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El Sustantivo

Los seres humanos, al usar el lenguaje, nos referimos a las cosas (concretas o
abstractas, imaginarias o virtuales), a las personas, a las situaciones, a los procesos, a los
conocimientos, etc. Es decir, que el uso del lenguaje implica hacer referencia a algo o a
alguien; para eso, es necesario nombrar, designar a ese referente (entidad que puede
existir en el mundo físico o puede ser solo un concepto) de alguna manera. Nombrar es
identificar aquello a lo que nos referimos; las palabras que sirven para esto son los
sustantivos. Sin embargo, para designar, a veces es necesario usar varias palabras y no
un solo sustantivo, se usan entonces los grupos o sintagmas sustantivos (ej.: “alimentos
transgénicos”, “complejo de Edipo”).
 Caracterización semántica: los sustantivos son palabras léxicas que denotan
entidades, materiales o inmateriales, de toda naturaleza y condición: personas (primo),
animales (tortuga), cosas reales (paraguas) o imaginarias (dragón), grupos (tropilla),
materias (arcilla), acciones (carrera), cualidades (dulzura), sucesos (revolución).
 Caracterización morfológica: los sustantivos se caracterizan por admitir
variantes de género y número (corcho, corchos), así también por participar en varios
procesos de derivación (corchito) y composición (sacacorchos).
 Caracterización sintáctica: la función fundamental del sustantivo es la de
sujeto de la oración, pero además puede cumplir diversas funciones sintácticas y por lo
general, lo hace acompañado de otras categorías gramaticales como los artículos y las
preposiciones:
 Núcleo del sujeto: La flor es hermosa.
 Objeto directo: Corto una flor.
 Objeto indirecto: Ese ojal es para mi flor.
 Complemento Circunstancial: Vive entre flores.
 Complemento Agente: La abeja es esperada por la flor.
 Modificador con preposición:
- de un sustantivo: el aroma de la flor;
- de un adjetivo: Repleto de flores;
- de un adverbio: Cerca de la flor.
 Vocativo: ¡Escucha, oh flor!

Clasificación semántica de los sustantivos


A continuación veremos los diversos grupos en los que podemos clasificar al
sustantivo en base a su significado:
Personal

Patronímico
Propios
Geográfico

Gentilicio
Sustantivos
Abstractos y
concretos

Individuales y
colectivos
Comunes
Contables y no
contables

Cuantificativos

Sustantivos Propios
Identifican a un ser entre los demás sin informar de sus rasgos o propiedades
constitutivas. Debido a que señalan a un ser totalmente determinado no necesitan una
palabra que ayude a identificarlos con mayor precisión, ya sea un artículo u otro
determinante; tienen por sí mismos capacidad referencial, son como etiquetas para
designar entidades cuyo significado el emisor supone que es conocido por el interlocutor:
 Personales: es el aplicado a miembros de una familia, para distinguirlos entre sí.
Se llaman también onomásticos o de pila. Ej.: Ana, Pablo, Lucrecia.
 Patronímicos: se trata de los apellidos; antiguamente se formaban de tal manera
que se indicara fácilmente el origen familiar de las personas, así, del nombre del
padre, se derivaba el apellido del hijo: Sancho (nombre del padre) > Sánchez
(apellido del hijo).
 Geográficos: aquellos nombres que designan lugares: Uruguay, Andes.
 Gentilicios: indican procedencia: riograndense (ciudad), correntino (provincia),
polaco (país), sudamericano (continente). Estas palabras pueden funcionar como
sustantivos o como adjetivos; serán sustantivos si aparecen solos en la oración
(los brasileros), adjetivos cuando acompañen a un sustantivo (los jugadores
brasileros).

