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Alberto Espina
Guía para terapeutas y consejeros familiares
Introducción
Capítulo 1
EL ECOSISTEMA
1. El contexto ecológico
2. Individuo
Bibliografía
Capítulo 2
EL MODELO SISTÉMICO
6. La segunda cibernética
7. El construccionismo social
Bibliografía
Capítulo 3
TEORÍAS SOBRE EL DESARROLLO Y LA FAMILIA SURGIDAS
DESDE EL PSICOANÁLISIS Y LA ETOLOGÍA QUE HAN INFLUIDO
EN LA TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA
Bibliografía
Capítulo 4
LAS EMOCIONES
1. Alexitimia
2. Empatía
Bibliografía
Capítulo 5
LA PAREJA
2. El amor
3. El enamoramiento
4. Tipos de amor
Bibliografía
Capítulo 6
Bibliografía
Capítulo 7
EL DUELO
2. Duelo y familia
Bibliografía
Capítulo 8
2. Psicopatología
Bibliografía
Capítulo 9
EL GENOGRAMA
1. Formato del genograma
2. Tipos de genogramas
Bibliografía
Capítulo 10
1. Tipos de escultura
3. Análisis de la escultura
Bibliografía
Capítulo 11
1. Evaluacion de la demanda
4. Planificacion terapéutica
Bibliografía
Capítulo 12
ESCALAS DIAGNÓSTICAS
4. Valoración de la alexitimia
6. Evaluaciónde la autoestima
Bibliografía
Este manual es fruto del desarrollo que he ido haciendo desde que comencé a
formar terapeutas de familia y pareja, allá por 1985. En su inicio eran unos
apuntes que pretendían facilitar la enseñanza, ofreciendo esquemas para
poder evaluar a las familias y parejas. Posteriormente, en 1993, lo amplié
como material del Máster de Terapia Familiar y de Pareja de la Universidad
del País Vasco que dirigí hasta venir a vivir a Málaga en 2003.
Así mismo, remito al lector a otro libro de esta colección que ofrece un
diccionario actualizado de términos utilizados en la terapia familiar y es de
gran ayuda para no perderse entre tanta terminología:
También puede ser de gran utilidad para complementar este manual, otro
libro de este último autor:
Seguro que me he dejado muchas cosas y que he puesto otras que pueden
parecer innecesarias, pero lo escribo hoy. Mañana quizá mi visión cambie y
vea desde otras perspectivas, pero en este manual recojo lo que me ha servido
para ayudar a alumnos y familias, a unos a aprender y a otros a mejorar su
vida.
Alberto Espina
1. EL CONTEXTO ECOLÓGICO
EL CONTEXTO ECOLÓGICO
Vamos a ir viendo cada sistema para describir aspectos que deben ser
tenidos en cuenta a la hora de realizar una evaluación que permita una
intervención adecuada.
2. INDIVIDUO
TABLA 1
TABLA 2
ZONAS PSICOSOCIALES
Bibliografía
Bronfembrenner, V. (1979). La ecología del desarrollo humano. Buenos
Aires. Paidós.
TABLA 3
1. La imposibilidad de no comunicar
Los trabajos de Von Bertalanffy (1968, 1978, 1979, 1980) y de Ashby (1956)
sobre los sistemas fueron aplicados al estudio de la familia viéndola como un
sistema abierto, es decir, que intercambia información con el medio. La teoría
sistémica permite comprender la naturaleza de los sistemas interaccionales: el
isomorfismo entre los sistemas físicos, organismos y sociedades, sin que ello
signifique que son lo mismo.
Totalidad: cada una de las partes de un sistema está relacionada de tal modo
con los otros, que un cambio en una de ellas provoca un cambio en todas las
demás y en el sistema total.
Los tipos lógicos dieron pie para que Bateson (1972) hablara de dos tipos
de aprendizaje: protoaprendizaje y deuteroaprendizaje o «aprender a
aprender». Más tarde distinguió el aprendizaje cero (la mera recepción de
información), aprendizaje I (cambios en el aprendizaje cero: se corresponde
con la noción de aprendizaje de la psicología experimental), aprendizaje II
(cambios en el aprendizaje 1, deuteroaprendizaje), aprendizaje III (cambio
del aprendizaje II, muy difíciles de conseguir) y aprendizaje IV (que se daría
sólo a nivel filogenético) (Bateson, 1960, 1979).
Por ejemplo, una persona que tiene una pesadilla puede hacer muchas
cosas dentro del sueño: correr, gritar, luchar..., pero la pesadilla sigue. Esto es
un «cambio 1», cambios dentro del sistema. Pero si esta persona despierta,
cambia de estado, realiza un «cambio 2». «El "cambio 2" es introducido en el
sistema desde el exterior y, por tanto, no es algo familiar o inteligible en
términos de las vicisitudes del "cambio 1". Visto desde fuera del sistema
supone un cambio de las premisas (las reglas de combinación en términos de
la teoría de los grupos) que rigen el sistema como totalidad» (Watzlawick et
al., 1974).
6. LA SEGUNDA CIBERNÉTICA
El modelo sistémico tradicional se basaba en la primera cibernética,
limitándose a examinar la relación entre lo que entra en un sistema y lo que
sale de él, dejando de lado los procesos que acontecían en el interior del
sistema, como si de una «caja negra» se tratara. Según este planteamiento, el
observador se mantiene fuera del fenómeno observado, dando la sensación de
que es capaz de manipular y controlar unilateralmente el sistema que está
observando. La cibernética se centraba, en sus inicios, en el concepto de
retroalimentación negativa como mecanismo clave para el mantenimiento de
la estabilidad del sistema (homeostasis).
7. EL CONSTRUCCIONISMO SOCIAL
TABLA 4
Bibliografía
Ashby, W. R. (1956). An introduction to cybernetics. Londres. Chapman &
Hall.
Bateson, G. (1976). Pasos hacia una ecología de la mente. Buenos Aires. Ed.
Carlos Lohlé. (Ed. Original 1972).
-(1993). Una unidad sagrada. Pasos ulteriores hacia una ecología de la mente.
Barcelona. Gedisa.
Fish et al. (1982). La táctica del cambio: Cómo abreviar la terapia. Barcelona.
Herder.
