Sei sulla pagina 1di 19

HANS URS VON BALTHASAR

Teológica
Posibilidad de la cristología

hombres el don del único Espíritu divino no cambia en nada lo B. ¿TEOLOGÍA NEGATIVA?
dicho; Jesús no es una verdad desfigurada, sino la verdad pura,
porque él da en figura mundana la explicación adecuada de
Dios Padre.
Ahora se ve también que Jesús no necesitaba servirse para
ello de las imagines Tr"initatis ideadas o encontradas más tarde;
el ser mundano como tal, su cotidianeidad, le ofrecían las que
precisaba. La imagen de Agustín era demasiado estrecha, la de
Heoel demasiado ancha (disolvía a Cristo en todo ser munda-
no);º pero en forma no filosófica, cotidiana, era utilizable la
común condición humana, que ahora, como amor cristiano al
prójimo, era elevada explícitamente a la altura del mandam~en-
to principal; asimismo, tanto la fertilidad, ya presente en el niv~l
infrahumano en las parábolas del crecimiento, como lo conoci-
do de todos los días, podía servir corno ejemplo múltiple de los
misterios del Reino. También la fecundidad del trabajo humano, 1. El luga1· de la teología negativa
que en las parábolas de la viña, de los viñadores y de los talen-
tos se saca de la autocomprensión de la existencia humana. A todo lo expuesto hasta ahora se le podría reprochar falta
de seriedad teológica: ¿no es superficial destacar las analogías
entre Dios y criatura, y hasta entre el Dios trinitario y la diversi-
dad intramundana de tal modo que la ·mayor desemejanza . que
todo lo fundamenta parezca en consecuencia casi olvidada?
¿Dónde q ueda aquí, ante todos los racionalismos filosóficos y
teológicos, desde Eunomio hasta Hegel, la advertencia repetida
constantemente por los grandes teólogos, de que ninguno de
nuestros conceptos alcanza a Dios, pues nosotros, como recuer-
dan los capadocios siguiendo a Platón, ni siquiera podemos
penetrar la esencia de un mosquito, puesto que tras todos nues-
tros esfuerzos teológicos al final sólo podemos llegar a decir lo
que Dios no es?
¿Sería culpable de ello la entrada joánica, tal y como se ha
intentado aquí? ¿Cómo les ha de resultar posible a los d iscípu-
los entender una expresión como la de ·Quien me ve a mí, ve
al Padre· (Jn 14,9), o -puesto que en ese momento no lo
entienden- construir sobre la promesa de que ,el Espíritu de la
verdad os guiará hasta la verdad completa·, también de las cosas
que ahora todavía ,no podéis entender· (Jn 16,12s.)? Se podría
objetar que Jesús dice también en un momento dado: ·El Padre
es más grande que yo· (14,28); que, ante todo, se trata de la
adoración del Padre ,en espíritu y verdad,, ·pues esos son los
adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y quienes lo
adoran deben adorarlo en espíritu y verdad· (4,23s.). Pero ¿bas-

86 87
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa'

tan tales palabras para poner en claro la distancia infinita entre Todo el evangelio de Juan es la realización de esta contra-
Dios y la criatura? ¿No le queda al hombre religioso, que es un dictoria reciprocidad de la sabiduría divina y la necedad huma-
eterno buscador de Dios, una desazón ante la confianza joáni- na: . La luz brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no la com-
ca de Jesús y de los suyos con el Padre? ¿Acaso la cercanía bíbli- prendieron· On 1,5). Cuando el evangelista reproduce la palabra
ca de Dios no se debe complementar, como ha sucedido abun- que viene de Dios, sólo puede testimoniar la autoafirmación
dantemente en la trad ición, mediante una expresión de infinita divina, también en su autoexplicación en la Palabra encarnada,
d istancia? y reclamar para ella la fe de aquellos a los que se dirige: ·Quien
Ante esto se debe recordar una cosa importante. En la lo ha visto da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe
Escritura de la Antigua y la Nueva Alianza, la Palabra de Dios que dice verdad, para que también vosotros creáis· (Jn 19,35).
resulta audible a los hombres. Pero en tanto que Dios habla Pero cuando habla desde el hombre, debe presuponer en este
desde sí mismo, no se puede negar a sí mismo. Sólo mediante testimonio de Dios sobre sí mismo, en su Palabra, la visión del
sus acciones únicas e inconfundibles - interpretadas por sus hombre sobre Dios . . A Dios nadie lo ha visto nunca· (1,18). ·No
palabras- puede dar testimonio y pruebas de sí mismo: como es que algu ien haya visto al Padre . (6,46).
el incomparable, el único. ·Antes de mí no fue formado otro Para entender correctamente estas afirmaciones, podemos
d ios, ni después de mí lo habrá. Yo, yo soy Yahvé, y fuera de echar brevemente la m irada atrás, a su prehistoria veterotesta-
mí no hay salvador. Yo lo he anunciado, he salvado y lo he mentaria. En ella hay una especie de dialéctica entre no ver a
hecho saber... y yo soy Dios; yo lo soy desde siempre, y no hay Dios y ver a Dios. A juicio del hombre, ver a Dios resultaría
quien libre de mi mano. Yo lo tracé, y ¿quién lo revocará? . mortal: el ser humano no sesiste al que supera toda medida
(Is 43,10-13). ·Yo, Yahvé, ése es mi nombre, mi gloria a otro no (Ex 19,21; Lv 16,2; Nm 4,20). Ya e l hecho de oír su voz debía
cedo, ni mi p rez a los ídolos . (Is 42,8; 48,11). En esta tremenda resultarle mortal (Ex 20,19; Dt 5,24-26; 18,16). Yalwé mismo
autoafinnación de Dios se encuentra, como anexa, una nega- confirma este parecer h umano: ·No puedes ver mi rostro, pues
ción absoluta. El Dios que no se puede negar a sí mismo en su el hombre no puede verme y seguir con vida . (Ex 34,20). Pero
unicidad niega con e llo mismo todo rival, sea un ser que se lo que es válido desde la perspectiva del hombre, no ata nece-
quiera equiparar a Dios (,¿No dices siempre 'Soy un dio~'?, Ez sariamente a Dios en la libertad de su revelación. Así, siempre
28,9), sean ídolos esbozados por proyecciones humanas. Esta es para asombro del hombre, se dan casos en los q ue Dios se
la primordial teología negativa del Dios bíblico. Además existe manifiesta sin que el hombre muera por ello. Tras el duelo noc-
la contradictoria teología negativa del hombre bíblico, quien ya turno de Jacob con Dios: . He visto a Dios cara a cara y he que-
en la Antigua Alianza se opone a esta negación mediante su dado con vida . (Gn 32,31); el pueblo durante el segundo dis-
culto idolátrico y más tarde con su intento de apoderarse de curso de despedida de Moisés: ..Yahvé nuestro Dios nos ha
Dios mediante una observancia farisea de la ley, y niega a Dios mostrado su gloria y grandeza, y hemos oído su voz en medio
en el momento supremo de su autorrevelación: ,No queremos del fuego. Hemos visto en este día que puede Dios hablar al
apedrearte por ninguna obra, sino por una blasfemia, porque tú, hombre y seguir éste con vida· (Dt 5,24). Gedeón se lamenta:
siendo hombre, te haces a ti mismo Dios . On 10,33). ·Acabáis de ·¡Ay, mi señor Yalwé! ¡Pues he visto al Ángel de Yahvé cara a
oír la blasfemia ... Es reo de muerte.. (Mt 26,65; 27,22). -Vino a lo cara! Yahvé le respondió: La paz sea contigo. No temas, no
suyo, pero los suyos no le recibieron• On 1,11). Ésta es la deci- morirás· Oc 6,22s.). También Manoj, el padre de Sansón, piensa
siva negación h umana del autoposicionamiento de Dios. Esta así: ·Seguro que vamos a morir, porque hemos visto a Dios·,
contradictoria reciprocidad era el centro de la Teodramática. pero él y su mujer siguen con vida Oc 13,22s.). Dios puede, por
Encontraba su resolución únicamente en la ·predicación de la su parte, otorgar este favor de su visión, sin que el hombre haya
cruz .. (1 Cor 1,18), q ue como ·sabiduría de Dios.. es para el hom- de morir por ello: así a su ·amigo . Moisés, q ue puede verlo en
bre ,escándalo y necedad, (1 Cor l,22s.); pero, según el bene- su •imagen· (Nm 12,8), pero que en otro lugar, sin embargo,
plácito de Dios, . se esconde a los sabios y entendidos, y se debe taparse el rostro cuando Dios pasa (Ex 33,22), del mismo
manifiesta a los sencillos· (Mt 11,25). modo que Elías (1 R 19,lld) y los serafines, que se cubren el

88 89
Posibilidad de la cristología ¿Teologia negativa?

rostro con las alas ante la gloria de Dios (Is 6,2). Isaías mismo, bre natural un bien mundano indudablemente supremo, pero
que ve la gloria de Dios en e l Templo, se da igualmente por per- en plural -aun cuando entre ellos pueda dominar cierta jerar-
dido, porque ha visto la gloria de Dios (Is 6,5), pero esta visión quía y hegemonía- , porque los fu ndamentos del ser mundano
marca el comienzo de su misión. Juan interpretará esta visión son irreductibles entre sí: poder, matrimonio, fecundidad, sabi-
como una contemplación anticipada de la gloria de Jesús (Jn duría, técnica, eros, paz, pero también guerra y caducidad ... Tal
12,41), y lo mismo valdrá también de la . visión de la gloria· de multiplicidad de dioses debe ser sometida necesariamente a
los más ancianos de Israel, que les fue dispensada junto a interrogatorio por el intelecto que busca, y no sólo porque
Moisés (Ex 24,lOs.), y de Jesús mismo, que es el único que ver- dichos dioses sean comprendidos como proyecciones del hom-
daderamente ha visto a Dios cara a cara (Jn 1,18; 6,46; 1 Jn bre: en el ámbito occidental, por vez primera, en la crítica de la
4,12), de modo que las visiones veterotestamentarias de Dios mitología de Jenófanes que continúa Platón; en el oriental, de
quedan reducidas a una provisionalidad -a una vista de una forma más radical, desde los Brahmanas al Vedanta, pasando
irradiación de Dios-, y la visión de Dios cara a cara sigue sien- por el budismo. La consecuencia de esta crítica del mundo de
do para los hombres algo reservado para el cielo (Mt 5,8; 1 Jn los dioses es la regresión a un absoluto sólo alcanzable aún
3,2; 1 Cor 13,12). mediante la negación de todo concepto entendido como finito,
Con ello quedamos capacitados para establecer en esbozo el absoluto que - también necesariamente privado de personali-
lugar primitivo de una teología negativa, en cuanto precede dad- sólo puede seguir siendo aceptado (no pensado) como
lógicamente a la autorrevelación de Dios (y en ese sentido se un ab-soluto que está ·por encima de todo ente· (Platón). Ya tras
puede denominar también ·filosofía negativa•). Según el discur- los dioses homéricos estaba el .fatwn innominado, Platón lo
so en el Areópago atribuido a Pablo, el hombre es esencial- llama de forma más razonable el ,sol del bien·, que, invisible en
mente un buscador de Dios; lo es por naturaleza, lo cual inme- cuanto tal, determina la coordinación de conocer y ser 1, ,aun
diatamente indica dos cosas a un tiempo: que sigue siendo cuando el bien mismo no sea el ser, sino algo que excede al ser
buscador aun cuando no alcance el hallazgo definitivo - en vez en razón de dignidad y de poder·2• Así, a Platón le parece más
de ser él quien encuentre, más bien será encontrado por aque- inteligente desaconsejar el rastreo de los fundamentos origina-
llo que busca- y que su búsqueda tiene un fundamento obje- rios, donde, sin embargo, también ,Jo contrario, cuando sucede,
tivo, o dicho de otro modo, no es una utopía, pues Dios (así parece suceder con razón,J. En el neoplatonismo, esta doble
prosigue el discurso) ·no está lejos de ninguno de nosotros, relación con e l absoluto inaccesible -una total inaprensihilidad
pues en él vivimos, nos movemos y existimos·, una afirmación conceptual unida a una búsqueda irrenunciable, envolvente,
de la que puede responder Arato, un poeta estoico: ,Somos que a veces puede llegar a un momentáneo •toque . o ·encuen-
estirpe suya . (Hch l 7,27s.). La búsqueda se fundamenta en una tro· místico- se convierte en el centro de una filosofía también
relación radical con lo buscado, por más que dicha relación, discordante: ninguna especulación puede conducir a la mística,
especialmente en perspectiva bíblica, pero también ya desde el ninguna experiencia mística se deja traducir en especulación-1.
saber primitivo del que busca, encierre en sí misma una contra- Las consecuencias últimas las saca el budismo mahayana, del
dicción. que procede el budismo zen japonés, aun cuando las mismas
El punto de partida de la búsqueda se encuentra, por consi- consecuencias se encuentran también, sólo que menos explíci-
guiente, en la comprensión de que todo lo existente en el entor- tas, en la estructura de la teología filosófica negativa de
no mundano no puede ser lo buscado, pues es finito y transi-
torio, y por tanto debe ser negado como tal. Pero la afinidad con I Politeia VI, ;os d-e .
lo buscado atrae hacia un primer intento de elevar los principios 2 /bid., 509 b.
positivos de este ser mundano más allá de sí mismo y de esta- .1 Nomoi 821 a.
blecerlos, prescindiendo de lo negativo, como . fundamentos • Sobre este dualismo último, reiteradamente constatado, en el neo-
divinos originarios· del mundo, como ,dioses·. Quedan estable- platonismo de Plotino y Proclo, cfr. Josef Hochstaffl, Negatii·e "flJeologie,
cidos como subjetivos, porque la subjetividad le parece al hom- Kosel, Munich, 1976, 65-Sl.

