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El empirismo, bajo ese nombre, surge en la Edad Moderna como fruto maduro de una
tendencia filosófica que se desarrolla sobre todo en el Reino Unido desde la Baja
Edad Media. En la Antigüedad clásica, lo empírico se refería al conocimiento que
los médicos, arquitectos, artistas y artesanos en general obtenían a través de su
experiencia dirigida hacia lo útil y técnico, en contraposición al conocimiento
teórico concebido como contemplación de la verdad al margen de cualquier utilidad.2
Algunos empiristas influyentes fueron John Locke, George Berkeley, David Hume y
Francis Bacon.
Índice
1 Historia
1.1 Edad Antigua
1.1.1 Aristóteles
1.1.2 Helenismo greco-romano
1.1.3 Los conceptos y la experiencia
1.2 Edad Media
1.2.1 El nominalismo y la «navaja de Ockham». Crítica de la teoría aristotélica del
movimiento
1.3 Renacimiento
1.4 Edad Moderna
1.4.1 El empirismo inglés
1.4.2 Lo analítico y lo sintético, lo a priori y a posteriori
1.4.2.1 La solución kantiana
1.5 Edad Contemporánea
1.5.1 Positivismo
1.5.2 Fenomenología
1.5.3 Posmodernidad
1.5.4 Empirismo lógico
1.5.5 Empirismo radical
1.5.6 Empirismo constructivo
2 Véase también
3 Notas y referencias
4 Bibliografía adicional
5 Enlaces externos
Historia
Antiguas formas de empirismo incluyen las labores epistemológicas de Buda en
oriente.3 Sin embargo, aquí se considera la evolución de las actitudes filosóficas
occidentales.
Edad Antigua
En la Antigüedad clásica existía una clara separación entre:
Los primeros en mantener una actitud claramente empirista fueron los sofistas,
quienes negaron las especulaciones racionalistas sobre el mundo natural común a sus
predecesores, presocráticos y, sobre todo, Platón; por el contrario, se preocuparon
«en tan relativas entidades como el hombre y la sociedad».1617 El valor de la
verdad queda restringido al valor concreto de la experiencia y el ejercicio del
poder, bien sea individual (moral) o social (política). El sofista Protágoras
sostuvo que todas las sensaciones son igual de verdaderas que cualquier otra.15
Aristóteles
Se parte de lo común con los animales dotados de sensación y memoria y, por tanto,
con experiencia; es la acumulación de experiencia lo que a los hombres hace
«expertos».
Más perfecto es el conocimiento de dicha experiencia unida a la reflexión, lo que
convierte a los hombres en “artesanos”; lo que hoy denominaríamos técnicos
(médicos, arquitectos, estrategas, etc.).
La perfección de la función racional humana se manifiesta en la suprema facultad de
elevarse a los fundamentos de dichos conocimientos a través de las causas hasta los
primeros principios; es en esto en lo que el hombre se asemeja a los dioses, el
saber de una Ciencia primera, entendida hasta el siglo XVIII como Metafísica. Esto
solo es posible en la medida en que una sociedad tiene asegurados los bienes
materiales, y por tanto puede dedicar a los «hombres libres» a la «inutilidad» del
pensamiento en búsqueda de la verdad de la ciencia.19
De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el
saber en busca del conocimiento, y no por ninguna utilidad. Y así lo atestigua lo
ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las
cosas necesarias y las relativas al descanso y al ornato de la vida. Es, pues,
evidente que no la buscamos por ninguna utilidad sino que así como llamamos hombre
libre al que es para sí mismo y no para otro, así consideramos a esta como la única
ciencia libre, pues esta sola es para sí misma. Por eso también su posesión podría
con justicia ser considerada impropia del hombre. Pues la naturaleza humana es
esclava en muchos aspectos; de suerte que según Simónides, «sólo un Dios puede
tener tal privilegio, aunque es indigno de un varón buscar la ciencia a Él
proporcionada».
Aristóteles, Metafísica, 982b 11-32
Aristóteles es propiamente un filósofo de tipo racionalista como no podía ser menos
en un discípulo aventajado de Platón; admite un conocimiento metafísico del ente en
cuanto tal; es el fundador de un sistema lógico que garantiza que, si se parte de
verdades y se razona correctamente, se llegará a nuevas verdades,20 tal como define
la forma argumentativa por excelencia, el silogismo, partiendo de la capacidad del
entendimiento para llegar al conocimiento verdadero e intuitivo de los principios y
la intuición de las esencias como formas sustanciales de las cosas.
Sin embargo, Aristóteles también es el primero que reflexiona sobre el valor del
conocimiento por la experiencia y los razonamientos inductivos, es decir al
conocimiento científico como «observación de la naturaleza»: biología, medicina,
etc.21
Helenismo greco-romano
La influencia de los artesanos en la elaboración de teorías, o mejor dicho normas
generales, más o menos científicas para la práctica de la construcción, la
agricultura, la navegación, la medicina, etc., siempre estuvo presente, sobre todo
en el helenismo, Alejandría y durante el Imperio romano donde las «artes» tuvieron
una importancia enorme en las construcciones civiles, no solo en las ciudades, sino
en la construcción de carreteras, puentes y obras hidráulicas.
Hipócrates de Cos, (siglo V a. C.) pasa por ser el padre de la medicina, por el
cambio de orientación que hasta entonces tenía la tradición sobre todo egipcia,
ligada a la magia y a lo sagrado. Es el primero que elabora una teoría general
sobre lo que es la salud y la enfermedad en relación con un concepto determinado de
hombre.
Cómo se entienda qué son los conceptos y su relación con lo sensible y ambos en su
relación con la realidad es el fundamento de estas dos actitudes que consideramos
los antecedentes del racionalismo y el empirismo.
«El hombre es la medida de todas las cosas» es la frase que viene a resumir esta
tendencia. Se atribuye a Protágoras uno de los notables sofistas con quien
Sócrates, (Platón), sostiene controversia. Nombre que queda históricamente
consagrado por dar título a uno de los más conocidos “Diálogos” de Platón.23