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ANTROPOLOGIA FILOSOFICA

La antropología es el estudio del hombre. La partícula “atropo” tiene que ver con el termino griego “antropos”, el cual
significa hombre. La partícula lógica que tiene que ver con la transliteración del termino griego logos, lo cual significa
estudio, conocimiento, saber. Trasliterar es representar los signos de un sistema de escritura mediante otro.
Por lo tanto, la antropología filosófica es el estudio, conocimiento o sabes acerca del hombre, desde un punto de vista
filosófico. La filosofía tiene una pretensión de conocer y comprender pero siempre argumentando, es decir, dando
razones. La filosofía es un modo de pensamiento, de reflexión y tiene que ver con argumentos, justificaciones para
convencer a través de las palabras; es una invitación a pensar, reflexionar “qué somos, quién somos.” De esto se trata la
antropología filosófica, es una pregunta acerca del hombre pero no el hombre en un aspecto, sino el hombre en un ser
integro. La antropología surge hace 200 años. Existen 2 factores que constituyen al ser humano que son impredecibles:
la conciencia y la libertad. Cuando existen crisis en los pueblos, se quiebra la cultura y así emergen otras concepciones
del mundo, otras creencias. Debido a esto, por un lado, se encuentra la cultura griega, por el otro, la judeocristiana,
luego la modernidad y ahora la posmodernidad. Son épocas que hablan de crisis profundas, cuando cae un sistema y
surge otro.
La antropología filosófica se ocupa de las distintas concepciones del hombre en nuestra cultura y como se han ido
desenvolviendo en occidente.
Todos nosotros no solamente existimos sino que tenemos conciencia de existencia, somos los únicos que sabemos que
existimos y podemos reflexionar al respecto.

Distintas concepciones del ser humano​: el autor para diferenciar las distintas concepciones utiliza 2 criterios, ellos son:
pertenecer a, o distanciarse de.

PRIMERA CONCEPCION DEL SER HUMADO: EL HOMBRE COMO PARTE DEL MUNDO (LA IDENTIFICACION DEL
HOMBRE CON EL MUNDO)
La primera concepción del ser humano, surge a partir del año 3000 a.C. hasta el año 476 d.C. y considera que el
hombre es parte del mundo está hecho de la misma sustancia que el mundo. Esta concepción se manifiesta en 2 tipos
de pensamientos: el mítico o arcaico, y el filosófico o clásico.

El pensamiento arcaico o mítico


En este pensamiento el hombre recurría al mito para responder sus dudas acerca del origen del mundo y de los dioses.
Los mitos son para nosotros ficción, pero para el pensamiento mítico eran verdaderos. Estos relatos pasaban de
generación en generación. El mito se define como un relato dramático y ejemplar en el cual participan personajes
extraordinarios en un tiempo prestigioso y lejano.
Era ejemplar, porque se tomaba como modelo para la actuación. Además, los mitos correspondían a un tiempo
diferente al tiempo común de los hombres.
El pensamiento mítico se extendió por mucho tiempo hasta que surgió el pensamiento filosófico o clásico.
En la concepción arcaica o mítica, los hombres como el resto de los seres, se originaban de la fecunda Madre Tierra, no
había división entre las especies y todos eran hermanos porque provenían de la misma fuente de vida. Como no había
desarrollo científico ni estudios adecuados, se creía que los seres vivientes se formaban en ciertas grutas, matorrales,
lugares húmedos y las larvas terminaban de crecer en el cuerpo de una mujer para ser paridos con posterioridad.
A la idea del hombre, brotado de la Madre Tierra, corresponden ciertos rituales como la inhumación, como forma de
devolver al hombre a la tierra o al cosmos para poder ser reintegrado a la vida.
Ésta concepción antropológica es propia de ​Homero, quien establece que en el hombre hay una dualidad: cuerpo
(soma) y alma (psyche).​ ​Para Homero el alma era una entidad material, como el aire. Se consideraba que había una
doble existencia: la del cuerpo es percipitable a través de los sentidos y la del alma es invisible y se manifiesta en los
sueños. Homero en ningún momento habla de la inmortalidad pero pensaba que cuando el hombre muere con el
último suspiro, el alma va al Hades, el reino de los muertos, olvidado de todo lo que fue.

➔ Implicaciones prácticas del pensamiento arcaico

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Cuando el hombre se siente como parte del mundo, acentúa su fraternidad con el mundo al que pertenece, que lo
puede llevar a rechazar el trabajo de la tierra. Así como un profeta hindú aconsejaba a sus discípulos que no clavaran la
tierra, ya que seria un pecado herir a la madre común de los trabajadores agrícolas.
A partir de este pensamiento surge una idea de respeto, cuidado y protección de la tierra de la cual “somos hijos”.
Todos los actos humanos repercuten del cosmos.

El pensamiento filosófico o clásico


En este pensamiento la idea sigue siendo la misma: el hombre está formado de la misma sustancia que toda la
realidad.
El pensamiento racional nació a comienzos del siglo VI a.C. marcado el comienzo de la filosofía y de la ciencia griega.
Surge entonces, un modo de pensamiento que no está basado en la narración mítica sino en el discurso argumentativo
que intenta probar lo que afirma con razones y argumentos.

➔ Empedócres de Agrigento
Este filosofo, creía que todo (animales, plantas, estrellas, piedras, hombres, etc) están constituidos por 4 elementos
indestructibles y eternos: fuego, agua, aire y tierra.
Cuando las cosas nacen se trata de una unión de los elementos y cuando mueren, de una separación de los elementos.
Los ​4 elementos son inertes pero existen 2 fuerzas que unen y que separan: el amor (que une) y el odio (que separa). Si
podemos conocer es porque todos estamos hechos de los mismos elementos, se conoce lo semejante con lo semejante,
hay una idea de homogeneidad y continuidad.

➔ Platón
​ l contexto
E
Los primeros filosóficos afirmaban que todo es agua, o aire, o fuego, o una combinación de ellos. No se conforman con
las apariencias: la verdadera naturaleza humana podría estar oculta. ​A estos filosóficos se los mal llamaba
“materialistas” porque creían que sólo existe lo que está hecho de materia.
A medida que avanza la especulación filosófica, se va viendo con mas claridad que no podemos confiar en que nuestros
sentidos nos digan la verdad sobre el mundo. Esta desconfianza lleva a la gente a preguntarse si pueden estar seguros
de algo. Y se sienten atraídos por el ​nihilismo, la creencia de que nada es verdad.
​A lo largo del sigo V a.C. se establece una distinción entre los que es verdadero por naturaleza (physis) o lo que es
producto de las costumbres humanas (nomos).​ En Atenas del sigo V, los sofistas se centran en la enseñanza de
conocimientos prácticos, como la retórica.
Platón escribe en forma de diálogos y el protagonista de la mayoría de sus obras es Sócrates.
Sócrates se caracterizaba por preguntar la definición de las palabras. Platón desarrolla esta técnica de definir los
términos generales y considera que todos ellos son nombres de cosas como la excelencia o la bondad.

​ l hombre en el mundo
E
Para Platón y Aristóteles, el hombre es un microcosmos, pequeño universo que contiene en sí todos los modos de la
realidad, al mismo tiempo que ocupa un punto fijo y definido en el cosmos.
Platón sostenía que lo real estaba constituido por 2 mundos que se superponen: ​el mundo material accesible a
nuestros sentidos y un mundo inmaterial que sólo nuestra inteligencia nos permite alcanzar​. El alma se vincula al
mundo espiritual, divino, eterno. El cuerpo se inserta en el mundo material, imperfecto y caduco.
​Platón se refiere al mundo como 2 mundos existentes:
✓ El mundo sensible o visible: el que podemos percibir con nuestros sentidos. Es un mundo material que está en
permanente cambio. Es imperfecto, y allí no encontramos el verdadero conocimiento, porque lo que
conocemos hoy, mañana es distinto.
✓ El mundo de las ideas, invisible o inteligible: el cual solo con la inteligencia o la razón se puede alcanzar. En
este mundo las realidades son inmateriales. Las ideas no son cambiantes, son inmutables, y además son
inmortales, únicas y son modelos que se transforman en conceptos. Solo las ideas son reales y pueden ser
objeto del conocimiento.
Platón puede establecer una distinción entre conocimiento y opinión. Las Ideas pueden ser objeto del conocimiento.
Platón piensa que el verdadero conocimiento ha de estar sujeto a la naturaleza real de las cosas y ligado de algún modo

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a ella. Todo el que posea el conocimiento, actuará correctamente, y a partir de ahí Platón hace de la metafísica la base
de su filosofía moral y política.
​El sistema de Platón es dualista​. Cree que hay 2 mundos, el mundo sensible y el mundo real de las Ideas, que garantiza
la verdad objetiva e inmutable. Este énfasis en el mundo trascendente e inmaterial de las Ideas tiene algo de místico, y
hace que nuestro mundo cotidiano parezca deslucido.
Toda doctrina que postule otro mundo trascendente debe explicar cómo se puede entrar en contacto con él. La
solución platónica a este problema es que recordamos un conocimiento que ya poseíamos. ​Es su teoría de la
reminiscencia, según la cual todo aprendizaje consiste en recuperar la conciencia de un conocimiento innato.
Hay quien ha relacionado esta visión platónica con la doctrina freudiana del inconciente. Los problemas que plantea
Platón han ejercido una enorme influencia en muchos sentidos.
Sólo las Ideas son verdaderamente reales y pueden ser propiamente objeto de conocimiento. La mayor parte de la
gente sólo puede tener opiniones, que cambian con facilidad y se refieren a cosas igualmente inestables que habitan
una región situada entre el ‘ser’ y el ‘no ser’. Aunque no llega a negar por completo la realidad del mundo cotidiano,
Platón sí mantiene que éste tiene un valor menor que el mundo eterno e inmutable de las Ideas. De aquí se sigue que el
alma humana es mas valiosa que el cuerpo que la mantiene encerrada. El filósofo se caracterizará por despreciar el
cuerpo, pues el alma, una vez libre de las sensaciones y los deseos corporales, podrá aspirar al conocimiento de la
verdad.

​¿Qué es el ser humano?


El hombre es un microcosmos que reproduce la realidad del macrocosmos​. El hombre como un pequeño universo, está
formado por 2 entidades:
✓ El cuerpo, por el cual tiene al mundo sensible
✓ El alma, por el cual tiene al mundo inteligible
El alma es la entidad no material, que ha vivido antes de encarnarse en el cuerpo y vivirá después de la muerte del
cuerpo, es decir, es inmortal. ​El alma es Superior al cuerpo​.
El hombre está formado por 2 elementos: el titánico, que es lo malo y el elemento dionisiaco, que es lo bueno, lo
divino. El alma es totalmente individual, ella es permanente y se encarna, nunca muere, es decir, es inmortal. El alma
puede encarnarse cuantas veces quiera hasta poder purificarse, liberarse de lo malo, lo titánico. El alma es la fuente de
vida, la muerte libera el alma, la purifica y la lleva a la reencarnación.
En un texto llamado ​Fedro,​ Platón trata de explicar la estructura del alma humana, y para eso recurre a una alegoría,
un mito. ​Platón sostiene que el alma humana puede asemejarse a un carruaje con 2 caballos y un conductor que lo guía.
Uno de los caballos es blanco y es dócil, obedece y trata de tener una línea al otro caballo que es negro, rebelde y
desobediente. Nuestra alma es como ese carruaje. Platón llamó al conductor ​logos​ (razón), al caballo blanco t​ imos
(ánimo, coraje, fuerza de voluntad) y al caballo negro ​epythimia​ (de los corporales).
La razón no debe dejar suelto a los caballos, sino que debe guiarlos. El objetivo debe ser la búsqueda de la armonía y la
integración.
Nuestros deseos corporales le ganan a nuestra alma. Platón llama “sema soma” que significa ​alma encarcelada​.
​Todos estamos formados por los 3 elementos: razón, fuerza de voluntad y deseos corporales, pero en distinto
porcentaje. En algunos predomina, el logos, en otros el animo y en otros los deseos corporales.
Platón en el relato “Republica”, establece que Dios hizo al hombre de tierra y en algunos mezcló una pizca de oro, en
otros una pizca de plata y en otros una pizca de bronce. Los alma de oro son los que predomina la razón, los alma de
plata son los que predomina el animo y el alma de bronce son aquellos que están dominados por los deseos corporales.
Las personas que predominan con elementos de la razón deben ser los dirigentes, guardianes (gobernantes). Su virtud
es la sabiduría. Las personas que predomina el animo, son los que deben “defender”, deben ser los militares, su virtud
es la fortaleza. Y las personas dominadas por los deseos corporales se caracterizan por la templanza, son los
comerciantes o artesanos.
El conjunto funciona bien si cada uno de ellos desempeña su rol. ​Cuando una sociedad funciona bien hay justicia, es
decir, cada persona realiza las actividades para lo que es útil. Se necesita para ello una mentalidad colectiva. Lo
importante es el bien del conjunto más que el bien personal.
Se necesita tener aptitud, no forzar la situación. ​La idea Platónica no busca la realización personal sino el bien común.
Plutocracia es cuando gobiernan los ricos. Pluto significa ​plata.​ Timocracia es cuando gobierna el ánimo. Timo significa
ánimo​.

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La sociedad debería poner al que sabe a gobernar o tomar al que gobierna y tratar de que aprenda. La idea de Platón
es que hay que educar a los que realizan las cosas públicas. La educación para Platón es seleccionar a los mejores y
promoverlos. ​El sistema educativo debe buscar los alma de oro.

➔ Aristóteles
​ l contexto
E
Aristóteles es alumno de Platón en la Academia, la escuela de filosofía fundada por éste en Atenas. Está en ella durante
20 años y no la deja hasta que muere su maestro. Acabará volviendo para fundar su propia escuela, llamada el Liceo.
La metafísica (del latín ​metaphysica​, proveniente del griego ​meta​ que significa “mas allá de”, y physis que significa
“naturaleza”, es decir “lo que viene después de la naturaleza, mas allá de lo físico”). El término metafísica se originó
como título de uno de los tratados de Aristóteles y algunos piensan que se deba quizá a que fue escrito después de su
obra Física.
​Aristóteles insiste en la importancia de la “sustancia”. Algo puede cambiar de color, pero no por eso deja de existir.​ La
sustancia permanece. Todo lo que vemos es una combinación de materia y forma. Y cada sustancia es el producto de
las 2 cosas.
Aristóteles establece la teoría de la causalidad y la misma se refiere a que la causa más significativa es la causa final, el
motivo por el cual se hace algo. Pone el ejemplo de caminar para estar sano, donde la buena salud es la causa final de
caminar.
​Frente a la platónica, la visión de Aristóteles está mucho mas apegada a este mundo que él concibe sin principio ni fin.
Platón había asociado lo valioso a lo que perdura. Aristóteles rechaza la idea y dice que lo que dura mucho tiempo no
es más puro que lo que desaparece en un día. Platón era dualista mientras que Aristóteles no, para él el alma y cuerpo
no son 2 realidades, sino que son 2 principios de una única eternidad. La eternidad es el hombre, la materia es el
cuerpo y el alma es la forma. El alma en Aristóteles no precede y no sigue después, no cree en la reencarnación. Los
pensamientos de Aristóteles son más realistas, menos místicos que los de Platón.

​ l hombre en el mundo
E
La importancia de Aristóteles consiste en constituir los modelos de 2 actitudes contrapuestas frente a la realidad.
Platón representa al hombre que tiene su pensamiento dirigido a otro mundo, un mundo perfecto. Aristóteles
representa el ‘realismo’ porque para él el verdadero ser no se halla en aquel trasmundo de las ideas platónicas, sino en
este mundo concreto en que vivimos y nos movemos.
​Según Aristóteles la única realidad es este mundo de cosas concretas.
Encontramos en el mundo diferentes niveles de realidad: minerales, vegetales, animales y ascendiendo, lo divino
inmóvil y perfecto.
Encontramos en Aristóteles esa profunda consustancialidad, unidad de naturaleza con el mundo.

¿​ Qué es el ser humano?


Para Aristóteles, lo que distingue al hombre de los animales es el poder de la razón, que es una facultad tanto moral
como intelectual y es lo que hace posible la civilización.​ La razón puede controlar las pasiones y el resultado será
entonces el equilibrio y la armonía. Las plantas se alimentan y crecen, los animales puedes además percibir cosas, pero
solo nosotros tenemos razón.
Aristóteles establece una analogía: ​el alma es al cuerpo lo que la vista es al ojo. Para él no hay nada que pueda llamarse
cuerpo si no está animada (sin alma)​. El alma no preexiste ni existe después del cuerpo. Cuando alguien muere lo que
queda no es el cuerpo sino masa, porque para él cuando ya no hay alma, tampoco hay cuerpo. Hay para él una unión
inseparable entre el alma y el cuerpo. Para él, una persona es un alma encarnada en un cuerpo, o un cuerpo “animado”.

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➔ El hombre y la sociedad
El hombre no sólo vive en el mundo, sino también entre otros hombrees en el seno de una sociedad. Las relaciones
interhumanas aparecen entonces, al igual que la relación con el mundo, como constituyentes del ser del hombre.
En la consideración de las relaciones interhumanas, se puede hablar de la relación entre ‘ellos’, o entre ‘yo y ellos’,
entre ‘tú y yo’, o entre ‘nosotros’. En estos pronombres se evidencia cómo se sitúa el pensador respecto de la relación
que analiza, si se ve comprometido en ella y de qué modo, o la contempla distante desde fuera.

​La visión clásica del mundo social


El pensamiento clásico comprende al hombre como parte del cosmos. En La Republica, ​Platón​ establece que en la polis
cada hombre tiene un conjunto de aptitudes para realizar una cierta función o actividad. Los hombres se vincularán
intercambiando los productos de su trabajo, lo que supondrá el mercado como lugar de intercambio. Pero en la polis
además de actividad económica, se deben llevar a cabo otras actividades como la guerra y el ejercicio del gobierno.
​La polis se dividirá en 3 grupos: los que estén dotados de una naturaleza valerosa tendrán como función la guerra y
defensa de los ciudadanos, los que se caractericen por una naturaleza reflexiva ejercerán el gobierno, y lo que tengan
una naturaleza laboriosa serán los artesanos y comerciantes. Cuando cada uno realice la función que corresponda,
habrá ​justicia​.

​ a visión platónica de la sociedad


L
El objetivo de Platón era educar a una clase que gobierne sabiamente en beneficio de la sociedad. ​Una discusión a la
visión platónica es la que encierra el dicho “¿quién vigila a los que vigilan?​”. Platón cree que con una educación
adecuada puede producirse una clase de dirigentes que se rijan por la razón y no por las partes más rebeldes del alma.
Para Platón es más importante formar un tipo adecuado de personas que establecer reglas que gobiernen la vida del
Estado. ​Un ciudadano bien educado debe descubrir por si mismo las reglas necesarias​. En un Estado hay 3 clases
correspondientes a las 3 partes del alma: los guardianes (personas que se consideran hechas de oro), los auxiliares
(hechos de plata), y los comerciantes (hechos de bronce). Normalmente un hombre de oro tendrá como hijo de oro,
pero Platón reconoce que no tiene por qué ser siempre así.
Platón piensa que solo una minoría puede alcanzar el conocimiento del Bien y propone que a ella se le confíe la
autoridad. ​El Estado será bueno en la medida en que lo sean sus componentes​. Platón cree que la virtud de las personas
surge de su propio interior. Tenemos que poner en orden nuestra vida interior, autocontrolarnos y estar en paz con
uno mismo. Platón establece que la música sirve para disciplinar al caballo blanco, y el deporte para disciplinar al
caballo negro. El objetivo debe ser la armonía, lo cual redunda con el comportamiento bueno y justo.

​La visión aristotélica de la sociedad


El individuo no puede existir por si solo, y por eso la naturaleza ha creado organizaciones políticas en las que hay una
división del trabajo y distintas clases​. Poseemos el instinto de vivir en comunidad, por eso no significa que vayamos a
asociarnos siempre. El Estado proporciona el entorno adecuado para que las personas desarrollen su naturaleza. El
hombre es el peor de todos los animales cuando se separa de la ley y la justicia.
​Hay 3 cosas que hacen al hombre bueno y virtuoso: la naturaleza, la costumbre y la razón.​ Cada individuo debe estar
en armonía con los demás, por lo que los ciudadanos deben ser educados para cuidar el bien común. Para Aristóteles,
una ciudad será virtuosa solo cuando sus ciudadanos sean virtuosos.
​El Estado debe asegurarse de poseer las leyes correctas​. Aristóteles no tiene dudas sobre la importancia del imperio
de la ley. ​Un sistema de leyes funcionará mejor que la imposición de la voluntad de una sola persona, que solo
provocará resentimientos.
El bienestar de cada individuo es inseparable de la polis. Cada ciudad es una comunidad que tiene unos objetivos
comunes y comparte un mismo fin moral. ​Los individuos aislados no pueden alcanzar “la vida buena”.​ Los ciudadanos
deben estar unidos por algo más que la justicia y el honor. Individuos distintos no pueden vivir juntos sin lazos de
afecto e interés común. La amistad o el afecto son su juicio el mayor bien para un Estado.
Solo podemos llegar a ser virtuosos si nos acostumbramos a hacer cosas virtuosas. El hombre valeroso, por ejemplo,
solo adquirirá el valor llevando a cabo acciones valerosas. El Estado debe ayudarnos a desarrollar nuestra naturaleza,
por eso jamás seremos capaces de realizarnos si el Estado no nos proporciona el entorno adecuado.

SEGUNDA CONCEPCION DEL SER HUMADO: EL HOMBRE COMO PERSONA

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En la historia del pensamiento occidental, el hombre se va alejando del mundo y va estableciendo una actitud de
dominio sobre la naturaleza. Este distanciamiento se insinúa en la idea del hombre como ​persona,​ la cual se va
configurando en la filosofía cristiana medieval en medio de disputas teológicas.

