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Hagamos “algo” con lo que leemos

La lectura, independientemente de la metodología, tiene un objetivo:


permitir conocimiento. Es importante que a medida que usted vaya
leyendo haga “algo” con lo que lee. Los métodos le presentan tres
escenarios para hacerlo, uno antes, uno durante y uno después. Esto
complementa y explica el hecho de que leer es un acto comunicativo que
depende de su interés.

 En el antes, genera una motivación, en el durante indica lo


importante y en el después refuerza el sentido de la lectura. Para
esto tenga en cuenta la forma como usted aprende y sus
individualidades.
o Si es visual, en el antes, recorra el texto y asigne sentido,
mire las imágenes, la estructura, la cantidad de preguntas; en
el durante subraye con colores, nubes, notas al margen, o en
su cuaderno, dibuje flechas que relacionen conceptos; y en el
después, revise sus apuntes, subrayados y/o señales,
parafrasee o intente explicar lo que leyó.
o Si es auditivo, en el antes revise y cuente en voz alta lo que
tiene el texto, busque lo que rima o genere rimas; en el
durante repita con fuerza palabras o conceptos, haga lectura
con ritmo, como si le pusiera métrica (a cada una de las
líneas anteriores, por ejemplo pónganle fuerza al final) y
señale en la hoja algunos de ellos; y en el después cante los
conceptos, recuerde las rimas, ponga música tranquila y
escriba lo que se le quedó. 
o Si es quinestésico, en el antes organice la lectura en
secciones (doblando la hoja, o contando y señalando el
número de partes con los dedos); en el durante, con un lápiz
haga señales en la hoja para recordar, movimientos con la
cabeza, mímica de las palabras; y en el después haga
anotaciones en un tablero, recuerde las mímicas y los
conceptos que trabajó. También, puede pasear mientras
repasa.

Y, ¿por qué no?, si es posible haga una mezcla de las estrategias, aunque
no sean de su estilo. Enriquezca el aprendizaje sensorialmente.

