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July, 2020
CUADERNOS DE JURISPRUDENCIA
PERUANA. VOL. 2. NULIDAD DE ACTO
JURÍDICO
Jhoel Chipana Catalán, Pontificia Universidad Catolica del Peru
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ÍNDICE
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33. CAS. 886-2015, LIMA
34. CAS. 4578-2016, JUNIN
35. CAS. 2383-2017, LIMA
36. CAS. 454-2017, CUSCO
37. CAS. 1806-2017, LIMA NORTE
38. CAS. 4323-2016, MOQUEGUA
39. CAS. 4461-2016, LIMA
40. CAS. 1378-2017, AREQUIPA
41. CAS. 1438-2017, LIMA NORTE
42. CAS. 2825-2017, LIMA SUR
43. CAS. 1645-2016, AREQUIPA
44. CAS. 413-2016, LIMA
45. CAS. 4256-2016, ICA
46. CAS. 2713-2016, JUNÍN
47. CAS. 1833-2017, AREQUIPA
48. CAS. 2859-2016, LIMA
49. CAS. 2436-2016, LIMA
50. CAS. 105-2016, DEL SANTA
51. CAS. 1421-2016, LIMA SUR
52. CAS. 842-2015, LIMA
53. CAS. 556-2016, AREQUIPA
54. CAS. 3212-2016, LIMA
55. CAS. 4673-2015, AREQUIPA
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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. HECHOS:
1. Los demandantes Enma Dora Alegre Rivera de Espinoza, Zoila Rosa Espinoza
viuda de Alegre y Rubén Albino Alegre Rivera, interponen demanda de nulidad
de acto jurídico de dominio, fundamentándola en:
b) Señalan que el demandado antes citado con fecha veinticinco de octubre de dos
mil seis, se hace titular del Lote 8, ubicado en jirón Jorge Chávez del Centro
Poblado de Yungar, el cual era propiedad de su difunta esposa Elsa Delina Alegre
Rivera, para lo cual invadió parte del terreno original que pertenece al Lote 5.
Sobre los predios descritos el demandado logró obtener título de manera ilegal, por
cuanto dichos terrenos le pertenecieron a los hermanos Francisco y Anacleto
Alegre Serrano, siendo que este último le transfirió el total de sus derechos de
acciones a favor de Francisco Alegre Serrano (padre de las demandantes) mediante
Escritura Pública de compraventa de fecha veinticinco de mayo de mil novecientos
cincuenta y siete, y a su muerte fueron declarados como sus herederos: su cónyuge
Dorila Margarita Rivera Loli y sus seis hijos, inscrito en Registros Públicos de los
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cuales (1) Hernán Alberto y (2) Alida Consuelo murieron si dejar descendencia;
(3) Miguel Rolando también murió, subsistiendo su esposa Zoila Rosa Espinoza
Espinoza Vda. de Alegre (demandante); (4) Rubén Albino (demandante), (5) Enma
Dora Alegre Rivera de Espinoza (demandante) y en el caso de (6) Elsa Delina
Alegre Rivera, también falleció. Ante su reclamo por haberse hecho titular de los
lotes de la familia, le transfirió el Lote 5 a su hija Rossana Leslie García Alegre,
mediante contrato de compra venta de fecha treinta de julio del dos mil once, la
cual se inscribió en el asiento 00006 de la partida 37022115;
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órgano jurisdiccional en busca de un derecho ya caduco. Señala que el
procedimiento administrativo de formación y expedición de títulos de propiedad,
se encuentra revestido de etapas dentro de la normativa nacional que dispone a
COFOPRI como máximo organismo rector encargado de diseñar y ejecutar de
manera integral, comprensiva y rápida un programa de formalización de la
propiedad y su mantenimiento dentro de la formalidad económica y financiera.
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en ese documento se señalan; por resolución judicial del 2° Juzgado Civil de
Huaraz se declara como herederos de Francisco Alegre Serrano a su cónyuge
supérstite Dorila Margarita Rivera Vda. de Alegre y sus hijos Miguel Rolando,
Hernán Alberto, Rubén Albino, Alida Consuelo, Elsa Delina y Enma Dora Alegre
Rivera, siendo que Elsa Delina Alegre Rivera quien falleció en el año mil
novecientos ochenta y cuatro había contraído matrimonio con el hoy demandado
Próspero Aquiles Pineda, quedando establecido que a los hijos de Francisco Alegre
Serrano y Dorila Margarita Rivera, les asiste el derecho de herencia de los predios
materia de litigio. Además, con las declaraciones juradas de Rosabel Aida Alarcón
Sánchez, Emiliano Javier Sánchez Zegarra quienes han señalado que firmaron el
documento de COFOPRI con engaños, quedaría demostrado que el demandado
Próspero Aquiles García Pineda, habría actuado de forma fraudulenta contra la
administración pública, actuando contra las normas y las buenas costumbres.
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correr la suerte de las principales, por lo que corresponde ampararse. Al haberse
determinado que la parte demandante tiene razón en su petitorio, no corresponde
amparar indemnización a favor de quien ha ocasionado actos contrarios a la moral
y la ley, causando perjuicio patrimonial y moral a los demandantes; aunado al
hecho que los demandados no han sustentado los supuestos daños sufridos.
a) Que lo resuelto por el A quo vulnera el debido proceso, dado que la vía idónea
para impugnar los títulos de propiedad otorgados por el PETT o COFOPRI es la
acción contenciosa administrativa y no la nulidad de acto jurídico en la vía
ordinaria; así se puede observar las Casaciones 1690-2010- Junín, 4096-2010 Ica,
y Casación 5698-2011 Piura.
b) Señalan que las pretensiones postuladas deberían haberse interpuesto por vías
separadas a efectos de no alterar la norma y la jurisprudencia, así como el no
vulnerar el Principio de Seguridad Jurídica, por lo que el extremo de declarar la
nulidad del acto administrativo contenido en el Título de Propiedad gratuito
otorgado a favor de Próspero Aquiles García Pineda, por el Organismo de
Formalización de la Propiedad Informal- COFOPRI y la Municipalidad de
Provincial de Carhuaz, así como la cancelación de la Inscripción Registral de las
Partidas Electrónicas N° P37022114 (asiento 000002), Partida N° P37022115
(asiento 00005 y 00006) y Partida N° P37022118 (asiento 000002) del Registro de
la Propiedad Inmueble de Huaraz, deben ser vistos en la vía contencioso
administrativo, toda vez que el procedimiento administrativo que generó la
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inscripción del derecho de posesión y propiedad del predio descrito fue realizado
en virtud al Decreto Legislativo 667-Ley de Registro de Predios Rurales a cargo
del Proyecto Especial de Titulación de Tierras y Catastro Rural-PETT-Ministerio
de Agricultura, conforme se desprende del Título archivado. Siendo que, con el
propósito de preservar el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, debe dejarse a
salvo el derecho del demandante para que lo haga valer con arreglo a ley si lo
considera conveniente.
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del levantamiento de la Contingencia de nuestra propiedad (…), en consecuencia,
no existe incompetencia del Juzgado, ni mucho menos trámite del proceso en vía
distinta a la civil, por cuanto nunca tomamos conocimiento de dicha Resolución
de Titulación hasta el 25 de agosto del año 2011” (sic). Alegan que plantearon la
demanda con pretensiones que no sólo están destinadas a cuestionar la actividad
administrativa de COFOPRI al otorgar los tres títulos de propiedad a favor del
demandado Próspero García Pineda, sino también, la actitud de dicho demandado
y de Leslie Rossana García Alegre ante el Notario de la Provincia de Yungar; por
lo que si hubieran acudido a la vía contenciosa administrativa, la demanda hubiera
sido rechazada, ya que se habría producido una indebida acumulación de
pretensiones, lo cual no ocurre en la vía civil, ya que el artículo 87 del Código
Procesal Civil permite la acumulación de pretensiones de forma acumulativa,
objetiva originaria y accesoria. Alegan que la demanda contiene pretensiones de
naturaleza civil ordinaria tales como la nulidad de título de propiedad y nulidad de
escritura pública de compraventa, más no la impugnación de un acto
administrativo propio, por lo cual dichas pretensiones solo pueden ser tramitadas
en la vía procesal civil, siendo que negar tal posibilidad afecta el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva. Añaden que el artículo I del Reglamento de los Registros
Públicos, aprobado por Resolución N° 195-2001-SUNARP-SM, autorizaba a
acudir a la vía constitucional para cuestionar lo resuelto en la vía administrativa,
sólo en aquellos casos en los que se afectan intereses de terceros, por lo que no
había impedimento para que acudan a la vía civil procurando la protección de sus
derechos que hubieran sido afectados; asimismo, refiere que en dicho Reglamento
no es posible admitir el apersonamiento del tercero con interés en el procedimiento
administrativo, ni formular oposición, por lo que solo se podría impugnar a través
de la demanda de nulidad de acto jurídico o nulidad de inscripción, en cuyo caso
no sería exigible el agotamiento de la vía administrativa, refieren que ello está
contenido en la Casación N° 1226-2008-Ica. Señalan que la sentencia recurrida no
estaría debidamente motivada, por cuanto no expresa motivo o razón alguna del
porque se debe acudir a la vía contenciosa administrativa, tomando en cuenta los
hechos expuestos en la demanda y sentencia de primera instancia. Indican que la
resolución impugnada se ha expedido con inobservancia de la garantía
constitucional de la cosa juzgada, ya que la decisión respecto a la vía
procedimental del trámite del proceso quedó decidida mediante Resolución N° 03
de fecha trece de noviembre de dos mil doce, que declaró infundada la excepción
de incompetencia por razón de la materia deducida por COFOPRI, la misma que
no fue cuestionada, pasando a calidad de cosa juzgada mediante Resolución N° 04
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de fecha cuatro de marzo de dos mil trece. Agrega que al no haberse tomado en
cuenta que ya existía una decisión judicial con la calidad de cosa juzgada en cuanto
a la vía procedimental del proceso, no se habría motivado suficientemente la
sentencia impugnada.
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3. El artículo 139 inciso 3 de nuestra Constitución Política, consagra como
principio rector de la función jurisdiccional, dentro de nuestro ordenamiento
jurídico, la observancia del debido proceso; el cual, conforme a la interpretación
que reiteradamente ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
exige fundamentalmente que todo proceso o procedimiento sea desarrollado de tal
forma que su tramitación garantice a las personas involucradas en él las
condiciones necesarias para defender adecuadamente y dentro de un plazo
razonable los derechos u obligaciones sujetos a consideración.
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6. En cuanto al principio de congruencia procesal, el artículo VII del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, ha recogido dentro de la regulación del
proceso civil, la vigencia del denominado principio de congruencia procesal, en
virtud al cual se impone al juzgador una regla de adecuación lógica entre el
ejercicio del poder jurisdiccional y las alegaciones expresadas por las partes. Sobre
la base de este principio, la Casación N° 7043-2013-Lima ha declarado que: “la
actividad realizada por éste al interior de la litis deberá necesariamente ceñirse a
lo peticionado por las partes (tanto positiva [deber de pronunciarse sobre todo lo
pedido] como negativamente [prohibición de ir más allá de lo pedido]) y
mantenerse sobre la base de los hechos expuestos por ellas, bajo el gobierno del
principio dispositivo, sin poder incorporar a la controversia hechos no alegados
por ellas.
7. En este sentido, la referida disposición legal prevé que “el Juez debe aplicar el
derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes
o lo haya sido erróneamente. Sin embargo, no puede ir más allá del petitorio ni
fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes”;
exigiendo, por un lado, que el juez de la causa se pronuncie sobre cada una de las
pretensiones que han sido objeto del petitorio, en concordancia con lo previsto en
el artículo 122, inciso 4, del mismo cuerpo legal, y prohibiendo, por otro, que se
pronuncie sobre asuntos no comprendidos en él o hechos distintos a los invocados
por las partes intervinientes en la controversia.
8. En el presente caso, se advierte que los demandantes Enma Dora Alegre Rivera
de Espinoza, Zoila Rosa Espinoza Espinoza viuda de Alegre y Rubén Albino
Alegre Rivera Interponen demanda de nulidad de acto jurídico contra Próspero
Aquiles García Pineda, Rossana García Alegre, la Municipalidad de Carhuaz y el
Organismo de Formalización de la Propiedad Informal – COFOPRI, a fin que se
declare la nulidad de los Títulos de Propiedad otorgados a favor de Próspero
Aquiles García Pineda, sobre los lotes 4, 5 y 8 de la Mz. L-1 ubicados en el distrito
de Yungar, provincia de Carhuaz, departamento de Ancash; la nulidad de la
escritura pública de compra venta de fecha treinta de julio del dos mil once,
celebrado entre Próspero Aquiles García Pineda y su hija Rossana Leslie García
Alegra, del lote 5 de la Mz L-1; por las causales de nulidad establecidas en los
incisos 3, 4 y 5 del artículo 219 del Código Civil, y como pretensión accesoria, la
cancelación de la inscripción registral.
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9. No obstante, de la resolución materia del recurso se aprecia que la Sala Superior
revocando la sentencia de primera instancia, declara la improcedencia de la
demanda, a razón del siguiente argumento: “(…) las pretensiones postuladas
deberían haberse interpuesto por vías separadas a efectos de no alterar la norma y
la jurisprudencia, así como el no vulnerar el Principio de Seguridad Jurídica,
siendo esto así, el extremo de declarar la nulidad del acto administrativo contenido
en el Título de Propiedad gratuito otorgado a favor de Próspero Aquiles García
Pineda, por el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal- COFOPRI
y la Municipalidad de Provincial de Carhuaz, así como, la cancelación de la
Inscripción Registral de las partidas Electrónicas N° P37022114 (asiento 000002),
Partida N° P37022115 (asiento 00005 y 00006) y Partida N° P37022118 (asiento
000002) del Registro de la Propiedad Inmueble de la Zona Registral N° VII - Sede
Huaraz, deben ser vistos en la vía contencioso administrativa, toda vez que el
procedimiento administrativo que generó la inscripción del derecho de posesión y
propiedad del predio descrito a favor del demandado Próspero Aquiles García
Pineda, fue realizado en virtud al Decreto Legislativo 667-Ley de Registro de
Predios Rurales a cargo del Proyecto Especial de Titulación de Tierras y Catastro
Rural-PETT-Ministerio de Agricultura, conforme se desprende del Título
archivado, por lo que inequívocamente constituye una actuación de la
administración pública y por tanto se encuentra dentro de los alcances de lo
estipulado en las normas invocadas precedentemente (…)” . Como puede verse,
básicamente se desestimó la demanda porque el acto jurídico cuya nulidad se
pretende (Título de Saneamiento de Propiedad) es un acto administrativo, por lo
que su impugnación corresponde efectuarse en vía de acción contencioso
administrativa y no a través de la presente demanda de nulidad de acto jurídico. En
efecto, así se advierte que la Sala Superior en el punto 7 de la resolución recurrida
indicó “ (…) dichos actos administrativos emanan de la potestad pública funcional
de saneamiento de inmuebles rústicos emitidos después de un procedimiento
administrativo, no es posible admitir la pretensión de nulidad de título
administrativo y la cancelación de la Inscripción Registral de las partidas
Electrónicas en la vía civil, al amparo del Código Civil que no regula las causales
de nulidad de actos administrativos, que están previstas en el artículo 10 de la Ley
27444; en consecuencia tales títulos administrativos y partidas registrales son
impugnables tanto en sede administrativa, y a nivel judicial mediante la
interposición de un proceso Contencioso administrativo, bajo los alcances de las
normas glosadas supra; en tal razón la demanda en dicho extremo de autos resulta
improcedente(…)”.
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10. Sobre este tema, se advierte que el título de propiedad urbana emitido por el
Organismo de Formalización de la Propiedad – COFOPRI otorga el derecho de
propiedad respecto de los lotes y promueve su inscripción registral a favor de sus
poseedores debidamente calificados, cuando se trate de predio que se hubieran
inscrito a nombre de COFOPRI. Asimismo, es necesario señalar que de acuerdo al
último párrafo del artículo 8° del Decreto Supremo N° 039-2000-MTC
“Reglamento de Normas que regulan la organización y funciones de los órganos
de COFOPRI responsables del conocimiento y solución de medios impugnatorios”
señala que: “(…), no procede medio impugnatorio alguno contra títulos de
propiedad emitidos por COFOPRI, con lo cual queda agotada la vía
administrativa”, entonces, debe entenderse que es suficiente la sola emisión del
referido título para cuestionarlo mediante proceso judicial, ya que se habría
agotado la vía administrativa.
11. - En ese sentido, esta Sala Suprema considera que no existe impedimento para
que pueda dilucidarse la presente controversia vía el proceso civil, pues de lo
contrario se estaría afectando el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva,
conforme lo señalado por la Corte Suprema en la Casación n.° 1226-2008-ICA del
dos de febrero de dos mil nueve, “(…) Nada impide que en determinados casos,
como el presente, el tercero que alega estar afectado con una decisión
administrativa pueda recurrir a la vía civil, para demandar la nulidad del Título
otorgado a consecuencia de un procedimiento administrativo, así como de su
correspondiente inscripción registral, procurando la protección de sus derechos
que hubieran sido afectados, (…). Se arriba a la conclusión que tal pretensión solo
puede ser invocada en la presente vía, debiendo precisarse que negarle la
posibilidad al recurrente de impugnar una resolución que es adversa a sus intereses,
solo por el hecho de ser instancia de fallo administrativo, significaría negarle el
derecho a la tutela judicial efectiva a la que tiene derecho toda persona natural o
jurídica a recurrir al Poder Judicial como poder del Estado, facultado para resolver
los conflictos suscitados entre los justiciables (…)”. Asimismo mediante sentencia
dictada en Acción Popular, Expediente N° 1285-2006, la Sala Constitucional y
Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República dispuso lo
siguiente: “El A quo declaró fundada en parte la demanda, decretando la
inconstitucionalidad sólo del párrafo de la indicada Cuarta Disposición referido a
que los Jueces procederán de oficio o a pedido de parte a declarar la improcedencia
de la demanda destinada a cuestionar la validez del Título de Propiedad otorgado
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por el Cofopri, bajo responsabilidad civil, administrativa y penal (…) en tanto no
se instale el Sistema Arbitral Especial, la referida solicitud deberá ejercitarse en
vía de acción ante el Poder Judicial (…). Por ello consideró que dicha disposición
transgrede el principio de la función jurisdiccional y la independencia en el
ejercicio de éste, contenido en los artículos 139, inciso 2, de la Constitución
Política del Estado y 2 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, y desestimó los demás extremos solicitados. Es evidente que la citada
disposición no sólo transgrede los mencionados derechos, sino también el de tutela
jurisdiccional efectiva de las personas que es inherente a ellas y que pueden
ejercitar para la defensa de sus derechos e intereses, constituyendo un deber del
Estado el brindarlo sin restricción, por lo que éste no puede excusarse de conceder
tutela jurídica a todo aquel que la solicita”.
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será asumida por el titular del derecho inscrito. Precisase que en tanto no se instale
el Sistema Arbitral Especial, la referida solicitud deberá ejercitarse en vía de acción
ante el poder judicial como demanda de indemnización de daños y perjuicios, la
cual deberá dirigirse únicamente contra el titular del derecho inscrito y se tramitará
conforme a las reglas establecidas en el Código Procesal Civil. El plazo para el
ejercicio de la referida acción se computará a partir de la inscripción del título de
propiedad en el Registro Predial Urbano”. Al respecto, mediante sentencia dictada
en el proceso de Acción Popular, Expediente N° 1285-2006, la Sala Constitucional
y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República dispuso lo
siguiente: “El A quo declaró fundada en parte la demanda, decretando la
inconstitucionalidad sólo del párrafo de la indicada Cuarta Disposición referido a
que los Jueces procederán de oficio o a pedido de parte a declarar la improcedencia
de la demanda destinada a cuestionar la validez del Título de Propiedad otorgado
por el Cofopri, bajo responsabilidad civil, administrativa y penal (…) en tanto no
se instale el Sistema Arbitral Especial, la referida solicitud deberá ejercitarse en
vía de acción ante el Poder Judicial (…) Por ello consideró que dicha disposición
transgrede el principio de la función jurisdiccional y la independencia en el
ejercicio de éste, contenido en los artículos 139, inciso 2, de la Constitución
Política del Estado y 2 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, y desestimó los demás extremos solicitados. Es evidente que la citada
disposición no sólo transgrede los mencionados derechos, sino también el de tutela
jurisdiccional efectiva de las personas que es inherente a ellas y que pueden
ejercitar para la defensa de sus derechos e intereses, constituyendo un deber del
Estado el brindarlo sin restricción, por lo que éste no puede excusarse de conceder
tutela jurídica a todo aquel que la solicita”. Es decir, el Supremo Tribunal se ha
pronunciado en el sentido que, es inconstitucional decretar la improcedencia de la
demanda, que cuestiona la validez de los títulos de propiedad otorgados por
COFOPRI.
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15. En este orden de ideas, del examen de la sentencia de vista recurrida, fluye que
la instancia de mérito al declarar improcedente la demanda, ha omitido analizar los
criterios señalados en los fundamentos precedentes, estrictamente por no haberse
tenido en cuenta las premisas fácticas y normativas para resolver la presente causa,
y por ende vulnera el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva; en consecuencia,
este Supremo Tribunal considera que el presente recurso de casación interpuesto
debe ser estimado a fin que la Sala Superior emita un nuevo pronunciamiento
conforme a ley.
V. DECISIÓN:
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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS:
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Civil, y por no cumplir con los requisitos que prevé el artículo 140 del Código
Civil.
c) Se declaren nulas y sin efecto legal las dos letras de cambio de fechas veintiocho
de febrero de dos mil ocho y veintiséis de marzo del mismo año, con fechas de
vencimiento treinta y uno de marzo de dos mil ocho y veintiocho de abril del
mismo año respectivamente, por el monto de ciento sesenta mil dólares americanos
(US$160,000.00) y cuarenta y cinco mil dólares americanos (US$45,000.00)
suscritos supuestamente como aceptante por la empresa Terminal Terrestre
Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada, representada por Mauro Moscoso
Mendoza y como acreedor Expreso Los Chankas Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada.
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f) Se declare nulo y sin efecto legal, el contrato de arrendamiento de fecha
dieciocho de marzo de dos mil once, del Counter número 105, suscrito por Walter
Cusi Gamboa en representación de Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad
Anónima Cerrada, a favor de Expreso Los Chankas Sociedad Anónima Cerrada,
por encontrarse inmerso en las causales de nulidad previstas en los incisos 4 y 5
del artículo 219 del Código Civil.
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III. SEGUNDA INSTANCIA:
a) Infracción normativa de los artículos 343 y 345 del Código Procesal Civil;
alegándose que se vulnera el derecho del recurrente, porque no se tomó en cuenta
que dichos preceptos legales regulan el desistimiento para personas naturales, y en
el caso de autos, es la empresa Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima
Cerrada quien lo solicita, aspecto que fue advertido por el A quo, inaplicándose
reiteradas jurisprudencias. Estando a que se encuentran involucrados intereses
económicos y patrimoniales de dicha empresa, y al amparo de lo dispuesto en el
artículo 188 inciso 2 de la Ley General de Sociedades, debe continuar como parte
del proceso y evitar de esa manera nulidades posteriores.
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b) Infracción normativa de los artículos 139 inciso 5 de la Constitución
Política del Perú y 122 del Código Procesal Civil; refiriendo el recurrente que se
afecta el debido proceso, por cuanto, al haber absuelto en forma negativa la
petición de desistimiento, y pese a que el A quo en forma acertada declaró
improcedente el mismo, la Sala Superior erróneamente revoca la decisión de
primera instancia, sin expresar las razones del por qué toma dicha decisión,
limitándose a reproducir los argumentos vertidos en la solicitud de desistimiento.
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importa que los jueces, al resolver las causas, expresen las razones o justificaciones
objetivas que los llevan a tomar una determinada decisión. Esas razones, por lo
demás, pueden y deben provenir no solo del ordenamiento jurídico vigente y
aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en el trámite
del proceso. Sin embargo, la tutela del derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales no debe ni puede servir de pretexto para someter a un nuevo examen las
cuestiones de fondo ya decididas por los jueces ordinarios”; así también, en el
Expediente número 3433-2013-PA/TC-Lima, seguido por Servicios Postales del
Perú Sociedad Anónima - SERPOST S.A., sobre Proceso de Amparo, contra los
jueces integrantes de la Segunda Sala Especializada Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima Norte y otro, señala que: “A mayor abundamiento, este Tribunal,
en distintos pronunciamientos, ha establecido que el derecho a la debida
motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del justiciable frente a la
arbitrariedad judicial, y garantiza que las resoluciones judiciales no se encuentren
justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en datos objetivos que
proporciona el ordenamiento jurídico o los que se deriven del caso.
5. Con estos parámetros y de la revisión del auto de vista, tenemos que la decisión
adoptada se encuentra adecuadamente fundamentada, por cuanto, interpreta y
aplica las normas que considera pertinentes; por tanto, no se advierte transgresión
alguna al principio de la debida motivación de las resoluciones, no se afecta la
logicidad, ni se vulnera el derecho a probar en cualquiera de sus vertientes, ni el
de congruencia procesal. Es decir, su pronunciamiento se ha ceñido estrictamente
a lo aportado, mostrado y debatido en el proceso, por lo que dicho fallo no puede
ser cuestionado por ausencia o defecto en la motivación, pues se ha cumplido con
precisar el por qué y debido a qué se ha llegado a la conclusión final; en
consecuencia, un parecer o criterio distinto al que ha arribado no puede ser causal
para cuestionar la motivación; lo que no significa que no pueda existir un criterio
distinto para arribar a una conclusión diferente a la que ha planteado la Sala
Superior, sin que ello implique ausencia o defecto en la motivación del auto de
vista. En consecuencia, la infracción normativa procesal por ausencia de
motivación expresada en el segundo 2) agravio debe desestimarse en todos sus
extremos.
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desistirse del proceso. Para determinar ello, es necesario revisar los antecedentes
del proceso, en el cual se advierte que los socios que conforman la empresa
Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada son la sociedad
conyugal conformada por Gerardina Peceros de la Cruz, fallecida el seis de febrero
de dos mil quince y Mauro Moscoso Mendoza (codemandante), además de Walter
Cusi Gamboa (codemandado). El ahora codemandado Walter Cusi Gamboa, frente
a la inactividad del entonces Gerente General Mauro Moscoso Mendoza, para
convocar a Junta General de Accionistas, instauró judicialmente el proceso de
Convocatoria a Junta o Asamblea General, con la finalidad –entre otras– de
nombrar al nuevo Gerente General, recayendo dicha función en Alex Raúl
Valenzuela Castro –véase a fojas doscientos cuatro del cuaderno de apelaciones–,
así consta inscrito registralmente. Es de esta forma, que las funciones de Mauro
Moscoso Mendoza, en su calidad de Gerente General de la empresa Terminal
Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada concluyeron con el
nombramiento judicial de Alex Raúl Valenzuela Castro como Gerente General de
la citada empresa.
7. El artículo 343 del Código Procesal Civil prescribe: “El desistimiento del
proceso lo da por concluido sin afectar la pretensión. Cuando se formula después
de notificada la demanda, requiere la conformidad del demandado expresada
dentro del tercer día de notificado, o en su rebeldía. Si hubiera oposición, el
desistimiento carecerá de eficacia, debiendo continuar el proceso. (…)”. Conforme
a la normatividad citada, es exigible para que el desistimiento proceda o se rechace,
solo la conformidad u oposición del demandado (en este caso de los demandados),
no se requiere acto o manifestación del codemandante. En el caso de autos, Alex
Raúl Valenzuela Castro, en su condición de nuevo Gerente General de la empresa
Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada, se apersona al
proceso y formula desistimiento del mismo, amparado en las facultades conferidas
en el artículo 75 del Código Procesal Civil. Conforme se tiene de los escritos
obrantes a fojas seiscientos cuarenta y siete, seiscientos cincuenta y dos y
seiscientos cincuenta y siete, los demandados han expresado su conformidad con
dicho acto jurídico procesal, encuadrando su conducta dentro de los alcances del
artículo 343 del Código Procesal Civil; en tanto, el codemandante Mauro Moscoso
Mendoza, se ha opuesto; por tanto, corresponde que el desistimiento sea aprobado
a fin de que surta sus efectos.
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8. Se cuestionan a través del recurso de su propósito, dos aspectos: a) Que los
artículos 343 y 345 del Código Procesal Civil regulan el desistimiento solo de
personas naturales, siendo la empresa Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad
Anónima Cerrada quien solicitó el desistimiento; y, b) La empresa Terminal
Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada debe continuar como parte del
proceso de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 188 inciso 2 de la Ley General de
Sociedades. El cuestionamiento de que los artículos 343 y 345 del Código procesal
Civil no regulan el desistimiento de personas jurídicas, no tiene asidero legal; pues,
no hay disposición expresa que ello fuere así. Ahora, respecto del artículo 188 de
la Ley General de Sociedades, que regula las atribuciones del gerente, señala: “Las
atribuciones del gerente se establecerán en el estatuto, al ser nombrado o por acto
posterior. Salvo disposición distinta del estatuto o acuerdo expreso de la junta
general o del directorio, se presume que el gerente general goza de las siguientes
atribuciones: 1. Celebrar y ejecutar los actos y contratos ordinarios
correspondientes al objeto social; 2. Representar a la sociedad con las facultades
generales y especiales previstas en el Código Procesal Civil y las facultades
previstas en la Ley de Arbitraje; 3. Asistir, con voz pero sin voto, a las sesiones
del directorio, salvo que este acuerde sesionar de manera reservada; 4. Asistir, con
voz pero sin voto, a las sesiones de la junta general, salvo que esta decida en
contrario; 5. Expedir constancias y certificaciones respecto del contenido de los
libros y registros de la sociedad; y, 6. Actuar como secretario de las juntas de
accionistas y del directorio”. Del estatuto de la empresa, obrante en autos a fojas
setecientos noventa y siete, se tiene que las atribuciones de su gerente general están
consignadas en su décima octava cláusula, entre las que se encuentra: Representar
en juicio y fuera de él, a la sociedad con los poderes generales y especiales del
mandato, pudiendo transigir el pleito o someterlo a arbitraje, desistirse de la acción
o convenir en ella. Significa que sus atribuciones se encuentran reguladas por la
norma adjetiva con las facultades generales y especiales que ella consigna en los
artículos 74 y 75 del Código Procesal Civil, donde autoriza realizar todos los actos
de disposición de derechos sustantivos, y para demandar, reconvenir, contestar
demandas y reconvenciones, desistirse del proceso y de la pretensión, allanarse a
la pretensión, conciliar, transigir, someter a arbitraje las pretensiones
controvertidas en el proceso, sustituir o delegar la representación procesal y para
los demás actos que exprese la ley, lo que es reiterado en el Estatuto de la empresa;
por lo que, habiendo Mauro Moscoso Mendoza actuado inicialmente, para
demandar, por derecho propio y en calidad de Gerente General de la empresa
Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada, y estando a que su
27
designación como tal ya no se encuentra vigente, al haberse designado en su lugar
por mandato judicial a Alex Raúl Valenzuela Castro, el desistimiento del proceso
formulado por este en representación de la empresa, debe surtir sus efectos,
continuando la tramitación del proceso seguido por Mauro Moscoso Mendoza, en
su condición de persona natural, al haber accionado también por “derecho propio”.
V. DECISIÓN:
28
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
Se trata del recurso de casación interpuesto por Mario Richard Zamora Gamarra a
fojas ciento ochenta y nueve, contra la sentencia de vista de fojas ciento ochenta y
uno, de fecha veintiuno de marzo de dos mil diecisiete, emitida por la Primera Sala
Especializada Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que declaró
nula la sentencia contenida en la Resolución número 08, de fecha diecinueve de
mayo de dos mil dieciséis, que declaró fundada la demanda; en consecuencia,
insubsistente todo lo actuado hasta fojas cincuenta; e, improcedente la demanda
sobre Nulidad de Acto Jurídico.
a) Infracción normativa de los artículos 140, 219 inciso 1, 220, 969 y 978 del
Código Civil: Señala que estando el bien sujeto al régimen de copropiedad, está
acreditado que Nelly Gamarra Chávez solamente tenía el cincuenta por ciento
(50%) de las acciones y derechos del mismo; no obstante, transfirió la propiedad
29
del bien a favor de Martha Margarita Vélez Chamaya, mediante acto jurídico que
conllevaba el ejercicio de la propiedad exclusiva; agrega además, que la primera
de las nombradas carecía de representación legal; pues, no le otorgó poder alguno,
y menos contaba con autorización judicial para disponer de inmueble de incapaz,
como es el caso de su hermano Pedro Luis Zamora Gamarra.
30
física y jurídicamente su transferencia; además de fin ilícito; pues, se ha dispuesto
de un inmueble de manera dolosa y mediante engaño.
31
de dicho acto, tal como se ha establecido en las Casaciones números 953-96-
Lambayeque y 1540-2004-Cono Norte.
5. - Estando a los fundamentos del recurso que nos ocupa, es necesario destacar
que, el Debido Proceso es un derecho complejo que está conformado por un
conjunto de derechos esenciales que impiden que la libertad y los derechos de los
individuos sucumban ante la ausencia o insuficiencia de un proceso o
procedimiento, o se vean afectados por cualquier sujeto de derecho -incluyendo el
Estado que pretenda hacer uso abusivo de estos. En ese sentido, es menester
recalcar que el artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del Perú, consagra
como principio rector de la función jurisdiccional, dentro de nuestro ordenamiento
jurídico, la observancia del debido proceso. Este, conforme a la interpretación que
reiteradamente ha efectuado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, exige
fundamentalmente que todo proceso o procedimiento sea desarrollado de forma
tal, que su tramitación garantice a las personas involucradas en él, las condiciones
necesarias para defender adecuadamente y dentro de un plazo razonable los
derechos u obligaciones sujetos a consideración.
32
determinarse esta infracción no será necesaria la dilucidación de la infracción de
orden sustancial. Estando a lo expuesto, tenemos que la Sala Superior ha cumplido
con la exigencia constitucional de la motivación de las resoluciones judiciales, al
expresar en los fundamentos que sustentan la decisión adoptada una suficiente
argumentación objetiva; en consecuencia, no se advierte acto arbitrario alguno que
vulnere el debido proceso, la debida motivación de las resoluciones judiciales, ni
la tutela procesal efectiva. En consecuencia, la infracción normativa procesal
denunciada debe ser desestimada.
9. Cabe agregar, que si bien, de conformidad con el artículo 977 del Código Civil,
cada copropietario puede vender la parte que le corresponde; en el caso concreto
tenemos a un heredero de una cuota ideal (no determinada), que ha dispuesto o
33
vendido no solo su cuota, sino además la totalidad de las cuotas ideales de los otros
coherederos, de las cuales no era propietario, siendo este un objeto del cual
jurídicamente no podía disponer, por no ser titular del mismo, y por impedimento
establecido en la ley, específicamente en el artículo 971 inciso 1 del Código Civil;
razón por la cual, asiste el derecho al demandante y coheredero perjudicado de
solicitar la nulidad del acto jurídico de compraventa por imposibilidad jurídica del
objeto; más aún, si se tiene en cuenta que se trata de un bien perteneciente a una
sucesión cuya división y partición no ha sido acreditada.
10. Por tanto, de conformidad con lo establecido en el artículo 396 del Código
Procesal Civil, corresponde casar la sentencia de vista; y actuando en sede de
instancia, confirmar la sentencia apelada que declaró fundada la demanda. Por
estos fundamentos y en aplicación del artículo 396 del Código Procesal Civil.
V. DECISIÓN:
34
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
35
sustentado por qué le da menor valor probatorio a dichos documentos que tienen
la calidad de instrumentos públicos, cuando éstos desvirtúan lo expuesto en la
declaración jurada (documento privado), sobre la carencia de bienes sujetos al
régimen de sociedad de gananciales, sin indicar en su resolución el razonamiento
que llevó al Ad Quem a adoptar tal decisión, lo que incluye expresar la valoración
conjunta y razonada de la prueba.
36
declare su mejor derecho de posesión sobre referidos puestos, así como la entrega
del bien inmueble, desalojo accesorio y consecuentemente la administración de la
posesión, con costas y costos del proceso. Sustenta su pretensión alegando que:
- Mediante escritura pública de fecha siete de junio del año dos mil diez, por
ante Notario Público Víctor Edilberto Lozano Valderrama, se declaró la
disolución del vínculo matrimonial entre Carmelo Chura Huisa y la
demandada Candelaria Maruja Anahua Anahua, en los términos y demás
condiciones que expresamente se hacen constar. Durante la vigencia del
matrimonio de su poderdante y la demandada Candelaria Maruja Anahua
Anahua, la sociedad conyugal por ellos conformada adquirió los puestos de
venta signados con los números ochenta y siete y ochenta y ocho de la
Asociación de Comerciantes 7 de Agosto, por el mérito de ser la
codemandada Calendaría Maruja Anahua Anahua, la socia titular y como
tal le corresponde derechos de adjudicataria sobre los indicados puestos, y
dichos puestos pasaron a formar parte de la sociedad de gananciales que
conforma con la demandada, pues su mandante viene a ser titular del
cincuenta por ciento (50%) de cada de los mencionados puestos por su
derecho de gananciales;
- Con fecha diecinueve de octubre del año dos mil siete, estando vigente el
vínculo conyugal y la sociedad de gananciales en forma insólita y
demostrada absolutamente intencionalidad de perjudicar sus derechos
económicos y gananciales la demandada Candelaria Maruja Anahua
Anahua. aprovechando su titularidad de socia y como aparece de su
inscripción ante la RENIEC (Registro Nacional de Identificación y Estado
Civil), con el estado civil de “soltera”, ha vendido los puestos de venta
mencionados a la otra codemandada Sonia Mamani Luve, según consta de!
denominado “Contrato de Acuerdo Privado Interno” extendido en
documento privado de fecha diecinueve de octubre del año dos mil siete.
37
- Estando a los derechos de adjudicación respecto a los puestos mencionados,
que se han adquirido durante la vigencia del matrimonio, de conformidad
con el artículo 315 del Código Civil, requiere la intervención de su cónyuge
para disponer o gravar los bienes comunes a título gratuito u oneroso;
tratándose de bienes gananciales producto de la unión de hecho, en tanto
que la adjudicación no se practique, como consecuencia de la
correspondiente liquidación, no puede atribuirse uno de los cónyuges el
dominio del todo o una parte de los bienes gananciales determinados; que
Candelaria Maruja Anahua Anahua ha transferido los mencionados puestos
de venta sin que tenga título de dominio idóneo, cuyos derechos de
adjudicación corresponde a la sociedad legal de gananciales;
38
venta en realidad se haya cancelado, no existe intervención notarial que
haya legalizado las firmas, ni que haya dado fe de la entrega del dinero por
concepto de venta, tampoco existe constancia de la compradora que haya
utilizado algún medio de pago por el momento de la obligación
supuestamente pactada, contraviniendo los artículos 4 y 7 de la Ley 28194
y lo dispuesto por el Decreto Supremo número 047-2004-EF, sobre
bancarización y sus modificatorias, pues los montos a partir los cuales
utilizaran medios de pago son de tres mil quinientos nuevos soles o mil
dólares americanos, por lo que en el contrato de compra venta corresponde
utilizar medios de pago a través de las empresas del sistema financiero;
39
con todos los pagos de servicios y derechos la Asociación de Comerciantes 7 de
Agosto; 6) Realizó las indagaciones sobre el estado civil de la codemandada
vendedora, verificando que figuraba en el padrón y documento nacional de
identidad como soltera, habiendo declarado en el padrón solo a sus hijos más no
algún conviviente; sin presagiar que dicha demandada alegue su condición de
casada ante el requerimiento de la regularización de la titularidad; pues le ha
cursado carta notarial para ello y ante la negativa ha instaurado un proceso sobre
Otorgamiento de Escritura Pública – Expediente número 812-2011 Primer Juzgado
Civil de Tacna; 7) El precio fue cancelado, habiendo gravado la transferencia y la
entrega del dinero, por lo que no se puede cuestionar dicho extremo; 8) Las
pretensiones de desalojo, mejor derecho de posesión y entrega del bien deben ser
declaradas improcedentes, por cuanto no se ha fundamentado dichos pedidos. La
codemandada Candelaria Maruja Anahua Anahua, fue declaró rebelde mediante
resolución obrante a fojas noventa y nueve de fecha veintiséis de julio del año dos
mil doce.
40
(certificación realizada el diecinueve de mayo del año dos mil nueve) de la mismo
folio del padrón de socios de Candelaria Maruja Anahua Anahua, en el cual se
consigna como grado de instrucción quinto de secundaria, de estado civil soltera y
en la parte de nombre de esposo o conviviente se encuentra en blanco; ii) De tal
manera, que no se encuentra acreditado que la demandada Sonia Mamani Luve
Tenía conocimiento que Candelaria Maruja Anahua Anahua, se encontraba casada
con el demandante; por otra parte, con lo advertido en trámite de divorcio ulterior
realizado ante notario público, es razonable extraer como conclusión que al no
declararse la existencia de bienes sociales, debe inferirse por tanto, que el
demandante tenía conocimiento del acto jurídico por su ex cónyuge la
codemandada Candelaria Anahua Anahua, así como su asentimiento tácito, pues
al no haberse consignado el bien materia de litis como bien social, esta situación
no puede ser reputada como una omisión, como lo señala el demandante en la
demanda, pues debieron ser consignados, al ser puestos que eran conducidos por
Candelaria Anahua Anahua; más aún, cuando el documento que se cuestiona, es
de fecha anterior al procedimiento de divorcio. No dejando pasar por alto, que
conforme el informe del presidente de la Asociación de Comerciantes 7 de agosto,
Sonia Mamani Luve, es quien en la actualidad conduce dichos puestos, lo que en
efecto se corrobora con el acta de constatación de conducción de puesto de folios
ochenta y dos, por lo que corresponde desestimar la pretensión de nulidad de acto
jurídico por la causal de falta de manifestación de voluntad.
41
proporcionados para su elaboración son verdaderos y que asume expresa y
exclusiva responsabilidad civil y penal por la veracidad de esta declaración(...),
entendiéndose que los datos proporcionados por las partes suscribientes son
“verdaderos”, advirtiéndose que en dicho documento como fundamento de su
petitorio (ver fojas nueve) al punto quinto, los peticionantes Carmelo Chura Huisa
y Candelaria Maruja Anahua Anahua indican “(…) que durante la vigencia nuestro
matrimonio no hemos adquirido bienes sociales, tal como lo hemos manifestado
en nuestra declaración jurada (…)”; hecho que difiere con lo indicado por el
demandante ya que en caso los puestos materia de litis hubieran sido parte de la
sociedad conyugal debieron ser consignados por las partes más aún si ambos
siguieron el trámite de divorcio cuyo efecto es el fenecimiento de la sociedad de
gananciales en caso existiese, lo cual no ocurrió en el presente caso al indicar
ambas partes que “no adquirieron bienes sociales”. ii) Que, en cuanto a la
constitución de la Asociación de Comerciantes 07 de agosto, realizada el día
veintidós de diciembre del año mil novecientos noventa y dos, debe tenerse en
cuenta, que si bien es cierto ello es posterior a la celebración de matrimonio de las
partes, ello no acredita que los puestos sub litis formen parte de la sociedad de
gananciales, ya que conforme obra en autos se evidencia que las partes afirmaron
que durante la existencia del vínculo matrimonial no adquirieron bienes; más aún
si del caudal probatorio se desprende en el documento “Acuerdo Privado Interno”
(ver fojas quince) la codemandada Candelaria Maruja Anahua Anahua consigna
como estado civil soltera hecho que también consta en el Certificado de Inscripción
emitido por la RENIEC (ver fojas setenta y siete), además de ello, se tiene que el
Presidente de la Asociación de Comerciantes 7 de Agosto, remite copia legalizada
del padrón de socios (ver fojas ciento noventa y seis) consignando como socia a
Candelaria Maruja Anahua Anahua, notándose que en dicho documento se
consignan datos de la demandada como el grado de instrucción: superior, su estado
civil: “soltera”, y consignando como conviviente a Carmelo Chura Huisa,
resaltando que la legalización de dicho documento se realizó ante la Notaría Rosa
Málaga Cutipé, con fecha veintitrés de mayo del año dos mil catorce; documento
que sin embargo, difiere del presentado por la demandada Sonia Mamani Luve
(ver fojas doscientos dieciocho y doscientos diecinueve), cuya legalización es
realizada el diecinueve de mayo del año dos mil nueve, ante la Notaría Rosario C.
Bohorquez Vega, cuyos datos respecto al padrón de socios de Candelaria Maruja
Anahua Anahua varían consignándose como grado de instrucción quinto de
Secundaria, de estado civil “Soltera”, y en la parte de nombre de esposo o
conviviente se encuentra en blanco; por lo que se determina que la codemandada
42
Candelaria Maruja Anahua Anahua ha adquirido dichos puestos comerciales en su
condición de soltera, situación que es corroborada con la declaración del
demandante en el trámite de divorcio ulterior tramitado posteriormente. iii) Que,
en cuanto a que la demandada Sonia Mamani Luve tenía conocimiento que
Candelaria Maruja Anahua Anahua se encontraba casada con el demandante, dicha
situación no ha sido probada por el accionante, ya que de los medios probatorios
actuados en el presente proceso no se aprecia alguno que acredite tal situación; por
lo que se concluye que los puestos materia de litis no forman parte de la sociedad
de gananciales; siendo así, en la sentencia impugnada se aprecia una valoración
conjunta de “los medios probatorios aportados por ambas partes” los mismos que
fueran incorporados al proceso, efectuando el a quo una debida motivación de su
fallo expresando las razones que sustentan su decisión en la valoración de cada
medio probatorio, de conformidad con lo establecido en el artículo 197 del Código
Procesal Civil.
43
7. Que, bajo ese contexto dogmático, la causal denunciada se configura, entre otros
supuestos, en los casos en los que, en el desarrollo del proceso, no se han respetado
los derechos procesales de las partes, se han obviado o alterado actos de
procedimiento o si la tutela jurisdiccional no ha sido efectiva y/o el órgano
jurisdiccional deja de motivar sus decisiones o lo hace en forma incoherente, en
clara trasgresión de la normatividad vigente y de los estadios superlativos del
procedimiento
44
pertinentes, sean valoradas por los órganos judiciales conforme a las reglas de la
lógica y de la sana crítica, según lo alegado y probado.
12. En este contexto, puede evidenciarse que el meollo del presente proceso radica
esencialmente en determinar si los puestos comerciales números 87 y 88 de la
Asociación de Comerciantes 7 de agosto, al diecinueve de octubre del año dos mil
siete, eran de propiedad de la sociedad conyugal conformada por el accionante y
la codemandada Candelaria Maruja Anahua Anahua.
45
no se afecta la logicidad, ni se vulnera el derecho a probar en cualquiera de su
vertientes. Es decir, su pronunciamiento se ha ceñido estrictamente a lo aportado,
mostrado y debatido en el proceso; donde la instancia de mérito ha concluido que
si bien el accionante Carmelo Chura Huisa y la codemandada Candelaria Maruja
Anahua Anahua estuvieron casados desde el tres de enero del año mil novecientos
noventa y dos, hasta el siete de junio del año dos mil diez, en que suscribieron la
Escritura Pública de divorcio ulterior (anotada en el acta de matrimonial) en dicha
escritura pública ambos manifestaron con carácter de declaración jurada que
durante la vigencia de su matrimonio no han adquirido bienes sociales, asumiendo
responsabilidad civil y penal por la veracidad de sus declaraciones; y que por otro
lado el demandante no ha acreditado que el bien haya sido de propiedad de la
sociedad conyugal en tanto en el padrón de socios y su Documento Nacional de
Identidad la codemandada Candelaria Maruja Anahua Anahua figura como soltera,
así como no ha probado que la codemandada Sonia Mamani Luve haya tenido
conocimiento que su vendedora estaba casada con el demandante. Por lo que dicho
fallo no puede ser cuestionado por ausencia o defecto en la motivación, pues se ha
cumplido con precisar el por qué y debido a qué se ha llegado a la conclusión final,
en consecuencia, un parecer o criterio distinto al que ha arribado no puede ser
causal para cuestionar la motivación. En consecuencia, la infracción normativa
procesal consignada en literal (A), debe ser desestimada.
15. Así tenemos que, un bien será social por el mero hecho de haber sido adquirido
dentro de la vigencia del matrimonio, acorde al artículo 310 del Código Civil, con
excepción a los supuestos los establecidos en el artículo 302 del Código Civil; es
decir no basta que un bien sea adquirido durante la vigencia del matrimonio para
que sea considerado social, sino que está sujeto a excepciones, como por ejemplo
que haya sido adquirido a título oneroso y la causa de adquisición ha precedido a
aquella. De allí que el razonamiento esbozado por la instancia de mérito es acorde
a derecho; en tanto asume que, pese a que la compra se realizó durante la vigencia
46
del matrimonio, si en la Escritura de divorcio el accionante declaró bajo juramento
no haber adquirido bienes sociales con la codemandada Candelaria Maruja Anahua
Anahua, ello basta para considerar que los bienes sobre los que recae el acto
jurídico sub litis no son sociales. Por lo que la causal descrita en el literal “B”
también debe ser desestimada y declarar infundado el recurso de casación.
V. DECISIÓN:
47
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA SALA CIVIL
TRANSITORIA
I. HECHOS:
48
b) Que la transferencia realizada fue efectuada cuando no tenían ningún derecho
de propiedad constituido, habiéndose dejado su madre Carmen Mansilla Gonzáles
Vda. de Requejo sin efecto el contrato mediante la carta notaria cursada, indicando
además que la Sociedad Conyugal conformada por Isidro Díaz Ortega y Gila
Vilma Palacín Pérez de Díaz tenían conocimiento de la transferencia realizada por
la Municipalidad de Puente Piedra respecto al predio en cuestión.
b) Son poseedores por más de 10 años del bien sub litis en virtud de un justo título;
que conforme al artículo 245° inciso 3 del Código Adjetivo, un documento privado
adquiere fecha cierta y produce eficacia jurídica desde su presentación ante el
Notario Público para que certifique la fecha o legalice las firmas, indicando que el
documento sub litis consigna las firmas con fecha nueve de octubre de mil
novecientos noventa y ocho, siendo certificadas dichas firmas notarialmente con
fecha nueve de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, hecho que le da
eficacia al acuerdo realizado.
c) Asimismo, señala que Gladys Edith Requejo Mansilla realizó el pago de la suma
de diez mil dólares americanos por el bien sub litis, por lo que la transferencia de
la posesión otorgada por su madre no fue gratuita, surtiendo efectos válidos en
aplicación del artículo 949 del Código Civil.
a) Que en aplicación del artículo 882 de Código Civil, el cual establece que no se
puede establecer contractualmente la prohibición de enajenar, para los efectos de
resolver esta controversia, se considera que no surte efectos jurídicos lo
49
consignado en la Cuarta Cláusula del Contrato del nueve de Octubre de mil
novecientos noventa y ocho, ya que como se reitera, al haberse producido la
transferencia a título oneroso y en el marco legal en referencia, es derecho de todo
propietario disponer libremente del bien de su propiedad. Caso contrario se estaría
contradiciendo tal precepto constitucional. En ese orden, agrega que se debe
preferir el artículo 70 de la Constitución Política del Estado, ya que establece que
el derecho de propiedad es inviolable, el Estado lo garantiza y se ejerce en armonía
con el bien común y dentro de los límites de ley en concordancia con el artículo
923 del Código Civil establece que el derecho de propiedad es el poder jurídico
que a la vez contiene u otorga un haz de otros derechos inherentes a todo
propietario, como son el derecho de usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien,
no presentándose en el caso de autos ninguna de las causales contenidas en los
incisos 3, 4, 5 y 8 del artículo 219 del Código Civil invocados por la parte
accionante, toda vez que el bien sub litis no permaneció en el patrimonio o esfera
de dominio de la enajenante Carmen Mansilla Gonzáles, sino que una vez que se
realizó el Contrato de Transferencia entregándose el bien sublitis a la adquiriente,
esta transfiere posteriormente el inmueble a la Sociedad Conyugal codemandada,
concluyéndose que no existe acto jurídico simulado en la realización de dichas
transferencias.
50
realizó la demandada y su cónyuge Walter Humberto López Beltrán a la sociedad
conyugal, realizado con fecha veinte de agosto de dos mil tres.
51
pretende anular por la parte demandante, por lo que no se advierte una infracción
respecto a las normas señaladas, resultando infundada la causal denunciada.
52
que ambos no resultan aplicables, toda vez que en el caso que nos ocupa, el solo
hecho de cursar una comunicación escrita, (Carta Notarial de fecha diecisiete de
noviembre de mil novecientos noventa y ocho), no produce efectos tales como que
una de las partes de forma unilateral resuelva o deje sin efecto un contrato, ya que
no se encuentra acorde a lo establecido en artículo 1429 del Código Civil. Siendo
esto así, debe declararse infundado el recurso de casación.
V. DECISIÓN:
53
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA SALA CIVIL
TRANSITORIA
I.HECHOS:
a) Es propietaria del bien sobre el cual recaen los actos jurídicos materia de
nulidad.
54
b) Es cierto que ha sido condenada por delito de estelionato, con motivo de la venta
ilegal, en agravio de la demandante.
55
a) Las mismas partes han seguido el proceso 2005-085 ante el mismo Juzgado,
sobre nulidad de acto jurídico de compraventa de fecha ocho de agosto de mil
novecientos noventa y siete que terminó con sentencia que declaró infundada la
demanda por no haberse acreditado derechos de propiedad por parte de la actora y
por existir una diferencia de áreas en el predio objeto de venta (sentencia 173-178
/ confirmada 223-226 / casación 245).
56
b) Las declaraciones de autoevalúo que obra a fojas treinta y dos a cuarenta y ocho
del expediente 113-2005, no son documentos que acrediten el derecho de
propiedad respecto del predio vendido, por ello no acreditan la propiedad que
invoca la demandante.
57
declarar la nulidad de un acto jurídico ilegal, el cual terminó por condenar a la
persona que transfirió el bien, por haber incurrido en un ilícito penal.
b) Infracción normativa de derecho material del artículo 140 del Código Civil.
Se ha omitido aplicar lo establecido en el artículo 140 del Código Civil: En la
resolución de la Sala Superior se ha emitido un pronunciamiento subjetivo, pues
omitió pronunciarse objetivamente sobre la validez del acto jurídico contenido en
los contratos privados de fechas once de marzo de mil novecientos noventa y siete
y ocho de agosto del mismo año, cuya nulidad se solicitó. Se encuentra acreditado
como un acto ilícito, ya que el mismo juzgado penal declaró la ilicitud de la
conducta de la persona que vendió la propiedad de la recurrente; así como también,
se acredita que la recurrente es propietaria y titular del bien inmueble.
V.DECISIÓN:
58
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I.HECHOS:
59
que la Cooperativa Agraria de Usuarios “Majoro” Limitada 229, era propietaria
del terreno rústico denominado Paraje Majoro, ubicado en la Panamericana Sur
kilómetro 447.50, distrito de Vista Alegre, provincia de Nazca, departamento de
Ica, con un área de sesenta mil doscientos cuatro punto noventa y tres metros
cuadrados (60,204.93 m2 ); posteriormente, la mencionada cooperativa transfi rió
dos lotes de terreno ubicados dentro del mencionado inmueble de mayor extensión,
constituidos por el lote número 03 de la manzana A, con un área de setecientos
cincuenta y dos metros cuadrados (752 m2 ), y por el lote número 03 de la manzana
B, con un área de setecientos noventa y tres punto sesenta metros cuadrados
(793.60 m2 ), a favor de Plutarco Lobatón Tubilla; agrega que a través del contrato
de compraventa de fecha veintisiete de noviembre de mil novecientos noventa y
seis, adquirió el terreno ubicado en la manzana A, lote número 03, urbanización
La Unión, Sector Majoro, distrito de Vista Alegre, provincia de Nazca y
departamento de Ica, de sus anteriores propietarios Plutarco Lobatón Tubillas y su
cónyuge Tomasa Injante Andrade de Lobatón; y por contrato de promesa de venta
de fecha veinticinco de noviembre de mil novecientos noventa y seis, formalizado
por escritura pública de fecha dieciséis de noviembre de dos mil, adquirió el
terreno ubicado en manzana B, lote número 03, urbanización La Unión, Sector
Majoro, distrito de Vista Alegre, provincia de Nazca y departamento de Ica, de sus
anteriores propietarios Plutarco Lobatón Tubillas y su cónyuge Tomasa Injante
Andrade de Lobatón; asimismo refi ere que mediante contrato de compraventa de
fecha veintitrés de febrero de mil novecientos noventa y ocho, formalizado por
escritura pública de fecha dieciocho de abril de dos mil, la Cooperativa Agraria de
Usuarios “Majoro” Limitada 229, transfi rió a la Asociación de Vivienda “La
Unión Majorito” el inmueble de mayor extensión ubicado en la urbanización La
Unión dentro del cual se encuentran los dos lotes de terreno adquiridos; por lo que
la mencionada cooperativa ha transferido parte de un bien inmueble que no le
pertenece, ya que los dos lotes de terrenos fueron adquiridos con anterioridad a la
celebración del cuestionado acto jurídico; en consecuencia, el acto de transferencia
celebrado entre la Cooperativa Agraria de Usuarios “Majoro” Limitada 229 y
Asociación de Vivienda “La Unión Majorito” sobre los predios de litis adolece de
nulidad, por las causales de falta de manifestación de voluntad del agente, fi n
ilícito, simulación absoluta y por contravenir las normas que interesan al orden
público y a las buenas costumbres.
60
Mediante sentencia de fecha catorce de junio de dos mil dieciséis, declaró
infundada la demanda. Como fundamento de su decisión señala:
61
de dos mil por el Juzgado Mixto de Vista Alegre a favor de la Asociación de
Vivienda “La Unión Majorito”. La escritura pública fue otorgada en virtud al
mandato contenido en la sentencia firme de fecha veinte de marzo de dos mil, que
declaró fundada la demanda de otorgamiento de escritura pública; por lo que no es
posible solicitar la nulidad de la cuestionada escritura pública bajo las causales de
nulidad del acto jurídico previstas en el artículo 219 del Código Civil, dado que
fue emitida merced a un mandato judicial firme; asimismo señala que existen vías
legales adecuadas para cuestionar una resolución judicial que tiene la calidad de
cosa juzgada; en consecuencia, la demanda postulada deviene en improcedente
conforme al artículo 427 inciso 5 del Código Procesal Civil, pues el petitorio es
jurídicamente imposible.
V.DECISIÓN
62
la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad y los
devolvieron:
63
SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPÚBLICA
I. HECHOS:
64
Mediante sentencia de fecha cinco de agosto de dos mil dieciséis que declaró
infundada la demanda, fundamentando su decisión en los siguientes
considerandos:
b) Además señala, que un primer hecho que llama la atención es que la demandada
Maritza Esther Miguel Ruiz al momento de la transferencia mantenía una relación
convivencial con su vendedor, con quien incluso ha procreado hijos, según la
propia declaración de la citada demandada contenida en el punto 2 de su escrito de
contestación de demanda (obrante a fojas ochenta y uno y siguientes), quien
sostiene que no tenía idea de cuál fue la motivación de su ex conviviente de
proceder a la venta cuestionada, al señalar que “desconozco los motivos de mi
codemandado para que me vendiera el 50 % de acciones y derechos”, lo que
evidencia una anomalía en la transferencia, pues la venta se produjo de un
momento a otro, sin que los contratantes, que convivían en el mismo bien, tengan
un propósito razonable para realizar la transferencia, por lo que se concluye que su
única intención fue crear un aparente tercero con fe pública registral, que solo
apareciese como propietaria.
65
infundada la demanda de nulidad de acto jurídico y reformándola con los
siguientes fundamentos:
66
inexactitud registral) y legitimaría situaciones contrarias al derecho a través
transacciones realizadas con evidente mala fe; más aún, si se tiene en cuenta que
la inscripción registral no puede convalidar actuaciones que vulneren los principios
fundamentales del derecho.
b) Que, se debe poner énfasis que en el caso de autos la Sala Superior ha decidido
la causa aplicando el artículo 20148 del Código Civil; sin embargo, a fi n de
desplegar los efectos benéficos de este principio registral en favor de los terceros
adquirentes, el artículo 2014 del Código antes citado establece una serie de
requisitos, los mismos que han sido desarrollados por la doctrina y que
procederemos a mencionar, realizando énfasis brevemente al requisito d) que
señala la “adquisición por el tercero debe ser de buena fe”, y que a su vez
permitirán definir sus alcances en nuestro ordenamiento jurídico. Ante esta óptica,
los requisitos para la aplicación del principio de fe pública registral son: a) Debe
tratarse de una adquisición derivada de titular registral, que en el Registro aparece
67
con facultades dispositivas; b) Ha de existir inexactitud registral no conocible por
el tercero adquirente que afecta el derecho del titular registral transferente por
causales de invalidez, inefi cacia o falsedad; c) El adquirente debe tener título
válido y ser tercero respecto de las relaciones jurídicas anteriores afectadas por
alguna patología; d) La adquisición por el tercero debe ser de buena fe; e) La
adquisición por el tercero debe ser a título oneroso, y, f) Debe inscribirse el acto
adquisitivo del tercero .
2. Ello se traduce en la explicación detallada que debe realizar el Juez, sobre los
motivos que han conllevado a la decisión fi nal. En esta fundamentación debe
existir conexión lógica entre los hechos narrados por las partes (demandante y
demandada), y las pruebas aportadas por ellos; coherencia y consistencia en sus
razonamientos. Para que una motivación sea el fi el reflejo de una aplicación
racional del ordenamiento jurídico debe necesariamente fundarse en derecho, lo
que significa que la norma seleccionada debe estar en estricta correspondencia con
el petitorio y los fundamentos, dispositivo legal que debe ser válido, vigente, y en
caso de no ser vigente, si corresponde su aplicación o no al caso concreto.
68
de posibles inexactitudes en el contenido del Registro”, basado en un conocimiento
promedio.
V. DECISIÓN:
Por las consideraciones expuestas y de conformidad con el artículo 397 del Código
Procesal Civil, declararon:
69
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I HECHOS:
a) Indica que fue engañado por los socios de la empresa Grupo Takna Sociedad
Anónima Cerrada, siendo que en su condición de socio participó de la Junta
General de Accionistas a efectos de que se apruebe ilegalmente la donación de las
acciones a favor de su hermano, sin considerar que la misma no cumplía con la
forma prescrita por ley bajo sanción de nulidad, pues debió ser por escrito de fecha
cierta, dado que el valor de las acciones superan el veinticinco por ciento (25%) de
una Unidad Impositiva Tributaria – UIT, de conformidad con el artículo 219 inciso
6 del Código Civil, en concordancia con el artículo 1624 del mismo cuerpo
normativo.
70
b) Señala que el acto jurídico se ha elaborado y aprobado en el mismo documento,
lo que no es correcto, pues debió celebrarse mediante un contrato privado de fecha
cierta antes de ser comunicado a la sociedad a efectos de que la misma sea inscrita
en el libro de matrícula de acciones del Grupo Takna Sociedad Anónima Cerrada.
a) que en aplicación del artículo 446 inciso 11 del Código Procesal Civil deduce la
mencionada excepción, la que extingue el derecho y la acción, de conformidad con
el artículo 2003 del Código Civil.
La Sala Civil Permanente de la Corte Superior de Justicia del Tacna expide el auto
de vista obrante en la página ciento cuarenta y ocho, que revoca la resolución
número seis que declaró improcedente la excepción de caducidad y, reformándola
la declaró fundada. La Sala Superior señala:
71
causal de nulidad. La legitimidad para interponer esta acción es mucho más amplia
que la prevista para los supuestos contemplados en los artículos 139 y 142 de la
Ley General de Sociedades [que únicamente tratan supuestos en los que un acuerdo
contraviene normas directamente relacionadas con la sociedad] y puede ser
promovida por cualquiera con legítimo interés. Asimismo, se sustancia a través del
proceso de conocimiento y la acción caduca un año después de adoptado el
acuerdo. En ese sentido, el artículo 150 de la Ley General de Sociedades dispone
de manera expresa que la acción de nulidad para la impugnación de acuerdos de
junta será procedente cuando incidan las causales de nulidad previstas en el Código
Civil, debiendo sustanciarse en la vía de conocimiento, dejando establecido,
además, que dicha acción de nulidad caducará transcurrido el año del acuerdo
adoptado materia de impugnación.
72
d) En ese entender, se tiene que el demandante ha podido ejercer su derecho de
accionar hasta el treinta de diciembre de dos mil quince, es decir, un año después
de adoptado el acuerdo, conforme a lo estipulado por el artículo 150 de la Ley
General de Sociedades, empero de la verificación de lo actuado, la interposición
de la demanda ha sido efectuada el día veintidós de abril de dos mil dieciséis,
excediéndose de ese modo en el plazo para solicitar la nulidad de la transferencia
a título gratuito (donación) contenida en el Acta de fecha treinta de diciembre de
dos mil catorce, por lo tanto el plazo para anular el acuerdo cuestionado por el
recurrente ha caducado.
73
representativo de los derechos del accionista, así como bien mueble (artículo 886
inciso 8 del Código Civil).
d) A su vez, para las partes, los efectos de la transferencia operan desde el momento
de la celebración del contrato, siendo que el trámite de aprobación e inscripción en
el libro de matrículas no forma parte de la transferencia de acciones, sino del
procedimiento para poder oponer a la sociedad la referida transferencia. Ello es así
porque quien transfiere es el titular de las acciones y no los órganos administrativos
de la sociedad.
g) Por lo tanto, la nulidad del acuerdo de aprobación se rige por las normas de la
Ley General de Sociedades, pero la transferencia misma no lo celebra la Junta y
su validez se rige por las normas del Código Civil con las regulaciones específicas
que la Ley Societaria y el Estatuto establezcan.
74
artículo 396 del Código Procesal Civil, cabe emitir pronunciamiento de fondo, por
lo que corresponde desestimar la excepción planteada y disponer que continúe el
proceso según su estado.
IV. DECISIÓN
Por estos fundamentos, y en aplicación del artículo 396 del Código Procesal Civil,
declararon:
75
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
LA SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS:
76
Infracción normativa del artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Perú;
alegando que en la sentencia se vulneró el derecho a la debida motivación en el
desarrollo de los fundamentos que sustentan el fallo que declaró infundada la
demanda, pues no se ha expresado o explicado los puntos por los cuales se opta
con confirmar una sentencia que adolece de vicios; asimismo, no se ha cumplido
con expresar los motivos por los cuales el Ad quem omitió aplicar lo preceptuado
en los artículos 1802 y 949 del Código Civil, que resultaban trascedentes para la
resolución del caso. Finalmente, señaló que no se ha realizado una debida
valoración de los medios probatorios pues no se ha tomado en consideración el
contrato de compraventa celebrado en el año mil novecientos noventa y seis, el
cual da cuenta del acuerdo de voluntades que existió entre José Hildebrando Tafur
Castro y su esposa Susana Mercedes Lizarzaburu Vereau con Toedoro Tantalean
Marrufo.
b) Infracción normativa de los artículos 1802 y 949 del Código Civil, alegó que
Carlos Florentino Tejada Castro conocía del fallecimiento de Susana Mercedes
Lizarzaburu Vereau, empero desconocía que con la muerte fenecida.
77
instancia procesal, debe cumplir su deber de pronunciarse acerca de los
fundamentos del recurso, por las causales declaradas procedentes.
78
6. Entonces, el fenecimiento de la sociedad de gananciales tiene un doble objeto.
Por un lado pone fi n a la sociedad de gananciales; por el otro, hace posible la
repartición de las ganancias, si las hubiere, después de deducidas las cargas y
deudas sociales. Para esto último, se crea un estado de indivisión en el patrimonio
que facilita y concluye con la liquidación del mismo. La sociedad de gananciales
se disuelve solo por causas taxativas, las mismas que se encuentran enunciadas
expresamente en el artículo 318 del Código Civil, siendo éstas las únicas razones
que pueden ser alegadas para solicitar la conclusión del mencionado régimen. La
principal causa de fenecimiento es, sin duda alguna, la disolución del vínculo
matrimonial por muerte de uno de los cónyuges. Ergo, la muerte física provoca la
disolución del vínculo matrimonial y, por tanto, concluye el régimen de sociedad
de gananciales.
7. Por tanto, es evidente en el caso concreto existió una ausencia absoluta de falta
de manifestación de voluntad del agente, por cuanto tanto de la minuta como de la
Escritura Pública de fecha ocho de febrero de dos mil doce denominado “Ratifi
cación de Compraventa” habría sido celebrada por Carlos Florentino Tejada Castro
supuestamente en representación de José Hildebrando Tafur Castro y esposa
Susana Mercedes Lizarzaburu Vereau, tal como se consigna en ambos
documentos, cuando en realidad esta última había fallecido el nueve de mayo de
mil novecientos noventa y ocho como se acredita del acta de defunción y por
consiguiente el poder otorgado por la sociedad conyugal a favor de Carlos
Florentino Tejada Castro se habría extinguido desde aquel acontecimiento, esto en
aplicación del inciso 5 del artículo 318 que señala fenece el régimen de la sociedad
de gananciales: 5) Por muerte de uno de los cónyuges, en concordancia con el
inciso 3 del artículo 1801 del Código Civil que expresamente señala que el
mandato se extingue por muerte del mandante o del mandatario; en consecuencia,
la tesis de las instancias de mérito descansa en que el acto jurídico celebrado
utilizando un poder o mandato extinguido por muerte de uno de sus otorgantes,
conlleva a que el acto jurídico adolezca de un elemento estructural de validez, cual
es la manifestación de voluntad del agente y consecuentemente nulo el acto
jurídico de compra del inmueble.
8. Por otro lado, respecto al argumento del casacionista que el artículo 1802 del
Código Civil, es aplicable por extensión al caso de autos. Al respecto este artículo
establece que aquellos actos realizados por el mandatario en desconocimiento de
la extinción del mandato son válidos, es decir, generan efectos jurídicos y vinculan
79
a los herederos del mandante. Sin embargo, esta norma no es aplicable a todas las
causas de extinción del mandato previstas en el artículo 1801 del Código Civil.
Nos explicamos, en el supuesto de que el mandato fenezca por muerte, interdicción
o inhabilitación del mandante, sí resultará aplicable la norma denunciada, si y solo
si, el mandatario haya “ignorado” o “desconocido” la muerte de su mandante,
situación que no ha sucedido en el caso de autos por cuanto el citado codemandado
admite en su contestación de la demanda que conocía del fallecimiento de la esposa
de su primo hermano, por ende, debe tomarse lo expuesto como una declaración
asimilada al amparo del artículo 221 del Código Procesal Civil;
III. DECISIÓN:
80
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
SUMILLA.- El artículo 1562 del Código Civil disponía en su texto original que
el vendedor pierde el derecho a optar por la resolución del contrato si se ha pagado
más del cincuenta por ciento del precio, siendo nulo todo pacto en contrario;
situación que en efecto se verifica por la Sala Superior al haberse acreditado que
el accionante ha cancelado más del 50% del precio pactado en el contrato de
compraventa de fecha veinte de marzo del año dos mil.
I. HECHOS:
1. El demandante Abel Martínez Aldazabal (fojas 82), solicita la nulidad del acto
jurídico contenido en la Escritura Pública fundamentándola en:
81
b) solicita la nulidad del acto jurídico contenido en la escritura pública de anticipo
de legítima de fecha dieciocho de setiembre de dos mil siete, otorgada por Pablo
Florentino Villavicencio Quispe y Francisca Barboza Pizarro a favor de sus hijas
Luz Victoria Villavicencio Barboza y María Angélica Villavicencio Barboza,
respecto al 68.254% de las acciones y derechos de la Parcela número 61, inscrito
en la Partida número P01008513 del Registro de Predios de Lima, por las causales
de falta de manifestación de voluntad, objeto jurídicamente imposible y
transgresión de normas de orden público y buenas costumbres-
82
encontraba resuelto al haber pagado más del 50%, conducta que no solo resulta
contradictoria sino que además constituía en cuanto al proceso sobre ejecución de
garantías una declaración asimilada en aplicación del artículo 221 del Código
Procesal Civil pues en dicha causa el accionante había ya dejado sentado que el
citado contrato estaba resuelto.
83
situación en nada influye en esta causa habida cuenta que la excepción de
litispendencia fue declarada infundada.