Sustantivos Comunes
Esta denominación se aplica a todos los individuos de una clase. Se caracterizan
por clasificar o categorizar a las personas, animales o cosas según ciertos rasgos
comunes que los distinguen. Solo adquieren referencia cuando se integran en un grupo
nominal y se los acompaña de algún determinante, de este modo, palabras como prócer,
caballo, calle, harán una distinción más precisa cuando se las coloca en contexto: el
prócer, este caballo, mi calle.
A su vez, pueden pertenecer a diversas subclases:
 Abstractos: nombran ideas, conceptos, entidades cuya existencia deriva de
cualidades (adjetivos) y de acciones (verbos). Así tenemos palabras como libertad (que
proviene de libre), cordura (de cuerdo), blancura (del color blanco); y otras como
expresión (de expresar), escritura (de escribir), paciencia (de padecer), etc. Este tipo de
proceso de derivación se llama nominalización (nombres de acción y cualidad).
 Concretos: hacen referencia a seres y cosas que tienen existencia
independiente y, por lo general, tienen la característica de ser tangibles o visibles. Ej.:
casa, hormiga, sol.
 Individuales: palabras que en singular enuncian un solo objeto: pez, pluma,
músico, y en plural a varios: peces, plumas, músicos.
 Colectivos: son los que, a pesar de su forma en singular, representan un
conjunto de seres de la misma naturaleza: cardumen (conjunto de peces), plumaje
(conjunto de plumas), orquesta (conjunto de músicos).
 Contables: aluden a entidades que se pueden contar o enumerar, son aislables
unas de otras, por ejemplo: un cuchillo, tres temas.
 No contables: designan sustancias o materias: azúcar, aceite, oro, por lo tanto
no pueden contarse, sí en cambio, medirse, dosificarse o fraccionarse. Suelen referirse
a magnitudes que pueden dividirse sin dejar de ser lo que son. Así “la mitad del agua”,
es también “agua”, pero “la mitad de una silla” no es una “silla” como se la concibe
mentalmente en un principio. También son no contables los que nombran colores (azul,
dorado), estados o fenómenos psíquicos (alegría, amor, entusiasmo, rabia) y los que
hacen referencia a cualidades o propiedades (altura, inteligencia, pereza). En general no
admiten plural, salvo en casos como en expresiones del tipo “tomó dos tés” que
equivaldría de decir “dos tazas de té”, y muchos de ellos pueden convertirse en
contables según el contexto, por ejemplo, “escribe con varias tintas”, “se utilizan
distintas gasolinas”.
 Cuantificativos: son los sustantivos que indican cantidad de materia o sustancia
(un montón de harina), medidas convencionales (un litro de leche) o cuantifican un
conjunto de individuos (un grupo de muchachas). Aparecen en grupos nominales que se
construyen de la siguiente manera: un determinante (generalmente un artículo
indeterminado) + un sustantivo cuantificativo + preposición “de” + sustantivo sin
determinante (si el sustantivo es no contable va en singular, y si es contable, en plural).
Ej.: una brizna de hierba, una rodaja de pan, un montón de amigos, un grupo de alumnos.
También son cuantificativos los referidos a números: miles, decenas, centenares,
millares. Algunos nombres cuantificativos lo son en todos los contextos como litro, pizca,
montón, trozo, rebanada; otros como vaso, taza, copa, botella, son ocasionalmente
cuantificativos, como el primero en “un vaso de agua”, pero no lo es en “Se rompió un
vaso”.
El género y el número
Decíamos entonces que uno de los accidentes del sustantivo es el género y el
otro es el número, lo que hará que las palabras vayan modificándose ligeramente
cuando queramos hacer referencia a uno u otro rasgo.

Género
Género y sexo son dos nociones que se relacionan, pero que no se identifican,
puesto que el primero es de carácter gramatical, mientras que el segundo constituye un
rasgo biológico de nuestra condición orgánica. Todos los nombres poseen género, con
independencia de que se refieran a seres sexuados o no.

