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BIENVENIDO AL PLANETA

¿PARA QUÉ ESTOY AQUÍ EN LA TIERRA?

6ª parte: Fuiste hecho para una misión


Doug Fields

PREGUNTA Nº 1: ¿Cuál es la misión?

 Decirle a los demás que Dios quiere tener UNA RELACIÓN PERSONAL con ellos.
Les dijo: "Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura”. Marcos
16:15

Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y
nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba
reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y
encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores
de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: “En nombre de
Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios”. 2 Corintios 5:18-20

PREGUNTA Nº2: ¿Cómo puede la gente tener una relación con Dios?

 Estableciendo una CARA espiritual

PREGUNTA Nº 3: ¿Qué significa comunicar las buenas nuevas?

 Dar un ejemplo con tu VIDA


Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha proclamado no sólo en Macedonia y en
Acaya sino en todo lugar; a tal punto se ha divulgado su fe en Dios que ya no es
necesario que nosotros digamos nada. 1Tesalonicenses 1:8 (MSG)

Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que
eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían
estado con Jesús. Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído.
Hechos 4:13, 4:20
 INVITAR a quienes no conocen a Cristo
Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo, aprovechando al máximo cada
momento oportuno. Colosenses 4:5
 Contar tu HISTORIA
“Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo". Juan 9:25

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PREGUNTA Nº 4: ¿Cómo puedo empezar esta misión?

ESTOY ORANDO POR ESTOS 5


1. Dile a un amigo que eres cristiano 1. AMIGOS...
2. Invítalo a un servicio del fin de semana 2.
3. Pregúntale si desea oír tu historia 3.
4. Cuéntale por qué te hiciste cristiano 4.
5. Ayúdale a conocer a Cristo 5.
personalmente.

Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi
carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar
testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Hechos 20:24

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BIENVENIDO AL PLANETA:
¿PARA QUÉ ESTOY AQUÍ EN LA TIERRA?
6ª parte: Fuiste hecho para una misión
Doug Fields

Estamos terminando esta serie llamada: “Bienvenido al planeta: ¿Para qué estoy aquí en la
Tierra?” Esta serie que empezamos hace seis semanas, gira en torno a una pregunta cuya
respuesta todos queremos saber: ¿Para qué estoy aquí en la Tierra? ¿Estoy aquí por alguna
razón? ¿Soy un accidente? ¿Para qué estoy aquí? Una de las cosas que dije la primera semana es
que si asumes que hay un Dios que creó el universo, entonces el universo debería tener un
propósito. Y puesto que tú y yo somos parte de la creación, entonces Dios debe haber tenido un
propósito al crearnos. Si esto es cierto, mis opciones son dos: ignorar ese propósito o cumplirlo.

Dijimos que si no crees en la existencia de Dios, entonces la pregunta “¿Para qué estoy aquí en la
Tierra?” no tiene sentido. Incluso les sugerí que en tal caso no valía la pena que vinieran durante
las próximas seis semanas. Pero si crees que hay un Dios que tiene un propósito detrás de su
creación, entonces, mi vida debe tener un propósito. De modo que sería sabio cumplir esos
propósitos, cualesquiera que sean. Pueden tomar esta tarjeta anaranjada que hay en su boletín, y
leer el lado que dice: “Los cinco propósitos bíblicos de mi vida”.

 La primera semana de esta serie hicimos un resumen general. Puedes poner un 1 al lado.
“Esto es lo que vamos a cubrir durante las próximas semanas”.
 Luego, en la semana 2, pongan un 2 al lado de la palabra Honrar. Porque hablamos sobre
ese tema. Dijimos que fuimos planeados para agradar a Dios. Una de las razones por las
que estamos en esta Tierra es para agradar a Dios.
 En la semana 3 hablamos sobre relaciones. Fuiste hecho para la familia de Dios. Dijimos
que la familia de Dios es la iglesia.
 En la semana 4 el tema fue el crecimiento. Fuiste creado para ser como Cristo.
 La semana pasada, la quinta, dijimos que fuimos formados para servir a Dios. Y la
palabra allí fue Descubrir. Queremos tratar de descubrir cómo Dios nos ha formado para
así poder ayudar a otras personas. A esto lo llamamos “servicio”, servir o ministrar a
otras personas.
 Hoy, estamos terminando esta serie, y la palabra clave será Alcanzar. Fuimos hechos para
una misión y esa misión es contarle a otros acerca de Jesús.

Cuando digo “hechos para una misión”, uso una palabra peculiar, “misión”. ¿Qué significa que
fuimos hechos para una misión? Los que crecimos viendo televisión o dibujos animados,
sabemos que Batman y Robin siempre tenían una misión que cumplir. Tenían el “batimóvil”.
También la mujer maravilla siempre tenía una misión, y usaba aquel famoso lazo. Ustedes
probablemente crecieron en la era de Donatello, que usaba un palo grande. No estoy seguro de
que todo eso tuviera sentido, pero esos personajes eran como cruzados que tenían una misión. Lo
que quiero hacer para responder esta pregunta “¿Para qué estoy aquí en la Tierra? Fuiste hecho
para una misión”, es desmitificar un poco este concepto y explicar qué significa la expresión
“misión”. Lo quiero hacer de un modo diferente. Quiero responder cuatro preguntas.

