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A DISTANCI
&I8WO&IOO&N¥'EA DEE* A. 9
Pâgs.
HisTOR IA CRONISTICA
Introduccion ... 61
1. Plan y contenido 63
2. F’uentes 68
3. Traba jo redaccional del cronista ... 71
4. La historia del cronista, una teologia 77
5. Punto focal de la historia cronistica 87
6. Esperanzas mesianicas del cronista 89
HISTORIA DEUTERONOMISTA
INTRODUCCION
13
Tradiciones anteriores
En la HDta se distinguen dos clases de Elias, Eliseo e Isaias esparcidos a lo largo de 1-2
material: Re).
a) tradiciones antiguas, que el autor De una manera mas concreta y siguiendo e1
deuteronomista tuvo a su disposicifin a manera orden
de fuentes, y b) partes redaccionales propias
del mismo autor. 14
Dentro del margen hipotético que
siampre acorn- patron a las cuestiones
critico-literarias, podemos dis- tinguir las
siguientes fuentes:
— Relatos o/retries.—El Dta tuvo, sin
duda, a su disposieifin relates y fuentes
oficiales. Por ejemplo, para 2 Sum 8, 16-18;
20, 23-26; 23, 8-39 tuvo, sin duda, a mano
listas de altos dignatarios y oficiales de David.
En Jos 15-19 se emplean datos oficiales sobre
la deli- mitacion y fronteras de las tribus, asi
como listas de comarcas y lugares. E1 relato
sobre la renovaeion de la alianza por Josias (2
Re 22, 3-20; 23, 1-3. 2-23) esta tornado de las
Memorial oJioiale8. La historia de los reyes,
tanto de Judi como de Israel, no hubiera sido
posible sin el acceso del autor a los Anales y
CronicaS de la corte.
— Material liistârico no o/ictaL—Dispuso
también de fuentes mas populares, en algunos
casos transmiti- das ineluso por via oral. Entre
estas fuentes no ofieia- les cabria incluir el
relato de due 9 sobre el reinado de Abimelec y
la Historia de la Ascension de David (1 Sam
16; 2 Sam 5). De calidad superior es la
Historic de la Sucesion be David (2 Sam 9-20;
1 Ite 1-2). Err otras ocasiones nos encontramos
con material mas po- pular: anécdotas (v. gr.
due 15, 1-8; 16, 1-3; 2 Sam 23, 8-22) ; sagas y
leyendas épicas sobre los caudillos de Is- rael
(v. gr. Jos 1-11; Jue 3-1fi; 1 Sam 11; 13-14;
17); no- rraciones etiolâgicas toponimicas
cultuales (v. gr. Jue 6, 11-24), sagradas (v. gr. l
Sam 1-4). Relatos proJéti- cos (los ciclos de
de los libros, podemos distinguir las siguientes
fuentes: El Dta no es un mero eoleccionador de
tradieiones. Ha trabajado, ciertamente, sobre
Deuteronomio: El “Libro de la Ley” o
material preexisten - te, pero ha realizado un
“Doe.umento de la Alianza”, que
trabajo de seleecion, la estruc- turado sus
corresponde fundamentalmente a Dt 5-28.
fuentes segun un plan historieo y teolñgi- co
Josué: Relatos etiologicos populares para preestablecido per él, y, sobre todo, ha
la prime- ra parte del libro (cc. 1-12), y listas ensamblado
geograficas para la segunda parte (cc. 13- todo el con junto en un armazñn de discursos y
21). reflexio- nes, originates suyos, que son los
que dan sentido y
7ueces: Historias de heroes y noticias
unidad a toda la obra. Generalmente, el Dta
breves sobre jueees locales. express su pensamiento historico-teologico a
Sotnuel: Tradiciones relativas a Paul; través de discur- sos que pone en boca de los
Historias ‹Ie la Ascension y de la Sueesion al protagonistas de la histo- ria de Israel. Otras
trono de David; tra- dieiones sobre las veces Io vierte en Korma de refle- stones
aventuras y desventuras del Area. personales.
ftepes: Anales de 8alomñn; crfinicas de
Entre los discursos destacan los siguientes:
los reyes; florecillas de los profetas Elias,
Eliseo, Isaias y Ajias. Job 1. Esta puesto en boca de Yavé y Josué.
Marca el paso entre Moisés y Josué y
señala el comienzo de la conquista.
Partes redaccionales
15
Jos P3. Diseurso en boca de Josué. Señala de Ga- bafin (Jos 10) y de Meron (c. 11),
e1 tin de la conquista. el nta face un balance provisional de la
1 Sami 12. En boca de Samuel. Marca el conquista.
paso en- tre el periodo de los jueees y la Inc 2, 11 zs. Presenta el esquema teolfigico
monarquia. que presidira la historia de los jueces.
1 Re 8. Esta puesto en boca de Salomon. P Re 17, 7 ss. Lecciones que se derivan de la
Coinci- de con la construcciñn del caida de Samaria.
templo, fecha clave de la HDta (véase 1
Re 6, 1). Toda esta serie de discursos y reflexiones,
1 Re 9, 4-7. Esta puesto en boca de Yavé. redacta- dos por el propio Dta, eonstituyen e1
Cuando no tiene un personaje clave a su esqueleto de toda la obra. No se trata de
dispo- sicion, el Dta expresa su adiciones mas o menos superfi ciales insertadas
pensamiento en Korma de reftexiones aqui y alla, sino de un armazon en el que se
personales. ensambla y encuentra cohesion toda la gran
sintesis historica.
Jos 12. Después de las batallas y victorias
Los discursos y reflexiones que aeabamos d) De Salomon al exilio. Es 1a pendiente
de enu- merar siguen la marcha de la historia hacia la gran catastrote, si bien
de Israel du- rante esos casi setecientos años, aparecen, de vez en cuando, elementos
y señalan sus etapas y periodos mas que la retardan (v. gr. las I’eformas de
importantes: Ezequias y Josias).
a) Etapa de la conquista o periodo de
Josué.
EL DEUTERONOMIO
b) Periodo de los jueces.
c) Establecimiento de la monarquia (— Segun la hipotesis de M. Noth, que ha
David y Salomon). Señala un eorto encontrado amplio eeo en la ciencia biblica
periodo de graeia y esperanza. moderna, en su ori- gen el Dt formaba parte de
la HDta: venia a ser en ella una especie de
16 introduccion. Fue después del des- tierro
cuando el Dt fue arrancado de la HDta, para ser
agregado a los otros cuatro libros del actual
Pentateu- co. Este desplazamiento del Dt se
debio, sin duda, al deseo de coloear todo lo
referente a Moisés en un solo bloque.
Cuando e1 Dta compuso su voluminosa
obra, el Dt ya existia. Es decir, fue una de las
fuentes, la mas ex- tensa e importante, que el
Dta tuvo a su disposicion. Pero no era un Dt
como el actual, de 34 capitulos, sino una
edicion anterior mas redueida, correspon-
diente, fundamentalmente, a los cc. 5-28. Al
colocar el Dt a la cabeza de su Historia, el
autor de1 Dta lo prologo con Dt 1-3, a los que
posteriormente se anadio Dt 4. Estos euatro
capitulos ( Dt 1-4) representan el preambulo
o proemio de toda la sintesis Dta. Con el fin
de hacer la union entre el Dt y el libro de
Josué, el Dta compuso también Dt 29-34, para
lo que se sir- vio de fuentes preexistentes.
En cuanto a Dt 5 P8, la ciencia moderna es
Das- tante unanime en afirmar que
corresponde a1 “Libro de la Ley” o
“Documento de la Alianza”, que fue ha- llado
en el templo de Jerusalén en el año 621 (2 He
22-23). Si quisiéramos continuar preguntando
por l a nistoria del Dt mas alla del 621, hasta
llegar a su forma mas original, entrariamos hipotetico, que nos llevaria
en un campo apasio nante, pero complejo e
17
demasiado lejos. Lo unico que si quiero
subrayar ec› que cuando hace su primera
aparicion en el año fi21, e1 Dt es un
“Documento de Alianza” (2 Re 22 23), y que
nuestras simpatias estan en favor de 1a
hipotesis que con5idera e1 Dt relacionado con
el culto y con la Alianza desde el I’lTRer
momerito. Por este tiem- po (ano 672) debia
existir en Jerusalén una copia del tratado hecho
1. PUNTO FOCAL DE LA
por Asar jadon con nueve reyes vasallos, entre
HIiSTORIA
los que se contaba, probablemente, e} de
DEUTERONOMISTA
Juda. Es muy posible que el formulario de
estcs tratados del antiguo Medio Oriente haya
La caida y destruccion de Jerusalén en el
de jado sentir tarn- bién su influencia sobre el
ano 587, con la consiguiente deportacion de la
Dt. De hecho, existen afi- nidades
mejor parte del pueblo, supuso para Israel un
significativas no solo en cuanto a la forma,
rudo golpe, con reper eusiones no solo
sino también en cuanto a algunos puntos de
politicas, sociales y econñmicas, sino, sobre
fonño. Respecto de la Korma, ya hacia tiempo
todo, religiosas. La destruecion de Jerusalén
que G. von
’y el destierro herian profundamente la
Rad (1938) habia llamado la atencion sobre la
conciencia israe-
cscrtic tura federal del Dt:
Y p!anteaban un probiema de be. cNo
Fabia com- prometido Dios su palabra en
Prâloqo IMstârico: Dt 5 11.
favor de la permanencia eterna de la dinastia
C/ausu/os de la Alianza.
davidica? ‹No habia ref rendado con
cc. 12-26. Conc/us7orz de
juramento la promesa de la tierra? cNo era
la Ation a: 26, 16-19. Jcru- salén ciudad santa e inviolable, elegida
Bendiciorzes matdiciorzes: cc. (27)-28. por Yavé para
18 Racer habitar en ella su Nombre? Los hechos
parecian desmentir todas estas promesas, y la
decepcion y el es- cepticismo asaltaban
violentamente la fe israelita. En medio de la
prueba eI pueblo se veia tentado a profe- rir
palabras de acusacion y de protesta contra
Dios, que parecia faltar a su fidelidad.
