¿El miedo a elegir es miedo a la equivocación, al fracaso o al cambio?

Toda elección implica un cambio. Las consecuencias de lo que se elija, pueden resultar ÉXITO o FRACASO.

A pesar de no parecerlo, el ÉXITO presenta también problemas y conflictos, ya que con su logro, se cría el
temor a perderlo, al mismo tiempo que se debe reestructurar la vida habitual en razón del nuevo estado.
Esto es muy claro en las preguntas que se hacen quienes han terminado su carrera: ¿AHORA QUE?
¿AHORA COMO?

Toda meta es un nuevo principio, y todo principio es ya un cambio. Tanto en el éxito como en el fracaso,
entonces, implican cambios y estos pueden ser solamente de aspectos menores o que lleguen a afectar a
la estructura total del sistema de equilibrio en el que se esté incluido.

El miedo a los cambios se acompaña con el miedo a la equivocación. En la sociedad occidental actual,
competitiva y evaluativa de los resultados, el error está evaluado como deficiencia personal, aun cuando
se admita racionalmente que se aprende de ellos.

El miedo al fracaso suele confundirse con el miedo a la equivocación. Y la equivocación tiene dos
direcciones de acusación: la del medio, donde se dictamina como fracaso y la de si mismo, donde el
autorreproche puede o no vincularse con el fracaso.

El término de equivocación puede entenderse como e-qui-vocación, iguales llamados interiores, por
ejemplo para hacer y no hacer, para lograr y no lograr la misma cosa, cuando la ambivalencia no ha sido
resuelta.

El miedo al cambio tiene que ver con el miedo a las perdidas, el miedo al fracaso con el desprecio o
desvalorización, el miedo a la equivocación con el autorreproche.

Cuando todos estos miedos no están diferenciados pueden paralizar la elección, al extremo paradojal de
colocarse en situaciones que pueden entenderse como: ME COLOCO EN EL FRACASO (no intento, no
pruebo, no me muestro) PARA NO FRACASAR.

Cuando se asume elegir, los miedos a la equivocación, al cambio o al fracaso, son espacio por los que se
debe transitar para recoger la experiencia de dialogo con ellos, sabiendo que el fracaso, incluye mas al
otro, en tanto que la equivocación y el cambio enfrentan al sí mismo con el sí mismo, remitiendo a los
niveles de la propia flexibilidad y tolerancia a las modificaciones.

Cuando una persona es descalificada, se tambalea su autoestima; cuando es rechazada, se perturba su

identidad.

La identidad sana es aquella que puede accionar con confianza en sí mismo y en los demás.

En resumen: los miedos son los acompañantes de los cambios. El miedo al miedo, paraliza. El pánico,
precipita.