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“Estudio de los mecanismos de sobrevivencia del sector de Subsistencia Urbano de la ciudad de Salta”.

Sonia Alvarez
Informe final beca de Iniciación del CONICET. 1986

CAPITULO II

CARACTERISTICAS GLOBALES DEL CONSUMO


1. Presupuesto y utilización de ingresos
2. La forma de acceso a los bienes
2.1. La provisión de alimentos
2.2. La Caja PAN y su influencia en el consumo alimentario
2.3. Prácticas de acceso a la indumentaria
2.4. La “perversión del consumo” y el acceso a los bienes de consumo durables

INTRODUCCION

CARACTERÍSTICAS GLOBALES DEL CONSUMO

Las prácticas para la reproducción cotidiana en el área de reproducción de subsistencia dirigidas al consumo,
son aquellas tareas relacionadas con la forma en que se satisfacen la necesidades de consumo de los
miembros de las unidades domésticas. Como se vio, abarca a su vez, tres grandes dimensiones: el consumo
propiamente dicho, la organización del presupuesto t la distribución de bienes y servicios. El consumo
propiamente dicho está directamente ligado a la producción doméstica, aunque hay una serie de bienes a los
cuales se accede ya transformados, por lo que no requieren actividades de producción.

La situación socio-económica en la que se encuentran inmersos estros grupos sociales condiciona el tipo,
características y cantidad de bienes que pueden consumir. Ahora bien, ésta área abarca los distintos rubros de
la “canasta de consumo”, los de alimentación, indumentaria, menaje, alojamiento, educación (útiles
escolares, transporte, etc.), recreación, salud, higiene, entre otros. Las formas como se satisfacen estos rubros
está en estrecha relación con condicionamientos, exterior a las unidades familiares, como son los de la
demanda de fuerza de trabajo, que tiene que ver con la inserción productiva de sus integrantes. Por otro lado,
las situaciones de inflación acelerada y deterioro de salario real también influyen sobre la forma y el tipo de
gasto que se realiza.

En estas circunstancias los diversos aportes del salario social al nivel de vida son fundamentales para la
subsistencia. En condiciones se escasez de ingresos monetarios, no sólo se recurre a los bienes y servicio
brindados por los equipamientos de consumo colectivo en áreas como la Salud y la Educación. También el
Estado aporta a la reproducción cotidiana bienes a la canasta de consumo en forma de “ayuda directa”. La
caja PAN es un caso de éstos que, en el rubro alimentación significa una importante cuota del presupuesto.
La incidencia de las mercaderías que incluye en el consumo cotidiano de las familias entrevistadas, es de
vital importancia para cubrir los insumos básicos de las necesidades alimentarias de las unidades domésticas.

El modo en que se relacionan los ingresos y los gastos de consumo, muestra la dinámica interna del
presupuesto familiar. La organización presupuestaria, a su vez depende, en grado sumo, de ña inserción
productiva de los miembros activos, del monto y forma en que el dinero ingresa a las unidades familiares. La
distribución de los bienes está también, en directa relación con lo anterior, ya que la manera como se accede
a éstos, la decisión de compra en el mercado o de demanda de bienes y las tareas de su traslado, se relacionan
con las prácticas tendientes a abaratar los insumos del hogar.
A pesar de la imbricación que tienen ellas las áreas de consumo y de su estrecha interdependencia, se
tomarán las mismas por separado a fin de lograr mayor claridad en la exposición. Empezaremos por la
organización del presupuesto familiar que permite visualizar la dinámica interna del consumo y su
distribución.

En este capítulo se analizan los mecanismos de sobrevivencia vinculados con el consumo de hogares
seleccionados de Villa Esperanza en la ciudad de Salta.

1. PRESUPUESTO Y UTILIZACIÓN DE LOS INGRESOS.

En el área del presupuesto se realizan actividades tendientes a su organización, a las decisiones de gastos y a
su planificación, dependiendo en forma directa de la fuente de recursos monetarios del presupuesto. Por
tanto, las opciones posibles limitan las determinaciones que se toman en cuanto a la cuantía de los gastos y al
área o rubro de la canasta que se va a satisfacer.

Mientras mayores son la presiones por la escasez de ingresos monetarios, menores posibilidades tienen las
familias de planificar sus gastos. La jerarquía o prioridad de gastos atiende primeramente al consumo
alimentario básico para asegurar la reproducción cotidiana de los integrantes (Duque y Pastrana, 1973,p.
186)1

Según las características socio-económicas de las familias se podrá disponer de algún remanente para
satisfacer otras necesidades sociales básicas: indumentaria, educación formal prolongada, etc.

El sentido común repitiendo prácticas eficaces para dar solución a las necesidades básicas, estirando el
presupuesto e inventando formas diversas de mayor rendimiento de los bienes.

Dad la estrecha relación entre la forma de inserción productiva y los ingresos que se obtienen con la forma de
organización presupuestaria, tomaremos como vía de análisis casos típicos que sintetizan la lógica interna de
la organización micro-social del presupuesto y en los cuales se pueda observar las múltiples dimensiones que
juegan en ella.

La familia Guanca

Como ya vimos, la familia Guanca está compuesta por cinco miembros; Raquel de 36 años, empleada
doméstica por hora en tres casas, vive con sus dos hijos, Esteban de 17 años y María de 15. Esteban trabaja
esporádicamente como electricista, dependiendo de la cantidad de tareas que tiene en el colegio – puesto que
además está terminando su secundaria – y de las oportunidades de trabajo que se le presenten. Eustaquio,
padre de Raquel de 67 años, es jubilado rural y vive con ellos desde hace dos años. Alberto, de 35 años vive
con Raquel desde que Esteban tenía 5 años y trabaja como chofer en una empresa de transporte. Sus ingresos
son los más importantes del presupuesto familiar y van a un pozo común con los de Raquel, que ella
administra. Las entradas inestables de Esteban son para sus gastos y la jubilación de Eustaquio se envía, casi
un 50% al interior de la provincia, para mantener a sus esposa quien vive en El Galpón. El resto sirve para
sus gastos de alimentación especial, de salud e indumentaria.

Raquel: Como le digo, mi papá a mi no me ayuda, por el problema de los remedios de él. Y la ropa que él
se tiene que vestir. Y mi mamá viene, y a mi mamá le da la plata para que ella pueda vivir allá también. Por

1
Jelin (1981) considera que “no existe” un criterio claro para fijar las necesidades al ser satisfechas en el seno de la unidad
doméstica. En el nivel agregado, la medición del bienestar relativo se hace en términos de la satisfacción de ciertos consumos
calibrados con estándares fijadas administrativamente (niveles de hacinamiento o calidad de los servicios habitacionales;
alimentación medida en calorías y distribución nutricional “adecuada”). En el plano micro, el acercamiento al tema debe
incluir la visión subjetiva de los actores, es decir, reconocer que las condiciones de vida son evaluadas en función de los grupos
de referencia y de lo “esperable” en cada etapa del ciclo de vida.
ejemplo mi papá ha cobrado 39, no me acuerdo muy bien, y entonces él le da a mi mamá 20, 25 para que
pueda vivir sola. Porque ella no quiere vivir a costa de nosotros, no nos quiere molestar... Como yo le digo a
mi papá –Ud. no se aflija porque yo soy una hija. El siempre ha sido una persona trabajadora que nunca
vino a la casa a hacer bochinche. Yo le digo a mi papá que no se tiene que afligir. Si él me da plata yo le
compro fruta para él.

Tampoco Esteban aporta al fondo común, sus ingresos se destinan a sus gastos de bolsillo y de indumentaria,
siendo estos últimos relativamente altos en relación a los del resto de los integrantes del grupo familiar. Por
un lado está la exigencia del adolescente como consecuencia de las presiones de la sociedad de consumo; por
otro, la necesidad de no sentirse diferente en su mundo exterior, en este caso la escuela “del centro”, para
evitar ser segregado.

(¿Y la plata que él gana le da a Ud., o la tiene para sus gastos?)


Raquel: Se viste él. Porque los chicos de hoy en día no quieren tener un solo par de zapatos, quieren
tener dos o tres, vestirse con distinto... Más o menos al nivel del colegio que él va, él ve, entonces él también
quiere estar a ese nivel. Y para estar a ese nivel él también tiene que colaborar. En cambio yo a la nena la
mando a Barrio Casino (barrio de clase media, cercano a la Villa) y la nena, como Ud. la ha visto anda bien
vestidita, no da aspecto. ¿cómo decir? muy, muy, muy, pobre, pobre. Nosotros no nos quejamos de la
pobreza. Una porque nos alcanza. Lo poco que tenemos tratamos de que nos alcance y vivir limpios que es
lo principal.