90 91
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

Occidente. Lo que está más allá de todo ente finito aprehensi- entre dos luces, igual que el neoplatonismo. Partiendo del prin-
ble conceptualmente, el nirvana, en cuanto que es lo auténtico, cipio fundamental antes mencionado, tanto se puede afirmar
no se puede definir ya como ser, sino sólo como ·nada· en con- como negar que la praxis zen aspira a una experiencia mística
traposición a él; con ello, sin embargo, esta nada que es -encon- (samadhi o satori = ·gran iluminación·) , se puede afirmar que
trada· como lo auténtico por quien busca, debe, por su parte, dicha praxis tiende a una ,religión del más acá absoluto . , por lo
desenmascarar lo inauténtico, el mundo finito y caduco junto que la requerida des-yoización o ,abnegación· sería justamente
con la multitud de sus sujetos, como lo vano, puramente iluso- el mejor camino para superar la moderna enfermedad del antro-
rio, como ·maya,. Mientras en otras formas del budismo (hina- pocentrismo en todas sus formas idealistas, materialistas, tecno-
yana) el Uno (neoplatónico), en Oriente el nirvana, seguía sien- lógicas o existencialistas, y:para actuar de forma verdaderamen-
do el contenido de la .apetecible experiencia de unidad por te creativa en el mundo 11 • Como en Hegel, se hace saltar aquí
medio de la cual se pretendía poder escapar a la rueda eterna el principio de no contradicción, ciertamente en otra dirección,
de la reencarnación, al samsara, el budismo zen radicaliza la pues en Nishitani tiene lugar una ,penetración· a través de todo
aniquilación en la ,nada absoluta . s, en la cual la experiencia de pensamiento en la nada absoluta, mientras Hegel conduce al
la ,contradicción entre más allá y más acá (queda) superada·6• nous que gira en torno al absoluto a una espiral ascendente
Con ello, samsara y nirvana, pese a su penúltima contradicción, que, llegada a la comprensión suprema, puede afirmar: ,La ver-
acaban siendo idénticos en última instancia, lo cual desde luego dad es la totalidad,. La identidad budista de lo no idéntico cier-
presupone una cierta posibilidad de experimentar esta ,identi- tamente se deja verificar una vez más, de tal manera que, en
dad de identidad y no identidad· (por usar una expresión de lugar de la recíproca aniquilación de lo absoluto y lo relativo
Hegel), y en Nishitani, además, queda también confirmada en dominaría la representación de que ambos tendrían la misma
este principio básico: ·La única realidad real es la experiencia nada por fundamento. La oposición existente -desde el punto
pura•'. A partir de aquí, Nishitani socava las afirmaciones cris- de vista cristiano- entre Dios y e l mundo quedaría así relativi-
tianas: primeramente, que las cosas son creadas por Dios de la zada, y deberíamos formularla así, con Masao Abe: ,El funda-
nada (únicamente necesitan recordar esta su nada para perca- mento de nuestra existencia es la nada, sunyata ... Ésta es lo bas-
tarse de su verdad) y, por tanto, se distinguen absolutamente de tante profunda para abarcar al mismo Dios, 'objeto' de la unión
Dios; encontrarse con la propia nada ,significa encontrar en mística e igualmente objeto de la fe. Pues sunyata no es la nada
Dios la negatividad absoluta que se hace manifiesta en el hecho de la que Dios ha creado todo, sino la nada de la que el mismo
de que Dios no es lo creado y lo creado no puede s.e r Dios..l:!; Dios surgió· 12 •
en segundo lugar, también la aplicación de esta comprensión a Esta recíproca y doble aniquilación en el zen es probable-
la persona finita, que ·es considerada modo supremo del ser mente el mayor alejamiento que cabe respecto a lo que signifi-
humano, 'detrás' de la cual no hay nada·; pero persona signifi-
ca máscara, de hecho es •Una máscara de la nada absoluta•9. Y, II Cfr., de::! autor, ·Bibel und negative Theologie•, en \Y/. Strolz (ed.),
finalmente, el autodesposeimiento de Cristo, del que habla Sei11 u11d Nicbts in cler abe11d/andiscben Mystik, Herder, 1984, 22.
Pablo, en realidad habla de ·un vaciarse en sí mismo, y por 1~ Citado en H. Waldenfels, Absolutes Nicbts, nota ; , 114. En Occidente

tanto hacerse siervo, de kénosis· 1º. El budismo de Nishitani está hay en ocasiones formulaciones que se acercan al radicalismo de esta
doble negación. Un texto gnóstico puede llegar a decir: ·Así h izo tambi¿n
s H. Waldenfels, Absolutes Nicbts, Herder, 1976. el Dios inexistente un mundo inexistente a partir de lo inc::xistente,
6 !bid., 129. (Hipúlito, Refut. VI, 21 , 3, cfr. H. Jonas, Gnosis und sp(llallliker Geisr I, 87).
1 Citado en H. Waldenfels (ed.), Begeg1Zung mit dem Zen-Buddbismus, En favor de Proclo se puede decir: ·El desarrollo del principio ;Lo uno es
Düsseldorf, 1980, 71. la nada" ha dejado claro el hecho de que lo ·otro· del uno ... c::s 'el no-ser
s Kaji Nishitani, WC/s ist Religion?, lnsel, Frnnkfurt, 1982, 88. del uno·, es decir, q ue d existente debe s u ser uno, que al mismo tic::mpo
? !bid., 133-13;. El error de Descartes fue únicamente d no haber i::s la nada respecto al origen, precisamente a la absoluta ... nulidad del
sometido tambi¿n el yo pensante a la ·duda metódica•. !bid., 62ss. uno,: \Y/. Beierwaltes, Proklos, Gn.mdzüge sei11er Mewpbysik, Klostermann,
IO !bid., 72. Frankfurt, 196;, 3;2.

92 93
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

ca la búsqueda del hombre bíblico. En Oriente, la búsqueda del Hay pensadores cristianos que se han hecho eco de esta diver-
Dios vivo se convierte en una técnica para encontrar algo que sidad entre Dios y la criatura afirmada por Filón, diversidad que
está más allá de toda búsqueda. En la . gran iluminación, la ver- se revela cada vez más profundamente en la búsqueda; pero
dad se hace presente como experiencia; se ha encontrado la para ello ·no pueden apoyarse en la revelación bíblica 16.
nada, no es preciso seguir buscando. En Occidente sigue vivo El lugar primordial de la teología (filosófica) negativa sigue
algo del patbos de la búsqueda permanente: Platón habla explí- siendo la búsqueda extrabíblica de Dios por parte del hombre,
citamente en muchos lugares de la necesidad y del valor de la del hombre que, harto de su búsqueda que nunca llega a ténni-
búsqueda. Aristóteles pide que se busque continuamente la no, o se refugia en un sistema (también el zen lo es) o en un
esencia del ser. Pero, cuanto más se desarrolla la filosofía, tanto agnosticismo resignado que se prolonga con negaciones, mien-
más se ve impulsada al sistema, hasta que en Plotino el espíritu tras que ya ha abandonado la búsqueda. Esta teología negativa
en verdad siempre móvil, en búsqueda del Uno, desemboca en primordial constituye el bastión más fuerte contra el cristianismo.
la mencionada dialéctica entre experiencia mística y especula-
ción mistagógica, con el paradójico resultado de que lo uno en
el primer caso coincide con la verdad tocada (como en el prin- 2. La búsqueda de Dios a la luz de la Biblia
cipio fundamental de Nishitani), mientras en el segundo perma-
nece como lo indecible, inaccesible a concepto alguno, que en Todo el sentido de la teología negativa se modifica radical-
última instancia es en sí mismo lo inconsciente impersonal. mente tan pronto como entramos en el ámbito bíblico. Se alte-
Es una paradoja que el judío Filón equipare este ente supe- ra en dos fo rmas. Primeramente, lo que en la búsqueda no bíbli-
rior (de Platón), que se escapa a todo pensamiento, con el Dios ca del fundamento último casi necesariamente se puede deducir
vivo de Israel, que se niega a dar su nombre a Moisés, o bien como algo exento de las limitaciones de lo personal, o alcanza-
se define como el ser en absoluto 13, con lo cual ,se retrae siem- ble en momentos extáticos, aparece de repente con toda la
pre· ante quien pretende darle caza ·Y se escapa de quien lo pujanza de una libertad espiritual, como el Dios uno que ya
persigue poniendo por medio una distancia infinita, de modo
que necesariamente ... hasta el más móvil de todos, el espíritu,
debe quedarse atrás, a distancias infinitas respecto a la capta- ,e, Clt::mente de Alej:mdrí:.l presenta esta fórmula, todavía interpretable
cristian:imente: ·Cuando nos acercamos :1 Dios, conocemos, no lo que es,
ción del fundamento originario· 1 ~. Por tanto, Filón fue el prime-
sino lo qu<:: no es· (Strom. V, 71, 3 y 5). A Gregario de Nisa se le escap:t
ro en formular explícitamente que Dios es ,inconcebible, 1;. Lo una vez l:t expresión de la · bellez:1 desesperada· de Dios, que es imposi-
que aquí se sacrifica es esa cercanía de Dios al hombre, esa ble alcanzar o expresar (111 Caw., h. 12; PG 44, 1037C). Dionisia va en la
hasta afinidad entre ambos, de la que había hablado el discur- misma dirección cuando dice que los símbolos más desemejantes respec-
so en el Areópago para fundamentar el sentido de la búsqueda. to a Dios son m:'ls apropiados p:1r:1 aludir a e::! (como el Totalmente O tro)
(Cae!. Hler. 2, 3; PG 3, 141A). Kierkegaard piensa qu<::, cuanto más nos
acerc:imos a Dios, rnnco m:.ís profund:tmente experimentamos ·la infinitud
H. A. Wolfson ha recordado que Juan Escoto Eriúgena ha expl icado la de la distancia· (TagebücberXI A, 48 y 679; XII A, 320). Quien sin duda va
creación dd mundo de la nada de modo que esra ·n:ida· es Dios mismo, más lejos <::n este sentido es Erich Przywara, quien construye su doctrina
el cual, por consiguiente, hizo surgir el mundo de sí mismo por em:inación de la analogía sobre:: la ·malor dissimllitudo, (del Lateranense IV, DS 800)
(De diu. Nat. IlI, 5; PL 122, 64513). Intenta demostrar (de un:1 manera no de t:il m:inc::ra que Dios y la criatur:i se comportan como ,a/lo pros al/o,
plenamente convincente) que tambie::n Gregorio de Nisa h:t dicho lo (presuntamente según Aristóteles, Mer. 4, 6, 1016 I3 34-35), de modo que::
mismo: Sr11dies in tbe Hisrory of Pbilosopby mu/ Religion I, Harvard Univ. en todo posible :1cerc:1miento (· in tallla si111ilir1.tdi11e·, pero el ·lmlfa· no
Pn::ss, Cambridge, Mass., 1973, 199-206. Cfr. cambie::n d siguiente ensayo: está en d texto del concilio) salta la desc::mejanza cada vez mayor. El -pros·
,The Meaning of ex ni/Ji/o in the Church F:tthers, Arabic and Hebrew se entiende en última instancia como un ·contra•. Es dificil entender cómo
Philosophy, and St. Thomas·, ibid., 207-221. haya de ser posible:: un:1 cristología sobre la base d<:: una comprensión :isí
1; De muratio11e nominum 11. de la :in:ilogía. Para la crítica a esta opinión, cfr. L. B. Puntd, A1wlogie wul
i< De posten·rate Caini 18-19. Gescbicbrlicbkeit I, Friburgo, 1969, )' G. de Schrijver, Le men:ei!!eux accord
is Quod Deus sit immutabilis 62. de f'bomme et de Dieu etc., Lov;lina, University Press, 1983, 260-281.

