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LOS COMPONENTES DEL ORGANISMO HUMANO

La sangre consta de agua, azúcar, grasa, albúmina, cloruro de

silícico (Silícea), hierro, manganeso*, cal, magnesio, sodio y


potasio.

Estos últimos se combinan con ácido fosfórico o con ácido


carbónico y ácido sulfúrico. Las sales de sodio predominan en
el suero de la sangre, las sales de potasio, en los corpúsculos
sanguíneos. El azúcar, la grasa y las sustancias albuminosas son
los así llamados componentes orgánicos de la sangre; el agua y
las sales anteriormente mencionadas son las partes inorgánicas.
El azúcar y la grasa están compuestos de carbono, hidrogeno y
oxigeno; las sustancias albuminoides constan de carbono, oxígeno
hidrógeno, nitrógeno y azufre.

La sangre contiene todo el material para todos los diversos


tejidos, o sea, para las células del cuerpo. Este material llega a
los tejidos a través de las paredes de los capilares y así repara
la pérdida producida en las células por la transformación de sus
sustancias.

El azufre, el carbono y el fósforo no se encuentran en estado


libre en el organismo, sino que siempre están formando parte
integrante de compuestos orgánicos. El azufre y el carbono se
hallan en la albúmina, el carbono, en los hidratos de carbono (por
ejemplo, en el azúcar y en el almidón) y en los productos que
resultan de las transformaciones de las sustancias orgánicas.

El fósforo está contenido en las lecitinas y en las nucleínas.


El azufre contenido en la albúmina es oxidado por el oxigeno
inhalado y se transforma en ácido sulfúrico que al combinarse
luego con las bases de los carbonates da como resultado sulfatos
y libera al mismo tiempo ácido carbónico.

* El manganeso no es un componente constante de la sangre y es por consiguiente, un

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Dentro de los tejidos, la albúmina destinada a la formación de
nuevas células se descompone, por la acción del oxigeno. Los
productos de esta descomposición son las sustancias que forman
músculos, nervios, gelatina, moco, queratina y elastina.
La sustancia que forma gelatina está destinada al tejido conectivo,
a los huesos, al cartílago y a los ligamentos; las sustancias que
forman moco, músculos y nervios están destinadas a las células
mucosas; a las células musculares, a las células nerviosas y a
las células del cerebro y de la médula espinal; la queratina está
destinada al pelo, a las uñas y a las células de la epidermis y
del epitelio; la elastina, a los tejidos elásticos. Cuando se lleva
a cabo esta división, se liberan sustancias minerales que sirven

funcionamiento o a la excitación patogénica y sirven también,


sobre todo el Fosfato de Calcio, para estimular la formación de
otras células.

Esas sustancias minerales, sin embargo, que son liberadas


como consecuencia de la metamorfosis degenerativa de las
células, abandonan el organismo por las vías destinadas a la
excreción, formando así productos de desintegración. Durante
la metamorfosis degenerativa de las células, sus sustancias

sales liberadas, abandonan los tejidos, dan cabida a sustancias


orgánicas que no han sido transformadas todavía, de manera que

Los productos de la degeneración son conducidos a través de


los vasos linfáticos, de los tejidos conectivos y de las venas a la
vesícula biliar, a los pulmones, a los riñones, a la vejiga y a la piel
y eliminados del organismo junto con la orina, la transpiración,
las heces, etc.

Sobre la importancia del tejido conectivo, encontramos lo


siguiente en Moleschott:

“Uno de los frutos más nobles de la investigación moderna,


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para cuya conquista Virchow y von Recklinghausen allanaron
el camino, consiste en que el tejido conectivo paso de ser una
parte indiferente a tener una actividad útil no considerada
anteriormente. O sea, que lo que antes parecía no tener más
objeto que servir de relleno o de cubierta protectora, aparece
en la actualidad como la matriz a través de la cual pasan las más
recónditas corrientes de la sangre a los tejidos y regresan de estos
a los vasos sanguíneos y sirve al mismo tiempo como uno de los
más importantes lugares de reproducción de las células jóvenes,
que pueden pasar entonces de su forma juvenil embrionaria a las
estructuras más especializadas del cuerpo.”

Un hombre está sano cuando por medio de la comida y de la


bebida, digeridas adecuadamente, se compensan a la sangre
las pérdidas sufridas al abastecer de material nutritivo a los
tejidos, cuando aparece de este modo en los tejidos el material
nutritivo en la cantidad requerida y en el lugar precise y cuando
no hay ningún trastorno en el movimiento de las moléculas, ya
que entonces proceden normalmente la formación de células
nuevas y la destrucción de las células viejas así como también la
eliminación de los productos de desecho.

