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Segunda parte
¿Qué muestran las tablillas de arcilla?
Este es el segundo de dos artículos que analizan cuestiones relacionadas con la fecha
de la primera destrucción de la antigua Jerusalén. Esta serie, que aparece en dos
números consecutivos de La Atalaya, ofrece respuestas bien documentadas y
basadas en la Biblia a preguntas que han intrigado a algunos lectores.
Resumen de la primera parte:
▪ Muchos historiadores afirman que Jerusalén fue destruida en el año 587 a.e.c.*
▪ La cronología bíblica indica que la destrucción ocurrió en el año 607 a.e.c.
cerca de ella. Pero ¿son fiables los cálculos que señalan al año 587 a.e.c.? ¿Qué demuestran realmente esos
documentos antiguos?
Para responder a estas preguntas, examinemos tres tipos de documentos en los que suelen apoyarse los
investigadores: 1) las Crónicas de Babilonia, 2) tablillas administrativas y 3) tablillas astronómicas.
¿Qué dicen los expertos? Ronald H. Sack, una eminencia en documentos cuneiformes, declaró que las
Crónicas brindan un registro incompleto de acontecimientos importantes.* Además, escribió que los
historiadores deben investigar “otras fuentes [...] para determinar lo que de verdad sucedió”.
¿Qué muestran las tablillas? Que los datos históricos de las Crónicas de Babilonia son muy incompletos
(véase el recuadro abajo). Así pues, es lógico preguntarse cuánta confianza merecen las conclusiones
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Cuando un rey fallecía o era destronado y otro ocupaba su lugar, los restantes meses de ese año se
consideraban el año de ascenso del nuevo gobernante.* Es decir, la transición de un rey a otro transcurría
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durante el mismo año del calendario babilónico. Por consiguiente, lo correcto es fechar las tablillas del año de
ascenso del nuevo rey en los meses posteriores al último mes del rey anterior.
¿Qué dicen los expertos? Ronald H. Sack examinó numerosas tablillas administrativas del período
neobabilónico y tuvo acceso a varios textos del Museo Británico que no habían sido puestos a disposición del
público. En 1972 escribió que estos nuevos datos “alteraron por completo” las conclusiones previas sobre la
transición entre Nabucodonosor II y su hijo Awēl-Marduk (también llamado Evil-merodac). ¿Por qué dijo eso?
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Él sabía por ciertas tablillas que Nabucodonosor II aún reinaba en el sexto mes de su último año (el año 43).
Pero las tablillas recién descifradas del año de ascenso del siguiente rey, Awēl-Marduk, fueron fechadas en
el cuarto y quinto mes de, supuestamente, el mismo año. A todas luces, había una discrepancia.
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¿Qué muestran las tablillas? Hay más discrepancias en las transiciones entre monarcas. Por ejemplo, un
documento revela que Nabucodonosor II todavía era rey en el décimo mes de su último año, o sea, unos seis
meses después de la supuesta fecha en que su sucesor comenzó a reinar. Existe una discrepancia similar en
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¿Por qué son importantes estas diferencias? Como ya se mencionó, las lagunas que se observan en las
Crónicas de Babilonia apuntan a que no disponemos de un registro cronológico continuo. ¿Habrán ocupado
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el trono otros reyes entre los reinados de dichos monarcas? En tal caso, tendrían que sumarse más años al
período neobabilónico. Por tanto, ni las Crónicas de Babilonia ni las tablillas administrativas bastan para
asegurar que Jerusalén fue destruida en el 587 a.e.c.*
● Tablillas astronómicas.
