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CRISIS FAMILIAR Y DE PAREJA

La estructura de la pareja, como entidad social y en sus relaciones diádicas, está determinada por

la evolución y cambio de la sociedad y es diferente en cada contexto, religioso, económico o

geográfico, pese al proceso de globalización en el que estamos inmersos. El conocimiento de la

estructura de la pareja en cada situación social, permite a la terapia establecer áreas de actuación

que van a aumentar su eficacia y ampliar su campo de acción.

Las crisis son etapas que las familias atraviesan, en ocasiones tienen como origen las pocas

herramientas o estrategias de solucionar, las dificultades que se presenta en el sistema familiar, o

la poca o nula capacidad de expresar y comunicar ideas, pensamientos o emociones.

Momentos de la relación en que surgen las crisis de pareja

 Crisis post-enamoramiento.

 Crisis de formalización del compromiso.

 Crisis con la llegada de los hijos.

 Crisis del nido vacío.

Variables que intervienen en una crisis familiar o de pareja

 Hospitalización de un miembro del sistema.

 Entorno familiar.

 Infidelidad.

 Separación de la pareja.

 Divorcio.

 Muerte de un miembro del sistema o familiar cercano.


 Adicciones.

Estrategia de intervención en crisis

Para la resolución de la crisis, se debe emplear una estrategia dirigida a la adaptación y a la

recuperación del equilibrio familiar. Para ello, se pueden dar los siguientes pasos:

 Identificación de la fuente de estrés, detallar las causas que llevaron a la familia a la crisis.

 Analizar la situación como un problema de toda la familia, y no de algunos miembros nada

más.

 Redimensionar la situación, manejando el significado y la gravedad del problema.

 Buscar opciones para la solución del problema con los propios recursos de la familia.

 Ayudarlos en la búsqueda de soluciones.

 Tratar de que la familia integre las nuevas situaciones a los acontecimientos cotidianos de

la vida familiar.

 Ayudar a la familia a recuperar la sensación de control, disminuyendo las sensaciones de

impotencia, y las creencias de la carencia de habilidades para resolver los problemas.

 Guiar y regular los esfuerzos adaptativos de la familia.

Una estrategia muy acertada para trabajar es la de escuchar. Escuchar implica estar atenta,

observar, entender y responder con empatía, sinceridad, respeto, aceptación, sensibilidad y, sobre

todo, sin juzgar. Se pueden usar algunas estrategias específicas para escuchar eficazmente durante

una intervención en crisis, como:


Formular preguntas abiertas, estas sirven para alentar al sistema a compartir información sobre sus

sentimientos, pensamientos y conductas, y son especialmente útiles para explorar los problemas

durante una crisis.

Usar preguntas cerradas que busquen detalles específicos y estén diseñadas para alentar a la mujer

o niña a compartir información sobre conductas.

Divorcio

La separación de los padres es el resultado de un proceso cuya crisis se inicia en la familia a

partir de frecuentes contradicciones, que en ocasiones pueden llevar a la violencia intrafamiliar y

conyugal y fomentar actitudes y comportamientos no adecuados a nivel psicológico, físico,

emocional, cognitivo y social en los miembros que la componen.

La separación o el divorcio de los padres puede ser una experiencia muy dolorosa inclusive

traumática para la familia. Tanto los esposos como los hijos experimentan mucho sufrimiento

por los cambios que supone la ruptura de una relación.

Es importante tener presentes varios puntos para que pueda haber un manejo adecuado de un

divorcio o una separación, y evitar que las consecuencias repercutan durante años en los

miembros de la familia.

En primer lugar es muy importante nunca perder de vista que tras un divorcio la familia

permanece completa, desintegrada pero completa. Los padres deben esforzarse en que los hijos

acepten la nueva forma de vida (familia desintegrada), para ellos será más difícil dejar atrás los

daños que recibieron en este momento, y aumentarán los riesgos de que los arrastren a la edad

adulta. Es importante que los hijos confíen y asimilen que esta decisión que toman los padres es

por el bien de todos.


En segundo lugar, es importante hacer una diferencia clara entre lo que son problema de familia

(padres e hijos) y problemas de pareja. El divorcio es necesariamente un problema de pareja,

entre marido y mujer, no de familia.

El divorcio como crisis no normativa se presenta en dos dimensiones diferentes:

1. En principio, se valora su dimensión traumática por los eventos que lo acompañan, ya

que estos generan altos niveles de incertidumbre y de estrés, pues esta situación

desencadena inestabilidad emocional en los sujetos que viven la disolución de la familia.

2. En segundo lugar, se valora su dimensión temporal, en tanto que asumir el divorcio como

nueva condición de vida exacerba los síntomas de estrés postraumático que implican la

tendencia a la evitación, lo cual le resta funcionalidad al individuo

Estrategias utilizadas por las hijas e hijos

En la adolescencia, como fase de transición y adaptación, se generan preocupaciones que inciden

significativamente en la forma que se perciben los eventos vitales. Por esta razón, los jóvenes

requieren un uso numeroso y flexible de habilidades de afrontamiento, es decir, estrategias

conductuales y cognitivas que permitan, por un lado, una acomodación al medio y, por el otro

lado, solventar diversas preocupaciones propias de esta etapa de desarrollo con relación a la vida

personal, familiar, social, escolar, afectiva.