Si bien Raquel acepta y entiende la causa de la demanda de Esteban considera que en ese caso él tiene que
colaborar ya que el presupuesto del hogar no puede cubrir ese nivel de exigencias. En el caso de María, éste
disminuye al estar la escuela donde asiste, en un barrio más periférico, adonde van otros chicos que viven en
la Villa. De todas formas se puede observar en Raquel mecanismos de “presentación pública” a través de sus
hijos adolescentes.

Jelin (1982 considera que éste es uno de los contenidos simbólicos de los bienes, en este caso la
indumentaria. Según esta autora, los adolescentes serían quienes participan más del mundo exterior y la
imagen que la familia puede mostrar hacia afuera se manifiesta explícitamente en la presentación de estos
jóvenes.

Raquel es quien administra el pozo común de ella y Alberto, pero las decisiones de gastos que no sean los
destinados a la alimentación, son compartidos por ambos. La prioridad está dada por éstos últimos, y en la
medida que queda un remanente se va evaluando, en forma conjunta y según la necesidad, los otros gastos
como el equipamiento del hogar o la indumentaria. Los ingresos de Raquel, más exiguos, se destinan a sus
gastos de bolsillo, a aportes mensuales que realiza, en forma independiente para su jubilación, y a ahorrar,
cuando puede.

Raquel: Mi marido todo el sueldo me entrega a mí, y empezamos a decir, ésto va acá, ésto vamos a
pagar, ésto vamos a gastar...
(¿Quién administra, cómo se organizan?)
Raquel: Mi marido me da la plata, y nosotros conversamos. Por ejemplo, esta plata va a ser... estem.
Mañana o pasado vamos a tener una casa, compramos este mueble, veamos si nos alcanza para comer,
¿ve?. Conversamos los del y sacamos las conclusiones y vemos la forma como vamos a poder hacer. O
decimos, este mes se vamos a comprar ropa y nada más. Que la plata sea para comer y para la ropa. O, el
otro mes ya una cosa para los chicos. Esa el organización que tenemos nosotros.

Los ahorros que Raquel va realizando se destinan a comprar ropa para los chicos o para gastos imprevistos,
fundamentalmente de salud.

Raquel: Pongámosle tengamos que enfermarse. Ve como ser ahora, yo mi he enfermado y hemos tenido
siquiera la plata para poder salir en el acto. Porque sino los remedios no nos dan a nosotros. Y el año
pasado, como le digo, yo siempre junto plata, junto plata, junto plata. El año pasado tenía que ir a Bs. As. A
control de la nena... Y OSECAC se ha hecho cargo del pasaje en ferrocarril de ida y vuelta. Y esa plata que
me ahorrado, yo vengo y le compro, ya el calzado, el delantal, todas esas cosas.
La forma en que Raquel administra el presupuesto y la posibilidad que de ello se desprende de contar con
remanente, le permita prever situaciones críticas como las que se originan ante una enfermedad. En otros
casos ésto hubiera causado la disminución de la calidad y cantidad de alimentos.

La posibilidad de incrementar las erogaciones vienen dada por loa aumentos esporádicos que recibe Alberto,
ya que los ingresos de Raquel son escasos y más o menos estables. El impacto de los gastos de educación de
Esteban son importantes y exigen una planificación detallada de su incidencia en el presupuesto.

Raquel: A veces decimos, este mes no vamos a comprar nada porque resulta que el chico tiene que sacar
abono para el colegio. Porque él va al centro a estudiar... Y nos ordenamos, porque aquí todos en la casa
nos pedimos opiniones. Por ejemplo ellos dicen – mamá no hagas tal cosa porque te va a salir muy caro -. O
mejor, por ejemplo, como le voy a decir, él iba a comprar los abonos para la ida, porque no nos alcanzaba
la plata, porque mi marido estaba cobrando, primero ¡ni cuarenta estaba cobrando! Entonces él volvía a pie
cuando volvía del colegio. En cambio ahora nos alcanza un poquito más, porque le han aumentado el sueldo
a mi marido, así que ahora nos alcanza un poquito más. Así que ahora le compramos para que vaya y
vuelva. En cambio antes se venía a pie. Él se sacrifica mucho...

Los presupuestos de los Cari

Esta unidad doméstica está compuesta por dos núcleos familiares de “terreno común y olla separada, con
presupuestos separados” 2. El primer núcleo se conforma por 7 integrantes; Juan, su esposa Bety, cuatro hijos
de 10, 8, 6 y 4 años y una sobrina, Marta de 15 años, quien ha venido a la ciudad por cuestiones de
enfermedad y a estudiar. Su función en el hogar es el cuidado de sus primos, mientras Bety sale a trabajar.
Juan es trabajador independiente, y realiza trabajos, según la época del año y las posibilidades que se le
presenten. Desde Octubre a Marzo va a la cosecha del tabaco en una finca cercana a la ciudad,
aproximadamente a cuatro kilómetros. El primer año que lo entrevistamos se había trasladado todo el núcleo
familiar primario, quienes – incluido los niños mayores -, trabajaban en las diferentes actividades de la
cosecha. El segundo año, sólo Juan iba y venía todos los días, porque para el resto de la familia no había
trabajo. Durante el resto del año se desempeña como vendedor ambulante de maní y en la actualidad se
dedica a vender pochoclo con una máquina que acaba de adquirir. Bety es empleada doméstica por horas en
dos casas de familia. Este hogar es independiente en cuanto a la organización presupuestaria y al “grupo
comensal” del de la madre de Juan, Rosa quien reside en una pequeña vivienda anexa a la principal. Vive en
forma estable con una nieta de 5 años y con otra de 12, que viene sólo los fines de semana, porque está
empleada, con cama, en tareas domésticas remuneradas. Además recibe visitas esporádicas de otros hijos que
vienen del interior por tiempos prolongados. Rosa tiene 57 años y trabaja en lavado por tanto – únicos
ingresos monetarios que percibe -. Su hijo Juan le pasa algunos comestibles no perecederos. El resto de los
recursos de su presupuesto provienen de ayuda directa, por medio de dos cajas PAN mensuales y de la única
comida diaria que hacen en un comedor popular de la Parroquia cercana. El caso de Rosa, es límite ya que
por su carácter de incapacitada, - es levemente retardada – y por su edad, no puede trabajar y tampoco posee
pensiones graciables.

Rosa: Me dan dos cajas por las chiquitas, porque pesan poquito, poquito. Me alcanza para un mes
porque cocino para mí y la más chiquita nomás. A veces, lavo ropa, pero no alcanza. Pagan 200$ la docena
¿no alcanza! Ayer he entregado dos docenas y he comprado un cuartito de azúcar ¡todo ha subido!

La paga que recibe es mínima. Como no puede salir a buscar trabajo, sólo lava ropa de la gente del barrio.
Además, cuando no está la sobrina de su nuera, lava la ropa y cocina para los niños cuando Bety sale a
trabajar. De esta manera ambos hogares se estructuran en un sistema de intercambio de bienes por servicios.
Con lo poco que gana lavando ropa, además de adquirir proveeduría básica, - como azúcar, aceite y yerba,
que completa con la caja PAN -, compra carbón para cocinar. La otra sobrina que viene los fines de semanas

2
Unidades domésticas “bilocales de terreno común” dos viviendas en el mismo terreno, pero separadas estructuralmente, con
alguna función doméstica compartida (en este caso cuidado de niños menores y lavado de ropa), de “olla separada”, no se
comparten las actividades comensales, ni el local de habitación cocina y “presupuestos separados” no hay un presupuesto
común en ninguna área. (Ver punto B. Diseño de Investigaciones – 1er. Informe).
le trae zapatillas y ropa que pide a los vecinos y que le dan en la casa donde trabaja. Lo que gana sólo le
alcanza para vestirse, por tanto no entrega nada de dinero a Rosa. Del comedor de la parroquia retiran ropa y
fruta que trae a la casa. El equipamiento es mínimo, sólo tiene una cama y un colchón que recogió de la calle.
Antes dormía en el suelo.

(¿Cuánto le dura la caja PAN?)


Rosa: Mm... cuando se nos acaba no comemos, las chiquitas lloran. Yo les doy lo que tengo, matecito.
Ellas entienden, cuando no hay no hay, no tienen. Ellas entienden y comen en la noche en la Iglesia.

El presupuesto de Rosa se basa en una matriz de ingresos en dinero extremadamente escasos que limita la
posibilidad de gastos a algunos pocos comestibles no perecederos. En este caso sí se puede hablar de una casi
nula producción doméstica ante la imposibilidad de acceder a insumos básicos. En el caso del pan casero,
sólo se produce cuando llega la caja, no tanto por el combustible: la leña, sino por la imposibilidad de
adquirir los insumos para su elaboración.