-(1988). «Reality: the search for objectivity or the quest for a compelling
argument». The Irish Journal of Pyschology, 9 (1), 25-82.
Schaffer (1977). Language and insight. New Heven CT. Yale University
Press.
Según estos autores, detallando más el proceso, las fases del desarrollo
psicológico del infante humano son:
1. Fase autística normal (primeras semanas de vida)
La madre se siente incómoda ante sus propias emociones. Las señales del
niño le llevan al rechazo, con lo que amplifican el afecto negativo en el niño,
creando conflicto y no dando validez a los sentimientos del pequeño ni
ayudándole a manejarse con ellos. Las estrategias de cuidados maternos se
basan en el cuidado distante. Estas madres se evalúan a sí mismas y a sus
hijos como alguien que no vale la pena, y tienen tendencia a enfatizar los
aspectos negativos de sus interacciones (George y Solomon, 1999).
3. Apego inseguro con ambivalencia. No usan a la madre como base de
seguridad, su interés en la exploración es bajo, toleran mal el estrés, se
muestran ansiosos en la separación y, cuando vuelve la figura de apego, se
presentan ambivalentes, oscilando entre el deseo de contacto y la angustia de
separación por un lado, y el rechazo, por otro. Las estrategias de regulación
emocional por parte del niño son: exagerar sus demandas de atención,
mostrar extrema dependencia hacia la figura de apego y enfatizar la
inmadurez. Las respuestas de los padres son incoherentes y están menos
disponibles. Las madres se caracterizan por una cierta incertidumbre, tanto a
nivel representacional como conductual. Presentan incapacidad para integrar
lo positivo y lo negativo, lo bueno y lo malo, lo deseable y lo indeseable. Sus
estrategias de cuidados se basan en tener al niño cerca, al considerar que
pueden protegerle mejor, aunque no son capaces de hacerlo de una forma
adecuada. Tienen tendencia a ser intrusiva, interfiriendo en la autonomía o la
exploración del niño.
Apego adulto
TABLA 5
TABLA 6
MODELO DE APEGO ADULTO
TABLA 7
Otros autores (Kendler, 1996; Martin et al., 2004) han hallado tres
factores: el cuidado (compuesto por los mismos ítems que en el de Parker et
al. [1979]), y la sobreprotección, que se divide en dos factores: autoritarismo
(Kendler, 1996) o restricción (Martin et al., 2004) y sobreprotección
(Kendler, 1996) o intrusión (Martin et al., 2004).
Bowen (1978) habló del proceso de diferenciación del self, referido al grado
en que el sujeto permanece o no separado del otro. La diferenciación está
asociada con la madurez emocional, mientras que el grado extremo de
indiferenciación se da en la relación simbiótica. Las personas poco
diferenciadas necesitan constantemente de los otros y no toleran la soledad.
El grado de diferenciación del self determina la existencia de un self sólido o
de un pseudoself. El self sólido se constituye a base de creencias, opiniones,
convicciones y principios vitales definidos con claridad que se incorporan a
partir de experiencias sometidas a un proceso de razonamiento intelectual. El
pseudoself se gesta, por el contrario, por la presión emocional del grupo, que
exige que el individuo siga los ideales y principios asumidos por la cultura
grupal, lo cual le hace dependiente en exceso del grupo con los consiguientes
problemas emocionales y relacionales. Las familias en las que no se da un
adecuado proceso de diferenciación tendrían una «masa de ego
indiferenciada», es decir, estarían fusionadas, aglutinadas, y en la pareja la
angustia frente a la fusión puede provocar el distanciamiento emocional.
Muchas veces, aspectos del self no aceptados son fruto de experiencias
inadecuadas en la generación anterior, que han impedido que se dé el proceso
de individuación. Las vinculaciones irresueltas con los padres (Bowen)
determinan que cuanto más bajo es el nivel de diferenciación, peor podrá el
sujeto separarse del pasado para iniciar su vida en la generación actual.
Framo (1970) plantea que la elección del síntoma viene determinada por
la dinámica intrapsíquica del paciente y por las relaciones familiares. Las
situaciones de la vida no sólo se interpretan inconscientemente a la luz de los
objetos internos, lo cual provoca que se originen expectativas deformadas de
otras personas, sino que se intenta inconsciente y activamente forzar y
cambiar las relaciones para que se adecuen a los modelos internos de rol.
Estos procesos de asignación irracio nal de rol cumplen la función de
recobrar los antiguos objetos de amor a través de los miembros reales de la
familia actual, impidiendo así el temor a la pérdida y la aflicción. Según
Framo, las personas están actuando constantemente viejos conflictos y
buscan mediante el matrimonio, los hijos, los amigos, los enemigos y los
terapeutas, las respuestas de apoyo que les permitirán mantener la relación
con los modelos internos del rol y evitar el surgimiento de ansiedades y
temores asociados con esas relaciones internas. Con los conceptos de
asignación del rol y deformación proyectiva de trasferencia, Framo (1965a,
1965b, 1971, 1996) destaca que los hijos representan expectativas de los
padres basándose en introyecciones paternas, sus roles pueden estar
determinados incluso antes de que nazcan, y les obligan a cumplir
responsabilidades prematuras para las que son adiestrados durante años y que
son reforzadas por normas y mitos familiares. Todo esto impide la
individuación del hijo y permite a los padres mantener la fantasía de que no
han perdido a sus propios padres al tenerlos representados, de alguna manera,
en sus hijos. Algunos síntomas se desarrollan en función de los esfuerzos por
librarse del rol asignado y otros como reflejo de tal designación, y las
dificultades actuales están relacionadas con los esfuerzos reparadores para
corregir, controlar, defenderse y suprimir viejos y molestos paradigmas
relacionales pertenecientes a la familia de origen, y la elección de las
relaciones está condicionada al intento de encontrar soluciones
interpersonales a conflictos intrapsíquicos.
1a orden: pertenencia
2a orden: jerarquía
Bibliografía
-(1973). Attachment and loss. Vol. 2. Separation, anxiety and anger. Londres.
Hogarth Press.
-(1980). Attachment and loss. Vol. 3. Loss, sadness and depression. Londres.
Hogarth Press.
-(1980). Leaving honre. The therapy of disturbed young people. Nueva York.