El afrontamiento incluye una serie de habilidades cognitivas y comportamentales, entre las

cuales se encuentran el obtener, analizar y organizar la información, la comunicación de ideas e

informaciones, la planificación, la solución de problemas, el trabajo en equipo, las relaciones, la

búsqueda de apoyo, etc. La importancia de desarrollar este tipo de habilidades adquiere cada vez
más un papel fundamental en el ámbito escolar, pues se trata de generar recursos que faciliten la

adaptación al mundo y a la sociedad.

Para afrontar la situación de divorcio, las hijas e hijos siguen la tendencia de los padres, es decir,

siguen reafirmando el apoyo social como estrategia bandera para afrontar las crisis.

En el proceso de la intervención, es esencial establecer un contacto sincero y empático con las

personas. Este contacto puede iniciar por una escucha comprensiva, que les permita sentir que

cuentan con un espacio para expresarse libremente.

Como psicólogos debemos brindar además contención cuando las personas entran en un estado

de desesperación o en crisis de llanto, y validar los sentimientos que las personas experimentan y

expresan.

En el caso de parejas con conflictos, debe asumir además una posición conciliadora y neutral; es

decir, no aliarse con ninguna de las partes. Además debe alentar la búsqueda de soluciones

viables, para que la intervención no se sostenga en el problema, sino en las estrategias de

afrontamiento.

Herramientas de seguimiento

Dentro de los recursos que el sujeto desarrolla para hacer frente a demandas específicas, externas

o internas que pueden ser positivos al permitirles al paciente afrontar las demandas de forma

adecuada, o negativos, y perjudicar su bienestar biopsicosocial encontramos:

 Intercambio de conductas positivas:

Se enseñan los fundamentos de la modificación de conducta, aprendiendo como una conducta

responde a sus consecuencias, como extinguir y fomentar conductas.


Se utilizan y enseñan técnicas para realizar contratos, los cuales tienen que ser libres, sin

imposiciones por ninguna parte, utilizando términos claros y explícitos, sin margen a las

interpretaciones, que contengan ventajas para ambos.

 Entrenamiento en habilidades de comunicación y de resolución de problemas.

Se plantea un tratamiento escalonado y adaptado a cada pareja, que comienza con el entrenamiento

en las habilidades necesarias para mantener una conversación, se sigue con las precisas para

expresar deseos y sentimientos y finalmente se entra en las específicas de resolución de problemas.

La base está en tener habilidades de conversación. Incluyen entre otras:

 Aprender cómo hacer preguntas

 Dar información gratuita adicional

 Escuchar

 Llevar una conversación lo que implica: cambiar de tema, tomar la palabra, pasar la

palabra y cerrar la conversación; todo basado en un lenguaje específico en el que los

términos que se emplean se tienen que referir a elementos observables y cuantificables,

oportunos y convenientes, centrándose en una información positiva, tanto verbal como

no verbal.

 Se enseña la escucha activa, para la que hay que tener en cuenta la postura y contacto

visual, el tono adecuado, se tiene que animar al otro a hablar utilizando gestos y tono

adecuado, evitar juicios de valor y utilizar de forma exhaustiva la empatía.

Con esas habilidades como base se procede a incrementar las necesarias para la expresión de

deseos y sentimientos, tanto de agrado como de desagrado, para realizarlo de tal manera que no se

haga daño al otro y se sea constructivo. Se enseña a manejar la ira de forma positiva y la aceptación.
Las técnicas que se utilizan para promover la aceptación son:

 Empatía. Reunirse con empatía hacia el otro alrededor del problema, para desarrollar un

entendimiento del problema comprendiendo y respetando el punto de vista del otro, aunque

no justificándolo. Para ello se discuten conjuntamente los problemas con el modelado del

terapeuta y se les anima a manifestar sus sentimientos de dolor y vulnerabilidad.

 Objetividad. Emplear la objetividad para conseguir ver el problema con un tinte menos

emocional. Se promueve el análisis objetivo para quitar la emoción que introduce

distorsiones cognitivas.

 Tolerancia. Construir la tolerancia con el objetivo de reducir la emoción negativa que

causa la conducta o sus resultados del cónyuge. Para ello la técnica que más se utiliza es la

exposición, es decir, mantener el estímulo aversivo sin dar las respuestas de evitación.

 Autocuidado. Se trata de cambiar la propia conducta para conseguir en otra parte lo que

la pareja no da, por ejemplo, consiguiendo nuevos amigos, entre otras.

Lo más importante para resolver conflictos y superar una crisis de pareja es que ambos miembros

estén dispuestos a ello y pongan de su parte.

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