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DOMINGO XIV

En este momento en el que hemos acogido la Palabra de Jesucristo en su evangelio como


hacemos Siempre todos los domingos los cristianos, entendemos que Jesús tiene algo importante
que comunicarnos Estas lecturas se leen en el inicio del tiempo de Julio que tradicionalmente es
el tiempo de las vacaciones estivales si bien Es verdad que este año no sabemos muy bien Cuál es
el concepto de vacaciones estamos en otro contexto muy distinto pero

En ese contexto en el que estamos llamados a descansar Jesús dice “Venid a mí los que estáis
cansados y agobiados que yo os aliviaré” y nosotros obviamente sólo que una reflexión sobre
nuestra necesidad y nuestra capacidad de descansar porque a veces nos damos cuenta de que sí
tenemos una necesidad pero no tenemos tanta capacidad descansar, no sabemos descansar
saber descansar saber tener nuestro descanso donde descanso yo donde Descansa mi corazón Es
toda una sabiduría.

El hombre necesita descansar pero no sabe descansar y Jesús dice Venid a mí descansen y
descansa en Cristo descansar en sus Jesús descansar en Dios, fijaros porque porque nuestro
cansancio Pues porque trabajamos mucho, no me cabe duda que si te habrá personas que
trabajen mucho, pero no suele ser es el motivo principal de nuestro cansancio. Yo creo que el
motivo principal nuestro cansancio puede ser 3 razones.

La primera el que a veces hacemos muchas cosas, pero faltándonos el sentido de Por qué nos
hacemos y eso cansa mucho eso cansa mucho, hacer cosas muy cosas sin saber para que las
estoy haciendo. Por ejemplo, que distinto sería que Quién hizo esta catedral Aquí habría muchos
canteros que trabajaron esta piedra y muchos dirán que qué haces porque te afanas porque
Madrugas es que tengo que picar piedras y para que picas piedras, pues para ganar dinero y al
día siguiente de nuevo Pues aquí estoy picando piedras para ganar dinero. Pero qué distinto sería
si ese cantero a esa pregunta de qué haces porque Madrugas porque te afanas: Fíjese es que
estoy haciendo una catedral estoy haciendo una catedral. Y entonces las cosas serían muy
distintas no sólo estoy aquí picando piedras para que me den dinero, no, estoy participando de
algo importante, entonces el tener el sentido de la labor que hago, encontrar el sentido desde
luego hace que realicemos la labor de otra manera. El cansancio muchas veces viene hacer cosas
sin encontrarle sentido. Nosotros en todo aquello que seamos podemos y debemos decir Estoy
construyendo el reino de Dios, en nuestro trabajo, en nuestra tarea de nuestro apostolado en
estas relaciones de amistad Estoy construyendo el reino de Dios y Qué gran honor es para mí
participar de la construcción del Reino de Dios. Seguro que sí está clave la entendemos
aprenderemos a descansar en el corazón de Cristo.

2. Otro motivo de nuestro cansancio sabes cual suele ser otro motivo del cansancio es la
impaciencia. Queremos que las cosas salgan de esta manera en este tiempo, de este modo y las
cosas no salen como yo las había pensado, las había soñado, sufrimos porque en el fondo las
cosas las buscamos con un amor propio, con una impaciencia y eso cansa mucho. El amor propio
cansa mucho y la única manera de vencer esa impaciencia, esa angustia es la confianza, la
confianza, la confianza de saber que estoy en manos de Dios y que él lleva delante mi vida Yo soy
instrumento suyo, soy instrumento suyo. Yo no vivo mis quehaceres como si de mi dependiese la
salvación del mundo soy instrumento de Dios. Dios se servirá de mí. Y se servirá de otros y entre
todos haremos uno y Confío en que como yo formo parte de esa historia de la salvación. Eso nos
ayuda mucho a descansar, es que cuando un hombre no confía se cansa mucho. La Falta de
confianza la falta de saber en que confiar es agotadora, es agotadora. Vivir siempre en tensión,
vivir siempre en una inseguridad de que pasara qué sucederá me saldrá bien me saldrá mal. Pero
te das cuenta que estás en manos de Dios y que el instrumento suyo no nos cansa el trabajo que
hacemos Nos cansa La Falta de confianza.