McGraw-Hill Book Company.
-(1975). The psychological birth of the human infant. Nueva York. Basic
Books.
Pole, R., Waller, D., Stewart, S., Parkin y Feigenbaum, L. (1988). «Parental
caring versus overprotection in bulimia». International Journal of Eating
Disorders, 7 (5), 601-606.
TABLA 8
Para Ekman y Davidon (1994) son siete las emociones básicas: ira,
alegría, asco, tristeza, sorpresa, miedo y desprecio.
-El dolor no está asociado con ninguna tendencia de acción que permita
prevenir el daño, pero sí posee un valor para la supervivencia. Lo logra
enseñando a la persona a evitar las cosas que se ha descubierto que
pueden ser dolorosas. Si el dolor emocional es intenso, las personas se
sienten fuera de control y experimentan dolor físico en sus estómagos,
en sus cabezas y en su cuerpo en general. Informan de que se sienten
desbordadas, tienen miedo de ser incapaces de parar de llorar, así como
de perder el control. Dicen sentirse débiles, hechas añicos, rotas,
rasgadas, con heridas abiertas y como vacías y sin esperanza.
FIGURA 2
EMOCIONES PRIMARIAS
FIGURA 3
TABLA 10
A.Rasgos esenciales
B.Rasgos accesorios
2. EMPATÍA
Este concepto surge a partir de estudios realizados con familias que tenían a
un miembro con esquizofrenia. Se observó que los pacientes que, dados de
alta, volvían a su casa, recaían en mayor proporción que los que iban a
hogares protegidos. Este dato llevó a los investigadores a estudiar las
características de estas familias que pudiesen estar relacionadas con la
recaída.
Escalas de la EE
1.El respeto del familiar hacia las necesidades de relación del paciente.
Los familiares de EE baja respetan el deseo de los pacientes de estar
solos o mantener la distancia social, sin ser intrusivos con ellos,
mostrando más empatía y comprensión. Los familiares de EE alta son
intrusivos, poco empáticos, no proporcionan apoyo emocional al
paciente, son menos compasivos, más irritables y suelen intentar
controlar actividades rutinarias del paciente, dando consejos que el
paciente no solicita.
TABLA 11
TABLA 12
Damasio, A. (1994). Descarters' error: Emotion, reason, and the human brain.
Nueva York. Gilford Press.
Leff, J., Wig, N., Ghosh, A., Beedi, H., Menon, D., Kuipers, L., Korten, A.,
Ernberg, G., Day, R., Sartorius, N. y Jablensky, A. (1987). «Influence of
relatives' expressed emotion on the course of schizophrenia in
Chandigarh». British Journal of Pychiatry, 151, 166-73.
3.Elección por parte de los hijos con la posibilidad de veto de los padres.
4.Elección libre de pareja: los jóvenes se limitan a informar a sus padres,
pero éstos no tienen derechos sobre esa elección.
2.El conflicto común les lleva repartirse roles opuestos que forman un
todo.
3.La relación sádico-anal. Los dos polos son el control y poder frente a la
dependencia y entrega pasiva.
Al unirse, cada uno puede asegurase de que lo negado no está en él, pues
lo ve en el otro y, de paso, al ser pareja, puede sentirse completo sin peligro,
pues lo que tenía que negar lo tiene en su pareja. Para este autor, la colusión
es un conflicto neurótico de pareja en el que la relación se constituye como
una defensa frente a temores inconscientes; cada uno evita hacerse cargo de
una parte suya depositándola en el otro. Esto determina una polarización en la
que un cónyuge se muestra progresivo, sobrecompensado, hiperfuncional, y
el otro, regresivo, descompensado e hipofuncional, con la esperanza de
resolver un conflicto de no aceptación de lo depositado en el otro. Es de
destacar la circularidad de la relación y el mutuo refuerzo de la conducta del
otro para poder mantener el equilibrio de ambos.
En la misma línea, Catherall (1992) plantea que las identificaciones
proyectivas están asociadas a la dificultad de cada miembro de la pareja de
«contener» los sentimientos y pensamientos conflictivos y, a nivel relacional,
destaca el hecho de que ambos son participantes activos en el juego, y cómo
los individuos se manejan con los sentimientos negativos, cada uno
individualmente y como equipo.
2. EL AMOR
3. EL ENAMORAMIENTO
4. TIPOS DE AMOR
A.Estilos primarios
1.Eros: se inicia con una profunda atracción física que desencadena gran
pasión.
B.Estilos secundarios
Estos estilos de amar pueden cambiar con el paso del tiempo o con el tipo
de relación establecida. Según Hendrick y Hendrick (1986), los estilos eros,
ágape y storge son predictores de satisfacción en la pareja, mientras que los
estilos manía y ludus no.
Otro autor que ha desarrollado una teoría multidimensional del amor es
Sternberg (1988), el cual habla de tres componentes que, combinados, darían
lugar a diferentes tipos de amor. Dichos componentes son:
5. LA SEXUALIDAD EN LA PAREJA
2.Fase de meseta.
3.Fase de orgasmo.
4.Fase de resolución.
Fase de deseo
Fase de excitación
Fase de orgasmo
Fase de resolución
FIGURA 4
Bibliografía
Fromm, E. (1956). The art o loving. Nueva York. Harper and Brothers.
TABLA 13
TABLA 14
TABLA 15
CONSECUENCIAS GENERALES DEL ESTRÉS
TABLA 16
MODELO DE ESTRÉS-AFRONTAMIENTO
Rodríguez Marín (1995) clasifica los recursos de afrontamiento en:
físicos/biológicos (salud, energía, resistencia, clima, condiciones de la
vivienda), psicológicos/psicosociales (capacidad intelectual, autoestima,
creencias, capacidad de solución de problemas, control), culturales y sociales
(creencias, costumbres, apoyo social).
TABLA 17
RESPUESTAS DE AFRONTAMIENTO
Según Lin y Ensel (1989), el apoyo social es el proceso por el cual los
recursos en la estructura social (comunidad, redes sociales y relaciones
íntimas) permiten satisfacer necesidades (instrumentales y expresivas) en
situaciones cotidianas y de crisis.