1) LA ORIGINALIDAD DEL CRISTIANISMO


La filosofía griega es una “cosmología”, mientras que la cristiana es una “antopo-teología”. Para la primera, el problema
fundamental es el del “ser” como mundo físico, como cosmos; para ella se trata de buscar el principio de inteligibilidad
del mundo, entendido como un mundo de objetos.
Para el cristianismo, el problema es el “ser” como humanidad, como vida del alma que quiere “salvarse” y su salvación
solo puede encontrarla en Dios.
​La filosofía griega es “intelectualista”, lo que importa es el conocimiento del mundo, reflejar la realidad tal cual es, y lo
que para el hombre constituye su dignidad es el pensamiento, la racionalidad como capacidad de conocer al mundo.
​La filosofía cristiana es “voluntarista” o “moralista” y su ideal de perfección es el “amor”.​ Para el cristianismo, Dios es
Padre, lo que implica una relación de amor con los hombres. Dios hasta llegar a asumir en la persona del Hijo la misma
forma humana para que, a través del sacrificio, todos los hombres puedan elevarse a la dignidad de Hijos de Dios.
En lo que respecta al hombre, su valor no consiste, como el sabio antiguo, en el saber, sino en la renovación interior, en
la fe de Jesús, en la esperanza de la llegada del Reino de Dios abierto a todos los hombres de buena voluntad; y la fuerza
constructiva de un nuevo mundo espiritual que es el amor de Dios, amor del prójimo.
La concepción cristiana es ​personalista​ porque le da mayor importancia a aquellos seres que son personas. Para la
mentalidad griega, el hombre no es más que el espejo del orden del universo.

2) TEORIA DEL UNIVERSO CRISTIANISMO


En primer lugar, consideremos la tesis básica del Cristianismo: que Dios existe. No se supone que el Dios cristiano sea
un objeto entre otros en el universo, no ocupa una posición en el espacio ni dura una cierta cantidad de tiempo. El Dios
cristiano es trascendente (ir más allá de algún límite) y además está en otro lugar y en todo tiempo.
El cristianismo establece que Dios creó el mundo. Eso implica que si Dios no existiese, el mundo no existiría, no hay
nada que existiría si no es por Su permiso.
Antes era común decir que el mundo, especialmente el mundo de los seres vivos, parece como si hubiese sido diseñado
por un creador muy inteligente y poderoso.

3) TEORIA DEL HOMBRE


​El cristianismo ve al hombre en relación a Dios​, que lo ha creado para ocupar una posición especial en el universo. El
hombre está hecho a la imagen de Dios, para tener dominio sobre el resto de la creación. ​Es una errónea interpretación
de la doctrina cristiana el entender que afirma un dualismo entre el cuerpo material y el alma. Tal dualismo, es una
idea griega y no se encuentra ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento. El cristianismo está comprometido con la
idea de la vida del alma inmaterial después de la muerte del cuerpo material. Morimos como cuerpos físicos, pero
resurgimos como cuerpos espirituales.
Esta creencia en la vida después de la muerte por la resurrección del cuerpo es otra de las doctrinas esenciales del
cristianismo. Si los cuerpos son resucitados, al ser cuerpos de alguna clase, tienen que ocupar un espacio y un tiempo.
Por lo tanto, hay un espacio en el que existen los cuerpos resucitados, que no tienen relaciones con el espacio en el que
nosotros estamos ubicados.
Otra mala interpretación de la doctrina cristiana del hombre consiste en identificar la distinción entre el bien y el mal
con la distinción entre espíritu y cuerpo, o mente y materia. ​Esa idea de que toda materia es mala, no es cristiana.
El punto crucial en la concepción cristiana del hombre es la noción de libertad, la capacidad de amar, que es la imagen
de Dios. Este amor, que en griego es ágape y se traduce por caridad, no debe ser identificado solo con una afección
humana, es, divino por naturaleza y puede ser otorgado solamente por Dios.

4) LA ELABORACIÓN FILOSÓFICA DEL CRISTIANISMO


​El cristianismo es esencialmente religión, es una forma de vida. Es una fe, no una ciencia.
Pero, no hay vida religiosa profunda que no contenga en si una doctrina; la cual necesita razones que aclaren las
verdades que contiene. Ése es el momento en que se inicia la elaboración filosófica de la fe religiosa. Así se establecía el
primer contacto del pensamiento antiguo con el nuevo pensamiento.

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LA NOCIÓN DE ‘PERSONA’
​Persona es la unidad humana de cuerpo y espíritu como ser individual autónomo que realiza en la posesión consciente
y en la libre disposición de si mismo.
El personalismo tiene raíz bíblica, no helénica. La filosofía griega el más ‘personalista’ de la antigüedad existía sobre un
agudo sentido de la individualidad y de la dignidad personal​. Lo individual, era considerado como caída o desgracia,
sería indigno del conocimiento y del amor (Platón)​. El pensamiento estuvo principalmente orientado hacia lo general y
necesario. Lo concreto y particular del mundo cambiante de la experiencia y de la historia no entraba en su campo
visual.
La noción de persona se basa en cuestiones teológicas y no en cuestiones antropológicas. La teología es la fe en busca
de la razón y la razón en busca de la fe. ​Tertuliano establece que la razón y la fe son 2 mundos distintos paralelos, es
decir, nunca van a cruzarse. “Credo qua absurdum”. Lo mas absurdo es lo mas creíble desde el punto de vista religioso.
Razón y fe son irreconciliables.
Desde Constantinopla (nueva residencia imperial) se puede hablar del dogma de la Trinidad: Dios –una esencia divina
(una sustancia)- en 3 hipótesis (3personas, 3 subsistencias).
San Agustín y Santo Tomas de Aquino, plantean que la razón y la fe pueden trabajar de una manera más armoniosa,
esto va creando la noción del hombre como persona. Para elaborar su concepto de persona, San Agustín recurrió a la
noción de relación –por ejemplo, la relación entre amigos- como había pensado Aristóteles, y este modelo le sirvió para
pensar la vinculación entre las 3 personas divinas (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo).
Las 2 cuestiones fundamentales que se discutían son: las disputas trinitarias y las disputas cristológicas. El dogma de
la trinidad se resolvió de la siguiente manera: se generaron 2 nociones, la de naturaleza humana y la de naturaleza
divina. El pensamiento cristiano agregó otra concepción que es la de persona divina:
- Naturaleza Divina: Dios Persona como padre

Persona como hijo


Persona como espíritu santo
- Persona Divina: Jesús Naturaleza humana
Naturaleza Divina
Máscara en griego se dice “proposon” y de allí surge la palabra “persona”. Esta palabra señalaba originalmente la
mascara de un actor teatral que tenia que identificarse con un “papel” y representar un “personaje”.
La noción de persona es en nosotros aquello que es individual, irrepetible, propio. Boecio define a la persona como
una sustancia individual de naturaleza racional. Esta noción no solo se aplica al hombre sino a otros seres humanos,
que son personas divinas y ángeles.

PERSONAS DIVINAS
HUMANAS
ÁNGELES
Un día Dios decidió crear el universo y si decidió crearlo es porque concibió al universo como algo bueno y que
merecía existir. Pero otro día decidió crearme a mi, no a la especie humana, sino a cada individuo en particular. El
hombre no es simplemente parte del cosmos, sino que el cosmos fue hecho para el. Lo propio de la noción de persona
es lo singular. La persona es única e irrepetible, corresponde a la idea de unicidad.
La idea de unicidad no se corresponde con la reencarnación. La persona es incomunicable, porque se agota en uno
mismo, no se puede trasmitir. Si mi alma se reencarna ya no seria un ser único.
La primera definición de persona en un sentido filosófico-teológico procede de ​Boecio: “Persona es una sustancia
individual de naturaleza racional”​ donde las palabras ‘​rationalis naturae’​ indican la naturaleza espiritual o el ser
espiritual, en tanto que los términos ‘​individua substantia​’ apunta ala sustancia particular y aislada y a la última
subsistencia, que no puede ser sustituida o compartida por ninguna otra. ​Santo Tomas afirma que “Persona significa
aquello que es perfectísimo en toda la naturaleza y que la manera propia de existir de la persona es la mas excelente de
todas”. La teología escolástica definió a la persona como “sustancia completa espiritual que posee en sí misma la
subsistencia última”.
La persona es alguien, único, irrepetible, dotado de un valor absoluto y en relación personal con Dios, que también es
Alguien que habla en primera persona.

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El hombre ya no es considerado como hijo de la Madre Tierra, pero si como hermanos en cuanto hijos del Padre que
está en los cielos. La tierra, aun considerada ​hermana​ conserva la dignidad ​materna​ que tuvo en el pensamiento
arcaico.

TERCERA CONCEPCION DEL SER HUMANO: EL HOMBRE COMO SUJETO


Esta concepción pertenece a la modernidad, se constituye a partir del Renacimiento. El creador de esta concepción es
René Descartes​ (1596-1650).
​En esta concepción se procede a concebir al hombre como un sujeto libre y poderoso y a los entes del mundo como
objeto.

​ ) La filosofía de la desconfianza: René Descartes


1) ​ a
Durante el Renacimiento, el primer periodo de la Modernidad, se profundizan múltiples cambios iniciados en la Edad
Media, lo cual trae como consecuencia que los conocimientos que habían sido considerados verdaderos durante mucho
tiempo, comiencen a ser cuestionados. Esto es porque no hay un método preciso. El método nos permite seguir un
camino seguro.
​Para Descartes, el conocimiento es absolutamente seguro o es abandonado como insuficiente. Entonces se propone
fundar el saber sobre bases firmes que estén más allá de toda sospecha.

​ ) La duda metódica
b
La actitud critica de Descartes frente al pasado, no significa que se dedique al uso de sus facultades de conocimiento y
se olvide del pasado. Por el contrario, ese pasado tiene una enseñanza: ​debemos cuidarnos de no caer en el error y
debemos ser críticos respecto de nosotros mismos y no solo del pasado​. Esto no nos lleva a la construcción de una
teoría del error, si no que nos lleva a la duda metódica, es decir, ​se trata de hacer de la duda un método.
Descartes no se conforma con conocimientos más o menos probables. En efecto para evitar los errores, las
incertidumbres, quiere alcanzar un saber absolutamente cierto, cuya verdad sea tan firme que esté mas allá de toda
posible duda. Descartes no puede aceptar lo dudoso, por lo cual, y con apariencia de paradoja, emprende el camino de
la duda. ​Hay que dudar de todo llevar la duda al límite, para ver si quede algo que se resista a ella.
​Si no podemos analizar una por una todas las creencias, hay que tomar la ​fuente d ​ e donde provienen esas creencias
para ver si son verdaderamente sólidas o no.
​Las fuentes son:
- Los sentidos ( engaños y sueños )
- La razón ( discusiva e intuitiva )
​La fuente sensible:
a) Debemos dudar de los sentidos. Descartes establecen que ellos nos han engañados alguna vez, es propio de la
prudencia no confiar jamás en aquellos que nos han engañado
b) Sin embargo, hay muchas cosas de las que no se pueden dudar. Por ejemplo, que estoy aquí, sentado junto al
fuego vestido con una bata, teniendo este papel en las manos y otras cosas por el estilo.
Sin embargo, en sueños, me eh imaginado estar como ahora despierto, leyendo, escribiendo, cuapndo en realidad,
estaba dormido y acostado. ​En efecto, no hay ningún signo seguro que nos permita establecer cuando estamos
despierto y cuando estamos dormidos.
​El conocimiento racional: también tiene 2 argumentos:
a) Discurrir es pasar de una cosa a la otra. Confundirse por saltear pasos. ​Descartes sostiene que si algo falla en
alguna instancia, no puede ser absolutamente confiable.​ En la matemática, la más “racional” de las ciencias, existe
la posibilidad de equivocarse; aun en una operación sencilla como una suma, cabe la posibilidad del error. Por lo
tanto cabe la posibilidad de que todo conocimiento racional sea falso.
b) Sin embargo hay ciertos principios de los que no se pueden dudar: “​todo objeto es idéntico a si mismo” (a = a) y
“el todo es mayor que la parte”.​ De estos principios no puede dudarse, por lo cual descartes propone el argumento
del “genio maligno”, es decir, un genio muy poderoso y a la vez muy perverso, que nos haya hecho de tal forma que
siempre nos equivoquemos.
Descartes no dice efectivamente hay tal genio maligno pero por ahora no tenemos ninguna razón para suponer que no
lo haya, es por lo tanto, una posibilidad.
Llegados a este punto, nuestro espíritu se encuentra tan cargado de dudas que parece que ya no puede pensar nada
mas.

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c​ ) El Cogito
Descartes, mediante todo este plateo, llega a la conclusión de que hay una certeza. ​La duda cuando llega al extremo
máximo se convierte en su opuesto: la certeza.
​La certeza que encuentra, de la que ya no puede dudar es el “cogito, ergo sum”; que significa “pienso, luego soy”.
​Cogito es todo aquello que forma parte de mi conciencia (temer, querer, recordar, percibir, imaginar, que es la vida
representacional de la conciencia) la única certeza es “soy conciente de lo que pienso”.
​Descartes es el gran descubridor de la subjetividad. Cada persona solo puede hablar de su “mundo de
representaciones” y no puede salir de él.
Aunque suponga el genio maligno existe y ejerce su poder en mi, yo tengo que existir o ser, porque de otro modo no
podría siquiera ser engañado. El cogito constituye el primer principio de la filosofía porque constituye el primer
conocimiento seguro, ​y porque me pone en presencia del primer ente indudablemente existente, que soy yo mismo en
tanto pienso

​ ) La cosa pensante
d
Podemos dudar de todo, menos de que en tanto pienso, soy. Pero ¿Qué soy yo? ​Según Descartes yo soy una sustancia o
cosa pensante.
Para el filosofo pensar no incluye solo la meditación intelectual, si no también la emoción, el dolor, las sensaciones.
Además afirma que este yo, cosa pensante, o alma, es independiente del cuerpo y mas fácil de conocer que éste, en
efecto, ​no se aun, si tengo cuerpo o no pero la existencia de mi alma es indiscutible. No hay duda de que yo conozco
mas mi mente, mi mundo anímico, que es transparente; que al cuerpo, mi mundo anatómico.
El cuerpo es pura extensión (la materia, la cantidad), el cuerpo es una pura materia extensa. ​En Descartes la noción
esencial del alma es la ​conciencia.
Si bien es cierto que el genio no puede burlamos acerca del cogito, puede en cambio, engañarnos acerca de cualquier
otro conocimiento por mas evidente que parezca. Es precioso buscar la forma de eliminar por completo la hipótesis del
genio maligno.
Esto lo va a lograr mediante la demostración de la existencia de la existencia de Dios. Es importante señalar que dicha
existencia es un paso esencial para que Descartes pueda establecer la existencia del mundo externo. Gracias a la
veracidad de Dios podemos estar seguros de todo lo que percibimos de manera clara es verdadera.
En ese mundo exterior está ubicado su cuerpo, respecto del cual no observa que pertenezca a su naturaleza ninguna
otra cosa que el hecho de que él es una “cosa pensante”, que su esencia existe simplemente en ser una cosa que piensa
y que, por lo tanto, es realmente distinto de su cuerpo y podía existir sin él.
​Descartes constituye, pues, que los seres humanos están compuestos de cuerpo y alma.

2) ​La idea de ‘Sujeto’


A partir de Descartes comienza a plantearse la distinción entre:
● El hombre como sujeto
● El mundo como objeto
Sujeto proviene de la palabra latina “subiectum”, traducción del griego “hipokéimenon”, que significa “yacer” o “estar
debajo”.
​Aristóteles decía que había 2 modos en que algo podía ser: uno era “el ser en si” y el otro “el ser en otros.”
​Es subiectum, todo lo que reposa en si mismo, y todo lo que pueda tener propiedades, relacionarse con otras cosas o
realizar acciones.
Al modo de ser en si, lo llama hipokéimenon.
Subiectum era equiparable a substancia, sentido que ha conservado en la gramática y por eso el sujeto se expresa
como un sustantivo.
​El ser en otros es “accidental”. Por ejemplo “el verde de la silla”. La silla existe en si, porque existe ya sea verde o roja.
El verde, en cambio, necesita de algo que lo contenga.
​Obiectum, significa puesto adelante, es cualquier ente, pero en cuanto se lo piensa en relación con una potencia del
alma: objeto de mi conocimiento, de mi imaginación o de mi deseo. No es en sí mismo, algo real.

3) Implicaciones prácticas de la concepción subjetivista cartesiana

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​El hombre es sujeto, quiere decir que es en sí algo real. El mundo es objeto, quiere decir que solo es en su relación con
el hombre. Como mero objeto pasa a ser algo dependiente​.
El hombre moderno, se distancia del mundo. La nueva actitud será de hostilidad y explotación de la naturaleza. El
hombre moderno hace la experiencia de su poder. El principio de la ética antigua fue “vivir conforme a la naturaleza”;
ahora se trata de hacer a la naturaleza conforme a nosotros; en lugar de estar el hombre sometido al mundo, somete al
mundo a su voluntad.
Pico de la Mirándola realizó un escrito llamado ​Discurso​ sobre la dignidad del hombre donde decía que Dios le dio a
cada ser una determinada propiedad pero cuando llegó al ser humano (Adam) ya no quedaban propiedades, por eso se
dice que tiene una naturaleza identificada. ​Como no le da nada, le da la posibilidad de que tenga todo (libertad). El
hombre si se lo propone, lo puede todo. El poder humano no tiene limitaciones. “Querer es poder”
​Con Pico de la Mirándola aparece la idea de que cada uno es acreedor de lo que es​. Es hijo de sus propios proyectos.
​El hombre no tiene entonces naturaleza, sino libertad​. El hombre moderno, hace axial la experiencia del poder y la
libertad, pero también de la distancia y la sociedad, ante todo respecto del mundo, pero también respecto del prójimo.
Este hombre da nacimiento al individualismo competitivo.

4) La versión moderna del mundo social


Axial como hay una pertenencia al cosmos, hay una pertenencia a la comunidad: insertándose en ella, el individuo
llega a ser lo que debe ser. La polis es anterior al individuo y por eso el hombre es ciudadano, miembro de la polis. Su
vida es al servicio de la comunidad a la que pertenece.
​Pero ahora los individuos, no pertenecen más a la sociedad sino que es la sociedad la que les pertenece a cada uno de
ellos.

a​) DESCARTES Y LA EXISTENCIA DE LOS OTROS


El problema del otro se inicia con Descartes. ​Podríamos formular este problema con 2 preguntas
1) ¿Hay otros? (Otro yo, otro espíritu pensante)
2) Si hay otros, ¿Cómo puedo llegar a conocerlo? (es decir, penetrar en la interioridad del otro)
Descartes establece que el otro aparece, como aquel que pasa del otro lado de mi ventana, el que está afuera, respecto
de mí adentro. El otro es axial un ser extraño, distinto, no aquel con quien convivo. La existencia del otro no es un dato
inmediato, sino el resultado de un juicio.
​Que el otro sea portador de un espíritu pensante será el resultado de:
- La observación de la conducta
- Un razonamiento por analogía. Yo, espíritu pensante, expreso mis pensamientos por medio de gestos y
palabras. Los gestos que veo y las palabras que escucho deben ser, la manifestación de un espíritu pensante.
​Ahora que sé que los otros existen, puedo conocerlos, es decir, penetrar en la interioridad de los otros y llegar así a
saber que sienten, quieren o piensan. El otro es una interioridad oculta dentro de la exterioridad de su cuerpo.
Consecuencias del planteo cartesiano
a) “Mi existencia es segura”, la del otro no
b) Mi subjetividad se me da en forma directa e inmediata, la del otro mediante su cuerpo y deducida a partir de su
conducta, gestos y palabras.
c) Tengo certeza sobre mis vivencias, pero jamás tendré certeza acerca de las vivencias del otro. Pero si jamás
sabré con certeza qué piensa, siente o quiere el otro no puedo confiar en él. El hombre sensato solo confía en
quien conoce y éste es solo él mismo. Por lo tanto mantiene a los otros a prudente distancia.
d) La primera relación con el otro es una relación de conocimiento: el otro es un objeto para mí. La relación es
entre YO y ELLOS.
​Por lo tanto, los individuos son aislados y solo mantienen relaciones de exterioridad. No pertenecen a la sociedad, sino
la sociedad a los individuos.

​b) LOCKE: LA FUNCIÓN DE LA SOCIEDAD


John Locke (1632-1704) comienza por afirmar un estado de naturaleza diferente del estado civil. Es estado de
naturaleza es aquel donde se encuentran los hombres.
El estado de naturaleza no hace más que definir al hombre como autónomo y libre y con el derecho de gozar de aquella
propiedad que sea fruto de su trabajo​. Este hombre encuentra a su propia razón la ley natural que ajusta su conducta.
Caracterizados por su libertad y autonomía, no pertenecen a la sociedad.

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Consideramos, por ejemplo, el derecho de propiedad. El derecho natural, soy dueño de todo lo que produje con mi
trabajo, pero me veo forzado a cuidar de mi propiedad porque nada me asegura que alguien me la arrebate. En el
estado civil, la ley garantiza mi propiedad y el gobierno, los jueces, la policía, se encargan de cuidarla. ​No son los
hombres los que están al servicio de la sociedad, sino la sociedad al servicio de los individuos, como instrumento útil
para el logro mas seguro de sus fines. Fundamos la sociedad civil para disfrutar con mayor seguridad de nuestros
derechos naturales.
Renunciar a la libertad lleva a la renuncia de la dignidad humana.
La tarea de la educación, es formar al hombre, dice Rousseau. Pero, ¿en qué modelo de hombre estamos pensando​? Un
hombre que vea con sus ojos, sienta con su corazón, y tenga la guía de su conducta en su propia razón, no necesita de
nadie mas para ser. Seguro de si, autosuficiente, es un sujeto plenamente humano que vivirá siempre a distancia de los
demás.

c​ ) ROUSSEAU: ESTADO DE NATURALEZA Y EDUCACIÓN


​El hombre natural es aquel que vive solo, sin ataduras, sujeto sólo a aquella ley que se encuentra en su corazón y cuya
obediencia no implica ninguna servidumbre respecto de los demás. Precisamente en la pérdida de esta libertad radica
la decadencia que significa para el hombree el ingreso en la vida social y civilizada: “el hombre salvaje vive en él
mismo, el hombre sociable, siempre fuera de sí, no sabe vivir mas que en la opinión de los demás”.
​Pero esta corrupción trae aparejada la renuncia de la dignidad humana: ​Renunciar a la libertad es renunciar a la
condición de hombre, a los derechos de la humanidad y a sus deberes. Semejante renuncia es incompatible con la
naturaleza del hombre; despojarse de la libertad es despojarse de la moralidad.
Un hombree que vea con sus ojos, sienta con su corazón y tenga la guía de su conducta en su propia razón, no necesita
de nadie para ser. Seguro de sí, autosuficiente, es un sujeto plenamente humano que, celoso de su autonomía, vivirá
siempre a distancia de los demás.