94 95
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

desde e l principio ha encontrado al hombre en búsqueda y le <lamenta!, impo1tante para nosotros, es que la realidad básica del
interpela desde ahora con su gracia y su exigencia. Con ello se h?mbre que sustenta todo esfuerzo intelectual consciente (por
pone rápido fin a toda sistemática, lo mismo que a toda resig- e!emplo, respecto a las ·pruebas de la existencia de Dios,) con-
nación. En el puesto de una inmersión realizada de forma metó- s1~te en un _-posicionamiento• o ·afirmación· (affinnation) de
dica aparece una adoración que escapa a todo método; en lugar Dios que exige y a la vez supera codas las subsi<Tuientes neoa-
de acercamientos y ascensiones sistemáticos, una obediencia ciones posibles,_ e incluso necesarias, porque lo q~e es signifi~a-
sencilla, prestada con amor al Dios q ue exige graciosamente: do por ellas esca ya desde siempre (como em inencia) más allá.
Abrahán se convierte en el modelo de ambas cosas. ·Si no ~xistier~ una determinada idea de Dios - no objetiva-
La segunda forma de cambio que se produce es igualmente d_a, t~davia no vista, no consciente aunque presente a la con-
importante. El hombre encontrado y requerido por Dios en c1enc1a Y, por decirlo de una vez, no concebida- anterior a todos
modo alguno se convierte por ello en un sosegado descubridor nue_s:ros _conceptos y siempre presente en todos .ellos, todas las
de Dios, sino en buscador de Dios en un sentido completamen- punf1cac1ones a qu_e sometemos esos conceptos para pensar
te nuevo y mucho más intenso. Ninguna palabra tocante a la correctamente en Dios de nada nos servirían, en fin de cuentas,
relación del hombre con Dios resuena de forma tan incontenible como no fu era para negarlo todo y llegar así a la nada. Después
a lo largo de todo el Antiguo Testamento, en cientos de repeti- de la fase de negación hablar de una fase de 'excelencia' 0 de
ciones y variaciones, como la de ·quaerei-e Dominum,,. Es como 'eminencia'
.
sería una triste broma. Porque la fase de ne(Tación
o •
si el rayo de la gracia, que ha alca nzado lo más profundo e ínti- c?nsc1:nteme1:t~ pasada, habría acabado con todo en el espíritu,
mo del hombre, primeramente hubiera puesto de manifiesto sm de¡ar subsistir cosa alguna. Todos los nombres formados en
toda la realidad de su esencia en cuanto naturaleza creada. tal caso c~n el prefijo ~~bre no serían más que psitaquismo, pura
Romano Guardini pudo haber encontrado aquí algo decisivo, logomaquia o vuelta disimulada a la primera afinnación, tal como
cuando dice que, no sólo existe ·naturaleza· y ·gracia· sobrena- era antes de cualquier crítica ... Es que, siendo anterior a todos
tural, sino una tercera esfera: las profundidades de la naturaleza, nuestros con~eptos, aunque objetivamente no captable fuera de
que sólo resultan visibles cuando son alcanzadas por la luz de la ellos, Y. a:ite:i?r a todos nuestros razonamientos, aunque lógica-
gracia. ·Hay realidades que de por sí pertenecen al 'mundo', a la mente m¡ust1f1cable sin ellos, insp iradora, motora y justificadora
totalidad de la existencia inmediata, y, por tanto, se deberían de unos Y otros, la idea de Dios está en nosotros, misteriosa-
poder captar mediante una experiencia esclarecida y ahondada, mente, desde el principio ... La idea de Dios preside a todas nues-
pero que de hecho sólo se captan cuando quedan trascendidas tras negaciones lo mismo que a todas nuestras críticas, algo así
por las realidades correspondientes de la revelación• 1 • Esto es como la palabra que andamos buscando y que conocemos sin
válido de forma eminente respecto a la ordenación incondicio- que acabe de presentarse al espíritu. En la misma ne<>ación
0
la
nada, existente en la condición creada como tal, hacia su meta, afirmación triunfa, y la crítica es una consolación.4. '

que también era y es su origen2• Tras Blondel y Maréchal, ha sido De este modo se encuentra la fórmula bíblica: en la afirma-
Henri de Lubac quien ha inculcado esto de nuevo a la teología ción ori~inar~a est_á de_ antemano la conciencia de q ue lo bus-
cristiana, con clarividencia y largas disputas3. La afim1ación fu n- cado ~:ta •mas alla· (via eminentiae), y por eso el trabajo de la
negac1on ~e todo lo finito, definible, no divino (vía negativa) se
I Welt und Person, Werkbund, Würzburg, 1952, 67. acomete solo para tender sin desconcertarse hacia lo buscado.
2 El agustiniano y tomista ·desiderium 1zaturc1/e 1:idelleli Dewn, no
tiene necesidad de ningún ·existencial sobrenatural· p;1ra qL1edar ordenado
a esta meta última, sino más bien, como mostró precisam<::nte Guardini, de '.i~rmente en Surnaturel, Etueles Hístoriques, Aubier, París, 1946, obra que
una iluminación sobrenatural de la naturaleza, para llegar a ser percibido a su v_ez e~ defendida contra lo~ ataques en otras dos obras, Augustinisme
en toda su profundidad, pureza y perentoriedad. et n:eolo~ie mode,_·ne y le M;;,·stere elu Surnaturel, Aubier, París, 1965.
.l Por primera vez en De fa Cowzaissance ele Dieu, Lyon, 1941, amplia- '.º' los cammos de Dzos, 37-38. Sobre el significa do positivo de la
da y defendida contra las objeciones mediante numerosos testimonios de negación patrística, cfr. tambi~n G. L. Prestige, Dieu daizs fa pensée patris-
la tradición en Por los caminos ele Dios, Ed. Encuentro, Madrid, 1993, y ante- tique, París, 1955.

96 97
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

Precisamente a este movimiento de búsqueda estimula con- bre. Se entiende, por eso, la razón por la que los Padres de la
tinuamente la Escritura. Seleccionamos sólo unos pocos textos Iglesia habrían intentado apropiarse la teología negativa del
entre una infinidad de ellos: ·Alegraos los oprimidos que bus- ámbito extrabíblico en muy amplia medida, unas veces radicali-
cáis al Señor, y vivirá vuestro corazón· (Sal 83,17), ·Alabad su zándola más que debilitándola, otras veces sin escapar tampoco
santo nombre, los que buscáis al Señor, que se alegren vuestr.os del todo a sus peligros; pero todo ello con un espíritu total-
corazones, (Sal 105,3), ·Buscad siempre su rostro· (Sal 105,4). ,mente diferente del de la filosofía pagana, porque parten siem-
·Dad gracias al Señor y buscadle con sencillez de corazón· pre de la afirmación originaria que sostiene toda negación y de
(Sb 1,1). ·Por la noche busco en mi lecho al que mi alma ama· su igualmente originaria eminencia que va más allá de todas las
(Ct 3,1) .•Buscadme y viviréis.. (Am 5,4). ·Escuchadme, los que negaciones.
buscáis a Yahvé· (Is 51,1), ·Buscad a Yahvé mientras se le
encuentra, invocadlo mientras está cerca" (Is 55,6). De los des-
terrados: · Andarán llorando su camino y buscarán a Yalwé, su 3. Sobre la 1·ecepción eclesial de la teología negativa
Dios" (Jr 50,4). A menudo se habla, en relación con esta bús-
queda, de un dejarse encontrar por parte de Dios (p. ej. Dt 4,29; Ya el hecho de que el hombre según la Biblia sea imagen de
Jr 29,13; 2 Cro 15,2), ·pues Dios se deja encontrar por aquelos Dios, de que Dios haya impreso su sello en la esencia más
que no le ponen a prueba y se manifiesta a los que no descon- honda del hombre, de que esta imagen haya sido restaurada y
fían de él· (Sb 1,2). Pero este ·encontrar· nunca es un llegar defi- orientada según su modelo en Jesucristo, impide que la posición
nitivo y no dispensa de nuevas partidas. El doble ritmo sigue originaria de Dios en e l hombre sea afectada por ninguna nega-
resonando en la Nueva Alianza: ·Buscad y hallaréis, quien busca ción posterior. ·Dios", dice Blondel, -es una certeza inmediata,
encuentra· (Le 11,9s. y par.). Ciertamente, aquí se va haciendo sin la que nada sería cierto, una iluminación originaria, un len-
explícito de un modo cada vez más intenso el buscar falso, guaje que se conoce sin [haberlo) aprendido, 1 • Y por eso, según
pecaminoso: el buscar prodigios y signos -en lugar de buscar Gregorio de Nisa, hay en la esencia del hombre una trascen-
el Reino de Dios (Mt 6,33)- y, finalmente, en Juan, casi exclu- dencia que es la más originaria de todas, una autosuperación
sivamente la búsqueda de la propia gloria, la búsqueda de Jesús hacia lo infinito, pues el ser imagen remite por sí mismo a un
para prenderlos. modelo inalcanzable2 • Gregorio tiene por tan esencial este reco-
En la Biblia, la búsqueda de Dios tiene lugar dentro del rrido hasta Dios y adentro de Dios, que (como por lo demás ya
ámbito de la alianza ofrecida y realizada por Dios con Israel; Ireneo)3 lo hace proseguir por toda la eternidad, sin que esto
después, en Cristo con la Iglesia, que representa a la humani- impida una bienaventuranza en Dios~. Y Juan Damasceno repi-
dad. Es el ser encontrado por Dios, que impone al aconteci- te también: ·No hay ningún mortal al que no le haya sido natu-
miento central para el creyente la crítica y la reserva respecto a ralmente inculcado (por Dios) el conocer la existencia de Dios,s.
todo lo que podría relativizar esta alianza o reducir la realidad Con tales afirmaciones ciertamente no se pretende sugerir nin-
del Dios vivo a una especie de concepto abarcable por el hom- gún ontologismo ni intimismo, sino únicamente lo que quiere
decir Tomás en su famoso axioma: ·omnia naturaliter appetunt
s Es significativo que el libro de la Sabiduría también conceda en prin-
1
cipio a los paganos la búsqueda de Dios, aun cuando ésta siga en ellos L'Action, 1893, 352.
caminos falsos y degenere en el culto de los astros: ·Con todo, no mere- 2 Cfr. E. Mühlenberg, Die Unerzdlicbkeit Gottes bei Gregor 1:on Nyssa,
cen éstos tan gr:ive reprensión, pues tal vez camin:in desorientados bus- Gotinga, 1966.
cando a Dios y queriéndole hallar· (Sb 13,6). Con est:i const:1taci6n conec- 3 Adv. Haer. II, 28, 3 (PG 7, 805s.).
tan, tanto el discurso de Pablo en el Areópago (Hch 17), como d comienzo • Textos en mi Présence et Pensée, Beauchesne, 1941, 67-S0,123ss. ·Se
de la c:irta a los Romanos, donde se reprocha a los pecadores e l que, en nos promete un:1 felicidad que supera nuestros deseos, un don que es
lugar de deducir a partir de las obras divinas el poder y la gloria eternos mayor que nuestra esperanza· (PG 16, 152c); cfr. In Cant., h . 4 (PG 44,
e invisibles de Dios, hayan ·aprisionado la verdad en la inju:-.ticia· (Rm 1,18- 852A-853A etc.).
20) de forma injustificable. s Deji"de ortb. I, 1 (PG 94, 790).