3. Y en tercer lugar sin duda alguna otro factor determinante para ese aprender a descansar En
Jesucristo, porque cuando Cristo dice Venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo sé
aliviare nos acordamos de una escena del Evangelio de San Juan en la que el discípulo amado
reclinó su cabeza en el costado de Cristo. Por lo tanto, algo que nos descansa en gran manera y
sólo ello nos puede descansar es el sabernos amados el sabernos queridos Dios me quiere, Dios
me ama eso es lo esencial todo lo demás es relativo todo lo demás ocupa un lugar secundario un
tercero cuarto quinto lugar todo demás secundario. Saberse amado incondicionalmente por Dios
saber que su paternidad no nos va a fallar nunca. Eso es nuestro verdadero descanso. Así pues
con con mucho agradecimiento escuchamos esta llamada de Jesús a descansar en el.

La primera frase del Evangelio duro que perfectamente lo podemos Grabar en su corazón como
dicta por vosotros esta frase que dice que Jesús te doy gracias padre porque estas cosas se las
has ocultado a los que se las dan de sabios y entendidos y se las Ha revelado a la gente sencilla. Sí
padre así te ha parecido mejor. Esta sabiduría que estamos aquí presentando la sabiduría de
Jesús no es para los grandes de este mundo, no es para los que confían en su propia sabiduría,
sino que es para los humildes que hay entendido que Dios revela su amor, que Dios nos descubre
los corazones sencillos. Así pues yo creo que hay una condición única, una condición para poder
los que estamos aquí presentes renovar la gracia que un día recibimos. Es darnos cuenta que la
recibimos gratis la gracia sólo pueden ser acogida cuando uno tiene confianza de su gratuidad
como su propio nombre indica. Si no tenemos conciencia gratuidad de la gracia nos hacíamos
incapaces para recibirla . Sabernos amados inmerecidamente sentirnos perplejos porque Dios
nos haya llamado a esta intimidad a saber descansar en el es la Única condición que Dios nos
pone hoy para poder recibir el don del bautismo, de la confirmación de la comunión para recibir,
para renovar la gracia que un día recibimos.

DÍA 20. San José Durmiendo:

“En vano madrugáis a levantaros, el descanso retrasáis los que coméis pan de fatigas,
cuando Él colma a su amado mientras duerme” Salmo 127

Dios ama dormir. Él lo creó. El Padre Celestial te ha diseñado para que aproximadamente una
tercera parte de la vida la pases durmiendo. Él descansó después de crear los cielos y la tierra (Gn
2,2-3).

Dios es un Padre que se deleita en sus hijos cuando ellos están durmiendo. Dios se comunica con
sus hijos mientras ellos duermen. Es un hecho bíblico. En la vida y la misión de san José, Dios
eligió hablarle cuando estaba durmiendo. En cuatro ocasiones Dios le comunicó, a través de un
ángel, mensajes muy importantes en sus sueños (Mt 1,20; 2,13; 19, 22).

El sueño de San José es tan importante y poderoso que satanás le teme. El cristianismo siempre
ha
sostenido que el enemigo, una creatura rebelde, eligió no servir a Dios y arrogante dijo: “Non
serviam” (“no serviré” Jer 2, 20). En contraste la Virgen María pronuncia su humilde “Fiat mihi
secundum verbum tuum” (“Sea hecho en mi de acuerdo a tu palabra”) (Lc 1, 38) el gran san José
responde más con sus acciones obedientes que con sus palabras “Fecit sicus pracepit ei angelus
Domini” (Él hizo como el ángel del Señor mandó) (Mt. 1, ¡24) san José durmiendo es un gran
estratega!

De acuerdo al nuevo testamento, san José durmiendo es una oración. En el cielo, por supuesto
que
san José no duerme más, pero en la eternidad “descansa en el Señor”. ¿No se llama el más allá
“descanso eterno”.

En tiempos recientes, se ha desarrollado en la iglesia una devoción que se llama “San José
durmiendo”. Para hacer la devoción hay que conseguir una imagen en bulto (estatua) que
represente a san José durmiendo, con una intención en particular, se escribe la petición en un
pedazo de papel y se le coloca debajo de la estatua de san José dormido, pidiendo a san José que
le presente esa intención a Dios. Esta devoción es maravillosa en el sentido que lo mantiene
conectado a su padre espiritual y le pide a él que ruegue (durmiendo) por su intención.

El poeta francés Charles Péguy describió en un poema increíble la importancia de dormir. El


poema se llama “El Portal del Misterio de la Esperanza”.

El poema es escrito desde la perspectiva de Dios y busca recordarle al hombre moderno que Dios
se deleita en sus hijos cuando duermen. Aquí está un extracto:

Solo dormir. ¿Por qué la gente no hace uso de ello?