La HDta la sido escrita para explicar el
sentido de la catastrofe del 587 y para salir at
encuentro de todos esos interrogantes q.ue se
planteaban en la conciencia del pueblo. El para explicar el presente y el porvenir era una
autor Dta podia haber formulado su respuesta técnica oratoria ensaya da ya por los profetas
en términos abstractos en forma de disqui- y empleada con gran perfeccion literaria,
sicifin filosñfica. Pero ha preferido recurrir a especialmente por Oseas, Isaias y Jeremias.
la histo ria. El recurso al pasado como clave
Puesto que se trataba de explicar un reconocimiento y una justificacion de las
fundamentalmen- te el por que el pueblo se palabras del salmo Miserere : “Dios es justo
veia arrojado de la tierra que Yavé le habia cuando habla y sin reproche cuando juzga”
otorgado en cumplimiento de la prome- sa, e1 (Sal 51, 6).
Dta se remonta en su examen historico hasta La catastrofe del 587 es, pues, el punto
las visperas de la entrada en Canaan, para ver focal de toda la HDta. Desde aqui se coloca el
en que condiciones Dios habia dado a su autor a la hora de componerla y aqui se debe
pueblo la tierra. El resultado sera el siguiente: colocar e1 lector si quiere enmarcar e
Yavé otorgo a Israel la tie- rra no en términos interpretar todas sus partes en su justa medida y
absolutos, sino bajo la condiciñn de guardar perspectiva.
fidelidad a las clausulas de la Alianza. Ese es,
precisamente, el sentido que tiene el Dt al
comienzo de la HDta. El autor ha colocado ahi
ese Cfidigo de leyes para que sirva como 20
piedra de toque en el ana- lisis a que va a
someter la historia de Israel. Vicne a ser como
la Carta Magna que determina y en juicia de
antemano toda la historia subsiguiente. El Dt
se ex- presa aproximada.mente en estos
términos: He alz la End que Zavé os da. Si la
cumplis poseeréis la tierra y nadie os podrâ
arro jar de ella. Pero 32 la violâis, seréis
expulsados y conducidos at destierro.
El balance final del examen historico
llevado a cabo
por el Dta se inclinara en contra de Israel. Con
pocas excepciones, la historia que va de la
conquista at des tierro es una secuencia de
claudicaciones. El destie- rro es, por tanto, la
conclusion logica de las premisas puestas por
el pueblo de Israel. Israel no puede acusar a
Dios de injusticia y falta de fidelidad. I-ian
sido sus propios pecados los que lo han
conducido a este iatal desenlace. En el fondo,
la HDta es un canto a la Justi- era divina. Es
La unicidad de Yavé es un principio basico
que de- termina toda la vida cultual y religiosa
de Israel. Yave no puede ser confundido ni
equiparado con otras divi- nidades. El israelita
se debe enteramente a Yavé y bajo ningun
pretexto puede compartir su corazon con otros
Dioses:
21
Un Dios
Una prueba de la radicalidad y urgeneia de introducida por el Dt:
la fe del Dt en la unicidad de Dios puede “5olo frecuentaréis el lugar elegido por
verse en la intran- sigencia que profesa hacia Navé ruestro Dtos, de etttre todas tas tribus,
las demas religiones, hasta el punto de exigir para power aIIz la morada de 8u Nombre. A
la exterminacion de los pueblos pa- ganos para Hi llevaréis rues—
evitar de raiz toda contaminacion : espec. 7, 1 !ros liolocaustos y ruestros sncrtJictos,
6. 16. 25-26; 12, 29-31. rtiestros diezmos y las ofrendas resereadas
Las constantes y duras acusaciones del Dt de i›uestras morros..." (12, 5-6).
contra la idolatria subrayan, asimismo, si bien
de manera in- directa, el dogma de la unicidad Indudablemente, uno de los fines que
de Dios (véanse espe- cialmente 6, 14; 8, 19- pretendia ia ley de la unicidad de santuario
20; 13, l ss.). era salvaguardar la unicidad de Dios. Los
santuarios de provincias debian estar
bastante contaminados por los cultos
La centralizacion del culto en Jerusalén y el paganos cananeos, y eran una puerta abierta
reco - nocimiento de1 templo de Jerusalén al politeismo.
como unico san tuario legitimo en todo el En contraste con 1a unicidad de santuario
territorio de Israel es una ley nueva, intro- ducida por el Dt, véase el Codigo de la
Alianza: Ex 20, 24-26. De hecho, hasta la como una unidad y una totalidad. El hecho de
reforma llevada a cabo por Josias existian estar redactado después de la experiencia de
pluralidad de santuarios. dos siglos lar- gos de division y cisma hace
pensar que el autor insis- te
Us pueblo intencionadamente en este tema de la unidad
del pueblo. Israel no solo es un pueblo, sino
Desde sus primeras palabras el Dt tiene que es, ade- mas, una nacion, con su patria y
presente a “todo Israel”. Es decir, considera al sus instituciones re ligiosas, sociales y
pueblo de Israel politicas (véanse especialmente los cc. 17-
18).
22 Pero Israel no es como los demas pueblos,
sino que forma categoria aparte, es un pueblo
tanto:
“Porque tfi eres un puefilo sanlo yara
Yavé, tu Dios. El te ma elegido a ti para
que seas eI pueblo de 8u propiedad
personal entre todos low pueblos que day
sobre fn has de la tierra” (7, 6; c/. 4, 20;
14, 2; 26, 18-19).
“Santo” no se refiere tanto a la vida ética
de Israel cuanto al hecho de ser un pueblo
consayrado a Yave, en virtud de las relaciones
especiales que Ie unen con El.
la tierra
8. EXAMEN DE LA HISTOEIA A LA
LUZ DE LOS PRINCIPIOS
TEOLOGICOS DELDEUTERONOMIO
S7
llaje de Josué fue irreprochable. La generaeion de su
Josué fue una generaeion ejemplar (Jue 2, 10). De
ahi que la conquista ha sido una carrera triunfal: 28
las aguas del Jordan se detienen para que pase Israel;
las mu- rallas de Jerico se derrumban a toque de
trompeta; la batalla de Gabaon abre a Josué las
puertas del sur del pais, y la de Meron supone la
ocupacion de toda la parte septentrional. Con
razon la sido califieada la conquista de operacion
relampago, que, rr.ediante dos batallas, una al sur y
otra en el norte, puso en manos de Josué toda la
tierra.
Un estudio historico-critico del propio libro de
Jo- sué y, sobre todo, el testimonio de Jue 1 y 1-2
Sam demuestran que en la realidad la conquista fue
lenta y laboriosa. Pero el autor Dta no era un
historiador de profesion, preocupado por el estudio
critico de sus fuentes, ni era su proposito reprodueir
lo ma.s objeti- vamente posible e1 pasado. E1 Dta
era, ante todo, un teologo, y su version de la
conquista es teologica y profética, a1 servicio de una
tesis bien concreta que el propio autor enuncia en
términos cuasi técnicos:
“Yavé dio a tos isroefttas toda la tierra que ma-
bra prometido con juramento dar a sus padres.
Ea ecuparon y se esfablecieron en ella. Yale let
con- cediâ pay en todos sum con fines, taI como
Iiabia jurado a 8uz padres, y ninguno de sus
enemigos pudo traceries Jrente. Varé entreqâ a
todos sus enemigos en sus manos. No fallâ zoo
solo de to- das las espléndidas promesas que
Zaré habza he- cho a la casa de Israel. Todas
se cumplieron" (Jos 21, 43-45; c/. 23, 14).
c) to monarquia ( Samuel-Reyes)
I) De la Jederacion de trtbus o la monarquia
Durante mucho tiempo después de la entrada en
Palestina, Israel estuvo organizado en forma de
una
31
Confederacion de doce tribus. La Biblia eonoce otras que “no se deben hacer en Israel” (19, 30; 20, G. 1 II;
confederaciones similares: doce tribus ismaelitas (Gen ct. 2 Sam 13, 12).