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Pregunta 1: ¿Cuál es la misión?

Si fui hecho para una misión, ¿en qué consiste esa misión? Contarle a la gente que Dios quiere
tener una RELACIÓN PERSONAL con ellos. La mayoría de la gente no sabe que Dios la creó
para tener una relación personal con ellos. Por eso el primero de los propósitos decía que
debíamos honrar a Dios (fuiste planeado para agradar a Dios). ¿Qué piensa la mayoría de la
gente? No piensan que Dios los creó para tener una relación personal con él. Piensan que deben
ser religiosos. La mayoría de la gente piensa: “Tengo que convertirme en un religioso”.

Cuando viajo en avión, siempre me pongo a conversar con la persona que tengo al lado. Cuando
los adultos hablan entre ellos, generalmente se enfocan en sus trabajos o carreras. Preguntan:
“¿En qué trabajas?” Cuando me preguntan eso, me gusta contestar que soy profesor de gimnasia,
aunque no es muy efectivo. A veces, digo que soy un catador profesional de Pepsi Diet. Lo que
realmente digo es que soy pastor. Lo que debería hacer esta semana cuando me suba a un avión
es tener una cámara pequeña de fotos digitales, pero fotografiar la expresión de la cara de la
gente cuando le digo que soy pastor. Por la expresión en sus caras… desearía que ustedes las
pudieran ver… es como si pensaran: “¡Oh, no! ¿Qué voy a hacer tres horas atrapado al lado de
este tipo?” Y de inmediato empezamos inevitablemente a hablar de religión. Cuando digo: “Soy
pastor, pastor de jóvenes”, ellos responden: “Mi tía es religiosa… tengo un amigo que es muy
religioso”. Lo que quieren decir con “religioso” es que son personas de buena conducta, que van
a la iglesia, o que siguen un conjunto de no sé bien qué clase de reglas.

Pero esto es lo que significa “misión”. La misión de tu vida no es ayudar a la gente a ser
religiosa. La misión es ayudar a la gente a entender que no se trata de religión. Es ayudar a la
gente a entender que Dios quiere tener una relación con ella. Incluso, lo digo de esta manera:
“No creo que a Dios le importe demasiado la religión. La religión es el esfuerzo del hombre y la
mujer para ser aceptados por Dios. Pero, ¿sabes qué? Ninguno de nosotros es lo suficientemente
bueno. No podemos ganarnos la entrada al cielo. A Dios no le interesa la religión. Él no quiere
que seas religioso. Quiere que tengas una relación personal con él. Puesto que no somos lo
suficientemente buenos como para merecerlo, la buena noticia es que Dios se hizo hombre en la
persona de Jesús. Él murió en la cruz para pagar por nuestros pecados, lo que nos separan
eternamente de Dios. Pero si le pido perdón a Jesús por mis pecados, puedo tener una relación
personal con Dios. Esas son las Buenas Nuevas”.

Así que, la respuesta a la pregunta “¿Qué significa ‘misión’?” es: contarle a la gente que Dios
desea tener una relación personal con ella. Miren lo que dice este versículo en Marcos 16. Jesús
está hablando: “Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura”.
Encierren en un círculo la expresión: “buenas nuevas”; quiere decir buenas noticias. Las buenas
noticias son que puedo tener una relación personal con Dios. Esas son las buenas nuevas.
Cuando ves en la Biblia la expresión “buenas nuevas”, lo que quiere decir es que ya no tienes
que preocuparte más por la religión. Puedes tener una relación personal con Dios, esa es la razón
por la que fuiste creado.

Consideren la siguiente serie de versículos. 2 Corintios 5:18-20, “Todo esto proviene de Dios,
quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la
reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no
tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.
Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de

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nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios”. Esta es la misión.
Dice que Dios te ha dado la tarea de reconciliar a la gente con él. Analicemos un poco esta
palabra: “reconciliación”. Han escuchado esta palabra antes. Cuando algo se rompe, cuando una
relación se rompe. Mamá y papá están separados, la meta en una separación es la reconciliación.
La meta de una separación no es el divorcio. La meta de la separación es buscar una eventual
reconciliación. Cuando tú y yo nacimos en este mundo, nacimos separados de Dios. Dios es
perfecto. Es Santo. Puesto que no somos perfectos ni santos, estamos separados de Dios. Pero las
buenas noticias son estas: podemos reconciliarnos con él. Eso es lo que dice este versículo: que
Dios nos ha dado la tarea de reconciliar al mundo con él. “Todo esto proviene de Dios, quien
por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo [esto hacen las buenas noticias: Dios nos
perdona y borra completamente nuestros pecados] y nos dio el ministerio de la reconciliación:
esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en
cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos
embajadores de Cristo [Esa es nuestra misión], como si Dios los exhortara a ustedes por medio
de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios. Entonces, ¿cuál es
la misión? Contarles a otros las buenas noticias.

