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Título del artículo: A systematic review of the management and outcome of ERCP related
duodenal perforations using a standardized classification system
Título en español: Una revisión sistemática del manejo y el resultado de las perforaciones
duodenales relacionadas con la CPRE utilizando un sistema de clasificación estandarizado
Autor(es): Roberto Cirocchi 1, Michael Denis Kelly 2, Ewen A Griffiths 3, Renata tabola
4 4, Massimo Sartelli 5 5, Luigi Carlini 6 6, Stefania Ghersi 7 7, Salomone Di Saverio 8
Institución a la que pertenece: 1Departamento de Cirugía General y Oncológica,
Universidad de Perugia, Terni, Italia. Dirección electrónica: roberto.cirocchi@unipg.it.
2Unidad de cirugía aguda, Hospital de Canberra, Canberra, ACT, Australia. Dirección
electrónica: mk@mdkelly.com.
Tipo de estudio: Artículo de revisión
Nombre de revista: The surgeon
Nombre abreviado de revista: The surgeon
Volumen: 15
Número: 6
Páginas: 379-387
DOI: 10.1016 / j.surge.2017.05.004
Resumen:
La perforación posterior a la CPRE más frecuente fue Stapfer tipo II (58.4%), la segunda
perforación más frecuente tipo I (17.8%) seguida de Stapfer tipo III en 13.2% y tipo IV en
10.6%. La tasa de NOM fue más baja en perforaciones Stapfer tipo I (13%), moderada en
lesiones tipo III (58.1%) y alta en otros tipos de perforaciones (84.2% en tipo II y 84.6% en
IV). En los pacientes sometidos a tratamiento quirúrgico precoz (<24 h desde la CPRE), la
operación más frecuente fue la sutura duodenal simple con o sin omentopexia (93,7%). En
pacientes sometidos a tratamiento quirúrgico tardío (> 24 h desde CPRE) las intervenciones
realizadas fueron más complejas. En las lesiones tipo I, la tasa de mortalidad postoperatoria
fue mayor en los pacientes sometidos a operación tardía (> 24 h). En las lesiones tipo I, se
produjo un fallo de NOM en el 42,8% de los pacientes. En el tipo II, la falla de NOM
ocurrió en el 28.9% de los pacientes y en el tipo III hubo falla de NOM en solo el 11.1%,
ninguno en el tipo IV. La mortalidad postoperatoria después del fracaso de la NOM fue del
75% en el tipo I, del 22,5% en el tipo II y ninguno murió después del tratamiento quirúrgico
por el fracaso de la NOM en las perforaciones de tipo III.
Esta revisión sistemática mostró que en pacientes con lesiones Stapfer tipo I, el tratamiento
quirúrgico temprano da mejores resultados, sin embargo, lo contrario parece ser cierto en las
lesiones Stapfer III y IV.
Investigación bibliográfica
Tema: “Grados de Hipertrofia Prostática benigna.”
Alumno: Armando González Enríquez
Resumen:
En la hiperplasia prostática benigna clínica (BPH), la anatomía anormal es adenoma /
adenoma de próstata, lo que resulta en un grado variable de obstrucción prostática benigna
(BPO) que puede causar daño a la vejiga o los riñones. Por lo tanto, la HPB clínica puede
definirse como tal y diferenciarse de otras causas menos comunes de síntomas masculinos
del tracto urinario inferior. El diagnóstico del adenoma / adenoma de próstata (AP) se puede
realizar midiendo la protrusión prostática intravesical (IPP) y el volumen de próstata (PV)
con ultrasonido transabdominal no invasivo (TAUS) en la clínica. El PA se puede clasificar
(fenotipar) según IPP y PV. Múltiples estudios han demostrado una buena correlación entre
IPP / PV y BPO y, por lo tanto, la progresión de la enfermedad. La gravedad de la
enfermedad clínica BPH puede clasificarse en etapas desde la etapa I a IV para su posterior
tratamiento. La clasificación se basa en el efecto de BPO sobre las funciones de la vejiga, a
saber, el vaciado, normal si la orina residual post-vacía (PVRU) <100 ml; y almacenamiento
en la vejiga, normal si el volumen máximo vaciado (MVV)> 100 ml.
