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RAZONES TEOLOGÍA DEL SIGLO XX

FRANCIA

Los diccionarios han tenido un gran peso


en la teología del siglo XX. El más famoso
por su erudición es el Diccionario de Teo-
logía Católica, dirigido sucesivamente por
Vacant, Mangenot y Amann.

—TEXTO Juan Luis Lorda

Los buscadores de internet han cambiado


nuestra percepción del saber. Registran en
pocos instantes millones de páginas y nos
ofrecen una selección, generalmente útil, un
tanto indiscriminada y crecientemente me-
diatizada por intereses comerciales (como
mínimo).
Al ofrecer tanta información en tan poco
tiempo producen la sensación de que el sa-
ber está ahí, al alcance de la mano, y que el
problema ha sido sólo buscarlo. Con su faci-
lidad ocultan la difícil tarea de crear el saber:
establecer los datos, investigarlos (análisis),
sintetizarlos y explicarlo todo en un relato.
Eso no lo hacen los buscadores. Lo hacen las
personas.
El saber humano está sedimentado en mu-
chas fuentes históricas. Unas son valiosas
por la significación y categoría del autor (el
saber es muy elitista); otras, por la cantidad
y valor de la información que recogen. A este
segundo grupo pertenece el Dictionnaire de
Théologie Catholique (Diccionario de Teología
Católica, DTC), obra magna de la teología ca-
tólica en la primera mitad del siglo XX.

Grandes cifras y periodos


Publicado en 30 volúmenes (15 tomos divi-
didos en dos partes), más tres volúmenes de
índices. Contiene unos cinco mil artículos, de
más de cuatrocientos autores, con un total de
41.352 columnas (20.676 páginas). Se publicó
por fascículos (150) entre 1899 y 1950. Y la
elaboración de los tres volúmenes de índices
duró más de 20 años (1951-1972).
Se quedó en los albores de la informática,
que hubiera simplificado las cosas. También,
por seguir el paralelismo, el diccionario se
quedó en los albores de la gran teología del
siglo XX, que aunque ya estaba en marcha
desde los años 30, eclosiona en los cincuen-
ta y encuentra su cumbre en la elaboración
del Concilio Vaticano II. Se podría decir que
el Diccionario de Teología Católica recoge y
ordena, precisamente, todo lo que había “an-