Si les pidiera que levantaran la mano para indicarme que están de acuerdo conmigo, ¿cuántos de
ustedes admitirían tienen un poco de miedo de contarles a otros las buenas noticias de que Dios
quiere tener una relación personal con ellos? No son los únicos. Mucha gente está levantando su
mano. Es un poco atemorizante. En realidad, ustedes han aprendido a hablar de relaciones
personales desde que eran niños. ¿Cuántos de ustedes, cuando estaban en la primaria, tuvieron un
novio o novia, o fueron flechados por alguien? ¿No fue lo mismo? Cuando te gustaba alguien,
nunca se lo decías, ¿no es cierto? Ibas con otro y le decías: “Hola Ricardo, dile a Juana que le
diga a Tina que me gusta”. Entonces, yo le digo a Ricardo, Ricardo le dice a Juana, y Juana se lo
dice a Tina; quien finalmente subirá o bajará el pulgar. Ella no me lo va a decir directamente a
mí. Se lo dirá a su amiga Juana, Juana se lo dirá Ricardo y Ricardo me lo dirá a mí. Así es como
funciona. Puedes comenzar y terminar una relación con una persona sin siquiera haber hablado
una sola vez con ella; porque has usado una cadena de personas intermediarias para hablar sobre
esa relación. Lo mismo sucede con la misión. Solo le estás diciendo a alguien que Dios quiere
tener una relación con él. Esa es la misión.

Pregunta 2: ¿Cómo puede una persona tener una relación personal con Dios?
Esa es una buena pregunta. ¿Cómo lo hacemos? ¿Cómo llegas a tener una relación con Dios?
Puede que algunos de ustedes estén desalentados porque han estado tratando de acercarse a Dios
a través de la religión y ahora se han dado cuenta de que a Dios no le interesa eso. Habías
marcado en tu calendario los días que te tocaba leer la Biblia e ir a la iglesia. También estabas
escribiendo un diario espiritual de tu vida. Pero ahora te enteras de que a Dios no le interesa la
religión. ¿Cómo tienes una relación con Dios?

 Estableciendo una CARA espiritual.


Puesto que no tengo tiempo suficiente para cubrir todos los aspectos de esta pregunta, he escrito
esto. Tomen su hoja anaranjada y denla vuelta. Esto es lo que les pediré que hagan dentro de un
rato. Dóblenla en dos y sepárenla por la mitad. Llévense la parte de arriba a sus casas y dejen
aquí la de abajo. Miren la parte de atrás que dice CARA. ¿Cómo tienes una relación personal con
Dios? Tal vez, algunos estén escuchando esto por primera vez. Otros, quizá lo hayan escuchado
millones de veces. Llévense la hoja a sus casas y así podrán contarle a otros. Es lo único que

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tienen que hacer. ¿Cómo encuentras una base espiritual común con los demás? Empiezo por la
cara espiritual, por mi cara interior.

 C – Creo que Dios me creó para amarme y cumplir sus propósitos. Este es el
punto de partida. Tengo que creer que Dios me ama y quiere tener una relación conmigo.
 A – Admito que he vivido para mí mismo y no para los propósitos de Dios. Aquí
es donde la mayoría se detiene. Muchos dicen: “Puedo creer que Dios me ama y desea
tener una relación conmigo. Pero no voy a admitir que haya hecho algo malo. No hice
nada malo”. En realidad, sí hiciste algo malo. ¿Hay alguno que pueda decir que es
perfecto? La respuesta es NO. Todos metimos la pata. Todos nos equivocamos. Hemos
hecho cosas malas porque vivimos separados del Dios Santo. Tengo que admitir que he
vivido para mí mismo y no para los propósitos de Dios.
 R– Rindo mi vida a Cristo. Entrega tu vida a Dios. Acepta el perdón gratuito de
Dios, comprado por Cristo Jesús, esa es la buena noticia. Que podemos tener una relación
con Dios porque él tiene un gran borrador, y con él borra nuestros pecados. Podemos ser
restaurados y reconciliarnos con Dios.
 A – Aplico los propósitos de Dios. Los aplicas en tu vida. Eso es todo.

Si están mirando sus notas… “¿Cómo puede una persona tener una relación personal con Dios?”
La respuesta es comenzando por la cara interior, mi cara espiritual. A eso se refieren las cuatro
letras del acróstico CARA. Puedes predicar todo un mensaje de fin de semana apoyándote en
estos cuatro conceptos. Llévenlos con ustedes, miren los versículos en sus Biblias, subráyenlos, y
comiencen a entenderlos. De todos nuestros servicios, este es el que tiene mayor concurrencia de
cristianos. Tenemos más cristianos en este servicio que en los otros dos que celebramos. De
modo que la mayoría de ustedes ya se ha reconciliado con Dios; es decir, ya ha dicho: “Jesús, me
entrego a ti. Hasta ahora he sido yo mismo el Señor de mi vida, pero ahora quiero que tú seas el
Señor de mi vida”. Hasta hoy tenías la CARA interior del sistema de valores del mundo; pero
ahora tienes la nueva CARA interior del sistema de valores de Dios.

Pregunta 3: ¿Qué significa comunicar las buenas noticias?


En sus bosquejos, escriban la palabra CÓMO. ¿Cómo lo hago? ¿Cómo comunico las buenas
noticias? ¿Cómo le hablo de Cristo a ese compañero de clase con el que Dios quiere tener una
relación? ¿Cómo le comunico el evangelio a mi tío? ¿Cómo le hablo de Cristo a mi mamá?
¿Cómo le hablo de las buenas noticias a mi mejor amigo, ese que tiene muchas preguntas
inteligentes sobre Dios? Esta es la pregunta del cómo. Les responderé la pregunta del cómo en
tres pasos.