TABLA 18
Este autor señala que la red social de apoyo afecta a la salud del individuo
de varias formas:
Bibliografía
Ana_ya, D. (2002). Diagnóstico en educación. Madrid. Sanz y Torres.
-(1989). Manual for hassles and uplifts scales. Nueva York. Research
Edition, Consulting Psychologists Press.
Lin, N. y Ensel, W. (1989). «Life stress and health: stressors and resources».
American Sociological Review, 54, 382-399.
En el duelo normal, que puede durar entre uno y dos años, es frecuente
que persista una sensación de que el muerto está presente, ya sea como una
compañía constante o en algún lugar específico. También es frecuente una
sensación de soledad que nadie puede mitigar; Weiss (1975) diferencia la
soledad fruto del aislamiento social, que se puede aliviar con la compañía, del
aislamiento emocional, que sólo puede ser ali viado con una relación de
mutuo compromiso que brinde seguridad. El trabajo del duelo requiere un
gran esfuerzo y aumenta la vulnerabilidad a la enfermedad y la tasa de
muertes prematuras (Osterweis et al., 1984).
Toda pérdida entraña unas cargas a las que sujeto y familia deben
responder. Entre ellas destacan las siguientes:
-Momificación.
-Imitar al fallecido.
-Impulsos destructivos.
FIGURA 8
3.Reorganización del sistema familiar, asumiendo las funciones del rol del
difunto.
Mientras que Moos (1995) propone las siguientes tareas para el duelo
familiar: a) reconocer la muerte, b) favorecer la expresión emocional, c)
aceptar la ausencia, d) redistribuir los roles intrafamiliares y e) redistribuir los
roles extrafamiliares.
FIGURA 9
Todo ello hace que la exploración de los duelos sea de gran importancia
en la evaluación familiar, para lo cual es de mucha ayuda el genograma y el
conocer las características de los procesos de duelo y los significados que se
atribuyen a las pérdidas, así como el contexto ecológico en el que tiene lugar.
Para finalizar este breve resumen de aspectos que hay que tener en cuenta
a la hora de evaluar los duelos, ofrecemos una guía de exploración muy útil
elaborada por Neymeyer (2001).
Preguntas de explicación
•¿De qué modo cambiaría su vida si esta persona siguiera viva/si esta pérdida
nunca hubiera sucedido?
Bibliografía
Bowlby, J. (1980). Attachment and Loss. Vol. III. Loss. Sadness and
Depression. Londres. The Hogart Press. (Hay versión castellana, Buenos
Aires. Paidós. 1983.)
•Generalizados y persistentes.
•Aloplásticos.
•Introyección: depresivos.
•Disociación: histriónicos.
•Proyección: paranoides.
TABLA 19
TRANSTORNOS DE PERSONALIDAD
Beck y Freeman (1995) proponen una clasificación de los trastornos de la
personalidad en la que se tienen en cuenta los esquemas cognitivos, asociados
a los sistemas de creencias sobre uno mismo, el otro y el mundo, y cómo se
maneja el sujeto en las relaciones interpersonales. No nos vamos a extender
en este tema, pues tratarlo de una forma apropiada excedería con creces el
objetivo de este manual; simplemente transcribimos una tablas elaboradas por
estos autores, que nos han resultado de utilidad en la práctica clínica y
pueden ayudar al terapeuta familiar a la hora de evaluar los estilos de
personalidad de los diferentes miembros de la familia, para poder empatizar
más fácilmente.
TABLA 20
Para poder tener una visión realista y desapasionada en relación con los
modelos teóricos, nos parecen útiles dos cosas: a) tener como guía el DSM-
IV-TR, especialmente los terapeutas y orientadores que no son psicólogos ni
psiquiatras, aunque a todos nos hace falta repasar trastornos que no estamos
muy habituados a ver, y b) disponer de instrumentos de evaluación que
permitan un diagnóstico más exhaustivo. Sin olvidar que existen cuadros
psicopatológicos con una importante carga biológica y que el curso de los
mismos es muy variado.
Bibliografía
American Psychiatric Association (2000). Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales. (DSM-N-TR). Barcelona. Masson.
-Situación del hogar: quiénes viven en casa, dónde viven los que se fueron
y cuándo se fueron.
Relacionesy roles: cómo ven las relaciones propias y las de los demás,
tanto en la familia nuclear como en la extensa. Respecto a los roles, es
interesante recoger información sobre los roles complementarios:
bueno/malo, exitoso/fracasado, sano/enfermo, débil/fuerte, cálido/frío,
servicial/egoísta, cercano/distante, abierto/cerrado, dominante/sumiso...
Los apodos o motes también muestran datos sobre los roles. Así mismo
son útiles las preguntas sobre cómo les ven otros: «cómo cree que ve su
suegro la relación con su esposa», «cómo le veía su madre a la edad de
su hijo».
Relaciones interpersonales
Miembros del hogar actual del que surge las demanda.
Tipos de familia:
•Con un asterisco, se anotan el apoyo y red social para enfrentar las crisis
familiares. El asterisco se coloca sobre el símbolo correspondiente,
anotando con un número el puesto que ocupa en la red social. En el
lado derecho, se describe el tipo de apoyo social solicitado.
TABLA 23
llugrama
FIGURA 10
ILUGRAMA
Organograma
FIGURA 11
ORGANOGRAMA
Adictograma
FIGURA 12
ADICTOGRAMA
Cutturgrama
FIGURA 13
CULTURGRAMA
Hof y Berman (1986) proponen el genograma sexual en el cual se recoge
información sobre la sexualidad e intimidad, masculinidad y feminidad,
secretos, mitos, creencias, con quién se puede hablar de qué, tabúes,
infidelidades, etc. El proceso que proponen estos autores es el siguiente: a)
introducción, b) creación del genograma sexual, c) exploración y discusión
de los temas que han surgido en su elaboración, d) revisión del proceso, y e)
integración de todo ello en el tratamiento.