​d) KANT: SER Y DEBER SER EN LAS RELACIONES INTERHUMANAS


​ a relación interhumana, partiendo de las subjetividades aisladas, es objeto en Immanuel Kant (1724-1804) de 2
L
consideraciones diferentes:
1) El ser humano​ tal como es:​ Cada hombre, se vincula con los demás con el único objetivo de servirse de ellos
para su provecho, tratando de evitar, al mismo tiempo, ser usado en provecho de los otros. Esta tendencia
natural lleva a un clima de conflicto y competencia.
​Kant ilustra la siguiente idea: un árbol que crece aislado en la llanura, extiende desordenadamente sus ramas, se
desarrolla torcido y deforme. Un árbol que crece en bosque, se eleva alto y recto, esforzándose por quitarle el
sol a los que lo rodean.
El egoísmo natural, es fuente de la cultura humana y de la sociedad civil. La libertad ilimitada, el abuso de los demás,
requiere la aparición del derecho, que poniendo límites a la libertad de cada uno garantiza el ejercicio de la
libertad de los otros.

2) El ser humano ​tal como debe ser​: Esta es la versión ética que describe el ideal de una vida regida no por el
apetito natural, sino por la razón​.
“Obrar de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como fin
al mismo tiempo y nunca solamente como un medio”. Se basa en respetar al otro y reconocer su autonomía,
paralela a la mía.
Pero se trata siempre de acentuar la distancia –no el espíritu comunitario- entre ellos y yo, ya sea como
competidores que se enfrentan o como personas morales que se respetan.
​En síntesis, la sociedad humana debe ser pensada como la interacción distante de subjetividades libres y
autosuficientes que, celosas de su autonomía, sólo mantienen entre sí relaciones de exterioridad.

CUARTA CONCEPCION DEL SER HUMANO: EL SER HUMANO COMO OBJETO


Recordemos que la ​ousía,​ como ​subiectum,​ podía ser llamada ​res​ (cosa). La distinción cartesiana entre el hombre y el
mundo pasa a ser una distinción entre 2 especies de cosas: ​res cogitans​ (cosa pensante, el hombre) y la ​res extensa
(cosa que tiene extensión, el mundo). La primera tiene privilegio de ser autoevidente, mientras que de la ​res extensa
sólo podemos asegurarnos mediante la veracidad divina.

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​Con los empiristas británicos (Locke, Hume..) nace una física o química mental: los elementos simples, atómicos
(sensaciones), se asocian entre sí según su afinidad (leyes de asociación) y dan lugar a los compuestos moleculares
(ideas) dotados de fuerza causal y capaces de producir actos de voluntad. Comprender el espíritu humano consistirá en
analizar estos complejos hasta llegar a los elementos simples y las leyes según las cuales se enlazan.
​Así se va desenvolviendo una concepción naturalista de la subjetividad, cuya raíz la encontramos en la ​res cogitans​ de
Descartes.
​Llamaremos objetivistas a las concepciones del hombre que lo definen como una cosa más del mundo​. Ejemplo
objetivista, Augusto Comte, desde la clasificación de las ciencias: establecía una jerarquía que comenzaba con la
matemática, astronomía, física, química, biología y sociología. Esperamos encontrar entre la biología y la sociología a la
psicología. Pero no hay psicología, porque no hay tal subjetividad en la visión de Comte.
​La subjetividad se disuelve en la objetividad de la vida o de la sociedad. De otro modo, el hombre aparece:
- Como algo que formando parte del mundo animal, es moldeado y orientado en su vida por su realidad
biológica, o
- Como algo que formando parte del mundo social, es configurado por la sociedad a la que pertenece.
Tendríamos una concepción biologista o sociológica del hombre. En ambas, el sujeto carece de autonomía, es
meramente un resultado.

​1) LA CONCEPCION BIOLOGISTA DEL HOMBRE


» La etología
​Los etólogos intentan describir aquellos rasgos comunes que el hombre no debe a la cultura (sociedad) sino que tienen
base biológica, hereditaria. Se dirigieron entonces, al estudio de las diferentes sociedades con un enfoque distinto del
empleado por los etnólogos (éstos estudian las diversas culturas).
Los etólogos comprueban lo siguiente:
a) En su relación con el medio ambiente natural, el hombre da muestras de una gran variabilidad y plasticidad.
Aquí, las conductas dependen del aprendizaje
b) En la relación de los seres humanos entre si, los comportamientos humanos muestran una gran firmeza y
universalidad
​Los etólogos defienden la teoría de los instintos y del innatismo, contra los empiristas que consideran al hombre como
una hoja en blanco, moldeable por la experiencia y la educación.
Algunos ejemplos de conductas que los etólogos consideran hereditarias son: el saludo, el abraso y el beso, la negación.
​En general, la mímica no es aprendida, ya que se comprueba que niños ciegos y sordos de nacimiento ríen, lloran,
fruncen el ceño, gestos que nunca han podido observar en otras personas.
- El ​saludo,​ incluyendo la sonrisa, inclinación de la cabeza y la elevación de las cejas
- El ​saludo​ de contacto en forma de dar la mano
- La ​negación​, moviendo lateralmente la cabeza
- Patear el suelo, hacer ruido,​ golpear y sacudir cosas como forma de amenaza
- Manifestación de la​ agresividad​ tratando de parecer mas grande
- En las conductas de ​apaciguamiento,​ se trata de parecer mas pequeño
- Gran importancia tiene la identificación instintiva del extraño con el enemigo. En el niño se observa primero el
rechazo hacia un extraño, refugiándose en su madre; mas tarde, los niños golpean al extraño que trata de
acercarse
- Son universales las conductas de ​compartir la comida y regalar víveres​ como forma de aumentar la solidaridad
- La ​defensa del territorio​ y el sentido de las jerarquías
Estas conductas no resultan del aprendizaje, ya que no requieren que el niño haya recibido algún daño de una persona
desconocida.
Son universales las conductas de compartir la comida y regalar víveres como forma de aumentar la solidaridad.
La defensa del territorio y el sentido de las jerarquías.
​Con estos instintos los etólogos apoyan la posibilidad de elaborar una ética de validez universal, cuyos preceptos
serian, entre otros, la fidelidad a la pareja, la defensa del territorio, lealtad al grupo, obediencia a la autoridad.

» El reduccionismo biológico. Desmond Morris


Los etólogos se limitaron al estudio de las conductas hereditarias y por lo tanto, universales. Una de las principales
ideas de ​Desmond Morris, es el reduccionismo: el hombre no es más que un animal.

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Al principio solo se estudiaban aquellas actividades que aproximan el hombre al animal, como por ejemplo la
alimentación, y se dejan de lado las detalladas ramificaciones de la tecnología y de la palabra.
Mas adelante aparecen la ciencia y la tecnología como un conjunto de medios para un logro de fines exclusivamente
biológicos: la agricultura al servicio de la alimentación, la arquitectura al de la necesidad de refugio. Según Morris, es
un hecho observable la existencia de n instinto de exploración y el hombre mantiene durante toda su vida esa
inquietud y de ella resulta la investigación científica y tecnológica.

2​) LA CONCEPCIÓN SOCIOLOGICA DEL HOMBRE


​El hombre, siguiendo el camino señalado por Augusto Comte, solo podría ser pensado como:
1. Algo que, formando parte del mundo animal, es moldeado y orientado en su conducta por su realidad biológica,
o como
2. Algo que, formando parte del mundo social, es configurado por la sociedad a la cual pertenece

» EMILE DURKEHIM (1858-1917)


La primera tesis de Durkehim afirma la realidad de lo social. Esta sociedad configura al hombre educándolo de
acuerdo a las normas vigentes y convirtiéndolo en seres humanos pensantes y dotados de conciencia moral. ​Privado de
aquello que la sociedad le aporta descendería el hombre en la animalidad.
​El hombre se convierte en un ser moral y pensante, es decir, deja de ser un simple animal y se humaniza en la medida
en que se incorpora al mundo social.

El concepto de anomia
​La idea que Durkehim tiene de la forma de la naturaleza humana no socializada, no racional, es la que aplica a su
concepción de anomia, una condición humana que se caracteriza por la ausencia de reglamentación social.
Al no haber normas morales, el individuo se siente a la deriva.
La anomia es tanto una condición en la que la situación de la religión, el gobierno y la moralidad pierden su efectividad
como el estado psicológico que resulta cuando los individuos no tienen ningún propósito en la vida, y por lo tanto,
ninguna realización permanente.
​Cuando las personas pierden el sentido de pertenencia a un grupo, pierden su propia identidad, su compromiso con
las actividades que creen que merecen la pena.​ Esta condición de anomia se expresa en los desordenes y desgracias de
las ciudades industriales modernas, donde no existe ninguna limitación de las necesidades humanas y deseos. De
manera que, sin el control del grupo social, la vida del hombre es de un constante deseo que resulta en “la enfermedad
de una aspiración infinita.”
El hombre anómico se parece al individuo competitivo que Hobbes cree que representa a la naturaleza humana
universal. ​En la sociedad industrial, los hombres parecen que pueden obtener lo que desean, pero tienen poca
capacidad para ponerle límites a sus deseos, tenemos una imagen actualizada del estado de naturaleza de Hobbes.
​Lo que Durkheim quiere es reconstruir la sociedad y reconstruir así, al individuo resolviendo el problema de la
anomia.

» MARGARET MEAD
Margaret Mead (1901-1978) en lugar de estudiar la cultura como un todo, se detiene en los temperamentos
masculinos y femeninos a los que encuentra dependiente de la cultura.
Mead establece que encontramos los “arapesch”, hombres y mujeres que desarrollan una personalidad maternal, se
caracteriza por ser un hombre tranquilo, casado con una mujer de igual condición. Por el otro lado, están los
“mundugumor”, que suelen ser crueles y agresivos, es el hombre violento cuya esposa tiene el mismo temperamento.
Si la subjetividad (estructura de pensamiento, conciencia moral, emociones básicas) es una interiorización de la
objetividad cultural, también los desordenes mentales tendrán su fuente en la sociedades y un carácter histórico
cultural.
Por lo tanto, el hombre es algo formado por la sociedad a la que pertenece. La subjetividad no es originaria sino
resonancia interior de la exterioridad social.

QUINTA CONCEPCIÓN: EL SER HUMANO COMO EXISTENCIA


​En la filosofía contemporánea, cuando el hombre se vuelve sobre si mismo se encuentra escindido entre 2
perspectivas: un sujeto libre, distanciado del mundo, o una cosa entre las cosas.

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La filosofía de la existencia manifiesta el esfuerzo por trascender esa alternativa y aborda al hombre desde otro punto
de vista. ​El existencialismo considera que el “yo” no puede ser un objeto más del mundo. Si no es nada real (cosa)
ninguno de los conceptos que sirven para pensar las cosas son adecuados para ocuparse del ser del hombre: el yo no
puede ser pensado como las categorías con que pensamos las cosas.
​El hombre, a partir de ahora, no será pensado como res extensa ni como res cogitans, sino como existencia.

1) La filosofía de la finitud
​Sócrates, quien puede considerarse el primer filósofo de la existencia, insistía con su frase “conócete a ti mismo”, es
decir, reconoce los límites de lo humano, toma conciencia de la finitud del hombre.
Las experiencias del hombre moderno, sobre todo las del siglo XX, muestran la ilusión del “poder” del hombre gracias
a la ciencia y la técnica, muestran su aspecto negativo, destructor, siniestro. Este hombre, se caracteriza por poderlo
todo, ser dueño y dominador de todo y capaz de producirlo todo. ​Y sin embargo, el hombre no es capaz de producirse a
si mismo. Mi existencia, la de cada uno, es un hecho que se nos impone, que no hemos decidido, porque no se nos ha
preguntado si queríamos existir, y por ende no tenemos poder alguno​. Antes de cualquier decisión nuestra, ya estamos
arrojados a la existencia. ​Cuando pregunto ¿por qué existo?, no puedo decir nada más que: porque si.
La filosofía de la existencia pretende acabar con la ilusión de poder que el hombre se arroja a si mismo. ​La filosofía de
la existencia es una filosofía de la ​finitud,​ cuyo punto de partida se encontrará en la existencia de cada uno.
A muchos escritores, filósofos, teólogos se los ha llamado “existencialistas”. ​Hay 3 preocupaciones que son centrales al
existencialismo: en primer lugar, el ser humano individual, en segundo lugar, el significado o propósito de las vidas
humanas y en tercer lugar, la libertad de los individuos, como su más importante propiedad humana. Así los
existencialistas creen en la capacidad de cada persona para elegir por si misma sus actitudes, fines, valores de vida.

2) Martín Heidegger
​Heidegger parte de la idea de que ​somos en cada caso nosotros mismos​,​ un ente que tiene, entre otras posibilidades, la
posibilidad de preguntar. ​A este ente lo designa con el término “dasein” que equivale a “ser ahí”.
¿Por qué emplea Heidegger ese término? El hombre es, en efecto, el ‘lugar’, el ‘ahí’ (​da​) de ​dasein​ indica, también, que
éste se encuentra siempre referido a un lugar y a un tiempo determinado donde su “ser” puede realizarse. ​Heidegger
afirma que el “ser ahí” se caracteriza por la ​existencia.​ Esto significa:
1- El dasein no es nada fijo, como el ser de los demás entes, establecido por su respectiva esencia, sino que se
comprende a partir de sus posibilidades. No es algo hecho o concluido, sino algo que cada uno, en cada caso, se
tiene que hacer, es una tarea. Entonces, el ​dasein​, es ​en-cada-caso-mío​; es siempre alguien concreto, digamos,
una ‘persona’.
2- El ​dasein​ es un ​ser-en-el-mundo,​ no es un sujeto aislado. El término ‘mundo’ no se debe confundir con otras
nociones como la de universo o cosmos. Afirmar que el hombre es un ​ser-en-el-mundo​ es como decir que no
hay hombre sin mundo, ni mundo sin hombre. ​Ser-en-el-mundo​ es una estructura cuyos miembros se implican
mutuamente, cada uno de ellos sólo tiene sentido en función de la totalidad de la que forman parte. El ‘en’ del
ser-en-el-mundo​ se refiere a la circunstancia de que el hombre está ‘arrojado’ como ente en medio de los entes.
​Heidegger reserva el término ​existencia​ para el ser del hombre. Entonces, solo el hombre “existe”. Las piedras, los
animales, etc “no existen”, lo cual no quiere decir que no los haya, sino que su modo de ser, no es el “existir” sino el ser
cosa.
Para determinar la noción de ​mundo,​ el filósofo parte de un análisis de la vida cotidiana, de qué se ocupa y preocupa el
hombre​. Los entes de los cuales se ocupa el “ser ahí” en su vida cotidiana son los ​útiles​, todo aquello de lo cual el dasein
puede servirse (el martillo, la lapicera, el libro, etc).
Pero el mundo no es solo un mundo de útiles, por el contrario, hay otros hombres que forman parte de él. En el mundo,
encontramos también a “los otros”, entes que tienen la forma de “ser” del dasein. ​El dasein es esencialmente “ser-con”,
el hombre siempre existe con otros hombres.
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3) Jean Paul Sartre
Sartre niega la existencia de Dios. No da argumentos para esta conclusión negativa, parece que la considera como algo
ya establecido por pensadores anteriores. El ateo no difiere solamente del cristiano en cuestiones de metafísica, sino
que debe mantener además un punto de vista diferente sobre la existencia humana.
​Si Dios no existe, entonces todo está permitido. No hay valores, ni objetivos, ni leyes, ni ideas platónicas ni nada
similar. No hay un fin último separado a la vida humana; en este sentido la vida es “absurda”. Estamos desamparados,
abonados en el mundo para cuidar de nosotros mismos.
Sartre insiste en que el único fundamento de los valores es la libertad humana, cada uno elige los valores que desea
adoptar. ​El hombre existencialista es la conciencia infeliz, y esta conciencia se transforma en angustia. Tampoco Sartre
puede renunciar a ella: para él, la angustia es la conciencia de la libertad.
​El hombre es el ser caracterizado por la libertad absoluta, en el sentido de que cada uno de sus actos es siempre
absolutamente original. No hay nada que preceda al hombre; el acto del hombre nace en el instante en que se realiza.
No hay normas o valores anteriores a cada hombre, sino que cada uno es creador de sus propios valores.
​Lo único que el hombre no ha elegido, sino que le ha sido dado, es la libertad; por lo que el hombre está condenado a
ser libre.

El cuerpo propio
Para Sartre el cuerpo es una estructura de la conciencia, constituye su punto de vista a partir del cual organiza y
aparece en el mundo.
Este nuevo desarrollo del tema del cuerpo resulta de haber distinguido 2 perspectivas: el cuerpo como ese objeto que
estudian la anatomía o la fisiología, objeto dotado de una cierta composición química, un peso y un color. Éste es el
cuerpo objeto, el cuerpo para otro, mi cuerpo tal como lo percibe, o el cuerpo ajeno tal como yo lo veo. Pero mi cuerpo
propio para mi, no está entre los entes del mundo que miro, toco y uso. ​No veo mis ojos sino el color de las cosas, no
siento mis manos sino la dureza del escritorio.
Sartre, buscando determinar qué sea el cuerpo en su ser para sí, desarrolla una deducción de la corporeidad. ​Partimos
de la conciencia como nuestro modo más inmediato de ser en el mundo. La conciencia y el mundo son seres relativos
porque:
a) La conciencia es siempre conciencia del mundo
b) El mundo no puede hacerse presente sino adquiere un ​orden,​ un delante, atrás, arriba, abajo. Pero todas
estas determinaciones no están en las cosas mismas sino que son relativas a un cierto punto de vista
c) Si la conciencia no tuviese un punto de vista, se disolvería en el orden del mundo, pero como la conciencia
es relativa al mundo, la desaparición del mundo arrastraría consigo la aniquilación de la conciencia
d) Por lo tanto, es condición necesaria para la conciencia tener un punto de vista
e) En consecuencia: es contingente que yo sea, que esté aquí. Pero es necesario que si soy, como conciencia,
sea en la forma de un ser ahí. Lo mismo vale para el mundo. Si el mundo ha de aparecer, su orden puede ser
cualquiera, pero necesariamente uno.
facticidad (nombre que le damos al carácter de ser de nuestro existir propio) de la conciencia que es el cuerpo.
Mi cuerpo para mí, no es una de las cosas que hay en el mundo, sino mi facticidad, aquello desde donde la conciencia se
abre al mundo.
​Fisonomía (aspecto exterior de las cosas) del mundo remite al cuerpo como punto de vista, de tal modo que si
describiese mi mundo, expresaría al mismo tiempo todo lo que yo soy.
​Consideramos el análisis de Sartre de la sensación: los sentidos no son más que particularizaciones de ese punto de
vista general que constituye el cuerpo propio. Así, el limón, es amarillo desde el punto de vista de la visión, acido desde
el punto de vista del gusto, rugoso desde el punto de vista del tacto. Igualmente, en mi experiencia de mundo, los
objetos son duros o blandos, pesados o livianos, en relación con mis fuerzas; altos o bajos, desde el punto de vista de mi
tamaño.

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4) La visión existencialista del mundo social
​Para los existencialistas, la relación con el otro no es una simple coexistencia espacial o una simple relación de
conocimiento (mirando por la ventana veo que hay otros). Es una ​relación de ser​, relación interna, no externa​. Algunos
autores comparten este principio, aunque enfoquen las relaciones interhumanas con matices diferentes.
Heidegger analiza la estructura que hace posible todas las relaciones concretas con el otro. Esta estructura es el
ser-con.​
Sartre busca una comprensión de las relaciones concretas con el otro, intenta descubrir “la presencia de tal o cual otro
concreto”.
Marcel acentúa el aspecto ético de esta relación, su valor en función de la plena realización humana.

☸ Martín Heidegger: el ser-con


​Heidegger se pregunta: ¿quién es el que en la cotidianeidad es el ser-ahí? A esto respondemos: “yo”.
Así como no hay un ser-ahí sin mundo, tampoco lo hay sin otros ser-ahí-
En el mundo del sastre, por ejemplo, aguja, tela, hilo se disponen como útiles para confeccionar un traje, pero la ultima
finalidad es que lo pueda usar el cliente. Igualmente, los útiles del escritor se organizan para realizar su libro, libro
destinado a los lectores.
​Los útiles del mundo remiten constantemente, no sólo a otros útiles y a una obra a realizar, sino también a otros
ser-ahí entre los cuales está también ‘uno’.
​En consecuencia, encuentro en mi trato con el mundo:
1- Los útiles que me sirven
2- Los otros “ser ahí” que me acompañan, motivo de mi solicitud o inquietud. Este ser-con es un ​existenciario,​ es
decir, una estructura ontológica necesaria del ser-ahí, condición de posibilidad de todas las relaciones
concretas con el prójimo. No puedo ser escritor en un mundo en que no hubiese lectores.
Encontrar al otro no requiere su presencia física ante mí.
​En síntesis, en lo que el ser-ahí hace y usa (su relación con el mundo), encuentra a los otros al mismo tiempo que a sí
mismo. Por lo tanto, el ser-ahí es un ‘ser en común’ y el ‘ser solo’ no es más que un modo del “ser-con”.

☸ Jean Paul Sartre: la mirada


Sartre se pregunta: ¿hay otros? Si bien la existencia del otro, en cuanto a sujeto, no es demostrable, nadie es
sinceramente solipsista. Es ésta la experiencia de la ​mirada.​
​Cuando otro me mira siento en la ​vergüenza​ que soy ​objeto​ para él. Pero sólo puedo ser un objeto si él, como mirante,
es un ​sujeto.
​Mientras estoy solo, el mundo se organiza en torno a mi punto de vista y como instrumento de mis fines. El otro que
me mira ​me roba​ el mundo, lo organiza en torno a su punto de vista y como instrumento de sus fines y yo paso de
libertad y centro del mundo a no ser mas que el objeto útil para los fines del otro.
​El otro y yo somos 2 subjetividades que tratan de paralizarse con la mirada.
Por el otro lado, me otorga un ser que es mí ser pero que no puedo lograr sino por la mediación de su mirada: mi ser
objeto, mi ser algo en medio del mundo, mi ​ser para otro.​
La conciencia no tiene ante sí más que el mundo. Elegante o desgarbado, simpático o antipático, tranquilo o nervioso,
no lo puedo ser para mí porque no puedo tomar distancia necesaria para constituirme en un objeto más del mundo.
​En las relaciones interhumanas, el otro es mi enemigo que aniquila mi libertad y me roba el mundo, pero también
aquel que necesita para llegar a ser lo que soy. No es extraño que las relaciones concretas con el otro, en cuyo corazón
se encuentra esta tensión entre la búsqueda y el rechazo del otro, sean todas las relaciones conflictivas, destinadas al
fracaso.
La esencia de las relaciones entre las conciencias no es la comunidad sino el conflicto.

