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UNIVERSIDAD ESTATAL DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS

CARRERA DE MEDICINA

Cátedra de Imagenología

Grupo 6

2020 - 2021 CI

IMAGENOLOGÍA DEL TRAUMA


MAXILOFACIAL.

Dr. Galo Calero Zea


Docente

Jaime Steven Jara Alvarado


Estudiante
IMAGENOLOGÍA DEL TRAUMA MAXILOFACIAL.

El trauma maxilofacial constituye al conjunto de lesiones de carácter traumático que va


a estar afectando las estructuras del macizo facial, que comprende por subdivisiones del
rostro en superior, medio e inferior. Estas lesiones comprometen todos los tejidos del
rostro, ya sean blandos u óseos y las estructuras dentarias, el hueso alveolar, tejidos
gingivales y la mucosa oral, muy frecuentemente ocurren en contextos de accidentes de
tránsito, laborales o de agresiones violentas.

La importancia que yace aquí, es que por su alta gravedad y complejidad, por tratarse de
estructuras y elementos anatómicos vitales, estas lesiones frecuentemente se relacionan
a un alto índice de morbilidad, disfuncionalidad, elevado costo e importancia socio-
económica y estética. Su prevalencia sigue en incremento, debido al propio aumento del
ritmo poblacional socio-laboral. Su manejo va a incluir el diagnóstico de manera
oportuna y el control adecuado, apoyado en un equipo de salud multidisciplinario para
mejores resultados anátomo-funcionales.

El estudio radiológico tiene como limitante la sobreproyección de las estructuras


presentes en la región maxilofacial.

En la actualidad se considera a la tomografía computarizada del macizo facial como el


examen de elección y gold standard para evidenciar y caracterizar rasgos de fracturas
faciales. En caso de no contar con equipos de imágenes tridimensionales existen otras
técnicas que pueden ser útiles. Es importante evaluar la indicación de imagenología
sobre todo en pacientes pediátricos.
Para su clasificación, se va a dividir en tres segmentos o tercios cráneo faciales.

Tercio superior. Comprende desde el triquion hasta la gravela, y las lesiones que
podemos hallar en éste son: fracturas del hueso frontal, encargado de proteger el polo
encefálico anterior y globos oculares: Aquí la zona más vulnerable es en relación a los
senos frontales, por tanto pueden ser fracturas de dos tipos: fractura parietal anterior del
seno frontal, que no conlleva mucho riesgo; y la fractura parietal posterior del seno
frontal, que constituye gran riesgo por su relación directa con el endocráneo, pudiendo
ser conminutas, desplazadas o mixtas. La radiografía colabora al diagnóstico, sin
embargo es la tomografía computarizada la que permite mayor exactitud en el
diagnóstico con relación a la afectación de las paredes del seno.
Tercio medio. El de mayor complejidad. Constituido principalmente por los maxilares
superiores, huesos propios nasales, huesos malares y temporales. El maxilar superior
contribuye a la formación de estructuras, como las órbitas, fosas nasales y cavidad oral
(reborde alveolar y paladar). Es zona común de impacto en accidentes de tránsito al
golpear con objetos dentro del vehículo; así como en los accidentes laborales. En
general se trata de fracturas complejas, multifragmentarias en las que participan varios
huesos. Se puede ver afectado por fracturas de trazo unilateral más comúnmente y de
trazo bilateral las de mayor complejidad. Las fracturas unilaterales del tercio medio
subdividen en tres complejos: el naso-maxilar, el máxilomalar y el témporomalar.

El complejo naso-maxilar, comprende los huesos propios de la narizy las ramas


ascendentes del maxilar superior, donde pueden existir fracturas.

El complejo máxilo-malar, comprende al maxilar superior sin su apófisis ascendente y


la porción orbitaria del malar. Dando fracturas a nivel: de la región antral o pared
anterior del maxilar, impactación malar, fractura en el piso de órbita (blow-out), en el
reborde alveolar (parcial o total), y en la región dento-alveolar.

El complejo témporo-malar: comprende a la apófisis cigomática del malar y del


temporal. Produciendo fracturas a nivel anterior, posterior o temporal y media del hueso
malar.

Fracturas nasales, la región facial que se fractura con mayor frecuencia. Los pacientes
se presentan algunas veces con inflamación, epistaxis, desviación septal, dolor local,
crepitación asociada a la fractura conminuta de los huesos nasales y a enfisema en los
tejidos blando. La radiografía simple de huesos propios complementada con una
radiografía Waters o de senos paranasales es útil en el diagnóstico. Para la confirmación
diagnóstica lo óptimo es la TC para observar estructuras vecinas y un eventual
compromiso del hueso etmoides. También la radiografía lateral de huesos propios
nasales complementada con una radiografía Waters o de senos paranasales es útil en el
diagnóstico.
Figura 1. Corte axial TC, fractura y desplazamiento marcado de los huesos propios nasales.

Fracturas orbitarias, se describen como fracturas de órbita a aquellas que afectan a las
paredes óseas de la cavidad orbitaria. Esta estructura anatómica está compuesta por una
pared superior o techo orbitario, una pared inferior o piso orbitario y las paredes
mediales y laterales. Su etiología generalmente es por un trauma directo en la región
ocular, lo que provoca la impactación del bulbo ocular hacia la fosa orbitaria,
fracturando sus paredes.