1. El presente caso fue declarado procedente el recurso de casación por las causales
de:
84
este último perderá el derecho de optar por la resolución del contrato en el supuesto
que el comprador hubiese pagado más del 50% del precio, lo que en efecto se
encuentra acreditado en autos conforme a los argumentos de hecho y de derecho
de la sentencia de vista. Finalmente en cuanto al argumento del recurrente en el
sentido que no se habría tenido en cuenta la afirmación del demandante en el
proceso de ejecución de garantías en cuanto a que el contrato de compraventa
habría quedado resuelto, es necesario señalar que dicho argumento carece de
asidero puesto que en el proceso recaído en el Expediente número 394-2007 sobre
nulidad de acto jurídico se invocó causales de nulidad distintas a las que son
materia de nulidad en esta causa, lo que en efecto quedó establecido al resolverse
la excepción de litispendencia deducida en este proceso, defensa de forma que
finalmente fue declarada infundada mediante resolución de fecha nueve de octubre
de dos mil trece siendo confirmada por resolución de vista de fecha veintidós de
octubre de dos mil catorce según la verificación del sistema de información
jurídica a la que se ha tenido acceso.
3. Se advierte que los impugnantes con dicha denuncia pretenden que se realice un
nuevo análisis de las conclusiones arribadas por las instancias de mérito, no siendo
factible realizarlo en sede casatoria a no ser que se evidencie una afectación
evidente y palmaria al debido proceso, lo que no se advierte en modo alguno en el
presente proceso por las razones antes señaladas, por lo que este extremo del
recurso debe desestimarse por improbado.
4. se debe señalar que los recurrentes denuncian en este extremo que no se debió
declarar fundada la demanda en virtud a lo dispuesto en el inciso 7 del artículo 219
del Código Civil por cuanto, según refieren, dicha norma no sanciona con la
85
nulidad la resolución del contrato de compraventa cuando se haya pagado más del
50% del precio del bien, más aún cuando dicha norma se aplicó de oficio.
5. Sobre este particular cabe precisar que el texto original del articulo 1562 del
Código Civil establecía lo siguiente: “En el caso del artículo 1561, el vendedor
pierde el derecho a optar por la resolución del contrato si se ha pagado más del
cincuenta por ciento del precio. Es nulo todo pacto en contrario”. En el presente
caso, el demandante para efectos de solicitar la nulidad de la escritura pública de
resolución de contrato de compraventa y cancelación de hipoteca de fecha tres de
agosto de dos mil siete manifiesta haber pagado más del 50% del precio pactado,
por lo que habiéndose suscrito el contrato de compraventa de acciones y derechos
de fecha veinte de marzo del año dos mil resultaba de aplicación el texto originario
del artículo 1562 del Código Civil, que prescribía que el vendedor perdía el
derecho a optar por la resolución del contrato si hubiera pagado más del 50% del
precio resultando nulo todo pacto en contrario, encontrándose por tanto sancionada
de manera expresa con nulidad la resolución del contrato de compraventa otorgada
por los demandados Pablo Florentino Villavicencio Quispe y Francisca Barboza
Pizarro a tenor de lo señalado en la norma material acotada. Que, en esa
perspectiva, siendo que el precio pactado fue de doscientos cincuenta y ocho mil
dólares americanos (US$.258,000.00), se advierte que el demandante habría
incumplido con pagar las letras de cambio números 36, 37, 38 y 39 del contrato de
compraventa de lo que se desprende que el actor habría cumplido en su
oportunidad con pagar las anteriores letras de cambio de lo que se razona por tanto
que el demandante pagó más del 50% del precio total acordado conforme se
verifica del contrato de compraventa de fecha veinte de marzo del año dos mil
(fojas 28) y de la carta notarial remitida por los demandados al accionante (fojas
41), lo que desvirtúa plenamente lo señalado por los recurrentes.
86
declararla de ofi cio, pues, le está vedado permanecer impasible, por ejemplo,
frente a un acto ilícito o contrario a las normas imperativas o a las buenas
costumbres. Sin embargo, a decir Vargas Machuca, esta facultad conferida a los
jueces para la restitución del equilibrio no resulta ilimitada pues se encuentra sujeta
a ciertos parámetros, fundamentalmente constitucionales, en ese sentido, estando
a que dicha facultad se ejercita en un proceso judicial, deberá respetarse el derecho
al debido proceso así como el principio de congruencia.
87
valoración en su conjunto y de manera razonada han determinado que la Sala
Superior declare fundada la demanda conforme se advierte de lo señalado en la
parte considerativa de la presente resolución, por lo que no se verifica en
consecuencia la infracción denunciada en este extremo.
V. DECISIÓN:
88
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I.HECHOS:
89
accesorias, se ordene la entrega del bien y se le abone la suma de cuarenta y cuatro
mil soles (S/.44,000.00) por arrendamientos insolutos y frutos civiles por posesión
de mala fe a favor de la Benefi cencia Pública de Lima (declarada como
adjudicataria en el proceso de sucesión intestada), señalando como fundamentos
los siguientes:
b) Juana Rodríguez Salas fallece el nueve de febrero del año dos mil, siendo el
declarante de la defunción, Armando Lau Aspajo, quien traslada a la occisa al
hospital;
c) El veinticuatro de enero de dos mil uno, Armando Lau Aspajo quiso ingresar
con varias personas al inmueble, pero la demandante y sus familiares lo retuvieron,
siendo denunciados por usurpación agravada, tomando conocimiento recién del
contrato de compraventa cuya nulidad se solicita;
h) A partir del veinte de octubre de dos mil uno, hasta la actualidad, debe pagar los
frutos civiles por la posesión de mala fe.
90
II. PRIMERA INSTANCIA
e) Los testigos a ruego recién legalizan su firma casi tres años después de la fecha
de celebración del contrato y casi un año después de la muerte de la supuesta
vendedora Juana Rodríguez; y,
91
f) No se acredita que el demandado haya pagado tributos municipales, según
afirma, siendo que quien continuó figurando como contribuyente fue Juana
Rodríguez, por lo que, existe falta de manifestación de voluntad.
1. Por tanto, este Tribunal Supremo sin constituirse en una tercera instancia
procesal, debe cumplir con pronunciarse acerca de los fundamentos del recurso,
por las causales declaradas procedentes.
92
casación por quebrantamiento de forma afectan (…) a infracciones en el
procedimiento” . En ese sentido Escobar Fornos señala: “Es cierto que todas las
causales suponen una violación de ley, pero esta violación puede darse en la forma
o en el fondo”
93
cuyas conclusiones han sido extraídas de la evaluación de los hechos debidamente
probados, ya que, se ha establecido de manera clara y precisa que el acto jurídico
materia de nulidad se encuentra inmerso en la causal de falta de manifestación de
voluntad, al no advertirse del mismo la exteriorización de la voluntad de vender de
Juana Rodríguez Salas, más aun si del mismo no se advierte firma alguna de la
vendedora, observándose solo una impresión digital (mancha de tinta azul), lo que
se corrobora con la Pericia Dactiloscópica practicada en autos, la misma que fue
aprobada en la Audiencia de Pruebas y que no ha sido materia de tacha en su
debido momento. Asimismo, cabe puntualizar que la Pericia mencionada ha
cumplido su finalidad, la cual era establecer si justamente Juana Rodríguez Salas
había o no suscrito el contrato de compraventa de fecha seis de marzo de mil
novecientos noventa y ocho, concluyéndose, en este caso, que el elemento de
identidad que aparece en el documento (original) constituía solo una mancha de
tinta azul de tampón.
7. Por otro lado, el recurrente tercero coadyuvante Javier Isidro Reyna Sánchez ha
alegado que se vulnera el derecho a la motivación de resoluciones judiciales al no
haberse pronunciado la Sala Superior respecto a la nulidad de todo lo actuado
deducida por este, al respecto cabe aclarar lo siguiente: a) Javier Isidro Reyna
Sánchez, solicita su incorporación al proceso como litisconsorte necesario y la
nulidad de todo lo actuado, al considerar que se ha vulnerado su derecho de
defensa, debido a que tiene la posesión del inmueble, del cual se pretende su
nulidad; b) Mediante Resolución número seis, de fecha veinte de junio de dos mil
dieciséis (folios 491), se declaró improcedente la intervención como litisconsorte
solicitada y se dispone su incorporación como tercero coadyuvante del
demandado, disponiéndose que la nulidad deducida sea resuelta al momento de
emitirse la sentencia respectiva. Al respecto, este Tribunal considera que, si bien
es cierto, la Sala Superior no se pronunció sobre dicha nulidad, esta omisión no
tiene mayor relevancia o trascendencia en la decisión de fondo o que, en todo caso,
haya afectado de manera grave el normal desarrollo del proceso, en atención, a que
la relación sustancial entablada en el presente proceso, surge del contrato de
compraventa materia de nulidad, más no del contrato de arrendamiento suscrito
por el recurrente, es decir, que no tendría por qué habérsele notifi cado la presente
demanda, más aun cuando su incorporación ha sido aceptada como tercero
coadyuvante del demandado, en el estado en que se encontraban los autos.
94
8. Respecto a la infracción del inciso 6 del artículo 139 de la Constitución Política
del Perú, el Tribunal Constitucional ha señalado en reiterada y uniforme
jurisprudencia que el derecho a la pluralidad de la instancia, se trata de un derecho
fundamental que: “tiene por objeto garantizar que las personas, naturales o
jurídicas, que participen en un proceso judicial tengan la oportunidad de que lo
resuelto por un órgano jurisdiccional sea revisado por un órgano superior de la
misma naturaleza, siempre que se haya hecho uso de los medios impugnatorios
pertinentes, formulados dentro del plazo legal”. Asimismo, ha señalado que el
derecho mencionado, también denominado derecho a los medios impugnatorios,
es uno de confi guración legal, “mediante el cual se posibilita que lo resuelto por
un órgano jurisdiccional pueda ser revisado por un órgano jurisdiccional superior”.
Además se ha observado que: “(…) El hecho de que el derecho a la pluralidad de
la instancia ostente un contenido esencial y, a su vez, -en tanto derecho
fundamental de confi guración legal-, un contenido delimitable por el legislador
democrático, genera, entre otras, una consecuencia inevitable; a saber, que el
referido derecho “no implica un derecho del justiciable de recurrir todas y cada
una de las resoluciones que se emitan al interior de un proceso”. En ese sentido,
este Tribunal Supremo no advierte la vulneración del derecho alegado, en tanto, la
Sala Superior no le ha denegado el derecho a cuestionar la resolución que declaró
improcedente su intervención litisconsorcial, es más, el recurrente Javier Isidro
Reyna Sánchez ha interpuesto recurso de nulidad en contra la mencionada
resolución.
9. En cuanto a la infracción del inciso 1 del artículo 50 del Código Procesal Civil,
esta merece ser rechazada, atendiendo que los argumentos en que se sustenta, no
están referidos a la inobservancia de alguno de los deberes de los Jueces previstos
en la norma cuestionada, sino más bien, están referidos a la valoración que se le
ha dado al Dictamen Pericial practicado en autos.
10. Respecto a la infracción del artículo 194 del Código Procesal Civil, debe
señalarse, que dicho artículo precisa el carácter excepcional de las pruebas de
oficio, lo que quiere decir, que la regla general es que la carga de la prueba
corresponde a las partes, debiéndose actuar pruebas por parte del Juez solo
excepcionalmente y siempre que los medios probatorios ofrecidos por las partes
sean insuficientes para formar convicción; en este caso, no se advierte que se haya
producido la infracción alegada, debido a que, las instancias de mérito, han
considerado de manera acertada, que los medios probatorios admitidos y actuados
95
en autos, específicamente la Pericia Dactiloscópica, resulta suficiente para
establecer que el acto jurídico cuestionado es nulo por la causal de falta de
manifestación de voluntad.
11. Así también, se ha denunciado la infracción del inciso 1 del artículo 219 del
Código Civil, el cual prevé como causal de nulidad del acto jurídico la falta de
manifestación de voluntad del agente, que está referida a la circunstancia de que
en un determinado supuesto no exista realmente manifestación de voluntad del
declarante; en ese sentido, este Tribunal no advierte que se haya infraccionado tal
artículo, ya que, se ha comprobado a través de la Pericia Dactiloscópica practicada
en autos, la cual fue aprobada sin ser cuestionada en su oportunidad, que en el
documento materia de nulidad no se aprecia la exteriorización de la voluntad de
vender de Juana Rodríguez Salas, más aun si del mismo no se advierte fi rma
alguna de la vendedora, observándose solo una impresión digital (mancha de tinta
azul), por lo que, la infracción denunciada debe ser desestimada.
12. En cuanto a la infracción de los artículos 1351 y 1352 del Código Civil, se ha
señalado que estos no han sido observados en la sentencia de vista; sin embargo,
dicho argumento no ha sido planteado como agravio en el recurso de apelación
respectivo, es más, tampoco ha cuestionado de manera específica en el
mencionado recurso impugnatorio, el extremo de la sentencia que ordena el pago
a la Beneficencia Pública de Lima Metropolitana la suma de tres mil seiscientos
soles (S/.3,600.00) por concepto de pago de arriendos devengados, por lo que, no
merecía un pronunciamiento por parte de la Sala Superior, en base al principio
tantum apellatum quantum devolutum, en consecuencia, dicha infracción merece
ser desestimada.
96
enjuiciar los hechos y las pruebas, al no haberse previsto como uno de los fines del
recurso de casación establecidos en el artículo 384 del Código Procesal Civil.
V. DECISIÓN:
97
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL
SUMILLA: “Los artículos 2013 y 2014 del Código Civil desarrollan el principio
e instituto de la buena fe registral según el cual se protege al tercero quien efectuó
un acto jurídico basado en la buena fe, con quien tiene facultades inscritas en el
registro para poder efectuarlos. Para su aplicación deben concurrir
copulativamente los siguientes requisitos: a) Que, el adquirente de un derecho lo
haga a título oneroso; b) Que, el adquirente actúe de buena fe, tanto al momento
de la celebración del acto jurídico del que nace su derecho, como al momento de
la inscripción del mismo, buena fe que se presumirá mientras no se acredite que
tenía conocimiento de la inexactitud del registro, es decir, se trata de una
presunción iuris tantum; c) Que, el otorgante aparezca registralmente con
capacidad para otorgar el derecho del que se tratase; d) Que, el adquiriente inscriba
su derecho; e) Que, ni de los asientos registrales, ni de los títulos inscritos resulten
causas que anulen, rescindan, resuelvan el derecho del otorgante”.
Lima, diecisiete de diciembre de dos mil dieciocho.
I. HECHOS:
Se trata del recurso de casación interpuesto por el Banco de Crédito del Perú a
fojas mil setecientos cincuenta y seis, contra la sentencia de vista de fojas mil
setecientos treinta y seis, de fecha diecisiete de noviembre de dos mil quince,
emitida por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que
confirmó la sentencia apelada de fojas mil seiscientos seis, de fecha treinta y uno
de octubre de dos mil catorce, que declaró fundada en parte la demanda y; en
consecuencia, nula la Escritura Pública de Constitución de Garantía Hipotecaria;
e infundada en todos los extremos de la demanda respecto de los demandantes
Romualdo Quispe García y Manuela Aguirre Palacios de Villanueva.
98
II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO:
Esta Sala Suprema Civil Transitoria mediante resolución de fecha tres de octubre
de dos mil dieciséis declaró la procedencia del recurso de casación por las
siguientes causales:
b) Infracción normativa de carácter material del inciso 1 del artículo 1971 del
Código Civil; la Sala de Vista ha determinado como hecho dañoso o antijurídico,
la Constitución de la Garantía Hipotecaria a su favor; sin embargo, no ha tenido
en cuenta que el mencionado inciso del artículo cuya infracción se denuncia
establece que no hay responsabilidad en el ejercicio regular de un derecho. Que el
banco ha adquirido un derecho (hipoteca) de buena fe y a título oneroso de quien
en el Registro de Propiedad inmueble figuraba con facultades para otorgarlo, por
lo tanto el derecho obtenido por el banco es un derecho legítimo, siendo su
ejercicio regular una causal de inexistencia de responsabilidad prevista en nuestro
ordenamiento civil; y,
III. CONSIDERANDO:
99
según se desprende del artículo procesal citado, es la nomofilaquia , la
predictibilidad4 , la dikelogia , y la hermenéutica jurídica .
100
de vista, se aprecia que la decisión adoptada por el Colegiado Superior se ha ceñido
a lo aportado, mostrado y debatido en el proceso, de manera que dicho fallo no
puede ser cuestionado por ausencia o defecto en la motivación o vulneración al
debido proceso, en tanto se ha cumplido con analizar las pruebas ofrecidas por las
partes y con precisar la norma (artículo 2014º del Código Civil), lo que le permite
asumir un criterio interpretativo en el que sustenta su ratio decidendi; en
consecuencia, un parecer o criterio distinto al que ha quedado establecido, no
puede ser causal para cuestionar la motivación; asimismo, no se advierte la
existencia de vicio alguno durante el trámite del proceso que atente contra las
garantías procesales constitucionales.
101
lugar cuando el tribunal reconoce la existencia y la validez de la norma pertinente
al caso, pero realiza una interpretación distinta al aplicarla, otorgándole un sentido
y alcance que no tiene.
7. Que, se debe poner énfasis que en el caso de autos la Sala Superior ha decidido
la causa aplicando los artículos 2013, 2014 y 2022 del Código Civil, es decir, ha
aplicado el principio de especialidad de la norma que establece “que una norma
especial prima sobre la general”, determina que la ley es aplicable al presente caso,
para lo cual se advierte que se ha aplicado normas legales de especialidad registral
todas ellas concernientes a la publicidad registral, principio de legitimación,
principio de buena fe pública registral y oponibilidad de derechos sobre inmuebles
inscritos. De tal manera que, la ratio decidendi descansa en la subsunción de los
hechos a los supuestos hipotéticos de las normas jurídicas de especialidad registral,
emitiendo pronunciamiento jurisdiccional de manera clara y congruente al resolver
la controversia jurídica; además no debemos perder de vista que la sentencia
recurrida no desconoce lo señalado en las normas antes citadas, por el contrario,
hace un ejercicio de interpretación conjunta (sistemática) donde el intérprete (juez)
recurre a ubicar la norma interpretada en el conjunto de normas de las que emana,
en un ejercicio sistémico, llegando al caso concreto, pues analiza la causal del
inciso 3) del artículo 219 del Código Civil, que señala “cuando su objeto es física
o jurídicamente imposible o cuando sea indeterminable”, en armonía con el
principio del “Iura Novit Curia” aforismo latino que está contemplado en la
legislación procesal civil en el artículo VII del Título Preliminar del Código Civil:
“Los jueces tienen la obligación de aplicar la norma jurídica pertinente, aunque no
haya sido invocada en la demanda”.
102
inscribe la hipoteca constituida por Casahorro Sociedad Anónima a favor del
Banco Santander, en base a la escritura pública de fecha nueve de febrero de mil
novecientos noventa y seis. En la sentencia del A quo se concluye que en cuanto a
Romualdo Quispe García y Manuela Aguirre Palacios de Villanueva, la conducta
de los demandantes de reconocer en sus contratos de compraventa la existencia de
la hipoteca cuestionada, no se condice con su actual conducta de pretender la
nulidad de dicho acto jurídico, por lo que carecen de interés para alegar la nulidad,
requisito exigible conforme lo establece el artículo 220 del Código Civil; y en
relación a Lidia Idelsa Cieza Vargas, señala que no obstante las imprecisiones de
la demanda en cuanto a la calificación adecuada de la causal, considera que de los
hechos controvertidos, en aplicación del artículo VII del Título Preliminar del
Código Civil, es evidente que la constitución de garantía hipotecaria es nula por
causal de objeto jurídicamente imposible, pues no es jurídicamente posible que se
hipoteque un inmueble sin intervención de su propietario, en tal virtud, sin alterar
los hechos controvertidos ni el petitorio, declara la nulidad del acto jurídico
cuestionado por la causal prevista en el numeral 3 del artículo 219 del Código
Civil. En cuanto a la pretensión indemnizatoria señala que la hipoteca ha limitado
el derecho de disposición de la demandante sobre el inmueble sub litis, debiéndose
amparar dicha pretensión en la suma de cincuenta mil soles (S/ 50,000.00).
103
cláusula segunda “sobre el terreno descrito “(…) La Vendedora está construyendo
un centro comercial denominado Capón Center, que consta de puestos
comerciales, tiendas y locales distribuidos entre el sótano, planta baja, nivel de
vereda, mezanines y hasta el quinto piso”; asimismo, a fojas setenta, obra la carta
de fecha treinta y uno de julio de mil novecientos noventa y seis emitida por el
Banco Santander dirigida a la Junta de Propietarios de la Galería Capón Center, en
el cual les manifiesta que: “Una vez suscrita la declaratoria de fábrica,
independización y reglamento interno, el gravamen que afecta la partida originaria
será trasladado solo a los locales que permanezcan en propiedad de los otorgantes”.
En consecuencia, de los autos anotados, se puede concluir que el Banco Santander
conocía la inexactitud del registro, pues tenía conocimiento que sobre el predio
objeto de la hipoteca se estaba construyendo un centro comercial y que los locales
construidos estaban siendo vendidos a terceros; siendo ello así, de todo lo
analizado no se puede concluir que el codemandado haya actuado de buena
(creencia y diligencia) conforme lo requiere el artículo 2014 del Código Civil,
puesto que es evidente que conocía la inexactitud del registro.
104
fundamentos expuestos por las instancias de mérito, en la medida que ha señalado
que, con el acto jurídico contenido en la escritura pública de constitución de
garantía hipotecaria de fecha nueve de febrero de mil novecientos noventa y seis,
celebrada a favor del Banco Santander, por Ferremarket Sociedad Anónima con
intervención de Casahorro Sociedad Anónima como garante, mediante el cual se
constituye primera y preferente hipoteca sobre el inmueble de propiedad de
Casahorro Sociedad Anónima sito jirón Miroquesada - calle Rectora números
790,794 y 796, con frente al jirón Cusco calle San Pedro números 783,785, 787 y
789 con frente al jirón Paruro Calle Pulpitos números 900, 908, 916, 924, 932, 938,
944, 948, 952, 956, 974, 982, 990 y 998 distrito y provincia de Lima,
comprendiendo el terreno, lo edifi cado, las construcciones que se levanten en el
futuro, aires, vuelos, usos, costumbres, servidumbres y en general todo cuanto de
hecho y por derecho corresponda al inmueble gravado sin reserva ni limitación
alguna, ha sido realizado por los codemandados contraviniendo el inciso 3 del
artículo 219 del Código Civil que señala: “cuando su objeto es física o
jurídicamente imposible o cuando sea indeterminable”, resulta evidente que la
suscripción de la hipoteca, no solo le ha causado daño sino que también ha limitado
el derecho de disposición de la demandante sobre el inmueble sub litis y ha
limitado su derecho de crédito.
12. Como puede verse, no solo se presenta el elemento del daño sino también los
elemento de la antijuridicidad, relación de causalidad y factor de atribución, por
cuanto la conducta antijurídica del demandado consistió en haber hipotecado un
bien que no era de su propiedad – tienda T- 13 con número 168 ubicado en
semisótano del Centro Comercial Capón Center a favor del Banco Santander;
aunado al hecho, que en el caso de autos resulta evidente que la conducta realizada
por los codemandados, cual es, de hipotecar un bien que no es de su propiedad
ocasionó el daño en la actora; más aún, ha quedado evidenciado el actuar doloso
de los demandados en la realización del daño a la actora, que constituye un factor
de atribución objetivo, pues se encuentra estipulado en el artículo 1969 del Código
Civil, que reza lo siguiente: “Aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro está
obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de dolo o culpa corresponde a su
autor”.
IV.DECISIÓN
105
Por las consideraciones expuestas y de conformidad con el artículo 397 del Código
Procesal Civil, declararon:
106
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS:
107
días antes de su fallecimiento, este le confesó de la existencia de los contratos de
compraventa de ciertos inmuebles que celebró durante el matrimonio, dentro de
los cuales se encontraba el ubicado en la avenida Petit Thouars números 1739-
1755, en el distrito de Lince, provincia y departamento de Lima, que adquirió
mediante contrato de compraventa de fecha dos de enero de mil novecientos
ochenta y cuatro a la Sucesión de Jesús Linares Córdova. Sin embargo, refiere que
luego de su fallecimiento, los hermanos de su ex cónyuge se han declarado sus
herederos y han transferido dicho inmueble en donación a Saúl Humberto Silva
Chávez, quien a su vez lo ha transferido, por un monto inferior al precio de
mercado y sin medio de pago bancarizado, al codemandado Jorge Eladio Roca
Rojas, luego de que se declarara improcedente la demanda de Desalojo que
interpuso contra la demandante, de lo cual se colige que la venta se efectuó para
aparentar una situación que le permita obtener el desalojo que antes le fue negado.
a) Que en cuanto al hecho de que el inmueble se vendió por debajo del precio de
mercado, se debe tener presente la autonomía de voluntad de las partes, previsto
en el artículo 1351 del Código Civil
b) Por otro lado, el hecho de no haber acreditado el pago por la compraventa por
parte del codemandado Jorge Eladio Roca Rojas, tampoco se puede considerar
como acto simulado, puesto que el propio vendedor declaró que se había cancelado
el total del monto del precio a la firma de la escritura pública, conforme se
desprende de la cláusula tercera de la escritura pública materia del presente
proceso, habiendo tenido las partes la finalidad real de transferir el inmueble de un
codemandado al otro;
108
cuanto al acto jurídico (donación onerosa) celebrado por la sucesión intestada de
Jesús Linares Moreno y otros con Saúl Humberto Silva Chávez, infiriéndose la
buena fe del codemandado comprador Jorge Eladio Roca Rojas.
d) La conducta del comprador, que pese a que señala haber pagado por el inmueble,
reconoció nunca haber hecho uso del mismo,
109
1. Teniendo en cuenta lo expuesto y procediendo al análisis de las infracciones
denunciadas, este Supremo Colegiado advierte que el principal cuestionamiento
del recurrente se sustenta en la aplicación, por parte de la Sala Superior, de
presuntos sucedáneos e indicios para amparar la pretensión de la demandante; al
respecto, esta Sala Suprema debe precisar que no existe impedimento legal alguno
para que una sentencia se base en la prueba indiciaria; por el contrario, los artículos
275, 276 y 277 del Código Procesal Civil expresamente admiten esta posibilidad.
Así, en el presente caso, es de verse que conforme lo ha desarrollado la Sala
Superior, en autos obran suficientes elementos que evidencian la existencia de un
acto simulado, tal como la falta de acreditación, por parte de ambos codemandados
del pago por la compraventa del inmueble materia de litigio, la falta de entrega del
bien, así como los procesos judiciales que interpuso la demandante en los que
cuestionó el contrato de donación que se celebró en favor del codemandado Saúl
Humberto Silva Chávez irrogándose derechos sobre el inmueble materia de litigio,
lo que hace notar que antes de la celebración del acto jurídico materia de
controversia, este último ya conocía de los derechos que viene invocando la
demandante sobre tal inmueble, y que se sustentan en un contrato de compraventa
de fecha dos de enero de mil novecientos ochenta y cuatro; es decir, dentro de la
sociedad de gananciales que mantuvo con su ex cónyuge y que no se liquidó al
disolverse el vínculo matrimonial.
110
fe y no a quien dolosamente ha suscrito un acto jurídico simulado para perjudicar
a terceros.
V. DECISIÓN:
Por las razones expuestas y en aplicación del artículo 397 del Código Procesal
Civil, declararon:
111
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS:
Por escrito de fojas dos a siete con fecha veintiocho de octubre de dos mil trece,
María del Rosario Arroyo Tinco, interpone demanda de nulidad de acto jurídico,
contra la Asociación de Propietarios de Vivienda “Sol en los Andes”, representado
por su Presidente Ezequiel Faustino Acosta Crisóstomo, asimismo contra Carlos
Filemón Maita Barreto, Violeta Marlene Paitán Soto, la Zona Registral N° VIII-
SUNARP, representado por su Procurador Público. Su pretensión es
b) La nulidad de los Asientos números C0002 y C0003 del rubro títulos de dominio
de la partida número 11035281 del Registro de Propiedad Inmueble,
112
c) La nulidad del acto jurídico que contiene la escritura pública de compraventa
otorgado por el demandado Carlos Filemón Maita Barreto a favor de Violeta
Marlene Paitán Soto, celebrada el veintiséis de junio de dos mil trece.
113
en el sentido que fue celebrada a sabiendas que ninguna de las partes contratantes
eran poseedores del bien inmueble, el cual venía siendo ocupado por la
demandante María del Rosario Arroyo Tinco, no resultando aplicable respecto a
este acto los principios de buena fe pública registral y derecho de propiedad
contenidos en los artículos 20143 y 9234 del Código Civil.
114
bien siguiendo el texto formal del registro es suficiente, sino que a dicha creencia
se debe agregar una conducta debida, esto es una conducta diligente, para
comprobar si el transferente ejerce o no la posesión del bien y si no lo hace, indagar
por lo menos en mérito a qué personas ajenas ejercen tal derecho real, tal como ha
ocurrido en el caso de autos, en el que el Juez A Quo ha precisado que la posesión
del bien lo ejerce la ahora demandante y, este fundamento no ha sido contradicho,
desvirtuado ni explicado por la parte impugnante, por lo que el mismo mantiene
su valor legal.
115
documentos respecto al proceso de Cumplimiento de Obligación de Hacer, seguido
por la accionante con la Asociación de Propietarios de Vivienda “Sol en Los
Andes”
116
el artículo 442° inciso 2 del Código Procesal Civil (…)”. Respecto a los medios
probatorios no actuados, aspecto denunciado por la actora, se señala que como
parte del derecho a un debido proceso, nuestro ordenamiento jurídico ha previsto
una serie de reglas que, entre otras, regulan diversos aspectos de la prueba dentro
de un proceso civil, estableciendo cuál es la finalidad de los medios probatorios, a
quién corresponde la carga probatoria y cómo debe efectuarse la valoración de la
prueba, reglas que se encuentran contenidas en los artículos 188, 196 y 197 del
Código Procesal Civil, respectivamente. Al respecto, conforme lo desarrolla la
sentencia de vista en el considerando seis, establece que: “(…) se debe tener
presente que la sentencia por la que se estima una demanda de obligación de hacer
–otorgamiento de escritura pública- no genera ningún derecho real para la
demandante, puesto que lo único que se dispone es el mejoramiento del título para
oponerlo a terceros en la forma que la ley prevé, empero ello no genera per se, un
derecho preferente o similares y, en el presente caso, se puede verificar que la
principal causa, por la que el A Quo estima la demanda es por la mala fe con que
habrían actuado los demandados(…)”; por lo que no correspondía que en el
presente proceso, dichos elementos probatorios sean actuados al no tener
incidencia respecto al tema de fondo, siendo al respecto la mala fe con la que actuó
la parte demandada.
7. Infracción normativa de los artículos 923 y 2014 del Código Civil, en la cual la
recurrente fundamenta su recurso indicando que adquirió válidamente el dominio
del inmueble y no tiene por qué responder por los vicios que pudiera presentar la
forma de adquisición por su vendedor, por el principio de buena fe registral, por lo
que al tener mejor derecho de propiedad correspondía que se declare la entrega de
117
bien, pretendida vía reconvención, teniendo en cuenta que la demandante no tenía
título de propiedad. Respecto a dicho argumento, en cuanto a la buena fe conforme
al artículo 1362 del Código Civil se establece que: “Los contratos deben
negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común
intención de las partes”. Al respecto, Manuel de la Puente Lavalle sostiene que:
“(…) la conducta exigible a los tratantes para llevar a cabo las tratativas según las
reglas de la buena fe debe juzgarse según el estándar jurídico del hombre correcto
y razonable, que actúa con diligencia ordinaria que corresponda a las
circunstancias del tiempo y del lugar (…)”6 (el subrayado es nuestro); es decir,
previamente al momento de la celebración, cuando ambas partes estuvieron en
conversaciones para realizar la compraventa del bien materia de litis, resultaba
necesario como demostración de buena fe en dicho acto, que incluso antes que sea
emitida oferta alguna, que la recurrente Violeta Marlene Paitán Soto, tenga
presente las circunstancias del predio que estaba adquiriendo como un acto de
diligencia mínima, tales como que dicho bien originalmente perteneció a la
Asociación de Propietarios de Vivienda “Sol en Los Andes”, cuya finalidad era la
adquisición de un bien inmueble para proveer en adjudicación a sus socios lotes
de terreno para vivienda, tal como lo establece sus estatutos, debiéndose tomar en
cuenta además la situación de la demandante María del Rosario Arroyo Tinco
respecto a dicho lote, en el cual ejercía la posesión pública, pacífica y directa desde
hace más de treinta y siete años en su calidad de asociada, cumpliendo con los
pagos y los requisitos para que le sea adjudicado. Asimismo, debió conocer los
antecedentes del transferente Carlos Filemón Maita Barreto respecto al predio
materia de litis, tales como que adquirió el bien a título gratuito y sin ejercer la
posesión del mismo, coligiéndose de esta manera que existen elementos que
desvirtúan la buena fe en dichas transacciones, tal como lo establece la sentencia
de vista, por cuanto no se acredita que la recurrente haya desarrollado un
comportamiento diligente frente a la adquisición de dicho bien, principalmente
respecto a la situación de la demandante, más si de todos los actuados se presume
que dicha transferencia tenía como fi n evitar la adjudicación del bien materia de
litis a la demandante María del Rosario Arroyo Tinco, situación fáctica que no fue
desvirtuada por la recurrente a lo largo del proceso, razón por la cual no se puede
alegar la buena fe en su adquisición. En ese sentido, tampoco podía alegar que se
ha infraccionado el derecho de propiedad expresado en el artículo 923 del Código
Civil, el mismo que establece que la propiedad “Debe ejercerse en armonía con el
interés social”, en consecuencia, dicho extremo también deviene en infundado.
Razones por las cuales el recurso de casación así propuesto deviene en infundado.
118
V.DECISIÓN:
119
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS:
a) La Nulidad de la Escritura Pública de fecha seis de julio de dos mil nueve por
la causal del artículo 219 incisos 1, 3, 4 y 8 del Código Civil celebrada por la
Sucesión de Marcial Campos Polo como vendedores y como compradores José
Abel Kanashiro Carhuapuma y su esposa Pilar Silvia Yance Pérez de Kanashiro
respecto del inmueble sito en el Sublote 2 de la avenida Primero de Mayo s/n del
distrito de Chancay, provincia de Huaral, departamento de Lima.
b) La Nulidad de la minuta de fecha once de julio de dos mil doce por la causal del
artículo 219 incisos 5, 3 y 8 del Código Civil celebrada por José Abel Kanashiro
120
Carhuapuma y su esposa Pilar Silvia Yance Pérez de Kanashiro como vendedores
y como compradores Exar Ramírez Hidalgo y María Ysabel Yance Pérez respecto
del inmueble sito en el Sublote 2 de la avenida Primero de Mayo s/n del distrito de
Chancay, provincia de Huaral, departamento de Lima. Del mismo modo, postula
como primera pretensión accesoria, la cancelación del asiento registral número
C0003 de la Partida número 60090161 del Registro de Propiedad Inmueble de
Huaral; y como segunda pretensión accesoria, la indemnización de daños y
perjuicios por el monto de treinta mil soles (S/ 30,000.00), por daño emergente;
treinta mil soles (S/ 30,000.00), por lucro cesante y treinta mil soles (S/ 30,000.00),
por daño moral. La accionante sustenta su demanda señalando que conforme se
advierte de la Escritura Pública de fecha seis de julio de dos mil nueve celebrado
por la Sucesión de Marcial Campos Polo como vendedores y los demandados José
Abel Kanashiro Carhuapuma y su esposa Pilar Silvia Yance Pérez de Kanashiro
como compradores, han dado en venta el inmueble sub litis; acto jurídico en el que
los vendedores declaran ser propietarios del inmueble en referencia al haberlo
adquirido por herencia de su común causante Marcial Campos Polo por el monto
de quince mil dólares (US$ 15,000.00). Asimismo, estos últimos han procedido a
vender a favor de Exar Ramírez Hidalgo y esposa María Ysabel Yance Pérez el
referido predio. Indica la demandante que la venta es nula por cuanto los
vendedores han efectuado la venta de una parte de la masa hereditaria, sin tener en
cuenta su condición de coheredera y propietaria del inmueble, la misma que ha
sido acreditada por sentencia de fecha once de enero de dos mil trece en el
Expediente número 075-2010 sobre Petición de Herencia, seguido por la
demandante contra los demandados representantes de la Sucesión de Marcial
Campos Polo, en la cual se declara como heredera a doña Flor de María Campos
Espinoza, resolución que se encuentra consentida y ejecutoriada.
c) Los demandados nunca han tenido posesión del inmueble sub litis y prueba de
ello es el Proceso de Desalojo seguido en su contra en el Expediente número 164-
2010 interpuesta por los compradores contra la accionante.
Fundamentos:
Mediante sentencia de fecha tres de agosto de dos mil quince, obrante a fojas
doscientos setenta y nueve, el Juzgado Mixto de Chancay de la Corte Superior de
Justicia de Huaura declaró infundada la demanda, al considerar que revisado el
121
acto jurídico y del documento que contiene la Escritura Pública de fecha seis de
julio de dos mil nueve se aprecia la existencia de voluntad en transferir el derecho
real de propiedad por parte de los demandados en forma conjunta como integrantes
de la Sucesión de Marcial Campos Polo, aunado a que los demandados contaban
con el título sucesorio de herederos legales del causante Marcial Campos Polo.
Concluye también que la demandante a dicha fecha no ostentaba título alguno que
la declarara como heredera.
b) En esta ocasión, la parte recurrente ha denunciado ante esta Sala Suprema tanto
la infracción de normas jurídicas de carácter procesal (artículo 139 numeral 3 y 5
de la Constitución Política del Perú, artículos I, III del Título Preliminar, 50 inciso
6 y 122 incisos 3 y 4 del Código Procesal Civil y 12 del Texto Único Ordenado de
la Ley Orgánica del Poder Judicial) como de normas jurídicas de carácter material
(artículos 971, 977, 219 y 978 del Código Civil).
122
1. En cuanto a lo primero, conviene recordar que el artículo 139 numeral 3 de
nuestra Constitución Política del Perú consagra como principio rector de la función
jurisdiccional, dentro de nuestro ordenamiento jurídico, la observancia del debido
proceso; el cual, conforme a la interpretación que reiteradamente ha sostenido la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, exige fundamentalmente que todo
proceso o procedimiento sea desarrollado de tal forma que su tramitación garantice
a las personas involucradas en él las condiciones necesarias para defender
adecuadamente y dentro de un plazo razonable los derechos u obligaciones sujetos
a consideración1 .
123
5. Es así que, corresponde al órgano jurisdiccional: a) Verificar la data de ingreso
del escrito postulatorio del proceso de Petición de Herencia seguido por la
recurrente. b) Verificar si en la Escritura Pública de fecha seis de julio de dos mil
nueve correspondiente a la primera venta efectuada por la sucesión de Marcial
Campos Polo a favor de José Abel Kanashiro y cónyuge, en alguna de sus cláusulas
se establece que el inmueble materia de litis, se encuentra en posesión de
“terceros”. c) Verificar si en la Escritura Pública de fecha seis de julio de dos mil
nueve correspondiente a la primera venta efectuada por la sucesión de Marcial
Campos Polo a favor de José Abel Kanashiro Carhuapuma y cónyuge se deja
constancia de la entrega efectiva del inmueble sub litis. d) Verificar si en la minuta
de fecha once de julio de dos mil doce correspondiente a la segunda venta
efectuada por José Abel Kanashiro Carhuapuma y cónyuge a favor de Exar
Ramírez Hidalgo y María Ysabel Yance Pérez, en alguna de sus cláusulas se
establece que el inmueble materia de litis, se encuentra en posesión de “terceros”.
e) Determinar si en la minuta de fecha once de julio de dos mil doce
correspondiente a la segunda venta efectuada por José Abel Kanashiro
Carhuapuma y cónyuge a favor de Exar Ramírez Hidalgo y María Ysabel Yance
Pérez, en alguna de sus cláusulas se deja constancia de la entrega efectiva del
inmueble sub litis. f) Determinar la fecha exacta de la demanda por Desalojo
Expediente número 164-2010 instaurada por José Abel Kanashiro Carhuapuma. g)
Verifi car si en la minuta de fecha once de julio de dos mil doce correspondiente a
la segunda venta efectuada por José Abel Kanashiro Carhuapuma y cónyuge a
favor de Exar Ramírez Hidalgo y María Ysabel Yance Pérez, en alguna de sus
cláusulas se deja constancia que el inmueble que se está transfi riendo es litigioso.
Y, a partir de dichas comprobaciones más el relato de los fundamentos fácticos de
la demandante de la mano con el artículo 2014 del Código Civil determinar si
corresponde o no estimar la demanda.
124
V. DECISIÓN:
125
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
SUMILLA:
I. HECHOS:
a) Sostiene que él y sus hermanos Oscar, Sonia y Jorge Renato Zúñiga Ubierna
son hijos de los esposos: Oscar Zúñiga Zambrano y Carmen Ubierna Meza de
Zúñiga, el primero falleció en fecha veintiocho de junio de dos mil nueve y la
segunda falleció en fecha veinte de enero de mil novecientos noventa y nueve,
habiendo seguido procesos no contenciosos sobre sucesión intestada de su padre y
madre en la ciudad del Cusco, los mismos que se encuentran inscritos en el
Registro de Sucesiones de la ciudad del Cusco.
126
b) En el Registro de Sucesión Intestada de la SUNARP de Cusco se ha llegado a
inscribir la sucesión de su padre Oscar Zúñiga Zambrano, el mismo que se halla
Inscrito en la Partida N° 11119646 de fecha dieciséis de marzo de dos mil doce,
habiendo sido declarados como los únicos y universales herederos, tanto el
demandante como sus hermanos.
c) Asimismo, existe sentencia emitida por la Juez de Paz Letrado del distrito de
Wanchaq-Cusco, sobre la muerte intestada de Carmen Ubierna Meza de Zúñiga,
donde también fueron declarados como los únicos y universales herederos el
demandante y sus hermanos Oscar, Sonia y Jorge Renato Zúñiga Ubierna,
presentado en la SUNARP- Cusco con fecha veintidós de marzo de dos mil uno
inscrito en el Registró de Sucesión Intestada en la SUNARP-Cusco con fecha
veintiséis de marzo de dos mil uno, en la Ficha 3141.
f) Por otra parte, se ha hecho declarar como único y universal heredero del causante
Oscar Zúñiga Zambrano del inmueble urbano sito en Jr. Espinar N° 450 mediante
sucesión intestada, de manera irregular sin que exista reconocimiento legal de hijo
y existiendo otros herederos. Respecto a la nulidad de la Escritura Pública de
compraventa de derechos y acciones celebrados por los demandados de fecha
diecinueve de agosto de dos mil trece, así como la cancelación de la Ficha Registral
en la SUNARP, el demandante indica:
g) Américo Zúñiga Aedo es ajeno a la propiedad del inmueble urbano sito en Jr.
Espinar N° 450 de la ciudad de Quillabamba porque no es hijo reconocido por
Oscar Zúñiga Zambrano.
127
h) Los verdaderos herederos legales de Oscar Zúñiga Zambrano y Carmen Ubierna
Meza de Zúñiga son el demandante y sus representados.
128
oneroso de la persona de Américo Zúñiga Aedo, quien en el registro aparecía como
titular del mismo, para lo cual previamente solicitaron información de los
Registros Públicos, como la copia literal de la inscripción.
Mediante resolución de fecha dieciocho de marzo de dos mil, se fijan los siguientes
puntos controvertidos:
129
a) No se ha acreditado que el contrato de compraventa materia de nulidad tenga
un fi n ilícito, o contravenga las normas que interesan al orden público o a las
buenas costumbres.
Mediante escrito de fecha cuatro de abril de dos mil, Evert Zuñiga Ubierna apeló
la citada sentencia, revocando la sentencia de primera instancia que declara
infundada la demanda, y, reformándola, la declararon fundada. La Sala Superior
señala:
a) El artículo 660 del Código Civil, indica: “Que desde la muerte de una persona
sus bienes, derechos y obligaciones que constituyen la herencia se transmiten a sus
sucesores”. Bajo este contexto, los ahora demandantes fueron declarados
herederos (como antes se acreditó), así como también el demandado de los bienes
dejados por sus padres dentro de ellos, el inmueble materia de venta el cual por
lógica consecuencia debió ser si fuera el caso enajenado por sus propietarios.
b) Nadie puede disponer sobre mayor derecho del que realmente tiene porque la
venta de bien ajeno está tipificada como delito proseguible de oficio en el artículo
197, inciso 4, del Código Penal, por tanto en este último caso estamos frente a un
acto o negocio jurídico con causa ilícita, por ser contraria a las normas que
interesan al orden público.
130
c) Llegando a este punto de análisis, se puede establecer que la venta realizada por
Américo Zúñiga Aedo, a favor de Federico Salazar Guevara y Mercedes Ovalle
Zamalloa, vulneró la finalidad lícita de un acto jurídico, por cuanto dispuso de un
bien que no le correspondía en su plenitud. Cabe manifestarse también un hecho
extraño en el proceso: el bien materia de venta no ha sido entregado físicamente,
ni tampoco se observa que los compradores hayan instaurado proceso alguno para
recuperar "su propiedad", puesto que ello sería una consecuencia lógica en el caso
de una venta transparente, más aún si han transcurrido más de tres años y esta venta
ha quedado sin entrega física y a un precio de “diez mil dólares americanos”.
131
a) infracción normativa de los artículos 600 (lo correcto es 660), 1354 y 2014
del Código Civil; y de manera excepcional por la infracción normativa del artículo
139, incisos 3 y 5 de la Constitución Política del Estado.
132
la Constitución Política del Estado señala que: “Son principios y derechos de la
función jurisdiccional: (…)
6. Conclusión: Dado que la venta de bien ajeno está tipificada como delito, no se
puede amparar el principio de buena fe contemplado en el artículo 2014 del Código
133
Civil. Tal como se advierte, la deducción lógica de la Sala Superior es compatible
formalmente con el silogismo que ha establecido, por lo que se puede concluir que
su sentencia presenta una debida justificación interna.
134
o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en los asientos
registrales y los títulos archivados que lo sustentan. La buena fe del tercero se
presume mientras no se pruebe que conocía de la inexactitud del registro”.
Sostienen que la sentencia de vista ha incurrido en inaplicación de lo dispuesto por
el artículo 2014 del Código Civil, pues adquirieron los derechos y acciones de
buena fe del codemandado Américo Zuñiga Aedo a título oneroso, porque este
aparecía en los Registros Públicos como propietario y, consecuentemente,
facultado para disponer de sus derechos y acciones.
10. Este Tribunal Supremo estima que las razones de la sentencia impugnada son
correctas, pues se ha establecido: 1. Que el codemandado Américo Zúñiga Aedo
celebró la compraventa de derechos y acciones a favor de los codemandados sin
tener el derecho de propiedad correspondiente. 2. Que los recurrentes no mostraron
su intención de que su supuesta traslación de dominio se materialice, en tanto el
bien materia de litigio se encontraba en posesión del demandante a la fecha de la
compraventa materia de nulidad, lo que evidencia su mala fe. 3. Que no es posible
aplicar el artículo 2014 del Código Civil, pues el principio de buena fe pública
registral no es aplicable a quien ha adquirido el bien con mala fe, como se ha
probado en el presente caso. Cabe indicar que los presupuestos previstos en el
artículo 2014 del Código Civil exigen, entre otros supuestos, que la adquisición
del tercero deba ser de buena fe, lo que se desvirtúa cuando no existe el mínimo
de diligencia para determinar las posibles inexactitudes de los datos consignados
en el Registro. En esa perspectiva, siendo la posesión la exterioridad, la visibilidad
de la propiedad, correspondía verificar quien se encontraba en posesión a la fecha
de la compraventa materia de nulidad, o, en su caso, solicitar su desocupación,
entrega o por lo menos dar a conocer su intención de tener el inmueble, lo que no
ocurrió, aunado al hecho de pago de precio írrito, lo que se evidencia del propio
texto del recurso de casación del codemandado, quien señala, ahora, que el precio
debe imputarse al pago de 42 metros cuadrados y no a los 184.23 metros cuadrados
por el que se efectuó la venta.
11. Asimismo denuncian la infracción normativa del artículo 1354 del Código
Civil, que dispone “Las partes pueden determinar libremente el contenido del
contrato, siempre que no sea contrario a norma legal de carácter imperativo”. Los
recurrentes alegan que la Sala Superior no ha tomado en cuenta este aspecto y
subjetivamente sostienen que la venta realizada por Américo Zúñiga Aedo a favor
de los recurrentes Federico Salazar Guevara y Mercedes Ovalle Zamalloa, es
135
ilícita, tomando en cuenta la posesión del demandante y "que el bien materia de
venta" no ha sido entregado físicamente. Sobre este punto debe indicarse que
efectivamente existe libertad contractual para que las partes diseñen el programa
negocial al que se han de sujetar, pero que, sin embargo, ello alude a un contrato
válido, que no presente vicios en su estructura. Como ello no ha acontecido, la
denuncia formulada debe desestimarse.
V. DECISIÓN
Por estas consideraciones y en estricta aplicación del primer párrafo del artículo
397 del Código Procesal Civil, se declara:
136
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. HECHOS:
a) Mediante escritura pública del veintitrés de julio de dos mil diez la empresa
Ferpo Lima en Liquidación transfirió a favor de la sociedad conyugal
codemandada, Santos Ananías Cuevas Villa y Wilma Aida Silva Violeta de
Cuevas, los inmuebles denominados departamento 401, estacionamiento Nro. 4 y
Depósito Nro. 3, ubicados en avenida de Los Precursores Nro 567, urbanización
Chacarilla del Estanque, distrito de Santiago de Surco. Dichos inmuebles se
encontraban registrados a nombre de la vendedora Ferpo Lima S.A. en las Partidas
Nros. 11274951, 11274957 y 11274969 del Registro de Propiedad Inmueble de
Lima, empero, los precitados bienes inmuebles ya habían sido vendidos al
demandante en el año dos mil y terminado de cancelar el precio en el año dos mil
137
uno, conforme se observa de la minuta de fecha de fecha veintiocho de diciembre
del año dos mil y cinco de abril de dos mil dos, hecho que fue comunicado a
Obtinere S.A.C., empresa liquidadora de Ferpo Lima S.A. y al INDECOPI, sin
embargo, desconociendo ello, la empresa liquidadora procedió a vender el
inmueble a la sociedad conyugal demandada. El recurrente nunca fue comunicado
de la fecha del remate de sus bienes, habiéndose enterado de la transferencia
mediante los Registros Públicos. Además existía una sentencia de tercería
expedida por el Sexto Juzgado Comercial de Lima, pronunciamiento judicial
seguido contra Blanca Iris Portillo Palermo y Ferpo Lima S.A., en el cual se le
declara al recurrente como pleno propietario de los inmuebles. Los compradores
no podían alegar desconocimiento de la forma de comprar o adquirir una
propiedad, más aún si ha quedado demostrado que viven a 600 metros de las
propiedades adquiridas, sin haberse acercado a verlas una sola vez siquiera.
138
Cumberland respecto a la exclusión de la masa concursal de Ferpo Lima S.A. de
los inmuebles materia de litis, siendo esta decisión confi rmada por la Sala de
Defensa de la Competencia del INDECOPI, a través de la Resolución Nro. 881-
2011/SC1- INDECOPI, de fecha diecinueve de abril de dos mil once, la misma
que declaró que dicha instancia carecía de competencia para pronunciarse sobre el
recurso de apelación interpuesto por el demandante. Y además, no han tenido
conocimiento del proceso de tercería a que hace referencia el demandante. Así
como no ha demostrado que los bienes sean de su propiedad, ya que registralmente
aparecían a nombre de Ferpo Lima S.A. en liquidación. Y por último en los
archivos de Ferpo Lima no existía minuta de compra venta a favor del demandante.
El A quo declara fundada la demanda por la causal de nulidad por fin ilícito, puesto
que, el negocio jurídico celebrado por los demandados ha sido realizado con
conocimiento del perjuicio que se podía causar al demandante, pues conociendo la
situación real de los predios en litis -que ya no eran de propiedad del vendedor-
celebraron el contrato de compra venta a un precio vil, con la finalidad de despojar
de la propiedad al demandante. Aspectos que no pueden ser tutelados por nuestro
ordenamiento jurídico, por el contrario deben ser considerados como actos con
fines ilícitos. Argumenta el A quo que el acto jurídico cuestionado, fue celebrado
el veintitrés de julio de dos mil diez; no obstante que los mismos inmuebles fueron
vendidos en el año dos mil uno a favor del demandante. Por consiguiente, para que
se configure la casual de fi n ilícito es necesario establecer si los contratantes del
negocio jurídico cuestionado conocían la situación dominial de los predios, es así
que:
139
aparecía en los Registros Públicos y en el INDECOPI, empero, la conducta de los
referidos demandados resulta poco diligente, sobre todo cuando se trata de comprar
bienes inmuebles, pues un comprador -con mayor razón un comprador que se
dedica a la actividad inmobiliaria- verifica todas los pormenores que pudieran
existir respecto al inmueble que pretende comprar. Como mínimo se exige que
visite el inmueble, verifique las condiciones de habitabilidad o no del bien. No es
razonable que se pretenda adquirir un inmueble sin siquiera conocerlo. No
debemos perder de vista que en circunstancias actuales resulta necesario que el
comprador se comporte de manera diligente a fin de conocer la situación real del
predio que adquiere, no pudiendo pasar por alto aspectos sospechosos, dudosos o
anómalos, tales como el precio vil, la posesión del predio, no verificar al detalle el
predio. A lo antes descrito se suman otras situaciones que corroboran que los
citados demandados no podían ignorar la situación real predio, como el hecho que
a nivel Municipal, el demandante se encontraba registrado como contribuyente de
los predios, tal y conforme se advierte de las declaraciones juradas del Impuesto
Predial del año dos mil tres y dos mil siete, el cual se confirma con lo descrito en
la sentencia dictada por el Sexto Juzgado Civil de Lima, donde se indica que el
demandante se encontraba afecta al impuesto desde el treinta de enero de dos mil
uno. En ese sentido, teniendo en cuenta que actualmente, las transferencias
inmobiliarias requieren de trámites municipales para el pago del Impuesto
respectivo, los codemandados no podían desconocer que quien aparecía como
contribuyente era el demandante, más no su vendedora Ferpo en Liquidación S.A.
También se tiene en cuenta que cuando los citados demandados contestan la
demanda, refieren que lo adquirieron con la información que aparecía en los
Registros Públicos y en la Comisión de Procedimiento Concursal del INDECOPI.
Entonces es de concluir que sí estaban enterados de las situaciones que se
producían en el referido procedimiento concursal, por lo que no podían desconocer
el pedido formulado por el demandante, mediante escrito de fecha once de junio
de dos mil diez-antes de la fecha de compra venta cuestionada- mediante el cual
solicitó al INDECOPI se excluya de la masa concursal los bienes materia de litis,
el cual fue denegado por citado órgano administrativo, mediante Resolución
Administrativa Nro. 4424- 2010/CCO/INDECOPI. Igualmente, si verificamos el
precio de venta de los inmuebles estos fueron transferidos al valor de US$
90,000.00, sin embargo, cuando lo adquiere del demandante, aproximadamente
nueve años antes, lo hace al precio de US$ 150,000.00, lo que debía haber llamado
la atención de los adquirentes a ser más suspicaces respecto a la transacción
inmobiliaria que se hacía a su favor.
140
III. SEGUNDA INSTANCIA:
a) Infracción normativa de los artículos VIII del Título Preliminar12, 83.2 inciso
de la Ley N° 2780913 - Ley del Sistema Concursal; artículos V del Título
Preliminar14, 2.115, 7616 y 77.2 inciso j)17 de la Ley N° 29571- Código de
Protección y Defensa del Consumidor;
141
b) Infracción normativa del artículo 2014 del Código Civil18, artículo 3 de la
Ley N° 2636619- Ley de Creación del Sistema Nacional de los Registros Públicos
y de la Superintendencia de los Registros Públicos y artículo 7 del Decreto
Legislativo N° 77620- Ley de Tributación Municipal, e
3. El artículo 396 del Código Procesal Civil, dispone: “cuando se declara fundado
el recurso de casación por infracción de una norma de derecho material, la
resolución impugnada deberá evocarse, integra o parcialmente, según
corresponda; también se revocará la decisión si la infracción es de una norma
procesal que, a su vez, es objeto de la decisión impugnada”. De Santo refiriéndose
a la clasificación de recursos negativos y recursos positivos, señala que los
142
primeros son aquellos que solo hacen caer, anular, casar, dejar sin efecto una
resolución judicial, es decir, el iudicium rescindens, dejando a otro tribunal el
pronunciamiento de la nueva resolución. Recursos positivos son aquellos que
además del aspecto negativo modifican, completan o sustituyen la resolución
revocada o anulada, es decir, el iudicium rescisorium. En la mayoría de
ordenamientos procesales actualmente se someten a un sistema de casación en el
que se puede resolver el tema de fondo, siendo el reenvío una fi gura excepcional,
en este último caso, cuando se plantea la nulidad de la sentencia por temas formales
(error in procedendo). Es así que en nuestro sistema, se admite que la Sala de
Casación emita pronunciamiento sobre de fondo cuando declara fundado el
recurso, expide la sentencia de reemplazo, ejercitando el iudicium rescisorium, y
tiene la posibilidad de ordenar el reenvío en casos puntuales.
143
tomada por el juez de grado, con lo cual tendríamos que no todos los errores in
procedendo tiene la posibilidad de generar la rescisión de la decisión, sino solo
aquellos referidos a normas que resultan esenciales para el procedimiento y que
fueron omitidas (formalidades que resultan imprescindibles en el proceso). Por lo
tanto, el error in procedendo para que se constituya en una causal de casación debe
tener incidencia directa en la validez de la decisión judicial, es decir, debe haberse
violentado o infraccionado la norma procesal de naturaleza imperativa de forma
tal que convierta en ineficaz lo decidido (el error tenga el peso específico como
para dañar lo decidido), de lo contario este motivo debe rechazarse. Error in
cogitando. Se trata del error en el que incurre el juez cuando al motivar o justificar
las razones que lo llevan a tomar su decisión o al valorar la prueba afecta los
principios lógicos (de no contradicción, tercero excluido, de identidad y de la razón
suficiente) o las reglas de la experiencia. Por lo que, la motivación de la sentencia
será siempre coherente, no contradictoria, congruente, se requiere que la
transmisión del pensamiento del juez sea entendida sin ningún problema. Cuando
la sentencia presenta este tipo de problemas estamos frente al llamado error de
logicidad, por lo cual se deduce que la sentencia no cumple con los parámetros
mínimos de logicidad, aquí encontramos por ejemplo los problemas de
motivación: aparente, insuficiente o defectuosa, entre otros supuestos.
144
judicial se considera motivada cuando cumple con un doble contenido,
fundamentos de hecho y de derecho.
145
7. Asimismo, en lo concerniente a la buena fe registral, en el Sistema internacional,
la posesión como situación extra registral y como dato fáctico, tiene la
particularidad de que pese a no acceder al registro, es una forma de publicidad de
las situaciones jurídicas que involucran a un bien. Así constatando la posesión uno
puede enterarse si el inmueble está arrendado o invadido, o si existe propietario
perfectamente en regla a quien lo único que le falta es regularizar su titularidad
ante el Registro. La posesión es de tal relevancia que, en determinados casos, no
podrá invocar la protección de la fe pública quien luego de haber adquirido un
derecho de quien el registro publicitaba como propietario, se entera que la validez
o eficacia del título de adquisición de este es cuestionado por quien venía
ejerciendo la posesión del bien, premunido de un derecho que si bien no corría
inscrito, existía en la realidad y se publicitaba a través de la posesión33. A mayor
abundamiento, en España, por su parte, la carga del tercero de conocer el estado
posesionario del bien para así quedar protegido por el Registro, ha sido construida
a partir de las “servidumbres aparentes”, que por su particular naturaleza no pueden
ser desconocidas por el adquiriente aun cuando no se encuentren inscritas. En ese
sentido, “no puede alegar su cualidad de tercero hipotecario aquel que tiene
perfecto conocimiento de las condiciones con que hubo de verificarse la
adquisición, aun cuando estás no consten en el registro, y a ese conocimiento se
derive de actos realizados por el supuesto tercero, ya de hechos que tienen que
herir forzosamente los sentido, cual acontece, por ejemplo, respecto a
determinadas servidumbres aparentes”34. Es a partir de esta fi gura que la doctrina
española –a la que luego se le ha sumado un sector de la jurisprudencia- comenzó
a introducir el dato fáctico de la posesión como parte de la diligencia exigida al
tercero para cumplir con una cuota de buena fe y así lograr la protección del
Registro35.
146
queda claro que en el presente caso se ha desvirtuado la buena fe de los
adquirentes; máxime, si se tiene en cuenta que debido a la importancia económica
de los bienes inmuebles y los usos generalmente aceptados en este tipo de negocios
la diligencia ordinaria mínima impone al comprador el deber de verificar el estado
actual del bien que adquiere y principalmente quién o quiénes detentan la posesión
del mismo pues en aplicación de lo que dispone el artículo 912 del Código Civil
[5]al poseedor de un bien se le reputa propietario mientras no se demuestre lo
contrario”. (Resaltado y subrayado agregado)
147
Ferpo Lima S.A. transfi ere al demandante los bienes inmuebles denominados:
departamento 401, estacionamiento Nro. 4 y depósito Nro. 3, ubicados en avenida
de Los Precursores Nro 567, urbanización Chacarilla del Estanque, distrito de
Santiago de Surco, conforme se observa de la minuta de fecha veintiocho de
octubre del año dos mil36, veintiocho de diciembre del año dos mil uno37 y
cláusula adicional del cinco de abril de dos mil dos38, documentos que tienen
fecha cierta desde el treinta de enero de dos mil dos, al haber sido presentada con
la Declaración Jurada ante la Municipalidad de Santiago de Surco, conforme a lo
previsto en el inciso 2 del artículo 245 del Código Procesal Civil.
Por escrito del once de junio de dos mil diez41, el demandante solicita a la
Comisión de Procedimientos Concursales del INDECOPI la exclusión de la masa
concursal de los inmuebles materia de litis, Comisión que dió respuesta mediante
Resolución N° 4424-2010/CCO-INDECOPI del veintiuno de junio de dos mil
diez42 (antes que se efectuara la transferencia materia de litis), declarando
improcedente el pedido formulado por el actor.
Mediante carta notarial del doce de junio de dos mil diez43, el demandante
comunica al liquidador Obtinere S.A.C., que ha presentado solicitud de exclusión
de bienes ante la Comisión de Indecopi, así como le solicita que se abstenga de
realizar cualquier acto de disposición por vía comercial o remate público sobre los
inmuebles materia de litis.
Por escritura pública del veintitrés de julio de dos mil diez, y que es materia de
litis, la empresa Ferpo Lima en Liquidación, representada por su liquidador
148
Obtinere S.A.C., transfirió a favor de la sociedad conyugal codemandada, Santos
Ananías Cuevas Villa y Wilma Aida Silva Violeta de Cuevas, los precitados
inmuebles materia de litis, empero, de la precitada escritura no se ha utilizado
medio de pago alguno, conforme se detalla en la conclusión de la misma.
149
el referido procedimiento concursal, lo que les pudo llevar a enterarse que los
bienes sub litis tenían un propietario, que buscaban excluirlos de la masa concursal.
Otro dato importante, que corrobora que los aludidos codemandados no podían
ignorar la situación real predio, era el hecho que a nivel Municipal, el demandante
se encontraba registrado como contribuyente de los predios materia de litis, tal y
conforme se advierte de las declaraciones juradas del Impuesto Predial del año dos
mil tres y dos mil siete, donde se indica que el demandante se encontraba afecta al
impuesto desde el treinta de enero de dos mil dos. En ese sentido, teniendo en
cuenta que actualmente, las transferencias inmobiliarias requieren de trámites
municipales para el pago del Impuesto respectivo (alcabala), los codemandados no
podían desconocer o estuvieron en posibilidad material y razonable de saber que
quien aparecía como contribuyente era el demandante, más no su vendedora Ferpo
en Liquidación S.A.
150
caso aconseja que un comprador de un inmueble por el cual paga un precio (se
invierten recursos económicos considerables), actúa con diligencia, comprobando
que quién le vende es propietario, verifica la documentación prolijamente, y realiza
una visita al bien en forma conjunta con el vendedor. En el caso de autos, la
conducta asumida por el comprador-sociedad conyugal emplazada quiebra esta
regla de la experiencia.
13. Por consiguiente, el Ad quem debió verificar quien detenta la posesión de los
bienes materia de litis, y de ser el caso que el bien materia del proceso se encuentra
ocupado por el demandante, comprobar si la sociedad conyugal emplazada tuvo la
diligencia del caso a fin de verificar quién o quiénes detentaban la posesión del
inmueble al momento de efectuarse la compra venta, así como también debió de
evaluar en conjunto todas las pruebas aportadas en autos –las actuaciones en el
procedimiento ante el INDECOPI y quién se encontraba registrado como
contribuyente ante la Municipalidad-, todo ello a fi n de expedir una decisión
congruente desde su elemento objetivo, el petitorio y la causa pretendí, y en este
último se incluye el elemento fáctico, en el cual encontramos involucrada la
valoración de la prueba incorporada, pues sobre la base de ellos se puede
determinar los hechos probados y no probados, y además, sirve para subsumirlos
en los supuestos fácticos de la norma; sin embargo, contrario a ello, el Ad quem
solo se limitó a aplicar en rigor la norma sustantiva con respecto a la buena fe
registral, prevista en el artículo 2014 del Código Civil, habiéndose así infringido
la referida norma sustantiva, así como la debida motivación de las resoluciones
judiciales, prevista en el artículo 139, inciso 5, de la Constitución, incurriendo así
en error de motivación, in cogitando, al no motivar o justificar las razones que lo
llevan a tomar su decisión o al no haber valorado en conjunto todas las pruebas, lo
que conlleva a la afectación de los principios lógicos o las reglas de la experiencia;
así como la vulneración a los normas antes citadas.
151
que la posesión quiebra la buena fe registral. Por lo tanto, el acto jurídico contenido
en la escritura pública del veintitrés de julio de dos mil diez, celebrado por los
demandados Ferpo Lima S.A. en Liquidación y la sociedad conyugal conformada
por Santos Ananías Cuevas Villa y Wilma Aida Silva Violeta de Cuevas, respecto
de los inmuebles: departamento 401, estacionamiento Nro. 4 y depósito Nro. 3,
ubicados en avenida de Los Precursores Nro 567, urbanización Chacarilla del
Estanque, distrito de Santiago de Surco e inscritos en las Partidas Registrales N°s
11274951, 11274957 y 11274969 del Registro de Propiedad Inmueble de Lima
son nulos por los argumentos expuestos precedentemente, al haberse comprobado
que tiene defectos de estructura que se vinculan con la finalidad ilícita, prevista en
el inciso 4 del artículo 219 del Código Civil, y por consiguiente, deberá de
cancelarse la inscripción de las referidas compra ventas.
15. En ese sentido, los argumentos vertidos en la sentencia recurrida, resultan ser
errados, pues no se analizaron todos los argumentos plasmados por el actor, así
como no se ha valorado en conjunto todas las pruebas aportadas y hechos que
involucran la venta de los referidos bienes inmuebles, y conforme se ha
desarrollado en la presente sentencia se ha desvirtuado la buena fe registral que
alegan la sociedad conyugal emplazada a mérito que la posesión quiebra la buena
fe registral, así como la vulneración a la debida motivación de las resoluciones
judiciales –error in cogitando- al existir una motivación defectuosa, puesto que el
razonamiento del Ad quem ha violado los principios lógicos y reglas de la
experiencia, motivo por los cuales debe declararse fundado el recurso de casación
y nula la sentencia de vista impugnada y actuando en sede de instancia debe
confirmarse la resolución de primera instancia que declara fundada la demanda.
152
aplicables en los procedimientos de protección al consumidor; y el artículo VIII
del Título Preliminar de la Ley N° 27809- Ley del Sistema Concursal, aplicable a
las conductas realizadas en los procedimientos concursales, por lo cual, dichas
causales no son procedentes. Así como tampoco son procedentes los artículos 3 de
la Ley N° 26366- Ley de Creación del Sistema Nacional de los Registros Públicos
y de la Superintendencia de los Registros Públicos y artículo 7 del Decreto
Legislativo N° 776- Ley de Tributación Municipal, los cuales son de aplicación
ante los Registros Públicos y entidad edil; no resultando relevantes para la solución
del caso el conjunto de disposiciones normativas citadas ya que la controversia se
identifica con la nulidad del acto jurídico y busca determinar si la parte demandada
adquirió a través del Registro el bien de buena fe.
V.DECISIÓN
153
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. HECHOS:
154
b) En dicho contexto, señala que no se habría cumplido con lo dispuesto por el
artículo 9 del Estatuto, y es que se anotó en el Libro de Matrícula la transferencia
de acciones por anticipo, sin que se haya comunicado a la Sociedad, sin respetar el
derecho preferente para la adquisición y sin que el Gerente haya suscrito tal
transferencia, incurriéndose en causal de nulidad, en atención a lo dispuesto por el
artículo 219, numeral 6, del Código Civil, así como los artículos 92, 93 y 101 de
la Ley General de Sociedades; siendo aplicables las causales previstas por los
incisos 6 y 7, del artículo 219, del Código Civil.
a) No es cierto que el acto de anticipo de legítima sea nulo, en todo caso estaríamos
ante un supuesto de anulabilidad, dado que la transferencia realizada por Alba
Rosa Lazo Ramírez, es un acto de libre disposición. Al respecto, ya se ha emitido
pronunciamiento en el proceso iniciado por el padre del demandante, bajo
Expediente Nº 27086-2010, ante el Vigésimo Primer Juzgado Especializado en lo
Civil de Lima. – Argumenta que se ha infringido norma legal de carácter
obligatorio, como falsamente argumenta el actor y que no existe inobservancia de
un requisito exigido por ley, como en forma errónea sostiene el demandante, en
razón a que la ley solo impone como obligatoria la limitación de disposición de
acciones, cuando se trata de una Sociedad Anónima Cerrada, y no es el caso, pues
Tecnin es una Sociedad Anónima. Luego, la limitación a la libre transferencia tiene
carácter facultativo y no legal.
155
d) Mediante escritos de fecha dieciséis de setiembre de dos mil trece, presentado
por TECNIN DEL PERU S.A. se allana a la demanda.
e) Mediante escrito del dieciséis de setiembre de dos mil trece presentado por
Sergio Augusto Zapata Lazo se allana a la demanda.
g) Por resolución número dos de fecha trece de marzo de dos mil catorce se
declara infundada la excepción de incompetencia y fundada la excepción de
litispendencia en consecuencia nulo todo lo actuado y por concluido el proceso.
i) Por escrito del veintisiete de enero de dos mil quince presentado por Carlos
Alberto Zapata Lazo en nombre propio y en representación de Alba Rosa Zapata
Lazo y Miriam Elizabeth Zapata Lazo se allanan a la demanda. – Se tiene de autos
el escrito del veintisiete de enero de dos mil quince, presentado por Jorge Modesto
Zapata Lazo y María Ysabel Zapata Lazo se allanan a la demanda.
j) Además, por resolución número veinte de fecha trece de marzo de dos mil
quince se declara improcedente el allanamiento solicitado por los recurrentes y por
resolución número veinticuatro de fecha trece de julio de dos mil quince se nombra
curador procesal de Maritza Adelaida Zapata Lazo al letrado César Sandoval
Méndez.