☸ Gabriel Marcel: objetividad e intersubjetividad

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​ l ​esse​ (ser), para el hombre es un ​co-esse​ (co-ser). Es a partir de mi co-existencia con el otro que se constituye mi ser y
E
el ser del prójimo.
La filosofía de Marcel, constituye el camino que nos conduce del vacío a la plenitud, del tener al ser, de la objetividad a
la presencia, marcha mediante la cual se cumple acabadamente del destino del ​homo Viator​ (hombre que sigue un
camino). ​Regularmente, el otro no es para mí más que un objeto de mi mundo caracterizado, como cualquier otro
objeto, por un conjunto de ​propiedades q ​ ue tiene y de ​funciones​ que cumple. Estas relaciones son abstractas: no es mí
ser total que se liga con el “ser del otro”, no somos tú y yo que nos encontramos, sino una función que uno tiene con la
que tiene el otro. Termino identificando mi ser y el ser de los demás con su función, haciendo depender su valor de la
eficacia con que la función es cumplida.
Las condiciones de la vida moderna inducen cada vez más a este co-existir vacío. No puede sorprender que en un
mundo así haya surgido la idea de una “ingeniería social” encargada de que los “recursos humanos” sean articulados,
calculados y aprovechados con la misma eficacia con que disponemos de los recursos naturales.
​La experiencia del amor y las condiciones que lo hacen posible, se encuentran en la invocación por la que llamo al otro
a ser conmigo.​ Dejo de estar encerrado en lo mío, en lo que tengo, no lo trato mas como un objeto, sino que lo
reconozco como un tú.
La respuesta requerida por la invocación es la disponibilidad del otro. El ser disponible es capaz de ser enteramente
conmigo, no se limita a darme de lo que tiene. Así se funda el nosotros y en el seno del nosotros somos mutuamente
presentes,​ no objetos el uno para el otro.
Este ser al que accedemos por el amor es la persona. Pero la persona no es entonces un ser aislado, sólo es una
constelación de personas que se sostienen mutuamente en la intimidad de un nosotros.
En consecuencia, el ser no es una propiedad que cada uno tiene, como el color del cabello. El ser, es el nosotros a partir
del cual tú y yo somos. Solo la decisión de amar nos da acceso a esa plenitud del ser.

ÉTICA Y MORAL: SUS RELACIONES


I​) Ética y ethos. La ética como tematización del ethos
● Consideraciones preliminares:
La ética es la “tematización del ethos”. El vocablo “ética”, separado de todo contexto, resulta ambiguo, ya que puede ser
el sustantivo que designa una disciplina, pero puede ser también la forma femenina del adjetivo “ético”. Lo que
tratamos de definir es el sentido de la “ética” como un sustantivo con el que se nombra una particular disciplina. La
tematización​ tiene carácter reflexivo. ​La ética es, una de las formas en que el hombre se auto-observa, una operación
consistente en dirigir la atención hacia operaciones propias. El ethos (o fenómeno de la moralidad) comprende
también todo esfuerzo por esclarecerlo, lo cual da lugar a la paradoja de que la etica, en cuanto tematización del ethos,
resulta ser tematización de si misma. No es que “ética” y “ethos” sean sinónimos. Lo que ocurre es que la ética se
integra en el ethos, se adhiere a él, enriqueciéndolo y haciéndolo mas complejo.
En el lenguaje corriente suele emplearse el término “ética” como equivalente al término “moral”. Pero, se tiende a ver
en la ética la disciplina (la tematización) y en la “moral” lo “tematizado” (por ejemplo: las costumbres, los códigos de
normas, etc.)
La ética es peculiarmente difícil: no porque su objeto de estudio sea extraño o insólito, sino por lo contrario: porque no
se puede salir de él, porque es demasiado cercano. La reflexión ética puede hacerse sin “toma de distancia”. Es en tal
caso ​algo más​ que una reflexión, ya que involucra un comportamiento, una actitud práctica, normativa.
Axial aparece otro aspecto de la dificultad: hay grados y hay variantes cualitativas del compromiso extrañado en la
reflexión ética; y además, una cosa es el compromiso como tal, y otra, su cumplimiento efectivo. La reflexión puede y
suele ir acompañada de incumplimiento y viceversa.
Todas estas referencias al “compromiso” conducen a la consideración del problema del carácter práctico o normativo
de la ética. La expresión “filosofía práctica” suele usarse con la significación genérica, que abarca la ética, la filosofía
política y la filosofía del derecho, a veces también la filosofía de la economía o la teoría de la acción. La antropología
filosófica ha sido vista como una rama de la filosofía práctica. ¿Qué es la filosofía práctica? ¿mera observación de la
praxis o también parte integrante de la praxis?.

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● El concepto de ethos:
La palabra ethos es un término técnico, suele entenderse como carácter. Con el término ética se alude a aquello que es
lo más propio de una persona, su modo de actuar; en cambio, con el termino moral se alude a las costumbres, hábitos.
​En el lenguaje filosófico general, se usa hoy ‘ethos’ para aludir al conjunto de actitudes, convicciones, creencias
morales y formas de conducta, sea de una persona individual o de un grupo.​ El ​ethos​ es un fenómeno cultural que suele
presentarse con aspectos muy diversos, pero que ​no puede estar ausente en ninguna cultura. Es, la ​facticidad
normativa​ que acompaña a la vida humana.
El ethos en su carácter de facticidad normativa, remite siempre a determinados códigos de normas o a sistemas de
valores, o a ciertos tipos de concepciones sobre lo que es moral y lo que no lo es. Que hay una ​pluralidad​ de tales
códigos, o sistemas o concepciones, es un hecho de experiencia, que puede ser siempre corroborado.
​Cuando no todos opinan unánimemente de lo que ‘se debe hacer’, surge la duda, la pregunta básica acerca de ​qué​ se
debe hacer y la de ​por qué​ se lo debe hacer. Así, se inicia la ética filosófica, que es la continuación sistemática de la
tematización espontánea: en ella se procura ‘reconstruir’ los principios que rigen la vida moral, se intentan
fundamentar las normas.
Como la reflexión filosófica se efectúa según diversos criterios, también se mantiene la pluralidad, y es axial como a
determinados tipos de ​ethos​ les corresponden determinados tipos de ética.
● Sentido de la tematización:
​Las distintas definiciones de ética convergen en un concepto: el de la reflexividad de la ética. Ella es un modo de
reflexión que apunta principalmente a 2 cosas:
1) A fundamentar las normas y
2) A aclarar lo mejor posible el sentido y el uso de los términos propios del lenguaje moral
​La tematización, es una tematización reflexiva, con un doble aspecto, que corresponde a 2 niveles de reflexión: el de la
ética normativa y el de metaética. Para realizar la tematización, es necesario convertir algo en tema, en el asunto sobre
el que ha de conversar la ética, éste puede hacerse mediante:
1) Explicaciones:​ es la tarea de hacer hablar al ethos, y su forma más importante es la “reconstrucción normativa”
2) Problematizaciones:​ no solo el descubrimiento de planteos sino también el descubrimiento de ellos. Las
problematizaciones son lo propio de la actitud crítica en el examen de un tema
3) Investigaciones:​ esfuerzos para hallar soluciones posibles a los problemas. La investigación tiene el sentido de
rastrear algo; ella se convierte en acopio de información pero esa no es su finalidad, sino que debe teorizar la
información
4) Teorizaciones:​ elaboraciones de respuestas teóricas a los problemas descubiertos o afrontados
5) Ordenaciones (sistematizaciones):​ no en el sentido de construcción de “sistemas”, sino en el de operar
ordenada, sistemáticamente en cada uno de los pasos de la tematización
6) Meditaciones:​ toda autentica reflexión filosófica es a la vez una “meditación”. Se puede meditar a partir de los
resultados de una investigación. Ocurre que en la meditación genuina se produce el hallazgo de nuevas ideas.
Las meditaciones se hacen a través de diálogos
7) Discusiones (disputaciones):​ las preguntas deben estar formuladas de tal modo que le revelen al interlocutor
interrogado su propia ignorancia acerca de un determinado tema. El dialogo, la discusión mediante
argumentos, hace descubrir problemas, posibilita la “problematización” y obliga a la “teorización”. La
tematización del ethos alcanza sus formas culminantes en el dialogo, en las discusiones.
● La reconstrucción normativa:
La ética contemporánea ha descubierto el carácter “reconstructivo” de la tematización del ethos. Esto significa que,
cuando alguien se ocupa de la ética, re-construye elementos propios del ethos. ​La tematización del ethos solo es
posible a partir del reconocimiento de que el ethos no depende de esa tematización.
La problematización es un primer paso reconstructivo; entonces tiene que comenzar la investigación. Hay ciencias
reconstructivas que tratan de explicitar normas que gozan de un reconocimiento universal. Así, es también
reconstructivo el método pragmático universal: ahí se trata de convertir la conciencia explicita de reglas (un “know
how”) en una explícita (un “know that”). ​Digamos que toda reconstrucción normativa es una especie de “saber acerca

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de un saber”. Es un saber sapiente, en tanto que el saber sabido (objeto de la reconstrucción) no es realmente
consciente mientras no está reconstruido, y cuando lo está, es decir, cuando se hace consciente, se confunde con el
saber sapiente, el saber de la ética normativa reconstructiva.
​La reconstrucción normativa es una tarea ardua, porque se conoce y a la vez, no se conoce lo que se trata de
reconstruir.

II) La ética y sus niveles de reflexión


​Concepto de ‘reflexión’ y sentido de sus ‘niveles’​:
​La reflexión es un acto por el que el sujeto se convierte en objeto de si mismo. Es una auto-observación de la que tiene
que surgir alguna forma de autoconocimiento.
Se puede poner en duda que siempre el hombre esté en actitud ‘reflexiva’. Podría entenderse ‘reflexión’ como toda
forma de ‘meditación’ (aunque el objeto de una meditación determinada no fuera algo del propio sujeto meditante).
‘Reflexión’ para los casos en que es ‘clara y distinta’ la actitud en que el pensamiento, mediante un giro de 180°, se
vuelve sobre si mismo. Hay que admitir también la existencia de estados ​prerreflexivos​ de la conciencia humana,
estados en que la atención está totalmente volcada hacia ‘afuera’, hacia lo otro de si, y en que, sin que se haya perdido
la ‘posicionalidad excéntrica’, se adopta una posición ‘frontal’. ​Para que la reflexión y sobre todo, la reflexión
deliberada, se haga posible, tiene que haber un dialogo, y especialmente tiene que haber dialogo argumentativo, tiene
que haber ‘discurso’.
La cuestión que nos interesa es la de los “niveles” de reflexión; el ​primero de éstos es la reflexión espontánea, natural,
cotidiana.​ De ese nivel resulta fácil distinguir el nivel propio de ​la reflexión voluntaria​ e intelectualmente deliberada,
sistemática, ordenada. Ahí estamos ya en la ​razón reflexiva​. En ambos niveles estamos, volviendo la atención sobre
nosotros mismos, sobre algo que nos es propio. Otro nivel de reflexión posible, entonces, es el de la atención vuelta
precisamente hacia la expresión lingüística y que tiene que expresarse en un ‘metalenguaje’. Y también podemos
imaginar un cuarto nivel, en el que la reflexión toma tanta distancia, que parece ‘enderezar’ la reflexión, o sea, deja de
ser, precisamente una reflexión.

​Ethos pre-reflexivo y ethos reflexivo:


​Las diferencias de nivel de reflexión aluden a lo que se busca con ellas y al grado de normatividad presente en la
reflexión.
​Recordemos que el ethos es un conglomerado de creencias, actitudes, costumbres, códigos de normas, etc. Hablaremos
de ethos pre-reflexivo y el ethos reflexivo. En el primero nos encontramos con la normatividad pura, no cuestionada
aún, la conducta ajustada a determinadas normas y las maneras de juzgar dicha conducta, especialmente cuando ésta
se aparta de aquellas normas. Casi insensiblemente, se pasa de ese nivel pre-reflexivo a un primer nivel de reflexión. Se
trata aquí, de una reflexión elemental, espontánea, que surge a consecuencia de discrepancias morales​. En el ethos hay
certezas, pero también hay dudas. La actitud de “pedir un consejo”, por ejemplo, es una actitud que va acompañada de
un tipo de reflexión que podemos llamar “reflexión moral”. ​Un segundo nivel está constituido por las reflexiones que es
necesario desarrollar cuando no nos conformamos con saber o qué se debe hacer, sino que nos planteamos la pregunta
“¿por qué?”. La búsqueda de fundamentos de las normas y la crítica de aquellas normas que no nos parecen
suficientemente fundamentadas, son las tareas más características de este segundo nivel que constituye la “ética
normativa”; lo normativo es cuestionado. Un tercer nivel es el de la “metaética”, un tipo de reflexión que analiza el
significado y el uso de los términos morales. La metaética constituye un metalenguaje con respecto al lenguaje
normativo.
En principio, pretende ser una reflexión neutral. Finalmente, ​existe un cuarto nivel de reflexión ética; se intenta
describir la “facticidad normativa”​. No se toma posición respecto de si algo está bien o mal, ni si se debe o no se debe
hacer. Solo se dice como es; se investiga qué se cree que se debe hacer, se comprueba cómo se comportan los seres
humanos. A este nivel de reflexión lo llamamos ​“ética descriptiva”​.

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Visión panorámica de los 4 niveles de reflexión ética:
​4 aspectos generales constitutivos del ethos:
1) El ethos pre-reflexivo, el conjunto, no cuestionado de creencias morales, actitudes orales, códigos de normas, etc.
El “piso” desde el que en todo caso se inicia cualquier reflexión sobre cuestiones morales.
2) Fundamentos de normas y valoraciones; dan lugar a tareas de “fundamentación y crítica”.
3) La “semiosis” del ethos, es decir, el lenguaje especifico en el que se expresa lo normativo y lo valorativo. La
reflexión sobre la semiosis es expresada con un metalenguaje.
4) La facticidad normativa como tal, es decir, la realidad empírica de las creencias, las actitudes, las costumbres, los
códigos; los aspectos objetivos de ese fenómeno, incluyendo los actos de reflexión sobre él mismo.
​Los cuatro niveles pueden, en general, distinguirse muy fácilmente por el tipo de pregunta que cada uno trata de
responder:
- Reflexión moral: ¿Debo hacer X? → solicitan un consejo
- Ética normativa: ¿Por qué debo hacer X? → piden justificativo o sea, fundamentos normativos
- Metaética: ¿Está bien planteada la pregunta anterior? Y ¿por qué o por qué no? → demandan aclaraciones sobre
significados y usos de los términos normativos
- Ética descriptiva: ¿Cree A que debe hacer X? → reclaman concretas informaciones descriptivas

​La reflexión moral:


​La pregunta ¿qué debo hacer? hace referencia a cómo debo comportarme, cómo debo actuar en cuanto a la moralidad.
Cuando somos niños el ethos está compacto, es decir, sin fisuras, es homogéneo porque sabemos qué es lo malo y qué
es lo bueno, o lo justo e injusto. A medida que crecemos, observamos que el ethos no es tan homogéneo y debemos
saber cómo debemos comportarnos en cierta situación, lugar o momento. Cuando preguntamos ¿qué debo hacer? lo
que hacemos es pedir un consejo.
​La reflexión moral se encuentra en el saber vulgar, es decir, se aprende a medida que vamos viviendo.
​La reflexión moral es un saber sabido porque ya está incorporado en uno mismo.

​La ética normativa:

20
​ n este nivel de reflexión la atención está dirigida a la cuestión de validez de los principios morales. Aquí está presente
E
la razón. La ética normativa es la búsqueda de los fundamentos de las normas y de las valoraciones.​ Dicha búsqueda va
asociada a la crítica, es decir, al permanente cuestionamiento de cada fundamentación. Fundamentación y crítica son
tareas opuestas, pero a la vez, complementarias. Tanto la fundamentación como la crítica son tareas filosóficas.
​La ética normativa se hace necesaria porque el hombre, junto a su saber moral, tiene también la tendencia de
engañarse a uno mismo. La reflexión ético normativa, sistemática, operando con argumentos racionales, impide, o al
menos dificulta, obstaculiza el engaño.
​La ética normativa no es cuestión de gustos; es también ciencia, es decir, puede conducir, si opera sistemáticamente y
con metodología adecuada, conocimiento auténtico.
​La ética normativa dispone de respuestas racionales para explicar el hecho de la pluralidad de códigos normativos.

Confrontación de reflexión moral y ética normativa


REFLEXIÓN MORAL ÉTICA NORMATIVA
Presupone principios y procura aplicarlos a las A partir de las situaciones, busca los principios
situaciones
Pregunta ¿qué se debe hacer? Pregunta ¿por qué se debe hacer lo que recomienda la
norma o la reflexión moral?
Juzga sobre el carácter (o valor) moral de actos Indaga el fundamento de los juicios morales
particulares
Es un ‘saber’ prefilosófico Es un ‘saber’ filosófico
Reclama respuestas situacionales Reclama respuestas (universalmente) válidas
Es un ‘saber’ imprescindible para el recto obrar No es imprescindible para el recto obrar
Es espontánea, asistemático Es reflexión sistemática
Es acrítica Tiene que ser crítica
Es un saber prístino, apoyado en lo ‘pre-reflexivo’ Es ‘reconstructiva’

La Metaética
No hay que confundir la metaética con la ética analítica. ​Lo que califica a la ética analítica es su metodología, mientras
que el término ​metaética​ designa un nivel de reflexión en el que pueden utilizarse también métodos no analíticos y en
el cual trabajó de hecho la filosofía práctica desde la antigüedad, aunque no fuera consciente de ello y aunque no
existiera esa designación.​ Incluso hablar de la metaética es una forma de hacer metaética. ​Esta se expresa en todo
“metalenguaje” cuyo referente es algún aspecto lingüístico del ethos. Podemos decir que hay en el ethos, o sea, en el
fenómeno moral, siempre un ​factum​ y un ​dictum,​ o como lo expresa Abraham Edel: hay una moralidad “operante” y
una modalidad “verbal”.
Frankena es un pensador analítico que está muy cerca del reconocimiento de que la ética normativa y la reflexión
moral son 2 niveles distintos: él llama “ética normativa” a ambos, pero distinguiendo la referencia a cuestiones
generales de la referencia a cuestiones particulares.

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Richaro Brandt admite que la ética normativa no solo se propone la formulación de principios éticos válidos, sino
también una defensa o justificación de la aceptación de dichos principios. ​Las tareas propias de la metaética serían
para Brandt:
1) Establecer el método correcto para fundamentar los enunciados éticos normativos
2) Establecer el significado de los términos y enunciados éticos (decidir, por ejemplo, si tales enunciados son
descripciones de algo o predicciones, mandatos, recomendaciones)
En esas 2 tareas está relacionada la cuestión de la ​validez,​ de las proposiciones normativas y ésta es la razón de que la
reflexión ético normativa y la reflexión metaética a menudo se encuentran entre sí. Tales encuentros no deben hacer
olvidar que constituyen 2 niveles distintos de reflexión. La metaética, en síntesis, es el esfuerzo racional por aclarar
todo lo que “dice” la reflexión moral y todo lo que “dice” la reflexión ético-normativa.

Confrontación de reflexión moral y metaética


REFLEXIÓN MORAL METAÉTICA
Es netamente normativa Tiene pretensión de neutralidad
Es prefilosófica Es filosófica
Es endógena (desde el ethos) Es exógena (desde lo extraético)
Examina las propias creencias morales Examina la semiosis del lenguaje moral

Confrontación de ética normativa y metaética


ÉTICA NORMATIVA METAÉTICA
Es endógena y normativa Es exógena y ‘neutral’
Intenta fundamentar normas y/o valoraciones Analiza los criterios de fundamentación de normas y/o
valoraciones
Usa los términos éticos (es lenguaje objeto) Menciona los términos éticos (es metalenguaje)
Establece criterios para juzgar la moralidad de los actos Establece criterios para juzgar la validez de enunciados
morales y ético-normativos

La ética descriptiva
​La ‘ética descriptiva’ es el nivel de reflexión ‘exógeno’ por excelencia. La ​intentio​ reflexiva proviene de afuera del ethos,
a diferencia de la reflexión moral y la ético-normativa, donde la​ intentio​ proviene del ethos mismo.
En la reflexión moral y la ético-normativa nos comportamos como pertenecientes al ethos. En la ética descriptiva, en
cambio, no nos vemos. Aunque eso que vemos sea algo de lo cual participamos, no participamos en ello mediante ese
acto de observación. Es más bien como si contempláramos una fotografía. En este nivel nos colocamos fuera del edificio
del ethos. Simplemente observamos, y describimos lo que vemos. A esto podemos llamarlo ‘ethoscopía’ y ‘ethografía’.
Es una tarea científica, no filosófica. Requiere metodologías e instrumental científicos. Estando el ethos compuesto de
creencias, la ética descriptiva verifica cuáles y cómo son tales creencias, pero no las enjuicia, ni expone creencias del
observador.
Los datos recogidos en cada caso por medio de procedimientos ethoscópicos particulares son elaborados luego por
cada ciencia según sus propósitos. La ética normativa puede utilizar la información de la ética descriptiva. Estamos,
entonces, ante algo más que estudios sobre costumbres, códigos normativos, creencias, etc., sino también ante la
descripción (ethografía) de la ‘facticidad normativa’, de su estructura, de su funcionamiento, de sus causas (u orígenes)

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en cuanto fenómeno general, y también de las causas de su individualización o desmembramiento en diversidad de
códigos morales.