La lectura, como todas las habilidades del ser humano, la de leer se logra por
medio de la práctica. A medida que nos ejercitamos en ella, mayor es la
capacidad y el gusto que nos despierta. Cada tipo de texto nos exige un tipo de
lectura diferente. La lectura atenta de un denso texto teórico contrasta con el
texto narrativo; la prosa con el verso; el retrato con la caricatura, Detrás de
todos ellos alguien busca expresarse y establecer una comunicación con un
lector que de esta manera participa como muchísimos otros en diferentes
épocas y lugares de un diálogo intemporal. De acuerdo a Irirarte (2010)
Comprender o producir un texto es establecer un proceso de comunicación
animado por diferentes motivaciones. Al ser un proceso comunicativo,
hablamos de una interacción entre un emisor y un receptor. Los dos comparten
un mensaje en una determinada situación. El mensaje depende del código, es
decir, del sistema de signos. El signo es el que determina el tipo de texto que
leemos o producimos. Así pues, si los signos son el trazo, el color, la iluminación,
etc., hablaríamos de un texto pictórico. Si los signos son la iluminación, la
fotografía, los planos, el reparto, hablaríamos de un texto fílmico. 
Como toda actividad, el lenguaje verbal, como diría Kosic (2002) es un proceso
que se realiza mediante una serie de etapas: Motivación, planificación,
realización y consecución de una finalidad. La motivación es la intención que
origina el acto de comunicación (informar, persuadir, describir explicar, pedir,
agradecer, prometer, amenazar, advertir, preguntar, etc.). La planificación la
hacemos a partir de interrogantes como ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?,
¿dónde?, ¿por qué?, ¿para qué? etc. La realización es la emisión de la
información y la consecución de una finalidad, es el resultado de la actividad
lingüística. 
Para comprender un texto llevamos a cabo procesos mentales de síntesis y para
producir un texto realizamos procesos mentales de análisis. En la lectura de un
texto partimos de un nivel comprensivo, luego pasamos por un nivel
interpretativo y llegamos a un nivel valorativo. 
El nivel comprensivo es la etapa en la que percibimos los símbolos gráficos y
tipográficos, las palabras y las relaciones entre ellas con ayuda de los signos
auxiliares, (cohesivos y signos de puntuación) y finalmente, la estructura
esquemática del texto. Después de percibir la información de superficie del
texto, pasamos al nivel interpretativo. 
A partir de la interpretación, Johnston (1983) interpretar es entender los
diferentes significados del texto y su estructura temática. Un texto tiene un
significado literal y puede tener, o no, un significado implícito y
complementario. El significado literal es el que se refiere de manera directa al
contenido y no genera ambigüedad. El significado implícito es aquel que no está
expresado directamente en el texto, sino que debemos deducirlo a partir de
claves dadas dentro del mismo y por la capacidad del lector para leer entre
líneas por medio de la construcción de relaciones entre los significados. 
Finalmente, contamos con el significado complementario que es el significado
que construimos a partir de todos los conocimientos previos que poseemos,
aunque en algunas oportunidades, no tenemos los conocimientos que una
lectura requiere. De esta manera, después de leer el texto, identificamos la
información importante y la no relevante. Con esa información importante
determinamos los temas y subtemas de cada párrafo o sección y finalmente,
representamos esa información con un mapa conceptual que muestre la
jerarquía de esos temas y subtemas y las relaciones entre ellos. 
Terminamos con el reconocimiento de los puntos de vista o las
intencionalidades del autor. En ese momento, como lectores, fijamos una
posición ante el texto, ya sea en cuanto a su forma o en cuanto a su contenido.
Desde la idea concreta de los nuevos espacios virtuales que planteaba
FelixGuattari en “para una re-fundación de las ciencias sociales. Allí se explica
que hay nuevos espacios de interacción social que involucran una nueva
“Ecología Social” 
Con éste panorama, se hace más que importante investigar concretamente la
importancia de la lectura en las nuevas generaciones. La lectura es una actividad
que se dinamiza y re-define desde los nuevos ambientes virtuales (Castañeda
1995) 
La investigación abarcará los niveles de lectura de Alder y Van –Doren (1990)
lectura primera – inspección y analítica, y las confrontaremos con las ideas de
las nuevas dinámicas de la elaboración producción y comprensión de paradigma
lecto- escritural en este nuevo universo de redes sociales mostrado por Picitelli
en “El proyecto Facebook y la post universidad” (2012). Enfrentarnos a ésta
nueva realidad sin ambientes virtuales de aprendizaje o al menos sin
comprenderlos adecuadamente, es no percibir la profundidad de la
transformación de las nuevas dinámicas del Mc Mundo
Un Ava para fortalecer la competencia lectora debe permitir uan motivación en
el estudiante, diversos tipos de actividades, y prácticas que lo inciten a la
lectura, además debe propender por el análisis de textos complejos desde la
simpleza y un modelo instruccional sencillo pero exigente.
Para elaborar un AVA necesitamos ciertos conocimientos previos
fundamentales, un diseño educativo y curricular propuesto por Guzmán (2007),
una estructura navegacional y funcional; Basadas en las estructuras presentadas
en: Orihuela (1999) y Santos. 
Los AVA's tiene varias fases para su implementación según Escalera (2002)
Planeación, diseño y desarrollo de OVA's o contenidos digitales y multimedia,
diseño y desarrollo de entornos. Y por último operación del entorno. 
El AVA tiene las siguientes estrategias educativas: Cognitivas, metacognitivas,
socio-afectivas, de auto-motivación y de auto-regulación.
Desde la planeación pedagógica un AVA debe tener estrategias pedagógicas:
“Una estrategia de aprendizaje (conjunto de pasos o habilidades) que un
alumno adquiere y emplea de forma intencional como instrumento flexible para
aprender significativamente y solucionar problemas y demandas académicas,
según Díaz Barriga (2001). Tales estrategias y la ejecución de las estrategias de
aprendizaje van asociadas con varios tipos de procesos cognitivos, según
Hernández Rojas (2000): 1. Procesos cognitivos básicos: todas aquellas
operaciones y procesos involucrados en el procesamiento de la información. 2.
Base de conocimientos: se refiere al bagaje de hechos, conceptos y principios
que poseemos, conocido como conocimientos previos del estudiante. Una base
de conocimientos rica y diversificada, puede ser tan poderosa como el mejor de
los equipamientos de estrategias cognitivas. 3. Conocimiento estratégico: este
tipo de conocimiento tiene que ver con las estrategias de aprendizaje. 4.
Conocimiento metacognitivo: se refiere al conocimiento que poseemos sobre
qué y cómo lo sabemos, así como al conocimiento que tenemos sobre nuestros
procesos y operaciones cognitivas cuando aprendernos, recordamos o
solucionamos problemas.
Un AVA debe generar un ambiente virtual de aprendizaje tenga un “clima”
adecuado para los actores educativos. Por consiguiente según Moreno (1998)
un AVA debe considerar: Confianza, Interacción, Accesibilidad y Motivación.
López (2002) la define como: el conjunto de entornos de interacción, sincrónica
y asincrónica, donde, con base en un programa curricular, se lleva a cabo el
proceso enseñanza aprendizaje, a través de un sistema de administración de
aprendizaje. Dichos entornos son: Conocimiento, Colaboración, Asesoría,
Experimentación, Gestión. Lo que significa que para elaborar un AVA
necesitamos ciertos conocimientos previos fundamentales, un diseño educativo
y curricular propuesto por Guzmán (2007), una estructura navegacional y
funcional; Basadas en las estructuras presentadas en: Orihuela (1999) y Santos. 

1. MENDOZA, Patricia; GALVIS, Alvaro (1999). Ambientes virtuales de


aprendizaje: una metodología para su creación. Vol 12, No, 2, pp.295-317.
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2. JIMÉNEZ, Carlos Alberto (2002). Neuropedagogía lúdica e inteligencias


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3. JIMÉNEZ UGALDE, Aurora Iris (2002). Creación de ambientes de aprendizaje.


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4. Ausubel, D. (1989) Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo.


México. Trillas.

5. Herrera, M. A. (2006). Consideraciones para el diseño didáctico de ambientes


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6. Bautista, G., Borges, F., & Forés, A. (2006). Didáctica universitaria en entornos
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9. ADLER, Mortimer (1967). Cómo leer un libro. Buenos Aires: Editorial Claridad.

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Educativo Iberoamericano.

16. BERNAL Lilian, et al (2006). Manual de Lectura y Escritura. Bogotá.


Politécnico Grancol

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