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OPERATORIA DENTAL INFANTIL: GENERALIDADES

Aunque la operatoria dental comprende fundamentalmente los principios básicos de la


preparación cavitarias, en la actualidad no se puede enfocar este tema desde un punto de vista
puramente mecánico. No se trata simplemente del tratamiento de los dientes sino del
tratamiento del niño como persona, y deben tomarse en consideración sus aspectos
psicológicos.

El diagnóstico correcto de las lesiones, incluyendo su localización y extensión, es fundamental


para realizar una operatoria de calidad, pero incluso para el diseño cavitario y la selección del
material restaurador, siempre debe tenerse presente que el último fin al que se quiere llegar
es la prevención de la enfermedad en su concepto más puro. Por ello, el contenido de los
siguientes capítulos ofrece la perspectiva de una información actualizada, que debe tenerse en
cuenta a la hora de elaborar el plan de tratamiento idóneo para cada niño en concreto, habida
cuenta de sus circunstancias particulares y sus necesidades específicas.

NOMENCLATURA.

Antes de enfocar los fundamentos de la preparación cavitaria, conviene recordar los términos
descriptivos usados más comúnmente en operatoria dental:

Paredes cavitarias (PC): se designan según las superficies adyacentes y suelen estar formadas
por esmalte y dentina.

Pared Axial (PA): pared interna paralela al eje axial del diente.

Pared Pulpar (PP): pared interna perpendicular al eje axial del diente.

Suelo (S): se refiere a la porción de la preparación que esta aproximadamente en ángulo recto
con las paredes de la cavidad. Se designa según la zona anatómica próxima (p.ej., gingival,
pulpar, apical, etc.).

Ángulos Diedros (AD); unión lineal de dos paredes. Se designan según las paredes que lo
forman (p. ej., bucopulpar).

Angulo Cavo superficial (ACS): Angulo diedro formado por las paredes de la cavidad con la
superficie externa del diente.

Margen (M): línea de unión entre las paredes cavitarias y la superficie externa del diente.

Unión amelodentinaria (UAD): línea que representa la unión del esmalte y la dentina.

CLASIFICACION CAVITARIA

Existen diferentes métodos de clasificar las lesiones cariosas según se consideren criterios
clínicos, anatómicos, histológicos, etc. Para la compresión de los siguientes capítulos interesa
recordar algunas de las siguientes clasificaciones:

1. Según la zona afectada, puede hablarse de cavidad simple si es una sola superficie o
cavidad compleja si son tres o más superficies.
2. Según el tipo de lesión puede hablarse de caries incipiente cuando se trata de ataque
inicial de caries en una superficie, caries recurrente o secundaria si la lesión aparece
bajo una restauración existente o en alguno de sus márgenes, y caries residual si se
deja de forma inadvertida o intencionada durante un procedimiento restaurador.
3. Según la progresión puede hablarse de caries aguda o rampante si es una lesión de
rápida progresión que, por lo general, afecta varios dientes o caries crónica cuando se
trata de una lesión entretenida de progresión lenta.
4. Siguiendo criterios terapéuticos, la clasificación más difundida es la de Black (1924),
que hace referencia a las áreas anatómicas afectadas:

Clase I, cavidades de surcos y fisuras en oclusal de molares y premolares, en dos tercios


oclusales de vestibular y lingual de los molares y en lingual de los incisivos maxilares.

Clase II. Cavidades en superficies proximales de premolares y molares.

Clase III. Cavidades en superficies proximales de incisivos y caninos que afectan el ángulo
incisal.

Clase IV. Cavidades en superficies proximales de incisivos y caninos que afectan el ángulo
incisal.

Clase V. cavidades en el tercio gingival de vestibular o lingual de todos los dientes.

Clase VI. Cavidades en el ángulo incisal de los dientes anteriores o en las cúspides oclusales de
los dientes posteriores.

SECUENCIA EN LA CONFORMACION CAVITARIA

El conocimiento de la anatomía dentaria es un requisito fundamental para entender los pasos


de la preparación cavitaria, que tiene como principal objetivo eliminar el tejido cariado,
preservando la vialidad pulpar, siempre que sea posible y considerando las posibles zonas de
futuros ataques de caries. Con estas premisas, black propuso uno principios que deben
seguirse, a los que se ajustan igualmente dientes temporales y permanentes, y que se
enumeran a continuación:

1. Conseguir acceso o apertura.


2. Establecer la forma de superficie.
3. Eliminar la caries.
4. Establecer formas de retención y resistencia.
5. Acabado de las paredes.
6. Limpieza de la cavidad.

APERTURA

Se realiza por lo general, con alta velocidad y refrigeración, comenzando por los surcos y las
fisuras oclusales, y la fresa inicialmente debe alcanzar una profundidad de 0.5 mm por debajo
de la unión amelodentinaria, para evitar el riesgo exposición pulpar, esta profundidad permite
descubrir caries que socavan el esmalte por debajo de la unión amelodentinaria y, a su vez,
proporciona ya suficiente grosor para conferir resistencia al material de restauración.

El acceso en la clase II debe ganarse también comenzando la apertura a la altura de los surcos
y las fisuras oclusales, ya que así consigue visibilidad para la preparación de la caja proximal y
se minimiza el riesgo de lesionar la superficie proximal del diente contiguo.

El acceso en la clase III se realizara por vestibular o lingual según la extensión de las caries, con
objeto de preservar la máxima cantidad posible de tejido sano que permita una visibilidad
suficiente.
FORMA DE SUPERFICIE

Establecer la forma de superficie significa colocar los márgenes cavitarios en la posición que
han de ocupar en la preparación acabada.

Para las preparaciones clásicas que deben obturarse con amalgama de plata deben seguirse los
siguientes principios:

1. Eliminar todo el esmalte no soportado.


2. Colocar los márgenes en una zona de autolimpieza o de fácil limpieza.
3. Considerar la extensión profiláctica.
4.

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