Mediante resolución número treinta y cuatro de fecha diez de mayo de dos mil
dieciséis, el Cuarto Juzgado Civil de la Corte Superior Del Santa emite sentencia,
declarando infundada la demanda bajo los siguientes argumentos:
156
a) Señala en el considerando once de la sentencia que, de la revisión de la
demanda y de los escritos de contestación obrantes en autos, así como de las
respectivas declaraciones de rebeldía, se advierte que ciertos hechos no son materia
de controversia, como es que, no se cuestiona en autos la validez del acto jurídico
de Anticipo de Legítima, celebrado por Alba Rosa Lazo Ramírez (anticipante),
Aura Margarita Zapata Lazo (anticipada) y Sergio Augusto Zapata Lazo
(anticipado), sino la anotación en el asiento de transferencia del Libro de
Matrícula. En mérito a ello, señala que conforme con una interpretación
concordada de los artículos 1623 y 1624 del Código Civil, si el valor de los bienes
muebles excede el 25% de la Unidad impositiva Tributaria, la donación se deberá
hacer por escrito de fecha cierta - no necesariamente Escritura Pública bajo sanción
de nulidad. Y es el caso, pues del valor nominal de las acciones donadas, se tiene
que tanto para Aura Margarita Zapata Lazo como para Sergio Augusto Zapata
Lazo se excede el acotado límite, de manera que el acto jurídico recién se entenderá
celebrado con el cumplimiento de la acotada formalidad ad solemnitatem, y a falta
de prueba en contrario, esto sucedió el tres de octubre de dos mil ocho. Otros
hechos no controvertidos, son que el anticipo se anotó en el Libro de Matrícula de
Acciones con fecha anterior a la acotada Escritura Pública (treinta de agosto de
dos mil ocho), y que doña Alba Rosa Lazo Ramírez no remitió la carta notarial a
que se refiere el artículo 9 del Estatuto de Tecnin del Perú S.A., previamente a la
anotación de la transferencia; en mérito a ello, señala que es necesario determinar
si esta constatación temporal determina que la anotación en el libro de Matrícula
de Acciones es nula. En este punto, advierte que no existe norma legal que confi
era efectos constitutivos a la matrícula de acciones, de modo ésta tiene fi nes
meramente organizativos para la sociedad. En relación a que la anotación del
anticipo de legítima, la mencionada sentencia señala que esta adolece de al menos
dos irregularidades:
ii) la segunda en cuanto a que no figura en dicho registro la firma del Gerente o
Presidente de la empresa; sin embargo, se advierte que en ninguno de estos dos
casos, se ha sancionado la inobservancia de estas formalidades con nulidad y, por
el contrario, se advierte que ambos defectos son subsanables; en el caso de la fecha,
con la presentación de un documento de fecha cierta anterior a la Escritura Pública
ya acotada, en que conste el anticipo de legítima, o con la corrección de la fecha
157
de anotación. En el caso de la falta de firma, debe advertirse que el Estatuto
establece que el Gerente General es quien anota las transferencias lo que se ha
hecho en el presente caso, pues no se ha podido probar que la anotación fue hecha
por persona distinta, pero solo exige que firmen el cedente y el cesionario, siendo
este requisito tan subsanable en el caso concreto, como lo es para el caso del
Contrato Privado de Donación de Acciones Societarias de fecha treinta de
setiembre de dos mil ocho, suscrito por Todd Christopher Zapata Galio, casado
con Rommy Analie Paredes Córdova, a favor de Sergio Augusto Zapata Lazo
(141,906 acciones de un valor nominal de S/.1.00), y de Milagritos Isabel Zapata
Carranza, casada con Rommel Feijoo Ayudante (17,914 acciones de un valor
nominal de S/.1.00). Indica que la norma estatutaria ha previsto que, previamente
a transferir sus acciones, ya sea a título oneroso o gratuito, el accionista debe
comunicar por conducto notarial su voluntad de transferir al Gerente General, a fi
n que este lo ponga a conocimiento de los otros accionistas, quienes pueden hacer
uso o no del derecho de preferencia; al respecto, señala que no se advierte previsión
legal o estatutaria que sancione con nulidad la anotación de la transferencia en el
Libro de Matrícula de Acciones, en inobservancia del derecho de preferencia, por
el contrario, estamos nuevamente ante un defecto subsanable, y es que nada obsta,
para que se convalide la transferencia realizada, o para que los interesados hagan
valer su derecho de preferencia conforme a ley. Siendo ello así, el actor no ha
acreditado la configuración de las causales de nulidad de acto jurídico que invoca,
de manera que la pretensión principal contenida en la demanda debe ser declarada
infundada por improbada, consideraciones por las cuales declara infundada la
demanda.
158
Acciones con fecha anterior a la acotada Escritura Pública (treinta de agosto de
dos mil ocho), y además la cedente Alba Rosa Lazo Ramírez no remitió la carta
notarial a que se refiere el artículo 9 del Estatuto de Tecnin del Perú, S.A.,
previamente a la anotación de la transferencia, aunado al hecho de que no fi gura
en dicho registro la firma del Gerente o Presidente de la empresa. En relación a
ello, sostiene que se debe dejar sentado que en este proceso no se cuestiona la
validez del acto jurídico de Anticipo de Legítima, sino la anotación de la
transferencia en el libro de matrícula de acciones, por lo que se advierte que en
ninguna de estas normas legales y estatuarias sancionan la inobservancia de dichas
formalidades con nulidad y, por el contrario, se advierte que estos defectos pueden
ser subsanados; siendo que en el caso de la fecha, se debe precisar que, si bien es
cierto los artículos 1623 y 1624 del Código Civil, establecen si el valor de los
bienes muebles excede el 25% de la unidad impositiva tributaria, la donación se
deberá hacer por escrito de fecha cierta (no necesariamente Escritura Pública), bajo
sanción de nulidad. Y es el caso, pues del valor nominal de las acciones donadas,
se tiene que tanto para Aura Margarita Zapata Lazo como para Sergio Augusto
Zapata Lazo se excede el límite señalado, de manera que el acto jurídico recién se
entenderá celebrado con el cumplimiento de dicha formalidad ad solemnitatem con
la presentación de un documento de fecha cierta esto es la Escritura Pública ya
acotada, en la cual consta el anticipo de legítima, por lo que si bien la fecha de
anotación de la transferencia de las acciones es anterior el acto jurídico celebrado,
es pasible de ser subsanado, al no estar sancionado con nulidad expresa, así como
no afecta la sustancia del acto jurídico, por lo que esta irregularidad temporal no
determina que la anotación en el Libro de Matrícula de Acciones es nula, máxime
si tal como ha quedado establecido en el considerando dieciséis la inscripción en
la matricula no genera efectos constitutivos. Señala que en el caso del derecho de
preferencia, el artículo 9 del Estatuto, establece que, previamente a transferir sus
acciones, ya sea a título oneroso o gratuito, el accionista debe comunicar por
conducto notarial su voluntad de transferir al Gerente General, a fi n que este lo
ponga a conocimiento de los otros accionistas, quienes pueden hacer uso o no del
derecho de preferencia. Sobre el particular se advierte que el Estatuto ha
establecido un derecho potestativo de subrogación, más no establece que ante la
omisión o incumplimiento; de esta comunicación que el acto jurídico sea nulo,
máxime si la transmisión irregular devendría en inefi caz frente a la sociedad, pero
ello no determina su nulidad, por lo que no se advierte prescripción legal o
estatutaria que sancione con nulidad la anotación de la transferencia en el Libro de
Matrícula de Acciones, en inobservancia del derecho de preferencia, sin perjuicio
159
del derecho de los demás accionistas para hacer valer su preferencia conforme a
ley.
160
Augusto Zapata Lazo, mas no la validez del acto jurídico de anticipo de legítima
por el cual se transfieren las acciones que dieron lugar a la citada anotación, siendo
así, todo análisis desarrollado a lo largo del proceso debe circunscribirse a dicho
extremo, en correspondencia al principio de congruencia procesal, que se
encuentra estipulado en artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Civil2 , y que la doctrina se ha encargado de definir como una de las garantías que
conforman el debido proceso, el cual enmarcan al Juez el camino para poder llegar
a emitir un pronunciamiento de fondo, y fijan un límite a su poder discrecional,
siendo así, la congruencia encuentra su manifestación en la adecuación entre lo
pedido y la decisión contenida en la sentencia. En mérito al parámetro antedicho,
y de la revisión de los actuados se tiene que el demandante Tood Christopher
Zapata Gallo, ha señalado a lo largo del proceso que, con fecha treinta de agosto
de dos mil ocho, se registró la transferencia de acciones de la socia Alba Rosa
Lázaro Ramírez a favor de sus codemandados Sergio Augusto Zapata Lazo y Aura
Margarita Zapata Lazo y que la respectiva escritura pública fue recién suscrita con
fecha diez de octubre de dos mil ocho, señalando que dicho anticipo de legítima
tendría que haberse realizado por escrito de fecha cierta bajo sanción de nulidad, a
lo cual suma dos hechos, el primero de ellos es que en la anotación no se aprecia
la fi rma del Gerente o Presidente de la empresa y que dicha anotación se realizó
sin que se haya comunicado a la empresa societaria, sin respetar el derecho
preferente para la adquisición, incumpliendo lo dispuesto en el artículo 9 del
Estatuto de la empresa Tecnin del Perú S.A. En relación a ello, es pertinente anotar
que la Ley Nº 26887 – Ley General de Sociedades- hace referencia a las
formalidades que se deben cumplir para llevar los libros de actas y de matrícula de
acciones, por lo general se trata de reglas orientadas a las sociedades anónimas,
pero estas disposiciones pueden ser aplicadas en forma supletoria a los demás tipos
societarios; así el artículo 92º de la referida ley señala que: “Artículo 92º.-
Matrícula de acciones: En la matrícula de acciones se anota la creación de acciones
cuando corresponda de acuerdo a lo establecido en el artículo 83º. Igualmente se
anota en dicha matrícula la emisión de acciones, según lo establecido en el artículo
84º, sea que estén representadas por certificados provisionales o definitivos. En la
matrícula se anotan también las transferencias, los canjes y desdoblamientos de
acciones, la constitución de derechos y gravámenes sobre las mismas, las
limitaciones a la transferencia de las acciones y los convenios entre accionistas o
de accionistas con terceros que versen sobre las acciones o que tengan por objeto
el ejercicio de los derechos inherentes a ellas. La matrícula de acciones se llevará
en un libro especialmente abierto a dicho efecto o en hojas sueltas, debidamente
161
legalizados, o mediante registro electrónico o en cualquier otra forma que permita
la ley. Se podrá usar simultáneamente dos o más de los sistemas antes descritos;
en caso de discrepancia prevalecerá lo anotado en el libro o en las hojas sueltas,
según corresponda. El régimen de la representación de valores mediante
anotaciones en cuenta se rige por la legislación del mercado de valores”. Dicho
ello, remitámonos para el análisis pertinente a la cláusula novena del Estatuto de
la empresa Tecnin del Perú S.A., que señala: “Los accionistas tienen derecho
preferente para la adquisición de las acciones que se enajenan a título particular,
ya sea en forma gratuita u onerosa. El accionista que desee enajenar sus acciones
deberá comunicar este hecho a la Gerencia de la sociedad, mediante carta notarial,
quien informará inmediatamente a los otros accionistas, a fi n que puedan ejercitar
su derecho de preferencia, aplicándose el prorrateo si fuere necesario. Transcurrido
el término de treinta días desde la recepción de la carta notarial, el accionista podrá
enajenar libremente sus acciones a favor de cualquier tercero” (fojas sesenta y seis
vuelta). Siendo así, en primer orden, se pone en evidencia que la mera anotación
de la transferencia, respecto de la cual solicitan la nulidad, no tiene fuerza
vinculante en relación a los actos jurídicos que lo pudieron generar, más si existen
discrepancias entre las fechas de la anotación de la transferencia de acciones y el
negocio jurídico que lo produjo, por lo que sus efectos por el principio de
causalidad están siempre supeditados al negocio jurídico que lo generó, por lo que
la relación jurídica creada con el anticipo de legítima entre el cedente y el
cesionario quedan supeditadas al contenido y eficacia que genere dicho acto
jurídico, independientemente de la anotación de la misma en el libro de matrícula
de acciones de la empresa . En todo caso, si hubiera una discrepancia entre las
fechas, este dato puede ser corregido, corroborado o convalidado, tomando en
cuenta siempre la fecha desde que se produjo la transferencia de las acciones, este
debe ser el criterio que puede llevar a una solución correcta de la presente
controversia; y en segundo orden y en relación al derecho preferente, esta
prerrogativa a favor de los accionistas, como tal, no ha sido materia de discusión
en el presente proceso, nótese que la discusión ha sido alrededor de la anotación
en el asiento de trasferencia en el libro de matrícula de acciones y de existir, una
afectación de esa naturaleza, se debió iniciar el proceso correspondiente para
proteger su situación de socio preferente. En efecto, el pedido de nulidad de la
anotación de la transferencia propiamente, sustentado en lo dispuesto en el inciso
6 y 7 del artículo 219 del Código Civil, no resulta admisible, toda vez que se
evidencia que la nulidad alegada no se ha logrado probar en ninguna de las causales
invocadas por el demandante, habida cuenta que el principal cuestionamiento
162
alegado por el demandante, es relativo al inciso 7 del artículo 2019 del Código
Civil, referido a que el acto jurídico es nulo cuando la ley lo declare como tal, en
relación a ello, para que se configure la causal de nulidad esta debe estar contenida
de manera expresa en la ley, siendo así, y cotejando el sustento fáctico y normativo
del caso en concreto, no se logró establecer a lo largo del proceso la existencia de
un mandato imperativo respecto de los efectos de la anotación en el asiento de
transferencia del libro de matrícula y acciones que data del treinta de agosto de dos
mil ocho, cuyo incumplimiento se haya subsumido en el inciso 7 del artículo 219
del Código Civil, máxime, si consideramos el contenido del artículo 92 y 93 de la
Ley General de Sociedades, referido a la matrícula de acciones y a la comunicación
social4 , en ellas no se aprecia algún mandato imperativo expreso que haga suponer
que nos encontramos en la causal de nulidad alegada por el demandante. Además
de lo dicho, se aprecia que el casacionista argumenta, que habrían razones
suficientes para declarar la nulidad, por cuanto, la donación de las acciones superó
el 25% de la unidad impositiva tributaria, y que dicha donación deberá realizarse
por escrito de fecha cierta, bajo sanción de nulidad, y señalan que en el presente
caso se excedió el límite señalado del 25%. Al respecto es pertinente mencionar
que, si bien, el artículo 1624 señala que: “Si el valor de los bienes muebles excede
el límite fijado en el artículo 1623º, la donación se deberá hacer por escrito de
fecha cierta, bajo sanción de nulidad. En el instrumento deben especificarse y
valorizarse los bienes que se donan”, en el caso sub examine, se pretende
cuestionar el anticipo de legítima realizada por Alba Lazo Ramírez y la formalidad
que debe cumplir la misma, redundando el recurrente en cuestionar hechos
relacionados a la discrepancia de las fechas, es decir entre la fecha de anotación en
el asiento de trasferencia que data del treinta de agosto de dos mil ocho y la
escritura pública de la trasferencia de acciones (tres de octubre de dos mil ocho),
controversia derivada -como ya se anotó- de la relación jurídica surgida con el
anticipo de legítima efectuada por Alba Rosa Lazo Ramírez, negocio jurídico que
no es materia de debate en el presente proceso y que no tiene implicancia
propiamente en la anotación en el asiento de transferencia del libro de matrícula
materia de nulidad. En todo caso, de precisarse que la transferencia de acciones
vía anticipo de legítima cuenta con la formalidad solmene requerida por la ley pues
como ya se ha señalado esta consta en escritura pública. Tercero: En relación al
agravio C), referido a la inaplicación del artículo 230 del Código Civil5 , el
casacionista una vez más hace referencia a que la fecha de la anotación de
transferencia de las acciones es de fecha anterior al acto jurídico celebrado de
anticipo de legítima y que el Ad quem ha indicado erróneamente que es posible la
163
convalidación de dicha donación a través de la escritura pública. En relación a la
denuncia expresada, este Supremo Tribunal considera imperativo destacar que la
pretensión planteada y discutida a lo largo del presente proceso, es en relación a la
nulidad del acto jurídico, contenido en la anotación en el asiento de transferencia
del libro de matrícula de acciones de fecha treinta de agosto de dos mil ocho, y no
el acto jurídico previo a dicha anotación, como es el anticipo de legítima entre
cedente y el cesionario, realizado por Alba Rosa Lazo Ramírez a favor de Aura
Margarita y Sergio Augusto Zapata Lazo, más aún, que se aprecia de los extremos
de la demanda que se ha emplazado a los dos últimos mencionados,
emplazamiento que no articula con el pedido de nulidad respecto de la anotación
en el asiendo de transferencia, por cuanto, la transferencia de acciones constituye
un acto jurídico de libre disposición, y tratándose de acciones de una empresa de
sociedad anónima, encuentra las restricciones y/o limitaciones en el artículo 101º
de la Ley General de Sociedades6 , norma que refiere que no existe mayores
limitaciones que las contenidas en el pacto social o en el estatuto; en dicho contexto
si nos remitidos al artículo 8 del Estatuto de Tecnic del Perú S.A.7 , en este no se
aprecia que existan restricciones absolutas para el tráfico de las acciones
societarias, siendo estas consideradas como bienes muebles susceptibles de actos
jurídicos o negocios causales, como ocurrió en el presente caso, razón por la cual,
el cuestionamiento efectuado en la parte in fine el recurso de casación, en el sentido
que “... no se puede concluir, como lo ha hecho el Colegiado superior, que el
referido asiento fue convalidado, más aún, si en la escritura pública en mención no
existe la manifestación de la anticipante de realizar tal convalidación...” está
orientado a cuestionar propiamente el acto jurídico de anticipo de legítima de las
acciones, lo cual, como ya se ha expresado, constituye un tema que fue expresado
en líneas precedentes en el sentido que debe entenderse la anotación en la fecha en
que se produjo la transferencia de acciones y no antes, razón por la cual, este
Despacho Supremo se reafirma en el argumento que no existen supuestos de
nulidad de acto jurídico contenidos en la norma sustantiva que determinen la
nulidad de la anotación en el asiento de transferencia del libro de matrícula de
acciones por los hechos alegados en la demanda y que más bien, constituye un
supuesto diferente el cuestionamiento efectuado por el casacionista en relación a
que el documento de anticipo de legítima de las acciones fue con una data posterior
a la anotación en el libro de matrícula respecto de la trasferencia de acciones; así
también constituye un cuestionamiento no vinculante a la nulidad planteada, que
el acto jurídico de anticipo de legítima tendría que sujetarse a lo establecido en el
artículo en el artículo 1624 del Código Civil, relativo a que las donaciones de
164
bienes muebles que superan el 25% de la unidad impositiva tributaria, deben
realizarse por escrito de fecha cierta, por cuanto, se aprecia en autos la existencia
de una escritura pública de dicho negocio jurídico; siendo así, ha quedado
plenamente establecido que estos negocios jurídicos que subyacen al
procedimiento de anotación en el asiento de transferencia de acciones, no fueron
materia de debate, tal como se aprecia con claridad en el contenido de la demanda
y de la fi jación de los puntos controvertidos, razones por las cuales, se determina
que no se han logrado probar que el acto jurídico del cual demanda la nulidad no
cumpla con revestir la forma prescrita por ley o que adolezca de nulidad expresa
dispuesta en la ley, por lo cual, este extremo de la denuncia tampoco puede ser
amparada. Cuarto: Dicho lo anterior, este Supremo Tribunal concluye que los
extremos de la sentencia de vista y la valoración probatoria efectuada en ella
guardan correspondencia con la pruebas incorporadas al interior del proceso, no
apreciándose en su contenido que se haya producido las infracciones normativas
alegadas, por lo que la decisión del Ad quem, de confirmar la decisión inicial y no
amparar la pretensión de nulidad deviene en una decisión que concuerda con las
premisas normativas sustentadas en las sentencias de mérito, consideraciones por
las cuales esta Sala Suprema inclina su decisión en el sentido que la casación
interpuesta debe ser declarada infundada.
V. DECISIÓN:
Por estos fundamentos y en aplicación del artículo 397 del Código Procesal Civil
esta Sala Suprema Civil Permanente, declara:
165
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL
I.HECHOS:
166
c) Se declare la nulidad del contrato de compraventa contenida en la Escritura
Pública de fecha 01 de diciembre de 2008, celebrada por Elena Huayta Cáceres a
favor de Raúl Arias Romero respecto al 77.26% de sus derechos y acciones del
inmueble en referencia, por las causales previstas en el artículo 219º numerales 3),
4) y 8) del Código Civil.
167
f) De la primera transferencia se aprecia que Pascual Huayta Cáceres, vende el
77.16% de las acciones y derecho del predio a favor de Elena Huayta Cáceres por
el precio de treinta y cuatro mil soles 00/100 (S/. 34,000) y el 22.84% a favor de
Flavio Meléndez Quispe por quince mil soles 00/100 (S/. 15,000) soles siendo nula
la venta por las causales de objeto jurídicamente imposible, fi n ilícito y contrario
a las leyes que interesan el orden público, porque dejó de ser propietario del
54.6413% de las acciones y derechos, al habérselo transferido a la demandante.
i) Tampoco es verdad que con las personas indicadas por la demandante, haya
celebrado un contrato verbal sin representación para tramitar el título de propiedad
a su favor, como que tampoco existió la obligación de transferir su propiedad a los
supuestos benefi ciarios, por cuanto nunca realizaron algún acto jurídico.
168
en todos sus extremos, las pretensiones acumuladas contenidas en la demanda, al
considerar lo siguiente:
c) Por esta misma razón, resultan infundadas las causales de nulidad sustentadas
en que el acto jurídico tendría un fín ilícito y sería contrario a las leyes que
interesan al orden público, pues las mencionadas causales se sustentaban
básicamente en que cuando Pascual Huayta Cáceres transfi rió la propiedad a la
actora, este, al momento de transferir la propiedad a Elena Huayta Cáceres y Flavio
Meléndez Quispe, ya no era propietario; sin embargo, como ya se ha razonado y
concluido, la compraventa efectuada por Pascual Huayta Cáceres a sus
codemandados fue realizada con anterioridad a favor de la demandante.
169
celebrado entre Elena Huayta Cáceres (vendedora) y Raúl Arias Romero
(comprador), cuyo documento probatorio corre en copia literal de título archivado
de fojas 32 a 34, resulta infundada en todas sus causales por cuanto: Si bien es
cierto, que a la fecha de celebración del acto cuestionado (01 de diciembre de
2008), ya don Pascual Huayta Cáceres no era propietario del 100% de acciones y
derechos por haberlo transferido el 16 de julio de 2008, a Elena Huayta Cáceres y
Flavio Meléndez Quispe; también es verdad que tal situación los lleva a
imposibilidad jurídica de la venta contenida en la escritura pública en referencia,
toda vez que lo importante es determinar si quien realizó la venta cuestionada, es
o no, la persona a quien la ley sustantiva habilita para disponer del bien.
170
no existía jurídicamente el bloqueo, de manera que tal adquisición se encuentra
bajo los alcances de la buena fe pública registral que informa el artículo 2014 del
Código Civil.
171
e) A la fecha de celebración del contrato de compra venta, en el cual la
codemandada Elena Huayta Cáceres le vende el predio materia de lítis, al
codemandado Raúl Arias Romero, esto es, el 01 de diciembre de 2008, el bloqueo
registral inscrito con fecha 25 de agosto de dicho año, se encontraba caduco,
conforme a lo dispuesto en el Decreto Ley Nº 18278 y su modificatoria contenida
en la Ley 26841.
172
codemandados. Agrega que en la ampliación de los fundamentos de su pretensión
se precisó que el demandado Huayta Cáceres reconoció su derecho de posesión y
se obligó a la transferencia del predio, sin embargo los jueces omitieron valorar
este medio probatorio sin explicar las razones de su decisión- añade que también
ofrecieron medios probatorios para acreditar que las firmas obrantes en el contrato
privado del dieciséis de julio de dos mi ocho, posiblemente realizado en el mes de
junio de dos mil nueve, se celebró en forma fraudulenta, conforme acredita con la
boleta de venta numero 002165 el mismo día y año y la declaración del propio
demandado Pascual Huayta quien manifestó que el citado día estuvo en la ciudad
de Lima, realizando gestiones ante la Notaria Biggiano y la declaración de los
trabajadores de dicha notaria que refiere que los días dieciséis al dieciocho de julio
de dos mil ocho el demandado se encontraba en Lima realizando gestiones
relacionadas al predio. Sostiene que los litisconsortes necesarios incorporados al
proceso solicitaron también la nulidad de los actos jurídicos antes referidos por las
causales que indican, alegando que el demandado Pascual Huayta Cáceres les
había transferido el dominio de otras fracciones del predio sub litis mediante
documentos privados del dos de octubre de dos mil seis, dieciocho de julio dos mil
siete y trece de marzo de dos mil ocho es decir con anterioridad a las transferencias
efectuadas a favor de los demandados Elena Huayta Cáceres y Flavio Meléndez
Quispe, no obstante los jueces omitieron valorar estos documentos, sosteniendo
que la petición de los litisconsortes, sigue la suerte de los principales. No valoraron
igualmente los actuados del proceso penal por lo que se les condenó a los
codemandados por estelionato en agravio de la demandante y los litisconsortes
entre otros, vulnerándose el derecho a la debida motivación de las resoluciones
judiciales, congruencia, derecho de defensa y el derecho a la prueba.
b) Infracción normativa material del artículo 1810º del Código Civil. Indica que
los Jueces Superiores dejaron de aplicar esta norma, referida a la transmisión de
bienes por el mandatario, pues del contexto del contrato privado de mandato sin
representación denominado declaración jurada del veinticuatro de febrero de dos
mil seis, cuyas firmas se encuentran legalizadas, mandatario pascual Huayta
Cáceres se obligó en forma libre y voluntaria tramitar el título de propiedad del
predio Gloria Baja con un área de 10,065.64 m2 y una vez inscrito en los Registros
Públicos independizar y adjudicar a favor de todos los posesionarios. Alega que el
mandatario reconoció la antigüedad y posesión ejercidas por personas que se
indican en el mencionado documento dentro de los que se encuentra la
demandante, el propio demandado y Elena Huayta Cáceres precisándose además
173
que podían incluir en la lita de moradores a nuevas personas que no estuvieron
presentes refiriéndose a los litisconsortes.
174
tribunales expliciten en forma suficiente las razones de sus fallos, con mención
expresa de los elementos fácticos y jurídicos que los determinaron; norma, que
resulta concordante con lo preceptuado por los artículos 122º numeral 3) del
Código Procesal Civil y 12º de la Ley Orgánica del Poder Judicial. Del mismo
modo debe precisarse que la exigencia de la motivación suficiente, prevista en el
numeral 5) del referido artículo, garantiza que el justiciable pueda comprobar que
la solución del caso concreto viene dada por una valoración racional de los
elementos fácticos y jurídicos relacionados al caso y no de una arbitrariedad por
parte del juez; de allí que una resolución que carezca de motivación suficiente no
sólo vulnera las normas legales citadas, sino también principios de rango
constitucional. Cuarto.- E derecho a la motivación de las resoluciones judiciales,
una de cuya expresiones es el principio de congruencia, exige la identidad que debe
mediar entre la materia, las partes y los hechos del proceso y lo resuelto por el juez;
lo que implica que los jueces se encuentran obligados, por un lado, a no dar más
de lo demandado o cosa distinta a lo pretendido, ni a fundar sus decisiones
jurisdiccionales en hechos no alegados por las partes, lo que significa que tienen
la obligación de pronunciarse respecto a las alegaciones efectuadas por las partes
tanto en sus escritos postulatorios como, de ser el caso, en sus medios
impugnatorios; y, por otro, a no omitir dicho pronunciamiento, pues de lo contrario
se produce una incongruencia, que altera la relación procesal, transgrediéndose las
garantías del debido proceso.
175
controversia que respete el derecho de defensa de cada una de ellas; y, sobre todo,
garantizará la existencia de una solución imparcial del caso, al haber sometido a
consideración razonada las alegaciones expuestas de someter a valoración los
argumentos que han fundamentado su posición en la litis. Y si bien es cierto que
el órgano jurisdiccional no se encuentra obligado a someter a análisis exhaustivo
cada una de las numerosas alegaciones que podrían ser expresadas por las partes
en el proceso, sí lo está en relación con aquéllas que mantengan relevancia para la
solución de la controversia.
176
(firmas legalizadas), señaló haber promovido por derecho propio y en
representación de otros moradores ante la Municipalidad Distrital de Ate el trámite
de prescripción adquisitiva de dominio respecto a un área de 10,117.56m2, del
predio rustico ubicado en el Kilómetro 14.300 de la Carretera Central, margen
izquierda con dirección a Chosica del predio la Gloria Baja. - De la Escritura
Pública del Acta Final del Procedimiento de Formación de Titulo Supletorio de
fecha 08 de enero de 2007, en atención a la petición efectuada Pascual Huayta
Cáceres, se declaró la formación del título supletorio a su favor respecto del
inmueble acotado, acto que se inscribió en los registros públicos el 15 de julio de
2008. - Por minuta de fecha 16 de julio de 2008, elevada a Escritura Pública del
02 de octubre de 2008, Pascual Huayta Cáceres transfi ere a Elena Huayta Cáceres
el 77.16% de sus derechos y acciones del inmueble sublitis, por el precio de treinta
y cuatro mil soles y a Flavio Meléndez Quispe, el 22.84% respecto del bien
inmueble por el precio de quince mil soles, acto inscrito en los Registros Públicos
el 25 de noviembre de 2008. - Por Minuta –con kardex 14113- de fecha 19 de julio
de dos mil ocho, Pascual Huayta Cáceres transfirió a favor de Senovia Capcha
Rodríguez sus derechos y acciones del 54,6413% de la totalidad del predio
equivalente a 5,500.m2, por la suma de cinco mil soles. - Por Escritura Pública del
01 de diciembre de 2008, Elena Huayta Cáceres, transfiere a Raúl Arias Romero
el 77.16% de sus derechos y acciones del predio sublitis el mismo que equivale a
7.765.64m2, acto inscrito el 15 de enero de 2009.
9. Respecto al artículo 219º del Código Civil, la doctrina señala que el Acto
Jurídico Nulo, es aquel que carece de algún elemento, presupuesto o requisito o
que teniendo todos los aspectos de su estructura bien constituidos tenga además un
fi n ilícito por contravenir las buenas costumbres, el orden público o una o varias
normas imperativas.
177
11. Conforme a lo previsto en el artículo 923º del Código Civil, la propiedad es el
poder jurídico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien, debe
ejercerse en armonía con el interés social y dentro de los límites de la ley. En tal
sentido el artículo 1361º del Código sustantivo, los contratos son obligatorios en
cuanto se haya expresado en ellos y conforme al artículo 1362º los contratos deben
negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y común
intención de las partes. En ese contexto el artículo 1529º se establece que por la
compraventa el vendedor se obliga a transferir la propiedad de un bien al
comprador y este a pagar su precio. Décimo Cuarto.- La Sala Superior, confi
rmando la decisión incoada por el juez de la causa, determinó que de las pruebas
aportadas al proceso no se ha logrado acreditar los supuestos que regula el Artículo
219º numeral 3) del Código Civil, para establecer la causal de imposibilidad
jurídica respecto al acto de compraventa realizado por Pascual Huayta Cáceres a
favor de Elena Huayta Cáceres y Flavio Meléndez el dieciséis de julio de dos mil
ocho, en virtud a que conforme a lo previsto por el artículo 923º del Código
Sustantivo, el vendedor ostentaba facultades para disponer del mismo. Y, si bien
la impugnante sostiene en su denuncia casatoria que no se valoró lo indicado en su
declaración ampliatoria –respecto al reconocimiento del vendedor sobre la
posesión que ella detentaba en el predio omite tener en cuenta que conforme a la
finalidad perseguida por el artículo 197º concordante con el artículo III del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, es que la prueba que se aporte sea útil para
resolver la Litis, en tal sentido lo alegado no abona a la solución del caso, porque
como se ha señalado la actora adquirió con posterioridad el inmueble. En cuanto a
las demás aseveraciones descritas en su denuncia, es del caso anotar que las
mismas están orientadas a que se efectúe una revaloración probatoria a efectos de
detentar la nulidad de lo actuado, lo cual no es atendible en sede casatoria por
transgredir los fines del recurso, por lo que este debe ser declarado infundado.
12. En lo atinente a la causal de nulidad por fi n ilícito, debe tenerse en cuenta que
el numeral 4) – concordante con lo dispuesto en el inciso 8) del artículo 219º del
Código Civil, establece que el acto jurídico se sanciona con nulidad, únicamente,
cuando su fi n sea ilícito de forma tal que al Código sólo le interesaría el aspecto
subjetivo de la causa.
178
la nulidad. Puesto que como se anotó precedentemente, tanto Elena Huayta
Cáceres, Flavio Meléndez Quispe y Raúl Ramos Romero, adquirieron el predio
sublitis de quien aparecía con facultades para otorgarlo, pues al 01 de diciembre
de 2008, en la que se realizó la primera transferencia el bloqueo registral inscrito
en el Asiendo D00002 de la Partida Registral Nº 12176695 conforme a los alcances
regulados por el Decreto Ley Nº 18278 y su modificatoria dada por Ley Nº 26841,
se encontraba caduco, no constituyéndose entonces la mala fe del adquiriente
puesto que conforme a lo regulado por el artículo 2014º del Código sustantivo
adquirió el bien de quien aparecía como propietario. En efecto, se verifica y
controla que el razonamiento sobre el cual se sustenta el fallo adoptado por los
Jueces Superiores guarda correspondencia con los alcances regulados por el
artículo 139º numerales 3) y 5) de la Constitución Política del Estado, así como el
principio de congruencia y la Tutela Jurisdiccional efectiva, toda vez que han
subsumido, administrado y colocado con cuidado la ejecución de la norma
pertinente al caso en concreto, al haber comprobado las circunstancias fácticas para
su aplicación determinando con claridad y precisión que la demanda deviene en
desestimable, por lo que el recurso debe declararse infundado
179
V. DECISION:
Por los fundamentos expuestos, y en aplicación del artículo 397º del Código
Procesal Civil. Declararon:
180
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. HECHOS:
c) Mediante Escritura Pública de fecha seis de febrero de dos mil siete a fojas
treinta y nueve, la razón social de la asociación fue cambiada a la de "Asociación
181
de Vivienda Agrario Tacna", fueron modifi cados sus estatutos y se nombró nueva
comisión de titulación conformada por los codemandados Juan Alberto Arias
Reinoso y Ana María Vallejos Ore.
a) Que, el demandante aduce ser socio de la Asociación (sin importar cuál fuera
su denominación, sin acreditar con prueba idónea que así sea, cuando el
demandante ya no es asociado de la Asociación Agrario Tacna, ya que el veintitrés
de marzo de dos mi siete se ratificó su depuración, acuerdo notificado mediante
publicación periodística efectuada en un diario local el cuatro de abril de dos mil
siete sin ser impugnado, tampoco fueron impugnados los acuerdos sociales sobre
depuración, lo que se ha realizado conforme a los Estatutos de la Asociación.
182
propietario, sobre todo si se trata de bienes inmuebles donde la forma de adquirir
son diversas, pero definitivamente el hecho de hacer entrega de un lote a un socio
no constituye título de propiedad.
183
debió culminar ante el notario y respectiva inscripción; sin embargo no fue así; y
estando a la Asamblea General Extraordinaria del veintiuno de enero de dos mil
siete, ya citada, el demandante no es propietario del bien, y reconoce lo
determinado en dicha asamblea 4.3. El acto jurídico celebrado por los recurrentes
cumple con todas las formalidades establecidas en la ley, para su validez.
184
Vallejos Ore y finalmente el re empadronamiento, acuerdos ciertamente no
impugnados por el demandante como aduce la parte demandada; señala también,
que el veintitrés de marzo de dos mil siete se ratificó la depuración de socios que
no cumplieron con re empadronarse, acordando además la reversión de lotes; en
cuanto a dicho extremo obra a fojas doscientos cincuenta y tres copia del acta de
Asamblea General Extraordinaria de fecha veintitrés de marzo de dos mil siete, en
la que efectivamente se acordó por unanimidad la depuración de los asociados que
no cumplieron con re empadronarse, acuerdo publicitado el cuatro de abril de dos
mil siete mediante aviso periodístico efectuado en el diario "Caplina", que en copia
certificada corre a fojas doscientos setenta y cinco; de lo que cabe razonablemente
concluir que el demandante fue depurado por no cumplir con el re empadronarse
conforme acordó la "Asociación Pro Vivienda de los Trabajadores del Sector
Agrario de Tacna", hoy "Asociación de Vivienda Agrario Tacna".
c) Con vista del Acta de fojas 246, de fecha 21 de enero del 2007, se aprecia que
la Asamblea General Extraordinaria como se tiene anotado acordó la modificación
total de su Estatuto, precisando en su artículo sétimo, las causales por las cuales se
pierde la calidad de socio, ello es "por infringir lo dispuesto en los Estatutos, por
realizar acciones que perjudiquen y contravengan los objetivos de la Asociación,
por incumplimiento de las aportaciones ordinarias no más de tres meses, por
renuncia voluntaria del socio y por abandono del terreno", de lo que resulta que no
fue prevista que la falta de re empadronamiento tenga por efecto la pérdida de la
caridad de socio. 5.4. Estando acreditados los derechos de propiedad del
demandante en su calidad de asociado adjudicatario, sobre el lote materia de litigio,
resulta que para la venta del mismo, es exigencia conforme a nuestro ordenamiento
civil, la manifestación de voluntad del titular del derecho en cuestión, pues la falta
de la misma conlleva la nulidad del acto jurídico, alegando el demandante ausencia
de la manifestación de su voluntad, en el acto jurídico de adjudicación en
propiedad celebrado entre los demandados, pues la Asociación si bien lo depuró
contraviniendo su propio Estatuto, y excediéndose de sus facultades acordó la
reversión del lote, carecía de legitimidad para disponer del mismo, por tanto
configurada la ausencia de voluntad.
185
la sentencia apelada y reformándola declaró infundada la demanda; al considerar
principalmente que:
186
sino únicamente por su presidente en representación de la asociación, no se puede
concluir que haya operado la transferencia del lote en cuestión en favor del actor.
187
dentro de un proceso de impugnación de acuerdos, claro de acuerdo a los plazos y
la forma que establece el artículo 92 el Código Civil.
188
1. Mediante resolución de fecha catorce de agosto de dos mil quince, se declaró
procedente el recurso de casación por las causales de:
189
conforme lo dispone el artículo 396° del Código Procesal Civil, cuando se declara
fundado el recurso de casación por vulneraciones a las normas que garantizan el
debido proceso o las infracciones de las formas esenciales para la eficacia y validez
de los actos procesales en todos los supuestos se debe devolver el proceso a la
instancia inferior para que emita una nuevo fallo, mientras que si se declara
fundado el recurso por las otras causales contempladas en el artículo 386° del
Código Procesal Civil, la Sala Suprema actuando en sede de instancia deberá
resolver el conflicto según su naturaleza. Es por ello, que la revisión de las causales
por las que ha sido declarado procedente el recurso de casación debe comenzar por
el análisis de la alegación de vulneración a las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso.
190
jurisdiccional deja de motivar sus decisiones o lo hace en forma incoherente a la
naturaleza del proceso, en clara trasgresión de la normatividad vigente y de los
estadios superlativos del procedimiento.
191
11. Que, la decisión adoptada por el Colegiado Superior se encuentra
adecuadamente fundamentada, pues establece la relación de hecho en base a su
apreciación probatoria, interpreta y aplica las normas que considera pertinentes,
por lo que no se advierte trasgresión alguna al principio de debida motivación de
las sentencias, no se afecta la logicidad, ni se vulnera el derecho a probar en
cualquiera de su vertientes.
192
demandante cuenta con un acta de entrega de fecha trece de noviembre de mil
novecientos noventa obrante a fojas cincuenta y cuatro y acta de adjudicación del
diecisiete de mayo de dos mil uno que obra a fojas cincuenta y cinco de las que se
desprende que la Asociación Pro Vivienda de los Trabajadores del Sector Agrario
– Tacna, entrega el Lote número 2 al demandante, identificándolo en sus medidas
y linderos perimétricos (identificación que no es cuestionada por las partes), indica
cuáles son las obligaciones de cargo del adquiriente, esto es “ocupar el inmueble a
la brevedad posible el lote recepcionado, igualmente se compromete a respetar y
cumplir con los Estatutos, Reglamentos Interno y los acuerdos de la Asociación y
toma conocimiento del artículo N° 14 y las modificaciones en la Asamblea, en los
referente a separación de Socios”, y consta el consentimiento de las partes según
lo previsto en el artículo 1373 del Código Civil. Por otro lado, conforme al artículo
Tercero del Estatuto de la Asociación de fecha once de abril de mil novecientos
ochenta y siete, vigente a la fecha de la expedición de las mencionadas actas, la
“Asociación Pro vivienda de los Trabajadores del Sector Agravio Tacna” tiene
como objeto “conseguir una vivienda propia y adecuada para sus asociados”. De
todo lo cual se colige que dicha acta de adjudicación constituye un acto de
transferencia de la propiedad, en tanto la Asociación entrega el bien al demandante
obligándolo únicamente a ocupar el inmueble, a respetar y cumplir con los
Estatutos, Reglamentos Interno y los acuerdos de la Asociación; y con ello cumple
con los fines de su creación, esto es conseguir vivienda para sus socios.
15. Ahora bien, la parte emplazada alega que el demandante perdió su condición
de socio por falta de reempadronamiento; sin embargo, el acta de asamblea general
extraordinaria de fojas doscientos sesenta de fecha veintiuno de enero de dos mil
siete (en la que se modifica el estatuto) no consta que la falta de
reempadronamiento ocasione la pérdida del terreno; peor aun la asamblea por la
cual se dispone depurar definitivamente a los socios no reempadronados y
distribuir sus lotes entre los hijos y familiares que no tiene lotes y vivan en forma
inmediata, data del veintitrés de marzo de dos mil siete mientras que el acto
jurídico en cuestión es del nueve de abril de dos mil siete; es decir se adjudicó el
bien antes que se cumpla el plazo de 60 días para la impugnación del acuerdo que
lo respaldó, contemplado en el artículo 92 del Código Civil; por lo que las
alegaciones de los codemandados, amparadas en las referidas asambleas no
cuestionadas a nivel judicial ni administrativo; no pueden merecer amparo. De lo
que se colige, que en autos no existe prueba idónea que acredite el incumplimiento
de las obligaciones a cargo del accionante indicadas el numeral precedente, que
193
podrían llevar a colegir que no ha operado la transferencia por incumplimiento del
actor.
16. Que, de los antes precisado se colige que la instancia de mérito ha vulnerado
el derecho de propiedad del demandante, al concluir que éste no es propietario y
que por tanto la codemandada asociación estaba facultada a celebrar el acto
jurídico de adjudicación en propiedad de fecha nueve de abril de dos mil siete a
favor de Gradulfo Rivera y Nohemí Paniagua; y con ello ha vulnerado el artículo
219 inciso 3 del Código Civil al haber considerado como válida la adjudicación en
propiedad de un bien ajeno.
17. Respecto de la venta de un bien ajeno, cabe recordar que, si bien nuestro
ordenamiento jurídico consagra como regla general, el principio según el cual, sólo
puede transferir la titularidad del derecho de propiedad sobre un bien, quien es su
propietario; sin embargo, ello no significa que, per se, la venta del bien ajeno sea
inválida o nula, pues como veremos seguidamente, los efectos que se generen
como consecuencia de la venta de un bien ajeno son diversos, dependiendo de
determinadas circunstancias. Así, no será lo mismo la compra venta de bien ajeno
celebrada por un vendedor en nombre ajeno, con la compra venta de bien ajeno
celebrado por el vendedor en nombre propio; toda vez que en el primer caso se
podrían dar hasta tres escenarios: i) Que el vendedor cuente con poder de
representación; ii) Que no cuente con poder de representación; o, iii) Que se exceda
de los límites de su representación (falsus procurador); mientras que en el segundo
caso se pueden presentar dos supuestos: i) Que el comprador conozca que el bien
es ajeno; o, ii) Que el comprador desconoce que el bien es ajeno. Para el caso que
nos ocupa es necesario analizar estos dos últimos casos, a fi n de verificar qué
efectos generan este tipo de actos jurídicos.
18. Cuando el comprador sí sabe que el bien es ajeno, estamos ante un acto jurídico
válido, ya que en este caso el vendedor sólo se compromete a obtener el
consentimiento del verdadero propietario, o adquirir el bien del verdadero
propietario, para luego transferir la propiedad al comprador. En cambio, cuando el
comprador no sabe que el bien es ajeno, ya sea porque en el contrato de compra
venta no obra el compromiso del vendedor de adquirir el bien de su verdadero
propietario para luego transferirlo al comprador, o porque en el contrato el
vendedor declara que es el propietario del bien, y el comprador no tiene posibilidad
194
de conocer que dicho vendedor en realidad no es propietario del bien (buena fe),
estamos ante un acto jurídico inválido.
19. Si bien algún sector de la doctrina considera que la venta de bien ajeno es
ineficaz, porque la capacidad de disposición o legitimidad para vender no es un
requisito de validez, sino uno de eficacia 4; sin embargo, otro sector considera que
es un acto inválido, porque se encuentra incurso en las siguientes causales de
nulidad: i) El objeto es jurídicamente imposible (inciso 3° del artículo 219 del
Código Civil); ii) El fi n es ilícito (inciso 4º del artículo 219 del Código Civil); o,
iii) Es un acto contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas
costumbres (inciso 8º del artículo 219 del Código Civil). Quienes han sostenido
estas dos últimas posiciones, concluyen que la transferencia de un bien ajeno
contiene un fi n ilícito y es contrario a las buenas costumbres porque tipifi caría el
delito de estelionato recogido en el artículo 197 inciso 4° del Código Penal,
posición que sin embargo es minoritaria, a diferencia de quienes señalan que la
venta de bien ajeno constituye una prestación (objeto) jurídicamente imposible;
precisamente en esta última línea se encuentra la Corte Suprema, ya que a través
de numerosas ejecutorias supremas, tales como las dictadas en las Casaciones
números 3041-2008- Puno de dieciséis de octubre de dos mil ocho y 1332-2009-
Cajamarca de veintidós de octubre de dos mil nueve, entre otras, ha manifestado
que aún cuando el artículo 1409 del Código Civil señala que la prestación materia
de la obligación (objeto) puede versar sobre bienes ajenos, dicho dispositivo debe
ser interpretado en el sentido que únicamente es válida la venta de bien ajeno,
cuando el comprador conoce tal circunstancia y el vendedor se compromete a
obtener el consentimiento del verdadero propietario o adquirir el bien del
verdadero propietario para luego transferir la propiedad al contrario; caso
contrario, si se vende un bien ajeno como suyo y el propietario tiene conocimiento
de ello o tiene la posibilidad de conocer que su vendedor en realidad no es
propietario del bien, dicha venta es nula5. Abona a esta posición, los efectos que
podrían generar aquellos casos en los que el contrato de compra venta de un bien
ajeno se encuentre inscrito en los Registros Públicos, toda vez que en estos casos
el comprador del bien ajeno, premunido de la fe pública registral, puede transferir
el bien a un tercero de buena fe, a quien el verdadero propietario del bien no podrá
hacer valer la fi gura de la ineficacia, por cuanto este tercero se encontrará
protegido por los principios registrales de legitimación, fe pública registral y tracto
sucesivo, consagrados en los artículos 2013, 2014 y 2015 del Código Civil.
195
20. El artículo 2014 del Código Civil -norma que consagra el principio de Fe
Pública Registral- establece que: “El tercero que de buena fe adquiere a título
oneroso algún derecho de persona que en el registro aparece con facultades para
otorgado, mantiene su adquisición una vez inscrito su derecho, aunque después se
anule, rescinda o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no consten en
los registros públicos. La buena fe del tercero se presume mientras no se pruebe
que conocía la inexactitud del registro” éste, es un principio por el cual se protege
la adquisición efectuada a título oneroso y con buena fe de quien aparece en el
registro como titular registral.
21. Que, la buena fe, conforme aparece en la Exposición de Motivos Ofi cial del
Código Civil, "la buena fe que se exige a una persona a efectos de constituirse en
tercero registral, es la de ignorar la existencia de inexactitud en lo publicado por el
registro. En otros términos, si en verdad existen razones de nulidad, rescisión o
resolución, que no aparecen en el registro, ellas además deben ser desconocidas
por quien pretende ampararse en el principio estudiado”, bajo ese contexto se
puede inferir que la creencia del tercero respecto de que su transmitente ostente
título libre de macula, se enerva cuando conoce la existencia de una situación que
vicia ese título. La buena fe consiste en el desconocimiento de la inexactitud del
registro e implica una conducta correcta, leal, honesta que, de acuerdo al artículo
2014, se mantiene (presume) mientras no se pruebe que el tercero conocía la
inexactitud del registro o la verdad material extra registral; es por ello, que es
necesario exigir que la mala fe se demuestre, esto es, debe ponerse en evidencia
que el tercero tenía conocimiento de una situación jurídica viciante del título de su
transferente, ya sea por encontrarse sujeto a hechos que determinen su invalidez
(nulidad o anulabilidad) o ineficacia (rescisión o resolución). Este tipo de
conocimiento conforme lo señala la exposición de motivos del Código Civil debe
ser uno perfecto, directo, probado de manera concluyente, por mérito de actos
realizados por el mismo adquiriente o de hechos que forzadamente deben ser
conocidos por él, o dicho de otro modo, cuya ignorancia no es posible sustentar.
22. Que, de la revisión de los autos se advierte que los codemandados adquieren
el bien sub litis, de manos de la Asociación de Vivienda Agrario Tacna (quien se
identificó como propietaria) pese a tener conocimiento que dicha asociación no era
la propietaria, en tanto que, invocan la perdida de condición de socio del
demandante y por tanto de propietario en mérito al acta de asamblea general
extraordinaria de fojas doscientos sesenta de fecha veintiuno de enero de dos mil
196
siete; sin embargo, tal como se ha sustentado en el numeral 13 de la presente
sentencia, en dicha acta no consta que la falta de reempadronamiento ocasione la
pérdida del terreno, habiendo procedido a la adquisición del bien sin esperar que
culmine el plazo que contempla la norma para la impugnación del acuerdo, que
dice respaldó el acto jurídico a su favor, denotando mala fe en su actuar.
23. De todo lo cual se colige que, nos encontramos ante la transferencia de un bien
ajeno, en el que el transferente se irrogó la condición de propietario sin serlo,
mientras que los adquirientes pese a tener conocimiento de dicha falsedad
suscribieron la compra venta a su favor. De los fundamentos antes expuestos, se
colige que la instancia de mérito han infringido el artículo 70 de la Constitución
Política del Estado y con ello el artículo 219 inciso 3 del código Civil corresponde
declarar fundado el recurso de casación y actuando en sede de instancia confirmar
la sentencia apelada que declaró fundada la demanda en todos sus extremos.
V. DECISIÓN:
197
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA SALA CIVIL
PERMANENTE
SUMILLA: Por el acto jurídico simulado se aparenta celebrar un acto jurídico que
en realidad no se quiere.
I. HECHOS:
a) Con fecha nueve de marzo de dos mil once obtuvo una sentencia favorable en
un proceso sobre otorgamiento de escritura pública, interpuesto contra la persona
de Gustavo Roberto Morales Paiva y otros, en consecuencia, se les ordenó otorgar
la escritura pública respecto de la sección B del inmueble signado como lote 116,
Manzana 3, que corre inscrito en el tomo 167 a fojas 203 del Registro de la
Propiedad Inmueble de Lima, sin embargo, cuando solicitó la inscripción de la
escritura pública de compraventa a su favor ante los Registros Públicos se dio con
la sorpresa de que no se podía inscribir, ya que existía inscrita una compraventa
celebrada entre los dos demandados sobre el mencionado inmueble.
198
b) Que el veinte de octubre de mil novecientos setenta y siete celebró un contrato
de promesa de compraventa de un área de 39.78 m2 que se encuentra signado como
sub lote 116-B Manzana 3, ubicado en la Avenida Juan Luna Pizarro N° 708,
Urbanización Tejada Alta, distrito de Barranco, inscrito en la Partida Electrónica
N° 12580563 el que fue pagado al vendedor al contado al momento de la firma del
contrato y que no obstante habérsele dictado sentencia a su favor los emplazados
en forma ilícita y de mala fe han celebrado un contrato de compraventa con fecha
diecisiete de diciembre de dos mil diez mediante documento privado, el mismo
que fue elevado a escritura pública con fecha veinte de enero de dos mil once ante
la Notaria Pública Ramírez Carranza, siendo que el precio pactado en dicho
contrato fue de S/. 8,000.00 el mismo que nunca fue pagado, puesto que el
comprador era una persona de veintidós años de edad que no tenía capacidad
económica alguna para poder adquirirlo por lo que considera que no existió
intención alguna de efectuarse el pago, pensando más bien que la persona del
comprador es un testaferro del propio vendedor quien ante la proximidad de la
ejecución de sentencia en el proceso de otorgamiento de escritura pública que le
inició decidió simular la referida venta.
199
ninguna de las partes contratantes, desde su celebración a la actualidad, hecho o
formulado cuestionamiento alguno a su contenido.
200
y declaró fundada la demanda de nulidad de acto jurídico y cancelación de asiento
registral, bajo los siguientes fundamentos:
En fecha once de octubre de dos mil dieciséis, la Tercera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima expide la sentencia de vista, que confirma la sentencia
de primera instancia en el extremo que:
b) No se puede concluir que la parte demandada haya actuado con una conducta
correcta, leal, honesta conforme lo requiere el artículo 2014 del Código Civil,
puesto que es evidente que el codemandado conocía la inexactitud del registro al
momento de solicitar la elevación a escritura pública de su minuta de contrato de
201
compraventa, puesto que a la fecha de la elevación de la escritura pública (veinte
de enero de dos mil once), el apelante conocía sobre la denuncia policial (treinta y
uno de diciembre de dos mil diez) que corre en la página cuarenta y ocho, expedida
por la Comisaria de Barranco, mediante el cual Jorge Luis Calagua Vera, pone en
su conocimiento que era el propietario del inmueble en controversia (conforme
también lo expresa el recurrente en su escrito de contestación de demanda), fecha
en la cual el inmueble solo estaba construido con material rústico adobe y quincha.
a) infracción normativa de los artículos 196 y 197 del Código Procesal Civil y del
artículo 139 inciso 5 de la Constitución Política del Estado
202
sino que exista una justificación racional de lo que se decide. Se trata de una
justificación racional que es, a la vez, interna y externa. La primera consiste en
verificar que: “el paso de las premisas a la conclusión es lógicamente -
deductivamente- válido” sin que interese la validez de las propias premisas. Por su
parte, la justifi cación externa consiste en controlar la adecuación o solidez de las
premisas, lo que supone que la(s) norma(s) contenida(s) en la premisa normativa
sea(n) norma(s) aplicable(s) en el ordenamiento jurídico y que la premisa fáctica
sea la expresión de una proposición verdadera4. En esa perspectiva, la justificación
externa exige: (i) que toda motivación debe ser congruente, de lo que sigue que no
cabe que sea contradictoria; (ii) que toda motivación debe ser completa, por lo que
deben motivarse todas las opciones; y, (iii) que toda motivación debe ser sufi
ciente, por lo que es necesario ofrecer las razones jurídicas que avalen la decisión.
4. En cuanto a la justificación interna (que consiste en verificar que “el paso de las
premisas a la conclusión es lógicamente -deductivamente- válido” sin que interese
la validez de las propias premisas), se advierte que el orden lógico propuesto por
la Sala Superior ha sido el siguiente: a. Como premisa normativa la sentencia ha
considerado: (i) que el acto jurídico es simulado; y (ii) que el artículo 2014 del
Código Civil, referente al principio de buena fe pública registral, prescribe que la
buena fe del tercero debe existir al momento de la adquisición efectuada a título
oneroso hasta el momento de la inscripción registral. b. Como premisa fáctica la
Sala Superior ha señalado: (i) que habiéndose dispuesto que el codemandado
Gustavo Morales Paiva otorgue escritura pública a favor de Jorge Luis Calagua
Vera, aquel transfi rió el bien a favor de Jonathan Luis Cóndor Ramos por la suma
de S/.8,000.00 sin constancia de pago alguno; y (ii) que el demandado recurrente
conoció, a través de la denuncia policial de fecha treinta y uno de diciembre de dos
mil diez, de la compraventa del demandante, de fecha anterior a la inscripción
realizada ocurrida el veinte de enero de dos mil once. c. Como conclusión la
sentencia de vista considera que la venta es simulada y que no le asiste al recurrente
el principio de buena fe pública registral. En ese sentido se advierte que la
conclusión a la que arriba es congruente formalmente con las premisas
establecidas, por lo que existe adecuada justificación interna en la sentencia
impugnada.
203
ordenamiento jurídico y que la premisa fáctica sea la expresión de una proposición
verdadera. En esa perspectiva, este Tribunal Supremo estima que tal justificación
externa no existe en tanto la premisa fáctica es inexacta, toda vez que se afirma
que el impugnante conocía al momento de la inscripción de su compraventa que el
demandante sabía de adquisición anterior, en virtud de la denuncia policial de
fecha treinta y uno de diciembre de dos mil diez. Resultando la premisa fáctica
errada, la conclusión también lo es.
204
soterrado, ha de favorecerse el camino de la presunción. Sin embargo, en ambos
casos lo que debe acreditarse es que el acto jurídico era aparente, esto es, que no
quiso efectuarse. En la sentencia en cuestión no existe mayor desarrollo
argumentativo, salvo la reseña del Expediente N° 17114-2013, consignado en el
considerando octavo de la impugnada, que se limita a consignar datos y no tiene
en cuenta: 1. Que de la página noventa y siguientes aparecen fotografías de cómo
se adquirió el inmueble y cómo se encuentra ahora, lo que evidencia
comportamiento típico de propietario, pues se han realizado obras estructurales de
modificación del inmueble. 2. Que la propia ocurrencia policial presentada en la
demanda, informa que a quiénes se encontró en el inmueble era a la familia del
demandante haciendo trabajo de demolición. 3. Que se ha acreditado el préstamo
para pagar la casa por parte de sus padres (páginas ochenta y cinco a ochenta y
ocho), obtenido en el año 2011, y que ello sirvió para levantar las nuevas
construcciones existentes.
VI. DECISIÓN
Por las consideraciones glosadas, esta Sala Suprema, de conformidad con lo que
establecido por el artículo 396 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley
N° 29364:
205
todos sus extremos. DISPUSIERON la publicación de esta resolución en el Diario
Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; y los devolvieron.
206
CORTE DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA SALA CIVIL
PERMANENTE
I. HECHOS:
207
ilícita simuló una compraventa de acciones y derechos del antes citado bien, con
Ada Carolina Quezada Lozano, simulación que se infi ere por el diminuto precio
de venta (US$. 3,816.00 dólares americanos) y que su persona viene ocupando
dicho Stand por más de dieciséis años. Por tanto, alega que el contrato de
compraventa es nulo o ineficaz al ser un acto simulado y con un fin ilícito.
208
con el pago de la suma de US$ 15,000 dólares americanos a diciembre de dos mil
catorce, por lo que se habría convertido en propietario del Stand 71.
209
agravios postulados por el demandante y sustentando su decisión en la siguiente
justificación:
a) En cuanto a la causa por Fin Ilícito. Sostuvo que las documentales adjuntadas
en su escrito de demanda, entre ellos, la copia legalizada por notario de cuatro
recibos sin número, el Colegiado Superior apreció que éstos contienen el pago que
se realizó por el mantenimiento del Stand 72 en el año dos mil cinco, por el monto
de U.S.$ 50.00 dólares americanos asimismo, advirtió que dichas documentales no
acreditan la celebración del contrato verbal de alquiler –venta por el cual el actor
adquirió la propiedad, ya que conforme el propio demandante diferenció el
supuesto pago por la compra del bien, con el pago por mantenimiento, y que los
abonos por mantenimiento de stand constituyen el cumplimiento de una obligación
por utilizar el bien pero que no genera en absoluto el derecho a la propiedad que
tanto aduce.
210
acto jurídico de compraventa del stand comercial se había producido ocultando su
verdadero carácter, con el fi n de perjudicarlo, ante esto, la Sala Superior consideró
en la recurrida que esta causal (simulación absoluta) consiste que en realidad no se
celebra ningún acto jurídico dado que no existe realmente voluntad para celebrarlo,
y que en este caso, dicho escenario no se presenta porque la situación existente si
se modificó al cambiar de titular el bien materia de debate a favor de la
codemandada Ada Carolina Quezada Lozano tal como se aprecia del asiento
C00001 de la Partida Registral N° 11043593 de la Zona Registral N° VII- Sede
Huaraz, lo cual denota que esta última tuvo intención de adquirir el bien y se
refuerza con la carta notarial que el propio actor aportó al proceso en cuyo
contenido se advierte que dicha demandada durante el años dos mil catorce
percibía una renta de parte del actor por el bien objeto de controversia.
211
todo acto jurídico: La manifestación de voluntad y La causa; b) los presupuestos
que se defi nen como los antecedentes o términos de referencia, es decir todo
aquello que es necesario para la celebración del acto y son: El objeto y El sujeto;
y c) los requisitos que son todas aquellas condiciones que deben cumplir tanto los
elementos como los presupuestos para que el acto jurídico se considere formado
válidamente y por tanto pueda producir efectos jurídicos los cuales vienen a ser: la
Capacidad, la Licitud, la Posibilidad Física y Jurídica del Objeto, la determinación
de especie y cantidad y además que la voluntad haya estado sometida a un proceso
normal de formación sin vicios de tal modo que la ausencia de alguno de los
elementos estructurales del acto o negocio jurídico acorde a lo previsto por los
artículos 219 y 221 del Código Civil acarrea la invalidez del mismo por nulidad o
anulabilidad.
212
de la simulación, pues supone la creación aparente de un negocio jurídico y en
verdad resulta que no se quiso nada o que no se quiso dar vida a tal negocio
(compraventa del stand comercial en este caso), y así por ejemplo resulta que A y
B comparecen ante el notario, y en escritura pública A vende a B un inmueble,
confesando A haber recibido el precio pactado con anterioridad, hecho que no se
produjo; y la segunda como ya se dijo es denominada como un disfraz donde en
ella se realiza aparentemente un negocio jurídico, queriendo y llevando a cabo en
realidad otro distinto, en este tipo de simulación los contratantes concluyen un
negocio verdadero, que ocultan bajo una forma diversa, de tal modo que su
verdadera naturaleza permanece secreta, y siguiendo el ejemplo anterior para su
comprensión, la compraventa simulada (negocio que sirve de disfraz) no se quiere
sino es utilizada para encubrir una donación, donde A quiere donar a B, y en lugar
de realizar el negocio jurídico de donación celebran externamente una
compraventa, pero sin que B pague el precio de venta14.
213
8. Al respecto, lo antes alegado por el casante indica que el señor Edilberto Rufi
no Robles Ramos habría actuado de mala fe al vender con fecha treinta de
diciembre de dos mil once el inmueble sub litis a la señora Ada Carolina Quezada
Ramos, y por ello debe prevalecer su derecho sobre el bien por el supuesto contrato
verbal de alquiler venta a futuro celebrado supuestamente el veinticinco de abril
de dos mil dos.
214
10. Bajo este panorama, tenemos que el acto jurídico de compraventa materia de
debate, esto es, la compraventa celebrada por Ada Carolina Quezada Lozano el
treinta de diciembre de dos mil once con el señor Edilberto Rufi no Robles Ramos
Gerente de Empresarios Bahía Plaza Center S.A. (antes Empresarios Unidos
Región Chavín S.A.) en cuanto al Stand 71 (ex 72) y que es ocupado por el
recurrente, no se contrapone al ordenamiento jurídico, tampoco al orden público,
ni a las buenas costumbres; igualmente no se puede determinar que busque causar
perjuicio al impugnante, cuanto ya se ha demostrado que el contrato de alquiler
venta a futuro que alega el actor no le es oponible en cuanto a sus efectos a quien
aparece como parte demandada, ya que el mismo recurrente con fecha posterior a
la celebración de este contrato reconoció a la demandada Ada Carolina Quezada
Lozano como propietaria; más si la adquisición de la citada demandada se hizo al
amparo de la buena fe pública registral, es decir, ésta adquirió tomando como
referencia el contenido de los Registros Públicos.
215
12. En vista que se han absuelto las infracciones denunciadas por el casante, las
cuales no logran cambiar el sentido de la decisión; los Jueces Supremos integrantes
de la Sala Suprema Civil Permanente consideran que el presente recurso
extraordinario de casación deviene en infundado.
IV. DECISIÓN
216
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA SALA CIVIL
TRANSITORIA
I. HECHOS:
b) Refiere que los demandados aducen desconocer los pagos a plazos que ha
consignado en un total de nueve mil dólares americanos (US$9,000.00),
217
declarando haber recibido solo mil dólares americanos (US$1,000.00) a cuenta del
contrato de compra venta, así como también, han cambiado el precio convenido
anteriormente a la suma de dieciocho mil dólares americanos (US$18,000.00).
Señala que, los vendedores dieron por resuelto de pleno derecho el contrato en
mención de conformidad con la Cláusula Sétima del mismo contrato. Es a
consecuencia de esa pretendida resolución y a fin de ocultar el bien materia del
contrato, que los vendedores celebraron con la demandada Edith Giovanna
Coronado Vélez de Díaz, hermana de la vendedora el contrato de Compra Venta
por el precio de tres mil setecientos veinticuatro dólares americanos (US$
3,724.00), contrato que ahora demanda su nulidad.
Mediante fecha catorce de octubre de dos mil catorce, se declaró fundada en parte
la demanda de nulidad de acto jurídico, obligación de hacer, cancelación de
inscripción registral, declarando la nulidad de la compra venta celebrada entre los
Cónyuges Richard Caballero Delgado y Ana María Coronado de Vélez de
Caballero con Giovanna Coronado Vélez respecto del bien sub litis; e infundada,
la misma demanda sobre indemnización por daños y perjuicios; sustentando que:
a) Con fecha tres de setiembre de dos mil cuatro, la accionante celebró un contrato
preparatorio de Compra Venta con los cónyuges demandados Richard Caballero
Delgado y Ana María Coronado de Vélez de Caballero, respecto del bien inmueble
ubicado en el Lote 16, Manzana “L”, con frente hacia el Pasaje 39 del
Asentamiento Humano Daniel Alcides Carrión, Sector “B” del Distrito de San
Martín de Porres, Provincia y Departamento de Lima, cuyo precio pactado sería
pagado en cuotas;
218
c) Dicha carta notarial no surte efectos por cuanto no contiene el requerimiento, ni
se encuentra indicado los quince días de plazo a que se refiere el artículo 1429 del
Código Civil, en consecuencia, debe declararse nula la citada carta notarial, al no
haberse procedido en la forma prevista por el citado artículo 1429 del Código Civil;
d) Siendo así, los vendedores no podían efectuar otra transferencia del citado bien
inmueble, tal como lo efectuaron a favor de la demandada Edith Giovanna
Coronado Vélez de Díaz, por lo que debemos declarar la nulidad de esta
transferencia por tratarse de una compra venta simulada al haberse acreditado que
la vendedora y compradora son hermanas y que el precio pactado por la suma de
tres mil setecientos veinticuatro dólares americanos (US$3,724.00) es un precio
ínfimo.
Mediante fecha quince de julio de dos mil dieciséis, la Sala Civil Permanente de
la Corte Superior de Justicia de Lima Norte, confirmó la apelada que declaró
fundada la demanda de nulidad de acto jurídico, así como la de otorgamiento de
escritura pública e infundada la misma en el extremo sobre pago de indemnización
por daños y perjuicios, sustentando que:
219
c) Se advierte, sin cuestionamiento de los demandados, que existen los recibos de
pago de dinero efectuados por la demandante a los demandados con la indicación
expresa de que era a cuenta, o como parte de pago del precio de la compra venta
que contiene el citado contrato;
d) Las cartas notariales cursadas por los demandados a la demandante, según dicen
para “resolver” por falta de celebración del contrato definitivo, devienen en
intrascendentes, por tanto, sin efecto legal alguno, más si la demandante
oportunamente las contestó, señalando en toda ellas que con los recibos de pago
mencionados había pagado más del cincuenta por ciento (50%) del precio real;
f) Desde esta perspectiva, resulta evidente que los demandados Richard Caballero
Delgado y Ana María Coronado de Vélez de Caballero carecían de legitimación
para disponer (vender) nuevamente el bien inmueble – mediante el acto jurídico
cuestionado – a favor de la demandada Giovanna Coronado Vélez, dado que la ley
penal sanciona a quien enajena como suyo un bien ajeno, y a quien recibió o
adquiere un bien proveniente del delito, por lo que dicho acto jurídico deviene en
nulo por la causal invocada en el iura novit curia.
220
con material probatorio, han determinado que el contrato de compra venta, de
fecha catorce de marzo de dos mil seis es nulo, al haber transferido sus vendedores
[los demandados Richard Caballero Delgado y Ana María Coronado Vélez de
Caballero] el inmueble sub litis a un tercero, cuando anteladamente ya había sido
vendido a la accionante Celia Guadalupe Gómez.
Bajo ese contexto, tenemos que, en lo que se refiere al agravio a), tal como se ha
señalado precedentemente, el contrato “preparatorio” de compra venta se ha
desnaturalizado a un contrato definitivo, lo que se acredita con la entrega efectiva
del inmueble y del dinero. Asimismo, respecto del agravio b), no es cierto que las
instancias de mérito no se hayan pronunciado sobre las Cartas Notariales
denominadas “resolución de contrato”, pues se ha determinado que éstas no surten
efecto legal al no cumplirse las disposiciones del artículo 1429 del Código Civil,
es decir, de requerir mediante Carta Notarial para que satisfaga su prestación, de
un plazo no menor de quince (15) días, bajo apercibimiento de que, en caso
contrario, el contrato quede resuelto. Las cartas enviadas no contienen la
intimación, la resuelven de “pleno derecho” como si fueran una condición
resolutoria expresa, y del contrato materia de nulidad se advierte que ésta no
contiene la cláusula resolutoria, por tanto, no surte efectos. Del mismo modo, en
lo que atañe al agravio del literal c), tenemos que en el contrato materia de nulidad
de fecha tres de setiembre de dos mil cuatro, si bien se ha establecido como precio
de venta el monto de doce mil dólares americanos (US$ 12,000.00), el mismo que
se cancelaría en cuarenta y cinco (45) días contados a partir de la suscripción de
este documento o de la renovación que no será mayor a los treinta (30) días
convenidos, lo cierto es que esos cuarenta y cinco (45) días más los treinta (30)
adicionales, no se han cumplido a cabalidad, por cuanto los demandados
vendedores, seguían recibiendo aportes (dinero) a cuenta de la compra venta
efectuada hasta aproximadamente finales del año dos mil cinco, por tanto, tampoco
se puede aludir que no se ha tenido en cuenta los plazos del contrato, por las
razones descritas.
221
V. DECISIÓN:
222
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS:
223
todas las actividades religiosas con el menor interés, convirtiéndose en sus fi eles
colaboradores, ganándose el cariño del Monseñor Ríos, quien en ese entonces era
la máxima autoridad del Arzobispado.
224
a solicitar préstamo financiero con tal finalidad, el mismo que viene devolviendo
con intereses hasta la fecha, teniendo que vivir en casa alquilada lo que ha
ocasionado gastos.
h) Respecto al pago del valor del inmueble, señala que como consecuencia de la
negativa del Arzobispo respecto a que la recurrente tome posesión de su predio y
proceda a construir, no quedando otra opción que buscar otro terreno para ahí
construir su vivienda, pues el dinero que le habían desembolsado financieramente
se iba desgastando sin cumplir su finalidad, por lo que, a la fecha ya cuenta con
una vivienda, y siendo así no tiene mayor objeción en que la demandada de no
restituirle el inmueble, compense la restitución con el abono dinerario del valor del
inmueble a la fecha de su pago.
225
Consultores y menos de Consejo de Asuntos Económicos, por tanto los actos del
administrador resultan nulos.
e) El artículo 1625 del Código Civil establece que de no existir las carga que ha de
satisfacer el donatario, la donación es nula ipso jure. En el presente caso, en las
nueve cláusulas de la escritura pública no existe condición o las cargas a satisfacer
por la donataria.
b) El artículo 219, inciso 6, del Código Civil, sobre la forma prescrita bajo sanción
de nulidad.
d) El artículo 1298 del Código de Derecho Canónico establece que “no se debe
vender o arrendar bienes eclesiásticos a los propios administradores o a sus
226
parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad o de afinidad, sin licencia
especial de la autoridad eclesiástica competente dada por escrito”, por lo que
siendo la demandante Ecónoma del Arzobispado, conforme al artículo 494 del
citado código es la encargada de administrar los bienes de la diócesis bajo la
autoridad del Obispo, resulta claro que estaba prohibida de adquirir bienes
eclesiásticos, salvo licencia especial de la autoridad eclesiástica dada por escrito.
a) La donación, según sus efectos puede ser pura, condicional y con cargo, será
pura cuando se hace sin condición ni cargo para el donatario, condicional cuando
esté sujeta a una condición suspensiva, y con cargo cuando el donatario está
obligado a determinado “cargo”. Es por ello que no coincide con el juez de primera
instancia, pues la donación materia de nulidad fue pura y simple, esto es, sin cargo,
por ende, no le era exigible que la escritura pública de donación consigne cargo
alguno.