Según
significado

Género

Seres Seres no
sexuados sexuados

A) Seres sexuados:
1) Sustantivos que indican su género mediante la terminación:
 Cambio de -o por -a: tío-tía; perro-perra; mono-mona.
 Cambio de -e por -a: monje-monja; presente-presidenta.
 Agregado de -a en los que terminan en consonante: profesor-profesora;
león-leona.
 Con terminaciones especiales (-ina, -esa, -triz, -isa) para indicar el género
femenino: gallo-gallina; príncipe-princesa; emperador-emperatriz;
sacerdote-sacerdotisa.
2) Sustantivos que indican cambio de género mediante el artículo: son sustantivos
de terminación invariable, de modo que con la misma palabra se refieren a una
persona de sexo masculino o femenino. Por ello, para hacer la distinción, se
utiliza el artículo determinado o definido: el psiquiatra-la psiquiatra; el
adolescente-la adolescente. En general se trata de sustantivos que designan
ocupaciones o profesiones. También llamados comunes de dos.
3) Sustantivos que indican cambio de género mediante palabras diferentes: yerno-
nuera; toro-vaca.
4) Sustantivos que no indican el sexo del ser nombrado: no varían su terminación
para indicar el cambio de sexo. Por ejemplo, decimos la serpiente o la foca,
indistintamente del sexo del animal. Si queremos especificar, agregaremos las
palabras macho o hembra. Si se trata de personas, nos encontramos con
palabras como “criatura”, “víctima”, “personaje”, “rehén”, a las que se les agrega
las palabras varón o mujer o el artículo definido que corresponda. Estos
sustantivos se llaman también epicenos.
B) Seres o cosas no sexuadas: tienen género inherente a la palabra, no relacionado con
su significado, que se determinó por razones lingüísticas o históricas. Ej: el árbol, la tesis,
la plaza. Por regla general, suelen ser de género masculino los terminados en -o, y
femeninos, los terminados en -a. Sin embargo hay muchas excepciones:
 Los siguientes sustantivos terminados en -a son masculinos: drama, fantasma,
idioma, poeta.
 Los siguientes sustantivos terminados en -o son femeninos: la mano, la radio, la
moto, la foto (estos últimos dos por versión acortada de femeninos: motocicleta,
fotografía).
Las terminaciones de los sustantivos abstractos también suelen estar ligadas al
género:
a) Son masculinos los que terminan en -miento y -or: pensamiento, vendedor.
b) Son femeninos los que terminan en -anza, -encia, -ancia, -dad, -ción, -sión, -ura, -
ud, -ez: venganza, paciencia, constancia, humildad, consideración, sumisión, dulzura,
juventud, vejez.
C) Según significado: en ocasiones el cambio de género de una palabra significa un
cambio de tamaño, de forma o de material: huerto-huerta; jarro-jarra; bolso-bolsa. En
otros casos, el masculino alude al árbol mientras que el femenino refiere a su fruto:
guindo-guinda; naranjo-naranja; manzano-manzana. Algunos sustantivos tienen un
significado totalmente diferente si cambian de género: el caballo-la caballa; el
pendiente- la pendiente; la parte-el parte.

Número
Puede ser singular o plural. El número indica variación de cantidad en el
referente: mesa (una), mesas (más de una). El cambio de una forma singular a otra plural
es un cambio morfológico o de flexión que sigue varias reglas:
A) Sustantivos terminados en vocal:
 En vocal átona (es decir, no acentuada), se agrega -s: bolsa-bolsas; jefe-jefes;
tribu-tribus.
 En -í o -ú tónica (es decir, acentuada), se agrega -es: ají-ajíes; ombú-ombúes.
 Sustantivos terminados en -a, -e y -o tónicas, se agrega -s: sofá-sofás; bebé-bebés.
B) Sustantivos terminados en consonante:
 Terminados en consonante o en -y, se les agrega -es: calor-calores; buey-bueyes.
 Si se tata de sustantivos graves o esdrújulos terminados en -s o -x, el plural no
cambia y es el artículo el encargado de señalar el género y número: el/los lunes,
el/los análisis, el/los tórax.
C) Sustantivos compuestos:
 Los sustantivos compuestos por otros sustantivos que por separado forman una
sola unidad léxica, siguen la regla general: ferrocarril-ferrocarriles; bocacalle-
bocacalles.
 Los sustantivos compuestos formados por un verbo y un sustantivo, se usan
directamente en plural: quitamanchas, cortaplumas, lavarropas, cortapapeles
(donde el plural se forma sobre el segundo elemento).
D) Otros casos:
 Hay sustantivos que indican objetos duales que se usan indistintamente en
singular o plural: el pantalón-los pantalones; la pinza-las pinzas.
 Existen sustantivos que solo tienen una forma plural: exequias, nupcias, enseres,
afueras, alrededores, modales.

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