98 99
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

Deum implicite, non autem explicite• (De Ver. 22, 2 c), -omnia atributos que le adscribimos se nos escapa. Y a este respecto
appetendo proprias perfectiones, appetunt ipsum Deum· (S. Tb. debemos radicalizar la afirmación -como lo hace el mismo
I , 6, 1 ad 2). Tomás siguiendo a Dionisia- de que nunca podemos expresar
El hecho de que ningún concepto alcanza a un conocimien- el ser de Dios de la manera en que lo conocemos y entende-
to explícito de Dios es opinión constante del gran maestro. Al mos. De ahí el intento de definir a Dios como la ·nada·, la ,nada
contrario que Platón, para quien es difícil concebir a Dios, e eterna.. (como dicen Eckhart y otros místicos); ,se puede decir,
imposible expresarlo6, Gregario Nacianceno declara que es sin duda, ... que los nombres que damos a Dios, y en primer
. ciertamente imposible expresar (lo que Dios es), pero todavía lugar el nomhre de 'Ser', nos lo representan de algún modo,
más imposible concebirlo•;. La frase aceptada por los griegos, ·si aunque muy imperfectamente . , pues él es a modo de un ·océa-
comprehendis, non est Deus!·s, pasa de Agustín a la Edad no sin riberas• 1'. ,Después que hemos negado todo lo finito que
Media. Pues ,lo que se comprende a través de la ciencia está conocemos de Dios, en nuestro entendimiento sólo queda el
limitado por la capacidad de comprensión del que conoce-9 . ·La hecho de que es, nada más; y así se encuentra en una situación
excelsa elevación de Dios supera, no sólo nuestro hablar, sino de cierto apu ro. Pero al final despojamos a Dios también del ser
también nuestro pensar. Una parte no pequeña de nuestro mismo tal y como se encuentra en las criaturas, con lo cual el
entendimiento consiste, más que en poder saber lo que es Dios, entendimiento se queda en la oscuridad del desconocimiento, y
en saber lo que no es· 1º. en este no saber, que corresponde a nuestro estado de peregri-
Esta distinción entre la existencia cognoscible (a,i sit) y la nos, somos unidos a Dios del modo mejor, como dice Dionisia;
esencia inco('Jnoscible (quid sit) de Dios atraviesa de forma per- y ésta, pues, es también la oscuridad en la que se dice que Dios
o
sistente la época patrística y la Edad Media. Pero, en 1a mayona

habita, 1s. ·Así quedamos vinculados a él como a lo desconocido,
de los casos, se formula de tal modo que, cuando hemos exclui- por decirlo así. 16. Persiste la ,exuberancia· (excedens) y con ello
do todo ,qué· expresable de Dios, lo conocemos mejor que ·el desconocimiento•, y entender esta exuberancia, o, lo que es
antes: ·Deus qui melius nesciendo scitur· 11 • Tomás lo explica así: lo mismo, saber que no podemos conocer a Dios, es lo más a
..El supremo saber humano sobre Dios consiste en saber que no lo que puede llegar el conocimiento humano de Dios 1;. Todos
conocemos a Dios, pues la esencia de Dios supera (excedeiis) los conceptos, todos los nombres que damos a Dios sólo pue-
todo lo que entendemos de él, 12 • Ahora bien, Tomás sabe, natu- den ser referencias, sin duda imprescindibles, para dirigir el
ralmente, que no puede haber ningún conocimiento puro de la pensamiento hacia Dios ...Tienen el poder de significar a Dios
existencia de un ser sin que al menos se conozca algo de su en verdad, y, no obstante, no nos es dado, hablando en pro-
esencial3; sin embargo, habrá que pensar que el ,cómo . de los piedad, captar a Dios en ninguno de ellos ... Sin ellos [concep-
tos, argumentos, pruebas], la operación fundamental del espíri-
<, Timaios 28 c.
tu no podría objetivarse y 'tomar cuerpo' .. . Estos diversos
7 Discurso 28 (2º teol6gico) 4 (l'G 36, 29C). argumentos, contemplados en su formulación objetiva y parti-
s Sermo 52, 16 (PL 38, 360). Y continúa: ·Si comprehendere potuisti, cular, nunca hacen sino expresar racionalmente, cada uno a su
aliud pro Deo comprehendisti. Si quasi comprehendere potuisti, cogitatio-
ne tua te decepisti·, Sermo 117, 5 (PL 38, 663).
9 Agustín, De Civ. Dei XII, 18 (PL 41, 368). 14 H. de Lubac, Por los caminos de Dios, o. c., 103.
10 Sermones, Morin, Roma, 1930, 47. is Gregorio Nacianceno, Discurso 45, 3 (PG 36, 623C), repetido en Juan
II Agustín, De Ordine II, 16 (PL 32, 1015). . . D:imasceno, De Fid. ortbod. I, 9 (PG 94, 833) y finalmente por Tomás: ·Hoc
12 De Pot. 7, 5 ad 14. Pero en el corpus se dice: ·lntellc::ctus negat1onis nomen 'quid est'... non significat quid est Deus, sed significat quoddam
semper fundatur in aliqua affirmacione ... Nisi intellectus humanus aliquid pdagus substantiae infinitum·, In I Selll., d. 8 q. 1 a. 1 ad 4. De la misma
de Deo affirmative cognosceret, nihil de Deo posset m:gare•. oscuridad h abla Tom{ls varias veces más (C. Cent. III, 49, pero con refe-
1.1 In Boetb. de T11n. 1, 2 e y ad 2; además 6, 13. ·In Deo idem est quid rencia a Dionisio, hz I Tim. 4, Ieee. 3 in fine).
est et esse, ut dicit I3oethius et Dionysius, et idem est an ese et quid ese, ut 1G S. 77J. I q . 12 a. 13 ad l.
dicit Avicenna•: De Ver. X, 12 c. 17 De Pot., q. 7 a. 5.

100 101
Posibilidad d<:: l:i cristología ¿Teología negativa?

modo, el movimiento esencial del espíritu· 18• Pero tampoco Aquino, que para la visión de Dios que se puede dar en el cielo
debemos imaginarnos que nuestras negaciones de Dios com- acepta la pérdida de una species impressa, a la que reemplaza la
prendan más adecuadamente a Dios que nuestras afirmaciones; esencia misma de Dios: Dios es contemplado a través de Dios25.
es verdad que Dionisio pone a las primeras en principio por Sin embargo, para juzgar correctamente la totalidad del uso
encima de las segundas19, pero al final se ve obligado a supri- que ha hecho el cristianismo de la teología negativa, por eleva-
mir una vez más lo que hay de positivo en las negaciones. ·No do que haya sido dicho uso, habremos de situarlo en un con-
se puede creer que las negaciones se contraponen a las afirma- texto más amplio. Ante todo se puede considerar como la debi-
ciones, sino más bien que (la causa suprema) está muy por enci- da respuesta a los racionalismos de los gnósticos (que
ma de todas las negaciones, ella, que se encuentra sobre toda pretenden que conocen a Dios y ,pueden abrirlo como un
sustracción y posición..20• No hay aquí, según la intención, nin- libro· : Ireneo) y de los arrianos como Eunomio (que creía poder
guna supresión del principio de contradicción21 , sino que todas encerrar a Dios Padre en un único concepto - ingénito- , cosa
las supresiones ,tienden a una afirmación que lo supera todo· 22• que Gregorio de Nisa estigmatiza como idolatría de conceptos
Veremos aún que esta forma de teología en última instancia humanos)26• Pero esto es sólo el primer plano. El contexto más
tiende a lo litúrgico-hímnico, a la adoración pura. amplio es la certeza cristiana de haber sido ya desde siempre
Pero no se puede silenciar que la teología negativa en la uti- encontrados por el Dios de la revelación. Sólo en el marco de
lización cristiana, como se ha indicado ya, experimenta incluso esta certeza cobra sentido, con su incrementada intensidad, el
un incremento respecto a la no cristiana. Por varias razones. En ,quaerere Deum· de los Salmos o de Agustín. En última instan-
primer lugar, esta última de algún modo siempre piensa ema- cia, no es tanto una búsqueda, cuanto un volverse a Aquel que
nativamente: del Uno, que por definición es imparticipable aguarda la conversión del hombre: dicha búsqueda ·es, en su
(Plotino, Proclo), surge incomprensiblemente Otro que tiene primer instante lógico, una recepción, una apertura sustancial,
parte en él. Pero ya en el ámbito bíblico de la Antigua Alianza una acogida; por .consiguiente, una pasividad primera .. . Nuestra
se ahonda el abismo entre Dios y la criatura debido a la liber- inteligencia no capta al Absoluto - tal captación sería siempre
tad absoluta del Creador. Y, en segundo lugar, esto tiene su ahstracta-, sin haber sido captada por Él·2;. Máximo el
repercusión (como Josef Pieper ha demostrado) en el conoci- Confesor lo dice así: ·En ningún caso se puede alargar el alma
miento de la realidad intramundana misma. Pues la verdadera hasta el conocimiento de Dios, si Dios no se abaja primero hasta
idea de ésta, con la que se mide todo lo que existe, se encuen- ella para elevarla hasta él. Pues el espíritu humano nunca ten-
tra únicamente en Dios, y esta relación entre la cosa y su ver- dría la fuerza suficiente para correr con el fin de captar algo de
dadera idea no es accesible a ningún entendimiento creado23. la luz divina si Dios no lo atrajera hacia sí·2S. En la búsqueda,
Para llegar a la meta siempre negada, al conocimiento de Dios pues, queda oculto el hecho de ser superado desde siempre por
le quedan dos caminos: el de Buenaventura, con su ·excessus· Dios: ·Así pues, sucumba (succumbat) la debilidad humana ante
de amor más allá de todo conocimiento24 , y el de Tomás de la gloria de Dios y considérese siempre, donde quiera explicar
las obras de su misericordia, como inadecuada a ellas ..29.
1s H. de Lubac, o. c., 102.
19 Teología mística 3 (PG 3, 10320-1033A), De Dio. Nom. 13, 3 (PG 3,
2s ·Oportet, si Dei essentia videatur ut sic, in tali visione, divina essen-
980D-981I3).
20 Teol. mfst. 2 (PG 3, lOOOB). ti:i sic et quodvidetur et quo videtur·: C. Gent. III, 51. Sobre la historia ante-
2 1 Como dice el comentarista Pachym<::res (PG 3, 102013). rior, hasta Alberto: Nikolaus Wicki, Die Lebre 1:01z cler bimmliscben Seligkeit
22 J. Hochstaffl, o. c., 136. ·Una afirmación de Dios elevada a lo incon- der mittelalterlicben Scbolastik von Petrus lombardus bis 71,omas vo1z
mensurable en su 'ser en sí y para sí· que surge de 1::l,, 137. Aqui11, Univ. Verlag, Friburgo, 1954.
26 Textos eri Hochstaffl, o. c., llS, nota.
2j Josef Pieper, Pbilosopbia Hegatii·a, Kosel, Munich, 1953. 13-45. Cfr.

del mismo autor, Das negaliw Element f11 der Welransicbt des 71,omas con :r. H. de Lubac, o. c., 104.
Aquin, Kosel, Munich, 1963. 21< Capita tbeologica et oecumenica, P Centuria 25 (PG 90, 1093-1096).
2• A propósito de esto, cfr. Gloria 2, 1962, 308s. ~~ León Magno, Sermo 29, 1 (PL 54, 226).