Sobre la oposición entre ‘vigencia’ y ‘validez’


En esta oposición entre ‘vigencia’ (categoría que corresponde al ámbito de la ética descriptiva) y ‘validez’ (noción que
pertenece al ámbito de la ética normativa), resulta interesante considerar 2 posturas teóricas especiales: el relativismo
y el escepticismo.
El relativismo ético, a diferencia del escepticismo ético, no niega los conceptos de ‘vigencia’ y ‘validez’, sino que los
identifica.
La vigencia alude al relativismo fáctico. Tal reconocimiento presenta 2 aspectos o momentos​. Una norma moral es
‘vigente’ cuando de hecho es ‘observada’ (cumplida); pero también es vigente o reconocida cuando de hecho se cree
que se debe o que debería ser observada.​ El caso es que la creencia no siempre va acompañada de observancia. La
vigencia es la tendencia general a ‘observar’ la norma en cuestión, o al menos, la tendencia general a ‘creer’ que ella
debe ser observada. Se puede comprobar la vigencia de una norma a través de la ethoscopía y ethografía: con ello se
estará indicando que esa norma es reconocida como obligatoria en el plano de la ‘reflexión moral’ y en la conducta de
los agentes morales observados.
​La ‘validez’ de una norma, en cambio, no depende de la creencia ni de la observancia, sino de la posibilidad de que
dicha norma sea ​racionalmente justificada.​ Para esto no sirven los recursos ethoscópicos y etnográficos​. El problema de
la validez no se le plantea a la ‘ética descriptiva’ ni a la ‘reflexión moral’, sino a la reflexión racional, filosófica. Esta
reflexión puede ser hecha en el nivel de la ética normativa (que trata precisamente de demostrarla –y en esto consiste,
en definitiva, la ‘fundamentación ética’, o bien de someterla a la crítica racional) o en el de la metaética (que analiza el
sentido de la validez, pudiendo negar la ‘validez’ de normas morales o establecer los criterios según los cuales esa
validez puede ser demostrada. La distinción entre vigencia y validez tiene importancia particular en el problema de la
fundamentabilidad ética y en el estudio de las afirmaciones escépticas.

Confrontación de reflexión moral y ética descriptiva


REFLEXIÓN MORAL ÉTICA DESCRIPTIVA
Es netamente endógena (se hace desde la facticidad Es netamente exógena (examina la facticidad normativa
normativa) desde afuera)
Se basa en la creencia moral Describe la creencia moral sin participar en ella
Trata de dirigir la acción Observa cómo se dirige la acción
Pregunta qué se debe hacer Pregunta qué se cree que se debe hacer
La practica toda persona La practica el investigador en ciencias sociales
Máxima normatividad Máxima neutralidad
No son filosóficas; pero pueden servir a la ética filosófica

Confrontación de ética normativa y ética descriptiva


ÉTICA NORMATIVA ÉTICA DESCRIPTIVA
Se interesa por la validez de normas y valoraciones Se interesa por la vigencia de normas y valoraciones
Critica la moral positiva Analiza la moral positiva como objeto de estudio
Es filosófica Es científica
Se expresa en ‘proporciones morales internas’ Se expresan en ‘proposiciones morales externas’
Tematizan la ‘facticidad normativa’

Confrontación de metaética y ética descriptiva


METAÉTICA ÉTICA DESCRIPTIVA

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Se interesa por la semiosis del ethos (el dictum Se interesa por la facticidad normativa
normativo)
Es filosófica Es científica
Se expresa en un ‘metalenguaje’ Se expresa en un ‘lenguaje-objeto’
Tiene pretensión de ‘neutralidad’

Sentido de la ‘ética aplicada’


​El problema de la ‘aplicación’ y de la ‘aplicabilidad’ de las normas a las situaciones concretas es un viejo problema de
la ética normativa​. Debemos tener en cuenta que la aplicación, es algo que sucede de hecho continuamente en el ethos,
independientemente de su tematización expresa. La aplicación es parte esencial de la facticidad normativa. La
‘reflexión moral’ es ya una reflexión ‘aplicadora’ de normas. El ‘problema’ de la ética aplicada sólo se le plantea a la
ética normativa. Cuando hablamos de ‘ética aplicada’ no nos referimos a la aplicación de hecho, sino a la legitimación
de la aplicación. La etica normativa nos dice ¿por qué debemos hacerlo?
​¿Qué quiere decir, entonces, la ética aplicada? Se entiende como la tarea que realiza la reflexión moral cuando ha sido
adecuadamente ilustrada por la ética normativa​. En la ‘ética aplicada’ nos encontramos con la confluencia de ambos
niveles de reflexión: por su ética, participa de la ética normativa; por ser aplicada, participa de la reflexión moral.
Por ser filosófica, la ética, como dice Nicolai Hartmann, “no enseña juicios hechos, sino que enseña a juzgar”.
Por eso hablaba Hartmann de una ‘normatividad indirecta’ de la ética. La ética no elabora códigos de normas, ni indica
cuál norma hay que aplicar en tal situación. ¿Es la ética mera filosofía de la praxis o es ‘práctica’ ella misma? O ¿cuál es
el grado de normatividad de la ‘ética normativa’?. ​La ética normativa es indirectamente normativa. La ‘ética aplicada’,
en la medida en que representa una tarea de la reflexión moral, puede considerarse como dotada de normatividad
directa. Su carácter práctico reside en su esfuerzo tendiente a proporcionar indicaciones para la acción en situaciones
concretas. Pero la ética normativa es ‘práctica’ no porque indique lo que hay que hacer, sino porque hace madurar la
capacidad práctica del hombre, ayudándole a cobrar conciencia de su responsabilidad.

NIVELES DE REFLEXIÓN

Reflexión Responde a la pregunta ¿qué debo hacer? Es - Forma parte de la ética aplicada
moral el primer grado de reflexión, se basa en el - Es un saber prefilosófico
consejo. La actitud de pedir un consejo o - Es endógena, acrítica
darlo. Son actitudes que van acompañadas - Es espontánea, asistemático
- Lenguaje normativo
de una reflexión moral. Es practicada por la
persona moralista y requiere un grado de
reflexión. Es imprescindible para obrar
correctamente.

Ética Responde a la pregunta ¿por qué se debe - Forma parte de la ética aplicada
normativa hacer X? Pertenece al saber crítico. Es la - Es un saber filosófico
búsqueda de los fundamentos de las normas - No es imprescindible para el
y valoraciones. Se hace necesaria porque el recto obrar
- Tiene que ser estricta
hombre, junto a su saber moral, tiene la
- Es endógena

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tendencia a engañarse a sí mismo. La misma - Lenguaje normativo
nos enseña a juzgar (está bien o está mal).

Ética Responde a la pregunta ¿Cree A que debe - Carácter científico, no es


descriptiva hacer X? Se comprueba como se comportan filosófica pero puede servir a la
los seres humanos. Reconoce la vigencia de ética filosófica
una norma aunque no la esté acatando. - Tematiza la ‘facticidad
normativa’
Observamos y describimos lo que vemos sin
- Tiene pretensión de ‘neutralidad’
participar. No juzga, sino que describe.
- Netamente exógena
Observa el fenómeno moral desde una - Se expresa en un
posición respecto de sí algo está bien o mal; ‘lenguaje-objeto’
solo se dice como es.

Metaética Responde a la pregunta ¿está bien planteada - Es exógena y neutral


la pregunta anterior? - Es filosófica
- Se expresa en un metalenguaje
Demanda aclaración. Analiza los términos
morales, pretende ser una reflexión neutral.
Establece criterios para juzgar la validez de
enunciados morales y ético-normativos.
Examina la semiosis del lenguaje moral.

Ética aplicada Es el encuentro de la reflexión moral y la - Se entiende como la tarea que


ética normativa. La llamamos aplicada realiza la reflexión moral cuando
porque participa de la reflexión moral. ha sido adecuadamente ilustrada
Puede entenderse como una forma de por la ética normativa
- Dotada de normatividad directa
meditación entre la razón y la acción. Por ser
- Carácter práctico
ética, participa de la ética normativa y por
ser aplicada participa de la reflexión moral.

MODELOS ÉTICOS DE LA ANTIGÜEDAD Y LA PROPUESTA DEL JUDEO-CRISTIANISMO

LA SOFÍSTICA Y EL RELATIVISMO ÉTICO


Los sofistas eran profesores viajeros de ese importante arte de obtener éxito en la vida pública. Eran figuras
internacionales originarias de diversos lugares del mundo griego. Viajaban de ciudad en ciudad impartiendo
enseñanzas a los jóvenes de las familias más ricas de la ciudad. El tema principal de sus cursos era la ​retórica​, es decir,
el arte de la persuasión mediante discursos. Los sofistas parten de una situación en la que el requisito previo de una
carrera social afortunada es el éxito en los foros públicos de la ciudad, de la asamblea y en los tribunales. Para tener
éxito en ese medio era necesario convencer y agradar. Cada uno de los sofistas tenía sus doctrinas particulares frente a
un problema, pero el núcleo común de sus respuestas sería el siguiente: la virtud (areté) de un hombre consiste en su
buena actuación en cuanto hombre. Actuar bien como hombre en la polis, es tener éxito como ciudadano. Tener éxito
como ciudadano es impresionar en la asamblea y los tribunales.
Uno de los sofistas mas famosos, Protágoras, sostenía que “el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en
cuanto son, y de las que no son, en cuanto no son”. No hay un “ser caliente” o un “ser frío” como tales, sino simplemente
un “parecer caliente a este hombre” o un “parecer frío a este otro”.
Los sofistas tienen que enseñar lo que consideran justo en cada uno de los diferentes estados.

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El hombre que vive en una ciudad dada y se adapta a las normas exigidas es un ser convencional; el que se encuentra a
sus anchas por igual en cualquier Estado es un ser natural. El hombre natural sería según los sofistas un agente
premoral. El hombre natural no tiene normas morales propias y, está libre de toda restricción por parte de los demás.
La composición psicológica del hombre natural es simple: está empeñado en conseguir lo que quiere y sus deseos son
limitados. Su interés se ajusta al poder y al placer. Para lograr lo que quiere, tiene que incorporar ​valores morales
convencionales.​ Su estrategia consiste en poner el vocabulario moral convencional al servicio de sus finalidades
privadas (decir en los tribunales y asambleas lo que la gente quiere oír).
El sofista es, un profesional de la educación y de la cultura, que busca la información del ciudadano destinada a hacerle
mejor su conducta privada y pública. Un aspecto de esa educación es la capacidad para hablar mejor, construir mejores
discursos y argumentar en favor de la tesis propia con destreza “haciendo más fuerte el argumento más débil”. Su
profesión hacía de los sofistas un grupo de profesionales que aspiraban a conseguir de sus clientes una buena paga por
su trabajo cualificado.

SÓCRATES Y EL ​INTELECTUALISMO​ ÉTICO


Las preocupaciones intelectuales de Sócrates se corresponden con las de los sofistas, y sus ideas están en sintonía con
las de la época. Sócrates, a diferencia de los filósofos anteriores, centró sus preocupaciones en las cuestiones de ética.
Pero lo que caracteriza su enseñanza es la actitud en la búsqueda de la verdad. Con su método interrogatorio, Sócrates
conmueve a sus interlocutores y les obliga a seguir buscando la verdad y la precisión conceptual. Así se preocupa de
precisar las ​definiciones universales​ de términos utilizados con frecuencia por la sofística.
Hay una faceta esencial de Sócrates como educador que le contrapone a los sofistas; ellos ofrecen un saber, Sócrates lo
busca. El sofista ve la discusión como una competición entre las tesis contrapuestas de los dialogantes; Sócrates
postula el dialogo como una búsqueda en común con los interlocutores. El sofista busca aparentar ‘tener razón’,
Sócrates se afana por ‘dar razones’. Lo que los sofistas ofrecen a sus discípulos es una formación para el éxito. Los
sofistas se mueven en el mundo de las ​opiniones​ y en el triunfo que prometen a sus clientes. Sócrates renuncia a ese
éxito social; su objetivo es otro: indagar a fondo qué es cada hombre como tal, cuál es su bien real, qué son en realidad
las virtudes y los vicios, y cuál es el mejor camino hacia la felicidad real. Todo está sometido a discusión y crítica, sólo
aquello de lo que podamos dar razón es válido.
Cuando el oráculo de Delfos lo describe a Sócrates como el más sabio de los atenienses, Sócrates llega a la conclusión
de que merecía ese titulo porque sólo él, entre todos​, ​sabía que no sabía nada​. Sócrates se presentaba como ​filósofo
(amante de la sabiduría) en contraprestación a los que se presentaban a sí mismos como ​sofistas ​(sabios). La tarea de
Sócrates consistía en hacer más sabios a sus alumnos obligándoles a descubrir su propia ignorancia.

EL EUDEMONISMO
Cuando Aristóteles (nacido 384 a.C. en Estagira) entró en la Academia de Platón, tenía sólo 18 años. Permaneció en la
escuela platónica durante 20 años hasta la muerte de Platón. Luego fundó su escuela: el Liceo.
El padre de Aristóteles era medico, y detrás de él había una larga tradición médica familiar. Es probable que el
apasionado interés de Aristóteles por la biología y el modo como hizo del ser viviente individual, científicamente
estudiado, el centro de su filosofía, sean el resultado de la tradición médica que heredó. La biología constituyó para él
la ciencia clave de su filosofía, al igual que las matemáticas lo habían sido para Platón.

La ética de Aristóteles
1) De la felicidad
​Aristóteles alega que hay un solo bien hacia el cual se dirigen todas nuestras acciones. Éste es la meta de la ciencia
política, dentro de la cual queda comprendida la investigación representada por la ética.
Quizás nos formemos una idea mas clara de lo que es la felicidad si preguntamos ​cuál es la ​actividad característica del
hombre​; se trata entonces, de indagar algo que hacen los hombres y ninguna otra criatura.
​La ‘virtud’ es la ‘virtud moral’​, ​pero esto es olvidar el añadido de Aristóteles: “lo bueno para el hombre es la actividad
del alma de acuerdo con la virtud; y si hay mas de una virtud, de acuerdo con la mejor y mas perfecta”. El hombre

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mas feliz de todos es el que se dedica a la contemplación científica; es decir, el hombre que es activo ‘de​ ​acuerdo
con’ una diferente clase de virtud, o excelencia, la ‘virtud intelectual’ de la sabiduría. El hombre activo de acuerdo
con la virtud moral es el que se encuentra en el segundo grado de felicidad, aunque como nadie es capaz de una
contemplación continua, las 2 clases de vida tienen que combinarse.
Aristóteles hace referencia a las cosas que las personas dicen acerca de la felicidad. Se refiere a concepciones que
hacen residir la felicidad ya sea en la virtud, o en la prudencia, o en la sabiduría, o en alguna de éstas acompañadas
por el placer, o, incluyendo la prosperidad material. “De estas opiniones, unas son sustentadas por muchos y
antiguos; otras, por pocos pero ilustres; y es poco razonable suponer que unos y otros se han equivocado del todo,
ya que en algún punto o en la mayor parte de ellos han acertado.”
​La felicidad, el bien común, ha sido definida como una clase de actividad de acuerdo con la virtud; y los demás bienes o
son buenos porque son las condiciones previas necesarias de esta actividad (la salud), o son buenos porque
aportan los instrumentos para la felicidad (los amigos, la riqueza, el poder político). La felicidad es el ‘primer
principio y causa de todos los bienes’.
2) La virtud
Aristóteles define la felicidad como “cierta actividad del alma, dirigida por la virtud perfecta”. La felicidad no es un
regalo de los dioses, ni tampoco un producto del azar, sino que hay que conquistarla tras un largo ejercicio, por la
lucha y la práctica de la virtud.
​Aristóteles considera al hombre como un compuesto sustancial: ​cuerpo material y alma espiritual.​ Este compuesto es
sujeto de ​pasiones​, de​ potencias​, y de ​hábitos​. Las ​pasiones​ son aquellos movimientos del apetito sensitivo que
llevan el placer o dolor. Son pasiones, por ejemplo, la ira, el amor, etc. Las ​potencias​ son aquellas que hacen al
hombre capaz de experimentar las pasiones, es decir, aquello por lo que somos capaces de airarnos, amar, odiar,
temer, etc. Y los ​hábitos​ son cualidades ​adquiridas​ que hacen que el sujeto se comporte bien o mal respecto de las
pasiones, por ejemplo, en cuanto enloquecemos, nos comportamos mal si nuestra actitud es desmesurada o débil, y
bien, si obramos moderadamente.
La virtud, a causa de la cual se nos califica de buenos o malos, supone a la vez una disposición permanente (en
contraposición a la pasión, que es un movimiento pasajero) y una elección voluntaria (por lo cual se distingue de la
disposición natural); así pues, no puede ser mas que una manera de comportarse respecto de las afecciones, una
actitud permanente de la voluntad, una preferencia habitual o hábito preferencial.
​Los ​vicios​ y las ​virtudes​ no son pasiones ni potencias, sino ​hábitos.​ Hay hábitos buenos y malos; la ​virtud​ es un hábito
bueno, que hace bueno al hombre y buenas sus acciones; los ​vicios​ son hábitos malos.
a) Las virtudes intelectuales
Aristóteles distingue 2 clases de virtudes: las virtudes de la parte apetitiva del alma, que se puede entender como
racional o irracional (irracional porque puede oponerse a la razón; racional porque puede obedecerla); y las
virtudes de la parte que es racional en la aceptación propia del término​. Las primeras son las virtudes éticas:
liberalidad, fortaleza; las segundas son las virtudes intelectuales como la sabiduría, la comprensión.
En la parte racional del alma hace una subdivisión entre: entendimiento ​teórico ​y p ​ ráctico​. El ​teórico​ se basa sobre
cosas universales y necesarias; su objeto es la verdad, lo que no puede ser de otro modo.
El práctico tiene por objeto cosas particulares y contingentes, que pueden ser o no ser. Es al entendimiento práctico al
que corresponde deliberar sobre las acciones en particular. La virtud intelectual que regula la función creadora
es el ​Arte​ que consiste en ‘cierta facultad de producir dirigida por la razón’. La virtud intelectual que se ocupa
de esto es la ​prudencia​ (virtud esencialmente práctica, cuya función consiste en deliberar bien para obrar
bien).

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b) La virtud ética
​La virtud se produce mediante la ​ejecución de las acciones​ que corresponden, es decir, que nos volvemos justos
cometiendo actos justos, valerosos haciendo cosas valientes.
​Las virtudes, al igual que la salud, son destruidas por el exceso o por la falta, y son producidas, incrementadas y
preservadas por lo que es proporcionado.
​Según Aristóteles, el hombre virtuoso no es el que lleva a cabo determinadas cosas, sino el que las ejecuta de una
manera determinada: -debe actuar con conocimiento, -debe elegir lo que hace y –elegirlo por su propio valor, y
“su acción debe surgir de un carácter firme e invariable”.​ Así la liberalidad consiste, no en la abundancia de las
cosas que se donan, sino en la disposición de quien las da. Esta última condición nos permite ofrecer una
definición general de la virtud ética:
​La virtud ética es un hábito adquirido, voluntario, deliberado, que consiste en el justo medio en relación a nosotros, tal
como lo determinaría el buen juicio de un hombre prudente y sensato, juzgando conforme a la recta razón y a la
experiencia.
Clasificación de las virtudes éticas:
- Las que regulan la parte irracional del alma:
1) Fortaleza o valor: relacionada con el dolor y constituye el medio entre 2 extremos viciosos: cobardía y
temeridad
2) Templanza: regula los placeres de los sentidos y consiste en el medio entre la insensibilidad y la
intemperancia
3) Pudor o modestia: maneja a las emociones, y se sitúa entre la timidez y la impudencia

- Las virtudes que se refieren a las relaciones sociales del hombre con sus semejantes:
1) Liberalidad: se refiere al uso de las riquezas. Consiste en un medio entre la tacañería y la prodigalidad
2) Magnificencia: se trata del uso de las riquezas cuando hay que hacer grandes gastos. Se halla entre la
mezquindad y la fastuosidad grosera.
3) Magnanimidad: se centra en la gloria y los grandes honores. Tiene su medio entre la pusilanimidad o
ruindad y la megalomanía o vana ostentación.
4) Justicia: es la virtud por excelencia, comprende a todas las demás. Introduce la armonía asignando a
cada parte la función que le corresponde. Aristóteles fundamenta la ​justicia​ propia del hombre
constituido en sociedad y que se puede traducir por justicia ​política, civil ​o ​social.
Según Aristóteles, la justicia, considerada como virtud moral, consiste en 2 cosas: a) la obediencia a las leyes, ajustando
a ellas la conducta del ciudadano; b) la relación a los demás individuos considerados como
ciudadanos iguales y libres (la justicia tiene por ​medio​ la ​igualdad)​ .

LA FILOSOFÍA HELENÍSTICA
La ascensión de los reyes de Macedonia al poder supremo de Grecia y el gran impulso conquistador de Alejandro
Magno hacia el Este, acabó finalmente con la vida intensa, restringida y concentrada de las ciudades griegas
independientes, dotadas de todos los elementos necesarios para bastarse a sí mismas. Hubo un gran número de
individuos que se habían separado de la vida propia de las ciudades-estado, intelectuales cosmopolitas o soldados
aventureros para quienes al menos los lazos que los unían a su ciudad natal eran muy endebles.
En Grecia se produjo un gran cambio decisivo, cambio que afectó a las minorías educadas. El ciudadano griego había
perdido ese sentimiento de seguridad que la vida de la ciudad antigua podía darle. No era simplemente un miembro de
una comunidad íntima y pequeña, en la que su código moral y sus prácticas religiosas se hallaban determinados por la
usanza, el medio ambiente y el urgente apremio de la opinión publica, representada por un cuerpo compacto de
ciudadanos.
Numerosas eran las personas que se sentían aisladas, que sabían que los antiguos fundamentos de la fe y la conducta
habían desaparecido y que nada tenían para reemplazarlos. Necesitaban buscar una norma de vida que les
proporcionara una íntima sensación de seguridad y estabilidad. Esto fue lo que las nuevas filosofías del periodo

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helenístico procedieron a suministrar. Pretenden ofrecer a sus adeptos, tranquilidad total e imperturbable contra
todos los golpes y cambios de la fortuna, contra la inseguridad mudable e inconstante de los asuntos humanos.
El objetivo inmediato y urgente es la búsqueda de una orientación moral, a la cual debe estar subordinada, como a su
fin, la orientación teorética. El pensamiento debe servir a la vida, y no la vida al pensamiento. La filosofía es ahora una
investigación de orientación moral, una investigación de la conducta de vida que ya no tiene su centro y su unidad en la
ciencia, sino que subordina la ciencia a sí como el medio al fin.