El escudo familiar
El mapa familiar sirve para ver la distribución del hogar y en qué habitación
está cada uno. La cercanía o distancia nos puede dar información sobre las
relaciones, alianzas, funciones del subsistema parental (por ejemplo, si el
bebé duerme con ellos, o en la otra punta de la casa). Cuáles son los lugares
en los que se abordan los conflictos, a dónde se retira cada uno si quiere
intimidad, cuál es el refugio..., se recogen datos de la superficie, estado,
ubicación... del hogar
Bibliografía
Encuadre
1. TIPOS DE ESCULTURA
Escultura deseada
Se les sugiere esculpir una escultura que represente cómo desearían que fuera
su relación. Sirve para explorar expectativas contrastando los deseos de
ambos y, comparándola con la escultura presente, permite ver la diferencia
entre deseos y realidades; además podemos trabajar dramáticamente el pasaje
de la escultura real a la deseada y ayudar a reflexionar sobre las
implicaciones que tendría el alcanzar esa relación deseada en términos de
ganancia y coste. Con parejas, muchas veces va a servir para que vean si son
compatibles sus deseos como para seguir caminando juntos o si deben buscar
caminos diferentes; la negociación cara a conseguir una relación deseada
compartida en la que cada uno debe renunciar a algo es mucho más fácil a
través de la escultura deseada, pues la activación emocional y la sinceridad
«corporal», junto con plasmar en el «aquí y el ahora» el cómo desean su
relación y expresar el grado de satisfacción alcanzado, les sitúa en una
posición más comprometida que la simple exposición de deseos más o menos
alcanzables, más o menos compartidos. Una variante de la escultura deseada
es la «escultura ideal», en la que se plasma un deseo, vivido en cierta medida
como irreal, pero que responde a deseos profundos, muchas veces vinculados
a mitos familiares y personales que dificultan una relación realista.
Escultura temida
Escultura simbólica
Escultura mítica
Caillé (1985, 1988, 1994) propone realizar, después de la escultura del
presente, llamada por él «escultura fenomenológica o viviente», una
«escultura mítica o cuadro de sueño» para la que se pide a los sujetos que, en
estado de relajación, fantaseen, a modo de ensueño dirigido, en qué tiene de
singular su familia, y a partir de ahí den una forma vegetal, animal, mineral o
humana, a cada miembro de la familia o pareja. Es un tipo de escultura
simbólica, pero este autor la encuadra dentro de un proceso y una teoría de
las relaciones de pareja, por lo que tiene su singularidad.
Otras esculturas
Coreografía
Representación simbólica
Proceso terapéutico
3. ANÁLISIS DE LA ESCULTURA
Utilidad de la escultura
Bibliografía
Bertalanffy, L.Ven (1956). «General systems theory». General Systems
Yearbook, 1, 1-10.
-(1988) Il était une fois. Du drame familial au conte systémique. París, ESF.
(Hay versión en castellano. Había una vez... Del drama familiar al cuento
sistémico. Buenos Aires, Nueva Visión. 1990.)
Onnis, L., Genaro, A., Cespa, G., Agostini, B., Chouhy, A., Dentale, R. y
Quinzi, P. (1994). «Sculpting present and future: A systemic intervention
model applied to psychosomatic families». Family Process, 33, 341-355.
Papp, P. (1976). «Family choreografhy». En P.J.Guerin (ed.), Family therapy:
Theory and practice. Nueva York. Gardner Press.
1.Derivante:
-Médicos.
2.Ficha telefónica.
-Trastornos psicosomáticos.
-Trastornos psiquiátricos.
-Problemas sexuales.
-Problemas de conducta.
-Problemas relacionales.
-Otros.
-Agudo.
-Crónico.
-Recidivante.
-Cronificado.
-En crisis.
7.Demanda explicitada:
-Tratamiento individual.
8.Reconversión de la demanda:
-En el caso de que la demanda haya sido de tratamiento para uno de los
miembros de la pareja o familia.
2.Sistema terapéutico.
3.Primera sesión:
-Distribución espacial.
5.Contrato terapéutico:
-Objetivos.
-Honorarios.
-No especificado.
1.Genograma (trigeneracional).
2.Evaluación comunicacional.
-Incongruencias: SÍ / NO.
-Contradicciones: SÍ / NO.
Hacia el terapeuta:
-Autocontradicciones: SÍ / NO.
-Tangencializaciones: SÍ / NO.
-Malentendidos: SÍ / NO.
3.Evaluación estructural.
-DÍADAS y TRÍADAS.
-MITOS.
4.Tipo de familia:
-FAMILIA DE ORIGEN.
-FAMILIA NUCLEAR.
-FAMILIA RECONSTITUIDA.
-FAMILIA MONOPARENTAL...
Tipo de sistema:
4.PLANIFICACIÓN TERAPÉUTICA
-Intervenciones en el ecosistema.
a)Paradójicas.
b)Simples.
-Recuperación de abandonos.
-Rectificación de errores.
-Uso de medicamentos.
-Derivación.
•Cumplimiento de tareas.
•Mejoría.
•Empeoramiento.
•Abandono.
-INFORMANTES.
-INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN.
-SEGUIMIENTOS.
•Estrategia inadecuada.
•Problemas en el sistema.
•Otros.
TABLA 24
LA FICHA TELEFÓNICA
Como resulta difícil poder hablar por teléfono con más de un miembro de
la familia, cuando ésta se encuentre ya en sesión y con el fin de evitar
suspicacias o prejuicios por parte de los otros miembros de la familia acerca
de posibles confidencias y alianzas con el terapeuta por parte de la persona
que se ha puesto en contacto, es conveniente iniciar las presentaciones con
aquellos miembros con los que no se ha hablado aún y decir la información
previa para contrastarla con sus opiniones.
Hay que tener siempre en cuenta que una cosa es quién se presenta como
el portador del síntoma y otra diferente la maraña relacional que en ocasiones
abarca a la familia y hace que un miembro se erija como problemático, a
veces con el fin oculto de llevar al resto a terapia. En este sentido tendremos
que ir con sumo cuidado no descalificando lo que la familia opina y lo que le
trae a terapia, evitando adelantar lo que nosotros percibimos como problema
y a quién o quienes implican.
Hay que descartar cualquier trastorno orgánico que pudiera ser el origen
del problema. Aunque se detectara una alteración biológica, la intervención
psicológica puede ser necesaria.
TABLA 25
Diferencias. Cuando papá está en casa, ¿el niño come tan poco o
come más?
Explicación. ¿Por qué crees que esto era tan relevante entonces?