(¿Hace pan?)
Rosa: Sí, tengo hornito, por eso voy a buscar leña.
(¿Cuándo hace?)
Rosa: Cuando viene la caja.
(¿Cuánto hace?)
Rosa: Tres kilitos una sola vez al mes.

La gran mayoría de los recursos provienen del intercambio, - por medio de sistema de ayuda mutua, basados
en relaciones de parentesco -, de aportes de la caja PAN, de los alimentos que recibe diariamente en el
comedor popular y de la indumentaria que consigue o le regalan.

Si bien esta forma de arreglo no es general en estos sectores sociales, sí es una muestra de la precariedad de
las condiciones en que deben subsistir franjas de población que por circunstancias de edad o salud, no pueden
vender su fuerza de trabajo en el mercado. A pesar de que las prácticas desarrolladas por Rosa satisfacen las
necesidades mínimas de alimentación, el nivel de vida que alcanza puede denominarse de indigencia social.

En el hogar de Juan y Bety la dinámica del presupuesto y su organización son diferentes.

Bety: Yo la mercadería compro una sola vez al mes, así que la compro en el super o, hay veces, en el
mercado. Voy y la traigo de ahí. Compro la cantidad que me va a salir al mes. Compro 2 kg. De fideos, 2 kg.
De arroz, ya sea maíz pelado, trigo. La azúcar tengo que comprar más de la que viene en la caja porque no
me alcanza.
(¿Con qué plata la compra?)
Bety: Bueno, saco 5 en una parte y 5 en otra. Son 10.000$ que... y los 10.000$ se convierten en
mercadería.
(¿Todo?)
Bety: Sí, así que ya nos queda de lo que va juntando (el marido) de la venta de maní. Ya, ya, lo va
juntando. Pero cuando alguno se enferma, también, estem... tenemos que comprar los medicamentos o ya
tenemos que llevarlo al médico.
(¿ Y los gastos diarios?)
Bety: Bueno la carne la compramos diariamente, toso los días. Bueno eso ya saca él del sueldo de él. O
sea de la mitad de lo que él gana ahorra, y la mitad lo invertimos en el pan, y en la leche y en la carne
¡claro! Bueno la fruta casi no la compro, la fruta está cara ¡cara es ¡ Así que hay veces, - una vez a la
semana o dos veces a la semana – le compro la fruta, y después, le hago arroz con leche. Eso le hago, o
anchi.

Bety es quien administra el presupuesto. La entrada fija de su sueldo se destina a gastos mensuales de
proveeduría, lo que se completa con lo que viene en la caja PAN. Los gastos diarios de alimentación se
proveen con la mitad de los ingresos cotidianos que trae a la casa Juan. Los ahorros se destinan a gastos
imprevistos, fundamentalmente salud.

(¿Quién decide sobre los gastos diarios?)


Juan: Ella es la que decide.
(¿Ud. le da a ella?)
Juan: Sí.
(¿Y para otros gastos, por el. Si hay que comprar ropa?)
Juan: Todo lo decide ella.
Bety: Yo compro las cosas, más que nos dan la caja PAN, así que yo me doy vuelta. Con la caja nos
damos vuelta casi dos semana, porque los chicos comen en la escuela.

El consumo alimentario de los Cari proviene de tres fuentes de recursos: por un lado los bienes adquiridos en
el mercado por medio de los ingresos monetarios de ambos, los aportes de la caja PAN y la comida diaria
que reciben sus tres hijos mayores en el comedor escolar. Con estos tres recursos también cuenta Rosa, con la
diferencia que la parte correspondiente a ingresos monetarios es casi nula.

Cuando la familia entera fue a la cosecha del tabaco, los dos hijos mayores – de 8 y 6 años en ese tiempo –
trabajaban junto con sus padres.

Bety: los dos más grandes encañan y desencañan y todo lo que trabajan es para comprar los útiles, todo
para la escuela ¿ve?
(¿Ud. se lo separa, o lo junta con lo de Ud.?)
Bety: No eso va separado, eso yo se lo separo, porque ellos querían ir a trabajar y decía que lo que
ganen ellos, era para la escuela, era todo para la escuela.

El aporte al presupuesto que hacían los niños a los gastos destinados a útiles escolares, fue muy significativo.
Al año siguiente cuando no trabajaron el impacto del inicio de clases fue muy grande sobre el presupuesto, al
no tener un monto asignado específicamente para ello.

Bety: Por ejemplo este año que no hemos ido al tabaco nosotros, este año le ha tocado comprar a mi
marido. Pero este año nos ha faltado todo ¿ve? Para la escuela. Los cuadernos de la escuela no le pudimos
comprar para la chiquita. Bueno la carpeta que ella ya tenía, únicamente compramos. Los repuestos para el
otro que ha empezado el jardín también. Ahora nos pidieron más. Pero compramos de a poco, empezó las
clases y empezados a comprar de a poco. Para el otro todavía no le hemos comprado el cuaderno de la
escuela.

Los ingresos del trabajo familiar en la cosecha permitieron a los Cari hacer ahorros para gastos de
equipamiento del hogar y para compra de materiales para construir su casa. La causa por la que Juan sigue
yendo solo a la cosecha es porque le pagan salario familiar, ingreso que como independiente no recibe en la
ciudad. En las últimas entrevistas realizadas a la flia. Cari, Juan había comprado una máquina pochoclera,
con lo que aparentemente, mejoraría sus ingresos. Vendiendo maní tenía que entregar el 20% de lo
recaudado en el día, al dueño de la máquina.

Las posibilidades de aumentar sus ingresos no modificó la situación de la inestabilidad y ritmo variado de los
montos que podía aportar el presupuesto, por lo que los arreglos internos y la lógica entre ingresos-gastos no
se modificó.

Los Ramirez

Azucena Ramirez vive con su marido Rafael, un hijo de soltera de 12 años de edad y Tomás , de 4 años, hijo
de ambos. Rafael es pulidor de pisos y trabaja en forma independiente.

Sus ingresos, aunque inestables, son relativamente importantes, por lo que han podido acceder a una vivienda
hecha, del Programa de Vivienda Popular, si sistema de ayuda mutua. Azucena trabaja como cocinera en un
restaurante, finalmente ha abandonado porque no le pagaban bien y, según ella y su marido, no justificaba
abandonar las tareas domésticas. Durante el período de seguimiento, su aporte monetario al presupuesto
familiar se basó en producción intra-doméstica remunerada de diversa índole. Hace “locro” los Domingos, en
el invierno. O vende “picolé” en el verano. La entrada más importante, aunque inconstante, es la de Rafael,
pero el programa planificación de los gastos y la prolija administración de Azucena, permiten un cierto
desahogo y posibilidad de previsión. Los ingresos de Rafael dependen de los clientes que requieren sus
servicios, y los de ella, de la estacionalidad y de la posibilidad de ahorrar unos pesos para adquirir los
insumos necesarios. Además también es importante contar con la ayuda de su marido, quien colabora en
tareas de apoyo.

(¿Y cada cuánto hace locro?)


Azucena: Bueno en el tiempo del invierno... cada... cuando me da guapeza, como le digo. Porque hay que
tener amor para hacer esto. ¿Sabe que hay que estar a la orilla del fuego? Que cuidando que salga bien a
punto, así ¿ve?. Bueno, cuando mi marido también me dice – Bueno te voy a ayudar.
(¿Y cuánto gana cuando hace locro?)
Azucena: Póngale 15 me ha dejado de ganancia la última vez. Que ya eso me sirve para algo ¿no? Sí,
para la semana.

Estos ingresos completan parte de los gastos cuando Rafael no consigue trabajo. Por otro lado, se destinan a
rubros específicos como cuando vende picolé, lo cual sirve para pagar la cuota de la vivienda adjudicada.

(Azucena, ¿desde cuándo está haciendo picolé?)


Azucena: Desde que bien mi cambiado. Y vendo, como le decía, vendo. Pero yo, la plata que gano la
junto. Son 7 australes diarios. Y mire yo junto, y yo con eso, yo pago la casa ahora. Yo soy la que pago la
casa. Yo eso le digo a mi marido, yo sea como sea de cualquier forma, trato de ayudar, no salgo a trabajar
pero me las rebusco y bueno...
Yo le voy a decir una cosa, que cuando uno tiene amor a algo lindo, yo siempre i soñado con tener una
casita. Uno como sea se la rebusca pa pagar. ¡Y él que no tiene trabajo efectivo!

Los ingresos inestables de Rafael obligan a una organización presupuestaria basada en el ahorro, la previsión
o la restricción según sea el monto del dinero que ingresa y del tiempo que pasa sin trabajo.

