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El punto es que el estado interno, qué es lo que piensa, es decisivo en cómo te comportes y
como te sientas. Te hará que establezcas una relación con la vida de determinada manera y
eso te dará un resultado determinado. Si modificas tu estado interno, modificas la percepción
de ti mismo y, por lo tanto, proyectarás una imagen distinta. Si te mes optimista, de buen
ánimo, que tengo una buena perspectiva de la vida, es muy probable que te subas conmigo a
mi carro. El estado interno es una variable decisiva del éxito, modifica la manera de hacer las
cosas, modifica la manera en que los demás me ven. Porque la gente tiende a rechazar a los
que van por la vida quejándose, a los que proyectan negatividad, a los que proyectan derrota.
Eso de que le preguntas a alguien: “¿cómo estás?”, Y te contestan: “pues estoy, que ya es
ganancia”, en el fondo te están diciendo que su estado interno está mal, que siente que lo
único valioso que le queda (y eso con cierta duda) es que está vivo. Eso proyecta algo que te
influye de determinada manera.
Gestionar tu estado interno, es tu elección. Es elegir una buena manera de pensar, una buena
manera de sentir, una buena expresión corporal que proyecte una buen actitud ante la vida.
2. GESTIONAR UNA COMUNICACIÓN POSITIVA. Hay que tener cuidado con lo que decimos. Lo
que comunicamos con nuestras palabras es decisivo en la vida y crea realidades en la mente de
las personas con las que nos relacionamos. Tu comunicación es como un puente. Por ese
puente transitan nuestras ideas, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos. ¿Qué tipo de
puentes construimos con los demás? Si me invitan a comer y me preguntan, “¿qué te pareció
la comida?” ¿Qué hago pasar por ese puente? Si le contesto, “no estuvo tan mal”, estoy
construyendo un puente con lenguaje negativo, disfrazado de lenguaje positivo. Y cuando
hablo así estoy creando una realidad que deja a la otra persona con una mala sensación.
Porque lo que tengo que buscar es que con mi lenguaje vaya creando realidades vibrantes,
positivas, inspiradoras.
El lenguaje es un mecanismo de generosidad. A la pregunta “¿qué te pareció la comida?”,
puedo hacer pasar por el puente, puedo decir: “esta comida estuvo genial, gracias por tu
tiempo, gracias por tus ganas de cocinar, gracias por tus emociones compartidas en la
sobremesa, gracias por esta comida que hiciste para mí”. Es esencial buscar que mi
comunicación sea positiva, esforzarse en que el uso de mi lenguaje tienda un puente, que nos
construya, que nos desarrolle, que nos haga crecer. Porque al tener la posibilidad de hablarle a
otro ser humano, nos puede servir para elevar su espíritu o para hundirlo en la miseria.
De nuevo es tu elección. Y elegir es renunciar. Y cuando elijo hablarte positivamente, cuando
elijo utilizar la palabra como un ladrillo que construye maravillas, renuncio a utilizar el lenguaje
como un ladrillo para romperte la cabeza. Gestiono mi optimismo cuando tiendo puentes con
mi palabra.
1. GESTIONAR MI ESTADO INTERNO
2. GESTIONAR UNA COMUNICACIÓN POSITIVA
3. ORIENTARSE A LA TRASCENDENCIA. Elevarse sobre tu propia vida. Vivimos en una
cotidianidad que en ocasiones es rutinaria y a veces no nos permite ver las cosas en
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