Yo le he dado este secreto a todos, dice Dios: no lo he vendido.
Quien duerme bien, vive bien. Él, que duerme, ora.
Él, que trabaja, ora también. Hay tiempo para todo. Las dos cosas dormir y trabajar.
Dormir y trabajar son dos hermanos. Y ellos se acoplan muy bien juntos.
Y dormir lleva a trabajar como trabajar lleva a dormir
Él que trabaja bien, duerme bien y él que duerme bien, trabaja bien.

Y todavía ellos me dicen que hay hombres que no duermen.


No me gusta el hombre que no duerme, dice Dios.
Dormir es amigo del hombre.
Dormir es amigo de Dios.
Dormir puede ser mi creación más bonita.
Y yo también descansé el séptimo día.
El que todo su corazón es puro, duerme. Y quien duerme tiene corazón puro.
Este es el secreto de ser infatigable como un niño.
Y hasta me han dicho que hay hombres que trabajan bien y duermen mal, que no duermen
nada. ¡Qué falta de confianza en mí!

Estoy hablando de esos que trabajan y no duermen.


Tengo piedad de ellos. Estoy hablando de esos que trabajan, que haciendo esto siguen mis
mandamientos, pobres hijos.
Y quienes, por otra parte, no tienen el coraje, no tienen la confianza de dormir.
Tengo piedad de ellos. La tengo contra ellos. Un poco. Ellos no confían en mí.
Como un hijo tendido inocentemente en los brazos de su madre, así ellos no están tendidos
inocentemente en los brazos de mi Providencia.
Ellos tienen el coraje de trabajar. Ellos no tienen coraje para hacer nada.
Ellos poseen la virtud del trabajo. Ellos no poseen la virtud de hacer nada.
De relajarse. De descansar. De hacer nada.
Triste gente, ellos no saben que es bueno.
Charles Péguy

El sueño de san José puede enseñarle al hombre moderno importantes lecciones de vida. Una de
las más importantes lecciones es nos enseña que está bien descansar. Ser adicto al trabajo nunca
ha sido bueno. San José no era adicto al trabajo. A él le gustaba dormir. Dormir refresca el alma.
Dios se comunicaba con san José cuando dormía, y era el esposo y el padre más santo, también
porque dormía.
No estás perdiendo tiempo cuando descansa. Dormir es placentero para Dios. Dios le hablará y
refrescará su alma cuando duerme. Si puedes, obtén una imagen de “San José durmiendo”.
Escribe tus intenciones y colócalas al cuidado de San José. Y deja que Dios se comunique contigo.

Oh san José, eres un hombre grandiosamente favorecido por el Altísimo. Como si te importaba
la
Sagrada Familia, el ángel del Señor se te apareció en sueños mientras dormías, para advertirte
y
guiarte. Tú fuiste silencioso y fuerte, un leal y valiente protector. Querido san José, así como
descansas en el Señor, confiado en su absoluto poder y bondad, mírame, por favor y lleva mi
necesidad dentro de mi corazón, duerme sobre ella y preséntala a tu Hijo. Ayúdame buen san
José a escuchar la voz de Dios, a levantarme y actuar con amor.

No me gusta el hombre que no duerme

No me gusta el hombre que no duerme


y que arde en su cama de preocupación y de fiebre.

No me gusta el que al acostarse


hace planes para el día siguiente,
¡el tonto!

¿Es que sabe acaso


cómo se presentará el día siguiente?
¿Sabe siquiera el color del tiempo que va a hacer?
Haría mejor en rezar.

Porque yo no he negado nunca el pan de cada día


al que se abandona en mis manos
como el bastón en la mano del caminante.

Me gusta el que se abandona en mis brazos


como el bebé que se ríe
y que no se ocupa de nada
y ve el mundo a través de los ojos de su madre.

Pero el que se pone a hacer cavilaciones


para el día de mañana,
ése trabaja como un mercenario,
trabaja terriblemente como un esclavo
que da vueltas a una rueda sin fin
y -eso entre nosotros- es un imbécil.

Y hasta me han dicho que hay hombres


que trabajan bien
y duermen mal,
que no duermen nada.
¡Qué falta de confianza en mí!

Eso es casi más grave que si trabajasen mal


y durmiesen bien,
porque la pereza
es un pecado más pequeño que la inquietud,
que la desesperación
y que la falta de confianza en mí.

Gobiernan muy bien durante el día


los asuntos del día y luego no se atreven
a confiármelos a mí durante la noche.

El que no duerme de preocupación


es infiel a la Esperanza,
y ésta es la peor infidelidad.
Charles Péguy

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