(¿Y cuánto gana más o menos por mes Rafael?)


Azucena: Más o menos... Por ejemplo, ahora ha agarrado una obra. Él la ha agarrado el Lunes y la
termina Lunes que viene. Ahí saca 120 porque trabaja a sociedad con su tío, saca 120, la mitad es para él y
la mitad para el dueño de la máquina. Así que ahí nomás son 60 en una semana. Y yo que soy cuidadosa
para cocinar. Cositas que uno se mide, porque está viendo que hay veces que él puede y otras que no puede.
Entonces una cuida el pesito. Cuando hay... cuando yo veo que va alcanzar traigo fruta, voy al mercado,
traigo cositas para la semana ¿ve?

Cuando el ingreso es suficiente para cubrir la alimentación cotidiana, el remanente se utiliza para gastos de
indumentaria o para acumular proveeduría para los momentos del mes en que no hay entradas.

(¿Cómo se organizan con las compras?)


Azucena: Por ejemplo, cuando él me da bastantito de una obra, ahí nomás yo pienso en los chicos. Por
ejemplo, a alguno siempre le falta una ropa. – Buenos mirá Rafael, ahora por ejemplo le voy a comprar
zapatillas porque le falta a Mario. O sino voy a comprar tal cosa, porque hace falta, por ejemplo, azúcar o
aceite que es lo más caro, lo que uno consume más. Y entonces me dice: - Bueno si vos sos la que te
organizas con la plata. Ahora, cuando veo que estoy quedando con lo poco, entonces él agarra otra obra,
así...

La organización meticulosa del presupuesto que lleva a cabo Azucena es percibida como un trabajo que
aporta al nivel de vida. Permite ahorrar dinero por medio de prácticas de producción doméstica que estiran
los recursos para la alimentación diaria, ahorrar y prever para gastos fijos de créditos que deben ser cubiertos,
por medio de la restricción en otros rubros o cuando sobra, reservando para la fecha de pago.

Azucena: Todo lo que tenemos es esfuerzo de los dos. No solamente de él. De los dos es el esfuerzo.
Tanto de él como mío. Porque la plata, ¡él la traerá! Pero me la da a mí. Yo soy la que piensa, se él me da
10, yo veo que si se acerca la fecha de pago yo se que tengo que economizarme en la comida... Así que ésto
es esfuerzo de los dos. Como le digo yo a veces a mi marido, que me canso, porque a veces él no consigue
trabajo ¡y teniendo estudio! Porque él tiene estudio y sabe desenvolverse bien en todo.
2.- LA FORMA DE ACCESO A LOS BIENES

La manera como las familiar se van proveyendo de bienes en el mercado para el consumo, depende
principalmente de la combinación de tres factores; el monto aproximado del total de ingresos monetarios, el
número de integrantes que aportan, y la modalidad de los ingresos. Esta último aspecto no sólo hace
referencia al tipo de inserción productiva inestable, sino la forma de pago de los que se emplean en relación
de dependencia. Si se efectiviza en forma errática y sin montos fijos – por sistemas de vales por ejemplo –
opera de igual forma, sobre la organización presupuestaria, que aquellos ingresos inestables de los
trabajadores independientes.

Jelin (1982) considera que en períodos de alta inflación y deterioro del salario real, los consumidores se
enfrentan con la inestabilidad crónica de los precios de los artículos de su canasta que, unida a la
inestabilidad real de sus ingresos nominales, crea grandes dificultades para la organización presupuestaria. La
manera de enfrentar esta situación sería establecer una relación directa entre tipo de ingreso y tipo de gasto.
Esto ocurre cuando hay más de una fuente u tipo de ingreso, más que un presupuesto global se arman
pequeños “paquetes” o nudos ingreso-gasto. Los ingresos más estables y previsibles se destinan a pagar
gastos “fijos” y los ingresos más variables a cubrir gastos más “elásticos”.

Si bien hemos encontrado “nudos” ingreso-gastos – los Guanca y los Cari son un ejemplo de ello –
consideramos que la causa por la cual no se organizan presupuestos comunes no radica en lo errático de los
ingresos nominales en relación a los precios de los productos, sino más bien en el carácter inestables de los
ingresos y de los montos y su relación con la satisfacción de las necesidades más perentorias de alimentación
que se deben cubrir. Esto porque a pesar de la inflación a veces no se puede hacer un presupuesto global,
básicamente porque no es posible prever el momento en el que el dinero entra en el hogar. Por lo que es más
fácil asignarle al ingreso errático un gasto prefijado que no necesariamente tiene que ser elástico. Por ejemplo
un ingreso errático e inestable puede cubrir gastos fijos, como son, las cuotas de créditos de artículos
electrodomésticos o la cuota de la vivienda. El caso de los gastos que se pagan con el trabajo esporádico de
Azucena Ramirez es un ejemplo elocuente. En este caso un nuevo producto que se incorpora al nivel de vida
es cubierto por los ingresos inestables y esporádicos; los otros, también inestables pero más constantes
cubren el resto de las necesidades de alimentación e indumentaria.

Azucena: El otro día semos enojado tras el asunto de la heladera. Ya se acercaba el tiempo que teníamos
que pagar y nos faltaba 8 millones. Y él me dice ¿qué vamos a hacer? Nos vamos a dejar pasar y nos van a
cobrar intereses. Entonces yo esa tarde me ido a trabajar, y esa tarde en lavado en dos lados...Y así

Si bien los alimentos desde el punto de vista del consumidor son elástico en el corto plazo, - pueden
acumularse alimentos perecederos o restringirse el de los no perecederos (Jelin, ibid) – la forma en que se
producen los “nudos ingreso-gastos” de alimentación depende no tanto de su condición de gastos como de la
posibilidad de acumular ciertos bienes alimentarios y otros no. En el presupuesto de Bety y Juan Cari, las
entradas fijas son las más escasas y cubren los comestibles no perecederos. Esto no se debe a que los
primeros serán más o menos elásticos – ya que también se puede contraer su consumo -, sino más bien a la
posibilidad de ser acumulados para prevenir situaciones de carencia. Luego si la constante encontrada es que
la jerarquía de gastos atiende primordialmente a los de alimentación no perecederos, ya sea por medio de
ingresos inestables pero constantes, o ingresos estables escasos. Estos “nudos ingreso-gastos” más que una
cuestión que viene a solucionar problemas de deterioro de salario real, responden a la lógica del sentido
común que opera evitando la carencia de las necesidades más primordiales primero.

Otro elemento a analizar sería la causa de la preminencia de una dieta basada fundamentalmente en hidratos
de carbono – maíz, trigo, locrillo, arroz, fideos, harina, etc. -. Debería considerarse, junto con los factores
culturales, el hecho de que la posibilidad de asegurar el alimento cotidiano es más fácil con comidas no
perecederas que con legumbres, hortalizas, carnes o frutas, las cuales no sólo no ofrecen posibilidad de
acumularse sino que además son más caras.
En las circunstancias donde una demanda de bienes debe satisfacer necesidades de gatos específicos de algún
integrante del grupo familiar ( ya sea por etapas del ciclo de vida – caso de los ancianos y adolescentes – por
demandas estacionales – caso de útiles escolares de niños -, por demandas puntuales – escolaridad
secundaria, por ejemplo -) los ingresos personales constituyen nudos con estos gastos. Como se ve, tampoco
se trata de gastos elásticos o inelásticos – la alimentación de una anciano es extremadamente inelástica – sino
más bien de una tendencia a que las demandas “extras”, que varían según la propia valoración de loa actores,
sean cubiertas por los mismos demandantes.

Es necesario señalar que la posibilidad de contar con ingresos estable que permitan una relativa flexibilidad
en los gastos, brinda tiempo para pensar en cada gasto y su conveniencia, la decisión puede ser un momento
puntual donde se evalúa y se decide. La decisión es más pensada y reflexionada y puede ser programada a
largo plazo. Cuando los recursos son escasos o nulos – sigue el momento del mes – no hay una “decisión
puntual” sino espontánea y tendiendo a satisfacer las necesidades más inmediatas de alimentación básica,
mucho más pragmática e irreflexiva que a largo plazo programada.

Cobertura del Plan Alimentario Nacional, en Salta, prevee también aportes a los ancianos, que aunque
reciban jubilación, por el bajo monto no permite cubrir la mayor demanda de medicamentos o dietas
especiales, comunes en esta etapa del ciclo de vida.

En la casa de Raquel Guanca reciben 2 cajas PAN, una por su carácter de carenciados y otra para su padre,
Esutaquio de 67 años.