EL HEDONISMO
​Epicuro y el Epicureísmo
La escuela que funda Epicuro, llamada ‘El Jardín’ difería de las escuelas anteriores (la Academia y el Liceo). Eran
admitidos mujeres y esclavos, la amistad posee una gran importancia ética en el epicureísmo. Los discípulos de Epicuro
no eran estudiantes que ‘estudiaban una materia’, sino hombres y mujeres dedicados a un cierto estilo de vida. Los
miembros de la escuela consagraban mucho tiempo a la lectura y explicación de los libros de Epicuro.

Placer y Felicidad
​Epicuro​ ​asienta el siguiente principio: “Decimos que el placer es principio y fin de la vida feliz. Al placer, pues,
reconocemos como nuestro bien primero y connatural, y de él partimos en toda elección y rechazo, y a él nos referimos
al juzgar cualquier bien con la regla de la sensación”.
Al asentar el principio señala el objetivo de la ética, que trata de lo que debemos buscar y de lo que debemos evitar
para alcanzar ese vivir feliz que es el fin de nuestro existir. Así el principio del placer, la ​hedoné​, constituye la meta de
nuestro actuar, o el blanco de nuestras acciones.
​“Como demostración de que el placer es el objetivo final aduce que los animales, apenas han nacido, se encuentran a
gusto con él, y en cambio aborrecen el sufrir, de modo natural y al margen del razonamiento”.
​Epicuro da por supuesto el que los hombres, al igual que todos los seres vivos, persiguen el placer y evitan el dolor.
Estamos genéticamente preparados para buscar lo que ha de causarnos placer y evitar lo que ha de causarnos dolor,
ninguna criatura cuya constitución sea normal ​puede​ tener otros fines. Esto no significa que estamos obligados a hacer,
sino que significa lo que es ​menester​ hacer si vamos a alcanzar con éxito nuestro fin, la felicidad o el placer más grande.
​Epicuro niega todo estado o sentimiento intermedio entre placer y dolor​. Sentir dolor y experimentar placer son 2
modos de expresar una única realidad. ​El placer es connatural al hombre, el dolor, tanto físico como espiritual, irrumpe
en el organismo desestructurando su armonía.
​El proceso de eliminación de dolor culmina en sensaciones placenteras. Epicuro llama a este placer ‘cinético’ (como el
deseo de comer). La segunda clase de placer es el ‘estático o catastemático’, se caracteriza por la completa ausencia de
dolor y el disfrute del placer que perseguimos.
El deseo surge de un sentido de necesidad; el dolor, de carecer de algo. A fin de eliminar este dolor, el deseo ha de ser
satisfecho, y la satisfacción del deseo es placentera. El placer cinético es, una condición necesaria de un cierto placer
catastemático, mas no es tomado por Epicuro como un equivalente del placer catastemático.
Sostiene Epicuro, que el mayor dolor es la turbación mental producida por falsas creencias acerca de la naturaleza de
las cosas, acerca de los dioses, acerca del destino del alma.

Placer y Deseo
Ciertos deseos son naturales y otros vanos. ​Los deseos necesarios incluyen unos que son necesarios para la felicidad,
otros para el equilibrio del cuerpo y otros para la vida​. La correcta comprensión de estas cosas consiste en relacionar la
elección y la aversión con la salud del cuerpo y con la liberación de la turbación mental, dado que éste es el fin de un
vivir bienaventurado. ​Porque es cuando sufrimos por la ausencia de placer que lo necesitamos.
​Los deseos adquieren un orden jerárquico diseñado conforme a la ​naturaleza​ humana. De este modo distingue entre:
a) Deseos naturales y necesarios:​ se originan por reacción al dolor y una vez satisfechos restauran el
equilibrio necesario. Son fáciles de satisfacer.

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b) Deseos naturales pero no necesarios​: surgen como variación del placer, no comportan dolor si no son
satisfechos. Son placeres difíciles de satisfacer y se refieren al placer de goce.
c) Deseos no naturales ni necesarios: son inconscientes y dañinos. Nacen de las vanas opiniones como
el deseo de coronas, estatuas y halagos.
​El mayor placer es la liberación del dolor. El deseo de alimento y vestido es natural y necesario. El no poder satisfacer
ese deseo es fuente de dolor.

Placer y Virtud
La distinción entre placeres cinéticos y catastemáticos se aplica tanto al cuerpo como a la mente. Dado que el placer es
lo único que es bien en si mismo, la prudencia, la justicia, la templanza, la fortaleza, las tradicionales 4 ‘virtudes
cardinales’ de la filosofía griega, pueden valorarse sólo si son constituyentes o medios del placer. ​Las virtudes sólo
pueden valorarse si son medios en la obtención del placer. En este punto, la postura de Epicuro se opone al estoicismo.
Aunque Epicuro consideraba a las virtudes como medios y no como fines, sostenía que eran necesarias para la
felicidad y estaban inseparablemente ligadas a la vida hedonista: ​“La prudencia es el punto de partida de las fuentes del
placer y el mayor bien. Por tanto, la prudencia es algo todavía más valioso que la filosofía. De la prudencia nacen todas
las otras virtudes. Pues las virtudes se hallan de modo natural ligadas al vivir placentero, y el vivir placentero es
inseparable de aquellas”.

EL ESTOICISMO
Zenón (333 aC – 262 aC) fue influido por el ​cinismo​, corriente iniciada por Diógenes. La influencia de los cínicos en los
estoicos quedará reflejada en el énfasis puesto por la ​indiferencia ​hacia las cosas exteriores, en la ​racionalidad​ como
sola fuente de la felicidad humana, en el ​cosmopolitismo​ moral, en la convicción de que la razón es una capacidad
humana innata que trasciende las fronteras culturales y geográficas, en la vida ​sencilla​ con una disciplina física y
mental.
​El estoicismo fue el movimiento más importante e influyente en la filosofía helenística.
​Los estoicos estaban convencidos de que el universo puede ser reducido a una explicación racional, y de que el mismo
es una estructura racionalmente organizada. La facultad que habilita al hombre para pensar, proyectar y hablar –que
los estoicos llaman ​logos​- está incorporada en el universo. Sucesos cósmicos y acciones humanas no son
acontecimientos de 2 órdenes diferentes, son igualmente consecuencias de una misma causa –el ​logos-​ . La Naturaleza
cósmica o Dios (ambos términos se refieren a lo mismo en el estoicismo) y el hombre se relacionan como agentes
racionales. Si un hombre reconoce esta relación obrará de una manera acorde a la racionalidad humana, cuya
excelencia está garantizada por su ​voluntaria conformidad​ con la Naturaleza. Esto es lo que es ser ​sabio.​ La filosofía
natural y la lógica están en intima relación con este fin.

La ética estoica
En una de las analogías que utilizaban los estoicos para ilustrar la relación entre las subdivisiones de su filosofía, la
ética es comparada al “fruto de una huerta”. ​La Naturaleza, en el estoicismo, es la última fuente de cuanto posee valor.
​La Naturaleza (Dios, causa, logos, destino) es un ser perfecto, y el valor de todo lo demás en el mundo se asienta sobre
su relación con la Naturaleza​. La conformidad con la Naturaleza denota valor positivo y la contradicción con la
Naturaleza lo opuesto.

La parte y el todo
En este método de análisis la conformidad con la Naturaleza universal es referida a la naturaleza apropiada al tipo de
cosa en cuestión. La Naturaleza universal sanciona una norma para cosas particulares –la naturaleza de las plantas,
animales, hombres-, por referencia a la que cabe decir que alcanzan o no alcanzan sus fines individuales.
Podemos llamar a este método, el análisis según la perspectiva de la parte. La Naturaleza universal ubica todas las
naturalezas particulares, y a éstas solo cabe describirlas y evaluarlas desde la perspectiva del todo. La enfermedad, el
hambre, crean condiciones que hacen imposible a muchos vivientes funcionar adecuadamente. ¿Son tales hechos

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contrarios a la Naturaleza? Nada es independiente del ordenamiento de la Naturaleza. Si un suceso es considerado
aparte de su relación con el cosmos como un todo, podrá ser valorado como natural o antinatural para la criatura
afectada por él. Desde la perspectiva de la parte, la pobreza y la enfermedad son antinaturales para la humanidad.
El universo como un todo es perfecto, y su perfección es compatible con una cierta cantidad de cosas que son no
naturales, si sólo se considera la perspectiva de la parte. Desde la perspectiva del todo, nada de lo que acontece a un
hombre es perjudicial. Ciertas cosas pueden ser perjudiciales si son contrarias a la Naturaleza desde la perspectiva de
la parte.
Al dotar al hombre de razón la Naturaleza le hace, desde la perspectiva de la parte un agente autónomo. El carácter
que desarrolla un hombre es su propio carácter, no el de la Naturaleza.

Del impulso primario a la virtud


Si los seres humanos no tuviesen facultad de raciocinio, la autoconservación, sería para ellos la única cosa natural, y
por tanto, aquella cuya persecución resultaría recta y apropiada. Alimentos, guardarse de los enemigos, la procreación,
¿no son actividades naturales para los seres humanos también?
‘El hombre ha adquirido la capacidad para ​entender​ y ha visto la regularidad y armonía de la conducta, valora esto
muy por encima de todo aquello por lo que antes había sentido afección, y saca la conclusión racional de que ello
constituye el mas alto bien humano’.
El conocimiento de “aquello que verdaderamente cabe llamar bien” y de la acción virtuosa son vistos como la etapa
culminante en el desarrollo de un ser racional. A partir de la infancia, una pauta de conducta viene sancionada como
idónea para el hombre, pero la pauta cambia cuando hombre madura, desde una criatura cuyas respuestas son de tipo
animal e instintivas a un adulto dotado de razón. La naturaleza humana es un fenómeno evolutivo. La meta del
progreso es la vida de acuerdo con la ​naturaleza humana madura​, es decir, la vida gobernada por los principios
racionales, que están en completa armonía con la racionalidad y el proceso de la Naturaleza universal.

El bien y lo preferible (ventajas naturales)


Los estoicos han introducido a la reflexión ética la noción de ‘​valor’​ . El ​valor​ viene definido por la referencia a la
Naturaleza. Todo lo que concuerde con la naturaleza de una criatura, posee valor positivo y todo lo que sea contrario,
posee valor negativo.
Los seres humanos al desarrollarse, experimentan una afinidad natural con una serie de cosas mas amplia que los
animales irracionales (habilidad técnica, la salud, la lozanía, la riqueza, y la reputación, también atributos mentales y
físicos y posesiones exteriores), todo esto llamados ‘bienes’.
Cuando un ser humano evoluciona y alcanza la racionalidad, dicta un nuevo modo de comportamiento. La función de
un hombre es ahora cumplir ‘actos apropiados’, cuyo punto de partida ya no es el mero impulso o instinto, sino la
razón (logos). Un acto apropiado se define como “aquel que la razón persuade a uno a realizar”, o “aquel que, una vez
realizado, admite una razonable justificación”: honrar a los padres, hermanos, al país natal, cuidar la propia salud, etc.
Sin embargo, no todo el que cumple una acción ‘apropiada’ puede decirse que ​obre bien​. Seguir los dictados de la razón
es la función apropiada de un hombre maduro. Todo hombre que dé pasos por conservar su bienestar físico, hace algo
que es defendible según principios racionales. Pero el hecho de que haga esto, nada nos dice de sus cualidades morales.
Por ejemplo: tratar de mantenerse en forma para robar un banco.
La ​virtud​ es definida como un estilo de comportamiento derivado de una disposición perfectamente sintonizada con la
racionalidad de la Naturaleza.
Como todos los hombres, el sabio estoico se halla predispuesto a cuidar de su salud y de sus propiedades, pero él no
mira tales ventajas naturales como cosas ​deseables​ ​en sí mismas. É ​ l las elige si su razón le dicta que tal es la acción recta
a cumplir. La razón recta a cumplir es aquello que ​concuerda con la virtud,​ y esto concuerda con la naturaleza de un ser
racional perfecto. Solamente la ​virtud​ posee ​valor absoluto​ o ​intrínseco.​ Las ventajas naturales pueden ser usadas bien
o mal.
Los estoicos diferencian el ​valor de la virtud​ y ​el valor de otras cosas​. La virtud concuerda con la Naturaleza en el
sentido de que el ser virtuoso es la función especial o meta de un ser racional. La riqueza concuerda con la Naturaleza

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en el sentido de que un ser racional se halla naturalmente predispuesto a ​preferir​ la riqueza a la pobreza. La riqueza no
posee valor relacionado con la virtud.
Los estoicos sostenían que la virtud, es plenamente constitutivo de la felicidad y el bienestar: para su bienestar un
hombre necesita virtud, y como la virtud es algo absoluto, el bienestar no admite grados.
Un hombre es para el estoicismo una parte integrante del universo. Las circunstancias externas de toda su vida son un
episodio en la vida de la Naturaleza universal, y están ‘en su mano’ sólo en cuanto él puede escoger aceptarlas o no
cuando ocurren.
Si el propio bienestar del estoico ha de hallarse ‘en su mano’, no puede depender del logro de resultados que no
pueden realizarse. Pero hay algo en el propio poder del estoico, su disposición como hombre racional. La Naturaleza
ordena que un hombre puede y debe alcanzar el bienestar sólo por medio de lo que está en su mano. Esto significa por
medio de la virtud, el único bien. La virtud es una ‘disposición racional consistente’.
Entre la virtud y el vicio no hay término medio. El hombre es justo o injusto, sin posibilidades intermedias, no puede
ser justo o injusto parcialmente. Quien posee la recta razón es el ​sabio​, mientras quien carece de la recta razón es el
necio​ (todo lo hace mal y de modo vicioso).
El sabio estoico
La ética estoica presenta un grado de exigencia que puede parecer ‘inhumano’, pues hasta que el hombre no es bueno,
entonces es malo.
La ética estoica es idealista, ya que el sabio, a quien corresponde alabar, no se halla en la vida cotidiana.
El sabio es definido por su pericia moral. El sabio conoce lo que ha de hacerse en cada situación de la vida, y da todos
los pasos para hacerlo en el tiempo y el modo justos.
El sabio estoico está libre de toda pasión. La ira, la ansiedad, la codicia, el miedo, la exaltación, están ausentes de la
disposición del sabio. El sabio estoico no es insensible a las sensaciones dolorosas o placenteras, pero éstas ‘no
conmueven su alma con exceso’. El sabio tiene indiferencia a toda emoción, esto es, la ​apatía.

ÉTICA JUDEO-CRISTIANA
La ética de la salvación colectiva
La ​técnica de la salvación​ que se propondrá radicaba en la rectitud del ​juicio​ o ​valoración​. ​Se trata de una ética
filosófica, esa tradición conserva la tesis platónica y aristotélica según la cual la ética es una ciencia, es decir, una
disciplina de la valoración y de la conducta según la razón. La ética constituía una técnica para evitar errores de
comportamiento. Si el error de comportamiento es una ​culpa​, la ética clásica desde Platón hasta Séneca se configurará
como aquella forma de saber cuya finalidad reside en ​evitar la culpa​.
El terreno de la salvación y la culpa hace una distinción entre la ética filosófica y la religión. La religión antigua era una
religión política, estrechamente ligada a la vida comunitaria e institucional de las ciudades antiguas. El mundo clásico
conoció paralelamente, una religión de la salvación (el judaísmo y el cristianismo). Los ritos religiosos debían
garantizar no tanto la liberación de la culpa. La salvación religiosa, a diferencia de la salvación éticofilosófica, era
colectiva.​ El cristianismo fue la religión de la salvación que mayor importancia adquirió desde el punto de vista de las
doctrinas éticas.
El cristianismo se convierte en una religión de la salvación, salvación que se funda en la fe, en el advenimiento próximo
del Reino de los cielos. ​La religión de la salvación por la fe se unió a la tradición ética clásica. Pero con una diferencia
fundamental: que el cristianismo añadía una vía ​colectiva de salvación.
La segunda llegada de Cristo y los lazos comunitarios a que ella daba origen creaban nuevas formas de solidaridad,
nuevos modelos de comportamiento y nuevas prestaciones, que son ​las virtudes cristianas: fe, esperanza y caridad.
Estas virtudes podían apuntalarse a las 4 virtudes clásicas del mundo clásico: templanza, fortaleza, prudencia y justicia.
Las virtudes cristianas pretendían dar lo que las virtudes de los filósofos no daban: la salvación de la culpa, la
liberación total del mundo.

Religión y moral
​En las relaciones que pueden establecerse entre el cristianismo y la moral se ha de tener en claro lo siguiente:

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1) el cristianismo no es ​primariamente un sistema moral,​ sino una religión, caracterizada por una determinada
concepción de Dios y de su oferta de salvación a través de la ​persona
2) pero incluye, como parte esencial de la salvación ofrecida, las actitudes y conductas inequívocamente morales
en la sociedad humana
​Lo moral es ​una dimensión ​en la religiosidad cristiana​. El cristianismo privilegia la dimensión moral sobre otras
dimensiones porque privilegia la praxis interhumana al privilegiar el amor en su misma noción de Dios. Al Dios del que
puede decirs​e: ​“D
​ ios es amor​”.

EL DEONTOLOGISMO
La propuesta de Immanuel Kant
Las doctrinas éticas tradicionales encontraban uno u otro fundamento de la moral en algo perteneciente a la esfera del
conocimiento. Ciertos ​conocimientos​ se consideran determinantes de lo que debe o no se debe hacer. Si la normal
moral se hace consistir en algo que se considera objeto de conocimiento, entonces la decisión y el juicio sobre la
conducta corresponderán al investigador, al ‘docto’, no al hombre. ​Por más que la moral pertenezca a la ‘naturaleza
humana’ y ésta sea la de todos los hombres, es el docto quien ‘sabe’ en qué consiste esa ‘naturaleza’.
​Tal supeditación de la moral al conocimiento es incorrecta para Kant porque la conducta es algo mas primario que la
ciencia; la ciencia, la investigación, es ella misma algo que acontece ​dentro​ de la conducta, es una decisión y no la única
posible ni la única digna​. Si ha de ser posible una decisión esencial ​del hombre​ acerca de su propia conducta, es preciso
que la Razón humana se​a ​inmediatamente​ Razón practica, que no sea a través del conocimiento; que la decisión acerca
de la conducta no dependa del conocimiento de si hay o no un Dios, de si el alma es o no inmortal, de si las ‘notas’ de la
‘naturaleza humana’ son éstas o aquellas.

Necesidad y universalidad
La universalización en todos los órdenes es una tendencia en el mundo actual. Los rápidos medios de transporte y
comunicación, el proceso de industrialización, el desarrollo de la ciencia y de la técnica, el incremento de los niveles de
educación y otros factores similares tienden a acortar las distancias y a acercar a los pueblos. ¿Podemos aferrarnos a
nuestras normas de conductas o debemos esforzarnos para encontrar leyes morales que nos rijan como seres humanos
y no como miembros de una comunidad?
La experiencia puede proporcionarnos, en el mejor de los casos, una ley general, pero jamás universal, porque se basa
en hechos, pero un nuevo hecho puede quebrar la universalidad.
​Kant aspira a que la ley moral sea universal y necesaria. ​Universal​ (valida para todos los hombres y en todo tiempo y
lugar); y ​necesaria​ (que sea así y no pueda dejar de ser así, que su negación sea inconcebible).
​Si la ley moral ha de ser universal y necesaria, resulta evidente que no se la podrá derivar de la experiencia.
Kant señala expresamente otra razón que nos impide derivar una ley moral universal de la experiencia.
¿Cómo podríamos distinguir los buenos de los malos ejemplos si no tuviéramos previamente una noción de lo bueno y
de lo malo? ¿Por qué hemos de tomar como paradigma la vida de un santo y no la de un asesino, si no sabemos por
anticipado que la del primero es buena y la del segundo mala? ​Según Kant, la idea del bien y de la ley moral no se puede
extraer de la experiencia; mas bien juzgamos a ésta de acuerdo con la idea de lo que es bueno. Algo parecido ocurre
con la ​necesidad.​
Las ‘leyes de la naturaleza’ nada ordenan, son una descripción de lo que ocurre en la realidad. La ley moral, en cambio,
se expresa siempre en forma de orden, mandato o imperativo: no debes matar, debes ayudar al prójimo, no debes
mentir, etc. No se trata de una descripción de la realidad, sino de lo que ​debe​ ocurrir.
La distinción entre el ser y el deber –ser- entre lo que acontece y lo que debe acontecer- muestra la imposibilidad de
que extraigamos la ley moral de la experiencia de la vida. ​La psicología y la sociología se ocupan de las formas reales de
conducta; la ética, en cambio, aspira a indicar cómo se ​debe​ comportar.
La ley moral, para Kant, debe ser no sólo universal, sino también necesaria. La experiencia no nos ofrece casos de
necesidad; las leyes científicas describen lo que acontece.

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​ a razón pura, y sólo la ​razón pura​, no contaminada con ningún elemento empírico, será capaz, según Kant, de
L
descubrir la ley moral universal y necesaria que buscamos.

Lo ‘moral’
Es ‘moral’ aquello que no se justifica por la consecución de ninguna ventaja, aquello que no se justifica como medio
para un fin que nos interesa. En suma: la determinación moral de la voluntad es aquella determinación que no depende
de ningún ​fin,​ esto es: de ningún ​objeto​ de nuestra facultad de apetecer.
​Quizá una moral no resulte ‘razonable’; pero no se trata de que sea ‘razonable’, sino de que sea ​racional​.
‘Norma moral’ es una norma a la cual se reconozca una validez ​absoluta​, por lo tanto sin excepciones y con total
independencia de la ‘conveniencia’. ​La normal moral ha de tener: certeza absoluta, validez universal y necesaria.
Determinación moral es sólo aquella que es absolutamente ​libre,​ ajena a toda coacción; y, precisamente por eso, es
necesaria​, ya que no depende del hecho empírico que produce la coacción.