 Comunica con tu VIDA


Todo comienza con tu vida. A la gente no le importa lo que tienes para decirles hasta que no se
sienta atraída por tu vida. Sé que esto puede presionarlos demasiado. Pero tu vida transmite un
mensaje. ¿Lo sabías? ¿Qué dice la gente cuando escucha tu nombre? “Es un…”. Tu vida tiene
un mensaje. Permítanme hacerles una pregunta. Por favor, no la escriban. No les digan la
respuesta a los demás. Sólo piensen en ella. Tal vez puedan escribir en su diario algo al respecto.
¿Cuál es el mensaje de tu vida? Cuando los demás te ven, ¿qué dicen? Porque una de las formas
de comunicar el evangelio es a través del modo en que vives.

Miren este versículo en 1 Tesalonicenses 1:8. Me encanta. Dice: Partiendo de ustedes, el


mensaje del Señor se ha proclamado no sólo en Macedonia y en Acaya sino en todo lugar; a tal

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punto se ha divulgado su fe en Dios que ya no es necesario que nosotros digamos nada. A veces
ni siquiera necesitamos hablar. La gente te mira porque eres un mensaje viviente. Se dan cuenta
que has estado con Jesús, saben que hay algo diferente en ti. Tu vida es el mensaje. ¿Qué
significa que tu vida sea el mensaje?

Esta semana encontré algunas fotos. Pensé: “Este tipo sí que está comunicando algo fuerte con su
vida”. El tipo se había tatuado completamente. Tenía una ferretería en su lengua. Logró que su
vida comunicara un mensaje bien específico. Otro tenía todos los aros habidos y por haber. Algo
quería transmitir. Otro, había llegado a extremos mayores. Se había tatuado frases por todo el
cuerpo. Parecía como si lo hubiera hecho mirándose al espejo. ¿Es esto lo que significa “dar un
mensaje con tu vida”? ¿Significa que tengo que parecerme a un cristiano típico todo el tiempo?
¿Acaso tengo que ponerme una camiseta cristiana y un brazalete con la leyenda: “¿Qué haría
Jesús? ¿O una camiseta que adelante diga: “Dios te ama” y atrás: “Conviértete o quémate” o
algo por el estilo? ¿Debo hacer eso? ¿Debo colgar una enorme cruz en mi armario de la escuela
para que todos lo sepan? ¿Debo tener siempre pastillas de menta para convidar? Esto último es
lo más estúpido que he visto. Fui a una librería cristiana y en el mostrador tenían un contendor de
pastillas de menta. ¡Qué tonto! Quería decírselo a la vendedora pero era solamente una
empleada. Seguro que esta semana recibiré una carta de alguna de las mamás de ustedes diciendo
que ella inventó las pastillas de menta. Creo en el buen aliento. En realidad, aquí tengo unas
pastillas de menta. Apoyo el buen aliento. No estoy criticando el aliento. Lo que no me gusta son
las pastillas de menta y la ropa cristiana juntos. ¿Eso es acaso comunicar a Cristo con mi vida?
¿Tengo que programar mi celular para que suene con música cristiana? Así, cuando suena en
medio de la clase y alguien pregunta que sonido es, tú le dices: “Es una canción de la iglesia,
¿quieres venir?” No hace falta hacer eso. No es necesario ser así de raros… Si hacen esas cosas,
no le digan a la gente que venga a Saddleback. Invítenlos a otra iglesia. Comunicas el evangelio
con tu vida.

Ya no tengo la oportunidad de ir a la escuela y hablar de Cristo con mis amigos. ¿Saben dónde
están mis amigos? No están en la escuela. Mis amigos están en el estadio de béisbol donde soy
entrenador del equipo de fútbol de mis hijas. Forman parte de la comunidad. La gente será
atraída o no por mi estilo de vida. Lo malo conmigo es que la gente me identifica
inmediatamente con el estereotipo de “pastor”. Quiero que los padres de los niños, antes de que
sepan que soy pastor, vean lo bien que trato y animo a sus hijos; luego, quiero que digan: “Este
tipo… nunca tuvimos un entrenador como él. Siempre anima a los niños, es un buen entrenador”.
Entonces, alguno dice: “Oh sí, él es pastor. Tal vez, por eso sea diferente”. Tu vida habla antes
de que tu boca se abra.

Primero das el ejemplo, luego hablas. Has oído esto: un hecho habla más que mil palabras. Una
vez escuché la frase siguiente: “Predica el evangelio siempre. Y si es necesario, usa las
palabras”. Este dicho se enfoca en cómo vives. Lo que miras, lo que haces. Adónde vas. Lo que
hablas. Cómo reaccionas cuando alguien vomita sobre tu ropa nueva. La gente te está mirando
todo el tiempo. Comunicas el evangelio con tu vida. ¿Qué mensaje estás transmitiendo?

Miren el versículo de Hechos 4:13. Pedro y Juan estaban predicando, contándole a la gente las
Buenas Nuevas. La iglesia primitiva recién había comenzado. Jesús recién había ascendido al
cielo. Hace 2.000 años, el cristianismo recién se estaba diseminando. Y Pedro y Juan estaban
predicando las Buenas Nuevas cuando los dirigentes de Israel dijeron: Los gobernantes, al ver la
osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni

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preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús. Nosotros no
podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído. Encierra en un círculo la palabra
“asombrados”. Estaban fascinados porque los apóstoles eran personas comunes, cuyo mensaje
hacía que mucha gente se entregara Dios.