25, 13-1‹6) ; doce tribus arameas (Gen 22, 20-24) ;
doce tribus edomitas (3G, 10-14) ;seis tribus hurritas 32
(36, 20 28) ; seis tribus de Lia (29, 31 ss.). M. Noth ha
11a- mado la atencion sobre el paralelismo existente
entre estas confederaciones semitas y las anfiecionias
grie- gas y romanas.
La organizacion federal reposaba casi excIusiva-
mente en vineulos de orden religioso. En todos los
de- mas aspectos de la vida, cada tribu proveia
individual- mente sus necesidades. En Israel el area
de la alianza constituia el centro de gravedad de la
confederaeion tribal. En un comienzo el area debio
estar en Sique,m, donde tuvo lugar la gran
concentracion de tribus bajo la direccion de Josué y
la conclusiñn de una impor- tantisima alianza (Jos
24; cf. Dt 11, 29 ss.; 27, 1-26, y Jos 8, 30-35). El area
paso luego a Betel (Jue 20, lfl. 26; 21, 2), y,
finalmente, a Silo (1 Sam 3, 3; cf. Jer 7, 14), hasta
que cayo en manos de los filisteos.
Esta conciencia de solidaridad tribal se avivaba
cada año mediante la renovacion de la alianza. Con
motivo de esta renovacion, los miembros de la confe
deraciñn se reunian en el santuario del area y, en voz
alta y en términos cultuales, repetian las sucesivas
intervenciones salvificas de Dios en favor de sir pue
blo a lo largo de la historia.
En virtud de esta alianza, las doce tribus se con
sideraban unidas y llevaban un mismo nombre,
Israet, reconocian un mismo Dios, Yotݎ, y
celebraban las Fiestas en el mismo santuario donde
estaba el area, que simbolizaba la presencia de
Dios en medio de1 pueblo. Tenian un estatu/o comm
(Jos 24, 25) y, a veces, se reunian para condenar en
virtud de este es tatuto las transgresiones o, segun
dice el libro de los Jueces, las “infamias” y las cosas
La confederacion de tribus no tema un organo principados filisteos, Edom, Moad, Ammon y los
gubernamental con jurisdiccion sobre todas ellas, grupos arameos de la Transjordania septentrional
con verdadera eficacia politica. Formaban un mismo también formaban pequeños reinos. Los grandes im
pue- blo, participaban de1 mismo culto, pero no perios medioorientales de Egipto, Asiria y Babilonia
teman un jefe comun en el que residiera la autoridad eran, asimismo, regimenes monârquicos.
suprema. Esta magistratura suprema estaba en cA qué se debia que solamente Israel siguiera ale
manos de Yavé, que era el verdadero rey de Israel. rrado a su régimen federal? Algo debia de haber que
Yavé suscitaba en los momentos de emergencia obstaculizaba el paso a la monarquia. Gedeon to
hombres carismaticos (Jue 3, 9. 15; 4, 7; 6, 14; pone bien de relieve en la respuesta que da a las
13,5), sobre los que venia el gentes que querian aclamarlo rey: “No reinaré yo
“espiritu” (3, 10; 6, 34; 11, 29; 13, 25; 14, 6. 19) y sobre vosotros, ni reinara tampoco mi hijo. docg
liber- 8erâ ruestro Rey”
taban a1 pueblo del peligro del mo,mento: eran los (Jue 8, 22 23). Estas palabras de Gedeon reflejan la
11a mados jueces de Israel. actitud de 1as tribus f rente a la monarquia y nos
Llama la atencion esta supervivencia del dan la razon de por qué tardo tanto tiempo en
regimen federal en Israel durante tanto tiempo, cristalizar la monarquia, al tiempo que explican la
siendo asi que ya todos sus vecinos habian oposieiñn que encontro siempre en algunos ambientes.
adoptado el sistema mo- nârquico. Los cananeos Pero, finalmente, llevados del deseo de tener un
estaban organizados en Kor- ma de ciudades rey “como las demas naciones” (1 Sam 8, 5) y,
estados o pequeñas monarquias. El libro de Josué sobre
(12, 9-24) da una lista de 31 reyes cana- neos. La
misma organizaeion monarquica presentaba los 33
todo, presionados por el peligro filisteo, que amenaza- No se llego a la unificacion de las tribus, ni existio
ba seriamente la existencia misma de Israel (1 Sam un gobierno central, con sus correspondicntes
4, 1 7; 2 Sam 6, 1-19; etc.), los israelitas se vieron organos e institueiones. Todo este estaba rescrvado a
obliga- dos a dar paso al rey. En esta atmosfera subiñ David.
a1 tro- no Saul. Paul, mitad juez y mitad rey, hace la La instauracion de 1a monarquia constituia una
transi- eion entre la teocraeia carismatica y la profunda innovacion. Israel se habia convertido en
monarquia. Lo mismo que los j.ueces, Saul es un estado, con sus correspondientes orgariis.mos e ins’ti-
libertador elegido por Dior (1 Sam 9, 16; 10, 1), sobre tuciones, y esto abria la puerta a la tan temida eman
e1 que viene e1 es - cipacion y autonomia frente a Yavé. Ya no era Ya zfi
pzrttu de Yoré (1 Sam 16, G. 10; 11, 6). Pero, por pri quien suscitaba directamente los caudillos de Israei
m.era vez en la historia de Israel, a la eleccion divina y el que dirigia pop si mismo la marcha de los aeonte-
sigue el reconocimiento por parte del pueblo (1 Sam
cimientos, sino que entre Yavé y su pueb!.o se interpo-
11, 5) ; ei jeJe corisrnatzco ( =- el juez) se Fabia
nia la persona del rey. Es cierto que el rey era repre
conver- ftdo en ei red.
sentante y vicario de Dios, pero un vicario deficiente.
La de Saul era una monarquia en embrion. Se tra capaz de extraviar el eorazon del pueblo.
taba de un ensayo muy incipiente y elemental.
Ademas, la monarquia trata consigo una serie de
instituciones y toda una ideologia real muy inspira- Corriente Jouoroble
da en los p.ueblos paganos vecinos que podian
defor- m.ar y desnaturalizar la fe yavista. La Movida fu ndamentalmente por razones de orden
influencia ex- tran jera se veia favorecida por la practico, una buena parte del ptl e blo, sobre to5o
corriente humanis- ta y la politica de asimilacion de las clases dirigentes, recibieron favorablemente la
iniciada por David. rrio-
Ante e1 hecho de la monarquia se divide la n ar ouia. La corriente pro-monarquica encuentra ex-
opinion del pueblo en dos corrientes contrarias. prcsion :
— En la llamada tradieion favorable a la institu-
34 cion de la monarquia, que se halla recogida
en 1 Sam 9, 1-10, 16; 11, 1 11. 15.
— En toda una serie de pasajes que glorifican a
David y su dinastia,los cuales tienen como
pun- to de partida la profecia de Natan
(2 Sam 7, 8-16).
— yn Nos Ilamados Sa\mos reaTes : 2; 18; 20;
21;
45; 72; 89; 110; 132.
— En 1os textos proféticos que se alinean en la
corriente del mesianismo real: Is 7, 14; 9, ii-6;
11, 1-5; Jer 23, 5; Miq 5, 1.
CoTriente contraria a la
monarquia y sus instituciones
del pueblo, que parece prescindir de Dios, para bus- contra la monarquia. El Dta no veia cfimo se podia
car la salvaeion por sus propios medios. salvar con la monarquia la auténtica teocracia, que
La misericordia de Dios condesciende a.un en no recono- ca mas rey que Yavé (Jue 8, 23). En la
este caso con la debilidad de su pueblo, y concede a institucion de los jueces, por el contrario, la realeza
Israel el rey que pide. La voluntad salvifica de Dios divina se salvaba, segun el Dta, suficientemente, ya
sigue en pie, y esta dispuesto a continuar obrando a que Yavé era el unico rey de Israel, si bien, a veces,
través de la nueva institueion. Solamente es cuando las circunstancias asi lo exigian, suscitaba
necesario que ml pueblo y e1 rey guarden fidelidad a jueces o li- bertadores.
la Ley. Conviene notar que el Dta insiste, sobre El juicio desfavorable del Dta sobre la monarquia
todo, en el primer man- damiento (vv. 14-15. 20-25). se halla confirmado por 1 Sam 8 y 10, 17-27. Si no
Este mandamiento serf la piedra de toque para en en su totalidad, estos capitulos se deben, en buena
juiciar luego cada uno de los reyes. par- te, a la redaccion deuteronomista. La poca
Comparada con la de1 tiempo de Josué, la simpatia del Dta haeia la monarquia se descubre ya
genera- eion del periodo de los jueces recibe del Dta en las re- ticencias con que formula la ley sobre el rey
un juicio peyorativo (Jue 2, 10). Sin embargo, desde en Dt 17, 14-ZO.
el punto de vista institueional, el Dta muestra toda
Bu simpa- tia en favor de los jueces y su animosidad
Entre dos cezt/ros de gra»edad el isinai y Jerusalén, Moisés y David, la alianza del
Sinai y la alianza de David. La alianza del Sinai, re-
Toda la historia y la teologia del AT gira, fun- novada en isiquem, señala el nacimiento del
damentalmente, en torno a dos centros de gravedad: pueblo de Israel. La alianza de David señala el
nacimiento del reino o estado de Israel. En la etapa
38 sinaitieo-si- quemita Israel estaba organizado por
tribus unidas en una confederacion. En la etapa
davidica el pueblo se organiza en régimen
imonarquico, con la consi- guisnte centralizacion del
poder y de la administra- eion en manos del rey y de
los organismos de la cor- te de Jerusalén.