2. Secuencia de interacción
A.Presente. Cuando mamá y X se pelean, ¿qué hace papá?
3. Comparación/clasificación
Explicación. Y tú, mamá, ¿por qué papá piensa que X será la más
próxima a ti cuando los chicos crezcan?
a)Alivio de síntomas.
-¿Cuál es el problema?
-Soluciones intentadas.
-Postura del paciente.
Otros autores que han hecho propuestas interesantes sobre la actitud hacia
el cambio son Prochaska y DiClemente (1992), los cuales desarrollaron el
modelo transteórico según el cual, el cambio se da de un modo gradual a
través de varias fases que representan los aspectos temporales y
motivacionales del cambio intencional. En cada fase se desarrollan una serie
de habilidades y tareas necesarias para pasar a la siguiente etapa. El tiempo
en cada etapa puede variar, mientras que las tareas son realizadas en orden
para conseguir el movimiento exitoso hacia la siguiente etapa.
Fase de precontemplación
Fase de contemplación
El sujeto piensa cambiar en un futuro previsible, cree que puede hacerlo, pero
está muy ambivalente ante el cambio. Le cuesta arriesgarse iniciando la
acción y no quiere dejar los beneficios inmediatos de su conducta-problema.
Piensa en cambiar y que algún día pasarán a la acción. En esta fase está
bastante abierto a la información y hablar sobre pros y contras del cambio.
Fase de acción
Fase de mantenimiento
Las fases del cambio se pueden dar en diferentes niveles cara a distintos
problemas, lo cual complejiza su abordaje. Por ejemplo, estar en fase de
acción para un problema con sus hijos y en precontemplación para un
problema de la pareja. La dimensión de los niveles organiza las causas
psicológicas y los controles de conducta del problema en una jerarquía que va
de mayor a menor disponibilidad de conciencia. Prochaska y DiClemente
(1992) distinguen cinco niveles:
-Nivel síntoma/situación.
-Conflictos interpersonales.
-Conflictos intrapersonales.
TABLA 26
-Terapeutas que les vieron. Quiénes fueron, cada uno con su nombre,
las personas que se presentaron para llevar a cabo la terapia y en
caso de que existiera supervisión también debe señalarse, al igual
que la presencia de personal detrás del espejo de visión
unidireccional.
-Distribución espacial. Qué lugar ocupa cada uno en la sala, quién está
cerca de quién, cómo se sientan, qué actitud física muestran..., lo
cual muchas veces ofrece un mapa relacional actual, como si de una
escultura se tratara. Se incluirá también el espacio ocupado por
el/los terapeuta/s. La observación y anotación en este apartado nos
va a permitir establecer el sistema de relaciones existentes entre los
miembros que acuden a sesión, posibles alianzas o coaliciones,
dependencias, etc.
Esto no supone que todo síntoma sea siempre un mensaje y que siempre
quiera decir algo, pero desde la perspectiva comunicacional vamos a
tener en cuenta en primer lugar: «¿Este síntoma puede estar
transmitiendo algo? ¿Qué puede estar diciendo esta persona a los demás
con su conducta sintomática?».
Llegando a este punto cabe preguntarse, ¿para qué sirve hablar de dos
niveles de comunicación en terapia? La respuesta es clara: en las relaciones
humanas, las palabras muchas veces sirven para ocultar más que para
comunicar; lo que nos interesa es qué está comunicando el lenguaje
analógico, qué nos está transmitiendo esta persona: cómo se sien ta, con qué
tono de voz habla, con qué actitud lo dice, qué gestos utiliza cuando habla y
cómo reacciona ante lo que dice el otro. Estos serían algunos de los ejemplos
más significativos del para qué de la atención al lenguaje analógico.
Esto sirve muy bien para muchos fenómenos naturales, pero no en las
relaciones humanas en las que este tipo de pensamiento acarrea muchos
problemas, dado que si ponemos un origen puntual en el surgimiento de
determinados problemas, tal afirmación conlleva un principio de
culpabilidad, hay un culpable que provoca algo en un momento
determinado, es decir, se produce una atribución de culpabilidad o de
responsabilidad. Un ejemplo de esto podría ser una esposa que regaña
habitualmente a su esposo y éste se retrae leyendo constan temente el
periódico; podríamos hacer una lectura en ambas direcciones: la versión
del esposo es que ella empezó riñéndole y él se encierra en la lectura, la
esposa por su parte podría decir que le riñe porque él se pone a leer el
periódico sin ocuparse de ella. A ambas narraciones realizadas por parte
de las personas que conforman esta pareja las llamamos desde la
perspectiva de la Teoría de la Comunicación Humana «puntuación de la
secuencia de los hechos». Hay unos hechos, en el caso que nos ocupa:
leer el periódico/regañar. Si aplicamos la causalidad lineal, la culpa la
tendrá uno solo. Los autores de esta teoría plantean que la causalidad
lineal, no sirve en las relaciones humanas sino que hay que aplicar una
causalidad circular. Lo que interesa no es decir quién empezó sino qué
juego relacional se está llevando a cabo; el terapeuta no se posiciona
acerca de quién tiene o no la razón sino que va a tratar de conocer el
estilo relacional circular que esta pareja está desarrollando, en el que la
actitud de uno potencia la del otro y es potenciada a su vez por la del
otro, entrando en un circuito en el que la causalidad es circular.
En una relación de pareja va a ser frecuente que cada uno sea experto o
más hábil que el otro en determinados ámbitos; podríamos decir que se da
una especialización, de manera que uno puede hacer mejor unas cosas y otro,
otras, y eso da riqueza a la pareja y a la relación entre ambos. Esto no
implicaría necesariamente una relación complementaria: cada uno acepta la
posición superior del otro en un área y viceversa y eso daría una relación
simétrica basada en la igualdad al equilibrar las áreas de experto/no experto.
La salud de la relación se mide, en gran parte, por las confirmaciones.
•Capacidad de metacomunicar.
-Mensajes contradictorios.
- Doble mensaje.
Descalificaciones de la comunicación
•Oraciones incompletas.
Tipos de subsistemas
La privacidad también tiene que ver con los límites entre individuos: el
tener las cosas a salvo de miradas ajenas, que no entren en el cuarto sin
permiso del que lo habita. Si los padres no respetan esos límites, son
intrusivos.