Raquel: A mi papá, el médico le ha dicho que tiene que hacer una dieta estricta y tiene que estar bien
alimentado, así que yo le cocino aparte. Entonces la caja PAN le viene para mi papá, por la leche para él.
Él se toma la leche, se come su arroz, su cosita. Dos kilos de leche trae la caja. Antes yo ponía inclusive de
mi bolsillo la comida para él. Pero ahora la caja PAN me sustituye.

Las familias entrevistadas considera que algunos de sus contenidos – especialmente el azúcar, la harina, el
aceite y la leche – son básicos para la alimentación y significan un aporte importante al presupuesto familiar.
En lo que respecta al a leche, el Plan materno infantil cubría a los niños menores de un año. En la actualidad
todos los menores de seis años tienen asegurados 2 kilos de leche al mes.

En el barrio cuando la caja se atrasa, hay un gran movimiento entre las mujeres para averiguar el día de
entrega. Esta se debe a que al estar incluída en los recursos familiares para fechas determinadas, su demora
causa inconvenientes a la planificación alimentaria en aquellas familias – la mayoría – que completan los
últimos días del mes con los ingredientes que trae.

Por ello conviene tener cuidado cuando se incluye entre los comportamientos de la organización
presupuestaria la “decisión de gastos” unidas a criterios de autoridad y control (Torrado, 1982, p.16). La
característica de ciertos “presupuestos” es su falta de organización y la inexistencia de criterios de autoridad,
sólo se va progresivamente atendiendo a las necesidades más acuciantes de la alimentación. No hay criterios
de autoridad – todos deben comer -, ni decisiones puntuales – se debe satisfacer la necesidad inmediata de
alimentación. En definitiva hay que tratar de paliar el hambre.

En la familia Carpanchay, Arturo trabaja, como medio oficial albañil, en relación de dependencia, le pagan
por quincena. En la segunda le incluyen el salario familiar de su hija. Viven con Arturo, Eugenia su esposa,
una hija de ésta, Adela de 12 años de edad y una hija de ambos de 3 años de edad. Eugenia y Adela trabajan
como empleadas domésticas por horas. Adela además va a la escuela primaria.

Eugenia: La nena va sexto grado, y va por la tarde. Y tiene que pagar el colectivo. Así que va a ganar
más para el colectivo que para ella. Prácticamente gana ni para ella, porque lo que gana mi marido no
alcanza ¡No alcanza para nada! Llegamos ya a la otra semana. Y vamos a tener que ocupar la plata que ella
ha ganao, porque no tenemos no pa la carne.
(¿Quién administra, cómo hacen para las compras?)
Eugenia: Por ejemplo ahora nomás él ya cobra o ¿ve? Ya tenemos que comprar la ropa para el bebé que
va a nacer y ya hemos gastado casi todo. Ya no nos va a alcanzar para comprar la mercadería. Apenas nada
más 5.000 para esta semana y la otra... hasta que él cobre otra vez... mmm. Y después ya tendremos que
gastar la plata de ella, ya no se puede comprar nada.

Yo tengo que estirar la plata como chicle, sino no alcanza. En la quincena pasada también ya no mos
quedao sin plata, prácticamente nada más nos hemos quedao con 1.000$. Hemos tenido que pagar la luz,
hemos comprao una garrafa de gas y ... con 1.000 sólo hemos quedao.
(¿Para toda la quincena?)
Eugenia: ¡Sí!, con lo que ha cobrado mi hija y también de mi trabajo, con es no mos dau vuelta hasta
después,... el pan nos deja anotado el panadero todos los días... anotamos, o si nos falta sacamos anotau del
almacén, tiene que pagar en el almacén pa la carne únicamente.

Los ingresos se van asignando a los gastos fijos a medida que se presentan, y a las necesidades mínimas de
alimentación. Cuando se acaba un ingreso se acude a otro hasta que, finalmente se recurre al sistema de
“libreta” (adelanto de consumo en desmedro del ingreso de la quincena siguiente) o a la restricción
alimentaria. La pragmasis de esta práctica se resiste a todo intento de encontrar una “lógica racional” de
administración presupuestaria y de “decisiones puntuales” de gastos, sólo opera el sentido común para la
sobrevivencia.

2.1.- LA PROVISION DE ALIMENTOS

La forma de acceder a los bienes para el consumo alimentario varía. Algunos alimentos se compran de
contado, otros que se adquieren por sistemas de crédito de diferente índole, otros que se intercambian por
trabajo, otros que se reciben en forma de ayuda directa, finalmente están las hortalizas y legumbres que se
producen en la huerta.

Las formas de adquisición de alimentos – proveeduría, carne o verdura con dinero en efectivo – ofrece
diversas variantes. Se pueden comprar de a poco – según se presenten las rebajas u ofertas -, o una sola vez al
mes en los lugares que se encuentra más económica.

(¿Y dónde compra la mercadería?)


Azucena: Siempre aprovecho la liquidación del super. Yo cuando veo la tele, la liquidación, ahí compro.
El papel higiénico, el jabón, el aceite, la azúcar. Por ejemplo en el Chango(+). El Sábado pasado ha estado a
280 el kilo, y daban dos kilo por persona. Entonces yo los he llevado a mi marido, a mi hijo y yo. Los tres
haciendo cola y se hemos traído 6 kilos, porque si no aprovecho así... ¡Sí está a 360 el kilo!

La posibilidad de hacer una compra mensual de proveeduría depende de la existencia de algún ingreso fijo de
un monto más o menos considerable. Francisca Perez que tiene entradas inestables de su trabajo en relación
de dependencia dice:

Francisca: La mercadería a veces la compramos al contado, y a veces, que el almacén del señor de acá
vende caro... Así que este... para comprar mucha cantidad se necesita mucha plata.

Sara Gallardo, dueña del almacén del barrio explica que, para la comida diaria, no sólo se vende de a poco
sino de a “puchos”.

(¿Cómo compra la gente mercadería?)


Sara: De a “puchos”, vienen a buscar la mitad de un cuarto. ¡Imagínese si no es a “puchos”! El cuarto
ya es un pucho ¿no cierto? ¡Vienen a buscar la mitad de un cuarto de aceite! Yo puedo vender así porque
me doy cuenta, que para eso tengo la balanza, conozco los números. Digo bueno este... le doy la mitad del
cuarto y le cobro. O sino también vendo de a pesos, por ejemplo si viene alguien me dice: ¿Ud. Señora me
puede vender 100$ de ...? Sí, como no – le digo – porque yo se cuánto equivale a un kilo.

(+)
Supermercado de la zona
La adquisición de estos bienes en forma extremadamente fraccionada, se realiza cuando no hay dinero y hay
que “levantar la olla”, o para no pagar caro y preveer la compra por kilo en lugares más baratos cuando hay
dinero.

Otro sistema de acceso a la proveeduría es su intercambio por trabajo. Por lo general en el empleo doméstico
remunerado se obtienen alguna proveeduría. Lo que aparentemente es una donación, en la realidad viene a
compensar las bajas remuneraciones que reciben.

La verdura se compra – cuando no hay huerta familiar o no se produce en ella – generalmente en el mercado
semanalmente, los días Sábados que es más barato, o a un verdulero que entra en el barrio. Se han
organizado “compras comunitarias” que proveen de verdura y fruta necesaria para el consumo de una
semana, por muy bajo costo. Esa modalidad de práctica a nivel comunitario ha comenzado a fines del ’85 por
lo que no fue posible observar con más detalle su dinámica. Esta PRC es sin duda la forma más económica
de acceder a la verdura y fruta ya que la compra comunitaria al por mayor abarata los costos. La fruta, por su
alto precio, muy raras veces se incluye en la dieta.

La producción doméstica de hortalizas y legumbres es variada por su estacionalidad, sólo cubre parte de los
requerimientos ya que en el área sólo se dan verduras “verdes” (lechuga, acelga, apio, perejil, espinaca) el
resto (tomate, papa, cebolla) no se produce por problemas de arenosidad del suelo.

(¿Y la verdura?)
María Loza: Aparte de la que sacamos de la huerta, también vamos al mercau, así que traemos pa toda
la semana. Vamos el Sábado, a última hora que dan más ofertas porque ya el Domingo está cerrado. Así que
vamos a esa hora, a eso de las 7 vamos y así traemos la verdura. Y hay veces la frutita pa los chicos.

Generalmente el consumo de carne es muy escaso. Se compra casi exclusivamente al contado, puesto que
ningún almacén lo incluye en los sistemas de crédito. Esto implica el traslado a zonas más lejanas donde se
consiguen mejores precios y en los que hay que hacer largas colas. También se adquiere fraccionada. De a
cuarto y medio kilo, o de a pesos o australes. El puchero por su bajo costo es el corte más común de la dieta
familiar, él que se “tira” a la sopa diariamente.