Cuando una irritación patogénica afecta a la célula, aumenta


primeramente su funcionamiento porque se esfuerza por repeler
la irritación. Pero cuando, como consecuencia de esta actividad,
pierde una parte de sus materiales minerales necesarios para
el desempeño de sus funciones, entonces se origina un cambio
patogénico. Virchow dice:

“La esencia de la enfermedad consiste en que la célula ha


cambiado patogénicamente.”
Supongamos que el material funcional perdido en la lucha contra
la irritación patogénica es, por ejemplo, Cloruro de potasio,
entonces se pierde también una cantidad correspondiente de

irritación patogénica ha perdido Fosfato de calcio, se pierde


también una cantidad correspondiente de albúmina porque el
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Fosfato de calcio guarda una relación con la albúmina parecida a

de Fosfato de calcio en las células que están en contacto directo


con el exudado en cuestión. Las pérdidas de otros minerales
celulares pueden deducirse de sus múltiples características que
se analizarán más adelante.

Las células que han sufrido cambios patogénicos, es decir,

componentes minerales, necesitan una compensación por medio


de una sustancia mineral homogénea. Dicha compensación puede
producirse espontáneamente, o sea, a través del esfuerzo curativa
de la naturaleza, por medio del cual las sustancias requeridas
entran en las células desde sus intersticios. Pero si se retarda la
curación espontánea, se hace necesaria la ayuda terapéutica.
A este propósito, las sustancias minerales requeridas se dan en
forma molecular.

Las moléculas entran a través del epitelio de la cavidad bucal


y de la faringe a la corriente sanguínea y se difunden en todas
direcciones. Las moléculas que llegan al lugar en que se encuentra
la enfermedad entran en un movimiento molecular vivo, que
se comunica por sí mismo a las sustancias homogéneas de su
alrededor. Estas sustancias entran en las células que han sufrido
cambios patogénicos y entonces se produce una curación. Las
células, que han recuperado su integridad son capaces entonces
de moverse de nuevo de manera independiente y por lo mismo de
eliminar sustancias extrañas o, en general, cualquier excedente
y en consecuencia cualquier exudado existente.
La constitución de la célula depende de la composición de los
nutrientes de la tierra que se encuentran directamente a su
alrededor, precisamente del mismo modo que el crecimiento

El químico agrícola habla de “la ley de lo mínimo”, según la cual,


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la sustancia nutritiva de la cual hay una cantidad mínima en la
tierra se debe suministrar en la forma del abono requerido por
la planta. El químico agrícola usa para esto solo tres sustancias
como abono, o sea: compuestos nitrogenados (amoníaco), Fosfato
de calcio o potasio. De las otras sustancias nutritivas requeridas

“La ley de lo mínimo” se puede aplicar también a las sustancias


bioquímicas. Por ejemplo:

En la tierra nutritiva de los huesos de un niño que sufre de


raquitismo como consecuencia de un trastorno en el movimiento

de esta sal. La cantidad de Fosfato de calcio destinada a los


huesos, que no puede alcanzar su destino, se acumula en la sangre
y se elimina junto con la orina. Porque la función de los riñones
consiste en mantener la composición correcta de la sangre y, por
tanto, en expulsar cualquier sustancia extraña o componente en
exceso”. *

Después de que el trastorno en el movimiento molecular de la


tierra nutritiva en cuestión se ha corregido por medio de dosis
mínimas de Fosfato de calcio, el Fosfato de calcio sobrante
puede encontrar su camino de salida dentro del torrente
sanguíneo normal y de este modo se puede producir la curación
del raquitismo.

* El hígado junto con los riñones tiene la función común de mantener constante
la composición de la sangre. Pero a pesar de haber una composición normal
de la sangre, en la tierra nutritiva que está en contacto directo con un grupo
de células, es decir, en el líquido nutritivo intercelular puede aparecer la

movimiento molecular. Este trastorno puede impedir que la sal requerida pase
de la sangre a los intersticios celulares.

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El método bioquímico suple los esfuerzos curativos de la naturaleza
con el material natural que falta en las partes afectadas, o sea,
con las sales inorgánicas. La bioquímica se esfuerza por corregir

vías y los medios para hacerlo, se verá que cuando los remedios
bioquímicos se usan después de una selección adecuada, son

pueden curarse con remedios internos.

deberían probarse en personas sanas y sus indicaciones deberían


deducirse de los síntomas encontrados en esas pruebas. Pero
también esto está equivocado. Las indicaciones de remedios

patológica, es decir, a través de los resultados de su uso en


distintas enfermedades.

