ahora si, ante supuestos excepcionales
como el que nos ocupa (preso lego en Derecho que, pese a manifestar su intención de recurrir, se ve privado del
correspondiente recurso por causas ajenas a su voluntad y en contra de su voluntad expresamente manifestada) sería o no
de aplicación la doctrina sentada por este Tribunal en torno a la falta de asistencia letrada efectiva que genera indefensión.
Existe, desde luego, una diferencia de planteamiento con los supuestos en que el Letrado ha sido nombrado de oficio,
pues en aquellos en que la asistencia letrada es de libre designación, se parte de una previa relación de confianza con el
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profesional del Derecho para que éste asuma con todas sus consecuencias la defensa de sus intereses ante los Tribunales.
Relación de confianza inexistente en los supuestos de designación de oficio, lo que ha motivado un especial cuidado y
protección de los particulares que se ven disminuidos en sus posibilidades efectivas de defensa en tales casos.
4. No existe, pues, similitud alguna con los supuestos contemplados en las resoluciones de este Tribunal que cita el
Ministerio Fiscal. En todas ellas, se referían a casos en los que la representación procesal de los recurrentes era de oficio y,
en consecuencia nombrada por los órganos judiciales; de ahí, que debieran extremarse las cautelas para que el derecho de
defensa no fuera meramente formal y la asistencia letrada fuera real y efectiva, como se puso de manifiesto por el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos...
En el presente caso, el actor intervino en el procedimiento penal previo con Procuradora y Abogado de confianza,
nombrados por él. Cuando el órgano judicial recibe el telegrama y el posterior escrito del actor manifestando su deseo de
interponer el recurso de casación, notificó a la representación procesal del recurrente la pretensión del actor. Y conviene
recordar que. ya el 20 de octubre de 1990 (esto es, más de un mes antes de esta notificación), se le había notificado a la misma
Procuradora del actor la sentencia condenatoria «haciéndole saber que puede interponer recurso de casación en cinco días».
Transcurrido el plazo legalmente establecido, el órgano judicial declara firme la sentencia en aplicación de lo dispuesto en el
art. 856 de la LECritn.
Así las cosas, el Tribunal no infringió, desde luego, disposición legal alguna, puesto que la simple manifestación de la
intención personal del preso de interponer recurso de casación no cumple con las exigencias previstas en los arts. 855 y
856 de la LECrim. (al exigirse que tal petición se presente por escrito autorizado por Abogado y Procurador en el que se
haga constar el tipo de recurso de casación que se desea interponer y se pida el testimonio de las actuaciones necesario en
cada caso). Por otra parte, tampoco estaba obligado el Tribunal a nombrarle Abogado o Procurador de oficio, ni a remitir
directamente el testimonio al Tribunal Supremo porque el condenado, en esos momentos, estaba defendido por Abogado y
representado por Procurador. La providencia por la que se acordaba poner en conocimiento estos hechos de su
representación procesal y aguardar a la preparación en forma del citado recurso de casación es conforme con el tenor literal
de los preceptos de la LECrim. Una vez transcurrido el plazo para preparar el recurso de casación sin que se realizase en
forma legal, la declaración de firmeza de la sentencia tampoco es contraria a las disposiciones legales vigentes.
5. (...) Si no se interpuso recurso de casación y, en consecuencia, se vio privado el solicitante de amparo de que fuera
revisada en segunda instancia la sentencia condenatoria de la Audiencia Provincial, ello es únicamente imputable a la
negligencia o pasividad de su defensa y representación procesal o, acaso, del propio recurrente, pero no puede imputarse al
órgano judicial. Falta así el presupuesto imprescindible para que pueda prosperar su queja, porque sabido es que el recurso de
amparo previsto en el art. 44 LOTC sólo protege contra violaciones de derechos fundamentales que tengan su origen
inmediato y directo en un acto u omisión de los órganos judiciales ... Conclusión que no desvirtúa el desconocimiento que el
solicitante de amparo parece alegar del Auto de 19 diciembre 1990, pues el citado Auto fue notificado a la Procuradora que
había sido designada por él y, en consecuencia, el desconocimiento que afirma haber padecido únicamente sería imputable,
de ser cierto, a su representación procesal, sin que en principio pueda dársele trascendencia constitucional a esa posible
negligencia de su representante, ya que es doctrina reiterada de este Tribunal que las eventuales lesiones de derechos
fundamentales resultantes de las relaciones entre el justiciable y su representante procesal no son amparables
constitucionalmente por no ser atribuibles a un poder público Esto sin perjuicio de que el recurrente en amparo, si a ello
hubiere lugar, emprenda las acciones que en su favor le correspondan (art. 442 LOPJ) por el perjuicio que le hubiera podido
irrogar la representación y defensa del recurrente como consecuencia de una posible dejación de sus obligaciones profesionales»

5.2. Cuestiones
A) ¿Comparte Vd. la tesis del Tribunal Constitucional en esta sentencia o, por el contrario, hubiera otorgado el
amparo al vulnerar la Audiencia Provincial el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, en relación con el
derecho a la asistencia letrada y a la libertad de D. Ángel?
Como bien se indica en el texto, D. Ángel designo libremente a su Procuradora y Abogado con los que se deduce
que hay una relación de confianza para que estos asuman con todas sus consecuencias la defensa. La ineficiente en
éste caso es dicha Procuradora y Abogado, no el órgano judicial, por lo que es imputable la negligencia o pasividad de
su defensa y representación procesal, pero no puede imputarse al órgano judicial ya que éste actúo correctamente
comunicándose con la Procuradora dentro del período de tiempo legalmente establecido.
El incumplimiento del Abogado en sus obligaciones profesionales están sometidos a la responsabilidad disciplinaria
de su Colegio

B) Si en vez de estar asistido D. Ángel de Abogado y Procurador de su elección, lo hubiera estado de un Abogado o
Procurador de oficio ¿cuál hubiera sido el fallo del Tribunal Constitucional?
Se estaría atentando contra la tutela judicial efectiva del acusado.
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Se facilita la asistencia gratuita jurídica aquellas personas que no poseen poder adquisitivo suficiente para litigar, por
lo cual se le adjudican abogados y procurados de oficio para que no se le discrimine y pues acceder a la tutela judicial
efectiva en condiciones de igualdad y ver defendidos su derechos e intereses legítimos, si los encargados de ello no
efectúan correctamente su trabajo, el acusado está indefenso y se vulnera el acceso a la tutela efectiva de éste

Realizado por Lna Rodríguez y Manuel Alcaide

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Sección Quinta

LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA

LECCIÓN 16. EL DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA


1. Derecho de acceso a los Tribunales
1.1. Caso I (§ 99)
1.2. Caso II (§ 100)
2. Derecho de acceso a los recursos (§ 101)
3. Derecho a obtener una resolución sobre el fondo del litigio, motivada, fundada y congruente
3.1. Caso I (§ 102)
3.2. Caso II (§ 103)
3.3. Caso III (§ 104)
3.4. Caso IV (§ 105)
4. Derecho a la ejecución forzosa de la sentencia firme de condena (§ 106)
5. Derecho a los recursos legalmente previstos (y a una interpretación "pro actione") (§ 107)

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Lección 16
EL DERECHO A L A TUTELA JUDICIAL EFECTIVA

1. DERECHO DE ACCESO A LOS TRIBUNALES

1.1. Caso I (§ 99)

1.1.1. Supuesto de hecho

A doña L.P.S. le fue impuesta por Acuerdo de 10 de febrero de 2009 del Delegado Especial de Asturias de la Agencia Tributaria
una sanción de 6.020 euros por infracción tributaria simple consistente en obstrucción a la actuación investigadora de la
Inspección de Tributos, siendo desestimado por Acuerdo de 13 de julio de 2009 el recurso de reposición interpuesto contra dicha
resolución sancionadora, en el que se alegaba que no ha existido la conducta obstruccionista que se le imputa, pues ha contestado en
todo momento los requerimientos que le han sido formulados.
En su posterior escrito de interposición de reclamación económico-administrativa ante el Tribunal Económico-Administrativo
Regional de Asturias (órgano administrativo integrado por funcionarios públicos) la recurrente no formuló alegaciones, recayendo
finalmente Resolución por la que dicho Tribunal desestimó la reclamación económica-administrativa, confirmando el acto
administrativo impugnado, con fundamento en que la falta de alegaciones de la recurrente en orden a combatir los razonamientos
del acuerdo impugnado priva al Tribunal Económico-Administrativo de los elementos de juicio necesarios para, en el ejercicio de sus
facultades revisoras, llegar a dictar, en su caso, una resolución estimatoria.
Al formalizar la demanda en su recurso contencioso-administrativo la recurrente alegó los motivos en los que fundamentaba
su pretensión de anulación del acuerdo sancionador (en síntesis, que no obstruyó ni opuso resistencia a la actuación inspectora,
sino que su incomparecencia a las citaciones de la inspección tributaria se debió a que no le fueron debidamente notificadas).
Finalmente, la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Asturias desestimó el recurso
contencioso-administrativo, sin pronunciarse sobre el fondo de los motivos alegados por la recurrente, por considerar que
la recurrente había planteado la reclamación económica-administrativa como un mero trámite formal para acceder al
proceso contencioso-administrativo, convirtiéndolo así en una reclamación contenciosa per saltum.

1.1.2. Cuestiones

A) ¿Considera Vd. que el hecho de que la demandante, tras cumplir con la carga procesal de interponer la
preceptiva reclamación económica-administrativa previa al recurso contencioso-administrativo, renunciase a
formular alegaciones en el procedimiento económico-administrativo autoriza al órgano judicial a eludir, como lo
ha hecho, un pronunciamiento de fondo sobre los motivos aducidos en la demanda para fundamentar la
pretensión anulatoria del acto sancionador? Justifique su respuesta.

Según el art. 56.1 LJCA se pueden introducir en la vía contencioso-administrativa motivos y argumentos jurídicos
distintos a los alegados en la vía administrativa, por lo que la Sala de lo Contencioso-Adminisrativo del tribunal de
Justicia de Asturias no debería eludir un pronunciamiento de fondo
B) ¿Qué nota esencial del derecho a la tutela judicial efectiva pudiera resultar cercenado? ¿Por qué motivo?
Se podría estar cercenando el derecho a la tutela judicial, que exige que las partes obtengan una sentencia de fondo.
El art 24.1 CE impone una exigencia constitucional a los Juzgados y tribunales que han de otorgar una respuesta
jurídico material al conflicto que se les traslada

1.1.3. Derecho aplicable: Arts. 56.1 LJCA; 24 CE.

Realizado por Rosa M Edo y J Carlos Tortosa

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1.2. Caso II (§ 100)

1.2.1. Supuesto de hecho


A) En la original redacción del artículo 38 de la Ley 16/1987, de Ordenación de los Transportes Terrestres, se
establecía lo siguiente:
"Artículo 38. 1. Las Juntas Arbitrales decidirán, con los efectos previstos en la legislación general de arbitraje, las
controversias surgidas en relación con el cumplimiento de los contratos de transporte terrestre y de las actividades
auxiliares y complementarias del transporte por carretera que, de conformidad con lo previsto en el punto siguiente,
sean sometidas a su conocimiento.
Siempre que la cuantía de la controversia no excediera de las antiguas 500.000 pesetas, las partes habían de someter al
arbitraje de las referidas Juntas cualquier conflicto que pudiera surgir en relación con el cumplimiento del contrato, salvo
pacto expresado en contrario.
En las controversias cuya cuantía excedía de 500.000 pesetas, las partes contratantes podían pactar expresamente el
sometimiento al arbitraje de las Juntas de los conflictos surgidos en el cumplimiento de los referidos contratos de transporte.
B) El párrafo primero del apartado segundo de este artículo fue objeto de una cuestión de inconstitucionalidad por
parte de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Burgos por entender que vulneraba, entre otros artículos, el
24.1 de la CE. En el Auto que eleva la cuestión de inconstitucionalidad se dice textualmente:
"...el párrafo primero del artículo 38.2, a juicio del órgano que promueve la presente cuestión, contradice el derecho
a obtener la tutela judicial efectiva (artículo 24.1 CE), concebido éste, según expresión de la STC 197/1988, como «el
poder jurídico que tienen los titulares de derechos e intereses legítimos de acudir a los órganos jurisdiccionales para
reclamar la resolución de un conflicto», pues no puede entenderse de otra manera la exigencia que establece el
precepto cuestionado de que para acceder a Ios Tribunales de Justicia sea preciso obtener el acuerdo o el consentimiento
de la otra parte contratante. El legislador en la regulación legal del derecho a la tutela judicial efectiva debe respetar su
contenido esencial (artículo 53.1 CE), y, en consecuencia, no puede, por ser contrario a dicho contenido, condicionar el
acceso a la jurisdicción a que exista un pacto expreso con eI otro contratante para que un ciudadano pueda acudir a los
Tribunales, pues éste es el contenido esencial del derecho y, por tanto, es intangible para el legislador, quien quizás
podía establecer la obligatoriedad de una conciliación o arbitraje previo a la vía contenciosa, pero no sustituir la
misma por un arbitraje obligatorio. Ni el artículo 24.1 de la Constitución, ni los artículos 10 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos, 14.1 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, 6.1 del Convenio para la
Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales permiten que el acceso a los Tribunales de
Justicia quede supeditado a impedimento o requisito semejante a obtener la aquiescencia de un contratante para
dirimir las controversias que surjan entre ellos".

1.2.2. Cuestión
¿Cree Vd. que el precepto en cuestión respeta el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva en su
manifestación de libre acceso a la jurisdicción? ¿Cuál fue la decisión del Tribunal Constitucional?
-Según el art 24 de la CE todas las personas tienen el derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales,
para defender sus derechos e intereses.
En el caso que nos ocupa entiendo que el precepto no respeta el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva, ya
que se obliga a las partes a someterse a una junta de arbitraje para dirimir las desavenencias que pudiera surgir entre
ambas, lo cual les imposibilita a poder acceder a la Justicia que según la CE han de tener derecho, limitándoseles y
restringiéndoseles con el uso de las Juntas de Arbitraje, que si bien quiere hacer las funciones de Juez, no lo son y no
pueden suplantarlos ni equipararse.
-La decisión del TC se basa fundamentalmente en ratificar el derecho de la tutela judicial efectiva recogida en el artículo
24.1 de la CE: ”…Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el
ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión…”, entendiendo
necesario por parte del legislador en la regulación del derecho a la tutela judicial efectiva que debe respetarse su
contenido esencial recogido en el artículo 53.1 CE: “…Los derechos y libertades reconocidos en el capítulo segundo del
presente título vinculan a todos los poderes públicos. Solo por ley, que en todo caso deberá respetar su contenido
esencial, podrá regularse el ejercicio de tales derechos y libertades, que se tutelaran de acuerdo con lo previsto en el
artículo 161.1a)…”, quien de algún modo podía establecer la obligatoriedad de una arbitraje previo a la vía contenciosa
pero en ningún caso sustituir la misma por un arbitraje obligatorio.

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Realizado por María C Ferreiro y Carlos Ocaña

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2. DERECHO DE ACCESO A LOS RECURSOS (§ 101)

2.1. Supuesto de hecho

La comunidad de propietarios de la calle Guzmán el Bueno núm. 15 de Madrid, dictándose Sentencia que estimó la
demanda y desestimó la reconvención formulada por la citada comunidad. Ello llevó a la comunidad a interponer recurso
de apelación frente a dicha resolución, preparándolo mediante escrito de fecha 14 de enero de 2010 y formalizándolo
mediante escrito de 23 de febrero de 2010, del que se dio traslado a los apelados, que se opusieron en escrito de fecha
8 de marzo de 2010.
Una vez formulado por la contraparte su escrito de oposición, el Juzgado dictó providencia de fecha 9 de marzo de 2010 en
la que acordaba que «conforme a lo ordenado en el art. 463.1 LEC, remítanse los autos a la Audiencia Provincial de
Madrid para resolver la apelación previo emplazamiento de las partes por treinta días».

Tal proveído fue notificado a los Procuradores de las partes el día 16 de marzo de 2010. La representación de la parte
apelada se personó ante la Audiencia Provincial el día 17 de marzo de 2010, dictándose por la Sección providencia, de
fecha 29 de marzo de 2010, teniéndole por personado y acordando que, una vez compareciera el apelante o transcurriera el
término del emplazamiento, se acordaría lo que procediera.
La Audiencia Provincial dictó Auto de fecha 11 de mayo de 2010 por el que se tuvo por desistida a la apelante,
aduciendo que no se había personado en la segunda instancia en el plazo concedido para ello.
Contra dicho Auto se presentó incidente de nulidad de actuaciones en fecha 18 de junio de 2010, solicitando se
repusieran las actuaciones al momento en que se produjo la falta de emplazamiento. La Audiencia dictó Auto de fecha 26
de julio de 2010, declarando no haber lugar a la nulidad interesada. En dicho Auto la Sala indica que consta en las
actuaciones la notificación de la providencia de fecha 9 de marzo de 2010, practicada con fecha 16 de marzo de 2010 en la
persona de la Procuradora de la apelante, a través de servicio común de notificaciones, Entiende la Sala que el texto de la
Ley (art. 463.1 LEC), no previene absolutamente nada acerca de la necesidad de que el acto de notificación de la providencia
y el acto de emplazamiento se lleven a cabo de manera independiente y separada. Y, por dicha razón, que «la
comunicación del contenido íntegro de la providencia a la representación procesal de la parte, por razón de un
elemental criterio de economía procesal, constituye un acto procesal unitario que lleva en sí misma contemplados tanto
la notificación del trámite como el emplazamiento, de tal manera que llega da la misma a poder de la presentación
procesal de la parte, la inacción de ésta no lleva aparejada indefensión alguna productora de indefensión».
Por la representación procesal de la comunidad de propietarios se interpuso recurso de amparo alegando la
vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva en su vertiente del derecho a acceder a los recursos. Considera la
comunidadrecurrente que la notificación de la providencia de fecha 9 de marzo no sustituye la necesidad de emplazarla
en forma para comparecer ante la Audiencia Provincial, acto de comunicación que nunca se produjo.

2.2. Cuestiones
A) ¿Considera Vd. que se ha vulnerado el art. 24.1 CE y que se ha colocado en situación de indefensión
efectiva a la recurrente en amparo, al haberla dado por desistida del recurso de apelación por no haberse personado
ante la Audiencia Provincial, cuando nunca fue emplazada en tiempo y forma ante dicho órgano? Razone su
respuesta.
Para poder establecer si se ha vulnerado el art.24.1 CE y que se ha colocado en situación de indefensión efectiva a la
recurrente en amparo, primero hay que resolver la cuestión de si la decisión de la Audiencia Provincial de impedir el
acceso al recurso de apelación a la entidad demandante de amparo, ha vulnerado las exigencias derivadas del derecho
fundamental a la tutela judicial efectiva proclamado en el art.24.1 CE, produciendo su indefensión.
Debemos recordar que el derecho a la tutela judicial efectiva sin indefensión, que se reconoce en el art.24.1 CE
garantiza el derecho a acceder al proceso y a los recursos legalmente establecidos en condiciones de poder ser oídos
y ejercer la defensa de los derechos e intereses legítimos en un proceso en el que se respeten los principios de
bilateralidad, contradicción e igualdad de armas procesales.
En este sentido los emplazamientos, citaciones y notificaciones a las partes de los distintos actos procesales tienen la
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finalidad material de llevar, al conocimiento de los afectados, las resoluciones judiciales con objeto de que puedan
adoptar la postura que estimen pertinente para la defensa de sus intereses, evitando que se produzcan situaciones de
indefensión.
La cuestión discutida radica en la interpretación de una determinada norma procesal, el art. 463.1 de la LEC sostenida
por la Audiencia, que estima que la notificación a la representación procesal de la parte, del contenido integro de la
providencia en que se acordaba remitir los autos a la Audiencia Provincial para resolver el recurso de apelación previo
emplazamiento de las partes, por razón de un elemental criterio de economía procesal constituye un acto procesal
unitario, que lleva en si mismo contemplados tanto la notificación del trámite como el emplazamiento, de tal manera que
llegada la providencia a poder de la representante procesal de la parte, la inacción de ésta no lleva aparejada
indefensión alguna productora de la causa que ahora se aduce.
Estamos ante una cuestión de interpretación y aplicación de la legalidad ordinaria. Aunque la interpretación de la
legalidad procesal efectuada por el Tribunal de apelación no sea la más favorable al acceso al recurso, considerar que
la comunicación del contenido integro de la providencia dictada al amparo del art. 463.1 LEC hace referencia a un acto
procesal unitario que lleva en si misma contemplados tanto la notificación del trámite como el emplazamiento
constituye una interpretación del referido precepto ajustada a la constitucionalidad que impera en el derecho a la tutela
judicial efectiva , en cuanto no puede considerarse arbitraria, infundada o incursa en error patente.
Ahora bien, la resolución dictada por la Audiencia Provincial de Córdoba no puede desligarse de la circunstancia de
que el Juzgado de Primera Instancia, en su providencia de fecha 9 de marzo de 2004, había establecido, con total
nitidez, que se remitirían los Autos a la Audiencia Provincial para resolver la apelación “previo emplazamiento de las
partes por treinta días ” , lo que, sin embargo, no llevaría a cabo.
Se entiende por tanto, que no fue razonable estimar que la parte no sufrió indefensión efectiva, o que incurrió en
negligencia por haber ajustado escrupulosamente su comportamiento procesal a una indicación judicial expresa.
La afirmación realizada por el Juzgado de Primera Instancia de que llevaría a cabo el emplazamiento de las partes
antes de remitir los autos a la Audiencia Provincial era susceptible de determinar el comportamiento procesal de la
parte litigante.
Por lo tanto se ha vulnerado el art.24.1 CE y se ha colocado en situación de indefensión efectiva a la recurrente, al
haberla dado por desistida del recurso de apelación, por no haberse personado ante la Audiencia Provincial, cuando
nunca fue emplazada en tiempo y forma ante dicho órgano, habida cuenta que el órgano de instancia expresamente
acordó que tal emplazamiento se produciría antes de la remisión de las actuaciones al órgano superior.

2.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 CE; 463.1 LEC.


Realizado por: Manuel Aboy Irene Losada

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3. DERECHO A OBTENER UNA RESOLUCIÓN SOBRE EL FONDO DEL LITIGIO, MOTIVADA, FUNDADA Y
CONGRUENTE

3.1. Caso (§ 102)

3.1.1. Supuesto de hecho


En fecha 7 de octubre de 2009 se notifica auto de prisión comunicada e incondicional de D. J.H.E. por el Juzgado de
Instrucción nüm 3 de Fuengirola, notificándosele sólo la parte dispositiva de la resolución en virtud del «secreto de las
actuaciones».
Contra dicha resolución se interpuso recurso de reforma, en fecha 9 de octubre de 2009, solicitándose la libertad
provisional del señor J.H.E., por el desconocimiento tanto de los hechos como de los fundamentos de derecho del auto por
el cual se acordaba su situación de prisión provisional y, por tanto, del presunto delito que se le imputaba.
Dicho recurso fue desestimado por Auto de fecha 14 de octubre de 2009, en el que se hacía constar, en sus
fundamentos de Derecho, que los hechos que se imputaban al señor J.H.E. se habían pormenorizado de tal forma en el
auto recurrido que ello provocaba «la consecuencia de que no podrían llegar a conocimiento de la parte para no vulnerar
el propio órgano judicial el secreto acordado».
Contra el mencionado Auto se interpuso recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Málaga, dictándose por la
Sección Segunda Auto desestimatorio el 28 de noviembre de 2009, estableciendo que «no se conculca el derecho a la
defensa, siendo así que el denunciado declaró en su día ante el Juzgado debidamente asistido por su Letrada, de donde
se deduce que conoce el contenido de la denuncia y, en definitiva, que no existe indefensión alguna».

3.1.2. Cuestiones
A) ¿Puede el Juez Instructor acordar el secreto de las actuaciones para las propias partes personadas? En
caso afirmativo, ¿cuál es su finalidad?
Con arreglo a la Ley vigente y en concreto, del artículo 302.2 de la LECrim, sí, por un tiempo máximo de un mes; y en
aplicación del Artículo 506 LECrim.
Dado que en el SH no aparece motivada la razón, habría que acogerse a los fundamentos del artículo 506.2 de la
LECrim. Y según esta. Debemos estimar, que se acordaría el secreto de las actuaciones, para preservar las pruebas y
evitar que pueda influir sobre los testigos o peritos o quienes pudieran serlo.
B) La declaración del secreto instructorio, ¿autoriza al órgano judicial a ocultar al detenido los fundamentos
fácticos y jurídicos de la resolución por la que se adopte la prisión provisional?
El artículo 17.3 y 24.2, de la CE, son tajantes al respecto, toda persona detenida, tiene el derecho a ser informada
inmediatamente de las razones de su detención o de la acusación formulada contra ella.
C) La carencia de notificación suficiente de las resoluciones dictadas por los órganos judiciales, ¿infringe
algún derecho fundamental?
La carencia de notificaciones infringe el artículo 24.2 CE, ya que le anula el derecho a la tutela judicial efectiva y le
produce indefensión, al ser una de las partes implicadas en el proceso. Según el artículo 302 LECr, reza que las partes
podrán tomar conocimiento de las actuaciones que e intervenir en las diligencias.
D) ¿Qué finalidad posee la correcta notificación de las resoluciones judiciales?
La finalidad de la correcta notificación de las resoluciones, es procurar (Según ha declarado el TC) que no se produzca
indefensión y asegurarse el derecho a la tutela judicial efectiva, y recae esa responsabilidad en los órganos judiciales,
para la correcta comunicación y recepción de las mismas

3.1.3. Derecho aplicable: Arts. 302, 506 LECrim.


Realizado por Mar Mar y Francisco Trigo

3.2. Caso II (§ 103)


3.2.1. Supuesto de hecho
A) El Sr. Pérez tiene la explotación del Bar-Tenaza, sito en la Plaza Puerto de la Cruz, de la Urbanización El Veril, parcela
102, de Playa del Inglés, en el término municipal de San Bartolomé de Tirajana. Así consta en virtud de contrato de
fecha 30 de mayo de 1997.
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B) A principios de diciembre de 1997, el Sr. Pérez tuvo conocimiento de que en el Juzgado de Primera Instancia e
Instrucción nám. 5 de San Bartolomé de Tirajana se seguían los autos de juicio de menor cuantía (el equivalente al actual
juicio ordinario civil) num. ..., promovidos por Sun Sure S.A, contra Jardín de Yaiza Mantenimientos, SL, y don Santiago
V.G., y de que en ejecución provisional de la Sentencia recaída en la instancia se había fijado para el día 10 de diciembre,
a las 12 horas, la diligencia de entrega material y efectiva a la actora del objeto litigioso, del cual forma parte la industria
que explota el Sr. Pérez.

C) El citado señor, siendo un tercero con interés evidente en el mencionado procedimiento y viéndose directamente
afectado por el resultado del mismo, sin que hubiera sido demandado ni parte en el litigio, presentó, en legal forma y
asistido de Abogado y Procurador, un escrito en fecha 5 de diciembre de 1997 en el que, después de acreditar su
condición de cesionario en la explotación del negocio, al que antes se ha hecho referencia, solicitaba del Juzgado que se
le tuviese como parte en el procedimiento, así como que suspendiese la ejecución provisional de la Sentencia en lo que
pudiera afectarle, acordándose que continuara en su explotación industrial hasta tanto no fuera oído y vencido en juicio
contradictorio por la entidad actora.
D) Ante la proximidad de la diligencia de entrega del bien litigioso y ante el silencio del Juzgado, presentó otros dos escritos
en fecha 10 y 12 de diciembre de 1997, destacando en el primero de ellos 1.a situación de indefensión que padecía al
decretarse su desalojo sin posibilidad de intervención procesal alguna que le permitiera ser oído en ejercicio de sus
legítimos derechos e intereses.
E) El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción núm. 5 de San Bartolomé de Tirajana procedió a proveer los tres escritos
referidos por providencia de 12 de diciembre de 1997, en la que se dice textualmente:
«Proveyendo a todos los escritos anteriormente referenciados, sin que ello suponga personación alguna, únase a los
autos de su razón, desde las copias a las partes personadas y este sea lo practicado el día 10 del presente mes y año, en la
diligencia de entrega de posesión judicial de los locales litigiosos a la actora».
F) El Sr. Pérez interpuso recurso de reposición contra la anterior providencia, que no fue resuelto en modo alguno por el
Juzgado, que dictó la providencia de fecha 9 de febrero de 1998 del siguiente tenor literal:
«Dada cuenta, presentados en el presente procedimiento los escritos que a continuación se relacionarán, por quienes
no son parte en el mismo devuélvanse los mismos a los representantes sin dejar constancia en autos».
G) El Sr. Pérez interpuso recurso de reposición contra la mencionada providencia, denunciando reiteradamente la
vulneración de sus derechos fundamentales.

3.2.2. Cuestiones

A) De ser Vd. el Abogado del Sr. Pérez, ¿qué recurso legal utilizaría para impugnar la mencionada
providencia?

En cuanto al recurso legal que podríamos utilizar, en el caso concreto, se establece que una vez interpuesto los
recursos de reposición contra las providencias correspondientes, no han sido resueltos en modo alguno, lo cual
consideramos que es una clara vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva establecida como derecho
fundamental en nuestra constitución, y al ser un derecho fundamental se nos abrirá la vía del Recurso de Amparo ante
el Tribunal Constitucional, pues como bien se expone en nuestra Constitución cualquier ciudadano puede recabar la
tutela de la tutela judicial efectiva no solo ante los tribunales ordinarios, sino en su caso, a través del recurso de
amparo ante el tribunal constitucional
B) ¿Cree que respeta los derechos fundamentales de su cliente? ¿Qué manifestaciones del derecho
fundamental vulnera, en su caso, la citada resolución y por qué motivos?

Empezamos recordando que las personas para ejercer y reclamar sus derechos e intereses legítimos, tendrán derecho
a acudir a juzgados y tribunales que, dicho sea de paso, son los que ejercen la potestad jurisdiccional, y exigir esta
tutela judicial efectiva, que además de estar expresada textualmente en nuestra Carta Magna, concretamente dentro de
dicha constitución está encuadrada como un derecho fundamental incluyendo, entre otros, derechos tales como
derecho a que no se produzca indefensión, a tutela judicial efectiva, a un proceso publico, etc.
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En este caso práctico al que nos referimos, se están vulnerando derechos fundamentales como es el caso de no dar la
tutela judicial efectiva y el producirse una indefensión, pues como se expone no se resuelven los recursos de
reposición impuestos por el Sr Pérez, no satisfaciendo el derecho de nuestro protagonista a esa tutelación que
tenemos como derecho fundamental establecida constitucionalmente. Además si no se le da a nuestro protagonista la
posibilidad de intervención procesal alguna, haciendo caso omiso a sus recursos está en una clara posición de
indefensión, pues no se le permitiría ser oído en ejercicio de sus legítimos derechos e intereses
Nuestro protagonista puede instar la protección de ese derecho debido a que en el procedimiento que se expone en el
caso práctico puede tomar parte, en base a una serie de criterios establecidos en la LEC tales como que acredita
intereses directos y legítimos en el pleito planteado, aunque no sea originariamente demandante ni demandado.
Expresándose también que serán considerados partes legitimas quienes comparezcan y actúen en juicio como
titulares de la relación jurídica u objeto litigioso.

3.2.3. Derecho aplicable Arts. 24 CE, 10 y 13 LEC. 3.3.

Realizado por Iván Hernández y Sonia rodríguez

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Caso III (§ 104)
3.3.1. Supuesto de hecho

La madrugada del día 5 de enero de 2009 don A.G. fue detenido por agentes de la policía local de Murcia en una zona en
las afueras de la ciudad como presunto autor de un delito contra la salud pública. Trasladado a los calabozos de la Jefatura
Superior de Policía de la Comunidad de Murcia los agentes locales manifestaron, entre otros extremos, que el detenido, tras caer
a una acequia, había opuesto resistencia activa a ser reducido, por lo que se tuvo que usar la fuerza necesaria para ello.
Sobre las 17 horas del mismo día fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción correspondiente. En su declaración
ante el Juez, don A.G. indicó que en el momento de su detención un policía local le había pegado con su porra hasta tres veces y
al defenderse llegaron otros agentes que también le agredieron. Posteriormente, su asistencia letrada solicitó que se tomara
declaración a los agentes de la policía local y nacional que intervinieron en su detención y custodia y que se emitiera un nuevo
informe forense, complementario del realizado en el momento de su puesta a disposición judicial, en el que se tuvieran también
en cuenta las pruebas hospitalarias realizadas por indicación del Médico forense. El Juez ordenó la citación a declarar de los
agentes referidos y la práctica de un nuevo reconocimiento médico; la declaración de los policías se produjo de la forma
legalmente establecida, siendo también interrogados por la defensa de don A.G.
En cuanto al informe, se solicitó al forense, en el sentido de que determinara si las policontusiones detectadas en su primer
informe podían obedecer a la utilización de armas de electrochoque conforme a la denuncia, y éste lo emitió, estableciendo que no
cabía determinar el origen de las contusiones, sin pronunciarse sobre las posibles lesiones en pene o pulmones por no haber
recibido informe sobre la asistencia hospitalaria de las mismas. Posteriormente don A.G. aportó a la causa el informe médico
emitido en el servicio de urgencias, incluyendo las radiografías que se le realizaron.
La denuncia inicial resultaba verosímil a la vista de las lesiones reseñadas en los informes médicos emitidos con ocasión
de la puesta a disposición judicial del detenido; a su vista cabe apreciar que, en un primer momento, el Juez acordó diligentemente
investigar el origen del daño antes de acordar el archivo de las actuaciones. Sin embargo, una vez que el forense constató la
imposibilidad de determinar la causa de las lesiones sin contar con los resultados de las pruebas médicas realizadas a
sugerencia suya en el Hospital «La Fe», el órgano judicial, pese a la insistencia de don A.G., no consideró pertinente que se
le enviaran, decretando por Auto el sobreseimiento y archivo de las actuaciones, al no resultar los hechos denunciados
constitutivos de infracción penal.

3.3.2. Cuestiones
1ª. ¿Qué derecho fundamental puede resultar afectado por dicha resolución judicial? ¿Por qué razón?
El derecho que todo ciudadano tiene al derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, pueda ser sometido a
tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Este derecho viene recogido en el artículo 15 de la Constitución.
Porque el órgano judicial no consideró pertinente que se le enviara el informe médico realizado a don A. G. en el
servicio de urgencias, ya que le presento fuera del plazo acordado por el órgano judicial.
2ª. El derecho que tiene el denunciante que, como ofendido, promueve la actividad jurisdiccional, ¿resulta compatible
con un pronunciamiento motivado del órgano judicial en fase instructora que le ponga término anticipadamente por
entender razonadamente que los hechos imputados carecen de licitud penal o exige, por el contrario, un derecho
incondicionado a la plena sustanciación del proceso? Razone su respuesta.
Sí, ya que el artículo 24.1 CE, al exigir que la tutela judicial ha de ser efectiva y que ha de proteger los derechos e
intereses legítimos, impone la exigencia constitucional a los juzgados y tribunales, de que, siempre que sea posible,
han de otorgar una respuesta jurídico material al conflicto que se les traslada, sin que pueda acudir a sentencias
absolutorias en la instancia que por dejar imprejuzgado el asunto, obligan al demandante a volver a ejercitar su derecho
de acción, salvo que exista un impedimento legal y razonable que impida ese pronunciamiento.
3.3.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 y 15 CE.

Realizado por José Ivan Ugena y Sergio Cano

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3.3.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 y 15 CE.

3.4. Caso IV (§ 105)

3.4.1. Supuesto de hecho


A) D. Luis López inició un proceso declarativo ordinario contra D. Javier Pérez, a quien reclamó el pago de 18 mil euros en
concepto de indemnización de daños y perjuicios por incumplimiento contractual, más el 35 % de interés que se había pactado
previamente en dicho contrato.
A) El Juzgado de Primera Instancia núm. ... de los de Madrid, mediante sentencia dictada el día 10 de enero de 2002,
desestimó la demanda en su totalidad.
B) D. Luis López interpuso recurso de apelación contra dicha sentencia, alegando exclusivamente la existencia de error en la
apreciación de la prueba acaecido en la primera instancia, suplicando la estimación íntegra de su pretensión.
C) Javier Pérez no compareció en la segunda instancia.
C) La Audiencia Provincial de Madrid dictó sentencia, de fecha de 10 de enero de 2003, en la que, tras razonar en la
fundamentación jurídica acerca de la validez y exigibilidad de la obligación de pago de la indemnización, se contiene la
siguiente parte dispositiva:
«Que estimando íntegramente el recurso de apelación interpuesto contra la sentencia de 10 de enero de 2002, dictada
por el Juzgado de Primera Instancia num... de los de Madrid, revocamos la misma y condenamos a D. Javier Pérez a
satisfacer al apelante D. Luis López la cantidad de dieciocho mil euros y al pago de las costas causadas en las dos
instancias».

3.4.2. Cuestiones

A) Como podrá observar, la sentencia dictada en apelación omite cualquier consideración respecto de la
pretensión relativa al pago de los intereses legales pactados: ¿es ello posible?
No.
No es posible debido a que, se está incumpliendo el principio de congruencia, tal que el Art. 218.1 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil, que hace referencia a la congruencia de las sentencias, ya que éstas deben ser claras,
precisas y congruentes con las demandas y con las demás pretensiones de las partes deducidas en el pleito. Se
debe decidir todos los puntos litigiosos que hayan sido objeto del debate, en este caso, el 35 % de interés por
incumplimiento se había pactado previamente en el contrato.
Asimismo, el apelante al interponer recurso de apelación suplicando la estimación íntegra de su pretensión, y como
reza el art. 465.5 de la LEC, la sentencia que se dicte en apelación deberá pronunciarse sobre los puntos y cuestiones
planteados en el recurso, y como se aprecia en la parte dispositiva de la sentencia, se omite el pago de los intereses
siendo éste uno de los puntos de su recurso de apelación.
Una sentencia ha de ser congruente, así como definitiva, motivada y razonada, tal y como figura en el Art.24 CE.
B) De no serlo, ¿cuál es el fundamento legal y constitucional de dicho imposibilidad?
Desde el punto de vista Constitucional, es una exigencia constitucional de las sentencias desde el punto de vista del
derecho de acción o de la tutela, que han de ser congruentes las pretensiones y resistencias de las partes. Cómo se ha
nombrado en el punto anterior, a este requisito de congruencia, se refiere expresamente el art. 218.1 LEC, en cuya
virtud “las sentencias deben ser…congruentes con las demandas y con las demás pretensiones de las partes…. …
decidiendo todos los puntos que hayan sido objeto de debate”…
El caso que se nos plantea es un claro ejemplo de sentencia “omisiva”, también llamada “ex silentio”, debido a que el
órgano judicial deja sin contestar alguna de las pretensiones sometidas a su consideración por las partes, a su vez, se
incumple el art. 465.3 de LEC, debido a que el Tribunal de apelación se obliga a tras revocar la sentencia apelada,
resolver sobre la cuestión o cuestiones que fueran objeto de proceso.
Asimismo, el derecho a la obtención de una sentencia de fondo, motivada, fundada y congruente, viene marcado en la
Constitución Española, en su art. 24. Tal es así, que la Constitución exige que los jueces impartan una justica material
a los conflictos. Siguiendo en esta línea constitucional, no podemos olvidar que en el art. 120.3 CE, las sentencias
serán siempre motivadas en los hechos y en los Fundamentos de Derecho.
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Ante esto, la parte interesada puede solicitar una subsanación en la instancia, tal y como se dice en el art.231 LEC, si
no se subsanara, podría interponer un recurso extraordinario por infracción procesal ante el tribunal que haya dictado la
resolución que se impugne dentro de los 20 días siguientes a la notificación de la sentencia (art 469 y 470 LEC).

3.4.3. Derecho aplicable: Arts. 24 CE, 218 y 465 LEC.

Realizado por García Muñiz e Irene Sánchez Córcoles

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4. DERECHO A LA EJECUCIÓN FORZOSA DE LA SENTENCIA FIRME DE CONDENA (§ 106)

4.1. Supuesto de hecho

A) Don M.A.L. y su esposa, doña M4.P.P., eran propietarios, para su sociedad de gananciales, de una de las fincas y sus
anejos en que se dividió un edificio bajo el régimen de la propiedad horizontal, sito en Vitoria, calle ..., núm. ... En los Estatutos
de dicho régimen, y por lo que ahora interesa, se dispuso que cada propietario podía dividir, segregar o agrupar las diferentes
unidades o elementos privativos, para formar otros más reducidos o más amplios, sin necesidad del consentimiento de la Junta
de Propietarios.
En atención a dicha cláusula estatutaria, don M.A. y su esposa procedieron, mediante escritura de 17 de marzo de 1995,
posteriormente rectificada por otra de 14 de noviembre de 1995, a la división de su finca privativa, dando lugar a un nuevo
piso, debidamente inscrito en el Registro de la Propiedad por asientos practicados, respectivamente, el 15 de mayo de 1995 y el
13 de febrero de 1996. Dicho piso, designado como finca urbana, núm. y señalado como «vivienda... de la cuarta planta sin
contar la baja», lo vendieron, con sus anejos, los referidos propietarios a los Sres. Fernández, mediante escritura pública
otorgada el 4 de marzo de 1996, que fue debidamente inscrita en el Registro.
B) Con fecha de 9 de febrero de 1996, don M.A.L., actuando en su propio nombre y en representación de su esposa doña
Pilar, interpuso demanda de juicio de menor cuantía (equivalente al actual juicio ordinario segun la LEC de 1881) contra
la Comunidad de Propietarios a la que pertenece la finca privativa de su propiedad solicitando, en síntesis, que se dejasen
sin efectos dos acuerdos de la Junta de Propietarios declarando su nulidad, y que se declarase el derecho del actor a
ejercitar la división de su vivienda y a realizar las obras necesarias para ello sin el consentimiento de la Junta de
Propietarios.
Igualmente, con fecha de 15 de marzo de 1996 don M.A. formuló otra demanda de juicio de menor cuantía contra la citada
Comunidad de Propietarios, solicitando se declararan determinados derechos a su favor en relación con la propiedad de su
vivienda.
C) La Comunidad de Propietarios demandada se opuso a ambas demandas y formuló a su vez demanda reconvencional y, tras
acordarse la acumulación de ambos procedimientos, el Juzgado de Primera Instancia núm. ... de Vitoria dictó Sentencia el 14
de enero de 1997 en la que estimó parcialmente tanto las demandas principales acumuladas como las reconvencionales y, en
síntesis, declaró nula la norma estatutaria que facultaba a los propietarios para dividir sus viviendas sin el consentimiento de la
Junta de Propietarios, y que los demandantes reconvenidos «no tienen derecho a efectuar obras en elementos comunes ni a
realizar la división y segregación de la vivienda de la calle Nieves Cano, núm. ...». Asimismo declaró la nulidad de «la
escritura pública de división del mencionado inmueble de fecha 14 de noviembre de 1995, así como de los asientos
registrales a que la misma ha dado lugar».
Esta Sentencia fue confirmada en su integridad por la que dictó en apelación el 8 de abril de 1997 la Audiencia Provincial
de Vitoria.
D) Firme ya la expresada Sentencia e instada la ejecución forzosa de la misma, se dictó providencia el 23 de octubre de
1997 en la que se requirió a don Miguel Ángel para que, en el plazo de quince días, llevase a efecto lo ordenado en
aquélla, apercibiéndole de que si no lo verificaba se haría a su costa, detallando las medidas adecuadas y necesarias
para su cumplimiento, entre las que se enumeraban las siguientes:
1) «Dejar sin efecto el asiento registra' derivado de la escritura de división y segregación de su propiedad,
anulándose así todos los asientos que de ella traen causa».