(¿Y cómo se arreglan con la carne?)


Regina: Y carne, hay veces que, por ejemplo hoy día, yo no compro carne. ¡Es cara! A veces el puchero
lo venden a 130$. Y ese puchero es hueso pelado, no tiene carne. Mire esta mañana ei comprado un
pedacito de costilla ¡por 200$!

La carne de ave – producto de la cría de animales domésticos – es un elemento importante en la dieta


alimentaria. Cuando hay gallinero, se carnean a fin de mes por falta de ingresos monetarios que permiten
acceder a otros bienes.

(¿Y las gallinas, las carnea de vez en cuando?)


Elvira: Sí, cuando a mi me hace falta la carne y quiero carnear alguna, las mato. Para eso las estoy
criando. Pero así, las repongo con los pollitos chiquititos... Porque sino...

Otra forma de acceder a los bienes alimenticios es a partir de sistemas de crédito. Éstos se efectivizan de dos
formas: por medio de vales por mutual – en los casos de familias que tienen algún integrante empleado en
relación de dependencia y con obra social -, y al “fiado” por libreta. La primera modalidad se combina con
otras formas de compra, ya que si bien el monto se descuenta del sueldo con un mes de atraso, los
supermercados adheridos a este sistema remarcan la mercadería.

El marido de Amalia Saravia, Roberto es empleado público.


Amalia: La mercadería la sacamos por mutual, por ejemplo por el Super que está adherido, el Chango,
El Estrella(+), una vez al mes. Y después sacamos directamente con la plata ¡mejor nos sale! Porque nos sale
más menos.
(¿Y a dónde compran?)
Amalia: Y buscando, el azúcar, aquí, allá, donde está más barato. La ofertas se buscan donde está más
barato, así buscando.

El sistema de “fiado”, créditos locales en almacenes cercano o de proveedores ambulantes, - panaderos y


verduleros – como la compra por mutual se convierte en un gasto mensual, pero en este caso se abona en una
fecha estipulada – generalmente a fin de mes. Este recurso, si bien adelanta el consumo, tiene un efecto
negativo sobre los ingresos monetarios. Es una solución a corto plazo para asegurar la provisión de diversos
tipos de alimentos. Ahora bien, el efecto que tiene sobre los recursos en dinero en contrario a su
“maximalización” u “optimización” puesto que por el alto precio que deben pagar, la deuda contraída es
mucho más alta que si los mismos bienes se adquirieran en efectivo. Esta PRC opera efectivamente en la
medida que se cubren las necesidades mínimas de alimentación diaria, pero va en desmedro de los futuros
ingresos monetarios. Es un caso típico de PRC donde no hay una lógica de logros de mayores beneficios –
medida en términos de su optimización -. La inestabilidad de los ingresos, o su escasez – para cubrir las
necesidades alimentarias de todo el mes -, obligan a la cobertura de las necesidades cotidianas e inmediatas
en desmedro de la mejor utilización de los recursos monetarios. Resulta eficiente y eficaz para solucionar
cuestiones puntuales de subsistencia mínima, aunque ésto implique un endeudamiento crónico, ya que, en la
mayoría de los casos, no se puede cubrir la totalidad de la deuda.

En el caso de Francisca Perez, la inestabilidad de sus entradas, le impiden contar con recursos para adquirir
los bienes alimenticios al contado.

(¿Cómo compra, a diario, una vez al mes todo?)


Francisca: Lo compro poco a poco, en el almacén sacamos al fiao, con libreta del almacén de acá. Mi
marido saca así este... La carne sí compramos al contado.

Francisca Yo cocino una sola vez, de noche. Anoche he hecho guiso. Al almuerzo viene mi marido y yo
llego del trabajo y le caliento y comemos, después se va. A la tarde hago guiso, o sea sopa. Antes hacía mate
nomás, no nos alcanzaba. Y cuando no tenemos, no tenemos, se aguantamos. Ve me tenían que pagar el
cinco, él no tenía plata ni yo tampoco. Hace tres días, cinco días que tomábamos mate, mañana y noche. El
patrón no nos quería dar la plata, y recién nos ha venido a pagar ¡Mire Ud.! comiendo atrasao. ¡Y así
estamos! Recién hoy nos han pagao ¡desde el cinco! ¡mire cuántos días!

(¿Cada cuánto le pagan?)


Francisca: Cada mensual nos pagan, y yo le pedía vale. Y no nos quería dar vale para comprar, y justo
nos han dado el PAN (Caja PAN). Antes del Lunes estábamos cinco días sin comer (...) Así que se
aguantamos nosotros, ya sea mate, lo que sea. Si no tenemos hoy día, ya sea mañana comemos ¡Desde el
cinco estamos a mate!

En estas circunstancias la libreta deja de ser efectiva porque al no haber cobrado su sueldo mensual, no puede
saldar su deuda anterior y comenzar de nuevo a anotar. El último recurso es restricción y el hambre.

En cuanto al aporte de alimentos, por medio del Estado a la reproducción, tenemos en la actualidad en Salta
los de “ayuda directa” de la caja PAN y los bienes ya elaborados que se consumen por vía del uso de
servicios de otros equipamientos colectivos, como los comedores escolares o las Guarderías Infantiles.
Francisca Perez quien como se vio tiene 2 niños a su cargo, soluciona serios problemas de subsistencia con la
guardería infantil.

(¿Por qué ha decidido ponerlos en la guardería?)


francisca: Porque yo trabajo, él (su marido) también trabaja. Si yo tendría alguien que me los cuide, yo
los dejo. Por esa razón yo los dejo... Los chicos se quedan a almorzar allá, comen al mediodía. A las 5 o 6

(+)
Nombres de Super-Mercados de la Ciudad.
En las circunstancias antes descriptas cuando no tienen que comer por falta de pago o de trabajo Francisca
dice:

Francisca: Gracias a Dios que los chicos están en la guardería los dos. A nosotros no nos interesa
porque somos grandes ¡pero los chicos!

Las escuelas con Comedores Escolares operan similarmente a las guarderías en lo que hace al aporte de una
comida diaria para los niños.

En la familia Cari los tres hijos mayores van a una escuela con comedor.

(¿Cómo se organizan con la caja PAN?)


Bety: Con la caja nos damos vuelta casi 2 semanas. Bueno ahora, casi dos semanas porque los chicos
comen en la escuela.
(¿Qué escuela es?)
Bety: Acá, en la escuela del Barrio (Villa Costanera). Así que yo tengo que cocinar u poco más menos.

El aporte del comedor escolar se restringe a las épocas de clase. En la familia Cari la combinación de la caja
PAN y el comedor escolar, aporta casi la mitad del costo de alimentación de la canasta de consumo.

La posibilidad de que algún integrante del grupo familiar pueda acceder a una comida diaria que no se
descuente de los recursos monetarios del presupuesto, incide favorablemente en el rendimiento de los
recursos propios.

2.2.- LA CAJA PAN Y SU INFLUENCIA EN EL CONSUMO ALIMENTARIO

El aporte de la caja PAN al presupuesto de una familia tipo es de aproximadamente un cuarto del rubro
alimentación de la canasta, ya que cubre el consumo de una semana.

Si bien no es una solución de fondo, en proceso de deterioro del salario real y, en estos grupos sociales de
“pauperización absoluta” 3 permite paliar en forma relativamente efectiva una porción de la alimentación
mensual. Se pueden observar una serie de elementos de su administración y contenido que vienen a
solucionar problemas concretos y puntuales del consumo alimentario. El hecho de ser entregada los 20 de
cada mes, a las familias que reciben una sola caja, les permite completar los alimentos necesarios hasta que
ingresan los recursos en dinero.

Oscar Loza trabaja como empleado público mediodía, además hace changas como medio oficial. Ambos
ingresos monetarios son los únicos de esta familia, ya que María, su esposa, no se desempeña en tareas
remuneradas. La pareja tiene dos hijos de ocho y dos años.

María: Yo me acuerdo que antes no nos alcanzaba, teníamos que sacar fiado de la Sra. del Kiosquito.
Sacábamos fiado, así que no nos alcanzaba lo que él ganaba ¿no? Menos mal que con la ayudita de la Caja.
Así que ya nos alcanza alguito. Ya no sacamos al fiado, porque la carne ya no nos fía. La verdura cuando
nos falta sí sacamos fiado a la Sra. Sí, pero ahora con la Caja no. Ahora nos tenían que dar ya, o sea el
Lunes. La leche tampoco ya no tengo. Por eso estaba pensando porque me dura a mí la leche, los 2 kilos
hasta que dan de vuelta.

