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COMPLEJO RESPIRATORIO PORCINO

Introducción
La estructura de la población porcina ha cambiado sustancialmente durante los últimos años, así,
gran cantidad de animales son alojados bajo condiciones intensivas, frecuentemente en regiones
con una densidad de población extremadamente elevada, trayendo como consecuencia
condiciones ambientales que facilitan la transmisión aérea de patógenos dentro del rebaño
(Donham 1991; Buddle et al 1997) así como también entre rebaños (Jorsal and Thomson 1988;
Stark et al 1992; Christensen et al 1993). Consecuentemente, desórdenes respiratorios y
enfermedades sistémicas de transmisión aérea son hoy en día reportados como los principales
problemas de la producción porcina moderna.

Estructura normal del sistema respiratorio


El aparato respiratorio maduro comprende la cavidad nasal, faringe, laringe, tráquea y pulmones
con bronquios, bronquiolos y alveolos. Los pulmones están fijados al saco pleural. En el cerdo, los
pulmones están divididos por fisuras en siete lóbulos: el pulmón derecho comprende los lóbulos
apical, cardíaco, intermedio y diafragmático; el pulmón izquierdo comprende los lóbulos apical,
cardíaco y diafragmático. Los lóbulos están subdivididos, por sólidos tabiques interlobulares, en
lobulillos. Ciertos procesos patológicos frecuentemente pueden ser retenidos dentro de
estructuras lobulares, como es el caso de la bronconeumonía catarral donde se observa un límite
fuertemente demarcado entre el tejido normal y el afectado.

Funcionamiento del sistema respiratorio normal


El intercambio gaseoso entre el aire inhalado y la sangre venosa de la arteria pulmonar, toma lugar
a nivel alveolar. Cada respiración renueva solo una pequeña parte del volumen aéreo alveolar
total, así, en cerdos en descanso 10-15% del aire alveolar es intercambiado por cada inspiración.
La frecuencia respiratoria normal varía de acuerdo a la edad del animal:
- Lechones y cerdos en crecimiento: 25-40 resp/min.
- Cerdos de engorde: 25-35 resp/min.
- Cerdas en gestación: 15-20 resp/min.

Mecanismos de defensa del sistema respiratorio


La superficie mucosa del tracto respiratorio constituye una interface crítica entre el cerdo y su
medio ambiente, por lo cual el mismo debe contar con un potente y especializado aparato de
defensa, constituido por:
1. Barrera Físico/Química:
a. Estructuras de la cavidad nasal: Partículas de gran tamaño (> 10 µm) son
atrapadas por pelos y depositadas por gravedad en el moco, para ser expulsadas al
exterior del organismo. Por otro lado, en la cavidad nasal el aire se humidifica y
calienta antes de alcanzar las vías aéreas inferiores.
b. Estructuras de la mucosa: A nivel de tráquea, bronquios y bronquiolos, existen
cilios cuya función principal consiste en desplazar el moco, donde se encuentran
atrapadas partículas extrañas al organismo que ingresan con el aire durante la
inspiración, hacia el exterior del organismo. En condiciones normales, este moco
es desplazado a una velocidad de 4-15 mm/min.
c. Propiedades del moco: Posee adhesinas y lisozimas no específicas, opsoninas, etc.
d. Inmunidad humoral: La producción de anticuerpos específicos es de crucial
importancia, y su función consiste en la neutralización de patógenos por
generación de complejos antígeno-anticuerpo. La IgA es el anticuerpo
predominante en el moco.
2. Barrera Celular:
a. Fagocitos: Macrófagos alveolares neutralizan los cuerpos extraños que escapan de
los mecanismos de defensa físico/químicos.
b. Inmunidad mediada por células: Células T citotóxicas, natural killer, etc.