El efecto de BPO en la calidad de vida (QoL) se puede evaluar mediante el índice de QoL,
con un puntaje ≥3 considerado molesto. Los pacientes sin obstrucción significativa y sin
síntomas molestos estarían en etapa I; aquellos sin obstrucción significativa pero con
síntomas molestos (QoL ≥ 3) estarían en etapa II; aquellos con obstrucción significativa
(PVRU> 100 ml; o MVV <100 ml), independientemente de los síntomas, sería el estadio III;
aquellos con complicaciones de la enfermedad clínica BPH como la retención de orina,
cálculos en la vejiga, sangrado recurrente o infecciones serían la etapa IV. Después de la
evaluación, la gestión adicional puede ser individualizada. Una enfermedad de bajo grado y
etapa generalmente se puede observar (vigilancia activa), mientras que una enfermedad de
alto grado y etapa necesitaría un tratamiento más invasivo con una opción para la cirugía.
Clasificación según el IPSS
0-7: paciente levemente sintomático
8-19: paciente moderadamente sintomático
20-35: paciente muy sintomático
La postulación de tres preguntas sencilla en el interrogatorio puede orientar en la detección
inicial de la HPB clínica.
La sospecha por medio de estas preguntas lleva a plantear un cuestionario más elaborado, el
más ampliamente elaborado es el IPSS que podrá cuantificar la gravedad del problema.
Iinvestigación bibliográfica
Tema: “Apendicitis aguda en trauma cerrado de abdomen”
Alumno: Armando González Enríquez
Título del artículo: Apendicitis aguda posterior a trauma abdominal cerrado ¿casualidad o
causalidad?
Acute appendicitis
following blunt abdominal
trauma. Coincidence or
causality?
Autor: Segio Ivan Latorre, JhoN Alexander Bustos, Juan Pablo Villate
Institución a la que pertenece: Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud - Facultad
de Medicina - Departamento de Cirugía General - Bogotá D.C. - Colombia.2 Hospital
Infantil Universitario de San José - Bogotá, D.C. - Colombia.
Tipo de estudio: Reporte de un caso
Nombre de revista: Revista de la Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia
Nombre abreviado de revista: 161Rev. Fac. Med.
Volumen: 6
Número: 1
Año: 2017
Páginas: 161-163
DOI: http://dx.doi.org/10.15446/revfacmed.v65n1.54786
Resumen:
Título del artículo: Vacuum Assisted Closure (VAC)/negative Pressure Wound Therapy
(NPWT) for Difficult Wounds: A Review
Título en español: Cierre asistido por vacío (VAC) / terapia de heridas por presión negativa
(NPWT) para heridas difíciles: una revisión
Acute appendicitis
following blunt abdominal
trauma. Coincidence or
causality?
Autor: Pawan Agarwal 1, Rajeev Kukrele 2, Dhananjaya Sharma 2
Institución a la que pertenece: 1Plastic Surgery Unit, NSCB Government Medical College,
Jabalpur, MP, 482003, India.
2Department of Surgery, NSCB Government Medical College, Jabalpur, MP, 482003, India.
Tipo de estudio: Artículo de revisión.
Nombre de revista: J Clin Orthop Trauma
Nombre abreviado de revista: J Clin Orthop Trauma
Volumen: 10
Número: 5
Año: 2019
Páginas: 845-848
DOI: 10.1016/j.jcot.2019.06.015
Resumen:
Mecanismo de acción
Los estudios en humanos y animales han demostrado un mayor crecimiento de tejido de
granulación, aumento del flujo sanguíneo, disminución del área de la herida y regulación de
la respuesta inflamatoria con la terapia VAC1.
