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Recientemente, Premier Christian Radio entrevistó al autor y

miembro fundador de The Gospel Coalition, Tim Keller, acerca


del Coronavirus y su opinión sobre la situación que estamos
viviendo. La entrevista completa está llena de sabiduría, así que
si lees inglés, te recomendamos que puedas leerla aquí.

En esta ocasión, quise traducir su respuesta a la pregunta “¿Por


qué permitió Dios el Coronavirus?”. Creo que en pocas palabras
Keller nos da una lección en apologética y en el corazón pastoral
que debemos tener en tiempos difíciles. Cito:

¿Por qué permitió Dios el Coronavirus?

Hay tres cosas que debemos decir. Lo primero es, ¿por qué no te
hacías esa pregunta antes? En otras palabras, cuando algo malo
me pasa a mí, ahí es que empezamos a preguntarnos acerca de
Dios, pero cosas malas han estado pasado a lo largo de los
siglos. La Biblia está llena de discusiones al respecto. Todo el
libro de Job trata de eso. Job tuvo una vida terrible, peor que la
que cualquier persona que conozco.

Segundo, hay una respuesta filosófica. La respuesta filosófica es


que, si tienes un Dios tan grande y tan poderoso como para que
te puedas molestar con él por no detener el sufrimiento, entonces
también tienes a un Dios tan grande y tan poderoso como para
tener buenas razones —que no puedes comprender— para no
detenerlo. No puedes decir “ya que no puedo pensar en ninguna
razón por la que Dios no ha detenido el sufrimiento, seguro no
hay ninguna”. Eso no tiene sentido. Si tienes a un Dios tan
grande como para molestarte con él, tienes un Dios tan grande
como para ser más sabio que tú. Filosóficamente esto tiene
sentido, pero no es de consuelo para alguien que está en dolor.
En tercer lugar, la respuesta más personal es esta: yo no sé la
razón exacta de tu sufrimiento. Pero sí sé cuál no es la razón. No
es que Dios no te ama. El cristianismo es único entre todas las
religiones del mundo puesto que dice que Dios vino a la tierra y
se involucró en nuestro sufrimiento para poder un día destruirlo
sin destruirnos a nosotros. 

A lo largo de los años, como pastor y como sufriente, eso ha


sido lo que más ha ayudado a mi corazón. Jesús sufre, Él
entiende; no tenemos un Dios remoto. Él debe tener una buena
razón para no detenerlo. Y no puede ser que no me ama, porque
mira lo que Él hizo en la cruz. 

Hay más respuestas que podemos dar, y muchos pastores y


hombres de Dios están tratando humildemente de entender qué
quiere Dios de nosotros y con nosotros en estos tiempos tan
turbulentos. El mismo pastor Keller nos dice más en
la entrevista completa. Pero en la medida que nosotros
conversamos y meditamos sobre los planes de Dios, no
olvidemos estas tres cosas: (1) El sufrimiento no es nuevo; (2)
Dios es mayor, (3) Dios nos ama.

la oración fervorosa y constante

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