— «Eliminar la división física de su vivienda, a la que por esta Sentencia no tiene derecho».
2) «Desafectar los elementos comunes utilizados para la efectiva segregación Ñica de su vivienda y los que afectan
al aspecto exterior de la fachada»„veñalando a continuación las acometidas de la línea telefónica, suministro de gas,
energía eléctrica, agua, conducción y enganche de televisión, vídeo portero y contadores.
3) «Dirigir mandamiento al Registro de la Propiedad para dejar sin efecto la cláusula estatutaria declarada nula en la
Sentencia firme».
E) Se acordó fuera notificada esta providencia, «de conformidad con el art. 260.2Q de la LEC (de 1881.
similar al vigente art. 150.2 LEC 2000) a los olvidados Sres. Fernández. Estos se personaron en las actuaciones,
debidamente representados por Procurador y asistidos de letrado, e interpusieron contra dicha providencia recurso
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de reposición alegando, en síntesis, la infracción del art. 1252 CC y del art. 24 CE, por considerar que, al no
haber sido demandados ni condenados en el juicio, la ejecución de la Sentencia no podía llevarse a cabo contra
ellos. Suplicaron, en definitiva, se dejara sin efecto la expresada providencia.
F) A este recurso respondió el Juzgado mediante providencia de 3 de noviembre de 1997, en la que tuvo por
personado al Procurador comparecido en nombre de los Sres. Fernández «entendiéndose con él las sucesivas
notificaciones y diligencias en virtud del poder presentado que, en su caso se devolverá previo testimonio en
autos, a los solos efectos de lo dispuesto en el art. 260.2u de la LEC». Dispuso asimismo este proveído que «no
hafbía] lugar a la admisión a trámite del recurso de reposición interpuesto en su escrito contra el proveído de
fecha 23 de octubre de 1997. por no tener el recurrente el carácter de parte en las presentes actuaciones».
G) Notificada la anterior providencia, interpusieron contra ella recurso de reposición, insistiendo en que no
podía ejecutarse, contra ellos, una sentencia dictada en un proceso en el que no habían sido parte ni
condenados.
H) En contestación a este nuevo recurso se dictó providencia el 19 de noviembre de 1997 en la que se
dispuso lo siguiente:
«Es obvio que los mencionados son parte interesada en la presente ejecución, y por esa razón se les notificó la
providencia de 23 de octubre de 1997 y ha sido admitida su personación (art. 260.2(2LEC), pero no son parte procesal, y
consecuentemente, no pueden actuar como tal e impugnar resoluciones. La Sentencia del TC que fundamenta este
recurso establece que como interesados pueden ser oídos, pero la aplicación del principio de audiencia no
supone necesariamente la contradicción que pretenden los mandantes del señor E.

Su personación en autos les permitirá estar informados sobre esta eje cución para la mejor defensa de sus
derechos e intereses en el juicio declarativo que corresponda. Así pues, no se ignora el derecho
constitucionalizado en el art. 24, sencillamente se rechaza su ejercicio por vía errónea».
Por último, resulta evidente que, si no se admitió a trámite el anterior recurso de reposición, no concurre
causa alguna para admitir éste, y como ya se ha argumentado, tampoco existe razón para declarar de oficio la
nulidad de la resolución cuestionada.
En definitiva, no ha lugar a admitir a trámite el recurso de reposición interpuesto y queda confirmada en su
integridad la propuesta de providencia de 3 de noviembre de 1997».

4.2. Cuestiones

De la lectura de la presente providencia se observa la prevalencia del derecho fundamental a la efectividad


de la tutela judicial respecto de los ejecutantes en la fase de ejecución forzosa, quienes, probablemente, no
conocían de la existencia del derecho de los Sres. Fernández. Por otro lado, estos señores han sufrido una
sentencia que perjudica sus derechos adquiridos respecto de su piso.

A) ¿Cree Vd. que es posible dictar una resolución que satisfaga a todas las partes interesadas? Considero
que es imposible dictar una resolución que satisfaca a todas las partes que están interesadas en este litigio, debido a
que los intereses que se ponen de manifiesto son contradictorios. Hay que destacar el art 24 CE
“El derecho a la tutela judicial efectiva del art.24 CE, incluye el derecho a obtener de los Juzgados y Tribunales una
resolución definitiva, motiva y razonada, fundada en Derecho, congruente con las pretensiones de las partes y, a ser
posible, de fondo, que ponga irrevocablemente término al conflicto”

¿Qué habría hecho Vd. de haber sido el juez de la ejecución?

En el supuesto de que hubiéramos sido el juez de la ejecución, habríamos admitido a tramite el recurso de
reposición, nos basaríamos en la infracción del art 24 CE
B) ¿Goza de prevalencia el derecho de los Sres. Fernández a no padecer indefensión frente al derecho de los
ejecutantes a que se cumpla lo dispuesto en la sentencia firme de condena?
 Anotaciones ¿Qué es la tutela judicial efectiva? Por derecho a la tutela judicial efectiva se entiende aquel derecho
fundamental, de configuración legal, contenido complejo y constitucionalmente reconocido a todas las personas,
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consistente en el derecho de estas a tener libre acceso a los tribunales para solicitar de éstos la tutela de un derecho
subjetivo o de un interés legítimo y obtener una resolución de fondo fundada en Derecho.
Resulta fácil de comprender, que pocos derechos fundamentales tienen una fuerza expansiva o normatividad
inmanente como el de tutela efectiva, a pesar del modo tan simple y breve con que se encuentra constitucionalmente
formulado (fuerza y significación del derecho a la tutela judicial efectiva que se destaca por ejemplo en sentencias
como la STC 84/93 (FJ1).
El derecho de cualquier persona a acceder a los tribunales es un derecho reconocido, amparado y establecido por la
Constitución Española como un derecho fundamental inherente a la persona. Y este asunto que puede parecer baladí,
no lo es, cuando en el devenir de cualquier en cualquier órgano judicial comprobamos cuan de complicado resulta a
veces determinar la línea que separa la justa ordenación del acceso con la conculcación de derechos que puede
producir dicha ordenación. Al respecto es interesante de ver algunos aspectos y de insinuar la uniformidad en la
adopción del grado de exigencia para que el derecho de acceso no vulnere la ordenación como solución.
Entendemos que sobre la cuestión planteada tiene prevalencia frente a este caso concreto, el derecho de los
ejecutantes a que se cumpla lo dispuesto en la sentencia. A pesar de que éste último derecho forma parte, a su vez,
del primero (el derecho a la tutela judicial efectiva, implica, como recoge el art. 18.2 de la LOPJ que “las
sentencias se ejecutarán en sus propios términos”). Por ello, lo Sres. Fernández podrían interponer el recurso de
amparo, basándose en el art. 24 CE, con las consecuencias que la interposición del mismo pudiera suponer (la
suspensión o no de la sentencia…) e independientemente de que lo establecido en los Estatutos del régimen de
propiedad horizontal en cuanto a que “…cada propietario podía dividir, segregar…) sean efectivamente nulos –como
establece la Sentencia de 14 de enero de 1997 del Juzgado de Primera Instancia de Vitoria- ya que contradice lo
dispuesto en el art. 8 de la Ley 49/1960, sobre propiedad horizontal (“Los pisos o locales y sus anejos podrán ser objeto
de división material, para formar otros más reducidos e independientes,… En tales casos se requerirá, además del
consentimiento de los titulares afectados, la aprobación de la junta de propietarios,… ”).

4.3. Derecho aplicable:Arts. 24 CE, 18 LOPJ.

Realizado por: Virginia Reñones, Lna Rodríguez y Marcos

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5. DERECHO A LOS RECURSOS LEGALMENTE PREVISTOS (Y A UNA INTERPRETACIÓN "PRO ACTIONE") (§


107)

5.1. Supuesto de hecho

A) En el procedimiento de menor cuantía seguido ante el Juzgado de Primera Instancia num. 5 de Hospitalet de
Llobregat en ejercicio de la acción de división de cosa común, instado contra los Srs. X., se dictó Sentencia
estimatoria de lademanda ordenando proceder a la división en fase de ejecución sin especificar los términos precisos de
dicha operación. Recurrida en apelación por los ahora recurrentes, dicha resolución fue confirmada por la Audiencia Provincial
de Barcelona.
En período de ejecución, a falta de acuerdo sobre la forma y términos exactos de la división, el Juzgado acordó por
providencia de 1 de septiembre de 2000 que se remitiesen las actuaciones a un Notario designado por el Colegio
correspondiente «para la autorización de la escritura pública acordada en los autos». Con fecha 26 de octubre se practicó
diligencia por el Juzgado haciendo constar que «según comunicación telefónica mantenida con la Notaría del señor F. P.,
comunican que se ha confeccionado la escritura de división horizontal», dictándose nueva providencia en la misma fecha
que señalaba día y hora para su firma.
B) Contra dicha providencia interpusieron recurso de reposición los Srs. X., aduciendo indefensión derivada de no haber
tenido ocasión de conocer el contenido de la escritura y su adecuación a la Sentencia dictada y demás resoluciones recaídas
en la ejecución, adecuación a las mismas que tampoco habría verificado el Juzgador. Por providencia de 13 de noviembre
siguiente el Juzgado acordó que «no ha lugar a proveer el recurso de reposición interpuesto... al no citarse disposición de la
Ley que haya sido infringida». Interpuesto nuevo recurso de reposición, por providencia de 17 de noviembre, se acuerda que
«no ha lugar.. estándose a lo acordado en la providencia recurrida...».

5.2. Cuestiones
A) ¿Qué recurso cabe contra la última providencia?
Contra la última providencia no cabe recurso alguno porque cuando interpusieron el recurso de reposición no se
manifestó la infracción en que la resolución hubiera incurrido a juicio del recurrente (art 452 LEC).
El recurrente no interpuso en su debido momento el supuesto de hecho que hizo que no pudiese disfrutar de su
derecho a ser plenamente defendido, por esta razón si se podría interponer un recurso de amparo por el cual
podrá obtener la revocación parcial de la última resolución por el TS, por una posible infracción del derecho a una
tutela judicial efectiva.
B) Si ya se hubiera agotado la vía judicial, ¿qué derecho fundamental vulnera dicha resolución judicial
y por qué razón?
Se estaría vulnerando un derecho fundamental, que es el derecho a la tutela judicial efectiva proclamado por el art
24.1 CE, al no haberse facilitado el contenido de la escritura y su adecuación a la Sentencia dictada y la sucesión
de resoluciones recaídas en la ejecución.
Así es que la tutela judicial efectiva se manifiesta como un derecho fundamental bautizado así por la constitución
porque gracias a ella las partes tienen el derecho a conocer la información que le es necesaria para poder ejecutar
plenamente su defensa y los principios de contradicción e igualdad de armas

5.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 CE, 451 a 454, en relación con el art. 455, arts. 562 y 563, todos de la LEC.

Realizado por Andrea del Río y Noelia Vega

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LECCIÓN 17. LA ASISTENCIA JURÍDICA GRATUITA

1. Caso I (§ 108)

2. Caso II (§ 109)

3. Caso III (§ 110)

4. Caso 1V (§ 111)

5. Caso V (§ 112)

6. Caso VI (§ 113)

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Lección 17

LA ASISTENCIA JURÍDICA GRATUITA

1. CASO 1 (§ 108)

1.1. Supuesto de hecho


Por Sentencia del Juzgado de Instrucción núm. 1 de Granada, de 9 de noviembre de 2000, dictada en el juicio de
faltas nüm. ..., se condenó a don Juan y a doña Josefa como autores de una falta de amenazas, a la pena de multa de
veinte días, con cuota diaria de mil pesetas y responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago.
Deseando ambos condenados recurrir en apelación esa Sentencia, presentó Don Juan un escrito dirigido al Juzgado
de Instrucción nüm. 1 de Granada, registrado el 7 de diciembre de 2000, por el que manifestó haber instado el
reconocimiento del derecho de asistencia jurídica gratuita ante el Ilustre Colegio de Abogados de Granada y solicitaba la
suspensión del proceso hasta que se dictara resolución en el expediente de asistencia jurídica gratuita. Con la misma
fecha presentó un escrito idéntico ante el Juzgado sentenciador, formulando la misma petición, la otra condenada doña
Josefa.
Por escrito del Colegio de Abogados de Granada de 12 de enero de 2001 se comunicó al Juzgado sentenciador que se
designaba como Letrada de oficio para apelar la Sentencia dictada en el juicio de faltas núm. ... a la Abogada doña María
del Carmen González González, sin que se procediera al nombramiento de Procurador de oficio, por no resultar
preceptivo. Se designó asimismo Letrado del referido turno para la otra condenada doña Josefa.
La providencia del Juzgado de Instrucción de 2 de febrero de 2001, notificada a la Letrada designada, acordó que,
designados profesionales de oficio, se diera traslado a los mismos para que en el plazo de cinco días dedujeran el
oportuno recurso de apelación.
Mediante escrito registrado el 7 de febrero de 2001 se interpuso recurso de apelación ante el Juzgado de Instrucción por la
Letrada doña María del Carmen González González, manifestando literalmente que actuaba "en nombre de don Juan,
representación que me ha sido conferida mediante turno de oficio y que ya consta acreditado en el procedimiento arriba
reseñado". Por providencia del Juzgado de 21 de febrero de 2001, se tuvo "por interpuesto en tiempo y forma, recurso de
apelación contra la sentencia dictada, el cual se admite a trámite", acordando que se diera traslado del mismo a fin de que si se
estimaba conveniente se presentara escrito de impugnación o adhesión. Presentado escrito de impugnación, mediante
providencia del mismo Juzgado de Instrucción de 14 de marzo de 2001 se acordó que se elevaran las actuaciones a la
Audiencia Provincial.
De la misma forma se interpuso recurso de apelación por el Letrado don Alfonso de Rojas Torres, designado de oficio para
la defensa de doña Josefa. La única diferencia apreciable entre ambos recursos de apelación radica en que doña Josefa firmó
por sí misma, junto a su Letrado, el recurso de apelación interpuesto, no haciéndolo en cambio don Juan en el recurso
interpuesto en su nombre por la Letrada designada de oficio.
El 2 de mayo de 2001 la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Granada dicta Sentencia en la que, respecto de
don Juan, aprecia como causa de inadmisión a trámite de su recurso de apelación la de que: "dado que la sentencia impugnada lo
ha sido por el Letrado ... que carece de la representación procesal del condenado, el cual no apeló en ningún momento la
Sentencia, ni en la primera ni en la segunda instancia otorgó su representación procesal a aquel Letrado, mediante alguna de
las formas admitidas en derecho, circunstancia que se evidencia tras el examen de las circunstancias y rollo, es palmario que el
recurso así formulado ha de ser desestimado".
En cambio la Sentencia sí examina en cuanto al fondo el recurso de apelación interpuesto por el Letrado designado de oficio
para la representación de la otra condenada, doña Josefa, que desestima.

1.2. Cuestiones
A) ¿Cuáles han sido los derechos fundamentales conculcados por la Audiencia Provincial al
desestimar/inadmítir el recurso de apelación de don Juan?
La STC 217/2005 dice que la sentencia de la Audiencia Provincial vulneró el derecho a la tutela judicial efectiva,
consagrado en el art. 24 CE, sin indefensión al privar al condenado del derecho al doble grado de jurisdicción
imperante en el proceso penal, esto es del recurso al que tiene derecho, mediante una interpretación de las normas
reguladoras del recurso de apelación penal en el juicio de faltas contraria a las exigencias pro actione. Y ello es así
debido a que don Juan al pedir la justicia gratuita consagrada en el art. 119 CE se le tenía que haber dado un
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procurador de oficio también si el juzgado creía que era preceptiva su actuación y antes de dictar sentencia debía
haber dado la posibilidad de subsanar el error y no inadmitir el recurso por este motivo. Esto queda dicho en el art.
792.2 de la LECRIM, donde se dice que cuando la sentencia apelada sea anulada por un quebranto del procedimiento,
el Tribunal, sin entrar en el fondo del fallo , ordenará que se reponga el procedimiento al estado en que se encontraba
en el momento de cometerse la falta.

B) ¿Qué recurso cabe contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial?


El recurso que cabe es el de amparo ante el Tribunal Constitucional por haber ignorado la Audiencia Provincial
Derechos Fundamentales del acusado, tales como el derecho a la tutela judicial efectiva sin indefensión.
Y ello es así porque contra el recurso de la Audiencia Provincial en un juicio donde dictó sentencia el juzgado de 1ª
instancia de lo Penal no cabrá recurso alguno, con lo cual se dan los requisitos de vulneración de un derecho
fundamental y de subsidiariedad del TC en cuanto a los recursos.

1.3. Derecho aplicable: Arts. 24 y 119 CE; Sentencia del Tribunal Constitucional 217/2005, de 12 de septiembre.

Realizado por Manuel Alcaide

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2. CASO II (§ 109)

2.1. Supuesto de hecho


Don Paolo, que había formulado una denuncia ante la policía por delito de estafa, solicitó el día 26 de mayo de 2005
asistencia jurídica gratuita para personarse como acusación particular en las diligencias previas núm. 698-2004, abiertas
en el Juzgado de Instrucción núm. 5 de Valladolid.
El Ilustre Colegio de Abogados de Valladolid emitió el día 14 de diciembre de 2005 un dictamen, denegando la
designación de Abogado de oficio, exponiendo como motivo que "la acusación la ejecuta el Ministerio Fiscal (acción
pública)".
El día 22 de febrero de 2005, la Comisión Provincial de Asistencia Jurídica Gratuita de Valladolid dictó una
Resolución, en el expediente núm. 3548-2004, en la que acordó confirmar la decisión provisional del Colegio de
Abogados de Valladolid y denegar al solicitante el reconocimiento del derecho a la asistencia jurídica gratuita "por haber
quedado acreditado que para el procedimiento para el que se solicita el derecho a la asistencia jurídica gratuita no es
preceptiva la intervención de Abogado y Procurador, ejerciendo la acusación el Ministerio Fiscal".
Por Auto de 9 de mayo de 2005, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valladolid desestimó la impugnación
de la anterior resolución, con la siguiente fundamentación:
"La impugnación realizada por don Paolo, ante la negativa de la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, de no
reconocerle tal supuesto derecho, no puede encontrar acogida favorable.
En efecto, el art. 6.3 de la Ley de asistencia jurídica gratuita de 10 de enero de 1996 establece que tal derecho
comprende: 'defensa y representación gratuitas por Abogado y Procurador en el procedimiento judicial, cuando la
intervención de estos profesionales sea legalmente preceptiva o, cuando, no siéndolo, sea expresamente requerida por el
Juzgado o Tribunal mediante Auto motivado para garantizar la igualdad de partes en el proceso'.
En el presente caso, nos encontramos ante delitos perseguibles de oficio, por lo que la intervención de la acusación
particular no es preceptiva, ni obligatoria, pudiendo y debiendo en su caso representar los intereses del recurrente el
Ministerio público, de forma que no encontrándonos en ninguno de los supuestos del artículo mencionado procede
desestimar la impugnación.
No se considera, por tanto, que el no reconocimiento del derecho vulnere el art. 14 de la Constitución española, toda vez
que una cosa es la obligación legal de ofrecer acciones a los perjudicados para que puedan mostrarse parte en la
causa,y otra distinta es que lo hagan de forma gratuita; deberán hacerlo mediante Abogado y Procurador de su libre
designación conforme establece el precepto anteriormente señalado".

2.2. Cuestiones
A) ¿Cree Vd. Que la Audiencia ha realizado una correcta interpretación legal y constitucional de la Ley de
Asistencia Jurídica Gratuita?
Lo que interpreta la Audiencia Provincial de Valladolid, es que produciéndose un delito penal, promovido de oficio, y
siendo los perjudicados representados por el Ministerio Fiscal, no da lugar a un Abogado y Procurador de oficio y por lo
tanto gratuito, no obstante reconoce su derecho a la igualdad (art. 14 CE) y su derecho a la tutela judicial efectiva (art.
24.1 CE) tanto como a la defensa, en relación con los derechos a la asistencia letrada (art. 24.2 CE) pero en este caso,
no sea gratuita.
Esa interpretación supone una restricción injustificada y contraria a las exigencias constitucionales ya que la ley
reconoce el derecho a personarse como acusación particular, sin excluir de ese derecho los casos en que existe
acusación pública. Reconoce la CE en su art. 24.1 la tutela judicial efectiva y de los derechos reconocidos en el art.
24.2 CE, del derecho de defensa y del derecho a la asistencia letrada. Lo que significa, que en virtud del contenido
constitucional del art. 119 CE, habrá de gozar del derecho a la gratuidad de la justicia, incluidos los honorarios
profesionales de Abogados y Procuradores cuando su intervención sea preceptiva o necesaria en atención a las
características del caso, si carece de medios suficientes para litigar.

B) ¿Cuál cree Vd. Que fue la decisión del TC?


Anular el Auto de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valladolid, de 9 de mayo de 2005, que desestimó la
impugnación contra la Resolución de la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita de Valladolid, de 22 de febrero de
2005, dictada en el expediente 3548-2004.
Reconocer sus derechos a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE) y a la defensa y asistencia letrado y procurador de
forma gratuita.

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2.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 y 2 y 119 CE; 6.3 Ley de Asistencia Jurídica Gratuita; Sentencia del Tribunal
Constitucional 9/2008, de 21 de enero de 2008.

3. CASO III (§ 110)

3.1. Supuesto de hecho


D. Juan Ramón presentó una demanda de divorcio contra su esposa, Dá. Violeta. Ésta formuló reconvención al contestar
la demanda, pidiendo, entre otros extremos, que se le reconociera el derecho a las litis expensas, en la cantidad de 2.300
euros para atender los gastos del procedimiento en primera instancia, más lo que se devengarán en apelación, con
cargo a una libreta a plazo fijo de 30.000 euros.
La Sentencia del Juzgado de 11 Instancia e Instrucción nurn. 3 de Cieza, de 13 octubre 2009, desestimó la petición de
litisexpensas. Señaló que: a) el art. 1318.2 CC exige que no haya mala fe o temeridad en el solicitante, que carezca de
bienes propios suficientes para atender este gastos y que la posición económica del cónyuge le imposibilite la obtención del
beneficio de justicia gratuita; b) existen posiciones dispares en la doctrina de las Audiencias Provinciales; e) el peticionario
debe probar que concurren las circunstancias excepcionales para la aplicación del beneficio de justicia gratuita; d) de
acuerdo con el art. 3 de la Ley 1/1996 de 10 de enero, de asistencia jurídica gratuita, los medios económicos pueden ser
valorados individualmente cuando el solicitante acredite la existencia de intereses familiares contrapuestos en el litigio;
e) la solicitante disfruta de una vivienda familiar, ha elegido a su propio abogado de forma libre, no ha solicitado el
beneficio de justicia gratuita y cuenta con una pensión compensatoria, lo que impide el reconocimiento de las litis
expensas.

Violeta apeló la anterior sentencia, que fue confirmada en lo relativo a las litis expensas, por la SAP de Murcia, sección 4 1,
de 3 junio 2010. Se citan diversas sentencias de la propia sección, y el Art. 3 de la Ley 1/1996, de Asistencia Jurídica Gratuita, en sus
párrafos primero y tercero, y dice que: aria recurrente no solicitó beneficio de justicia gratuita, pues la carencia de ingresos y bienes
que refiere la recurrente le hubiera facultado para solicitar y obtener tal beneficio, con la circunstancia de que los medios
económicos de las partes litigantes podrían haberse valorado individualmente al existir intereses familiares contrapuestos en el
litigio";b) lo acordado en el auto de medidas provisionales, de fecha 25 de marzo de 2009, con motivo del proceso de separación", [...]
"carece de trascendencia en el procedimiento de divorcio, de que dimana el presente recurso", y c)"además hay que indicar
también que las litis expensas se solicitan a cargo de una cantidad común por un plazo fijo, sin embargo el procedimiento de
divorcio es inadecuado hacer un pronunciamiento acerca del carácter común de la cantidad que se refiere en el recurso, amén de
que no solicitó expresamente ni en la demanda ni en la reconvención, por lo que resultaría también improcedente la concesión de
cantidad concreta por litis expensas en tanto que no se puede declarar el presupuesto en que se basa la petición".
D. Violeta interpone recurso de casación por interés casacional, al amparo del Art. 477.1, 3 LEC, que fue admitido por el
ATS de 1 marzo 2011.

3.2. Cuestiones
A) ¿En qué consiste el derecho a la litis expensas?
Las litis expensas aparecen reguladas en el Art. 1318.3 CC, dentro de la regulación de las cargas del matrimonio. El
Art. 1318.3 CC establece que” cuando un cónyuge carezca de bienes propios suficientes, los gastos necesarios
causados en litigios que sostenga contra el otro cónyuge, sin mediar mala fe o temeridad, o contra terceros, si
redundan en provecho de la familia, serán a cargo del caudal común, y faltando éste, se sufragarán a costa de los
bienes propios del otro cónyuge, cuando la posición económica de ésta impida al primero, por imperativo de la ley de
enjuiciamiento civil, la obtención del beneficio de justicia gratuita”.
B) ¿Cuáles son los requisitos que ha de cumplirse para poder beneficiarse de ese derecho?
De la interpretación conjunta de ambas disposiciones, es decir, los Arts. 1318.3 CC y el 3.3 de la Ley de asistencia
jurídica gratuita, hay que llegar a las siguientes conclusiones en lo que se refiere a la aplicación del beneficio cuando un
cónyuge litiga en contra de otro:
1.- Los gastos que el cónyuge acredite para seguir un litigio que sostenga contra el otro cónyuge, deben ser costeados
por el caudal común.
2.- A falta de caudal común, el cónyuge que no tenga bienes propios debe acudir al beneficio de la justicia gratuita,
porque sólo hay derecho a litis expensas a costa del otro cónyuge cuando la posición de éste impida al litigante obtener
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el beneficio y a la vista de lo que dispone el Art. 3.3 Ley de asistencia jurídica gratuita, en este caso la existencia de
interesas familiares contrapuestos permite la valoración individual de los medios económicos del litigante, por lo que la
posición económica del cónyuge “ rico” no va impedir la obtención del beneficio de la justicia gratuita.
3.- Subsidiariamente, cuando ello no sea posible, deberá aplicarse la última parte del Art. 1318.3 CC, de modo que los
gastos judiciales se “sufragarán a costa de los bienes del otro cónyuge”. Es en este momento en que interviene la
previsión del Art. 36.4 de la Ley de asistencia jurídica gratuita, que prevé la coexistencia de las litis expensas y del
beneficio de justicia gratuita”

C) ¿Cuál cree Vd. que debe ser la respuesta del TS?


Aplicando esta doctrina al caso que está sometido a la consideración de este tribunal, debe advertirse antes que nada
que no consta la existencia de bienes comunes, a pesar de que las sentencias recaídas en este procedimiento parten
de que no se ha procedido a la liquidación de los bienes gananciales.
En el caso de que no haya bienes comunes, de lo que debemos partir, solo debe pagar el marido si la computación de
los recursos e ingresos "por unidad familiar" impidiera que la esposa pudiera obtener el beneficio de justicia gratuita,
pero ello no ocurre aquí, porque: a) de acuerdo con el Art. 3.3 de la Ley 1/1996, se computan individualmente los
recursos del solicitante y por ello, solo deben tenerse en cuenta los medios económicos propios de la esposa, y b)
partiendo de que no hay bienes comunes, debe aplicarse el segundo supuesto del Art. 1318.3 C y, como al objeto de
obtener el beneficio de justicia gratuita solo se valoran sus bienes, debería haberlo solicitado, lo que no efectuó.
Efectivamente, solo hay derecho a las litis expensas con cargo a los bienes privativos del otro cónyuge cuando la
posición de éste impida al litigante solicitar el beneficio de justicia gratuita y como, de acuerdo con el tantas veces
citado Art. 3.3 de la Ley 1/1996, se aprecian separadamente los valores y recursos de ambos cónyuges, no hay
derecho a demandar las litisexpensas en este caso y ello, sin perjuicio de la liquidación de los gananciales. No es que
se condicione el derecho a las litisexpensas, sino que solo hay derecho a obtenerlas cuando se dan las circunstancias
previstas en el Art. 1318 CC, cosa que en este caso no ha ocurrido.
La desestimación del único motivo de recurso de casación interpuesto por la representación procesal de D.ª Violeta,
contra la Sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia, sección 4ª, de 3 junio 2010, determina la de su recurso de
casación.
Desestimó el recurso de casación porque debía haber pedido la justicia gratuita

3.3. Derecho aplicable: Art. 3 LAJG; Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, de 2 de abril de 2012.

Realizado por: Joaquín Martinez.

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4. CASO IV (§ 111)

4.1. Supuesto de hecho


Don Ángel, soltero y de profesión contable de una empresa, tiene unos ingresos mensuales superiores a los 2.200 euros.
Lleva trabajando en la empresa desde hace diez años y su puesto de trabajo es fijo.

El año pasado decidió demandar a su compañía de seguros por no cubrir los gastos producidos por un pequeño
incendio en su domicilio, a pesar de tener un seguro a todo riesgo. La cuantía del pleito es de 18.900 euros (el
equivalente al total de los gastos ocasionados por el incendio). Su Abogado (y Procurador) demandó a la citada
compañía solicitando su condena al pago de la indicada suma.
Sin embargo, hoy ha recibido la noticia de que su empresa ha concursado y de que todos los empleados de la misma
perderán sus puestos de trabajo. Es, pues, consciente de que no podrá seguir pagando a su Abogado y Procurador, y sabe
que el pleito será largo y costoso.

4.2. Cuestiones

A) ¿Don Ángel tendría derecho a la asistencia jurídica gratuita?

El artículo 8 de la LAJG indica que si acredita ante la Comisión de Asistencia Juridica gratuita la concurrencia de
circunstancias sobrevenidas posteriormente a la demanda o contestación de la misma, esta Comisión podrá valorar
su concesión, así pues D.Angel puede solicitarla. Pero para su concesión, tendrá que seguir cumpliendo los
requisitos básicos señalados en el artículo 3. Según se desprende del texto su unidad familiar está integrada
únicamente por él, así pues sus ingresos no pueden superar el doble del salario mínimo profesional. Dependerá
pues de si tiene derecho a percibir la prestación del paro, que entendemos que sí, y del importe de la misma, que
ha de superar con creces esta cuantía pues el salario que tenía era lo suficientemente elevado. Además el artículo
3 dice que los medios económicos podrán, sin embargo, ser valorados individualmente
B) ¿Tiene alguna relevancia el hecho de que la solicitud del beneficio de la asistencia jurídica gratuita
tenga lugar después de la iniciación del proceso?
No, siempre y cuando en su solicitud acrediten ante la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita que las
circunstancias y condiciones necesarias para obtener aquél sobrevinieron con posterioridad a la demanda o
contestación, respectivamente. También se especifica en el artículo 8 los requisitos para el reconocimiento del
derecho en la segunda instancia o para interponer o seguir recurso de casación

4.3. Derecho aplicable: Arts. 3 y 8 LAJG.

Realizado por: Loli Fernández

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5. CASO V (§ 112)

5.1. Supuesto de hecho


A) En un proceso laboral por despido contra la empresa Ninja, SA, y don Angel, administrador único de la
misma, éste compareció en fechas 30 de septiembre y 15 de octubre de 2009 ante el Juzgado solicitando el
nombramiento de Abogado de oficio y la concesión del beneficio de justicia gratuita para litigar en calidad de
demandado, siéndole concedido por la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, mediante Resolución de 13 de
noviembre de 2009, en la que se confirmó la designación provisional acordada el 7 de noviembre de 2009 por el
Colegio de Abogados de Madrid.
De forma independiente, don Ángel solicitó también la designación de Abogado de oficio para Ninja, SA,
que le fue denegada por la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, en Resolución confirmada por Auto de 1 de
abril de 2009 del Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid, por aplicación de lo dispues to en el art. 2.c) LAJG.
Dicha resolución judicial fue impugnada en amparo, quefue inadmitido por providencia de la Sección Tercera de
este Tribunal de 28 de septiembre de 1998, de conformidad con la doctrina sentada en STC 117/1998.
Por Sentencia de 26 de mayo de 2010, el precitado Juzgado de lo Social estimó la demanda en los antes citados
procedimientos acumulados, declarando la improcedencia del despido y condenando solidariamente a la empresa
Ninja, SA, y al solicitante de amparo a que optaran entre la readmisión del trabajador o abonarle una indemnización de
13.000 euros, además de los salarios de tramitación.
La Sentencia advertía que era recurrible en suplicación y que si el recurrente no gozaba del beneficio de justicia
gratuita debería consignar la cantidad objeto de condena para recurrir.
B) El 27 de junio de 2010 el recurrente en amparo anunció recurso de suplicación contra la citada
Sentencia del Juzgado de lo Social. El escrito de anuncio del recurso venía firmado por el Abogado que le fue
designado de oficio para el procedimiento de despido. Ese mismo día, don Ángel compareció en el Juzgado
solicitando la designación de Abogado de oficio para la tramitación del recurso de suplicación.
El Juzgado dictó Auto de fecha 11 de julio siguiente por el que declaraba tener por no anunciado el recurso, de
conformidad con el art. 228 de la Ley de Procedimiento Laboral (en adelante LPL), razonando que el demandado no había
acreditado el resguardo acreditativo de la cantidad objeto de la condena que le había sido impuesta, sin haber obtenido,
por otra parte, el beneficio de justicia gratuita.
C) En el recurso de queja contra este Auto interpuesto por don Ángel, sostiene que vulnera su derecho a la
tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE), en su vertiente de acceso a los recursos. Razona en su recurso que se ha
incurrido en un error patente, toda vez que partieron de entender que no tenía reconocido el beneficio de
asistencia jurídica gratuita, ni designado Abogado del turno de oficio en la instancia, cuando lo cierto es que sí
tenía reconocido el beneficio de asistencia gratuita y designado Abogado de oficio en la instancia (antes por tanto,
de anunciar el recurso de suplicación). En el recurso se recuerda que la petición de Abogado de oficio se hizo en
cuanto fue citado para el juicio por despido (escritos de 30 de septiembre y 15 de octubre de 1996) y que, en
efecto, la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita resolvió conceder al recurrente el beneficio de asistencia
jurídica gratuita (Resolución de 13 de noviembre de 1996). Por tanto, quedaba exento de consignar el importe de
la condena para recurrir en suplicación, de conformidad con el art. 6.5 LAJG.

5.2. Cuestiones:
A) Debe el Tribunal de apelación confirmar o anular el auto de inadmisión del recurso? ¿Por qué razón?
El Tribunal de apelación debería de anular el auto de inadmisión del recurso, debido a que en el citado auto se pone
de manifiesto que el demandado no había atestiguado el resguardo acreditativo de la cantidad objeto de la condena que le
había sido impuesta.
¿Por qué razón? El caso pone de manifiesto que tenia concedido el recurrente, el beneficio de asistencia jurídica gratuita
y por tanto no está obligado a consignar la cantidad objeto de condena para recurrir.

B) ¿Cuál es la razón por la cual don Ángel solicitó, de nuevo, el derecho a la asistencia jurídica gratuita, no
obstante tenerlo ya concedido?

La STC aclara estos extremos al consignar que en el turno social general se incluyen "los asuntos de competencia
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de los Juzgados de lo Social" (art. 17), mientras que en el turno especial se incluyen "los asuntos de competencia de la
Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia, de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional, así como de la Sala
Cuarta del Tribunal Supremo" (art. 18), por lo que "el Letrado habrá de limitar su actuación al procedimiento y
jurisdicción para los que fue turnado" (art. 3, párrafo segundo) y, de otro lado, que el Letrado sólo puede formalizar el
recurso de suplicación si pertenece al turno especial laboral (art. 4, párrafo cuarto). El Abogado de oficio designado en
la instancia no pertenecía al turno social especial, lo que justifica que el recurrente se viera obligado a solicitar la
designación de Abogado de oficio para la interposición del recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia,
como se razona en la demanda de amparo, lo que no significa que el recurrente no tuviera reconocido el derecho a la
asistencia jurídica gratuita, como erróneamente entendió el Juzgado de lo Social.

Jurisprudencia para resolver el caso 


 El artículo 7.2 de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita “El derecho a la asistencia jurídica gratuita se mantendrá para la interposición y
sucesivos trámites de los recursos contra las resoluciones que pongan fin al proceso en la correspondiente instancia, aplicándose en este
caso lo dispuesto en el artículo 32 de la presente Ley”

 El artículo Artículo 32. Insostenibilidad de la pretensión. “Cuando el Abogado designado para un proceso considere insostenible la
pretensión que pretende hacerse valer, deberá comunicarlo a la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, dentro de los 15 días siguientes
a su designación, exponiendo los motivos jurídicos en los que fundamenta su decisión. Transcurrido dicho plazo sin que se produzca tal
comunicación, o sin que el Abogado pida su interrupción por falta de la documentación necesaria para evaluar la pretensión, éste queda
obligado a asumir la defensa.

Salvo lo dispuesto en el artículo anterior, la defensa del acusado o imputado será obligatoria.

 Artículo 31. Obligaciones profesionales.


Los abogados y procuradores designados desempeñaran sus funciones de asistencia y representación de forma real y efectiva hasta la
terminación del proceso en la instancia judicial de que se trate y, en su caso, la ejecución de las sentencias, si las actuaciones procesales en
ésta se produjeran dentro de los dos años siguientes a la resolución judicial dictada en la instancia, sin perjuicio del efecto de las causas de
renuncia o excusa que estén previstas en la Ley. Sólo en el orden penal podrán los abogados designados excusarse de la defensa. Para ello
deberá concurrir un motivo personal y justo, que será apreciado por los Decanos de los Colegios. La excusa deberá formularse en el plazo de
tres días desde la notificación de la designación y resolverse en el plazo de cinco días desde su presentación.