Desórdenes Respiratorios
Bajo condiciones comerciales, se espera que pocos o ningún cerdo alcancen el peso a matadero
sin contraer alguna clase de lesión respiratoria. Las alteraciones patológicas pueden ser
categorizadas en tres tipos principales: rinitis, neumonía y pleuritis.
1. Rinitis: Inflamación catarral de la mucosa nasal es común en animales jóvenes y la causa es
frecuentemente infecciosa (enfermedad de Aujeszky, cytomegalovirus, B. bronchiseptica,
Mycoplasma hyorhinis), sin embargo el amonio y polvo en el aire, así como también
cuerpos extraños, pueden provocar inflamación moderada en la mucosa de corta
duración, pero si cepas toxigénicas de P. multocida están presentes pueden provocar una
rinitis atrófica progresiva con alteración permanente de la función y estructura nasal.
2. Neumonía:
a. Bronconeumonía: Bronconeumonía catarral localizada craneoventralmente es una
lesión frecuente de cerdos en crecimiento, generalmente asociada a Mycoplasma
hyopneumoniae.
b. Pleuroneumonía: Se observa a manera de lesiones fibrinosas y necróticas que
afecta la porción dorsocaudal del pulmón donde la superficie pleural del tejido
está envuelta en el proceso patológico. Este tipo de lesiones se observan en
infecciones con Actinobacillus pleuropneumoniae.
c. Neumonía intersticial: En este caso, el proceso inflamatorio envuelve
principalmente a la pared alveolar y tejido intersticial, en contraste con la
bronconeumonía donde la inflamación ocurre principalmente en la unión
broncoalveolar. La neumonía intersticial se encuentra distribuida a lo largo de
todo el pulmón, generalmente causada por acción de virus.
d. Neumonía embolica: Causada por agentes diseminados hematogénicamente,
generalmente bacterias piogénicas, desde lesiones localizadas en algún lugar del
organismo. Este tipo de neumonía comienza con un pequeño foco necrótico
rodeado por una zona hemorrágica.
3. Pleuritis: Consiste en una adherencia fibrótica entre las membranas visceral y pleural del
saco pleural y es una de las alteraciones patológicas más frecuentes vistas en cerdos a
matadero, generalmente acompañada de lesiones similares en saco pericárdico
(pericarditis).