227
entre la Santa Sede y la República del Perú. - Es así que el acto jurídico de donación
estaría incursa en la causal de nulidad prevista en el artículo 219, inciso 6, del
Código Civil, pues se habría infringido los cánones 1298 y 494 del Código de
Derecho Canónico. La primera prohíbe la venta o arrendamiento de bienes
eclesiásticos a los propios administradores, la segunda referente al ecónomo
(requisitos y funciones), del que se advierte que a fojas cuarenta y siete se concluye
que la demandante sí era ecónoma, tenía un cargo de administración y el bien no
es de poco valor, pues en atención a las máximas de experiencia es un bien de
130.20 metros cuadrados.
228
g) La indemnización no ha sido probada, pues no acredita el agravio que sostiene
padeció.
229
Infracción normativa del artículo 1298 del Código de Derecho Canónico y del
artículo 219, inciso 6 del Código Civil. Sostiene que conforme al artículo 1298 del
Código de Derecho Canónico, la donación no requería de licencia especial, ya que
a esa fecha el valor del terreno era de US$ 5,000.00 (cinco mil dólares americanos),
monto que debe ser comparado, debiéndose tener en cuenta el área del terreno de
mayor extensión (57,181.30 metros cuadrados) cincuenta y siete mil ciento
ochenta y uno con treinta metros cuadrados y su valor US$ 2’000,000.00 (dos
millones de dólares americanos), encontrándose la donación dentro de lo
permitido, además que la citada norma se refiere a la venta y/o arrendamiento, mas
no a otra clase de actos jurídicos, vulnerándose lo dispuesto en el numeral 6 del
artículo 219 del Código Civil. Señala que no resultan suficientes las copias
autenticadas por Notaría Eclesiástica del Decreto de designación de Ecónoma a la
recurrente, donde no aparece desde que fecha se le otorga tal cargo, ni aparece el
tiempo de duración de la designación ni las funciones o responsabilidades,
situación que nunca se le notificó y es ilegal por no contener los requisitos
establecidos en el Canon mencionado. La recurrente agrega que los medios
probatorios donde aparece como Ecónoma son posteriores al acto de donación,
asimismo indica que se ha identificado plenamente el bien inmueble, conforme a
la inspección judicial de fojas ciento cincuenta y ocho. Concluye sosteniendo que
ninguna de las instancias de mérito se han pronunciado sobre la pretensión
alternativa sobre pago del valor del predio materia de donación.
230
ésta la norma especial que rige a toda la Iglesia latina. De los antecedentes
expuestos, se tiene que en un acto de liberalidad, Monseñor José Paulino Ríos
Reynoso, decide transferir a la recurrente, quien era trabajadora del Arzobispado
de Huancayo el lote B, situado en el interior del predio de mayor extensión ubicado
en la Av. Progreso s/n, antes fi nca rústica denominada paraje “Umuto”, distrito de
El Tambo, Huancayo, de una extensión de 130.20 m2, al ser este terreno de
propiedad de la Iglesia. Para ello, celebraron la minuta de donación pura y simple
de fecha 10 de noviembre de 2003, por ante Notario Público.
f) Ahora bien, el Canon 638 estipula lo siguiente: “§ 1. Dentro de los límites del
derecho universal, corresponde al derecho propio determinar cuáles son los actos
que sobrepasan la finalidad y el modo de la administración ordinaria, así como
también establecer los requisitos necesarios para realizar válidamente un acto de
administración extraordinaria. § 2. Además de los Superiores, realizan válidamente
gastos y actos jurídicos de administración ordinaria, dentro de los límites de su
cargo, los encargados para esta función por el derecho propio. § 3. Para la validez
de una enajenación o de cualquier operación en la cual pueda sufrir perjuicio la
condición patrimonial de una persona jurídica, se requiere la licencia del Superior
competente dada por escrito, con el consentimiento de su consejo. Pero si se trata
de una operación en la que se supere la suma determinada por la Santa Sede para
231
cada región, o de bienes donados a la Iglesia, a causa de un voto, o de objetos de
gran precio por su valor artístico o histórico, se requiere además la licencia de la
misma Santa Sede.(…)”. Del tenor del Canon descrito, se advierte que para que
una enajenación o cualquier operación en la cual pueda sufrir perjuicio la
condición patrimonial de una persona jurídica, en este caso de la Iglesia, debe
contar con la licencia del Superior competente dada por escrito, con el
consentimiento de su consejo. ¿La donación de un bien inmueble de propiedad de
lglesia constituye una operación que acarrea un detrimento al patrimonio de la
Iglesia?. Evidentemente sí. Por tanto, resulta lógico que, en el presente caso, para
que el Arzobispo de Huancayo de aquél entonces haya decidido dar en donación
un bien de la iglesia, debió contar necesariamente con la autorización de su
Superior y el consentimiento de su consejo. De acuerdo a lo determinado en las
instancias de mérito, en autos no se ha acreditado que Monseñor José Paulino Ríos
Reynoso haya cumplido con dichos requisitos obligatorios, que le exigían tener la
autorización previa de su Superior y el consentimiento del consejo para poder dar
en donación el lote de terreno en cuestión a favor de la ahora demandante. De ahí
que no que pueda ampararse lo aludido por la recurrente, en el sentido que, los
Arzobispos tienen facultad plena para disponer de los bienes de la Iglesia, ya que
la misma se encuentra sujeta al cumplimiento de determinados requisitos que
estipula el Derecho Canónico. Aunado a ello, se tiene que el Canon 1298 prescribe
que “Salvo que la cosa tenga muy poco valor, no deben venderse o arrendarse los
bienes eclesiásticos a los propios administradores o a sus parientes hasta el cuarto
grado de consanguinidad o de afinidad, sin licencia especial de la autoridad
eclesiástica competente dada por escrito.” La recurrente sostiene que debe
efectuarse una interpretación literal del referido Canon, pues a decir de ésta, la
prohibición solo alcanza en el supuesto que se venda o arriende un bien
eclesiástico; sin embargo, este Tribunal Supremo considera que si la intención o
finalidad de los cánones antes detallados fue restringir o controlar la venta o
arrendamiento de bienes eclesiásticos en donde, a pesar de poderse obtener una
contraprestación económica a favor de la iglesia, le interpone ciertas prohibiciones
o requisitos especiales, en aras de velar por el patrimonio eclesiástico, con mayor
razón, éstos deben ser exigibles en los actos de disposición a título gratuito como
lo es una donación, en donde la Iglesia sufre un detrimento patrimonial a favor del
donatario; de ahí que el canon 638.3 establece la necesidad de contar con una
autorización previa del Superior para validar cualquier operación que implique
perjuicio económico para la Iglesia. Justamente, en ese sentido, la Sala analizó el
oficio remitido por la Conferencia Episcopal Peruana, que obra a folios 186, en el
232
cual se precisa lo siguiente: “Para enajenar un bien de copropiedad de la
jurisdicción eclesiástica (por venta o donación) tiene que contar con la autorización
previa del Consejo de Asuntos Económicos y del Consejo de Consultores;
conforme al Código del Derecho Canónico (Canon 1277). Agrega que Monseñor
José Paulino Ríos Reynoso no tenía facultad para disponer, vía donación, de un
bien de propiedad del Arzobispado de Huancayo”. Por tanto, el Canon 1298 es
perfectamente aplicable al caso de autos, y la prohibición ahí estipulada le alcanza
en efecto a la demandante, al haberse desempeñado la misma en el cargo de
“ecónoma” del Arzobispado de Huancayo, conforme así lo han determinado las
instancias de mérito, en base a la instrumental que obra a folios 47; cuya función
principal era el de administrar los bienes del Arzobispado, de acuerdo a lo
estipulado en el Canon 494.3 del Código del Derecho Canónico. Lo argumentando
por la recurrente en el sentido que no resultan suficientes las copias autenticadas
por Notaría Eclesiástica del Decreto de su designación de Ecónoma no puede ser
amparados por esta Sala Supremo, en tanto, además de carecer de lógica, no puede
pretender que en sede casatoria se efectúe una revaloración de los medios
probatorios actuados y debatidos ante las instancias de mérito. De otro lado, la
recurrente trata de minimizar el valor del inmueble, objeto de donación, a fi n que
se le pueda exonerar del cumplimiento de los requisitos legales ya descritos; no
obstante, no se requiere de una tasación o un cálculo matemático para determinar
si el terreno, materia de litigio, puede ser considerado como un “bien de muy poco
valor”, como señala en Canon 1298, pues por reglas de la lógica y máximas de la
experiencia, cuando se habla bienes de muy poco valor, no se están refiriendo a
bienes inmuebles cuyo valor comercial tiende (normalmente) a sobrevalorarse con
el paso del tiempo. Por las consideraciones expuestas, de colige que en efecto, el
contrato de donación, materia de litigio, incurre en la causal de nulidad prevista en
el inciso 6 del artículo 219 del Código Civil, al no revestir la forma prescrita bajo
sanción de nulidad.
233
proceso distinto al presente. Además, se debe tener presente que la vigencia de la
aludida Directiva fue recién a partir del año 2013.
g)En cuanto que ninguna de las instancias de mérito se han pronunciado sobre la
pretensión alternativa sobre pago del valor del predio materia de donación, ello
resultó inoficioso, al haber amparado la pretensión reconvencional de nulidad de
acto jurídico, al encontrarse inmerso el contrato de donación en la causal prevista
en el artículo 219 inciso 6 del Código Civil; por tanto, al haberse invalidado el
título sobre el cual la demandante sustentaba, las pretensiones formuladas por éstas
( reivindicación, indemnización por daños y perjuicios o pago del valor del
inmueble) devienen en infundadas.
V. DECISIÓN:
234
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. HECHOS:
1. Los demandantes Enma Dora Alegre Rivera de Espinoza, Zoila Rosa Espinoza
viuda de Alegre y Rubén Albino Alegre Rivera, interponen demanda de nulidad
de acto jurídico de dominio, fundamentándola en:
b) Señalan que el demandado antes citado con fecha veinticinco de octubre de dos
mil seis, se hace titular del Lote 8, ubicado en jirón Jorge Chávez del Centro
Poblado de Yungar, el cual era propiedad de su difunta esposa Elsa Delina Alegre
Rivera, para lo cual invadió parte del terreno original que pertenece al Lote 5.
Sobre los predios descritos el demandado logró obtener título de manera ilegal, por
cuanto dichos terrenos le pertenecieron a los hermanos Francisco y Anacleto
Alegre Serrano, siendo que este último le transfirió el total de sus derechos de
acciones a favor de Francisco Alegre Serrano (padre de las demandantes) mediante
Escritura Pública de compraventa de fecha veinticinco de mayo de mil novecientos
cincuenta y siete, y a su muerte fueron declarados como sus herederos: su cónyuge
235
Dorila Margarita Rivera Loli y sus seis hijos, inscrito en Registros Públicos de los
cuales (1) Hernán Alberto y (2) Alida Consuelo murieron si dejar descendencia;
(3) Miguel Rolando también murió, subsistiendo su esposa Zoila Rosa Espinoza
Espinoza Vda. de Alegre (demandante); (4) Rubén Albino (demandante), (5) Enma
Dora Alegre Rivera de Espinoza (demandante) y en el caso de (6) Elsa Delina
Alegre Rivera, también falleció. Ante su reclamo por haberse hecho titular de los
lotes de la familia, le transfirió el Lote 5 a su hija Rossana Leslie García Alegre,
mediante contrato de compra venta de fecha treinta de julio del dos mil once, la
cual se inscribió en el asiento 00006 de la partida 37022115;
236
habiendo vencido con exceso los plazos para ejercitar la oposición, recurren al
órgano jurisdiccional en busca de un derecho ya caduco. Señala que el
procedimiento administrativo de formación y expedición de títulos de propiedad,
se encuentra revestido de etapas dentro de la normativa nacional que dispone a
COFOPRI como máximo organismo rector encargado de diseñar y ejecutar de
manera integral, comprensiva y rápida un programa de formalización de la
propiedad y su mantenimiento dentro de la formalidad económica y financiera.
237
transfiere una casa a favor de Francisco Alegre Serrano, con las colindancias que
en ese documento se señalan; por resolución judicial del 2° Juzgado Civil de
Huaraz se declara como herederos de Francisco Alegre Serrano a su cónyuge
supérstite Dorila Margarita Rivera Vda. de Alegre y sus hijos Miguel Rolando,
Hernán Alberto, Rubén Albino, Alida Consuelo, Elsa Delina y Enma Dora Alegre
Rivera, siendo que Elsa Delina Alegre Rivera quien falleció en el año mil
novecientos ochenta y cuatro había contraído matrimonio con el hoy demandado
Próspero Aquiles Pineda, quedando establecido que a los hijos de Francisco Alegre
Serrano y Dorila Margarita Rivera, les asiste el derecho de herencia de los predios
materia de litigio. Además, con las declaraciones juradas de Rosabel Aida Alarcón
Sánchez, Emiliano Javier Sánchez Zegarra quienes han señalado que firmaron el
documento de COFOPRI con engaños, quedaría demostrado que el demandado
Próspero Aquiles García Pineda, habría actuado de forma fraudulenta contra la
administración pública, actuando contra las normas y las buenas costumbres.
238
predio ajeno, así como el de transferirlo. Respecto a la pretensión accesoria, debe
correr la suerte de las principales, por lo que corresponde ampararse. Al haberse
determinado que la parte demandante tiene razón en su petitorio, no corresponde
amparar indemnización a favor de quien ha ocasionado actos contrarios a la moral
y la ley, causando perjuicio patrimonial y moral a los demandantes; aunado al
hecho que los demandados no han sustentado los supuestos daños sufridos
a) Que lo resuelto por el A quo vulnera el debido proceso, dado que la vía idónea
para impugnar los títulos de propiedad otorgados por el PETT o COFOPRI es la
acción contenciosa administrativa y no la nulidad de acto jurídico en la vía
ordinaria; así se puede observar las Casaciones 1690-2010- Junín, Casación 4096-
2010 Ica, y Casación 5698-2011 Piura.
b) Señalan que las pretensiones postuladas deberían haberse interpuesto por vías
separadas a efectos de no alterar la norma y la jurisprudencia, así como el no
vulnerar el Principio de Seguridad Jurídica, por lo que el extremo de declarar la
nulidad del acto administrativo contenido en el Título de Propiedad gratuito
otorgado a favor de Próspero Aquiles García Pineda, por el Organismo de
Formalización de la Propiedad Informal- COFOPRI y la Municipalidad de
Provincial de Carhuaz, así como la cancelación de la Inscripción Registral de las
Partidas Electrónicas N° P37022114 (asiento 000002), Partida N° P37022115
(asiento 00005 y 00006) y Partida N° P37022118 (asiento 000002) del Registro de
la Propiedad Inmueble de Huaraz, deben ser vistos en la vía contencioso
239
administrativo, toda vez que el procedimiento administrativo que generó la
inscripción del derecho de posesión y propiedad del predio descrito fue realizado
en virtud al Decreto Legislativo 667-Ley de Registro de Predios Rurales a cargo
del Proyecto Especial de Titulación de Tierras y Catastro Rural-PETT-Ministerio
de Agricultura, conforme se desprende del Título archivado. Siendo que, con el
propósito de preservar el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, debe dejarse a
salvo el derecho del demandante para que lo haga valer con arreglo a ley si lo
considera conveniente.
240
administrativa no puede ser tomado en cuenta, en razón que estábamos a la espera
del levantamiento de la Contingencia de nuestra propiedad (…), en consecuencia,
no existe incompetencia del Juzgado, ni mucho menos trámite del proceso en vía
distinta a la civil, por cuanto nunca tomamos conocimiento de dicha Resolución
de Titulación hasta el 25 de agosto del año 2011” (sic). Alegan que plantearon la
demanda con pretensiones que no sólo están destinadas a cuestionar la actividad
administrativa de COFOPRI al otorgar los tres títulos de propiedad a favor del
demandado Próspero García Pineda, sino también, la actitud de dicho demandado
y de Leslie Rossana García Alegre ante el Notario de la Provincia de Yungar; por
lo que si hubieran acudido a la vía contenciosa administrativa, la demanda hubiera
sido rechazada, ya que se habría producido una indebida acumulación de
pretensiones, lo cual no ocurre en la vía civil, ya que el artículo 87 del Código
Procesal Civil permite la acumulación de pretensiones de forma acumulativa,
objetiva originaria y accesoria. Alegan que la demanda contiene pretensiones de
naturaleza civil ordinaria tales como la nulidad de título de propiedad y nulidad de
escritura pública de compraventa, más no la impugnación de un acto
administrativo propio, por lo cual dichas pretensiones solo pueden ser tramitadas
en la vía procesal civil, siendo que negar tal posibilidad afecta el derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva. Añaden que el artículo I del Reglamento de los Registros
Públicos, aprobado por Resolución N° 195-2001-SUNARP-SM, autorizaba a
acudir a la vía constitucional para cuestionar lo resuelto en la vía administrativa,
sólo en aquellos casos en los que se afectan intereses de terceros, por lo que no
había impedimento para que acudan a la vía civil procurando la protección de sus
derechos que hubieran sido afectados; asimismo, refiere que en dicho Reglamento
no es posible admitir el apersonamiento del tercero con interés en el procedimiento
administrativo, ni formular oposición, por lo que solo se podría impugnar a través
de la demanda de nulidad de acto jurídico o nulidad de inscripción, en cuyo caso
no sería exigible el agotamiento de la vía administrativa, refieren que ello está
contenido en la Casación N° 1226-2008-Ica. Señalan que la sentencia recurrida no
estaría debidamente motivada, por cuanto no expresa motivo o razón alguna del
porque se debe acudir a la vía contenciosa administrativa, tomando en cuenta los
hechos expuestos en la demanda y sentencia de primera instancia. Indican que la
resolución impugnada se ha expedido con inobservancia de la garantía
constitucional de la cosa juzgada, ya que la decisión respecto a la vía
procedimental del trámite del proceso quedó decidida mediante Resolución N° 03
de fecha trece de noviembre de dos mil doce, que declaró infundada la excepción
de incompetencia por razón de la materia deducida por COFOPRI, la misma que
241
no fue cuestionada, pasando a calidad de cosa juzgada mediante Resolución N° 04
de fecha cuatro de marzo de dos mil trece. Agrega que al no haberse tomado en
cuenta que ya existía una decisión judicial con la calidad de cosa juzgada en cuanto
a la vía procedimental del proceso, no se habría motivado suficientemente la
sentencia impugnada
242
3. El artículo 139 inciso 3 de nuestra Constitución Política, consagra como
principio rector de la función jurisdiccional, dentro de nuestro ordenamiento
jurídico, la observancia del debido proceso; el cual, conforme a la interpretación
que reiteradamente ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
exige fundamentalmente que todo proceso o procedimiento sea desarrollado de tal
forma que su tramitación garantice a las personas involucradas en él las
condiciones necesarias para defender adecuadamente y dentro de un plazo
razonable los derechos u obligaciones sujetos a consideración
243
6. En cuanto al principio de congruencia procesal, el artículo VII del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, ha recogido dentro de la regulación del
proceso civil, la vigencia del denominado principio de congruencia procesal, en
virtud al cual se impone al juzgador una regla de adecuación lógica entre el
ejercicio del poder jurisdiccional y las alegaciones expresadas por las partes. Sobre
la base de este principio, la Casación N° 7043-2013-Lima ha declarado que: “la
actividad realizada por éste al interior de la litis deberá necesariamente ceñirse a
lo peticionado por las partes (tanto positiva [deber de pronunciarse sobre todo lo
pedido] como negativamente [prohibición de ir más allá de lo pedido]) y
mantenerse sobre la base de los hechos expuestos por ellas, bajo el gobierno del
principio dispositivo, sin poder incorporar a la controversia hechos no alegados
por ellas
7. - En este sentido, la referida disposición legal prevé que “el Juez debe aplicar el
derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes
o lo haya sido erróneamente. Sin embargo, no puede ir más allá del petitorio ni
fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes”;
exigiendo, por un lado, que el juez de la causa se pronuncie sobre cada una de las
pretensiones que han sido objeto del petitorio, en concordancia con lo previsto en
el artículo 122, inciso 4, del mismo cuerpo legal, y prohibiendo, por otro, que se
pronuncie sobre asuntos no comprendidos en él o hechos distintos a los invocados
por las partes intervinientes en la controversia
8. - En el presente caso, se advierte que los demandantes Enma Dora Alegre Rivera
de Espinoza, Zoila Rosa Espinoza Espinoza viuda de Alegre y Rubén Albino
Alegre Rivera Interponen demanda de nulidad de acto jurídico contra Próspero
Aquiles García Pineda, Rossana García Alegre, la Municipalidad de Carhuaz y el
Organismo de Formalización de la Propiedad Informal – COFOPRI, a fin que se
declare la nulidad de los Títulos de Propiedad otorgados a favor de Próspero
Aquiles García Pineda, sobre los lotes 4, 5 y 8 de la Mz. L-1 ubicados en el distrito
de Yungar, provincia de Carhuaz, departamento de Ancash; la nulidad de la
escritura pública de compra venta de fecha treinta de julio del dos mil once,
celebrado entre Próspero Aquiles García Pineda y su hija Rossana Leslie García
Alegra, del lote 5 de la Mz L-1; por las causales de nulidad establecidas en los
incisos 3, 4 y 5 del artículo 219 del Código Civil, y como pretensión accesoria, la
cancelación de la inscripción registral.
244
9. No obstante, de la resolución materia del recurso se aprecia que la Sala Superior
revocando la sentencia de primera instancia, declara la improcedencia de la
demanda, a razón del siguiente argumento: “(…) las pretensiones postuladas
deberían haberse interpuesto por vías separadas a efectos de no alterar la norma y
la jurisprudencia, así como el no vulnerar el Principio de Seguridad Jurídica,
siendo esto así, el extremo de declarar la nulidad del acto administrativo contenido
en el Título de Propiedad gratuito otorgado a favor de Próspero Aquiles García
Pineda, por el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal- COFOPRI
y la Municipalidad de Provincial de Carhuaz, así como, la cancelación de la
Inscripción Registral de las partidas Electrónicas N° P37022114 (asiento 000002),
Partida N° P37022115 (asiento 00005 y 00006) y Partida N° P37022118 (asiento
000002) del Registro de la Propiedad Inmueble de la Zona Registral N° VII - Sede
Huaraz, deben ser vistos en la vía contencioso administrativa, toda vez que el
procedimiento administrativo que generó la inscripción del derecho de posesión y
propiedad del predio descrito a favor del demandado Próspero Aquiles García
Pineda, fue realizado en virtud al Decreto Legislativo 667-Ley de Registro de
Predios Rurales a cargo del Proyecto Especial de Titulación de Tierras y Catastro
Rural-PETT-Ministerio de Agricultura, conforme se desprende del Título
archivado, por lo que inequívocamente constituye una actuación de la
administración pública y por tanto se encuentra dentro de los alcances de lo
estipulado en las normas invocadas precedentemente (…)”4 . Como puede verse,
básicamente se desestimó la demanda porque el acto jurídico cuya nulidad se
pretende (Título de Saneamiento de Propiedad) es un acto administrativo, por lo
que su impugnación corresponde efectuarse en vía de acción contencioso
administrativa y no a través de la presente demanda de nulidad de acto jurídico. En
efecto, así se advierte que la Sala Superior en el punto 7 de la resolución recurrida
indicó “ (…) dichos actos administrativos emanan de la potestad pública funcional
de saneamiento de inmuebles rústicos emitidos después de un procedimiento
administrativo, no es posible admitir la pretensión de nulidad de título
administrativo y la cancelación de la Inscripción Registral de las partidas
Electrónicas en la vía civil, al amparo del Código Civil que no regula las causales
de nulidad de actos administrativos, que están previstas en el artículo 10 de la Ley
27444; en consecuencia tales títulos administrativos y partidas registrales son
impugnables tanto en sede administrativa, y a nivel judicial mediante la
interposición de un proceso Contencioso administrativo, bajo los alcances de las
245
normas glosadas supra; en tal razón la demanda en dicho extremo de autos resulta
improcedente(…)”.
10. Sobre este tema, se advierte que el título de propiedad urbana emitido por el
Organismo de Formalización de la Propiedad – COFOPRI otorga el derecho de
propiedad respecto de los lotes y promueve su inscripción registral a favor de sus
poseedores debidamente calificados, cuando se trate de predio que se hubieran
inscrito a nombre de COFOPRI. Asimismo, es necesario señalar que de acuerdo al
último párrafo del artículo 8° del Decreto Supremo N° 039-2000-MTC
“Reglamento de Normas que regulan la organización y funciones de los órganos
de COFOPRI responsables del conocimiento y solución de medios impugnatorios”
señala que: “(…), no procede medio impugnatorio alguno contra títulos de
propiedad emitidos por COFOPRI, con lo cual queda agotada la vía
administrativa”, entonces, debe entenderse que es suficiente la sola emisión del
referido título para cuestionarlo mediante proceso judicial, ya que se habría
agotado la vía administrativa.
11. - En ese sentido, esta Sala Suprema considera que no existe impedimento para
que pueda dilucidarse la presente controversia vía el proceso civil, pues de lo
contrario se estaría afectando el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva,
conforme lo señalado por la Corte Suprema en la Casación n.° 1226-2008-ICA del
dos de febrero de dos mil nueve, “(…) Nada impide que en determinados casos,
como el presente, el tercero que alega estar afectado con una decisión
administrativa pueda recurrir a la vía civil, para demandar la nulidad del Título
otorgado a consecuencia de un procedimiento administrativo, así como de su
correspondiente inscripción registral, procurando la protección de sus derechos
que hubieran sido afectados, (…). Se arriba a la conclusión que tal pretensión solo
puede ser invocada en la presente vía, debiendo precisarse que negarle la
posibilidad al recurrente de impugnar una resolución que es adversa a sus intereses,
solo por el hecho de ser instancia de fallo administrativo, significaría negarle el
derecho a la tutela judicial efectiva a la que tiene derecho toda persona natural o
jurídica a recurrir al Poder Judicial como poder del Estado, facultado para resolver
los conflictos suscitados entre los justiciables (…)”. Asimismo mediante sentencia
dictada en Acción Popular, Expediente N° 1285-2006, la Sala Constitucional y
Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República dispuso lo
siguiente: “El A quo declaró fundada en parte la demanda, decretando la
inconstitucionalidad sólo del párrafo de la indicada Cuarta Disposición referido a
246
que los Jueces procederán de oficio o a pedido de parte a declarar la improcedencia
de la demanda destinada a cuestionar la validez del Título de Propiedad otorgado
por el Cofopri, bajo responsabilidad civil, administrativa y penal (…) en tanto no
se instale el Sistema Arbitral Especial, la referida solicitud deberá ejercitarse en
vía de acción ante el Poder Judicial (…). Por ello consideró que dicha disposición
transgrede el principio de la función jurisdiccional y la independencia en el
ejercicio de éste, contenido en los artículos 139, inciso 2, de la Constitución
Política del Estado y 2 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, y desestimó los demás extremos solicitados. Es evidente que la citada
disposición no sólo transgrede los mencionados derechos, sino también el de tutela
jurisdiccional efectiva de las personas que es inherente a ellas y que pueden
ejercitar para la defensa de sus derechos e intereses, constituyendo un deber del
Estado el brindarlo sin restricción, por lo que éste no puede excusarse de conceder
tutela jurídica a todo aquel que la solicita”
247
derecho con la expedición del referido título de propiedad por parte de COFOPRI
sólo podrá solicitar el pago de una indemnización de daños y perjuicios, la cual
será asumida por el titular del derecho inscrito. Precisase que en tanto no se instale
el Sistema Arbitral Especial, la referida solicitud deberá ejercitarse en vía de acción
ante el poder judicial como demanda de indemnización de daños y perjuicios, la
cual deberá dirigirse únicamente contra el titular del derecho inscrito y se tramitará
conforme a las reglas establecidas en el Código Procesal Civil. El plazo para el
ejercicio de la referida acción se computará a partir de la inscripción del título de
propiedad en el Registro Predial Urbano”. Al respecto, mediante sentencia dictada
en el proceso de Acción Popular, Expediente N° 1285-2006, la Sala Constitucional
y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República dispuso lo
siguiente: “El A quo declaró fundada en parte la demanda, decretando la
inconstitucionalidad sólo del párrafo de la indicada Cuarta Disposición referido a
que los Jueces procederán de oficio o a pedido de parte a declarar la improcedencia
de la demanda destinada a cuestionar la validez del Título de Propiedad otorgado
por el Cofopri, bajo responsabilidad civil, administrativa y penal (…) en tanto no
se instale el Sistema Arbitral Especial, la referida solicitud deberá ejercitarse en
vía de acción ante el Poder Judicial (…) Por ello consideró que dicha disposición
transgrede el principio de la función jurisdiccional y la independencia en el
ejercicio de éste, contenido en los artículos 139, inciso 2, de la Constitución
Política del Estado y 2 del Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, y desestimó los demás extremos solicitados. Es evidente que la citada
disposición no sólo transgrede los mencionados derechos, sino también el de tutela
jurisdiccional efectiva de las personas que es inherente a ellas y que pueden
ejercitar para la defensa de sus derechos e intereses, constituyendo un deber del
Estado el brindarlo sin restricción, por lo que éste no puede excusarse de conceder
tutela jurídica a todo aquel que la solicita”. Es decir, el Supremo Tribunal se ha
pronunciado en el sentido que, es inconstitucional decretar la improcedencia de la
demanda, que cuestiona la validez de los títulos de propiedad otorgados por
COFOPRI.
248
jurídico en el que se cuestiona el título de saneamiento de propiedad, puede ser
dilucidado en esta vía jurisdiccional
15. En este orden de ideas, del examen de la sentencia de vista recurrida, fluye que
la instancia de mérito al declarar improcedente la demanda, ha omitido analizar los
criterios señalados en los fundamentos precedentes, estrictamente por no haberse
tenido en cuenta las premisas fácticas y normativas para resolver la presente causa,
y por ende vulnera el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva; en consecuencia,
este Supremo Tribunal considera que el presente recurso de casación interpuesto
debe ser estimado a fin que la Sala Superior emita un nuevo pronunciamiento
conforme a ley.
V. DECISIÓN:
249
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS:
250
Civil, y por no cumplir con los requisitos que prevé el artículo 140 del Código
Civil.
c) Se declaren nulas y sin efecto legal las dos letras de cambio de fechas veintiocho
de febrero de dos mil ocho y veintiséis de marzo del mismo año, con fechas de
vencimiento treinta y uno de marzo de dos mil ocho y veintiocho de abril del
mismo año respectivamente, por el monto de ciento sesenta mil dólares americanos
(US$160,000.00) y cuarenta y cinco mil dólares americanos (US$45,000.00)
suscritos supuestamente como aceptante por la empresa Terminal Terrestre
Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada, representada por Mauro Moscoso
Mendoza y como acreedor Expreso Los Chankas Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada.
251
f) Se declare nulo y sin efecto legal, el contrato de arrendamiento de fecha
dieciocho de marzo de dos mil once, del Counter número 105, suscrito por Walter
Cusi Gamboa en representación de Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad
Anónima Cerrada, a favor de Expreso Los Chankas Sociedad Anónima Cerrada,
por encontrarse inmerso en las causales de nulidad previstas en los incisos 4 y 5
del artículo 219 del Código Civil.
252
III. SEGUNDA INSTANCIA
a) Infracción normativa de los artículos 343 y 345 del Código Procesal Civil;
alegándose que se vulnera el derecho del recurrente, porque no se tomó en cuenta
que dichos preceptos legales regulan el desistimiento para personas naturales, y en
el caso de autos, es la empresa Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima
Cerrada quien lo solicita, aspecto que fue advertido por el A quo, inaplicándose
reiteradas jurisprudencias. Estando a que se encuentran involucrados intereses
económicos y patrimoniales de dicha empresa, y al amparo de lo dispuesto en el
artículo 188 inciso 2 de la Ley General de Sociedades, debe continuar como parte
del proceso y evitar de esa manera nulidades posteriores.
253
afecta el debido proceso, por cuanto, al haber absuelto en forma negativa la
petición de desistimiento, y pese a que el A quo en forma acertada declaró
improcedente el mismo, la Sala Superior erróneamente revoca la decisión de
primera instancia, sin expresar las razones del por qué toma dicha decisión,
limitándose a reproducir los argumentos vertidos en la solicitud de desistimiento.
254
razones, por lo demás, pueden y deben provenir no solo del ordenamiento jurídico
vigente y aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en
el trámite del proceso. Sin embargo, la tutela del derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales no debe ni puede servir de pretexto para someter a un nuevo
examen las cuestiones de fondo ya decididas por los jueces ordinarios”; así
también, en el Expediente número 3433-2013-PA/TC-Lima, seguido por Servicios
Postales del Perú Sociedad Anónima - SERPOST S.A., sobre Proceso de Amparo,
contra los jueces integrantes de la Segunda Sala Especializada Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima Norte y otro, señala que: “A mayor abundamiento,
este Tribunal, en distintos pronunciamientos, ha establecido que el derecho a la
debida motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del justiciable
frente a la arbitrariedad judicial, y garantiza que las resoluciones judiciales no se
encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en datos
objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se deriven del caso.
5. Con estos parámetros y de la revisión del auto de vista, tenemos que la decisión
adoptada se encuentra adecuadamente fundamentada, por cuanto, interpreta y
aplica las normas que considera pertinentes; por tanto, no se advierte transgresión
alguna al principio de la debida motivación de las resoluciones, no se afecta la
logicidad, ni se vulnera el derecho a probar en cualquiera de sus vertientes, ni el
de congruencia procesal. Es decir, su pronunciamiento se ha ceñido estrictamente
a lo aportado, mostrado y debatido en el proceso, por lo que dicho fallo no puede
ser cuestionado por ausencia o defecto en la motivación, pues se ha cumplido con
precisar el por qué y debido a qué se ha llegado a la conclusión final; en
consecuencia, un parecer o criterio distinto al que ha arribado no puede ser causal
para cuestionar la motivación; lo que no significa que no pueda existir un criterio
distinto para arribar a una conclusión diferente a la que ha planteado la Sala
Superior, sin que ello implique ausencia o defecto en la motivación del auto de
vista. En consecuencia, la infracción normativa procesal por ausencia de
motivación expresada en el segundo 2) agravio debe desestimarse en todos sus
extremos.
255
Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada son la sociedad
conyugal conformada por Gerardina Peceros de la Cruz, fallecida el seis de febrero
de dos mil quince y Mauro Moscoso Mendoza (codemandante), además de Walter
Cusi Gamboa (codemandado). El ahora codemandado Walter Cusi Gamboa, frente
a la inactividad del entonces Gerente General Mauro Moscoso Mendoza, para
convocar a Junta General de Accionistas, instauró judicialmente el proceso de
Convocatoria a Junta o Asamblea General, con la finalidad –entre otras– de
nombrar al nuevo Gerente General, recayendo dicha función en Alex Raúl
Valenzuela Castro –véase a fojas doscientos cuatro del cuaderno de apelaciones–,
así consta inscrito registralmente. Es de esta forma, que las funciones de Mauro
Moscoso Mendoza, en su calidad de Gerente General de la empresa Terminal
Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada concluyeron con el
nombramiento judicial de Alex Raúl Valenzuela Castro como Gerente General de
la citada empresa.
7. El artículo 343 del Código Procesal Civil prescribe: “El desistimiento del
proceso lo da por concluido sin afectar la pretensión. Cuando se formula después
de notificada la demanda, requiere la conformidad del demandado expresada
dentro del tercer día de notificado, o en su rebeldía. Si hubiera oposición, el
desistimiento carecerá de eficacia, debiendo continuar el proceso. (…)”. Conforme
a la normatividad citada, es exigible para que el desistimiento proceda o se rechace,
solo la conformidad u oposición del demandado (en este caso de los demandados),
no se requiere acto o manifestación del codemandante. En el caso de autos, Alex
Raúl Valenzuela Castro, en su condición de nuevo Gerente General de la empresa
Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada, se apersona al
proceso y formula desistimiento del mismo, amparado en las facultades conferidas
en el artículo 75 del Código Procesal Civil. Conforme se tiene de los escritos
obrantes a fojas seiscientos cuarenta y siete, seiscientos cincuenta y dos y
seiscientos cincuenta y siete, los demandados han expresado su conformidad con
dicho acto jurídico procesal, encuadrando su conducta dentro de los alcances del
artículo 343 del Código Procesal Civil; en tanto, el codemandante Mauro Moscoso
Mendoza, se ha opuesto; por tanto, corresponde que el desistimiento sea aprobado
a fin de que surta sus efectos.
256
Anónima Cerrada quien solicitó el desistimiento; y, b) La empresa Terminal
Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada debe continuar como parte del
proceso de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 188 inciso 2 de la Ley General de
Sociedades. El cuestionamiento de que los artículos 343 y 345 del Código procesal
Civil no regulan el desistimiento de personas jurídicas, no tiene asidero legal; pues,
no hay disposición expresa que ello fuere así. Ahora, respecto del artículo 188 de
la Ley General de Sociedades, que regula las atribuciones del gerente, señala: “Las
atribuciones del gerente se establecerán en el estatuto, al ser nombrado o por acto
posterior. Salvo disposición distinta del estatuto o acuerdo expreso de la junta
general o del directorio, se presume que el gerente general goza de las siguientes
atribuciones: 1. Celebrar y ejecutar los actos y contratos ordinarios
correspondientes al objeto social; 2. Representar a la sociedad con las facultades
generales y especiales previstas en el Código Procesal Civil y las facultades
previstas en la Ley de Arbitraje; 3. Asistir, con voz pero sin voto, a las sesiones
del directorio, salvo que este acuerde sesionar de manera reservada; 4. Asistir, con
voz pero sin voto, a las sesiones de la junta general, salvo que esta decida en
contrario; 5. Expedir constancias y certificaciones respecto del contenido de los
libros y registros de la sociedad; y, 6. Actuar como secretario de las juntas de
accionistas y del directorio”. Del estatuto de la empresa, obrante en autos a fojas
setecientos noventa y siete, se tiene que las atribuciones de su gerente general están
consignadas en su décima octava cláusula, entre las que se encuentra: Representar
en juicio y fuera de él, a la sociedad con los poderes generales y especiales del
mandato, pudiendo transigir el pleito o someterlo a arbitraje, desistirse de la acción
o convenir en ella. Significa que sus atribuciones se encuentran reguladas por la
norma adjetiva con las facultades generales y especiales que ella consigna en los
artículos 74 y 75 del Código Procesal Civil, donde autoriza realizar todos los actos
de disposición de derechos sustantivos, y para demandar, reconvenir, contestar
demandas y reconvenciones, desistirse del proceso y de la pretensión, allanarse a
la pretensión, conciliar, transigir, someter a arbitraje las pretensiones
controvertidas en el proceso, sustituir o delegar la representación procesal y para
los demás actos que exprese la ley, lo que es reiterado en el Estatuto de la empresa;
por lo que, habiendo Mauro Moscoso Mendoza actuado inicialmente, para
demandar, por derecho propio y en calidad de Gerente General de la empresa
Terminal Terrestre Andahuaylas Sociedad Anónima Cerrada, y estando a que su
designación como tal ya no se encuentra vigente, al haberse designado en su lugar
por mandato judicial a Alex Raúl Valenzuela Castro, el desistimiento del proceso
formulado por este en representación de la empresa, debe surtir sus efectos,
257
continuando la tramitación del proceso seguido por Mauro Moscoso Mendoza, en
su condición de persona natural, al haber accionado también por “derecho propio”.
V. DECISIÓN:
258
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS:
Se trata del recurso de casación interpuesto por Mario Richard Zamora Gamarra a
fojas ciento ochenta y nueve, contra la sentencia de vista de fojas ciento ochenta y
uno, de fecha veintiuno de marzo de dos mil diecisiete, emitida por la Primera Sala
Especializada Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, que declaró
nula la sentencia contenida en la Resolución número 08, de fecha diecinueve de
mayo de dos mil dieciséis, que declaró fundada la demanda; en consecuencia,
insubsistente todo lo actuado hasta fojas cincuenta; e, improcedente la demanda
sobre Nulidad de Acto Jurídico.
a) Infracción normativa de los artículos 140, 219 inciso 1, 220, 969 y 978 del
Código Civil: Señala que estando el bien sujeto al régimen de copropiedad, está
259
acreditado que Nelly Gamarra Chávez solamente tenía el cincuenta por ciento
(50%) de las acciones y derechos del mismo; no obstante, transfirió la propiedad
del bien a favor de Martha Margarita Vélez Chamaya, mediante acto jurídico que
conllevaba el ejercicio de la propiedad exclusiva; agrega además, que la primera
de las nombradas carecía de representación legal; pues, no le otorgó poder alguno,
y menos contaba con autorización judicial para disponer de inmueble de incapaz,
como es el caso de su hermano Pedro Luis Zamora Gamarra
260
d) Consecuentemente, a la fecha de la celebración del mismo, la demandada no
tenía la condición de propietaria de la totalidad del bien, resultando imposible
física y jurídicamente su transferencia; además de fi n ilícito; pues, se ha dispuesto
de un inmueble de manera dolosa y mediante engaño
261
condómino que ha dispuesto el bien, le sea adjudicado; siendo que en caso de no
cumplirse la mencionada condición suspensiva, recién se podrá plantear la nulidad
de dicho acto, tal como se ha establecido en las Casaciones números 953-96-
Lambayeque y 1540-2004-Cono Norte
5. - Estando a los fundamentos del recurso que nos ocupa, es necesario destacar
que, el Debido Proceso es un derecho complejo que está conformado por un
conjunto de derechos esenciales que impiden que la libertad y los derechos de los
individuos sucumban ante la ausencia o insuficiencia de un proceso o
procedimiento, o se vean afectados por cualquier sujeto de derecho -incluyendo el
Estado que pretenda hacer uso abusivo de estos. En ese sentido, es menester
recalcar que el artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del Perú, consagra
como principio rector de la función jurisdiccional, dentro de nuestro ordenamiento
jurídico, la observancia del debido proceso. Este, conforme a la interpretación que
reiteradamente ha efectuado la Corte Interamericana de Derechos Humanos, exige
fundamentalmente que todo proceso o procedimiento sea desarrollado de forma
tal, que su tramitación garantice a las personas involucradas en él, las condiciones
necesarias para defender adecuadamente y dentro de un plazo razonable los
derechos u obligaciones sujetos a consideración
262
7. Ahora bien, por razones de conveniencia procesal, analizaremos en primer orden
la infracción normativa procesal precisada en el literal B) puesto que de
determinarse esta infracción no será necesaria la dilucidación de la infracción de
orden sustancial. Estando a lo expuesto, tenemos que la Sala Superior ha cumplido
con la exigencia constitucional de la motivación de las resoluciones judiciales, al
expresar en los fundamentos que sustentan la decisión adoptada una suficiente
argumentación objetiva; en consecuencia, no se advierte acto arbitrario alguno que
vulnere el debido proceso, la debida motivación de las resoluciones judiciales, ni
la tutela procesal efectiva. En consecuencia, la infracción normativa procesal
denunciada debe ser desestimada
263
9. Cabe agregar, que si bien, de conformidad con el artículo 977 del Código Civil,
cada copropietario puede vender la parte que le corresponde; en el caso concreto
tenemos a un heredero de una cuota ideal (no determinada), que ha dispuesto o
vendido no solo su cuota, sino además la totalidad de las cuotas ideales de los otros
coherederos, de las cuales no era propietario, siendo este un objeto del cual
jurídicamente no podía disponer, por no ser titular del mismo, y por impedimento
establecido en la ley, específicamente en el artículo 971 inciso 1 del Código Civil;
razón por la cual, asiste el derecho al demandante y coheredero perjudicado de
solicitar la nulidad del acto jurídico de compraventa por imposibilidad jurídica del
objeto; más aún, si se tiene en cuenta que se trata de un bien perteneciente a una
sucesión cuya división y partición no ha sido acreditada
10. Por tanto, de conformidad con lo establecido en el artículo 396 del Código
Procesal Civil, corresponde casar la sentencia de vista; y actuando en sede de
instancia, confirmar la sentencia apelada que declaró fundada la demanda. Por
estos fundamentos y en aplicación del artículo 396 del Código Procesal Civil.
V. DECISIÓN:
264
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
265
sustentado por qué le da menor valor probatorio a dichos documentos que tienen
la calidad de instrumentos públicos, cuando éstos desvirtúan lo expuesto en la
declaración jurada (documento privado), sobre la carencia de bienes sujetos al
régimen de sociedad de gananciales, sin indicar en su resolución el razonamiento
que llevó al Ad Quem a adoptar tal decisión, lo que incluye expresar la valoración
conjunta y razonada de la prueba.
266
declare su mejor derecho de posesión sobre referidos puestos, así como la entrega
del bien inmueble, desalojo accesorio y consecuentemente ministración de la
posesión, con costas y costos del proceso. Sustenta su pretensión alegando que: 1)
Contrajo matrimonio civil con la codemandada Candelaria Maruja Anahua
Anahua, con fecha tres de enero de mil novecientos noventa y dos, por ante la
Municipalidad Distrital de Alto de Alianza de la provincia y departamento de
Tacna; 2) Mediante escritura pública de fecha siete de junio del año dos mil diez,
por ante Notario Público Víctor Edilberto Lozano Valderrama, se declaró la
disolución del vínculo matrimonial entre Carmelo Chura Huisa y la demandada
Candelaria Maruja Anahua Anahua, en los términos y demás condiciones que
expresamente se hacen constar. Durante la vigencia del matrimonio de su
poderdante y la demandada Candelaria Maruja Anahua Anahua, la sociedad
conyugal por ellos conformada adquirió los puestos de venta signados con los
números ochenta y siete y ochenta y ocho de la Asociación de Comerciantes 7 de
Agosto, por el mérito de ser la codemandada Calendaría Maruja Anahua Anahua,
la socia titular y como tal le corresponde derechos de adjudicataria sobre los
indicados puestos, y dichos puestos pasaron a formar parte de la sociedad de
gananciales que conforma con la demandada, pues su mandante viene a ser titular
del cincuenta por ciento (50%) de cada de los mencionados puestos por su derecho
de gananciales; 3) Con fecha diecinueve de octubre del año dos mil siete, estando
vigente el vínculo conyugal y la sociedad de gananciales en forma insólita y
demostrado absolutamente intencionalidad de perjudicar sus derechos económicos
y gananciales la demandada Candelaria Maruja Anahua Anahua. aprovechando su
titularidad de socia y como aparece de su inscripción ante la RENIEC (Registro
Nacional de Identificación y Estado Civil), con el estado civil de “soltera”, ha
vendido los puestos de venta mencionados a la otra codemandada Sonia Mamani
Luve, según consta de! denominado “Contrato de Acuerdo Privado Interno”
extendido en documento privado de fecha diecinueve de octubre del año dos mil
siete; 4) Estando a los derechos de adjudicación respecto a los puestos
mencionados, que se han adquirido durante la vigencia del matrimonio, de
conformidad con el artículo 315 del Código Civil, requiere la intervención de su
cónyuge para disponer o gravar los bienes comunes a título gratuito u oneroso;
tratándose de bienes gananciales producto de la unión de hecho, en tanto que la
adjudicación no se practique, como consecuencia de la correspondiente
liquidación, no puede atribuirse uno de los cónyuges el dominio del todo o una
parte de los bienes gananciales determinados; que Candelaria Maruja Anahua
Anahua ha transferido los mencionados puestos de venta sin que tenga título de
267
dominio idóneo, cuyos derechos de adjudicación corresponde a la sociedad legal
de gananciales; 5) Que, Candelaria Maruja Anahua Anahua, en ningún momento
contaba con poder especial alguno ni mucho menos solicito la autorización del
poderdante para disponer de los puestos de venta; asimismo la compradora conocía
que dichos puestos de venta formaban parte de la sociedad de gananciales por el
matrimonio, señalando que referido acto jurídico no puede ser convalidado; 6) Que
se ha incurrido en causal de nulidad prevista en el artículo 219 inciso 1 del Código
Civil, por la falta de manifestación de voluntad de los titulares del dominio del
bien y por ser contrario a las leyes que interesan al orden público conforme al
artículo V del Título Preliminar del Código Civil; 7) Solicita que se considere que
la codemandada Sonia Mamani Luve ha actuado de mala fe durante la mencionada
transferencia de compraventa, pues la demandada ha manifestado verbalmente a
su poderdante que jamás vendió los referidos puestos a Sonia Mamani Luve y que
el supuesto contrato materia de nulidad ha sido llenado en blanco. Refiere que
conforme al artículo 219 inciso 6 del Código Civil, la compra es de pleno derecho,
porque en la celebración del supuesto contrato no ha tenido su poderdante
participación alguna, siendo cónyuge de la demandada Candelaria Maruja Anahua
Anahua; 8) Refiere que en el contrato materia de nulidad, las partes intervinientes
han manifestado que el precio de venta se encuentra cancelado no existiendo
ninguna prueba idónea que acredite en forma indubitable que el precio de venta en
realidad se haya cancelado, no existe intervención notarial que haya legalizado las
firmas, ni que haya dado fe de la entrega del dinero por concepto de venta, tampoco
existe constancia de la compradora que haya utilizado algún medio de pago por el
momento de la obligación supuestamente pactada, contraviniendo los artículos 4 y
7 de la Ley 28194 y lo dispuesto por el Decreto Supremo número 047-2004-EF,
sobre bancarización y sus modificatorias, pues los montos a partir los cuales
utilizaran medios de pago son de tres mil quinientos nuevos soles o mil dólares
americanos, por lo que en el contrato de compra venta corresponde utilizar medios
de pago a través de las empresas del sistema financiero; 9) La otra parte manifiesta
que lamentablemente en la Escritura Pública de Separación Convencional y
Divorcio Ulterior de fecha siete de junio del año dos mil diez, por ante Notario
Víctor Edilberto Lozano Valderrama no se consideró dichos puestos de venta,
porque hasta la fecha no se ha formalizado la adjudicación individual de los
mencionados puestos que forman parte de uno de mayor extensión y de mayor
cabida cuya titularidad registral pertenece a la Asociación de Comerciantes 07 de
Agosto, y está a su no vez no los ha independizado.
268
3. La demandada Sonia Mamani Luve contesta la demanda mediante escrito de
fojas ochenta y tres, alegando principalmente que: 1) Cuando la codemandada
Candelaria Maruja Anahua Anahua le transfiere los puestos comerciales, el
diecinueve de octubre del año dos mil siete, tenía la condición de socia y figuraba
como soltera en el padrón de socios, tal como lo expresa su Documento Nacional
de Identidad, negando haber tenido la finalidad de perjudicar al demandante,
habiendo realizado las indagaciones sobre su estado civil antes de la compra; 2)
Los primeros días de junio del año dos mil once, recién tomó conocimiento que la
codemandada Candelaria Maruja Anahua Anahua, era casada con el accionante y
que se había divorciado del mismo mediante escritura pública del siete de junio
del año dos mil diez; 3) El acto jurídico cuestionado cumple con todos los
requisitos de validez, por tanto no es susceptible de mencionarse el artículo 219
del Código Civil; 4) En la escritura pública de separación convencional con ulterior
divorcio del siete de junio del año dos mil diez, las partes no consignaron que los
puestos pertenecen a la sociedad conyugal, lo cual prueba que no ha procedido de
mala fe, en contubernio con la codemandada con la finalidad de perjudicar al
demandante; 5) Ejerce posesión sobre los puestos de su propiedad, cumpliendo
con todos los pagos de servicios y derechos la Asociación de Comerciantes 7 de
Agosto; 6) Realizó las indagaciones sobre el estado civil de la codemandada
vendedora, verificando que figuraba en el padrón y documento nacional de
identidad como soltera, habiendo declarado en el padrón solo a sus hijos más no
algún conviviente; sin presagiar que dicha demandada alegue su condición de
casada ante el requerimiento de la regularización de la titularidad; pues le ha
cursado carta notarial para ello y ante la negativa ha instaurado un proceso sobre
Otorgamiento de Escritura Pública – Expediente número 812-2011 Primer Juzgado
Civil de Tacna; 7) El precio fue cancelado, habiendo gravado la transferencia y la
entrega del dinero, por lo que no se puede cuestionar dicho extremo; 8) Las
pretensiones de desalojo, mejor derecho de posesión y entrega del bien deben ser
declaradas improcedentes, por cuanto no se ha fundamentado dichos pedidos. La
codemandada Candelaria Maruja Anahua Anahua, fue declaró rebelde mediante
resolución obrante a fojas noventa y nueve de fecha veintiséis de julio del año dos
mil doce.
269
pública de divorcio ulterior es de fecha siete de junio del año dos mil diez,
asimismo documento y acto jurídico que cuestiona en este proceso es de fecha
veintinueve de diciembre del año dos mil siete; es decir, resulta anterior al
procedimiento no contencioso de divorcio realizado ante notario público, respecto
del cual, tanto el propio demandante y la codemandada Candelaria Maruja Anahua
Anahua, han declarado no contar con bienes sociales; de otro lado, conforme puede
observarse de documento “ Acuerdo Privado Interno”, la demandada Candelaria
Maruja Anahua Anahua, se presenta como soltera; lo que incluso, guarda
conformidad con el Certificado de Inscripción emitido por la RENIEC de folio
setenta y siete; asimismo, si bien el Presidente de la Asociación de Comerciantes
7 de Agosto, remite copia legalizada del folio cuarenta y tres del libro de
comerciantes (véase folio ciento noventa y seis) consigna como socia a Candelaria
Maruja Anahua Anahua, y se consigna de instrucción superior, de estado civil
soltera y se consigna como conviviente a Carmelo Chura Huisa, documento que es
presentado en copia certificado por Notario Público (certificación veintitrés de
mayo del año dos mil catorce); sin embargo, a folios doscientos dieciocho a
doscientos diecinueve la demandada presenta copia certificada por notario público
(certificación realizada el diecinueve de mayo del año dos mil nueve) de la mismo
folio del padrón de socios de Candelaria Maruja Anahua Anahua, en el cual se
consigna como grado de instrucción quinto de secundaria, de estado civil soltera y
en la parte de nombre de esposo o conviviente se encuentra en blanco; ii) De tal
manera, que no se encuentra acreditado que la demandada Sonia Mamani Luve
Tenía conocimiento que Candelaria Maruja Anahua Anahua, se encontraba casada
con el demandante; por otra parte, con lo advertido en trámite de divorcio ulterior
realizado ante notario público, es razonable extraer como conclusión que al no
declararse la existencia de bienes sociales, debe inferirse por tanto, que el
demandante tenía conocimiento del acto jurídico por su ex cónyuge la
codemandada Candelaria Anahua Anahua, así como su asentimiento tácito, pues
al no haberse consignado el bien materia de litis como bien social, esta situación
no puede ser reputada como una omisión, como lo señala el demandante en la
demanda, pues debieron ser consignados, al ser puestos que eran conducidos por
Candelaria Anahua Anahua; más aún, cuando el documento que se cuestiona, es
de fecha anterior al procedimiento de divorcio. No dejando pasar por alto, que
conforme el informe del presidente de la Asociación de Comerciantes 7 de agosto,
Sonia Mamani Luve, es quien en la actualidad conduce dichos puestos, lo que en
efecto se corrobora con el acta de constatación de conducción de puesto de folios
270
ochenta y dos, por lo que corresponde desestimar la pretensión de nulidad de acto
jurídico por la causal de falta de manifestación de voluntad.
271
si del caudal probatorio se desprende en el documento “Acuerdo Privado Interno”
(ver fojas quince) la codemandada Candelaria Maruja Anahua Anahua consigna
como estado civil soltera hecho que también consta en el Certificado de Inscripción
emitido por la RENIEC (ver fojas setenta y siete), además de ello, se tiene que el
Presidente de la Asociación de Comerciantes 7 de Agosto, remite copia legalizada
del padrón de socios (ver fojas ciento noventa y seis) consignando como socia a
Candelaria Maruja Anahua Anahua, notándose que en dicho documento se
consignan datos de la demandada como el grado de instrucción: superior, su estado
civil: “soltera”, y consignando como conviviente a Carmelo Chura Huisa,
resaltando que la legalización de dicho documento se realizó ante la Notaría Rosa
Málaga Cutipé, con fecha veintitrés de mayo del año dos mil catorce; documento
que sin embargo, difiere del presentado por la demandada Sonia Mamani Luve
(ver fojas doscientos dieciocho y doscientos diecinueve), cuya legalización es
realizada el diecinueve de mayo del año dos mil nueve, ante la Notaría Rosario C.
Bohorquez Vega, cuyos datos respecto al padrón de socios de Candelaria Maruja
Anahua Anahua varían consignándose como grado de instrucción quinto de
Secundaria, de estado civil “Soltera”, y en la parte de nombre de esposo o
conviviente se encuentra en blanco; por lo que se determina que la codemandada
Candelaria Maruja Anahua Anahua ha adquirido dichos puestos comerciales en su
condición de soltera, situación que es corroborada con la declaración del
demandante en el trámite de divorcio ulterior tramitado posteriormente. iii) Que,
en cuanto a que la demandada Sonia Mamani Luve tenía conocimiento que
Candelaria Maruja Anahua Anahua se encontraba casada con el demandante, dicha
situación no ha sido probada por el accionante, ya que de los medios probatorios
actuados en el presente proceso no se aprecia alguno que acredite tal situación; por
lo que se concluye que los puestos materia de litis no forman parte de la sociedad
de gananciales; siendo así, en la sentencia impugnada se aprecia una valoración
conjunta de “los medios probatorios aportados por ambas partes” los mismos que
fueran incorporados al proceso, efectuando el a quo una debida motivación de su
fallo expresando las razones que sustentan su decisión en la valoración de cada
medio probatorio, de conformidad con lo establecido en el artículo 197 del Código
Procesal Civil.
272
vean afectados por cualquier sujeto de derecho -incluyendo el Estado, que pretenda
hacer uso abusivo de éstos. Como señala la doctrina procesal y constitucional, “por
su naturaleza misma, se trata de un derecho muy complejamente estructurado, que
a la vez está conformado por un numeroso grupo de pequeños derechos que
constituyen sus componentes o elementos integradores, y que se refieren a las
estructuras, características del tribunal o instancias de decisión, al procedimiento
que debe seguirse y a sus principios orientadores, y a las garantías con que debe
contar la defensa (Faúndez Ledesma, Héctor. “El Derecho a un Juicio Justo”. En:
Las garantías del debido proceso (Materiales de Enseñanza). Lima: Instituto de
Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú y
Embajada Real de los Países Bajos, p, 17). Dicho de otro modo, el derecho al
debido proceso constituye un conjunto de garantías de las cuales goza el
justiciable, que incluyen, la tutela procesal efectiva, la observancia de los
principios o reglas básicas y de la competencia predeterminada por Ley, así como
la pluralidad de instancias, la motivación y la logicidad y razonabilidad de las
resoluciones, el respecto a los derechos procesales de las partes (derecho de acción,
de contradicción) entre otros.
7. Que, bajo ese contexto dogmático, la causal denunciada se configura, entre otros
supuestos, en los casos en los que, en el desarrollo del proceso, no se han respetado
los derechos procesales de las partes, se han obviado o alterado actos de
procedimiento o si la tutela jurisdiccional no ha sido efectiva y/o el órgano
jurisdiccional deja de motivar sus decisiones o lo hace en forma incoherente, en
clara trasgresión de la normatividad vigente y de los estadios superlativos del
procedimiento
273
línea de razonamiento que lo determina a decidir la controversia, sino también en
no ponderar los elementos introducidos en el proceso de acuerdo con el sistema
legal, es decir, no justificar suficientemente la parte resolutiva de la sentencia a fi
n de legitimarla. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional señala que “el
derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del
justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones
judiciales no se encuentren justificados en el mero capricho de los magistrados,
sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se
deriven del caso”.
274
los puestos comerciales números 87 y 88 de la Asociación de Comerciantes 7 de
Agosto, que contiene; por cuanto en él se dispone de bienes que a dicha fecha eran
de propiedad de la sociedad conyugal que conformaba con doña Candelaria Maruja
Anahua Anahua, y él no ha participado en la venta manifestando su voluntad,
conforme a la exigencia contemplada en el artículo 315 del Código Civil.
12. En este contexto, puede evidenciarse que el meollo del presente proceso radica
esencialmente en determinar si los puestos comerciales números 87 y 88 de la
Asociación de Comerciantes 7 de agosto, al diecinueve de octubre del año dos mil
siete, eran de propiedad de la sociedad conyugal conformada por el accionante y
la codemandada Candelaria Maruja Anahua Anahua.
275
14. El recurrente sustenta la causal contenida en el literal (B) invocando la ausencia
de fecha cierta en el contrato materia de nulidad; pretendiendo plantear la tesis de
oponibilidad de derechos; sin embargo dichas normas devienen en inaplicables, en
tanto no está en discusión si el acto de compra venta tiene o no fecha cierta sino
que, como se ha referido en el considerando undécimo, el meollo radica en
determinar si los bienes sobre los que recae la compra venta materia de nulidad,
eran o no bienes sociales
15. Así tenemos que, un bien será social por el mero hecho de haber sido adquirido
dentro de la vigencia del matrimonio, acorde al artículo 310 del Código Civil, con
excepción a los supuestos los establecidos en el artículo 302 del Código Civil; es
decir no basta que un bien sea adquirido durante la vigencia del matrimonio para
que sea considerado social, sino que está sujeto a excepciones, como por ejemplo
que haya sido adquirido a título oneroso y la causa de adquisición ha precedido a
aquella. De allí que el razonamiento esbozado por la instancia de mérito es acorde
a derecho; en tanto asume que, pese a que la compra se realizó durante la vigencia
del matrimonio, si en la Escritura de divorcio el accionante declaró bajo juramento
no haber adquirido bienes sociales con la codemandada Candelaria Maruja Anahua
Anahua, ello basta para considerar que los bienes sobre los que recae el acto
jurídico sub litis no son sociales. Por lo que la causal descrita en el literal “B”
también debe ser desestimada y declarar infundado el recurso de casación.
V. DECISIÓN:
276
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA SALA CIVIL
TRANSITORIA
I. HECHOS:
277
b) Que la transferencia realizada fue efectuada cuando no tenían ningún derecho
de propiedad constituido, habiéndose dejado su madre Carmen Mansilla Gonzáles
Vda. de Requejo sin efecto el contrato mediante la carta notaria cursada, indicando
además que la Sociedad Conyugal conformada por Isidro Díaz Ortega y Gila
Vilma Palacín Pérez de Díaz tenían conocimiento de la transferencia realizada por
la Municipalidad de Puente Piedra respecto al predio en cuestión.
b) Son poseedores por más de 10 años del bien sub litis en virtud de un justo título;
que conforme al artículo 245° inciso 3 del Código Adjetivo, un documento privado
adquiere fecha cierta y produce eficacia jurídica desde su presentación ante el
Notario Público para que certifique la fecha o legalice las firmas, indicando que el
documento sub litis consigna las firmas con fecha nueve de octubre de mil
novecientos noventa y ocho, siendo certificadas dichas firmas notarialmente con
fecha nueve de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, hecho que le da
eficacia al acuerdo realizado.
a) Que en aplicación del artículo 882 de Código Civil, el cual establece que no se
puede establecer contractualmente la prohibición de enajenar, para los efectos de
resolver esta controversia, se considera que no surte efectos jurídicos lo
278
consignado en la Cuarta Cláusula del Contrato del nueve de Octubre de mil
novecientos noventa y ocho, ya que como se reitera, al haberse producido la
transferencia a título oneroso y en el marco legal en referencia, es derecho de todo
propietario disponer libremente del bien de su propiedad. Caso contrario se estaría
contradiciendo tal precepto constitucional. En ese orden, agrega que se debe
preferir el artículo 70 de la Constitución Política del Estado, ya que establece que
el derecho de propiedad es inviolable, el Estado lo garantiza y se ejerce en armonía
con el bien común y dentro de los límites de ley en concordancia con el artículo
923 del Código Civil establece que el derecho de propiedad es el poder jurídico
que a la vez contiene u otorga un haz de otros derechos inherentes a todo
propietario, como son el derecho de usar, disfrutar, disponer y reivindicar un bien,
no presentándose en el caso de autos ninguna de las causales contenidas en los
incisos 3, 4, 5 y 8 del artículo 219 del Código Civil invocados por la parte
accionante, toda vez que el bien sub litis no permaneció en el patrimonio o esfera
de dominio de la enajenante Carmen Mansilla Gonzáles, sino que una vez que se
realizó el Contrato de Transferencia entregándose el bien sublitis a la adquiriente,
esta transfiere posteriormente el inmueble a la Sociedad Conyugal codemandada,
concluyéndose que no existe acto jurídico simulado en la realización de dichas
transferencias.
279
realizó la demandada y su cónyuge Walter Humberto López Beltrán a la sociedad
conyugal, realizado con fecha veinte de agosto de dos mil tres.
280
aclaratoria obrante a fojas veintidós ante la Municipalidad de Puente Piedra, es
decir posteriormente de los hechos que se pretende anular por la parte demandante,
por lo que no se advierte una infracción respecto a las normas señaladas, resultando
infundada la causal denunciada.
Respecto a la causal denunciada por la recurrente, señala que los catos realizados
por las partes respecto a la transferencia del contrato celebrado entre Gladys Edith
Requejo Mansilla y Walter Humberto López Beltrán en calidad de vendedores e
Isidro Díaz Ortega y Gila Vilma Palacín Pérez de Díaz (sociedad conyugal) en
calidad de compradores, contiene vicios de nulidad, por lo que no surte efectos. En
ese sentido, atendiendo a lo establecido en el artículo 2193 del Código Civil,
referido a causales nulidad y conforme lo expresado en párrafos precedentes, se ha
determinado la voluntad de la transferente Carmen Mansilla Gonzáles, ya que, en
su calidad de posesionaria del inmueble en cuestión, transfi ere a su hija Gladys
Edith Requejo mansilla a título oneroso, por lo que existe claramente la voluntad
del agente. En ese sentido, la transferencia de este bien entre personas naturales y
con un precio pactado, no representan imposibilidad de ser realizados bajo los
presupuestos de ley, siendo un objeto jurídicamente posible, donde se respetó las
formas del acto jurídico en cuestión, incluso al ser posteriormente llevado a una
notaría para su legalización, resulta contener un fi n lícito con la forma que
establece la ley. Asimismo, conforme se desprende de los actuados, en las
transferencias a las cuales fue sometido el bien en cuestión, no existió una
simulación de las partes con el fi n de engañar a otros sujetos, ni afectar el orden
público. En tal sentido, se advierte que dicha transferencia en cuestión, no se
encuentra en ninguna de las causales de nulidad desarrolladas en el artículo 219
del Código Civil, resultando infundada la causal denunciada.
281
causante Carmen Mansilla Gonzáles viuda de Requejo y Gladys Edith Requejo
Mansilla quedó resuelto, por consiguiente, sin efecto legal alguno. En el presente
caso, se señala que respecto a los artículos 13614 y 13725 del Código Civil,
referidos a la obligatoriedad de los contratos, así como a efectos retroactivos de la
recisión y de la resolución, se tiene que ambos no resultan aplicables, toda vez que
en el caso que nos ocupa, el solo hecho de cursar una comunicación escrita, (Carta
Notarial de fecha diecisiete de noviembre de mil novecientos noventa y ocho), no
produce efectos tales como que una de las partes de forma unilateral resuelva o
deje sin efecto un contrato, ya que no se encuentra acorde a lo establecido en
artículo 1429 del Código Civil. Siendo esto así, debe declararse infundado el
recurso de casación.
V. DECISIÓN:
282
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA SALA CIVIL
TRANSITORIA
I. HECHOS:
a) Es propietaria del bien sobre el cual recaen los actos jurídicos materia de
nulidad.
b) Le dejó un inmueble a su sobrina Toribia Huamán Garriazo, a efectos que lo
pueda habitar; sin embargo, lo vendió ilegalmente a mediante contrato de compra
venta del once de marzo de mil novecientos noventa y siete a favor de Manuel
Jesús Anccana Huamaní y Luzmila Zapata Moreano de Anccana y mediante
contrato de compra venta del ocho de agosto de novecientos noventa y siete.
c) La demandada Huamán Garriazo ha sido condenada por el delito de
defraudación - estelionato en agravio de la demandante, por los hechos
relacionados a la compra venta materia de nulidad.
283
c) Se comunicó con el codemandado Manuel Jesús Anccana Huamaní, mediante
carta notarial, solicitándole declarar la nulidad del acto jurídico; sin embargo, éste
solo le siguió ofreciendo dinero para que continuara con los trámites de la compra
venta. Allanamiento que fue declarado improcedente mediante resolución de fojas
cincuenta y uno, por la cual además se declaró rebelde a la referida demandada.
a) Las mismas partes han seguido el proceso 2005-085 ante el mismo Juzgado,
sobre nulidad de acto jurídico de compraventa de fecha ocho de agosto de mil
novecientos noventa y siete que terminó con sentencia que declaró infundada la
demanda por no haberse acreditado derechos de propiedad por parte de la actora y
284
por existir una diferencia de áreas en el predio objeto de venta (sentencia 173-178
/ confirmada 223-226 / casación 245).
III.SEGUNDA INSTANCIA
b) Las declaraciones de autoevalúo que obra a fojas treinta y dos a cuarenta y ocho
del expediente 113-2005, no son documentos que acrediten el derecho de
propiedad respecto del predio vendido, por ello no acreditan la propiedad que
invoca la demandante.
285
c) En el expediente 85-2005 sobre reivindicación, obra la escritura pública de
reconocimiento y ratificación de división y partición de bienes extrajudicial a fojas
ciento ochenta y tres; en la que se indica que la demandante es propietaria de
1374.10 m2 que se encuentra dentro de un predio de mayor extensión (6,080 m2);
sin embargo, no ser consignan áreas, colindancias, ni la ubicación dentro del área
mayor que lo comprende, en consecuencia no es posible saber con certeza si
efectivamente es propietaria de predio sobre el que recae los contratos de compra
venta materia de nulidad, conforme también se tiene del acta de inspección judicial
de fojas ciento veintisiete del mismo expediente. Las áreas difieren
sustancialmente, pues dentro del área mayor de 6,080 m2, existen varios
propietarios en mérito de un acta de partición y que el área que se encuentran
ocupando los demandados es una con extensión de 150 m2, teniéndose por no
acreditado el derecho de propiedad que invoca la demandante respecto de esta
última área.
A lo largo del Proceso Penal número 113-05, se determinó que para que proceda
el delito de Defraudación en la modalidad de Estelionato, primero se tiene que
identificar que el terreno tiene otro dueño; que en el caso de autos la sentenciada
señaló en forma contundente que la propiedad sin duda pertenece a la demandante.
Tanto la autoridad municipal y la condenada determinaron que la propiedad es de
la recurrente, pues en los documentos que acreditan la titularidad del bien, ha sido
debidamente aceptada como contribuyente la demandante, así como el bien que
fue materia de transferencia del acto jurídico cuya nulidad se solicitó. Al margen
de que exista diferencia en las medidas, lo que se busca es declarar la nulidad de
un acto jurídico ilegal, el cual terminó por condenar a la persona que transfirió el
bien, por haber incurrido en un ilícito penal.
b) Infracción normativa de derecho material del artículo 140 del Código Civil
286
Se ha omitido aplicar lo establecido en el artículo 140 del Código Civil: En la
resolución de la Sala Superior se ha emitido un pronunciamiento subjetivo, pues
omitió pronunciarse objetivamente sobre la validez del acto jurídico contenido en
los contratos privados de fechas once de marzo de mil novecientos noventa y siete
y ocho de agosto del mismo año, cuya nulidad se solicitó. Se encuentra acreditado
como un acto ilícito, ya que el mismo juzgado penal declaró la ilicitud de la
conducta de la persona que vendió la propiedad de la recurrente; así como también,
se acredita que la recurrente es propietaria y titular del bien inmueble.