¿Quién podría creer, que dando dosis grandes o pequeñas de las


sales celulares a personas sanas, se podrían producir síntomas

Los remedios bioquímicos se usan en dosis mínimas. La posibilidad


de la acción de las dosis pequeñas se deduce de lo siguiente:

La naturaleza solo trabaja por medio de átomos y por medio de


grupos de átomos o moléculas. El crecimiento de los animales y
de las plantas se lleva a cabo agregando nuevos átomos o grupos
de átomos a las masas moleculares ya formadas. Es inobjetable

las ondas de luz, que seguramente son también imponderables,


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producen sin embargo movimientos moleculares en los seres vivos,
en las partes verdes de las plantas, por medio de los cuales el
ácido carbónico se descompone en carbono y oxígeno y que éstas
mismas ondas producen movimientos moleculares en las placas

dan lugar a la producción de una imagen.


El uso de dosis pequeñas en el método bioquímico de curar las

introducir en la sangre, por ejemplo, una sal de Glauber, no se


lograría dando una solución concentrada de la misma, ya que
afectarla únicamente al canal intestinal, produciendo una diarrea
liquida junto con la cual saldría del organismo. Una solución
diluida de la sal de Glauber entra en la sangre directamente
desde la cavidad bucal y torácica y de esta manera llega también
a los demás líquidos intercelulares en los que, debido a las
características peculiares de la sal de atraer hacia sí el agua,
captura el exceso de agua de los tejidos y lo transporta a la sangre
venosa produciendo así un aumento de la secreción urinaria.

Todos los remedios bioquímicos deben diluirse de tal manera que


no alteren las funciones de las células sanas y restablezcan las
funciones que ya están alteradas.

En los hombres, animales y plantas sanos, las sales se encuentran


en diluciones que corresponden aproximadamente a la 3ª, 4ª y 5ª
dilución decimal de los medicamentos. Esto se puede comprobar
con el siguiente análisis de las células sanguíneas del organismo
humano:
En 1000 gramos de células sanguíneas encontramos las siguientes
cantidades de materia inorgánica:

Hierro.................................. 0,998
Sulfato de potasio.................... 0,132
Fosfato de potasio.................... 2,343
Cloruro de potasio.................... 3,079
Fosfato de sodio....................... 0,633
Sodio.................................... 0,344
Fosfato de calcio...................... 0,094
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Fosfato de magnesio.................. 0,060
(Véase Bunge’s Lehrbuch der physiologischen und pathologischen

pág.219”)

En 1000 gramos de líquido intercelular (plasma) se encuentran


las siguientes cantidades de materia inorgánica:

Sulfato de potasio..................... 0,281


Cloruro de potasio..................... 0,359
Cloruro de sodio....................... 5,545
Fosfato de sodio....................... 0,271
Sodio.................................... 1,532
Fosfato de calcio...................... 0,298
Fosfato de magnesio.................. 0,218

(Véase el Manual de Bunge)

El liquido intercelular contiene, además, cantidades minúsculas

Hay que comparar estos análisis con el de la leche:

Un litro (1000 gramos) de leche contiene las siguientes cantidades


de materia inorgánica:

Potasio............................... 0,78
Sodio................................. 0,23
Calcio................................. 0,33
Magnesio............................. 0,06
Hierro................................ 0,004
Ácido fosfórico...................... 0,47
Cloro................................. 0,44

(Véase el Manual de Bunge, p. 97)


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Un litro de leche (1000 gramos = 15,433 granos) es la cantidad
consumida en promedio cada día por un lactante que pesa
aproximadamente 6 kilogramos. Ahora bien, si 6 centésimas de

diario de Magnesio de un lactante, ¿qué tan pequeña ha de ser la


dosis que se necesita para curar una neuralgia producida por una

La cantidad de sustancia mineral contenida en una célula es

C. Schmidt, encontró que una célula sanguínea contiene


aproximadamente una billonésima parte de gramo de Cloruro
de potasio. La billonésima parte de un gramo corresponde
aproximadamente al 12º grado de dilución decimal.

También los remedios alopáticos son efectivos en dosis


minúsculas: el Prof. Dr. Hugo Schulz dice en Greifswalde: el
sublimado corrosivo en una solución de uno a 600.000, o de uno
a 800.000, produce una fermentación mucho más violenta de lo
normal, en una solución de azúcar de uva que contiene levadura.
Los detalles de esto se pueden encontrar en el Berliner Klinische
Wochenschrift, 4 de Noviembre de 1889.

Para determinar la dosis de un remedio bioquímico, no se puede


considerar, como factor determinante, la cantidad del producto

ejemplo, producir en las células de la capa epitelial de una


cavidad serosa un exudado muy abundante y una compensación
de moléculas de sal común correspondiente a esta minúscula

Un medico que quiera usar los remedios bioquímicos puede


seleccionar su dosis de acuerdo con la relación cuantitativa
establecida aquí.
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En mi práctica, generalmente uso la 6ª trituración decimal.*
En casos agudos hay que tomar cada hora o cada dos horas una
cantidad de trituración tan grande como un guisante, en los casos
crónicos habrá que tomarla a lo sumo, tres o cuatro veces al día,
ya sea seca o en una cucharadita de agua.