.SENTENCIA DEL TRIB. CONSTITUCIONAL 220/2000 DE 18 DE SEPTIEMBRE


La Sala Primera del Tribunal Constitucional, compuesta por don Pedro Cruz Villalón, Presidente; don Manuel Jiménez de Parga y Cabrera, don
Pablo García Manzano, don Pablo Cachón Villar y don Fernando Garrido Falla, Magistrados, ha pronunciado
EN NOMBRE DEL REY la siguiente SENTENCIA
En el recurso de amparo núm. 978/98, promovido por don José de Blas Gallego, representado por la Procuradora de los Tribunales doña María
Isabel Salamanca Álvaro, asistida del Letrado don Juan Ramón Segura Jiménez, contra los Autos de la Sala de lo Social del Tribunal Superior
de Justicia de Madrid de 21 de enero de 1998 (rollo de Sala núm. 5243/97) y del Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid de 11 de julio de 1997
(autos núm. 624/96 y acumulados núm. 621/96). Han intervenido el Ministerio Fiscal y don Lorenzo Ledesma Álvarez, representado por el
Procurador de los Tribunales don Antonio Ángel Sánchez-Jaúregui Alcaide, asistido del Letrado don José Monge Paramio. Ha sido Ponente el
Magistrado don Fernando Garrido Falla, quien expresa el parecer de la Sala.
I. Antecedentes
1. Por escrito registrado en este Tribunal el 31 de julio de 1998, don José de Blas Gallego, representado por la Procuradora de los Tribunales
doña María Isabel Salamanca Álvaro, interpone recurso de amparo (tras designarse Procurador y Abogado del turno de oficio, según solicitó el
recurrente mediante escrito registrado en este Tribunal el 6 de marzo de 1998) contra el Auto de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de
Justicia de Madrid, de 21 de enero de 1998, desestimatorio del recurso de queja formulado contra el Auto del Juzgado de lo Social núm. 13 de
Madrid de 11 de julio de 1997, que inadmitió a trámite el recurso de suplicación anunciado por el recurrente frente a Sentencia del mismo
Juzgado de 26 de mayo de 1997, dictada en autos sobre despido (autos núm. 624/96 y acumulados núm. 621/96).
2. La demanda de amparo se fundamenta en los hechos que a continuación se expresan:
a) En los autos núms. 624/96 y 621/96, acumulados, seguidos por despido en el Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid, contra la empresa
"Ninja, S.A.", y don José de Blas Gallego, administrador único de la misma, éste compareció en fecha 30 de septiembre y 15 de octubre de
1996 ante el Juzgado solicitando el nombramiento de Abogado de oficio y la concesión del beneficio de justicia gratuita para litigar en calidad
de demandado, siéndole concedido por la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, mediante Resolución de 13 de noviembre de 1996,
confirmando la designación provisional acordada el 7 de noviembre de 1996 por el Colegio de Abogados de Madrid. De forma independiente, el
Sr. de Blas solicitó también la designación de Abogado de oficio para "Ninja, S. A.", que le fue denegada por la Comisión de Asistencia Jurídica
Gratuita, en Resolución confirmada por Auto de 1 de abril de 1997 del Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid, por aplicación de lo dispuesto
en el art. 2 c) de la Ley 1/1996, de 1 de enero, de Asistencia Jurídica Gratuita (en adelante, L.A.J.G.). Dicha resolución judicial fue impugnada
en amparo (recurso núm. 9078/97), que fue inadmitido por providencia de la Sección Tercera de este Tribunal de 28 de septiembre de 1998, de
conformidad con la doctrina sentada en STC 117/1998.
b) Por Sentencia de 26 de mayo de 1997, el precitado Juzgado de lo Social estimó la demanda en los procedimientos acumulados núm. 624/96
y 621/96, declarando la improcedencia del despido y condenando solidariamente a la empresa "Ninja, S. A.", y al solicitante de amparo a que
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optaran entre la readmisión del trabajador o abonarle una indemnización de 12.083.837 pesetas, además de los salarios de tramitación. La
Sentencia advertía que era recurrible en suplicación y que si el recurrente no gozaba del beneficio de justicia gratuita debería consignar la
cantidad objeto de condena para recurrir.
c) El 27 de junio de 1997 el recurrente en amparo anunció recurso de suplicación contra la citada Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 13
de Madrid. El escrito de anuncio del recurso venía firmado por el Abogado que le fue designado de oficio al solicitante de amparo para el
procedimiento de despido. Ese mismo día, el demandante de amparo compareció en el Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid, solicitando la
designación de Abogado de oficio para la tramitación del recurso de suplicación.
d) El Juzgado dictó Auto de fecha 11 de julio siguiente por el que declaraba tener por no anunciado el recurso, de conformidad con el art. 228
de la Ley de Procedimiento Laboral (en adelante L.P.L.), razonando que el demandado Sr. de Blas no había acreditado el resguardo
acreditativo de la cantidad objeto de la condena que le había sido impuesta, sin haber obtenido, por otra parte, el beneficio de justicia gratuita.
e) Interpuesto recurso de queja contra este Auto, el recurso fue desestimado por Auto de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia
de Madrid de 21 de enero de 1998, al entender que la solicitud de Abogado de oficio se ha realizado de forma extemporánea. Razona la Sala
que, de conformidad con el art. 21.3 L.P.L., el beneficio de justicia gratuita debe solicitarse en el momento inicial del proceso, bien al presentar
la demanda o bien en el momento de la personación de los demandados, no una vez dictada Sentencia, en el momento de anunciar el recurso
de suplicación.
3. Sostiene el recurrente que los Autos impugnados han vulnerado su derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 C.E.), en su vertiente de
acceso a los recursos. Razona en su demanda de amparo que se ha incurrido en un error patente por parte de ambas resoluciones judiciales,
toda vez que partieron de entender que el ahora recurrente en amparo no tenía reconocido el beneficio de asistencia jurídica gratuita ni
designado Abogado del turno de oficio en la instancia, cuando lo cierto es que sí tenía reconocido el beneficio de asistencia gratuita y
designado Abogado de oficio en la instancia (antes por tanto, de anunciar el recurso de suplicación). La demanda de amparo recuerda que la
petición de Abogado de oficio se hizo en cuanto fue citado para el juicio por despido (escritos de 30 de septiembre y 15 de octubre de 1996) y
que, en efecto, la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita resolvió conceder al recurrente en amparo el beneficio de asistencia jurídica gratuita
(Resolución de 13 de noviembre de 1996). Por tanto, quedaba exento de consignar el importe de la condena para recurrir en suplicación, de
conformidad con el art. 6.5 L.A.J.G.
Por ello, la demanda de amparo solicita la declaración de nulidad de los Autos recurridos y que se retrotraigan las actuaciones al momento de
producirse la infracción del derecho a los recursos, a fin de que se dicte la resolución que en Derecho proceda. Asimismo, mediante otrosí, se
solicita la suspensión de la ejecución de las resoluciones judiciales impugnadas en amparo.
4. La Sección Segunda de este Tribunal, mediante providencia de 13 de octubre de 1998, acordó, de conformidad con lo dispuesto por el art.
88 LOTC, requerir atentamente a la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, y al Juzgado de lo Social núm. 13 de dicha
capital, para que en el plazo de diez días remitieran, respectivamente, testimonio del recurso de suplicación núm. 5243/97 y de los autos núm.
624/96.
5. Por sendas providencias de fecha 15 de enero de 1999, la Sección Segunda de este Tribunal acordó, en la primera, admitir a trámite la
demanda de amparo, y a tenor de lo dispuesto en el art. 51 LOTC requerir atentamente al Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid, para que
emplazara a quienes hubieran sido parte en el procedimiento núm. 624/96, excepto la parte recurrente en amparo, a los efectos de que en el
plazo de diez días pudieran comparecer en este proceso constitucional; y, en la segunda providencia, formar pieza separada para la tramitación
del incidente de suspensión, de conformidad con el art. 56 LOTC, concediendo al efecto un plazo común de tres días al Ministerio Fiscal y al
solicitante de amparo, a fin de que formularan las alegaciones que estimasen pertinentes sobre la suspensión solicitada.
6. Por Auto de 22 de marzo de 1999, la Sala Primera de este Tribunal acordó denegar la suspensión solicitada.
7. Mediante providencia de la Sección Primera de este Tribunal de 26 de abril de 1999, se tuvo por personado al Procurador de los Tribunales
Sr. Sánchez-Jaúregui Alcaide, en nombre y representación de don Lorenzo Ledesma Alvarez y se acordó, de conformidad con el art. 52 LOTC,
dar vista de las actuaciones al Ministerio Fiscal y a las partes personadas para que en plazo común de veinte días pudieran presentar las
alegaciones que a su derecho conviniesen.
8. Por el Ministerio Fiscal se presentó escrito el 27 de mayo de 1999, solicitando de este Tribunal que, con suspensión del trámite de
alegaciones del art. 52 LOTC, se procediese a requerir a la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita de Madrid para que remitiese certificación
acreditativa de la fecha en que fue acordada la concesión de los beneficios de justicia gratuita en los procedimientos judiciales acumulados
núm. 624/96 y núm. 621/96, seguidos ante el Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid, de los que trae causa el presente recurso de amparo.
9. El recurrente en amparo presentó escrito de alegaciones con fecha 20 de mayo de 1999, reiterando las expuestas en el escrito de demanda.
10. La representación procesal de don Lorenzo Ledesma Álvarez presentó su escrito de alegaciones con fecha 26 de mayo de 1999,
interesando la desestimación del recurso de amparo, alegando que el recurrente no tenía reconocido el beneficio de justicia gratuita al anunciar
el recurso de suplicación, por lo que venía obligado a consignar el importe de la condena para poder recurrir contra la Sentencia dictada por el
Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid, de conformidad con el art. 228 L.P.L. En consecuencia, no habiendo realizado la preceptiva
consignación, lo pertinente es declarar, como se ha hecho en los Autos impugnados en amparo, que se tiene por no anunciado el recurso.
11. Mediante providencia de 31 de mayo de 1999, la Sala Primera, de conformidad con lo solicitado por el Ministerio Fiscal, acordó, con
suspensión del plazo para formular las alegaciones que previene el art. 52 LOTC, requerir a la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita de
Madrid, para que, a la mayor brevedad posible, remitiera certificación acreditativa de la fecha exacta en que se reconoció el beneficio de justicia
gratuita al demandante de amparo en los procedimientos acumulados núms. 624/96 y 621/96, seguidos por despido en el Juzgado de lo Social
núm. 13 de los de Madrid, contra el ahora demandante de amparo don José de Blas Gallego.
12. Recibida la documentación interesada, mediante providencia de 28 de junio de 1999 de la Sala Primera se acordó dar traslado de la misma
al Ministerio Fiscal para que en plazo de diez días pudiera presentar alegaciones de conformidad con el art. 52 LOTC, confiriendo el mismo
plazo a las demás partes para efectuar nuevas alegaciones o ampliar las ya realizadas.
13. Con fecha 13 de julio de 1999, el Ministerio Fiscal presentó su escrito de alegaciones, interesando la concesión del amparo, en el sentido
de reconocer al recurrente su derecho a la tutela judicial efectiva y anular los Autos impugnados, con retroacción de actuaciones al momento
procesal oportuno de la admisión a trámite del recurso de suplicación, de suerte que el Juzgado de lo Social, teniendo por anunciado el recurso
de suplicación, dé a los autos el trámite establecido en el art. 193.2 L.P.L.
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Estima el Ministerio Fiscal (tras recordar la reiterada doctrina de este Tribunal a partir de la STC 37/1995 sobre el derecho de acceso a la
jurisdicción en fase de recurso y asimismo la doctrina del error patente con relevancia constitucional), que en el presente caso las resoluciones
judiciales impugnadas han incurrido efectivamente en error manifiesto y determinante de indefensión material, por lo que ha de apreciarse la
lesión alegada del derecho a la tutela judicial efectiva. Ello es así por cuanto los Autos recurridos en amparo deniegan el derecho al acceso al
recurso de suplicación al entender, erróneamente, que el demandante no tenía reconocido en la instancia el beneficio de justicia gratuita y no
quedaba, por tanto, exento del requisito de consignar el importe de la condena para recurrir en suplicación. Por el contrario, las actuaciones
demuestran que el ahora demandante de amparo sí tenía reconocido dicho beneficio en la instancia, por lo que quedaba exento de la
obligación de constituir los depósitos y consignaciones establecidos en los arts. 227 y 228 L.P.L.; y en consecuencia, su escrito de anuncio del
recurso de suplicación debió ser admitido a trámite, de conformidad con el art. 193.1 L.P.L., continuándose con los trámites previstos para su
interposición.
14. La representación procesal de don Lorenzo Ledesma Álvarez presentó con fecha 13 de julio de 1999 escrito de ampliación de alegaciones.
En el mismo insiste en solicitar la desestimación del recurso de amparo, alegando, en síntesis, que si bien es cierto, a la vista de las
certificaciones remitidas por la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita, que el ahora demandante de amparo tenía reconocido el beneficio de
asistencia jurídica gratuita para litigar como demandado en los autos núm. 624/96 y núm. 621/96 seguidos ante el Juzgado de lo Social núm. 13
de Madrid, debe entenderse que hizo dejación de tal derecho y, por tanto, renunció al mismo, toda vez que, tras diversas suspensiones de la
vista, no compareció finalmente al juicio, celebrado el 20 de mayo de 1997 y no hizo constar ante el Juzgado que tenía concedido el beneficio
de justicia gratuita hasta el día 4 de junio de 1998.
15. El recurrente en amparo no presentó nuevas alegaciones.
16. Por providencia de la Sección Primera de 15 de septiembre de 2000, se señaló para deliberación y votación de la presente Sentencia el día
18 del mismo mes y año.

II. Fundamentos jurídicos


1. Manifiesta el demandante de amparo que los Autos impugnados han vulnerado su derecho fundamental a la tutela judicial efectiva (art.
24.1 C.E.) en su vertiente de derecho de acceso a los recursos legalmente establecidos, al haber puesto fin al recurso de suplicación
anunciado por el recurrente por incumplimiento del requisito de consignación para recurrir establecido en el art. 228 L.P.L., como consecuencia
de haber entendido erróneamente los órganos judiciales que el recurrente no tenía reconocido en la instancia el beneficio de justicia gratuita y
que, por tanto, no quedaba exento del requisito de la consignación.
Por su parte, el Ministerio Fiscal interesa la estimación del recurso de amparo, en tanto se opone a la misma la representación procesal de don
Lorenzo Ledesma Álvarez, tal como quedó resumido en el relato de antecedentes de la presente resolución.
2. Repetidamente ha señalado nuestra jurisprudencia que es función de este Tribunal el examen de los motivos y argumentos en que se funda
la decisión judicial impugnada, con el fin de comprobar si son razonables desde una perspectiva constitucional, corrigiendo en esta vía de
amparo cualquier interpretación arbitraria o totalmente infundada o que resulte de un error patente con relevancia constitucional (SSTC
23/1987, de 23 de febrero, FJ 3; 201/1987, de 16 de diciembre, FJ 4; 36/1988, de 3 de marzo, FJ 1; 159/1989, de 6 de octubre, FJ 6; 63/1990,
de 2 de abril, FJ 2; 101/1992, de 25 de junio, FJ 2; 192/1992, de 16 de noviembre, FJ 2; 55/1993, de 15 de febrero, FJ 5; 5/1995, de 10 de
enero, FJ 3; 99/1995, de 20 de junio, FJ 4; 160/1996, de 15 de octubre, FJ 4; 180/1998, de 17 de septiembre, FJ 3, y 100/1999, de 31 de mayo,
FJ 2, por todas).
En concreto, y en relación con las lesiones de derechos fundamentales que puedan producirse en la fase de los recursos contra resoluciones
judiciales, como ahora es el caso, también se ha dicho que, una vez diseñado el sistema de recursos por las Leyes de enjuiciamiento de cada
orden jurisdiccional, el derecho a su utilización, tal y como se regula en ellas, pasa a formar parte del contenido del derecho a la tutela judicial
efectiva y, por tanto, ésta puede resultar menoscabada si se impide el acceso a las instancias supraordenadas con obstáculos indebidos o por
denegación injustificada, no explicada o debida a un error patente imputable al órgano judicial (SSTC 130/1987, de 17 de julio, FJ 2; 28/1994,
de 27 de enero, FJ 2; 190/1994, de 20 de junio, FJ 2; 37/1995, de 7 de febrero, FJ 5; 186/1995, de 14 de diciembre, FJ 2; 60/1999, de 12 de
abril, FJ 2, y 133/2000, de 16 de mayo, FJ 2, entre otras muchas).
Asimismo, este Tribunal tiene dicho en reiteradas ocasiones que, en términos generales, se vulnera el derecho a la tutela judicial efectiva
reconocido en el art. 24.1 C.E. cuando la resolución judicial se encuentra fundada en un error patente, el cual, en cuanto que determinante de
la decisión adoptada, adquiere relevancia constitucional. Y hemos definido el error patente como un razonamiento, determinante de la
resolución adoptada, que no se corresponde con la realidad, hasta el punto de que, constatado el mismo, la fundamentación jurídica pierde el
sentido y alcance que la justificaba y no puede conocerse cuál hubiese sido el sentido de la resolución de no haberse incurrido en el mismo.
Hay que recordar, en todo caso, que un error es patente cuando es inmediatamente verificable de forma incontrovertible a partir de las
actuaciones judiciales (STC 83/1999, de 10 de mayo, FJ 4; 206/1999, de 8 de noviembre, FJ 2; 89/2000, de 27 de marzo, FJ 2, y 96/2000, de
10 de abril, FJ 5, por todas).
En definitiva, para que el error adquiera relevancia constitucional, en este caso por impedir al demandante de amparo el acceso a los recursos
legalmente establecidos, debe ser no sólo evidente (o patente, notorio o manifiesto, como en otras ocasiones hemos dicho), sino imputable al
órgano jurisdiccional que lo cometió y asimismo decisivo para el sentido del fallo, pues se requiere que el yerro sea determinante de la decisión
adoptada, constituyendo el soporte único o básico de la resolución (ratio decidendi).
3. La aplicación de la doctrina expuesta al caso que nos ocupa conduce derechamente al otorgamiento del amparo, pues del análisis de las
actuaciones se desprende, en efecto, la existencia de un error manifiesto imputable a los órganos judiciales y determinante de la decisión
adoptada de inadmitir a trámite el recurso de suplicación anunciado por el recurrente.
En efecto, para poder recurrir en suplicación una Sentencia dictada por un Juzgado de lo Social que hubiese condenado al pago de cantidad,
es indispensable que el recurrente que no gozare del beneficio de justicia gratuita acredite, al anunciar el recurso de suplicación, haber
consignado la cantidad objeto de la condena (art. 228 L.P.L.). Asimismo se exige consignar un depósito de 25.000 pesetas [art. 227.1 a) L.P.L.].
Si el recurrente no cumple con el requisito de la consignación, el Juzgado de lo Social declarará mediante Auto tener por no anunciado el
recurso de suplicación (art. 193.2 L.P.L.). Por el contrario, si el recurrente goza del beneficio de justicia gratuita, queda exento de constituir tanto
la consignación para recurrir como el depósito referido (arts. 227.4 y 228 L.P.L., así como art. 6.5 L.A.J.G.).

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Pues bien, consta de manera incontrovertible en las actuaciones que al recurrente le había sido concedido el beneficio de justicia gratuita para
litigar como demandado en los autos acumulados núm. 624/96 y 621/96 seguidos por despido ante el Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid,
mediante Resolución de la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita de 13 de noviembre de 1996. El recurrente en amparo tenía reconocido,
pues, el citado beneficio desde el comienzo del conviene tener en cuenta que si el recurrente solicitó la designación de nuevo Abogado de
oficio para la interposición del recurso de suplicación, ello fue debido a las normas que regulan el turno de oficio del Colegio de Abogados de
Madrid. En estas normas (adaptadas al Real Decreto 2103/1996, de 20 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de Asistencia
Jurídica Gratuita), se establece la existencia, para el turno de oficio en la jurisdicción social, de dos tipos o clases de turnos: el turno social
general y el turno social especial. En el turno social general se incluyen "los asuntos de competencia de los Juzgados de lo Social" (art. 17),
mientras que en el turno especial se incluyen "los asuntos de competencia de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia, de la Sala
de lo Social de la Audiencia Nacional, así como de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo" (art. 18). Para ser dado de alta un Abogado en el turno
social especial es necesario "acreditar una antigüedad mínima de cinco años eprocedimiento y con anterioridad a la Sentencia del Juzgado de
lo Social núm. 13 de Madrid de 26 de mayo de 1997, por lo que estaba exonerado de consignar la cantidad objeto de la condena para recurrir
en suplicación dicha Sentencia (art. 228 L.P.L.), así como del depósito a que se refiere el art. 227.1 a) L.P.L. Por consiguiente, como el Auto de
11 de julio de 1997 del Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid se fundamenta, como único razonamiento, en la falta de presentación del
resguardo acreditativo de los depósitos y consignaciones anteriormente expuestos para denegar la admisión a trámite del recurso de
suplicación que la representación del recurrente había anunciado, es evidente que el Juzgado incurrió en un manifiesto error, al no haber
tomado en consideración que el recurrente sí tenía reconocido el beneficio de justicia gratuita para litigar en ambos procedimientos
acumulados, pudiéndose acoger, por consiguiente, a la exención legal en la constitución de dichos depósitos y consignaciones para poder
recurrir en suplicación. Dicho error (cuyo origen puede estar en el hecho de que el recurrente, en cuanto administrador único de la
codemandada "Ninja, S. A.", solicitó igualmente el beneficio de justicia gratuita para dicha empresa, solicitud que le fue denegada), ocasionó al
recurrente una efectiva y real indefensión, al impedirle el acceso al recurso de suplicación que había anunciado en tiempo y forma.
4. No obsta a lo anterior el hecho de que el recurrente, al anunciar recurso de suplicación, solicitase al Juzgado la designación de Abogado de
oficio para la interposición del recurso. En efecto, el art. 7.2 L.A.G. establece que "el derecho a la asistencia jurídica gratuita se mantendrá para
la interposición y sucesivos trámites de los recursos contra las resoluciones que pongan fin al proceso en la correspondiente instancia...", por lo
que, una vez concedido el beneficio legal, se mantiene para las sucesivas instancias, sin necesidad de solicitarlo de nuevo. Sin embargo, n el
ejercicio de la profesión" (art. 2.3). Finalmente, las referidas normas establecen que "el Letrado habrá de limitar su actuación al procedimiento y
jurisdicción para los que fue turnado" (art. 3, párrafo segundo) y, de otro lado, que el Letrado sólo puede formalizar el recurso de suplicación si
pertenece al turno especial laboral (art. 4, párrafo cuarto). Así las cosas, hay que entender que el Abogado de oficio designado en la instancia
no pertenecía al turno social especial, lo que justifica que el recurrente se viera obligado a solicitar la designación de Abogado de oficio para la
interposición del recurso de suplicación ante el Tribunal Superior de Justicia, como se razona en la demanda de amparo, lo que no significa que
el recurrente no tuviera reconocido el derecho a la asistencia jurídica gratuita, como erróneamente entendió el Juzgado de lo Social. El error
patente en que incurrió el Juzgado de lo Social no fue reparado por el posterior Auto de 21 de enero de 1998 de la Sala de lo Social del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid, al confirmar íntegramente el anterior y rechazar el recurso de queja que había interpuesto el recurrente, que no
hizo así sino confirmar también dicha denegación de tutela judicial efectiva, con resultado de indefensión.
5. En suma, este error, al ser manifiesto, resultar imputable a los órganos judiciales concernidos y servir de único soporte argumental o ratio
decidendi a los Autos impugnados, adquiere relevancia constitucional, por vulnerar el derecho a la tutela judicial efectiva en su vertiente de
derecho de acceso a los recursos legalmente establecidos. La conclusión alcanzada conduce, pues, al otorgamiento del amparo solicitado, en
los términos expresados en el fallo de la presente resolución.
FALLO
En atención a todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional, POR LA AUTORIDAD QUE LE CONFIERE LA CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN
ESPAÑOLA, Ha decidido
Otorgar el amparo solicitado por don José de Blas Gallego y, en su virtud:
1.o Reconocer que se ha lesionado su derecho fundamental a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 C.E.).
2.o Declarar la nulidad del Auto de 11 de julio de 1997 dictado por el Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid en los autos acumulados núm.
624/96 y núm. 621/96, y asimismo del Auto de 21 de enero de 1998 dictado por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid
en el recurso de queja interpuesto contra aquél (rollo de Sala núm. 5243/97).
3.o Retrotraer las actuaciones al momento procesal oportuno, a fin de que por el Juzgado de lo Social núm. 13 de Madrid se tenga por
anunciado el recurso de suplicación y acuerde seguir los trámites establecidos en el art. 193.1 L.P.L.
Publíquese esta Sentencia en el "Boletín Oficial del Estado".

5.3. Derecho aplicable: Arts. 6, 7 y 31 LAJG. Sentencia del Tribunal Constitucional 220/2000, de 18
septiembre.
Realizado por Lna Rodríguez y Virginia Reñones

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6. CASO VI (§ 113) 6.1. Supuesto de hecho

El 29 de junio de 2010, D. Alexis y otra, interesó, sin expresión de la causa ni indicación del título que le legitimaba,
que por el Juzgador se procediese al embargo de la parte que legalmente corresponda del salario que perciba el
demandado D. Juan Antonio por su trabajo para la mercantil "Servicios de Teleasistencia".
En la misma fecha, D. Juan Antonio negó haber venido a mejor fortuna, pero, en cualquier caso, al tener
concedido el beneficio de asistencia jurídica gratuita la afirmación de haber venido a mejor fortuna exigía una
revocación de dicho reconocimiento a través del oportuno procedimiento judicial, con observancia del principio de
contradicción. Y añadía que la falta de demanda de ejecución de título viciaba de nulidad radical a la solicitud.
Sin saber cómo ni quién lo trajo al procedimiento, figura unida una copia sim ple del auto de fecha 8 de febrero de
2010 por el que la Sra. Magistrada-Jueza aprobó definitivamente la tasación de costas practicada por importe de
4.037,23 euros, a instancia de la parte vencedora (sic).
El 23 de diciembre de 2010 la Juzgadora dictó auto, en cuyo antecedente único se dice que D. Guadalupe y D.
Alexis habían presentado demanda ejecutiva —repetimos en el incidente no costa unida— frente a D. Juan Antonio,
en ejecución de auto aprobando la tasación de costas dimanante del procedimiento ordinario 252/05, cuya parte
dispositiva es del siguiente tenor:

"Acuerdo:
Dictar orden general de ejecución del título indicado a favor de la ejecutante, Guadalupe, Alexis frente
1.
Juan Antonio, parte ejecutada,

2. Se despacha ejecución por importe de 4.037,23 euros en concepto de principal e intereses ordinarios y
moratorios vencidos, más otros euros que se fijan provisionalmente en concepto de intereses que, en su caso, puedan
devengarse durante la ejecución y las costas de ésta, sin perjuicio de su posterior liquidación.
3. A la vista del artículo 36 de la ley de Asistencia Jurídica Gratuita, que prevé, en cuanto al abono de costas, que la parte haya
venido a mejor fortuna, indicando presunciones al respecto, y sin que se contemple procedimiento ni resolución judicial al respecto.
El presente auto, junto con el decreto que dictará el secretario judicial, y copia de la demanda ejecutiva, serán notificados
simultáneamente a la parte ejecutada, tal y como dispone el artículo 553 de la Ley de Enjuiciamiento Civil".
Mediante Decreto, también de 23 de diciembre de 2010, se acordó el embar go del sueldo del ejecutado Juan
Antonio (sic).

El 14 de enero de 2011 contestó "Servicios de Teleasistencia" y, con relación al embargo del trabajador D. Juan
Antonio, comunicó al Juzgado que había causado baja en la empresa con fecha 13 de diciembre de 2010,
adjuntando TA2 de la Seguridad Social.

El 18 de enero de 2011 D. Juan Antonio formuló escrito de oposición a la eje cución de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 556 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y adujo, primero, infracción de los artículos 7, 9 y
36 de la Ley 1/1996 de Asistencia Jurídica Gratuita, cuyo derecho tiene reconocido, sin que se haya acreditado que
viniere a mejor fortuna, por lo que si bien puede resultar procedente la práctica de la tasación de costas, lo que está
vedado es instar su ejecución y, segundo, inadecuación del procedimiento para probar la mejor fortuna, que desde
luego no es el cauce del juicio ejecutivo, en el que se le causa manifiesta indefensión, siendo, en todo caso, competente
para su conocimiento la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita.

Concedido a la parte ejecutante el trámite de impugnación de la oposición en diligencia de ordenación el 2 de


febrero de 2011, D. Alexis presentó escrito de contestación el 10 de febrero de 2011 en el que alegó que la oposición
se había dirigido contra el Decreto de 23 de diciembre de 2010 pero no contra el auto de la misma fecha por el que
se despachaba la ejecución; no se basa en ninguno de los motivos que taxativamente se enumeran en el artículo

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556-1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; se ha acreditado que el ejecutado ha venido a mejor fortuna conforme al
artículo 36 de la Ley 1/1996, como evidencia la percepción de rentas de trabajo por cuenta ajena, y la adquisición el
18 de enero de 2007 de un vehículo marca Citroen Xara, matrícula ...-XL (esta circunstancia no costa en el
procedimiento ejecutivo).

El 2 de marzo de 2011e1 Sr. Alexis solicitó la ampliación de la ejecución en la cantidad de 1.914,12 euros, más otros
574 euros que se calculan para intereses y costas de la ejecución, aportando como título el auto dictado el 31 de
marzo de 2009 por la Sección 25' de esta Audiencia Provincial aprobando la tasación de costas practicada en el
Recurso de apelación num. 699/2007, seguido entre las mismas partes.
Pese a que D. Juan Antonio solicitó el 15 de marzo de 2011 que quedara en suspenso la ampliación de la ejecución
hasta que se resolviera sobre la oposición a la ejecución formulada, el Juzgado dictó auto el 4 de abril de 2011
ampliando la ejecución conforme se solicitó, ordenándose por Decreto de la misma fecha requerir de pago al ejecutado.
Finalmente el 13 de abril de 2011 la Juzgadora de Primera Instancia dictó auto en el que se desestimó íntegramente la
oposición con base en el siguiente argumento:
"El propio fundamento del ejecutado, artículo 36 de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita, basta para desestimar la
oposición formulada a la presente ejecución, pues resulta obvio que para conocer si la parte condenada en costas ha
venido a mejor fortuna será preciso investigar previamente su patrimonio, de manera que si de la misma resulta un
incremento patrimonial suficiente se hagan efectivas las costas tasadas; y si no es así, se mantenga en suspenso su
exacción por la vía de apremio.
El tiempo transcurrido desde el proceso declarativo justifica una nueva investigación patrimonial, sin que ello suponga en
modo alguno vulnerar el derecho del ejecutado, sino simplemente conocer si ha venido o no a mejor fortuna, con las
consecuencias procesales que correspondan en cada caso, pero sin archivar desde luego la ejecución hasta tanto se
conozcan los datos expresados".

6.2. Cuestiones

A) ¿A quién compete efectuar la declaración de que el condenado al pago de las costas ha venido a mejor
fortuna?
Corresponde a la Comisión de Asistencia Jurídica Gratuita efectuar la declaración de que el condenado al pago
de las costas ha venido a mejor fortuna.
En el artículo 36.2 de la Ley de Asistencia Jurídica Gratuita EDL 1996/13683 se regula el reintegro económico de los
beneficios obtenidos con el reconocimiento de la asistencia jurídica gratuita, de forma que sólo quien ha reconocido
esos beneficios puede ser competente para declarar exigible su reintegro, teniendo además en cuenta que el criterio
legal presuntivo de referencia para determinar que el condenado al pago de las costas ha venido a mejorar fortuna es
el mismo que el seguido para su concesión.
A su vez el Reglamento de Asistencia Jurídica Gratuita, en el apartado 2 del artículo 45, ofrece apoyo normativo.
“En el supuesto de que en la sentencia que ponga fin al proceso fuera condenado en costas el titular del derecho a la
asistencia jurídica gratuita, quedará éste obligado a abonar las peritaciones realizadas por técnicos privados, si dentro
de los tres años siguientes a la terminación del proceso viniese a mejor fortuna.
Para hacer efectiva dicha obligación, será de aplicación el procedimiento al que hace referencia el artículo 20 “.
De manera que el procedimiento previsto para la revocación del derecho contemplado en el artículo 20 del citado
Reglamento, es el cauce para exigir el reintegro de las prestaciones económicas derivadas de los costes periciales en
caso de que el beneficiario de la asistencia jurídica gratuita venga a mejor fortuna. Por la misma razón, el
procedimiento a seguir será el mismo para la restitución de las demás prestaciones percibidas, en la medida en que,
además, no es sino una revocación del derecho a la asistencia jurídica gratuita por razones sobrevenidas y legalmente
previstas.
B) ¿Cuál es el procedimiento a seguir para resolver esta cuestión?
El procedimiento y trámites para la concesión del derecho de asistencia jurídica gratuita ha sido modificado totalmente
en la ley 1/1996 de 10 de enero, de Asistencia Jurídica Gratuita. La ley establece en su capítulo II que la Comisión
de Asistencia Jurídica Gratuita será la competente y responsable de efectuar el reconocimiento y revocación
del derecho, siendo el esencial propósito la “desjudicialización” del procedimiento para reconocer el derecho a la
asistencia jurídica gratuita.
Se configura dicha función como una actividad esencialmente administrativa, que recae sobre unos órganos
administrativos nuevos, responsables de la decisión final; reservando únicamente a los Órganos jurisdiccionales el
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control sobre la aplicación efectiva del derecho de justicia gratuita, al habilitar a los mismos para decidir en vía de
recurso la impugnación de las resoluciones emanados de la comisión de Asistencia Jurídica Gratuita que de modo
definitivo reconozcan o denieguen el derecho. (Arts. 9, 19 y 20 de la Ley 1/1996)
Dado que el art. 36 de la ley de Asistencia Jurídica Gratuita, no establece el procedimiento a seguir ni el Örgano
competente para determinar si dicha persona ha venido a mejor fortuna.
Por tanto y siguiendo la lógica ha de seguir el mismo trámite procesal para el reconocimiento del cambio de
fortuna que el exigido para la concesión del derecho y, de este modo se posibilita el que se envuelva el
procedimiento de todas las garantías procesales.

6.3. Derecho aplicable: Arts. 3, 4, 17, 36 LAJG; art. 45.2 del Reglamento de Asistencia Jurídica Gratuita; Autos
de la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 13 1', de 24 de febrero de 2012 JUR 2012/127284; y de la
Audiencia Provincial de León, Sección 11, de 22 de febrero de 2008, JUR 2008/166315

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Sección Sexta

EL PROCESO

LECCIÓN 18. EL PROCESO

1. Concepto. Notas esenciales (§ 114)

2. Presupuestos procesales (§ 115)

3. Objeto del proceso (§ 116)

4. Función del proceso (§ 117)

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SECCIÓN SEXTA

EL PROCESO
Lección 18: EL PROCESO

1. CONCEPTO. NOTAS ESENCIALES (§ 114)

1.1. Supuesto de hecho

A) D.A. compra, mediante escritura pública, a D.B. la finca rústica X, que se describe con sus linderos y se dice por
el vendedor tener una superficie de 9.852 m2, pactándose como precio el de 591.180 euros, a razón de 60 euros/m2.
En la propia escritura se hace constar que D.A. entrega como parte del precio a D.B. la cantidad de 400.000
euros, quedando aplazado el resto (191.180 euros), que se pagará en el plazo de seis meses.
B) El comprador pasados diez días desde la fecha de la mencionada escritura pretende tomar posesión material
de la finca y a ella acude en unión del vendedor, procediendo ambos a realizar medición de la misma, comprobando
que la superficie real es de 9.600 m2.
C) Ante este hecho, D.A. manifiesta a D.B. que en tales condiciones no le interesa la compra, pidiendo le sea
devuelta la cantidad entregada, a lo que D.B. se niega manteniendo la plena eficacia y validez de la
compraventa.

1.2 Cuestiones.

A) Determine la naturaleza del conflicto que se presenta entre D.A y D.B y si pueden dar solución al mismo de
forma amistosa y privada.
Al tratarse de un conflicto intersubjetivo DE CARÁCTER PRIVADO, si cabría la posibilidad de dar solución de forma
amistosa y privada.
Llegando a acuerdo por ambas partes podrían estudiar de nuevo el precio de la finca y ajustar el precio a los metros
reales de la misma a razón del pactado desde un principio, es decir, 9.600 m2 a 60 euros/m2, quedando el precio
definitivo en 576.000 euros.
Al mismo tiempo, se podría volver a acordar el plazo de pago restante, en este caso ya no serían 191.180 euros sino
176.000 euros, acordando por ambas partes el período. Según Ley los gastos de la escritura debe satisfacerlos el
vendedor (art. 1455 CC) salvo que se establezca otra cosa por ambas partes.

B) De no ser posible la solución amistosa o si, aun siéndolo, no se lograra. ¿qué vía se les ofrece a D.A y D.B
para solucionar el conflicto a través de qué instrumentos?¿Qué diferencia presentaría la solución obtenida
mediante la intervención de un tercero con la obtenida a través de los Tribunales de Justicia?
1º En lo referente a los conflictos intersubjetivos, coexisten métodos complementarios como los heterocompositivos
que pueden facilitar la solución del conflicto mediante la intervención de un tercero. Es una fórmula determinada por el
arbitraje en el que la persona interviniente puede ser individual o colegiada y llamada a colaborar por las partes. Este
método es más breve y goza de la misma eficacia y efectos que una sentencia por lo que puede agilizar y aligerar el
proceso.
2º.-CUÁL ES LA DIFERENCIA DE ESTE PROCESO CON EL DE ACUDIR A LOS TRIBUNALES?
Si los sometidos a arbitraje luego no cumplen, hay que acudir a la vía judicial para solicitar la ejecución del laudo
arbitral, es decir, sólo los Tribunales tiene también potestad ejecutoria.

C) D.A decide acudir a los Tribunales, ¿por medio de qué acto habría de hacerlo?
Según se establece en el art. 399 de la LEC D.A habrá de formular una demanda contra D.B ante el Juzgado de lo
Civil, LLAMADO DE 1ª INSTANCIA. Al realizar ésta deberá aportar todos los datos que conozca del demandado,
incluidos domicilio o residencia si los conoce, así como el Tribunal procederá a los actos de comunicación mediante lo
establecido en el art. 155 LEC. y la información al demandado desde un principio (art.404 de la LEC). En la demanda,
se expondrán numerados y separados los hechos y los fundamentos de derecho y se fijará con claridad y pretensión lo
que se pida (art.399.1 de la LEC).
En la demanda han de concurrir todos los requisitos o elementos de la pretensión que se contienen en el art. 399 de la
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LEC. NO COPIES EL ARTÍCULO, YA SE SABE, Y SI NO, PARA ESO ESTÁ LA LEY.
En este proceso, a diferencia de la heterocomposición, aparece la figura del Juez y se rige por el art. 14 y 24 de la CE.

D) ¿Estarán ambas partes asistidas de derecho de carácter constitucional o sólo estará D.A como
demandante? Iniciado el proceso, ¿se generan obligaciones para ambas partes o sólo para D.B como
demandado? Indique cuáles sean dichos derechos y obligaciones de incidencia procesal.
Tanto D.A como D.B estarán asistidos de derecho de carácter constitucional porque así lo recoge la Constitución
Española en sus artículos 14 y 24 donde prima la igualdad ante la justicia así como el derecho de acceder a ésta, un
procedimiento justo y en igualdad, asistencia jurídica, información del proceso y de las causas del mismo y a ejecutar
sus derechos de acusación y defensa como demandante y demandado, tanto como no declarar contra sí mismos o no
confesarse culpables y la presunción de inocencia.
Al mismo tiempo, para ambos, se generan unas obligaciones como son las siguientes:
- Obligación de comparecencia ante la llamada del Juez.
- Veracidad y probidad.(honradez).
- Actuar con buena fe procesal (art. 247 de a LEC)
-exhibición de documentos
-manifestación de bienes (patrimonio, art. 589 LEC)

1.1.3. Derecho aplicable: Arts. 17, 18, 24 y 118 CE, 247, 256.1, 328, 399, 496 LEC.

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2. PRESUPUESTOS PROCESALES (§ 115)

2.1. Supuesto de hecho

A) D.A., de quince años de edad, es propietario por herencia de su fallecido padre D.B. de una vivienda sita
en la localidad ..., partido judicial X, que desde la fecha de su construcción, (hace más de 35 años), tiene
abiertas en la pared de su lindero E dos ventanas de 1,50 m. por 1 m. con vistas sobre el solar que con ella
colinda.
B) D.C., con domicilio en el partido judicial Z, propietario del referido solar, ha encargado a la empresa
constructora "H" la construcción de un garaje en dicho solar, levantando una de sus paredes a 1 m. de distancia de
aquellas ventanas, obra que se ha iniciado con las oportunas licencias administrativas.
C) La viuda de D.B. y madre de D.A., D2 D., no muestra su conformidad y se opone a la construcción del referido
garaje.

2.2. Cuestiones
A) D.A. y su madre, se plantean ante quién han de acudir para evitar la construcción del indicado garaje,
¿Pueden hacerlo ante la autoridad administrativa concedente de las licencias o han de hacerlo ante los
Tribunales de Justicia?
Acudir a través de Interdictos a la vía administrativa sólo es factible si la Administración ha incurrido en Vía de Hecho;
por tanto y dado que la Administración ha actuado conforme al procedimiento establecido (se supone), D.A., deberá
hacer valer su derecho ante la jurisdicción ordinaria, es decir, deberá acudir a los Tribunales de Justicia.

B) ¿Puede actuar en su propio nombre D.A.?,¿habrá de hacerlo por él su madre? o, en su caso, ¿quién habrá
de actuar en defensa de sus derechos?
El propietario D.A., posee legitimación activa y capacidad jurídica (pese a ser menor de edad), ahora bien, no posee
capacidad procesal y por tanto, habría que saber si su madre ostenta la representación legal, pues de ser así, sería
quién actuara en defensa de los derechos de su hijo; de no tener tutor puede acudir ante el Ministerio Fiscal, que es
quién tiene la tutela de los menores, y esté debe actuar en defensa de sus derechos, hasta que se le nombre Defensor
Judicial.

C) Quien tuviere capacidad de actuación procesal, ¿puede acudir ante cualquiera de los Tribunales de Justicia
existentes en el territorio español o habrá de hacerlo ante uno en concreto y, en su caso, ante cual y porqué?
No podrá acudir a cualquier Tribunal, sino a aquel que sea objetiva y territorialmente competente, para lo cual habrá
que estar a lo dispuesto en el art. 45 y ss. de la LEC.

D) Si fuese necesario y faltare algún presupuesto procesal, ¿puede el Tribunal de oficio proceder a su examen
o habrá de hacerlo previa denuncia de alguna de las partes?
Los presupuestos procesales pueden sistematizarse en:
a) del órgano jurisdiccional: la jurisdicción y competencia objetiva, territorial y funcional.
b) de las partes: la capacidad para ser parte y de actuación procesal, la postulación procesal, la capacidad de
conducción procesal y el litisconsorcio necesario. Solo el demandado puede aducir la falta de capacidad procesal del
demandante y nunca al revés, pues el actor iría contra sus propios actos; tan sólo podría a través de un recurso de
reposición alegar la incapacidad de algún interviniente codemandado.
c) del objeto procesal: 1.- generales: la caducidad de la acción, litispendencia, cosa juzgada, el arbitraje y el pendiente
compromiso. 2.- especiales: la Autocomposición, las cauciones y los requerimientos al deudor.
Los presupuestos procesales han de ser observados por el actor en el momento de la interposición de la demanda; si
se incumpliera alguno de ellos el demandado tendrá la carga procesal de evidenciar su ausencia en su escrito de
contestación mediante la pertinente excepción “antes dilatoria” (ahora, Declinatoria).
El Juez, de oficio, también examinará los presupuestos procesales, pudiendo en ocasiones inadmitir de plano la
demanda o poner de manifiesto a las partes su incumplimiento en la comparecencia previa y disponiendo el archivo de
los autos cuando la ausencia de dicho presupuesto procesal fuera de naturaleza insubsanable o bien, cuando
transcurrido el plazo concedido para su subsanación ésta no se llevase a cabo.

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E) La pretendida declaración de improcedencia de la construcción del garaje y condena a derribar lo
construido, ¿se podrá dirigir indistintamente contra el propietario del solar que encargó la construcción y el
constructor, sólo contra uno de ellos o contra ambos?
Se tramitan por el Juicio verbal, cualquiera que sea su cuantía, las demandas que pretendan que el Tribunal resuelva,
con carácter sumario, la suspensión de una obra nueva; la legitimación activa del demandante derivará del hecho de
que la obra nueva le produce algún perjuicio.
La única especialidad es la prevista en el art. 441 (LEC): A) El Tribunal, antes incluso de la citación para la vista, dirigirá
inmediata orden de suspensión al dueño o encargado de la obra, que podrá ofrecer caución para continuarla, así como
la realización de las obras indispensables para conservar lo ya edificado. B) El Tribunal podrá disponer que se
lleve a cabo reconocimiento judicial, pericial, o conjunto, antes de la vista.

2.3. Derecho aplicable: Arts. 117 CE, 6.1, 7.1 y 2, 8, 9, 50, 52.1, 63, 249.2, 250,1.62, 251.5, 441.2 LEC.

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3. OBJETO DEL PROCESO (§ 116)


3.1. Supuesto de hecho
D.A., usufructuario de la vivienda X, propiedad de D.B., la arrendó por tiempo de cinco años a D.C.; transcurridos dos años,
D.C. se niega al pago de la renta aduciendo que sólo lo hará cuando se la reclame el propietario D.B., quien está enemistado con
D.A.

3.2. Cuestiones
A) ¿Puede pretender D.A. que los Tribunales declaren su derecho al percibo de las rentas, que se declare
resuelto el contrato por falta de pago y se condene a D.C. a entregarle la vivienda, así como a pagarle las
rentas devengadas y las que se vayan generando en el futuro? ¿Cómo cabría calificar por su naturaleza a
cada una de las referidas pretensiones?
Sí, el usufructuario D.A tiene derecho a las rentas del arrendatario D.C, ya que el usufructuario tiene derecho al uso,
disfrute y también a percibir los frutos civiles (los producidos por el arrendamiento del inmueble). Se podría declarar
por resuelto el contrato de arrendamiento, en el momento que llegase a rescindirse el contrato, bien por acuerdo
entre las partes o por sentencia judicial. Podría pedirse las rentas devengadas, pero no las rentas futuras a la
rescisión del mismo.
Conforme al art. 5.1 de la LEC, las pretensiones se clasificarían en declarativas, constitutivas y de condena:
- Pretensiones declarativas: el usufructuario trata de obtener del juez el reconocimiento de su derecho
subjetivo (pedir las rentas).
- Pretensiones de condena: están dirigidas a obtener la condena judicial del deudor (arrendatario) al pago de
las rentas atrasadas.
- Pretensiones constitutivas: conseguir la creación, modificación o anulación de un derecho o de una situación
jurídica (en este caso el derecho del arrendador) y así declarar por resuelto el contrato.

B) ¿Puede D.B. ejercitar cualquiera de las pretensiones antes indicadas o habrá de hacerlo necesariamente
D.A. y, en cualquiera de los casos, frente a quién?
Las pretensiones anteriormente mencionadas las ejercitará exclusivamente el usufructuario, D.A en calidad de
arrendador, sin necesidad de autorización del titular del inmueble (propietario), y lo hará frente a la parte deudora
D.C (arrendataria).

C) Si la pretensión/es las promueve D.A., ¿le basta con formularla de forma genérica o habrá de concretarla?
En cualquier caso, ¿habrá de fundamentar la petición y en qué forma?
En el proceso civil hay dos tipos de demanda: la demanda ordinaria, regulada en el art. 399 LEC, que resulta
aplicable directamente al juicio ordinario y supletoriamente al resto de procesos declarativos (sean ordinarios,
especiales o sumarios), y la demanda sucinta, regulada en el art. 437 LEC, que puede ser utilizada voluntariamente
por el actor –es decir no necesariamente-, pero sólo en el ámbito del juicio verbal por razón de la cuantía (250.2
LEC). La diferencia sustancial es que en la demanda sucinta se puede prescindir de la plasmación en ella de los
hechos jurídicamente relevantes (art. 437.1 LEC), situación que no se da en la demanda ordinaria.
En el caso que nos ocupa, no tenemos constancia de la cantidad reclamada. Si es inferior a 2000 euros el
demandante podrá formular la demanda cumplimentando unos impresos normalizados que se encontrarán a su
disposición en el tribunal correspondiente.
Sí tiene que fundamentarla, ya que el juicio principiará por demanda, en la que, consignados de conformidad con lo
que se establece en el art.155 los datos y circunstancias de identificación del actor y del demandado y el domicilio o
residencia en que pueden ser emplazados, se expondrán numerados y separados los hechos y los fundamentos de
derecho y se fijará con claridad y precisión lo que se pida. Los hechos se narrarán de forma ordenada y clara con
objeto de facilitar su admisión o negación por el demandado al contestar. Con igual orden y claridad se expresarán
los documentos, medios e instrumentos que se aporten en relación con los hechos que fundamenten las
pretensiones y, finalmente, se formularán, valoraciones o razonamientos sobre éstos, si parecen convenientes para
el derecho del litigante (art 399 LEC).

D) ¿Puede el órgano judicial conceder algo distinto de lo pedido o por causa distinta de lo pedido?

