El marxismo es el conjunto de doctrinas derivadas de la obra de Karl Marx,
filósofo y periodista alemán, y de su compañero Friedrich Engels, quien le ayudó en muchos de los avances de sus teorías.
El principal argumento en el que se basa el marxismo es que el capitalismo es
un sistema económico cuya estructura es errónea. Y, por tanto, debe ser reemplazada por otra que abolirá el sistema de propiedad burguesa y el libre mercado de bienes y servicios. Ver comunismo
De acuerdo con Marx, el problema clave del capitalismo es que genera la
explotación de los trabajadores. De ahí que Marx para fundamentar su teoría se apoye, entre otras cosas, de su conocida tasa de plusvalía.
Los defectos del capitalismo según el marxismo
Así, para el marxismo, dos defectos ocasionan tal sistema de desigualdad sobre los más débiles:
El excedente de mano de obra: Bajo este concepto, la burguesía no se
lucra por la venta de su producto a un precio por encima del coste de materiales más la mano de obra, sino más bien al pagarle al trabajador por debajo del valor de su labor.
Esta capacidad de la burguesía para manipular a los trabajadores, les permite
devaluar la mano de obra, creando así ganancias para sí misma. Es más, los marxistas ven al capitalismo como el creador de un círculo vicioso que ocasiona que los trabajadores sean explotados cada vez más.
Naturaleza intrínseca del capitalismo: Mientras que el Estado puede
controlar todos los aspectos del socialismo, desde la producción hasta la distribución, el capitalismo es controlado por el libre mercado. Es decir, en un sistema capitalista, las decisiones son tomadas por cada productor y cada consumidor. De hecho, el marxismo acentúa esta diferencia, afirmando que sólo una economía planificada puede descubrir verdaderamente los mejores métodos de producción y distribución.
Además, el marxismo defiende que las economías capitalistas se
retroalimentan de las crisis económicas. Karl Marx creía que esta dependencia de las depresiones económicas podría causar estragos a largo plazo, y por lo tanto, abogaba para que una comunidad planificada reemplazara tal sistema.
La dialéctica como proceso
La teoría de la economía marxista mantiene que el capitalismo eventualmente se autodestruirá, a medida que explota a más y más trabajadores. De esta manera, el proletariado —el conjunto de la mano de obra— actúa como un catalizador para la caída del capitalismo y surgimiento del nuevo sistema socialista. Es lo que se conoce como dialéctica.
En otras palabras, el concepto de la dialéctica ilustra que la caída del
capitalismo y el subsiguiente surgimiento del socialismo, y consiguientemente del comunismo, son inevitables. La burguesía (tesis) y el proletariado (antítesis) chocan para crear el socialismo (síntesis), que garantiza el advenimiento del comunismo. Sin embargo, la dialéctica, de ser continuada, también concluye que el comunismo no puede ser la síntesis final ya que siempre sucederá un nuevo surgimiento.
En definitiva, los marxistas afirman que el comunismo —como supuesto estado
dialéctico final— proporciona más libertad que otros sistemas económicos y que la redistribución de la riqueza resolverá muchos problemas. Es más, Marx propone el empleo de las instituciones del Estado, como por ejemplo, el uso de los impuestos para financiar la compra y distribución de los medios de producción a los trabajadores que, al paso del tiempo, formará un mercado de competencia perfecta.
Además a nivel religioso, el marxismo originario de postula en contra. Según
Karl Marx, la religión es el opio del pueblo. En este sentido, afirma Marx, la salvación de la humanidad está en la tierra no en el cielo.