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“La forma en que uno ve depende también de un estado emocional de la mente.

Esta es la
razón por la que un motivo puede ser visto de muchas maneras, y esto es lo que hace que el
arte sea tan interesante.” ​Munch

El expresionismo desde​ “Historia de las literaturas de vanguardia”​ de Guillermo de 


Torre 

Desde los últimos treinta años del siglo XIX hasta comienzos del XX, el positivismo pareció
ser el antídoto contra la crisis. Congresos científicos, impulso industrial, exposiciones
universales, túneles, canales y exploraciones, dominaron el período. Sin embargo, la
filosofía del progreso ya no tenía el significado otorgado, ahora se había transformado en
una filosofía conveniente. Pero ni siquiera el mundo positivista logró ocultar las
contradicciones de la sociedad europea, que desembocaron en la Primera Guerra Mundial.
El expresionismo nace sobre esta base de protesta y de crítica, es, o pretende ser, lo
opuesto al positivismo. Se puede decir que la entrada al expresionismo es un arte de
oposición. Para el expresionista, la realidad era algo en lo que había que meterse, algo que
había que vivir desde el interior. Lo que más molestaba al expresionismo del positivismo era
el tono de felicidad, esa tal felicidad ignora los problemas sociales. Los expresionistas
reconocen su actualidad como una época turbada por la desesperación y por el horror de la
muerte. El hombre ya aguantó suficiente el silencio: ahora es necesario que el espíritu
responda.
El expresionismo se manifestó en Alemania sobre todo a través de dos agrupaciones. El
primer grupo organizado fue el que en 1910 tomó el nombre de ​Die Brücke (El Puente).
¿Qué significado encierra esta denominación? Dicho concepto es explicado en una carta
del grupo: “Uno de los objetivos del grupo es atraer en sí todos los elementos
revolucionarios y en fermento, y esto lo dice su mismo nombre: el puente”. La idea común
de este grupo era el impulso de destrucción sobre las viejas reglas. Esto lo llevaba a cabo
cada uno desde su propio temperamento. El grupo se disuelve en 1913. Mientras tanto,
resistía el grupo Der Blaue Reiter (El jinete azul) ​fundado en 1911. Este grupo nació en
Munich, donde se reunían todos los jóvenes europeos que querían dedicarse al arte. Lo
importante es reconocer a las almas como dolientes y atormentadas, debido al choque de lo
espiritual con la materia; se trata de liberar la íntima verdad de lo real de lo material que
impide percibirla. Es evidente que dicho grupo no acepta la poética de ​El Puente​: ellos no
buscaban un contacto, sino un modo de captar la esencia espiritual. Este grupo tampoco
tuvo una existencia larga, presentando su última exposición en 1914. Luego la PGM será la
dispersión del grupo.

El  expresionismo  desde  “¡El  futuro  será  de  los  artistas!  Un  análisis  discursivo  del 
manifiesto expresionista”​ de Eugenia Fraga. 

El expresionismo fue una corriente artística de vanguardia iniciada a principios del siglo XX
en el seno de Alemania. Su lema principal era el de representar, no ya al mundo tal cual se
veía, sino al mundo tal cual era percibido por el artista en su interior. De allí proviene el
nombre de la corriente, dado que lo que se buscaba era, en definitiva, expresar los
sentimientos del artista, sacarlos al exterior dándoles forma y color.

El  expresionismo  desde  ​“El  Expresionismo  y  las  vanguardias  en  la  literatura 
alemana”, de Manuel Maldonado Alemán  

El expresionismo viene a ser una deformación de la realidad para expresarla de forma más
subjetiva. Se quieren mostrar sentimientos, emociones, algo que ilustre la naturaleza y el
ser humano. Tenemos así temáticas oscuras como la soledad, la miseria o la muerte. El
arte se vuelve una forma de reflejar la amargura existencialista de esos años, con una visión
trágica del ser humano en la que el individuo va a la deriva en la sociedad moderna,
industrializada, donde se ve alienado. Es necesario apartarse de la realidad dado que la
misma no se comprende, y si se intenta, solo se ve rechazo y destrucción en ella. El
presente se vive con angustia.
El término ​expresionismo -arte de la expresión- no procede del alemán, sino del francés.
Fue utilizado por primera vez en la pintura para designar una nueva tendencia artística. Un
pintor francés empleó la denominación ​expressionisme al referirse a un grupo de cuadros
en el catálogo de una exposición celebrada, para diferenciarlos de la corriente predominante
del Impresionismo.
El Expresionismo, en cuanto movimiento literario que abarca la época comprendida entre
1910 y 1925, pretende presentar una nueva realidad constituida desde la interioridad del
artista. A diferencia del Impresionismo, el nuevo movimiento no aspira a la manifestación de
las impresiones sensitivas, sino a la expresión de sentimientos y experiencias internas. En
oposición al Naturalismo, la literatura expresionista renuncia a la imitación de la realidad
exterior, a la descripción detallada de su superficie, y opta por mostrar la esencia profunda
de las cosas. Lo que antes era “impresión desde fuera” es ahora “expresión desde dentro”.
El autor no analiza ni causas ni hechos; sólo proyecta su singular visión. El artista ya no se
ocupa de reproducir con fidelidad objetiva el mundo presente, sino de manifestar un sentir
subjetivo y unas particulares vivencias que transmitan la auténtica sustancia de lo existente.
Lo primario no es el mundo, sino el alma del artista en la que se refleja su realidad. Pues el
mundo ya existe y no tiene sentido reproducirlo (debido a lo miserable que es).
El artista expresionista no mira, no describe, no refleja; crea. A la nueva literatura no le
interesa la psiquis circunstancial de un individuo, sino el alma humana. Ya no se trata de
representar un carácter individual, sino al ser humano.
Con el Expresionismo se impone una nueva sensibilidad frente al mundo y la vida,
caracterizada por la concentración, la precisión, la emotividad, las fuertes pasiones, el
activismo, el inconformismo, la libertad, la intensidad del sentimiento, el impulso creativo y la
autenticidad. Los jóvenes escritores se orientan en una estética de lo feo: con extrema
crudeza persiguen captar la verdad de lo existente a través de la presentación artística de lo
macabro, lo siniestro, lo disonante, lo extraño y lo grotesco. El núcleo temático de sus
creaciones literarias lo constituyen la degradación, la decadencia y la muerte del individuo
en la realidad presente, la visión del fin del mundo, que se concreta en la representación
artística de la guerra. Pues en la regeneración del individuo y de la sociedad radica para los
expresionistas la única posibilidad de evitar el apocalipsis. Es así que exigen una nueva
sensibilidad sustentada en la autenticidad y en la fraternidad, en la emotividad e intensidad
del sentimiento, en la condena de la guerra y de toda clase de violencia. Gracias a la
primacía del pacifismo, surgiría una nueva humanidad.
En lo formal, la obra expresionista no se caracteriza por un estilo bello, sino por la
intensidad expresiva y un tono patético. A fin de que prevalezca esa fuerza expresiva, los
expresionistas renuncian con frecuencia a la gramática y a las relaciones sintácticas
lógico-causales, y optan por la crudeza, la concentración y la concisión lingüística. También
recurren al dinamismo y a la presentación simultánea de acontecimientos dispares,
centrados en un suceso específico.

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