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No, ya que sería falta de congruencia con las pretensiones de las partes. El art. 218.1 de la LEC, establece que las
sentencias deben ser congruentes con las demandas y demás pretensiones deducidas oportunamente en el pleito.
Cuando el órgano judicial omita pronunciarse sobre alguna de las pretensiones u otorgue cosa distinta a la solicitada
por las partes, existe incongruencia (extra petita).

E) Dirigida la pretensión por D.A. frente a D.C. para que se declare resuelto el contrato de arrendamiento,
¿puede este último ejercitar en el mismo procedimiento una pretensión frente a aquél para que se declare
que a quien corresponde el percibo de las rentas es a D.B.?
El arrendatario D.C, no podrá ejercitar la reconvención al no existir conexión entre las pretensiones del arrendatario
D.C y las que sean objeto de la demanda ejercitada por el usufructuario D.A (art 406 LEC).
No procede la Reconvención en los juicios verbales, en los que, partiendo de una demanda escrita, todas las
actuaciones se concentran en un acto único oral la oposición por el demandado de compensación y la formulación
por el mismo de reconvención en el acto de la vista, puede colocar al actor en situación de indefensión.
Además, cuando se trata de un proceso sumario, el deudor tiene restringidas sus posibilidades de plantear
excepciones o motivos de oposición frente a la pretensión de la condena.
La LEC, dispone en al Art. 438: "En ningún caso se admitirá reconvención en los juicios verbales que, según la Ley,
deban finalizar por sentencia sin efectos de cosa juzgada". Como es el caso que estamos tratando, ya que se
pretende la recuperación sumaria de la posesión del inmueble y por tanto la sentencia que recaiga no producirá
efectos en la cosa juzgada.

3.3. Derecho aplicable: Arts. 5, 10, 399, 400, 401, 405, 406, 407, 408, 437 y 438 LEC.

Realizado por: Jose Guindel y Camelia ID

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4. FUNCIÓN DEL PROCESO (§ 117)

4.1. Supuesto de hecho

A) D.A., propietario del piso 39 A del edificio X, constituido en régimen de propiedad horizontal, tiene conocimiento
de que el propietario del local comercial sito en la planta baja, denominado local "C", ha procedido a la apertura de dos
huecos a modo de ventanas en su fachada, que lo es también del edificio, para convertirlas en expositores, para lo cual
ha obtenido autorización de la Junta de Propietarios, celebrada veinte días antes, a la que D.A. no asistió y cuyos
acuerdos no le han sido notificados.
B) D.A. presenta demanda frente a la Comunidad de Propietarios pidiendo se declare la nulidad del acuerdo de la
Junta y se la condene a reponer la fachada a su estado anterior.
C) La Comunidad de Propietarios, a través de su Presidente, se opone a las pretensiones de la demanda
alegando que la autorización al propietario del local se acordó por mayoría de los asistentes por considerar que la referida
apertura era beneficiosa para la Comunidad.

4.2. Cuestiones

A) ¿Puede el Juez, al que por turno de reparto corresponda el conocimiento de la demanda, rehusar dictar sentencia
por entender que la Ley no es suficientemente clara o, por esta misma razón, dictar una sentencia conforme a su leal
saber y entender y sin fundamentación alguna?
No, el juez no podrá rehusar dictar sentencia, salvo que se trate de un problema de jurisdicción y se remitan a otro orden
jurisdiccional. Los jueces tienen la obligación de dictar sentencia en todos los asuntos que les correspondan.
Las sentencias tienen que estar fundadas en el sistema de fuentes establecido, es decir, las leyes, las costumbres y los
principios generales del derecho. En todas las sentencias se formularan la relación fáctica y los fundamentos de derecho
utilizados para llegar al fallo. Los fundamentos de derechos estarán en numerados y en párrafos separados, con
expresión concreta de las normas jurídicas aplicables al caso. El tribunal podrá utilizar otros fundamentos de Derecho
distintos de los que las partes hayan alegado, sin apartarse de la causa a resolver. Siempre hay que motivar las
sentencias con elementos fácticos y jurídicos, ajustándose siempre a la lógica y a la razón.
Si no existen normas jurídicas aplicables, se usaran los principios generales del derecho o la analogía, evitando siempre
las opiniones personales.
Si el Juez dictara sentencia conforme a su saber y entender y sin fundamentación, estaríamos ante un caso de aplicación
arbitraria del derecho. Esto no puede hacerse, hay que motivar las sentencias y se debe aplicar la norma reclamable al
caso concreto. La sentencia no solo ha de estar formal y materialmente motivada, sino que también, la satisfacción
jurídica ha de ser razonada y razonable. Para garantizar este requisito de la sentencia existen los medios de impugnación
(recurso de apelación por vicios in iudicando) y recurso de amparo por infracción del derecho a la tutela.

B) Si el Juez dictara sentencia en la que se declara nulo el acuerdo adoptado por Junta de Propietarios, pero no
condena a reponer la fachada a su estado anterior sin fundamentar el por qué, ¿sería una sentencia ajustada al
ordenamiento jurídico? Frente a ella, ¿qué posibilidades tienen las partes?
El ordenamiento garantiza al actor la posibilidad de obtener una satisfacción completa de su pretensión. Para ello se
establece la obligación de los Jueces de ser congruentes en las Sentencias con las pretensiones que se planteen. Si
otorgan una satisfacción parcial o incompleta, el afectado experimentaría un gravamen, pudiendo interponer entonces el
recurso pertinente, y si no prosperara, el proceso le habría quitado la razón, debiendo reestructurar entonces sus
expectativas jurídicas. El proceso no garantiza la satisfacción total de cualquier pretensión, sólo de las que son legítimas.
Lo que sí garantiza es la posibilidad de obtener una satisfacción completa, si el actor logra demostrar que le asiste la
razón jurídica en toda su integridad.
Las sentencias se deben motivar expresando los razonamientos fácticos y jurídicos de valoración de pruebas, y también la
aplicación e interpretación del derecho. Esta motivación afecta a los distintos elementos jurídicos considerados
individualmente y en conjunto. Cuando los puntos de litigio sean varios, el tribunal se debe pronunciar de forma separada
en cada uno de ellos

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En el caso que nos ocupa, el tribunal no se ha pronunciado sobre una de las peticiones, la devolución de la fachada a su
estado anterior. El ordenamiento garantiza al actor la posibilidad de obtener una satisfacción completa de su pretensión.
Para ello se establece la obligación de los Jueces de ser congruentes en las Sentencias con las pretensiones que se
planteen. Si otorgan una satisfacción parcial o incompleta, el afectado experimentaría un gravamen, pudiendo interponer
entonces el recurso pertinente, y si no prosperara, el proceso le habría quitado la razón, debiendo reestructurar entonces
sus expectativas jurídicas. El proceso no garantiza la satisfacción total de cualquier pretensión, sólo de las que son
legítimas. Lo que sí garantiza es la posibilidad de obtener una satisfacción completa, si el actor logra demostrar que le
asiste la razón jurídica en toda su integridad.

C) Dictada sentencia en la que se estiman las pretensiones de D.A., ¿puede la Comunidad de Propietarios promover un
nuevo proceso para que se declare el derecho de la Comunidad a autorizar la apertura de los mismos huecos o
ventanas? Si así lo hiciera, ¿cómo habría de defenderse D.A.?
La satisfacción jurídica debe ser permanente e irrevocable. De lo contrario, la sentencia no tendría otro valor que el de un
consejo y la insatisfacción podrá reproducirse inmediatamente.
Para dotar de inmutabilidad la sentencia, para garantizar el principio de constitucional de seguridad jurídica, surge la
institución de la cosa juzgada, entre cuyos efectos están el de evitar que pueda reproducirse el conflicto de nuevo entre
las mismas partes y siempre y cuando la causa de pedir sea la misma. Si esto pasara, el demandado podría pedir ejecutar
la excepción de "cosa juzgada".

D) ¿Habría de conformarse D.A. con una sentencia que le diera la razón, pero no estableciera condena alguna? Si ésta
viniera establecida, ¿es obligación del propio Juzgado proceder a su ejecución si así lo pidiere D.A. o podría denegarla
por estimarla demasiado gravosa?
La satisfacción jurídica debe ser real o práctica. Por esa razón, otro de los efectos positivos de la cosa juzgada es su
“ejecutoriedad”, llevándose a cabo los fallos de los Tribunales, mediante el proceso de ejecución, ejecución forzosa o vía
de apremio que también reside en los órganos jurisdiccionales, puesto que la potestad jurisdiccional no solo consiste en
“juzgar”, sino también en “hacer ejecutar lo juzgado”.

4.3. Derecho aplicable: Arts. 117.2 CE, 1.7 CC, 248.3 LOPJ, 209, 218, 222 y 517 LEC.

Realizado por Road Rider y Sonia Rodríguez

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LECCIÓN 19. PRINCIPIOS Y ESTRUCTURA DEL PROCESO


1. Los principios del proceso

1.1. Principios inherentes a la estructura del proceso


1.1.1. Caso 1(§ 118)
1.1.2. Caso II (§ 119)

1.2. Principios referentes al objeto procesal


1.2.1. Principio Dispositivo
1.2.1.1. Caso I (§ 120)
1.2.1.2. Caso II (§ 121)
1.2.1.3. Caso III (§ 122)
1.2.2. Principio Acusatorio (§ 123)

2. La estructura del proceso:

2.1. La estructura del proceso de declaración y del proceso de ejecución (§ 124)

2.2. La estructura del proceso de declaración


2.2.1. La intervención del órgano judicial y de las partes en los actos alegatorios y probatorios en
el proceso penal (§ 125)
2.2.2. La intervención del órgano judicial y de las partes en los actos alegatorios y probatorios en
los demás procesos (§ 126)
2.2.3. Los poderes del órgano judicial en materia de interpretación y valoración de los actos
probatorios. Los criterios de valoración libre y legal (§ 128)

2.3. La estructura del proceso de ejecución. La intervención del órgano judicial y de las partes en los actos
ejecutivos (§ 128)

2.4. El sistema de recursos en el proceso español (§ 129)

3. El proceso cautelar (§ 130)

Lección 19 PRINCIPIOS Y ESTRUCTURA DEL PROCESO


1. LOS PRINCIPIOS DEL PROCESO

1.1. Principios inherentes a la estructura del proceso

1.1.1. Caso I (§ 118)

1.1.1.1. Supuesto de hecho


DA., que dice ser propietario de un reloj marca "C", que adquirió por precio de 950 euros y que se encuentra en poder de
D.B., Alcalde de la localidad de su domicilio, pretende que el mismo le sea entregado, a lo que D.B. se niega.

1.1.1.2. Cuestiones
A) ¿Le asiste a D.A. el derecho a promover un proceso frente a D.B. para obtener la devolución del reloj,
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pese a no tener recibo de la compra y dada la condición de Alcalde de D.B.?
Dentro de los principios inherentes a la estructura del proceso, está el principio de CONTRADICCION, constituyendo
una nota esencial de todo proceso la existencia de dos posiciones enfrentadas, la del actor que interpone su pretensión
y la del demandado que se puede oponer a la misma. A diferencia de los procedimientos inquisitivos del Antiguo
Régimen, en el proceso moderno se mantiene que la evidencia, presupuesto ineludible de la sentencia, sólo puede
lograrse mediante la oposición entre dos ideas contrapuestas, a través del choque entre la pretensión y su pensamiento
antitético, que es la defensa o resistencia.
El brocardo auditur et altera pars (con audiencia y participación de las partes), está proclamado en el art. 24 CE, al
exigirse que nunca se cause indefensión a alguna de las partes, y al reconocerse el derecho “a un proceso con todas
las garantías”, de entre las cuales destaca la posibilidad de contradicción.
Un proceso está presidido por el referido principio cuando a ambas partes, actor y demandado, se les permite de forma
efectiva acceder al proceso a fin de poder hacer valer libremente sus respectivas pretensiones y defensas, mediante la
introducción de los hechos que las fundamentan, la práctica de la prueba, y en el proceso penal, el derecho a ser oído
con anterioridad a la sentencia.
A D. A. sí le asiste el derecho a promover el proceso frente a D.B., pues una de las notas esenciales del Principio de
Contradicción es el Derecho de Acceso al Proceso, estando garantizado el “libre acceso a los Tribunales”, de tal
manera que tanto el actor como el demandado, pueden libremente ejercitar sus respectivos derechos de acción y de
defensa y acceder al proceso, tanto en su fase declarativa, como en cualquiera de sus instancias.
Dicho libre acceso es una manifestación del derecho a la tutela judicial del art. 24.1 CE, que ha de ser efectiva. La
efectividad se obtiene negativamente mediante la declaración de ilegitimidad de toda clase de obstáculos que puedan
limitar o restringir la comparecencia de las partes en el proceso.
El hecho de que no tenga el recibo de compra del reloj no le impide su derecho de acceso al proceso, en los términos
indicados. Problema distinto es la prueba con la que contará a la hora de acreditar que el reloj es suyo, prueba que no
necesariamente ha de consistir en la factura, dado que existen otros medios probatorios con los que acreditarlo.
La condición de Alcalde de D.B., no limita en absoluto el Derecho de Acceso al Proceso de D.A., no teniendo el Alcalde
ningún privilegio procesal.
Precisamente el otro principio inherente a la estructura del proceso es el de IGUALDAD DE ARMAS, en virtud del cual
ambas partes procesales, actor y demandado, ostentan los mismos medios de ataque y de defensa, tienen idénticas
posibilidades y cargas de alegación, prueba e impugnación. Este principio emana del Principio de Igualdad del art. 14
CE, que en este caso es el principio de igualdad en la aplicación de la ley procesal.
A este principio de igualdad se atentaría si se le confiriere a alguna persona (como en este caso podría ser por el hecho
de ser el Alcalde) determinados privilegios procesales, carentes de justificación objetiva y razonable. El Alcalde, a estos
efectos, es un ciudadano más, y tiene la posibilidad de litigar en el pleito con las mismas armas que el demandante.
B) Promovido el proceso por D.A., ¿tiene el Juez, una vez admitida la demanda, la obligación de citar a D.B.
con traslado de la demanda o, si ve desde el principio con claridad que el reloj es propiedad de DA., puede
dictar sentencia sin oír a D.B.?

El Juez tiene la obligación de citar a D.B. y de darle traslado de la demanda al demandado, como prevé el art. 404 LEC.
El Derecho de Acceso al Proceso, como una manifestación del Principio de Contradicción, al que antes hemos aludido,
implica que tanto el actor como el demandado, pueden ejercitar sus respectivos derechos de acción y de defensa, y
acceder al proceso, tanto en su fase declarativa, como en cualquiera de sus instancias.
Este Libre Acceso al proceso, se asegura positivamente a través de la obligación del órgano jurisdiccional de poner “ab
initio” (desde el inicio) en conocimiento de la parte pasiva del proceso (el demandado), su existencia.
Por lo tanto, el Juez no puede dictar sentencia sin oír a D.B., por muy claro que vea desde el principio que el reloj es
propiedad de D.A. Como ya he indicado, se vulneraría con ello el principio de Contradicción, dado que conforme al art.
24 CE no puede causarse indefensión a alguna de las partes (en este caso se le causaría a D.B., al que se le
condenaría a devolver el reloj sin haber sido oído), y no puede ignorarse el derecho “a un proceso con todas las
garantías”, de entre las que destaca la posibilidad de contradicción, la cual sería claramente vulnerada si no se le oyera
a D.B.
C) Dado traslado de la demanda a D.B. de forma personal y emplazado para que la conteste, si no se
persona, ¿puede seguir adelante el proceso?; si así se hiciere, ¿se quebrantaría el principio de
contradicción?; ¿puede continuar el proceso sin haberse citado a D.H. por encontrarse ausente de su
domicilio?
El principio de Contradicción habrá quedado suficientemente colmado cuando se haya posibilitado el Derecho de
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Acceso al Proceso, en este caso, del demandado D. B., dándole traslado de la demanda de forma personal y
emplazándole para que la conteste en el plazo señalado (arts. 404 y 440 de la LEC). Pero si el demandado D. B deja
precluir el plazo para contestar a la demanda (art. 136 LEC), ya es problema suyo, el proceso continuará adelante y no
podrá invocar D. B que se la ha causado indefensión por haberse vulnerado el principio de contradicción. Si la parte
demandada comparece o no en el proceso, es su problema, pues la posibilidad de comparecer es una CARGA
PROCESAL (ver lección 18, las posibilidades y cargas procesales), no siendo obligatorio que el demandado
comparezca en el proceso. El Juez cumple con el principio de contradicción mediante la citación personal y traslado de
la demanda al demandado; y si no comparece, se expone a los efectos desfavorables de una sentencia en rebeldía.
Problema distinto es que cuando se le haya ido a citar a D.B no se le haya podido citar, por estar ausente de su
domicilio. En ese caso, para evitar la indefensión del demandado, habrán de realizarse las diligencias que sean
oportunas (arts. 155, 156 LEC), encaminadas a averiguar el domicilio del demandado, y asegurarse de que ha tenido
conocimiento del proceso y de la demanda, antes de continuar adelante con el proceso, para garantizar que se ha
respetado el derecho de acceso al proceso del demandado, sin causársele indefensión.
D) Comparecido formalmente D.B., ¿tiene sólo el derecho a contestar a la demanda o le asiste también el
derecho a proponer prueba e interponer recursos?
El derecho de libre acceso al proceso, como manifestación del principio de contradicción, comporta que el demandado
no sólo tiene el derecho a contestar a la demanda, sino también de proponer pruebas y de recurrir, en su caso, las
resoluciones que no le resulten favorables, es decir, pudiendo intervenir en todas sus instancias.
E) La condición de Alcalde de D.B., ¿le otorga alguna ventaja en el proceso?; ¿le libera de probar
alguno de los hechos relevantes?
Como ya hemos indicado antes, la condición de Alcalde de D.B. no le da ninguna ventaja en el proceso. El principio de
Igualdad de Armas en el proceso, como manifestación del principio de igualdad (art. 14 CE), impide que determinadas
personas puedan tener privilegios procesales, y el Alcalde a estos efectos es un ciudadano más.

1.1.1.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 y 2 CE, 5, 136, 179.1, 404, 440 LEC.

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1.1.2. Caso 11(§ 119)
1.1.2.1. Supuesto de hecho
El 2 de julio de 2008 se interpuso querella contra don J.A.0 y don A.P.D. por presuntos delitos de detención ilegal y torturas
contra un menor de edad, presuntamente cometidos en el ejercicio de su función de policías locales. Admitida a trámite la querella
e incoadas diligencias previas, posteriormente se acordó proseguir las actuaciones por el procedimiento para el juicio de
faltas.
El 19 de septiembre de 2009 se celebró el juicio de faltas en el que don J.A.C. y don A.P.D. contaron con la asistencia de
Abogado de su elección. En el acta de dicho juicio se documenta que declararon, en primer lugar, el denunciante, después los
denunciados y, por último, una testigo propuesta por la defensa y un policía local. A continuación, el Ministerio Fiscal y el Abogado
del denunciante solicitaron la condena de don J.A.C. y don A.P.D. como autores de una falta de lesiones y el Letrado de los
denunciados su absolución, declarándose el juicio vista para sentencia.
Por Sentencia 23 de septiembre de 2009 se condenó como autores de una falta de lesiones a don J.A.C. y don A.P.D., quienes
interpusieron recurso de apelación alegando, entre otros motivos, que no se había dado el trámite de última palabra.
En la resolución del recurso de apelación, la Audiencia Provincial argumenta, en cuanto al derecho a la última palabra,
que dicho derecho es sólo de aplicación en el procedimiento por delito en virtud del art. 739 LECrim., pero no en las faltas, que
tiene una regulación específica en el art. 969 LECrim., en el que ya se prevé que el denunciado expondrá de palabra lo que
crea conveniente en apoyo de sus pretensiones en último lugar, lo que así se verificó en este caso a través de la intervención
de su Abogado.
Don J.A.C. y don A.P.D. interponen recurso de amparo ante el TC aduciendo, entre otros, la vulneración de los derechos a la
tutela judicial efectiva (art. 24. CE), a la defensa y a un proceso con todas las garantías (art. 24.2 CE), con fundamento en que
no se les concedió el derecho a la última palabra.

1.1.2.2. Cuestiones
11. ¿En qué derecho fundamental se incluye el derecho a la última palabra?; ¿qué manifestaciones comprende
dicho derecho?
Por lo que respecta a la Constitución es el artículo 24, el que hace expresa referencia a este derecho fundamental, en
el que se incluye el derecho a la última palabra.
“Todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser
informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las
garantías, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse
culpables y a la presunción de inocencia”.
La ley regulará los casos en que, por razón de parentesco o de secreto profesional, no se estará obligado a declarar
sobre hechos presuntamente delictivos (Art.24.2 CE).
Por lo que respecto a la norma legal, deberemos de acudir a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, para encontrar su
consagración. Concretamente el artículo 739, el cual cito textualmente, “Terminadas la acusación y la defensa, el
Presidente preguntará a los procesados si tienen algo que manifestar al Tribunal. Al que constataré afirmativamente, le
será concedida la palabra”.

2º Indique las diferencias existentes entre el derecho a ser oído mediante la posibilidad de ser interrogado y el
derecho a la última palabra.

La diferencia entre ser oído mediante la posibilidad de ser interrogado y el derecho a la última palabra es que en el
primero sólo respondes a las preguntas y acusaciones que hacen los letrados y en el segundo es el acusado el que
expone su defensa (conociendo las pruebas y medios que le llevaran a una sentencia) sin las preguntas ni presión de
una segunda persona, pudiendo cambiar su declaración que dio en el interrogatorio. Mientras que el derecho a la última
palabra, es defenderse personalmente en la medida en lo que regulen las Leyes procesales.

3º El TC denegó el amparo solicitado señalando que, en este caso, los recurrentes se limitaron a alegar “la
infracción art. 769 LECRIM, al omitirse el trámite de dar la última palabra a las partes acusadas al finalizar el
juicio de faltas, vulnerándose en definitiva el derecho de todo acusado a expresarse en último lugar” sin
exponer en qué medida la omisión de dicho tramite les habría producido un menoscabo en sus posibilidades
reales y efectivas de defensa. ¿Qué opinión le merece la introducción por parte del TC de dicha exigencia
adicional para que el acusado pueda obtener su reparación en los casos en que su derecho de autodefensa por
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medio de la última palabra en el proceso penal haya sido desconocido? Razone su respuesta.

Por una parte entendemos que el TC no debería denegar el amparo porque el derecho a la última palabra es un
derecho fundamental que cualquier persona tiene para su defensa y al vulnerarse dicho derecho, la sentencia debería
ser nula y hacerse nuevamente.

Aunque por otra parte de acuerdo con la resolución del recurso de apelación, el derecho a la última palabra, no es de
aplicación para este tipo de faltas, porque ya se prevé en estas faltas, que el denunciado exponga con su palabra lo
que crea conveniente.
Por lo que teniendo en cuenta esta consideración, estamos de acuerdo en que el TC denegase el amparo solicitado,
debido a que nunca se llego a vulnerar el derecho al acusado a expresarse en último lugar.

1.1.2.3. Derecho aplicable: Art. 24.2 CE; art. 739 y 969 LECrim.; Cfr. STC (Pleno), de 18 de diciembre de 2007
Realizado por Cristina Rodríguez Castro y Verónica Domínguez Calonge

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1.2. Principios referentes al objeto procesal

1.2.1. Principio Dispositivo

1.2.1.1. Caso 1 (S 120)

1.2.1.1.1. Supuesto de hecho


D.A. es acreedor de D.B., por la cantidad de 3.000 euros, como consecuencia de la venta realizada de un vehículo
automóvil de segunda mano.

1.2.1.1.2. Cuestiones
A) El Juez de Primera Instancia del partido judicial del domicilio de D.A. tiene conocimiento, en virtud de otro
procedimiento seguido entre las mismas partes, de la existencia de la mencionada deuda. ¿Puede dicho
órgano judicial iniciar de oficio el procedimiento para condenar a D. B al pago de la cantidad adeudada?
¿Quién puede ejercitar la correspondiente acción en reclamación de dicha cantidad?
El principio dispositivo, en el proceso civil, impide que el Juez de Primera Instancia, de oficio, pueda iniciar el
procedimiento para condenar a D. B al pago de la cantidad adeudada, y sólo puede ejercitar la correspondiente acción
en reclamación de la cantidad adeudada D.A, que es el acreedor, y por ello quien está legitimado para ejercitar la
acción, al ser el titular de la pretensión.
El principio dispositivo entraña un poder de disposición por las partes del derecho de acción y del objeto del proceso.
Su fundamento se encuentra en la disponibilidad jurídico material de los derechos subjetivos en conflicto, de ahí que
dicho principio esté presente en todos los procesos en donde se discutan relaciones jurídico-privadas (proceso civil y
laboral), e incluso en aquellos de Derecho público en los que puedan estar comprometidos derechos e intereses de la
titularidad de los particulares (proceso contencioso-administrativo).
El particular, en este caso D.A, es el titular del derecho o de la acción, dado que a él (y sólo a él) es a quien le deben
los 3.000 €, y es quien tiene el Poder de Disposición sobre el derecho material, es decir, sobre la Acción. Nadie le
puede obligar a ejercitar sus derechos (interesar la tutela jurisdiccional).
El axioma jurídico “donde no hay actor, que no haya ningún Juez” o ne procedat iudex ex officio, implican que en un
procedimiento regido por el principio dispositivo (como sería este caso) no puede el Juez de oficio entablar un proceso
entre las partes, y ante el nacimiento de un conflicto, las partes son enteramente dueñas de acudir al proceso o de
solucionarlo fuera de él, acudiendo a fórmulas autocompositivas o al arbitraje.
B) Una vez iniciado el procedimiento en reclamación de la cantidad adeudada (3.000 €), ¿puede D.A solicitar se
deje sin efecto el procedimiento y abandonar su petición?; ¿Puede D.B reconocer la existencia de la deuda y
avenirse a su pago?; ¿pueden D.A y D. B., una vez iniciado el procedimiento, llegar a un acuerdo fijando la
deuda en la cantidad de 2.500 €? Si se diesen alguna/s de las anteriores situaciones, ¿continuaría el proceso su
curso normal?.
Sí puede D. A solicitar que se deje sin efecto el procedimiento y abandonar su petición, ya que es quien tiene el Poder
de Disposición sobre la Pretensión; se trataría de un desistimiento de la pretensión. De igual manera puede D.B
reconocer la existencia de la deuda y avenirse a su pago; se trataría de un allanamiento a las pretensiones del actor.
Del mismo modo, D. A y D. B pueden llegar a un acuerdo, a una transacción, y fijar que la deuda es de 2.500 €, en cuyo
caso el proceso no continuaría y se terminaría el proceso anticipadamente, aprobándose por el Juez la transacción a la
que han llegado las partes.
En los procesos civiles regidos por el principio dispositivo, las partes, además del ejercicio de la acción, son también
dueñas de la pretensión procesal y del proceso mismo, pudiendo disponer de él a través de toda una serie de actos
que, con la fuerza de la cosa juzgada (allanamiento, renuncia, transacción) o sin cosa juzgada (desistimiento y
caducidad), ocasionan la terminación anormal del procedimiento, sin llegar a que se dicte sentencia.
C) Seguido el proceso su curso y llegado a la fase de sentencia, ¿puede el Juez, atendiendo a la mala fe de D.B.
y al tiempo transcurrido desde que se contrajo la deuda, condenarle al pago de 4.000 € o a la devolución del
vehículo atendiendo a que D.B. al momento de dictar sentencia es insolvente? En el supuesto de que D.B
reconociera adeudar sólo 2.000 €, ¿puede el Juez estimar la demanda por cantidad inferior?
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La respuesta es negativa en todos los supuestos que se plantean. Otra de las características del principio dispositivo es
la Vinculación del Juez a la Pretensión, lo que implica que el Juez ha de ser congruente con respecto a la pretensión
del actor y la resistencia del demandado, no pudiendo incurrir en incongruencia. La condena al pago de 4.000 €
implicaría una incongruencia supra petita, concediendo más de lo pedido. La condena a la devolución del vehículo
implicaría una incongruencia extra petita, concediendo una cosa distinta a la solicitada por el actor. En el supuesto de
que D. B reconociera adeudar 2.000 €, el Juez no podría estimar la demanda por una cantidad inferior, pues se trataría
de una incongruencia citra petita, concediendo menos de aquello a lo que se ha resistido el demandado.
D) Si la sentencia condena a D. B al pago de 2.500 € y recurre, él sólo, en apelación, ¿puede el Tribunal de
apelación condenar a la totalidad de lo reclamado en la demanda?
No, porque la vinculación del Juez a la pretensión, la congruencia, es aplicable también en las diferencias instancias o
recursos, de tal manera que el Tribunal ad quem, el Tribunal superior que conoce del recurso, no puede gravar más al
recurrente de lo que ya lo estaba por la sentencia inicial, dictada por el Tribunal a quo. A esta regla se la denomina la
“prohibición de la reformatio in peius”.
Por vía de recurso sólo se puede acceder a las pretensiones del recurrente o dejar las cosas como estaban; en ningún
caso puede resultar perjudicado quien recurre, salvo que hayan recurrido también las demás partes, en cuyo caso los
límites de la congruencia vendrán determinados por las peticiones que todas las partes efectúen en sus respectivos
recursos
1.2.1.1.3. Derecho aplicable: Arts. 19, 20, 21, 218 399, 437, 465.5 LEC, 6.2 CC.

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1.2.1.2. Caso II (§ 121)


1.2.1.2.1. Supuesto de hecho
D. A. presenta demanda para que se declare que D.B. es el padre de su recién nacido hijo y se le condene al pago de la
cantidad de 12.000 euros por el daño moral a ella causado, así como que se fije pensión a favor del hijo y a cargo del
demandado D.B.
1.2.1.2.2. Cuestiones
A) Admitida a trámite la demanda e iniciado el procedimiento, ¿puede Dª A abandonar el procedimiento?; Si así
fuere ¿pondría fin al mismo?.
El principio dispositivo entraña un poder de disposición por las partes del derecho de acción y del objeto del proceso.
Su fundamento se encuentra en la disponibilidad jurídico material de los derechos subjetivos en conflicto, de ahí que
dicho principio esté presente en todos los procesos en donde se discutan relaciones jurídico-privadas (proceso civil y
laboral), e incluso en aquellos de Derecho público en los que puedan estar comprometidos derechos e intereses de la
titularidad de los particulares (proceso contencioso-administrativo).
En los procesos civiles regidos por el principio dispositivo, las partes son dueñas de acudir al proceso o de solucionarlo
fuera de él, acudiendo a fórmulas autocompositivas o al arbitraje. Esta regla vale para todos los procesos del Derecho
privado, con la sola excepción de los denominados por Calamandrei “procesos civiles inquisitorios”, que son los
relativos al estado civil de las personas (procesos de familia, filiación e incapacitación), en los que, debido al interés de
la sociedad en obtener una certeza sobre tales cuestiones de estado, puede intervenir y ejercitar las acciones el
Ministerio Fiscal, y actuar en sustitución de los menores.
Las partes también son dueñas de la pretensión procesal y del proceso mismo, pudiendo disponer de él a través de
toda una serie de actos que, con la fuerza de la cosa juzgada (allanamiento, renuncia, transacción) o sin cosa juzgada
(desistimiento y caducidad), ocasionan la terminación anormal del procedimiento, sin llegar a que se dicte sentencia.
No obstante, en los supuestos antes indicados como “procesos civiles inquisitorios”, la parte no tiene la disponibilidad
de la pretensión procesal, y la renuncia a tal derecho o a tal pretensión puede ser declarada nula (art. 6.2 CC), y
reconocerse legitimación al Ministerio Fiscal en el proceso. En estos procesos inquisitorios, las partes tampoco pueden
ocasionar la finalización anormal y anticipada del procedimiento.
En el caso que nos ocupa, iniciado el procedimiento Dª A ya no puede abandonar el procedimiento ya que la pretensión
principal se refiere a una declaración de filiación de un hijo, menor de edad, tratándose de un proceso civil inquisitorio,
excluido del principio dispositivo, tal y como acabamos de exponer, siendo nula la renuncia a la acción.
En el caso de que Dª A intentara abandonar el procedimiento, no se admitiría el citado abandono, siendo igualmente
nula la renuncia al procedimiento, y pudiendo continuarse con la intervención del Ministerio Fiscal en defensa de los
intereses del menor.

B) ¿Podría Dª A abandonar su pretensión relativa a que se condene a D. B al pago de la cantidad de 12.000 €


por el daño moral? ¿Y la consistente en que se fije pensión a favor de su hijo?; ¿en cuál de ambos supuestos
debiera intervenir el Ministerio Fiscal?
Dª A sí podría abandonar su pretensión relativa a que se condene a D. B al pago de la cantidad de 12.000 € por el daño
moral. Esta es una pretensión que Dª A ejercita a favor de ella misma, por el daño moral que ella entiende que se le ha
causado a ella, y por lo tanto sí se trata de una pretensión disponible, sujeta al Principio Dispositivo, concretamente al
poder de disposición sobre la acción y sobre la pretensión procesal.
Sin embargo Dª A no puede abandonar la pretensión relativa a que se fije una pensión a favor de su hijo. En este caso
lo que se discute es una pretensión indisponible, ya que se refiere a los alimentos que le corresponden al hijo menor de
edad, en la que existe un interés de la sociedad en que se proteja de forma especial al menor de edad.
En este segundo supuesto es en el que ha de intervenir el Ministerio Fiscal en defensa de los intereses del menor,
incluso aunque su madre no los defendiera. Se trata, por lo tanto, de una pretensión que no se rige por el principio
Dispositivo. La regla general es el Principio Dispositivo en el ámbito civil, pero existen excepciones (como lo es ésta),
en la que la pretensión no es disponible.

1.2.1.2.3. Derecho aplicable: Arts. 218, 749, 751 LEC, 6.2 CC.

1.2.1.3. Caso III (§ 122)

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1.2.1.3.1. Supuesto de hecho
Por el Procurador D. Miguel G., en nombre y representación de D. Alberto G., se presentó demanda de modificación de
medidas derivadas del divorcio de D. Alberto G. con Dá. Lucía P., fundamentando su demanda en que la demandada y

sus hijos, en general, tienen una vida laboral continuada, con trabajos que les permiten unos ingresos económicos
adecuados para su sustento, siendo cierto que no todos son permanentes, pero sin que ello permita concluir que todos
tengan todavía necesidad de vivir a expensas de su padre.
El actor, en su inicial demanda, una vez expuestos los nuevos hechos en defensa de su pretensión, solicitó la reducción
de su obligación económica, no su desaparición, ofreciendo abonar la cantidad de 100 euros mensuales, lo cual ponía de
manifiesto que consideraba que podía pagar tal cantidad conforme a sus ingresos y que existían realmente
necesidades por parte de su familia.
El Juzgado de Primera Instancia competente objetiva y territorialmente consideró acreditado que tanto la exesposa
como sus hijos tenían plena independencia económica, al estar plenamente inmersos en el mundo laboral, y, con fecha 3 de
noviembre de 2009, dictó sentencia cuya parte dispositiva decía así: «FALLO: Que estimando como estimo íntegramente la
demanda de modificación de medidas presentada por el Procurador D. Miguel G., en nombre y representación de D. Alberto G.,
contra Dd. Lucía P., debo modificar y modifico las medidas derivadas del divorcio de D. Alberto G. y D. Lucía P. en el
sentido de declarar extinguida, con efectos a partir del mes siguiente a la fecha de la presente resolución, su
contribución a las cargas familiares. Sin especial condena en las costas de la presente litis».

1.2.1.3.2. Cuestiones
1. ¿Qué nota esencial del principio dispositivo resulta vulnerada en la anterior resolución? ¿Por qué
motivo?
En esta resolución resulta vulnerada la nota esencial de la pretensión ante el juez, se puede apreciar que esta
sentencia esta viciada de incongruencia ya que otorga más de lo pedido y se concede algo que no es precisamente lo
que se ha pedido por alguna de las partes o bien no corresponde con las pretensiones deducidas por los litigantes.
El Art. 218.1 de la LEC nos dice que las sentencias deben ser claras, precisas y congruentes con as demandas y con
las demás pretensiones de las partes, deducidas oportunamente en el pleito. Harán las declaraciones que aquellas
exijan, condenando o absolviendo al demandado y decidiendo todos los puntos litigiosos que hayan sido objeto del
debate.
2. ¿Afecta dicha supuesta vulneración a algún derecho fundamental? Razone su respuesta
Afectaría al derecho fundamental de la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e
intereses legítimos, dando lugar a encontrarse indefensa. (Art.24 de la CE
3. ¿De que medios dispone Dª Lucia para combatir dicha resolución?
Doña Lucia para combatir dicha resolución dispone de la apelación, el recurso de apelación se considera una expresión
del derecho de tutela judicial efectiva y que se recoge en el Art. 455 de la LEC, cabe destacar que serán apelables las
sentencias dictadas en toda clase de juicio, los autos definitivos y aquellos otros que la ley expresamente señale, a
excepción, de las sentencias dictadas en los juicios verbales (dando por supuesto que este caso no lo es) por razón de
la cuantía cuando esta no supere los 3.000 euros.

1.2.1.3.3. Derecho aplicable: Art. 218.1 y 455 LEC; art. 24 CE.

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1.2.2. Principio Acusatorio (§ 123)

1.2.2.1. Supuesto de hecho


D.A. denuncia en Comisaría que, en el día anterior, una o dos personas entraron en su vivienda, fracturando la
cerradura de la puerta principal y se apoderaron de varias joyas, un televisor, una cámara fotográfica, una cubertería de
plata y otros enseres de menor valor, de los que hace descripción. En la propia Comisaría se le informa de que ya
han sido localizado los autores de tales hechos y que se han puesto a disposición del Juzgado de Instrucción.
1.2.2.2. Cuestiones
A. ¿Es necesario que D. A. se persone ante el Juzgado de Instrucción e inste la iniciación del proceso
correspondiente para que se juzgue a los autores de los hechos y se le reintegren las cosas objeto de
sustracción?
El principio acusatorio, dentro del proceso penal, es el que determina el objeto del proceso y las partes que en el mismo
pueden intervenir, ostentando la titularidad de la pretensión.
Una de las notas esenciales del principio acusatorio es la distribución de las funciones de acusación y de decisión, que
se corresponde con el aforismo nemo iudex sine acusatore. El cumplimiento de esta exigencia no se circunscribe sólo
al ejercicio de la acción, sino que es aplicable también a la interposición de la pretensión penal. Aunque lo normal es
que un proceso penal empiece mediante la presentación de una denuncia o de una querella, presentada por los
particulares, nuestro ordenamiento jurídico también admite la denominada “iniciación de oficio” (arts. 303 y 308
LECrim.), la cual no conculca el principio acusatorio, porque lo importante no es que la fase de Instrucción haya podido
incoarse de oficio o a instancia de parte, sino que la fase de Juicio Oral sea abierta necesariamente a instancia de la
acusación, es decir, que haya una parte, distinta al propio Tribunal decisor, que formalice y mantenga a lo largo de todo
el Juicio Oral la acusación y la pretensión penal.
Para garantizar una mayor imparcialidad en la decisión, en el Tribunal decisor, la función de la acusación se ha
otorgado a un órgano imparcial, como es el Ministerio Fiscal, que está sometido al principio de legalidad (art. 124 CE).
Pero en nuestro ordenamiento jurídico no rige el principio de la “oficialidad de la acción penal”, es decir, el MF no tiene
el monopolio del ejercicio de la acción penal, tal y como acontece en toda Europa continental, sino que, por expreso
mandato del art. 125 CE, nuestra LECrim contempla la Acusación Particular, que tiene dos manifestaciones: la
“acusación popular”, cuando el querellante no es el ofendido por el delito (se la conoce también como “acción popular”)
y la “acusación privada”, que es cuando el querellante sí es el ofendido por el delito.
En consecuencia, no es necesario D. A. se persone ante el Juzgado de Instrucción e inste la iniciación del proceso; el
perjudicado por el delito puede denunciar los hechos, y también puede personarse en el proceso como “acusación
privada”, pero si no lo hace, el Juzgado de Instrucción procederá “de oficio” a investigar los hechos y a averiguar sus
posibles autores, y en todo caso el Ministerio Fiscal intervendrá en el proceso para realizar la correspondiente
acusación.
B. El Juzgado de Instrucción ha iniciado el pertinente procedimiento para la averiguación de los hechos,
¿corresponde al mismo Juzgado de Instrucción enjuiciar y decidir?; si así fuera, ¿se respetaría el principio de
imparcialidad?
Una de las notas esenciales del Principio Acusatorio es el desdoblamiento de la función Instructora y de la función
Decisora. A diferencia del proceso penal “inquisitivo” del Antiguo Régimen, en el que tan sólo existía el Juez inquisidor y
decisor y un objeto de su actividad, el inquirido, tras la Revolución Francesa, ha pasado a convertirse en una nota
definitoria del moderno proceso penal, consustancial al principio acusatorio, la de que las funciones de instrucción, de
un lado, y las de enjuiciamiento y decisión, de otro, han de estar encomendadas a dos órganos distintos: la primera (la
instrucción), al Juez de Instrucción o al Ministerio Fiscal (Ministerio Público y Ministerio Fiscal, significan lo mismo), y la
segunda (el enjuiciamiento y fallo o decisión), al Jurado, al Tribunal o al Juez de lo Penal.
Por lo tanto, no le corresponde al Juzgado de Instrucción la labor de enjuiciar y decidir, y si así fuera, se vulneraría el
principio acusatorio, en la medida en que el Juez de Instrucción carecería de la debida imparcialidad.
Hasta el año 1988 en España existían procesos en los que se le encomendaba al Juez de Instrucción, no sólo la labor
de investigar (instruir) los hechos, habiendo adoptado en muchas ocasiones la prisión preventiva del imputado, sino
que además se le encomendaba la labor de enjuiciamiento y de decisión, teniendo el Juez un claro prejuicio sobre la
culpabilidad del acusado y con un interés objetivo en que se produjera la condena. Esto fue modificado a raíz de la
Sentencia del TC 145/1988, que estimó que dicha acumulación de funciones era contraria al derecho fundamental al
Juez legal imparcial y también era contraria al principio acusatorio, que se encuentra implícito en el derecho
constitucional a un “proceso con todas las garantías”.
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Soluciones de los Casos Prácticos de IDP Curso 2013/2014
En cumplimiento de la anterior doctrina se produjo la reforma de la LECrim operada por la LO 7/1988, por la que se
reinstauró en nuestro ordenamiento esta nota esencial del Principio Acusatorio, y así la fase Instructora se encomendó
al Juez de Instrucción, fase dirigida a la investigación del hecho punible y la averiguación del presunto autor, mediante
la incoación del “sumario” (si el delito lleva aparejada pena superior a los nueve años de prisión) o de las “diligencias
previas” (si el delito lleva aparejada pena inferior a los nueve años de prisión), mientras que la fase del Juicio Oral y de
la Sentencia se encomendó, bien a los Juzgados de lo Penal (si el delito tiene una pena prevista de las denominadas
menos graves, hasta cinco años), o bien a las Audiencias Provinciales (si el delito tiene prevista una pena superior a
cinco años, penas graves).
C. ¿Precisa el órgano judicial competente para enjuiciar los hechos la existencia de una acusación o puede
enjuiciar y dictar sentencia con la mera existencia de la denuncia? En su caso, ¿sobre quién recae la
obligación de formular acusación?; ¿puede el perjudicado personarse y formular acusación?
La existencia de una denuncia lo único que sirve es para iniciar la Instrucción del proceso, la fase de investigación de
los hechos, dirigida a comprobar si se ha cometido un hecho que puede ser constitutivo de delito y determinar quién es
su posible autor.
Sin embargo, y como consecuencia de la distribución de las funciones de acusación y de decisión, como manifestación
del principio acusatorio, el órgano judicial competente para enjuiciar los hechos no puede proceder a su enjuiciamiento
si no ha existido previamente una Acusación por parte quienes pueden ejercer esta función acusatoria, que como ya
antes hemos explicado, puede ser la Acusación Pública, ejercida por el Ministerio Fiscal, pero también puede ser la
Acusación Particular, que tiene dos manifestaciones: la “acusación popular”, cuando el querellante no es el ofendido
por el delito (se la conoce también como “acción popular”) y la “acusación privada”, que es cuando el querellante sí es
el ofendido por el delito. Por lo tanto, el perjudicado sí puede personarse y formular acusación.
D. Formulada acusación sólo por el Ministerio Fiscal, calificando los hechos como constitutivos de un delito de
robo con fuerza en las cosas por el que se solicita la pena de 3 años de prisión, ¿puede el órgano judicial
encargado del enjuiciamiento apreciar que los hechos son constitutivos de un delito de hurto y condenar a la
pena de 12 meses?; ¿puede condenar a pena superior a la solicitada por el Ministerio Fiscal, al estimar que los
autores hicieron uso de armas?
Otra de las notas esenciales del principio acusatorio es el deber de congruencia que tienen los Jueces a la hora de
dictar sentencia, la vinculación que ha de existir entre la pretensión penal ejercitada por las acusaciones y la sentencia
que ha de dictar el órgano encargado del enjuiciamiento y fallo del asunto.
Esta vinculación implica que ha de existir una correlación fáctica (respecto a los hechos) y una correlación jurídica.
Respecto a la primera pregunta, ¿puede el órgano judicial encargado del enjuiciamiento apreciar que los hechos son
constitutivos de un delito de hurto y condenar a la pena de 12 meses?, se refiere a la congruencia desde el punto de
vista de la correlación jurídica, pues sin modificar los hechos, lo que se plantea es si el órgano encargado de juzgar,
puede condenar por un delito distinto del que fue objeto de acusación (hurto, en vez de robo con fuerza en las cosas),
sin que por ello se vulnere el principio de congruencia.
Y la respuesta es que el Tribunal sí puede condenar por hurto. En el proceso penal “abreviado” (que sería el aplicable a
este supuesto) subsiste la vinculación del Tribunal a la fundamentación jurídica, y conforme a la doctrina del TC sobre
la “heterogeneidad del bien jurídico protegido”, respetando el hecho punible, no se puede condenar por un delito
distinto al calificado por la parte acusadora, cuando tal cambio de calificación conlleve una cambio del bien jurídico
protegido. En nuestro caso, el delito de robo con fuerza en las cosas y el delito de hurto, sí son homogéneos, puesto
que el bien jurídico protegido es el mismo: la propiedad ajena, y lo que hace el Tribunal es condenar por un delito más
benévolo, menos grave, que el que fue objeto de acusación, y además a una pena inferior a la solicitada, y por ello no
se conculcaría en este caso el deber de congruencia.
Respecto a la segunda pregunta, ¿puede condenar a pena superior a la solicitada por el Ministerio Fiscal, al estimar
que los autores hicieron uso de armas?, se refiere a la congruencia desde el punto de vista fáctico, dado que se trata
de modificar el hecho punible, incluyendo en los hechos que los autores hicieron uso de armas al cometer los hechos,
que es algo por lo que no formuló acusación el Ministerio Fiscal, de ahí que la respuesta ha de ser que NO. El Tribunal
no puede condenar por un hecho distinto del que fue objeto de acusación, dado que ha de producirse una correlación
entre el Fallo y la pretensión, en este caso referida al HECHO PUNIBLE, como consecuencia del “derecho de defensa”
y del derecho al “conocimiento previo de la acusación”.
Existirá una vulneración del principio acusatorio y del art. 24.2 de la CE cuando la sentencia condene al acusado por un
hecho punible que no haya sido objeto de acusación, y con respecto al cual no se le ha permitido al acusado articular la
correspondiente prueba de descargo. Se trataría de una condena sorpresiva, por unos hechos de los que no fue
acusado, y por los que no se ha podido defender.
E. Condenados los autores del delito a la pena de 2 años deciden recurrir la sentencia, sin que recurra el MF.
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¿Puede el Tribunal que conozca del recurso estimar que la pena adecuada es la que solicitó en el juicio el
Ministerio Fiscal (3 años) y condenar en vía de recurso a dicha pena?
La respuesta es NO. La congruencia penal es aplicable también en la segunda instancia, cuando la causa es conocía
por vía de recurso ante un Tribunal superior de aquel que conoció del Juicio en primera instancia, siendo de aplicación
la prohibición de la “reformatio in peius”.
La vigencia del principio acusatorio en la segunda instancia exige que no se pueda gravar más a un apelante de lo que
ya lo estaba por la sentencia recurrida, salvo que el apelado impugne también la sentencia recurrida o se adhiera a la
apelación ya iniciada.
En este caso, y dado que el MF (la acusación) no ha recurrido la Sentencia, el único recurso es el interpuesto por los
acusados, que obviamente pretenden que se dicte una sentencia más favorable para ellos, o incluso que se les
absuelva. El principio de congruencia, como manifestación del principio acusatorio, impide en este caso al Tribunal que
conozca del recurso, utilizar o aprovechar el recurso de los acusados para dictar una sentencia que les perjudique,
condenándoles a más.
1.2.2.3. Derecho aplicable: Arts. 24.2, 124 y 125 CE, 15, 10I , 105, 733, 790 LECrim.