La primera vez que fui a la iglesia era un adolescente. Fue en noveno grado. Me habían invitado,
aunque el último lugar donde quería estar era en la iglesia. Tenía la idea de que la iglesia era
aburrida, estúpida, y un lugar en donde te gritaban. No lo sabía. Nunca había estado en una
iglesia, solo había escuchado esos comentarios. Pero en mi equipo de béisbol había un
muchacho. Nadie era como él. No era la superestrella del equipo, pero todos queríamos ser como
él. Cada vez que sonreía podías comprobar que había algo detrás de esa sonrisa. No hablaba
como nosotros. Iba a las fiestas pero nunca bebía. Era diferente. Para ser honesto, estaba celoso.
Quería ser como él. Y me invitó a la iglesia. Me dijo que iba a haber una comedia y que
conocería chicas bonitas. “¿Chicas bonitas? ¡Allí estaré! Esa fue la primera vez que fui a la
iglesia. ¿Por qué? Porque era aburrida, tonta y te gritaban? No. Porque yo respetaba a ese
muchacho. Él me invitó a la iglesia y yo fui. Esa noche escuché las Buenas Nuevas. Él me habló
del evangelio con su ejemplo. ¿Cómo comunico el evangelio? Comunicas el evangelio con tu
vida.

 Comunícalo con una INVITACIÓN


Todo el mundo se muere porque lo inviten. Queremos que nos inviten a algo. Podría hablarles
sobre esto pero decidí no hacerlo. Voy a presentarles a un amigo. Algunos de ustedes lo conocen.
Es nuevo en nuestro equipo. Creció en este grupo de jóvenes. Se graduó de la secundaria de
Laguna Hills. Su nombre es Ty. Se graduó hace seis años y se fue al colegio. La razón por la que
quiero que Ty les hable es que cuando estaba en este grupo, cuando se sentaba en una de estas
mesas, nunca venía a la iglesia solo. Siempre traía un invitado. Algunos de ustedes son de la
secundaria Laguna Hills, y la razón es que hace seis años Ty invitó a personas que tal vez fueron
quienes los invitaron a ustedes. Así que, cuando se trata de hablar sobre cómo invitar a otros, Ty
lo puede hacer mucho mejor que yo.

TY:
Cuando Doug me pidió que les hablara sobre comunicar el evangelio a través de una invitación,
me acordé del baile de promoción de la secundaria y de lo raro que resulta invitar y ser invitado a
una reunión formal. Es una situación rara. Es rara para todos. Es rara para el que invita. Es rara
para la persona que es invitada. Es una situación bastante incómoda. Quieres invitar a alguien
pero al mismo tiempo no sabes si esa persona quiere que la invites… tal vez, está esperando que
algún otro la invite. Quizá necesitas un plan B… Es una situación incómoda. Este cuadro ilustra
muy bien lo que estamos diciendo. ¿Cómo invitar a alguien que quieres que vaya contigo al baile
de promoción?

Tengo un par de ideas… chicas, necesito que me digan lo que piensan. Díganme si estas ideas
son buenas o malas. Los varones, por favor, tomen nota. 1) Enviarles flores todos los días de
clase, junto con una nota pidiendo que vaya al baile. ¿Aprobada? 2) Darle a la chica un pedazo
de pan y decir, “Me encantaría que vinieras al baile conmigo” ¿Aprobada? No. 3) Escribir en el
techo del cuarto de ella “¿Vendrías conmigo al baile de promoción?” ¿Qué dicen? 4) Dejar un
melón en la puerta de su casa con una nota que diga: “¿Vendrías conmigo al baile?” ¿Qué les
parece? Bueno, estas son algunas buenas y malas ideas para invitar a una muchacha al baile de
promoción. ¿Pero, por qué lo hacemos? ¿Por qué nos parece algo tan importante el baile de

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promoción y nos hacemos tanto problema a la hora de invitar? ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué
asumir ese riesgo?

Estaba pensando en que la razón por la que lo hacemos es que creemos que vale la pena el riesgo
porque el resultado sería maravilloso. Hay una posible relación esperando. El elemento
romántico está presente. Te estás vistiendo especialmente, estarás con tus amigos. Es como estar
en la mejor de las celebraciones. Es una experiencia que recordarás para siempre. ¿No es cierto?

¿Qué tiene eso que ver con invitar a alguien a la iglesia? ¿O con invitarlo a un lugar en donde
puedan tener un encuentro con Jesús? ¿No se trata de todo lo contrario? No. Pienso que tiene el
mismo potencial. Pienso que se trata de una relación en potencia. Cada vez que invito a una
persona, existe la posibilidad de que llegue a comenzar una relación con Cristo, el Dios creador
del universo. Tal vez no escuchen esto muy seguido, pero Dios está locamente enamorado de
ustedes. Él escribió la Biblia. Es una carta de amor para ustedes. De modo que la invitación
siempre conlleva la posibilidad de que el invitado comience una relación con Dios.