Entre los dos polos de atraccion o centros de gra-
vedad, e1 que tiene md solera, ,mas cabida y mas
im- portancia es el sinaitico. La revelacion del Sinai
per- tenece al periodo canonico por antonomasia, a
saber, el periodo mosaico. De la importancia que
este perio- do, y mas concretamente ia revelacion
del Sinai, tema en la tradicion israelita, habla bien
claro el hecho de que los autores del AT han
retrotraido hasta alla toda la legislaciñn. Todos los
grandes cuerpos Regales es- tan cnmarcados en la
alianza del Sinai.
La alianza de David esta también en la lista de
intervenciones salvificas que forman eI Credo israe-
lita (Sa1 78, 67 ss.; Act 13, 21-22). Pero es una
inter- vencion mas tardia; cae ya fuera del periodo
canonico propiamente dicho.
Ante la tensifin existente entre el Sinai y
Jerusalén, entre Moisés y David, el Dta no puede
disimular su simpatia por la tradicion antigua y su
animosidad hacia la monarquia. Sin embargo, el Dta
es también consciente de que la monarquia ha sido,
al menos, per- mitida por Dios como institucidn
salvifica, y se ha esforzado por superar la tension,
con el fin de integrar ambos polos en una sintesis
homogénea. Este esfuer- zo por integrar la tradicion
mosaica y la davidica se descubre en el
Deuteronomio mismo, donde, al hablar de las
instituciones basieas del pueblo, incluye la ley o
estatuto referente a los reyes (Dt 17, 14-20). El mis-
39
mo deseo de integracion se advierte en el discurso Judâ y a los Anales de Nos reyes de Israel. Para la
de Salomon de factura deuteronomista: junto a la historia de Salomon re- mite at Libro de Nos hechos de
elec- cion o alianza de David aparecen referencias a Salomon (l Re 11, 41).
1a alianza del Sinai y de.mas tradiciones mosaicas
(véa- se 1 Re 8, 15 16. 20 21. 53. 56). En la imagen 40
idealiza- da que el deuteronomista nos ha dcjado del
rey Josias aparecen claramente integrados Moisés y
David:
“No hufio nrttes de éi ningun rey que se
rolrte- ra como él a Yavé, con todo su common,
con toda su alma y con toda en fuerza, segun
toda ta L,ey de Moisés, ni después de él se ma
levantado nadie como é/" (2 Re 23, 25).
4Y
su presencia ninguno de los pueblos que dejo Josué
con una señal para que nadie ie Niciera daño, i cuando murio (Jue 2, 20-23).
pecado de los hijos de Dios desencadeno el diluvi‹i. Pero, junto al castigo, encontramos también la
pero Dios preservñ la familia de Noé como germen sal- vacion. La actitud salvifica de Dios sigue
d‹' presente du
11na humanidad nueva; Ia humanidad fue rante el periodo de los jueces, como lo demuestran
Confundi- los sucesivos libertadores que suscita el espiritu de
da y dispersada en Babel en multitud de lenguas y Yave
pueblos, pero Dios le prometio a Ahraham que estos en los momentos de emergencia.
encontrarian en él la bendicion.
En el autor Dta, que, sin duda, ha con ocido la His 48
toria I, encontramos un esquema historico salvifico
muy similar. Si bien esta presente a lo largo de
toda la obra, donde adquiere relieve especial es en
los cé- lebres ciclos del libro de los jueces. De
manera unifor me y constante, el pecado del pueblo
va siempre acorn- pañado del correspondiente
castigo, pero éste nunea es tampoco definitivo y
total, sino que, previa la con- versiñn de los
israelitas, Dios les envia de nuevo la salvacion a
través de nuevos libertadores.
En los grandes periodos de la HDta encontramos
reproducido el mismo ritmo salvifico que se da en pe
queño en los ciclos de los jueces. Después de Josué y
su generaeion ya se habia eonsumado prâ
cticamente la defection de Israel:
“El pueblo zirvio a Yavé en gida de Josué y de
Nos nncinaos que ie soDrericteron y que hnbian
sido te8tigos de todas las grandes 4azañas quo
vase Itabia hecho a Jaror de Israel.. . Pero let 8u-
cediâ otra generaciân que no conocia a care
ni lo qt/e Fabia Echo por Israel" (due 2, 7.
10).
A causa de la claudicacion del pu eblo, se
encendiñ la ira de Dios contra Israel y no arro jo de
E1 paso a la monarquia supone una apostasia ma- conversion del pueblo con la consiguiente liberacion
yor. Pero tampoco en este momento la actividad sal- por parte de Yavé? La res- puesta parece que debe
vifica de Dios abandona a su pueblo, sino que ser afirmativa. Segun la dina- mica general de la
eondes- ciende con e1 deseo del pueblo, que pide un HDta, al castigo habia seguido siempre la liberacion.
rey; re- frenda la monarquia y la convierte en Logicamente. asi debia suceder también en este
instrumento de salvacion. Elige incluso la capital del momento.
reino, Jerusalén, para hacer habitar en ella su A partir, pues, del periodo de los jueces habria
Nombre. Solo exige que pueblo y rey se ajusten a em- pezado un nuevo ciclo, en e1 que la historia de
las clausulas de la alianza (1 Sam 12, 14-15. 20 los re- yes, con sus constantes defecciones,
25). correspondia al tiempo del pecado; el destierro
Todos los reyes del norte y casi todos los del sur señalaba e1 comienzo del eastigo; y ahora era el
siguieron una linea aseendente de prevaricacion que tiempo de elamar a Yavé y convertir8e, para
culmino en Manasés, cuya maldad desbordñ el alcanzar la liberociou. Para empu- jar aI pueblo haeia
vaso de la ira de Dios, que decreto ya sin apelaeiñn la conversion ha sido eserita tam- bién, sin duda, la
1a ruina de Juda y Jerusalén (2 Re 21, 12 13; 23, HDta.
27). Un examen de Ia HDta misma nos va a confirmar
En este momento preciso de la historia, cuando en esta impresion primera, deducida mas bien o
Ts rael se hallaba cumpliendo el castigo, eseribe el priori. En efecto, el pensamiento de la conversion se
Dta su obra. El pueblo estaba en el segundo tiempo halla presente en la HDta y, en algunos casos, en
de la tamosa tesis del 1_\}3yo de Nos Jueces. momentos claves e importantes.
ñEsperaba el Dta que se repitiera el eiclo completo?
Dicho en otras pa- labras, ñesperaba el Dta la 49
1 Sam 7, 3: “Entonces Samuel hablo asi a toda la sentimientos de los desterrados e implicitamente
casa de Israel: ’Si os volvéis ( stub) a Yavé con todo los este exhortando a la conversion. Lo mismo que
vuestro corazon, quitad de en medio de vosotros los en los cic.los de los jueces, la unica sa- lida que
dioses extranjeros y las Astartes.. .”’. Israel tiene en este momento es la de clamar a
Cual otro profeta, Samuel aparece aqui Yavé y convertirse.
llamando a la conversion. Una conversiñn que debe
exteriori- zarse en la renuncia a los dioses extran 2 Re 17, 13: “Yavé advertia a Israel y Juda por
jeros. Se trata de una doctrina tipicamente Dta (Dt boca de todos los profetas y de todos los videntes
12, 29 ss.), Evi- dentemente, es el Dta quien habla di- ciendo: ’Volveos (— shttb) de vuestros malos
por boca de Sa- muel. caminos y guardad mis mandamientos y mrs
preceptos...”’.
1 Re 8, 33-36. 46-53. Por cuatro veces leemos la El Dta interpreta la quinta esencia de toda la pre-
palabra-motivo s/tufi. Nos encontramos, ademas, dicacion protética como un llamamiento a la confer-
en un contexto sumamente relevante, ya que la stott. ¥ el veredicto justiciero de Dios ha caido
dedica- cion del templo es una fecha clave en la sobre e1 p.ueblo por desoir la invitacion de los
HDta. El tema de la conversion aparece, por profetas y ser infieles a la alianza. Por tanto, una
añadid.ura, asocia- do al recuerdo del destierro (vv. vez mas se les se ñala a los exiliados el camino a
46-53). El Dia refleja aqui elaramente los seguir en este mo- mento.