El VAC causa la contracción de la herida, la estabilización del ambiente de la herida, la
disminución del edema con la eliminación de los exudados de la herida y Microdeformación
de células. Estos efectos permiten que VAC se acelere cicatrización de heridas en virtud del
aumento del flujo sanguíneo; carga bacteriana reducida; y preparación mejorada del lecho de
la herida para su posterior
cobertura.
La compresión del tejido por presión negativa provoca hipoxia tisular debido a la
disminución de la perfusión debajo de la espuma que estimula la angioneogénesis y la
vasodilatación local debido a la liberación de óxido nítrico. Esto ocurre durante los períodos
de "aspiración" de
Terapia de VAC. Por lo tanto, el modo intermitente de VAC es más efectivo en comparación
con el modo continuo.
Presión intersticial hipobárica y mayor permeabilidad de los vasos que siguen a la lesión
conducen a la formación de edema y provoca un aumento de la presión del tejido que
conduce a la compresión de vasos y aumento de la velocidad del fluido intravascular
(principio de
continuidad) que reduce la presión hidrostática intravascular (El principio de Bernoulli).
Ambos factores causan menos flujo de salida del líquido intravascular y disminución del
edema. Además, una mayor velocidad de la sangre atrae líquido extracelular hacia el vaso
(principio de Venturi). Además, las fuerzas de compresión de la terapia de heridas con
presión negativa fuerzan físicamente el edema lejos de los tejidos lesionados. Todos estos
mecanismos dan como resultado una menor presión hidrostática intersticial y oxigenación
mejorada de las células.
Un estudio reciente, sin embargo, ha demostrado que la presión en la herida subyacente
aumenta paradójicamente. La presión de perfusión capilar en el tejido normal es 10 a 35
mmHg. Si el árbol vascular es normal, presión hiperbárica en los tejidos es poco probable
que cause oclusión capilar. Sin embargo, en la presión hiperbárica del tejido isquémico
puede provocar isquemia y necrosis. Por lo tanto, se debe utilizar la terapia de heridas con
presión negativa. con precaución en los tejidos isquémicos.
Se debe evitar la fuga de aire en el apósito, ya que conduce a un continuo flujo de aire sobre
la superficie de la herida que conduce a la desecación del tejido y formación de escara. Esta
escara sella la herida con retención exudado y empeora la herida. La presión en el apósito
VAC reduce gradualmente durante 2 días, por lo tanto, los apósitos debe cambiarse después
de 48 h.
Puntos clave
1. VAC es una buena alternativa / complemento al cuidado estándar de heridas
especialmente para heridas difíciles.
2. Reduce el alcance de los procedimientos reconstructivos.
3. El ajuste de presión óptimo es 125 mm de Hg.
4. La succión intermitente es mejor que la succión continua.
5. Hay beneficios logísticos de VAC sobre el cuidado convencional de heridas.
Investigación bibliográfica
Tema: “Resumen ATP IV.”
Alumno: Armando González Enríquez
GUIA ATP IV
Recomendaciones
1. En hombres y mujeres menores de 75 años de edad pero con enfermedad cardiovascular
ateroesclerótica clínica se debe utilizar terapia de alta intensidad a menos que esté
contraindicado o se presenten efectos adversos en cuyo caso se debe utilizar moderada
intensidad.
2. En pacientes mayores de 75 años con enfermedad cardiovascular clínica que ya tenían
tratamiento con estatinas se debe continuar a moderada intensidad
3. Si el LDL es mayor de 190 o los triglicéridos mayores de 500 se deben evaluar causas
secundarias de hiperlipidemia (dieta , medicamentos, enfermedades, alteraciones
metabólicas) y se indica terapia de alta intensidad. Si luego de estaterapia el LDL persiste
mayor a 190 evaluar otro medicamento. (cada 30 mg/dlde reducción de LDL con la terapia
con estatinas reduce los eventos cardiovasculares en un 22%).