V.DECISIÓN:
287
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS:
288
ciento sesenta metros cuadrados (160 m2), independizado e inscrito en la partida
número 02057408.
e) Los demandados han actuado con mala fe y temeridad, causándole daño moral
por lo que solicita se le pague la suma de cincuenta mil soles (S/ 50,000.00), por
concepto de resarcimiento del daño.
a) Mediante minuta de compraventa del veintinueve de enero de dos mil trece, sus
codemandados, le hicieron la transferencia de venta perpetua de cien metros
cuadrados (100 m2), a razón de veinte metros cuadrados (20 m2) de cada
propietario que equivale al sesenta y dos punto cinco por ciento (62.5%), de
derechos y acciones del inmueble materia de litis, y los treinta y siete punto cinco
por ciento (37.5%), de acciones que equivale a sesenta metros cuadrados (60 m2),
pertenecen al demandante y a sus dos hermanos Alejandro y María Molina
289
Espinoza, continúan intactos. No teniendo el demandante derecho a oponerse a
dicha venta;
b) El recurrente ha actuado de buena fe, ante la oferta de venta, por tal razón, luego
de suscribir la Minuta, se elevó a Escritura Pública;
c) El acto jurídico del tres de enero de dos mil tres, que contiene fi rmas de los
cinco hermanos, el autor de ello debe ser su hermano Alejandro Molina Espinoza,
que durante el año dos mil nueve, con motivo de los trámites de sucesión intestada
de sus progenitores, todos los hermanos, en varias oportunidades, ha firmado hojas
en blanco entregando las mismas a Alejandro Molina Espinoza
290
carta del veintiuno de noviembre de dos mil doce y el contrato preparatorio de
venta.
d) Que, mediante escritos de fojas ciento treinta y cinco, ciento cincuenta y siete,
doscientos noventa y uno, y trescientos veintitrés los codemandados Hernán
Molina Espinoza, Jorge Molina Espinoza, Filomena Molina Espinoza y Ceferina
Molina de Aparicio, respectivamente, contestan la demanda, reproduciendo el
mismo fundamento sustentado en el escrito de contestación de demanda del
demandado Julio Molina Espinoza.
Mediante sentencia de fecha once de junio de dos mil quince, el A quo ha declarado
fundada en parte la demanda. Señalando como sustento principal que:
291
Juzgado, sin embargo, tampoco han acreditado en el proceso la veracidad de esta
afirmación. De todo lo cual se concluye en que, respecto a la Minuta del tres de
enero de dos mil tres, no se ha demostrado dentro del proceso que los intervinientes
de dicho acto no hayan declarado su voluntad de producir la venta de sus derechos
y acciones o que el acto celebrado sea contrario a las leyes, al orden público o a
las buenas costumbres. Siendo así la demanda reconvencional debe ser declarada
infundada.
292
d) se ha realizado la venta de bien parcialmente ajeno, es decir que Filomena, Jorge
y Julio Molina Espinoza, no podían vender derechos y acciones que ya no les
pertenecía. Siendo así, se ha configurado el fin ilícito del acto jurídico cuya nulidad
se solicita, por cuanto es contrario al ordenamiento jurídico y a las buenas
costumbres, el disponer de un bien que no pertenece al vendedor. Siendo así, este
extremo de la demanda debe ser declarado fundado. Respecto a la causal de
nulidad de acto jurídico por falta de manifestación de voluntad, esta Juzgadora
considera que no se ha configurado, por cuanto los vendedores como el comprador
manifestaron su voluntad de vender derechos y acciones del bien inmueble en
referencia, sin embargo, aún declarada la voluntad de Filomena, Jorge y Julio
Molina Espinoza, el acto es nulo por tener fi n ilícito y ser contrario a las leyes que
interesan al orden público y a las buenas costumbres.
293
c) Los argumentos de las demandas reconvencionales postuladas, no han logrado
probar la veracidad de dichas afirmaciones, incumpliendo con la carga de probar.
IV) La demanda reconvencional de conformidad a lo establecido por el artículo
200 del Código Procesal Civil, fue correctamente declarada infundada al haber
incumplido los demandantes reconvencionales con la carga de probar sus
afirmaciones de acuerdo a lo establecido por el artículo 196 del citado Código.
f) De modo idéntico tampoco se aprecia que dicho acto jurídico sea contrario al
orden público y a las buenas costumbres, dado que si bien podría darse el supuesto
que los demandados careciesen de legitimidad para contratar ello no puede
considerarse como contrario a nuestro ordenamiento jurídico, toda vez que el
artículo 1335 del Código Civil, prevé incluso el supuesto de concurrencia de
acreedores, es decir, nuestra normatividad asume la posibilidad de existencia de
quien es titular de un derecho real, se haya obligado con más de una persona para
transferirle dicho derecho, no siendo reñido con la ley se celebre un contrato sobre
compraventa de derechos y acciones como en el caso de autos. La falta de
manifestación de voluntad, cabe precisar que tampoco se advierte que dicha causal
se configure en el presente caso, dado que las partes prestaron su consentimiento,
habiendo procedido a firmar al final de dicho documento en señal de conformidad
con su contenido, ante Notario Público. En todo caso, lo que sí podría apreciarse
294
sería la ausencia de legitimidad para contratar, empero, de ningún modo la
inexistencia de voluntad de las partes para celebrar dicha compraventa
295
5. Según se ha expuesto precedentemente, el recurso de casación objeto de
pronunciamiento ha sido declarado procedente tanto en razón a infracciones
normativas de carácter material (in iudicando) como a infracciones normativas de
carácter procesal (in procedendo). En ese sentido, dada la naturaleza y efectos del
error in procedendo, este Colegiado emitirá pronunciamiento, en primer término,
sobre estas denuncias, pues resulta evidente que de estimarse alguna de ellas,
carecería de objeto pronunciarse sobre las causales restantes, al encontrarse
perjudicada la validez de los actos procesales.
7. Que, bajo ese contexto dogmático, la causal denunciada se confi gura, entre
otros supuestos, en los casos en los que en el desarrollo del proceso, no se han
296
respetado los derechos procesales de las partes, se han obviado o alterado actos de
procedimiento o si la tutela jurisdiccional no ha sido efectiva y/o el órgano
jurisdiccional deja de motivar sus decisiones o lo hace en forma incoherente, en
clara trasgresión de la normatividad vigente y de los estadios superlativos del
procedimiento.
297
10. Que, en materia probatoria el derecho a la utilización de los medios de prueba,
se encuentra íntimamente conectado con el derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva, que entre sus vertientes engloba el derecho a obtener una resolución
razonable, motivada y fundada en derecho, además de congruente con las
pretensiones deducidas por las partes en el interior del proceso; como también con
el derecho de defensa del que es realmente inseparable. Así, el contenido esencial
de este derecho se respeta siempre que, una vez admitidas las pruebas declaradas
pertinentes, sean valoradas por los órganos judiciales conforme a las reglas de la
lógica y de la sana crítica, según lo alegado y probado.
i) no es suficiente sustentar que una de las partes únicamente obró con ánimo de
defraudar a la otra, para acreditar la causal de fi n ilícito, sino debe también
analizarse cuál es el objeto perseguido por ambas partes con la celebración del acto
jurídico del que se pretende su nulidad, entonces la finalidad será ilícita si
convergen ambas voluntades en la contravención a lo establecido por el
298
ordenamiento legal; no siendo correcto que el análisis de ilícito repose únicamente
sobre una de las partes;
ii) no se presenta el supuesto previsto por el inciso 4 del artículo 219 del Código
Civil pues no se ha demostrado que el demandado Ramón Chino Callo, haya
obrado en contubernio con los codemandados como se indica en la demanda, es
más resulta posible la aplicación del artículo 2014 del Código Civil;
iii) Tampoco se aprecia que dicho acto jurídico sea contrario al orden público y a
las buenas costumbres, dado que si bien podría darse el supuesto que los
demandados careciesen de legitimidad para contratar ello no puede considerarse
como contrario a nuestro ordenamiento jurídico, toda vez que el artículo 1335 del
Código Civil, prevé incluso el supuesto de concurrencia de acreedores; es decir,
nuestra normatividad asume la posibilidad de que quien es titular de un derecho
real, se haya obligado con más de una persona para transferirle dicho derecho, no
siendo reñido con la ley que se celebre un contrato de compraventa de derechos y
acciones como en el caso de autos. De lo que se colige que la instancia de mérito
no ha incurrido en falta de motivación, por lo que dicho fallo no puede ser
cuestionado por afectación al debido proceso, o ausencia o defecto en la
motivación y valoración razonada de las pruebas, pues se ha cumplido con precisar
el por qué y debido a qué se ha llegado a la conclusión fi nal, en consecuencia, un
parecer o criterio distinto al que ha arribado no puede ser causal para cuestionar la
motivación. En consecuencia, la infracción normativa procesal consignada en
literal (a), debe ser desestimada.
299
14. Ahora al respecto corresponde precisar que, si bien algún sector de la doctrina
considera que la venta de bien ajeno es inefi caz, porque la capacidad de
disposición o legitimidad para vender no es un requisito de validez, sino uno de efi
cacia4 ; sin embargo, otro sector considera que es un acto inválido, porque se
encuentra incurso en las siguientes causales de nulidad: i) El objeto es
jurídicamente imposible (inciso 3 del artículo 219 del Código Civil); ii) El fi n es
ilícito (inciso 4 del artículo 219 del Código Civil); o, iii) Es un acto contrario a las
leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres (inciso 8 del artículo
219 del Código Civil). Quienes han sostenido estas dos últimas posiciones,
concluyen que la transferencia de un bien ajeno contiene un fi n ilícito y es
contrario a las buenas costumbres porque tipifi caría el delito de estelionato
recogido en el artículo 197 inciso 4 del Código Penal, posición que sin embargo es
minoritaria, a diferencia de quienes señalan que la venta de bien ajeno constituye
una prestación (objeto) jurídicamente imposible; precisamente en esta última línea
se encuentra la Corte Suprema, ya que a través de numerosas ejecutorias supremas,
tales como las dictadas en las Casaciones números 3041-2008-Puno de dieciséis
de octubre de dos mil ocho y, 1332-2009-Cajamarca de veintidós de octubre de
dos mil nueve, entre otras, ha manifestado que aun cuando el artículo 1409 del
Código Civil señala que la prestación materia de la obligación (objeto) puede
versar sobre bienes ajenos, dicho dispositivo debe ser interpretado en el sentido
que únicamente es válida la venta de bien ajeno, cuando el comprador conoce tal
circunstancia, caso contrario dicha venta es nula5 . Abona a esta posición, los
efectos que podrían generar aquellos casos en los que el contrato de compra venta
de un bien ajeno se encuentre inscrito en los Registros Públicos, como en el
presente proceso, toda vez que en estos casos el comprador del bien ajeno,
premunido de la fe pública registral, puede transferir el bien a un tercero de buena
fe, a quien el verdadero propietario del bien no podrá hacer valer la fi gura de la
inefi cacia, por cuanto este tercero se encontrará protegido por los principios
registrales de legitimación, fe pública registral y tracto sucesivo, consagrados en
los artículos 2013, 2014 y 2015 del Código Civil.
300
16. Que, el demandante alega la nulidad de la compraventa de fecha treinta de
enero de dos mil trece, alegando principalmente que los demandados Filomena,
Julio y Jorge Molina Espinoza han vendido las acciones y derechos al demandado
Ramón Chino Callo; pese a que previamente los mismos demandados le vendieron
sus acciones mediante contrato de compraventa del tres de enero de dos mil tres;
por otro lado, al absolver traslado de la reconvención, afirma que adquirió el bien
de su padre habiendo pagado el precio a su padre y luego de su muerte a sus
hermanos, y que dicha venta ha sido reconocida por todos sus hermanos y
codemandados mediante documento privado de fecha dos de junio de dos mil dos.
Al respecto corresponde precisar previamente que, la minuta de compraventa de
derechos y acciones del tres de enero de dos mil tres por la cual los codemandados
Julio, Filomena, Jorge y María Molina Espinoza transfieren las acciones que les
pertenece sobre el bien al demandante ha sido materia de reconvención sobre
nulidad de acto jurídico la cual fue declarada infundada y no fue cuestionada por
el reconviniente. Es decir, está acreditado que el demandante, mediante contrato
de compraventa del tres de enero de dos mil tres, adquirió las acciones y derechos
transferidos por segunda vez mediante el contrato materia de nulidad. Más aún
que, dicho contrato es respaldado además con los documentos que obran de fojas
trescientos cincuenta y tres a trescientos setenta y cuatro, mediante los cuales se
acredita que don Nicolás Molina Gutiérrez padre del demandante acordó con este
la venta del bien sub litis, habiendo realizado pagos al mencionado propietario y a
sus hermanos Filomena, Julio, María, Jorge, Hernán y Alejandro Molina Espinoza,
quienes además mediante acta de acuerdo de fecha dos de junio de dos mil dos
(fojas trescientos sesenta y siete) reconocen que el padre de todos Nicolás Molina
Gutiérrez tomó la decisión de vender el inmueble sub litis a su hijo José María
Molina Espinoza (el demandante) aprobado por ellos en la suma de diez mil
dólares quedando un saldo de cinco mil quinientos veinte dólares que debía ser
cancelado el treinta y uno de diciembre de dos mil dos; es decir los demandados
tenían conocimiento de la venta realizada por su padre a favor de su hermano
demandante y justamente en coherencia a ello, a la muerte de su causante, los
demandados Filomena, Julio, María y Jorge vendieron el total de sus acciones y
derechos al demandante por la suma de setecientos ochenta dólares americanos,
tal como consta en el recibo de fojas trescientos sesenta y cinco y la minuta de
folios veintisiete y veintiocho.
301
compró acciones sabiendo que el bien era ocupado por los copropietarios
herederos con los que no realizó actos de división, ni menos ejerció algún atributo
del derecho de propiedad que adquiría. En consecuencia, corresponde amparar el
recurso de casación y actuando en sede de instancia confirmar la apelada que
declaró fundada la demanda.
V. DECISIÓN:
Por estos fundamentos, y en aplicación del artículo 396 del Código Procesal Civil,
declararon:
302
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
SUMILLA: Todo acto jurídico es nulo cuando los otorgantes se han excedido de
las facultades que le fueran otorgadas en su oportunidad, por cuanto si se analizan
los hechos se ha llegado a determinar que a la fecha de la venta (veintiséis de
setiembre de dos mil cinco), el poder ya había fenecido pues la madre de la
recurrente había fallecido, en consecuencia dicho acto es nulo al encontrarse dicho
poder fuera de la vigencia para que cause eficacia al carecer el vendedor de las
facultades necesarias para realizar el Contrato de Compraventa a favor del
codemandado.
303
Que, esta Sala Suprema por resolución de fecha nueve de julio de dos mil quince,
(folios 104 del cuadernillo de casación), declaró procedente el recurso de casación
por causal de:
304
debido proceso y la tutela jurídica efectiva consagrado en el inciso 3 del artículo
139 de la Constitución Política del Perú y la motivación que se ha realizado
debiendo haberse aplicado los incisos 1 y 4 del artículo 219 del Código Civil en
concordancia directa con el artículo 140 del Código Civil.
305
su madre, para posteriormente celebrar en calidad de vendedor el Contrato de
Compraventa del inmueble ubicado en el Jirón Agustín de Jáuregui número
seiscientos dieciséis, tercer piso número trescientos dos, Distrito de La Victoria,
con Carlos Montalvo Sales como comprador, acto contractual que se celebró con
un poder fuera de vigencia ya que la poderdante había fallecido.
306
contenido de una resolución judicial, debiendo ésta ser dictada de acuerdo con el
sentido y alcances de las peticiones formuladas por las partes; para observar el
respeto al Principio de Congruencia, el Juez al momento de resolver debe atenerse
a los hechos de la demanda y de su contestación, que hayan sido alegados y
probados; de producirse una transgresión a este principio procesal el efecto será la
nulidad de la resolución judicial, conforme a lo dispuesto en el artículo VII del
Título Preliminar del Código Procesal Civil, así como de acuerdo a los incisos 3 y
4 del artículo 122 del mismo cuerpo legal.
10. La casante para pretender la nulidad del acto jurídico celebrado entre los
codemandados invoca como causales los incisos 1, 3, 4, 5 y 6 del artículo 219 del
Código Civil, referidos a la falta de manifestación de voluntad del agente, el objeto
sea física o jurídicamente imposible o cuando sea indeterminable, el fin sea ilícito,
simulación absoluta y no revista la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
307
12. En este sentido, se debe indicar que respecto a las infracciones denunciadas en
su oportunidad y que fueran amparadas cabe señalar que del análisis del caso se ha
podido determinar que dicho acto es nulo al haberse excedido Félix Caballero
Veliz de las facultades que le fueran otorgadas en su oportunidad por su hermana
Yolanda Caballero Veliz viuda de Jiménez a través del poder del treinta y uno de
mayo de mil novecientos noventa y siete, por cuanto si se analizan los hechos se
ha llegado a determinar que a la fecha de la venta, el veintiséis de setiembre de dos
mil cinco, el poder ya había fenecido pues la madre de la recurrente había fallecido
el veintisiete de febrero de dos mil, en la Ciudad de Chicago (país Estados Unidos
de Norteamérica), en consecuencia dicho acto es nulo al encontrarse dicho poder
fuera de la vigencia para que cause eficacia al carecer el vendedor de las facultades
necesarias para realizar el Contrato de Compraventa a favor del codemandado;
asimismo cabe señalar que Félix Caballero Veliz vendió el predio a la persona de
Carlos Montalvo Sales quien a la fecha de la venta, era el inquilino y como
consecuencia de ello tuvo conocimiento del fallecimiento de su hermana (estando
a que en el contrato se especificaba que Félix Caballero Véliz era el apoderado de
la ahora fallecida Yolanda Caballero Veliz viuda de Jiménez, lo que no fue tomado
en cuenta por ambas instancias; tampoco no se ha tomado en cuenta por la Sala
Superior que el fin ilícito de la Compraventa, que el codemandado Félix Caballero
Veliz, haya solicitado la vigencia de poder a los Registros Públicos cuando el
mismo había fenecido, pues en calidad de hermano de la poderdante conocía del
fallecimiento de doña Yolanda Caballero Veliz viuda de Jiménez hecho ocurrido
el veintisiete de febrero de dos mil, en la Ciudad de Chicago (Estados Unidos de
Norteamérica).
14. Del análisis del expediente se puede apreciar del Certificado Médico de
Defunción (Estado de Illinois) de Yolanda Caballero Veliz viuda de Jiménez,
308
acompañado en copia (folios 28) del cual fluye que falleció el veintisiete de febrero
del año dos mil en la Ciudad de Chicago, (Estados Unidos de Norteamérica), y la
Compraventa realizada entre Félix Caballero Veliz y Carlos Montalvo Sales tiene
fecha el veintiséis de setiembre de dos mil cinco, es decir simplemente se efectuó
cinco años después del fallecimiento de la poderdante, es por ello que el poder
utilizado por Félix Caballero Véliz, al momento de la Compraventa nació muerto,
es decir sin validez legal, por lo que de acuerdo al artículo 140 del Código Civil
seria nulo, por la falta de manifestación de voluntad de la poderdante (a los efectos
de poder disponer de las facultades dadas en la misma), mas aun cuando la persona
de Carlos Montalvo Sales era el inquilino del inmueble materia de litis, por lo tanto
habría tomado conocimiento del fallecimiento en su oportunidad de la poderdante,
por lo que acarrea la nulidad de todo lo actuado (tanto la sentencia expedida a nivel
del Ad quem, como la del A quo y actuando en sede de instancia, revocar la decisión
tomada por el A quo).
II. DECISION:
309
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
SUMILLA: La certeza que otorga el artículo 245 del Código Procesal Civil es de
la fecha del documento, pero no certeza que otras personas distintas a las
celebrantes conozcan el contenido del documento ni tampoco que las afirmaciones
que allí existan se encuentren acreditadas
I. HECHOS:
310
c) Minuta de Compraventa de fecha nueve de febrero de dos mil doce realizado
entre Jhonny José Egoavil Frias y Constantina Angélica Espinoza Llacta a favor
de Minera Chinalco Perú S.A. Como pretensión accesoria solicita la reivindicación
del bien inmueble.
311
Yankee Alto s/n - Morococha Antigua, distrito de Morococha, provincia de Yauli,
y departamento de Junín de un área de 200 metros cuadrados.
d) En cuanto al segundo contrato, si bien fue suscrito en el año dos mil tres, no fue
de conocimiento de la demandante sino hasta el mes de agosto de dos mil siete,
cuando al pretender realizar la venta de la propiedad a la demandada Chinalco se
enteró de que existía el contrato en cuestión, corroborado con la denuncia que
presentó el esposo de la demandante contra el demandado Jhonny José Egoavil
Frias, en fecha tres de octubre de dos mil ocho, por tanto la excepción presentada
no alcanza a tal contrato.
312
III. SEGUNDA INSTANCIA
b) Con relación al primer acto jurídico (Contrato Privado de fecha enero de mil
novecientos noventa y siete), señala que la discusión sobre el inicio del plazo de
prescripción, debe calcularse desde la oportunidad (el día) en que pudo ejercitarse
la acción. Esto quiere decir desde el momento en que el acto jurídico de fecha
cierta reunía las causales descritas en el artículo 219 del Código Civil y la parte,
perjudicada con el vicio, pudiera conocer esto objetivamente.
d) Siendo ello así la fecha cierta del primer documento y del segundo documento
es la que se señala en el documento de "Transferencia de Posesión de Inmueble"
313
de la página ciento nueve, de fecha quince de octubre de dos mil tres, fecha que se
debe tomar como referencia para el cómputo de la prescripción.
e) Al haber transcurrido desde esa fecha más de diez años hasta la notificación de
la demanda de nulidad el catorce de enero de dos mil catorce, ha prescrito el plazo
para accionar.
f) Sin embargo, en cuanto al tercer documento cuestionado que dio origen al acto
compraventa celebrado con fecha cierta el nueve de febrero de dos mil doce de lo
cual tenía conocimiento la demandante, no cumple el término de la prescripción
de la acción, por lo que su validez debe ser materia de pronunciamiento en el
proceso principal.
a) Los actos jurídicos cuestionados Tres son los actos jurídicos cuestionados: (i) el
celebrado en el mes de enero de mil novecientos noventa y siete entre Gregorio
Cirilo Espinoza Flores y Francisco Ambrosio Cabia; (ii) el celebrado en fecha
quince de octubre del dos mil tres entre Francisco Ambrosio Cabia con Jhonny
José Egoavil Frías y otra; y (iii) la compraventa de fecha nueve de febrero de dos
mil doce celebrada entre Jhonny José Egoavil Frías y otra a favor de la Minera
Chinalco S.A. El Juzgado considera que ha prescrito solo el primer acto jurídico;
la Sala Superior expresa que han prescrito los actos jurídicos signados con los
literales (i) y (ii).
314
2. Los hechos que acontecen pueden tener efectos en el mundo del derecho o no.
Así, un suceso natural como el mero transcurso del tiempo puede originar el inicio
de la ciudadanía, la adquisición de un derecho o la pérdida de este para impedir
que se atienda una causa judicialmente.
315
señala que las pretensiones prescriben en un tiempo que va de dos a quince años,
según el interés sea de orden particular (como en el caso de las pensiones
alimenticias) o de asuntos que interesen al Estado, dada la gravedad de la
infracción (como en el caso de las nulidades de los actos jurídicos). Hay, además,
plazos especiales, como aquel que corresponde a la separación de cuerpos por la
causal de adulterio, que culmina a los seis meses de conocida la causa y, en todo
caso, a los cinco años de producida; con respecto al inicio y término del plazo:
Ellos se computan siguiendo lo prescrito en el artículo 183 del Código Civil; por
ello no comprende el día inicial pero sí el de vencimiento, y cuando se establece
por años, el plazo vence en el mes del vencimiento y en el día de éste
correspondiente a la fecha del mes inicial; con respecto a la suspensión e
interrupción del plazo: Cabe suspensión por los vínculos personales existentes
entre los sujetos de la relación jurídica y por la imposibilidad de reclamar el
derecho ante un Tribunal Peruano (artículo 1994 del Código Civil); y cabe
interrupción por: 1. Reconocimiento de la obligación; 2. Intimación para constituir
en mora al deudor; 3. Citación con la demanda o por otro acto con el que se
notifique al deudor, aun cuando se haya acudido a un juez o autoridad
incompetente; 4. Oponer judicialmente la compensación (artículo 1996 del Código
Civil). En este punto, debe señalarse que la citación con la demanda debe
vincularse con lo expuesto en el artículo 438 del Código Procesal Civil, cuyo tenor
prescribe: “El emplazamiento válido con la demanda produce los siguientes
efectos: (…) 4. Interrumpe la prescripción extintiva”.
316
diez años que consigna la ley para que opere la prescripción tanto del primero
como del segundo acto jurídico. El cómputo, por ende, se hace entre la afirmación
contenida en los contratos celebrados por codemandados y el momento de la
notificación de la demanda.
10. El plazo que se discute Teniendo en cuenta estos parámetros, se observa que la
discusión gira en torno al inicio del cómputo prescriptorio del primer acto jurídico
que se pretende anular, centrándose la controversia en determinar: a. Si el plazo
debe ser computado, como quiere la demandante, desde que dice haber tomado
conocimiento del contrato, esto es, el veintidós de agosto de dos mil siete4. b. O si
este se inicia, como señala la sentencia recurrida, desde el quince de octubre de
dos mil tres, fecha de suscripción del segundo contrato cuya nulidad se deduce, en
tanto este cuenta con fecha cierta y allí se menciona la existencia del primer acto
jurídico de enero de mil novecientos noventa y siete.
11. Se advierte que la ratio decidendi del auto recurrido para declarar fundada la
prescripción de los dos primeros actos jurídicos, lo constituye la existencia de
fecha cierta del contrato de fecha quince de octubre de dos mil tres, tal análisis es
erróneo, fundamentalmente, porque la fecha cierta es un asunto que produce
eficacia jurídica, pero cuya extensión debe restringirse, salvo prueba en contrario,
a las partes que suscribieron el documento. Ellos son los que se vinculan a la fecha
que consignan y a las afirmaciones que hacen, sin que puedan perjudicar a terceros
que desconocen el contenido de lo que allí se acuerda y que no suscribieron el
contrato, conforme se deriva de lo que preceptúa el artículo 1363 del Código Civil.
13. De tal manera, que realizar el cómputo prescriptorio de esa manera sería sujetar
el inicio del plazo a las aseveraciones que otros hagan y no al momento en que, en
los términos del artículo 1993 del Código Civil, puede ejercerse la acción.
317
14. Estando a lo expuesto, el artículo 245 del Código Procesal Civil era inaplicable
en el presente caso, lo que ha originado aplicación errónea del artículo 1993 del
Código Civil. Así las cosas, no habiéndose desvirtuado que el conocimiento de la
demandante del acto impugnado ocurrió en el año dos mil siete y habiéndose
presentado la demanda en setiembre del año dos mil trece, de ninguna forma ha
prescrito la acción, por lo que la excepción debe ser declarada infundada.
V.DECISIÓN
Por estos fundamentos y aplicación del artículo 396 del Código Procesal Civil:
318
Cadema de Espinoza, sobre nulidad de acto jurídico; y los devolvieron.
Interviniendo como ponente el Señor Juez Supremo Calderón Puertas.
319
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
SUMILLA: Teniendo en cuenta los efectos que produce la sentencia que declaró
fundada la demanda de resolución de contrato, de conformidad con artículo 1372
del Código Civil, se concluye que el incumplimiento de pago de los inmuebles
antes citados se dio antes de la presentación de la demanda de rescisión de contrato
ingresada el seis de setiembre de mil novecientos ochenta y cinco, fecha anterior a
la compraventa materia de nulidad, realizada con fecha diez de julio de mil
novecientos ochenta y seis, en tal sentido, dicho contrato quedó resuelto, por ende
la venta realizada posteriormente por la codemandada Urbanización Internacional
Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada a favor de la demandada
Asociación de Vivienda Residencial Surco adolece de nulidad, al constituir un acto
contrario a las leyes que interesan al orden público, pues el vendedor dispuso de
bienes inmuebles cuando estos no formaban parte de su esfera patrimonial.
I. HECHOS
a) En los años mil novecientos ochenta y tres y mil novecientos ochenta y cuatro,
cada uno de los asociados compraron lotes de terreno a la demandada
Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada,
quien mediante documentos denominados Carta de Cancelación y Certificado de
Posesión les entregó sus lotes, los cuales, hasta la fecha de interposición de la
320
demanda, se encuentran en posesión continua, permanente y pública bajo el título
de propietarios, de buena fe, habiendo construido sus casas de material noble;
321
novecientos ochenta y siete, cuando Jacinto Huapaya Lescano había ganado el
juicio de Rescisión de Contrato a la Urbanizadora Internacional Sociedad
Comercial de Responsabilidad Limitada, continuando la Asociación demandada
con el juicio insinuando obtener el título para luego nuevamente vender a los
ocupantes, desconociendo los contratos legalmente suscritos con su codemandada;
por lo que la Asociación demandante una vez adquirida su personería jurídica
asume la defensa frente a la mala fe de los demandados y de Jacinto Huapaya
Lescano, quien no contento con haber logrado la Rescisión del Contrato
judicialmente maquinan una denuncia penal por usurpación para despojarlos de su
propiedad, pero al haber acreditado el valor legal de los contratos de compraventa
de mil novecientos ochenta y tres y mil novecientos ochenta y cuatro, el Tribunal
declaró fundada la Excepción de Naturaleza de Acción; asegurada así su posesión,
la Asociación demandante se avoca al trámite de zonificación, habilitación urbana,
instalación de agua y luz, habiendo obtenido que la Municipalidad Metropolitana
de Lima con fecha veinticinco de setiembre de mil novecientos ochenta y nueve,
mediante Resolución número 715-89-MLM-AMSMDO les asigne a su favor la
Zonificación Urbana de Residencial y declare la caducidad de la Asociación
demandada; con fecha veintidós de diciembre de mil novecientos ochenta y nueve,
mediante Resolución número 966-MLM-AM-EMDU, aprueba la habitación
urbana y logran los trabajos de agua y desagüe y la instalación de luz; sin embargo,
las codemandadas y Jacinto Huapaya Lescano se oponen a los trabajos, a pesar que
los mismos eran en beneficio de todos, y para justificar su actuar prosiguen con el
juicio de Otorgamiento de Escritura Pública; paralelamente, en el Cuarto Juzgado
Civil de Lima mediante resolución de fecha veinticuatro de enero de mil
novecientos noventa y uno, reconoce que los ocupantes integrantes de la
Asociación ahora demandante tienen la calidad de propietarios y los contratos
privados firmados en los años mil novecientos ochenta y tres y mil novecientos
ochenta y cuatro y los posteriores son válidos; por tanto, tienen legítimo derecho
de propiedad, y se rechaza las pretensiones de Jacinto Huapaya Lescano,
resolución que tiene la condición de consentida; en consecuencia, hoy tienen la
calidad de legítimos propietarios, por lo que su preocupación sustancial es contar
con los servicios esenciales de agua y luz, pero los mismos han sido cuestionados
desde mil novecientos ochenta y ocho, incluso los demandados y Jacinto Huapaya
Lescano paralizaron las obras de instalación de agua, causándoles una cuantiosa
pérdida, igual suerte corren los trabajos de instalación de luz, por lo que su
urbanización se encuentra en total abandono en cuanto a los trabajos urbanísticos,
la instalación de servicios, la paralización de construcciones, para ello han
322
inventado una supuesta compraventa mediante minuta de fecha diez de julio de mil
novecientos ochenta y seis, a todas luces nula, por cuanto en aquella fecha todos
los ocupantes ya habían comprado en los años mil novecientos ochenta y tres y mil
novecientos ochenta y cuatro, además de por medio existía un juicio de rescisión.
II.PRIMERA INSTANCIA:
Por sentencia de fecha seis de febrero de dos mil catorce, se declara fundada en
parte la demanda; en consecuencia, nula la minuta de compraventa suscrita por los
demandados el diez de julio de mil novecientos ochenta y seis, e infundada en
cuanto solicita la indemnización por daños y perjuicios, Señalando como
fundamentos:
323
novecientos ochenta y seis y que obra a fojas sesenta y ocho y sesenta y nueve, de
conformidad con los artículos 1559, 1561, 1562 y 1563 del Código Civil, se
declaró fundada la demanda; y en consecuencia, que los contratos de compraventa
celebrados por las citadas parcelas rústicas materia de dicha acción que se refiere
en el considerando anterior quedaron resueltos por incumplimiento de la
demandada; sentencia que al haber sido apelada fue elevada al Superior, quien
mediante resolución de fecha veintitrés de abril de mil novecientos ochenta y siete
y que obra a fojas ciento doce, dando cuenta del escrito que antecedía a fojas ciento
once, tuvo por transigidos a las citadas partes en los términos que indican, entre
ellos el desistimiento de la apelación, quedando dicho fallo consentido, por lo que
surte sus efectos la rescisión declarada; habiéndose expedido posteriormente la
Resolución número veinticuatro, de fecha veinticuatro de enero de mil novecientos
noventa y uno, obrante a fojas ochocientos veintisiete, en la cual se señala que ante
el incumplimiento de la demandada en dicho proceso la parte demandante solicito
se cumpla con ministrarle posesión, lo cual fue resuelto por resolución de fojas
ciento sesenta y dos y que fuera confirmada por la de vista de fojas cuatrocientos
treinta y seis que ordenaba ministrar posesión al actor en los términos de la
sentencia, lotes que por encontrarse en posesión de terceros no podía efectuarse,
dejándose a salvo su derecho para ejercitarlo de acuerdo a ley. En tal sentido, se
concluye que el acto jurídico materia de nulidad, si bien fue realizado el diez de
julio de mil novecientos ochenta y seis, cuando se encontraba el proceso judicial
de Rescisión de Contrato aun sin sentenciar, por lo que aparentemente por orden
cronológico la codemandada Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada, mantenía su condición de propietaria de los citados
inmuebles; sin embargo, al haberse expedido la sentencia de fecha treinta de
setiembre de mil novecientos ochenta y seis, por la cual se declaró fundada la
demanda de Rescisión de Contrato; y en consecuencia, que los contratos de
compraventa celebrados quedaron resueltos por incumplimiento de la demandada;
resulta de aplicación lo dispuesto en el texto vigente a esa fecha del artículo 1372
del Código Civil, que establece: “La rescisión se declara judicialmente, pero los
efectos de la sentencia se retrotraen al momento de la celebración del contrato. La
resolución se invoca judicial o extrajudicialmente. En ambos casos, los efectos de
la sentencia se retrotraen al momento en que se produce la causal que la motiva
(…)”; siendo así, debe tenerse en cuenta los efectos que produce la sentencia que
declara fundada la demanda de Rescisión de Contrato y declara resueltos los
mismos por incumplimiento de contrato, efectos que se retrotraen hasta antes de la
presentación de la demanda en ambos casos, pues en el caso de la rescisión se
324
retrotrae hasta el momento de la celebración de los contratos (diecisiete de febrero
de mil novecientos ochenta y cuatro) y en el caso de la resolución hasta el momento
en que se produce la causal que la motiva, que fue el incumplimiento de pago de
los inmuebles antes citados, que se dio antes de la presentación de la demanda de
Rescisión de Contrato y que motivo la misma, cuya fecha de presentación fue el
seis de setiembre de mil novecientos ochenta y cinco (fojas trece del Expediente
acompañado número 49523-1997), en tal sentido, se concluye que la transferencia
realizada por la codemandada Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada resulta nula, por haber perdido su condición de
propietaria de los citados inmuebles a la fecha en que celebro el contrato materia
de nulidad; por otra parte, en el mismo contrato materia de nulidad que obra a fojas
treinta y seis y treinta y siete suscrito por los codemandados en el presente proceso,
conforme lo expresan en las cláusulas segunda y tercera, en la fecha en que se
celebró el referido contrato (diez de julio de mil novecientos ochenta y seis), los
codemandados reconocen que con anterioridad a la realización del citado contrato
la codemandada Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada ya había vendido en forma individualizada cada uno de
los lotes que resultaron de la habilitación urbana, por lo que a dicha fecha de
celebración del contrato no podía efectuar nuevamente otra venta sobre los mismos
inmuebles, sin tener título alguno, es decir no podía disponer de los citados bienes;
325
II. SEGUNDA INSTANCIA
Mediante sentencia de vista de fecha veinte de abril de dos mil dieciséis, obrante
a fojas dos mil ciento dieciséis, confirma la sentencia de primera instancia, que
declara fundada en parte la demanda, expresando como argumentos:
326
momento de la celebración de los contratos (diecisiete de febrero de mil
novecientos ochenta y cuatro) y en el caso de la resolución hasta el momento en
que se produce la causal que la motiva, que fue el incumplimiento de pago de los
inmuebles antes citados, que se dio antes de la presentación de la demanda de
Rescisión de Contrato, cuya fecha de presentación fue el seis de setiembre de mil
novecientos ochenta y cinco (fojas trece del Expediente acompañado número
49523-1997), en tal sentido, se tiene que la compra realizada por la codemandada
Urbanización Internacional Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada,
resulta nula, por haber perdido su condición de propietaria de los citados inmuebles
a la fecha en que celebró el contrato materia de nulidad, tanto más, si en el mismo
contrato materia de nulidad en el presente proceso (fojas treinta y seis y treinta y
siete) los propios codemandados expresan y reconocen que con anterioridad a la
celebración del citado contrato la codemandada Urbanizadora Internacional
Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada ya había vendido en forma
individualizada cada uno de los lotes que resultaron de la habilitación urbana, por
lo que a dicha fecha la citada codemandada no podía efectuar nueva venta sobre
los mismos inmuebles, pues no ostentaba título alguno, esto es, ya no podía
disponer de los citados inmuebles, por lo que las demandadas han hecho uso
abusivo del derecho de contratar, existiendo contravención de normas que
interesan al orden público, como los artículos 168 y 923 del Código Civil, por lo
que se configura la causal prevista en el artículo V del Título Preliminar del Código
Civil.
327
no corresponde declarar la nulidad de la minuta que otorgó Urbanizadora
Internacional Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada a favor de la
Asociación de Vivienda Residencial Surco; ii) En la sentencia tampoco se meritua
el proceso concluido sobre mejor derecho de propiedad seguido por los hijos de
Jacinto Huapaya Lescano: Gabriel y Magdalena Huapaya contra la Asociación de
Vivienda Residencial Surco, donde se estableció que los actos celebrados por los
terceros adquirientes no pueden verse afectados por la resolución del contrato de
compraventa declarada judicialmente nula, cuya demanda fue inscrita
preventivamente el veintidós de setiembre de mil novecientos ochenta y ocho, es
decir mucho tiempo después de la adquisición por los terceros adquirientes de los
lotes de terreno materia de la acción de mejor derecho de propiedad entre los años
mil novecientos ochenta y tres y mil novecientos ochenta y cuatro; iii) La sentencia
de vista considera que la sentencia de Rescisión de Contrato se inscribió con
anterioridad al registro de la escritura de compraventa otorgada por Urbanizadora
Internacional Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada a favor de los
primigenios compradores representados por la Asociación de Vivienda
Residencial Surco. Refiere que la Asociación de Vivienda Residencial Surco no
fue parte en el proceso de Rescisión de Contrato seguido por Jacinto Huapaya
Lescano contra la Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada, ni menos tuvo conocimiento de dicho proceso, más
aun, como es de verse de la Ficha Registral número 317026 de la propiedad
inmueble de Lima, la escritura de transferencia de dominio otorgada por
Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada a
favor de la Asociación de Vivienda Residencial Surco se inscribió en los Registros
Públicos el cinco de junio de mil novecientos noventa y seis, en tanto que el
Testimonio de Rescisión de Contrato de Compraventa seguido por Jacinto
Huapaya Lescano contra la Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada se inscribió con posterioridad; consecuentemente, es de
aplicación los principios contenidos en los artículos 2012 y 2013 del Código Civil,
en concordancia con el artículo 1372 del Código Civil; iv) Alega que se ha
incurrido en la inaplicación del artículo 1372 del Código Civil, que establece que
la rescisión o la resolución del contrato no perjudica los derechos adquiridos de
buena fe por los primigenios compradores; v) La sentencia conculca el principio
constitucional de cosa juzgada contenido en el artículo 139 inciso 2 de la
Constitución Política del Perú: “No se puede dejar sin efecto resoluciones que han
adquirido autoridad de cosa juzgada”. Señala que los juicios como el de
Reivindicación, que declaró infundado en todas sus instancias interpuesto por
328
Jacinto Huapaya Lescano contra la Asociación de Vivienda Residencial Surco y el
proceso concluido sobre Mejor Derecho de Propiedad seguido por la Asociación
de Vivienda Residencial Surco y Leoncio Bravo Gamarra contra la Sucesión de
Jacinto Huapaya Lescano y esposos Velezmoro, que se declaró fundada en todas
sus instancias, demuestran que en el juicio de Rescisión de Contrato seguido por
Jacinto Huapaya Lescano contra la Urbanizadora Internacional Sociedad
Comercial de Responsabilidad Limitada de ningún modo afectó los derechos de
los primigenios compradores en vista de que Jacinto Huapaya Lescano transfirió
en venta a la Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de Responsabilidad
Limitada con las facultades de que esta pudiera lotizar y vender lotes a terceros, es
decir, a los primigenios compradores individuales que después se unieron para
constituir la Asociación de Vivienda Residencial Surco quien demandó el
Otorgamiento de Escritura Pública.
329
seis; en tal sentido, lejos de haberse ejecutado o no dicha sentencia respecto a la
restitución de las prestaciones, dicho contrato quedó resuelto; por ende, la venta
realizada posteriormente por la codemandada Urbanizadora Internacional
Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada, a favor de la demandada
Asociación de Vivienda Residencial Surco, adolece de nulidad, al constituir un
acto contrario a las leyes que interesan al orden público, pues la vendedora dispuso
de bienes inmuebles cuando estos no formaban parte de su esfera patrimonial; es
decir, dispuso de los bienes cuando ya no ostentaba la condición de propietaria; en
consecuencia, la decisión adoptada por las instancias de mérito al señalar que el
acto se encuadra en la causal de nulidad recogida en el artículo V del Título
Preliminar del Código Civil, resulta acorde con una interpretación correcta de la
norma.
330
mil novecientos ochenta y cuatro, que celebraron Jacinto Huapaya Lescano como
vendedor y Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de Responsabilidad
Limitada como compradora, se establecieron en sus cláusulas facultades para
efectuar lotización, comercialización y entrega de lotes a efectos de culminar la
habilitación urbana, siendo así, y apreciándose que los demandantes han señalado
haber adquirido dichos lotes con anterioridad a la suscripción del contrato, esto es
entre los años mil novecientos ochenta y tres y mil novecientos ochenta y cuatro,
conforme se acredita de los medios probatorios obrantes de fojas de treinta y nueve
a cuarenta y tres, quienes a su vez obtuvieron certificado de cancelación y entrega
de los inmuebles y que a la fecha ejercen la posesión de dichos lotes de forma
pública, continua y a título de propietarios, afirmaciones que no han sido
contradichas por los demandados; debe concluirse que los compradores
demandados Asociación de Vivienda Residencial Surco pudieron conocer de la
venta de los inmuebles a los anteriores propietarios, pues al momento de su
adquisición estos se encontraban ocupados; por tanto, los argumentos expuestos
deben desestimarse.
6. Que, respecto al fundamento expuesto en el apartado iii) por el cual refiere que
la Asociación de Vivienda Residencial Surco no fue parte en el proceso de
Rescisión de Contrato seguido por Jacinto Huapaya Lescano contra Urbanizadora
Internacional Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada, vulnerándose su
derecho de defensa, al respecto cabe señalar que al momento de interponerse la
demanda de Rescisión de Contrato (seis de setiembre de mil novecientos ochenta
y cinco) la demandada Asociación de Vivienda Residencial de Surco no ostentaba
derecho de propiedad alguno sobre el bien inmueble objeto de compraventa; por
tanto, no se encontraba legitimada para formar parte de la relación jurídica procesal
en el proceso de Rescisión de Contrato, no apreciándose vulneración alguna de sus
derechos, por lo que dicho argumento de nulidad debe desestimarse.
331
artículos 2012 y 2013 del Código Civil, en concordancia con el artículo 1372 del
Código Civil, sobre el particular, tal como se expresó en el considerando cuarto, la
presunción de la buena fe del comprador y su derecho adquirido no resulta
oponible al demandante, por cuanto a la fecha de la compraventa objeto de nulidad,
los predios y lotes ya habían sido transferidos y ocupados por quienes hoy son los
demandantes, por tanto, no basta alegar que se compró de quien era titular registral
para oponer el principio invocado (buena fe subjetiva), en tanto existen otros
aspectos que recaen en el comportamiento del comprador, como es verificar el
estado del bien al momento de la compra, si existió la transferencia del mismo
(buena fe objetiva)3 , para concluir que se actúa de buena fe, por lo que no se
vulnera norma alguna, pues se ciñe a los fundamentos de la demanda y a los medios
probatorios aportados por las partes, ello después de un análisis en conjunto de los
mismos de conformidad con el artículo 337 del Código de Procedimiento Civiles,
que señala que las partes deben probar los hechos que aleguen, excepto aquellos
que se presumen conforme a ley, siendo así, el extremo alegado debe desestimarse.
332
recurrente, de tal manera que el razonamiento expuesto por los demandados resulta
erróneo, consecuentemente, debe desestimarse este fundamento.
V.DECISIÓN:
En consecuencia, de conformidad con la norma del artículo 1134 parte final del
Código de Procedimientos Civiles y por las consideraciones expuestas, declararon:
NO HABER NULIDAD en la sentencia de vista de fojas dos mil ciento dieciséis,
de fecha veinte de abril de dos mil dieciséis, expedida por la Segunda Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Lima, que confirma la sentencia apelada de
fojas mil setecientos treinta y cuatro, de fecha seis de febrero de dos mil catorce,
que declara fundada en parte la demanda de Nulidad de Acto Jurídico; y, en
consecuencia, declara nula la minuta de compraventa suscrita por los demandados
Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de Responsabilidad Limitada y la
Asociación de Vivienda Residencial Surco, con fecha diez de julo de mil
novecientos ochenta y seis; en los seguidos por la Asociación de Propietarios de la
Urbanización Surco contra la Urbanizadora Internacional Sociedad Comercial de
Responsabilidad Limitada y otro, sobre Nulidad de Acto Jurídico; y los
devolvieron.
333
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS
a) Alega que, conjuntamente con sus hermanos han sido declarados herederos de
sus padres, conforme al testimonio de sucesión intestada de fecha veintisiete de
abril de dos mil once. Que, su padre Luis Menzala Qquesehuallpa ha llegado a ser
334
propietario, entre otros bienes inmuebles, de la casa ubicada en la calle San Martín
de la ciudad de Andahuaylillas, signado como Lote 8 de la Manzana D2, de una
extensión total de ciento cuarenta y siete puntos sesenta y nueve metros lineales
(147.69 ml). 3.3 Que, dado el grado de confianza que tenía su difunto padre con
su hija Eulogia Menzala Quispe y su conviviente Avelino Gonzáles Ventura es que
le entrega, mediante documento suscrito ante el Juez de Paz del Distrito de
Andahuaylillas, la conducción de sus inmuebles, con fecha veinticuatro de agosto
de mil novecientos noventa y nueve, conservando el derecho de propiedad y
reservándose el derecho a efectuar una división y participación posterior entre sus
hijos.
335
2. el demandando Avelino Gonzáles Ventura, contesta la demanda alegando:
b) Indica que en todo momento ha demostrado buena fe en su actuar, tal es así que
desde antes de obtener la titulación a su favor, esto es, el uno de junio de dos mil
cinco, conjuntamente con su ex conviviente ha presentado en instancia
administrativa la documentación pertinente para dicho efecto. Siendo el inmueble
sub litis de su propiedad, por lo que resultan falsas las imputaciones demandadas.
c) Refiere que la titulación del inmueble se hizo a través de un proceso largo ante
las oficinas del Organismo de Formalización de la Propiedad Informal - COFOPRI
y de la Municipalidad Provincial de Quispicanchi, sin haber existido oposición a
la titulación de parte de la demandante ni de los herederos; por el contrario, su ex
conviviente (heredera) firmó y aceptó los formatos correspondientes, y al
momento de la separación de bienes no objetó que el inmueble se quedaba con el
ahora demandado.
e) Finalmente, precisa que la vía idónea para cuestionar Títulos de Propiedad por
el Organismo de Formalización de la Propiedad Informal - COFOPRI o el PETT
corresponde al proceso Contencioso - Administrativo, por lo que la demanda no
solo debe ser declarada infundada, siendo de plano improcedente. Contestación de
la demanda de la Municipalidad Provincial de Quispicanchi, que señala:
336
sólo a participar en la dación del título registrado de propiedad urbana esto por
existir un convenio de delegación.
I. RIMERA INSTANCIA:
337
a) Que, la Cuarta Disposición Transitoria Complementaria y Final del Decreto
Supremo número 039-2000- MTC - Reglamento de Normas que Regulan la
Organización y Funciones de los Órganos de COFOPRI, responsables del
conocimiento y la solución de medios impugnatorios establece: “En aplicación de
lo dispuesto en el artículo 17 del Texto Único Ordenado de la Ley de Promoción
de Acceso a la Propiedad Formal, precisase que una vez expedido el título de
propiedad individual por Comisión de Formalización de la Propiedad Informal, e
inscrito en Registro Predial Urbano será improcedente la interposición de cualquier
acción, pretensión o procedimiento alguno destinado a cuestionar la validez del
referido título e inscripción, y por lo tanto, del derecho de propiedad contenido en
el mismo. Los jueces procederán de oficio o a pedido de parte a declarar
improcedente la demanda, bajo responsabilidad civil, administrativa y penal. En
tal sentido, el interesado que considere vulnerado su derecho con la expedición del
referido título de propiedad por parte de Organismo de Formalización de la
Propiedad Informal, solo podrá solicitar el pago de una Indemnización por Daños
y Perjuicios, la cual será asumida por el titular del derecho inscrito (…).”
338
3. Que, se ha declarado procedente el recurso de casación por las causales de
infracción normativa procesal y material. Teniendo en cuenta ello, es de advertirse
que conforme lo dispone el artículo 396 del Código Procesal Civil, cuando se
declara fundado el recurso de casación por vulneraciones a las normas que
garantizan el debido proceso o las infracciones de las formas esenciales para la
eficacia y validez de los actos procesales en todos los supuestos se debe devolver
el proceso a la instancia inferior para que emita una nuevo fallo, mientras que si se
declara fundado el recurso por las otras causales contempladas en el artículo 386
del Código Procesal Civil, la Sala Suprema actuando en sede de instancia deberá
resolver el conflicto según su naturaleza. Es por ello, que la revisión de las causales
por las que ha sido declarado procedente el recurso de casación debe comenzar por
el análisis de la alegación de vulneración a las normas que garantizan el derecho a
un debido proceso.
339
7. Que, el principio de la motivación de los fallos judiciales constituye una
exigencia que está regulada como garantía constitucional, consagrada en el artículo
139 inciso 5 de la Constitución Política del Perú, el cual asegura la publicidad de
las razones que tuvieron en cuenta los jueces para pronunciar sus sentencias, ella
resguarda a los particulares y a la colectividad de las decisiones arbitrarias de los
jueces, quienes de este modo no pueden ampararse en imprecisiones subjetivas ni
decir las causas a capricho, sino que están obligados a enunciar las pruebas en que
sostienen sus juicios y a valorarlas racionalmente; en tal sentido, la falta de
motivación no puede consistir, simplemente, en que el juzgador no exponga la
línea de razonamiento que lo determina a decidir la controversia, sino también en
no ponderar los elementos introducidos en el proceso de acuerdo con el sistema
legal, es decir, no justificar suficientemente la parte resolutiva de la sentencia a fin
de legitimarla. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional señala que “el
derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del
justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones
judiciales no se encuentren justificados en el mero capricho de los magistrados,
sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se
deriven del caso”.
340
actividad jurisdiccional del Estado, sin que se obstruya, impida o disuada
irrazonablemente; también comprende el derecho a la efectividad de las
resoluciones judiciales (…)”.
11. Que, sobre el particular, cabe mencionar que contrariamente a lo expuesto por
la Sala Superior, la Cuarta Disposición Transitoria, Complementaria y Final del
Decreto Supremo número 039-2009- MTC ha sido expulsada del ordenamiento
legal, en virtud de una Acción Popular, Expediente número 1285-2006 de fecha
once de mayo de dos mil siete, por lo que la Sala de Mérito habría vulnerado el
deber de motivación de las resoluciones judiciales así como la tutela judicial
efectiva al incurrir en motivación aparente, no obstante ello, este Tribunal
Supremo considera pertinente señalar que en el presente caso lo que se cuestiona
es el título expedido por un Organismo Público Descentralizado del Estado, cuya
intervención es de naturaleza administrativa pues es una declaración emitida por
una entidad que, en el marco de las normas de derecho público, está destinada a
producir efectos jurídicos sobre los intereses, obligaciones o derechos de los
administrados dentro de una situación concreta; por consiguiente, la forma de
cuestionar dicho acto es el del proceso contencioso administrativo en cuanto así lo
dispone el artículo 3 de la Ley número 27584.
341
13. Que, en cuanto a las infracciones materiales denunciadas referidas a la
inaplicación de los incisos 3, 4, 5 y 8 del artículo 219 del Código Civil, esta Sala
Suprema considera que las mismas deben desestimarse, en tanto la Sala superior
ha expedido un pronunciamiento inhibitorio, sin pronunciamiento sobre el fondo
de la controversia, y que la controversia corresponde ser dilucidada en la vía
contenciosa administrativa, consecuentemente el recurso deviene en infundado,
debiendo procederse con arreglo a lo establecido en los considerandos precedentes.
V. DECISIÓN:
342
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL SUPREMA
Se trata del recurso de casación interpuesto por Máximo Raúl Menacho Valverde
y Dalmira Capillo Ponte de Menacho a fojas seiscientos cincuenta y cinco, contra
la sentencia de vista de fojas seiscientos veintiuno, de fecha once de noviembre de
dos mil dieciséis, emitida por la Sala Civil Transitoria la Corte Superior de Justicia
de Lima Norte, que confirmó la sentencia apelada de fojas cuatrocientos treinta y
uno, de fecha cinco de junio de dos mil quince, que declaró fundada la demanda
de nulidad de acto jurídico.
343
a) Infracción normativa de derecho material por aplicación indebida del
artículo 219 incisos 3 y 4 del Código Civil, y por inaplicación de los artículos
8 de la Ley número 13500 y 10.02 de su Reglamento, aprobado por el Decreto
Supremo número 131 – H del diecisiete de julio de mil novecientos sesenta y
cuatro: La Asociación codemandada se encontraba legalmente investida de las
facultades para rescindir administrativamente los contratos celebrados con sus
asociados cuando ellos incurrieran en las causales prescritas en su normativa
especial acotada y en su Estatuto Social. Habiendo sido rescindida la adjudicación
del lote de terreno materia de autos mediante la Resolución número 002-83-
APVSL/CA, dicho lote de terreno revirtió legalmente al dominio de la Asociación
demandada, la cual le transmitió la posesión, previa calificación para ser admitido
como miembro asociado, por lo que su posesión es legítima, pacífica, pública y
continua, como propietario desde hace más de treinta y tres años, por lo tanto, no
es justo ni arreglado a derecho que en la sentencia se diga que es invasor y de mala
fe;
344
prueba referente a la accesión industrial de mala fe; y d) La sentencia de vista da
mérito probatorio al informe de un abogado y la Resolución número 001-2008,
soslayando la Resolución del Consejo de Administración de la Asociación número
CA-1-2009, mediante la cual se deja sin efecto la Resolución número 001- 2008 y
consiguientemente el referido informe del letrado. Esto es, que para la Sala
Superior un simple informe de un letrado desprevenido, tiene mayor valor
probatorio que una Resolución del Consejo de Administración de la codemandada
Asociación que desestimó el referido informe.
345
congruencia entre lo pedido y lo resuelto, que implica la manifestación de los
argumentos que expresaran la conformidad entre los pronunciamientos del fallo y
las pretensiones formuladas por las partes; y c) que por sí mismas exprese una
suficiente justificación de la decisión adoptada aun si esta es breve o concisa, o se
presenta el supuesto de motivación por remisión".
346
Constitución Política del Perú. En consecuencia, la asociación en mención desde
el momento en que adjudicó el lote de terreno a favor de Víctor Ayala Martínez
(fojas setenta y tres), dejó de ser propietaria, en vista que no existe ninguna
cláusula que advierta alguna reserva de propiedad por parte de la asociación
demandada para con el accionante; por lo tanto, no estaba facultada para efectuar
tal rescisión de manera unilateral, menos aun alegando que el accionante ya no era
parte de la asociación.
347
9. Asimismo, la recurrida halla sustento en las actuaciones del proceso, pues según
el proceso sobre otorgamiento de escritura pública (fojas setenta y uno a setenta y
dos), el actor obtuvo sentencia estimatoria, sin embargo, esta no puedo ejecutarse
por cuanto meses antes de su ejecución e inscripción en registro público, la
asociación codemandada ya había transferido (a su nombre) el inmueble sub litis
inmueble denominado lote número 22 de la Manzana. P-3 de la urbanización Santa
Luzmila – distrito de Comas a la sociedad conyugal conformada por Máximo Raúl
Menacho Valverde y Dalmira Capillo Ponte de Menacho, lo que demuestra que
los demandados tuvieron pleno conocimiento del reclamo que ejercía el actor
Víctor Ayala Martínez respecto del derecho propiedad, sin embargo, los
demandados lograron celebrar una compraventa posterior (antes de la ejecución de
sentencia).
10. Como puede verse, el predio que nos ocupa prima facie es de propiedad del
actor, pues este perteneció en un primer momento a la Asociación Pro-Vivienda
Santa Luzmila en calidad de asociado, quien le adjudico el predio conforme se
aprecia de la constancia de adjudicación, la cual fue efectuada mediante sorteo con
intervención de Notario Público en el año mil novecientos setenta y seis; acto
jurídico que importa la transferencia del predio vía compraventa (derivada), en la
medida que el asociado cumplió con pagar el precio convenido, según es de ver de
los depósitos de sumas de dinero por la compra del lote de terreno y, las copias de
las letras de cambio que aceptó el socio y los canceló a la asociación, instrumentos
que obran de fojas cincuenta y uno a sesenta y seis de autos; medios probatorios
que fueron merituados por el Colegiado Superior para sustentar su decisión.
11. A lo expuesto cabe acotar que, la sentencia expedida por el A quo (confirmada
por la recurrida) se señala que en el año dos mil ocho y el dieciséis de febrero de
dos mil nueve le fueron alcanzados informes de carácter legal a la asociación
demandada, informes donde se puntualizó que los asociados excluidos no pierden
la propiedad del inmueble, que queda incólume, por estar garantizado por el
Estado, conforme lo consagrado en las constituciones políticas de mil novecientos
setenta y nueve y mil novecientos noventa y tres. Los mismos que en su momento
sirvieron para que la propia asociación demandada reconozca su derecho y se
declare fundada la demanda de otorgamiento de escritura pública (fojas sesenta y
ocho a setenta). En consecuencia, el argumento de las instancias de mérito se
encuentra arreglada a ley y a derecho habiendo aplicado correctamente la normas
348
materiales en el presente caso, por cuanto señala que la asociación en mención
desde el momento en que le adjudicó el lote de terreno a favor del actor Víctor
Ayala Martínez (fojas setenta y cuatro), dejó de ser propietaria, en vista que no
existe ninguna cláusula que advierta alguna reserva de propiedad por parte de la
asociación demandada para con el accionante; por lo tanto no estaba facultada para
efectuar tal rescisión de manera unilateral, menos aun alegando que el accionante
ya no era parte de la asociación.
12. Así las cosas, y estando a que el predio sub litis es de propiedad del
demandante, es de inferir que el acto jurídico materia de nulidad deviene en nulo,
por cuanto el acto de transferencia efectuado por los codemandados persigue una
finalidad ilícita, contraria a ley y al orden público; desconociendo el derecho
constitucional de la propiedad del actor; ergo, es de concluir que lo resuelto por el
Superior Colegiado no infracciona las normas contenidas en el artículo 219 incisos
3 y 4 del Código Civil, y los artículos 8 de la Ley número 13500 y 10.02 de su
Reglamento, aprobado por el Decreto Supremo número 131 – H, que regula
normas estatutarias; razón por el cual no cabe amparar el recurso de casación
interpuesto por los recurrentes.
V. DECISIÓN:
Por las consideraciones expuestas y de conformidad con el artículo 397 del Código
Procesal Civil, declararon:
349
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. Hechos:
350
b) La venta celebrada entre los demandados se realizó a sabiendas de que existía
un proceso sobre Otorgamiento de Escritura Pública, recaído en el expediente N°
501-93, de fecha 24 de enero de 1996, en el cual la demandada Julia Pomareda
tenía la condición de curadora procesal, agrega también que el mencionado
proceso en ejecución de sentencia de vista se aprobó la minuta, por lo que se le
otorgó la propiedad del inmueble urbano de la Avenida Balta esquina con Callao,
y que al momento de la presentación de los partes dobles para la traslación de
dominio la Oficina Registral le denegó dicha inscripción, puesto que los
demandados adquirientes ya habían registrado la traslación de dominio, hechos
que evidencian el carácter ilícito de los demandados.
c) Con fecha 13 de febrero de 1996, se les cursó carta notarial a efectos de que
desocupen el bien inmueble materia de litis, así como los alcances del estado del
proceso judicial sobre Otorgamiento de Escritura Pública y que pese a ello los
demandados Juan Quispe Ccallisana y Aurora Flores Vilca de mala fe procedieron
a la suscripción de la escritura de compraventa, haciendo caso omiso a la carta
notarial cursada.
a) Los demandantes no son propietarios del inmueble materia de litis, toda vez que
no han logrado acreditar la titularidad del inmueble. Y, que, a través del proceso
N° 501-93 sobre otorgamiento de escritura pública se encuentra en trámite, más
aún si se tiene en cuenta que el documento por el cual señala ser propietario es
cuestionado judicialmente sobre falsificación de firma de su vendedor (padre de
los demandantes).
351
3. La demandada doña Julia Nelly Pomadera Olivera, procede a contestar la
demanda, fundamentando en:
352
se ve ordenado en la Resolución N° 234 de fojas 1178, del expediente número 501-
1993-CI.
353
inmueble materia de litis se encontraba en disputa, procedió a venderlo a los
esposos demandados a sabiendas que éste no formaba parte de la masa hereditaria
del causante.
h) Por lo que, el acto jurídico celebrado entre los codemandados no puede ser
objeto de protección jurídica puesto que en su celebración y realización no han
concurrido los presupuestos, requisitos y elementos para la estructuración de un
acto válido, toda vez que se encuentra incursa en las causales de nulidad de:
imposibilidad jurídica y fin ilícito que en ella se contiene, consecuentemente debe
estimarse favorablemente la demanda.
354
i) Y habiéndose establecido así la correcta aplicación del principio de buena fe
registral, en la que se amparan los demandantes-compradores, se tiene que de la
audiencia especial de folios 879, la declaración testimonial de Alberto Julio
Eleuterio Vélez Saira, quien señaló que es verdad que conoce a Juan Quispe
Calisana y sabía que la casa ubicada en la Avenida Balta número 620 es de
propiedad de Ower Mendoza Manchego y que en dicho inmueble radicaba el padre
de este donde instalaron un Comité del Partido Popular Cristiano – PPC.
Asimismo, manifestó que es cierto que conoce que Juan Quispe Callisana quien le
insistía a Ower Mendoza Manchego para que le venda la casa en referencia, como
obra también la declaración testimonial de José Luis Fala Tapia, quien al igual que
Vélez Saira sostuvo las mismas declaraciones, audiencia que no fue observada por
los demandados, declaraciones que gozan de veracidad, acreditando así que los
demandados- compradores extra registralmente sabían que el bien inmueble que
adquirieron no era de los presuntos tres herederos de don Hugo Mendoza Vargas,
quedando en evidencia el mal actuar de los demandados, no cumpliendo así con
los requisitos de la buena fe registral.
j) Y con relación al título para enajenar invocado por la demandada Julia Nelly
Pomareda Olivera si bien en la sentencia emitida en el expediente 384-94 se anuló
la resolución que declaró la Sucesión Intestada, por el que se tiene como herederos
del causante Hugo Tolomeo Mendoza Vargas a sus hijos: Jimmy Augusto, Roy
Tito y Cristian Martín Mendoza Pomareda, también lo es que con ello, no se
acredita que se haya declarado la nulidad de la Resolución sobre Autorización para
disponer bienes de menores, en virtud del cual se celebró el acto jurídico de
compraventa de fecha 23 febrero de 1996; sin embargo y atendiendo a la naturaleza
del proceso y su correspondiente trámite la Sentencia en referencia no tiene la
calidad de cosa juzgada, como así se ha establecido en la Casación N° 1464-99-
Tumbes, publicado en el Diario El Peruano, el 06 de abril de 2000, emitido por la
Corte Suprema de Justicia; y por ende, al contener una autorización para enajenar
bienes de menores que finalmente se ha determinado que no les corresponde, es
que dicha autorización deviene en ineficaz.
355
Escritura Pública N° 1444, de fecha 30 de mayo de 1996 fue anulada mediante la
Resolución N° 82 del 19 de noviembre de 1996, corresponde amparar la
pretensión, en función del mejor derecho de propiedad, toda vez que en el
Expediente N° 501- 1993-CI (cuya sentencia del Juez, Sala Superior y la ejecutoria
suprema corren a fojas 1409 al 1423), se emitió Sentencia de Primera Instancia N°
160-2010 la misma que fue confirmada por Resolución del 11 de septiembre de
2012 y que recurrida ante la Corte Suprema, se declaró improcedente el recurso de
casación, en ejecución de dicha sentencia el Contrato de Compraventa que se ha
ordenado su elevación a Escritura Pública mediante el cual se reconoció a los
demandantes Edwin Ower Mendoza Manchego y Eusebia Soledad Mendoza
Manchego su derecho de propiedad legalmente.
m) Sobre la causal de desalojo, Siendo que los demandantes han acreditado tener
el derecho de propiedad sobre el bien inmueble materia de litis, se tiene que los
mismos ostentan dicho derecho, y que los demandados devienen en precarios al
haberse declarado en esta sentencia la nulidad de los actos jurídicos en virtud de
los cuales se irrogaban la titularidad respecto del inmueble materia de litis; máxime
si a tenor de lo establecido en el artículo 590 del Código Procesal Civil, que regula
el desalojo accesorio, se puede ejecutar el lanzamiento en un proceso de
conocimiento, como en el caso de autos, en que se ha demandado la restitución en
forma acumulativa a la nulidad de acto jurídico, y como parte de la pretensión de
reivindicación, es que la aludida pretensión debe declararse fundada.
356
La Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Moquegua por Sentencia de Vista
de fecha 01 de setiembre de 2016, confirmó la decisión apelada al considerar lo
siguiente:
d) En este caso, en su demanda los actores postulan que el título merced al cual
doña Nelly Pomareda Olivera efectuó la venta del inmueble materia de litis, ha
sido declarado nulo por parte del órgano jurisdiccional, afirmación que el A Quo
corrobora en su argumentación fáctica y que en modo alguno se puede entender
como un pronunciamiento que ha merecido una decisión en este proceso.
357
f) A merced al Expediente Judicial 501-1993-CI, se ha reconocido el derecho que
tienen los demandantes sobre el bien inmueble materia de litis, proceso en el cual
no ha sido ajeno el hoy apelante y siendo que este es un título más antiguo (21-10-
1983), es claro que la pretensión en los términos señalados por el A Quo es
valedera.
a) infracción normativa procesal del artículo 122 del código Procesal Civil. la
parte recurrente sostiene que se afecta la debida motivación de las resoluciones
judiciales, toda vez que es erróneo considerarlo como poseedor precario del bien
sublitis, por cuanto legítima y legalmente es conductor del inmueble en calidad de
propietario.
b) Infracción normativa del artículo 923 del Código Civil, refiere que se afecta
su derecho al no tener en cuenta que adquirió la propiedad en base al principio de
publicidad y de la buena fe registral, ya que vendedora estaba facultada de acuerdo
a ley para transferir el bien, más aún si no existe, ni existió medida cautelar alguna
de anotación de demanda de la que pueda advertirse discrepancia en la titularidad.
358
y el revocatorio como subordinado”, en ese sentido los casacionistas indicaron que
su pedido es anulatorio, por consiguiente, esta Sala Suprema Civil, en primer
orden, se pronunciará respecto a la infracción normativa procesal en virtud a los
efectos que la misma conlleva.
5. Para analizar la denuncia de la infracción normativa del artículo 122 del Código
Procesal Civil, debe observarse el contenido y pertinencia de dicha norma: la
mención sucesiva de los puntos sobre los que versa la resolución con las
consideraciones, en orden correlativo de los fundamentos de hecho que sustentan
la decisión y los respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables
a cada punto, según el mérito de lo actuado, el mismo que guarda correspondencia
con el artículo 50 numeral 6) de dicho ordenamiento procesal que dispone que es
deber del juez: “fundamentar los autos y las sentencias, bajo sanción de nulidad,
respetando los principios de jerarquía de las normas y el de congruencia”. Este
último enunciado normativo que las partes recurrentes consideran infringido,
haciendo alusión que se dirige al deber de motivar las resoluciones judiciales
adecuadamente.
359
ciudadanos sometidos a cualquier proceso, con el fin de asegurarles una oportuna
y recta administración de justicia, en orden de procurar una seguridad jurídica y
que las decisiones se pronuncien conforme a derecho, entonces es debido a aquel
proceso que se satisface todos los requerimientos, condiciones y exigencias
necesarias para garantizar la efectividad del derecho material (…)1 . En ese mismo
sentido, la Suprema Corte ha sostenido: “(…) el derecho a un debido proceso es
un derecho fundamental de los justiciables, el cual no sólo les permite acceder al
proceso ejercitando su derecho de acción, sino también usar los mecanismos
procesales prestablecidos en la ley, con el fin de defender el derecho durante el
proceso y conseguir una resolución emitida con sujeción a ley (…).
360
en nombre y representación de sus menores hijos Jimmy Augusto, Toy Tito y
Cristian Martin Mendoza Pomareda pueda vender el bien sublitis; f) Del
expediente número 384-94, el juez de primera instancia mediante sentencia de
fecha 29 de marzo de 1996, declaró fundada la demanda y nula la sentencia recaída
en el proceso de sucesión intestada de Hugo Mendoza Vargas, tramitada en el
expediente 160-94; g)) Por Escritura Pública de fecha 31 de mayo de 1996, el Juez
Especializado en lo Civil de la Provincia de Mariscal Nieto en rebeldía de Julia
Nelly Quispe Ccallisana -curadora procesal de Hugo Edwin Mendoza Manchego-
dispone se eleve a escritura pública la venta del bien sublitis a favor de Edwin
Ower Mendoza Manchego y Eusebia Soledad Mendoza Manchego con
intervención de Dianira Manchego Castro.
361
obran dos contratos con firmas legalizadas en las que aparece como propietaria
esta última persona y no Julia Nelly Pomadera Olivera. Siendo esto así, y no
evidenciándose la concurrencia de los supuestos para declarar la nulidad de la
resolución expedida por el órgano superior, por lo que el recurso de casación en
este extremo deviene en infundado.
12. Debe tenerse en cuenta que: “Habrá interpretación errónea cuando la Sala
Jurisdiccional en su resolución le da a la norma un sentido que no tiene: aplica la
norma pertinente al caso, pero le otorga un sentido diferente. La interpretación
errónea de la norma es una forma de violarla”.
13. Conforme a lo regulado por el artículo 219 del Código Civil, la doctrina señala
que el Acto Jurídico Nulo, es aquel que carece de algún elemento, presupuesto o
requisito. También puede ser el caso que teniendo todos los aspectos de su
estructura bien constituidos tenga además un fin ilícito por contravenir las buenas
costumbres, el orden público o una o varias normas imperativas.
14. El Código Civil en el inciso 3) del precepto legal acotado, también prevé que
el acto jurídico en nulo cuando: su objeto es física o jurídicamente imposible o
cuando sea indeterminable. La imposibilidad física del objeto supone la
imposibilidad de la existencia de la relación jurídica, su no factibilidad de
realización, mientras que la imposibilidad jurídica supone a su vez, que la relación
jurídica no pueda estar dentro del marco legal y jurídico, como cuando las partes
recíprocamente adquieren derechos y contraen obligaciones respecto de bienes que
no están en comercio o cuyo tráfico está prohibido.
362
15. Atendiendo a lo previsto en los numerales 4) y 8) de acotado precepto legal,
se establece que el acto jurídico se sanciona con nulidad, únicamente, cuando su
fin sea ilícito de forma tal que al Código sólo le interesaría el aspecto subjetivo de
la causa. En ese entendido, cabe anotar que la causal de nulidad por fin ilícito,
viene a ser aquel negocio jurídico cuya causa, en su aspecto subjetivo y objetivo,
es ilícito por contravenir las normas que interesan al orden público o a las buenas
costumbres y “habrá fin ilícito, cuando respetándose aparentemente la forma del
acto jurídico, se evidencia la intención de conseguir un efecto prohibido por la ley.
