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Las siete mejores técnicas de estudio para que tu hijo apruebe los exámenes*

Siete técnicas de estudio que funcionan:

Tal y como nos explica la pedagoga de e-learning, “las técnicas de estudio deben mejorar el
proceso de aprendizaje. No hay técnicas mejores que otras, porque todo depende del alumno.
Algunos encuentran útil subrayar el texto, por ejemplo, y otros marcar los términos más importantes,
hacer resúmenos o esquemas”. También depende de qué se estudie: memorizar puede servir para
recordar datos numéricos y fechas mientras que las ideas y conceptos se comprenden bien con
mapas mentales. Lo importante es encontrar la idónea para cada joven y con cierta flexibilidad: quizá
funciona solo una técnica, combinada con otra o más o elegir según las temáticas. Aquí recogemos
algunas que han dado resultados a muchos estudiantes:
1. Método Pascal: El clásico. No es atractivo para todos los niños, pero a muchos les sigue
funcionando: una lectura rápida para obtener la idea global; una lectura comprensiva con subrayado;
resumen o esquema; estudio y memorización, y el repaso.
2. Practicar con exámenes. Según una investigación de Ken State University, estudiar con
preguntas que han aparecido en exámenes anteriores así como con ejercicios prácticos es efectivo
para plantearse preguntas relevantes sobre el tema, sobre todo, matemáticas, gramática o idiomas.
3. Reglas mnemotécnicas. No valen para todo, pero son recomendables para memorizar listas
cortas que aparentemente no tienen vinculación lógica. Asocian conceptos nuevos con elementos
que más familiares, palabras clave, siglas, abreviaturas, acrónimos...
4. Tormenta de ideas. El conocido brainstorming es buena dinámica para estudiar en grupo. Se
trata de que cada uno aporte su conocimiento, tras haber estudiado individualmente antes. En un
grupo de estudio, los chicos repasan, resuelven dudas, analizan y asimilan conceptos.
5. Visual Thinking. El pensamiento visual aprovecha la capacidad del dibujo para sintetizar
contenidos, conceptos y emociones. No hace falta saber dibujar: valen las figuras geométricas,
líneas, bocetos mezclados con textos. Se puede hacer una biografía de un escritor, por ejemplo,
dibujando un libro abierto, con pictogramas indicando el nombre del autor, las fechas clave, lugar de
nacimiento...
6. Mapas mentales y esquemas. Son representaciones gráficas en las que se visualizan ideas con
una jerarquía. Desarrollados por primera vez por el consultor educativo inglés, Tony Buzan,
sintetizan una unidad de información en la que el tema principal va en el centro, en un círculo u
óvalo. Las ideas secundarias se disponen de manera radial, conectadas con la central a través de
líneas o flechas. Y así, de mayor a menor importancia, desde el centro a la periferia. Aconsejables
para Ciencias Naturales y Sociales.
7. Tests y rosco. Para ponernos a prueba los días antes del examen. Puedes ayudarle a tu hijo
haciéndole preguntas de respuesta rápida con tres alternativas. En esta línea, jugar un rosco como
el de Pasapalabra con preguntas sobre el tema agilizará sus respuestas y se aprovecha un ratito en
familia para pasarlo bien.
En cualquier caso, sea cual sea la o las técnicas elegidas, no debemos olvidar que el proceso de
enseñanza-aprendizaje debe ser afectivo, por un lado, y atender a la empatía, a las necesidades
individuales y a la diversidad, y también efectivo, haciéndole ver a nuestro hijo que el estudio y la
formación es un instrumento indispensable que, como concluye María Luisa Redondo, “nos ayuda a
ejercer la libertad individual, a realizarnos como personas y a progresar en la sociedad”.
https://elpais.com/elpais/2018/05/28/mamas_papas/1527505624_152546.html

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