4. Diabéticos con LDL entre 70 y 190 iniciar terapia de moderada intensidad. Iniciar de alta
intensidad si el riesgo cardiovascular es mayor a 7.5%. en menores de 45 años y mayores de
75 evaluar terapia según criterio medico.
5. En pacientes sin diabetes ni enfermedad cardiovascular con LDL entre 70 y 190 evaluar
RCV , si es mayor de 7.5% iniciar terapia de moderada a alta intensidad. EI riesgo esta entre
5 y 7.5 evaluar beneficio de moderada intensidad.
6. Si el LDL es menor de 190 con bajo riesgo cardiovascular, evaluar otros factores de riesgo
para decidir si iniciar tratamiento.
Pasos a seguir
1. Pedir perfil lipídico antes de iniciar terapia con estatinas
2. Dar cita a las 8-12 semanas para evaluar respuesta y adherencia al tratamiento
3. Si se inicio terapia de alta intensidad esperar reducción del 50% en niveles de LDL, si es
de moderada intensidad esperar disminución del 30-50% en niveles de LDL. Si es terapia de
baja intensidad esperar disminución del LDL del 30%.
4. Si no se consiguen las metas evaluar adherencia al tratamiento, posibles efectos adversos
y considerar causas secundarias de hipercolesterolemia. Reevaluar en 4 a 12 semanas.
5. Si aún no se han alcanzado metas ajustar dosis: aumentar dosis de estatinas o adicionar
medicamentos no derivados de estatinas.
Síntesis
Las estatinas siguen siendo el fármaco de elección para prevención primaria y secundaria
de enfermedad cardiovascular excepto en pacientes con NYHA III y IV o en hemodiálisis en
los cuales no se ha demostrado eficacia a pesar de su alto riesgo cardiovascular.
Investigación bibliográfica
Tema: “Secuencia de cicatrizacion.”
Alumno: Armando González Enríquez
Fases de la cicatrización:
1. Fase inflamatoria: desde la herida al tercer o cuarto día. Incluye la hemostasia de la
hemorragia por la llegada de plaquetas y la formación del trombo de fibrina al lecho
de la herida. Las plaquetas atraen a las células más importantes del proceso los
polimorfonucleares (polinucleares neutrófilos o PNN) y a los macrófagos que inician
la inflamación y que se encargan de la limpieza de restos y contaminantes en el
lecho.
2. Fase proliferativa: es la siguiente, y dura hasta los 14 días. En esta se produce la
reepitelización, bien desde los bordes de la herida o, si es una quemadura o abrasión
superficial, desde los restos de los folículos pilosebaceos. La angiogénesis es lo
siguiente que ocurre en esta fase proliferativa y es la neoformación de vasos en el
lecho de la herida. Estos neovasos y los fibroblastos atraídos por los PNN y
macrófagos se encargan de la formación de la matriz extracelular y de la síntesis y
degradación de colágeno.
Remodelación de cicatriz es por 6-12 meses después de lesión para dar una cicatriz
madura, avascular, acelular.
Investigación bibliográfica
Tema: “Criterios predictores de ASGE en coledocolitiaisis.”
Alumno: Armando González Enríquez
Acute appendicitis
following blunt abdominal
trauma. Coincidence or
causality?
Autor: Harold Eduardo Benites Goñi1, Fernando Vicente Palacios Salas2, Jairo Luis
Asencios Cusihuallpa1, Rossmery Aguilar Morocco3, Nasthya Solange Segovia Valle
Institución a la que pertenece: 1 Servicio de Gastroenterología, Hospital Nacional Edgardo
Rebagliati Mar tins. Lima, Perú. 2 Departamento de Aparato Digestivo, Hospital Nacional
Edgardo Rebagliati Mar tins. Lima, Perú. 3 Servicio de Radiología del Hospital Nacional
Edgardo Rebagliati Mar tins. Lima, Perú. 4 Facultad de Medicina, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Lima, Perú. a Residente; b Médico Asistente; c Estudiante
Tipo de estudio: Artículo de revisión.