Realizado por un profesor de C.Asociado.

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2. LA ESTRUCTURA DEL PROCESO

2.1. La estructura del proceso de declaración y del proceso de ejecución (§ 124)

2.1.1. Supuesto de hecho


D.A. presenta demanda frente a D.B. en reclamación de la cantidad de 1.200 euros, que dice adeudarle, como
consecuencia de un préstamo por importe de 3.000 euros; préstamo que se plasmó en documento privado en donde se
señalaba como plazo de devolución el de un año, el cual ha transcurrido en exceso, habiéndole devuelto tan sólo 1.800 euros
de los prestados.

2.1.2. Cuestiones
A. ¿Habrá de fundamentar D. A. la reclamación que formula y, en su caso, qué extremos debe contener dicha
fundamentación?
La función genérica del proceso consiste en la solución definitiva e irrevocable de los conflictos intersubjetivos y
sociales que se planteen, a través de la aplicación del Derecho objetivo. No obstante, y atendiendo más concretamente
al objeto del proceso, el proceso tiene una función más específica, consistente en la satisfacción de las pretensiones.
Dentro del proceso de declaración, las pretensiones que en este caso se están ejercitando son declarativa y de
condena: que se declare que D. B. le adeuda 1.200 € y que se le condene a abonar el citado importe a D. A.
El Proceso de Declaración tiene una primera fase denominada de Alegaciones, que tiene por finalidad introducir el
objeto procesal con todos sus elementos esenciales, concretar la Pretensión, determinando los elementos subjetivos
(órgano jurisdiccional que se considera competente, las partes procesales, es decir, quién es el actor y contra quién se
dirige la pretensión como demandado), y la petición y los hechos con relevancia jurídica que la fundamentan.
En nuestro caso D. A. tiene que fundamentar la reclamación que efectúa, y para ello tendrá que explicar que se firmó
entre las partes un documento privado de préstamo por importe de 3.000 €, aportando el citado documento, que en el
documento se pactó un plazo de devolución del préstamo de 1 año, y que a pesar de haber transcurrido en exceso el
citado plazo, sólo ha devuelto 1.800 €, aportando el resto de pruebas con las que pueda acreditar las alegaciones que
el actor realiza, todo ello dirigido a alegar y demostrar que se le deben los 1.200 € que reclama.
En el proceso civil, el acto de postulación más importante es la demanda, que supone el ejercicio simultáneo del
derecho de acción y de la pretensión, y allí es donde D. A. deberá fundamentar su pretensión.
B. Si el Juez estimare totalmente fundamentada la reclamación que formula D. A., ¿habrá de dar traslado de la
misma a D. B. o podrá, sin más trámites, dictar sentencia?
Dentro del Proceso de Declaración, la fase de alegaciones no sólo es predicable del actor (en nuestro caso D. A.), sino
que el demandado (D. B.) también tiene la posibilidad de realizar alegaciones a través de la contestación a la demanda,
todo ello en atención al principio de Contradicción.
Dentro de los principios inherentes a la estructura del proceso, está el principio de CONTRADICCION, constituyendo
una nota esencial de todo proceso la existencia de dos posiciones enfrentadas, la del actor que interpone su pretensión
y la del demandado que se puede oponer a la misma.
El brocardo auditur et altera pars (con audiencia y participación de las partes), está proclamado en el art. 24 CE, al
exigirse que nunca se cause indefensión a alguna de las partes, y al reconocerse el derecho “a un proceso con todas
las garantías”, de entre las cuales destaca la posibilidad de contradicción.
Un proceso está presidido por el referido principio cuando a ambas partes, actor y demandado, se les permite de forma
efectiva acceder al proceso a fin de poder hacer valer libremente sus respectivas pretensiones y defensas, mediante la
introducción de los hechos que las fundamentan y la práctica de la prueba.
Es obligatorio dar traslado de la demanda a D. B., pues una de las notas esenciales del Principio de Contradicción es el
Derecho de Acceso al Proceso, estando garantizado el “libre acceso a los Tribunales”, de tal manera que tanto el actor
como el demandado, pueden libremente ejercitar sus respectivos derechos de acción y de defensa y acceder al
proceso, tanto en su fase declarativa, como en cualquiera de sus instancias.
Dicho libre acceso es una manifestación del derecho a la tutela judicial del art. 24.1 CE, que ha de ser efectiva. La
efectividad se obtiene positivamente mediante la obligación del órgano jurisdiccional de poner “ab initio” en
conocimiento de la parte pasiva la existencia del proceso, la cual tiene lugar mediante la “citación personal” para los
actos que tengan por objeto el emplazamiento o comparecencia del demandado.
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C. Realizadas alegaciones contradictorias por ambas partes y si alguna lo solicita, ¿está el Juez obligado a
abrir el procedimiento probatorio?; ¿pueden ambas partes proponer pruebas o únicamente el demandante?
Para que el proceso de declaración pueda cumplir su finalidad, que es la obtención de una resolución judicial que
resuelva un determinado conflicto intersubjetivo o social mediante el descubrimiento de la verdad material, todo lo cual
conducirá a que el Juez pueda dar la razón a la parte que efectivamente la tenga, las partes no sólo tienen la
posibilidad de efectuar las correspondientes Alegaciones, sino pueden solicitar también la Apertura de la Fase
Probatoria, a fin de poder evidenciar o acreditar al Juez ante el que se plantee el asunto, que la pretensión que se ha
ejercitado (en el caso del actor D. A.) o los argumentos de defensa que se han expuesto (en el caso del demandado D.
B.), son los que realmente tienen un mayor fundamento.
La actividad probatoria incumbe, principalmente, a los sujetos procesales, actor y demandado, todo ello como
consecuencia del Principio de Aportación de Parte, por el cual a las partes les corresponde, no sólo aportar las
alegaciones, sino solicitar la proposición y la práctica de las pruebas que sirvan para acreditar aquello que previamente
han alegado.
Por lo tanto, con que una de las partes solicite que “se abra el procedimiento a prueba”, es decir, que se abra la fase de
prueba dentro del proceso, el Juez estará obligado a hacerlo, posibilidad de solicitar la apertura del procedimiento a
prueba que no sólo la tiene el actor, D.A., sino que también puede ser solicitada por el demandado D.B., dado que el
proceso se rige por los Principios de Contradicción y de Igualdad de Armas.
D. El Juez dicta sentencia estimando íntegramente la pretensión de D. A. y en ella recoge que aparece
totalmente probado y sin ningún género de dudas que D. B. adeuda a D. A. la cantidad objeto de reclamación.
Ante la claridad de dicha sentencia, ¿le asiste a D. B. el derecho a interponer algún tipo de recurso contra dicha
resolución judicial?
Por muy claro y sencillo que le haya podido parecer al Juez el asunto, y la evidencia sea muy notoria, la última fase del
Proceso de Declaración dentro de la estructura del proceso, es la Fase de Recursos, ya que frente a la resolución
judicial que ponga fin al proceso de declaración, la parte que se sienta perjudicada por el pronunciamiento de la
Sentencia, dispone de un conjunto de actos (que en el libro se denominan de “postulación”), que son los RECURSOS,
a través de los cuales se puede obtener una revisión de la resolución dictada, ya sea por el mismo órgano judicial que
la dictó, o ya sea por otro superior (que es lo más frecuente), todo ello con la finalidad de aumentar las garantías de
que las resoluciones judiciales se adecúen a la justicia.
En el proceso civil, el “derecho a los recursos” no es absoluto, por cuanto se trata de un derecho de configuración legal,
y es el Legislador quien determina el número y la naturaleza de los recursos que caben. En todo caso, en el proceso
civil, contra las sentencias dictadas en primera instancia por el Juez, al menos cabe un recurso de apelación ante la
Audiencia Provincial respectiva.
E. Recaída sentencia condenatoria firme, ¿finaliza con ella el proceso, sea cual fuere la actitud adoptada por D.
B. frente a dicha resolución judicial?
La Sentencia condenatoria firme significa que, una vez recurrida la Sentencia, ha recaído sentencia en segunda
instancia por la Audiencia Provincial, y contra la misma ya no cabe recurso ordinario alguno, y por eso es firme.
También son firmas las sentencias contra las que cabe interponer recurso, pero la parte deja transcurrir el plazo para
interponerlo, de tal forma que la resolución deviene firme.
Siendo firme una sentencia por no caber ya contra ella recurso alguno, no por ello finaliza el Proceso. Habrá finalizado
la Fase de Declaración, pero no se termina allí el Proceso. Lo que ocurre es que si D.B. no procede a dar cumplimiento
de forma voluntaria a aquello por lo que ha sido condenado (en nuestro caso, a abonar a D. A. 1.200 €), se iniciará el
Proceso de Ejecución, dado que el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24 CE) no se agota con la resolución del
conflicto, dictándose sentencia por el órgano judicial, sino que tal derecho se extiende a la ejecución de las Sentencias
en sus propios términos, dado que a los Jueces y Tribunales les corresponde también HACER EJECUTAR LO
JUZGADO (art. 117 CE), adoptando las medidas oportunas para que el fallo de la sentencia sea cumplido.
2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 24 y 117 CE.

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2.2. La estructura del proceso de declaración

2.2.1. La intervención del. órgano judicial y de las partes en los actos alegatorios y probatorios en el proceso penal
(§ 125)

2.2.1.1. Supuesto de hecho


A) D.A. denuncia ante el Juzgado de Instrucción de la localidad X haber sido agredido por D.B., a consecuencia de lo cual
sufre lesiones en un ojo y en la nariz de las que está siendo asistido por el médico de su localidad desde hace quince días,
indicando, además, que D.B. le sustrajo un reloj, un anillo de oro y una pulsera del mismo metal.

B) El Juez de Instrucción incoa diligencias previas y recibe declaración a D.B., quien manifiesta ser cierto que agredió a
D.A., pero que lo hizo en defensa propia, porque éste le agredió primero y que, además, las lesiones que presenta D.A. no se
las causó enteramente él, dado que en la pelea intervinieron otras personas que le son desconocidas. En apoyo de su defensa
indica que dicho incidente fue presenciado por D.C. y D.D., a los que también el Juez de Instrucción recibe declaración y en
ella corroboran lo indicado por D.B., negando que éste haya sustraído nada a D.A.

2.2.1.2. Cuestiones
A) ¿Puede el Juez de Instrucción formular acusación contra D.B.?; ¿puede iniciarse la fase de juicio sin que exista
acusación y, en caso contrario, quién habrá de formularla?
El Juez no puede formular acusación contra D.B, pues con ello quebraría el principio de imparcialidad, pasando a ser
juez y parte.
Bien, primeramente hay que decir, que nuestro ordenamiento contempla un sistema acusatorio formal o mixto, pero n o
a lo largo de todo el proceso. Así las cosas, en la fase del plenario o juicio oral, sí que rige el principio acusatorio, pues
sin acusador (público, pero distinto en cualquier caso del órgano judicial, o privado) no existe juicio.
El Tribunal no existiendo acusación del MF y no habiéndose personado en la causa querellante particular, lo máximo
que puede hacer es "buscar" un acusador, es decir, hacer saber tal falta de acusación a los interesados en el ejercicio
de la acción, por si quieren ejercitarla (art. 642 LECrim), o enviar la causa al Fiscal Superior para que resuelva si
procede o no sostener la acusación (art. 644). Pero si, a pesar de todo ello, no se formula acusación, no puede abrirse
el juicio oral. Inversamente, formulada la acusación, el Tribunal ha de abrir el juicio oral necesariamente, salvo que
estime que el hecho no constituye delito (art. 645),
Ahora bien, el juzgador puede realizar actos que contradicen el principio acusatorio, cuales son:
a) Puede el Tribunal castigar por delito más grave que el que ha sido objeto de acusación, siempre que lo exponga
previamente a las partes (art. 733) y no por ello incurre en motivo de casación (art. 851.4º)
b) Puede el Tribunal, en el juicio oral, acordar la práctica de pruebas no propuestas por las partes (art. 729.2º), siempre
que el Tribunal considere necesarias para la comprobación de cualquiera de los hechos que haya sido objeto de los
escritos de calificación.
c) Puede el Tribunal ordenar la práctica de diligencias sumariales al revocar el auto de conclusión del sumario y
devolverlo al Instructor (art. 631).
d) Puede, finalmente, el Tribunal, ordenar el procesamiento de alguna persona a pesar de haberlo denegado el
Instructor (art. 384 6º, en relación con el art. 630).
Con todo ello, el principio acusatorio se refiere a la fase del juicio oral, en la fase sumarial o de instrucción, por el
contrario, no se requiere acusación para su iniciación, pues la mera "noticia-criminis" crea en el Juez el derecho y el
deber de proceder a la averiguación del hecho y a dictar las oportunas medidas aseguratorias sobre la persona del
inculpado (art. 308). (Lo dicho se refiere, naturalmente, al caso de que el delito a perseguir sea un delito público, pues
los semipúblicos o privados sólo pueden ser perseguidos si se formula denuncia o querella, respectivamente).
B) Formulada acusación por las lesiones y una vez abierto el juicio oral, ¿tendrá pleno valor lo actuado ante el Juez
de Instrucción o habrá de reproducirse ante el Tribunal que conozca del juicio?; ¿podrá el Tribunal que enjuicia
acordar de oficio la práctica de pruebas o habrán de ser necesariamente propuestas por las partes?
En primer lugar, sólo constituye prueba suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia la practicada en el juicio
oral bajo los principios de contradicción, inmediación y publicidad.
Ahora bien, nuestro ordenamiento contempla la Prueba Preconstituida: que se practica durante la fase de instrucción,
pues va a resultar imposible practicarla en el Juicio Oral (pero ha de ratificarse en la misma dentro del J.O. "test
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alcoholemia") y Prueba Anticipada: se practica en la fase del J.O. "antes de abrirse las sesiones y en presencia del
Tribunal ante el que ha de desarrollarse el J.O." pues se teme que no se va a poder practicar en dicho acto o bien que
puede provocar la suspensión del acto.
En primer lugar, en cuanto a la aportación de prueba: rige el princpio de oficialidad, aunque son las partes en sus
escritos de calificación provisional las que alegan los hechos y proponen las pruebas. No obstante existen, entre otras,
las siguientes peculiaridades: "El Tribunal puede acordar la práctica delas pruebas que considere necesarias para
comprobar los hechos que hayan sido objeto de los escritos de calificación". Por tanto, y en referencia a la pregunta, la
respuesta es sí.
C) ¿Puede dictarse sentencia con base en los actos de investigación practicados en fase de instrucción y sin ser
oído D.B.?
El Tribunal para dictar sentencia apreciará en conciencia las pruebas practicadas en el acto del juicio; es decir, viene a
establecer el precepto 741 LECrim, una libre valoración de la prueba para el tribunal setenciador. Igualmente, me
remito ha lo comentado sobre la prueba preconstituída y anticipada en el apartado B anterior.
Con respecto a si debe ser oído o no Don B, el derecho a la defensa comprende no solo la asistencia de Letrado
libremente elegido o nombrado de oficio, sino también a defenderse personalmente, y así el art. 739 LECrim ofrece al
acusado el derecho a la última palabra, por sí mismo, no como una mera formalidad, sino por razones íntimamente
conectadas con el derecho a la defensa que tiene todo acusado al que se brinda la oportunidad final para confesar los
hechos, ratificar o rectificar sus propias declaraciones o las de sus coimputados o testigos, o incluso discrepar de su
defensa o completarla de alguna manera.
El efecto inmediato de la omisión de este trámite procesal es la anulación del juicio oral, fase en la que se comete el
defecto o vulneración del derecho, y la retroacción de las actuaciones al momento de la iniciación del plenario.

2.2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 14 y 24.2 CE, 728, 729, 741 y 742 LECrim.
Realizado por Virginia Reñones y Lna_Rodríguez

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2.2.2. La intervención del órgano judicial y de las partes en los actos alegatorios y probatorios en los demás
procesos (§ 126)

2.2.2.1. Supuesto de hecho


A) D.A. denuncia ante la policía judicial que el día "S" circulaba con el vehículo de su propiedad "Y" por la calle "Z",
haciéndolo a escasa velocidad, cuando, desde una calle situada a su izquierda y señalizada con Stop, sale, sin
detenerse, el vehículo "J" conducido por D.B., produciéndose la colisión de ambos vehículos.
B) Como consecuencia de dicha colisión el vehículo "Y" sufre daños tasados por su aseguradora en la cantidad de 3.350
euros; incoado atestado por la policía municipal es remitido al Juzgado de Instrucción, que acuerda el sobreseimiento por
estimar que los hechos no son constitutivos de infracción penal.

2.2.2.2. Cuestiones
A) Firme la resolución que acuerda el sobreseimiento de la denuncia, ¿tiene el Juez la obligación de iniciar el
procedimiento civil?
El juez no está obligado a iniciar de oficio el procedimiento civil, ni tiene potestad para hacerlo. Para poner en
funcionamiento la actividad jurisdiccional del Estado hace falta una petición o impulso de parte interesada ante el
órgano judicial competente, que en este caso es el mismo Juzgado, puesto que los Juzgados de primera instancia e
instrucción son competentes para conocer de causas civiles.
Es el interesado el que puede ejercer sus derechos e interponer la demanda: El art. 24.2 de la Constitución nos dice
que: “todos tienen derecho al Juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a ser
informados de la acusación formulada contra ellos, a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las
garantías…”
Es derecho de acción, derecho fundamental que asiste a todo sujeto de Derecho: al actor (quien desee acceder al
proceso para interponer una pretensión), al querellante y a quien tenga que comparecer como parte demandada o
imputada a acceder libremente al poder judicial, a través de un proceso con todas las garantías y a todas sus
instancias.
B) Si Don A inicia un procedimiento civil en reclamación del importe de los daños sufridos en su vehículo,
¿tendrá el Juez que realizar de oficio investigación sobre cómo ocurrieron los hechos o habrá de limitarse a
valorar los hechos que las partes aporten y no otros?; ¿para esa valoración puede el Juez acordar pruebas no
propuestas por las partes?
Al Juez no le corresponde la investigación sobre como ocurrieron los hechos, se limitará a valorar los hechos que
aporten las partes.
El demandado y el actor deberán de probar los hechos.
La Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil (LEC), en el art. 216, Principio de justicia rogada, establece que:
“Los tribunales civiles decidirán los asuntos en virtud de las aportaciones de hechos, pruebas y pretensiones de las
partes, excepto cuando la ley disponga otra cosa en casos especiales.”
Y en el art. 217 de la LEC: “Corresponden al actor y al demandado reconvincente la carga de probar la certeza de los
hechos de los que ordinariamente se desprenda, según las normas jurídicas a ellos aplicables, el efecto jurídico
correspondiente a las pretensiones de la demanda y de la reconvención.”
Las partes proponen las pruebas y el Juez las admite o no, pero excepcionalmente éste puede acordar la práctica de
las que estime oportunas, si así lo establece la ley.
En el art. 282 de la LEC “Las pruebas se practicarán a instancia de parte. Sin embargo el tribunal podrá acordar, de
oficio, que se practiquen determinadas pruebas o que se aporten documentos, dictámenes u otros medios en
instrumentos probatorios, cuando así lo establezca la ley.”
Si el juez viera que las pruebas aportadas fueran insuficientes para el esclarecimiento de los hechos, puede en virtud
del art. 429 de la LEC, ponerlo en conocimiento de las partes indicando el hecho o hechos que a su juicio son
insuficientes; el tribunal podrá también señalar las pruebas cuya practica considera convenientes.

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C) Don A propone prueba tendente a demostrar que Don B es una persona aficionada al juego y que, además,
tiene antecedentes penales por un delito de hurto. ¿Debe el Juez estimar ese medio de prueba o tiene
facultades para rechazarlo por impertinente?; ¿le asiste a Don B el derecho a la práctica de prueba para
acreditar que Don A tiene escasa visibilidad sin gafas y el día de los hechos no hacía uso de éstas?
El juez tiene facultades para rechazar la prueba por impertinente.
Según el art. 283.1 de la LEC: “No deberá admitirse ninguna prueba que, por no guardar relación con lo que sea objeto
del proceso, haya de considerarse impertinente.”
A Don B no le asiste el derecho a la práctica de prueba, por la inutilidad de la actividad probatoria.
El art. 281.1 de la LEC: “La prueba tendrá como objeto los hechos que guarden relación con la tutela judicial que se
pretenda obtener en el proceso.”
En el art. 283.2 de la LEC: “Tampoco deben admitirse, por inútiles, aquellas pruebas que, según reglas y criterios
razonables y seguros, en ningún caso puedan contribuir a esclarecer los hechos controvertidos.”
D) ¿Puede el Juez dictar sentencia condenando a Don B a la cantidad de 4.000 € por entender que los daños
son superiores a la cantidad solicitada por Don A o porque a éste se le olvidó pedir el importe de un aparato de
radio que resultó dañado?
El Juez dictará sentencia por la cantidad solicitada de Don A que deberá ir fundamentada en la demanda.
El art. 399 de la LEC: “… se expondrán numerados y separados los hechos y los fundamentos de derecho y se fijará
con claridad y precisión lo que se pida.”
No se puede condenar a Don B al pago de una cantidad superior a la solicitada, porque estaríamos ante una sentencia
incongruente por supra petita (otorgar más de lo solicitado). Las sentencias deben ser congruentes con las demandas;
obligación cuyo incumplimiento podrá dar pie a la parte perjudicada a impugnar la sentencia.
Establece el art. 218 de la LEC: “Las sentencias deben ser claras, precisas y congruentes con las demandas y con las
demás pretensiones de las partes, deducidas oportunamente en el pleito. Harán las declaraciones que aquéllas exijan,
condenando o absolviendo al demandado y decidiendo todos los puntos litigiosos que hayan sido objeto del debate”.

2.2.2.3. Derecho aplicable: Arts. 24.2 CE, 216, 217, 281.1, 282, 283, 399, 428.3, 429.2 LEC.

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2.2.3. Los poderes del órgano judicial en materia de interpretación y valoración de los actos probatorios.
Los criterios de valoración libre y legal (§ 127)
2.2.3.1. Supuesto de hecho
A) D.A., arrendador, promueve frente a D.B., arrendatario, proceso en reclamación de las rentas correspondientes a las
últimas cinco mensualidades, anteriores a la fecha de la interposición de la demanda, derivadas del contrato por el que el
primero cedió al segundo el uso de la vivienda "X" por tiempo de cinco años.
B) D.B. presenta tres testigos, amigos íntimos, que señalan cómo en su presencia D.B. abonó a D.A. el importe de las
rentas reclamadas. Asimismo, D.A. presenta otros tres testigos, también amigos íntimos suyo, los cuales afirman que en
su presencia D.B. intentó abonar las rentas a D.A. y que éste no las recibió por estimar que lo que pretendía abonar no se
adecuaba a lo realmente debido. Además, por D.A. se presenta testimonio de requerimiento notarial a su instancia
practicado a D.B. el día "J", a la hora "H", no impugnado, y en el que se recoge la manifestación de D.B. al Notario, en la
que reconoce adeudar las rentas reclamadas, pero que, por atravesar una crisis de liquidez económica, no pudo abonarlas.

2.2.3.2. Cuestiones
A) Ante las contradicciones en que incurren los testigos, ¿a quién corresponde valorar la mayor o menor veracidad de
sus testimonios? Si dicha función le corresponde al Juez, ¿qué criterio le señala la Ley para realizar dicha
valoración?
Es el Juez quien tiene la obligación de descubrir la verdad material en el proceso, para lo cual pueden de oficio
disponer de la práctica de medios de prueba e intervenir en la misma, formulando preguntas a las partes y testigos.
El criterio que señala le Ley se recoge en el Art. 316.2 LEC "..., los tribunales valorarán las declaraciones de las partes
y de las personas a que se refiere el apartado 2 del artículo 301 según las reglas de la sana crítica,...", por el que el
Juez procederá a interrogar a los testigos ofrecidos por ambas partes.
B) ¿Cómo ha de valorar el Juez el testimonio aportado del requerimiento notarial?; ¿en qué extremos le vincula?
Art. 319.1 LEC en el que se indica que los documentos públicos, autorizados por un Notario con arreglo a derecho,
harán prueba plena del hecho, acto o estado de cosas que documenten.
No le vincula en nada, los tribunales resolverán en cada caso formando libremente su convicción sin vinculación a lo
establecido en el art. 319.1 LEC(Art. 319.3 LEC
C) De no practicarse las pruebas referidas y sólo el interrogatorio de D.B., que reconoce adeudar las rentas a que
se contrae la demanda, ¿queda vinculado el Juez por ese reconocimiento?
El Juez valorará la fuerza probatoria de las declaraciones de los testigos, en este caso la de D.B que reconoce adeudar
las rentas, considerando las causas de la deuda y las circunstancias que han incurrido en ella, las faltas formuladas y
resultados de la prueba (art.376 LEC). Por lo tanto, si D.B reconoce tal deuda y su interrogatorio es la única prueba a
tener en cuenta, sí queda el Juez vinculado a ésta, valorará las declaraciones y dictará sentencia.

2.2.3.3. Derecho aplicable: Arts. 316, 319, 367, 376 LEC.

Realizado por Piedad Rodríguez

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2.3. La estructura del proceso de ejecución. La intervención del órgano judicial y de las partes en los actos
ejecutivos (§ 128)

2.3.1. Supuesto de hecho

D.A. es condenado en proceso penal por delito de hurto a la pena de doce meses de prisión y a la restitución del
ordenador y cámara fotográfica, que fueron objeto de sustracción, a su propietario D.B. y, subsidiariamente, si tales efectos no
existieren en poder del condenado, al pago a D.B. de la cantidad de 1.200 euros en que aquellos fueron tasados.

2.3.2. Cuestiones

A) Transcurrido un cierto tiempo desde la firmeza de la sentencia condenatoria, D.B. constata que D.A.
no ha sufrido limitación alguna en su libertad, así como tampoco le ha hecho entrega del ordenador y la
cámara fotográfica. ¿Puede D.B. proceder a la detención de D.A. para ingresarlo en un centro penitenciario
con el fin de que cumpla la pena impuesta?; Conocedor de dónde D.A. tiene el ordenador y la cámara
fotográfica, ¿puede D.B. apoderarse de ellos?
No, D.B no puede proceder a la detención de D.A pues corresponde al juez o Tribunal el deber de hacer ejecutar la
sentencia adoptando las medidas necesarias para que el condenado ingrese en el establecimiento penal destinado al
efecto, según el artículo 990 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
D.B lo que sí puede hacer es denunciar ante las autoridades competentes que D.A está aun en libertad, así como
comunicar el lugar de emplazamiento de éste si lo conoce y ponerlo además en conocimiento del Juez que dictó
sentencia para que se tomen las medidas oportunas para su detención y por lo tanto, cumplimiento de la condena.
No puede D.B. apoderarse del ordenador y de la cámara fotográfica, si D.B lo hiciere estaría él mismo cometiendo un
delito. Por tanto, es competencia del Secretario Judicial encomendar a la Agencia Estatal de Administración Tributaria o
a los organismos tributarios la investigación patrimonial para poner de manifiesto las rentas y el patrimonio presente y
lo que vaya adquiriendo el condenado hasta que no se haya satisfecho la responsabilidad civil determinada en la
sentencia. Artículo 989 de la LECrim.

B) Si el ordenador y la cámara fotográfica hubieran desaparecido y D.A., requerido de pago, no abonare


la cantidad de 1.200 euros, ¿puede D.B. aprehender directamente bienes de D.A. para hacerse pago de
dicha cantidad?; ¿deberá el Tribunal encargado de la ejecución indagar sobre la existencia de bienes de
D.A.?; ¿puede D.B. señalar al Tribunal bienes concretos de D.A. sobre los que hacer efectiva aquella
cantidad?
No, D.B no puede proceder a la detención de D.A pues corresponde al juez o Tribunal el deber de hacer ejecutar la
sentencia adoptando las medidas necesarias para que el condenado ingrese en el establecimiento penal destinado al
efecto, según el artículo 990 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
D.B lo que sí puede hacer es denunciar ante las autoridades competentes que D.A está aun en libertad, así como
comunicar el lugar de emplazamiento de éste si lo conoce y ponerlo además en conocimiento del Juez que dictó
sentencia para que se tomen las medidas oportunas para su detención y por lo tanto, cumplimiento de la condena.
No puede D.B. apoderarse del ordenador y de la cámara fotográfica, si D.B lo hiciere estaría él mismo cometiendo un
delito. Por tanto, es competencia del Secretario Judicial encomendar a la Agencia Estatal de Administración Tributaria o
a los organismos tributarios la investigación patrimonial para poner de manifiesto las rentas y el patrimonio presente y
lo que vaya adquiriendo el condenado hasta que no se haya satisfecho la responsabilidad civil determinada en la
sentencia. Artículo 989 de la LECrim.

2.3.3. Derecho aplicable: Arts. 117.3 CE, 988, 989, 900 LECrim., 571, 589, 590, 592 LEC.

Realizado por José Iván Ugena Nieto y Piedad Rodríguez Guillén.

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2.4. El sistema de recursos en el proceso español (§ 129)

2.4.1. Supuesto de hecho

D.A. promueve demanda frente a D.B. y D.C. pidiendo se les condene a pagarle, con carácter solidario, la cantidad de 2.000
euros como consecuencia de una contrato de compraventa, por el que D.A. adquirió un vehículo automóvil que resultó con
vicios; hecho reconocido por los vendedores que, además, se obligaron por escrito a indemnizarle con la cantidad reclamada.

2.4.2. Cuestiones
A) El Juez admite la demanda sólo frente a D.B. por estimar que D.C. carece de legitimación pasiva. ¿Tiene
D.A. que aquietarse con la resolución del Juez? ¿Qué vía procesal se le ofrece para mostrar su disconformidad
con tal resolución?. Ejercitada la vía procesal que fuere procedente, ¿Se abre un nuevo procedimiento ?; en su
caso, ¿será competente para su conocimiento el mismo órgano judicial que inadmitió la demanda frente a
D.C.?.
D.A. no tiene porque aquietarse ya que si estima que la resolución del juez le afecta desfavorablemente puede
interponer el correspondiente recurso. La vía procesal que el artículo 451 de la LEC prevé contra las diligencias de
ordenación y decretos ( autos o resoluciones) no definitivas es el de la interposición de un recurso de reposición,
excepto en los casos previstos para la interposición de un recurso de revisión . Este recurso se sustancia ante el mismo
órgano judicial que dictó la resolución de inadmisión de la demanda contra D.C. La interposición del recurso de
reposición no reviste efectos suspensivo respecto de la resolución recurrida por lo que no se abre un nuevo
procedimiento continuando el iniciado sin perjuicio de que el Juez resuelva el recurso en cuestión.
B) ¿Puede el Juez , de oficio, dejar sin efecto su resolución? .
Sí, el Juez puede apreciar las consideraciones expuestas por D.A. en su recursos si están debidamente
fundamentadas y estimar el Recurso de Reposición interpuesto , en su caso por éste dejando si n efecto su resolución
de inadmisión de la demanda contra D.C.
C) Recaida sentencia condenatoria para D.B. y D.C. sólo por la cantidad de 1700 euros ¿quién o quienes
pueden mostrar su disconformidad con dicha sentencia? ¿qué vía se les ofrece para recurrir? . Quien muestre
su disconformidad ¿habrá de basarse en motivos concretos o tiene abierta la vía por cualquier motivo que
estime le haya causado perjuicio? ¿A quién correspondería resolver el pertinente recurso? .
Tanto la parte demandante (D.A.) como las partes demandadas (D.B. y D.C.) podrán mostrar su disconformidad con la
sentencia recaida sin consideran que es desfavorable a sus pretensiones. Contra dicha sentencia no cabe no obstante
recurso alguno, en virtud de lo dispuesto en el artículo 455 LEC 8 , al tratarse de un juicio verbal por razón de la cuantía
al tratarse de un juicio verbal que no supera los 3.000 euros por lo que ha de estimarse que la sentencia será firme y
ejecutiva sin ser susceptible de recurso alguno . De no haber sido así cabría un recurso de apelación ante la Audiencia
Provincial , los hechos y fundamentos de derechos expuestos por el recurrente así como la prueba que en los casos
previstos se practique ante el tribunal serán los que sirvan de base al Tribunal para la resolución del recurso.
D) Dictada sentencia resolviendo la impugnación que se haya formulado frente a la sentencia condenatoria
dictada en primera instancia ¿habrá necesariamente que acatarla o cabe algún tipo de recurso? . De ser posible
la impugnación , ¿bastará con alegar cualquier motivo?
De haber sido viable el recurso de apelación , contra la sentencia de la Audiencia provincial cabría la interposición de
un recurso extraordinario por infracción procesal siempre que este se base en alguno de los motivos expuesto en el
artículo 469 LEC . Dicho recurso se deducirá ante la sala de lo civil del Tribunal Superior de Justicia.

Hubiese cabido asimismo , de no encontrarnos ante la excepción del artículo 455, la interposición de un recurso de
casación ante el Tribunal Supremo siempre y cuando tuviere interés casacional ( si se entiende que la sentencia de la
Audiencia contradice la doctrina del Tribunal Supremo a cuyo efecto ha de citar al menos dos sentencias que acrediten
dicha doctrina y la vulneración de la misma por la sentencia recaida en la Audiencia o en su caso jurisprudencia
“menor” contradictoria de diferentes Audiencias Provinciales que requieras su casación para la unificación de doctrina
8 Redacción dada al apartado 1 del artículo 455 por el apartado diez del artículo 4º de la Ley 37/2011, de 10 de octubre , de
medidas de agilización procesal . Dicha redacción entró en vigor el día 31 de octubre de 2.011.

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por el Tribunal Supremo ) o si la sentencia de la Audiencia provincial se hubiere dictado para la tutela judicial civil de
derechos fundamentales , excepto los reconocidos en el artículo 24 CE.

E) Una vez dictada sentencia firme condenatoria para D.B. Y D.C. y ya ejecutada , este último obtiene un
documento del que durante el juicio no pudo disponer, porque D.A. lo retenía en su poder y negaba su
existencia . ¿Existe algún proceso independiente para rescindir dicha sentencia?

Sí , al tenor de lo dispuesto en el artículo 510 LEC , punto 1º cabría instar la revisión de la sentencia firme ante la Sala
de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia o del Tribunal Supremo.

F) Si la sentencia hubiere recaido estando en rebeldía D.B. y D.C. a los que se emplazó en un vecino que
no les hizo llegar la notificación del Juzgado ¿les ofrece el ordenamiento alguna vía para conseguir que la
sentencia firme no produzca sus efectos?.

Al amparo de la posibilidad contenida en el artículo 501 LEC los demandados podrán pretender del tribunal que hubiere
dictado la sentencia firme su rescisión dado que concurre el suspuesto previsto en el apartado segundo que ha
provocado su desconocimiento de la demanda y del pleito por causa que no les sería imputable.

2.4.3. Derecho aplicable: Arts. 448, 451, 455, 468, 477, 501, 510 LEC.

Realizado por Road Rider y Sonia Rodríguez

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3. EL PROCESO CAUTELAR (§ 130)

3.1. Supuesto de hecho


Sonia, madre de un hijo de cuatro años, mantiene una relación sentimental con Augusto desde hace más de tres años, de la
que se halla embarazada de mellizos.
Acude al despacho del Abogado García al que conocía de años atrás.
Relata Sonia que últimamente, en un período de, más o menos, dos meses, está sometida a una situación insostenible
de agresiones verbales graves e incluso físicas, aunque nunca ha acudido a ningún centro asistencial.
El Abogado comprueba a simple vista los hematomas y moretones que sufre la embarazada, e incluso se percata que
tiene dificultades para mover una mano, que ella en su relato atribuye a las acciones agresivas de su pareja.
Sonia no trabaja en la actualidad; Augusto lo hace en una gestaría y viven en un piso propiedad de él.
Consta policialmente que Augusto ha sido denunciado en dos ocasiones por agresiones a terceros y el día anterior había
llamado por teléfono a los padres de Sonia diciendo que como intervinieran en su contra «se iban a enterar».

3.2. Cuestiones
A) dispone la defensa de Sonia de algún medio para garantizar que Augusto estará presente en el momento de
realización del juicio oral. En el proceso de declaración o fase declarativa.
Si sería mediante la tutela cautelar según nos indica el art. 5 LEC. En el proceso penal, junto a la finalidad de
garantizara la ejecución de una posible sentencia condenatoria y para garantizar la presencia del imputado en el
momento de realización de un juicio oral Medidas Cautelares personales Son aquellas que pretenden asegurar la
sujeción del imputado al proceso y, en su caso, la presencia del presunto autor del hecho ante el órgano jurisdiccional,
ya sea para garantizar su declaración ante el Juez Instructor, o para evitar su inasistencia y consecuente frustración de
la celebración del juicio oral ante el Juzgador.
B.Atendiendo al supuesto de hecho, que fines justificarían la adopción de tal medida ¿Las medidas que se
adoptan en los órdenes jurisdiccionales son para eludir el riesgo de que el imputado pueda cometer otros
hechos delictivos?
Tal y como dice la sentencia del STC 47/2000 así como las exigencias de motivación que el derecho a una resolución
razonable a una tutela con todas las garantías y a una resolución motivada y que no sea limitativa de los derechos
fundamentales.
Al delincuente se le puede aplicar la lecrim art.503 en el que se le puede enviar a prisión provisional siempre y cuando
sea un motivo justificado, hechos imputados y se podrá asegurar de esa forma la seguridad de Sonia para que ni ella ni
su embarazo corran peligro. Además de que teniéndole en prisión preventiva se puede evitar que destruya pruebas
importantes a la hora de cara al juicio.
3.3. Derecho aplicable: Art. 503 LECrim.