Los límites de un subsistema están constituidos por las reglas que definen
quiénes participan y de qué manera. La función de los límites reside en
proteger la diferenciación del sistema. Para un buen funcionamiento familiar
es necesario que los límites entre los individuos, entre subsistemas, con la fa
milia extensa y otros sistemas sean claros. Según el tipo de límites aparecen
tres tipos de familias:
-Familia aglutinada: los límites son escasos y flexibles, hay un grado
elevado de comunicación. El sentido exaltado de pertenencia requiere
un importante abandono de la autonomía. Responden a toda variación
con excesiva rapidez. Su lado fuerte es el apoyo, el cuidado y el
compartir, su lado débil la dificultad de autonomizarse. Es típico de los
países del sur.
Los límites con la familia extensa y otros sistemas. Con la familia extensa
es importante observar si existe intrusismo descalificador cara a los padres o
la pareja. Los abuelos a veces descalifican a los padres, los suegros
interfieren en la relación de pareja, los cuñados... En ocasiones, un miembro
de la pareja está más casado con su padre o madre y así no pueden construir
su propia pareja. Esto se da más en las familias aglutinadas y ocasiona serios
problemas en la familia nuclear. Las relaciones con otros sistemas también
implican un marcaje de límites, por ejemplo con el trabajo.
En la tríada rígida los padres utilizan al hijo para alejar o evitar sus
conflictos, creando un límite rígido con el resto de los hermanos. Existen tres
tipos:
9.6. Jerarquía
Haley (1974, 1980) ha hecho hincapié en el uso del poder dentro del sistema
familiar. En relación al poder la familia puede ser:
Los valores son abiertos y reconocibles, mientras que las normas (reglas)
son encubiertas. Los valores son individuales, pero su invocación puede tener
repercusiones interpersonales. Son utilizados como una táctica interpersonal
para afirmar o imponer una norma. Las normas describen las relaciones
interpersonales. Los valores determinan las normas, reglas y roles, por
ejemplo, si el valor es el cuidado, la norma es atender al necesitado, la regla
determina el rol de cuidador y el cómo debe cuidar. En terapia es muy
importante conocer los valores de la familia para adaptarnos a ellos, de esa
forma seremos aceptados por el sistema familiar. En las intervenciones nos
apoyaremos en sus valores, por ejemplo, al hacer «lecturas» sobre la
dinámica familiar, al prescribir tareas, etc.
d)Metarreglas a través de las cuales lo que eran las reglas generales del
contexto quedan superadas porque uno de los miembros del sistema va
más allá de lo acordado.
Familia de origen
Formada por tres generaciones o más: abuelos, hermanos, padre, tíos, hijos,
sobrinos, nietos, esposos..., se incluyen también las familias políticas:
suegros, cuñados, nueras, yernos...; en las familias aglutinadas tiene gran
importancia, pues las relaciones son estrechas. En el estudio del genograma,
las constelaciones familiares, los legados..., es decir, todo lo que tiene que ver
con lo transgeneracional, la familia de origen es el centro de estudio (Garrido
y Espina, 1995).
Familia nuclear
Padres e hijos. Antes era el sistema familiar más frecuente, pero hoy en día es
el 25 por ciento en EEUU En nuestro país está en franco retroceso frente a
otros tipos de familia. Gran parte de lo desarrollado por las escuelas de
terapia familiar se ha basado en la familia nuclear, por lo que el terapeuta
necesita estudiar a fondo los otros tipos de familia, con sus características,
para no intentar «calzarlas» en modelos de funcionamiento que le son ajenos.
En caso contrario, el terapeuta corre el riesgo de ver como «anormal» cosas
que son absolutamente adaptativas en los otros tipos de familia.
Familia reconstituida
Formada por una pareja que previamente tuvo hijos con otra persona. Se
juntan bajo el mismo techo hijos de diferentes padres. Autores como Serrano
(1986) y Krahenbuhl (1989) prefieren traducir «stepfamilies» como
«familiastras», aunque no existe ese término en castellano y a pesar de la
carga negativa que conlleva el sufijo «-astra», especialmente aplicado a la ma
drastra (en el diccionario ideológico de la lengua castellana el sentido
figurado de ese término es «cualquier cosa molesta o perjudicial») (Casares,
1977); otros autores hablan de familias ensambladas, recompuesta o segunda
familia. Todos los términos hacen referencia a una familia en la que dos
adultos forman un nuevo núcleo familiar al cual, al menos uno de ellos, trae
un hijo habido de una relación anterior.
Se forma a partir de la muerte del cónyuge anterior, de un divorcio o una
separación. Es importante señalar que el padre biológico ausente forma parte
de la familia reconstituida y que, como señala Gorell (1990), los padrastros
son padres adicionales, pero no sustitutos, pues el padre biológico es quien
tiene los derechos legales y emocionales sobre sus hijos. El padrastro debe
tener un rol definido y aceptado por los demás y será complementario al del
padre biológico.
Las relaciones con los abuelos, que ya podían verse alteradas en el caso
de un divorcio, se pueden complejizar bastante, sobre todo si los dos
miembros de la nueva pareja traen hijos propios, pues se duplicaría el número
de abuelos. Si no se casan, puede haber un rechazo hacia la nueva pareja por
parte de éstos, lo cual aumenta los problemas.
1.Con madrastra. El padre que vive con sus hijos se une a otra mujer; en
este caso, la imagen de la madrastra mala que no quiere a los pobres
niños puede estar presente como realidad preconcebida o sobrevolar
como un fantasma temido al inicio de esta relación, especialmente
cuando los niños son huérfanos. Para combatir esta imagen, se puede
caer en una necesidad compulsiva de que la madrastra ame desde el
primer momento a sus hijastros, cayendo en la paradoja del «se
espontáneo» que hace que ese «amor» sea falso y/o provoque un
sentimiento de culpa en la madrastra por no poder sentir lo que no
siente y la incomprensión del marido y el resto de los familiares que le
exigen, muchas veces sin decirlo, que sea como fue la madre de los
niños a la vez que están todos convencidos de que nunca podrá serlo, ni
lo desean.