Nombre de revista: Revista de Gastroenterología del Perú
Nombre abreviado de revista: Rev. gastroenterol. Perú
Volumen: 37
Número: 2
Año: 2017
Páginas: 1-12
DOI: 10.1016/j.jcot.2019.06.015
Resumen:
Según esta guía clínica, la presencia de cualquier predictor "Muy fuerte" o de ambos
predictores "Fuertes" indican un "Riesgo elevado de coledocolitiasis" (>50%), y estos
pacientes deberían acceder directamente a CPRE. Cualquier otra combinación de
predictores indican un "Riesgo intermedio de coledocolitiasis", y estos pacientes se
beneficiarían con la realización de estudios menos invasivos como USE, CPRM y
colangiografíaintroperatoria (CIO) para evaluar la necesidad de una acción terapéutica
adicional. La ausencia de predictores de riesgo indica un "Riesgo bajo de
coledocolitiasis", y estos pacientes deberían acceder a colecistectomía sin evaluaciones
adicionales.
Investigación bibliográfica
Tema: “Atelectasias.”
Alumno: Armando González Enríquez
Acute appendicitis
following blunt abdominal
trauma. Coincidence or
causality?
Autor: Pablo Rama-Maceiras
Institución a la que pertenece: Servicio de Anestesiología y Reanimación, Complejo
Hospitalario Universitario, A Coruña, España
Nombre de revista: Archivos de Bronconeumología.
Nombre abreviado de revista: Arch. De Bn
Volumen: 46
Número: 6
Año: 2010
Páginas: 317-324
DOI: DOI: 10.1016/j.arbres.2009.10.010
Resumen:
b.
Selección del volumen corriente y parámetros ventilatorios: en pacientes con síndrome de
distrés respiratorio agudo (SDRA), se recomienda el empleo de volúmenes corrientes bajos,
pero en ausencia de lesión pulmonar.
c.
Obesidad: aunque sólo se ha podido establecer una correlación lineal débil entre el índice de
masa corporal y el desarrollo de atelectasias, la CRF es menor en obesos y la presión
abdominal es mayor. Ambos factores favorecen el colapso alveolar. Se ha demostrado el
predominio de atelectasias en poblaciones quirúrgicas obesas respecto a pacientes sin
sobrepeso y su mayor repercusión debido a la menor reserva para la hipoxemia, por lo que
constituyen un grupo de pacientes en los que la prevención del colapso es muy importante.
d.
Tipo de anestesia: las atelectasias se producen tras la inducción de la anestesia y no con el
paciente despierto, tanto con los anestésicos inhalatorios como con los intravenosos, excepto
la ketamina. En general, todos los anestésicos a dosis elevadas atenúan la actividad de la
musculatura respiratoria, pero incluso a dosis bajas pueden producir depresión respiratoria y
alterar la conducción neurológica a la musculatura respiratoria.
e.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica: este grupo desarrolla escasas atelectasias y poco
shunt24, pero mayor deterioro de la relación V/Q2,48.
f.
Edad: no parece ser un factor clave, aunque en los niños las atelectasias son muy frecuentes
debido a que presentan menor CRF, mayor compliancia de la caja torácica, movimientos
paradójicos de la caja costal en respuesta a la contracción diafragmática y a que tienen un
volumen de cierre mayor.
Tipo de Cirugía: las atelectasias parecen alcanzar un nivel máximo en los primeros minutos
de la anestesia, independientemente del tipo de cirugía. No obstante, el trauma quirúrgico
estimula reflejos que, mediados por los nervios somáticos y viscerales, producen inhibición
frénica y de otros nervios que inervan musculatura respiratoria. Además, la disrupción
muscular quirúrgica empeora la eficacia de los movimientos respiratorios y el dolor produce
una limitación voluntaria de éstos. Todos estos factores producen hipoventilación y generan
una reducción de la CRF de hasta el 20% tras la cirugía abdominal y facilitan el desarrollo
de atelectasias.