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LECCIÓN 20. CLASES DE PROCESOS
1. Procesos ordinarios, especiales y sumarios

1.1.Los Procesos ordinarios (§ 131)

1.2.Procesos especiales (§ 132)

1.3. Procesos sumarios


1.3.1. Caso I (§ 133)
1.3.2. Caso II (§ 134)

2. Tipología material de procesos

2.1. El Proceso Penal (§ 135)

2.2. El Proceso Administrativo (§ 136)

2.3. El Proceso Constitucional (§ 137)

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Lección 20
CLASES DE PROCESOS
1. PROCESOS ORDINARIOS, ESPECIALES Y SUMARIOS

1.1. Los Procesos ordinarios (§ 131)

1.1.1. Supuesto de hecho


D. I.P.M. inició un viaje a Denia y cuando se encontraba circulando con el vehículo automóvil marca Jaguar, matricula
2123-BBC, propiedad de «Molduras Pedraz, S.A.», sobre las 15,30 horas del día ..., y al llegar a la altura del kilómetro 210
de la carretera N-III, término municipal de La Roda (Albacete), fue alcanzado, en la parte posterior del citado vehículo por el
camión Volvo ..,- CCB, propiedad de la empresa «Camiones Martínez», vehículo conducido por R.M.S., empleado de aquélla,
y asegurado en la Compañía «Mutua de Transportes, S.A.».
Según el atestado de la Guardia Civil, con arreglo a los datos que constaban en el tacógrafo y las huellas de frenada, en
el momento de la colisión el camión circulaba a la velocidad de 100 kilómetros por hora cuando la autorizada específicamente
para el vehículo era de 80 km/hora.
Corno consecuencia del alcance, el vehículo Jaguar fue despedido de la calzada, despeñándose por un talud, sufriendo D.
I.P.M. gravísimas contusiones y fracturas, por lo que fue trasladado urgentemente al Hospital «San Eufrasio» de Madrid, donde
fue intervenido quirúrgicamente por los especialistas en traumatología y neurología Dr. Olarte Grau y Dr. López González. Tras
una convalecencia de dos meses, el estado de Ignacio empeoró hasta que falleció el 30 de mayo del año ....
Como consecuencia del siniestro, y en aplicación de lo dispuesto en el baremo de la Ley 30/95 de Ordenación y
Supervisión de Seguros Privados, procede condenar a los codemandados solidariamente al pago de ... euros, en concepto de
indemnización, más la cantidad de euros, en concepto de gastos de hospital, conforme a la factura emitida por dicho centro
sanitario.
Por dicha razón, con fecha ..., esta parte envió burofaxes a los codemandados reclamándoles por los daños y perjuicios causados, siendo
rechazada la responsabilidad en la causación del accidente, razón por la cual D. I.P.M. se ha visto obligado a interponer demanda.

1.1.2. Cuestiones
A) Determine la clase de proceso en el que se sustanciará dicha demanda.
Se sustanciará en un proceso declarativo, decidiéndose el mismo en un juicio ordinario al ser válidos para cualquier
pretensión fundada en cualquier relación jurídica.

B) ¿Qué notas distintivas presenta dicho proceso en relación con los procesos especiales y sumarios?
Los procesos ordinarios son válidos para cualquier pretensión fundada en cualquier relación jurídica, se caracterizan por la plenitud
de su cognición, es decir, en ellos tiene que plantearse la totalidad de la relación jurídica debatida, en cambio, en los procesos
sumarios solo se formalizan determinados aspectos de la relación, y debido a esa plenitud, las sentencias en estos procesos gozan
de la totalidad de los efectos materiales de la cosa juzgada, con la imposibilidad de volver a reproducir el conflicto en un proceso
posterior cuando haya recaído una sentencia firme en un proceso ordinario, siempre que se cumplan las tres identidades de la
cosa juzgada (de sujetos, cosas y títulos de pedir). El proceso ordinario se distingue también de los especiales y sumarios por el
mayor incremento de las garantías de las partes y de las posibilidades de alegación, prueba e impugnación.

C) ¿Qué recurso/s puede interponer la parte gravada por la sentencia que se dicte?
Recurso de apelación por razón de la cuantía si ésta no supera los 3000 euros, y recurso de casación fundándose
como motivo único en la infracción de normas aplicables para resolver las cuestiones objeto del proceso.

D) Agotados los recursos legalmente establecidos, ¿Qué efectos produce la sentencia firme?
Una vez agotados los recursos establecidos la sentencia firme tiene efecto de cosa juzgada material ya sean
estimatorias o desestimatorias, lo que excluirá un posterior proceso en el cual el objeto sea idéntico que dio lugar a
dicha sentencia, alcanzará las pretensiones de la demanda, afectando a las partes del proceso en que se dicte.

1.1.3. Derecho aplicable: Arts. 222, 248, 249.2, 455, 477 LEC.

Realizado por: Monste y Aitzi

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1.2. Procesos especiales (§ 132)

1.2.1. Supuesto de hecho


D.A. y D.B. contrajeron matrimonio en el año 1990, del cual han nacido dos hijos que en la actualidad son menores de edad.
D.A. decide interponer demanda de separación contenciosa frente a D.B., solicitando que se declare la separación del matrimonio, así
como la adopción de una serie de medidas en orden a la guarda y custodia de los hijos menores y a una pensión de alimentos.

1.2.2. Cuestiones
A) ¿Qué tramitación procedimental deberá seguirse?; ¿existe alguna especialidad en su objeto?
B) En este procedimiento, ¿tendrán las partes libertad para disponer del objeto del proceso?, ¿qué especialidades se
contemplan en su tramitación?
C) Si D.A. decide acudir a un juicio ordinario para debatir la relación jurídico material, ¿puede D.B. oponer la
excepción de "procedimiento adecuado?

A) ¿Que tramitación procedimental debe seguirse? ¿existe alguna especialidad en su objeto?


Conforme al art. 748.1.3º LEC el ámbito de aplicación de los procesos especiales se dará “Los procesos de nulidad de
matrimonio, separación y divorcio y las medidas adoptadas en ellos”. Por lo que nos encontramos ante un
procedimiento especial, dictado ex profeso para la materia de la demanda de divorcio de D. A.
En los procedimientos especiales tan sólo se puede debatir la relación jurídico material para cuya protección fue creado
un determinado procedimiento especial. A diferencia de los ordinarios, en los que se puede deducir género de objeto
procesal, en los procedimientos especiales tan sólo puede debatirse la relación jurídica material para cuya protección
fue creado un determinado procedimiento, como es el caso del divorcio regulado en el art. 770 LEC. Sin embargo, los
procedimientos especiales se asemejan a los ordinarios en que la cognición es amplia, con lo cual los medios de
ataque y de defensa de las partes son amplias como garantías que tienen las partes y asimismo gozan sus sentencias
de la plenitud de los efectos materiales de la cosa juzgada.

B) En este procedimiento ¿tendrán las partes libertad para disponer del objeto del proceso? ¿qué
especialidades se contemplan en su tramitación?
En los procedimientos especiales existen objetos que pueden ser dispositivos. Ejemplo, procesos en materia de
arrendamientos, retracto, impugnación de acuerdos, seguridad social, personal, injurias y calumnias, etc. Y otros
objetos que son no dispositivos. Ejemplo procesos de familia, paternidad y filiación, procesos penales contra “aforados”.
En nuestro procedimiento es claro el art. 751.1 que trata expresamente de la indisponibilidad del objeto dice:
1 “En los procesos a que se refiere este título (capacidad, filiación, matrimonio y menores) no surtirán efecto la renuncia
el allanamiento ni la transacción.
En cuanto a las especialidades del procedimiento están descritas en el art. 770 LEC

C) Si Don A decide acudir a un juicio ordinario para debatir la relación jurídico material, ¿puede Don B
oponer la excepción de “procedimiento adecuado”?

Don B podrá oponer la excepción de “procedimiento inadecuado” ya que este asunto no dispositivo no puede
resolverse a través de un proceso ordinario si no mediante el proceso especial que se ha creado expresamente para
ello.

1.2.3. Derecho aplicable: Arts. 751, 770 LEC

Realizado por Manuel Alcaide

1.2. Procesos sumarios


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1.3.1. Caso I (§ 133)

1.3.1.1 Supuesto de hecho


A) D.A. es propietario de una vivienda y celebra con D.B. un contrato de arrendamiento sobre la misma,
pactándose una renta mensual de 600 euros.
B) D.B. deja de pagar la renta de seis meses consecutivos, por lo que D.A. decide interponer una demanda, en la
que pretende el desahucio por falta de pago de la renta de D.B., así corno la reclamación de las cantidades que éste
le adeuda en concepto de rentas.

1.3.1.2. Cuestiones
A) ¿A qué tipo de proceso deberá acudir D.A., ordinario, especial o sumario?; ¿a qué clase de proceso
declarativo?
En este caso D.A deberá acudir al proceso ordinario porque se trata de una demanda fundada en una relación jurídica
que no fue cumplida por D.B. De esta manera, se refiere a un proceso declarativo ordinario, en el que D.A. acude
para solventar el conflicto existente con D.B. Este tipo de proceso declarativo pertenece a la clase del juicio verbal.
Según a lo dispuesto en el art. 248.2 LEC pertenecen a la clase de los procesos declarativos:

 1.ºEl juicio ordinario.


 2.ºEl juicio verbal.
Así pues, el art. 250.1.1º LEC versa que se decidirán en juicio verbal, cualquiera que sea su cuantía, las demandas
referentes a la reclamación de cantidades por impago de rentas y cantidades debidas y las que, igualmente, con
fundamento en el impago de la renta o cantidades debidas por el arrendatario, o en la expiración del plazo fijado
contractual o legalmente, pretendan que el dueño, usufructuario o cualquier otra persona con derecho a poseer una
finca rústica o urbana dada en arrendamiento ordinario o financiero o en aparcería, recuperen a la posesión de dicha
finca.
Por ello, el proceso acudido por D.A se trata de un proceso declarativo que pertenece a la clase del juicio
verbal ya que se trata de una demanda referente a la reclamación de cantidades por impago de rentas o cantidad
debida por el arrendatario

B) ¿Tendrán las partes libertad para la proposición de los medios de prueba o únicamente se admitirán
aquellos destinados a acreditar el pago o no de las rentas?
Según a lo establecido en el art. 444.1 LEC, cuando se trata de un juicio verbal en el que se pretenda la
recuperación de la vivienda dada en arrendamiento por impago de la renta o cantidad asimilada sólo se permitirá al
demandado alegar y probar el pago o las circunstancias relativas a procedencia de enervación.
Por ello, no es posible que las partes recurran a otros medios de prueba en este tipo de supuesto ya que
únicamente se admitirán aquéllos destinados a acreditar el pago o no de las rentas.

C) ¿Podrán las partes discutir sobre cuestiones relacionadas con la celebración del contrato de
arrendamiento?
Según a lo dispuesto en el art. 438.3.3ª, no se admitirá en los juicios verbales la acumulación objetiva de acciones,
mientras tanto, dicho artículo señala que hay excepciones a esta regla. Así pues, una de las excepciones se refiere a
la acumulación de las acciones en reclamación de rentas o cantidades análogas vencidas y no pagadas,
cuando se trate de juicios de desahucios de finca por falta de pago o por expiración legal o contractual del plazo,
con independencia de la cantidad que se reclame.
Por ello, el presente supuesto al tratarse de una reclamación por rentas y de un desahucio por impago permite que se
discuta sobre otras cuestiones y, por consiguiente, se acumule objetivamente acciones

D) ¿Qué proceso sería de aplicación si D.A. únicamente pretendiera el desahucio de D.B. de la


vivienda arrendada por falta de pago de la renta?; ¿tendrían limitados en ese caso los medios de prueba?;
¿podría posteriormente D.A. reclamar en otro proceso las rentas adeudadas?; ¿en que tipo de
procedimiento?
Según a lo art. 447.2 LEC, los procesos en los que haya pretensión de desahucio o recuperación de finca, rústica o
urbana, dada en arrendamiento por impago de la renta se refiere a un proceso sumario.
Así pues, por tratarse de un proceso sumario los medios para la prueba son limitados. No hay limitación para
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realizar nuevas acciones relacionadas con las cantidades adeudas. Por ello, por razones de única pretensión y
menor plazo, el procedimiento debería ser también el sumario

1.3.1.3. Derecho aplicable: Arts. 248, 249.1.6c', 250.1.19, 438.3.34, 447.2 LEC.

Realizado por Santiago Sanchez y Glória Brum.

1.3.2. Caso II (§ 134)


1.3.2.1. Supuesto de hecho
D.A., legítimo tenedor de una letra de cambio, pretende el cobro de la misma frente a D.B. en su calidad de librado
aceptante de dicha cambial.

1.3.2.2. Cuestiones
A) ¿A qué procedimiento deberá acudir D.A?
Deberá acudir al proceso sumario a través de juicio cambiario que sólo procederá si al incoarlos se presenta la letra de
cambio con los requisitos previstos en la Ley Cambiaria.
B) D.B no está conforme con la reclamación del importe de la letra que efectúa D.A. ¿puede hacer valer
todos los motivos o causas de oposición que considere oportunos?
Si, ya que según el art. 824 LEC en los diez días siguientes al del requerimiento del pago el deudor podrá interponer
demanda de oposición al juicio cambiario. Esta oposición se hará en forma de demanda. El deudor cambiario podrá
oponer al tenedor de la letra las causas o motivos de oposición como pueden ser:
- La inexistencia o falta de validez de su propia declaración cambiaria, incluida la falsedad de la firma.
- La falta de legitimación del tenedor o de las formalidades necesarias de la letra de cambio.
- La extinción del crédito cambiario cuyo cumplimiento se exige al demandado.

C) ¿De qué forma continuará el procedimiento si el Juez admite la oposición de D.B?


Presentado por el deudor escrito de oposición, el Secretario judicial dará traslado de él al acreedor con citación para la
vista. Si no compareciere el deudor, el tribunal le tendrá por desistido de la oposición, si no compareciere el acreedor el
tribunal resolverá sin oírle sobre la oposición.
D) Una vez sustanciada la oposición y recaída sentencia, ¿producirá ésta efectos de cosa juzgada?
Según el art. 827 LEC la sentencia firme dictada en juicio cambiario producirá efectos de cosa juzgada, respecto de las
cuestiones que pudieron ser en él alegadas y discutidas, pudiéndose plantear las cuestiones restantes en el juicio
correspondiente.

1.3.2.3. Derecho aplicable: Arts. 819, 824, 826, 827 LEC.

Realizado por Noemí Rico.

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2. TIPOLOGÍA MATERIAL DE PROCESOS
2.1. El Proceso Penal (§ 135)

2.1.1. Supuesto de hecho


D.A. interpone denuncia, en la que relata que, en una finca de su propiedad, se han producido una serie de daños. D.A.
desconoce la persona que ha podido causar los mismos, si bien pudo ver que huía en un vehículo por lo que anotó su matrícula;
tampoco sabe en ese momento el importe de los daños.

2.1.2. Cuestiones
A)¿Qué procedimiento deberá incoar el Juzgado de Instrucción para proceder a la práctica de las
diligencias de investigación necesarias para la determinación del hecho punible y de su presunto autor?
En primer lugar el Juez instructor, al haberse producido una serie de daños en la finca de Don D.A, deberá
ordenar que se recojan y conserven los vestigios o pruebas materiales de la penetración de una persona ajena en la
finca donde se realizaron los hechos recogidos en la denuncia, procediendo a la inspección ocular y a la descripción de
todo aquello que pueda tener relación con la existencia y naturaleza del hecho (art. 326 de la LECrim). Además para
determinar la cuantía a la que ascienden los daños el Juez acordará el informe pericial (art. 456 de la LECrim).
El tipo de procedimiento sería penal, ya que el objeto del proceso es la pretensión punitiva (castigo). El
procedimiento penal aparece dividido en dos fases, instructora y de juicio oral. Para la fase instructora existen dos
tipos de posibilidades. El sumario en el proceso ordinario y las diligencias previas en el proceso abreviado. Aquí
hablamos de un juicio de faltas, ya que no le corresponden penas privativas de libertad, por la cuantía, pero como
aún desconocemos la cuantía, podremos aplicar el procedimiento abreviado hasta que se valore el daño. La fase
instructora transcurre ante el juez de instrucción y su función consiste en preparar el juicio oral, mediante la
determinación del hecho punible y de su presunto autor, denominado imputado o procesado.
Del autor de los hechos, de lo único que disponemos, es de la matrícula del vehículo en él que huía; el Juez
librará el correspondiente oficio a la Dirección General de Tráfico y así averiguar a quien pertenece dicho vehículo (art.
187 y 195 de la LECrim.)

B)Tras varios actos de investigación resulta que la persona que conducía el vehículo de D.A. vio salir de
su propiedad fue D.B. Asimismo, se tasan los daños materiales y resulta que su importe es inferior a 400 euros
¿qué procedimiento será el adecuado?
El procedimiento adecuado sería el de juicio de faltas por daños ya que en dicho caso aparecen todos los
elementos para tipificar el hecho en falta (art. 962.1 de la LECrim).

C)Supongamos que se realizan averiguaciones para determinar el titular del vehículo que D.A. vio huir
de su finca y resulta que el titular es D.C. Por parte del Juzgado se le cita a declarar y cuando acude D.C.
presenta una justificante de haber vendido su vehículo hace varios años, desconociendo el actual paradera de
la persona a quien se lo vendió, siendo imposible su localización, ¿qué resolución deberá dictar el Juez de
Instrucción?
El Juez dictará el sobreseimiento y archivo provisional de las actuaciones ya que les es imposible averiguar el
paradero actual de la persona a quien se le vendió en coche visto en el lugar de los hechos, en virtud de los arts. 637.3
y 641.2 de LECrim.

2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 779, 962, 637, 641 LECrim. y 263, 625.1 CP
Realizado por Patri Nebril Balseiro y Francisco J. Márquez González

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2.2. El Proceso Administrativo (§ 136)

2.2.1. Supuesto de hecho


D.Z.. Abogado, en representación de D.A., según acredita por medio de escritura de poder que acompaña, y al que también
asiste jurídicamente, interpone recurso contencioso-administrativo solicitando que se anule la resolución sancionadora del
Concejal de Tráfico del Ayuntamiento X, de fecha 12-02-01, que impuso a su representado multa de 500 euros, así como el
Decreto del Alcalde, de fecha 12-01-02, que en alzada confirma la sanción.

2.2.2. Cuestiones
A) ¿Qué proceso administrativo ordinario ha de seguirse para la resolución del presente recurso contencioso-
administrativo?; ¿ante qué órgano judicial?
Se utilizará el proceso administrativo ordinario abreviado en todos los asuntos cuya cuantía no superen los 30.000
euros .
El órgano judicial al que corresponde es a los Juzgados de lo Contencioso Administrativo. El demandante podrá elegir
el juzgado o tribunal en cuya circunscripción tenga su domicilio o aquel donde se halle la sede del órgano autor del acto
impugnado. Esta elección solo podrá hacerse cuando ambos se encuentren dentro de la circunscripción del mismo TSJ
B) ¿Quién asume el rol de parte actora y quién el de demandada?
La parte actora es D.A., representado en este caso por el Abogado D.Z. a quien se notificarán las actuaciones. Al
realizar actuaciones ante órganos unipersonales se podrá conferir la representación a un Procurador, estando siempre
asistidos por Abogado. Si las actuaciones se realizasen con un órgano colegiado sería obligatoria la representación
mediante Procurador.
La parte demandada es la Administración Pública Local (Ayuntamiento X
C) ¿Cómo ha de iniciarse eI correspondiente proceso contencioso-administrativo?
El recurso se iniciará por demanda, acompañada de los documentos en que el actor funde su derecho. Este
procedimiento (abreviado) está desarrollado en el artículo 78 de la LJCA

2.2.3. Derecho aplicable: Arts. 8.1, 14.1.2a, 23.1, 78 LJCA.


Realizado por Nieves y Juan Toledo

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2.3. El Proceso Constitucional (§ 137)

2.3.1. Supuesto de hecho

En el curso de un proceso civil, el órgano competente para resolución se encuentra con que una de las normas de aplicación al
caso y esencial para decidir sobre el mismo, le plantea dudas sobre su constitucionalidad, por lo que decide plantear una
cuestión de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional.

2.3.2. Cuestiones
A) ¿Debe el Juez, no obstante el planteamiento de la cuestión, dictar sentencia?
Según el art 35 LOTC: una vez terminado el procedimiento y antes de dictar sentencia, el juez debe plantear la
cuestión al Tribunal Constitucional; esto originará la suspensión provisional de las actuaciones en el proceso
judicial hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre su admisión
B) ¿Qué ocurriría si el Tribunal Constitucional estimara dicha cuestión?
Si el Tribunal Constitucional estima la cuestión, según el art 37 LOTC, se publicará en el BOE la admisión a
trámite dela cuestión de inconstitucionalidad. Quienes sean parte en el procedimiento judicial podrán formular
alegaciones. El Tribunal Constitucional dará traslado de la cuestión al Congreso de los Diputados, al Senado, al
Fiscal General del Estado y al Gobierno y, en caso de afectar a una ley o disposición normativa con fuerza de
ley dictada por una Comunidad Autónoma, a sus órganos legislativos y ejecutivos. Todos ellos podrán
personarse y formular alegaciones sobre la cuestión planteada en plazo improrrogable de 15 días. Transcurrido
este plazo, el Tribunal dictará sentencia en el plazo de 15 días prorrogables mediante resolución motivada
hasta un máximo de 30 días

2.3.3. Derecho aplicable: Arts. 35, 38, 39, 40 LOTC.

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LECCIÓN 21. LOS ACTOS PROCESALES

1. Concepto (§ 138)

2. Características de los actos procesales (§ 139)

3. Lugar de realización de los actos judiciales (§ 140)

4. Tiempo de los actos procesales (§ 141)

5. La forma de los actos procesales

5.1. La oralidad o la escritura (§ 142)


5.2. La Lengua
5.2.1. Caso I (§ 143)
5.2.2. Caso II (§ 144)
5.3. La publicidad interna y externa (§ 145)
6. La nulidad de los actos procesales

6.1. Caso I (§ 146)


6.2. Caso II (§ 147)

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Lección 21

LOS ACTOS PROCESALES

1. CONCEPTO (§ 138)
1.1. Supuesto de hecho

A) D.A., propietario-arrendador de la vivienda X, le comunica a D.B., arrendatario, que ha tenido conocimiento de que
ha realizado obras en la mencionada vivienda, consistentes en el derribo de un tabique para ampliar el salón y en la
apertura de una ventana a la calle.
Ante esta circunstancia, le requiere para que, en el plazo de 15 días, reponga la vivienda al estado anterior, indicándole
que tiene constancia de dichas obras a través de D.C., propietario del piso colindante al arrendado, quien en presencia de ambos
así lo manifiesta.
B) D.B. extiende un documento que firma y en el que hace constar que ciertamente ha realizado la obra antes
indicada y que repondrá la vivienda al estado inicial en el plazo de 20 días, promesa que no cumple.
C) D.A. presenta demanda frente a D.B., en la que solicita se declare resuelto el contrato de arrendamiento y se le
condene a entregar la vivienda en el estado en que la recibió, a la que D.B. contesta negando la existencia de la obra. En
fase de prueba. D.A. aporta el documento antes referido y depone como testigo a D.C.

1.2. Cuestiones
A) Calificación de los actos realizados por D.A., D.B. y D.C., según las distintas fases en que se producen.
D.B. arrendatario de la vivienda X realiza unas obras, que consisten en el derribo de un tabique para ampliar el salón y
además en la apertura de una ventana a la calle.
D.C. propietario del piso colindante al arrendado informa a D.A. propietario arrendador de dichas obras; ante lo cual
D.A. le otorga el plazo de 15 días a D.B. para que reponga la vivienda al estado anterior

B) ¿Tienen naturaleza procesal la comunicación y requerimiento que D.A. formula a D.B., la manifestación que realiza
D.C. y el documento que extiende D.B.?
No tienen naturaleza procesal, ya que tanto la comunicación, el requerimiento, la manifestación de que realiza D.C., así
como el documento que extiende D.B. no se realizan dentro de un proceso.

C) ¿Tiene naturaleza procesal dicho documento y su contenido una vez que ha sido aportado como medio de
prueba en el proceso?; ¿y la declaración como testigo de D.C.?
Si, una vez incoado un proceso judicial y aportados dichos documentos como medio de prueba, estos poseen
naturaleza procesal.
En cuanto a la declaración como testigo de D.C., forma parte del proceso como medio de prueba, en este caso
testifical.

Realizado por María C.Ferreiro y Carlos Ocaña

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2. CARACTERÍSTICAS DE LOS ACTOS PROCESALES (§ 139)
2.1. Supuesto de hecho

A) D.A., mayor de edad, y D.B., de 14 años, presentan demanda en el Juzgado de Paz de su localidad en
reclamación de 3.606 euros, haciéndolo a través del Procurador D.Z., que presenta apoderamiento otorgado por ambos,
y bajo la dirección del Abogado D.X.; demanda que dirigen frente a D.C., que se persona "por sí" y asistido del
Abogado D.U.
B) Admitida a trámite la demanda, se sigue el juicio por los trámites del juicio verbal y en él se propone prueba
testifical, que resulta admitida. A lo largo del procedimiento D.A. manifiesta que D.C. ha reconocido adeudarle 3.000
euros de los 3.606 euros que en la demanda se reclaman, manifestación con base en la cual recae sentencia
estimatoria parcial por la que se condena a D.C. a pagar a D.A. y a D.B. la cantidad de 3.000 euros.

2.2. Cuestiones
A) Determinación de si el acto realizado en nombre de D.B, está revestido de condiciones de validez procesal.
La presentación de la demanda, realizada en su nombre por el Procurador D.Z mediante apoderamiento otorgado por
el menor D.B. carece de validez procesal.
El Art.7.1º de la LEC contiene una regla general relativa a la capacidad procesal, atribuyéndola a quienes estén en el
pleno ejercicio de sus derechos civiles: “sólo podrán comparecer en juicio los que estén en el pleno ejercicio de sus
derechos civiles”.
Comoquiera que la ley procesal remite a las normas del Derecho civil a los efectos de la determinación de las personas
a las que se reconoce capacidad para actuar en el proceso, debemos acudir a estas disposiciones para saber qué
personas podrán comparecer en juicio por sí solas.
a) El pleno ejercicio de los derechos civiles se atribuye a los que hayan alcanzado la mayoría de edad, que tiene lugar
a los dieciocho años (art 315 Cc y Art.12 CE), lo que convierte a la persona física en capaz para todos los actos de la
vida civil, salvo las excepciones establecidas en casos especiales por el propio CC (Art.322 CC “ El mayor de edad es
capaz para todos los actos de la vida civil, salvo las excepciones establecidas en casos especiales por este Código” .
Por consiguiente, los mayores de edad tienen capacidad procesal al estar en pleno ejercicio de sus derechos civiles.
b) Aun cuando no son personas en plenitud de sus derechos civiles, el CC atribuye también capacidad para
comparecer en juicio por sí mismos, junto a los mayores de edad, a los menores emancipados (art.323).
c) De aquí que, a contrario sensu, carecerán de capacidad procesal los menores, los incapacitados, y en ciertos casos,
los pródigos, por cuanto no se hallan en el pleno ejercicio de sus derechos civiles.

B) Determinación de si los actos realizados por el Juez de Paz son válidos.


Los Juzgados de Paz son servidos por jueces legos, es decir, personas que no pertenecen a la carrera judicial, a
diferencia del resto de los órganos judiciales existentes en España.
Se trata de órganos unipersonales ubicados en los municipios donde no existe Juzgado de Primera Instancia e
Instrucción. Asumen competencias de menor importancia tanto en el orden civil como en el penal:
 Reclamaciones inferiores 90 euros (art.47 LEC)
 Faltas tipificadas en los arts.620, 626, 630, 632 y 633 del Código Penal (art.14.1 LECrim)
 Funciones delegadas en Registro Civil (art.86 LOPJ)
Por tanto en este caso los actos realizados por el Juez de Paz carecen de validez por exceder de su competencia.

C) ¿En qué momento produce sus efectos la demanda?


Desde el momento de su presentación al tribunal, pero sujeto a su admisibilidad posterior.

D) El reconocimiento parcial de la deuda realizada por D.C., 1. ¿tiene carácter procesal como negocio bilateral
entre las partes, aunque realizado fuera del proceso?
Se entiende por reconocimiento de deuda el negocio unilateral por el que una persona declara o reconoce la existencia
de una deuda, no se encuentra regulado de forma expresa en el Código Civil, pero sí está reconocido por la
jurisprudencia.

El reconocimiento de deuda no es un contrato aunque pueda tener en él su origen o razón de ser; no lo es porque en
el reconocimiento de deuda solo interviene, voluntariamente, una parte que firma un único documento que entrega a su
acreedor entendiendo que de ese modo se obliga expresamente a cumplir una obligación anterior subsistente. No
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obliga al acreedor, que puede estar de acuerdo o no con la deuda reconocida.
Por tanto la respuesta es que no tiene carácter procesal como negocio bilateral puesto que no es tal.

2. ¿si hubiera sido plasmado por escrito y por voluntad de ambas partes se incorpora al proceso?
El reconocimiento de deuda es un documento que puede suscribirse en forma de contrato entre deudor y acreedor, en
el que se pactan unas condiciones determinadas para el pago de la deuda.
Se podrá incorporar al proceso según señala el articulo 19.1,2,3 de la LEC,
Derecho de disposición de los litigantes. Transacción y suspensión.
1. Los litigantes están facultados para disponer del objeto del juicio y podrán renunciar, desistir del juicio, allanarse,
someterse a mediación o a arbitraje y transigir sobre lo que sea objeto del mismo, excepto cuando la ley lo prohíba o
establezca limitaciones por razones de interés general o en beneficio de tercero.
2. Si las partes pretendieran una transacción judicial y el acuerdo o convenio que alcanzaren fuere conforme a lo
previsto en el apartado anterior, será homologado por el tribunal que esté conociendo del litigio al que se pretenda
poner fin.
3. Los actos a que se refieren los apartados anteriores podrán realizarse, según su naturaleza, en cualquier momento
de la primera instancia o de los recursos o de la ejecución de sentencia.

3. ¿podría considerarse como provisto de causa y con validez procesal?


Un elemento esencial para el reconocimiento de la deuda según la jurisprudencia española es la causa de la deuda.
Los tribunales españoles entienden que el reconocimiento de la deuda debe ser causal, es decir ha de tener una
causa.
Por lo tanto la existencia de una causa es primordial, ya que de no existir, el contrato no produciría efecto alguno
(Art.1275 Código Civil).

E) Recurrida en apelación la sentencia por D.C., ¿debe el Tribunal de apelación declarar la nulidad de lo
actuado? ¿Por qué motivo?
En aplicación del artículo 238.1 de la LOPJ el Tribunal de apelación debería declarar la nulidad de lo actuado, puesto
que ya ha quedado establecida la falta de competencia del Juez de Paz.
“Los actos procesales serán nulos de pleno derecho en los casos siguientes: 1. º Cuando se produzcan por o ante
tribunal con falta de jurisdicción o de competencia objetiva o funcional.”
Así mismo y según el art. 240 de la misma LOPJ, también deberia el Tribunal declarar la nulidad de lo actuado.
1. La nulidad de pleno derecho, en todo caso, y los defectos de forma en los actos procesales que impliquen ausencia
de los requisitos indispensables para alcanzar su fin o determinen efectiva indefensión, se harán valer por medio de los
recursos legalmente establecidos contra la resolución de que se trate, o por los demás medios que establezcan las
leyes procesales.
2. Sin perjuicio de ello, el juzgado o tribunal podrá, de oficio o a instancia de parte, antes de que hubiere recaído
resolución que ponga fin al proceso, y siempre que no proceda la subsanación, declarar, previa audiencia de las partes,
la nulidad de todas las actuaciones o de alguna en particular.
En ningún caso podrá el juzgado o tribunal, con ocasión de un recurso, decretar de oficio una nulidad de las
actuaciones que no haya sido solicitada en dicho recurso, salvo que apreciare falta de jurisdicción o de competencia
objetiva o funcional o se hubiese producido violencia o intimidación que afectare a ese tribunal.

2.3. Derecho aplicable: Arts. 1, 6, 7, 9, 19, 23, 31, 44, 45, 47, 48, 360 LEC, 1261 y 1274 CC y 238, 240 y 241 LOPJ.

Realizado por Manuel Aboy e Irene Losada

3. LUGAR DE REALIZACIÓN DE LOS ACTOS JUDICIALES (§ 140)

3.1. Supuesto de hecho


En el procedimiento abreviado seguido por el presunto delito de daños en la vivienda propiedad de D.A., el Abogado de
la acusación particular propone las pruebas que, a continuación se relacionan: inspección ocular, testifical de cinco

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personas que indica, una de las cuales se encuentra con una deficiencia física que le impide acudir a la sede del
Tribunal, confesión del acusado y pericial.

3.2. Cuestiones
A) El Tribunal deniega, por medio de auto, la prueba de reconocimiento judicial y la testifical de la persona
impedida, amparándose en que toda la prueba ha de practicarse en la sede del órgano judicial. Las demás
pruebas son admitidas. ¿Resulta ajustada a Derecho la decisión del Tribunal?; ¿qué cauce se le ofrece a la
acusación particular como remedio ante esa denegación?
El artículo 718 y siguientes de la LECrim, autoriza a tomarle declaración. Por lo tanto, no se ajusta a Derecho la
decisión del Tribunal.
El recurrente podrá pedir la práctica de pruebas, que le fueran indebidamente denegadas o rechazadas, en el
proceso. Dentro de los diez días siguientes a la notificación de la sentencia. Alegando la indefensión que le supuso, en
la formulación del escrito de recurso ante la Audiencia Provincial correspondiente. Como establece el art. 790.3LECrim.
B) Si el Juez así lo considera se podría aplicar el artículo 718 LECr, que especifica que si el testigo no hubiera
comparecido por imposibilidad, el Presidente designará a uno de los miembros del Tribunal para que se
persone en su casa, para tomarle declaración.
Si el testigo residiera fuera del lugar donde se está celebrando el juicio, se le aplicaría el artículo 719 LECr, que
dictamina que si se da esta circunstancia, el Secretario, librará un exhorto para que dicha persona sea examinada ante
el Juez correspondiente.
Por lo que, respondiendo a la pregunta, la respuesta sería si: Es posible practicar la testifical mediante auxilio judicial,
ya que los testigos no residen en la provincia donde está sito el Tribunal.

3.3. Derecho aplicable: Arts. 268 LOPJ y 718, 719, 720, 727, 746, 790 LECrim.

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4. TIEMPO DE LOS ACTOS PROCESALES (§ 141)
4.1. Supuesto de hecho

A) D.A. interpone demanda el día 31 de julio de 2002, sábado, frente a D.B., solicitando, por el cauce del juicio
verbal, la suspensión de la obra que éste último está realizando y que estima le causa un perjuicio irreparable.
Admitida la demanda, el Juez de Primera Instancia convoca a las partes a la celebración de vista, en la que se propone,
admite y práctica prueba testifical y pericial.
B) Una vez finalizada la práctica de la prueba, D.B. manifiesta ante el Juzgado que ha tenido noticias de la
existencia de otros testigos y solicita sean llamados y oídos.

4.2. Cuestiones
A) ¿Podrá el Juez, el día 2 de agosto, dictar auto admitiendo a trámite la demanda y ordenar, con anterioridad a
la celebración de la vista, la inmediata suspensión al dueño o encargado de la obra?; ¿podrá celebrar la prueba
testifical junto a la práctica de la referida diligencia?;¿en virtud de qué argumentos?
Si podrá, ya que ha admitido la demanda y ello significa que estima el carácter de urgencia de los actos procesales,
por suponer daños irreparables al perjudicado y en virtud del art. 183 LOPJ. Teniendo en cuenta que se trata de un día
inhábil ya que se encuentra fuera del periodo ordinario de actividad que marca el art. 179 LOPJ.
El Juez en virtud del art. 141.2 LEC, podrá ordenar la paralización de la obra, al dueño o encargado de la misma e
incluso la realización de medidas encaminadas a evitar daños a lo edificado, así como caución para continuarla.
Podrá asimismo practicar las pruebas periciales en virtud del citado artículo de la LEC (441.2), antes de la vista.
Todo ello en virtud del carácter de urgencia de los actos y el carácter sumario del proceso.

B) ¿Podrá el órgano judicial convocar a las partes para la celebración de la vista el día 15 del mes de agosto?
No, de ninguna manera, ya que se trata de un día inhábil para celebrar vistas. No creo que se considere urgente la
celebración de la misma, como para habilitar un domingo. En todo caso se celebraría el lunes 16 de agosto.

C) Como consecuencia de las manifestaciones efectuadas por D.B., una vez concluido el periodo probatorio, en
las que afirma tener conocimiento de otros testigos, ¿puede el Juez retrotraer el procedimiento y acordar que
sean citados y oídos?
No, en virtud del art. 271 LEC, no se pueden aportar pruebas documentales o de otros medios después de celebrarse
la vista, a no ser que el Juez determine que se encuentran entre las causas que señala el art. 435 LEC.

D) Recaída sentencia el día 1 de septiembre del 2002 y notificada el día 5, viernes, del mismo mes y año, la
representación procesal de D.B. presenta, escrito solicitando se tenga por preparado recurso de apelación,
alegando que el Juez le concedió dos días de prorroga a tal efecto. Si el Juez tuviere por preparado el recurso
de apelación ¿puede la parte contraria oponerse a ello?, ¿en qué momento y con base a qué argumentación?
De entrada el día 5 de septiembre es domingo, no viernes, con lo que no es día hábil para realizar notificaciones, ni
presentación de escritos en el orden civil, en virtud del art. 135.2 LEC

4.3. Derecho aplicable: Arts. 179, 182-185 LOPJ y 132-136, 441.2 LEC.
Realizado por Ivan Hernandez y JCarlos Tortosa

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5. LA FORMA DE LOS ACTOS PROCESALES

5.1. La oralidad o la escritura (§ 142)

5.1.1. Supuesto de hecho


D.A. presenta denuncia en forma oral ante el Juzgado de Guardia declarando que D.B., en pago de una venta
realizada, le entregó un cheque que decía librado por su padre y que, al ir a cobrarlo, le denegaron el pago por no
corresponder la firma del librador con la del titular de la cuenta corriente a que se correspondía el cheque.
5.1.2. Cuestiones
A) La denuncia presentada verbalmente por D.A… ¿puede considerarse productora de efectos jurídico o
es necesario que hubiera sido realizada por escrito? ¿y si el acto de iniciación del proceso penal fuere una
querella?
Si, las denuncias pueden hacerse por escrito o de palabra, personalmente por medio de mandatario con poder especial
(art. 265 LECrim).
En el caso de que sea una querella, el art. 277 LECrim reza que se hará siempre por medio de Procurador con poder
bastante y suscrita por Letrado.
Se extenderá en papel de oficio, y en ella se expresará:
1. º El Juez o Tribunal ante quien se presente.
2. º El nombre, apellidos y vecindad del querellante.
3. º El nombre, apellidos y vecindad del querellado.
En el caso de ignorarse estas circunstancias, se deberá hacer la designación del querellado por las señas que mejor
pudieran darle a conocer.
4. º La relación circunstanciada del hecho, con expresión del lugar, año, mes, día y hora en que se ejecutó, si se
supieren.
5. º Expresión de las diligencias que se deberán practicar para la comprobación del hecho.
6. º La petición de que se admita la querella, se practiquen las diligencias indicadas en el número anterior, se proceda a
la detención y prisión del presunto culpable o a exigirle la fianza de libertad provisional, y se acuerde el embargo de sus
bienes en la cantidad necesaria en los casos en que así proceda.
7. º La firma del querellante o la de otra persona a su ruego si no supiere o no pudiere firmar cuando el Procurador no
tuviese poder especial para formular la querella.

B) Si fuere procedente formular acusación, ¿se podría realizar oralmente?


Si, podría realizarse oralmente tal y como reza el art. 229.1. LOPJ “Las actuaciones judiciales serán
predominantemente orales, sobre todo en materia criminal, sin perjuicio de su documentación” y siempre que se
garantice o se salvaguarde el derecho de defensa (art.229.3 LOPJ). Y para que la oralidad despliegue su máxima
eficacia, las actuaciones procesales deben efectuarse ante el destinatario de las mismas, esto es, con la inmediación
del juez.

C) Un vez abierto el juicio oral, ¿se puede practicar la prueba por escrito o necesariamente lo ha de ser en
forma oral?; en este segundo supuesto, ¿Cómo quedaría constancia de ella.
Si, puede hacerse tanto por escrito como oral y con respecto a la constancia podemos destacar al artículo 120.1 CE
que reza: Las actuaciones judiciales serán públicas, con las excepciones que prevean las leyes de procedimiento y por
otro lado al artículo 230 LOPJ que nos dice que:
1. Los Juzgados y Tribunales podrán utilizar cualesquiera medios técnicos, electrónicos, informáticos y telemáticos,
para el desarrollo de su actividad y ejercicio de sus funciones, con las limitaciones que a la utilización de tales medios
establece la Ley Orgánica 5/1992, de 29 octubre, y demás leyes que resulten de aplicación.
2. Los documentos emitidos por los medios anteriores, cualquiera que sea su soporte, gozarán de la validez y eficacia
de un documento original siempre que quede garantizada su autenticidad, integridad y el cumplimiento de los requisitos
exigidos por las leyes procesales.
3. Los procesos que se tramiten con soporte informático garantizarán la identificación y el ejercicio de la función
jurisdiccional por el órgano que la ejerce, así como la confidencialidad, privacidad y seguridad de los datos de carácter
personal que contengan en los términos que establezca la ley.
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4. Las personas que demanden la tutela judicial de sus derechos e intereses podrán relacionarse con la Administración
de Justicia a través de los medios técnicos a que se refiere el apartado primero cuando sean compatibles con los que
dispongan los Juzgados y Tribunales y se respeten las garantías y requisitos previstos en el procedimiento que se trate.
5. Reglamentariamente se determinarán por el Consejo General del Poder Judicial los requisitos y demás condiciones
que afecten al establecimiento y gestión de los ficheros automatizados que se encuentren bajo la responsabilidad de
los órganos judiciales de forma que se asegure el cumplimiento de las garantías y derechos establecidos en la Ley
Orgánica 5/1992, de 29 octubre, de Regulación del tratamiento automatizado de los datos de carácter personal.
Los programas y aplicaciones informáticos que se utilicen en la Administración de Justicia deberán ser previamente
aprobados por el Consejo General del Poder Judicial, quien garantizará su compatibilidad.

5.1.1 Derecho aplicable: Arts. 120.2 CE, 229 y 230 LOPJ y 265 y 277 LECrim.

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5.2. La Lengua

5.2.1. Caso I (§ 143)


5.2.1.1. Supuesto de hecho
D.A., nacido y residente en La Coruña, presenta querella en el Juzgado de Guardia de su domicilio por un delito de
injurias, que dice haberse cometido en la citada localidad, frente a D.B., nacido y domiciliado en Madrid, y frente a D.C.,
nacido y domiciliado en Lugo. Dicha querella viene redactada en gallego.

5.2.1.2. Cuestiones

A) Debido a que la querella se ha de poner en conocimiento de las partes acusadas y a que el Juez no conoce
la lengua gallega, ¿Se puede admitir a trámite estando redactada en gallego?
Si, se puede admitir a trámite estando la querella redactada en gallego.
Tal y como figura en el art. 231.4 LOPJ (declarado constitucional por la STC 105/2000), los documentos presentados en
el idioma oficial de la Comunidad Autónoma donde tienen lugar las actuaciones judiciales tienen, sin necesidad de
traducción al castellano, plena validez y eficacia.
El Juez, por su parte, debe ordenar la traducción del escrito para poder llevar a cabo la función jurisdiccional (art 117.1
y 3 CE) (STC 105/2000) y proporcionar a todos la tutela judicial efectiva proclamada en el art. 24.1 CE, lo cual no
podría llevar a cabo sin entender la querella al estar en gallego y desconocer éste el idioma.