Factores envueltos en la enfermedad respiratoria


Epidemiología: La enfermedad respiratoria debe ser vista como el resultado de un conjunto de
eventos, incluyendo factores infecciosos, genéticos, ambientales y de manejo. La presencia de un
patógeno específico o de factores de riesgo ambiental tenderá a aumentar la incidencia de la
enfermedad. Para cuantificar este incremento, se puede calcular el radio entre la incidencia (o
prevalencia) de los cerdos expuestos al factor y la incidencia (o prevalencia) entre los cerdos no
expuestos, este radio se conoce como “Riesgo Relativo”; mientras mayor es el riesgo relativo, la
asociación entre el factor de riesgo y la enfermedad es mayor.
Infección: La infección respiratoria ocurre con una alta prevalencia en las explotaciones porcinas a
nivel mundial, de hecho, se ha reportado que el 39,1 del total de la mortalidad de cerdos durante
la fase de desarrollo y engorde es debida a enfermedades respiratorias (Nahms 2001). La
propagación de la enfermedad respiratoria desde un rebaño a otro envuelve dos mecanismos
distintos. En primer lugar, como en otras infecciones, la enfermedad puede ser diseminada a
través de contacto directo (compra de animales infectados, semen, vehículos, aves, roedores,
personas, etc). En segundo lugar, aunque no menos importante, muchas enfermedades
respiratorias se pueden propagar entre rebaños a través de la vía aérea.
1. Transmisión aérea entre rebaños: Existen agentes causantes de enfermedad, tales como
Mycoplasma hyopneumoniae y Coronavirus Respiratorio Porcino (PRCV), capaces de ser
transmitidos por vía aérea a grandes distancias, así como también el virus de PRRS cuya
transmisión ha sido demostrada experimentalmente en distancias cortas. Existen factores
que influyen en la transmisión aérea de enfermedades entre rebaños tales como la
dirección y velocidad de los viento prevalentes, turbulencia, topografía y humedades
relativas.
2. Interacción entre agentes infecciosos: Son varios los agentes patógenos envueltos en la
enfermedad respiratoria, donde uno de ellos actúa como la “llave” que abre la puerta,
dando entrada a otros patógenos secundarios. Generalmente, es Mycoplasma
hyopneumoniae (o algunos virus) quien actúa como la llave, favoreciendo la colonización
por parte de bacterias secundarias.
Origen de los cerdos: El origen de los animales introducidos en un rebaño influencia
significativamente el riesgo de contraer enfermedades respiratorias dentro del mismo.
Evidentemente, problemas respiratorios pueden ser esperados cuando incorporamos animales
provenientes de explotaciones con pobre estatus sanitario, de igual forma ocurre cuando
introducimos animales con un elevado estatus de salud dentro de rebaños con alto grado de
infección sin tomar la precaución de protegerlos contra las enfermedades presentes en la granja
receptora.
Densidad de población: El número de animales colocados en un mismo espacio aéreo afecta
significativamente la incidencia de enfermedades, varias investigaciones (Lindqvist 1974; Tielen et
al. 1978; Pointon et al; 1985) indican que los problemas respiratorios son difíciles de controlar si
más de 200-300 animales son alojados juntos; de hecho, se recomienda que un máximo de 80
animales de engorde sean alojados en el mismo corral (Tielen 1989).
Clima: Se ha demostrado una mayor incidencia de problemas respiratorios durante los meses más
fríos del año, así como también un incremento de la susceptibilidad a enfermedades en presencia
de corrientes de aire frías y amplios rangos de variación de temperatura durante el día y la noche
(Kelley 1980.
Polución aérea: Altas concentraciones de amonio en el aire pueden ser detrimentales para la salud
respiratoria. Se ha demostrado que concentraciones de amonio entre 50-100 ppm interfieren con
el funcionamiento normal del aparato mucociliar, por lo cual, idealmente, no deberían exceder los
20 ppm en condiciones normales.
Presencia de enfermedades digestivas: Algunos estudios sugieren que existe una relación
directamente proporcional entre la presencia de enteritis y la susceptibilidad a enfermedades
respiratorias. En los últimos años, se ha observado que desórdenes digestivos reducen la
resistencia a sufrir neumonía y otras enfermedades como Síndrome de Emaciación Post-destete
(PMWS) (Allan y Ellis 2000).
Género: Existen estudios que demuestran que existe una mayor susceptibilidad de los machos a
desarrollar problemas respiratorios en comparación con las hembras. Andreasen et al. (2001)
encontraron que machos castrados mostraron un mayor porcentaje de lesiones pulmonares que
las hembras a su llegada al matadero.
Factores genéticos: Se ha demostrado que existen razas (Yorkshire y Landrace) más susceptibles a
sufrir trastornos respiratorios que otras (Hampshire). Igualmente, Ruiz et al (2002) reportó
evidencia de diferentes patrones de colonización de Mycoplasma hyopneumoniae entre verracos
de distintas líneas genéticas, sugiriendo un posible efecto genético.

Diagnóstico de la enfermedad respiratoria


El diagnóstico definitivo está basado en una combinación de historia (índices productivos),
observación clínica, pruebas de laboratorio, necropsia y chequeo a matadero. Básicamente, el
objetivo del monitoreo de la enfermedad respiratoria consiste en transformar los fenómenos
observados en una población de cerdos en valores numéricos que puedan ser analizados.
1. Historia: El conocimiento de enfermedades previas dentro del rebaño es información que
nos puede ayudar a comprender la situación actual de la granja.
2. Observación clínica: La evaluación del índice de tos es un parámetro importante, muchas
veces subestimado, que nos da una idea de la incidencia de neumonía causada por
Mycoplasma hyopneumoniae dentro de la población y se realiza contando el número de
episodios de tos ocurridos en un grupo durante un período de tiempo (10 minutos) cada
día a la misma hora. Por otro lado, la observación de otros signos como estornudos,
muerte súbita, dificultad respiratoria, etc. son de valor diagnóstico.
3. Pruebas de laboratorio: Actualmente existen técnicas como la ELISA, HI y PCR que nos
permiten diagnosticar la presencia de la enfermedad, así como también evaluar la
duración de la inmunidad materna, respuesta post-vacunación y/o momento de infección
de los animales proporcionándonos una herramienta para predecir los problemas antes de
que los mismos comiencen a manifestarse clínicamente en el rebaño.
4. Necropsia: La observación de lesiones a nivel pulmonar en animales que han muerto es un
indicativo de enfermedad respiratoria en la población.
5. Chequeo a matadero: Constituye una herramienta muy utilizada, donde el grado de lesión
pulmonar nos da una idea de la prevalencia de la enfermedad respiratoria dentro de la
granja.