El diagnóstico clínico en ocasiones es complicado, pues no siempre se observan signos


clínicos evidentes. Estos signos van a depender de las paredes que fueron afectadas y
pueden corresponder a: equimosis periorbitaria, enoftalmo, alteración en la motilidad
ocular, diplopia y alteración sensitiva de la región geniana ipsilateral, por daño del
nervio infraorbitario, alteración que el paciente lo percibe como hipostesia en esa
región. El diagnóstico clínico se debe complementar con una TC, la que puede
confirmar la o las paredes orbitarias fracturadas y el compromiso de las estructuras
periorbitarias.
Fracturas del complejo Naso-orbitario, habitualmente están asociadas a traumas de
mayor magnitud, aunque siempre debe ser descartada al existir antecedentes de trauma
en la región nasal. Dentro de las características clínicas encontramos aplanamiento del
puente nasal con disminución en la proyección de la pirámide nasal, equimosis orbitaria
bilateral habitualmente localizada en el polo medial, telecanto traumático por
desinserción del canto medial palpebral. El examen imagenológico de elección es la TC
con cortes axiales y coronales o reconstrucción 3D de la región nasal para confirmar el
diagnóstico

Ventana ósea. Desplazamiento inferior de piso orbital y fractura no desplazada de proceso


cigomático.
Fractura del hueso malar, común entre las fracturas faciales luego de las nasales y
mandibulares, ya que representa en gran medida la constitución y proyección del tercio
medio facial. Constituye la porción inferior y lateral de las órbitas. Entre los signos y
síntomas de su fractura se hallan diplopía, trismo, depresión de la eminencia, parestesias
regionales y hemorragia subconjuntival. En su diagnóstico son de utilidad los estudios
radiológicos como la radiografía de Waters que permite observar bien el marco
orbitario, las suturas fronto-cigomática, reborde infraorbitario y proceso cigomático-
alveolar, y se puede complementar con una radiografía de Hirtz que permite visualizar
los arcos cigomáticos. Sin embargo el estudio de elección es la TC.

Radiografía de Hirtz.

Radiografía de Waters.

Fractura Panfacial, son aquellas que involucran las estructuras óseas de los tres tercios
faciales. Normalmente comprenden varias estructuras y eso causa una combinación de
las fracturas, extendidas, con gran fragmentación dificultando el restablecimiento de la
morfología facial. La TC es el examen imagenológico de elección y el tratamiento es
quirúrgico, posterior a la estabilización sistémica del paciente.
Tercio Inferior. Corresponde a la mandíbula y sus piezas dentarias. La mandíbula
ocupa el segundo lugar en frecuencia entre los huesos faciales lesionados y representa
10 a 25% de todas las fracturas faciales. El cóndilo y el ángulo son las dos regiones más
comunes de fracturas mandibulares.

Se pueden clasificar de acuerdo a la región anatómica de ésta que se vea afectada.

Fractura de la sínfisis mandibular: esta fractura se produce en la región de los incisivos


centrales, avanzando por el proceso alveolar al del borde inferior de la mandíbula en
forma vertical.

Fractura parasinfisiaria: Se da entre el foramen mentoniano y el incisivo lateral


mandibular, y avanza desde el proceso alveolar al borde inferior de la mandíbula.
Fractura del cuerpo mandibular: comprendida desde el foramen mentoniano hasta la
porción distal del segundo molar.

Fractura del ángulo mandibular: fractura en la porción distal hasta al segundo molar
mandibular y se extiende a la proyección distal del plano oclusal hacia la rama
mandibular.

Fractura de rama mandibular: fractura que se extiende horizontalmente a través del


borde anterior y posterior de la rama o recorre verticalmente desde la escotadura
sigmoidea hasta el borde inferior de la mandíbula.
Fractura del cóndilo mandibular: fractura sobre la escotadura sigmoidea hacia el borde
posterior de la rama mandibular. Estas fracturas se pueden clasificar además en
intracapsulares y extracapsulares.

Fractura del proceso coronoides: generalmente se encuentra asociada a otras fracturas


mandibulares. No produce alteraciones funcionales, su hallazgo es generalmente
imagenológico. Los estudios de imagen recomendados en este tipo de fracturas son la
ortopantomografía o radiografía panorámica, la cual da una visión total de la mandíbula,
aunque la TC tiene un nivel de apoyo diagnóstico superior.
Referencias.

1. Acuña, A. B. (2016). Trauma Maxilo Facial. REVISTA MEDICA DE COSTA


RICA Y CENTROAMERICA, 731 - 737.

2. Andrés Campolo G, A. M. (2017). Manejo del trauma maxilofacial en la


atención de urgencia por no especialistas. Revista médica de Chile, 1038-1046.

3. Denia Morales Navarro, D. V. (2016). Aspectos generales del trauma


maxilofacial. Revista Cubana de Estomatología, 116-127.

4. Hernández, N. R. (2017). Manejo del trauma facial: Una guía práctica. Revista
Médica Clínica Las Condes, 31-39.

5. M.Marcelo Mardones, M. d. (2017). Traumatología máxilo facial: diagnóstico y


tratamiento. Revista Médica Clínica Las Condes, 607-616.

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