¿Qué son? Tablillas cuneiformes que describen posiciones del Sol, la Luna, los planetas y las estrellas, y que
asocian esas posiciones a datos históricos, como el año de reinado de un monarca en particular. Por ejemplo,
en el diario astronómico que aparece abajo se registró un eclipse lunar observado el primer mes del primer
año del reinado de Nabu-mukin-zeri. 11
¿Qué dicen los expertos? Coinciden en que los babilonios crearon tablas y listas detalladas para predecir
cuándo sería más probable observar eclipses. 12
Pero ¿podían los babilonios determinar la fecha de eclipses pasados? El historiador John M. Steele declaró:
“Es posible que algunas de las supuestas predicciones de los primeros eclipses se hicieran cuando se elaboró
el texto, aplicando los cálculos de sus tablas hacia atrás en el tiempo” (cursivas nuestras). El profesor David
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Brown, quien piensa que los mapas astronómicos contenían predicciones realizadas poco antes de los
sucesos registrados, reconoce que algunas de estas anotaciones quizás fueran el resultado
de “retrocálculos que hicieron escribas del siglo IV a.e.c. y de siglos posteriores”. A menos que otras pruebas
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los respalden, ¿podría afirmarse que estos cálculos hechos hacia atrás son del todo fiables?
Suponiendo que sea cierto que hubo un eclipse en una fecha en particular, ¿garantiza eso que la
información histórica que el escriba asoció a esa fecha sea exacta? No necesariamente. El historiador
Robartus J. van der Spek puntualiza: “Los compiladores eran astrólogos, no historiadores”. En su opinión, las
secciones de las tablillas que contienen registros históricos “no son tan rigurosas” y advierte que esos datos
deben “manejarse con cautela”. 15
¿Qué muestran las tablillas? Veamos el caso de la tablilla VAT 4956. En su primera línea dice: “Año 37 de
Nabucodonosor, rey de Babilonia”. A partir de esa línea contiene descripciones detalladas de la posición de la
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Luna y los planetas respecto a diversas estrellas y constelaciones, así como un eclipse lunar. Según los
especialistas, esa era la posición de los astros en 568-567 a.e.c., lo que implicaría que el año dieciocho de
Nabucodonosor II, cuando destruyó Jerusalén, fue el 587 a.e.c. Ahora bien, ¿apuntan estas referencias
astronómicas de forma irrebatible y exclusiva al año babilónico que corresponde a 568-567 a.e.c.?
El eclipse lunar que menciona la tablilla tuvo lugar, según cálculos babilónicos, el día 15 de siranu, el tercer
mes babilónico. Es un hecho probado que en ese mes —el día 4 de julio del 568 a.e.c. según el calendario
juliano— ocurrió un eclipse lunar. No obstante, también se observó un eclipse veinte años antes: el 15 de julio
del 588 a.e.c. 17
Si el 588 a.e.c. correspondiera al año treinta y siete de Nabucodonosor II, entonces su año dieciocho sería el
607 a.e.c.: justo el año en que, según la cronología bíblica, Jerusalén fue destruida (véase la línea cronológica
abajo). Pero ¿ofrece VAT 4956 más pruebas que señalen al año 607 a.e.c.?
Además de los eclipses ya mencionados, en la tablilla hay trece observaciones lunares y quince planetarias
que detallan la posición de la Luna y de los planetas en relación con ciertas estrellas o
constelaciones. También hay ocho intervalos de tiempo entre la salida y la puesta del Sol y de la Luna.
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Debido a que las posiciones lunares son más confiables, los investigadores han estudiado cuidadosamente
las trece posiciones lunares registradas en VAT 4956. Analizaron los datos valiéndose de un programa
informático diseñado para conocer la ubicación de los cuerpos celestes en una fecha específica del
pasado. ¿Qué reveló este análisis? Que de las trece observaciones lunares, no todas coinciden con las
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posiciones de la Luna en el año 568-567 a.e.c., pero todas sí coinciden con las del año 588-587 a.e.c., veinte
años antes.
Aquí al lado aparece una cara de la tablilla VAT 4956. Se resalta uno de los casos en que las observaciones
lunares se ajustan mejor al año 588 a.e.c. que al 568 a.e.c. La tercera línea dice que en la “noche del día 9 [de
nisanu]”, la Luna estaba en cierta posición. Sin embargo, los investigadores que fecharon por primera vez esa
posición en el año 568 a.e.c. (el año astronómico -567) reconocieron que en ese año la Luna estaba en esa
posición el “día 8 de nisanu, y no el 9”. Para justificar haber fechado la tablilla en el 568 a.e.c., alegaron que,
por error, el escriba había anotado 9 en vez de 8. Pero la posición lunar anotada en la tercera línea
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Está claro que muchos de los datos astronómicos de VAT 4956 confirman que el año 588 a.e.c. fue el año
treinta y siete de Nabucodonosor II. Por tanto, estos datos respaldan que en el año 607 a.e.c. tuvo lugar la
destrucción de Jerusalén, tal y como señala la Biblia.