£ 2te PM, 25: “No hubo antes de é1 n ingun rey El ideal de la conversion aparece personificado
que se volviera ( shub) como él a Yavé, con todo su en la figura del rey Josias, que constitu,ye un
co razon, con toda su alma y con toda su fuerza, llamamien to implicito a la conversion del pueblo.
segun toda la Ley de Moisés. ..”. Josias no es presentado como ejemplo de hombre
fiel y sin defec- eiones, sino como modelo de
50 conversion.
Dt 4, 29-31 y 30, 1-10. Aun admitiendo con
M. Noth que sean secundarios, la presencia de estos
versiculos demuestra que el autor que los ha
añadido comprendio bien el sentido de la obra
original y que los añadio precisamente para
subrayan la intenciona lidad subyacente en la
HDta, a saber, el llamamiento a la conversion.
Tendr iamos, pues, que el deseo de despertar la
conversion en e1 Israel del destierro habria sido la
se- gunda motivac own poderosa que empujo al Dta
a com- poser su magna sintesis historica. La
conversifin que eI Dta espera debe empezar por
tomar conciencia de la propia culpabilidad, pedir
perdon y sensibilizar e1 alma para una n.ueva
obediencia a la voz de Moisés y a las clausulas de
la alianza. Debe ser subrayado el ca- racter acultico
de la conversion prevista por e1 au- tor Dta.
Dadas las circunstancias en clue se encontra ba el
pueblo, la conversiñn no puede consistir tanto en
una vuelta hacia unas praeticas Gultuales en un
templo que no existe cuanto en la vuelta hacia
Dios y en la fidelidad a su palabra. La conversion
Dta apa rece, finalmente, no tanto como obra del
hombre cuanto coino un don de Dios (Dt 4, 29 31;
30, 1 -10). Un don que el pueblo puede esperar
confiadamente I.undado en la fidelidad de Dios a las
promesas hechas a los patriarcas (Dt 4, 31).
51
30).
52
â. LLAMAMIENTO A LA ESPERANZA
Profecia-cumplimiento
HISTORIA CRONISTICA
Racialinalesdela dominaion persa o
comienzos dela Aeéiflcase heva a caboen
JerusaMnla compo- sicion de una voluminosa
sintesis historica, que va desde Aaam hasta la
restauracion postexilica por obra de Nehemias y Esdras.
Cierto, solamente la etapa mo- narquica y e1 periodo de la
restauracion después del exilio son tratados con amplitud
y deteneion. Los cin- cuenta años del destierro (587-538 a.
J. C.) son pasa- dos por alto, y los largos siglos que van
de Adam al establecimiento de la monarquia se reducen
a eseue- tas y descarnadas listas genealogicas.
Segñn 8an Jerñnimo, esta magna obra puede ser
ealilicada de “Cronica completa de la historia divi-
na”. En esta expresi0n del famoso exegeta de Belén
se inspira cl titulo de Historia del Cronista o
Cronizti- en, que ie dan los autores modernos.
Corresponde a los libros Ilamados tradicionalmente
de los Paralelipome- nos, y ahora de las Cronicas, y
a los libros de Esdras g Neh:emias.
61
1. PLAN Y CONTENIDO
2. FUENTES
El Cronista ha tenido a su disposiciñn
fuentes an- teriores. Algunas veces las cita,
incluso, expresamen- te, cosa que no suele ser
frecuente en lo autores anti- guos, tanto
”Hechos de Gad, el vidente” (1 Cron 29, 29),
y la historia de Ia monarquia en general (1 Cron “Profecia de Ajias de Silo” (2 Cron 9, 29),
10 - “Visidn de Ido, el vidente” (2 Cron 9,
2 Cron 36) estan calcadas en los libros de 29), “Hechos del profeta Semeias” (2 Cron 12,
Samuel y Reyes, de los que reproduce 151, “Midrâs del profeta Ido” (2 Gon 13, 22),
capitulos enteros. “Hechos de Jehu, hijo de Janani” (2 Cron 20,
Ademas de las fuentes biblicas, e1 34), “Historia de Ocias, redaCtada por el
Cronista aduce otra serie de obras profeta Isaias, hijo de Amos” (2 Cron 26,
extrabiblicas, que cita expresamen- te 22), “Vision de Isaias. hijo de Amfis” (2
repetidas veces y a las que remite e1 lector Cron 32, 32), “Hechos de Jozai” (2 Cron 33,
deseoso de una mayor informacion. Unas 19) y
pertenecen aI géne- ro histfirico y otras son “Lamentaciones de Jeremiah” (2 Cron 32, 25).
de caracter profético. Entre las primeras cQué decir de esta variedad de obras y de
encontramos los titulos siguientes: “Li- bro titulos? cson fuentes independientes y
de los Reyes de Israel y de Juda” (2 Cron distintas unas de otras, o se trata mas bien de
27, 7; 35, 27; 36, 8; etc.), “Libro de los una misma y sola obra de ca- racter
lteyes de Juda y de antologico?
Israel” (2 Cron 16, 11; 25, 26; 32, 32; etc.), En cuanto a los titulos de género
“Libro de historico, pare cen referirse todos a la
los Reyes de Israel” (1 Cron 9, 1; 2 Cron 20, misma obra, presentad£t
34), “He- chos de los Reyes de Israel” (2 Cron distintos nombres. La denominacion que
33, 18) y “Midras del libro de los Reyes” (2 mejor le cuadraria serta la ultima, a saber,
Cron 24, 27). Los titulos pro- féticos, doce en Mtdrñs del Itbro de los Reyes. El “midras”,
total, son estos: “Los Hechos de Sa- muel, el que viene a ser una actualizacion de los
vidente” (1 Cron 29, 29), “Hechos del profeta textos sagrados, en orden a acomodarlos a las
Natân” (1 Cron 29, 29; 2 Cron 9, 2g), necesidades y exigencias cambiantes
de cada generaeion, fue un género muy a1 per- sonaje que lo protagonizaba. Algo asi
oultivado a partir del destierro. Nuestra misma como San Pablo cita el primer libro de los
“Historia Cronis- tiea” se alinean dentro del Reyes, diciendo: “cO es que ignorais lo que
género midrasico. dice la Escritura en Elias...?” (Rom 11, 2). Fs
Los titulos proféticos se refieren, decir, 1os distintos titulos proféticos men-
posiblemente, siempre, a su vez, a una misma cionados por el Cronista corresponderian a los
obra. Dado que los escritos no estaban distin- tos capitulos o secciones de una misma
divididos ni en capitulos ni en ver- siculos, obra.
como ahora, los autores antiguos, para refe-
rirse a .una seccion determinada, nombraban B) ESDRAS-NET-fEMIAS
A diterencia de lo que ocurria en 1/2 mismo en arameo el decreto de Artajerjes, que
Cronicas, aqui el autor nunca cita expresamente autori- za la mision y partida de Esdras para
s.us fuentes. Ciertamente, en el caso presente no Jerusalén. De procedencia oficial son,
ha podido inspi- rarsc en los libros canonicos, seguramente, también tas Its- tae de toe jefes
como lo hizo en la pri- mera parte, puesto que del pueblo de In pobfacion jud(n, y de tos
no existian. Sin embargo, es evidente que el sacerdotes y Veritas, que vienen en Neh 10, 2
Cronista no ha podido componer sit historia de la 27; 11, 3-36, y 12, 1-26.
restauracion sin tener a mano fuentes escritas. El
analisis de Esdras-Nehemias permite idcn- b) has Memorias de Esdras
tific*.r con f acilidad algunas de esas fuentes:
Todo lo referente a la actividad de Esdras,
a) Documentos o/retakes su He- gada a Jerusalén (Esd 7-8), la
promulgacion de la Ley (Nett 8 10) y la
El edzcto de repatriaciân que viene separacion de los matrimonios mix- tos (Esd
reproducido, con ligeras variantes, en 2 Cron 36, 9-10), procede de una fuente pre-existente,
23; Esd 1, 2 4, y Esd 6, 3 5, representa, sin que podriamos titular “Memorias de Esdras”.
duda, un documento oficial. La lista de Nos
repatriado8 en tie.mpo de Zorobabel (Esd 2 e) Memorial de Nehemias
Nett 7) procede, con toda seguridad, de los
arehivos ofieiales de Jerusalen. Esd 4, 6-6, 18, De igual manera, lo referente a las dos
reprodu- ce un documento arameo, q.Rae recoge actividades de Nehemias (Neh 1-7 y 13),
la correspon- dencia diplomatica entre la corte procede, con toda seguri- dad, de las
persa y sus repre- sentantes en Palestina, “Memorias de Nehemias”. Nehemias habla en
referente a la construccion del templo de primera persona y, sobre todo, lo relativo a la
Jerusalén. Esd 7, 11-26 reproduce asi- pri- mera actividad (cc. 1-7) forma una
narraeion muy homogénea y fluida.