102 103
Posibilidad de la cristologí:1 ¿T~ología negativa?

Pero ¿queda resuelto el problema con esta afirmación? ¿No se llo que en otro lugar3° hemos denominado compa1·ativo joánico;
debe preguntar cómo se presenta frente a la sencillez del once veces en los evangelios y en las cartas se hace referencia,
Evangelio el poderoso organismo de la teología negativa, tal y por encima del superlativo imaginable para el hombre, a algo
como fue definitivamente elaborado por Dionisio, el discípulo siempre mayor. Al Natanael que capitula (·Tú eres el Rey de
de Proclo, y comentado a fondo una y otra vez en la Edad Israel,) se le responde: ·¡Verás cosas mucho más grandes!· (1,50);
Media de occidente? ¿Se puede encontrar a partir de ella un a los discípulos se les prometen ,obras mayores,, y el Padre da
camino de vuelta a una teología de la e ncamación de Dios, de en favor de Jesús un •testimonio mayor, que cualquier testimo-
la explicación del Padre mediante el Hijo? No en vano, aunque nio humano. Todo lo que no se aviene a este comparativo per-
quizá injustamente, Dionisio fue sospechoso de monofisismo. tenece a los habituales superlativos del mundo; este comparati-
Los teologúmena derivados de una búsqueda pagana de un vo los supera, está abierto a lo inalcanzablemente mayor. Sólo se
Dios sin lenguaje, y por tanto inexpresable, ¿no deberían adop- le puede comparar el patbos del ,magfs. ignaciano. Supera hasta
tar otras formas en las que expresaran una superación siempre al mismo Hijo hecho hombre: ,El Padre es mayor que yo, (Jn
nueva del hombre creyente por parte del Dios siempre más 14,28). Las cartas paulinas conocen a su manera esta superación
grande que se revela en Cristo? Lo que en el ámbito cristiano interminable dentro de la revelación · hecha pública por Dios.
debe corresponder a la teología negativa pagana, por canto, ¿no Frente a todo don definible de la gracia, a los ,más grandes, de
debería ser formulado más adecuadamente a partir del Nuevo los cuales hay que aspirar, Pablo muestra un -camino que los
Testamento y del encuentro con la Palabra encarnada? supera a todos, (1 Cor 12,31), el del amor, .que primordialmente
Ya hemos indicado brevemente la ,teología negativa, ele- es el amor ejemplar de Dios manifestado en Cristo; la corres-
mental que se encuentra en la cruz, y más adelante volveremos pondencia a dicho amor significa siempre para los cristianos
con mayor detalle sobre ella. Quedémonos por el momento con ·Camino·, nunca ·haber llegado a la meta, (1 Cor 13). El apóstol
las palabras de Jesús y del apóstol. ¿Qué significa el logion se presenta a sí mismo en el camino de Cristo --configurado con
,Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre su muerte, para llegar si es posible a la resurrección-, como
sino el Hijo y aquel a quien el Hijo decida revelárselo· (Me uno (ya llamado y acogido por Dios) que corre hacia la meta que
11,27), sino un primado de la revelación si se quiere que todo no se figura haber alcanzado (Flp 3,10-14). Eri cuanto ya recibi-
conocimiento y, con ello, todo movimiento de búsqueda hacia da, la paz, que Dios infunde en los corazones de los creyentes,
el verdadero Dios tenga éxito? Por eso Lucas añade aquí la pala- ,supera cualquier razonamiento• (Flp 4,7). Y lo que los efesios
bra que Jesús dirige a sus discípulos: ·Dichosos los ojos que ven deben ,comprender, es el ,amor de Cristo que supera todo cono-
lo que vosotros veis· (Le 10,24). Y del -sucumbir· de la fe ante cimiento· (Ef 3,19), donde el conocimiento al que se alude no es
la palabra incomprensible, excesivamente exigente, de Jesús en modo alguno el teórico, cuyas posiciones es necesario negar
puede decir e l apóstol en Juan: ,Señor, ¿a quién vamos a acudir? primero para hacerlas religiosamente sustentadoras, sino que
Tú dices palabras de vida eterna· (Jn 6,68). Pero aquí todo está más bien expresa una connaturalidad otorgada por Dios: ·Que el
asentado en la fe, para la cual las ,palabras que os he dicho son Dios de nuestro Señor Jesucristo ... os conceda un espíritu de
espíritu y vida·, y ,es el Espíritu quien da vida, y la carne no vale sabiduría y una revelación que os permita conocerlo plenamen-
nada· (6,63), aun cuando Jesús acababa de decir con amor ame- te. Que ilumine los ojos de vuestro corazón, para que conozcáis
nazador: ·Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis cuál es la esperanza a la que habéis sido llamados,... y cuál la
su sangre, no tendréis vida en vosotros, (6,53). Éste es el ,len- excelsa grandeza de su poder para con nosotros, los creyentes,
guaje duro, (6,60), humanamente incomprensible en su aparen- manifestada a través de su fuerza poderosa, (Ef 1,17-19). Las
te contradicción. Sin embargo, ante la fe (descrita en Juan en abundantes palabras compuestas de Pablo que comienzan con
todas sus gradaciones), Jesús eleva siempre más allá de sí ·hyper,, que a veces se saltan directamente (byperekperisson,
mismo lo que ya de por sí es inconcebible: -¿Os resulta difícil kat'hyperbolen, hypei-ekteinein, etc.), dicen lo mismo que inten-
aceptar esto? ¿Qué ocurriría si vieseis al Hijo del hombre subir a
donde estaba ames?, (6,61). La elevación es una forma de aque- .lO TO 2, llS-119.

104 105
Posibilidad de la cristologra ¿Teología negativa?

taba dar a entender una ·via eminentiae,. entendida en el senti- Partiendo de lo más fu ndamental, del axioma formulado por
do antes señalado, a saber, un quedar superado de antemano y Buenaventura y Tomás, de q ue lo o tro (derivado, mundano) res-
de forma inalcanzable por lo siempre mayor de la revelación de pecto a Dios presupone en Dios un Otro (originario, trinitario),
gracia de Dios. Tal superación aplastante co nvierte en superfluo un O tro que como tal es sumamente positivo, se puede deducir
el momento explícito de la negación, ya q ue dicho momento inmediatamente que quien valora lo otro del mundo como pura-
está desde el principio superado por la experiencia cristiana. mente negativo respecto a Dios, entendido como pura unidad,
Además, no hay que olvidar que Pablo, lo mismo que Juan, pien- tomará un camino radicalmente diferente del cristiano. Cuando
sa a partir del acontecimiento de la resurrección de Jesús, que Plotino hace salir del absolutamente Uno el nous, en cuanto
contradice toda lógica y experiencia terrena, donde lo anonada- otro del Uno, (nous que a su vez hace surgir de sí el mundo de
dor del ,grandioso poder de Dios . (Ef 1,19-20) se convierte en el las almas), la negatividad sólo puede mantenerla alejada del
punto de partida de toda la vida y el pensamiento cristianos; así, nous, cuyo nacimiento tiene por necesario, renunciando en últi-
éstos entran desde un principio en la esfera de prodigio y des- ma instancia a la derivación de la d iferencia; por eso sólo puede
mesura que tienen ante sí, en la que uno ya no se puede orien- postu lar ésta ,de forma apriorística y práctica a posterio ri, (en la
tar con una lógica terrena, tanto menos cuanto q ue en esta vida exigencia del retorno al Uno)1, aunque la diferencia fundamen-
y pensamiento produce al mismo tiempo su efecto, de forma tal y la alteridad, con el alejamiento del Uno (hasta llegar a la
incomprensible, la muerte y la resurrección de Jesús (1 Cor materia), se ,develan ... cada vez más claramente como la carac-
6,12s.; 2 Cor 4,8-12). terística de la negatividad..2. Pues lo absoluto no se revela en sus
Si, por tanto, al final de una teología filosófic:1 negativa se emanaciones, no pronuncia ni una palabra de creación ni de
encuentra el ..silencio . , porque las flechas de todos los concep- redención, ,permanece en sí mismo como en e l interior de un
tos y palabras caen al suelo antes de alcanzar el blanco, así tam- santuario y permanece en paz por encima de todas las cosas ...
bién al final de la teología cristiana se encuentra otro silencio: sin necesitar de ellas·'· Por tanto, para el hombre, tanto teórica
el de la adoración, a la que le falta la voz, asimismo, debido a como prácticamente, la ·jerarquía, de las emanaciones se con-
la desmesura del don. La semejanza y diferencia de estas dos vierte en absolutamente decisiva como camino hacia el Uno;
formas de silencio, más allá de todo lo decible, ha de ser ahora siguiendo sus huellas consigue llegar de la lejanía a la cercanía.
objeto de nuestra consideración. Pero este camino implica esencialmente apartamiento de lo
material, de lo sensible y finalmente (en el grado del nous) tam-
bién de lo conceptual: el ascenso se entiende al mismo tiempo
4. No-palabra y supe1pctlabra como limpieza (de la negatividad de lo material-sensible y del
concepto siempre limitado), como purificación ascética, o abs-
El hecho de que el neoplatonismo y la teología cn st1ana tracción de lo corporal, y como asimilación al ·uno mediante la
pudieron caminar juntos un largo trayecto es objetivamente
comprensible y está demostrado históricamente; pero el hecho 1 H. R. Schlette, Das Eine wzd das Andere. Studien zur Problematik der
de que estos caminos ya desde el comienzo fueron diferentes NegativittJt in der Merapbysik Plotins, Hueber, Munich, 1966, 87.
-como la oposición del concepto bíblico y no bíblico de Dios 2 !bid., 61: ,Podemos de cir, por tanto, qµe Plotino ha de seguir debifn-

permite barruntar desde el principio y como se hizo consciente donos una fundamentación de lo negativo como tal·. El autor ciertamente
para el pensamiento cristiano a lo más tardar con Nicea- ha intenta elaborar con las emanaciones de Plotino una analogía de la doctri-
n:i trinitaria cristiana (ibid., 94-95), lo cual, sin embargo, resulta imposible
tenido dos tipos de consecuencias posibles: o una transforma-
debido precisamente :il descenso ontológico de las hipóstasis plotinianas.
ción radical del camino teórico y práctico neoplatónico, o un Y si Plotino concede a las almas una libertad en el ·retorno· a l Uno, aun
pasar por alto la divergencia por parte de los cristianos -o, si cuando no puede aceptar ninguna creación, la analogía con la Trinidad
no un pasar por alto, una corrección insuficiente- , por lo cual cristiana se reduce, y esta libertad, en la diferencia entre hombre y Dios,
se ha pagado un alto precio, amargamente, en la historia de la ,no está de verdad iluminada metafisicamente•: ibid., 224.
teoría teológica y de la praxis espiritual y mística cristianas. .l Em1. V, 1, 6.