16. Atendiendo a las denuncias materiales, corresponde señalar que las mismas no
pueden ampararse en razón a que la decisión adoptada se encuentra conforme a
ley. Es decir, la Sala Superior, confirmó la decisión impugnada estableciendo que
en el caso de autos han quedado acreditada la concurrencia de los supuestos
previstos por el artículo 219 numerales 3) y 4) del Código Civil, para establecer
que la venta realizada por los codemandados deviene en nula, por las causales de
imposibilidad jurídica y fin ilícito.
17. Pues se determinó que de la audiencia especial de folios 879, así como las
declaraciones testimoniales de Alberto Julio Eleuterio Vélez Saira y José Luis Fala
Tapia -quienes señalaron que conocen a Juan Quispe Calisana y sabían que la casa
ubicada en la Avenida Balta N° 620 es de propiedad de Ower Mendoza Manchego
y que en dicho inmueble radicaba el padre de este donde instalaron un Comité del
Partido Popular Cristiano (PPC) está acreditando que los demandados-
compradores extra registralmente sabían que el bien inmueble que adquirieron no
era de los presuntos tres herederos de don Hugo Mendoza Vargas, quedando en
evidencia el mal actuar de los demandados, no cumpliendo así con los requisitos
de la buena fe registral. Asimismo, se concluyó con relación al título para enajenar
invocado por la demandada Julia Nelly Pomareda Olivera si bien mediante
sentencia de estableció la declaración de sucesores del causante, también lo es que
atendiendo a la naturaleza del proceso y su correspondiente trámite, dicha
Sentencia que no tiene la calidad de cosa juzgada, la misma que ha sido declarada
nula y consecuentemente al contener una autorización para enajenar bienes de
menores, que finalmente se ha determinado que no les corresponden, es que dicha
autorización deviene en ineficaz, deviniendo restituirse el bien, procediendo con
el desalojo correspondiente, por lo que las afirmaciones vertidas en la denuncia
material invocada por la parte recurrente no contiene suficiente razones para
363
revertir el fallo adoptado por lo que debe declararse infundado el recurso de
casación.
V. DECISIÓN:
364
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
SUMILLA: La nulidad del acto jurídico contenida en el artículo 219 inciso 2 del
Código Civil, puede ser amparada si la incapacidad alegada por los recurrentes es
evidente o manifiesta, la misma que debe ser aparejada con medios de prueba que
respalden la causal de nulidad pretendida.
I.- HECHOS:
1. La demanda interpuesta por Lita Mirian López De la Cruz y Delia Maritza López
De la Cruz, quienes requieren se declare la nulidad del acto jurídico de compra
venta contenido en el contrato privado de compra venta de fecha tres de mayo de
dos mil ocho, respecto del inmueble ubicado en el Jirón Inclán n.° 135 del Distrito
de San Miguel Provincia y Departamento de Lima, sobre la base de los siguientes
argumentos:
a) Señala que su madre Celestina Delia De la Cruz, sufre una serie de alteraciones
mentales, que la descalifican para manifestar su voluntad válidamente, máxime
que tiene setenta y cuatro años. - Hace referencia que la venta de la casa sub litis
se realizó aprovechando su ausencia, y habiendo sido conducidos su padre y madre
subrepticiamente ante la Notaría por su hermano Juan I. López de La Cruz.
365
precio inferior al valor real y por llevarlos en horarios irregulares a la firma del
contrato. Además, que no solo se ha inducido a error a sus padres, sino que también
se actuó de manera indebida al inducir a una persona mayor a la suscripción de un
contrato, del cual no tenía una idea cierta, habiéndose suscrito de noche, con la
intención que su madre permanezca desorientada, probándose así la mala fe del
comprador.
366
De la Cruz Loyola de López manifestó su voluntad al suscribir el contrato de
compra venta.
367
a) Señala que en relación al diagnóstico de alzhéimer de doña Celestina Delia De
la Cruz Loyola, no resulta ser definitivo, en cuanto se refiere a una enfermedad de
Alzheimer probable y si bien, el Juez de la causa sostuvo que no toma en cuenta
los certificados médicos de fecha once de enero de dos mil trece, emitido por el
médico siquiatra Juan Francisco Rivera Feijó, quien realizó el examen mental a la
referida demandada, concluyó en el sentido que aquella no tiene enfermedad
mental, que es consciente de sus actos y es dueña de su voluntad, médico que
ratificó su diagnóstico, asimismo, señala que según el certificado de salud de fecha
dieciséis de enero de dos mil trece, emitido por el Ministerio de Salud, Hospital
Víctor Larco Herrera, expedido por la doctora Judy Soraya López Arias, certificó
que ha examinado a Celestina De la Cruz Loyola, y que se encuentra lúcida,
orientada, con afecto apropiado, y se encuentra en buen uso de sus facultades
mentales, con apropiado juicio de la realidad y capacidad de decisión, siendo estos
medios probatorios los que evidencian que la enfermedad de Alzheimer que
padece la demandada no se demuestran de forma clara y que han determinado que
doña Celestina De la Cruz Loyola es una persona lúcida y en buen uso de sus
facultades mentales.
368
tiempo, si existen secuelas estas debieron ser acreditadas en el proceso, lo cual no
ha sucedido, máxime que las demandantes no actuaron con diligencia accionado
la pronta interdicción de su madre y tomando las medidas necesarias para proteger
el patrimonio de sus progenitores.
g) Concluye la sentencia de vista, en el sentido que los agravios planteados por los
apelantes deben ser desestimados por infundados, por cuanto el Juez de primera
instancia ha examinado de manera adecuada el caudal probatorio aportado por las
partes, efectuando un análisis integral de las pruebas para determinar los hechos
esenciales en el proceso, habiendo cumplido con calificarlos jurídicamente y
presentado argumentos que sirven de base a su fallo, determinando que a la fecha
de la celebración del contrato de compra venta de fecha tres de mayo de dos mil
ocho, no existían signos evidentes o notorios que manifiesten que doña Celestina
De la Cruz Loyola e Ygnacio López Borjas, sufría de enfermedad de alzhéimer, lo
cual no pudo ser advertido de manera objetiva por Oscar Enrique Cachay
Muguerza, consideraciones por las cuales pasa a confirmar los extremos de la
sentencia.
369
a) Infracción normativa del artículo 219 inciso 2 del Código Civil y
excepcionalmente, de conformidad con el artículo 392-A del Código Procesal
Civil, por la causal de infracción normativa de derecho procesal del artículo
139, incisos 3 y 5 de la Constitución Política del Perú. Alega que, la incapacidad
de la vendedora Celestina De la Cruz Loyola, quien, al momento de la celebración
del contrato, objeto de nulidad, se encontraba absolutamente incapacitada para
poder efectuar dicho acto jurídico; además, no se identificó al comprador, el precio
no es real, la forma de pago no es la adecuada, habiéndose realizado la venta un
día sábado en horas de la noche, configurándose así la mala fe de la parte
demandada. Afirma que, en el décimo tercer considerando de la sentencia de vista,
se ha tenido por cierta la incapacidad de la demandada De la Cruz Loyola,
habiéndose indicado que los demandantes no han actuado con diligencia,
accionando la interdicción de su madre y tomando las medidas necesarias para
proteger el patrimonio de la misma y no permitir la sucesiva disposición de sus
bienes, después de más de treinta años desde la operación efectuada por la
demandada. Señala que, no se ha tomado en consideración todos los medios
probatorios que demostrarían que la demanda De la Cruz Loyola, se encontraba
absolutamente incapacitada, debido a que padecía la enfermedad de Alzheimer, lo
cual se encuentra debidamente acreditado con la ratificación del médico tratante.
370
alegaciones esgrimidas por aquellas dentro de la controversia. Este derecho no solo
tiene relevancia en el ámbito del interés particular correspondiente a las partes
involucradas en la litis, sino que también juega un papel esencial en la idoneidad
del sistema de justicia en su conjunto, pues no debe olvidarse que una razonable
motivación de las resoluciones constituye una de las garantías del proceso judicial,
directamente vinculada con la vigilancia pública de la función jurisdiccional, por
la cual se hace posible conocer y controlar las razones por las cuales el Juez ha
decidido una controversia en un sentido determinado; implicando, en ese sentido,
un elemento limitativo de los supuestos de arbitrariedad.
371
probatorio, dando lugar a una sentencia irregular o arbitraria. 3. En efecto, las
pruebas que sustentan la pretensión y la oposición de las partes tienen su
correlativo en el deber del juez de merituar de manera conjunta el caudal probatorio
aportado, de acuerdo a lo preceptuado por el artículo 197º del Código Adjetivo.
Esta actividad, valoradora en los aspectos de prueba valoración motivación, no
debe ser entendida en la forma de meros agregados mecánicos, sino como la
expresión del juicio racional empleado por el juzgador para establecer la conexión
entre los medios de prueba presentados por las partes y la verdad o falsedad de los
enunciados sobre los hechos en litigio.
372
la incapacidad de goce que solamente puede ser relativa, la incapacidad de
ejercicio puede ser absoluta o relativa. 23.1 INCAPACIDAD ABSOLUTA DE
EJERCICIO. Artículo 43.- son absolutamente incapaces: 1. Los menores de
dieciséis años, salvo para aquellos actos determinados por ley. 2. Los que por
cualquier causa se encuentren privados de discernimiento. 3. Los sordomudos, los
ciegosordos y los ciegomudos que no puedan expresar su voluntad de manera
indubitable. Los incapaces absolutos no pueden realizar por sí ningún acto y si lo
realizan adolece de nulidad absoluta (art. 219.2). Es la incapacidad de aquellas
personas que no tienen voluntad jurídica por carecer de discernimiento /ejemplo,
un niño de corta edad; un demente) o que teniéndolo no están en condiciones
físicas de manifestar su voluntad de modo indubitable (ejemplo, el sordomudo),
razón por la que la ley sale en protección de los incapaces contra las consecuencias
de los actos en los cuales ha intervenido, declarándolos nulos. A la incapacidad
absoluta se le suele denominar “incapacidad natural de obrar” por derivarse de una
situación de hecho, de la naturaleza, en que se encuentra la persona, cualquiera sea
su edad, debido a que todavía no ha alcanzado un suficiente desarrollo mental
(ejemplo, un niño de pocos años de edad) o por enfermedad mental (ejemplo, el
enajenado mental) o perturbación psíquica que priva al sujeto en forma permanente
de su capacidad de entender, que no le permite discernir entre el bien y el mal, o
que teniendo la persona discernimiento, debido a ciertos defectos físicos (ejemplo,
sordera, ceguera, mudez) no puede expresar su voluntad de manera que no quede
lugar a duda sobre lo que quiere. Esta incapacidad es total por que se extiende a
todos los actos, y debe ser permanente, no puede ser temporal (ejemplo, la ebriedad
no habitual, la hipnosis), esto es, la causa que la origina debe perdurar, aunque, es
claro, que, si en algún momento cesa esa causa, el sujeto recupera su capacidad
normal. (…). Añade que: “Las personas privadas permanentemente de
discernimiento, cualquiera sea la causa que lo origina (enfermedad mental,
senilidad, un traumatismo encéfalo craneano, etc) son incapaces absolutos. Sin
discernimiento no hay voluntad jurídica, por esta razón y en protección de estos
sujetos contra las consecuencias de los actos que realicen, el ordenamiento jurídico
sanciona a tales actos con la nulidad absoluta.” (…). Las personas mayores de edad
privadas de discernimiento están sujetas a curatela (art. 546), previa declaración
de interdicción (art. 566). La interdicción civil es el estado en que se encuentra una
persona a quien judicialmente se le ha declarado incapaz para realizar sus actos
jurídicos.” (…) Para que el acto jurídico realizado por una persona privada de
discernimiento, cuya interdicción no ha sido judicialmente declarada, sea nulo
373
debe probarse que, en el momento de otorgarse, el otorgante adolecía notoriamente
de falta de discernimiento.”
8. Dicho ello, se aprecia que los Jueces de mérito analizaron los siguientes medios
probatorios, como son: a) la Carta Notarial de fecha dieciséis de junio de dos mil
ocho, que obra a fojas cuarenta y ocho – cuarenta y nueve, remitida por Coldwell
Banker Mobiliza Inmobiliaria Perú a SUNCO CONSTRUCCIONES
GENERALES S.A.C, que pone en evidencia que antes que se concretice el
contrato de compra venta del inmueble sub litis, la demandada Celestina De la
Cruz Loyola expresó su voluntad para proceder a la venta del inmueble en
cuestión, b) la celebración del acto jurídico de compra venta, de fecha tres de enero
de dos mil once, donde la demandada conjuntamente con su esposo Ygnacio López
Borjas venden otro inmueble de su propiedad a la Constructora e Inmobiliaria
Arquitectura S.A.C. y c) el Informe de fojas seiscientos setenta y uno, donde la
Notaria María Mujica Berreda, quien conoció de la compra venta antedicha,
sostiene que los vendedores concurrieron hasta en cuatro oportunidades ante ella,
acompañados de sus hijos Juan Ignacio y Delia Maritza, constando personalmente
que los vendedores se encontraban en toda su capacidad mental, versión ratificada
en su declaración testimonial de fojas mil cuarenta y cinco a mil cuarenta y siete,
concluyen que al momento de la suscripción del contrato firmado por doña
Celestina De la Cruz Loyola y su esposo, que data del tres de mayo de dos mil
ocho, han concluido que al momento de la ejecución del contrato de compra venta
no existía evidencia objetiva, indubitable y indiscutible que la demandada se
encontraba privada de discernimiento, es decir que la firma del contrato surgió
como el resultado de su libre determinación para suscribirlo (máxime que se
encontraba acompañada de su esposo) y por ende existió volición o predisposición
de su parte para firmarlo. Abonando a lo dicho, la casacionista ha sido reiterativa
en el argumento que no se habría considerado que al momento de la celebración
del contrato de compra venta cuestionado, doña Celestina De la Cruz Loyola, se
encontraría absolutamente incapacitada para la suscripción del mismo, por cuanto
habría sido sometida a una operación, la misma que le habría generado
consecuencias; en relación a ello, es necesario indicar, que ciertamente doña
Celestina De la Cruz Loyola, fue atendida en el año mil novecientos setenta y
cuatro en el Hospital Militar, y sometida a una operación en la cabeza, sin embargo,
se aprecia a fojas seiscientos diecinueve, que un año después de dicha operación,
el diagnóstico fue “… no presenta ninguna molestia y solo ingresa a piso para
control angiografico” (sic), lo cual aunado a las pruebas antedichas, ponen en
374
evidencia que dichas pruebas fueron analizadas y sometidas a valoración por los
jueces de mérito, quienes han concluido que no era evidente ni notorio la alegada
disminución en la capacidad de discernimiento de la demandada, siendo
irrelevante para el caso en concreto, que el contrato se haya realizado en horas de
la noche o por un precio menor al que supuestamente tenía el inmueble materia de
litis, toda vez que lo destacable es que estamos frente a un acto jurídico celebrado
por persona absolutamente capaz, la misma que -además- se encontraba
acompañada de su cónyuge Ygnacio López Borjas (demandado) en el momento
mismo de la suscripción del contrato, siendo así, no se ha logrado probar en el
presente proceso elementos irrefutables o mínimamente indiciarios que hagan
previsible una alteración continuada o evidente en la capacidad de decisión de la
demandante que haya sido medianamente notoria y que haya imposibilitado o
limitado su capacidad para la suscripción del acto jurídico hoy cuestionado, en
consecuencia no es posible declarar la nulidad del acto jurídico pretendido y en
consecuencia se determina que no existe la infracción del artículo 219 inciso 2 del
Código Civil, alegada por la recurrente.
9. Por otro lado, en relación a la presunta infracción de los artículos 139 incisos 3
y 5 de la Constitución Política del Perú, referida a la vulneración al debido proceso
y a la debida motivación de las resoluciones judiciales, es necesario remitirnos al
análisis de las sentencias de mérito, advirtiéndose en primer orden, que no se
evidencia vulneración al debido proceso, por cuanto dentro de la secuela del
proceso se ha respetado el derecho al Juez natural, derecho a ser oído, derecho al
plazo razonable, derecho a la asistencia de letrado, derecho a la prueba, derecho a
impugnar, derecho a la instancia plural, derecho a la publicidad del proceso y el
derecho a una decisión resolución motivada (este último elemento se analizará in
extenso en el subsiguiente considerando), no apreciándose dentro de la secuela del
proceso que dichas arista se hayan violentado o inobservado; en consecuencia al
haberse respetado los principios antedichos se puede concluir que no existe
vulneración al contenido constitucional contenido en el artículo 139 inciso 3 de la
Constitución Política del Perú.
375
materia de apelación, sustentando fundamentalmente que i) si bien doña Celestina
De la Cruz Loyola fue operada de la cabeza en el año de mil novecientos setenta y
cinco, este hecho per se, no puede determinar su incapacidad para contratar, por
cuanto dicha incapacidad está sometida a probanza por la parte que postula la
nulidad del acto jurídico, lo cual en el presente caso no ha sucedido, más aún, que
los hijos pudieron solicitar la interdicción de su progenitora para evitar una
supuesta disposición indiscriminada de sus bienes, lo cual tampoco sucedió; ii) que
al momento de la celebración del acto jurídico de compra venta cuya nulidad se
demanda, se advierte que doña Celestina De la Cruz Loyola no presentaba signos
o manifestaciones evidentes de una supuesta enfermedad de alzhéimer, que
mínimamente hicieran presumir al demandado que se encontraba en estado de
incapacidad mental; iii) que a la firma del contrato de compra venta, es decir al
tres de mayo de dos mil ocho, no se registró ninguna restricción en la inscripción
ante el RENIEC de doña Celestina De la Cruz Loyola, habida cuenta que la
sentencia de interdicción se emitió con posterioridad a la firma del contrato, esto
es mediante sentencia de fecha catorce de julio de dos mil diez dictada por el
Juzgado de Familia Tutelar de Lima; iv) además, sostiene la sentencia de vista que
no es viable la aplicación del artículo 582° del Código Civil, en relación a que los
actos jurídicos pueden ser anulados si la causa de ésta existía notoriamente en la
época que se realizaron, por cuanto no se constituye el elemento de la notoriedad
o evidencia manifiesta. Siendo así, se concluye que el Colegiado Superior procedió
a analizar con suficiente argumento lógico jurídico los agravios planteados por la
demandante al momento de emitir la sentencia, por lo cual, no se aprecia que exista
vulneración a la debida motivación de las resoluciones judiciales, llámese en su
vertiente de ausencia de motivación, motivación insuficiente y/o incongruente,
razones por las cuales esta Sala Suprema inclina su decisión en el sentido que la
casación interpuesta por doña Lita Mirian López De la Cruz, debe ser declarada
infundada.
V. DECISIÓN:
Por estos fundamentos y en aplicación del artículo 397 del Código Procesal Civil
se declara:
376
por la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima. B)
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El
Peruano”, bajo responsabilidad; y los devolvieron;
377
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. HECHOS:
378
b) Por Acuerdo de Concejo Municipal N° 194-2006-MDM de fecha veintisiete de
diciembre de dos mil seis, se aprobó la designación de lotes a favor de los
trabajadores de la Municipalidad, en aplicación del referido programa de vivienda,
estableciéndose el precio por metro cuadrado en S/. 10.00 (diez soles).
379
Acuerdo Municipal de fecha treinta y uno de agosto de dos mil seis, el Acuerdo
Municipal de Sesión de Concejo de fecha veintinueve de noviembre de dos mil
seis, Acuerdo Municipal N° 189-2006-MDM/AL, el Acuerdo Municipal de
diecinueve de diciembre de dos mil seis y el Acuerdo Municipal N° 194-2006-
MDM, los cuales fueron emitidos por la entidad edil sin su intervención, los cuales
dieron origen al instrumento público materia de nulidad.
b) Que firmó la escritura pública de buena fe, habiendo pagado una suma de
dinero como cuota inicial del precio del lote que se le adjudicó, sin imaginar que
luego de ello la Municipalidad anularía de oficio sus propios actos mediante
Acuerdo de Concejo Municipal N° 021-2007-MDM, acuerdo que no se le notificó.
Mediante resolución de fecha treinta y uno de marzo de dos mil quince (fojas
ciento setenta y nueve) declaró fundada la demanda sobre nulidad de acto jurídico
y restitución accesoria; en consecuencia, declaró nulo e ineficaz el acto jurídico
contenido en la Escritura Pública N° 790, bajo los siguientes fundamentos:
380
a) El acto jurídico contenido en la Minuta y Escritura Pública N° 790, incurre en
la causal de nulidad prevista en el inciso octavo del artículo 219 del Código Civil
concordado con el artículo V del Título Preliminar del mismo cuerpo normativo,
por cuanto contraviene normas de orden imperativas, tales como: 1) El artículo 37
del D.S N° 027-2003-VIVIENDA, que confiere facultades para los cambios de
zonificación sólo a las municipalidades provinciales; 2) El artículo 3 de la Ley N°
26878, Ley General de Habilitaciones Urbanas, que confiere competencia para la
aprobación de las Habilitaciones Urbanas a una Comisión Técnica y no así a las
municipalidades distritales y 3) el artículo 63 de la Ley Orgánica de
Municipalidades que prohíbe al alcalde, regidores, servidores, empleados y
funcionarios municipales adquirir bienes de propiedad municipal ya sea de manera
directa o por interpósita persona.
c) Sobre el fin ilícito, esta casual tampoco se configura ya que el acto jurídico no
persigue una finalidad antijurídica sino la transferencia de la propiedad de un bien
determinado.
381
III. SEGUNDA INSTANCIA:
a) infracción normativa de los artículos 140 y 219 inciso 8) del Código Civil,
de los artículos 4 y 63 de la Ley Orgánica de Municipalidades – Ley N° 27972.
382
2. Que, tal como se advierte en el párrafo que antecede, se ha declarado procedente
el recurso de casación por supuestas infracciones de orden procesal y de orden
material. En esa perspectiva, corresponde analizar, en primer lugar, las denuncias
procesales, las cuales se ciñen a un tema de orden motivacional.
5. En esa perspectiva, la justificación externa exige: (i) que toda motivación debe
ser congruente, de lo que sigue que no cabe que sea contradictoria; (ii) que toda
motivación debe ser completa, por lo que deben motivarse todas las opciones; y
(iii) que toda motivación debe ser suficiente, por lo que es necesario ofrecer las
razones jurídicas que avalen la decisión. Además, se ha sostenido en las mismas
casaciones aludidas, que la motivación puede presentar diversas patologías que en
estricto son la motivación omitida, la motivación insuficiente y la motivación
contradictoria.
383
6. Habrá motivación omitida: (a) de manera formal cuando no haya rastro de la
motivación misma. (b) de manera sustancial cuando exista: (i) motivación parcial
que vulnera el requisito de completitud; (ii) motivación implícita cuando no se
enuncian las razones de la decisión y ésta se hace inferir de otra decisión del juez;
y (iii) motivación per relationem cuando no se elabora una justificación autónoma
sino se remite a razones contenidas en otra sentencia. Habrá motivación
insuficiente, entre otros supuestos, cuando no se expresa la justificación a las
premisas que no son aceptadas por las partes, no se indican los criterios de
inferencia, no se explican los criterios de valoración o no se explica por qué se
prefiere una alternativa y no la otra. Y habrá motivación contradictoria cuando
existe incongruencia entre la motivación y el fallo o cuando la motivación misma
es contradictoria.
8. Dicha sentencia señala que se han vulnerado normas de carácter imperativo tales
como: el artículo 37 del Decreto Supremo N° 027-2003-VIVIENDA; el artículo
3 de la Ley N° 26878, Ley General de Habilitaciones Urbanas, y el artículo 63 de
la Ley Orgánica de Municipalidades.
9. Sin embargo, la Sala Superior ha sostenido que lo que no existiría es interés para
obrar (artículo 427.2 del Código Procesal Civil), al considerar que la Sala de
Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema en la Casación N° 4243-
2011 declaró infundado el recurso de casación que interpusiera la demandante
contra la sentencia de vista emitida en el Expediente N° 222-2008, proceso
contencioso administrativo, en el cual se revocó la sentencia apelada y se declaró
fundada la demanda, retrotrayendo el proceso administrativo al estado de
notificarse a todos los afectados con la resolución que inicia el procedimiento
administrativo de nulidad de acuerdos que dieron origen al Acuerdo Municipal N°
021-2007- MD. Señala que dicha Ejecutoria Suprema imponía en su ejecución la
necesidad que la demandante agote de manera previa el procedimiento
384
administrativo de nulidad de los acuerdos, esto como condición previa para acudir
al Poder Judicial a solicitar la nulidad pretendida. Que ello sería así porque la
pretensión demandada aún no es exigible dado que se necesita previo
esclarecimiento en procedimiento administrativo, por el “carácter moral” derivado
de este; sin embargo, no se explica la implicancia de este “carácter moral”, ni se
da razones (salvo la existencia de la casación emitida por la Sala de Derecho
Constitucional y Social) de por qué el contencioso administrativo debe detener el
proceso civil, más aún si las causales de nulidad que se debaten son distintas y
atañen, las primeras, a la presunta invalidez de actos administrativos y, las
segundas, a la nulidad de actos jurídicos.
10. Por otro lado, nada se ha fundamentado para rebatir las razones por las cuales
el Juez de primera instancia ha considerado que la demanda debe ser declarada
fundada, tales como que existe contravención directa de normas de orden público.
385
totalmente incongruente, por cuanto quien presentó el recurso de apelación es la
demandada Berzabeth Magaly Coa Gamarra y no la demandante.
386
cautelar los bienes del Estado, impidiendo que estos puedan ser utilizados para
fines particulares y en su desmedro.
15. En tal sentido, tratándose de nulidad absoluta manifiesta, que vulnera normas
de orden público, esta Sala Suprema estima que toda dilación importaría postergar
la solución de la controversia aquí planteada y, vinculando con el pronunciamiento
del Juez de primera instancia, emite decisión de fondo.
V. DECISIÓN
Por estos fundamentos y en aplicación del artículo 396 del Código Procesal Civil
declararon:
387
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. HECHOS
388
treinta y tres años. Durante esos años por necesidad decidió arrendar el primer piso
del bien inmueble, por lo que en el año dos mil uno aprovechando el vencimiento
del contrato de arrendamiento y la entrega del bien inmueble procedió a realizar
algunas reparaciones a fin de mejorar la infraestructura del primer piso.
c) El seis de abril de dos mil uno, en horas de la mañana fue informada por el
obrero contratado que se habían apersonado tres personas al bien inmueble,
solicitando la desocupación, diciendo que ellos eran los propietarios; ante tal hecho
se apersonó a su domicilio y se entrevistó con las referidas personas, quienes le
manifestaron que el dos de abril de dos mil uno, adquirieron el inmueble de sus
anteriores propietarios, la sociedad conyugal conformada por Julia Olinda Días
Pereyra y don Isaac Adolfo Valencia Arizpe, mostrando una fotocopia del
formulario de transferencia del bien, correspondiente al Registro Predial Urbano,
negándose a entregar el bien. Al investigar sobre la procedencia de los documentos
presentados por los demandados, solicitó copia literal de los asientos existentes en
la Partida Registral N° P01156094, apareciendo inscrita en el asiento N° 10 una
supuesta venta del bien suscrita por la recurrente conjuntamente con su cónyuge a
favor de la sociedad conyugal formada por Isaac Adolfo Valencia Arizpe y Julia
Olinda Días Pereyra. Al solicitar copia certificada del título archivado verificó que
su presunta firma que aparecía avalando la compraventa había sido falsificada y
suplantada su persona, en el acto jurídico de fecha diecisiete de enero de dos mil
uno, firma que había certificado el abogado fedatario adscrito al Registro Predial
Urbano, letrado Hugo Melquiades Damas Orihuela. Señala que procedió a
formular denuncia penal contra los señores Simeón Antonio Medina Jiménez,
Isaac Adolfo Valencia Arizpe, Julia Olinda Días Pereyra, Teodoro Juan Ortega
Salazar, Norma Guerrero Sanez, Alejandrina Teodosia Alvino Gamarra, Mansueto
Antonio Ortega Salazar, por el delito contra la fe pública en su modalidad de
falsedad genérica.
d) Asimismo, el diez de mayo de dos mil dos, formuló la nulidad del acto jurídico
de transferencia del bien inmueble realizado el diecisiete de enero de dos mil uno
ante el Cuarto Juzgado Civil de Lima Norte. Sabiendo los demandados Isaac
Adolfo “Valencia Arizpe y Julia Olinda Días Pereyra el acto ilícito cometido al
falsificar su firma, en complicidad con su cónyuge, procedieron tres meses después
de haber adquirido el inmueble el dos de abril del año dos mil uno, simulando una
transferencia del referido bien a favor de los demandados Teodoro Juan Ortega
Solazar, Norma Guerrero Sanez, Alejandrina Teodosia Alvino Gamarra y
389
Mansueto Antonio Ortega Solazar. Indica que esta transferencia a terceros es la
típica forma de actuar de estas personas inescrupulosas, simulando una segunda
transferencia con la finalidad de ampararse en el principio de la fe registral y así
consolidar su actuar ilícito y convalidar la supuesta adquisición del diecisiete de
enero del año dos mil uno. Es evidente que todos los actos previos a la transferencia
objeto del presente proceso se realizaron con la finalidad de apoderarse
ilícitamente sin su autorización del bien inmueble de su propiedad, incurriendo en
simulación absoluta del acto jurídico al haberse realizado la transferencia de un
predio mucho menor a su valor real desconociendo las características del bien
inmueble, por lo que el supuesto pago nunca se realizó.
390
datos públicos proceden a la realización de la compraventa el dos de abril de dos
mil uno, estando en posesión del predio a partir de esta fecha.
c) La demandante con fecha seis de abril de dos mil uno hace su aparición
abruptamente en el predio, con personas contratadas, quienes procedieron a
desalojarlos violentamente; hecho que denunciaron por lo que fue condenada por
usurpación. El predio nunca estuvo ocupado por la demandante, hecho que fue
desvirtuado por su propio cónyuge Simeón Antonio Medina Jiménez durante el
interrogatorio de su declaración a nivel policial y judicial, ante el 5to. Juzgado
Penal de Lima Norte, en la que declaró que vendió el inmueble. La adquisición del
predio es legal y de buena fe.
391
vendedores Isaac Adolfo Valencia Arizpe y Julia Olinda Días Pereyra; es decir,
solo a ellos se les imputa haber actuado dolosamente, más no existe hecho idéntico,
puntual y concreto que se les haya atribuido a los codemandados compradores del
inmueble sub examine, concluyéndose así el hecho de los codemandados se torna
en un motivo particular, más no es el fin (común) del contrato, no incide en él.
392
en tela de juicio por la actora. En ese sentido, de autos no consta ni aparece prueba
alguna destinada a demostrar la existencia de simulación en el contrato objeto de
este proceso.
393
de casación, se advierte del auto calificatorio de fecha veintisiete de junio de dos
mil diecisiete, este Supremo Tribunal ha declarado procedente el recurso de
casación por infracciones normativas de carácter procesal y material, por lo que,
corresponde en primer lugar el análisis de las primeras. En el presente caso, el
examen de la denuncia de infracción al derecho a la tutela judicial efectiva; para
luego examinar las infracciones de los artículos 1409 y 2014 del Código Civil, 219
incisos 4 y 5 del Código Civil. En efecto, la estimación de la infracción de carácter
procesal incidiría directamente en el trámite del proceso judicial debido a su efecto
nulificante, careciendo de objeto emitir pronunciamiento sobre las demás
infracciones de carácter material.
394
de que no responda de cualquier manera al pedido de protección formulado por el
sujeto, sino que su respuesta tiene que ser satisfactoria, debe cubrir las
expectativas, los anhelos de los justiciables y la esperanza de la sociedad de
desarrollarse en dignidad. Toda respuesta arbitraria, insuficiente, genérica,
abstracta, injusta, incompleta, vacía, incongruente, de manera alguna no puede
considerarse protectora de este derecho fundamental o emitida conforme a sus
exigencias, por tanto, no se advierte vulneración alguna respecto de esta infracción.
A mayor abundamiento la recurrente alega infracción al derecho a la tutela judicial
efectiva, no desarrolla concretamente en que consiste esta infracción, respecto de
un derecho que es genérico y de amplio contenido; por el contrario si ha sido objeto
de tutela judicial, tanto en la vía penal, donde hay un proceso con carácter de cosa
juzgada y el presente en la vía civil; promovido por la misma accionante por
segunda vez; pues ella misma refiere en su escrito de demanda, que el primer
proceso incoado por ella misma, cayó en abandono concluyéndose que no hay
infracción al derecho a la tutela judicial efectiva.
395
adquirientes a título oneroso y con buena fe -por negocio jurídico y que se hayan
producido confiados en la base del contenido que aparece publicitado en la
inscripción del registro, de quien aparece en el registro como titular registral, que
se inscribe en el registro, contra cualquier intento de enervar dicha adquisición que
se fundamente en causas no inscritas antes, de tal manera que a su vez inscrito su
derecho mantiene su adquisición, aunque después se anule el derecho del otorgante
en base a causas que no consten en los registros, para ello la norma pondera y
enaltece de exacto y completo el contenido de los asientos registrales, en efecto,
las inscripciones del registro se considera exacta y completa respecto de terceros
adquirientes de buena fe, y quien adquiere el derecho de propiedad -como en el
presente caso-, confiado en la información del registro deviene en propietario
aunado a ello la Sala Superior en su considerando tres punto ocho de la sentencia
de vista que “Si bien dentro del contrato anterior, se ha determinado la falsificación
de la firma de la demandante, más cierto es que la misma sentencia de vista penal
(de folios 527 a 531) condena a los hoy demandados Issac Adolfo Valencia Arizpe
y Julia Olinda Días Pereyra, mas no a los hoy terceros demandados, es más a estos
últimos los identifica como agraviados de los delitos de estafa y usurpación, a los
cuales tendrán que abonarles indemnización motivo por el que la demandante
cumple con acreditar la mala fe de los demandados Adolfo Valencia Arizpe y Julia
Días Pereyra, por cuanto estos han sido condenados por el delito de estafa y
falsificación de firmas” (sic). En suma, en el caso que nos ocupa, no se ha probado
la ausencia de buena fe de parte de los demandados adquirientes; por lo que no hay
infracción de este numeral.
4. Respecto a la alegada infracción del artículo 219 inciso 4 del Código Civil,
referido a la causal de nulidad del acto jurídico por fin ilícito: sobre este particular,
resulta necesario precisar algunos conceptos a fin de llegar a una conclusión
valedera sobre cuando estamos ante un acto jurídico afectado con fin ilícito. En
principio, el inciso 3 del artículo 140 del Código Civil1 , que regula como requisito
para la validez del acto jurídico el fin lícito, nuestro sistema jurídico civil ha
adoptado una concepción neocausalista de la causa, que es una variante de las
teorías subjetivas, por las cuales la causa debe entenderse únicamente como los
móviles o motivos determinantes, personales y subjetivos que han llevado al sujeto
a celebrar un acto jurídico, móvil éste que será distinto en cada acto jurídico
concreto que se celebre según las partes intervinientes; empero, tal concepción nos
puede llevar a confundir entre lo que se debe entender por fin o causa y los motivos.
Para superar tal confusión, debe considerarse al fin o causa dentro de una
396
concepción unitaria, que es la imperante en la actualidad en la doctrina civilista, la
misma que señala que la causa es un único elemento, que cuenta con dos aspectos:
objetivo y subjetivo. Así tenemos que, desde un punto de vista objetivo, la causa
tal como debe entenderse en nuestro ordenamiento jurídico, será la función jurídica
en base a la función socialmente razonable y digna que desempeña el acto jurídico;
y desde el punto de vista subjetivo, la causa será el propósito práctico de las partes
integrado por los móviles comunes y determinantes de la celebración del acto
jurídico, es decir lo que las partes persiguen con la celebración de éste. Con lo cual,
para determinar la exista nulidad del acto jurídico por ilicitud del fin, no se deberá
de tener en cuenta el aspecto objetivo del acto jurídico celebrado, pues todo acto
jurídico siempre persigue una función jurídica y socialmente razonable de acuerdo
al ordenamiento jurídico (en dependencia con cada tipo de contrato); sino, al
aspecto subjetivo del mismo, es decir a los propósitos prácticos de las partes,
integrados por los móviles comunes y determinantes que las han llevado a la
celebración del acto jurídico, los mismos que deben ser contrarios no solamente al
propio ordenamiento jurídico, sino contrario también al orden público o a las
buenas costumbres. En esa línea de razonamiento; el fin ilícito, como causal de
nulidad del acto jurídico, se configurará cuando la manifestación de voluntad no
se dirige a la producción de efectos jurídicos que puedan recibir tutela jurídica,
pues la intención evidenciada del o de los celebrantes del acto jurídico es contraria
no solamente al ordenamiento jurídico, sino también al orden público y a las
buenas costumbres, como ocurrirá por ejemplo si dos sujetos se vinculan por un
acto jurídico con la finalidad de que uno de ellos actúe como sicario de la venganza
personal de la otra parte respecto a un tercero. En tal sentido, en el presente caso,
teniendo en cuenta lo expuesto precedentemente, los móviles que han tenido los
demandados en la celebración del contrato de transferencia materia de
controversia, no están vedados por el ordenamiento jurídico, ni por el orden
público ni menos por las buenas costumbres, pues han buscado la producción de
un efecto tutelado por el ordenamiento jurídico como es adquirir la propiedad de
un bien a cambio del pago del precio respectivo, quedando fuera del análisis de
esta causal, aquellos móviles estrictamente personales y psicológicos a los que en
esencia alude la recurrente, que constituyen en estricto motivos, los cuales quedan
fuera de sanción por parte del ordenamiento jurídico, debido a que éstos subyacen
y perviven en el interior de los sujetos, resultando difícil que puedan trascender y
tener relevancia para el derecho, pues el derecho no es psicología ni investigación
agnóstica en el campo de la conciencia.
397
5. En cuanto a lo referente al artículo 219 inciso 5 del Código Civil, que regula la
causal de nulidad por simulación absoluta, se debe destacar previamente, que la
moderna doctrina conceptúa a la simulación como el acuerdo entre dos o más
partes, para realizar una actividad negocial meramente aparente, a la que no
corresponde una efectiva regulación de intereses de las partes o a la que le
corresponde una autorregulación de intereses diversa. La simulación implica la
ostentación de un negocio jurídico aparente y el ocultamiento de la real intención
de las partes de no concluir o concluir un negocio diverso de aquel aparente y, por
ende, productivo de efectos distintos en sus relaciones recíprocas; Sobre esta
causal el recordado jurista y profesor universitario prematuramente desaparecido
Doctor Lizardo Taboada señala: “(…) un caso de discrepancia entre la voluntad
declarada y la voluntad interna, realizada de común acuerdo entre las partes
contratantes, a través del simulatorio, con el fin de engañar a los terceros”.
398
pedido formulado por el parte dirigido directamente a lograr que esta Sala Suprema
realice una nueva revisión de los hechos, y una nueva valoración de las pruebas,
que ya han sido admitidas, actuadas y valoradas en las etapas correspondientes del
proceso, especialmente por la Sala Superior, al momento de dictar la resolución de
vista. El pedido revisorio no puede jamás sustentarse únicamente en la
disconformidad con la decisión adoptada sobre el fondo por la Sala Superior, en
uso de su apreciación razonada del caudal probatorio; pretendiendo que esta Sala
Suprema actúe como tercera instancia.
V. DECISIÓN:
Por las consideraciones expuestas y en aplicación del artículo 397 del Código
Procesal Civil Declararon:
399
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
SUMILLA: Con relación a la buena fe, se debe señalar que es menester que quien
adquiere un bien por la publicidad del registro debe tener una mínima conducta
diligente al momento de la adquisición, imponiéndosele deberes elementales de
verificación e información, de tal suerte que no basta la sola invocación de la
publicidad registral, sino que además se encuentra obligado a realizar una
actuación conforme a los cánones mínimos de honestidad en la adquisición (buena
fe – diligencia).
I. HECHOS
1. Los demandantes Jaime Alfredo Luna Retuerto e Hilda Lipa Quicaño, han
interpuesto demanda de nulidad de título de propiedad, fundamentándola en:
400
anotada en el asiento registral N° 03 del Código de Predio N° P03267401 de la
Zona Registral N° IX Sede Lima de la SUNARP, referente a la inscripción de
compraventa presentada por la codemandada Edita Rodas Montenegro inscrita
mediante el Asiento de Presentación N° 2007-00369367, del cinco de julio de dos
mil siete. c. Que se declare la cancelación del asiento registral 0003 del Código de
Predio P03267401 de la Zona Registral N° IX Sede Lima de la SUNARP
concerniente a la inscripción de compraventa celebrada entre los demandados.
401
2. El demandado Hipólito Luna Castañeda, contestó la demanda sosteniendo
básicamente que:
Mediante sentencia de fecha veinticinco de abril del dos mil catorce, obrante a
fojas trescientos setenta y siete, declaró Infundada la demanda de nulidad de título
de propiedad y fundada en parte la reconvención, sosteniendo:
a) Con relación a la nulidad del título de propiedad otorgado por COFOPRI a favor
de Hipólito Luna Castañeda, del acervo documentario presentado por la parte
demandante se encuentran los recibos de luz y de agua obrantes a fojas veintiséis
a veintisiete de los mismos se puede apreciar que si bien se encuentra indicada la
descripción del inmueble ubicado en el lote 5, sin embargo los mismos no tienen
como destinatario a los actores, asimismo de la boleta de venta expedida por
COFOPRI de fecha dos de julio de dos mil siete y solicitud dirigida a COFOPRI
se colige la existencia de un trámite administrativo sin que haya declarado la
titularidad de algún derecho de propiedad.
402
b) Señala que los demandantes han podido acreditar la posesión del lote 5 en los
años 1984, 1994, 1995 y 2007 no obstante debe de tenerse en cuenta que la
titularidad registral fue adquirida por Hipólito Luna Castañeda con fecha veintiuno
de abril de mil novecientos noventa y ocho como es de verse de los actuados del
proceso administrativo seguido en COFOPRI y adjuntados a su escrito de
contestación de demanda así como también el título de propiedad otorgado por
COFOPRI anexado a los presentes de fojas ciento trece a ciento catorce, sin que
haya sido objeto de nulidad en la vía administrativa manteniendo así, su eficacia,
por lo tanto, dicho acto jurídico se ha tramitado e inscrito con las formalidades de
ley, así como el contenido que ella contiene no afecta normas imperativas ni el
orden público, más aún si COFOPRI goza de facultades para otorgar títulos de
propiedad, por lo que la pretensión de nulidad de título de propiedad debe de ser
desvirtuada.
d) Del mismo modo, indica que con relación a la compraventa efectuada entre los
codemandados respecto al Sub Lote 5-A, el demandado Hipólito Luna Castañeda
tiene al momento de la celebración del contrato de fecha veintiocho de junio de
dos mil siete el derecho de propiedad del inmueble ubicado en el Sector segundo,
Grupo 13, manzana G, Sub lote 5-A, distrito de Villa El Salvador, inscrito en los
Registros Públicos en la partida N°PO3267401, sustentándose la celebración del
acto jurídico en cuestión en el principio de legitimación, recogido en el artículo
2013 del Código Civil.
403
realizado con las formalidades de ley, apreciándose, además, de su contenido que
no afecta normas imperativas ni el orden público.
III.SEGUNDA INSTANCIA
404
Mediante sentencia de vista de fecha veinticinco de enero de dos mil diecisiete,
obrante a fojas ochocientos ochenta y uno, mediante la cual confirmó la sentencia
apelada. Siendo sus fundamentos más trascendentes los siguientes:
a) Señala que se tiene que el actor Jaime Luna Retuerto efectivamente inició los
trámites ante la Municipalidad Metropolitana de Lima con la finalidad de
empadronamiento y posterior titulación del inmueble materia de litis antes de su
desmembración, tal como se acredita con el expediente administrativo N° 954197,
al respecto es de mencionarse que dicha instrumental en modo alguno acredita que
efectivamente le corresponda algún derecho de propiedad a su favor, o que a través
de dicho procedimiento haya obtenido con anterioridad la titularidad del inmueble
materia de litis, que permita al juzgador tener la certeza de que el titulo adquirido
por el demandado en el año de 1998 (por parte de COFOPRI) deviniese en nulo o
adoleciera de alguna causal de nulidad, si bien puede el actor haber demostrado
algún tipo de posesión sobre el inmueble, la misma se debía al grado de parentesco
existente entre el actor y el demandado (hijo/padre) tal como se acredita con la
declaración testimonial realizada en la audiencia de pruebas y a la declaración de
parte, situación que no ha sido cuestionada por parte de los actores.
b) Por otro lado, se tiene que la parte actora a efectos de sustentar su pretensión
refiere que el ingeniero a cargo de la suscripción de los planos correspondientes a
efectos de procederse a la desmembración del inmueble materia de litis, ha
manifestado que sus asesores no se han constituido al inmueble materia de litis
habiendo sido sorprendido por el demandado (conforme a los argumentos de al
instrumental obrante de fojas 55), dicho medio probatorio resulta ser insuficiente
a efectos de acreditar la pretensión de la parte actora, ya que el mismo constituye
una simple y mera declaración del ingeniero que no ha producido mayores efectos
jurídicos ya que en caso de haber sido amparada tal alegación del ingeniero en
Registro Públicos se hubiesen realizados las acciones correspondientes, en ese
sentido al no tener un respaldo y/o otros instrumentos que generen la convicción
en el juzgador sobre la veracidad de los hechos que se invocan la misma resulta
ser insuficiente como se ha mencionado.
405
probado los hechos que sustentan en su demandada, en consecuencia, la misma
deviene en infundada.
406
2. Que conforme se tiene expuesto precedentemente, esta Sala Suprema ha
declarado procedente el recurso de casación por infracciones normativas tanto
procesales como sustantivas, por lo que, coexistiendo ambas causales, corresponde
pronunciarnos en primer lugar sobre la infracción procesal denunciada, la que
deberá entenderse como principal, dado su efecto anulatorio si es que fuese
amparada. Siendo pertinente, debido a ello, pronunciarnos respecto de la
infracción material, si es que previamente se han desestimado las procesales, dado
que la regla jurídica anteriormente invocada, las considera como subordinadas.
407
fundamental al debido proceso, reconocido en el artículo 139 numeral 3 de la
Constitución Política del Estado, es un derecho continente que comprende un
conjunto de derechos fundamentales de orden sustantivo y procesal. Al respecto,
el Tribunal Constitucional ha señalado que “su contenido constitucionalmente
protegido comprende una serie de garantías, formales y materiales, de muy distinta
naturaleza, que en conjunto garantizan que el procedimiento o proceso en el cual
se encuentra inmersa una persona, se realiza y concluya con el necesario respeto y
protección de todos los derechos que en él puedan encontrarse comprendidos”.
408
Bajo esa visión, el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales “es una
garantía del justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las
resoluciones no se encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados,
sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se
derivan del caso”.
9. Del mismo modo, se debe tener en cuenta lo establecido en el artículo VII del
Título Preliminar del Código Procesal Civil, “El Juez debe aplicar el derecho que
corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya sido
erróneamente. Sin embargo, no puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión
en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes”.
409
11. Por su parte, se debe agregar que el artículo 12 del Texto Único Ordenado de
la Ley Orgánica del Poder Judicial, modificado por el artículo único de la Ley N°
28490, publicada el doce de abril de dos mil cinco, prescribe que: “Todas las
resoluciones, con exclusión de las de mero trámite, son motivadas, bajo
responsabilidad, con expresión de los fundamentos en que se sustentan. Esta
disposición alcanza a los órganos jurisdiccionales de segunda instancia que
absuelven el grado, en cuyo caso, la reproducción de los fundamentos de la
resolución recurrida, no constituye motivación suficiente”
14. Absolviendo los agravios del recurso de casación por las causales procesales
de manera conjunta es de sostener, que la Sala de mérito ha señalado en el
considerando noveno de la recurrida lo siguiente: “(…) analizando las
instrumentales aportadas por la parte actora que sustentan su pretensión de nulidad
de título de propiedad otorgado a Hipólito Luna Castañeda, se tiene que el actor
Jaime Alfredo Luna Retuerto efectivamente inició los trámites ante la
Municipalidad Metropolitana de Lima, y Municipalidad Distrital de Villa el
Salvador, con la finalidad de empadronamiento, y posterior titulación del inmueble
materia de litis antes de su desmembración, tal como se acredita con el Expediente
410
administrativo N° 954197, al respecto es de mencionarse que dicha instrumental
en modo alguno acredita que efectivamente le corresponda algún derecho de
propiedad a su favor, o que a través de dicho procedimiento haya obtenido con
anterioridad la titularidad del inmueble materia de litis, que permita al Juzgador
tener la certeza de que el título adquirido por el demandado en el año de 1998 (por
parte de COFOPRI), deviniese en nulo o adoleciera de alguna causal de nulidad,
como la invocada fin ilícito, al igual que la compra venta a favor de su co
demandada, por haberlo adquirido legalmente de su titular, y disponer del mismo
en su condición de propietario (…)”(sic). Asimismo, el Juez de la causa en el
considerando décimo de la apelada ha señalado: “(…) los demandantes han podido
acreditar la posesión del lote 5 en los años 1984, 1994, 1995 y 2007 no obstante
debe de tenerse en cuenta que la titularidad registral fue adquirida por Hipólito
Luna Castañeda con fecha veintiuno de abril de mil novecientos noventa y ocho
como es de verse de los actuados del proceso administrativo seguido por
COFOPRI y adjuntados a su escrito de contestación de demanda, así como también
el título de propiedad otorgado por COFOPRI anexado a los presentes de fojas
ciento trece a ciento catorce, sin que haya sido objeto de nulidad en la vía
administrativa manteniendo así su eficacia. Por lo que dicho acto jurídico se ha
tramitado e inscrito con las formalidades de ley, así como el contenido que ella
contiene no afecta normas imperativas ni el orden público, más aún, si COFOPRI
goza de facultades para otorgar título de propiedad, por lo que la pretensión de
nulidad de título de propiedad debe ser desvirtuada (…)” (sic).
411
donde aparece como fecha de nacimiento el día veinte de julio de mil novecientos
ochenta y cinco y en donde se consigna como dirección domiciliaria en el Sector
dos, Grupo Trece, Manzana G, Lote 5 (el bien materia de litis), en tal sentido se
advertiría muy por el contrario a lo señalado por el Juez de la causa (quien ha
afirmado que la posesión de los demandantes solo fueron en los años 1984, 1994,
1995 y 2007), que los recurrentes se encontrarían en posesión del bien sub litis
desde el año de mil novecientos ochenta y cinco, y teniendo en cuenta la constancia
expedida por la Municipalidad mencionada, esa posesión se ha extendido hasta el
año 2007 fecha en la cual su padre hace el cambio de nombre de contribuyente del
bien sub litis; posesión que los actores vienen ostentando hasta la fecha, y que les
ha permitido realizar trámites ante la autoridad respectiva a fin de lograr su
titulación, lo que podría hacer presumir que Luna Castañeda Hipólito al momento
de obtener el título de propiedad de COFOPRI ha obrado de mala fe al momento
de obtenerlo, situación que debe de analizar el A quo, con el fin de expedir una
resolución de manera justa que cumpla con los fines del proceso señalados en el
artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil; para ello podría
solicitar ante el COFOPRI el expediente administrativo en donde se llevó a cabo
la titulación a la nombrada persona, pues en autos solo aparece de fojas doce a
catorce tres documentos de ese expediente; es más, a fojas catorce, obra una
notificación dirigida al señor Luna Castañeda en la cual se le ha observado su
pedido al no presentar recibos de pago de autoavalúo del año 1996, recibo de pago
de luz, agua y otros servicios que figuren a nombre del poseedor, constancia de
posesión emitida por el Asentamiento Humano del Sector y Constancia de
adjudicación expedida por la Municipalidad Distrital a nombre del poseedor del
lote.
412
habiéndose cumplido con las formalidades de ley; sin embargo, nada dicen las
instancias sobre el argumento también constante de los recurrentes en el sentido
de que la codemandada Edita Rodas Montenegro habría obrado de mala fe en la
adquisición del bien sublitis, pues según refieren tenía conocimiento de que los
recurrentes era los poseedores del bien sub materia, acreditando esta situación con
la carta notarial de fecha dieciséis de julio de dos mil siete, en la cual les solicitan
que desocupen el bien sub litis, por haberlo adquirido a sabiendas de los problemas
que existían sobre dicho bien; en tal sentido el A quo deberá analizar la buena o
mala fe con la que habría obrado la codemandada al momento de adquirir la
propiedad.
17. Este Supremo Colegiado, debe de mencionar con relación a la buena fe, que
es menester que quien adquiere un bien por la publicidad del registro debe tener
una conducta diligente al momento de la adquisición, imponiéndosele deberes
elementales de verificación e información, de tal suerte que no basta la sola
invocación de la publicidad registral, sino que además se encuentra obligado a
realizar una actuación conforme a los cánones mínimos de honestidad en la
adquisición (buena fe – diligencia)7 . En esta misma línea se ha dicho que “la sola
denominación de buena fe ya la diferencia valorativamente de la simple
ignorancia, y la envuelve en un ámbito de moral que la configura en forma
decisiva. Una buena fe sin diligencia tiene más de censurable ignorancia que de
buena fe protegible. De igual modo, repárese en que el Registro es una verdad
formal que no agota la realidad jurídica, y si ésta se muestra accesible, por lo menos
generando el estado de duda suficiente para reaccionar, entonces no existe razón
alguna para que el hombre recto y prudente no deba avanzar hasta saldar la duda y
obtener el conocimiento efectivo de la realidad, sin pretender cobijarse en el manto
de la buena fe cuando estuvo a su alcance la realidad”.
18. Por otro lado, para reconocer la eficacia de la publicidad registral frente al
tercero no bastaría con la condición de tercero adquirente a título oneroso con
buena fe (esto es, desconociendo la falta de real titularidad del transmitente), sino
que haría falta una buena fe activa, en virtud de la cual el tercero haya agotado los
medios ordinarios de investigación de la titularidad del transmitente y la
verosimilitud de una realidad objetiva, que impida la utilización del registro como
instrumento defraudatorio; la buena fe no se limita a una buena fe creencia, sino
que exige una buena fe diligencia; en tal sentido, la buena fe implica la creencia
racional y fundada por parte del tercero de que quien le transfiere el derecho es
413
legítimo titular del mismo. Del mismo modo, conforme aparece en la Exposición
de Motivos Oficial del Código Civil, “La buena fe que se exige a una persona a
efectos de constituirse en tercero registral, es la de ignorar la existencia de
inexactitud en lo publicado por el registro. En otros términos, si en verdad existen
razones de nulidad, rescisión o resolución, que no aparecen en el registro, ellas
deben ser además desconocidas por quien pretende ampararse en el principio
estudiado”.
20. Del mismo modo, debe de analizarse con mayor rigurosidad el hecho de que
los demandantes han señalado que el demandado desmembró una porción de la
propiedad con un plano y verificación de un profesional quien ha señalado que fue
sorprendido por el padre del demandante y que nunca se constituyeron al bien sub
litis para la verificación y cuando lo hicieron se encontraban en el bien inmueble
los actores (fojas 55 y 394), razón por la cual solicitó al registrador que anulara los
asientos 00002, 00003 y 00004 de la partida N° PO3015256, siendo que deberá
tenerse en cuenta lo estipulado en el artículo 107 del Reglamento General de los
Registros Públicos que señala: “Cancelación por declaración judicial de invalidez
Quien tenga legítimo interés y cuyo derecho haya sido lesionado por una
inscripción nula o anulable, podrá solicitar judicialmente la declaración de
invalidez de dicha inscripción y, en su caso, pedir la cancelación del asiento en
414
mérito a la resolución judicial que declare la invalidez”; que es lo que precisamente
han realizado los demandantes con el presente proceso y que merece respuesta por
parte del órgano jurisdiccional.
21. Por otro lado, se debe señalar que en cuanto al primer acto jurídico
cuestionado, esto es el título de propiedad otorgado por COFOPRI, al demandado
Hipólito Luna Castañeda, debe tener en cuenta el juzgador, que esta institución o
entidad creada en 1996 mediante el Decreto Legislativo N° 803, Ley de Promoción
del Acceso a la Propiedad Formal, tiene por fines, como su nombre lo indica,
Comisión de Formalización de la Propiedad Informal, esto es ajustar, sincerar la
formalidad en atención a la realidad, dicho de otro modo formalizar la condición
y calidad de propietario a los ciudadanos que se encuentran en posesión a título de
propietarios de predios o inmuebles que vienen ocupando, como regla en zonas
periféricas, para incorporarlos plenamente a la formalidad, a las ventajas de tener
su derecho inscrito en el Registro de Propiedad Inmueble, etc. El razonamiento es
sencillo, COFOPRI otorga título a quien viene poseyendo el inmueble materia de
formalización, entonces cabe preguntarse, si esta es la regla, como se explica que
quien ostenta un título emanado primigeniamente de COFOPRI, no se encuentre
en posesión del inmueble objeto de titulación, tratando de buscar una explicación
que responda a un razonamiento sencillo, pero sujeto al marco fáctico y jurídico
expuesto, conforme lo establece el artículo 3, de la Ley de Promoción del Acceso
a la Propiedad Formal, Decreto Legislativo N° 803, “Artículo 3.- (…) Para
formalizar la propiedad, COFOPRI podrá ejercer las siguientes competencias
dependiendo de la modalidad de posesión, ocupación o titularidad que
corresponda: a.1) Identificará y reconocerá las diversas formas de posesión,
ocupación, tenencia y titularidad de terrenos con fines urbanos, que requieran la
formalización de la propiedad en favor de sus ocupantes (…)”. A esto ayudará
tener a la vista el expediente administrativo del cual emana el título de propiedad
cuestionado. Nos sometemos a la crítica que conlleve el reenvío de este proceso,
pero respondemos que se justifica en aras de dar cumplimiento a los fines del
proceso establecido en el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal
Civil, cuyo texto es bastante conocido “El Juez deberá atender a que la finalidad
concreta del proceso es resolver un conflicto de intereses o eliminar una
incertidumbre, ambas con relevancia jurídica, haciendo efectivos los derechos
sustanciales, y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia. En caso
de vacío o defecto en las disposiciones de este Código, se deberá recurrir a los
principios generales del derecho procesal y a la doctrina y jurisprudencia
415
correspondientes, en atención a las circunstancias del caso”, y obviamente tratar
que la decisión final del conflicto materia de este proceso tenga una impronta de
justicia. Si bien el recurrente en su recurso de casación fórmula como pedido
casatorio revocatorio, en el informe oral efectuado por el Letrado a cargo de su
defensa en la Vista de la causa en Audiencia Pública, fue explícito en plantear este
pedido casatorio como anulatorio.
V. DECISIÓN:
Por tales consideraciones, de conformidad con el artículo 396 del Código Procesal
Civil, Declararon FUNDADO el recurso de casación de fecha veinticinco de abril
de dos mil diecisiete, interpuesto a fojas ochocientos cincuenta y nueve, por Jaime
Alfredo Luna Retuerto e Hilda Lipa Quicaño; en consecuencia NULA la sentencia
de vista de fecha veinticinco de enero de dos mil diecisiete, obrante a fojas
ochocientos ochenta y uno, INSUBSISTENTE la sentencia apelada de fecha
veinticinco de abril de dos mil catorce, obrante a fojas trecientos treinta y siete,
ORDENARON que el A quo expida nueva sentencia teniendo en cuenta lo
expresado en la presente resolución; MANDARON publicar la presente resolución
en el Diario Oficial “El Peruano” conforme a ley; y los devolvieron
416
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
SUMILLA: Para encontrar amparo bajo los efectos de los principios de publicidad
y buena fe registral, no basta alegar el simple desconocimiento de la inexactitud
del registro, sino que, además, resulta exigible un comportamiento diligente y
honesto por parte del tercero que los invoca, al momento de su adquisición,
conducta que no se verifica en el presente caso.
a) Infracción normativa de los artículos 140, 2012 y 2014 del Código Civil;
para sustentar su recurso, la sociedad conyugal codemandada señaló que la
voluntad de la actora en la celebración del contrato denominado “promesa
recíproca de compraventa”, en el año dos mil cuatro, era la de celebrar un contrato
preparatorio que no genera obligación de celebrar el contrato definitivo, razón por
la cual se pactaron arras en caso de incumplimiento, lo cual puede advertirse de
sus cláusulas contractuales, siendo esa la voluntad que la actora dio a conocer a los
demandados mediante carta notarial del catorce de octubre de dos mil cuatro;
además, inició un proceso judicial sobre obligación de dar suma de dinero contra
el codemandado José Carlos Benavides Torrelly, planteando como pretensión que
este cumpla con el pago de las arras dobladas y una indemnización; razón por la
cual, señalan que si bien la demandante arguye ahora que celebró un contrato
definitivo de compraventa, debe tenerse en cuenta que hasta antes de la sentencia
417
dictada el ocho de marzo de dos mil siete, en dicho proceso, para la demandante,
su contrato era uno preparatorio, voluntad que puso de manifiesto en el propio
contrato, en las comunicaciones cursadas y al haber iniciado el proceso para
obtener el pago de arras dobladas.
De otro lado, refieren que en la fecha del siete de octubre de dos mil cuatro, en la
que el codemandado José Carlos Benavides Torrelly, junto a su hermano Juan
Pablo Benavides Torrelly y su señora madre Gina María Torrelly Torrelly,
celebraron el acto jurídico de compraventa del 30% de las acciones y derechos de
propiedad respecto del inmueble matriz en controversia a favor de los recurrentes
(situado en Calle Jerusalén 402), este era de propiedad de los cinco herederos de
José Luis Eduardo Benavides Corro en el 50% y de la señora Roxana Mercedes
Catalina Benavides Corro el otro 50%, conforme aparece inscrito en la Partida
Registral N° 01132006 de los Registro Públicos de Arequipa, y todo lo que
contradiga este hecho fundamental es jurídicamente inválido de acuerdo con lo
dispuesto en los artículos 140 y 2014 del Código Civil.
418
que no contaba con facultades suficientes para celebrarlo, pues aún no tenía tales
derechos y los mismos eran de naturaleza incierta conforme al artículo 1406 del
Código Civil. Indican, por tanto, que en dicha fecha (siete de octubre de dos mil
cuatro) celebraron el contrato definitivo de compraventa de la totalidad de
derechos hereditarios que le correspondían al codemandado José Carlos Benavides
Torrelly (10%), pues este era propietario del 10% del 50% de las acciones y
derechos del inmueble, estando acreditado que el codemandado les vendió la
totalidad de derechos que le correspondían al siete de octubre de dos mil cuatro,
siendo estos los derechos hereditarios materia del presente conflicto; tiempo en el
que no figuraba limitación alguna por parte de los vendedores ni del bien objeto
de venta en registros públicos, y tampoco tenían conocimientos del contrato
preparatorio de promesa recíproca de venta, el cual recién les fue comunicado por
carta notarial del catorce de octubre de dos mil cuatro, siete días después de
celebrado el acto jurídico cuya nulidad se pretende, por lo que dicha carta no atenta
contra la buena fe registral de los compradores ahora recurrentes, y, en especial,
no estaba inscrito el asiento C00006 y tampoco se había expedido la resolución
71- 2006 que integra la resolución 63-2001.
Concluyen señalando que según la propia demandante ingreso en el año dos mil
uno a ocupar el inmueble en controversia en mérito a un contrato inicial de alquiler
que celebró con la señora Gina María Torrelly Torrelly, lo cual se demuestra del
propio texto de la demanda y la promesa recíproca de compraventa celebrada entre
la demandante y el codemandado José Carlos Benavides Torrelly.
419
departamento de Arequipa (en adelante el predio matriz), a favor de la sociedad
conyugal demandada, conformada por Asis Orlando Vela Flores y cónyuge,
Victoria Concepción Bellido Delgado, invocando las causales de contravención de
las normas que interesan al orden público y fin ilícito.
420
partición ni su contrato se habían inscrito, el codemandado José Carlos Benavides
Torrelly se coludió con sus codemandados para celebrar otro contrato de
compraventa a favor de estos últimos, respecto de todo el predio matriz,
incluyendo la tienda comercial que adquirió. Refiere, asimismo, que el predio
matriz del cual forma parte integrante la tienda comercial en referencia corre
inscrito en la Ficha N° 11063, hoy Partida Registral N° 01132006, y pertenecía a
los siguientes copropietarios: José Carlos Benavides Torrelly, Gina María Torrelly
Torrelly, Juan Pablo Benavides Torrelly, Gina Jiuliana Benavides Torrelly y Luis
Eduardo Benavides Torrelly (codemandado, madre y hermanos), quienes
adquirieron el 50% de las acciones y derechos por sucesión hereditaria y el otro
50% por convenio de partición hereditaria celebrado en audiencia especial del
treinta y uno de enero de dos mil uno, aprobado por resolución 63-2001, expedida
en el proceso de división y partición N° 1997-92, esta última inscrita en vía de
regularización en el asiento C00006. Es decir, que estas cinco personas adquirieron
la propiedad en dos momentos diferentes, consolidándose la propiedad del 100%
a partir del treinta y uno de enero de dos mil uno, correspondiéndole a cada uno de
los copropietarios el 20% sobre el predio matriz.
7. Además, refiere que la venta del 20% de las acciones y derechos equivalente a
la tienda comercial fue vendida en dos partes por José Carlos Benavides Torrelly
a favor de la sociedad conyugal demandada (el 10% en el año dos mil cuatro y,
luego, el otro 10% en el año dos mil seis), quienes ya sabían de su contrato de
compraventa anterior, por lo que concluye que no habrían actuado de buena fe,
toda vez que, con fecha catorce de octubre de dos mil cuatro, les cursó una carta
notarial, poniéndoles en conocimiento de su contrato, el cual fue anexado a dicha
carta; cursándoles, asimismo, una invitación a conciliar el veintinueve de
diciembre de dos mil cuatro, en la que se les volvió a poner en conocimiento;
agrega que en el referido proceso sobre obligación de dar suma de dinero, se
precisó en la demanda del dieciocho de enero de dos mil cinco el contenido y
alcances del mismo; finalmente, sostiene que ejerce la posesión de la tienda
comercial y que los codemandados inscribieron su derecho recién el veinticinco de
agosto de dos mil cinco, cuando ya tenían conocimiento de la existencia y alcances
de su derecho adquirido.
421
matriz, incurriendo en responsabilidad penal por el delito de defraudación, al
vender como un bien libre conociendo que no lo era.
9. Mediante sentencia expedida el treinta y uno de julio de dos mil quince, obrante
a fojas quinientos uno, el Sexto Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte
Superior de Justicia de Arequipa declaró infundada la demanda, señalando que del
análisis de los medios probatorios se advierte que la voluntad de la demandante
Carmen Vanesa Franco Franco en el contrato denominado “promesa recíproca de
compraventa” era un contrato preparatorio, el cual no genera la obligación de
celebrar el contrato definitivo, motivo por el cual, se pactaron arras en caso de
incumplimiento; y que hasta antes de la sentencia recaída en el proceso de
obligación de dar suma de dinero, de fecha del ocho de marzo de dos mil siete,
para la demandante, dicho contrato era uno preparatorio. En tal sentido, el juzgador
consideró que no existe fi n ilícito por parte de la sociedad conyugal demandada,
quienes, sabiendo de dicho contrato, podían comprar dicho bien, dado que el pago
de arras sería responsabilidad de José Carlos Benavides Torrelly, pues el contrato
preparatorio podía cumplirse con el pago de arras, con lo cual quedaría resuelto, y
es con posterioridad al indicado proceso de obligación de dar suma de dinero que
se entendió que el contrato era uno definitivo, por tanto, la mala fe se daría con
fecha posterior a dicho pronunciamiento, quedando acreditado que todos los
contratos celebrados entre los codemandados fueron realizados con fecha anterior
a la sentencia, por lo que habrían obrado con buena fe de acuerdo a lo dispuesto
en el artículo 2014 del Código Civil; dejando a salvo el derecho de la demandante
de pedir la devolución del dinero entregado en la vía pertinente y declarando
además infundadas las pretensiones accesorias.
422
señalando además que dicho contrato ha sido valorado del mismo modo en la
sentencia recaída en el proceso de obligación de dar suma de dinero iniciado por
la actora (expediente 552-2005) y el proceso de desalojo iniciado contra ella
(expediente N° 8521-2006). Así también, la Sala Superior señaló que el
codemandado José Carlos Benavides Torrelly, junto a su madre y sus tres
hermanos, realizaron las transferencias objeto de nulidad a favor de la sociedad
conyugal demandada en mérito de haber adquirido el 100% de la propiedad por
convenio de partición material de los bienes de la herencia, celebrado en audiencia
especial de junta de coherederos del treinta y uno de enero de dos mil uno, siendo
aprobada por resolución 71-2006, expediente 1997-92, e inscrito en el asiento
C00006, que publicita en vía de regularización dicha partición; seguidamente, los
antes nombrados iniciaron un proceso de autorización de convenio particional,
expediente 2004-675, conteniendo el convenio particional del veintiuno de abril
de dos mil cuatro, concluyendo con la aprobación del mismo, conforme es de verse
de la resolución 003-04, por medio del cual se le adjudicó al codemandado José
Carlos Benavides Torrelly los ambientes que constituyen la tienda comercial
objeto de controversia, por tanto, concluye el Colegiado Superior que la
transferencia a favor de la demandante tiene plena eficacia. De otro lado, la Sala
Superior determinó que la Carta Notarial del catorce de octubre de dos mil cuatro,
consignaba: “le alcanzo copia de la escritura pública de promesa reciproca de
compraventa celebrada en junio de 2004, que acredita mi titularidad de propiedad
sobre dicho bien”, la cual no ha sido contradicha por la parte demandada, por lo
que, al momento de adquirir los derechos sobre el citado predio, los adquirientes
sabían de la venta realizada a favor de la demandante; por el contrario, con fecha
veintitrés de agosto de dos mil cinco, realizaron aclaratoria y modificatoria del
primer contrato de compraventa, reafirmándose en la compra del 10% del bien
controvertido y, peor aún, procedieron a la compra del otro 10% sobre el mismo
bien. Además, en la cláusula octava del contrato del siete de octubre de dos mil
cuatro, se verifica que los demandados tenían conocimiento de la posesión ejercida
por la demandante y que era necesario un desalojo de ser el caso; asimismo, la
demandante citó a conciliación extrajudicial con fecha veinticinco de junio de dos
mil cuatro, lo cual demuestra una vez más que los adquirientes tenían
conocimiento de la transferencia. Finalmente, la Sala Superior concluye que, si
bien los demandados han adquirido la propiedad materia de discordia y cuentan
con derecho inscrito, no la han adquirido de buena fe, causando perjuicio a la
demandante, por lo que dichos actos son nulos por tener un fin ilícito y,
consecuentemente, por contravenir a las buenas costumbres y al orden público.
423
11. El presente recurso de casación interpuesto por la sociedad conyugal
demandada, conformada por Asis Orlando Vela Flores y Victoria Concepción
Bellido Delgado tiene por objeto que se analice si la sentencia emitida por la Sala
Superior ha incurrido en infracción normativa de los artículos 140, 2012 y 2014
del Código Civil; pues, a su criterio, no se ha tenido en cuenta la fe pública registral
con la que adquirieron la propiedad del 20% de las acciones y derechos del
inmueble en controversia que pertenecían al codemandado José Carlos Benavides
Torrelly.
12. Al respecto, tenemos que el artículo 2012 del Código Civil recoge el principio
de publicidad registral, según el cual, se presume, sin admitirse prueba en
contrario, que toda persona tiene conocimiento del contenido de las inscripciones.
Esto implica que, a partir de una presunción absoluta, los terceros no podrán alegar
desconocimiento o ignorancia del contenido de las inscripciones; por el contrario,
aquello que no esté publicado no debe perjudicarlos ni oponérseles por cuanto
nunca estuvieron en posibilidad de conocerlo. El fi n de la publicidad registral
consiste en otorgar una completa seguridad jurídica.