El deber
​El deber y la ley moral tienen valor en si mismos; cualquier intento de convertirlos en un instrumento o medio para
alcanzar otra cosa, desvirtúa su naturaleza y la corrompe de tal modo que dejan de ser lo que son.
​Para que una acción tenga valor moral es necesario que se haga ​por​ deber; cualquier otra razón se lo quita. La mera
conformidad con lo que debe realizarse no es suficiente para que sea moral.
El hombre que se complace cuando ayuda al prójimo, puede deberse exclusivamente a la inclinación psicológica que
siente moralmente. En tal caso, su conducta es conforme al deber, pero la acción no fue hecha ​por​ deber. Por
consiguiente, para que una acción tenga significado moral, no se debe hacer por inclinación, sino por deber.
​Pueden distinguirse en 4 tipos de actos mediante ejemplos:
a) Acto ​contrario​ al deber​: supongamos que alguien que se está ahogando, y que dispongo de todos los medios
para salvarlo, pero se trata de una persona a quien le debo dinero, y entonces dejo que se ahogue. ​Este es un
acto ​contrario al deber.​ He obrado ​por inclinación​.
b) Acto ​de acuerdo al deber,​ por inclinación mediata​: Ahora el que se está ahogando es una persona que me debe
dinero y sé que si muere nunca podré recuperar el dinero; entonces lo salvo. Mi acto ​coincide​ con lo que
manda el deber. ​Pero se trata de un acto realizado ​por inclinación,​ ​ neto que se me debe. Esa inclinación es
mediata, porque no tengo tendencia espontánea a salvar a esa persona, sino que la salvo porque ella es un
‘medio’ para recuperar el dinero.
c) Acto ​de acuerdo al deber​,​ por inclinación inmediata: Ahora el que se está ahogando y trato de salvar es
alguien a quien amo. Se trata de un acto que coincide con lo que el deber manda, es un acto ‘de acuerdo’ al
deber. Pero como lo que me lleva a ejecutarlo es el amor, el acto está hecho ​por inclinación,​ ​por inclinación
inmediata​, porque es esa persona lo que deseo salvar.
d) Acto ​por deber​: Ahora se está ahogando alguien quien no conozco en absoluto. Sin embargo el deber me dice
que debo salvarlo, como a cualquier ser humano, y entonces doblego mi inclinación, y por deber me esfuerzo
para salvarlo.
​El deber es una noción fundamental en la ética kantiana, porque sólo es moral la conducta que en él se inspira.

La buena voluntad
El deber es la necesidad de actuar por respeto a la ley moral. Como se trata de una acción, tiene que intervenir la
voluntad. Una voluntad no es buena por lo que realiza, sino que es buena en sí misma, es buena por su querer.
Debemos agotar todos los recursos a nuestro alcance para lograr el fin; de lo contrario no se trata de buena voluntad,
sino de mero deseo.

Imperativo hipotético e imperativo categórico


Imperativo​ a toda regla de acción que tiene validez necesaria. La ​ley​ moral es imperativa. Imperativo es también la
proposición “si quieres A, haz B” en el caso de que B sea verdaderamente condición necesaria de A; lo que ocurre es

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que un ​conocimiento;​ a esto le llama Kant un ‘​imperativo hipotético​’; la ley moral, en cambio, ha de ser un ​imperativo
categórico;​ el carácter de ‘categórico’ nos asegura que será precisamente ​práctica.
​La ley (determinación universal y necesaria) de la Razón práctica no puede consistir en ningún ‘contenido’ (en ningún
objeto). Nos encontramos con una determinación cuyo único “contenido” es su misma universalidad y necesidad, su
mismo carácter de ​ley​.
Según Kant, sólo los seres racionales poseen la facultad de ​obrar por representación de la ley,​ esto es, ​por principios.
Únicamente ellos poseen voluntad; como las acciones se derivan de las leyes por medio de la razón, ​“la voluntad no es
otra cosa que ​razón práctica​”.
Los imperativos mandan ​hipotética​ o ​categóricamente​. Los ​hipotéticos​ señalan la necesidad de una acción como ​medio
para conseguir otra cosa; el ​imperativo categórico, e​ n cambio, representa una acción como buena en sí sin que pueda
convertirse en medio para nada. Los imperativos hipotéticos son contingentes, porque en cualquier momento podemos
quedar libres de la constricción renunciando al propósito o fin; el imperativo categórico, en cambio, es necesario,
porque el mandato es incondicionado.
Kant da algunos ejemplos para ayudar a comprender su doctrina: la moralidad del suicidio. Una persona que se halle
desesperada y quien saber si es moral quitarse la vida, debe preguntarse si la máxima de su acción se puede tornar ley
universal de la naturaleza. ​La máxima sería: ​por egoísmo, un principio consistente en abreviar mi vida cuando ésta, en su
largo plazo, me ofrezca más males que agrado.
Tal principio del egoísmo no se puede tornar una ley universal. Como la máxima no se puede convertir en ley
universal, el suicidio es inmoral.
El imperativo categórico se distingue del hipotético en que tiene su ​fin en sí mismo.​ Al convertir Kant la ley moral, el
deber y la buena voluntad en fines en sí, ha convertido también al hombre en ​fin en sí mismo.​ Kant representa la
máxima exaltación teórica del valor de la persona humana.

CONSECUENCIALISMO ÉTICO
EL UTILITARISMO

Jeremy Bentham: los inicios del Utilitarismo


Su obra puede dividirse en 2 etapas: la primera se mueve en el marco de la Ilustración e intenta colaborar con las
monarquías europeas, la segunda acentúa su dimensión crítica y milita abiertamente a favor de la democracia
representativa.
Toda su trayectoria sostuvo un impulso reformador, centrado en las leyes penales y el sistema judicial, así como en la
libertad de prensa y la cuestión de las colonias, y desarrollando sucesivamente leyes electorales y sistemas de
representación. Bentham desconfiaba de la experiencia heredada, según él, depender de la práctica pasada era señal de
ignorancia. La ignorancia era un problema, no una solución. El antídoto de la ignorancia consistía en informarse bien.

1) La máxima felicidad para el mayor numero


​Bentham formula el principio de utilidad como una guía para que el gobierno y las leyes se dirijan hacia el fin de la
máxima felicidad para el mayor numero de personas.
​La naturaleza ha colocado al a humanidad bajo el imperio de 2 amos soberanos: el ​placer​ y el ​dolor​. El patrón de lo
verdadero y lo falso gobierna todo lo que hacemos, todo lo que decimos y pensamos.
​La esencia de la moral de Bentham es el principio de utilidad: se quiere significar aquel que aprueba o desaprueba
todo acto según tendencia que presente a aumentar o disminuir la felicidad.
​Por utilidad se entiende la propiedad de todo objeto por la que tiende a producir beneficio, ventaja, placer, bien o
felicidad, a prevenir perjuicio, dolor, mal o la desdicha de la parte cuyo interés se considera​.
​El interés se define como “todo placer o toda causa de placer” “el hombre busca siempre su mayor interés” y se añade
que la felicidad no es mas que la totalidad de los placeres, “el hombre busca siempre su mayor felicidad”.

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Bentham intenta reducir a sus justos términos el sentido y significado de los ‘intereses generales’ o ‘intereses de la
comunidad’: El interés de la comunidad es una de las expresiones más generales que puedan darse en el vocabulario
moral. ​El interés de la comunidad es la suma de los intereses de los diversos individuos que la componen.
​El propósito de Bentham era convertir la moralidad en una ​ciencia exacta.​ La ciencia debe apoyarse en hechos, en
cosas reales que tengan relaciones definidas e impliquen una medida común. En el dominio moral, los únicos hechos en
que nos podemos apoyar son el ​placer​ y el ​dolor.​ Sobre estos fundamentos, la ciencia de la moral debería ser tan exacta
como las matemáticas.
Los placeres y los dolores, como consecuencia de las acciones, son llamados ​sanciones.​ Las sanciones ​físicas​ son los
placeres y los dolores que siguen a un cierto modo de comportarse, independientemente de la interferencia de otro ser
humano; las sanciones ​políticas​ son las que se derivan de otros individuos que no actúan físicamente; las sanciones
religiosas​ son las que se derivan de un “Ser superior invisible, legislador del universo”.

I) ​Los placeres homogéneos y la ‘aritmética moral’


​Son homogéneos los placeres que son comparables con precisión. Tenemos como 2 veces mayor un placer o
una pena que dura 2 veces más que otra. Pero esta consideración de la ​duración​ del placer o la pena, sólo nos
coloca ante una de las ​dimensiones ​del placer o la pena. Según Bentham en los placeres puedes hallarse 2
dimensiones: Las 2 primeras (​intensidad ​y ​duración)​ son propiedades del placer o de la pena; las 2 siguientes se
refieren a la probabilidad de la impresión y a su relación con el presente: la ​certeza​ (esperanza matemática de
que ocurra algo), y la ​proximidad temporal (​ un tener hoy placentero ha de ser preferido a tener mañana
igualmente placentero). La quinta dimensión es la ​extensión ​(número de sujetos afectados por un mismo placer
o pena)​. Las otras 2 dimensiones expresan la imposibilidad de considerar ninguna impresión de la conciencia
independientemente de su relación con las otras impresiones de conciencia. La ​fecundidad​ es la capacidad de
arrastrar otros placeres, y su ​pureza​ por la cual está indemne de todo displacer.
​‘Aritmética moral’ es toda actividad humana. A fin de aplicar la máxima utilitarista de manera inequívoca a cada
situación, Bentham proponía un ​cálculo hedonista​. Una decisión ha de ser moralmente obligatoria cuando
conduce a una utilidad colectiva máxima, formada por la suma de los conjuntos individuales de utilidad. Si las
gratificaciones y frustraciones se refieren a un individuo, restando el conjunto de frustraciones del conjunto de
gratificaciones, se calcula el balance de gratificación individual (que puede ser positivo o negativo) y sumando
los balances individuales de gratificación, se calcula el balance de gratificación colectivo.
​El intento de medir el placer fue un fracaso​, ¿Cómo se puede medir la ​intensidad​ de un placer con la ​duración​ de
otro?
Es posible comparar placeres y satisfacciones en términos de ​más​ o ​menos​ pero es imposible cuantificarlos. Son
comparables​ pero no podemos afirmar que sean ​conmensurables.​
Podemos hablar de lo que elegimos en primer, segundo y tercer lugar, podemos decir que esperamos obtener
una satisfacción mayor haciendo A que haciendo B, pero jamás podemos expresar exactamente ​cuanto​ mayor.

2) La acusación de sensualidad
La objeción que se hace al utilitarismo por los antiutilitaristas es que el ‘placer’ al que se hace referencia como meta de
la acción, es el placer físico o sensual. Llaman al utilitarismo como “la más superficial de todas las filosofías vitales
concebibles”.
Sin embargo, Bentham no solamente incluye los placeres de los sentidos, dentro de los cuales involucra el placer de la
salud, de la riqueza, y el podes, sino que también aparecen los placeres de la memoria y de la imaginación, los de la
asociación y la expectativa, y los de la amistad, del buen nombre, de la piedad y de la benevolencia.

3) Bentham: El Estado de bienestar y la Democracia radical


Bentham supone en los hombres una capacidad racional de determinar sus propios intereses, siempre que se liberen
de la ceguera creada por los prejuicios ideológicos y de las supersticiones, y por ello defiende que “cada uno sea su
propio juez”.

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Para Bentham, la escasez y los consiguientes conflictos de intereses requieren una armonización artificial. La igualdad
es un objetivo consistente con las implicaciones del concepto benthamiano de utilidad marginal decreciente, según el
cual el placer obtenido con una porción de dinero es menor cuanta mayor sea la riqueza del individuo. “Cuanto mas se
acerque a la igualdad la proporción actual, mayor será la masa total de felicidad”.
Bentham quería alcanzar un modelo social normativo a partir del supuesto realista de que los hombres individuales
persiguen siempre su propio interés; es decir, una antikantiana unión entre el interés y el deber. Si la política es la
combinación de intereses diversos para conseguir un mayor beneficio para todos los implicados, “lo que es
políticamente bueno no puede ser moralmente malo”.
Los desgarros sociales creados por la primera industrialización introdujeron a Bentham a advertir en la monarquía
británica el predominio de intereses opuestos al bienestar general, y todo ello contribuyó a su evolución hacia la
democracia.
El sufragio universal igual y secreto se extiende a todos los ciudadanos, con restricción de los menores, los militares y
los analfabetos. En particular, Bentham defiende la legitimidad del sufragio femenino con el argumento de la igual
capacidad de mujeres y hombres de promover sus intereses y gozar de felicidad.
La democracia aparece como condición indispensable para la armonización artificial de intereses entre gobernantes y
gobernados.

4) Utilidad publica y felicidad privada


La moral privada es el campo de la búsqueda de la felicidad individual mediante la defensa de los propios intereses,
según la ‘prudencia’ o el cálculo​. La moral pública es el campo de la legislación y el arte de gobernar que orienta y
limita las acciones humanas según el principio de la utilidad.
El utilitarismo de Bentham maduró, ya no aspira a ser una teoría moral sustantiva sobre el bien y el mal que pudieran
administrar los gobernantes, sino que se limita a ser una teoría axiológica que afirma la bondad de la búsqueda de la
felicidad y de la máxima realización de los deseos y preferencias de los individuos, por lo que sólo puede aplicarse en
un régimen democrático.
Sobre el principio de la utilidad, nace la ​deontología:​ “El arte de hacer lo que es conveniente hacer”​. Es la encargada de
indicar en la vida concreta cómo se aplica el principio de utilidad.

John Stuar Mill: El utilitarismo cualitativo


Mill intenta construir una nueva concepción ética del utilitarismo a partir de la crítica del pensamiento benthamiano.
El principio de utilidad puede aplicarse mediante las consecuencias en el campo de la legislación, pero en la moral
individual no cuentan sólo las motivaciones finales sino también las predisposiciones del actor. ​Todo acto supone unos
hábitos de la mente y el corazón, y no se realiza por el placer esperado del mismo sino también por un impulso
procedente de un placer obtenido con anterioridad.
​Bentham omite la conciencia o el sentimiento del deber. Un acto no sólo debe ser valorado por sus efectos inmediatos
–según Mill- sino también por su influencia en la formación de un carácter deficiente en los individuos, el cual puede
intervenir negativamente en conductas conducentes al fin de la máxima felicidad​. A Mill no sólo le preocupa que la
legislación establezca penas proporcionalmente útiles a los delitos cometidos, sino también que la educación y la
moral sean capaces de fomentar las motivaciones humanas que tiendan a evitar los delitos.
​El hombre es visto como un ser progresivo, capaz de perseguir la perfección espiritual, en cuya conducta intervienen
intereses y deseos, el sentido de la dignidad personal, y las pasiones de la belleza, el orden, el poder y el amor. Este
enfoque es llamado ​utilitarismo idealista.​
El gobierno era considerado como un agente para aumentar el placer y reducir el dolor. Mill aceptó esta idea pero la
encontró inadecuada, por descuidar un aspecto de la naturaleza humana como por comprender mal los aspectos que
incluía.
​Mill introdujo una distinción cualitativa entre los placeres. Algunos placeres, como los mentales y espirituales, son
superiores que los placeres del cuerpo. De este modo la felicidad no sólo requería una vida de placer sin dolor, sino el
logro de los placeres superiores, aun al costo de dolor y del sacrificio de los placeres inferiores.

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La filosofía moral de Mill tiene 3 aspectos: en primer lugar, está relacionado con su teoría del progreso humano. ​Una
sociedad en la que el pueblo busca los placeres superiores está más avanzada en su civilización que otra en que no lo
hace​. En segundo lugar, ​el cultivo de los placeres superiores requiere libertad social, de modo que sólo una sociedad
libre puede ser en verdad civilizada​. Por último, ​los hombres pueden vivir unidos más justamente a medida que
busquen los placeres superiores y no los inferiores​. De este modo, el problema del gobierno queda resuelto en parte
por la busca de los placeres superiores para alcanzar la mejor forma de organización política.
El gobierno tiene la responsabilidad de educar a sus ciudadanos de modo que busquen los placeres mas elevados. La
educación moral es una de las responsabilidades de la sociedad buena y deberá ir dirigida al hombre no sólo como
animal que busca placeres, sino como ‘ser progresista’.

1) La felicidad como ‘felicidad moral’


​Mill propone distinguir entre la felicidad como ‘felicidad moral’ y el contento​. ​La felicidad supone el ​goce​ ​solidario
experimentado por personas autodesarrolladas y autónomas, mientras que el ​contento​ no exige sino la mera
conformidad, la aceptación de cualquier estado de cosas, en alguna medida ‘gratificante’, por degradante o humillante
que resulte para el ser humano. El ​contento​ sería algo semejante al goce experimentado por las personas que no
hubieran alcanzado el grado de autonomía, de libertad, personas que no fueran enteramente ‘morales’.
La búsqueda de la máxima felicidad debe ser la búsqueda de los placeres superiores, como los del arte y la literatura, la
autonomía personal, la amistad, el interés por los asuntos colectivos.

2) La critica de Mill al ‘utilitarismo’ benthamiano


Mill corrige la postura de Bentham en 3 puntos:
1° Bentham ​profesaba: “La estimación de los placeres y de las penas debe ser hecha por aquel que goza y que sufre”.
John Stuart Mill reemplaza expresamente la ​apreciación del interesado​ por la ​competencia del sabio​.
​Sólo el que ha experimentado ambos tipos de placer (satisfecho e insatisfecho) está calificado para juzgar, y sólo el
sabio tiene esta experiencia.
2° ​El intento de Bentham era determinar un ​orden de cantidades​ a través de un tipo de evidencia aritmética. Mill,
intenta determinar un ​orden de cualidades.
Por lo tanto, no es el placer sumado indiscriminadamente el objetivo a perseguir por el utilitarismo en la versión que
Mill ofrece, sino un placer ‘cualificado’ que produzca individuos autosatisfechos, autorrespetados.
3° Sobre la relación entre el interés privado y el interés publico, Mill echa abajo la prioridad que tenía para Bentham el
interés privado sobre el público​. Mill admite que el interés general ha de ser servido por cada uno antes que su interés
individual.

Utilitarismo y consecuencias
La corrección es función de las ​consecuencias.​ ​El término ‘moral’ para el utilitarismo no está referido a la subjetividad
de las ​intenciones ​sino a las ​consecuencias ​de la acción.
Son muchos los esfuerzos que se han hecho por definir la diferencia entre ​placer y ​ f​ elicidad​. Entre ellas existe una
satisfacción momentánea y una permanente o, una satisfacción prolongada: diferencia entre el corto y el largo plazo.
Cuando se nos pide que tengamos en cuenta las consecuencias probables a largo plazo de determinado acto o se nos
está pidiendo que consideremos el ​total neto​ de las consecuencias de un determinado acto o regla de acción. En este
aspecto Bentham tuvo razón. No es necesario que consideremos que la satisfacción futura probable ​está por encima ​de
la satisfacción presente.
Ningún futuro, ni siquiera los próximos 5 minutos, es ​cierto​ y lo más que podemos hacer en un momento dado es
actuar según probabilidades. Y existen personas capaces de preocuparse por el destino de la humanidad más allá de la
probable duración de sus vidas.
La mayoría de nosotros no puede evitar el hecho de valorar menos un bien futuro que uno presente. Todos
subvaluamos un bien futuro comparado con uno presente. Dará como resultado una menos felicidad total que un
curso de acción que estime o valore las futuras consecuencias de manera justa.

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Cuando el individuo actúa teniendo en cuenta sus propios intereses a largo plazo también lo está haciendo en favor de
los intereses a largo plazo de toda la sociedad.

Importancia de las reglas generales

1) La contribución de Hume
David Hume aportó a la ética la idea de que debemos adherirnos de manera inflexible a las ​reglas generales,​ explicó
por qué esto es esencial en beneficio de los intereses y felicidad del individuo y de la humanidad.
Hume se refiere a “las reglas generales e inflexibles necesarias para mantener la paz y el orden en la sociedad”. Todas
las leyes de la naturaleza que regulan la propiedad así como todas las leyes civiles, son generales y tienen en cuenta
algunas circunstancias esenciales del caso sin tomar en consideración las características, situaciones y vinculaciones
de la persona de cuyo caso se trate ni de las consecuencias particulares que pueden resultar de la aplicación de estas
leyes. La utilidad pública requiere que la propiedad esté regulada por medio de inflexibles reglas generales, resulta
imposible evitar las injusticias particulares o extraer consecuencias beneficiosas de cada caso individual.
Es evidente la necesidad de adherirnos a reglas generales; debemos guiarnos por condiciones de generalidad,
predicibilidad, certeza y no defraudar expectativas razonables.
Hume establece que, si bien la conducta debe ser juzgada por su ‘utilidad’, es decir, por sus consecuencias, por su
tendencia a promover la felicidad y el bienestar, los actos específicos debieran ser juzgados por ​reglas generales​ de
acción.
La idea de que cada conflicto debiera decidirse como le pareciera mejor a alguien, implica negar la necesidad de
cualquier regla.

2) Dos clases de Utilitarismo: utilitarismo del acto y utilitarismo de la norma


El ​Utilitarismo de la norma​ aparece en autores como Richard Brandt y John Hospers, en contraste con el clásico
Utilitarismo del acto​ de Bentham y Mill. En ambos utilitarismo lo que se juzga son las consecuencias probables de un
acto, pero en el ​utilitarismo de la norma​ se trata de las consecuencias probables de un acto ​como caso que sigue a una
norma,​ mientras que en el ​utilitarismo del acto s​ e trata de las consecuencias probables de un acto ​considerado aislado​ y
separado de cualquier regla general.
Los patrones del ​utilitarismo​ ​del acto​ no serán necesariamente menos exigentes que los del ​utilitarismo de la norma.
Cuando juzgamos un acto según el ​utilitarismo del acto​ procedemos como si nos preguntáramos ¿Cuál sería la
consecuencia de este acto si se lo pudiera considerar aislado, como un acto ​de-esta-sola-vez​, sin consecuencias como
precedentes o ​ como ​ejemplo para los demás​?
Los utilitaristas del ​acto ​sostienen que hemos de indicar lo que es bueno u obligatorio con referencia directa al
principio de utilidad o tratando de ver cuál de los actos posibles para nosotros producirá en el universo el mayor
excedente de bien sobre el mal.
El ​utilitarismo de la norma​ pone el acento en el carácter central de las normas en materia de moralidad e insiste en que
hemos de decidir lo que debamos hacer en situaciones particulares refiriéndonos a una norma como la de decir la
verdad, y no preguntando cuál acto particular producirá las mejores consecuencias en la situación considerada. La
cuestión no es la de averiguar qué ​acto c​ omporta la mayor utilidad, sino qué ​norma​.
El ​utilitarismo del acto ​puede permitir que se empleen normas, pero si lo hace, ha de concebir una norma por el estilo
de “di la verdad”, “decir la verdad es ​generalmente​ favorable al mayor bien general”. El utilitarista de la norma ha de
concebirla de este modo: “el hecho de que digamos ​siempre​ la verdad es favorable al mayor bien general”. “Es favorable
al mayor bien general el que digamos ​siempre​ la verdad”.