106 107
Posibilidad de la cristologfa ¿Teología negativa?

mayor simplificación posible, con lo cual el espíritu, cuanto más Está bien que los cristianos filosofen orando (como lo hacen
cerca llega del Uno, más es iluminado por su luz4. Así, el orden Agustín y Anselmo); tampoco hay que poner inconveniente
jerárquico y gradual del ser se convierte en camino mista oóoico alguno a un himno cristiano al ·Ignoto que está más allá de
.
h ac1a u
ese no que, descansando en sí mismo, sigue siendo una
<><>
todo . , un himno como el que (quizá) escribió Gregorio
no-palabras. En la filosofía de la antigüedad tardía la ascen- Nacianceno 11 • También es apropiado que los himnos acentúen
sión es a la vez teórica (dialéctica) y religiosa: así, el acto filo- el aspecto de la adoración silenciosa, como no sólo Dionisio 12 ,
sófico se convierte a la vez en un ·himno• al Uno que está sobre sino también Agustín 13 y Tomás de Aquino 14 han hecho. El ver-
t~das las_ cosas, al que todo tiende con eros platónico; dicho dadero p roblema surge allí donde el único acceso a Dios para
himno, sin duda, para honrar adecuadamente al Uno, lo mejor el hombre religioso extrabíblico es la escala de las emanaciones.
es que sea una ·himnodia· cantada ·con puro silencio... Como es sabido, el alumno de Proclo, Dionisio Areopagita, ha
. Estos tres temas: ascensión jerárquica de lo sensible a lo espi- denominado dicha escala objetivamente como ·jerarquía· (tanto
ritual y supraespiritual, silencio que corresponde a la falta de de los ángeles en el cielo, como de la Iglesia en la tierra) y la
palabra del origen y forma hímnica, se pueden documentar con ha entendido como mediación descendente de lo que se recibe
muchas variaciones a lo largo de la filosofía crnóstica oriega tar- de Dios y, para el receptor, como camino que asciende hasta el
, y romana tardía (Macrobio). El ,no-fundamento•
d 1a <> ' ""
gnóstico origen de lo comunicado. Un eco filosófico de este jerarquismo
(bytbos), que hace salir de sí como primera emanación el silen- se encuentra aún en la cuarta vía del Aquinate para probar la
cio (sigé)h, y las muchas otras denominaciones gnósticas del ori- existencia de Dios, -ex gmdibus, 1s. Pero lo que causa dificultad
gen ·inefahle· como silencio; testimonian suficientemente esta en el pensamiento cristiano no es la gradación del universo,
falta de palahra. El fundamento originario es no-palabra y debe sino la forma de ,purificación· conectada con ella en el neopla-
ser adorado por parte del hombre filosófico mediante e l silen- tonismo, donde sólo se consigue mediante una progresiva abs-
cio. Tras Plotino, es sobre todo Proclo quien habla del carácter tracción de lo material, lo corpóreo, lo sensible, lo imaginativo
hímnico de la filosofía y él mismo escribe poesías hímnicass, y, finalmente, también de lo conceptual. Prescindiendo total-
que alaban a la divinidad inefable, piden iluminación, purifica- mente de la bizantina ,espiritualidad de la escala del cielo· (Juan
ción, unificación; pero ve en la asimilación del hombre a Dios Clímaco es sólo un exponente de ella), esta doctrina espirituali-
la mejor liturgia que a éste se le puede ofrecer9. La ascensión zante de la perfección ha provocado los mayores estragos en la
hacia Dios como . oración· es el ..único himno teológico al Uno Edad Media y hasta en la época moderna (Juan de la Cruz no
a través de la negación (de todo lo demás),10. puede ser aquí una excepción). Contra la tendencia encarnato-

' Para Proclo, cfr. la descripción de esta ascensión en W!. 13<::ierwaltes, 11 Carmen 29 (PG 37, 507). Pero la autoría es discutida, la poesía tam-
Proklos, Klostermann, Frankfurt, 1965, 280-305. bic::n podría proceder de Proclo.
. s ]. Hochstaffl, o. c., 140s.: -Concepto jerárquico de la teología apofü- 12 Al comienzo de la ·Teología mística·, se habla de •tes k,ypbiomystou
t1ca·. siges gnopbon-, de la ·oscuridad escondida-iniciática del silencio· (PG 3,
6 997AB).
Exce,pta ex 77Jeodoto 29, Sources Chrc::tiennes 23, 1948, 122.
7
Cfr. sólo Ireneo, Adv. Haer. I, l; II, 2; Epifanio, Pcma,: 31, 5, 6, 6s., 13 En Agustín se conecta a menudo con el silencio lleno de veneración
9; 6~ 3s., 7; Pistis Sopbia, Car! Schmidt (ed.), en Kopt.-gnost. Scbriften I, ante el Dios del -jubilus·, un grito jubiloso que se eleva por encima de las
190), entr:ida ·Schweigen [silencio]·. Además, los muchos pasajes reunidos pal:lbras. ·Qui... de Deo, quantum homini conceditur, digne cogitare coe-
pc,r Odo Case! en De pbilosopborum graecorum si/enrio mysrico, perit, in veniat silentium ineffabili corclis voce laudandum· (Sermo 241, 7, 9;
Topdmann, G1e~en, 1919, donde el acento principal ciertamente está en PL 39, 1480). Aconseja un ·bonorificum potius silentium, (Comra
el silencio que corresponde al hombre ante la divinidad; allí mismo, tam- Adamant. 2, PL 42, 142).
bic::n textos sobre la himnología. M -Deus honoratur silentio, ... quia intellig imus nos ab ejus comprehen-
8 Proc/i Hymni, E. Vogt (ed.), \'í/iesbaden, 1957. sione defecisse· (In Boetb. de Trin. 2, 1 ad 6).
1s Cfr. nuestro comentario -Thomas und die Charismatik·, en el vol. 23
~ Pbilosopbia cbaldaica, A. Jahn (ed.), Halle, 1891, 2, 11-18.
10
In 'Panneniden, V. Cousin (ed.), París 1864, 1191, 34s. de la ed. alemana-latina de Tomás, Kerle-Pustet 1954, 253-448.

108 109
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

ria fundamental del cristianismo, una descorporalización gradual Una mirada a dos obras puede bastar aquí19 . La primera,
se convierte aquí en el modelo, no sólo para la ascesis, sino L'Exil de la Pa,·ole, del rabino estrasburgués André Neher, con
especialmente para la teoría de la mística16. Y esto, con muy el subtítulo Du silence biblique au silence d'Auschwitz20, es de
pocas excepciones, llega hasta el libro de los Ejercicios ignacia- una apasionada parcialidad. Dios ha callado ante el ho::ºr de
nos, el cual, sin embargo, no consiguió romper con eficacia sufi~ Auschwitz: pero ¿no ha callado ya desde la gran deportac1on, no
ciente la tendencia neoplatónica. Habría que remontarse a ha callado en general ya en la Biblia veterotestamentaria? ¿Tiene
Agustín, quien ciertamente estigmatiza con énfasis en las sentido trasladar al Dios de la Antigua Alianza las palabras de
·Confesiones• la ausencia de la humildad descendente de Cristo Juan -al principio ya existía la Palabra·? Antes de que ·Dios
en los neoplatónicos 17, pero, por el contrario, en su tratado de hablara· ·no existía más bien ,el caos, el abismo, la tiniebla . ?21
mística propone un esquema ascensional explícito de las visio- ·Acaso ia' historia no demuestra que, después de que ·Dios
nes corporales a las imaginativas y a las puramente espirituales, hablara· su ·s ilencio domina el destino de Israel y del mundo,
esquema que va a seguir siendo determinante para todo el tiem- de mod; que la palabra en modo alguno es lo últi~o suyo, Y
po posterior1s. La supuesta perspectiva sin imágenes de Pablo que también en tiempos del Antiguo Testamento el _silencio de
casi siempre se pone ahora claramente por encima de la del Dios pesaba más sobre el hombre que su palabra? Ciertamente,
Apocalipsis, rica en imágenes. Un exceso extremo de esta ten- Abrahán ,descubre· algo así como el diálogo con Dios, pero
dencia es la mistología eckartiana, en la cual la criatura tiene Dios sigue siendo ·metadialóg~co ..22 . Ezequiel se qt:eda mu.do
globalmente su verdad no en sí, sino en la idea divina de ella, para simbolizar el silencio de D1os23. ·Camina ante m1• se le dice
de modo que ha de deshacerse o de destruirse como un todo, a Abrahán (Gn 17,2) y a todo Israel: e l hombre con su libertad,
para, perdiéndose, encontrarse en Dios. Por eso los maestros de en cuanto pre-cursor de Dios es -enviado con anticipaci~n a
zen, con vistas a un diálogo con el cristianismo, acostumbran a sembrar para la posterior cosecha de Dios·2\ a este hombre libr~
referirse con predilección, o únicamente, a Eckhart. -no se le da ninO'ún tipo de garantía contra riesgo alguno, ni
La cuestión fundamental será pues: tras la superación de aunque sean mo~ales-25. ,No: la palabra en la Biblia no está al
todos estos caminos en-ados neoplatonizantes, ¿qué puede con- principio ni al final, en ambos extremos es sup_erada por el
traponer de válido una espiritualidad cristiana verdaderamente silencio, en el pró-logo caótico, que nunca conoc10 una palabra
encarnatoria a la pretensión de los esquemas ascensionales y que se hace existencialmente presente en la noche y la muer-
extrabíblicos? Para ello, será bueno prescindir por el momento
de fenó menos específicos místicos y de las teorías elaboradas w Merecen reseñarse, además: F. Heiler, Das Gebet, 1921\ entrada bajo
sohre ellos, y concentrarse en el fenómeno fundamental de la ·Schweigen·; J. Souilht::, -Le silence mystique·, en Reu. Ase. et Myst; C:923)
revelación. Más allá de los puntos de partida de los dialogistas, 128-146; G. Mensching, Das bc.>tlige Scbwe1gen, 1926; K. Rahner, W01te ins
p reguntamos por lo que en una religión de revelación bíblica se Scbweigen, Innsbruck, 1938; Josef Pieper, O~er das Scbweigen G~;~bes1
p ueda contraponer a lo.fascinosum, tanto del budismo como de Kéisel, Munich, 1951; H.-J. Baden, Das Scbwe1gen, Bertelsmann,_ 19)-, 1:11
la gnosis y del neoplatonismo, es decir, a la prioridad del silen- ensayo -Wort und Schweigen·, en Verbum Caro, Skfzzen z . Tbeologie,
Johannesverlag, Einsiedeln, 1960, 135-155; Philipp Wolff-Windegg, ·Symbol
cio (sige, hesychia) respecto a la palabra, su pluralidad y su und Schweigen·, en Symbolon, Jabrbucb für Symbolforscbung 3 0968) 77-
rumor. Esto no puede ser otra cosa que el desplazamiento de la 88; Georges Steiner, Langage et Silence, París, 1969. .
dimensión del silencio al interior de la palabra m isma. 20 Ed. du seuil, París, 1970. En este libro, Neher se encuentra ba~<: la
impresión del conjunto de la obra de Elie Wiesel (escrita entre l?)? Y
1968) cuya acusación apasionada contra el Dios de Israel Y sus deb1les
iG Cfr. nuestro comen tario ·Thomas und die Charismatik·, vol. 23 de la interl~cutores Abrahán y Job han tenido mucho peso en Neher (228-259).
edición alemana-latina de Tomás, 1954, 253-448. 2 1 !bid., 67.
17
Con/essiones V, 3, 5; VII, 9, 13-15; 18, 24. 22 /bid., 145, sobre Ab rahán, 122-134.
18 De Genesi ad liueram, 1, 12, 24, 50-52. Cfr. E. Korger y H. U. von
2j /bid., 23, 171-184.
Balthasar, Aurelius Augustinus, Psycbologie und Mystik, Sammlung Sigillum 2~ !bid., 272.
18, Johannesverlag, Einsiedeln, 1966, 135-155. 25 !bid., 148.