También está la posibilidad de comenzar una relación significativa como parte de la familia de
Dios. Hablamos sobre eso hace unas semanas. Existe la posibilidad de algo más que una
experiencia que recordarás el resto de tu vida; estamos hablando de una experiencia que les
permitirá marcar una diferencia eterna, un impacto eterno. Eso es lo que sucede cuando invitas a
una persona a un lugar como la iglesia.

Así que, ¿cómo lo hacemos? Primero, quiero reconocer que es raro. Es raro cuando invitas a
alguien a la iglesia. Todavía me da miedo cuando le digo a alguno que venga a la iglesia
conmigo. No es lo mismo que pedirle a alguien que te preste una lapicera. Le estás pidiendo a
alguien que considere un cambio radical en su ética, moral, y en toda la dimensión de su vida
espiritual. Es extraño. No es fácil decir, “¿Quieres venir conmigo?” Es raro.

Pero también es importante entender que es urgente. Siempre ha sido difícil para mí invitar a la
gente a la iglesia. No surge naturalmente en mí. Pero sé que es urgente. Creo que la posibilidad
de tener una relación con Dios es sumamente atractiva. Tener a Dios de mi lado es totalmente
sensacional. No creo que debamos asustar a la gente para traerla a la iglesia o para que se
conviertan en cristianos. Pero la realidad es que sin una relación con Cristo la gente enfrenta
consecuencias eternas. No me gusta hablar de eso. Pero si no escuchan las buenas nuevas están
expuestos a consecuencias eternas. Algunos de ustedes están aquí y no tienen una relación
personal con Cristo. Si no la tienen, tengo un mensaje urgente que darles. Si eres cristiano, tienes
un mensaje que debes comunicarle a quienes te rodean. Escuché que la mayoría de las personas
que reciben a Cristo lo hacen antes de graduarse en la secundaria.

Les daré algunas estrategias para hacer esto. Les hablaré de un par de ideas simples y prácticas.
1) Trabajen en equipo. Júntate con otros y pónganse de acuerdo en que hablar de su fe es lo más
importante. Decidan hacer lo posible para que otros lleguen a tener lo que ustedes tienen. Para
invitar a otros a la iglesia, busquen la ayuda de otros. No hay razón para que lo hagan solos. No
estoy hablando de formar un equipo de tipos raros y extravagantes religiosos. No. Estoy
hablando de que sean ustedes mismos, reuniéndose como amigos, e invitando juntos a la iglesia a
otros jóvenes como ustedes. La Biblia dice: “Compórtense sabiamente con los que no creen en
Cristo, aprovechando al máximo cada momento oportuno”. Sean inteligentes. Usen alguna
estrategia. Trabajen en equipo y sean auténticos. Tenemos tres servicios aquí en Saddleback. Nos

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esforzamos mucho para que la iglesia no parezca un lugar aburrido. Tienen tres oportunidades.
Los desafío. Si vienen al servicio de las 11:15, tal vez sería mejor traer a sus amigos al servicio
del sábado. Hay muchas oportunidades para traer a sus amigos a un lugar donde pueden conocer
a Cristo. Cuando estaba en la secundaria hacíamos viajes compartidos en auto; nos turnábamos
para llevar a los invitados. Mi amigo Juan y yo invitábamos a nuestros amigos a la iglesia. Él
decía: “Le pediré prestado al auto a mí mamá y los pasaré a buscar”. Hacíamos eso. Decíamos:
“¿Quiere venir con nosotros a la iglesia?” Y llevábamos a todos los que cabían en el vehículo.
Una vez, hasta llevamos a uno en el techo. Eso fue lo más estúpido que hice en mi vida. ¡Nunca
hagan eso! Pero trabajen en equipo. Busquen un amigo.

Dos, usa tu influencia. Tal vez no se den cuenta, pero tienen influencia sobre los más jóvenes que
ustedes: los de primero y segundo año. El ser mayor te da más influencia. No tienes que ser el
más popular, solo tienes más influencia por ser mayor.

Tres, acompáñalos. Quédate con ellos. No los dejes en la antesala del salón y que se las arreglen
como puedan. Siéntate con ellos, conversa, invítalos a comer después del servicio. Usa la iglesia
como una herramienta. La mayoría de la gente quiere que la inviten a la iglesia, pero no quieren
venir solas. Si las traes, quédate con ellas. Luego del servicio, pregúntales qué les pareció la
iglesia. Y entonces tendrás la oportunidad de contarles tu historia.

DOUG:
Entonces, comunicas con tu vida, con una invitación...

 y también lo haces con tu HISTORIA. ¿Qué significa exactamente contar tu historia? Cada
uno tiene una historia. Si eres cristiano, tienes una historia. Dios ha hecho cosas en tu vida y
puedes contarlas. Puedo contar mi historia de cuando estaba en noveno grado. Siempre cuento la
historia de aquel muchacho que me invitó a la iglesia. Esa es mi historia. Conocí a Cristo esa
noche. Nadie puede discutirla. Así que, comunicas con tu vida, con una invitación, y contando tu
historia. Pídele a la gente que te permita contarle tu historia.