86
Deuteronomista y en la Tradicion Sacerdotal, Cronista y el ex- traordinario espacio que le
eI cen- tro lo ocupan Moisés y el Sinai. En la concede en su historia: 19 largos capitulos (1
Historia Cronisti- ca el centro se ha Cron 11-29). Para el Cronista, la historia de
desplazado a David Jerusalén. En el Credo Israel empieza propiamente con David. Las
israelita antiguo figuraban como articulos de genealogias de los primeros capitulos son solo
fe: la eleccidn de los patriarcas, el Exodo y la pre-
Moisés, la donaeion de la tierra (Dt 26, 5-9; historia.
Jos 24, 2-13). Posteriormente se añadieron Estrechamente asociada con la persona de
ulteriores articulos, en- tre los que destaca la David y s.e alianza apareee en el
eleccion de David y de Jerusalén como pensamiento del Cronista la ciudad santa,
binomio inseparable (Sal 78, fi7 72; 132). Jerusnlén. En opinifin de Frank Michaeli,
Si bien el Cronista tiene también presente uno de los ultimos comentaristas de la His-
la Ley de Moisés, especialmente en la segunda
parte de su obra (Neh 8), sin embargo, su 88
figura preferida es Da- std. Frente a la Historia
Sacerdotal y frente a la tra- dicion biblica en
general, que retrotraen hasta Moisés toda la
legislacion israrelita, incluida la religiosa y la
cultual, e1 Cronista atribuye a David la
ordenacion juridica, cultual y liturgica del
segundo templo (1 Cron 23-27). Para el
Cronista, el gran legislador, no es Moisés, sino
David. David es el Sombre de la alian- za. Al
sileneiar en sus genealogias introductorias las
célebres alianzas del pasado (la de Noé, la de
Abraham, la de Moisés y la de Josué) ; mas
aun, al introducir, en pasajes donde no
figuraba, la alianza de David, el Cronista logra
dar a esta un relieve que no tema en las
fuentes. (Comparese 2 Cron 7, 18 con 1 Re
9, 5;
2 Cron 21, 7 con 2 Re 8, 19; véanse ademas 2
Cron 13,
5; 23, 3).
Recuérdese asimismo lo dicho mas arriba
sobre la idealizacion de David por parte del
toria Cronistica, ésta se artieula precisamente MESIANICAS DEL
en tor- no at tema de Jerusalén. As nueve CRONI£iTA
primeros capitu- los (1 Cron 1-9) estarian
vueltos hacia Jerusalén como ciudad del A partir de la profecia de Natan (2 Sam 7),
pueblo de Dios. De ahi la extension que se sobre David y su dinastia gravitaban promesas
concede a las genealogias de Juda, la tribu de salvificas proyectadas hacia el futuro. Los
David, el fundador de Jerusalén; a las de salmistas y los pro- retas construyeron toda
Benjamin, la tribu de Jerusalén; a las de Levi, una teologia mesiñnica sobre el oraculo de
la tribu del templo. El resto del primer libro Natan. Hablan de la permanencia y esta- bilidad
de las Cronicas (1 Cron 10 2fi) esta centrado eternas de la dinastia davidica (Sal 89; 132;
en Jerusalén como ctudad de David. El Is 9, 6-7; 11, 1), de su fifliacion divina y de su
segundo libro de las Cronicas (1 Cron 1 36) dominio universal (Sal 2) de su entronizaeion a la
sigue la historia de Jerusalén, ciudad del derecha de Dios (Sal 110). En medio de la crisis
templo de Salomon, desde la construccion de que s.upuso la destruccion de Jerusalén, la
este hasta su destrucciori, pasando por toda desaparicifin de la mo- narquia y e1 destierro, los
una alternancia de defecciones y reformas. La israelitas, no solamente no perdieron su fe
segunda parte de su obra se refiere, fun- mesianica, sino que reduplicaron sus esperanzas
damentalmente, a Jerusalén, ciudao del en la reapariciñn de un rey ideal, descen- diente
segundo tem- plo (Esd 1 6) y Jerusalem, la de la dinastia davidica (Jer 23, 5; Ez 37, 23-24;
ciudad de la comunidad judza restaurada (Esd Is 55, 3). Después del exilio, el dominador persa
7 10; Neh 1-13). no permite la restauracion de la monarquia,
pero la es-
6. ESPERANZAS 89
peranza del pueblo sigue gravitando en torno a la del Cronista esta también
des- cendencia davidica (Ag 2, 23; Zac 6. 12-14). vuelto hacia el fu- turo.
Colocados en esta perspeetiva, es muy dificil re- Cuando idealiza a David, no to
signarse a creer que el Cronista ha escrito su obra hace por motivos puramente
simplemente por fines historicos, a saber, por estéticos, sino con la mirada
recons truir la historia de la monarquia davidica y la puesta en e1 rey ideal del
restau- racion de la comunidad postexiliea. Ni futuro reino mesianico. El
satisface tam- poco plenamente una finalidad Cronista ha- bla de la
puramente polémica o apologétiea: la monarq.uia davidiea y de la
reivindieacidn de la autenticidad del templo de Jerusalén histo- rica, pero
Jerusalén y sus instituciones frente a1 tem- plo de piensa en la teocracia
los samaritanos. Sin duda alguna, e1 pensa- miento mesianica y en la Jerusalén
escatolfigica. De la obra del Cronista dice Hiinel:
“No es una historia ordinaria la que escribe; es
una historia profética; su obra, mas que una hlSto-
ria, es una profecia”.
HISTORIA
EPISODICA
90
I. ’I’OBIAS
1. Te:rto
93
Jeronimo dictada en latin a sus copistas lo que leia eI judio. Es decir, la traduecion de la
Vulgata esta necha a vuela pluma. San Tobias, que es eurado, asimismo, de su
Jeronimo no consideraba como canonico el enfermedad. En este momento, el arcangel se da
libro; de ahi que hiciera la traducciñn en un a conocer.
solo dia y con poca ilusion, segun éI mismo La conclusion recoge el cantico de acciñn
con- fiesa a Cromaeio y Heliodoro cuando les de gra- cias y los ultimos consejos del anciano
dice: “He sa- tisfecho vuestros deseos, pero no Tobias antes
mi gusto. Lo he he- cho como mejor he
podido”. 94
ñ. Pecha de composiciân.
101
elementos de distinta8 époeas histdrtcos, to compues- Judit no son tanto la personificacion de la fuerza mi-
to una historia /tettczo con fines didâcticos. litar cuanto los campeones de una idea religiosa: son
Los autores de finales del siglo pasado para aca se el mal y el bien los que se encuentran frente a frente.
habian orientado en e1 primer sentido, buscando una Con razon se ha hablado de opocaitpsis a propñsi-
situacton histortcn concrela del pueblo judio, con la que to del libro de Judit. Es cierto que falta la imagineria
coincidieran los elementos del libro. i-ian sido exotérica, cosmica y altisonante del género apocalipti-
propuestas no menos de dieciocho hipotesis distintas, co, el simbolismo riumérico y las referencias habitua-
que, empezando por Adadnirari III (ano 810 a. J. C.) y les a la escatologia. Pero la idea fundamental del librs
siguiendo por sucesivos reyes asirios y babilonios, es ciertamente apocaliptica; a saber, el enfrentamien- to
persas y griegos, van incluso hasta la dominacifin ro- de Dios con sus enemigos y su triunfo final sobre ellos.
mana. Nabucodonosor “es un persona je de todos los tiem-
Entre todas estas hipotesis, la mas verosimil ha pos y de ninguno en particular. No es un hombre con-
parecido ser la que identifica los acontecimientos del ereto, es una fuerza, una idea encarnada. Es el orgullo
libro con una de las campañas hacia Occidente, lleva- personificado, es Satanas. Aquior, lo mismo que Na-
das a cabo en tiempo de Artajer jes III Ocos (años 358- bucodonosor, tiene en cl texto funcion de simbolo o
336). Este principe, eélebre por su crueldad, tuvo, en arquetipo. En cuanto al persona je central, Judit, se
efecto, a su servicio un Holofernes y un Bagoas. Por identifica en 16, 4 con la nacion judia. Segun De Vaux,
Eusebio sabemos, ade.mas, que deporto judios a Hir Judit, que significa la judio, representa a1 partido de
cania y que su reinado habia empezado con una ex- Dios, identificado con el de la naeion. Es probable que
pedicion hacia el Este contra los Cadusianos, después Judit no sea otra que Jael de Jue 4, 5, transfor- mada
de lo cual sus tropas lucharon contra los satrapas su- primeramente por los de Elefantina y ultima- mente por
blevados en Asia Menor y llevo a cabo, finalmente, los judios de Leontopolis, en la heroina que conocemos
una campaña desafortunada con direccion a Egipto. con el nombre de Judit” (Arnaldich).