Control de la enfermedad respiratoria


Microorganismos patógenos están envueltos en todos los desórdenes respiratorios importantes, y
en la práctica puede ser muy difícil proteger a los animales del contacto con los mismos. Sin
embargo, la incidencia y prevalencia de la enfermedad respiratoria depende fundamentalmente
del balance entre la presión de infección y la habilidad de los cerdos en resistir esta presión, este
balance es frágil y altamente afectado por numerosos factores. Por tanto, el control de la
enfermedad respiratoria puede ser basado en dos principios:
1. Eliminación de los patógenos del rebaño: En USA y Dinamarca se han implementado los
rebaños libres de patógenos específicos (SPF) como sistemas de producción exitosos
donde se garantizan animales libres de enfermedades como pleuroneumonía, neumonía
enzoótica y rinitis atrófica progresiva. Otros métodos para eliminar patógenos
respiratorios del rebaño incluyen el destete segregado, separación estricta de los cerdos
por grupos etáreos (preferiblemente en diferentes zonas geográficas), remoción de ciertos
grupos etáreos, remoción de individuos afectados, y medicación intensiva del rebaño.
2. Disminuir la presión de infección y mantener en la población los mecanismos de defensa:
Se deben considerar varios aspectos:
a. Supervisión constante: De las instalaciones y los animales. Es el factor central para
controlar los problemas respiratorios.
b. Introducción de material genético: Se disminuye el riesgo de introducción de
enfermedades cuando, en lugar de incorporar animales, se introduce nueva
genética a través de compra de semen o embriones.
c. Mantener una adecuada densidad de población.
d. Mantener una barrera adecuada entre animales de diferentes grupos etáreos:
Usualmente, los virus y bacterias son transmitidos desde los animales de más edad
a los más jóvenes, además, diferentes grupos de edad requieren diferentes
condiciones climáticas, al colocarlos en un mismo ambiente se puede contribuir
con factores adversos que desencadenen enfermedades.
e. Polución aérea: Para prevenir la acumulación de gases y mantener una apropiada
humedad relativa en unidades confinadas, es necesaria la implementación de
ventilación forzada.
f. Clima: Mantener una temperatura apropiada en el corral de acuerdo a la edad del
animal. Evitar variaciones bruscas.
g. Control de otros patógenos: Desórdenes digestivos de tipo infeccioso (causado por
virus o bacterias) predisponen la aparición de problemas respiratorios.
h. Medicación: Dado el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos en muchas
especies de bacterias, el uso de antibióticos en el alimento ha sido restringido. Sin
embargo, la habilidad para combatir brotes rápidamente depende de una
medicación inmediata.
i. Vacunación: Han demostrado ser efectivas en el control de la mayoría de las
enfermedades respiratorias, sin embargo, su efectividad dependerá de un
adecuado plan de vacunación considerando la posibilidad de interferencia con
anticuerpos maternos si se realiza a muy temprana edad.

Conclusión
En resumen, las enfermedades respiratorias constituyen la principal causa de mortalidad en
cerdos post-destete, donde Mycoplasma hyopneumoniae juega un papel clave como factor
desencadenante de la misma, favoreciendo la entrada de otros microorganismos. Otros factores
son importantes tales como la epidemiologia de la enfermedad, origen de los cerdos, densidad de
población, clima, concentración de gases en el ambiente, presencia de enfermedades digestivas,
sexo y factores genéticos; los mismos deben ser considerados al momento de establecer medidas
orientadas a prevenir o controlar la aparición del problema.

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