Juan 9 relata un acontecimiento grandioso. Es largo, por lo tanto, lo voy a parafrasear. Es la


historia de Jesús cuando sanó a un ciego de nacimiento. No sé si lo sabían, pero Jesús sanaba a
los enfermos de diferentes maneras. Nunca lo hacía del mismo modo. En este caso particular, el
ciego gritó: “¡Jesús, sáname!” Era un hombre ciego de nacimiento. Entonces, Jesús hizo algo
verdaderamente creativo. Escupió en la tierra e hizo barro con su saliva. Luego, la puso en los
ojos del ciego. Me imagino lo que yo hubiera dicho si hubiera estado presente allí: “¡Qué asco!”
Luego, Jesús le dijo al hombre: “Ve a lavarte” (lo que suena cómico viniendo de parte de quien
lo había ensuciado). El hombre se va a lavar y descubre que puede ver. Entonces comienza a
caminar por el pueblo. Había sido ciego y ahora veía. Algunas personas se acercaron y le dijeron:
“¿Qué te pasó? ¡Si eras ciego!” Se dieron cuenta que él ahora podía ver. Le dijeron: “¿Cómo es
que puedes ver?” Y les respondió: “Jesús me sanó”. De inmediato, la gente se enojó. “¿Qué
quieres decir con que él te sanó? Él único que puede sanar es Dios. ¿Quién es ese tipo, Jesús?” Y
el que había sido ciego respondió: “No lo sé”. Fueron a buscarlo y lo empezaron a atacar
verbalmente. “¿Quién es Jesús?” Él respondió: “No lo sé. Lo único que sé es que era ciego y
ahora veo!” Esa fue su historia. Ninguno pudo rebatir su historia.

Quizá se pregunten: “¿Por qué nos dices esto? ¿Qué tiene que ver con contar nuestra historia?
Nunca he sido ciego. Ni siquiera me han picado los ojos. ¿Qué tiene que ver esto conmigo?”

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Muchos de nosotros tenemos miedo de contar nuestra historia porque tememos que nos digan:
“Un momento, si eres cristiano, qué pasa con la evolución?” “Entonces me van a preguntar cosas
que no sabré responder”. “¿Cómo es posible eso con todas las contradicciones que hay en la
Biblia… y de dónde vienen los dinosaurios… y cuántos ángeles entran en un Volkswagen
escarabajo?” “¿Qué pasa si me preguntan esas cosas? ¿Que voy a hacer?” Les diré lo que pueden
hacer. Si les preguntan algo que no saben, digan: “Esa es una buena pregunta. No sé la respuesta,
pero te digo esto: el cristianismo tiene 2.000 años y creo que no debe ser la primera vez que
alguien hace esa pregunta. Seguro que alguien sabe la respuesta. Yo no la sé. Es una buena
pregunta. Déjame ver si puedo averiguar la respuesta. Le preguntaré a alguien en la iglesia y
luego te contestaré. Pero esto es lo que sí se: … Una vez yo era ciego, y ahora veo. Cuando me
mudé al Condado de Orange estaba furioso con mis padres. Estaba lleno de amargura y
resentimiento, quería suicidarme. Un día, una persona me invitó a la iglesia y escuché que Cristo
me amaba. No entendí todo al principio, pero sí cambió mi vida”. O cualquiera que sea tu
historia. Cuenta tu historia.

¿Cómo comunicas las Buenas Nuevas? Con tu vida, invitando a otros y contando tu historia. Es
simple. No les estoy pidiendo que memoricen 19 versículos de la Biblia, los escriban en un
cuaderno, y vayan a la puerta de Wal Mart a acosar a la gente que sale. No les estoy pidiendo
nada de eso. Les estoy diciendo que comuniquen con su ejemplo, inviten y cuenten su historia.
Así se comunican las Buenas Nuevas.

Muy bien, pregunta número cuatro. Terminamos con esto. Fui hecho para una misión...

Pregunta 4: ¿Cómo puedo comenzar esta misión?


Les diré cómo. Escriban estas dos palabras en el margen de su bosquejo: “Pasos pequeños”. No
les estoy sugiriendo que mañana vayan al patio de la escuela y comiencen a gritar: “¡Voy a ganar
esta escuela para Cristo!” O conseguir un megáfono o algo por el estilo. No. Hay 2.500 personas
allí. Pensarán que estás loco. Lo que digo es que empieces de a poco. ¿Qué te parece hablarle a
una persona? De hecho, ¿sabías como se edificó este ministerio de jóvenes? Con un puñado de
jóvenes como Ty que invitaban a sus amigos. Básicamente, todo lo que hemos hecho en estos 10
años es… ¿ven la tarjeta en sus notas? Lo llamamos: “Desafío de evangelismo en equipo”.
Algunos de los que están aquí lo han hecho. Ustedes lo saben. Vienen aquí gracias a esto.
Ustedes escriben los nombres de cinco amigos. Cinco amigos por los que empiezan a orar. Cinco
amigos con no conocen a Jesús. Y con esos cinco nombres comienzas a seguir los siguientes
pasos:

 Cuéntales que eres cristiano. Di: “Soy cristiano”. Algunos de ustedes pueden hacer
eso ahora mismo. Metan la mano en sus carteras, agarren sus celulares y díganles: “Hola
José, soy cristiano, hasta luego”. Y listo. Comienza de a poco. Identifícate como
cristiano.
 Invita a alguien. La semana que viene empezaremos una serie llamada: “Los
Intocables: Cosas que todos piensan pero que nadie dice”. Vamos a hablar acerca de la
homosexualidad. Vamos a hablar sobre los discapacitados. Vamos a hablar sobre los que
están muriendo y sobre la muerte. Vamos a hablar sobre el racismo. Invita a alguien. “En
mi iglesia van a hablar sobre la homosexualidad. Te interesará”. La mayoría de los no
cristianos piensan que lo único que hacen los cristianos es golpear a los homosexuales.
Acá no sucederá eso. Puedes invitar a alguien. “Te invito a una iglesia en donde se
hablará del amor y de cómo amar a otras personas”.