Esta ultima campaña, en la cual no participo el rey, cno Merece acentuarse la maestria con que es condu-
serta la campaña de Holofernes descrita por el li bro de cida Ia accion a lo largo de la obra. El conflicto se va
J.udit? Desgraciadamente, no se parecen en nada y, estrechando cada vez mas hasta que termina enfren-
ademas, el Holofernes de Arta) er jes III entra en la tando a dos personajes: Holofernes y Judit, cada uno de
corte cubierto de gloria cuando regreso victorio so de ellos personificacion de una idea religiosa. La lar- ga
su campaña. preparacion a través de los siete primeros eapitu- los
Ante la imposibilidad de dar con la situaeion con- contrasta con la rapidez con que se produce el
creta de la historia del pueblo judio a la que pudiera desenlace.
referirse el libro de Judit, los autores modernos se in-
elinan por la segunda parte de la disyuntiva; es de-
cir, el a.utor de Judit ha tornado elementos de distintos g. Z'eologia.
periodos de la historia y ha comp.uesto una obra de
caracter didâctico. Ya vimos mas arriba como parela- El fin primordial del libro de Judit es levantar la
mente al conflicto militar se descubria otro de orden moral y el animo del pueblo en un momento de pos-
religioso en el segundo plano del libro. Holofernes y
103
102
Oracion nacional. Es decir, f undamentalmente, es un — Alusiñn a costiimbres griegas (3, 8). Los asirios
libro de consolacion. El autor se sirve para ello de la y los babilonios nunca tuvieron la pretension
teologia de la alianza. La situaeiñn angustiosa en que de reclamar para si el titulo y los honores de
se encuentra el pueblo se debe a sus peeados. Esta es dioses. Los seléucidas, siguiendo el ejemplo de
la tesis que el autor pone en boca de Aquior (5, 5-21) y Alejandro, fueron los primeros que exigieron
que hace suya Judit (11, 9-19). Contra esta tesis opone honores divinos y e1 titulo ofieial de “dios”. Las
Holofernes la dialéctica humana de la historia, en la que coronas de laurel y olivo a que alude 15, 12-13,
lo unico que cuenta no es la fidelidad a Dios, sino el son tipicas del folklore griego.
poder y las fuerzas de las armas (5, 22-6, 4).
— P.untos de contacto con la teologia del Eclesias-
El libro de Judit demuestra la Ialsedad de la tesis tico.
pagana y quiere convencer al lector de que la salva-
cion esta en la fidelidad, confianza y obediencia a — Piedad y espiritualidad farisea, propia del ju-
Dios. Armados con estas virtudes, los débiles vence- daismo tardio.
ran a los fuertes (c. 9). La fidelidad a Dios se mues- tra,
— El hecho de que e1 autor coloque a la cabeza del
segun el autor, en la obediencia a la ley y practi- cas de
pueblo un sacerdote asistido por on conse- jo de
la ascética personal: retiro, oracion, ayuno y
ancianos, y no un rey, pudiera situarnos en un
mortificacion (8, 4 ss.).
marco mas concreto: el movimiento de
Esta fe en Dios no excuye los elementos humanos. hostilidad farisea contra la dinastia asmonea bajo
De hecho, la liberacion no descansa en milagros, sino Alejandro Janneo (103-76 a. J. C.).
en la habilidad y energia de una mujer, y cuando in-
voca a Dios es para pedirle que la ayude en el uso de
ellas. Se diria incluso que Judit abusa de su astueia,
siguiendo e1 ejemplo de su padre, Simeñn (9, 2 ss.).
Debe tenerse en cuenta que el autor no se inspira en la
moral evangélica, ni siquiera en la moral del judais- mo
eontemporaneo, sino mas bien en motivos arcai- cos de
las antiguas guerras santas de Israel: en la conducta, por
ejemplo, de Rajab (Jos 2, 1-14) o Jael (Jue 4, 17 ss.).
Son motivos clasicos de guerra, sobre todo, cuando esta
un tanto idealizada.
104 105
das las distintas recensiones entre si? cCual es la rela- cion
de todas ellas respecto de1 original?
a) Comparando los suplementos del texto griego
con el TM se deduce una primera conclusion; a saber,
que no se trata propiamente de 8uplemen!os, puesto que
no parecer haber sido compuestos con el fin de
completer el TM. En efecto:
III. ESTER — 12, 1-6 ya figuraba en 2, 21 23.
— Los edictos vienen a ser también duplicados de
1. Te:cto. los resumenes que ya figuraban en el TM (3,
Ester ha llegado hasta nosotros en dos textos dife- 13 y 8, 11-12). El segundo edicto (16, 1-24) no
rentes: o) un texto corto representado ppr el TM, y responde exactamente a su resumen.
b) uh texto largo representado por la ver.tion griega, la — Los suplementos no siempre estan en armonia con
cual, a su vez, presenta tres formas disti ritas: o) el texto el TM. El odio, por ejemplo, de Annan con- tra
comun de la recension ale jandrina (efidices Si- naitico, Mardoqueo no tiene la misma motivacion en
Alejandrino y Vaticano) ; fi) el texto de la recension de 12, 6 y en 3, 1-5. Contra 12, 5 se nos dice en 6, 3
Luciano de Antioquia (mss. 19, 23 y 108), y c) el texto que los servicios de Mardoqueo no habian sido
griego del que depende la /etLat, que parece ser eI mas recompensados. La fiesta de Purim, des- tinada a
antiguo. solos los judios segun 9, 20-28, lo es también
San Jeronimo tradujo el TM y a continuaeion aña- para los persas segun 16, 22. Dios y su
dio en forma de apéndices, señalandolos con sus res- providencia, silenciados en el TM, se ven posi-
pectivos obelos, los “suplementos” de la veFSion grie- tivamente subrayados por la versiñn griega.
ga. Las adiciones de la version griega sobre el TM son Parece imponerse, por tanto, la conclusion de que no
las siguientes: se trata propiamente de suplementos, sino de dos
ediciones diferentes de Ester.
1) Sueño de Mardoqueo: Vg 11, 2-12.
2) Complot contra Asuero: 12, 1-6. b) I Cull es la relacion mutua entre estas dos edi-
3) Edicto de exterminaeion judia: 13, 1-7. ciones?
4) Oracion de Mardoqueo: 13, 8-18. Los autores catñlicos Juan sostenido generalmente
5) Oracion de Ester: 14, 1-19. que la original era la edicion larga, la cual habria sido
6) Ruego de Mardoqueo a Ester: 15, 1-3. escrita en hebreo o arameo, pero que habria He- gado
7) Acogida de Ester por Asuero: 15, 4-19. hasta nosotros solo a través de la traduccion griega. El
8) Edicto en favor de los judios: 16, 1-24. TM actual seria un resumen compuesto para ser leido
9) Interpretacion del sueño inicial: 10, 4-13. en la fiesta de Purim; por eso precisa- mente se habria
10) Suscripcion: 11, 1. eliminado de é1 todo sentido religioso. Hoy se defiende
Todos estos hechos presentan un complicado pro- mas bien la existencia de dos tex- tos originales
blema de eritica textual: ccual es la relaeiñn de to- independientes, ambos inspirados: el
106 107
'Pdf actual y la versiân griega, que, segun algunos, no
seria una traduccion, sino que habria sido com- puesta esta bien informado de los hechos. Conoce perfecta-
en griego desde el principio. mente los nombres de los personajes, refle ja con exac
titud el cuadro cronolfigico, la topografia de Susa, con
2. Argumento. su palacio real, la organizacion administrativa del im-
perio persa, e1 protocolo de la corte, el caracter del
Los acontecimientos del libro de Ester giran en torno soberano y las intrigas cortesanas; esta informado
a intrigas cortesanas que ter.minan tragica- mente. La igualmente de la situacion de los judios en el impe- rio
protagonista es Ester, una judia descono- cida, que fue persa.
preferida a todas sus compañeras para suceden a la reina Por otra parte, sin embargo, existen una serie de
Vasti, la cual habia caido en des- gracia del rey. Aman, datos y detalles poco verosimiles:
secretario del reino, sintiéndose ofendido por
Mardoqueo, tio de Ester, decreta su per- diciñn y la de — E1 decreto de exterminacion general de los ju-
toda su raza. A la hora en que Mardo- queo debia ser dios se armoniza ma1 con la tolerancia de los primt3r *S
ajusticiado, Amin se ve obligado a pa- searlo aqueménidas, segun nos es conocida por los libros dix
triunfalmente por las calles de Susa. Aman creia gozar Esdras-Nehemias. En e1 plano de la eficacia, ccom
del favor de la reina Ester y, sin embar- go, era su explicar la gran antelaeion con que es publieado el
mayor enemigo. En el banquete intimo, que Aman decreto?