Familia monoparental
Todos estos problemas pueden darse con mayor frecuencia en las familias
monoparentales, pero no son exclusivos de ellas y, como señala Walters
(1988), desde una perspectiva feminista, muchos de los estudios y
conclusiones sobre este tipo de familias están influidos por la idea de que la
mujer sola no puede hacerse cargo de una familia y especialmente del rol
instrumental que estaría reservado al hombre.
c)Parcialmente abierto:
9.11. Momento evolutivo del sistema y adecuación a sus tareas. El ciclo vital
familiar
El concepto de ciclo vital hace referencia a que las familias (Friedman, 1989),
al igual que el individuo, tienen un proceso vital que se desarrolla a lo largo
de etapas (Carter y McGoldrick, 1989), transiciones (Barnhill y Longo, 1978)
o crisis (Pittman, 1990).
c)Noviazgo.
d)Consolidación.
k)Vejez. Cambio de roles con los hijos que pasan a ser cuidadores,
aunque sus padres siempre sigan ayudándoles. Balance vital.
Confrontación con la muerte. Despedida.
1.Entrando en la relación.
-Actitud previa.
-Planificación:
c)Hacer un espacio para que los niños mantengan relaciones con los
padres biológicos ausentes, los abuelos y demás familia.
1.Negación de ser una familia reconstituida; los hijos tienen que llamarles
«papa» y «mamá» ante lo cual se rebelan.
5.Autoridad diferente para cada hijo. Si tienen hijos propios de antes del
nuevo matrimonio, cada uno tenderá a aplicar la autoridad a su manera
con sus hijos, dándose diferencias que dificultarán la integración del
subsistema fraterno.
7.Celos del progenitor ausente hacia la relación de sus hijos con el nuevo
cónyuge. Puede intentar boicotear el nuevo matrimonio y creará
problemas de lealtad en los hijos.
FIGURA 14
FIGURA 15
FIGURA 16
TABLA 30
FIGURA 17
•Se puede desarrollar una relación tan estrecha entre el cuidador primario
y el enfermo que el resto de la familia queda excluida, surgiendo
muchas veces problemas de pareja.
•Si está centrada en sí misma con tareas como la crianza de los hijos, un
momento centrípeto del ciclo, pueden producirse celos por parte de
quien en ese momento también necesite atención. Existe el peligro de
que la familia se atasque en este período, pero lo normal es que sólo lo
prolongue.
•Si está centrada fuera de sí misma, con tareas como la emancipación de
los hijos, momento centrífugo del ciclo, tendrá que simultanearlo con la
función centrípeta del cuidado del enfermo.
-Si ha habido un apoyo por parte de la familia: en este caso hay que
intervenir en la interacción del miembro con el agente que lo afectó.
-Resolución-crecimiento.
Los libros del Equipo EIF (2008) y López y Escudero (2003), de esta
misma colección, ofrecen instrumentos de gran utilidad para la evaluación
familiar.
Bibliografía
-(1980). Leaving home. The therapy of disturbed young people. Nueva York.
McGraw-Hill.
Herz Brown, F. (1989). «The impact of death and serious illness en the
family life cycle». En Carter, B. y McGoldrick, M. (eds.), The changing
family life cycle. A framework for family therapy. Nueva York. Allyn and
Bacon.
Rolland, J. (1984). «Chronic illness and the family lile cycle». En Carter, B. y
McGoldrick, M. (eds.), The changing family life cycle. A framework for
family therapy. Nueva York. Allyn and Bacon.
Stanton, D. (1992). «The time line and the «why now» question: a technique
and rational for therapy training, organizational consultation and
research». Journal of Family Therapy, 18, 331-343.
Stierlin, H. (1979). Psicoanálisis y terapia familiar. Barcelona. Icaria. (Ed
original, 1975.)
Walters, M., Carter, E., Papp, P. y Silverstein, O. (1988). The invisible web.
Gender patterns in family relationship. Nueva York. The Gilford Press.
(Hay versión en castellano. Paidós.)
David h. Olson
Instrucciones
Siguiendo los criterios de Taylor et al. (1996), Rastan et al. (1997) y los
datos normativos de la población española (Martínez-Sánchez, 1996), el
punto de corte del TAS-20 en: <51 no alexitimia, >52 y <59 alexitimia baja,
>60 alexitimia alta.
5. VALORACIÓN DE SINTOMATOLOGÍA PSIQUIÁTRICA
Factores de la BPRS-E
-Maneras y posturas.
-Conducta extraña.
-Alucinaciones.
-Trastornos somáticos.
-Hostilidad.
-Autonegligencia.
-Desconfianza.
-Desorganización conceptual.
-Grandiosidad.
-No cooperación.
-Hiperactividad.
-Excitación.
-Ánimo elevado.
-Tensión.
-Distracción.
-Sentimiento embotado.
-Retardo motor.
-Abandono emocional.
-Grandiosidad. (-)
FACTOR 4: DEPRESIÓN.
-Ansiedad.
-Suicidio.
-Culpa.
-Depresión.
FACTOR 5: OPOSICIÓN.
-Desorientación.
-Desconfianza.
-No cooperación.
-Grandiosidad.
-Desorganización conceptual.
-Autonegligencia. (-)
-Distracción.
-Alucinaciones.
6. EVALUACIÓN DE LA AUTOESTIMA
ESTRATEGIAS:
ESTRATEGIAS:
TÉCNICAS:
TÉCNICAS:
TÉCNICAS:
•Restricción.
•Refrenamiento.
Alternativas:
Centralidad y aislamiento.
Estimula el diálogo.
-Conyugal.
-Parental.
-Fraterno.
OTRAS TÉCNICAS:
RESUMEN DE TÉCNICAS
Bibliografía
Ramiro J.Álvarez
Luciano Cian
Ramiro J.Álvarez
Ramiro J.Álvarez
Chamalú
10.Ser yo mismo.
Serafín Ruiz
Alfonso Barreto
Adrián Kertesz
16.Emociones inteligentes
Alfonso Barreto
R.Mesquita y R.Alberto
Colección destinada a la formación de animadores socioculturales de
personas mayores y a proporcionar materiales útiles para su trabajo
Anna Puig
Carolina Elizasu
Anna Puig
Anna Puig
Anna Puig
Anna Puig
Ignacio Olivar