En el caso de los Ramirez viene a solucionar la falta de ingresos monetarios en el último período del mes,
cuando Rafael tiene menos posibilidades de conseguir trabajo.

3
Se entiende por “pauperización absoluta” al proceso de desvalorización del valor de la fuerza de trabajo por medio de la
disminución del poder adquisitivo del salario a largo plazo. (Ver Alvarez, Sonia, Tesis, 1984).
Azucena: Por ejemplo hay veces que a mi marido no le sale obra. Porque hay tiempo que no le sale obra.
Porque cerca de fin de mes la gente no hace pulir, porque será que ellos también están en los justo. Justo el
20 me viene a mí la Caja y ya me sirve. Por ejemplo yo me ahorro el aceite, ya tengo harina, sino tengo pan
hago tortillas con el kilo ese, y fideos.

La modalidad de entrega de las cajas, jerarquiza: 1) las familias con hijos menores de 6 años. En estos casos
se entrega una por cada niño de esta edad, 2) las familias con niños en canal de desnutrición, reciben una por
niño, la que es retirada a mediados de mes, luego de los controles nutricionales, 3) las familias con algún
miembro de más de 60 años, 4) las familias de escasos recursos reciben una sola caja siempre que no tengan
otra situación como las anteriores. Por tanto el número de cajas que reciben varía según su constitución y el
estado nutricional de los menores. Es así que, por ejemplo, Susana Soto cuenta con 4 cajas al mes, 2 por tener
2 niños menores de 6 años y 2 por tener 2 hijos desnutridos. En su caso la caja PAN vino a solucionar
problemas serios de sobrevivencia puesto que ella es jefa de hogar y único sustento del grupo familiar.

(¿Para cuántos días de comida le sirve la caja PAN?)


Susana: Me sirve para un mes y todavía me sobra, porque ya me llegaba la otra caja, y seguían dando.
Antes, después que se fue mi marido, me pasaba semanas sin comer (....) lo único que hacía era lavar. Ellos
eran chiquitos no se los podía dejar. (......) Aparte teníamos el comedor San José (Parroquia cercana). Sabía
mandar los chicos ahí, me daban ropa.
(¿Y cuánto tiempo fueron los chicos al comedor?)
Susana: Como tres años, y después ya se han cansado. Porque no es la misma comida que uno cocina,
porque es desabrido, son tachos grandes para cocinar mucha verdura, a veces sin carne, otras veces con
carne...
(¿Almorzaban y cenaban?)
Susana: Cena nomás, almuerzo no. Así que ellos no comían, tomaban el té nomás y estaban hasta la
noche, así, sin comer (.....)
(¿Y cómo se le fueron mejorando las cosas?)
Susana: Y con la caja PAN. Ahora los chicos ya son grandes, ya me puedo ir a trabajar...

Susana en la actualidad no compra proveeduría. Con lo que gana en lavado adquiere los bienes no
perecederos, básicamente “puchero, verdura y pan”. Además la gran incidencia de los ingredientes de la caja
sobre el consumo alimentario permitieron suprimir el comedor popular y mejorar la dieta alimentaria de los
niños desnutridos por años de escasez en el aporte calórico y proteico. La

2.3.- PRÁCTICAS DE ACCESO A LA INDUMENTARIA

Este rubro de la canasta de consumo en estos grupos sociales se cubre casi en su mayor parte y para la
mayoría de sus integrantes con recursos no monetarios. Por esta causa es interesante detenerse a analizar las
diversas formas en que las familias se proveen de ropa y calzado. Las formas de “ayuda directa” en la
provincia, para este rubro sólo cubren en forma esporádica zapatillas para niños menores provistas por la
“Cooperadora Asistencial” en forma de ayuda individual no comunitaria. También las “unidades básicas”
proveen, en épocas pre-eleccionarias, de calzado infantil en forma similar – y en algunas circunstancias en
forma conjunta – a la cooperadora Asistencial. Sin embargo las prácticas informales de acceso a la
indumentaria son diversas, desde la ayuda mutua para la producción progresiva por medio de la costura
doméstica, hasta el intercambio por trabajo o la donación.

Ahora bien la incidencia de la ropa comprada en el marcado es mínima en cantidad pero no en cuantía de
gastos. Por lo general la única vestimenta que se adquiere son los delantales escolares para los niños, el
calzado para asistir a la escuela diariamente, la ropa de moda que demandan los adolescentes y alguna
indumentaria de trabajo de los hombres. La interacción de el “afuera”, ya sea en la escuela, el colegio o el
trabajo, presiona de diversas formas sobre una presentación personal más acorde con las pautas de consumo,
por lo que el gasto monetario se dirige a bienes que se adquieren en el mercado “tradicional” de
indumentaria. Existe además otra forma más “informa0l” de adquirir indumentaria y es la compra de ropa
usada.
Sólo algunas familias, mejores acomodadas, adquieren vía crédito por mutual vestimenta, pero además los
hacen también en el mercado “informal de ropa usada” puesto que sus ingresos no le permiten, en todos los
casos, pagar los precios de los comercios. Berta Titilay puede comprar a crédito y en rebajas alguna ropa
porque su marido es policía.

(¿Cómo se arreglan con la ropa?)


Berta: Nosotros la compramos a la ropa. Mi marido, mayormente, saca por la mutual la ropa. Y a veces,
vienen a vender ropita usada. ¡Viene mucha gente a vender a vender así! Ropita usada, y cuando vemos que
está barata, que está bien, en buen estado la compramos.
(¿Y qué tipo de ropa compran a crédito?)
Berta: Y cuando está en liquidación, ropa barata, así conjuntitos, vestiditos baratos, para las chiquitas.

Los delantales y el calzado escolar, aunque de demanda estacional tiene una alta incidencia sobre el
presupuesto familiar. En algunos casos los niños dejan de ir a la escuela por falta de calzado.

La mayoría de la ropa que se usa es de segunda mano, ya sea adquirida, intercambiada por trabajo, - a través
de relaciones laborales o de ayuda mutua en relaciones parentales, de amistad o de crianza – o se demanda en
instituciones de beneficencia.

El intercambio de indumentaria por servicios o por trabajo se efectiviza en el empleo doméstico, que como
en el caso de la proveeduría, lo que aparenta ser un regalo tiende a compensar los bajos salarios. Así Eugenia
Carpanchay y su hija Adela, ambas empleadas en trabajo doméstico remunerado por horas, consiguen la ropa
por medio del “intercambio” de su trabajo.

(¿Cómo hace con la ropa de los chicos?)


Eugenia: Y la ropa ¿ve?, por ejemplo, ella (hija mayor) deja alguna ropa que no le anda... Por ahí los
patrones, cuando está roto o gastado, entre-piernas, pantalones, me lo dan. Se lo achico, se lo hago para
ella.
(¿Ud. cose?)
Eugenia: Sí tengo máquina, se la coso a la más grande. También por ahí, le regalan. Ella nomás la hace
a la ropa. Por ejemplo hasta ahora, no le compré ninguna pilcha, nada. ¡Hace 2 años que no le compro
ropa!
(¿Ni a Ud. ni a su marido?)
Eugenia: No para mí no para mi marido. Nada, para nada. No alcanza para comprarse ropa.
Prácticamente nosotros estamos con lo que nos regalan (....) Mi marido últimamente andaba descalzo,
porque prácticamente no tenía que ponerse, no podía buscar trabajo. Después le compré yo unas zapatillas,
y con mi trabajo junté un poco y le compré un par de zapatillas....Y después me regaló la patrona 2 pares de
zapatos, unos se los llevé ayer al zapatero para que se los arregle y el otro, ha quedado acá (....) con eso se
da vuelta.

Pero también se accede a la ropa vía formas de intercambio más evidentes donde se explícita la transacción.
Raquel Guanca intercambia trabajo por ropa de lana que le resulta más difícil conseguir en su trabajo como
empleada doméstica. Compra sólo lo indispensable para “salir” y transforma la ropa usada que les va
quedando chica a ella, su marido y sus chicos.

Raquel: Yo me hago mis rebusques total. Porque a veces pongámose que una Sra. me dice. Por ejemplo,
yo digo – Doña Rosa hágame un pullover. Y yo le digo – yo le hago la limpieza. Meta – dice -. Entonces yo
le hago la limpieza y ella me hace el pullover. Además coso. Por ejemplo tengo un pantalón grande que a mi
marido ya no le anda, entonces agarro y le coso para mi hijo. Y con eso nos arreglamos. Y cuando a mi hijo
le queda chico, por ejemplo ahora, se lo pasa a la nena, para que ande en casa, Porque para que salga ella
bien vestidita le compramos.
(¿Y ropa para Ud.?)
Raquel: Y yo ropa me compro para salir. O sino, a veces, donde yo trabajo me regalan ropa también.