interpretaba como una pru eba de confianza, se
— Mas inverosimil es todavia el decreto del rmi
determinfi preeisamente su perdicion. Morira, ade- mas,
autorizando la matanza de sus propios subditos.
en el patibulo que él habia preparado para Mar- doqueo, inverosimil asimismo la antelacion con que es anun-
el cual le sueedera en el puesto de seeretario de la
ciada, asi como el crecido numero de muertos (9, 16)›
eancilleria. Se anula el decreto de exterminio contra los
sin oirse una sola palabra de resistencia. La impui
judios mediante otro que esta formulado en términos
sividad del rey contrasta en este caso con la pr l l d e f l cia
de signo contrario. No seran los persas quienes tomen
que mostro en el asunto de la reina Vasti (3, 13-21) •
venganza de los judios, sino todo lo contrario. De esta
manera, e1 que iba a ser un dia de — Es dificil admitir como esposa del rey y r e iTl° del
imperio a una jovencita, cuyo origen se descon
luto para el pueblo judio se eonvirtifi en dia de ale- 108-113)
ce en la corte persa. Herodoto (VII, 61; IX,
gria nacional. La fiesta de Purim o dia de las suertes habla de Amestris como esposa de Jerjes y reino del
perpetuaria para siempre esta fecha.
imperio para los dias preeisamente a que se refiere el
Es una trama habilmente llevada a través de con-
relato biblico de Ester. Añadase que la dign id £td real
trastes y paralelismos antitéticos, que hacen avanzar la
acciñn y la intriga en medio de temores y espe- ranzas. estaba reservada a las mujeres de sangre persa.
— Mardoqueo aparece como desterrado en t*e
3. Género lilerario. po de Nabucodonosor (año 597) y como of ieial del p<-
lacio en tiempos de Jerjes (486-465), lo cua l es p°*°
A primera vista, Ester se presenta como un libro
historico e incluso da la impresion de que el autor verosimil.
Esta libertad en el tratamiento de la histOr 1* 11 °'
O
108 face pensar en un género literario de earâ eter m S
109
menos artificial. La misma presentacion de la intriga,
limitada primero a dos personajes, Aman y Mardo- Incluso dentro de la Biblia existen situaciones
queo, y extendida luego a la hostilidad entre los dos historicas en las que se ha podido inspirar el autor del
pueblos, el persa y e1 judio, nos confirma en e1 mar- libro de Ester. Por ejemplo, el caso de Jose, ealumnia-
gen de esa ficcion literaria. do, encarcelado por su fidelidad a la virtud; liberado
El paralelismo del libro de Ester con otras obras luego y promovido a intendente del reino, en el que se
novelescas son otro argumento mas en el mismo establecerân sus hermanos. En la misma linea estân los
sentido. ejemplos de Judit, que salva at pueblo de Israel en
Tenemos en primer I,ugar el episodio transmitido Betulia; el de Daniel, Esdras y Nehemmias, judios
por Herodoto acerca del infiel Smerdis, cuya desIeal- mplares que ganan para sus compatriotas el favor
tad es denunciada por Otanis con la ayuda de su hija, de los principes extranjeros.
concubina del rey, e1 cual es eastigado con la matan- za En definitiva, el libro de Ester es una obra, parte
de la tribu de los magos. historica, parte artificial, compuesta con el fin de
Igualmente, el tercer libro de los Macabeos pre- acentuar la providencia especial que asiste al pueblo
senta, en un marco judio, una narracion que parece estar judio, la cual ie permite triunfar, incluso, entre los
ealcada en e1 libro de Ester. Desp.ués de la bata- lla de gentiles.
Rafia, Tolomeo Filopator quiere visitar Pales- tina. Es
bien recibido por las autoridades de Jerusalén, pero se Ie
pro libe, sin embargo, 1a entrada en el tem- plo. Vuelve 4. Carâcter religio’so det libro.
furioso a Egiptn y hace una proclamaeion antijudia
diciendo que eI que no sacrifique a las divi- nidades La primera lectura de Ester deja la impresion de un
griegas pagara con la esclavitud. Un nuevo edicto en nacionalismo exacerbado; agravado por e1 odio en- tre
términos mas severos todavia anuncia que. 1os judios los judios y los gentiles. Cierto, es Aman quien
seran buscados por todos 1os rincones del imperio con el desencadena la tragedia (3, fi), pero, cno es verdad
fin de reunirlos en e1 flipodromo de Ale- jandria, donde también que Mardoqueo se muestra insolente frente al
moriran pisoteados por 500 elefantes. Entre tanto tiene visir y provoca la aversion contra el judais- mo? (3,
lugar una serie de banquetes y eI rey olvida la orden 2-5). Del mismo modo, la defensa de la propia vida
dada, pero I.uego se recuerda y manda ejeeutarla. Los cautoriza los excesos de una venganza sangrien- ta? (9,
elefantes entran en el hipodro- mo, pero en vez de atacar 1-10). El nombre de Dios no aparece nunca a lo largo
a los judios se vuelven con- tra los guardianes egipcios. del libro. El Nuevo Testamento silencia total- mente el
Viéndolo el rey, declara que ha sido engañado por sus libro de Ester. Es, asimismo, el unico libro del canon
amigos y publica un nuevo edicto en que elogia el judio que no se halla representado en la biblio- teca de
comportamiento de los judios. Los pone en libertad, les Qumran.
autoriza una fiesta de siete dias de duracion, que costea Sin embargo, una leetura mas atenta del libro per-
el propio rey, y mite emitir un juieio menos duro sobre él. Aunque no se
les da autorizacion para matar a todos sus correligio le nombre expresamente, Dios cond.uce la accion y
narios apostatas. Todos los años se celebrara el aniver- los personajes dejan traslucir su fe en la Providen- cia.
sario de esta liberacion con una fiesta. cNo es la Providencia la que evoca Mardoqueo
diseretamente cuando explica a Ester el sentido de su
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elevacion al trono? (4, 13-14). cNo son llamamientos tacitos 3." Con e1 lin de dignificar 1a fiesta, que seguia
de1 Cielo los gestos penitenciales de Mardo- queo (3, 1), ia
teniendo un matiz popular, se añadio al libro de Ester, que
invitacion a1 ayuno dirigido por la rei- na a todos Nos
se venia leyendo en ella, esta narracion final, aso- ciando
judios de Susa? (4, 16). La tesis funda - mental del libro,
la Fiesta a la liberacion llevada a cabo por mano de Ester.
ademas, es la victoria de Dios y de su pueblo sobre sus
enemigos. Es decir, nuestro libro se eoloca en la linea de
Judit y Daniel, si bien es ver- dad que no alcanza la
elevacion espiritual de estos. 6. Fechn de composicion y nutor.
12g
casado entre tanto con dos jovenes moabitas,
Rut y Orfa. Una vez que cesñ el hambre, Noe-
mi decidiñ regresar a su patria. Sus dos nue-
ras manifestaron estar resueltas a irse con ella,
pero al fin la acompañfi solamente Rut.
Llegaron a Belén cuando empezaba la siega de
la cebada.
V. RUT Cap. 2. Haciendo uso de las facultades que el de-
reeho israelite concedia a los pobres, Rut se
1. lugar en eI Canon. dedica a recoger espigas por los campos re-
Siguiendo las versiones de los LX X y de la Vulga- cién segados con el fin de proveer su susten-
ta, las traducciones modernas colocan el libro de Rut a to y el de so suegra. Quiso la suerte que la
continuaeion de los Jueces. Esta colocacion se debe, sin joven moabita fuera a espigar a los campos de
duda, a las palabras iniciales que dicen asi: “En ftempo Booz, pariente de Elimelec, el cual la aco- giñ
de los Jueces. ..”. También ha podido influir el hecho muy favorablemente y se intereso viva- mente
de que en e1 libro de Rut se habla de la genea- logia de por ella.
David (2, 42), cuya historia se describe en los libros de
Samuel, que siguen a continuaciñn. Cap. 3. Obedecie ndo las sugerencias y deseos de
En la Biblia hebrea se encuentra en la tercera par- te su suegra, Noemi, Rut va de noehe en busca
del Canon judio, o sea, entre los llamados Hagifigra- de Booz a la era donde yacia dormido junto a
fos, como uno de los cinco rollos o meguitlot, que se la parva de cebada, con el fin de insinuar- se,
leian en las fiestas principales. El de Rut, concreta- captar su corazon y reeordarle la ley del
mente se leia en la fiesta de Pentecostés, que coincidia levirato, que obligaba al pariente mas cerca-
con el eomienzo de la reeoleccion. Esta inclusion en- tre no del marido difunto a tomar a la viuda por
los Hagiografos parece ser la original y la que me- jor se esposa. Booz se declara dispuesto a casarse
ajusta al earacter del libro. con Rut, siempre que otro pariente mas cer-
cano que existe renuncie a sus derechos.
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