B) D.B y D.C reciben en Madrid y Lugo, respectivamente, citación para que comparezcan en el Juzgado de La
Coruña en relación con la indicada querella, la cual se pone en su conocimiento en la misma lengua en que
viene redactada. ¿Se encuentran ambos en la misma situación?; ¿puede alegar D.B indefensión y por qué
motivo?
No. No se encuentran en la misma situación puesto que una de las partes se encuentra fuera de la Comunidad
Autónoma Gallega, dónde se ha querellado a D.B, nacido en Madrid.
Si, D.B. puede alegar indefensión. El art. 231.2 reza: “Los Jueces, Magistrados, Fiscales, Secretarios y demás
funcionarios de Juzgados y Tribunales podrá usar también la lengua oficial propia de la Comunidad Autónoma, si
ninguna de las partes se opusiere, alegando desconocimiento de ella que pudiere producir indefensión”. Es decir, los
órganos judiciales no pueden usar una lengua oficial distinta del castellano en el caso de que alguna de las partes
alegue desconocimiento de la lengua, que pudiera producir indefensión, como es el caso relatado.
Al alegar indefensión, se procederá de oficio a la traducción al castellano de la querella para que el proceso cumpla la
finalidad que le es propia en el art. 231.4 LOPJ.

C) Durante el desarrollo del proceso D.B acude al Juzgado de La Coruña y presenta varios testigos, unos
de Madrid y otros de Lugo. Tanto D.B, como los testigos que residen en Madrid pretenden declarar en
castellano, mientras que D.A y los testigos con residencia en Lugo lo desean hacer en gallego. ¿Tienen
derecho los unos y los otros a declarar en la lengua que desean? ¿Qué solución se prevé para que puedan
entenderse?
Si, el art. 231.3 LOPJ especifica que efectivamente es posible que los testigos declaren tanto en la lengua oficial de la
Comunidad Autónoma como en castellano.
El art. 231.3 LOPJ, dice: “Las partes, sus representantes y quienes les dirijan, así como los testigos y peritos, podrán
utilizar la lengua que sea también oficial en la Comunidad Autónoma en cuyo territorio tengan lugar las actuaciones
judiciales, tanto en manifestaciones orales como escritas”.
La solución para que puedan entenderse están en el art. 231.5 LOPJ, por el que es posible habilitar como intérprete a
cualquier persona conocedora de la lengua empleada, previo juramento o promesa de aquella.

D) Si el querellante fuera inglés, ¿podría presentar la querella y prestar declaración en su idioma?


Si. Los art. 24.1 y 24.2 CE suscriben que todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y
tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos sin que en ningún caso pueda producirse indefensión,
así como que todas las personas tienen derecho a un proceso público sin dilaciones indebidas y con todas las
garantías.
De forma aún más específica, tenemos el art. 143 LEC donde figura que cuando una persona no conozca el castellano
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ni la lengua oficial de la Comunidad Autónoma, se le habilitará un intérprete.
De las actuaciones se levantará acta, en la que constarán los textos en el idioma oficial, debiendo ser firmado también
por el intérprete.

5.2.1,3. Derecho aplicable: Art. 231 LOPJ.


Realizado por Irene Sánchez Córcoles y Julia García Muñiz

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5.2.2. Caso II (§ 144)


5.2.2.1. Supuesto de hecho
Don. E.T.G., Procurador de los Tribunales y de don A.A.Z., interpone recurso de amparo contra la Sentencia de la Sección Y
de la Audiencia Provincial de Vizcaya, resolutoria del recurso de apelación promovido contra la Sentencia dictada por el
Juzgado de Primera Instancia de Bilbao.
Los hechos en los que se fundamenta la demanda se contraen, sucintamente, a la circunstancia de que en autos de juicio
ordinario, D. A.A.Z contestó a las preguntas formuladas en el interrogatorio de partes en lengua vasca, facilitándole así una
seguridad y comodidad en la expresión que, según declaró, no habría tenido de haberse visto obligado a declarar en
castellano.
Sin embargo, sus declaraciones fueron vertidas al acta en castellano por un traductor oficial presente en el acto a
requerimiento del Juez, haciendo así posible el conocimiento de las respuestas dadas por don A.A.Z. por parte de quienes,
participando también en el proceso (y muy singularmente, los órganos judiciales), no tienen constitucionalmente la obligación
de conocer la lengua oficial autonómica.
Se alega infracción de los arts. 14 y 24.1 CE. La vulneración del principio constitucional de igualdad resultaría del hecho
de que, a juicio del actor, habría sido discriminado por razón de lengua, toda vez que, mientras los castellano parlantes ven
siempre recogidas sus declaraciones en la misma lengua en la que las realizaron, a los vascos parlantes se les exige un plus:
«que determinen si la traducción que se le ha hecho al otro idioma cooficial recoge sus expresiones originales y en su caso
muestre su disconformidad».
En relación con la posible infracción del art. 24.1 CE se alega que «la actuación del Juzgado supone negar a una de las
partes la consumación de sus derecho a declarar en juicio en su lengua propia, que es también oficial del lugar del
Juzgado. lo que nos sitúa de lleno en la indefensión del art. 24 de la CE».

5.2.2.2. Cuestiones
A) ¿Considera usted que la consignación del interrogatorio de don A.A.Z. en lengua castellana ha
redundado en merma de defensa de sus derechos e intereses legítimos? Razone su respuesta.
No creo que la consignación del interrogatorio de don A.A.Z. en lengua castellana suponga una merma de sus
derechos e intereses legítimos, ya que, el actor es titular del derecho de utilizar durante el proceso la lengua oficial de
su CCAA, pero eso no quiere decir que esa lengua vaya a ser utilizada durante todo el proceso. Los órganos judiciales
no tienen la obligación de expresarse en la lengua autonómica, aun cuando las partes se dirijan a dicho órgano en esa
lengua oficial. Éstos están obligados a utilizar la lengua oficial del Estado, que es el castellano y podrán utilizar la
lengua propia de la CCAA, si ninguna parte se opusiese. Según el art. 3, “todos españoles tienen el deber de conocer
el castellano”, por lo que, el uso de otra lengua oficial (o del castellano), no supone ni un incremento ni una
disminución de derechos o intereses legítimos, éstos siguen siendo los mismos.

B) ¿Resulta adecuada, desde la perspectiva de la ordenada articulación de las dos lenguas oficiales en el
País Vasco, la solución arbitrada por los órganos judiciales ante la cuestión planteada por don A.A.Z.?
Los órganos judiciales no tienen la obligación de expresarse en la lengua autonómica. Es más, si ésta produce efectos
fuera de la jurisdicción de los órganos judiciales, se procederá a su traducción, de oficio, o si así lo disponen las leyes.
También se procederá a la traducción de las actuaciones judiciales y los documentos cuando el juez o tribunal
desconozcan la lengua cooficial distinta del castellano.
Don A.A.Z., si considera que fue discriminado por razón de lengua, porque cree que la traducción no recoge sus
expresiones originales, puede impugnar en el plazo de 5 días siguientes desde el traslado del documento,
manifestando que no la tiene por fiel y exacta. En ese caso, el secretario ordenará la traducción oficial del documento,
pero a costa de don A.A.Z.

C) Si el órgano judicial hubiera obligado a don A.A.Z. a contestar a las preguntas que se le formularon en
lengua castellana, ¿existiría una discriminación por razón de lengua?
Entonces sí que habría discriminación, ya que el actor está en su derecho de utilizar la lengua oficial de la CCAA en
donde tienen lugar las actuaciones judiciales, y en este caso se corresponden.

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5.2.2.3. Derecho applicable: Art. 231 LOPJ; art. 3 CE.

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5.3. La publicidad interna y externa (§ 145)

5.3.1. Supuesto de hecho


En el Juzgado de Instrucción num. 2 de Madrid se incoa sumario por un presunto delito de homicidio, cuya víctima
resulta ser un menor de edad y la persona, denunciada como autor de los hechos, su hermano.

5.3.2. Cuestiones

A) Un hermano común de la víctima y denunciado pretende conocer las actuaciones sumariales, ¿está
obligado el órgano judicial a su exhibición?; ¿y si quien tuviere dicho interés fuere el Abogado
designado por la parte denunciada?

El hermano común de las partes presenta un interés legítimo de conocer las actuaciones sumariales y estará en todo
su derecho de obtener copias de los documentos siempre que no hayan sido declarados secretos ni reservados tal y
como anuncia el art 234.2 LOPJ por razones fundadas como son de orden público art 232.2 LOPJ o de protección de
los intereses de menores como es el caso de la víctima que es un menor de edad.

En el caso del abogado designado por la parte denunciada ocurrirá exactamente lo mismo, el órgano judicial podrá
limitar el ámbito de la publicidad por las razones anteriormente previstas.

B) ¿Puede el Juez, por razones de orden público y de protección de los derechos y libertades,
decretar el secreto del sumario hasta su conclusión?
Si, como mencionamos anteriormente y bajo el amparo del art 232 LOPJ las actuaciones judiciales serán públicas
excepto en los casos fundamentados por razones de orden público y de protección de derechos y libertades. Se
trataría en ese caso de una publicidad relativa indirecta cuando, una vez realizado el acto, se les da cuenta a las
partes de su contenido con posterioridad
C) ¿Habrá de celebrarse necesariamente el juicio oral en audiencia pública? En caso contrario,
¿qué resolución habrá de dictarse para acordar su celebración a puerta cerrada y por qué motivos?

La fase del juicio oral estará presidida por el principio de publicidad absoluta inmediata, constituyendo su infracción
una causa de nulidad del juicio (art 680 LECrim).

Sin embargo podrá acordarse su celebración a puerta cerrada por motivos de orden público, de moralidad o de
respecto a la persona ofendida o a sus familiares. Esta resolución debe adoptarse por el presidente de oficio y a
petición de los acusadores, que consultará al tribunal el que acordará en un auto motivado y sin posibilidad de
recurso alguno (art 680 LECrim).
D) Acordada la celebración del juicio en audiencia pública, ¿también será pública la deliberación del
Tribunal?

No, las deliberaciones de los tribunales son secretas, al igual que el resultado de las votaciones. ( art 233 LOPJ)

5.3.3. Derecho aplicable: Arts. 232, 233 y 234 LOPJ y 680, 681 y 682 LECrim.

6. LA NULIDAD DE LOS ACTOS PROCESALES


6.1. Caso I (§ 146)

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6.1.1. Supuesto de hecho

A) D.A. presenta demanda frente a D.B. y D.C. en reclamación de la cantidad de 2.400 euros, que dice le son
debidas por éstos a partes iguales; D.A. señala como domicilio de D.B. el piso Y A, de la calle ..., Madrid, y en
cuanto a D.C. dice desconocer su domicilio y solicita sea citado por edictos. Admitida a trámite la demanda, se
acuerda la citación personal de D.B. y la edictal de D.C.
B) D.B. acude a juicio y propone como prueba, entre otras, la de interrogatorio de parte del codemandado D.C., que
se encuentra en estrados. Admitida dicha prueba es llamado D.C., quien manifiesta que ha tenido conocimiento del
asunto en el día anterior y que el demandante conoce perfectamente su domicilio en Madrid, como lo acredita con
una carta que exhibe por éste remitida unos días antes de interponer la demanda; en este momento, D.C. solicita al
Juez declare nulo todo lo actuado y se le de traslado de la demanda con nueva citación para juicio. El Juez no accede
a ello y sólo le permite que conteste a la demanda, de la que le da traslado en ese mismo momento.
C) Seguido el juicio por sus trámites recae sentencia condenatoria, tanto para D.B., que ha reconocido
expresamente ser deudor de la parte que a él se le reclama, como para D.C., que no ha reconocido su condición de
deudor.

6.1.2. Cuestiones
A) Notificada la sentencia a D.C., esta vez de forma personal en su domicilio, ¿puede invocar nulidad de
actuaciones? Si así fuere, ¿lo puede hacer por mera alegación ante el Juez que dictó la sentencia?; ¿qué
cauce habrá de utilizar?
No, una vez dictada la sentencia definitiva, D.C. no puede invocar la nulidad de las actuaciones porque se consideran
actos procesales nulos de pleno derecho los citados en el articulo 238 de la LOPJ.
En principio quedan subsanados todos los posibles defectos que puedan existir en el proceso una vez dictada la
sentencia.
Sin embargo, si tuviera que hacerlo, el artículo 240 de la LOPJ contempla lo siguiente: “la nulidad de pleno derecho...
se harán valer por medio de los recursos legalmente establecidos contra la resolución que se trate, o por los demás
medios que establezcan las leyes procesales. “
Por lo tanto, no basta con una alegación ante el juez sino que tendrá que interponer recurso ante el tribunal en un plazo
de 20 días desde la notificación de la resolución. (Artículo 241.1 LOPJ)

B) ¿En qué puede amparar la nulidad de actuaciones?: ¿Puede aducir como fundamento que la
sentencia se dictó fuera de plazo?
D.C solicita la nulidad de actuaciones en base a la prueba que presenta al Juez para demostrar que D.A
conocía su domicilio con antelación a la demanda (comportamiento doloso), con lo cual, también se le hubiera
podido notificar la citación personalmente, y no por Edicto. Al ser por Edicto, corre el riesgo de no tener
conocimiento del termino o plazo acordado para la citación (art.242). Es decir, puede aducir como causa la
indefensión producida por la falta de emplazamiento, al tener noticia de la demanda el día anterior a la vista, sin
haber tenido tiempo material para hacer alegaciones a favor de su defensa, que vulnera el derecho a la tutela
efectiva del Art. 24 CE.
No, no puede aducir como fundamento que la sentencia se dictó fuera de plazo. El art. 241.2 LOPJ establece
que aunque se admita a trámite el escrito en que se pida la nulidad, no quedará en suspenso la ejecución y eficacia
de la sentencia.

C) Si se estimara la nulidad de actuaciones que haya invocado D.C., ¿necesariamente habrá de declararse
nulo todo lo actuado?; ¿puede tenerse por válido el reconocimiento realizado por D.B.?
No, si se estimara la nulidad de actuaciones no habrá que declararse nulo todo lo actuado, ya que según el artículo 243
LOPJ “ La nulidad de un acto no implicará la de los sucesivos que fueren independientes de aquél ni la de aquellos
cuyo contenido hubiese permanecido invariado aun sin haberse cometido la infracción que dio lugar a la nulidad. ..”
Si, puede tenerse por valido el interrogatorio hecho porque D.C. ha invocado la nulidad de actuaciones sobre la
sentencia y no sobre la practica de las pruebas. Además según el articulo 241 de la LOPJ no se admitirán con carácter
general incidentes de nulidad de actuaciones, al menos que alguna parte declare que se ha vulnerado un derecho
fundamental de los referidos en el artículo 53.2 de la Constitución, y no es el caso.

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D) ¿Pudo el Juez, de oficio, declarar la nulidad de actuaciones a raíz de la manifestación de D.C. y una vez
comprobada su veracidad oídas las demás partes?
El Juez de oficio, si así lo considera oportuno, puede declarar una nulidad de actuaciones, siempre que esa nulidad
haya sido solicitada a través de un recurso y antes de que se dictara la resolución que ponga fin al proceso tal como lo
establece el art. 240.2 LOPJ.

6.1.3. Derecho aplicable: Arts. 238, 240, 241, 242, 243.1 y 2 LOPJ y 225, 227 LEC.

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6.2. Caso II (§ 147)


6.2.1. Supuesto de hecho
El día 12 de noviembre de 2009 D. A.S.A. presentó en el Decanato de los Juzgados de Burgos demanda en juicio ordinario
en reclamación de la cantidad de 9.000 euros.
Con fecha 15 de enero de 2010 se notificó al Procurador de la parte demandada su admisión a trámite y que la tramitación de
la demanda le había correspondido, por turno de reparto, al Juzgado de 1' Instancia num. 4 de Burgos.
Sin motivo alguno la contraparte presentó, con base en lo establecido en los arts. 19.89 y 461 de la LOPJ, escrito de
recusación del Secretario del citado Juzgado, formándose por el Juez de ese Juzgado pieza de recusación que fue
inmediatamente elevada a la Audiencia Provincial de Burgos, la cual, con fecha 15 de abril dictó auto estimando la
recusación del Sr. Secretario Judicial del Juzgado núm. 4 de Burgos, no siendo susceptible de recurso alguno y, por tanto,
apartando definitivamente al recusado del conocimiento del pleito.
Dispone literalmente el art. 116 LEC que presentado el escrito de recusación el Secretario Judicial recusado informará
detalladamente por escrito si reconoce o no como cierta y legítima la causa alegada, y pasará los autos a quien corresponda
para que dé cuenta a la Sala o Sección que deba conocer de la recusación.
En el caso que nos concierne, el Juez Instructor de la recusación remitió a la Sala de la Audiencia Provincial de Burgos
directamente, nada más recibirlo, el escrito de recusación de la parte demandada, con sus documentos, sin previo informe del
Secretario Judicial en el que se detallase por escrito si reconoce o no como cierta y legítima la cusa alegada, tal y como
prescribe el art. 116 LEC.

6.2.2. Cuestiones
A. ¿Concurren en el presente supuesto los requisitos especificados por la Ley para poder promover incidente
excepcional de nulidad de actuaciones? En caso afirmativo, indique cuáles sean dichos requisitos.
El incidente excepcional de nulidad de actuaciones es un remedio procesal para la denuncia de la infracción
fundada “en cualquier vulneración de un derecho fundamental de los referidos en el art. 53.2 de la Constitución”, que
cabe frente a las resoluciones que hayan adquirido firmeza.
Así se ha pronunciado el TC en su Auto 42/2010, considerando que no se trata de un recurso más, sino un
remedio al que se ha de acudir excepcionalmente para reparar la vulneración de un derecho fundamental de los
referidos en el art. 53.2 CE, siempre que no haya podido denunciarse antes de recaer resolución que ponga fin al
proceso y siempre que dicha resolución no sea susceptible de recurso ordinario ni extraordinario.
Su carácter excepcional queda patente en el art. 228 LEC al señalar que “No se admitirán con carácter general
incidente de nulidad de actuaciones” así como la legitimación para interponer el incidente de nulidad de actuaciones
que corresponde, según el tenor literal “a quienes sean parte legítima o hubieran debido serlo”.
En nuestro caso, ante la falta de informe del Secretario judicial en el que por escrito manifieste si reconoce o
no como cierta y legítima la causa alegada, tal y como prescribe el art. 116 LEC, se puede plantear un incidente
excepcional de nulidad de actuaciones, al haberse producido la causa prevista en el apartado 3º del art. 225, siendo
doctrina reiterada del TS y del TC relativa a la necesidad de que concurra efectiva indefensión para que se produzca
esta nulidad, no siendo válida la indefensión consistente en la infracción de las normas que rigen los actos y garantías
del proceso sino que ha de ser una indefensión material, real y efectiva, y no meramente formal.
Además estamos ante la vulneración de uno de los derechos fundamentales recogidos en el art. 53.2 CE, tal y
como señala el art. 228.1 y éste no se ha podido denunciar antes de que recaiga resolución que ponga fin al proceso ni
es susceptible de recurso ordinario ni extraordinario.

B. ¿Quién será, en su caso, el órgano competente para conocer de este incidente?


A tenor del art. 228 LEC, será competente para conocer de este incidente de nulidad de actuaciones el mismo
Tribunal que dictó la resolución que hubiere adquirido firmeza y que, en nuestro caso, es la Audiencia Provincial de
Burgos.

C. Si se estimara la nulidad, ¿qué efectos producirá?


Se repondrán las actuaciones al estado inmediatamente anterior al defecto que la haya originado y se seguirá
el procedimiento legalmente establecido. Contra esta resolución no cabrá recurso alguno.

6.2.3. Derecho aplicable Arts. 116, 225, 228 LEC.

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LECCIÓN 22. CLASES DE ACTOS PROCESALES

1. Actos de parte (§ 148)

2. Actos del órgano judicial (§ 149)

3. Actos del Secretario (§ 150)

4. Actos del cuerpo de auxilio judicial (§ 151)

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Lección 22
CLASES DE ACTOS PROCESALES

1. ACTOS DE PARTE (§ 148) 1.1. Supuesto de hecho


A) D.A. presenta demanda en la que pide se condene a D.B. a elevar a escritura pública el documento
privado de compraventa con él suscrito, alegando en justificación de su autenticidad la fecha de su firma, su
objeto, el cumplimiento de las obligaciones derivadas del mismo, diversos requerimientos personales y por
conducto notarial dirigidos a D.B., así como los preceptos jurídicos y doctrina en que ampara su petición.
Además, aporta como prueba el propio documento privado y propone la testifical de las personas que lo firmaron
en calidad de testigos y la de las que presenciaron los referidos requerimientos efectuados a D.B., así como
testimonio de los practicados notarialmente.
B) Admitida a trámite la demanda, D.B. comparece y contesta reconocimiento como ciertos los hechos de la
demanda, excepto los requerimientos que señala el demandante, y aduce la excepción de prescripción, dado que
han transcurrido más de quince días desde la fecha del documento privado. Seguido el procedimiento por sus
cauces y admitida y practicada la prueba propuesta, ambas partes realizan alegaciones, valorando la prueba
practicada y estableciendo sus conclusiones.

1.2. Cuestiones
A) Clasificación de los distintos actos procesales que comprende el supuesto de hecho.
Los actos procesales de Parte se pueden dividir en actos dispositivos y actos de postulación. En este caso se trata de
un acto de postulación, pues en estos actos, como el que nos incumbe, se trata de obtener del órgano jurisdiccional
una resolución de contenido determinado.
Podemos distinguir en estos actos (y en el supuesto de este caso):
 Actos de Petición, donde se postula o exige al juez (o tribunal) la obtención de una resolución de contenido
específico, ya sea de fondo o de forma (demanda).
 Actos de alegación, que se realizan en función de la petición y mediante los cuales la parte presenta al juez
afirmaciones de hecho y de derecho con la finalidad de lograr la resolución postulada. Los actos de alegación
se realizan por ambas partes.
 Actos de producción de prueba, destinados a convencer al juez de la verdad de la alegación presentada (en
este caso, documento privado de compraventa, requerimientos personales y por conducto notarial, prueba
testifical).
 Actos de conclusión de las partes.
B) D.A. considera que las manifestaciones que le han realizado las personas que intervinieron como testigos
en los requerimientos efectuados a D.B. tienen el carácter de acto procesal por cuanto van dirigidas a probar
los hechos en caso de incumplimiento, y ello, aún cuando dichos testigos no comparezcan en el proceso.
¿Tienen esas manifestaciones realizadas por los testigos el carácter de acto procesal?
No, por cuanto no se han realizado en el transcurso del proceso. Aunque pueden ser aportadas como prueba al
proceso (incluidas en el acto de producción de pruebas), para que tengan el carácter de acto procesal deben
comparecer en el proceso, asimismo como los peritos y otros testigos de parte que se propongan.

1.3. Derecho aplicable: Arts. 399, 405, 428.429 LEC.

2. ACTOS DEL ÓRGANO JUDICIAL (§ 149)


2.1. Supuesto de hecho
A) D.A. formula denuncia ante el Juzgado de Guardia por la sustracción de su vehículo automóvil, matricula ..., cuando estaba
aparcado delante de su vivienda.
B) Incoadas y seguidas diligencias judiciales, se tiene conocimiento de que el autor de la sustracción del vehículo fue D.B., quien
transcurridas 12 horas lo dejó abandonado en una carretera a 30 km. del lugar de la sustracción.
C) Practicadas todas las diligencias pertinentes, se decide que existen elementos suficientes para formular acusación y que
han de remitirse las actuaciones al Ministerio Fiscal, quien formula acusación y solicita la apertura del juicio oral,
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proponiendo como prueba, entre otras, la testifical de D.C., D.D. y D,E.. Se acuerda convocar a juicio oral y se da traslado de
la acusación a D.B., quien ya se ha personado con Abogado y Procurador y formula escrito de defensa, proponiendo prueba
testifical de D.F., D.G. y D.H.; Se remite todo lo actuado al órgano que ha de conocer del enjuiciamiento y fallo.

2.2. Cuestiones
A) Una vez presentada la denuncia, ¿a quién corresponde decidir sobre la incoación de las correspondientes
diligencias previas y mediante qué tipo de resolución? ¿puede hacerlo el Secretario?
Es el Juez, el autorizado, a decidir sobre la incoación mediante una providencia. El Secretario no puede hacerlo, ya que
según el artículo 206.2.1ª LEC, y que tienen por objeto la mera ordenación o impulso del procedimiento.
A quien le corresponde incoar las diligencias previas es al Juez, mediante una providencia, ya que ordena el proceso.
El Secretario no puede proceder a incoarlas, ya que a él le corresponde impulsar el proceso.

B) Acordado que comparezca a testificar en fase de diligencias previas los testigos que, con posterioridad,
son propuestos por el Ministerio Fiscal, el abogado D.B se opone a la práctica de dichas diligencias por
cuanto las mismas han sido acordadas por providencia sin fundamentar. Ante esta oposición, ¿se puede
proceder a su práctica?
No, ya que según el artículo 248.1. LOPJ, la fórmula de las providencias se limitará a la determinación de lo mandado y
del Juez o Tribunal que las disponga, sin más fundamento ni adiciones que la fecha en que se acuerden, la firma o
rúbrica del Juez o Presidente y la firma del Secretario.
Según reza el artículo 248 LOPJ, las providencias podrán ser motivadas, sin sujeción a requisito alguno, cuando se
estime conveniente.
Por lo que la fundamentación de las providencias no es obligatoria, por lo que, podrá procederse a su práctica.

C) Practicadas determinadas diligencias, el Secretario estima que ya son suficientes, ¿puede dictar resolución
acordando dar traslado al Ministerio Fiscal para que solicite, en su caso, la apertura del juicio oral? ¿a
quién corresponde decidir tal cuestión y mediante que tipo de resolución? si la resolución procedente
careciera de fundamentos de derecho, ¿sería una resolución valida?
Según el artículo 779.5. LECr, es el Juez mediante auto, y no el Secretario, quien dictará resolución dando traslado al
Ministerio Fiscal.
Tal y como fundamenta el artículo 248.2. LOPJ, los autos serán siempre fundados y contendrán en párrafos separados
y numerados, los hechos y los razonamientos jurídicos.
Tal y como dice el artículo 779 LECr, le corresponde al Juez dictar la resolución dando traslado al Ministerio Fiscal.
Tal y como expresa el artículo 780 LECr, se procede a la apertura de Juicio Oral, mediante un escrito de acusación, que
tiene que trasladar a las partes.
Como especifica el artículo 248 LOPJ, todos los autos tiene que estar motivados, por lo que, si no lo estuviera, no sería
válido.

D) Formulada acusación por el Ministerio Fiscal, ¿corresponde a éste decidir sobre la apertura del juicio oral?
Corresponde al Ministerio Fiscal, a tenor del artículo 780 LECr, después de que el Juez haya dado traslado, mediante
auto, solicitar la apertura de Juicio Oral, mediante escrito de acusación.

E) Una vez abierto el juicio oral ¿a quién corresponde decidir sobre la admisión de las pruebas propuestas y
qué tipo de resolución habrá de dictarse para denegarlas?
Le corresponde al Juez decidir sobre las pruebas a admitir y no hay que redactar ninguna resolución, cuando
decida rechazarlas.

F) Celebrado el juicio oral, se estima procedente condenar a D.B ¿qué resolución habrá de recaer? ¿puede
dictarse de viva voz? Sia quien corresponde dictarla fuera a un Tribunal ¿la decide el Magistrado Ponente?
¿qué o curre si uno de los Magistrados difiere de la decisión de los otros dos?
Para condenar a una persona, se resuelve mediante sentencia y puede dictarse de viva voz en los procesos penales
(art. 789 LECr). En caso de que sea un Tribunal, quien dicte Sentencia, el Magistrado Ponente, tendrá el deber de
leerla. Y, en el caso, de que algún Magistrado difiera de la decisión mayoritaria, puede emitir un voto particular.

G) Dictada la oportuna resolución, el Abogado de D.B. le indica que, aun cuando no está conforme, ya nada se puede
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hacer, por cuanto la misma es definitiva, al haber sido notificada el día anterior. D.B. discrepa de lo que le dice su
Abogado y, pasados dos días, acude a otro distinto, quien afirma que su colega estaba equivocado y que, como
la sentencia fue dictada por el Juez de lo Penal, cabe recurso de apelación. ¿Qué resolución habrá de dictar el
órgano judicial ante el que se interponga?; ¿puede dicho órgano judicial modificar o aclarar la pertinente
resolución judicial?
Como afirma el artículo 267 LOPJ, los Tribunales no podrán variar las resoluciones que pronuncien después de
firmarlas. El órgano que reciba el recurso, tendrá que dictar una sentencia de apelación (art. 792 LECr). (La última
pregunta no he encontrado la respuesta).

2.3. Derecho aplicable: Arts. 237, 245, 247, 248, 259, 262, 267 LOPJ, 410, 779. 785. 790, 792, 794, 795 LECrim.

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3. ACTOS DEL SECRETARIO (§ 150)

3.1. Supuesto de hecho


A) El Procurador de los Tribunales X, en nombre y representación de D.A., presenta demanda el día 5-5-02 ante el Juzgado de
Primera Instancia único de la localidad "Z" frente a D.B. en reclamación de deteuninada cantidad por daños materiales
ocasionados al vehículo de su propiedad por un hecho derivado de la circulación, invocando culpa extracontractual. Asimismo,
solicita que, previa deducción de testimonio, se desglose el Poder de representación que le viene conferido y que acompaña a
la demanda, y le sea devuelto.
B) En el juicio que se sigue al efecto, D.B. alega prescripción de la acción por cuanto los hechos tuvieron lugar el día 2-5-
01, a lo que D.A. responde alegando que la demanda va fechada el día 1-05-02.

3.2. Cuestiones

A) Recibida la demanda en el Juzgado, ¿a quién corresponde la acreditación de la fecha en que se presenta y


mediante qué tipo de acto? Hecha constar, por quien corresponda, como fecha de presentación la del día 5-5-
02, Don A alega la existencia de equivocación y afirma que lo hizo el día 1-5-2, argumentando ser ésta la fecha
que consta en la demanda, ¿qué alcance ha de darse a su alegación?
Es el secretario judicial el que debe acreditar la fecha en la que se presenta mediante una diligencia de constancia ya
que pretende certificar la existencia de un hecho o acto procesal.
La alegación no será válida ya que es el secretario judicial quien da fe pública de la fecha de entrada, de acuerdo al
articulo 145 LEC “Dará fe, por sí o mediante el registro correspondiente, de cuyo funcionamiento será responsable, de
la recepción de escritos con los documentos y recibos que les acompañen, expidiendo en su caso las certificaciones
que en esta materia sean solicitadas por las partes”.

B) ¿Cómo llega a conocimiento del Juez la presentación de la demanda y en qué período?


La demanda llegará al Juez a través del Secretario Judicial, que es el encargado de dar fe, de la recepción de escritos.
La función de la fe pública es la más importante, ya que determina la intervención forzosa del secretario en todas las
actuaciones procesales como el archivo y depósito de bienes y valores, piezas de convicción, etc.
Como director del procedimiento el Secretario es el encargado de los actos de comunicación, de la práctica de
notificaciones, así como de dar cuenta al juez del transcurso de los plazos.

C) En cuanto a la petición del desglose del Poder del Procurador, quedando testimonio en autos, si fuera el
propio órgano judicial quien lo expidiera, ¿tendría validez ese testimonio?
Es el procurador de los tribunales el encargado de solicitar el desglose del Poder del Procurador, mediante un escrito
dirigido al juzgado. Por lo que si fuese el órgano judicial quien lo expidiera no tendría validez ese testimonio.

D) Una vez iniciado el proceso Don A, que no se fía de los funcionarios, pretende, en su condición de
demandante, que se le entreguen los autos para su custodia, a lo que Don B se opone, ¿es procedente la
petición de Don A?
El deber de custodia de los documentos y autos es uno de los que la LOPJ en su art. 458.1 atribuye a los Secretarios
Judiciales al indicar que “Los Secretarios Judiciales serán responsables del Archivo Judicial de Gestión, en el que, de
conformidad con la normativa establecida al efecto, se conservarán y custodiarán aquellos autos y expedientes cuya
tramitación no esté finalizada, salvo el tiempo en que estuvieren en poder del Juez o del Magistrado ponente u otros
Magistrados integrantes del Tribunal”.
Por lo tanto, Don A no podrá custodiar los autos debido a que solo es el Secretario Judicial quien custodie los autos
salvo el tiempo en que estuvieren en posición del Juez o Magistrado ponente u otros magistrados integrantes del
Tribunal (art. 148LEC y 458 LOGJ).

E) Realizada la vista oral, ¿a quién corresponde reflejar su contenido y en qué forma?


Es tarea del Secretario Judicial reflejar su contenido. Al ser una vista oral, en la que no hay nada escrito, se
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documentará por medios de actas o diligencia, de acuerdo a lo establecido en el articulo 146 LEC “Las actuaciones
procesales que no consistan en escritos y documentos se documentarán por medio de actas y diligencias. Cuando se
utilicen medios técnicos de grabación o reproducción, el Secretario judicial garantizará la autenticidad de lo grabado o
reproducido”.

F) El Secretario, amparándose en el excesivo trabajo que recae sobre el Juzgado, ha delegado en uno de los
funcionarios la asistencia al acto de la vista, a lo que, tanto Don A, como Don B, se oponen. ¿Puede prosperar
dicha oposición?
Dicho oposición no seguirá adelante ya que una de las funciones del Secretario sería el reparto de los asuntos siempre
y cuando sea para un buen funcionamiento del proceso. El artículo 282 de la LOPJ, permitía "habilitar a uno o más
Oficiales para que autoricen las actas que hayan de realizarse a presencia judicial, así como las diligencias de
constancia y de comunicación". “los Secretarios podrán habilitar a uno o más Oficiales para que autoricen las actas que
hayan de realizarse a presencia judicial, así como las diligencias de constancia y de comunicación. Estas habilitaciones
subsistirán mientras no sean revocadas; la responsabilidad de la autenticidad de los hechos o actos acreditados
recaerá sobre el Oficial autorizante. “
Nota: actualmente el titulo IV del libro III ha sido derogado (artículos 279-289 LOPJ), por lo que esta argumentación en
la actualidad quedaría sin fundamento.

G) ¿Puede el Secretario hacer propuesta al Juez para que resuelva en un determinado sentido acerca de la
prescripción alegada por Don B?
Según establecía la LOPJ en su articulo 291, “Corresponderá al Secretario proponer al Juez o Tribunal las
resoluciones que, con arreglo a la ley, deban revestir la forma de providencia o auto, incluidos los autos definitivos en
los asuntos de jurisdicción voluntaria, mientras no se suscite contienda. Se exceptúan las providencias en que se
revisen las diligencias de ordenación y los autos decisorios de cuestiones incidentales o resolutorios de recursos, de
procesamiento o los limitativos de derechos”
Nota: actualmente el titulo IV del libro III ha sido derogado (artículos 279-289 LOPJ), por lo que esta argumentación en
la actualidad quedaría sin fundamento.
Actualmente solo se atribuye al Secretario la ordenación del proceso, reduciendo las competencias que tenia
anteriormente, por lo que en la actualidad no cabría dicha posibilidad.

H) Recaída sentencia, ¿puede el Secretario acordar se proceda a su notificación a las partes?, ¿quién ha de
realizar la notificación?
Si, al Secretario judicial le incumben los actos de comunicación (art. 152.1 LEC) entre esos actos sería la de
notificaciones, a través de los funcionarios del Cuerpo de Auxilio Judicial o de un procurador.

3.3. Derecho aplicable: Arts. 452-462 LOPJ, 145-148 LEC.

Realizado por Cristina Rodríguez Castro y Verónica Domínguez Calonge

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4. ACTOS DEL CUERPO DE AUXILIO JUDICIAL (§ 151)

4.1. Supuesto de hecho

A) En el proceso sobre resolución de contrato de arrendamiento de finca destinada a vivienda y reclamación de rentas ha
recaído sentencia, que ha adquirido firmeza, en la que, estimando la demanda, se declara la resolución del contrato y se
condena al demandado a que entregue la vivienda al demandante en el plazo de un mes, así como a pagar la cantidad de
3.606 euros en concepto de rentas debidas.
B) Transcurrido el plazo indicado, el demandado no ha hecho entrega de la vivienda, ni ha pagado la referida cantidad. A la
vista de tal incumplimiento, la parte demandante insta la ejecución de la sentencia, que es acordada por el Juez, señalando día
para el lanzamiento y el embargo de bienes del condenado.

4.2. Cuestiones
Transcurrido el tiempo señalado en la resolución judicial para el lanzamiento y embargo de bienes y no
practicado ni uno, ni otro, el demandante presenta escrito en el Juzgado pidiendo se depuren las responsabilidades
pertinentes. ¿Quién resulta responsable del incumplimiento de dichos actos integrantes del proceso de ejecución?
Según el caso planteado no se ha producido ni el lanzamiento ni el embargo de los bienes, acción que debería haber
sido ejercitada por el cuerpo de auxilio judicial perteneciente al juzgado en cuestión, ya que según el art. 478 de la
LOPJ corresponde al cuerpo de auxilio judicial proceder a la ejecución de embargos, lanzamientos y demás actos cuya
naturaleza lo requiera, con el carácter y la representación que le atribuyan las leyes.
Por lo que en este caso concreto la responsabilidad cae sobre el personal mencionado.

4.3. Derecho aplicable Art.. 478 LOPJ


Realizado por Adelina Raeva y Noemí Rico

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LECCIÓN 23. LOS ACTOS DE COMUNICACIÓN

1. Las comunicaciones procesales en general (§ 152)

2. Práctica de las comunicaciones


2.1. Por el Procurador (§ 153)
2.2. La remisión por correo, telegrama o medios semejantes (§ 154)
2.3. La entrega directa al destinatario
2.3.1. Caso I (§ 155)
2.3.2. Caso II (§ 156)
2.4. Los Edictos (§ 157)
3. Tipos de comunicaciones

3.1. Notificaciones en sentido estricto (§ 158)


3.2. Citaciones (§ 159)
3.3. Emplazamientos (§ 160)
3.4. Requerimientos
3.4.1. Caso 1 (§ 161)
3.4.2. Caso II (§ 162)
4. Nulidad y subsanación de los actos de comunicación (§ 163)
5. Auxilio judicial (§ 164)

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Lección 23

LOS ACTOS DE COMUNICACIÓN

1. LAS COMUNICACIONES PROCESALES EN GENERAL (§ 152)


1.1. Supuesto de hecho

A) El Procurador de los Tribunales D.Y., actuando en representación de D.A., se persona en el procedimiento (juicio
ordinario) contra éste último promovido por el Procurador D.Z., en representación de D.B., contesta a la demanda y formula
reconvención frente a D.B.
B) Por el Juzgado, mediante auto, se tiene por contestada la demanda y por formulada reconvención, concediendo al
demandante-reconvenido el plazo de veinte días para contestar a la reconvención.

1.2. Cuestiones.

A) En relación con el auto teniendo por contestada la demanda y formulada reconvención, ¿ tiene
que pedir el demandado que se notifique al demandante o habrá de notificarlo el Tribunal de oficio? En
este último caso, ¿qué miembro de los que lo integran?
En este caso, las partes están representadas por un procurador, por lo que cada uno de estos deberá trasladar, con
carácter previo, a los procuradores de las restantes partes las copias de los escritos y documentos que vayan a
presentar al Tribunal.
Esto tiene una excepción, cuando se trata del traslado de la demanda o de cualquier otro escrito que pueda originar la
primera comparecencia en juicio. En tales casos, el procurador habrá de acompañar copias de dichos escritos y los
documentos que los acompañan y será el secretario judicial quien efectuará la notificación a las otras partes (Art. 276
LEC)
Por lo tanto, el Procurado D.Y. contestando a la demanda formulada por el Procurador D.Z. en representación de D.B. y
formulada reconvención, tiene que trasladar al procurador D.Z., copia del escrito, así como copia de los documentos
que vaya a presentar ante el Tribunal.
Si fuera el traslado de la demanda o de cualquier otro escrito que pueda originar la primera comparecencia en juicio,
será el SECRETARIO JUDICIAL, como miembro del Tribunal, el encargado de comunicar de oficio la notificación de la
demanda (art. 152 LEC)
En este caso no sería un primer escrito sino la contestación a la demanda, por lo que se deben encargar los
procuradores.

B) ¿A quien habrá de realizarse la notificación indicada? ¿en qué forma? Dicha notificación, en el
curso del procedimiento, ¿tiene relación con algún derecho de rango constitucional?
Con carácter general, cuando las partes comparezcan en el proceso por medio de procurador legalmente habilitado, las
comunicaciones que se les hayan de efectuar se realizaran por medio de este representante técnico. Como excepción,
se comunicará directamente al litigante la demanda que da origen al proceso.
Por este motivo la notificación se hará al procurador. Los actos de comunicación se realizarán en la sede del Tribunal o
en el servicio común de recepción organizado por el Colegio de Procuradores. A este servicio se remitirá por duplicado
copia de la resolución o la cédula, en la copia que se diligencie se hará constar la recepción y el número de copias
entregadas, junto al nombre de los Procuradores a quienes están destinadas (art. 28.3 LEC). Una vez recibida la
notificación, el procurador dará traslado de la misma al abogado o poderdante.
Si no se notificase al afecto dicha información, se estaría vulnerado el artículo 24.1 de la Constitución ya que la falta de
información produce efectos contrarios a la tutela efectiva en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos y se
produce indefensión. También se vulneraría el derecho a un proceso con todas las garantías (art. 24.2) al no cumplirse
el principio de contradicción e igualdad que debe presidir todo proceso.

C) Realizada la notificación de forma defectuosa, ¿puede ser impugnada como acto procesal
autónomo o se ha de impugnar también el acto notificado?
Según el Tribunal Constitucional, no toda notificación defectuosa implica siempre la vulneración del art. 24 CE, sino
solamente aquella que impide un juicio contradictorio o que ocasiona un perjuicio real y efectivo en las posibilidades de
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defensa de una de las partes.
Con anterioridad de declarar la nulidad del acto, se le ha de conferir a la parte la posibilidad de subsanación.
En este sentido solo se podrá impugnar el acto procesal, cuando exista indefensión real.

D) El Procurador D.Y., previamente a presentar la contestación a la demanda y reconvención, ¿está


obligado a alguna actuación ante el Procurador D.Z.? En su caso, concrétela.
Según el artículo 276 de la LEC, “cuando las partes estuvieran representadas por Procurador, cada uno de éstos
deberá trasladar con carácter previo a los procuradores de las restantes partes las copias de los escritos y documentos
que vaya a presentar al Tribunal”

1.3. Derecho aplicable: Arts. 24.1 CE, 149, 150, 153, 154, 163, 276, 406, 407 LEC, 270, 272 LOPJ.

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2. PRÁCTICA DE LAS COMUNICACIONES

2.1. Por el Procurador (§ 153)

2.1.1. Supuesto de hecho


A) El Procurador D.Y., actuando en nombre y representación de D.A., presenta demanda frente a D.B. en
reclamación de la suma de 4.200 euros, de los que 2.000 euros se corresponden a la venta de un aparato de televisión
y vídeo, y el resto, 2.200 euros, a un préstamo.
B) Admitida a trámite la demanda y dado traslado de la misma a D.B., éste se persona y contesta, haciéndolo en su
representación el Procurador D.Z., que se allana parcialmente, pues expresamente reconoce adeudar a D.A. el precio
del televisor y vídeo, pero niega adeudarle el importe del préstamo, señalando que el mismo ya ha sido abonado,
acreditándolo mediante la presentación de determinados documentos.