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“Diccionario de Teología Católica”
El valor de un diccionario teológico
tes”. Pero eso recoge, ese es su valor, la mayor Hay muchas vocaciones y mucha gente bién una apuesta por la exhaustividad, que
parte de la historia de la teología cristiana y muy preparada entre los dominicos, jesui- parecía difícil de colmar. Si se quería decir
de sus principales exponentes patrísticos y tas, benedictinos, oratorianos… y también todo, la voz Dios (Dieu), de 1910, necesitó un
escolásticos, incluyendo la segunda escolás- entre el clero secular. Hay mucha gente cris- fascículo entero y parte de otro (29 y 30). Y
tica y todas las idas y venidas del XIX. tiana culta que lee y mucha gente que escribe lo mismo la voz Eucaristía, en 1912 (fascícu-
porque sabe. los 37 y 38). El 53 (1922) se dedicó entero a
Grandes empeños editoriales la Inmaculada Concepción; el 112 (1935) a la
Sorprende que una editorial recién funda- Una intención Predestinación. Se dedicaron 128 columnas
da (1885) por Léon Letouzey (1858-1942) y El título completo del diccionario, según apa- a la Confirmación, sacramento poco trata-
su cuñado Antonin Ané (Letouzey & Ané), rece en la portada de los fascículos, es “Dic- do en los manuales. Y se escribieron nada
se atreviera con semejante proyecto. Toda- cionario de Teología Católica que contiene menos que 212 columnas sobre la Iglesia de
vía existe la empresa con su librería en ple- la exposición de las doctrinas de la Teología Constantinopla (Constantinople. Eglise de), es
no centro de París (esquina Boulevard Ras- Católica, sus prueba y su historia”. Frente al decir, sobre los Ortodoxos griegos. Eran como
pail con Vaugirard). Y parece casi milagroso estilo más o menos combativo o polémico libros dentro del Diccionario. Y en este caso
que perseverara a pesar de la dureza de las del Diccionario apologético, de d’Alés, se pre- como en otros, con documentación difícil de
vicisitudes históricas: las leyes laicistas de fería una exposición serena de la fe cristiana, encontrar en otra parte.
1905, que dejaron a una parte importante de pensando que la mejor manera de defenderla
la Iglesia francesa en la calle o en el exilio, y era que se entendiera tal como es y que se Unos protagonistas
dos guerras mundiales, con todos los rigores, conociera su riqueza. El fundador, Alfred Vacant (1852-1901) pro-
ocupaciones y aprietos económicos. El abbé Mangenot en el prefacio del primer cedía de una familia campesina acomodada.
Y el asunto es más sorprendente si se sabe volumen (acabado en 1903), declara: “El DTC Después de haber estudiado en el seminario
que la editorial abordaba al mismo tiempo tiene por fin exponer las doctrinas de la teo- de Metz, y en el de Saint Sulpice, de París, se
un poderoso Diccionario de la Biblia (1891- logía católica, sus pruebas y su historia. No incardinó en la diócesis de Nancy y fue pro-
1912), dirigido por Vigouroux; un enorme intenta sustituir a las colecciones de manuales fesor de su seminario, donde suscitará, por
Diccionario de arqueología cristiana (1905- de teología, sino que les aportará útiles com- cierto, muchos futuros colaboradores.
1953), un Diccionario de Historia y geografía plementos. Más libre en su proceder que los Se había curtido en el trabajo intelectual en
eclesiástica (1912-) que todavía está en curso, tratados clásicos, redactado por representan- la redacción de varias revistas eclesiásticas y
aunque a partir del fascículo 186 cambió de tes de todas las escuelas (posiciones) católicas, colaborado en el Diccionario de la Biblia, de
editorial (Brepols). Y un Diccionario de De- y por especialistas de reconocida competen- Vigouroux. Y había desarrollado una nota-
recho Canónico (1924-1965). cia, abraza con un plan uniforme y bajo sus ble capacidad de trabajo. Cuando Letouzey &
No era la única editorial que andaba en diversos aspectos, todas las cuestiones que Ané concibieron el proyecto, enseguida llega-
estas aventuras. Beauchesne publicaba un interesan al teólogo”. ron a él como persona adecuada para llevarlo
Diccionario apologético de la fe católica (1909- Era una declaración de principios y tam- a cabo. Muy pronto el proyecto desbordó las
1928), dirigido por el insigne patrólogo Adhé- previsiones de la editorial que pensaba en al-
mar d’Alés. Y emprendió a continuación un go más breve. Pero era un hombre entusiasta
monumental Diccionario de Espiritualidad Para seguir leyendo y consiguió remover a muchos colaboradores
(1932-1995), verdaderamente interesante. Y y que le entregaran sus trabajos en los plazos
la editorial parisina Bloud et Gay, comenzó previstos. Aquello funcionaba.
en 1935 la enorme Historia de la Iglesia desde Dictionnaire Encontró un eficaz colaborador en Eugène
los orígenes hasta nuestros días, dirigida por de Théologie Mangenot (1856-1922), sacerdote de la dió-
Fliche y Martin. Catholique cesis de Sain-Diè. Había estudiado con él en
730 páginas Nancy y lo había formado. Fue profesor de
Un buen momento entre dificultades Letouzey et Ane, Escritura en Nancy. Alfred Vacant había dado
Todo en fascículos y por suscripción. Esto 1908 el primer impulso y había puesto el proyecto
significa suficientes ventas, porque no se en marcha; a Mangenot le tocó llevarlo ade-
financiaban de otra manera. Y es un índice lante con un volumen increíble de trabajo, y
del buen estado de la Iglesia en Francia en redactando él mismo todas las voces que se
aquellos primeros decenios del siglo XX. La atascaban o que presentaban algún proble-
Iglesia francesa llega al comienzo del siglo ma, también desde el punto de vista doctri-
XX recuperada de los embates revolucio- Théologie et nal. Era una personalidad equilibrada y que
narios del XIX, con energía suficiente para érudition de la sabía conducir estas delicadas cuestiones. Le
crecer y superar las leyes laicistas de 1905 crise moderniste importaba mucho la precisión histórica y que
que expulsan a muchas órdenes religiosas, à Vatican II se explicaran bien los contextos para poder
cierran muchas instituciones y expropian 380 páginas entender bien las doctrinas y, en su caso, los
muchos edificios. Pulim, 2014 PASA A PÁGINA 61 à