13. Por su parte, el artículo 2014 del Código Civil, recoge el denominado principio
de la buena de registral, en virtud del cual el tercero que de buena fe adquiere a
título oneroso algún derecho de persona que en el registro aparece con facultades
para otorgarlo, mantiene su adquisición una vez inscrito su derecho, aunque
después se anule, rescinda o resuelva el del otorgante por virtud de causas que no
consten en los registros públicos. La buena fe del tercero se presume mientras no
se pruebe que conocía la inexactitud del registro.1 Este principio es uno de los
pilares en los que se sustenta la seguridad del tráfico jurídico inmobiliario, en
virtud del cual, el tercero de buena fe y a título oneroso hace inatacable su
adquisición siempre que haya confiado en la veracidad del registro y haya inscrito
su propio derecho, por lo que resulta inmune a cualquier causa de nulidad,
resolución o rescisión que afecte el título de su transmitente cuando esta no conste
en los registros. Si bien es cierto que la buena fe implica confiar en la exactitud de
los pronunciamientos del registro, y principalmente desconocer la inexactitud del
mismo; no obstante, debe exigirse al tercero que la invoca una conducta diligente
al momento de la adquisición, por lo que se imponen deberes elementales de
verificación e información; en ese sentido, no basta alegar simple
desconocimiento, sino que, además, el sujeto que pretende la tutela se encuentra
424
obligado a realizar una actuación conforme a los cánones mínimos de honestidad
en la adquisición. Este principio busca proteger al tercero que ha adquirido de
buena fe un derecho de quien finalmente carecería de capacidad para otorgarlo, lo
que implica la búsqueda de la seguridad en el tráfico inmobiliario, y que supone a
veces un sacrificio en la seguridad del derecho.
14. A su vez, el artículo 140 del Código Civil invocado establece la definición
legal y elementos de validez del acto jurídico, siendo este la manifestación de
voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas,
requiriéndose para su validez de los siguientes elementos: agente capaz, objeto
física y jurídicamente posible, fin ilícito y observancia de la forma prescrita bajo
sanción de nulidad, habiéndose declarado la nulidad de los actos jurídicos
cuestionados por las causales de fin ilícito y contravención de las normas que
interesan al orden público.
15. Ahora bien, examinando los argumentos que sustentan la infracción de las
normas precitadas, apreciamos que los recurrentes sostienen haber adquirido de
buena fe las acciones y derechos que son materia de las transferencias cuya nulidad
se pretende, por cuanto al siete de octubre de dos mil cuatro (fecha de la primera
transferencia) no figuraba en los Registros Públicos limitación alguna por parte de
los vendedores ni del bien objeto de venta; no obstante, de acuerdo a lo expresado
en el considerando anterior, debe tenerse en consideración que para encontrar
amparo bajo los efectos de los principios invocados, como el de publicidad y buena
fe registral, no basta alegar el simple desconocimiento de la inexactitud del
registro, sino que además, resulta exigible un comportamiento diligente y honesto
por parte del tercero que los invoca, al momento de su adquisición, conducta que
no se verifica en el caso presente como veremos a continuación.
16. En efecto, es una situación fáctica establecida la Sala Superior y que no ha sido
desvirtuada por los cónyuges codemandados ahora recurrentes, que en la cláusula
octava de la escritura pública de fecha siete de octubre de dos mil cuatro, obrante
a fojas veintinueve, se verifica que estos tenían conocimiento de la posesión
ejercida por la demandante y que era necesario un supuesto desalojo de ser el caso.
Sobre este punto, los recurrentes se han limitado a señalar que la actora ingresó a
ocupar la tienda comercial en controversia en virtud de un contrato de alquiler
suscrito con la madre del codemandado José Carlos Benavides Torrelly, en el año
dos mil uno; sin embargo, dicha circunstancia no los eximía de tomar las medidas
425
de cuidado necesarias como apersonarse al inmueble y verificar por sí mismos
quien ejercía la posesión e inquirir cuál era el vínculo que le unía con los
vendedores o cuál era el título que la amparaba y le otorgaba el derecho a poseer,
siendo razonable suponer que todo aquél que adquiere un inmueble buscará
cerciorarse de la real situación de las personas con las que contrata así como la de
los bienes sobre los que contrata, a fi n de proteger su adquisición. Sumado a lo
anterior, la Sala de Mérito dejó establecido que la carta notarial entregada el
catorce de octubre de dos mil cuatro, remitida por la actora a la sociedad conyugal
demandada, obrante a fojas cincuenta y cinco, indicaba textualmente lo siguiente:
“estando a la conversación sostenida entre la suscrita, mi señor padre y ustedes el
último fi n de semana del mes de setiembre del año en curso respecto de la
propiedad y posesión del inmueble (tienda) signada con el Nro. 402-B de la calle
Jerusalén, conforme al compromiso asumido le alcanzo copia de la escritura de
promesa recíproca de compraventa celebrada con fecha junio del 2004 que acredita
mi titularidad de propiedad sobre dicho bien”; pudiendo apreciarse que la actora
había puesto en conocimiento de los recurrentes su titularidad respecto al inmueble
en controversia con anterioridad a la celebración de los contratos cuya nulidad se
pretende, lo cual no ha sido contradicho ni desvirtuado por los recurrentes, y
evidencia que si bien el contrato de la actora así como el convenio de división y
partición por el que se adjudicó la tienda comercial en controversia a favor de su
transferente no constaban inscritos en los Registros Públicos, los recurrentes tenían
noticia de dichos actos y estaban en la posibilidad de requerir su exhibición a la
demandante a fi n de corroborar sus afirmaciones.
426
demandante Carmen Vanesa Franco Franco tiene plena eficacia, en atención a que
dichos actos se realizaron con anterioridad a la celebración de su contrato. Y si
bien, en principio, al no constar inscritos en los Registros Públicos, dichos actos
no resultarían oponibles ni podrían perjudicar a los terceros que no intervinieron
en su celebración, amparados en el principio de publicidad registral; tenemos que
en el caso de autos, se ha acreditado que los recurrentes sí estuvieron en la
posibilidad real de conocerlos, toda vez que conocían de la posesión ejercida por
la demandante y habían sido informados por ella misma de manera indubitable
mediante la carta notarial entregada con fecha catorce de octubre de dos mil siete,
la que incluso hace referencia a una comunicación verbal anterior a la fecha de
celebración de la primera transferencia efectuada a favor de los recurrentes; puede
inferirse válidamente, por tanto, que si no los conocían, por lo menos estuvieron
en condición razonable de hacerlo de haber observado los deberes mínimos de
diligencia requerida.
427
pues más allá de la denominación empleada por las partes, del texto y las
circunstancias del caso era posible identificar el acto designado como un contrato
definitivo de compraventa, siendo razonable suponer que un comprador diligente
habría recurrido a la asesoría profesional pertinente a fi n de resguardar su
adquisición, lo cual permite concluir que los recurrentes estuvieron por lo menos
en condiciones razonables de conocer la real naturaleza jurídica del contrato de la
demandante.
21. Por estas razones, a juicio de esta Sala Suprema, que coincide sustancialmente
con la Sala Superior, a los recurrentes no les alcanzan los efectos de los principios
de publicidad y buena fe registral, motivo por el cual, la causal denunciada debe
ser desestimada. Consecuentemente, al no haber podido demostrar que el criterio
asumido por la Sala Superior no se ajusta a derecho, toda vez que con sus
argumentos los recurrentes no han logrado desvirtuar lo establecido en la sentencia
de vista; y no advirtiéndose error alguno en la aplicación y/o interpretación de las
normas cuya infracción se denuncia; se determina que el presente recurso debe ser
desestimado.
II. DECISIÓN:
428
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por la sociedad conyugal
conformada por Asis Orlando Vela Flores y Victoria Concepción Bellido Delgado,
obrante a fojas seiscientos ochenta y cuatro; en consecuencia, NO CASARON la
sentencia de vista expedida el veintinueve de enero de dos mil dieciséis, obrante a
fojas seiscientos cuarenta y siete; DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos
por Carmen Vanessa Franco contra los recurrentes y José Carlos Benavides
Torrelly, sobre nulidad de acto jurídico; y los devolvieron. Interviniendo como
Juez Supremo ponente el señor Hurtado Reyes.
429
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
Se trata del recurso de casación interpuesto por Gisselle Castro Arquiñigo a fojas
cien del cuaderno formado en esta Sala Suprema, contra la sentencia de vista de
fojas cuatro mil doce, de fecha seis de noviembre de dos mil quince, emitida por
la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, que revocó la
sentencia apelada de fojas tres mil seiscientos cincuenta y cinco, de fecha treinta y
uno de enero de dos mil catorce, en el extremo que desestima la pretensión de
nulidad del contrato de compraventa contenido en la escritura pública de fecha
siete de febrero de dos mil dos, celebrada entre Martha Raquel Fonseca Heredia y
la recurrente, inscrita en el Asiento C00006 de la Partida número 47434246 del
Registro de Predios de Lima; y, reformándola declaró fundado dicho extremo; en
consecuencia, nulo el referido acto jurídico por la causa de fin ilícito y dispuso la
cancelación del Asiento C00006 de la Partida número 47434246 del Registro de
Predios de Lima.
430
a) La infracción normativa de los artículos VII del Título Preliminar, 50 inciso
6 y 122 inciso 3 del Código Procesal Civil: Alega que la Sala Superior ha
vulnerado el principio de congruencia procesal, ya que no se ha pronunciado
respecto de los agravios denunciados en el recurso de apelación de sentencia, sino
sobre agravios totalmente diferentes; por lo tanto, se ha producido un desvío del
debate procesal; agrega además, que la instancia superior ha incorporado de oficio
un hecho al proceso, consistente en que el cinco de marzo de dos mil dos despojó
a la asociación demandante del inmueble sub litis; no obstante, ese hecho nunca
fue alegado por las partes;
431
e) La infracción normativa del artículo 2014 del Código Civil: Manifiesta que
es un tercero respecto a su transferente, cuyo derecho se encontraba inscrito en el
registro; por lo tanto, está protegida por el principio de fe pública registral, pues es
un tercero respecto a la inexactitud de la información publicitada en dicho registro,
en la que se basó para celebrar el cuestionado contrato de compraventa; agrega
además, que las cartas notariales remitidas por la parte demandante fueron
diligenciadas con posterioridad a la celebración del citado contrato de
compraventa; por lo tanto, está protegida por el principio de fe pública registral;
f) La infracción normativa del artículo 219 del Código Civil: Señala que la Sala
Superior ha interpretado el fi n ilícito como causal de nulidad del acto jurídico de
manera subjetiva y arbitraria; pues, la ilicitud del acto jurídico debió ser analizada
en forma individual, ya que no existe una causa común ni ligazón que una a todos
los demandados y a todos los contratos de compraventa, sin considerar que es un
tercero ajeno a los demás demandados y a los contratos de compraventa celebrados
con anterioridad a su acto de adquisición; agrega que la ilicitud del acto jurídico
debió analizarse desde un estándar objetivo, entendida como la función individual
práctica del acto jurídico; por lo tanto, el cuestionado contrato de compraventa no
es ilícito, dado que su función económica individual consistió en la realización de
un proyecto inmobiliario sobre el predio adquirido.
432
y cuatro, registrado el dieciocho de enero de dos mil uno en el Asiento C00003 de
la Partida número 47434246 del Registro de Predios de Lima (en adelante “tercer
contrato”); 4) El contrato de compraventa celebrado entre Judit Pachas Canto y
Ruth Betsabeth Morales Breña, mediante escritura pública de fecha diez de febrero
de dos mil uno, registrado el veintitrés de febrero de dos mil uno en el Asiento
C00004 de la Partida número 47434246 del Registro de Predios de Lima (en
adelante “cuarto contrato”); 5) El contrato de compraventa celebrado entre Ruth
Betsabeth Morales Breña y Rosario Emperatriz Sarmiento Salazar, mediante
escritura pública de fecha veintiocho de setiembre de dos mil uno, y que dio lugar
al bloqueo de la Partida número 47434246 del Registro de Predios de Lima,
presentado mediante título número 182059 de fecha uno de octubre de dos mil uno
(en adelante “quinto contrato”); 6) El contrato de compraventa celebrado entre
Ruth Betsabeth Morales Breña y Martha Raquel Fonseca Heredia, mediante
escritura pública de fecha tres de diciembre de dos mil uno, registrado el catorce
de diciembre de dos mil uno en el Asiento C00005 de la Partida número 47434246
del Registro de Predios de Lima (en adelante “sexto contrato”); y, 7) El contrato
de compraventa celebrado entre Martha Raquel Fonseca Heredia y Gisselle Castro
Arquiñigo - la recurrente, mediante escritura pública de fecha siete de febrero de
dos mil dos, registrado el veintitrés de abril de dos mil dos en el Asiento C00006
de la Partida número 47434246 del Registro de Predios de Lima (en adelante
“sétimo contrato”). Así mismo solicita la cancelación de los siguientes asientos
registrales: C00001, C00002, C00003, C00004, C00005 y C00006 de la Partida
número 47434246 del Registro de Predios de Lima, y la anulación y cancelación
del bloqueo registral de la citada partida. La asociación demandante considera que
los cuestionados actos jurídicos y asientos registrales son nulos por las causales de
falta de manifestación de voluntad, fi n ilícito, objeto física y jurídicamente
imposible y ausencia de la forma prevista por ley.
433
y en el sexto contrato se falsificó la firma de la vendedora; de otro lado, en cuanto
al sétimo contrato, no se ha determinado que la firma de la vendedora sea falsa; en
los Registros Públicos figuraba la vendedora como propietaria del predio sub litis;
y no se ha demostrado que la compradora -recurrente- haya estado en posición de
conocer la inexactitud de la información registral; por lo tanto, este último contrato
es válido.
434
que la absolución en la vía penal la convierte automáticamente, y sin más, en
adquirente de buena fe, pues el dolo penal es distinto de la mala fe civil, que puede
configurarse, no con intención deliberada, sino con negligencia inexcusable, con
total desprecio a la búsqueda de la verdad, al no realizar la más mínima indagación,
como lo exigían las circunstancias del caso concreto, y con el propósito de sacar
provecho de una situación injusta. La buena fe es un concepto de razón ética, que
implica acción directa y honesta, por lo cual se actúa con contravención a ella
cuando el acto es doloso, pero también cuando hay culpa inexcusable. En el
presente caso, no hay delito, pero sí ilícito civil.
435
7. La recurrente sostiene que la Sala Superior no se ha pronunciado sobre los
agravios denunciados en el recurso de apelación de sentencia, sino respecto a
agravios distintos; y que ha introducido un hecho nuevo al proceso, consistente en
que el cinco de marzo de dos mil dos despojó a la asociación demandante del
predio sub litis, lo cual nunca fue alegado por las partes; por lo tanto, se ha
producido un desvío del debate procesal.
436
tal conclusión, que a criterio de los que suscribimos la presente resolución, es
adecuada. En consecuencia, debe desestimarse la infracción denunciada en el
literal a).
437
pues es parte del contrato nulo por fin ilícito que se declara a través de la presente
sentencia; en consecuencia, siendo parte de un negocio jurídico inválido, y no un
tercero, la innovación del artículo 2014 del Código Civil es totalmente
equivocada”. En consecuencia, al margen de que tales fundamentos resulten o no
compartidos en su integridad por la recurrente, constituyen justificación suficiente
que respalda la decisión adoptada por la instancia de mérito, la que se sujeta al
mérito de lo actuado y al derecho, así como al resultado de la valoración conjunta
y razonada de los medios probatorios incorporados al proceso.
438
concretos actos de los órganos judiciales de ejercer los medios necesarios,
suficientes y eficaces para defender sus derechos e intereses legítimos.
14. En el caso que nos ocupa, la recurrente alega que se ha vulnerado su derecho
de defensa porque la Sala Superior se ha pronunciado sobre agravios que no fueron
denunciados en el recurso de apelación de sentencia; conforme a lo analizado en
el fundamento octavo de la presente resolución, a través de esa alegación, en
realidad la recurrente pretende cuestionar la prueba indiciaria utilizada por la
instancia superior para justificar tanto su decisión como su valoración; en tal
sentido, la instancia superior no ha vulnerado el derecho de defensa de la
recurrente; pues, la decisión adoptada sobre la controversia es resultado de la
valoración de las alegaciones y medios de prueba aportados al proceso. Por lo
tanto, la infracción descrita en el literal c) debe desestimarse.
15. En torno a la infracción descrita en el literal d) debemos señalar que una de las
garantías de la impartición de justicia consagrada por nuestra Carta Magna es la
inmutabilidad de la cosa juzgada. Al respecto, la Constitución Política del Perú, en
su artículo 139 inciso 2, establece que: “La independencia en el ejercicio de la
función jurisdiccional. Ninguna autoridad puede avocarse a causas pendientes ante
el órgano jurisdiccional ni interferir en el ejercicio de sus funciones. Tampoco
puede dejar sin efecto resoluciones que han pasado en autoridad de cosa juzgada,
ni cortar procedimientos en trámite, ni modificar sentencias ni retardar su
ejecución (…)”.
17. La recurrente alega que no se ha valorado una sentencia penal firme, la cual
acredita que al celebrar el cuestionado contrato de compraventa, nunca tuvo la
intención de perjudicar a la asociación demandante, y que confió en la información
439
existente en el registro; al respecto, la Sala Superior ha motivado adecuadamente
sobre ese cuestionamiento, al señalar que “es errado sostener que la absolución en
la vía penal la convierte automáticamente, y sin más, en adquirente de buena fe,
pues el dolo penal es distinto a la mala fe civil, que puede configurarse, no con
intención deliberada, sino con negligencia inexcusable, con total desprecio a la
búsqueda de la verdad, al no realizar la más mínima indagación, como lo exigían
las circunstancias del caso concreto, y con el propósito de sacar provecho de una
situación injusta. La buena fe es un concepto de razón ética, que implica acción
recta y honesta, por lo cual se actúa en contravención a ella cuando el acto es
doloso, pero también cuando hay culpa inexcusable. En el presente caso, no hay
delito, pero sí ilícito civil, configurado con los hechos ampliamente expuestos en
el décimo cuarto y décimo quinto considerando”. En dicho contexto, el resultado
del proceso penal, en el que fue absuelta la recurrente de los cargos imputados, no
se encuentra necesariamente vinculado al presente proceso, ya que el objeto de
aquel es imponer una sanción punitiva a quien cometa un delito; en tanto, el objeto
del proceso civil es resolver los conflictos surgidos sobre las relaciones jurídicas
existenciales, familiares y patrimoniales de los sujetos de derecho. Por esta razón,
la sentencia penal absolutoria no es un dato determinante para concluir que la
recurrente es una adquirente de buena fe, ni que su título de adquisición sea válido;
pues, conforme a lo analizado por la instancia de mérito, se ha acreditado que tanto
la recurrente como su transferente dirigieron su actuación “a consumar un negocio
inmensamente lucrativo mediante la adquisición de un predio, que, a todas luces,
se encontraba afectado de múltiples irregularidades”. Por consiguiente, la
infracción descrita en el literal d) debe desestimarse.
440
19. En la sentencia impugnada, la Sala Superior ha concluido que la recurrente y
su transferente “celebraron un contrato fraudulento, con fin ilícito, cuya finalidad
era perjudicar al verdadero propietario, lo que se acredita con las falsedades
expuestas en la minuta (precio pagado en distinta fecha y tercero que pagó el
precio), con una compra que se hizo, pese a que habían seis transferencias
anteriores casi consecutivas, en menos de dos años con intervención de notarios
destituidos y de Huarochirí; además, a valores irreales, pues un año antes se pagó
el veinticinco por ciento (25%) del precio que supuestamente iba a pagar la
compradora Gisselle Castro Arquiñigo; con una extraña obligación de
“urbanización” por parte de una vendedora inexperta, pero que en realidad, tendría
como propósito no pagar todo el precio, sino una suma menor (…) para justificar
el riesgo de una compra ilícita; y por último, sin realidad posesoria y sin hacer la
más mínima indagación de las irregularidades que constaban expresamente en el
registro; tales como, que la vendedora Martha Raquel Fonseca Heredia compró en
segundo lugar; por lo tanto, pudo comprobar fácilmente la ilicitud de la operación;
pues, la primera compradora Rosario Emperatriz Sarmiento Salazar ya aparecía en
el registro con un bloqueo, si bien caduco, pero informaba de un hecho irregular,
como una venta anterior; sin embargo, prefirió adquirir a la segunda compradora,
con un total desprecio por la verdad, sin realizar las indagaciones que eran
totalmente imprescindibles en este caso”. De acuerdo con ello, es evidente que la
recurrente no se encuentra amparada por el principio de fe pública registral,
regulado en el artículo 2014 del Código Civil; pues, no tiene la calidad de tercero
de buena fe, ya que adquirió el predio sub litis a sabiendas de que en el registro
constaban una serie hechos que cuestionaban severamente los actos de
transferencia practicados sobre dicho bien. En consecuencia, la infracción descrita
en el literal e) debe desestimarse.
441
jurídicas utilizadas o de los propósitos expresamente declarados”. Por lo tanto, “en
el ámbito de los actos privados se puede y se debe ingresar en el trasfondo para
evaluar la honestidad de los fines”.
V. DECISIÓN
Por los fundamentos expuestos, y en aplicación del artículo 397 del Código
Procesal Civil, declararon:
442
EL VOTO EN MINORÍA DE LA SEÑORA JUEZA SUPREMA
CÉSPEDES CABALA, ES COMO SIGUE:
Se trata del recurso de casación interpuesto por Giselle Castro Arquiñigo a fojas
cien del cuaderno formado en esta Sala Suprema, contra la sentencia de vista
contenida en la Resolución número quince, de fecha seis de noviembre de dos mil
quince, corriente a fojas cuatro mil doce, emitida por la Primera Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Lima, que revocó en el extremo apelado la sentencia
de primera instancia contenida en la Resolución número ciento setenta y siete, de
fecha treinta y uno de enero de dos mil catorce, obrante a fojas tres mil seiscientos
sesenta y cinco; y reformando declaró fundado el extremo apelado; en
consecuencia, nulo el acto jurídico materia de apelación por causal de fin ilícito.
1. Por resolución de fecha dos de noviembre de dos mil diecisiete, obrante a fojas
trescientos veintidós del cuadernillo de casación formado ante esta Sala Suprema,
se declaró procedente el recurso de casación por las causales:
443
a la Motivación de las Resoluciones Judiciales, al contradecirse la Sala Superior al
señalar que una supuesta intencionalidad maliciosa en realizar el contrato de
compraventa en perjuicio de la demandada, y posteriormente, señalando que se
actuó negligentemente; asimismo, al señalar que no es tercero de buena fe.
e) Infracción normativa del artículo 2014 del Código Civil; la Sala Superior ha
señalado que la recurrente ya no es tercera, ya que es parte del acto jurídico; sin
embargo, sí es tercero respecto a la inexactitud del registro en la cual se basaron
para realizar el contrato de compraventa. La recurrente se constituyó como
adquirente legítima de buena fe; y, en consecuencia, nunca tuvo conocimiento al
momento de la compra que la vendedora no tuviera legitimidad sobre sus títulos.
Se respetó el tracto sucesivo.
444
ajena a los demás demandados. La ilicitud del acto jurídico debe analizarse desde
un estándar objetivo, el cual no es otro que la función individual práctica del acto
jurídico.
445
Salazar, de fecha veintiocho de setiembre de dos mil uno, y que dio lugar al
bloqueo de la Partida número 47434246 del Registro de Propiedad Inmueble de
Lima, presentado mediante y título número 182059 del uno de octubre de dos mil
uno;
446
Lima, correspondiente a la inscripción mediante título número 182059 del acto
jurídico registrado con fecha uno de octubre de dos mil uno;
447
únicamente del título número 217705 del veintiocho de noviembre del dos mil, el
cual como corresponde cronológicamente, a la tercera de las supuestas
compraventas del inmueble cuya nulidad demandan, la que fue registrada el
dieciocho de enero de dos mil uno, en el Asiento C00003 de la Partida Electrónica
número 47434246 del Registro de Propiedad Inmueble de Lima.
Que, este hecho resulta absolutamente sospechoso e ilógico, por no decir irregular,
si se tiene en cuenta que en atención a su secuencia cronológica, a la fecha de
expedición de la copia literal de fecha doce de enero de dos mil uno, supuestamente
ya se había producido la inscripción registral de la primera y segunda
compraventas del inmueble cuya nulidad están demandando, (inscripción que
habría ocurrido el seis y cuatro de octubre del dos mil), no obstante lo cual, a pesar
de ser anteriores a la aludida tercera compraventa y estar supuestamente ya
registradas a la fecha de expedirse la citada copia literal, no son mencionadas por
esta.
Que, posteriormente y ante todos los indicios de los probables actos dolosos e
irregularidades notariales y registrales conocidos a propósito de la continuación
del mismo trámite ante la Municipalidad, la actora obtuvo esta vez una segunda
copia literal de los Registros Públicos expedida el dieciséis de abril de dos mil uno,
en la cual no solo aparecen la primera, segunda y tercera compraventa antes
mencionadas sino que incluyen una cuarta compraventa, que luego de las
investigaciones realizadas por la actora en el Archivo General de la Nación y en
los Registros Públicos de Lima, encomendaron la realización de exámenes
periciales los que han confirmado la falsedad e inexistencia de los cuatro primeros
contratos y de sus respectivos documentos, lo que permite determinar la absoluta
inexistencia de los mismos y de las escrituras públicas que los contienen, conforme
al siguiente detalle:
448
treinta de marzo de mil novecientos ochenta y cuatro, otorgada ante Notario
Público Diodoro Orduña Vásquez, registrada el cuatro de octubre del dos mil, en
el Asiento C00002 de la Partida Electrónica número 47434246 del Registro de
Propiedad Inmueble de Lima;
6) Quinto contrato con pacto de retroventa fue celebrado entre Ruth Betsabeth
Morales Breña y Rosario Emperatriz Sarmiento Salazar, mediante minuta de fecha
veintiocho de setiembre de dos mil uno, que corre bajo el Kárdex número 41843
en la Notaría del Doctor Carlos Enrique Becerra Palomino y que dio lugar al
bloqueo registral de la Partida Electrónica número 47434246 del Registro de
Propiedad Inmueble de Lima, mediante título número 182059 con fecha uno de
octubre de dos mil uno;
449
Canelo Ramírez, registrada el catorce de diciembre de dos mil uno, en el Asiento
C00005 de la Partida Electrónica número 47434246 del Registro de Propiedad
Inmueble de Lima; y
450
Que, de la revisión de la documentación, es posible elaborar la relación de hechos
que se suman a los anteriores seguidamente destacan:
c) La Escritura Pública del primer contrato autorizada por el Doctor Juan Bravo
Cevallos, quien de acuerdo por la información proporcionada por el Colegio de
Abogados de Lima, tiene el Registro número 590; sin embargo, la Escritura
Pública aparece consignando el Registro de Colegio de Abogados de Lima número
560; además, curiosamente, este mismo abogado autoriza las minutas materia de
las Escrituras Públicas de compraventa relativas a los contratos segundo y tercero,
no obstante que entre estas dos últimas y la antes mencionada existe una diferencia
de más de diez años; de otro lado, según se aprecia del texto del acta que corre
inserta en la Escritura Pública mencionada en el primer contrato, la venta del
inmueble fue supuestamente acordada por la Junta General Extraordinaria de
451
Socios de la Asociación realizada el diez de marzo de mil novecientos setenta y
tres, en la que a su vez se habría autorizado al Comité Directivo de la Asociación
para que ejecute dicha venta al mejor postor para cubrir el déficit presupuestal del
año mil novecientos setenta y tres.
452
registral sino hasta el dieciocho de agosto de mil novecientos noventa y uno, fecha
en la cual quedó registrada en el Asiento 4 de la Ficha número 13014 del Libro de
Asociaciones del Registro de Personas Jurídicas de Lima, la Junta Directiva o
Comité Directivo de la Asociación elegido por la Junta General Ordinaria de
Socios de fecha treinta y uno de marzo de mil novecientos ochenta y siete, lo que
significa que entre los años mil novecientos setenta y tres y mil novecientos
noventa y uno, no se efectuó inscripción alguna en la Partida Registral de la
Asociación, más aún según consta en el Asiento 4 de la Ficha número13014 del
Libro de Asociaciones del Registro de Personas Jurídicas de Lima, la Junta
Directiva que corre inscrita en dicho Asiento fue elegida por la Junta General
Ordinaria de socios de la Asociación de treinta y uno de marzo de mil novecientos
ochenta y siete, lo que da a entender que el Comité Directivo inscrito en el Asiento
3 de fojas 579 del Tomo 13 del Libro de Asociaciones del Registro de Personas
Jurídicas de Lima, es el que se encontraba vigente al momento en que la
Asociación y el Comité supuestamente adoptaron los acuerdos de venta del
inmueble materia del primer contrato a favor de Raúl Rivera Serna.
PRIMERA INSTANCIA
453
Serna, así como la escritura de compraventa de fecha doce de junio de mil
novecientos setenta y tres, otorgada ante la Notaría Céspedes Marín; sin necesidad
de efectuar análisis alguno respecto de los demás vicios de forma señalados por la
parte accionante; con lo cual procede además, ordenarse la Cancelación de la
Inscripción Registral efectuada el seis de marzo de dos mil, en el Asiento C00001
de la Partida Electrónica número 47434246 del Registro de Propiedad Inmueble
de Lima.
454
Registro de Propiedad Inmueble de Lima, es de señalarse que, en la pericia
ordenada, efectuada conforme a los términos de la instrumental de fojas dos mil
novecientos cincuenta y ocho a dos mil novecientos setenta y uno, se aprecia que
el perito señaló que: “B. La firma a nombre del vendedor Raúl RIVERA CERNA
Y la atribuida a Raúl Ramón VENTURA CANO (comprador), de la Escritura
Pública de Compra Venta N 345 del 30MAR1984, realizada en la Notaria Diodoro
Ricardo ORDUÑA VÁSQUEZ, no provienen del puño gráfico de sus titulares, son
falsificadas. Respecto a la firma del notario Diodoro Ricardo ORDUÑA
VÁSQUEZ, esta sí proviene del puño gráfico de su titular, es decir es auténtica”.
Que, por tanto, si la firma de los intervinientes (comprador y vendedor) son falsas,
entonces es de concluirse que, ese hecho, desde ya acarrea el insalvable vicio de
nulidad de la referida minuta así como de la Escritura Pública de Compraventa,
celebrada entre don Raúl Rivera Serna y Raúl Ramón Ventura Cano, de fecha
treinta de marzo de mil novecientos ochenta y cuatro, sin necesidad de efectuarse
análisis alguno adicional respecto de los demás vicios de forma señalados por la
parte accionante; con lo cual procede además, ordenarse la Cancelación de la
Inscripción Registrada en el Asiento C00002 en la Partida número 47434246 del
Registro de Propiedad Inmueble de Lima.
Que, la tercera pretensión está orientada a que se declare la nulidad del contrato de
compraventa y de la Escritura Pública celebrada entre Raúl Ramón Ventura Cano
y Judit Pachas Canto, de fecha tres de setiembre de mil novecientos ochenta y
cuatro, Registrada en el Asiento C00003 en la Partida número 47434246 del
Registro de Propiedad Inmueble de Lima.
455
setiembre de mil novecientos ochenta y cuatro, registrada en el Asiento C00003 en
la Partida número 47434246 del Registro de Propiedad Inmueble de Lima, es de
señalarse que, en la pericia ordenada efectuada conforme a los términos de la
instrumental de fojas dos mil novecientos cincuenta y ocho a dos mil novecientos
setenta y uno, se aprecia que el perito señaló que: “C. La firma trazada a nombre
Raúl Ramón VENTURA CANO(vendedor), la atribuida a Judit PACHAS
CANTO (compradora), y a Juan BRAVO CEVALLOS(abogado) en la minuta de
fecha 17 Julio 1984 y en la Escritura Pública del 3 de Septiembre de 1984 realizada
en la Notaría Diodoro Ricardo ORDUÑA VÁSQUEZ , no provienen del puño
gráfico de sus titulares, son falsificadas. Respecto a la firma del notario Diodoro
Ricardo ORDUÑA VÁSQUEZ, ésta sí proviene del puño gráfico de su titular, es
decir es auténtica”.
Que, por tanto, si la firma de los intervinientes (comprador y vendedor) son falsas,
entonces es de concluirse que, ese hecho, desde ya acarrea el insalvable vicio de
nulidad de la referida al Contrato de Compraventa y de la Escritura Pública
celebrada entre Raúl Ramón Ventura Cano y Judit Pachas Canto, de fecha tres de
setiembre de mil novecientos ochenta y cuatro, sin necesidad de efectuarse análisis
alguno adicional respecto de los demás vicios de forma señalados por la parte
accionante; con lo cual procede además, ordenarse la Cancelación de la Inscripción
Registrada en el Asiento C00003 en la Partida número 47434246 del Registro de
Propiedad Inmueble de Lima. Que, la cuarta pretensión está orientada a que se
declare la nulidad del contrato de compraventa y de la Escritura Pública celebrada
entre Judit Pachas Canto y Ruth Betsabeth Morales Breña, de fecha diez de febrero
de dos mil uno, registrada en el Asiento C00004 en la Partida número 47434246
del Registro de Propiedad Inmueble de Lima. En la Escritura Pública, la vendedora
Judit Pachas Canto, fue representada por Lily Fernández Pimentel, quien actuó
estando a la sustitución de poder otorgada a su favor por Martha Angie Bautista
Guerra, ante la Notaría Jorge Luis Gonzales Loli de fecha treinta de enero de dos
mil uno, en cuya décima cláusula aparece que: “ambas partes contratantes
acuerdan que en caso de ausencia de la vendedora, cualquiera de sus apoderados o
sustituta con poderes inscritos en la partida electrónica 11107025 del Registro de
Mandatos y Poderes de Lima, podrán suscribir la respectiva escritura pública de
compra venta, que origine esta minuta, conforme a ley”. Copia literal del inmueble
de los antecedentes, fue expedida por los Registros Públicos el doce de enero de
dos mil uno, y supuestamente ya se encontraban registradas las Escrituras Públicas
de Compraventa, en los Asientos C00001 y C00002 de la Partida Electrónica
456
número 42434246 con fechas seis de marzo de dos mil y cuatro de octubre de dos
mil, respectivamente. La copia literal del inmueble fue expedida por Registros
Públicos el dieciséis de abril de dos mil uno, en la cual aparecen los referidos
Asientos C00001 y C00002 de la Partida Electrónica número 42434246 y además
constan los Asientos C00003 y C00004 correspondientes a las Escrituras Públicas
del tercer y cuarto contrato las que aparecen registradas el dieciocho de enero y
veintitrés de febrero de dos mil uno, respectivamente, lo que resulta sospechoso e
ilógico. Al final del Asiento 4 de fojas 468 del tomo 1125 de la referida copia
literal, aparecen en mayúsculas las iniciales PE, lo que indica que la partida
registral del inmueble continúa en una Partida Electrónica; sin embargo, dichas
iniciales no se encontraban asentadas en la mencionada foja y tomo al momento
en que se expidió la copia literal de fecha doce de enero de dos mil uno, lo que
evidencia un irregular manejo registral por cuanto al momento en que se expidió
esa copia ya había sido creada como consecuencia de la inscripción de los Asientos
C00001 y C00002 de la Partida Electrónica número 42434246.
Tanto la supuesta venta del inmueble efectuada por la Asociación a Raúl Rivera
Serna (primer contrato), así como las tres supuestas ventas posteriores (del
segundo a cuarto contrato) se inscribieron en la Partida Registral recién entre el
mes de marzo de dos mil y el mes de febrero de dos mil uno, esto es en el lapso de
casi un año ni en la minuta ni en la Escritura Pública está fehacientemente
acreditada la existencia de un tráfico real de dinero en pago de un precio por la
venta del inmueble, resultando extraño e irregular que se consigne el pago de un
precio al contado que supera los cien mil dólares americanos (US$100,000.00) al
diez de febrero de dos mil uno, siendo inverosímil que alguien (en este caso Ruth
Betsabeth Morales Breña) pueda manejar cien mil dólares americanos
(US$100,000.00) en efectivo y a la mano, lo que corrobora el carácter fraudulento
de la operación y su inexistencia, agravado esto con las conclusiones periciales
respecto del tercer y cuarto contrato que demuestra la suplantación de Judit Pachas
Canto que se consigna como vendedora a favor de Ruth Betsabeth Morales Breña,
con el evidente y vedado propósito de alegar el beneficio de la convalidación del
derecho de propiedad sobre la base de la aparente buena fe registral en su
adquisición, prevista en el artículo 2014 del Código Civil.
457
47434246 del Registro de Propiedad Inmueble de Lima, es de señalarse que, en la
pericia ordenada, efectuada conforme a los términos de la instrumental de fojas
dos mil novecientos cincuenta y ocho a dos mil novecientos setenta y uno, se
aprecia que el perito señaló que: “D. En la minuta N° 368 de fecha 08 de febrero
2001 la firma trazada a nombre de Judit PACHAS CANTO (vendedora), no
provienen del puño gráfico de su titular es decir es falsificada y las atribuidas a
Ruth Betsabeth MORALES BREÑA (compradora) y del notario LUIS
GONZALES LOLI, estas sí provienen del puño gráfico de sus titulares, son
auténticas”. Que, por tanto, si la firma de la vendedora es falsa, entonces es de
concluirse que, ese hecho, desde ya acarrea el insalvable vicio de nulidad de la
referida al Contrato de Compraventa y de la Escritura Pública celebrada entre Judit
Pachas Canto y Ruth Betsabeth Morales Breña, de fecha diez de febrero de dos mil
uno, pues no está expresada de manera indubitable que la vendedora haya querido
disponer del bien inmueble submateria, y sin necesidad de efectuarse análisis
alguno adicional respecto de los demás vicios de forma señalados por la parte
accionante; más aún si se tiene en cuenta que conforme a las consideraciones
referidas al tercer contrato, la firma de Judit Pachas Canto (como compradora),
también fue falsificada; con lo cual procede además, ordenarse la cancelación de
la inscripción registrada en el Asiento C00004 en la Partida número 47434246 del
Registro de Propiedad Inmueble de Lima.
Que, la quinta pretensión está referida a que se declare la nulidad del Contrato de
Compraventa y de la Escritura Pública celebrada entre Ruth Betsabeth Morales
Breña y Rosario Emperatriz Sarmiento Salazar, de fecha veintiocho de setiembre
de dos mil uno, y que dio lugar al bloqueo de la Partida número 47434246 del
Registro de Propiedad Inmueble de Lima, presentado mediante y título número
182059 de fecha uno de octubre de dos mil uno. Que, al respecto, la demandante
señaló que:
II) El contrato tiene características muy peculiares que hacen concluir en nulidad;
pues en la operación realizada por Rosario Emperatriz Sarmiento Salazar con su
458
codemandada Ruth Betsabeth Morales Breña, se revela que la compradora ha
realizado un acto nulo por cuanto el objeto del contrato es física y jurídicamente
imposible, al pretender transferirse un bien sobre el cual la vendedora no tiene
derecho o capacidad legal de hacerlo, atentando contra el orden público, por cuanto
ha sido celebrado con deliberada intención de aparentar una transferencia de
Morales Breña a Sarmiento Salazar. Que, respecto de la quinta pretensión para que
se declare la nulidad del Contrato de Compraventa con pacto de retroventa y de la
Escritura Pública celebrada entre Ruth Betsabeth Morales Breña y Rosario
Emperatriz Sarmiento Salazar, de fecha veintiocho de setiembre de dos mil uno, y
que dio lugar al bloqueo de la partida número 47434246 del Registro de Propiedad
Inmueble de Lima, presentado mediante y título número 182059 de fecha uno de
octubre de dos mil uno, es de señalarse que, en la pericia ordenada, efectuada
conforme a los términos de la instrumental de fojas dos mil novecientos cincuenta
y ocho a dos mil novecientos setenta y uno, se aprecia que el perito señaló en el
punto: “IV APRECIACIONES En la Minuta de compra venta con pacto de
Retroventa N° 1058 de fecha 01SET2001 que otorga Ruth Betsabeth MORALES
BREÑA a favor de Rosario Emperatriz SARMIENTO SALAZAR de la Notaría
Carlos Enrique Becerra Palomino sólo aparece una firma atribuida a Ruth
Betsabeth MORALES BREÑA y en la Escritura N° 1226 de fecha 01OCT2001,
de la mencionada notaría, no se tomaron las firmas de Ruth Betsabeth MORALES
BREÑA, Rosario Emperatriz SARMIENTO SALAZAR y del Notario Carlos
Enrique Becerra Palomino”. Que, por tanto, si solo obra la firma de la vendedora,
entonces es de concluirse que, ese hecho, desde ya acarrea el insalvable vicio de
nulidad del referido contrato de compraventa y de la Escritura Pública celebrada
entre Ruth Betsabeth Morales Breña y Rosario Emperatriz Sarmiento Salazar, de
fecha veintiocho de setiembre de dos mil uno, y que dio lugar al bloqueo de la
Partida número 47434246 del Registro de Propiedad Inmueble de Lima,
presentado mediante y título número 182059 del uno de octubre de dos mil uno.
Que, la sexta pretensión está referida a que se declare la nulidad del Contrato de
Compraventa y de la Escritura Pública celebrada entre Ruth Betsabeth Morales
Breña y Martha Raquel Fonseca Heredia, de fecha tres de diciembre de dos mil
uno, registrada en el Asiento C00005 en la Partida número 47434246 del Registro
de Propiedad Inmueble de Lima.
459
atribuida a la vendedora Ruth Betsabeth MORALES BREÑA, de la minuta N° 355
de fecha 27 noviembre 2001, no proviene del puño gráfico de su titular, es decir es
falsificada; la firma trazada a nombre de Martha Raquel FONSECA
HEREDIA(compradora) no ha sido factible determinar su autenticidad o falsedad
por falta de muestras de cotejo”.
Que, el aspecto último citado el perito sostiene también que: “G. La firma (...).
Respecto a la autógrafa trazada a nombre de Martha Raquel FONSECA HEREDIA
460
(compradora) no ha sido factible determinar su autenticidad o falsedad por falta de
muestras de cotejo”.
Que, por tanto, si en el Registro Público figuraba como propietaria del predio
submateria, Martha Raquel Fonseca Heredia y en autos no se ha desvirtuado que
la última compradora y actual propietaria Gisselle Castro Arquiñigo haya estado
en posición de conocer que ese hecho era inexacto, en virtud del artículo del 2014
del Código Civil, aquella mantiene su derecho de propiedad, aunque sea ineficaz
el de su otorgante, en este caso los de sus anteriores otorgantes.
SENTENCIA DE VISTA
461
el siete de febrero (día de la Escritura Pública) por medio de cheque, y no el
veintinueve de enero (fojas quinientos ochenta y siete);
iv) También es sospechoso el pago del precio: doscientos mil dólares americanos
(US$200,000.00) a la firma del contrato (que no es cierto), y el saldo de doscientos
cuarenta dólares americanos (US$240,000.00) a los treinta días de “realizar todos
los actos administrativos pertinentes a la habilitación urbana del presente lote”
(fojas treinta); es decir, una vendedora que declara la ocupación de comerciante,
empero, se obliga a realizar una habilitación urbana, sin tener experiencia alguna
en el tema; mientras que la compradora, que es la arquitecta, y además socia de la
empresa DH Montt (empresa constructora), que se dedica precisamente a esa
actividad conforme a los documentos alcanzados por la misma demandada (fojas
seiscientos treinta a mil ciento noventa y ocho); sin embargo, ¿tendría que esperar
la gestión de una inexperta, mientras ellos se quedarían cruzados de brazos? Esa
cláusula carece de racionalidad técnica y económica, por tanto, en realidad, esta
situación hace suponer que dicha obligación era ficticia, pues nunca se pensó en
pagar esa segunda parte del precio, por lo que este, desde un inicio, solo alcanzaba
a un monto sustancialmente reducido de solo doscientos mil dólares americanos
(US$200,000.00). Por su parte, la posterior ejecución de garantías, que finalmente
fue descartada por el órgano jurisdiccional, y que no ha dado lugar a ninguna otra
acción de cobranza, más parece una simulación procesal que añade elementos de
verosimilitud a la sospecha;
462
de dos años se celebraron siete transferencias sobre el mismo bien, en la que
participaron notarios destituidos, y dos de ellos de Huarochirí ¿No le llamó la
atención esa secuencia de notarios a Gisselle Castro Arquiñigo, y que los actos se
celebraran en un lugar tan alejado;
vi) Otra circunstancia irregular, que la compradora debió conocer, es que la venta
de Judit Pachas Canto a Ruth Betsabeth Morales tuvo un precio de trescientos
sesenta mil soles (S/360,000.00), mientras que Gisselle Castro Arquiñigo un año
después, pretendió pagar la suma de cuatrocientos cuarenta mil dólares americanos
(US$440,000.00), es decir, cuatro veces más, entonces, ¿no le llamó la atención
que Judit Paredes Canto haya prácticamente regalado el terreno a un precio vil?;
vii) Otra circunstancia irregular que la compradora debió conocer es que Ruth
Betsabeth Morales Breña vendió el lote dos veces, conforme consta en el propio
registro: primero, a Rosario Sarmiento Salazar, y luego a Martha Raquel Fonseca
Heredia; sin embargo, Gisselle Castro Arquiñigo le compró a esta última, sin
molestarse en averiguar qué había ocurrido con la primera venta a Rosario
Sarmiento Salazar, pues si se hubiera tomado ese simple trabajo, que viene
impuesto por las más elementales reglas de la buena fe, entonces podría haber
conocido que esa primera venta se frustró porque se había descubierto la trama de
falsificación que rodeaba este caso, razón por la cual, el notario Carlos Enrique
Becerra Palomino, ante quien se presentó la minuta, no otorgó la Escritura Pública
(fojas doscientos cuarenta y nueve y siguientes). Por tanto, la compradora Gisselle
Castro Arquiñigo conoció de modo efectivo las triquiñuelas que habían ocurrido
(¿por qué adquirió de la segunda compradora?), que implicaban groseras
irregularidades, y en lugar de optar por la conducta honesta y transparente de
averiguar los hechos prefirió la acción torva y malintencionada de apresurarse en
inscribir la compra ante la municipalidad, sin haber pagado el precio, lo que
demuestra claramente que su única intención era correr con la transferencia a
efecto de legalizar el fin ilícito;
463
ilegalidad de la compra, razón por la cual ese mismo día, esta obtiene una
constancia policial en la cual se acredita que se estaba colocando una puerta (fojas
quinientos noventa) respecto de un terreno baldío que se encontraba totalmente
cercado, lo cual indica que tomó la posesión en forma inmediatamente posterior a
la carta, de modo unilateral, mediante la apertura de una puerta en el muro que
curiosamente decía: “propiedad de la Asociación de Propietarios de Caballos de
Carrera del Perú” (fotografía tomada el seis de noviembre de dos mil once, fojas
mil trescientos noventa y uno), según consta del acta notarial de posesión (fojas
mil trescientos noventa). Por lo demás, según este mismo documento, la posesión,
al seis de noviembre del dos mil uno, correspondía a la demandante, y por mérito
de la presunción de continuidad prevista en el artículo 915 del Código Civil, se
extendió hasta el acto de despojo ocurrido el cinco de marzo de dos mil dos. Por
tanto, es evidente que las codemandadas Martha Raquel Fonseca Heredia y
Gisselle Castro Arquiñigo celebraron un contrato fraudulento, con fin ilícito, cuya
finalidad era perjudicar al verdadero propietario, lo que se acredita con las
falsedades expuestas en la minuta (precio pagado en distinta fecha y tercero que
pagó el precio), con una compra que se hizo, pese a que habían seis transferencias
anteriores casi consecutivas, en menos de dos años con intervención de notarios
destituidos y de Huarochirí; además a valores irreales, pues un año antes se pagó
el veinticinco por ciento (25%) del precio que supuestamente iba a pagar la
compradora Gisselle Castro Arquiñigo; con una extraña obligación de
“urbanización” por parte de una vendedora inexperta, pero que en realidad, tendría
como propósito, no pagar todo el precio, sino una suma menor (“precio de regalo”),
para justificar el riesgo de una compra ilícita y por último, sin realidad posesoria y
sin hacer la más mínima indagación de las irregularidades que constaban
expresamente en el registro, tales como que la vendedora Fonseca Heredia compró
en segundo lugar, por tanto, pudo comprobarse fácilmente la ilicitud de la
operación, pues la primera compradora Sarmiento Salazar, ya aparecía en el
registro, con un bloqueo, si bien caduco, pero que informaba de un hecho irregular,
como una venta anterior; sin embargo, prefirió adquirir a la segunda compradora,
con un total desprecio por la verdad, sin realizar las indagaciones que eran
totalmente imprescindibles en este caso.
464
lo que se pretendió hacer un uso indebido y abusivo de las normas de protección a
la buena fe, cuando en este caso, queda en evidencia, que nunca la hubo. En
consecuencia, el contrato de compraventa cuestionado ha sido celebrado con fi n
ilícito, pues la acción de los codemandados tuvo el evidente ánimo de perjudicar
al demandante en su derecho de propiedad, por lo que se trata de un acto nulo, de
conformidad con el artículo 219 inciso 4 del Código Civil.
465
función jurisdiccional consagrado en el inciso 5 del artículo 139 de la Constitución
Política del Perú, norma constitucional que ha sido recogida en el artículo 12 del
Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en el inciso 6 del
artículo 50 e incisos 3 y 4 del artículo 122 del Código Procesal Civil, y cuya
contravención origina la nulidad de la resolución, conforme lo disponen las dos
últimas normas procesales señaladas.
4. Que, cabe señalar que los recursos de apelación se rigen por el principio “tantum
devolutum quantum apellatum” entendido este, según la Corte Suprema de Justicia
de la República, expuesto en la Casación número 3915-2006, publicada en el diario
oficial “El Peruano”, el veintiocho de febrero de dos mil ocho: “Que, en virtud del
principio tantum devolutum quantum apellatum, el órgano judicial revisor que
conoce de la apelación solo debe avocarse sobre aquello que le es sometido en
virtud del recurso, siendo en segunda instancia que la pretensión del apelante al
impugnar la resolución, es la que establece los extremos sobre los que debe versar
la revisión que realiza el Superior, no pudiendo conocer extremos que han quedado
consentido por las partes”; siendo que en la Casación número 2139- 2007, se
indica: “Que, además, el respeto al principio de la congruencia se encuentra
concatenado con la atención al denominado tantum devolutum quantum
appellatum, lo cual implica que el alcance de la impugnación de la resolución
recurrida determinará los poderes del órgano Ad quem para resolver de forma
congruente la materia objeto del recurso”. (Jaime Solé Riera. “Recurso de
apelación”. En: Revista Peruana de Derecho Procesal; marzo de mil novecientos
noventa y ocho, página quinientos setenta y uno).
466
a darle la razón a la parte pretendiente, pero si a indicarle las razones de su sin
razón y a respetar todos los puntos de la controversia fijados por las partes,
respetando así el principio de congruencia.
467
juez de instancia considera que la demandada Giselle Castro Arquiñigo actuó con
buena fe, cuando mediante cartas notariales se le hizo saber la existencia de
irregularidades en las transferencias anteriores. La norma protege la adquisición
de un tercero, siempre que no conozca la inexactitud registral, lo que no se
configura en su caso, pues la demandada Gisselle Castro Arquiñigo es una persona
experta en materia inmobiliaria; iii) En la supuesta compraventa celebrada por la
vendedora Martha Raquel Fonseca Heredia y la compradora Gisselle Castro
Arquiñigo, no se ha probado que exista pago en efectivo, pues la presentación del
cheque de gerencia a nombre de la última de las nombradas no prueba que dicho
dinero haya servido para el pago por el terreno; y, iv) A debido analizarse el
artículo periodístico denominado “vacíos legales ponen en riesgo la propiedad –
identifican a red de notarios, abogados y estafadores en robo de terrenos en Surco”,
publicado en el Diario “El Comercio” el veintiocho de octubre de dos mil trece, en
cuyo contenido se denuncia a la codemandada Ruth Betsabeth Morales Breña
como “cabeza” de la organización delictiva.
8. Que, sin embargo, al absolver los agravios formulados por la parte demandante,
la Sala Superior no ha dado respuesta a todos los agravios, sino todo lo contrario
se ha limitado a narrar hechos que no son objeto deducido en juicio (“res in
judicium deducta”), es decir, que no han sido objeto del recurso de apelación, pues
ha soslayado pronunciarse respecto de los cinco agravios, al referirse en los
considerandos décimo cuarto a décimo octavo básicamente que: es deshonesto que
el pago se realizara en nueve días de lo señalado en la minuta de compra venta,
recién el día que se elevó a Escritura Pública. Así como también el pago de
US$200,000.00 dólares americanos lo haya realizado el Consorcio DH MONT y
no la demandada Gisselle Castro Arquino; y finalmente sostiene que es deshonesto
que exista un contrato de compra venta del inmueble (tres anteriores) que
establezca un precio de S/360,000.00 soles, mientras que en la materia de nulidad
se estableciera un precio de US$440,00.00 dólares americanos.
468
en el sentido que el demandante denunciaba que no se aplica la buena fe registral
a la accionada Gisselle Castro Arquino porque supuestamente la referida
demandada conocía de la inexactitud del registro, todo ello que se encuentra
conectado de manera directa al thema dedidendi a efectos de acreditar su
adquisición y titularidad respecto al bien inmueble materia de litis, aspecto del cual
el Ad quem no se ha pronunciado de manera expresa, incurriéndose de esta manera
ante un pronunciamiento citra petita, es decir, omite total pronunciamiento sobre
las pretensiones (postulatoria o impugnatorias) formuladas por la demandante, lo
cual ha desviado el debate procesal en perjuicio de la casacionista; y, con ello,
incumple la formalidad prevista en el artículo 122 incisos 3 y 4 del Código Procesal
Civil, la cual señala que las resoluciones contienen los fundamentos de hecho que
sustentan la decisión, y los respectivos de derecho, con la cita de la norma o normas
aplicables en cada punto, según el mérito de lo actuado, además de la expresión
clara y precisa de lo que se decide u ordena respecto de todos los puntos
controvertidos, razón por la cual aquella se encuentra afectada de nulidad; por
consiguiente, el recurso de casación resulta fundado.
469
la convicción acerca de la existencia o inexistencia de los hechos discutidos en la
Litis.
12. Que, lo expuesto, constituye razón suficiente para que la Sala de casación
revise la actividad procesal del Juez cuando se ignoren hechos relevantes de la
controversia, como ha sucedido en el presente caso, en el que se ha ingresado a un
estadio de ilegitimidad por inobservancia del material probatorio de la litis, que
470
conecta uno de los parámetros insoslayables en materia casatoria, correspondiendo
declarar fundado el recurso de casación al verificarse la contravención de normas
que garantizan el derecho a un debido proceso, debe ampararse el recurso de
casación y proceder conforme a lo dispuesto en el inciso 1 del artículo 396 del
Código Procesal Civil, modificado por la Ley número 29364.
V. DECISIÓN
S. CÉSPEDES CABALA
471
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. ANTECEDENTES
472
c) Además, alega que luego de requerir el cumplimiento del compromiso a la
demandada, sin mediar razón, ésta vendió la totalidad del inmueble a favor de su
hermana Yanide Ñañez Arteaga, disponiendo de un bien del cual no era la única
propietaria, constituyendo ello la ilicitud del acto.
Con Resolución número cincuenta y siete, de fecha dos de febrero de dos mil
dieciséis (fojas setecientos cincuenta y cinco), se declaró fundada en parte la
demanda de nulidad de acto jurídico por la caudal de contravención a las normas
de orden público, bajo los siguientes argumentos:
a) Conforme a los términos en los que las partes han planteado la litis, debe
tomarse en consideración lo prescrito en el artículo 1457º del Código Civil, que
señala que: “por el contrato en favor de tercero, el promitente se obliga frente al
estipulante a cumplir una prestación en beneficio de tercera persona. El estipulante
debe tener interés propio en la celebración del contrato”.
c) En tal sentido, si bien se puede asumir que las celebrantes habrían tenido la
intención de perjudicar los derechos de la demandante al vender el bien de litis,
sobre la base de su vínculo parental (hermanas); hay que tener presente lo
siguiente: a) El derecho de la demandada nace de un contrato privado de
transferencia de posesión celebrado en fecha cuatro de diciembre de dos mil siete
(fojas 2 a 4), que jurídicamente califica como un contrato a favor de tercero, en el
que la vendedora doña Juana Rosa Vega Vilca asume calidad de estipulante, y la
compradora doña Dana Yanide Ñañez Arteaga la de promitente, y la demandante
473
María Felicita Gamero Vilca es la tercera beneficiada, todo esto señalado por el
artículo 1457º del Código Civil; b) De esto resulta que si bien el derecho de la
demandante ha nacido de la celebración de la compraventa de fecha cuatro de
diciembre de dos mil siete, este derecho no es exigible pues la demandante como
tercera beneficiada, no ha cumplido con comunicar a la estipulante y la promitente,
en conjunto, que quiere ejercer sus derechos como lo señala el artículo 1458º del
Código Civil, pues la Carta Notarial de fecha diecisiete de febrero de dos mil once
(fojas nueve), solamente se dirige a la promitente, la demandada Dana Yanide
Ñañez Arteaga, y no a la estipulante Juana Rosa Vega Vilca; y, c) Respecto de las
normas de orden público artículo 219º inciso 8 del Código Civil, si bien esta causal
de nulidad no ha sido invocada en la demanda, la aplicación de esta norma al caso
concreto deviene en adecuada en mérito del principio iura novit curia,
considerando además que, si bien la norma no se invocó, los hechos que sustentan
la aplicación que el Juzgado hace de la norma sí han sido invocados por la
demandante: que doña Dana Yanide Ñañez Arteaga vendió el inmueble sub
materia (que tiene la condición de bien social) sin la intervención de su cónyuge.
Al respecto, en el petitorio de la demanda se puede leer: “a) fin ilícito; al existir
dolo en la celebración de compra-venta de bien ajeno (280 metros cuadrados que
la demandada estaba en la obligación de realizar a mi favor) con el ánimo de
perjudicar a su cónyuge (Marco Antonio Carhuayo Ascencio) quien no ha
intervenido en su celebración (…)”. En la certificación de fojas veintiocho, que
contiene el Acta de Matrimonio n.º 00799309, con el allanamiento a la demanda
por parte de Marco Antonio Carhuayo Ascencio y con la declaración de la
demandada, al afirmar que compró el inmueble en el año dos mil siete, estando
casada, y que a la fecha sigue teniendo tal condición, se infiere que la venta que
realizó en favor de su hermana de forma posterior a su matrimonio -se hizo en
plena vigencia del régimen de sociedad de gananciales-, presunción legal aplicable
en virtud del artículo 311º inciso 1 del Código Civil.
474
sin embargo, en los documentos que dieron origen a la titulación del predio de litis
(fojas quinientos veintiséis a quinientos sesenta), no obra dicha declaración o
renuncia alegada, y tampoco ha sido incorporada al expediente.
c) Que, respecto al fin ilícito si bien la actora alega tener el derecho, amparado en
la anotación efectuada en la cláusula décima del contrato privado de transferencia
de posesión, consideramos que ello no le otorga la calidad de copropietaria como
alega en su demanda, precisamente porque no lo cataloga como titular de parte de
dicho predio; en todo caso, el derecho que eventualmente podría esgrimir respecto
al bien, se daría en tanto y en cuanto la anterior propietaria Dana Yanide Ñáñez
Arteaga hubiera cumplido con transferirle el área que pretende como suya, lo cual
no ocurre en autos, desde que la exigibilidad no se encuentra en la esfera jurídica
de la demandante. Igual situación se da para el caso de los litisconsortes Leoncio
Raúl Carhuayo Ramos y Juana Ascencio de Carhuayo, pues –como ya se indicó-
no habiendo exigibilidad en la esfera jurídica de la demandante, tampoco es
posible que lo haya en quienes adquirieron de ella sus derechos.
d) Que, respecto al principio del iura novit curia, el juez de la causa invocando
dicho principio procede a declarar fundada la demanda, bajo el argumento que se
ha contravenido el artículo 315 del Código Civil, señalando que para disponer de
un bien social se requiere la intervención de ambos cónyuges. “Y que en este caso
475
en concreto tal situación se habría configurado al haber la demandada vendido un
bien sin participación de su esposo Marco Antonio Carhuayo Ascencio. Si bien la
actora señaló en sus fundamentos de hecho que el fin ilícito del contrato materia
de litis, se encontraba también sustentada en el hecho de existir dolo en su
celebración, pues a decir de aquella se realizó con el ánimo de perjudicar a Marco
Antonio Carhuayo Ascencio, cónyuge de la codemandada Dana Yanide Ñañez
Arteaga, entendemos que al respecto, la actora carece de interés y legitimidad para
obrar, puesto que ella no podía sustituirse - en todo caso - en el derecho que pueda
tener el esposo de la aludida demandada, para pretender cuestionar el acto jurídico
materia de proceso (se debe dejar anotado que la demandante no forma parte de la
sociedad conyugal, ni invoca interés alguno, al respecto). Y como en efecto se dio,
puesto que es el aludido Marco Antonio Carhuayo Ascencio (cónyuge de la
demandada Dana Yanide Ñáñez Arteaga) ya había formulado otro proceso de
nulidad de acto jurídico (Exp. n.° 1581-2011) en el que también se busca la nulidad
del mismo acto jurídico (contrato de compraventa de fecha veintiocho de febrero
del dos mil once), por las causales invocadas, como lo manifestó el indicado
emplazado al contestar la demanda, donde aparejó copia de la otra demanda del
otro proceso civil como aparece a fojas ciento treinta y uno y siguientes; inclusive,
el mismo Juez del caso ha emitido sentencia en primera instancia en el otro proceso
civil conforme aparece de fojas setecientos diecinueve y siguientes.
476
a) Infracción normativa procesal de los artículos 139º inciso 3) de la
Constitución Política del Perú y I del Título Preliminar y 320º del Código
Procesal Civil.
477
Constitución y a la Ley, pero también con la finalidad de facilitar un adecuado
ejercicio del derecho de defensa.
8. Que, respecto de la infracción normativa del artículo 320 del Código Procesal
Civil; se debe señalar que la suspensión es un acto procesal cuyo efecto consiste
en suspender el iter o continuación de los actos procesales mientras se den las
circunstancias que ameritan la suspensión5 ; no obstante ello, sobre el tema en
discusión, la norma adjetiva -artículos 319º y 320º del Código Procesal Civil- ya
ha definido las formas de suspensión de un proceso, tal es el caso de la
convencional (pacto expreso entre los justiciables), legal (por disposición legal), y
judicial (de oficio, a pedido de parte o cuando a criterio del Juez sea necesario).
478
9. Que, el codemandado Marco Antonio Carhuayo Ascencio ha indicado que
efectivamente existe en curso un proceso de nulidad que recae sobre el mismo acto
jurídico materia de litis, así como la cancelación de asiento registral e
indemnización de daños y perjuicios, el cual viene tramitándose ante el Segundo
Juzgado Civil de Ica en el Expediente n.º 2011-1581, aparejando para ello copia
de la demanda como se aprecia a fojas ciento treinta y uno de esta causa. Sin
embargo, el referido proceso civil en sí mismo no genera la necesidad de suspender
el presente proceso bajo el argumento de que puedan dictarse sentencias
contradictorias, toda vez que, en el presente proceso, las instancias de mérito han
analizado las causales de finalidad ilícita y simulación absoluta, las cuales tienen
una causa petendi y una res in iudicium deducta distinta a la que tiene el
codemandado Marco Antonio Carhuayo Ascencio; en consecuencia, no nos
encontrarnos ante una posibilidad de la existencia de fallos contradictorios; en
consecuencia la infracción adjetiva debe destinarse.
11. Respecto infracción normativa material del artículo 1457 del Código Civil;
esta norma señala que, por el contrato a favor de terceros, las partes pueden
celebrar un contrato insertando una cláusula (llamada estipulación) en virtud de la
cual los efectos se producen en vía directa e inmediata en el patrimonio de un
tercero; como, por ejemplo, se da en los contratos de seguros de vida, transporte
de cosas y renta vitalicia, todos a favor de terceros. Por ello, las partes contratantes
son el promitente (que se obliga a la prestación a favor de un tercero) y el
estipulante (que designa a la persona del tercero), quien tiene un interés propio en
derivar los efectos jurídicos propios del contrato en el patrimonio del tercero
designado.
479
el beneficio a su favor conforme lo señala el artículo 1458 del Código Civil que
reza: “El derecho del tercero surge directa e inmediatamente de la celebración del
contrato. Empero, será necesario que el tercero haga conocer al estipulante y al
promitente su voluntad de hacer uso de ese derecho, para que sea exigible,
operando esta declaración retroactivamente. La declaración del beneficiario puede
ser previa al contrato”.
13. En efecto, conforme al artículo 1458 de Código Civil, el derecho del tercero a
beneficiarse de la prestación surge directamente de la celebración del contrato -
tiene existencia desde ese momento- pero carece de eficacia jurídica para ingresar
a la esfera jurídica del tercero hasta que este declara su voluntad de hacer uso de
él. Una vez efectuada esta aquiescencia del tercero, el derecho se hace exigible,
operando la declaración retroactivamente. De esto resulta que si bien el derecho de
la demandante ha nacido de la celebración de la compraventa de fecha cuatro de
diciembre de dos mil siete, este derecho no es exigible, pues la demandante como
tercera beneficiada, no ha cumplido con comunicar a la estipulante y la promitente,
en conjunto, en forma expresa o tácita conforme al artículo 141º del Código Civil,
que quiere ejercer sus derechos, pues la Carta Notarial de fecha diecisiete de
febrero de dos mil once, obrante a fojas nueve, solamente se dirige a la promitente
demandada Dana Yanide Ñañez Arteaga, y no a la estipulante Juana Rosa Vega
Vilca; en consecuencia, no habiéndose producido su manifestación de voluntad, el
tercero no se coloca -respecto del promitente- en la condición de acreedor frente
al deudor; en tal sentido, la infracción denunciada tampoco puede prosperar.
14. Respecto de la infracción normativa material del artículo 1621 del Código
Civil; este Supremo Tribunal debe señalar que la referida norma regula
liberalidades donde por la donación el donante se obliga a transferir gratuitamente
al donatario la propiedad de un bien; sin embargo la controversia gira en torno a la
nulidad de un acto jurídico contenido en un contrato en favor de tercero, el cual se
encuentra regulado en el artículo 1457º del Código Civil; razón por la cual es
inoficiosa la aplicación de disposiciones relativas a la donación respecto de un
contrato que celebran el estipulante y el promitente con el objeto de crear un
derecho en favor de un tercero y, como tal, está sujeto a las disposiciones
contenidas en los artículos 1373º y siguientes del Código Civil; en consecuencia,
debe desestimarse la infracción material en examen.
V. DECISIÓN
480
Por las consideraciones expuestas y en aplicación de lo regulado por el Artículo
397º del Código Procesal Civil, declararon:
481
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS
c) La reivindicación del bien inmueble signado como Lote n.º 12B- Manzana “E”
de una extensión de ciento sesenta y siete puntos ochenta metros cuadrados
482
(167.80 m2), ubicado en la Urbanización Cooperativa José Carlos Mariátegui
Sector San Carlos, La Merced, Chanchamayo.
483
c) Asimismo, la subdivisión respecto al Sub Lote 12-B de ciento sesenta y siete
punto ochenta metros cuadrados (167.80 m2), se encuentra inscrita en la Partida
Registral n.º 11055714, Rubro n.º C00001 a nombre de la referida cooperativa,
obrante a fojas tres.
b) En el presente caso, señala que el artículo 1135 del Código Civil1 , debe
aplicarse con prevalencia sobre el artículo 949 del Código Civil2 , toda vez que al
encontrarse frente a pretensiones que versan sobre conflictos derivados de los
casos de la múltiple enajenación del mismo inmueble por parte del mismo
enajenante, la resolución del conflicto, ya sea de la nulidad de acto jurídico, mejor
derecho de propiedad, reivindicación, ineficacia, oponibilidad o cualquier otra
484
pretensión, requiere que se pruebe la mala fe del segundo comprador, en tanto no
sea así, su buena fe se presume.
e) El juzgado señala que, del contrato de compraventa del Lote 12B-Manzana “E”,
obrante a fojas dieciséis, por el cual la Cooperativa demandada otorgó en
compraventa a favor de Wilder Miguel Cáceres Casafranca, en su cláusula cuarta
se lee: “El precio de venta del terreno materia de ésta transferencia pactada con el
Comprador es CUATROCIENTOS MILLONES DE INTIS (I/.400’000,000.00),
cantidad que la Vendedora por intermedio de sus representantes legales recibe del
Comprador y hace entrega en el acto de suscripción de la presente minuta al Señor
GREGORIO REDONDO BAUTISTA, con L.E. No. 20531869, (...) quien declara
tener recibido dicha cantidad a su entera y completa satisfacción por haber sido
beneficiario del indicado lote de terreno por Donación de la Cooperativa Agraria
José Carlos Mariátegui Ldta., según acuerdo de Asamblea General Extraordinaria
de socios realizado con fecha 25 de noviembre de 1,989” (sic); indicándose que en
dicho documento aparece una suscripción y huella dactilar, según se indica en el
documento, precisamente de Gregorio Redondo Bautista y, a fojas diecisiete,
aparece la certificación notarial de su firma, así como del comprador, efectuada
con fecha veintisiete de diciembre de mil novecientos noventa y cinco. En ese
sentido, concluye que el demandado Gregorio Redondo Bautista tenía pleno
conocimiento del contrato de compraventa celebrado, como se reitera, inclusive el
dinero de la compraventa lo habría recibido él; ello evidentemente, supone el
haberse desprendido lícitamente de la propiedad, tanto la cooperativa como el
demandado; en consecuencia, con ello se acredita también que la nueva
485
adjudicación del predio a su favor, ya con fecha diecisiete de octubre de dos mil
siete, mediante Escritura Pública de la misma fecha y ante el Notario Jorge Lazo
Villanueva, la cual es materia de nulidad, fue hecha por los demandados Gregorio
Redondo Bautista y Teresa Marlene Mucha Solano, a sabiendas que el predio ya
no correspondía ni a la Cooperativa adjudicante, ni a Gregorio Redondo Bautista;
como tal, evidente y objetivamente actuaron de mala fe al existir ánimo de despojo
del bien al verdadero propietario. En consecuencia, no se encuentran amparados
por lo dispuesto en los artículos 1135, ni 2013, 2014, ni 2022 del Código Civil,
correspondiendo por el contrario la aplicación del artículo 949 del Código Civil,
por lo que esta instancia procedió a declarar fundada la demanda de nulidad de
acto jurídico, cancelación de asiento registral y reivindicación, interpuesta por
Timoteo Martín Bautista Torres contra Gregorio Redondo Bautista, Teresa
Marlene Mucha Solano y Cooperativa Agraria “José Carlos Mariátegui Ltda.”
Mediante la sentencia de vista de fecha siete de abril de dos mil dieciséis, obrante
a fojas doscientos veintisiete, confirmó la sentencia de primera instancia,
indicando que:
486
b) Respecto a la infracción normativa del artículo 1135 y 1529 del Código Civil:
La parte recurrente argumenta que debió preferirse su derecho inscrito ante
Registros Públicos frente el derecho no inscrito del demandante, toda vez que
adquirió el bien de conformidad con el artículo 1621 del Código Civil, habiéndose
cumplido con todos los requisitos de la donación, por lo que resulta ser el
propietario del inmueble materia de litis. Al respecto, se señala que en referencia
a la denuncia de infracción normativa del artículo 1529 del Código Civil4 , la
sentencia de vista reconoce la existencia de dos documentos de fechas seis de
setiembre de mil novecientos noventa celebrado con Wilder Miguel Cáceres
Casafranca y la escritura pública de fecha diecisiete de octubre del año dos mil
siete suscrito por la parte demandada, los cuales surtieron efectos, surgiendo la
obligación de transferir dicho inmueble a ambas partes, por lo que nos
encontramos ante un supuesto de concurrencia de acreedores; es decir, cuando se
presenta una pluralidad de acreedores a quienes el mismo deudor se ha obligado a
entregar el bien; en consecuencia, se debe preferir al acreedor de buena fe,
conforme al artículo 1135 del Código Civil, debiendo verificarse la buena fe de los
compradores. Respecto a dicho artículo, Luciano Barchi Velaochaga señala que
“La oponibilidad del contrato expresa la tutela del adquirente y responde a la
general exigencia de seguridad de la circulación jurídica. Quien adquiere un
derecho sin fraude debe estar seguro de su adquisición; es decir, que otros no
tengan sobre el bien un derecho prevaleciente frente al cual su adquisición deba
ceder en todo o en parte” 5 (el resaltado es nuestro).