2.1.2. Cuestiones
A) En atención al contenido de la contestación a la demanda realizada por el Procurador D.Z., ¿se habrá de
notificar a D.A., a él y a su Procurador o sólo a éste?
Se notificará al procurador: Según art 28.1 LEC, mientras se halle vigente el poder, el procurador oirá y firmará los
emplazamientos, citaciones, requerimientos y notificaciones de todas clases hasta que quede ejecutada la sentencia
B) ¿A quién se da traslado de las copias de los documentos presentados por el Procurador de D.B.?
Se trasladarán al procurador de D.A., pues según el artículo 28.2 LEC, el procurador recibirá las copias de los escritos
y documentos que los procuradores de las demás partes le entreguen
C) Si fuere procedente la comunicación al Procurador D.Y., ¿en qué lugar habría de practicarse?; ¿en qué
momento se tendría por realizada?
Se entregará en el servicio de recepción de notificaciones organizado por el Colegio de Procuradores que existe en
todos los edificios judiciales que sean sede lo tribunales civiles (art 28.4 LEC). Se dará por realizada la comunicación al
día siguiente a la fecha de recepción que conste en la diligencia o en el resguardo acreditativo de su recepción (art.
151.2 LEC)

2.1.3. Derecho aplicable: Arts. 21, 28.2 y 3, 151, 152.2.1', 153, 154 LEC.

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2.2. La remisión por correo, telegrama o medios semejantes (§ 154)

2.2.1. Supuesto de hecho


D.A., actuando "por sí", presenta demanda en impreso normalizado frente a D.B., cuyo domicilio o residencia
manifiesta le es imposible designar, en reclamación de 481 euros.

2.2.2. Cuestiones
A) Ante el desconocimiento que manifiesta tener D.A. del domicilio o residencia de D.B. y la consecuente
imposibilidad de su localización, ¿debe el Juez denegar la admisión a trámite de la demanda o, en su caso,
suspender tal admisión y requerir a D.A. para que practique las gestiones tendentes a la averiguación del
domicilio o residencia de D.B., con apercibimiento de que si no lo hace en diez días inadmitirá la demanda?
NO. Si bien el Demandante debe hacer constar en la demanda el domicilio y cuantos datos conociera del demandado,
en el supuesto de desconocerlo, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 156.1 de la LEC, deberá ser el
Secretario Judicial quien adopte las medidas oportunas para averiguar dicho domicilio, por lo cual, si la demanda
cumple con los requisitos legales, el Juez está obligado a su admisión.

B) ¿Puede el Juez admitir a trámite la demanda y sin más acordar la citación del demando mediante
edictos?
La modalidad de Edictos sólo es procedente cuando no sea posible la citación personal, hay varios supuestos, pero
uno de ellos es cuando no conste al inicio el domicilio o paradero del destinatario y las averiguaciones efectuadas por el
Tribunal no han dado resultado. El Juez admitirá la demanda a tramite e iniciará las gestiones para localizar a DB, solo
en el caso de no tener éxito, se acordará la citación mediante edictos.

C) ¿Puede el Juez acordar las medidas oportunas para indagar el domicilio, residencia o lugar en que se
halle D.B.?
No sólo puede, sino que debe hacerlo, habitualmente delegando en la figura del Secretario judicial. Se debe indagar en
Registros, organismos, Colegios profesionales, entidades y empresas... Si de esta forma se llega a conocer el domicilio
o lugar de residencia, se practicará la comunicación de la citación. Si no se averigua el domicilio, se ordenará la
publicación de edictos. (ley 156 LEC
D) Conocido el domicilio de D.B. y admitida la demanda, ¿se le habrá de citar a juicio?;
El Juez tiene la obligación de citar a D.B. y darle traslado de la demanda, tal y como prevé el art. 404 LEC.
El derecho de acceso al proceso (nota esencial de Principio de Contradicción), implica que tanto el actor como el
demandado pueden ejercitar sus respectivos derechos de acción y defensa. Este libre acceso se garantiza
positivamente a través de la obligación del órgano jurisdiccional de poner ab initio en conocimiento de la parte pasiva
del proceso su existencia.
Por tanto, el Juez no sólo debe citar a juicio a D.B., sino que además debe darle traslado de la demanda.
¿puede hacerse por correo certificado con acuse de recibo?; si así fuere, ¿debe ir revestida de algún requisito
de constancia?;
La citación puede realizarse de distintas formas, una de estas formas, según establece el art. 152.2.2ª, puede ser
mediante correo, telegrama o cualquier otro medio técnico que permita dejar en los autos constancia fehaciente de la
recepción, de su fecha y del contenido de lo comunicado. En el caso que nos ocupa, si se envía por correo certificado
con acuse de recibo, queda constancia de su entrega y recepción. Siempre y cuando el acuse de recibo sea positivo,
es decir que se recogió el correo certificado.
¿desde cuando se ha de tener por realizada?
Por último, de acuerdo con el art. 155.4 LEC, la comunicación surtirá plenos efectos en cuanto se acredite la correcta
remisión de lo que haya de comunicarse, aunque no conste su recepción por el destinatario. No obstante, tratándose
de la personación en juicio, habrá de estarse a lo dispuesto en el art. 158 LEC. Es decir, en éste último caso, si hay
constancia de la recepción, surte efectos desde que se acredite la remisión, pero si no la hay, habrá de procederse a su
entrega en la forma establecida en el art. 161 LEC.

2.2.3. Derecho aplicable: Arts. 28.4, 152.2.2, 155, 156, 160, 164 LEC.

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Realizado por Ramón Iglesias y Sonia Rodríguez

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2.3. La entrega directa al destinatario


2.3.1. Caso I (§ 155)
2.3.1.1. Supuesto de hecho
B.M. fue demandada por la mercantil BBVA Leasing, S.A., en reclamación del impago de un contrato de
arrendamiento financiero que había suscrito con su esposo por importe de 6.000 euros. En dicha demanda se hacía
constar como domicilio de la demandada el que figuraba en el contrato de arrendamiento financiero, situado en el municipio
de Alfaz del Pí.
Intentado el emplazamiento en el domicilio indicado, resultó negativo, obrando en autos un informe de la Policía local
del municipio de Alfaz del Pí en el que se indica que, según los actuales propietarios del inmueble, la demandada residía
desde hacía años en la localidad de La Nucia, ignorándose su domicilio.
El Juzgado, de conformidad con lo solicitado por la parte actora, acordó por providencia efectuar el embargo de bienes
sin previo requerimiento de pago y emplazar a la demandada por edictos y, unos meses después, tras constatar la
incomparecencia de la demandada, a declararla en rebeldía, situación en la que siguió todo el procedimiento,
realizándose a partir de dicho momento todas las notificaciones a través de edictos y sin efectuar ningún nuevo intento de
localización, ni siquiera cuando dos años más tarde, aún antes de la subasta de la finca embargada, se incorporó a los
autos una certificación registral en la que figuraba el domicilio actual de la demandada, precisamente en el municipio que
había indicado aquel informe de la Policía municipal

2.3.1.2. Cuestiones
A) ¿Resulta censurable la actuación del órgano judicial acudiendo de manera directa a la notificación edictal
en el Boletín Oficial de la Provincial? Razone su respuesta.
La actuación del órgano judicial no es correcta ya que tiene la obligación, bajo la dirección del Secretario Judicial de
proceder a la notificación, considerándose como lugar de domicilio del demandado el que designe el demandante en la
petición o solicitud con la que se inicie el proceso.
Si la comunicación fuese imposible en ese lugar, el Tribunal deberá proceder a la averiguación del domicilio y solo en el
caso de que estas actuaciones resultasen infructuosas, el Secretario Judicial ordenará la comunicación al Registro
Central de Rebeldes Civiles y que la comunicación se lleve a cabo mediante edictos.
En ningún caso se considerará imposible la designación de domicilio a efectos de actos de comunicación si dicho
domicilio constara en archivos o registros públicos, a los que pudiera tenerse acceso.
B) ¿Qué posible derecho fundamental y por qué motivo pudo resultar vulnerado con tal actuación del órgano
judicial?
El artículo 166 de la LEC dice que “serán nulos los actos de comunicación que no se practiquen con arreglo a lo
dispuesto en este capítulo” (Capítulo V. De los actos de comunicación judicial) y pudieran causar indefensión.
Dado que se omite la averiguación de domicilio y no se cumple la norma, se vulnera el derecho fundamental del artículo
24.1 de la Constitución Española que establece que, en ningún caso, puede producirse indefensión.

C) ¿Qué medios ofrece nuestro Ordenamiento para la averiguación del domicilio real o actual del demandado? ¿A
quién compete su utilización? L
Los actos de comunicación se realizarán bajo la dirección del Secretario Judicial.
El Secretario Judicial utilizará los medios oportunos para la averiguación del domicilio, pudiendo dirigirse a los
Registros, organismos, Colegios profesionales, entidades y empresas en las que se desarrolle actividad profesional o
laboral no ocasional.
También podrá dirigirse al Registro Central de Rebeldes Civiles para comprobar si consta en el y si los datos son los
mismos de los que dispone

2.3.1.3. Derecho aplicable: Arts. 149.29, 152.2.39, 155 y 156 LEC; 24.1 CE.

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2.3.2. Caso II (§ 156)

2.3.2.1. Supuesto de hecho


A) El Procurador D.Z., en nombre y representación de D.A., presenta demanda ejercitando acción de retracto
legal de colindantes frente a D.B. y D.C., señalando como domicilio de D.B. la calle ..., núm. ..., de la localidad
Y, que es el que consta en el padrón municipal, y en cuanto a D.C., señala el de la calle ..., núm...., de la
misma localidad, que es el que consta en la lista de colegiados publicada por el Colegio Médico de la
provincia de que se trata.
B) Admitida a trámite la demanda, se acuerda dar traslado de la misma, con los documentos a ella
acompañados, a los demandados para que la contesten en el plazo de veinte días.

2.3.2.2. Cuestiones
A) El funcionario del Juzgado al que por turno de reparto correspondió, oportunamente designado al efecto por el
Secretario, acude al domicilio de D.B. para notificar la resolución de admisión de la demanda y emplazarle a los efectos
de personación y contestación. Hallado D.B., el funcionario se identifica e indica el motivo de su presencia, pero D.13,
se niega a recibir cualquier notificación; ¿se frustra por ello la notificación?; ¿qué puede hacer el funcionario para que la
misma produzca efectos?
El primer acto procesal de comunicación de la existencia del proceso al demandado ha de efectuarse mediante
emplazamiento personal, sin que pueda el órgano judicial sustituirlo por otros medios de comunicación, el art. 24.1 CE
contiene un mandato implícito para promover la defensa procesal mediante la correspondiente contradicción, por lo que
exige en lo posible el emplazamiento personal.
Cuando el destinatario estuviera en su domicilio y se negase a recibir la copia de la comunicación, en primer lugar el
funcionario le hará saber de la obligación de hacerse cargo de la comunicación, y si insiste en su negativa, le hará
saber igualmente que dicha copia de la cédula queda a su disposición en la Oficina Judicial, produciéndole los efectos
de la notificación, de todo lo cual quedará constancia en la diligencia. Como se entiende del art.161.2 LEC.

B) Horas más tarde, el mismo funcionario acude, a los mismos efectos, al lugar señalado como domicilio de D.C.,
quien no se encuentra presente, hallando únicamente a quien dice ser su hijo, de 17 años de edad. El funcionario
duda si podrá entenderse con él la notificación, por ser menor de edad y no tener capacidad de obrar ¿pude entenderse
la notificación con el hijo de D.C.?
Si no se encontrase dicho destinatario en su domicilio podrá efectuarse la entrega a cualquier empleado, familiar o
persona con la que conviva, mayor de catorce años, que se encuentre en ese lugar. En aplicación al art. 161.3 LEC.
Por lo que su hijo, no siendo mayor de edad, ni disponer aún de capacidad de obrar, podrá entender con el funcionario
y recibir la comunicación correspondiente, conforme a lo dispuesto el la Ley

C) En caso de practicarse la notificación en persona ajena del interesado, ¿se le habrá de hacer alguna
advertencia?; ¿qué se habrá de hacer constar en la diligencia que se extienda a tal efecto?
El funcionario advertirá al receptor, que está obligado a entregar la copia de la resolución o la cédula al destinatario de
ésta, o a darle aviso, si sabe su paradero.
Se hará constar el nombre de la persona destinataria de la comunicación y la fecha y hora en la que fue buscada y no
encontrada en su domicilio, así como el nombre de la persona que recibe la copia de la resolución o la cédula y la
relación de dicha persona con el destinatario, desplegando plenamente sus efectos la comunicación así realizada .art.
161.3 LEC

D) En caso de negarse, ya sea el interesado, ya sea el tercero que recibe la notificación, a la firma de la diligencia
acreditativa de la entrega, ¿produce efectos la notificación con la sola firma del funcionario o precisa que sea
firmada, además, por testigos?
El funcionario una vez que depositará la copia de la resolución o la cédula en la secretaría del Juzgado, hará un
informe de lo sucedido, siendo suficiente con su firma y declaración para que el Secretario judicial de fe en los autos de
la remisión de haber procedido a la comunicación, de todo lo cual quedará constancia en la diligencia, no sin ello
evitando los efectos de la comunicación y el inicio del proceso judicial.

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2.3.2.3. Derecho aplicable: Arts. 155, 161 LEC.
2.4. Los Edictos (§ 157)

2.4.1. Supuesto de hecho

D.A. presenta demanda frente a D.B. en reclamación de la cantidad de 901 euros, indicando que le es imposible designar
residencia o domicilio de D.13., por lo que solicita al Tribunal que practique las gestiones oportunas para la averiguación de su
domicilio.
2.4.2. Cuestiones

A. Debido a que el proceso civil está presidido por el principio dispositivo y de aportación de parte, ¿debe el
Tribunal atender la petición de D.A. relativa a la averiguación del domicilio de D.B. o, por el contrario, es D.A.
quien debe proceder a tal averiguación?

El demandante debe aportar el domicilio del demandado en la demanda. No obstante, en caso de no hacerlo y,
si la demanda hubiese sido aceptada, el Juzgado es quien debe hacer la averiguación.
Así, en los casos en que el demandante manifestare que le es imposible designar un domicilio o residencia del
demandado, a efectos de su personación, se utilizarán por el Secretario judicial los medios oportunos para averiguar
esas circunstancias, pudiendo dirigirse, en su caso, a los Registros, organismos, Colegios profesionales, entidades y
empresas a que se refiere el apartado 3 del artículo 155 LEC.

B. Si el Tribunal accediere a practicar diligencias en averiguación del domicilio de D.B. y éstas resultaren
infructuosas, ¿puede continuar el procedimiento?, ¿se vulneraría con ello el principio de contradicción?

El primer acto procesal de comunicación de la existencia del proceso al demandado ha de efectuarse mediante
emplazamiento personal, sin que pueda el órgano judicial sustituirlo por otro medio de comunicación. Si no fuese así,
se estaría vulnerando el art. 24.1 CE (principio de contradicción). El proceso, por tanto, no podrá continuar.

C. De poder continuarse el procedimiento, ¿cómo habría de ser citado D.B.?, ¿sería posible, en algún caso, la
citación por edicto a publicar en el Boletín Oficial de la Comunidad Autónoma correspondiente?

Si no se tratara del primer acto procesal, D.B. podría ser citado a través de un edicto, teniendo en cuanta que
es una modalidad de carácter supletorio y excepcional y que solo será admisible cuando, una vez intentado el
emplazamiento personal, utilizando los medios razonablemente exigibles, no conste el domicilio del interesado o se
ignore su paradero.

D. ¿Existe algún Registro en el que se haga constar la identidad y otros datos de personas que, intentadas ser
citadas, no hayan sido localizadas?
Sí, el Registro Central de Rebeldes Civiles.

2.4.3. Derecho aplicable: Arts. 156, 157, 161.4, 164 LEC

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3. TIPOS DE COMUNICACIONES

3.1. Notificaciones en sentido estricto (§ 158) 3.1.1. Supuesto de hecho

D.A. presenta demanda frente a D.B., casado con D.C., por una deuda asumida por D.B. cuando aun no había contraído
matrimonio. La demanda es admitida a trámite y se acuerda la notificación de la resolución de admisión a D.B. como demandado.

3.1.2. Cuestiones
A) La resolución por la que se acuerda la admisión a trámite de la demanda, ¿es procedente comunicársela a
D.C.? Si así fuere, ¿mediante qué tipo de resolución?
Desconocemos según el supuesto el régimen matrimonial existente. En cualquier caso, si se ha constituido en régimen
de gananciales y según el artículo 1373 del CC se dispone que cada cónyuge responde con su patrimonio personal de
las deudas propias y, si sus bienes privativos no fueran suficientes para hacerlas efectivas, el acreedor podrá pedir el
embargo de bienes gananciales, que será inmediatamente notificado al otro cónyuge y éste podrá exigir que en la traba
se sustituyan los bienes comunes por la parte que ostenta el cónyuge deudor en la sociedad conyugal, en cuyo caso el
embargo llevará consigo la disolución de aquélla. Además si se realizase la ejecución sobre bienes comunes, se
reputará que el cónyuge deudor tiene recibido a cuenta de su participación el valor de aquéllos al tiempo en que los
abone con otros caudales propios o al tiempo de liquidación de la sociedad conyugal. Por lo que en caso de sociedad
de gananciales sería preceptiva la comunicación.
En caso de separación de bienes, Artículo 1440: Las obligaciones contraídas por cada cónyuge serán de su exclusiva
responsabilidad. En cuanto a las obligaciones contraídas en el ejercicio de la potestad doméstica ordinaria responderán
ambos. Por tanto en régimen de separación de bienes será siempre preceptiva la comunicación al cónyuge en la
medida que este pueda estar afectado por la resolución definitiva.
Con reiteración establece el Tribunal Constitucional que los actos de comunicación procesal tienen la finalidad material
de llevar al conocimiento personal de los litigantes las decisiones y resoluciones judiciales y por ello, constituyen
elemento fundamental del núcleo de la tutela judicial efectiva, que impone a la jurisdicción el deber específico de
adoptar todas las cautelas y garantías que resulten razonablemente adecuadas al aseguramiento de que esa finalidad
de conocimiento personal no se incumpla por causas ajenas a la voluntad de aquel a quién se dirigen y, a
consecuencia de ello, se le impida hacer efectivo el derecho de defensa que le reconoce el art. 24.1. de la Constitución.
Las notificaciones tienen como finalidad comunicar a su destinatario una resolución judicial o una actuación de las
restantes partes para ponerla en su conocimiento sin que requiera actividad alguna por parte del notificado. La
notificación debe practicarse en base al Art.152 LEC y en ella hay que contener la expresión del objeto del litigio, la
identificación de las partes, la copia literal de la resolución o acto que notifica, la identificación de la persona notificada,
la firma del notificante, los datos temporales relativos a la fecha de la resolución y a las incidencias surgidas en la
notificación. Además debe contenerse la llamada “Instrucción sobre los Recursos” si sobre esta notificación no cabe
recurso alguno, y si cabe recurso alguno ante qué órgano, plazo para interponerlo y naturaleza de este recurso.
Según el 248.4 LOPJ 4. Al notificarse la resolución a las partes se indicará si la misma es o no firme y, en su caso, los
recursos que procedan, órgano ante el que deben interponerse y plazo para ello.
La notificación se practica normalmente (según la LEC del 2000) a través de procurador si se trata de sujetos ya
personados en el proceso; también es posible hacerla mediante correo, telegrama o cualquier otro medio que permita
la debida constancia
B) D.C. comparece en el procedimiento y solicita del Tribunal que se le tenga por parte, a lo que éste se
niega mediante la oportuna resolución judicial. Dado que la misma en nada afecta a D.B., ¿se le ha de dar a
conocer tal resolución, aun cuando ya se ha personado en el procedimiento y, en su caso, mediante qué tipo
de comunicación y en qué plazo?
Se le ha de informar de esa negativa a través de una nueva notificación, indicando los recursos que procedan. Señala
el artículo 151 LEC Todas las resoluciones dictadas por los Tribunales o Secretarios Judiciales se notificarán en el
plazo máximo de tres días desde su fecha o publicación
C) Cuando las partes están asistidas por Abogado y representadas por Procurador, ¿es preciso en la
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notificación de resoluciones indicarlas si contra la misma cabe algún recurso y, en su caso, el órgano ante el
que habrá de interponerse y plazo para ello?
Según el art. 248.4 LOPJ, al notificarse la resolución a las partes se indicará si la misma es o no firme y en su caso, los
recursos que procedan, órgano ante el que deben interponerse y plazo para ello.

El capítulo V de la Lec 2000 preceptúa que la intervención del abogado en los procesos judiciales civiles será siempre
necesaria salvo en:
 Los juicios verbales cuya cuantía sea inferior a 2.000 €.
 En la petición inicial de los procedimientos monitorios.
 En aquellos escritos en los que se solicita la adopción de medidas urgentes con anterioridad al juicio o
la suspensión de vistas y actuaciones.
Sin embargo, cuando no es obligatoria la intervención de abogado y procurador, y alguna de las partes decide asistirse
de ambos profesionales deberá ponerlo en conocimiento del juzgado para que éste le de la oportunidad al contrario de
presentarse también con abogado y procurador.
Lo que se pretende es garantizar la igualdad de las partes en el juicio, igualdad que puede ponerse en peligro si una de
ellas acude acompañada de letrado y la otra no. En este último caso, el mismo juzgado o tribunal, si aprecia la
existencia de esta desigualdad puede acordar la suspensión del procedimiento hasta que designe o le sea nombrado
un abogado.
Por otra parte, es obligatoria la intervención del procurador en todos los procesos civiles a excepción de:
 Los juicios verbales cuya cuantía sea inferior a 2.000 €.
 En la petición inicial de los procedimientos monitorios.
 En aquellos escritos en los que se solicita la adopción de medidas urgentes con anterioridad al juicio o la
suspensión de vistas y actuaciones.
 En los juicios universales, cuando la comparecencia se limite a presentar títulos de crédito o derechos, o para
concurrir a juntas.
 En los incidentes relativos a impugnación de resoluciones en materia de asistencia jurídica gratuita.

3.1.3. Derecho aplicable: Arts. 150, 151 LEC y 248.4 LOPJ.

Realizado por Loli Fernandez y Carmina Hijas

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3.2. Citaciones (§ 159)

3.2.1. Supuesto de hecho

En el juicio ordinario seguido a instancia de D.A. contra D.B., se ha acordado el recibimiento a prueba. Entre la
prueba propuesta y admitida se encuentra la de interrogatorio de parte de D.A. y la testifical propuesta por D.B. de las
siguientes personas: D.C., D.D. y D.E.

3.2.2. Cuestiones
A) Mediante qué tipo de acto de comunicación se ha de llamar a juicio a los testigos propuestos y
admitidos?; ¿Cómo se realiza dicha comunicación?
La citación es la modalidad de comunicación que se utiliza para llamar a las partes o a terceros a comparecer ante el
órgano jurisdiccional.
Los actos de comunicación se realizarán bajo la dirección del Secretario judicial, que es el encargado de la
organización de este servicio. Se le entrega al destinatario la cédula, que debe de contener: el Tribunal que dicta la
resolución y el asunto sobre el que versa, el nombre y apellidos de la persona a la que se haga la citación, el objeto de
éstos en el lugar, día y hora para acudir al emplazamiento, o el plazo dentro del cual deba de realizarse la actuación a
que se refiera el emplazamiento. En el caso de que la citación sea para un proceso penal, el órgano judicial ha de llevar
a cabo con todo cuidado y diligencia esta comunicación.
B) Practicado el acto de comunicación en la persona de los testigos, éstos pretenden que se recojan
determinadas manifestaciones consistentes en su relación o vinculación con D.A. y D.B., ¿pueden
admitirse en ese momento tales alegaciones y recogerlas en la diligencia extendida?
Según el art. 152.4 LEC: “En las notificaciones, citaciones y emplazamientos no se admitirá ni consignará respuesta
alguna del interesado, a no ser que así se hubiera mandado. En los requerimientos se admitirá respuesta que dé el
requerido, consignándola sucintamente en la diligencia”.
Si en vez de una citación fuese un requerimiento, sí que podrían admitirse las alegaciones, pero como en el caso que
nos atañe, el medio de comunicación es una citación, no podrán admitirse las alegaciones ni recogerlas en la diligencia,
porque (como se menciona en la anterior pregunta), la citación, supone la comparecencia ante el órgano judicial
correspondiente, de las partes o terceros a comparecer.
Mientras que el requerimiento consiste en poner en conocimiento de las partes o terceros una resolución judicial para
que se realice una conducta o inactividad distinto de la comparecencia ante el órgano judicial.
C) En la audiencia estuvo presente el Procurador de D.A.; siendo ello así, ¿es necesario citar en su
persona a D.A. para la prueba de interrogatorio de parte?
No será necesario citar a D.A. a la prueba de interrogatorio de parte, porque ya ha acudido a la audiencia previa.

3.2.3. Derecho aplicable: Arts. 149.32, 152.2 y 3, 429.6 LEC. 3.3.

3.3. Emplazamientos (§ 160)

3.3.1. Supuesto de hecho


A) En procedimiento seguido a instancia de D.A. contra D.B., recae sentencia por la que se estima parcialmente la
demanda.
B) D.A., no conforme con dicha sentencia, presenta escrito solicitando se tenga por preparado el recurso de apelación;
el Tribunal así lo acuerda y le concede un plazo de veinte días para que lo interponga.
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3.3.2. Cuestiones

A) ¿Qué acto de comunicación supone el plazo que el Tribunal concede a D.A. para la interposición del
recurso? ¿qué requisitos debe reunir?

B) Al recibir la notificación de dicho acto, D.A. manifiesta que el plazo que se le concede es demasiado corto, ya
que no le da tiempo a contactar con su Abogado; ¿se debe recoger dicha manifestación en la diligencia de
notificación?; ¿puede surtir algún efecto?
3,3,2 Cuestiones

A) ¿Qué acto de comunicación supone el plazo que el Tribunal concede a DA para la interposición del recurso?
¿Qué requisitos debe de reunir?
El acto procesal por el que se le comunica a las partes una resolución judicial es el EMPLAZAMIENTO donde figuraran
el plazo fijado para la realización de la correspondiente actuación procesal.
El emplazamiento se dará por realizado mediante la entrega a los destinatarios de la cédula, que necesariamente ha de
contener los siguientes requisitos:
• Tribunal que hubiese dictado la resolución y el haya recaído
• Nombre y apellidos de la persona a quién se haga
• Determinación de su objeto.
• Lugar, día y hora para acudir al llamamiento.
• Prevención de los efectos que, en cada caso la Ley establezca en el supuesto de incomparecencia.

B) Al recibir la notificación de dicho acto,DA. Manifiesta que el plazo que le concede es demasiado corto, ya
que no le da tiempo a contactar con su Abogado; ¿se debe recoger dicha manifestación en la diligencia de
notificación? ¿Puede surtir algún efecto?.
El emplazamiento solamente es un acto de comunicación, que podrá ser realizado por los siguientes procedimientos:
• A través del Procurador.
• Mediante entrega al destinatario.
• Por cualquier otro medio que permita dejar el el auto constancia fehaciente de su recepción.
(Art. 152,2 LEC)
Los efectos que surgen de la notificación es la validez del procedimiento al ser necesario la notificación a todos los que
formen parte del proceso así como a las que puedan verse afectadas por la resolución que ponga fin al procedimiento
(Art. 150 LEC)
Los plazos establecidos en la resoluciones son improrrogables salvo razones de fuerza mayor (Art. 134 LEC).

3.3.3. Derecho aplicable:Arts. 149.2Q y 152.2 y 3 LEC.

Realizado por Santiago Sanchez y Glória Brum

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3.4. Requerimientos
3.4.1. Caso I (§ 161)
3.4.1.1. Supuesto de hecho
Por el Juzgado de Primera Instancia núm. 4 de Majadahonda, en el procedimiento monitorio núm. 347/2009, se ordenó a D.
A.H.C. pagar al peticionario (demandante) la cantidad de 7.040 euros, concediéndole un plazo de veinte días para el
cumplimiento de lo ordenado, advirtiéndole que si, en dicho plazo, contado desde el siguiente al de la recepción del acto de
comunicación, no paga la cantidad que se le reclama por el demandante, ni comparece en ese Juzgado alegando razones de la
negativa al pago, se despachará contra él ejecución según lo previsto en el art. 816 LEC. Para el caso en que desee oponerse,
se le indica que deberá realizarlo mediante escrito de oposición dentro del término de veinte días que, en este caso, atendida la
cantidad reclamada, habrá de ir firmado por Abogado y Procurador.
3.4.1.2. Cuestiones
A) ¿Por medio de qué acto procesal se comunica dicha resolución judicial?
Conforme al Art.149.1 LEC es un acto de comunicación denominado requerimiento, por el que se ordena a alguna
de las partes o a un interesado en el procedimiento realizar una actuación a la que viene obligado y por ello se le
notifica a través de este medio.
B) ¿Qué rasgo específico lo diferencia de los demás actos procesales de comunicación?
Este tipo de acto ordena, conforme a la ley, una conducta o inactividad.
En los requerimientos, a diferencia de los demás actos procesales de comunicación, se admitirá la respuesta que
dé el requerido, consignándola sucintamente en la diligencia (Art.152.4 lec)
C) ¿Quién es el órgano encargado de velar por la adecuada organización del servicio de comunicación?
El secretario judicial es el responsable de la adecuada organización del servicio realizándose los actos de
comunicación bajo su dirección (Art. 152 LEC)
3.4.1.3. Derecho aplicable: Arts. 149, 152 LEC.

Realizado por Aitziber y Monste

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3.4.2. Caso II (§ 162)


3.4.2.1. Supuesto de hecho
D.A. promueve frente a D.B. acción ejecutiva fundada en escritura pública, primera copia, en la que D.B. reconoce
adeudar a D.A. la suma de 30.000.000 euros, cantidad a que contrae la acción, más la de 4.500 euros, calculada para los intereses
que puedan devengarse durante la ejecución y las costas de ésta. El Tribunal acuerda el despacho de la ejecución.

3.4.2.2 Cuestiones
A) El acuerdo de despacho de ejecución, ¿debe contener algún acto de intimación a don B? De ser así,
¿qué acto de comunicación significaría?

Sí, en este caso de hará un acto de intimidación según lo establecido en el art.581 LEC .Por lo cual si llegaba la fecha
acordada no pagase lo que debe procederán ipso facto al embargo de sus bienes.
Le están comunicando un requerimiento de pago de una deuda
Su simple admisión conlleva la adopción de determinadas medidas ejecutivas que deben corresponder al juez en la
medida en que afecta a derechos patrimoniales.
Los títulos que llevan aparejada ejecución. Comienza el proceso de ejecución con el artículo 517, en el que se
establece que la acción ejecutiva deberá fundarse en un título que tenga aparejada ejecución (sentencia, laudo arbitral,
escrituras públicas, pólizas de contratos mercantiles, títulos nominativos y al portador, certificados, el llamado auto de
cuantía máxima, y por último las demás resoluciones procesales –entre las que cabe incluir las resoluciones del
secretario judicial- y documentos que, por disposición de ésta u otra ley, lleven aparejada ejecución).

B) ¿Puede don B pedir que, en la diligencia en que se haga constar la comunicación de aquel acto, se recoja
que se limita a consignar la cantidad que se le reclama a los efectos de evitar el embargo de sus bienes y que
formulará oposición?

Si, ya que aunque, En las notificaciones, citaciones y emplazamientos no se admitirá ni consignará respuesta alguna del
interesado, a no ser que así se hubiera mandado. En los requerimientos se admitirá la respuesta que dé el requerido,
consignándola sucintamente en la diligencia.
Según el artículo 528 LEC referente a la oposición a la ejecución provisiona y a actuaciones ejecutivas concretas.
1. El ejecutado sólo podrá oponerse a la ejecución provisional una vez que ésta haya sido despachada.
2. La oposición a la ejecución provisional podrá fundarse únicamente, y sin perjuicio de lo establecido en el apartado 4
de este artículo, en las siguientes causas:
1.º En todo caso, haberse despachado la ejecución provisional con infracción del artículo anterior.
2.º Si la sentencia fuese de condena no dineraria, resultar imposible o de extrema dificultad, atendida la naturaleza de
las actuaciones ejecutivas, restaurar la situación anterior a la ejecución provisional o compensar económicamente al
ejecutado mediante el resarcimiento de los daños y perjuicios que se le causaren, si aquella sentencia fuese revocada.
3. Si la sentencia fuese de condena dineraria, el ejecutado no podrá oponerse a la ejecución provisional, sino
únicamente a actuaciones ejecutivas concretas del procedimiento de apremio, cuando entienda que dichas actuaciones
causarán una situación absolutamente imposible de restaurar o de compensar económicamente mediante el
resarcimiento de daños y perjuicios.
Al formular esta oposición a medidas ejecutivas concretas, el ejecutado habrá de indicar otras medidas o actuaciones
ejecutivas que sean posibles y no provoquen situaciones similares a las que causaría, a su juicio, la actuación o medida
a la que se opone, así como ofrecer caución suficiente para responder de la demora en la ejecución, si las medidas
alternativas no fuesen aceptadas por el tribunal y el pronunciamiento de condena dineraria resultare posteriormente
confirmado.
Si el ejecutado no indicara medidas alternativas ni ofreciese prestar caución, no procederá en ningún caso la oposición
a la ejecución y así se decretará de inmediato por el Secretario judicial. Contra dicho decreto cabrá recurso directo de
revisión que no producirá efectos suspensivos.
4. Además de las causas citadas en los apartados que preceden, la oposición podrá estar fundada en el pago o
cumplimiento de lo ordenado en la sentencia, que habrá de justificarse documentalmente, así como en la existencia de
pactos o transacciones que se hubieran convenido y documentado en el proceso para evitar la ejecución provisional.
Estas causas de oposición se tramitarán conforme a lo dispuesto para la ejecución ordinaria o definitiva.

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3.4.2.3. Derecho aplicable: Arts. 152.2 y 3, 517.2-49, 551, 553, 581, 585 LEC.

4. NULIDAD Y SUBSANACIÓN DE LOS ACTOS DE COMUNICACIÓN (§ 163)

4.1. Supuesto de hecho


A) D.A. presenta demanda en juicio verbal frente a D.B. y señala como domicilio de éste la calle ..., núm. ..., localidad ... En este
domicilio se practica la citación de D.B., resultando no ser su verdadero domicilio, sino el de un amigo, quien le da traslado de la citación
y de los documentos a ella incorporados el mismo día de practicado dicho acto de comunicación.

B) El día de la celebración del juicio comparece D.B., contesta a la demanda y propone los medios de prueba que considera
oportunos, sin hacer alegación alguna en orden a aquella notificación.
C) Recaída sentencia condenatoria, D.B. prepara e interpone recurso de apelación, que fundamenta en la nulidad de su citación por
haberse practicado en domicilio distinto al suyo.

4.2. Cuestiones
A) ¿Ha sido correctamente practicada la citación de D.B.? ¿En el supuesto de que no lo hubiera sido, ¿acarrea
la nulidad del juicio?
NO. La citación no ha sido correctamente practicada. La comunicación de la citación con traslado de los documentos
adjuntos habrían de haberse notificado en el domicilio del demandado designado por el demandante, incluso indicando
varios posibles domicilios con arreglo a lo previsto en el artículo 155.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, incluso
referenciando el orden en que considera pueda efectuarse con éxito la comunicación de entre los que indica el número
3 del citado precepto, a saber: el que aparezca en el padrón municipal o el que conste oficialmente a otros efectos.
La no realización del acto de comunicación con arreglo a lo previsto conllevaría, en principio, la nulidad de dicho acto, y
así sería la entrega en un domicilio distinto de los previstos en la norma, ya que vulneraría dichas disposiciones legales
y produciría indefensión del demandado vulnerando el derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 24 CE.
El órgano judicial viene obligado constitucionalmente a indagar el domicilio real del demandado en el que practicar los
actos de comunicación poniendo una especial diligencia en la comunicación del emplazamiento no ya sólo para cumplir
formalmente el requisito esencial de la comunicación sino para asegurar la recepción por su destinatario del acto que
le permita acreditar su conocimiento y el ejercicio de su derecho de defensa.
La ley de enjuiciamiento civil obliga a utilizar la fórmula del emplazamiento para los actos de primera personación de las
partes (artículos 149 y 152.1.3 LEC).

En el presente caso la Secretaría Judicial no habría utilizado dicha fórmula ni, a priori con la información disponible
realizar las averiguaciones tendentes al aseguramiento del domicilio o domicilios correctos practicando la misma en el
de una persona que no es el demandado. Ello determinaría efectivamente la nulidad del acto, si bien la nulidad de
dicho acto no implica necesariamente la de los sucesivos actos independientes del mismo ni las partes independientes
del mismo de la declarada nula al tenor de lo dispuesto en el artículo 243., apartados 1 y 2 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial.

No obstante lo anterior, el Juzgado ha de cuidar, conforme dispone el punto 3 del precepto citado, de que puedan ser
subsanados los defectos en que pudieran incurrir los actos procesales de las partes dado que la única indefensión
relevante es la material , la que realmente supone un perjuicio irreparable al demandado en su derecho constitucional a
la tutela judicial efectiva y a un proceso con todas las garantías constitucionalmente protegidas según ha venido
estableciendo el Tribunal Constitucional, de forma que un acto de comunicación que presente elementos determinantes
de nulidad podría ser subsanable si estos se presentan en el plano meramente formal, como en el presente caso
sucede con la determinación del domicilio incorrecto por parte del demandante, dado que en dicho acto en cualquier
caso se ha puesto de manifiesto la voluntad de cumplir los requisitos legales .
La incorrección de la citación no anula el juicio. De alegarse la nulidad del acto no supondría la nulidad del juicio sino
únicamente de dicho acto de comunicación practicado defectuosamente debiendo subsanarse el mismo totalmente o

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en aquellas partes del mismo sobre las que se hubiera declarado la nulidad , y manteniendo en su caso su eficacia los
actos independientes del mismo o las partes del mismo independientes de la declaración de nulidad.
B) ¿Qué efectos produce el hecho de que D. B. haya comparecido a juicio y no haya hecho alegación alguna en
relación con la supuesta irregularidad de la citación efectuada?
Según el apartado 2 del artículo 166 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, si la persona notificada, citada, emplazada o
requerida se hubiera dado por enterada en el asunto, y no denunciase la nulidad de la diligencia en su primer acto de
comparecencia ante el tribunal, surtirá ésta desde entonces todos sus efectos, como si se hubiere hecho con arreglo a
las disposiciones de la ley .
En consecuencia la recepción de la comunicación y los documentos adjuntos por D.B., su comparecencia a la citación
practicada y los actos procesales efectuados por el mismo, así como la contestación a la demanda y proposición de
prueba sin denuncia alguna alusiva a la presencia de elementos determinantes de nulidad en la práctica de la
comunicación subsana ex lege la práctica de la misma que ha de considerarse realizada con arreglo a las disposiciones
de la ley surtiendo la plenitud de sus efectos.

4.3. Derecho aplicable: Arts. 152.2 y 3, 166.2 LEC y 243.1 y 2 LOPJ.

Santa Claus y su reno favorito... Road Rider y Sonia Rodríguez .

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AUXILIO JUDICIAL (§ 164)

5.1. Supuesto de hecho


D. A.G.S., Secretario del Juzgado de Primera Instancia núm. 4 de Cuenca, al Sr. Juez de Paz de Priego saluda y, de
conformidad con lo dispuesto en los arts. 169 y ss. LEC, le comunica que, en este Tribunal requirente, se sigue el Juicio
Ordinario núm. 228/2009, a instancias de D. M.D.M., representado por el Procurador D. L.M.D y asistido por el Letrado
D. F.G.A., contra Dña. A.P.G., en el que la parte actora reclama la suma de 15.000 euros a la demandada, como
consecuencia de un incumplimiento contractual. Se ha intentado notificar la demanda interpuesta por la actora a través de
los medios establecidos en el art. 155 LEC, no habiendo constancia de la recepción, lo que, ex arts. 155.4 y 158 LEC,
determina que deba emplazarse al demandado mediante entrega de la cédula de emplazamiento que se adjunta, en la
forma dispuesta por el art. 161 LEC.
Por lo que se solicita que se notifique a Dña. A.P.G., mayor de edad, con NIF ... y domicilio en la calle ... núm. ... de
esa localidad, mediante la entrega de la cédula de emplazamiento que se adjunta.
Y para que pueda tener lugar la práctica de la mencionada prueba, dirijo a usted el presente, con la cédula de
emplazamiento que lo acompaña, solicitando su cumplimiento y devolución.

5.2. Cuestiones

A) ¿Qué denominación recibe dicho acto de comunicación entre órganos jurisdiccionales? ¿A


través de qué instrumento se solicita?
Dicho acto de comunicación se denomina auxilio judicial, por el que los tribunales civiles están obligados a
prestárselo en las actuaciones que, habiendo sido ordenadas por uno, requieran la colaboración de otro para
su práctica.
Se solicita a través de la Oficina del Juzgado de Primera Instancia del lugar en cuya circunscripción deba
practicarse.
B) ¿Cuál es su fundamento jurisdiccional?
Se solicitará el auxilio judicial para las actuaciones que hayan de efectuarse fuera de la circunscripción del
tribunal que conozca del asunto, cuando el tribunal no considere posible o conveniente hacer uso de la
facultad que el concede esta Ley de desplazarse fuera de su circunscripción para practicarlas.También se
podrá pedir para las actuaciones que hayan de practicarse fuera del término municipal en que tenga su sede
el tribunal que las haya ordenado, pero dentro del partido judicial o circunscripción correspondiente.
C) ¿Puede solicitarse la colaboración de un órgano judicial distinto al que esté conociendo del
asunto para la práctica de un acto de prueba?
Sólo se podrá solicitar la colaboración de un órgano distinto al que conozca del asunto cuando por razón de
la distancia, dificultad de desplazamiento, circunstancias personales de la parte, del testigo o del perito,
resulte imposible o muy gravosa la comparecencia de las personas citadas en la sede del Juzgado o tribunal,
se podrá pedir el auxilio judicial para la práctica de los actos de prueba.

5.3. Derecho aplicable: Arts. 118 CE; 169 y ss. LEC


Realizado por Noemí Rico y Adelina Raeva

LECCIÓN 24. CARACTERES Y FUENTES DEL DERECHO PROCESAL

1. La Ley procesal y su aplicación en el espacio y en el tiempo (§ 165)


Lección 24
CARACTERES Y FUENTES DEL DERECHO
PROCESAL

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1. LA LEY PROCESAL Y SU APLICACIÓN EN EL ESPACIO Y EN EL TIEMPO (§ 165)

1.1. Supuesto de hecho

D. Carlos Jiménez interpuso en fecha 15 de diciembre de 1999 demanda contra D. Rafael Gil en reclamación de la
cantidad de 6.000 euros, intereses legales y costas, la cual se sustanció por los trámites del juicio ordinario ante el
Juzgado de Primera Instancia núm. 7 de Zaragoza.
Tramitado el procedimiento conforme a las prescripciones legales, por dicho órgano judicial se dictó sentencia en fecha 6 de
febrero de 2001, que estimó íntegramente la demanda.
Contra dicha resolución por la representación procesal de D. Rafael se interpuso, en tiempo y forma, recurso de apelación,
que fue admitido a trámite por le órgano «a quo», remitiendo las actuaciones a la Audiencia Provincial de Zaragoza.

1.2. Cuestiones

A) ¿Cuáles son las disposiciones aplicables en la tramitación del recurso de apelación: las contenidas en la LEC de
1881 o las contempladas en la LEC 1/2000?
Aunque la demanda fuese presentada el 15 de Diciembre de 1.999, el recurso de apelación fue resuelto el día 06
de Febrero de 2.001 por la Audiencia Provincial de Zaragoza, por lo tanto las disposiciones aplicables en la tramitación
del recurso de apelación serían las contenidas en la LEC 1/2000, en virtud de la Disposición Transitoria Primera de la
LEC: “Régimen de recursos contra resoluciones interlocutorias o no definitivas. A las resoluciones interlocutorias o no
definitivas que se dicten en toda clase de procesos e instancias tras la entrada en vigor de esta Ley les será de
aplicación el régimen de recursos ordinarios que en ella se establece”.

1.3. Derecho aplicable: Disposición transitoria primera y segunda LEC 1/2000.


Realizado por: Patri Nebril Balseiro y Francisco J. Márquez González

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