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SEDENTARISMO, ESTILO DE VIDA ACTIVO Y DEPORTE: IMPACTO EN LA SALUD Y

LA PREVENCIÓN DE LA OBESIDAD

INTRODUCCION

Este tema se trata de los beneficios de la práctica regular de actividad física se conocen
desde la antigua Grecia. En el siglo pasado, el conocimiento científico sobre este tema ha
progresado enormemente, comenzando con los primeros estudios de JN Morris y RS
Paffenberger, quienes demostraron que la actividad física en el trabajo redujo la
incidencia de enfermedades cardiovasculares y mortalidad. Esto significa que las
personas deben estar activas regularmente y forzar mecanismos fisiológicos a ciertas
intensidades, además de adoptar un estilo de vida activo.

El ser humano está destinado a moverse, el movimiento humano se ha reducido


constantemente y el sedentarismo ha aumentado progresivamente.

DESARROLLO

Incluir la actividad física en la rutina diaria ayuda a prevenir la aparición de enfermedades


crónicas asociadas al sedentarismo, se recomienda encontrar una actividad que
satisfaga y se realice siguiendo las pautas adecuadas y sin dolencias.

Actividad física y salud cardiovascular

Las personas que son físicamente activas en su vida diaria, tanto por su ocupación como
a través de sus actividades recreativas, de ejercicio y deportivas, tienen un menor nivel de
morbilidad y mortalidad.se demostró que aquellos sujetos que realizaban actividad física
regular de cierta intensidad reducían a la mitad el riesgo de padecer enfermedad, las
adaptaciones cardiovasculares al entrenamiento tienen una influencia positiva en las
muchas condiciones fisiopatológicas asociadas con la obesidad, y un mejor estado físico
facilita las tareas de la vida diaria. 

 Actividad física, obesidad y salud.

La actividad física diaria regular contribuye al equilibrio energético de varias maneras. No


hay duda de que cada actividad que realiza el cuerpo humano está vinculada a la
producción de energía, actualmente la evidencia sugiere que cualquier tipo de actividad
física contribuye a reducir el riesgo, pero que un alto nivel de aptitud física reduce aún
más el riesgo relativo. En relación con la reducción de grasa corporal, tanto la fuerza
como el ejercicio aeróbico han demostrado ser efectivos, aunque el ejercicio aeróbico
tiene un impacto mucho mayor en la distribución de grasa corporal

 Utilización de sustrato durante el ejercicio 

Existe que para aumentar el uso de grasas como fuente de energía, la intensidad del
ejercicio debe ser moderada o baja porque cuanto mayor sea la intensidad del ejercicio,
mayor será la dependencia del cuerpo de los carbohidratos como fuente de energía,  pero
para alcanzar un gasto energético determinado para Mantener o perder peso corporal,
personas no entrenadas, con sobrepeso u obesas, debe enfatizar la duración del ejercicio
y progresar a un ejercicio de mayor intensidad aumentando el gasto de energía, lo que
también les traerá beneficios cardiovasculares adicionales.

 El tiempo sedentario o sentado como factor de riesgo para la salud.

Muchas formas comunes de comportamiento en nuestra vida diaria implican sentarse, por
ejemplo, conducir un automóvil, trabajar en un escritorio, comer en una mesa, jugar
videojuegos, mirar televisión, escuchar música, etc., y pueden ocupar gran parte de
nuestro día. El sedentarismo ha comenzado a estudiarse como un factor de riesgo
independiente entre el tiempo de estar sentado y la mortalidad por todas las causas
pareció ser consistente entre los sexos, los grupos de edad, las categorías de índice de
masa corporal y los niveles de actividad física y entre los participantes sanos en
comparación con los sujetos con enfermedad cardiovascular preexistente o diabetes. 

Se han propuesto otros entornos, como escuelas, lugares de trabajo para aumentar la
actividad física en todos, para mejorar la salud y reducir los gastos de salud a través de
una mayor actividad física, que debe implementarse a nivel nacional e internacional.

CONCLUSION

La actividad física reduce el riesgo de mortalidad total, el riesgo de mortalidad por


enfermedad cardiovascular y otras causas (independientemente de la pérdida de
peso). Las personas físicamente activas tienen un porcentaje de grasa corporal más bajo
que las personas inactivas, en todas las edades y en ambos sexos. Las personas con
sobrepeso que tienen un buen nivel de condición física tienen una mejor salud que las
personas con sobrepeso no en forma y similares a las personas delgadas pero no
aptas.  El sedentarismo y las horas de inactividad física parecen actuar como factores de
riesgo independientes para la salud. El ejercicio aeróbico debe complementarse con
entrenamiento de fuerza en ambos sexos y en todos los grupos de edad los programas de
intervención deben centrarse en personas de todas las edades, incluidos los ancianos. 
Solo tenemos que comenzar a practicar actividad física, acorde con nuestras
capacidades. Las mejorías se experimentan ¡tanto en el cuerpo como en la mente!
Acompañado de una buena alimentación e hidratación para llevar una vida saludable. Los
alimentos adecuados al tipo y nivel de actividad física realizado cobra especial
importancia para optimizar el rendimiento deportivo y mantener un buen estado de salud

bibliografia

Marcela González-Gross

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