FACULTAD DE TEOLOGÍA

TEOLOGÍA CONTEMPORÁNEA.

Título del Trabajo: Ensayo Misión Integral

Nombre del Docente: Pastor Argelis Villasmil
Nombre de la Asignatura: Teología Contemporánea.
Nombre del Alumno: Alvaro…….
Semestre:

Hoy más que nunca vivimos en un tiempo desafiante, el cual nos lleva a una

reflexión donde somos sujetos directos o indirectos según sea nuestro obrar teológico-

practico o una teología teórica sin ningún repunte en esta historia que nos rodea. Todo

tiempo tiene su historia, pero ella se construye a partir de una historia inicial, la cual

fundamenta el conocimiento que renace en cada generación y vemos cómo evoluciona.

Esta evolución contiene elementos sociales, políticos, familiares y diferentes desafíos,

empezando por el ser y trasladándose a la comunidad o la sociedad. Esta evolución no es

ajena e increpa a la religión, se nos exige una respuesta que apuntala hacia una orto-practica

y es allí donde la teología puede dar una respuesta o por lo menos un acercamiento, una

coherencia que se resalta en este siglo postmoderno, el cual presenta un pluralismo, una

verdad que se circunscribe con el individuo o mejor una verdad sujeta al individuo a partir

de la realidad, el sincretismo, movimientos artísticos, filosóficos, históricos entre otros.

Pero es allí; donde la teología siendo contemporánea con la historia busque las formas de

expresión que se centren en dar respuestas a una sociedad con la perspectiva de un mundo

cambiante y la forma de cómo hacerlo, la cual está centrada en el culto por el

individualismo, racionalismo, el humanismo y sea cambiada por una perspectiva espiritual

humanizada donde todos somos iguales y agentes activos de una realidad dinámica.

Debemos de repensar a partir de las vivencias de cada contexto social, político y

religioso, el cual debe ser ajustado a una realidad, pero ello implica el lugar donde se
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produce, vemos por ejemplo en la Biblia desafío de vidas bien logradas y otras no mucho,

luchas, disputas, homicidios, genocidios, hambrunas, confinamientos, traiciones, engaños

entre otros, pero siempre tendrá una única respuesta en la interpretación de un Dios que se

humaniza, desarrolla una inmanencia en la capacidad de afectar al ser, la comunidad y por

lo tanto la sociedad. Todos somos afectados por la realidad donde somos sujetos directos,

donde desarrollamos nuestras vidas, pero es diferente cuando a pesar de las vivencias lo

asumimos con una esperanza, allí cambia el derrotero por una misión integral o la

capacidad de un beneficio mutuo, reciproco, dicho de otra manera; relaciones sanas e

interpersonales a través de un Dios personal e inmanente.

Este tipo de situaciones nos confrontan a diario, porque no solo reflejan la realidad

social de las comunidades donde vivimos, sino que afecta la calidad de vida seamos a no

creyentes, hagamos o no teología, queramos ser partícipes o no de ella, por eso al pensar en

ello debemos de cambiar la interpretación del ser sobre el hacer, de la transformación

personal por una con afectaciones sociales que den sentido a la vida y se apunte a una bien

lograda y plena. Por lo tanto, nuestra función como teólogos es brindar un acompañamiento

en esa vida que proclame un evangelio al alcance de todo ser humano y una acción del

satisficio de todas las necesidades inherentes del ser cuyo fundamento sea un evangelio

integral y una Misión dada por Dios teniendo a Dios, Cristo y el Espíritu Santo como esos

misioneros capaces de afectar todas las esferas sociales cuya reflexión eclesial este

comprendida en toda integridad desde la dimensional personal y la dimensión social siendo

sujetos activos de una evolución que nos exige respuesta.

Por eso quisiera dejar a través de estas palabras, con un fundamento teórico

aprendido pero desafiante a la hora de su practicidad, el poder dejar una reflexión teológica
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en el acompañamiento de una comunidad que nos exige respuesta y mucho más que eso, ser

portadores de vida y de esperanza, por lo tanto:

1. Una reflexión teológica incluyente, la cual este abierta al dialogo y sin perder

nuestra filosofía recurrente, podamos interpretar la realidad, asumirla con la

proclamación de una palabra que integre y asocie demás ciencias, para un satisficio

que dé en la vida sentido y un sentido de vida para la comunidad y por consiguiente

a la sociedad.

2. Una teología de base a partir de la comunidad donde se afecte, el ejemplo más claro

fue la teología de la liberación la cual identifico su necesidad, toma la base de la

palabra de Dios para aplicarla en su contexto, al inicio fue colonizadora por medio

del tiempo y en su evolución fue una respuesta que satisficio las necesidades de

nuestras comunidades, otro ejemplo sería el constructor de los D.D.H.H en los

siglos XIV, XV y hasta nuestros días, porque sí aplicáramos la teología europea a

nuestras comunidades, simplemente cercearíamos el cuerpo de Cristo, el cual

representa una espiritualidad comprometida con la integralidad, a modo de

información, el primer concilio (Jerusalén) que se toma dentro de las respuestas a

necesidades básicas pero diferentes comunidades, lo encontramos en Hechos 15,

donde Juan y Pedro proclaman el mensaje del evangelio a personas judaizantes,

mientras Pablo y Silas se distancian a hacia los gentiles, el punto de distanciamiento

fue la circuncisión, pero aquí se nos enseña, una teología de comunidad que

conozca y de respuesta a la necesidad del individuo que la conforma.