Las formas de reciprocidad e intercambio dentro de las relaciones de parentesco son diversas. Las familias más
acomodadas reciben servicios domésticos no remunerados de los que se encuentran en peores condiciones
económicas y entregan a cambio ropa o se intercambian bienes.
Regina Arancibia tiene una hija que por su posición económica merece su respecto. En repetidas oportunidades
se refirió a ella haciendo hincapié en su lugar de residencia, “el centro”, como diferente a su condición socio-
económica. Entre ambas se dan relaciones de intercambio como las señaladas.

Regina: Yo antes iba ayudarle a mi hija, la que vive en el centro, a lavar o a planchar, porque ella me
compra mi ropa. Mi hija me ayuda mucho... ella tiene un muchachito, eso sí es más gordito. Y le va
quedando chico y me lo da. Ella me pasa la ropa, eso me ayuda mucho. Porque está tan cara la ropa...

También se intercambian bienes por indumentaria. Sara Gallardo, dueña de uno de los kioskos del barrio,
entrega verdura a su hermana y ésta le paga con ropa.
(¿Y cómo se arreglan con la ropa?)
Sara: Yo les compro usada a los chicos. También le cambio a mi hermana por verdura.

La producción doméstica de indumentaria, por medio de la costura no remunerada es muy común. La misma
se lleva a cabo a través de procesos de producción progresiva. La tela, materia prima más costosa, se obtiene
por donación, regalo o ropa usada de algún integrante del hogar, que a su vez ya la ha pasado por un proceso
similar. Como se vio, Eugenia Carpanchay y Berta Tintilay son un ejemplo de la forma que se da este
proceso.

Se observan sistemas de ayuda mutua para las diferentes etapas de la costura. María Loza con sigue la ropa
que le dan familias donde ha trabajado como empleada doméstica, y de la familia de su marido, y por medio
de sistema de ayuda mutua cose nuevas prendas.
(¿Y cómo se arregla con la ropa de los chicos?)
María: Bueno, hay veces me ayudan la Sra. de arriba ¿no? me da la ropita chiquita de los chicos.
Entonces yo, hay veces, yo la arreglo para ellos o para él.
(¿Y Ud. cose algo para Ud.?)
María: Yo sí. La Sra. de al lado, ella, hay veces... Me da pantalones la familia de él, yo se lo hago. Lo
desato y la Sra. de ahí me enseña a hacer la pollera para mí ¿no? Una pollera nomás. Después voy a ver
una Sra. amiga mía, la hago coser a máquina. O sea que yo la hilvano, ella me enseña, sino la Sra. de al
lado.

La tendencia observada sobre la forma como la gente se hace de su ropa, pareciera estar menos dirigida al
mercado formal de indumentaria. Los sistemas informales de ayuda mutua e intercambio, la compra de ropa
usada y la producción progresiva de prendas por medio de la costura doméstica son las formas más comunes
de hacerse la ropa.

2.4.- LA “PERVERSIÓN DEL CONSUMO” Y EL ACCESO A LOS BIENES DE CONSUMO DURABLES.

Hemos venido analizando que una importante proporción de bienes de la canasta de consumo de estos
sectores provienen de recursos no producidos directamente dentro de las relaciones capitalistas. Sin embargo
su inserción en el mercado como consumidores adquiere las mismas características de su inserción
productiva; integración-expulsión. La modalidad de ingresos que reciben, su monto y la inserción productiva
predominante caracterizada por una inestabilidad continua, les impide acceder a bienes de consumo básico y
los inserta en espacios urbanos donde el acceso a los Equipamientos de consumo colectivo es diferencial en
relación a los sectores más favorecidos. Sin embargo, se encuentran insertos e integrados al mercado interno
en forma fragmentaria y, podríamos decir “perversa”.

La extensión del crédito al consumidor, uno de los mecanismos del sistema para ampliar el consumo, permite
la adquisición de electrodomésticos al nivel de vida. La incorporación de estos bienes tiene como efecto la
reducción de los rubros de alimentación y vestido, o sea los medios de subsistencia puros, a favor de los
bienes durables. Un estudio hecho por Wells (1976, cit. Roberts, 1980, p.172 y 173) sobre las pautas de
consumo en Sao Paulo y Río de Janeiro, demuestra que la clase trabajadora urbana latinoamericana
constituye un importante mercado para las mercancías de consumo duraderas. En este estudio se comprobó
que las facilidades de crédito permiten que, los estratos más pobres de las ciudades adquieren televisores,
heladeras, radios, estufas, etc. El 50% de las familias más pobres de Sao Paulo utilizaba así el 11% de su
gasto de deudas, principalmente por conceptos de utensillos domésticos y muebles. Wells sugiere que el
gasto de los pobres en mercancías de consumo duraderas se efectuaba, a expensa de la vestimenta. También
hemos observado que se produce a expensas de la alimentación. Este fenómeno se denomina “perversión del
consumo” el que puede venir acompañado de procesos de deterioro del salario real y de depauperización
absoluta. Las nuevas necesidades producidas por la creciente urbanización e industrialización, desplazan
otras más antiguas y más básicas. De ahí las consecuencias sobre el estado sanitario de la población,
desnutrición y disminución de las espectativas de vida. Además se sacrifican otros rubros como la asistencia
a la salud, higiene personal y aseo.

La posibilidad de acceder a créditos se limita a aquellas familias que trabajan como independientes pero que
tienen ingresos suficientes o a los que se encuentran bajo relaciones laborales estables. En las familias
entrevistadas se puede observar las tendencias descriptas de “perversión del consumo”. De nuevo la familia
de la canasta de consumo.

(¿Y la heladera cómo la han comprado?)


Raquel: La hemos comprado cuando la nena necesitaba heladera para guardar los medicamentos de
ella, que eran drogas, y tenía que guardarlos en la heladera. Hemos hecho tanto sacrificio que nosotros
sabíamos tomar mate a la noche ¡tanto sacrificio! Hemos hecho! Porque era para ir a molestar a la gente
para que nos guarde las cosas. Así que ese sacrificio lo hemos hecho. Y así, así, poco a poco nos hemos ido
haciendo de las cositas.
(¿ La máquina de coser como la ha comprado?)
Raquel: Y la hemos comprado a crédito, todas las cosas que tenemos la hemos comprado a crédito. Y nos
damos vuelta con lo que podemos.

En este caso la enfermedad de la hija, los presionó a entrar en el crédito de la heladera. En la familia Loza,
Oscar se fue a trabajar a la presa de Yaciretá porque no conseguía trabajo y porque le pagaban bien. En esta
circunstancia y con las remesas que él enviaba, María ahorraba, y gracias a la ayuda de su hermana que
sacaba las cosas a su nombre, se fue comprando algunos bienes. El acceso a bienes durables implicó el
desmembramiento temporario de la unidad doméstica.

(¿Cómo ha hecho para hacerse de los muebles que tienen en la casa?)


María; Bueno él trabaja en Yaciretá. Él no podía trabajar. Por eso se fue a Yaciretá, de ahí él mandaba
la plata. Y yo compraba. Ahí ganaba un poquito más. La heladera así hemos sacado, ha salido barato. Y
después hemos comprau ese aparadorcito. Así yo estaba con una hermana, ella sacaba, ella lo compraba y
como yo trabajaba, así que no gastaba aquí en comer. Él me mandaba para que coma, decía. Pero yo toso
eso lo ahorraba y me metía a sacar un crédito.

La compra del televisor se hizo en circunstancias diferentes, por lo que para pagarlo no sólo tuvieron que
privarse de la alimentación básica, sino que durante esos meses Oscar tuvo que trabajar no sólo a la mañana,
en su empleo estable, sino a la tarde y Sábados y Domingos.

(¿Cómo han comprado el televisor?)


María: El televisor ¡uh! Eso estábamos todos los días comiendo sopa ¡salía caro! Sopa nomás porque
tenía que dar 20 de entrada, 20 mensuales y no le alcanzaba.
(¿Cuántos meses han pagado esos 20 mil pesos?)
María: 5 meses. Si cinco meses sin comer bien. Bueno a los chicos tomaban bien la sopa o le daba... pero
después sopa nomás. Pero después gracias a Dios que él andaba haciendo changuitas, andaba bien. Se
hacía changa de aquí de allá y a él le daban 12 el Sábado semanal. Después trabajaba en lo de un diputado
(....) los Sábados y Domingos. Y después en lo de la Sra. María le ha hecho el baño (....) Así que con eso
hemos salido adelante y de tarde también se iba a trabajar.

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