110 111
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

te. Y puesto que el silencio domina también al final, más allá de de la palabra, que . es más que el silencio,, pero ·no puede ser
la Biblia, en la zona de la inesperada extinción de la profecía, sin silencio.36. Por eso el Dios verdaderamente hablante es tam-
la Biblia que habla sigue siendo . el documento más inquietante bién un ·Deus absconditus·. En Dios, hablar y callar son uno3,,
que se sometió nunca a la reflexión humana ... ¿Se ha perdido en el hombre la palabra está encuadrada por el silencio del naci-
Dios por el camino o se ha perdido su interlocutor humano?26 miento y de la muerte3S. Y ,la palabra [del hombre) debe per-
En todo caso, Dios no ha podido explicarse. Sólo está claro el manecer en conexión con el silencio,... lo inefa ble que se
silencioso sufrimiento vicario del siervo de Dios por el mundo27, encuentra en la palabra del espíritu vincula al espíritu con el
el martirio, que sólo es válido cuando el siervo muere abando- silencio-39. Sólo así demuestra la palabra humana que tiene su
nado por Dios y por los hombres, verdaderamente ,traiciona- origen en el Logos4°. ¡Ay de los científicos que quieren iluminar
do.2s; el hombre que es remitido a su obra terrena conserva una la zona del silencio en el hombre - fisiognomía, grafología, psi-
superioridad última, tanto frente a un más allá esperado29, como cología, análisis- !, sólo descubren un hombre i·educido y lo
frente a un mesías esperado que no llega3º. Lo que queda es un reducen aún más 4 1. En el silencio se encuentra la posibilidad de
negativo-positivo ·peut-etre·, puede ser, quizá: ..penosa inseguri- resolver el contraste entre palabras que se contradicen entre sí42,
dad· (pues ·lo imposible es posible . : Auschwitz) o seguridad: sólo en él se fundamentan e l p erdón y el amor43, la oración se
. Nada es tan horrible que no pueda darse en la historia, nada hace posible como ..vinculación con el silencio superior, divi-
tan sublime que no pueda realizarse en la conciencia y en las no,44. Sólo en e l silencio se sufre45. ·El silencio es la base natu-
obras . 31• La patética obra de Neher tiene su precursor en la ral en la que llega a plenitud la sobrenaturaleza de la fe. Un
Cábala, donde los sefi1·ot sólo secundariame'n te salen del en-sof Dios se hizo hombre por amor al hombre: este acontecimiento
sin palabra, y aquí lo judío se reduce a la sige gnóstica. es tan inmenso y tan contrario a todo lo que la razón experi-
La obra cristiana de Max Picard, Die Welt des Schweigen.s32, mentó y lo que el ojo vio, que el hombre no puede responder
contiene, positivamente, múltiples pruebas de la inhabitación a él con la palabra. Un estrato de silencio se interpone como por
del silencio en la palabra; negativamente, una enérgica acusa- sí mismo entre el inmenso acontecimiento y el hombre, y en
ción contra nuestro tiempo, la de haber expulsado de la palabra este silencio se acerca el hombre a ese silencio que Dios tiene
este silencio mediante el . ruido verbal· que lo amenaza todo (de en torno a sí. En el silencio se encuentran primeramente el hom-
la manera más grave mediante la radio, la ,máquina que produ- bre y el misterio; pero la palabra que viene de este silencio es
ce el ruido verbal puro" y con ello ·destruye al hombre-)33. El originaria como la primera palabra que todavía no ha expresa-
silencio pertenece al ser y lo protege34, es un fenómeno origi- do nada: por eso está en condiciones de hablar del misterio. El
nario que no puede ser agotado por ninguna palabra y ·hace hecho de que un m isterio siempre extienda ante sí un estrato de
misteriosa toda expresión del hombre..35. Es la base permanente silencio es un signo del amor de Dios; el hombre es así exhor-
tado a tener siempre dispuesto un estrato de silencio para acer-
2G !bid., 148-149. carse al misterio . 46. Pero qu ien ha recibido originariamente la
27 !bid., 213-214.
::s !bid., 226. JG ! bid., 23.
29 !bid., 248-250. j7 !bid., 28, 71.
30 ·Le triomphe de J'homme sur le Messie·: 259. .IS !bid., 35.
JI fbfd., 258. J9 !bid., 33.
3
2
Rentsch, Zürich, 1948. L-i obra toca muchos de los temas fundamen- 'º !bid., 185.
tales de Picard, que se exponen más ampliamente en otros libros: Der 41 !bid., 103.
Menscb und das Wo11, ibid., 1955, Das Menscbengesicbr, ibid., .i1932, Die · ~ !bid., 71.
Grenzen der Pbysiognomik, ibfd., 1939. 43 ! bid., 28, 38, 93.
33 !bid., 205-206. 44 ! bid., 241-242.
31 !bid., 14, 75s. ,s !bid., 69, 82.
3S !bid., 15 . . 46 !bid., 238.

112 113
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

gracia del lenguaje41, se ve remitido por ésta a la acción y, así, de ese modo el hombre se engaña a sí mismo: ·Para el senti-
a la realización de la existencia lo mismo que de la palabra miento del hombre, la unidad del propio yo no se puede dis-
misma, y esto en virtud de su raíz en el Logos: ·En la palabra tinguir de la unidad en general... En la facticidad de la vida vivi-
intacta hay un 'más' que va más allá de la palabra, este 'más' :1
da, ho1:1bre no está en ese momento (el de la inmersión) por
guarda relación con la huella divina en ella. El ·más' en la pala- encuna, smo por debajo de la situación creatural... No está más
bra quiere realizarse también en la acción. En la acción que pro- cerca del ocultamiento de Dios, que se sitúa por encima del yo
cede de tal palabra está también la plenitud del 'más·, ... está Ydel tú, y se encuentra más lejos de volverse hacia Dios ..54. Aquí
ligada antes a la palabra de la que procede que al aconteci- se encuentra también el núcleo del bellísimo libro de Karl
miento que de ella surge-48 . Al margen de esto, la fenomenolo- Rahner, quien reconoce que el hombre está ontológicamente
gía de Picard puede además comprender la unidad de palabra, ante un Trascendente que, en cuanto le fundamenta es libre en
1

verdad y gloria, que en Cristo son una sola cosa49. sí mismo; por lo cual el hombre debe contar •con la posibilidad
Aquí hay que hacer una pausa, antes de pasar al plano teo- de que Dios hable·, ·rompiendo su silencio y abriendo su pro-
lógico que, frente a la no-palabra de Buda y, en última instan- fundidad al espíritu creado . ss. ·El ser absoluto se manifiesta así
cia, de toda la mística extrabíblica (a la que también tiende no obstante, y en su apertura a la trascendencia del espírit~
Neher), debe develar la supe,palabra de Dios. Picard ha hecho creado, como el que ... libremente se abre o se calla como el
tres afirmaciones que se complementan mutuamente. El silencio Dios de la revelación posible mediante su palabra, po~que es el
es la base de la palabra, hacia la cual empuja. Pero una palabra Dios de una revelación necesaria a través de su hablar o su
que se desvincula de esta base se convierte en cháchara; sigue callar . 56. Por lo cual, ciertamente podemos preguntamos una vez
habiendo una contraposición entre silencio y palabra. En Dios, más con Guardini si este deber estar a la escucha, también en
hablar y callar son uno. Esto lo afirman también los mejores dia- el silencio de Dios, no pertenece ya a ese .. tercer ámbito . en el
logistas, que intentan delimitar la verdadera palabra respecto a qu e la naturaleza pura ha sido ilu minada por la gracia (y, con
la no-palabra silenciosa. Así, Rosenzweig en su claro rechazo ello, por una auténtica interpelación desde Dios).
del budista ·ni-ni de nada y no nada.so, lo mismo que del héroe Quizá la mejor ilustración de la superación de la no-palabra
de la tragedia de Esquilo, que personifica al yo puro que sólo por la superpalabra es Ignacio de Antioquía, para quien sin
puede callar, porque no sabe nada fuera de sí, · es absoluta- duda resultaba conocida la sige de los gnósticos51. Para él, Dios
mente solitario-5 1 ; y por ello rechaza también la doctrina extra- es -el que se ha revelado mediante su Hijo Jesucristo, que es su
bíblica de la inmortalidad, que sólo desea la •autoconserva- palabra salida del silencio .. (Magn 8,2). Pero los •tres misterios
ción·52. Frente a esto, Rosenzweig busca -un lenguaje previo al que gritan fue rce . - la virginidad de María, e l nacimiento de
lenguaje, un lenguaje de lo inexpresable,53. De modo parecido J~sús y su mu erte- no rompen el silencio (besychia) de Dios,
Buber: ·Oí a veces decir que todo yo y tú son sólo superficie; smo que se ·cumplen en éJ . (Ef 19,1). De donde se deducen tres
que profundizando debajo de ambos ya no hay palabra, ya no cosas: en primer lugar, que los hechos de la Palabra encamada
hay respuesta, sólo el único ser originario sin interlocutor; que, fueron realizados ..callando·, en correspondencia con la unidad
por tanto, debíamos sumergimos en la unidad silenciosa·. Pero en Dios ~e hablar y callar; en segundo lugar, que . quien posee
verdaderamente la palabra de Jesús, también puede percibir su
" l'icard recurre aquí reiteradamente a Humboldt, Hamann, Jean Paul. silencio·; finalmente, que este oyente mismo de la palabra ·o bra
Cfr. Der Menscb und die Spracbe, 1955, 11-13, Die Welt des Scbweige11s, 20, a través de su palabra y es reconocido por su silencio·. Por últi-
29.
<s Der Men.scb und die Spracbe, 31.
<? Die Welt des Scbweigens, 31. S-1 ·Zwiesprilche· (Werke I), 197-199.
so Stern der Edüsimg I, o. c., 49. 55 H6rer des Wortes, Munich, 1940, 115.
5G !bid., 117.
Sl /bid., 101.
57
S2 /bid., 104. H. Schlier, Religionsgescbicbtlicbe Untersucbungen zu den
S3 /bid., 105. Ig,zatiu.sbriefen, Topelmann, GieBen, 1929, 25s., 3Ss.

114 115
Posibilidad de la cristología ¿Teologfa negativa?

mo se añade a modo de explicación: ,Mejor callar y ser, que la ·insondable riqueza de Cnsto• (Ef 3,9) que antes había sido
hablar y no ser; bueno es enseñar, cuando uno hace lo que dice . ,mantenida en seci-eto desde la eternidad, (Rm 16,25), esta
(Ef 15,1-2)58. En Ignacio, pues, palabra y silencio siguen siendo manifestación del ·misterio de Dios, que es Cristo, de ningún
una sola cosa, tanto intradivinamente;9, como en la encarnación modo impide que en él •estén ocultos todos los tesoros de la
y la Iglesia, mientras que Ireneo, enfrentado a un grado poste- sabiduría y de la ciencia· (Col 2,3), precisamente en cuanto
rior de la gnosis valentiniana, debe afirmar la incompatibilidad están manifiestos. Para convencerse de la ocultación de lo mani-
de sige y Logos<íO. festado, sólo hay que echar un vistazo a la figura del revelador
Lo que siempre dirán los Padres posteriores a Ignacio del mismo: a la ocultación, no sólo de su concepción y nacimiento
honor de la excelsitud de Dios ·mediante el silencio . 61 presupo- virginales (a los q ue aludía Ignacio), sino a los treinta años de
ne la superpalabra divina, la autocomunicación de Dios, que, al existencia callada de aquel que ,está en medio de vosotros, a
entregarnos a su Hijo, no se ha reservado nada (Rm 8,32-36): un quien no conocéis, 0n 1,26), a su silencio significativo, incluso
derroche de sí mismo que supera ampliamente la palabra for- judicativo, también durante sus años de vida pública - en la
mulada, e incluso la formulable. Cuando el Padre da a conocer escena con la adúltera, en las escenas de la pasión ante Caifás,
Herodes, Pilato-, a su grito al morir, con el que se hunde en el
silencio del mundo inferior (Nicolás de Cusa consideraba este
is A modo de complemento: Filad 1,1: ·Ante este obispo ... estoy lleno
de admiración por su humildad; callando, puede más que los que pro-
grito el momento supremo de su palabra)62 , a sus numerosas y
nuncian palabras fatuas·; Ef 6,1: ·Cuanto más ve uno callar al obispo, llamativas ausencias durante su vida, a las situaciones en que se
mayor veneración debe sentir por a .. le busca o se desea su presencia63, a su retorno al silencioso
s? ·Ignacio está un escalón más cerca (de la gnosis), que en general seno del Padre, su muda presencia en medio de la Iglesia en su
denomina la esfera divina como sigé, ... pero está determinado por la con- forma eucarística. Y quizá se deba añadir: la despreocupación
traposición del Logos•: H. Schlier, n. 57, 39. con la que deja extinguirse sus palabras orales y confía al
GO ·lmpossibile est autem Logo praesente sigen esse, aut iterum sige
Espíritu Santo su posterior registro. También su peculiaridad,
praesente, Logon ostendi·, Adu. Haer. II, 12.
G1 ·'Al principio ya existía I:i Palabra·. Sólo sin palabras se puede com-
como Palabra hecha carne, de hablar casi más con hechos y
prender esto. No se hará comprensible mediante palabras humanas. Pues gestos q ue con palabras pronunciadas (habremos de tratar aún
es una fo rma determinada, una forma no formada, sino la forma de todo sobre ello más adelante). Lo que se puede captar en él como
lo formado ... Todo está en i:l, y, sin embargo, porque es Dios, codo está palabra en lenguaje humano sigue siendo una pequeña parte de
tambit::n bajo a Hemos dicho que lo que se ha leído es incomprensible; la superpalabra mediante la que Dios se expresa en él. El callar
y no se ha leído para que el hombre comprenda, sino para que se duela humano es enteramente un aspecto parcial de esta palabra total,
por no comprenderlo y se pierda en la comprensión de la palabra inmu-
table ... • (Agustín, Sermo 117: PL 38, 662s.). · Cuando te acercas y comien-
así como esa palabra total oculta en sí el misterio de la silen-
zas a sentir profundamente a Dios (persentlscere) -en la medida en que ciosa palabra d ivina.
crece en ti el amor, porque Dios es amor- , experimenrns algo que dijiste ¿Y todas las palabras pronunciadas se dejan entender tan
y, sin embargo, no dijiste, pues antes de experimentarlo quisiste decir fácilmente? ..Las palabras oscuras de Jesús son mis preferidas.
Dios, ahora comienzas a experimentar y experimentas: lo que experimen- Entre ellas hay una que no entiendo en absoluto, aunque pare-
tas no lo puedes decir. Pero, si has aprendido allí que es inefable lo que ce absolutamente comprensible. Pero, precisamente porque no
experimentaste, ¿callarás, entonces' ¿No alabarás'... Escucha el consejo del la entiendo, me es preciosa. 'Señor, perdónales, porque no
Salmo: 'Alaba al Señor, tierra entera·. Alaba al Señor, no fragmentes tu júbi-
lo en más y más cosas. Al final , codo lo demás se puede expresar de algu-
saben lo que hacen'. No es el hecho de que Jesús pida al Padre
na manera; sólo t::l, que habló y todo surgió, es inefable. Habló y fu imos; q ue nos perdone lo que me deja a oscuras. Es la fundamenta-
pero a t::l no podemos decirlo. Su Palabra, mediante la cual fuimos dichos,
es su Hijo; para ser dicho de algún modo por nosotros, se hizo dt::bil. A su r.2 Excilationes, l. 3: Opera, Basilea, 1565, 411-412; Opera, París, 1514,
Palabra podemos responder con el júbilo, pero no palabra por Palabra· l 3, fol. 40-41).
(En. in Ps 95, n. 5-6). Otros textos en: ·Wort und Schweigen·, Verbum Caro, <,3 ·Die Abwesenheiten Jesu·, en Neue Klarste/!ungen, Johannesverlag,
o. c., 146-147. Einsiedeln, 1979, 28-36.