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RAZONES DICCIONARIO DE TEOLOGÍA CATÓLICA

à VIENE DE PÁGINA 61 concentración como prisionero de guerra. voz Antioche (Antioquía), con el relato deta-
conflictos o diferencias de pareceres. Todavía es una gran voz del Diccionario. llado de las escuelas teológicas, los concilios
Después vendría Émile Amann, con unos y los distintos patriarcados, y la pormenori-
empeños parecidos, pero en una época dis- El Oriente próximo cristiano zada historia de la vieja capital cristiana, hoy
tinta. Mientras que los primeros años están Desde 1535 hasta 1918, la corona francesa y en una lengua de territorio turco que entra
bajo la órbita de las cuestiones suscitadas después la República ejercieron un protecto- en Siria.
por el Modernismo, en los años siguientes rado sobre los peregrinos y Santos Lugares, Así se compuso una obra llena de erudición,
se deja sentir la renovación de las cuestiones y después sobre todos los cristianos (no solo que sigue siendo una fuente interesante para
teológicas, empezando por las históricas, pa- católicos) bajo dominio de la Sublime Puerta la teología, sobre todo histórica. A medida
trística y bíblicas. (Imperio otomano), por lo cual se abonaba que sus artículos pierden sus derechos de au-
una cantidad anual. La comunidad maronita tor y quedan bajo dominio público pueden
Contextos teológicos encontrarlas los modernos buscadores. n
Evidentemente, el Diccionario, en su largo
curso de más de cincuenta años, refleja las
vicisitudes de la teología y de cada momento.
Surge ante el Modernismo teológico, con la “El DTC tiene por fin exponer
intención de proporcionar una presentación las doctrinas de la teología
profunda y arraigada históricamente de las católica, sus pruebas y su
doctrinas cristianas.
Y acusa, como es lógico, los distintos tics
historia. Más libre en su
que ha tenido la Iglesia en Francia. Por un proceder que los tratados
lado quedan restos de galicanismo y nacio- clásicos, redactado por
nalismo religioso bastante vivos. Por otro, representantes de todas
está planteado un enorme debate intelectual las escuelas (posiciones)
sobre la relación de la Iglesia con el Estado
moderno y con los principios liberales; lo que
católicas, y por especialistas
abarca tanto aspectos teóricos como políti- de reconocida competencia,
cos, como la extinción de los Estados Ponti- abraza con un plan uniforme
ficios o el estatuto de la Iglesia en Francia. y bajo sus diversos aspectos,
En las voces del diccionario se aprecia cómo todas las cuestiones que
evolucionan las ideas. interesan al teólogo”.
En los años cuarenta, se reflejan las preo-
cupaciones y advertencias de la Santa Sede
en algunos temas teológicos. El P. Chenu está
precisamente redactando la voz “Santo To- Eugène Mangenot
más de Aquino y Tomismo” cuando es puesto TEÓLOGO FRANCÉS
en el índice su libro sobre la Teología en Le (1856-1922)
Saulchoir (Le Saulchoir, Une École de Théolo-
gie). Chenu era partidario de un acercamien-
to histórico a la doctrina de santo Tomás y
a la teología en general, mientras que otros del Líbano tenía, dentro de esto, un estatuto
(especialmente Garrigou Lagrange) defen- especial. Después, al caer el Imperio turco
dían que eso relativizaba las verdades teo- desde 1920, Siria y Líbano quedaron bajo
lógicas. Chenu, obligado a dejar la dirección dominio francés, hasta su independencia.
de Le Saulchoir, pensó que sería inoportuno Esto le permitió una presencia diplomática
escribir esos artículos. Con la intervención importante y también religiosa y un contac-
del gobierno de los dominicos, se los encar- to estrecho con sus tradiciones religiosas y
garon al P. Garrigou Lagrange. Eran dos op- sus lenguas (sirio, árabe, arameo, hebreo).
ciones que, en el fondo, no tenían por qué ser Una expresión privilegiada es la fundación,
excluyentes. en 1890, de la Escuela Bíblica de Jerusalén
En el mismo contexto se suscitó alguna in- (École Biblique et Archéologique Française de
quietud sobre la voz “Teología” que se había Jérusalem) por el Padre Lagrange OP.
encargado a Yves Congar, que también estaba El contacto directo con aquellas fuentes se
en Le Saulchoir. Pero este la redactó en dos deja ver en el diccionario en muchos aspec-
partes sin mayores problemas. Sólo que en- tos, sobre todo históricos. Es asombrosa, por
tremedias pasó cuatro años en un campo de ejemplo, la erudición que se contiene bajo la

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