[Notas]
Hay varias formas de expresar las fechas. Aquí utilizamos la abreviatura a.e.c. (antes de la era común) para
las fechas anteriores a nuestra era.
Consulte el artículo “¿Cuándo fue destruida Jerusalén? ¿Por qué es importante saberlo? ¿Qué muestran las
pruebas?”, publicado en La Atalaya del 1 de octubre de 2011.
Nota: Ninguno de los expertos citados en este artículo sostiene que Jerusalén fue destruida en el año
607 a.e.c.
Los “años de reinado” de los reyes de Babilonia comenzaban y terminaban en el mes de nisanu. Si un rey
fallecía antes de terminar su último año de reinado, su sucesor gobernaba el resto de ese año, el cual se
consideraba su “año de ascenso” al trono. No obstante, el primer año de reinado del nuevo monarca se
contaba a partir del siguiente mes de nisanu.
Hay tablillas administrativas para todos los años que suelen atribuirse a los reyes neobabilónicos. Sumando
los años en que esos reyes gobernaron y contando hacia atrás a partir del último rey neobabilónico, Nabonido,
la fecha de la destrucción de Jerusalén resulta ser el 587 a.e.c., esto es, el año dieciocho del reinado de
Nabucodonosor II. Pero este método de fechar solo funciona si cada rey de la lista relevó a su predecesor
inmediatamente, sin nadie que gobernara entre ellos.
Hallará más ejemplos en los capítulos 4 y 5 del libro La Biblia... ¿la Palabra de Dios, o palabra del
hombre?, editado por los testigos de Jehová.
[Recuadro y tabla de la página 23]
Las Crónicas de Babilonia relatan lo ocurrido en solo treinta y cinco de los aproximadamente ochenta y ocho
años que suelen atribuirse al período neobabilónico.
BM 21901
BM 21946
BM 35382
PERÍODO NEOBABILÓNICO
PERSA
Nabopolasar
Nabucodonosor II
Awēl-Marduk
Nabonido
Neriglissar
Labasi-Marduk
BM 25127
BM 22047
BM 25124
[Reconocimientos]
BM 21901 y BM 35382: fotografía tomada por gentileza del Museo Británico; BM 21946: Copyright British
Museum; BM 22047, 25124, 25127: © The Trustees of the British Museum
Los eclipses lunares registrados en esta tablilla se anotaron tras producirse el último de ellos, unos
cuatrocientos años después del primero. Puesto que el escriba no fue testigo de todos esos acontecimientos,
quizás empleó cálculos matemáticos para determinar cuándo se observaron los más antiguos. A menos que
otras pruebas respalden sus conclusiones, puede que esos cálculos no sean una fuente confiable de
información cronológica.
[Reconocimiento]
BASÁNDONOS EN LA TABLILLA VAT 4956, ¿EN QUÉ AÑO FUE DESTRUIDA JERUSALÉN? ¿EN EL
587 a.e.c., O EN EL 607 a.e.c.?
▪ Esta tablilla contiene acontecimientos astronómicos que ocurrieron en el año treinta y siete del reinado de
Nabucodonosor II.
▪ Nabucodonosor II destruyó Jerusalén en el año dieciocho de su reinado (Jeremías 32:1).
Si el año treinta y siete de Nabucodonosor II fue el 568 a.e.c., Jerusalén debió ser destruida en el 587 a.e.c.
610 a.e.c.
600
590
580
570
560
Si su año treinta y siete fue el 588 a.e.c., Jerusalén debió ser destruida en el 607 a.e.c., la fecha que coincide
con la cronología bíblica.
▪ VAT 4956 apunta de forma más convincente al 607 a.e.c.
[Reconocimiento de la página 22]