3. Una espiritualidad que se desborda hacia la integralidad como un proceso de misión

encarnada pero direccionada a las realidades de nuestra comunidad, es decir; una

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teología histórica, concreta, existencial, dando una lectura correcta que se invite a

anunciar el evangelio con hechos, con la misma vida y se afecte la planicie social y

política, para ser no tan solo ser una voz del maginado sino una teología que se

compromete en el constructor de un mundo más inclusivo donde todos quepamos.

La espiritualidad emerge con el conocimiento de Dios, pero la transformación es la

identidad que nos hace actos para cambiar nuestra realidad, Dios se revela para

comunión y darnos vida, pero adquirimos discernimiento para hacer un llamado a

denunciar toda clase de injusticia, buscar y favorecer a todas las personas que nos

rodea y llevarlos a una transformación donde ellos sean agentes de cambio y sus

alternativas apunten a una vida plena en comunidad.

4. Los agentes de cambios, definen su existencia a partir de Dios, pero su trabajo

practico son con persona de carne y hueso, es decir; un ser humano constituido para

abrirnos hacia otros, con una mirada hacia una comunidad cuyo contexto nos enseña

a pensar e introducir soluciones a partir de la relectura bíblica que nos enseñe a

aprender a vivir en la fe individual y comunitaria. Estos agentes de cambios tienen

en Jesús su más valioso ejemplo, cuando visita a la mujer samaritana (Juan 4) donde

se rompen los paradigmas interculturales y emerge el amor como sustrato de

restauración, empoderamiento y una misión integral desde el ser y la comunidad.

5. La comunidad que evidencia las marcas de un Dios misionero, desarrolla una

doctrina misional integrada a un vínculo con compromiso social, desde una vida

personal transformada hacia una sociedad compuesta por aquellos individuos, donde

al igual que Jesús acepto las diferencias de la samaritana, se nos lleve a profundizar

una identidad madura que se enriquece por la diferencia de perspectivas diferentes a

la suya. No importa cuál sea la denominación, se nos da una tarea de recuperar una
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visión, misión del ser humano integral por medio de un lenguaje interreligioso y

ecuménico.

6. Desde el punto de vista ética a imitar a Dios no tan solo en AT y en NT sino desde

la comunidad, cuando leemos las relecturas de Santiago por parte de Samuel

Escobar y Elsa Tamez, nos damos cuenta de la importancia que tenemos como

instrumentos de justicia e incluyentes. Ser parte de una iglesia de puertas abiertas a

las personas desprotegidas y pobres, no perdiendo mis hábitos espirituales, sino que

el Espíritu Santo dinamice mi forma de Ver, Juzgar y Accionar por medio de una

estructura teológica interdependiente con otras disciplinas para dar una respuesta

integral desde las visiones que convergen en el ser humano, en este contexto

latinoamericano.

7. Las personas que hacen parte de la misión integral reconoce la cultura, lo social y lo

político, y por ende lo religioso, debemos de incluir el contexto teológico en el

quehacer del mismo, debemos de replantearlo en función de la vida, “la teología que

precisamos debe poseer por lo menos estas marcas: debe hacerse en comunidad;

brotar de una espiritualidad comprometida con la integralidad; hacer de la “vida

plena” su eje y centro básico; ir en función de una eclesiología comprometida con la

misión integral; vincular el compromiso social con la transformación”. Esto debe

ser un llamado para testificar por medio del servicio, así como Dios siendo un Padre

suple nuestras necesidades, la iglesia ha sido llamada a identificar y dar aportes

significativos a ellas, dignificando la vida y haciéndola una carta abierta para su

avance y afectación a su contexto. Una iglesia cumplidora de esta tarea misional

enseña por medio de su palabra, testifica su transformación con un ejemplo que

arrastra a las personas que le rodea, y sus obras son un componente social pero
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saturado por el amor de Dios. Las palabras y la acción es la coherencia de una

espiritualidad que alimenta una misión integral que tiene en cuenta: Una adoración

sin obediencia y sin compromiso por la justicia es pura hipocresía, la proclamación

del evangelio es la encarnación de una palabra y sin esa verdad simplemente

especulamos a ser cristianos, porque la verdadera espiritualidad es el amor

acompañado de buenas obras y la estimulación de una fe personal y eclesial que

apunta a una comunidad que tiene hambre y sed por Dios. Esta tarea tiene una

dimensión holística donde se evidencia el amor de Dios por todos los seres

humanos, pero necesita ser manifestado, reconciliado con los hombres y aun con la

tierra, donde el desafío es lograr un mundo mejor, donde todos quepamos, con un

propósito de redención integral y desarrollando una vida plena.