ll6 ll7
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

ción de su petición lo que me causa dificultad. Perdón general según el cual, cuanto mayor es el rango de una cosa, tanto más
debido a la ignorancia. El hombre no es responsable de sus cognoscible es en sí misma, pero más incognoscible para nues-
actos. ¿De verdad no lo es? ¿Se ama al hombre (y amar al hom- rro débil entendimiento, que ante la luz de la verdad, como dice
bre 'hasta el extremo' fue la acción redentora de Cristo), se le Aristóteles, se comporta como el ojo del ave nocturna 6s. Y si esta
ama cuando se le niega la capacidad de hacerse culpable? ¿Es, verdad superior es acaso la suprema y divina, entonces el espí-
pues, erróneo, lo que cantan los cristianos de todas las confe- ritu humano sólo se puede confiar sencillamente a tal verdad.
siones: ·oh Señor, lo que tú soportas es toda mi carga; yo he Dicho de otra manera, el hombre es llamado por Cristo a bacer
sido el culpable de lo que tú has padecido'? ¿Son las cosas de en s~ seguimiento la verdad cuya lógica es incapaz de penetrar
tal modo que todo el mundo, aun cuando quiera ir al infierno, -en este caso, por tanto, perdonar al prójimo, porque no sabe
en el fondo quisiera ir a parar al cielo? Me gustaría mucho lo que hace- y de ese modo hacer el descubrimiento de que
creerlo. Pero me temo que no sea así. Sé perfectamente lo que la verdad de Jesús en el fondo tiene razón. Este principio nos
hago. En cada Abe! se esconde un Caín, y Caín quería asesinar. lleva también a los confines de la dialógica, porque, más allá del
Si no fuera así, no habría pecados graves. Pero los hay. ¿O habla entre los hombres, está la demostración mediante la
debemos entender la frase históricamente? Entonces significaría: acción66.
los judíos no sabían lo que hacían, no sospechaban nada de la Podemos concluir toda esta sección aclarando en qué medi-
filiación divina de Cristo, cuando gritaron su 'Crucifícale'. No da el discurso de •aniquilación· tiene un sentido contrario res-
estoy tan seguro de ello. Prescindiendo del hecho de que lin- pecto a la no-palabra y la superpalabra. Si lo absoluto es el Uno,
char divierte, debemos decir, sin embargo: los judíos no querían q ue no tolera pluralidad de ningún tipo, ni, por tanto, ningún
saber nada, creer nada. La obstinación y el endurecimiento, el tipo de ser a la manera de lo mundano, sea éste material o espi-
cerrarse y negarse frente a un saber mejor, ¿acaso no es una ritual, entonces no es alcanzable o al menos susceptible de con-
culpa? ¿O - y esto tiendo a aceptar tras larga reflexión, aunque tacto de otro modo que mediante la eliminación radical de
esa suposición no es conocimiento en el sentido matemático, aquello que reclama un ser finito. Esto vale para todas las fo r-
sino un saber de rodillas con los ojos cerrados, pero con el cora- mas de mística extrabíblica: lo q ue es lo ,otro .. del Uno debe
zón abierto- lo que dice Jesús acaso tiene, pese a todo, una desaparecer, pues, en cuanto otro, es sólo ilusión, de todos
validez literal en un plano de insondable profundidad? ¿Serían modos, o al menos un ser disminuido. Incluso en un sistema
amor y justicia una sola cosa en Dios? ¿Una cosa estaría 'con- como el de Hegel, en e l que lo •Otro• es un e lemento de la ple-
servada' en la otra de una manera que el ingenio y sabiduría nitud del divinamente Uno67, dicho -elemento es al final engulli-
humanos nunca podrían averiguar? ¿Se pagaría, entonces, todo do, devorado, en la unidad. El ser singular debe estar dispues-
realmente hasta el último céntimo y, sin embargo, todo sería to a desaparecer en el universal.
pura gracia y don, sin que hubiera contradicción en ello? ¿En Ahora bien, el cristianismo ha vuelto a asumir el lenguaje de
realidad no habría nada que existiera fuera de su misericordia? esta mística y básicamente se lo ha apropiado. El hecho de que
¿Y ante esta misericordia verdaderamente no sabríamos lo que la ,aniquilación" entró en el vocabulario y en el acervo especu-
hacemos?.(>4.
Esta cita no contradice lo que antes se explicó acerca de la
comprensibilidad del lenguaje de Jesús, por ejemplo en sus Gs In Met. 2, 1 n. 286.
parábolas. Pues tampoco la súplica del crucificado adolece de <,(,·Si alguien pregunt:tra '¿Acaso la unidad real de ª?1or y muerte no ~e
ser incomprensible. Pero la comprensibilidad no contradice, deja ··decir", p. ej. en forma de fórmu la fundamental? , la respuesta sena
como aquí se ve, la imposibilidad de sondear sus palabras, la 'no·. Sólo el amor vivido en la carne y en la sangre, la palabra del amor,
lo d ice todo-: Ferdinand Ulrich, Leben in der Einbeit von Leben und Tod,
necesidad, para acercarse a ellas, de cerrar los ojos y arrodillar-
Knecht, Frankfurt, 1973, 108.
se. Dan testimonio de la exactitud del principio del Aquinate, G1 ·La filosofía es teología, representa la reconciliación de Dios consigo
mismo y con la Naturaleza, en cuanto q ue la Naturaleza, el ser otro, es en
G< Peter Mitscherlich, comunicación personal. sí divino·, Pbtlosopbie der Religfon II, 1832, 288.

118 119
Posibilidad de la cristología ¿Teología negativa?

lativo de la m1st1ca renana es bien conocido: para Eckhart, la puede interpretar sólo en este sentido, especialmente si se tiene
criatura es ,,purum nihil,.GS; Tauler requiere al buscador de Dios: presente el Cántico espiritual. Hacer sitio a Dios mediante la
..Debe dejarlo todo, liberarse incluso de este dejar, y dejarlo, entrega completa de todo lo propio, el -sume et suscipe- de
tenerse por nada y hundirse en su pura nada..69. Dejando a un Ignacio de Loyola, es en última instancia la suprema respuesta
lado los numerosos eslabones intermedios, se pueden encontrar afirmativa al amor de Dios que se da en la superpalabra de su
otros ejemplos en la -escuela francesa, fundada por Pierre de Hijo, a la que el hombre intenta responder mediante una super-
Bérulle, que fue continuada por Condren, Olier, Guilloré y palabra que le es dada. Aquí la •teología negativa . se convieite
muchos otros. Achille Gagliardi S.J. tuvo sobre ella una influen- finalmente en el lugar del encuentro perfecto, no en la equiva-
cia decisiva7º. Aquí sobre todo queda claro que la ·aniquilación· lencia dialógica, sino en la transformación de toda la criatura en
por parte de la criatura no significa otra cosa que la asimilación un ··ecce ancilla- ante el misterio, que la lleva a plenitud, del
a la kénosis o autoaniquilación de Cristo, a través de la cual él incomprensible amor del Dios que se desposee de sí mismo.
presenta ante el mundo el amor personal del Dios trinitario en
la forma más radical y llama al seguimiento. En Bérulle, donde
la palabra -anéantissement, aparece una frase sí y otra no, la
idea fundamental es la de un vaciamiento de uno mismo, para
que Cristo pueda ser todo en nosotros, y esto tanto más cuanto
que ha sufrido vicariamente por nuestros pecados y, de ese
modo, ha obtenido todos los derechos sobre nosotros. ,Vous
n'avez qu'a vous perdre et a vous anéantir dans ce qu'il est,,
escribe su discípulo Condren' 1• ·Notre principal soin doit etre de
nous anéantir en nous-memes pour lui faire place. En effet, tous
nos péchés que nous commettons donnent autant de nouveaux
droits a Jésus-Christ et nous obligent autant de fois a nous ané-
antir en nous-memes,... sans qu'il reste rien pour nous,,2.
·Cessez d'etre, afin qu'il soit . 73. Lo mismo en Guilloré: mediante
nuestro ·anéantissement et dépouillement,. Cristo ha de poder
reinar en nosotros; impulsados por su Espíritu, entonces nos
convertiremos en miembros vivos de su cuerpo74 . También la
triple y apasionada · nada, de Juan de la Cruz en su Subida se

G6 Deutsche Werke (Quint) 1, 69,S-70,7. Comparadas con Dios, ·omnes


creaturae sunc unum purum nihil, non dico quod sine quidem modicum vel
aliquid, sed quod sine purum nihil, quia nulla creatura habet esse· (26°
frase juzgada sospechosa de herejía: DS 976).
G? Die Predigten Taulers, Verter, 19682, 305.
7 º Con su ·Breve Compendio· (1611), en el que e laboró los -Lumina· de

Isabella Beriganza. Su influjo alcanza, a través de Canfield, a la escueb


francesa hasta Fénelon.
,1 Charles Condren, Lettres, París, 1857, 27.
n !bid., 28. compara la pal:1bra con l:is letras rodeadas por el s ilencio. del papel en
73 !bid., 56. b lanco. Ha incorporado sin prejuicios a la espiritualidad cristiana en gene-
74
Fran~ois Guilloré S.J ., Ma:ximes spirituelles, 1859, 280-301. Se deberían ral la sabiduría oriental sobre el silencio. Cfr. sólo Cent pbrases p our éve11- 1,
añadir los muchos pasajes de la obra de Paul Claudel en los que el autor tails, G:11limard, 1942. 1

120 121

Potrebbero piacerti anche