Se calcula que un miligramo de sustancia contiene un promedio de


16 trillones de moléculas y por lo tanto, la 6ª trituración decimal
debe contener aproximadamente 16 billones de moléculas. Esta

los movimientos moleculares del tejido.

Se podría objetar que las moléculas de las sales dadas como


medicamento se unen con las sales homogéneas contenidas en
la sangre y que por lo tanto sería ilusorio el efecto curativo
intentado. Pero a esto se podría responder que la unión temida

un medio aislante para las moléculas de la sal.

Las sustancias inorgánicas que sirven para la nutrición de las


plantas y para el desempeño de sus funciones solo se absorben
en cantidades mínimas. Liebig dice:

“El abono más fuerte de fosfatos toscamente pulverizado


difícilmente se puede comparar en sus efectos con una cantidad

que haya una partícula de fosfato en cada parte de la tierra. Cada

de alimento en el lugar donde toca la tierra, pero para su


funcionamiento y su existencia, es necesario que esa cantidad
tan minúscula se encuentre en el lugar preciso.”

(Véase Liebig’s Chemische Briefe, Cartas de Química de Liebig,


vol. II, p. 295).

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trituración a la 12x.
Los minerales insolubles en agua, que pertenecen a la esfera de
la nutrición de la planta, deben ser disueltos por los jugos ácidos

el organismo de la planta.

Las sustancias minerales que entran al estómago del hombre


están expuestas a la acción del ácido clorhídrico contenido en
el jugo gástrico. Si la sustancia mineral es, por ejemplo, una
sal de hierro, entonces se forma en el estómago un cloruro de
hierro. Por lo tanto, si se desea llevar Fosfato de hierro (Ferrum
phosphoricum) a las células que han sufrido un cambio patogénico,
este no debe entrar al estómago. Debe darse, por lo mismo, en
una dosis mínima; el remedio debe estar tan diluido que sus
moléculas liberadas puedan ser capaces de llegar a la sangre a
través del epitelio de la boca, de la garganta y del esófago y a
través de las paredes de los capilares.

Todas las sustancias insolubles en agua deben reducirse por lo


menos al 6º grado decimal de dilución; las sustancias solubles
en agua siempre penetran en las células epiteliales antes
mencionadas en una dilución más baja.
En la página 121 de la tercera edición del Baeder Almanach de
1886 encontramos el comentario siguiente:

“A juzgar por los resultados obtenidos y por el presente análisis,


el Agua de Rilchingen contiene también y de manera especial
los componentes con los que, según el “Compendio Terapéutico”
del Dr. Schüssler, se curan, por el método bioquímico, todas las
enfermedades curables.”

En el agua de Rilchingen se encuentran algunas sustancias


minerales en cantidades tan diminutas que, por ejemplo, el Fosfato
de magnesio corresponde a la 8ª dilución, el Cloruro de potasio,
aproximadamente a la 5ª y el Ácido silícico aproximadamente
a la 6ª dilución decimal. En las Cartas Balneológicas del Prof.
Beneke se lee lo siguiente:

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“Quisiéramos poner especial atención en una relación: es decir,
en el grado de concentración en que se suministran al cuerpo las
soluciones de una sal. Estoy convencido de que muchos de los
más famosos manantiales minerales deben sus buenos resultados
precisamente al hecho de que los principios activos medicinales
se encuentran en una forma muy diluida y la experiencia es
muy importante, porque a menudo obtenemos los efectos más
notables con dosis que ordinariamente se consideran demasiado
pequeñas. *

Al prescribir una sal para un propósito bioquímico, es mejor dar


una dosis muy pequeña que una muy grande. Si es muy pequeña,
el objetivo se alcanzara repitiendo la dosis; pero si es muy grande,

El lema; “A mayor cantidad mayor efecto”, sigue siendo un


error tradicional que puede llegar a ser dañino por sus efectos;
por ejemplo, grandes dosis de hierro, después de estropear el
estómago, se evacuan, junto con los excrementos sin haberse
asimilado y sin haber afectado la enfermedad que debían curar.

Los médicos que creen que se requieren grandes dosis, pero al

ellos mismos se enferman, no toman absolutamente ninguna de


ellas. Al recetar sus píldoras y sus mezclas a otras personas, nos
recuerdan al dueño de la plantación que decía: “Al sur cultivamos
excelentes guisantes silvestres; nosotros ciertamente no los
podemos comer; pero son excelentes para los negros.”

* Sin embargo, de acuerdo con el punto de vista actual de la bioquímica, no


podemos recomendar el uso de las aguas minerales. Los remedios bioquímicos
se prescriben individualmente; las mezclas son inadmisibles.

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