EL NEOCONTRACTUALISMO
JOHN RAWLS: TEORÍA DE LA JUSTICIA

El hombre y su obra

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John Rawls era un clásico contemporáneo, profesor de filosofía moral, dedicó su vida académica a la ‘modesta’ tarea de
adentrarse en los temas de su especialidad.
Su esfuerzo fue por buscarle una salida a la filosofía moral utilitarista, que sólo encontraría su consumación tras una
ruptura entre la revitalización y reinterpretación de la teoría clásica del Contrato Social. El proceso evolutivo de la
reflexión rawlsiana consiste:
- de un lado, por afianzar su concepción de la persona moral e insistir en su impronta kantiana y
- de otro lado, por construir una concepción moral aplicable a la organización social y política ‘bajo condiciones
modernas’ mas que una teoría moral general y comprehensiva

El problema
El problema básico de la filosofía política en los momentos actuales es la fundamentación racional de las bases de la
convivencia social y política; o el problema de la ​legitimación ​del orden político.
​El problema g​ ira alrededor de la clásica cuestión de la filosofía moral y política: ¿Cuáles son los límites y las
condiciones de posibilidad de la justificación racional de las teorías políticas y de los presupuestos normativos sobre
los que se asientan?​ R ​ awls recurre a la teoría del Contrato Social para responderlo: recurre a un esquema de
argumentación “clásico y bien conocido”, pero perfectamente digerible para nuestra sensibilidad filosófica actual. Se
pretende justificar una concepción de justicia que constituya la base moral mas apropiada para una sociedad
democrática que exige poner a pruebas virtudes de los mecanismos de argumentación tradicionales. Rawls enmarca
dentro de una determinada ​tradición ​o ‘paradigma’, determinados supuestos que él trata de dotar de una nueva fuerza
argumentativa.

Presupuestos normativos
El punto de partida de Rawls consiste en establecer la “prioridad absoluta” de la ​justicia:​ es la primera virtud de las
instituciones sociales y ha de prevalecer sobre otros criterios como la coordinación, la eficacia o la estabilidad: ​no
importa que las leyes e instituciones estén ordenadas y sean eficientes: si son injustas han de ser reformadas o abolidas.
Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la justicia que incluso el bienestar de la sociedad como un todo no
puede atropellar.
Nace otra de las ideas básicas de su teoría: la visión de la sociedad como un ​sistema de cooperación ​dirigido a la
satisfacción óptima de los intereses de todos y cada uno de sus miembros.
La colaboración social y los conflictos derivados de la distribución de los beneficios y cargas sociales, según como se
configuren, estaremos ante una ‘concepción de justicia’. Una vez articulada, toda concepción de justicia expresará una
determinada comprensión de los elementos estructurales básicos de la sociedad y de los fines de la colaboración social.
Pero el mayor problema de toda concepción de la justicia radica en definir cuáles sean estos principios, en dotar de
contenido a este ideal social.
En principio, se trata de ordenar la vida en sociedad: llegar a una concepción ​pública​ de la justicia, a una concepción
que pueda ser reconocida, aceptada por todos los miembros.
En términos de Rawls, el problema fundamental de una teoría de justicia reside en la necesidad de buscar los
principios más adecuados para realizar la libertad y la igualdad.
Se trata de una teoría de justicia ​política​, y no ​metafísica o
​ ​epistemológica.
La argumentación de Rawls está dirigida a demostrar por qué acabaríamos aceptando ​sus​ principios de la justicia,
siguiendo 2 estrategias metodológicas:
a) La posición original​: tales principios serían ‘elegidos’ unánimemente desde una ​posición original​ sujeta
a determinados condicionamientos formales. Serán válidos aquellos principios que resultaren elegidos
dentro de las condiciones formales que caracterizan esa situación inicial.
b) El equilibrio reflexivo​: destinada a justificar los condicionantes que se dan en la posición original y
conducen de modo casi inexorable a la elección de tales principios. Para ello recurre a una prueba que
consiste en cotejar los distintos elementos de la posición original o los principios emanados de ella con
nuestras ideas o representaciones de lo que común e ‘intuitivamente’ entendemos por justicia.

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El ‘Constructivismo kantiano’
Para poner en marcha la primera estrategia, Rawls recurre a un método llamado “​constructivismo kantiano”​ . Consiste
en especificar una determinada concepción de la ​persona​ e intentar derivar los principios de la justicia a través de un
proceso de “construcción”. El elemento mediador entre la concepción de la persona y los principios de la justicia es la
posición original​ o situación de igualdad y libertad, que se corresponde al estado de la naturaleza del contractualismo
clásico.
Según Rawls, una doctrina kantiana une el concepto de la justicia a una concepción de la persona, como capaces de
actuar ​razonable ​como ​racionalmente.
Por ​racional​ se entiende aquella acción dirigida a la satisfacción de los deseos o fines de un agente; lo que Weber
equivaldría a la ​razón instrumental o ​ ​teleológica;​ los intereses o los fines de los demás entran en consideración
únicamente como factores que pueden afectar a la promoción de mi propio interés, obligándome a adoptar
determinadas ‘estrategias’ en orden a poder realizarlo mas efectivamente.
Por ​razonable ​se entiende al reconocimiento del ejercicio de los fines propios a la luz de los fines moralmente
justificados de los otros; incluye fines morales, supone que el agente está dispuesto a gobernar sus acciones por un
principio de equidad desde el que él y los demás puedan razonar en común.
Esta capacidad para actuar ​racional​ y ​razonable ​es manifestación del carácter moral de las personas como seres libres
e iguales y se corresponde a sus 2 ‘poderes’ básicos:
» la capacidad para formar, revisar y ejercer racionalmente una concepción del bien, y
» el poseer un efectivo sentido de la justicia, capacidad para comprender, aplicar y actuar a partir de principios
de justicia.
La relación entre ellos es una relación de igualdad, en sentido de que ambos son igualmente necesarios a la
personalidad. Lo ​razonable​ requiere y presupone, pero ​subordina​ a la vez a lo ‘racional’. Lo ​razonable​ equivaldría al
aspecto legislativo de la personalidad, mientras que lo ​racional​ sería su poder ejecutivo.
Bajo la ​prioridad de lo justo sobre lo bueno,​ se construye los principios de justicia:
► lo ​razonable​ operando como el marco de restricciones o limites que caracterizan y configuran la ​posición
original,​
► lo ​racional​, la búsqueda instrumental del propio interés, como la principal motivación presente a la hora de
elegir los principios de la justicia ya dentro de tal situación heurística
Así se entiende la vinculación de un determinado concepto de la persona a un proceso de construcción. La ​sociedad
bien ordenada​ viene a equivaler a una sociedad justa, cuyos rasgos derivan de la extensión del concepto de la
personalidad moral al marco social.

Justicia procesal pura


Con el ​constructivismo​ lo que se busca es imponer restricciones a una situación de elección racional para obtener un
resultado justo y equitativo: supone la incorporación de la justicia ​procesal​ ​pura​ a la posición original. J​ usticia procesal
pura:​ aquella en la cual la justicia de los principios elegidos viene condicionada por el propio proceso a través del cual
son seleccionados. Se entiende mejor haciendo una comparación con la ​justicia procesal perfecta​ y la ​justicia procesal
imperfecta.
La ​justicia procesal perfecta​ considera un criterio de lo que es una división justa, un criterio definido previa y
separadamente del procedimiento que ha de seguirse. Es posible encontrar un procedimiento que produzca
seguramente el resultado deseado.
La ​justicia procesal imperfecta​ tiene un criterio independiente para un resultado correcto, pero no hay ningún
procedimiento factible que conduzca a él con seguridad.
La ​justicia puramente procesal ​se da cuando no hay un criterio independiente para el resultado correcto. Existe un
procedimiento correcto o imparcial tal que el resultado sea igualmente correcto o imparcial, siempre y cuando se haya
observado debidamente el procedimiento (juegos de azar: numero de personas que llevan a cabo una apuesta, la
distribución del dinero después de la última apuesta es imparcial).

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La posición original
Es una análoga al ‘estado de naturaleza’ del contractualismo clásico. Busca compatibilizar los poderes de la
personalidad moral (lo ​racional​ y lo ​razonable)​ a la hora de elegir los principios de la justicia. Lo ‘razonable’ o el
sentido de lo justo ha de subordinar el elemento ‘racional’ o la búsqueda teleológica del bien.
El objetivo de Rawls es utilizar la noción de la ​justicia puramente procesal ​anulando los efectos de las contingencias
específicas que ponen a los hombres en situaciones desiguales. Para lograr esto, supone Rawls que las partes están
situadas bajo un ​velo de ignorancia.
​Nadie conoce su lugar en la sociedad, su posición o clase social; nadie conoce su propia concepción del bien, ni los
planes de vida, se supone que las partes no conocen su situación política o económica, ni el nivel de lectura y
civilización que han sido capaces de alcanzar. Las personas en la ​posición original​ no tienen ninguna información
respecto a qué generación pertenecen.
​La razón de ser del ​velo de ignorancia​ no consiste sólo en representar a las partes como puros seres racionales libres e
iguales, sino en poner de manifiesto el carácter práctico y el papel social que debe cumplir toda concepción de la
justicia social: constituir un punto de vista compartido por todos los ciudadanos de una determinada sociedad a pesar
de las distintas convicciones morales, filosóficas o religiosas y las diversas concepciones del bien que puedan sostener
en cada momento.
Es difícil imaginar cómo puede operar el elemento ​motivacional​ dentro de esas restricciones, cada cual intenta avanzar
su propio interés. Rawls diseña su teoría de los ​bienes primarios​, aquellos bienes que son deseados mas por exceso que
por defecto, y para satisfacer las distintas metas o proyectos básicos, los ‘planes de vida’. Estos ​bienes primarios​ serían
los ​derechos ​y ​libertades​, las ​oportunidades y
​ ​poderes,​ los ​ingresos y​ las ​riquezas,​ así como el ​autorrespeto o
​ la
autoestima.​

Los principios de la justicia


Los participantes en la posición original se encuentran en incertidumbre, donde adoptan la regla ​maximin,​ la
maximización del mínimo, o la minimización del perjuicio derivado de encontrarse en la situación más desfavorable. ​La
distribución de los ​bienes primarios​ toma como punto de referencia el interés de los menos aventajados. Se opta por un
principio general, “conservador”, de distribución ​igualitaria.​
​Todos los ​bienes sociales primarios​ –​libertad, igualdad de oportunidades, renta, riqueza, y las bases de respeto mutuo​-
han de ser distribuidos de un modo igual, a menos que una distribución desigual de uno o de todos estos bienes
redunde en beneficio de los menos aventajados.
A estos principios van unidas algunas ​reglas de prioridad​. Indican la prioridad ‘lexicográfica’ del primer principio
sobre el segundo, y de la ​igualdad de oportunidades​ sobre la primera parte del mismo (​principio de la diferencia)​ . El
orden lexicográfico significa que ningún principio puede intervenir a menos que los colocados previamente hayan sido
satisfechos o vayan a ser aplicables.
Hasta que no se consiga el nivel adecuado en uno de los principios, el siguiente no entra en juego.
Rawls decía que cualquier sistema político que acepte las libertades contenidas en el primer principio y aplique una
política socioeconómica dirigida a propiciar la igualdad de oportunidades y la preservación de un mínimo vital para
todos los sectores sociales, podría encajar en sus criterios de la justicia.

El ‘equilibrio reflexivo’
Ahora se trata de buscar argumentos convincentes que nos permitan aceptar como válidos el procedimiento y sus
principios. No basta con justificar una determinada decisión racional, sino que hace falta que los condicionantes y
demás circunstancias procedimentales sean justificados a su vez. Rawls introduce un elemento justificador que
consiste en: toda persona tiene una idea ​intuitiva​ sobre la justicia que nos permite definirnos sobre ella. De la
abstracción de estas ideas y representaciones de lo que común y cotidianamente entendemos por justicia deducimos
algunos principios elegidos en la ​posición original​. Esta confrontación se entiende se entiende como un proceso de
ajuste y reajuste hasta que se logra una perfecta concordancia entre todos ellos. En esto radica el ​equilibrio reflexivo.

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​Rawls pretende que seamos capaces de “razonar conjuntamente” sobre determinados problemas morales, ya sea
porque los hechos heredado de una tradición histórica, o porque son los mas congruentes con un orden moral concreto
del que todos participamos por una común educación.
Los problemas comienzan, por un lado, porque se declara a favor de un enfoque ​deontológico ​kantiano en la prioridad
de la justicia sobre el bien, que oponerse al utilitarismo; mientras que por otro lado, da la impresión de que busca la
justificación última de este planteo recurriendo a una argumentación ‘histórica’ en la línea de la evolución de la
conciencia moral.

HOBBES (1588-1679)
Para Hobbes, somos por naturaleza átomos, que tienen una existencia independiente fuera de la sociedad y debemos
aprender a cooperar.
Hobbes critica la idea de un alma incorpórea que puede existir separada del cuerpo. Para él, un hombre es un cuerpo
viviente.
Es subjetivista en ética. Para él, valores como “bueno” o “malo”, son una cuestión personal.
Hobbes escribió la obra Leviatán donde se preguntaba cómo seriamos los humanos si no existieran los Estados. A esta
hipotética situación de que los humanos existen sin un Estado se la llama “Estado de sociedad civil”, sin Estado de
sociedad civil estaríamos en un Estado natural que se caracteriza por:
- Un poder ilimitado caracterizado por quererlo todo
- Un mandato de la razón que ordena a cada uno conservar la vida
Sin Estado no hay educación, ni familia, ni instituciones; solo seriamos seres aislados en convivencia, seria un estado
de guerra permanente.
“El hombre es un lobo para el otro hombre”. En este esquema los hombres no son seres sociables.
Para Aristóteles, el vivir con otros, es decir, las polis, es algo natural en el hombre. Para Hobbes el estado de sociedad
civil es un estado artificial. La idea del paso de un estado natural a uno civil es mediante un “pacto social”.
En este hipotético estado no hay límite moral. Se caracteriza por el poder y la astucia. Cada uno utiliza su fuerza y
poder para conseguir lo que quiere a costa de los demás. En el pacto social se renuncia al poder, se crea una persona
jurídica llamada estado que reúne esos poderes, y está representado por un Rey o una asamblea de hombres.
Ese pacto se realiza cuando se pone en peligro la vida.
Los estados-nación se forman en la época de Hobbes, quien empieza a repartir nuestros derechos. Constituye un
resguardo para el principal derecho: el derecho a la vida.
Hobbes elige el valor ​seguridad e​ n lugar del valor ​libertad.​
Hobbes se muestra como un moderno, pues la vida en sociedad es fruto de un cálculo de conveniencia y el estado es el
reaseguro de la conservación de la vida. El vivir con otros es en Hobbes, fruto de un cálculo egoísta.

LORENZ: LA AGRESION INNATA


Padre fundador de la rama de las ciencias de la vida, la Etología (estudio del carácter, pero actualmente se utiliza para
significar el estudio de la conducta animal).
Los primeros etólogos se dieron cuenta de que muchas de las pautas de conducta de los animales (las instintivas), no
se podrían explicar al modo conductista. Lo que era distintivo de tal conducta era el estar “fijada” y no poder ser
eliminada o alterada por el ambiente, por mucho que ese ambiente fuese manipulado.
Lo mas importantes aspectos de la conducta animal son innatos. Para explicar tal comportamiento los etólogos apelan
al proceso de evolución que ha dado lugar a la especie de ese animal. Así, la etología, tiene por base la teoría de la
evolución. Y las teorías etológicas contemporáneas de la naturaleza humana apelan a la evolución pasada del hombre
para explicar su condición presente.
La teoría de la evolución de Darwin es una deducción de 4 proposiciones empíricas verdaderas. Las 2 primeras son
cuestiones de genética – que los rasgos de los padres tienden en general, a pasar su descendencia, pero hay una
variación considerable entre los individuos de una especie dada-.
La tercera y cuarta premisas del argumento de Darwin son los hechos de que las especies son capaces de una tasa o
proporción geométrica de aumento, mientras que los recursos del medio ambiente no pueden soportar semejante
ritmo. De estos dos últimos hechos se deduce que hay una lucha por la existencia, que se da primariamente entre los
miembros de la misma especie. Ahora bien, de esta lucha y del hecho de la variación dentro de una especie, se puede

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deducir que habrá ciertos individuos que vivirán por más largo tiempo. Tendrán la mejor oportunidad de dejar
descendencia y, por tanto, dado el hecho primero de la herencia, sus rasgos tenderán a propagarse, mientras que los
rasgos pocos ventajosos tenderán a desaparecer.
Además de esta argumentación muy general a favor del mecanismo de la evolución, hay considerable evidencia
empírica indicativa de que el hombre tiene antepasados comunes con otros animales.

TEORIA DEL UNIVERSO


La más importante de las suposiciones de Lorenz es la teoría de la evolución. Para la explicar la existencia de cualquier
órgano particular o pauta de conducta, Lorenz investiga su valor de supervivencia para la especie, niega que toda
conducta esté condicionada por el ambiente, y se dedica a aquellas pautas que son instintivas. Lo característico de
éstas es que ocurren espontáneamente, como si estuvieran impulsadas por causas que se hallan dentro del propio
animal.
Lorenz sostiene que existen muchas pautas de conducta animal que son “coordinaciones hereditarias” o “movimientos
instintivos”; son innatas más que aprendidas, y para cada una de ellas hay un “impulso” que es la causa de que la
conducta aparezca espontáneamente. Pero también sugiere que tales pautas de acción fijas están sujetas a uno o mas
de los cuatro grandes impulsos (alimentación, reproducción, huida, agresión).

TEORIA DEL HOMBRE


Lorenz ve al hombre como un animal que ha evolucionado a partir de otros animales. Nuestra conducta está sujeta a
las mismas leyes causales de la naturaleza que toda conducta animal. Por supuesto, somos diferentes en grado del
resto del mundo animal, somos la “más alta” realización jamás alcanzada por la evolución.
La concepción crucial de Lorenz sobre la naturaleza humana es la teoría de que, al igual que otros animales, tenemos
un impulso innato de conducta agresiva hacia nuestra propia especia.
Lorenz explica la existencia de lo que él llama “entusiasmo militante”, por el cual una multitud humana puede
convertirse en agresiva y perder toda la racionalidad y la inhibición moral, ello ha sido resultado de la evolución a
partir de la respuesta de defensa comunitaria de nuestros antepasados pre-humanos.

DIAGNOSTICO
Las apelaciones a la racionalidad y a la responsabilidad moral han sido ineficaces para controlar el conflicto humano.
Lorenz explica esta ineficiencia mediante su teoría de que la agresión es innata en nosotros y precisa encontrar una
salida de un modo u otro. La razón es impotente por si sola; lo único que puede es inventar medios para fines ya
decididos sobre otras bases y ejercer el control sobre nuestra conducta únicamente cuando está respaldada por alguna
motivación instintiva. Así Lorenz, ve un conflicto entre los instintos implantados en nosotros por evolución y las
restricciones morales necesarias para una sociedad civilizada.

PRESCRIPCIÓN
Si la agresión es realmente innata en nosotros, entonces parece que queda poca esperanza para la raza humana. Sin
embargo, Lorenz muestra optimismo y cree que “la razón puede y quiere ejercer una presión selectiva en la dirección
correcta”. Pues cuanto mejor conocemos las causas naturales de nuestra agresión, tanto mejor podremos tomar
medidas racionales para reorientarla. El auto-conocimiento es el primer paso hacia la salvación. El siguiente es la
sublimación, la reorientación de la agresión hacia objetos sustitutos de manera que resulte inofensiva.
Finalmente, Lorenz pone una gran confianza en el sentido del humor humano, como algo que promueve la amistad,
impide el fraude y relaja la tensión sin la menor pérdida del control racional. Así pues, humor y conocimiento son las
dos grandes esperanzas de la civilización.

DISCUSIÓN CRÍTICA
La teoría de Lorenz del hombre, suscita graves dudas. La cuestión crucial es si su aplicación de los conceptos de
impulso e instinto es falseable por la observación y el experimento.
Pero lo mas dudoso acerca de la metodología de Lorenz, es su sugerencia de que “esos pequeños impulsos parciales”
se sujetan frecuentemente a uno o mas de los “cuatro grandes impulsos” (alimentación, reproducción, huida y
agresión).

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Aparte de éstas cuestiones metodológicas han de plantearse considerables dudas respecto al modo en que traslada
Lorenz sus argumentaciones de los animales al hombre. La teoría de la conducta pre humana de la índole de las
sugerencias de Lorenz acerca de lo que haya debido ser la competición entre tribus hostiles, son altamente
especulativas, y es difícil ver cómo podríamos encontrar cualquier evidencia en pro o en contra de tal teoría.
Estas dudas han de infectar el aspecto crucial de la teoría de la naturaleza humana de Lorenz -la idea de agresión
innata. Porque si la analogía tomada de los animales no lo prueba, hemos de recurrir a la observación directa de la
conducta humana para contrastarlo. Hemos de atender no a sus especulaciones, sino a los hechos. Los antropólogos
han descrito algunas sociedades en las que la agresión está notablemente ausente. Ello sugeriría que la agresión es más
socialmente aprendida que innata. En las sociedades industriales modernas parece que la violencia abierta varía un
tanto según el trasfondo social.
Hemos de juzgar la teoría del hombre de Lorenz como una generalización especulativa hacia un área de vital
importancia para la investigación de la naturaleza humana.

El objetivismo consiste en considerar al hombre como una cosa más del mundo desde la perspectiva científica, ya sea
desde lo biológico o lo sociológico.

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