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 Pregunta si te permiten contar tu historia. Vayan a comer juntos y pregunta: “¿Puedo
contarte mi historia?” Fui ciego, pero ahora veo.

 Explica por qué eres cristiano.

 Ayuda a tu amigo a conocer a Cristo personalmente. Quizás tiene más preguntas o


quiere un libro; tal vez quiere hablar con otra persona o hacer una oración.

De esta manera comienzas tu misión. De a poco. Cuenta tu historia. Invita a una persona.
Comunica con tu ejemplo. Miren sus notas y repasemos: ¿Qué significa la misión? Contarles a
otros que Dios anhela tener una relación personal con ellos. ¿Cómo pueden tener una relación
personal con Dios? Estableciendo una base espiritual, mirando su CARA interior. ¿Qué significa
comunicar las buenas nuevas? Ser ejemplo. Invitar. Contar tu historia. ¿Cómo comienzo mi
misión? De a poco. Cinco amigos. Tal vez, todavía no son tus amigos. Cinco personas que sabes
que no son cristianas. Y dicho sea de paso, no divulgues quienes son esas cinco personas. No
pegues la lista en tu ropero como si fueran presas que vas a cazar. No los estás cazando. Solo
tienes las Buenas Nuevas y se las quieres contar. Tienes la respuesta al dolor de ellos.

Tengo un amigo que tiene cáncer. Desearía tener la cura para el cáncer. Si la tuviera, ¿la
ocultaría? Si tuviera la buena noticia de la cura contra el cáncer, ¿me la quedaría para mí mismo?
¡De ninguna manera! La divulgaría. Porque podría salvar vidas. Espiritualmente hablando, la
peor enfermedad es estar eternamente separados de Dios.

Si viniste porque alguien te invitó esta noche, la intención no fue engañarte para que vinieras. No
querían manipularte ni persuadirte a que te hagas cristiano. No se trata de eso. Puedes rechazar
las Buenas Noticias, si quieres. Puedes seguir viviendo de la manera que el mundo propone. Pero
la Biblia enseña las Buenas Noticias. Las Buenas Noticias son que Dios te ama y quiere tener
una relación personal contigo. Él murió en la cruz por ti, para que puedas tener una relación con
él. Esas son las Buenas Noticias. Dios puede cambiar la dirección de tu vida, como lo ha hecho
con muchas personas.

El apóstol Pablo dice en Hechos 20: Considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con
tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús,
que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Fuiste hecho para una misión:
contarle a otros las Buenas Noticias. Antes de que se vayan les pediré que tomen la hoja
anaranjada. Córtenla por la mitad. Tomen la mitad que dice CARA para les quede como
recuerdo de los cinco propósitos que hemos aprendido. Si quieres dar un paso más de
crecimiento espiritual, te damos cinco opciones: Ganar, Relacionarte, Crecer, Descubrir, y
Honrar. Si dices: “He estado en esta serie y necesito ayuda en esta área. O, envíenme
información por email”. Solo necesitamos tu nombre e email. Te enviaremos información que te
ayudará a dar el paso que estás necesitando. Puedes dejar la hoja en tu mesa o depositarla en el
buzón de la parte de atrás.

Sé que hoy podrían haber estado en muchos lugares. Podrían estar durmiendo o viendo
televisión. Podrían estar jugando con amigos. Pero vinieron aquí, a la iglesia. Espero que se
vayan de aquí sabiendo un poco más sobre las Buenas Noticias. Dios les ama y quiere tener una

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relación personal con ustedes. Y él nos hizo para cumplir una misión: comunicar a otros las
Buenas Noticias.

Oremos juntos.

Señor, gracias por todos los que están aquí. Gracias por esta iglesia que nos
permite vivir nuestra fe de un modo un poco menos formal. Porque podemos
igualmente hablar sobre verdades eternas que afectan nuestras vidas, sin dejar de
divertirnos y relacionarnos entre nosotros. Gracias por esta serie en la que nos
has hablado claramente y según tu Palabra, acerca de para qué estamos aquí en
la Tierra. Sabemos que nos creaste para agradarte, nos hiciste para ser parte de
tu familia, fuimos creados para ser como Cristo, nos formaste para servirte, y nos
hiciste para una misión: comunicar el evangelio. Te pedimos que al separarnos,
reconozcamos nuestro propósito aquí en la Tierra y podamos vivir para cumplirlo.
Gracias Señor por tu amor, porque no nos amas por nuestro aspecto. No nos amas
por nuestro conocimiento ni por el dinero que tenemos. Nos amas porque nos
creaste y quieres tener una relación con nosotros. Señor, te pido que tengamos
que añadir más servicios y edificar lugares más grandes para acoger a todos los
que quieran escuchar las Buenas Noticias. En el nombre de Jesús. Amén.

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