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Introducción

La génesis de este trabajo se remonta a experiencia clínicas, principalmente en contextos


de psicoterapia individual de orientación psicoanalitica. En numerosas oportunidades se
me hizo presente la vivencia clara de que las personas, más allá de los estratos
concientes accesibles, ordenados y conocidos, poseemos estratos inconcientes en
nuestro psiquismo y que estos estratos inconcientes lejos de ser irracionales presentan
una coherencia y una sutileza asombrosas. Solo por poner un ejemplo, cuando
presenciamos un acto fallido ajeno o logramos comprender uno propio muchas veces
podemos apreciar la sutileza de los procesos inconcientes, de su dominio refinado de lo
motor, de una presición que impresiona finamente calculada. Esto me llevó en distintas
oportunidades a la vivencia de que lejos de ser un ser constituido por una superficie
conciente racional y un transfondo irracional somos más bien casi una persona dentro de
otra persona, una “conciente” y la otra “inconciente”, ambas con sus características y
particularidades.
Hace un tiempo calló en mis manos un artículo llamado “El ello sabe más del lo que el ego
admite”, que me remitió nuevamente a estas reflexiones. Los autores articulan allí
diferentes desarrollos del psicoanálisis y las neurociencias para plasmar una síntesis que
me resultó de sumo interes.
Intentaré a lo largo de estas páginas realizar una reseña de las ideas principales de dicho
artículo y otros relacionados que creo son de verdadera utilidad clínica, no solo en el
contexto psicoterapéutico sino también, como veremos, para pensar distintos aspectos de
la psiquiatría y la psicofarmacología.
Los aparatos psíquicos del Profesor Freud

La noción de que existirían procesos psíquicos inconciente pertenece al patrimonio de


conocimientos intuitivos del ser humano en general. Le debemos a Freud una de las
primeras conceptualizaciones sobre el tema. Partiendo de sus investigaciones en
pacientes neuróticos e intentando comprender la génesis de determinados síntomas que
no tenían explicación neurológica clara comienza a postular una serie de ideas que
desarrolla a lo largo de su obra y van decantando en los asi llamados “modelos del
aparato psíquico”. Estás ideas comparten como núcleo común la noción de que para
comprender la psicopatología es necesario tener en consideración procesos anímicos
inconcientes. Una de las primeras distinciones que realiza Freud es que dentro de estos
procesos existirían dos tipos, algunos que pueden ser traidos a la conciencia a voluntad
mientras que otros no. Allí surge una primera diferenciación entre lo que Freud llamará
procesos preconcientes y procesos inconcientes respectivamente. Dentro de aquellos
procesos que no pueden ser traidos a la conciencia a voluntad discrimina Freud aquellos
que permanecen inconcientes gracias al ejercicio de una represión, un esfuerzo del
aparato por apartarlos de la conciencia por estar relacionados con contenidos que
generan displacer. Estos contenidos reprimidos formarían parte de lo que Freud denomina
inconciente en sentido dinámico. El preconciente y el inconciente dinámico funcionan de
acuerdo a modalidades distintas. Los procesos inconcientes en sentido dinámico se
comportan de una manera más autónoma con respecto a los requerimientos de la
realidad, mientras que los procesos preconcientes se ajustarían a las demandas del
muendo real. En termino freudianos, el inconciente dinámico responde al principio de
placer mientras que el preconciente obedece al principio de realidad. Segun el propio
Freud los procesos inconcientes propiamente dichos

Mark Solms es un psicoanalista sudafricano dedicado a tender puentes entre la


neurociencia y el psicoanálisis desde hace varios años, ha publicado libros acerca de este
tema y numerosis artículos en revistas especializadas.
Jaak Panksepp es un biólogo dedicado a la neurociencia de los afectos, ha escrito libros
sobre el tema e innumerables artículos.

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