487
1. Esta Sala Suprema Civil Transitoria mediante resolución de fecha cuatro de
julio de dos mil diecisiete, declaró la procedencia del recurso de casación de
Gregorio Redondo Bautista y Teresa Marlene Mucha Solano por las siguientes
causales:
488
3. Respecto a la infracción normativa del artículo 197 del Código Procesal Civil:
La parte recurrente señala que se ha ofrecido como medio probatorio la minuta de
compraventa de fecha seis de setiembre de mil novecientos noventa con firmas
legalizadas el veintisiete de diciembre de mil novecientos noventa y cinco, en la
cual solo obran como vendedor José Sollier Gómez en su condición de Presidente
de Administración y como comprador Wilder Miguel Cáceres Casafranca, no
estando la persona de Gregorio Redondo Bautista como vendedor. Al respecto, se
señala que en el presente caso no está en discusión la validez del contrato ni la
calidad de vendedor del demandado, sino la determinación de la buena fe por parte
de los segundos compradores, para la aplicación del artículo 1135 del Código
Civil; y, conforme al párrafo precedente, está demostrado que el recurrente al
participar de dicho contrato tenía conocimiento de la primera transferencia
realizada por la Cooperativa; por tanto, actuó de mala fe. En ese sentido, la norma
materia de causal de infracción normativa señalada por el recurrente no fue
afectada, deviniendo en infundada la presente causal. Siendo esto así, debe
declararse infundado el recurso de casación.
V. DECISIÓN
Fundamentos por los cuales; y, en aplicación de lo previsto por el artículo 397º del
Código Procesal Civil; declararon:
489
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
Se trata del recurso de casación interpuesto por Moisés C Calderón Rubina, contra
la Sentencia de Vista, expedida por la Sala Mixta Descentralizada e Itinerante de
la Corte Superior de Justicia de Arequipa el veintiuno de febrero de dos mil
diecisiete, que revoca la decisión impugnada que declaró fundada en parte la
demanda por falta de manifestación de la voluntad, por contener un objeto
jurídicamente imposible, y por simulación absoluta; y, reformando la misma
declararon infundada la incoada por las causales acotadas; e improcedente por falta
de manifestación de la voluntad.-
490
1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha
cinco de junio de dos mil diecisiete, del cuaderno de casación, por las causales
de:
491
3. Fundamentando su pretensión, la parte recurrente refiere que se afecta el debido
proceso, específicamente la tutela jurisdiccional efectiva al exigirle que demuestre
la titularidad del testador sobre sus bienes, omitiendo considerar su condición de
heredero. Existe también error en la motivación porque no se efectuó una correcta
diferenciación sobre la inscripción del inmueble urbano y rústico, pues
equivocadamente se concluye que estos están registrados en la Partida número
06171394. Asimismo, existe error al no advertir que a Yony Mercedes Calderón
Rubina no le asiste el derecho de suscribir a ella sola la transferencia del bien a
favor de su hijo José Alberto Loayza Calderón, por ser este de copropiedad de los
seis herederos.
4. Acorde a lo regulado por el artículo I del Título Preliminar del Código Procesal
Civil, la Tutela Judicial Efectiva es un derecho constitucional de naturaleza
procesal, en virtud del cual toda persona o sujeto justiciable puede acceder a los
órganos jurisdiccionales, independientemente del tipo de pretensión formulada y
de la eventual legitimidad que pueda o no, acompañarle a su petitorio. Es decir,
con la aplicación de dicho principio se permite que lo decidido judicialmente
mediante una sentencia, resulte eficazmente cumplido. En otras palabras, con la
tutela judicial efectiva no sólo se persigue asegurar la participación o acceso del
justiciable a los diversos mecanismos (procesos) que habilita el ordenamiento
dentro de los supuestos establecidos para cada tipo de pretensión, sino que se busca
garantizar que, tras el resultado obtenido, pueda verse este último materializado
con una mínima y sensata dosis de eficacia.
492
evaluados para contrarrestar las razones expuestas, más no pueden ser objeto de
una nueva evaluación o análisis.
6. Conforme a lo regulado por el artículo 219º del Código Civil, la doctrina señala
que el Acto Jurídico, es nulo, cuando carece de algún elemento, presupuesto o
requisito o aquel que teniendo todos los aspectos de su estructura tiene un
contenido ilícito por atentar contra los principios de orden público, las buenas
costumbres o una o varias normas imperativas.
7. Estando a lo previsto por el artículo 140º del Código Civil, el acto jurídico es la
manifestación de la voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir
relaciones jurídicas, para su validez se requiere de un agente capaz, objeto física y
jurídicamente posible, fi n licito y la observancia de la forma prescrita bajo sanción
de nulidad.- Séptimo.- El acto inválido puede equipararse al que nace muerto, es
pues el que carece de algunos de los elementos esenciales o el que se celebra con
transgresión de las normas imperativas o de orden público y por ello no produce
efectos para los interesados ni para terceros.
493
juzgar la consumación de actos simulados además no se le causo perjuicio a la
actora porque la vendedora obró en condición de propietaria.
494
Celestino, Justo Alberto, José Victorio y Yony Mercedes Calderón Rubina con
concurrencia de Alfonso Calderón Angulo. g) Del Testimonio de Escritura Pública
de fecha veintiuno de octubre de dos mil cuatro, Yony Calderón Rubina transfiere
a José Alberto Loayza Calderón, el lote de terreno ubicado en la Manzana “O”,
Lote 12 del Centro Poblado de Cotahuasi, Provincia de la Unión. Departamento de
Arequipa con un área de cuatrocientos veintiún punto catorce (421.14 m2 ) por el
precio de veintiocho mil soles (S/ 28,000.00), así como de la Huerta ubicada en la
parte posterior del predio, inscribiéndose dicho acto el veintiuno de julio de dos
mil once; h) Del Asiento 0006 de la Copia Literal antes citada, es de apreciarse
que por Resoluciones Judiciales de fechas seis de julio de dos mil once y
veintiocho de marzo de dos mil doce, se registró la medida cautelar en forma de
anotación instaurada en el proceso de reivindicación, acto que se inscribió el
dieciocho de julio de dos mil doce.
12. Asimismo, se observa una afectación más al debido proceso en razón a que no
se han compulsado debidamente los medios probatorios aportados al proceso a fi
n de establecer si al momento de efectuarse la transferencia a través de la
compraventa de los bienes inmuebles, estos resultaban ser de propiedad exclusiva
de la transferente, pues existen documentos como los testamentos por los cuales
debe observarse que tales bienes también pertenecen a los demás coherederos de
la vendedora a quien incluso se le otorgó poder para proceder con la división y
partición del mismo. Siendo esto así y resultando evidente la vulneración, no sólo
del debido proceso regulado por el Artículo I del Título Preliminar del Código
Procesal Civil, sino también a la motivación de las decisiones judiciales previstas
por el artículo 139º incisos 3) y 5) de la Constitución Política del Perú, debe
495
ampararse el recurso de casación, declararse nula la resolución recurrida y
disponerse se expida nueva decisión. Careciendo de objeto emitir pronunciamiento
sobre las causales de orden material.
III. DECISIÓN
496
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
1. Por resolución de fecha catorce de marzo de dos mil diecisiete, obrante a fojas
setenta y ocho del cuaderno de casación, fue declarado procedente el recurso de
casación interpuesto por el codemandado Redy Elvin Rozas Llerena por las
siguientes causales denunciadas:
497
a) Infracción normativa del artículo 193 y 195 inciso 1 del Código Civil,
alegando el recurrente que:
i) Quien tenía la carga de probar que se encontraba perjudicada con el acto jurídico
sub materia, era la empresa demandante; sin embargo, conforme los contratos de
compraventa de vehículos suscritos por el recurrente con Financiera Daewoo
Sociedad Anónima, estos estaban garantizados con prendas vehiculares, de tal
manera que los créditos por dichas compras contaban con garantía suficiente para
honrar la deuda y no como falsamente sostiene la empresa accionante, que carecía
de garantía;
ii) En los referidos contratos se especificó que dichas prendas garantizaban el pago
del saldo del crédito, así como toda obligación que el deudor tenga o pudiera tener,
como se pactó en la cláusula primera de dichos contratos; sin embargo, la empresa
demandante no las utilizó y por el contrario procedió a ejecutar las letras dadas en
garantía y otras cedidas por Financiera Daewoo Sociedad Anónima a favor de
Gasolineras Sociedad Anónima Cerrada, referidas al mismo negocio jurídico; y,
498
accionante lo presentó después de interpuesta la demanda, teniéndosele presente
mediante la Resolución número dieciséis, de fecha cinco de junio de dos mil ocho,
no dándosele el trámite que el artículo 429 del Código Procesal Civil expresa,
máxime lo preceptuado por el artículo IX del Título Preliminar de la norma acotada
e infringiendo lo previsto por los artículos I del Título Preliminar y 198 del Código
Procesal Civil, así como el artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del
Perú.- Asimismo, mediante resolución de fecha catorce de marzo de dos mil
diecisiete, obrante a fojas ochenta y dos del cuaderno de casación, fue declarado
procedente el recurso interpuesto por Rubén Willian Rozas Llerena por las
siguientes causales denunciadas:
499
Pública el cuatro de enero de mil novecientos noventa y nueve, de tal manera que
se ha contravenido lo dispuesto por el artículo 193 del Código Civil;
f) Infracción normativa de los artículos 1352 y 1354 del Código Civil: la Sala
Superior sostiene que constituye indicio fundamental de la simulación del acto
jurídico cuestionado, la existencia del vínculo de parentesco entre las partes
simulantes;
Con fecha veintiocho de marzo de dos mil siete, Gasolineras Sociedad Anónima
Cerrada interpone una demanda de Nulidad de Acto Jurídico por simulación
absoluta, que dirige contra Lily Ana María Elbers Taíman de Rozas, María Isabel
Elvira Vecco Raschio, Redy Elvin Rozas Llerena y Rubén Willian Rozas Llerena
a fi n de que se declare nulo el acto jurídico constituido por el contrato de
compraventa, conforme al cual los demandados Redy Elvin Rozas Llerena y María
Isabel Elvira Vecco Raschio venden a Lily Ana María Elbers Taíman de Rozas y
Rubén Willian Rozas Llerena, el inmueble ubicado en la calle Winninpeg,
manzana L-3, lote 49, Urbanización Rinconada del Lago, segunda Etapa, distrito
de La Molina, mediante la Escritura Pública de cuatro de enero de mil novecientos
noventa y nueve, otorgada por el Notario Ramiro Quintanilla Salinas; y en
consecuencia, nula la citada escritura y la cancelación de los Asientos C00001 y
500
D00001, inscritos en la Partida Electrónica número 45508366 del Registro de
Propiedad Inmueble de Lima.-
Señala que concedió a los codemandados Redy Elvin Rozas Llerena y María Isabel
Elvira Vecco Raschio un crédito para facilitarles la adquisición de seis vehículos
automotores por lo que estos últimos aceptaron una letra de cambio a su favor por
la suma de cuarenta y cinco mil seiscientos setenta y cinco dólares americanos
(US$ 45,675.00). Refiere que dicha letra de cambio fue aceptada el treinta de
octubre de mil novecientos noventa y seis, con vencimiento al treinta de noviembre
de mil novecientos noventa y ocho, vencido dicho título valor efectuó las
peticiones para el pago de la misma, por lo que el quince de diciembre de mil
novecientos noventa y ocho, interpuso ante el Cuadragésimo Cuarto Juzgado Civil
de la Corte Superior de Justicia de Lima, una solicitud de medida cautelar con el
propósito de embargar el inmueble, no obstante, el embargo quedó frustrado dado
que en esos días el inmueble había sido transferido por los codemandados antes
anotados a favor de Rubén Willian Rozas Llerena y Lili Ana María Elbers Taíman
de Rozas.
Alega que una serie de hechos la persuadió de que la venta efectuada ha sido un
acto jurídico afectado con simulación absoluta que nunca fue querido por los
vendedores ni por los compradores y que solo ha servido como una mascarada para
evadir el pago del crédito que legítimamente reclama.
Finalmente, que dicho contrato simulado, los demandantes Redy Elvin Rozas
Llerena y María Isabel Elvira Vecco Raschio, lo han realizado con la finalidad de
burlar las obligaciones económicas frente a la demandante.
Redy Elvin Rozas Llerena y María Isabel Elvira Vecco Raschio, contestan la
demanda indicando lo siguiente: No existe perjuicio alguno contra la actora, por
cuanto en el Expediente número 7542- 2006, se declaró en forma definitiva la
caducidad del derecho y de la acción de cobro de la actora, respecto de la letra de
cambio a que se refiere la demanda en sus fundamentos. En consecuencia, ha
desaparecido su derecho, y no existe mandato de pago alguno a su favor.
501
Asimismo, es falso que haya habido una simulación en la venta, que la venta fue
real y que existe y puede explicar los hechos alegados por el demandante, que es
entre los demandados, se firmó un contrato de cesión en uso de dicho bien, a
cambio de construir una parte del inmueble; y que la demanda obedece a querer
justificar su negligencia al haber perdido un proceso judicial por un supuesto
crédito ya caducado.
502
del emplazado que perjudica el cobro del crédito, perjuicio en contra del actor,
pues el demandando no ha acreditado otros bienes suficientes para asegurar el pago
de sus obligaciones a su favor, y además que también está acreditado que los
“vendedores” son hermanos y cuñados (concuñados) con los otros demandados
“compradores”. La venta cuestionada constituye una simulación absoluta.
503
normativa del artículo 429 del Código Procesal Civil, alegando que el juez no
incorporó al proceso el documento que obra a fojas doscientos cuarenta y siete,
por cuanto la accionante lo presentó después de interpuesta la demanda,
teniéndosele presente mediante la Resolución número dieciséis, de fecha cinco de
junio de dos mil ocho, no dándosele el trámite que establece el artículo 429 del
Código Procesal Civil. Sobre el particular, se aprecia que mediante escrito de fojas
doscientos cincuenta y dos, la demandante adjuntó copia certificada de la sentencia
del Proceso Judicial número 35124-99 a fi n de que el juez la tuviera presente al
momento de absolver el grado, apreciándose que mediante Resolución número
dieciséis, de fojas doscientos cincuenta y tres, el Juez señaló: “téngase presente en
lo que fuera de ley”. En tal virtud, cabe anotar que la empresa demandante no
ofreció la anotada sentencia en calidad de medio probatorio extemporáneo, por
tanto, la tramitación del juez respecto a la presentación de dicha documental resulta
arreglada a derecho, tanto más si no se trata de un medio probatorio que tenga
calidad de extemporáneo en tanto no cumple con las características que exige la
norma procesal para que se configure como medio probatorio extemporáneo, por
lo que no podría admitirse como tal, en consecuencia, no se aprecia la infracción
normativa que denuncian los demandados.
7. Que, en cuanto a la infracción normativa material del artículo 193 del Código
Civil, los recurrentes sostienen principalmente que la demandante no ha probado
que se haya perjudicado con la compraventa objeto de nulidad, por cuanto esta se
sustituyó como acreedora mucho después de haberse celebrado dicho acto jurídico.
Al respecto se tiene que la norma citada establece la legitimidad activa para
solicitar la nulidad del acto jurídico por simulación absoluta, cuyo texto prescribe
que puede ser ejercitada por cualquiera de las partes o por el tercero perjudicado,
y que en el presente caso se configura, toda vez que la demandante, en su calidad
de actual acreedora, en mérito del Contrato de Cesión de Derechos de fecha cinco
de mayo de mil novecientos noventa y nueve, celebrado con la Financiera Daewoo
Sociedad Anónima a favor de la accionante, demanda la Nulidad del Acto Jurídico
alegando que su derecho al crédito se ha visto perjudicado por un acto simulado, y
si bien, la actora asumió la titularidad del derecho después de celebrada la
compraventa objeto de nulidad, cuenta con legítimo interés para interponer la
presente acción a fi n de procurar la satisfacción de su crédito, siendo así, la
infracción normativa denunciada debe desestimarse.
504
8. Que, en cuanto a la infracción del artículo 195 inciso 1 del Código Civil, los
recurrentes sostienen que no concurren los requisitos legales para peticionar la
acción pauliana o revocatoria. Sobre el particular, cabe precisar que la demanda de
autos tiene por objeto que el órgano jurisdiccional declare la Nulidad del Acto
Jurídico alegando como causal la simulación absoluta recogida en el inciso 5 del
artículo 219 del Código Civil, y no el supuesto fáctico del artículo 195 inciso 1 de
la norma sustantiva, siendo pertinente puntualizar que la acción pauliana se
sustenta en un acto jurídico válido y eficaz, que se objeta por haber sido efectuado
en perjuicio del acreedor permitiendo a aquellos acreedores existentes considerar
como inoponibles los actos de disminución patrimonial en la medida del perjuicio
sufrido, entendiéndose que este perjuicio solo se ha producido cuando el acto ha
determinado la insolvencia del deudor o contribuido a agravarla, mientras que el
acto jurídico simulado implica un acto inválido desde el momento de su
concepción y sin efectos jurídicos para sus partes ni frente a terceros, se trata de
un acuerdo de los sujetos que intervienen en el acto jurídico para emitir una falsa
declaración de voluntad con el ánimo de que los terceros crean en lo aparente y no
conozcan la realidad; por tanto, en el acto jurídico con simulación absoluta, como
la voluntad de las partes no era realizar la compraventa del bien sub litis, se debe
perseguir la declaración de invalidez o nulidad del negocio, hecho que las
instancias de mérito han establecido al analizar y concluir que los demandados han
simulado un acto jurídico de compraventa por cuanto no se ha acreditado la
ejecución de las prestaciones.
10. Que, en lo referente a la infracción normativa del artículo 2014 del Código
Civil, el codemandado Rubén Willian Rozas Llerena sostiene que como tercero
nunca tuvo conocimiento de que su hermano Redy Elvin Rozas Llerena le
505
adeudara suma alguna de dinero a la empresa demandante. Sobre dicho argumento
expuesto, este Sala suprema advierte que no se encuentra en discusión la buena fe
registral, sino la buena fe de los demandados Rubén Willian Rozas Llerena y
esposa como compradores del bien, esto es, si los referidos compradores simularon
el acto jurídico de compraventa con sus codemandados vendedores con el fi n de
eludir la acreencia que estos últimos tienen con la demandante, llegando a la
conclusión la Sala Superior, que existen elementos que desvirtúan la buena fe, por
cuanto no se acredita que los demandados compradores se hayan comportado
como titulares del bien, no pudiendo alegar la buena fe en su adquisición, en
consecuencia, dicho extremo también deviene en infundado. Razones por las
cuales los recursos de casación así propuestos devienen en infundados.
V. DECISIÓN
506
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. RECURSO DE CASACION:
Se trata del recurso de casación interpuesto por Ernesto Gabriel Lossio Olavarria
(fojas 662), contra la sentencia de vista contenida en la Resolución número siete,
de fecha veintiséis de enero e dos mil dieciséis (fojas 641) expedida por la Tercera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, la cual confirmó la sentencia
contenida en la Resolución número veintiocho, de fecha veinticinco de marzo de
dos mil quince (fojas 506) la cual declaró fundada en parte la demanda sobre
nulidad y sin efecto legal alguno la minuta y posterior escritura pública que se
origina.
507
a) Infracción normativa del articulo VII del Título Preliminar del Código
Procesal Civil, señala que se afecta su derecho porque se inobservó que se ha
puesto por delante de la actora supliendo su posición dentro del proceso y
excediéndose al modificar el petitorio;
b) Infracción normativa por inaplicación del artículo 949 del Código Civil,
refiere que se transgrede dicho ordenamiento legal, porque no considera que la
forma de adquirir la propiedad con la suscripción de la minuta de fecha tres de
febrero de dos mil seis ingresada a la notaria el dieciséis de febrero de dicho año
constituye el acto eficiente de su dominio sobre el bien, el mismo que lo adquirió
con anterioridad a cualquier registro a favor de la actora, y al ser propietario del
bien su derecho es legítimo y de buena fe al no existir prueba alguna de la
existencia de la actora y/o de su pretendido derecho de adquirir aquel; y,
508
lo siguiente: i) Mediante sentencia expedida por el Trigésimo Sexto Juzgado Civil
de Lima, la recurrente ha sido declarada heredera de quien en vida fuera su padre,
Horacio Puccio Carreño, la misma que se encuentra inscrita en el Registro de
Sucesiones Intestadas en la Partida número 11830347 de los Registros Públicos;
ii) Su padre Horacio Puccio Carreño estuvo casado con Laura Bayona Reaño,
quienes posteriormente se divorciaron y producto de la liquidación de la sociedad
de gananciales, su padre adquirió la totalidad de las acciones y derechos del
inmueble antes referido, conforme se desprende del Asiento C00002 de la Partida
número 49085969 del Registro de Propiedad Inmueble de Lima; iii) Como
consecuencia de otra relación, su padre tuvo una hija de nombre María Francesca
Puccio de la Borda (hoy demandada); iv) Con fecha veintidós de noviembre de dos
mil cinco su padre fallece intestado y a los pocos días, su hermana paterna, María
Francesca Puccio De la Borda, tramita sin su conocimiento, un procedimiento
notarial de declaratoria de herederos ante la Notaria del Doctor Juan Zarate Del
Pino, en la cual se hace declarar dolosamente como única y universal heredera de
los bienes del causante a pesar de tener conocimiento de la existencia de la
recurrente, dicho procedimiento concluyó con inscripción en el Registro de
Sucesiones Intestadas en la Partida número 11830347 de los Registros Públicos;
v) Ante este hecho, la demandante inicia un proceso judicial de petición de
herencia por ante el Trigésimo Sexto Juzgado Civil de Lima que concluyó con
sentencia de fecha veinte de setiembre de dos mil seis declarándose fundada la
demanda, ordenándose que la demandante conjuntamente con la demandada María
Francesca Puccio de la Borda concurran como herederas respecto del acervo
patrimonial dejada por el causante, sentencia que fue posteriormente confirmada
mediante Resolución de fecha diecinueve de marzo de dos mil ocho; vi) En el
citado proceso judicial sobre Petición de Herencia se concedió una medida cautelar
de anotación de demanda, mediante Resolución número uno, de fecha seis de
marzo de dos mil cinco, inscrita en el asiento D00004 de la Partida número
49085969 del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima el treinta y uno de marzo
de dos mil seis; vii) La codemandada María Francesca Puccio de la Borda a pesar
de haber sido debidamente emplazada en el proceso de Petición de Herencia e
inclusive contestando la demanda en dicha causa, con fecha veintiséis de abril de
dos mil seis, en contubernio con su codemandado Ernesto Gabriel Lossio Olavarria
celebraron dolosamente un contrato de compraventa sobre el citado bien inmueble
mediante minuta, habiendo formalizado mediante escritura pública de fecha
veintiocho de febrero de dos mil siete, por el precio de ochenta mil nuevos soles
(S/.80,000.00), sin que se hubiese dado fe de la exhibición de medio de pago
509
alguno y dejando constancia de la no utilización de pago bancario; viii) Resulta
extraño que aparezca una minuta de compraventa supuestamente de fecha tres de
febrero de dos mil seis, esto es, a escasos días de la inscripción de la anotación de
la mencionada demanda y a pesar que dicha minuta no ostenta fecha cierta, recién
se eleva a escritura pública después de más de un año, esto es, el treinta y uno de
marzo de dos mil seis, cuando se encontraba debidamente inscrita la medida
cautelar de anotación de demanda, de lo que se desprende que el comprador
codemandado Ernesto Gabriel Lossio Olavarria tuvo pleno conocimiento de la
referida inscripción, razón por la que no puede ampararse dentro del principio de
buena fe registral, además el codemandado tampoco puede ampararse en dicho
principio registral en la medida que inscribe su aparente derecho de propiedad
recién el veintisiete de marzo de dos mil siete, conforme se desprende del Asiento
C00003 de la Partida número 9085969; ix) Al momento del fallecimiento de su
señor padre ocurrida en el mes de noviembre del dos mil cinco, el inmueble sub
materia se encontraba alquilado a la empresa Fanisa Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada por una merced conductiva mensual de seiscientos
cincuenta dólares americanos (US$.650.00), resultando que a la fecha del
fallecimiento de su padre, la arrendataria inicia un proceso judicial de ofrecimiento
de pago y consignación de arriendos, en el mes de enero del dos mil seis, contra la
sucesión de Horacio Puccio Carreño, siendo emplazados los presuntos herederos,
la codemandada María Francesca Puccio de la Borda, su señora madre Carmen
Ismelda de la Borda Velarde y la recurrente, con lo que se evidencia que la
codemandada tenía conocimiento de los derechos sucesorios que le correspondía
a la accionante sobre el referido bien.
510
la anotación de la demanda del proceso de Petición de Herencia es posterior a la
compraventa de fecha cierta del referido inmueble; ii) Al pretender inscribir el
recurrente la adquisición el bien inmueble, registros públicos procedió a emitir una
esquela de observación en la que se pide aclarar el error material de la sentencia
de divorcio de los señores Horacio Puccio Carreño y Laura Bayona Reaño a fi n
de precisar a quién le corresponde la propiedad del inmueble sub litis, motivo por
el cual el recurrente procedió a bloquear la partida registral, realizándose el
saneamiento de la compraventa el trece de febrero de dos mil siete; iii) Luego de
tomar conocimiento de la anotación de demanda de Petición de Herencia, el
veintiuno de julio de dos mil seis, inició un proceso de tercería preferente de
propiedad sin que se haya amparado su pretensión; iv) El veintiséis de agosto de
dos mil ocho, en forma sorpresiva y errónea se inscribe la sentencia de Petición de
Herencia, pese a que su derecho de propiedad ya había sido inscrito registralmente,
no obstante dicha sentencia no determina la disposición de los derechos sobre el
inmueble sino simplemente establece el derecho sucesorio entre las herederas; v)
Ante la negativa de la arrendataria Fanisa Empresa Individua de Responsabilidad
Limitada, de reconocerlo como propietario del inmueble materia de transferencia,
se vio en la necesidad que la codemandada continuara en el cobro de los arriendos,
lo que en modo alguno significa contubernio o colusión con la citada
codemandada. Tercero.- Por su parte, María Francesca Puccio De la Borda (fojas
232), contesta la demanda señalando lo siguiente: i) La transferencia del bien
inmueble a favor de su codemandado se realizó el tres de febrero de dos mil seis,
la misma que adquirió fecha cierta el dieciséis de febrero de dos mil seis con la
presentación de la minuta ante la Notaria y la formación del Kardex número 13740,
fecha en la que desconocía la existencia como media hermana de la demandante,
habiéndose efectuado el pago con la firma de la minuta de compraventa a su
solicitud debido a la urgencia de dinero que tenía la recurrente a fi n de cumplir
con sus obligaciones generadas por los gastos realizados para cubrir la enfermedad
de su señor padre en la Clínica Tesa; ii) No se inscribió inmediatamente el título
de propiedad en los Registros Públicos debido a que existía un error material en la
liquidación de la sociedad de gananciales dispuesta en la sentencia de divorcio de
su señor padre al no haberse ordenado en forma literal que el inmueble sub litis
quedaba en la esfera de dominio de su padre, por lo que se vio obligada, a exigencia
del comprador, de desarchivar el expediente de divorcio para corregirlo, siendo
remitido al Noveno Juzgado de Familia de Lima, donde se realizó los trámites de
ley para corregir la sentencia, la que se inscribió en el rubro C00002 de la Ficha
número 49085969 del registro de propiedad inmueble de Lima; iii) En cuanto a la
511
afirmación de la demandante en el sentido que el inmueble se encontraba
arrendado a nombre de la empresa Fanisa Empresa Individual de Responsabilidad
Limitada y que al fallecimiento de su señor padre, la arrendataria inicio un proceso
judicial de pago y consignación de arriendos emplazándose a los presuntos
herederos, refiere la recurrente que dicha afirmación resulta ser falso por cuanto
no se identifica concretamente a la presunta heredera.
512
transferencia valiéndose de la situación de que la actora aún no había inscrito su
derecho sucesorio, asumiendo obligaciones que no resultan siendo lícitas, porque
se advierte que están destinadas a despojar a la hermana demandante de su legítimo
derecho respecto del inmueble con el objeto de que sea de absoluto y único
provecho de la demandada, resultando en consecuencia el acto jurídico
cuestionado contrario al orden público lo que determina su nulidad absoluta; iv)
En cuanto a la pretensión accesoria sobre nulidad de asiento registral C0003, de la
Partida número 49085969 del registro de propiedad inmueble de Lima, el Juez
ampara dicha pretensión atendiendo a que se ha determinado la invalidez del acto
jurídico por incurrir en lo establecido en el artículo V del Título Preliminar del
Código Civil, determinando en consecuencia que debe disponerse la cancelación
registral solicitada.
513
causales que la jurisprudencia ha establecido para calificarla; iii) Sin embargo, en
atención a los hechos expuestos en el proceso y los medios probatorios actuados,
la Sala Superior estima que resulta conveniente la aplicación del principio iura
novit curia, contenido en el artículo VII del Título Preliminar del Código Civil,
correspondiendo estimar que la nulidad de acto jurídico demandada no
corresponde ser calificada de acuerdo a la causal de falta de manifestación de
voluntad, contenida en el inciso 1 del artículo 219 del Código Civil; sino de
acuerdo a la causal de contravención del orden público –de acuerdo al artículo V
del Título Preliminar del Código Civil- (inciso 8 del artículo 219 del Código Civil),
conforme lo ha calificado el A quo.; iv) En ese sentido, desde el veintidós de
noviembre de dos mil cinco, fecha del fallecimiento del causante Horacio Puccio
Carreño, los bienes, derechos y obligaciones que constituyen su herencia se
trasmiten a sus sucesores María Francesca Puccio de la Borda y Mirella Rebeca
Puccio Bayona, en concordancia con el artículo 660 del Código Civil, norma de
orden público que ha sido vulnerada mediante el acto jurídico cuestionado, en el
cual debió intervenir la demandante como copropietaria de los bienes de la
herencia; por lo que se evidencia que el acto jurídico cuestionado adolece de
nulidad por la causal de contravención al orden público; v) En cuanto al principio
de la buena fe registral invocado por el codemandado, se tiene que en el caso de
autos, solo existe una transferencia cuestionada, por lo que no existe la presencia
de un tercero registral, no resultando de aplicación dicho numeral en el caso del
codemandado Ernesto Gabriel Lossio Olavarria.
514
Preliminar del Código Procesal Civil, alude a que en toda resolución judicial debe
existir: 1) Coherencia entre lo solicitado por las partes y lo finalmente resuelto, sin
omitirse, alterarse o excederse dichas peticiones (congruencia externa); y, 2)
Armonía entre la motivación y la parte resolutiva (congruencia interna); en ese
sentido, la congruencia en sede procesal, es como bien refiere Devis Echandia1 ,
el “(...) principio normativo que delimita el contenido de las resoluciones
Judiciales que deben proferirse de acuerdo con el sentido y alcance de las
peticiones formuladas por las partes (...) para que exista identidad jurídica entre lo
resuelto y las pretensiones (...)” de donde se tiene en consecuencia que los Jueces
tienen el deber de motivar sus resoluciones, como garantía de un debido proceso;
no estando obligados a darle la razón a la parte pretendiente, pero sí a indicarle las
razones de su sin razón y a respetar todos los puntos de la controversia fijados por
las partes, respetando así el principio de congruencia. Octavo.- En el presente caso,
se advierte que la sentencia venida en grado cuenta con congruencia interna y
externa, y si bien el recurrente alega que el ad quem no puede cambiar el
fundamento legal al pretender aplicar el inciso 8 del artículo 219 del Código Civil,
no obstante, se aprecia que la Sala Superior ha resuelto el conflicto de intereses
aplicando la norma sustantiva que verdaderamente corresponde al proceso a fi n
de dilucidar la controversia con arreglo a derecho, al advertir que el acto jurídico
cuestionado transgredía una norma de orden público contenido en el artículo 660
del Código Civil, sin que ello signifique por consiguiente afectación al principio
de la norma denunciada, ello por cuanto no debe olvidarse que a través de la norma
procesal denunciada, los jueces tienen la obligación jurídica de aplicar la norma
pertinente, aunque no haya sido invocada en la demanda, que es lo que en efecto
ha sucedido en el presente caso, tanto más, cuando según se aprecia del petitorio
de la demanda de fojas 49, la accionante ha interpuesto su demanda de nulidad de
acto jurídico, amparándose expresamente en lo dispuesto en el inciso 1 del artículo
219 y artículo V del Título Preliminar del Código Civil, este último, referido a la
posibilidad de invocar la nulidad de un acto jurídico cuando resulta ser contrario a
las leyes que interesan al orden público y a las buenas costumbres, que es lo que
en efecto ha sido advertido por el Juez de la causa al dilucidar la controversia;
siendo esto así, no se evidencia extralimitación alguna en los órganos de instancia
al haberse aplicado la norma material que resultaba congruente con el asunto
materia de controversia, por lo que la causal procesal denunciada en el (apartado
a) debe desestimarse por improbada. Noveno.- Prosiguiendo con el análisis del
recurso de casación del demandado, se advierte que el recurrente también denuncia
la infracción normativa material del artículo 949 del Código Civil (apartado b),
515
señalando que la Sala Superior no ha advertido que la propiedad sobre el predio
sub materia lo adquirió con la suscripción de la minuta de fecha tres de febrero de
dos mil seis ingresada a la notaria el dieciséis de febrero del mismo año, lo que
constituye el acto eficiente de su dominio sobre el bien. Al respecto, cabe recordar
que, lo que han establecido las instancias de mérito, es que el derecho de propiedad
alegado por el codemandado, no puede ser opuesto a la demandante, en razón que
el acto jurídico contenido en la minuta de fecha tres de febrero de dos mil seis y
posterior escritura pública de fecha veintiocho de febrero de dos mil siete celebrada
entre María Francesca Puccio de la Borda como vendedora y Ernesto Gabriel
Lossio Olavarria como comprador respecto del predio sub materia adolece de
nulidad por contravención al orden público resultando por tanto pasible de nulidad
según lo dispuesto en el inciso 8 del artículo 219 del Código Civil, al haberse
establecido que el artículo 660 del Código Civil resulta ser una norma de orden
público que ha sido vulnerada a través del acto jurídico cuestionado; siendo ello
así, no se ha incurrido en infracción normativa del artículo 949 del Código Civil,
pues, resulta evidente que en el acto jurídico cuestionado debió intervenir la
demandante al ser copropietaria del referido inmueble conjuntamente con la
codemandada por resultar un bien perteneciente a la masa hereditaria dejada por
su causante.
516
cuando el negocio jurídico cuestionado tiene un contenido ilícito, no sólo por
contravenir las normas imperativas, sino también por contravenir un principio de
orden público, o las buenas costumbres
11. En cuanto a la aplicación del artículo 2014 del Código Civil, esta norma recoge
el denominado “principio de buena fe registral”, en virtud al cual, a un sujeto
denominado “tercero registral” se le otorga una protección absoluta, de tipo “iure
et de jure”, es decir, donde no cabe prueba en contrario. Conforme se desprende
de lo establecido en el artículo 2014 del Código Civil, el tercero registral al que
hace referencia la norma en comento, es el sujeto de derecho que no interviene, es
decir que no es parte en el acto jurídico que es materia de anulación, rescisión o
resolución; supuesto que no se presenta en el presente caso, puesto que es el
recurrente quien ha sido parte compradora en el acto jurídico que se cuestiona en
este proceso y cuya validez viene siendo cuestionada en estos autos; de manera
que el codemandado no resulta ser tercero registral bajo los alcances previstos en
la norma bajo análisis.
12. En esa misma línea, el profesor Arata Solís, sostiene que “tercero será todo
aquel que no es parte del negocio jurídico, que no participó de ese acto”. (…) En
ese sentido, el citado autor agrega: “Si en un acto afectado de nulidad, yo he
517
participado, fuera de algunos temas de confianza que yo pudiera haber tenido, no
es el principio de la fe pública registral el que ésta aquí en cuestión. La nulidad
afecta al acto, la nulidad cuestionará el acto en el que yo he participado, donde no
soytercero.”
III. DECISIÓN:
518
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
Se trata del recurso de casación interpuesto por Teresa Milagros Díaz Alonzo,
contra la Sentencia de Vista, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia Del Santa, el veintiocho de setiembre de dos mil quince, que
519
confirma la decisión impugnada que declaró fundada la demanda; en
consecuencia, nula la compraventa celebrada el cuatro de mayo de dos mil diez,
disponiendo la cancelación del asiento registral.
520
una garantía constitucional que asegura la publicidad de las razones que los jueces
tuvieron en cuenta para pronunciar sus sentencias resguardando a los particulares
y a la colectividad de las decisiones arbitrarias.
4. Conforme a lo regulado por el artículo 219º del Código Civil, la doctrina señala
que el Acto Jurídico Nulo, es aquel que carece de algún elemento, presupuesto o
requisito. También, puede ser el caso de que teniendo todos los aspectos de su
estructura bien constituidos tenga además un fi n ilícito o contravenir las buenas
costumbres, el orden público o una o varias normas imperativas. Y, atendiendo a
lo previsto por los numerales 4) y 8) del acotado precepto legal, se establece que
el acto jurídico se sanciona con nulidad, únicamente cuando su fi n sea ilícito de
forma tal que, al Código, sólo le interesaría el aspecto subjetivo de la causa. En ese
entendido, cabe anotar que la causal de nulidad por fi n ilícita viene a ser aquel
negocio jurídico cuya causa en su aspecto subjetivo y objetivo, es ilícito por
contravenir las normas que interesan al orden público o a las buenas costumbres;
y, habrá “fi n ilícito”, cuando respetándose aparentemente la forma del acto
jurídico, se evidencia la intención de conseguir un efecto prohibido por la ley.
521
comprador el deber de verificar el estado actual del bien que adquiere y
principalmente su situación en los registros. Siendo esto así no se evidencia
afectación alguna al debido proceso como erróneamente lo alega la parte
recurrente, por lo que el recurso de casación en este extremo debe declararse
infundado
V. DECISIÓN
Fundamentos por los cuales; y en aplicación del artículo 397 del Código Procesal
Civil declararon:
522
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Teresa Milagros Díaz
Alonso; NO CASARON la Sentencia de Vista, expedida por la Primera Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia Del Santa, el veintiocho de setiembre de dos mil
quince, que confirma la decisión impugnada que declaró fundada la demanda; en
consecuencia nula la compraventa celebrada el cuatro de mayo de dos mil diez,
disponiendo la cancelación del asiento registral; DISPUSIERON la publicación de
la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los
seguidos por Elina Rosmery Correa Merino y otro con Teresa Milagros Díaz
Alonzo y otros sobre Nulidad de Acto Jurídico; y los devolvieron. Integran esta
Sala las Juezas Supremas Señoras Huamaní Llamas y Del Carpio Rodríguez por
licencia de los Jueces Supremos Señores Romero Díaz y Miranda Molina. Ponente
Señora Cabello Matamala, Jueza Suprema.
523
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. RECURSO DE CASACION:
Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas mil trescientos veinticinco, por
Palermo Jesús Cañari Timoteo y Saturnino Demetrio Cañari Timoteo, contra la
sentencia de vista de fojas mil doscientos noventa y cinco, de fecha dos de marzo
de dos mil dieciséis, expedida por la Sala Civil Transitoria de Chorrillos de la Corte
Superior de Justicia de Lima Sur que revoca la sentencia apelada de fecha uno de
julio de dos mil quince, obrante a fojas mil ciento siete que declara infundada la
demanda sobre nulidad de acto jurídico; y, reformándola, declara fundada en parte
la demanda e infundada en el extremo de la pretensión accesoria sobre
indemnización.
524
1. El recurso de casación fue declarado procedente mediante resolución de fecha
treinta de mayo de dos mil diecisiete, obrante a fojas setenta y ocho del cuaderno
de casación, por las causales de:
c) Infracción normativa material por aplicación errónea del artículo 1428º del
Código Civil; Argumentando que la sentencia afirma categóricamente fuera del
contexto probatorio y de la causal invocada para el inicio de la demanda que “no
obstante el contenido de dichos documentos, los demandantes no acreditaron la
existencia de la letra protestada que acredita el pago por ella realizada, como
tampoco ofrecieron la testimonial de Edwin Mendoza Atencia a quien tendrían que
haber pagado el monto que refiere dicha autorización de pago, con lo cual no existe
mayor documentación probatoria que acredite la defensa a sumida por los
demandados” . Termina diciendo este argumento en la sentencia como si la
pretensión fuera la causal de resolución de contrato por incumplimiento en el pago
del precio de venta de los inmuebles, pretensión que no guarda congruencia con la
525
pretensión existente en el proceso, aplicando erróneamente el artículo 1428 del
Código Civil;
d) Infracción normativa material del artículo 2001º inciso 1 del Código Civil;
señalando que se pretende la nulidad de los actos jurídicos celebrados con fecha
cinco de mayo de mil novecientos noventa y siete, cuando ya había prescrito la
acción para pedir su nulidad (diez años), norma sustancial que no ha sido
considerada al momento de emitir sentencia y valorar el
526
de San Juan de Miraflores, Lima, de un área de ciento sesenta metros cuadrados
(160.00m2) por el precio de diez mil dólares americanos (US$ 10,000.00). Como
pretensión accesoria, solicita la indemnización por daños y perjuicios por la suma
de setenta mil dólares americanos (US$ 70,000.00). Invoca las causales de objeto
jurídicamente imposible, fi n ilícito y contravención de las normas que interesan
al orden público, contenido en los incisos 3, 4 y 8 del artículo 219º del Código
Civil. Sostiene como fundamentos facticos de su demanda lo siguiente:
ii) Los hermanos demandados Cañari Timoteo han insertado en cada una de las
cláusulas de los contratos privados una declaración falsa, pues nunca pagaron en
ese acto jurídico el monto de diez mil dólares americanos (US$ 10,000.00) que allí
aparece suscrito, dado que según la declaración prestada por ellos mismos en el
proceso penal recaído en el Expediente Nº 678-98, el pago se hizo en partes y en
fecha posterior y anterior al cinco de mayo de mil novecientos noventa y siete;
527
demanda, señalando lo siguiente: i) Los contratos de compraventa cuya nulidad se
pretende han sido celebrados con los vendedores en su calidad de legítimos
propietarios, quienes recibieron el dinero a su entera satisfacción y asentaron su
huella digital en cada uno de los contratos; ii) El vendedor Carlos Mayo Sotomayor
nunca les comunicó que era viudo y que el inmueble sub litis era de los herederos;
además, el inmueble les fue vendido de buena fe, cumpliendo las formalidades de
ley; y, el hecho de no haber regularizado la escritura pública, fue a consecuencia
de su ignorancia y desconocimiento; asimismo, el inmueble se encontraba inscrito
a nombre del IPSS – Instituto Peruano de Seguridad Social, no aparecía inscrita
ninguna sucesión, por lo que el vendedor era libre de vender su propiedad, tal como
se acredita con la copia de la Ficha n.º 210483; iii) Habiendo celebrado el contrato
de compraventa, los vendedores les hicieron entrega de la propiedad de los bienes
inmuebles, lo que se acredita con la constancia de posesión expedida por la
Municipalidad de San Juan de Miraflores, además de encontrarse pagando el
impuesto al patrimonio predial, arbitrios e instalación de los servicios públicos de
agua potable y luz eléctrica; iv) Formula demanda reconvencional solicitando
como pretensión la indemnización por daños y perjuicios.
528
que obra en autos, además en las cláusulas terceras de las minutas afi rman haber
pagado con una letra de cambio de ocho mil dólares americanos (US$ 8,000,00),
hecho que no consta en las citadas minutas, lo que hace presumir que fueron
obtenidas mediante artimaña, haciéndoles firmar con engaños.
7. Que, mediante sentencia de vista de fecha dos de marzo de dos mil dieciséis,
expedida por la Sala Civil Transitoria de Chorrillos de la Corte Superior de Justicia
529
de Lima Sur, resuelve revocar la sentencia apelada y reformándola declara fundada
en parte la demanda sobre nulidad de acto jurídico e infundada en el extremo de la
pretensión accesoria sobre indemnización por daños y perjuicios. La Sala Superior
sustenta su decisión señalando sustancialmente lo siguiente: i) A la fecha de
celebración de los contratos privados cuya nulidad se pretende (cinco de mayo de
mil novecientos noventa y siete), los inmuebles submateria no se encontraban a
nombre de los vendedores Carlos Mayo Sotomayor y María Consuelo Álvarez de
Mayo, según se verifica de la Partida Registral n.º P03231820, apreciándose de
dicha partida que el predio se independizó a favor del Instituto Peruano de
Seguridad Social, mediante escritura pública del cinco de junio de mil novecientos
ochenta y siete, y es con fecha seis de octubre de mil novecientos noventa y ocho
que el predio es transferido a Carlos Mayo Sotomayor, Cecilia Mayo Herrera,
Carlos Eduardo Mayo Herrera y Bertha Lazo Herrera en su condición de herederos
como cónyuge e hijos, respectivamente de María Cristina Herrera López; siendo
así, los tres contratos de compraventa fueron transferidos cuando los referidos
vendedores no eran propietarios de los predios objeto de compraventa; además, se
advierte que María Consuelo Álvarez de Mayo no tiene ninguna relación con el
bien objeto de transferencia; entendiéndose entonces que, el hecho de celebrar un
contrato sobre bienes que los contratantes no pueden disponer es un acto contrario
a las leyes que interesan al orden público, quedando configurada esta causal; ii)
Respecto a la causal contenida en el artículo 219º inciso 3 del Código Civil, se
determina que si bien los tres contratos de compraventa contienen la transferencia
de bienes inmuebles, no obstante, del análisis de la Partida Registral n.º P03231820
y de sus Asientos 00003 y 00004, se verifica que los transferentes a la fecha de
celebración de los contratos privados no tenían la calidad de propietarios; es decir,
no podían disponer de bienes que no se encontraban bajo su dominio, deviniendo
entonces que los contratos privados se encuentran incursos en la causal antes
referida; iii) En cuanto a la causal de fi n ilícito contenido en el artículo 219º inciso
4 del Código Civil, se establece que a la fecha en que se habría celebrado los
contratos privados en referencia, esto es, cinco de mayo de mil novecientos
noventa y siete, los vendedores no tenían la calidad de propietarios, conforme es
de verse de las partidas registrales antes citadas; con lo cual la Sala establece que
la finalidad contenida en dichos documentos deviene en ilícito; teniendo en
consideración, además, que para la adquisición de un bien los compradores
tuvieron la obligación de verificar con un mínimo de criterio las facultades de
transferir el bien por parte de los vendedores; iv) En cuanto a la pretensión
accesoria sobre indemnización solicitada por el actor, no se acredita cual es el
530
perjuicio causado o el detrimento económico sufrido, más aún, si tampoco durante
el proceso se ha actuado prueba alguna que justifique fijar un monto
indemnizatorio por los hechos expuestos en la demanda por lo que dicho extremo
es declarada infundada.
10. Que, en el caso de autos, esta Suprema Sala advierte que la Sala Superior ha
cumplido con motivar adecuadamente su decisión, toda vez que ha resuelto el
conflicto de intereses aplicando la norma sustantiva que corresponde al proceso a
fin de dilucidar la controversia con arreglo a derecho y valorando además de
manera conjunta los medios probatorios aportados al proceso, al haber quedado
establecido que los actos jurídicos cuestionados han incurrido en causal de nulidad
a que se contrae el artículo 219º incisos 3, 4 y 8 del Código Civil, al haber quedado
establecido que los vendedores demandados no tenían la calidad de propietarios
conforme se verifica de las partidas registrales que obran en autos y que para la
531
adquisición de los referidos inmuebles, los compradores demandados no habían
obrado con la diligencia necesaria al momento de adquirir los bienes inmuebles;
siendo así, no se advierte transgresión alguna al principio de motivación de las
resoluciones judiciales, por lo que la causal procesal denunciada en el apartado a)
debe desestimarse por improbada.
11. Prosiguiendo con el análisis del recurso de casación, los recurrentes también
denuncian la infracción normativa material del artículo 1362º del Código Civil
(apartado b), señalando que la Sala Superior no ha considerado la buena fe de los
recurrentes al momento de adquirir los inmuebles sub materia. Sobre el particular,
se aprecia que la Sala Superior en el considerando sexto (6.4) de la Sentencia de
Vista ha establecido que para la adquisición de los bienes inmuebles materia del
presente proceso, los recurrentes tenían la obligación de verificar con un mínimo
de criterio sobre las facultades que tenían los vendedores para efectuar la
transferencia de los referidos inmuebles, lo que no se aprecia que así hubiese
sucedido, situación que denota, por tanto, que los recurrentes no obraron con la
diligencia necesaria al momento de comprar los bienes inmuebles; por
consiguiente, no se verifica la existencia de la buena fe alegada por los
impugnantes, por lo que la causal denunciada en este extremo debe igualmente ser
desestimada.
532
13. Finalmente, en relación a la causal denunciada en el apartado d), los
impugnantes denuncian la infracción normativa del artículo 2001º inciso 1 del
Código Civil, señalando básicamente que la acción para solicitar la nulidad de los
actos jurídicos celebrados en fecha cinco de mayo de mil novecientos noventa y
siete se encuentra prescrito al haber transcurrido más de diez años a la fecha de
celebración de los citados actos jurídicos. Al respecto, se aprecia que en el presente
proceso los recurrentes no han propuesto la excepción de prescripción contra la
pretensión de nulidad de acto jurídico en la forma prevista en el artículo 446º inciso
12 del Código Procesal Civil; por lo tanto, su denuncia en cuanto a este extremo
resulta infundada si se tiene en cuenta que el Juez no puede fundar sus fallos en la
prescripción si no ha sido invocada como lo establece expresamente el artículo
1992º del Código Civil; por lo que esta causal debe también desestimarse por
improbada.
III. DECISIÓN
533
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
I. HECHOS
a) La escritura pública de testamento de fecha cuatro de octubre del año dos mil
otorgado por Lucila Bullón Mayor a favor de Ketty Marlene Padilla Shapiama,
consistente en la adquisición del inmueble ubicado en la Avenida El Carmen
número 685, Lote 54, Manzana D, Urbanización San Roque, Distrito de Santiago
de Surco, Lima e inscrito en el Asiento C00001 de la Partida número 44848783;
534
Martínez Burga en relación al predio antes señalado. Invoca las causales de fi n
ilícito, cuando por ley es declarada nula y por ser un acto contrario a normas
imperativas contenidas en los incisos 4), 7) y 8) del artículo 219 del Código Civil.
Sostiene como fundamentos fácticos de su demanda lo siguiente:
e) Con fecha cuatro de octubre del año dos mil, Lucila Bullón Mayor otorga
Testamento a favor de la codemandada Ketty Marlene Padilla Shapiama a través
del cual lega el referido inmueble cuando no era de su propiedad, al haberlo
adquirido mediante contrato de compraventa de fecha veintitrés de junio del año
dos mil;
g) Con fecha tres de octubre de dos mil dos, la codemandada Ketty Marlene Padilla
Shapiama pretendiendo desconocer su condición de propietario le interpone
demanda de nulidad de acto jurídico por la causal de simulación absoluta a fi n que
se declare nulo el contrato de compraventa que el demandante había suscrito con
Lucila Bullón Mayor con fecha veintitrés de junio del año dos mil, proceso que ha
seguido ante el 66º Juzgado de Lima, bajo el número de expediente 2002-44956-
0-0100-J-CI-66, el mismo que ha concluido con sentencia infundada de fecha
veintiocho de setiembre de dos mi cinco, confirmada por sentencia de vista de
535
fecha trece de diciembre de dos mil seis, expedida esta última por la Sexta Sala
Civil de la Corte Superior de Lima;
536
3. Por su parte, Ketty Marlene Padilla Shapiama también contesta la demanda
señalando lo siguiente:
a) El accionante presentó a la notaria con fecha once de julio del año dos mil uno
un contrato privado de compraventa simulada conociendo que jamás podría ser
otorgada por la supuesta vendedora pues esta ya había fallecido, no habiendo
demandado a los herederos legales de la causante el Otorgamiento de Escritura
Pública;
537
Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima declaró
infundada la demanda, argumentando lo siguiente:
538
presunciones legalmente establecidas derivadas de los principios de publicidad,
legitimación y buena fe registral pues los demandados efectuaron sus
adquisiciones sobre la base de las titularidades proyectadas por el registro y que
obran en autos.
b) En el presente caso, los efectos del bloqueo registral que se inscribió el trece de
junio del año dos mil uno, caducaron de pleno derecho el trece de setiembre del
mismo año, habiéndose formalizado el Testamento de Lucila Ballón Mayor el
cuatro de octubre del año dos mil, es decir, casi un año antes de la inscripción del
referido bloqueo registral; en ese sentido, no puede atribuírsele a la demandada
Ketty Marlene Padilla Shapiama respecto del Testamento otorgado por Lucila
539
Ballón Mayor, una finalidad ilícita, que la ley declare nulo o por que se hayan
contravenido normas de orden público, máxime si la nulidad del testamento solo
procede por las causales que taxativamente establece la ley, entre las que no se
contempla el supuesto analizado;
a) Infracción normativa del artículo 1529 del Código Civil, alega que la
transferencia del inmueble de su propiedad por parte de Lucila Bullón Mayor a
favor de Ketty Marlene Padilla Shapiama cuando la primera de las nombradas ya
no era propietaria constituye un acto contrario a la ley y a las buenas costumbres,
tanto así que de producirse tal circunstancia ello constituye ilícito penal de
estelionato. La persona amparada por el derecho para transferir propiedad es su
propietario, por ello la Sala no podía dejar de reconocer y aplicar el artículo 1529
del Código Civil, de conformidad con el cual el contrato de compraventa no
requiere de “formalización ante notario”, sino que se perfecciona con la
transferencia del bien y con el pago del precio, lo cual ha ocurrido en el caso de
autos;
b) Infracción normativa del inciso 4 del artículo 219 del Código Civil, señala
que la transferencia que hizo Lucila Bullón Mayor a favor de Ketty Marlene Padilla
540
Shapiama cuando ya no era propietaria del inmueble tuvo un fi n ilícito, puesto que
el accionar de la testadora estuvo orientado a causarle un perjuicio económico y
concretamente a atentar contra su Derecho de Propiedad;
c) Infracción normativa del artículo 923 del Código Civil, sostiene que se omite
aplicar la ley pertinente al caso de autos, permitiendo la perpetuación de la
comisión del delito de estelionato, previsto en el inciso 4 del artículo 197 del
Código Penal;
d) Infracción normativa del artículo VII del Título Preliminar e inciso 3 del
artículo 122 del Código Procesal Civil, refiere que la Sala al haber considerado
como pretensión demandada la nulidad del testamento, sin haber sido postulada
como tal, ha ido más allá del petitorio y basado su decisión en hechos diversos de
los alegados por el recurrente. Lo resuelto no se sujeta al mérito de lo actuado y al
derecho; y,
e) Infracción normativa del inciso 6 del artículo 50 del Código Procesal Civil,
manifiesta que el haber distorsionado el principal documento que sustenta su
demanda consistente en su contrato de compraventa de fecha veintisiete de junio
de dos mil, que obra en el Registro Público, que forma parte del título archivado,
confundiéndolo con la caducidad del bloqueo registral. También se infringe el
Principio de Congruencia Procesal en el considerando décimo primero de la
recurrida, toda vez que al fallecer Lucila Bullón Mayor resultaba imposible que su
testamentaria de Ketty Marlene Padilla Shapiama le otorgue la escritura pública de
compraventa si esta era la principal interesada en apropiarse del inmueble de su
propiedad. Por tanto, resulta un total contrasentido que en las circunstancias
descritas en el curso del proceso pretenda la judicatura que el recurrente ostente
escritura pública e inscripción registral.
541
3. En tal contexto, se tiene que el recurrente Jorge Higa Melchor denuncia la
infracción normativa del inciso 6 del artículo 50 del Código Procesal Civil,
argumentando que la sentencia recurrida ha distorsionado el documento que sirve
de sustento a su demanda consistente en el contrato de compraventa del veintisiete
de junio del año dos mil que obra en Registro Público y que forma parte del título
archivado confundiéndolo con la caducidad del bloqueo registral, además, sostiene
que se ha infringido el principio de congruencia toda vez que al fallecer Lucila
Bullón Mayor resultaba imposible que su testamentaria Ketty Marlene Padilla
Shapiama le otorgue la Escritura Pública de compraventa si esta era la principal
interesada en apropiarse del predio submateria.
542
alegación propuesta en el apartado e) del recurso de casación propuesto por el
recurrente.
543
submateria sobre la base del contrato de compraventa celebrado con Lucila Bullón
Mayor de fecha veintitrés de junio del año dos mil.
544
12. En el presente caso, de la legalización efectuada por el Notario Público Manuel
Moya de la Piedra de fecha veintisiete de junio del año dos mil, respecto de las
firmas del comprador Jorge Higa Melchor y de la vendedora Lucila Bullón Mayor,
respecto del predio sub litis se advierte que el propio funcionario público certifica
que las firmas suscritas por los citados contratantes, resultan ser auténticas, Tal
notoriedad, denota a las claras que la legalización de las firmas de los contratantes
tuvo efectos jurídicos a partir del veintisiete de junio del año dos mil, por
aplicación del inciso 3 del artículo 245 del Código Procesal Civil, fecha a partir de
la cual dicho acto jurídico se constituye en documento de fecha cierta, siendo por
consiguiente sus efectos oponibles frente a terceros a partir de dicho momento.
13. En doctrina se entiende por testamento aquel acto solemne por el que una
persona dispone del todo o de una parte de sus bienes para que tenga pleno efecto
después de sus días, conservando la facultad de revocar las disposiciones
contenidas en él mientras viva. El artículo 686 del Código Civil define al
testamento como aquel documento por el que “una persona puede disponer de sus
bienes total o parcialmente para después de su muerte, y ordenar su propia sucesión
dentro de los límites de la ley y con las formalidades que esta señala”.
14. Como acto jurídico, según Lohmann Luca de Tena1, el testamento tiene las
siguientes características: i) Es un acto mortis causa, ii) Es un acto de liberalidad,
iii) Es un acto individual, personalísimo y unilateral; iv) Es un acto revocable; y,
iv) Es un acto esencialmente formal. Sobre esta última característica, Aguilar
Llanos, citando a Clemente de Diego, sostiene que el testamento es aquel acto
solemne que se encuentra ligado en su existencia y validez a una forma
determinada impuesta por la ley, forma cuyo sentido no es otra que salvaguardar
y garantizar la expresión de última voluntad del testador.
15. Lo anterior significa entonces que quien se sienta afectado con la expedición
de un testamento, solamente podrá demandar su nulidad invocando las causales
que se encuentran descritas en los artículos 808 a 814 del Código Civil, de lo que
se desprende en consecuencia que no podrá invocarse más causales que las
establecidas expresamente por ley; siendo esto así, cuando el recurrente invoca
como primera pretensión de su demanda acumulada, la nulidad del testamento de
fecha cuatro de octubre del año dos mil, por las causales previstas en los incisos 4,
7 y 8 del artículo 219 el Código Civil incurre en error de forma dado que, conforme
545
se tiene señalado, la nulidad del testamento solo procederá demandarse por las
causales arriba señaladas, de lo que se razona en consecuencia que la demanda en
este extremo deviene en improcedente y no en infundada al no haber cumplido con
impugnar el testamento dentro de las exigencias formales que se derivan de las
normas materiales precedentemente señaladas, por lo que en cuanto a este extremo
respecta, se procederá en la parte pertinente de la presente resolución a efectuar la
correspondiente rectificación.
17. La doctrina define al acto jurídico como un hecho jurídico voluntario, lícito,
con manifestación de la voluntad y efectos queridos que responden a la intención
común de las partes, es decir, se trata de una conducta humana que produce efectos
jurídicos precisos y previstos en la ley; concepto incorporado en el artículo 140 del
Código Civil por el que se define al acto jurídico como la manifestación de
voluntad destinada a crear, regular, modificar o extinguir relaciones jurídicas, y
que requiere para su validez: agente capaz, objeto física y jurídicamente posible,
fi n lícito y observancia de la forma prescrita bajo sanción de nulidad.
18. En cuanto al requisito de fin lícito, el inciso 3 del artículo 140 del Código Civil
reconoce en efecto a este elemento como aquel requisito de validez del acto
jurídico como la causa fi n que persiguen las partes en una relación contractual.
Aníbal Torres Vásquez, sostiene que la expresión causa fi n es utilizado en nuestro
medio para referirse a la finalidad perseguida por quien realiza un acto jurídico; en
este caso, la causa fi n viene a ser un requisito de validez del acto por cuanto el fi
n perseguido es la causa de que se realice el acto. Comenta el autor nacional que
el Código Civil vigente es eminentemente causalista al imponer el requisito de la
causa fi n como elemento autónomo de los otros requisitos para la validez del acto
546
jurídico. Congruente con lo expuesto, el inciso 4 del artículo 219 del Código Civil
preceptúa que el acto jurídico será nulo cuando su fi n sea ilícito; esta norma hace
alusión, como ya se dijo, a la finalidad del acto jurídico, la misma que exige que
sea lícito, pues este no puede servir de instrumento para realizar efectos
antisociales, por ello, el legislador quiso aludir a la finalidad del acto como
repercusión social y económica del negocio celebrado.
19. Vidal Ramírez3 señala, por su parte, que el fi n lícito consiste en la orientación
que se le dé a la manifestación de voluntad, esto es, que ésta se dirija, directa y
reflexivamente a la producción de efectos jurídicos, los cuales, obviamente, deben
ser amparados por el Derecho objetivo. Pero si la manifestación de voluntad no se
dirige a la producción de efectos jurídicos que puedan recibir tal amparo, por
cuanto la intención del o de los celebrantes que le da contenido, tiene una finalidad
ilícita, es que se produce la nulidad absoluta del acto.
20. Partiendo de este análisis previo, esta Suprema Sala considera que la cuestión
controvertida a ser dilucidada en este caso es determinar si los actos jurídicos
conformados por los contratos de compraventa de fechas veintiséis de abril y uno
de agosto del año dos mil ocho suscritos entre los codemandados adolecen o no de
la causal de fi n ilícito a que se contrae el inciso 4 del artículo 219 del Código
Civil, para cuyo efecto corresponde establecer si existió el propósito de los
codemandados de perjudicar el derecho de propiedad del accionante adquirido
mediante contrato de compraventa de fecha veintitrés de junio del año dos mil.
547
Cristina Pompeya Salas de Piedra) interpuso demanda de desalojo contra Tula
Carbajal Mayor, quien era hasta ese momento arrendataria del hoy demandante,
proceso judicial que finalmente quedó desestimado (fojas 156-157); ii) En ese
mismo año (dos mil dos), la referida codemandada Ketty Marlene Padilla
Shapiama inicia un proceso judicial de nulidad de acto jurídico contra el hoy
demandante solicitando la nulidad del contrato de compraventa fecha veintitrés de
junio del año dos mil otorgado por Lucila Bullón Mayor a favor del mismo
demandante respecto del predio submateria, proceso judicial que finalmente fue
declarado infundado en ambas instancias jurisdiccionales (fojas 29 a 34) y con la
calidad de firme según resolución de fojas 35.
548
el estado del bien que en su momento estaban adquiriendo, de lo que se razona en
consecuencia que la vendedora Ketty Marlene Padilla Shapiama así como los
posteriores compradores han actuado con manifiesta mala fe al momento de
adquirir el predio sub litis, por lo que se ha incurrido en causal de nulidad por fi n
ilícito que describe el inciso 4 del artículo 219 del Código Civil.
24. Siendo ello así, se evidencia que la decisión adoptada por las instancias de
mérito, de declarar infundada la demanda de nulidad de acto jurídico, resulta
errada, pues las consideraciones expresadas en los párrafos precedentes evidencian
que, por el contrario, los contratos de compraventa contenidos en las escritura
públicas del veintiséis de abril y uno de agosto del año dos mil ocho, se encuentran
viciados de nulidad, por adolecer de fi n ilícito, razones por las cuales corresponde
declarar fundado el recurso de casación por la infracción al inciso 4 del artículo
219 del referido cuerpo legal, resolviendo el conflicto en sede de instancia, por
tratarse de una norma de derecho material.
V. DECISION
549
FUNDADO el recurso de casación interpuesto por el demandante Jorge Higa
Melchor (fojas 846); y, en consecuencia, CASARON la sentencia de vista
contenida en la Resolución número cincuenta y tres, de fecha trece de enero de dos
mil quince (fojas 832) expedida por la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lima. Actuando en sede de instancia, REVOCARON la sentencia
apelada contenida en la Resolución número treinta y siete, de fecha tres de mayo
de dos mil trece (fojas 605), en el extremo que declara infundada la demanda sobre
nulidad de Escritura Pública de Testamento de fecha cuatro de octubre del año dos
mil otorgado por Lucila Bullón Mayor a favor de Ketty Marlene Padilla Shapiama,
consistente en la adquisición del inmueble ubicado en la Avenida El Carmen
número 685, Lote 54, Manzana D, Urbanización San Roque, Distrito de Santiago
de Surco, Lima e inscrito en el Asiento C00001 de la Partida número 44848783;
la misma que REFORMÁNDOLA declararon IMPROCEDENTE en cuanto a
dicho extremo. REVOCARON la referida sentencia apelada, en los extremos que
declara infundada la demanda de nulidad de las Escrituras Públicas de fechas
veintiséis de abril y uno de agosto del año dos mil ocho, inscritas en los asientos
C00002 y C00003 de la citada partida, respectivamente; y, REFORMÁNDOLA
Declararon FUNDADO dichos extremos; en consecuencia; declararon NULO el
acto jurídico de compraventa contenido en la Escritura Pública de fecha veintiséis
de abril del año dos mil ocho otorgado por Ketty Marlene Padilla Shapiama a favor
de Eduardo Piedra Aguirre y Cristina Pompeya Salas de Piedra; y, NULO el acto
jurídico de compraventa contenido en la Escritura Pública de fecha uno de agosto
de dos mil ocho otorgado por Eduardo Piedra Aguirre y Cristina Pompeya Salas
de Piedra a favor de los cónyuges Luis Enrique Flores Tantaleán y María Cecilia
Martínez Burga, con lo demás que contiene. DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el diario oficial El Peruano; en los seguidos por Jorge Higa
Melchor contra Ketty Marlene Padilla Shapiama y otros, sobre nulidad de acto
jurídico; y los devolvieron. Integra esta Sala el Juez Supremo Señor Sánchez
Melgarejo por impedimento de la Jueza Suprema Señora Cabello Matamala.
Ponente Señor Romero Díaz, Juez Supremo.
550
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
II. HECHOS:
b) Los recurrentes esposos en el año 1992, adquieren de los esposos José Luis
Quiroz Salas y Elizabeth Cano Luque de Quiroz, mediante contrato de
compraventa, un terreno de 80.08 m2; inmueble que forma parte del sub lote 1D;
formalizando dicho acto jurídico vía regularización mediante escritura pública
551
número 1847 de fecha 08 de febrero de 2002, asignando al área adquirida como 1-
D2; sección que a la vez se subdivide en dos sub lotes, que precisamente uno de
esos sub lotes es la adquirida por los recurrentes y el otro cuya área es de 39.17
m2, es transferida por los esposos José Luis Quiroz Salas y Elizabeth Cano Luque
de Quiroz a favor de los esposos Segundino Fortunato Puma Cusi y Florendia
Humalla Farfan de Puma, mediante contrato de compraventa contenida en la
escritura pública n.° 1986 de fecha 26 de febrero de 2002.
552
a) Respecto a que los demandantes han efectuado la compra de 80 m2, que forma
parte del bien inmueble de su propiedad, es un hecho que desconoce.
c) Que nunca realizó ningún trámite de inscripción en los Registros Públicos sobre
la compraventa y sub división descrita en la escritura pública número 1431 de
fecha 19 de octubre de 2001, ya que su representada tenía siempre ha intención de
hacer la adquisición total del predio, lote 1D, por los fines comerciales, debido a
que ese terreno iba a ser destinado para playa de estacionamiento desde el año
1999.
d) Referente a que el señor Quiroz Salas sabía que el demandante había adquirido
un área del sub lote 1D, aparentemente es cierto, porque figura la firma del mismo
en la escritura de venta; respecto a que su representada sabia de ese hecho es
totalmente falso, ya que el denominado convenio y autorización es de fecha
posterior a la firma de la compra venta que realizara, siendo imposible que hubiera
conocido de ese hecho.
3. José Luis Quiroz Salas y María Elizabeth Cano Luque De Quiroz, contestan la
demanda, argumentando que:
553
desconocer los derechos de propiedad de los demandantes mediante la acción
judicial de reivindicación.
a) Respecto a la causal de ser contrario a las normas de orden público: que, los
codemandantes al desarrollar sus fundamentos no han identificado el hecho ni
circunscrito la norma imperativa sobre la cual se deba discernir si el acto jurídico
del cual se pretende su nulidad, es contrario a las leyes o al orden público.
554
c) En el presente caso se está ante la venta de un predio totalmente ajeno, porque
si bien es cierto mediante la escritura pública número 2211 de fecha 12 de abril de
2004, se llevó a cabo la compraventa entre los esposos José Luis Quiroz y María
Elizabeth Cano Luque a favor de Asociación Ferial Siglo XX, hoy denominada
Asociación Ferial Siglo XX Gran Plataforma Andrés Avelino Cáceres, sobre el
inmueble signado como sub lote 1D, con un área de 723.30 m2, cabe advertir que
de autos se desprende que sobre el terreno antes descrito, se celebró con
anterioridad un contrato de compraventa, que obra en la escritura pública número
1847 de fecha 08 de febrero de 2002, entre José Luis Quiroz Salas y su esposa
María Elizabeth Cano Luque de Quiroz a favor de Rufino Chipana Gonzales y
María Calapuja de Chipana (codemandantes). Por tanto, al celebrarse el contrato
de compraventa sub litis, el predio que fue objeto de enajenación era parcialmente
ajeno a los propietarios, porque estos transfirieron anteriormente a los
codemandantes 80.08 m2 el inmueble objeto de litis, razón por la cual no se podía
efectuar la venta del bien es su totalidad.
a) Los Jueces Superiores determinaron que el acto jurídico de compra venta objeto
de nulidad, ha sido autorizado por los demandantes mediante el convenio
respectivo, con la finalidad de conseguir que dicha Asociación transfiera el sub
lote 1D-2 a los demandantes; lo que efectivamente ha ocurrido mediante la
escritura pública celebrada por la Asociación a favor de los actores; lo que conlleva
555
a establecer que la causal de fi n ilícito no se ha probado. Además, precisaron que
el acto jurídico sub litis, tampoco puede contener una causa falsa o simulada,
porque su celebración ha sido consentida por las partes, como un medio de
conseguir registralmente, que los actores formalicen eficazmente su adquisición y
pueda ser objeto de inscripción registral; previa regularización en la Municipalidad
y el Registro de la subdivisión efectuada.
b) Infracción normativa de los artículos 219 incisos 4 y 5, 923, 1529 y 1549 del
Código Civil y del artículo 70 de la Constitución Política del Estado; alega que
la sentencia de vista ha inaplicado las normas denunciadas, debido a que la primera
escritura pública sobre los 80.05 m2 no ha sido declarada nula judicialmente,
resultando válido, siendo de aplicación lo dispuesto por el artículo 219 incisos 4 y
5 del Código Civil; sostiene que de haberse apreciado los artículos en comento la
decisión judicial sería distinta. Afirma que habiéndose determinado que los
esposos demandados Quiroz - Cano han transferido mediante el acto jurídico de
compraventa del 08 de febrero de 2002, el bien materia de litis a favor de los
accionantes, ya no podían transferir bajo ningún título la totalidad del inmueble;
en consecuencia, al celebrar el contrato de compraventa a favor de la Asociación
Ferial Siglo XX Gran Plata Forma Andrés Avelino Cáceres, por el total del
inmueble, se han transgredido los artículos 923, 1529 y 1549 del Código Civil; de
tal manera, que el acto materia de autos es nulo por ser contrario a las normas de
orden público, objeto jurídicamente imposible y causa ilícita. Sostiene que en el
documento denominado convenio y autorización de fecha 14 de abril de 2004 no
556
participan las esposas de los señores José Luis Quiroz Salas, Rufi no Chipana
González y Segundo Fortunato Puma Chusi; por lo tanto, no se puede hablar de
una autorización válida; más aún, teniendo en cuenta que los esposos Quiroz -
Cano tenían pleno conocimiento que parte del inmueble materia de litis (80.5 m2)
es de propiedad del recurrente y su esposa desde el año 1992, lo cual es reconocido
por los demandados en el documento denominado convenio y autorización de
fecha 14 de abril de 2004; siendo prueba de ello que los demandantes ejercen su
derecho de propiedad en forma plena, habiendo construido en dicha área y pagando
el impuesto predial; por lo que la asociación demandada no puede alegar ser
propietaria de la totalidad del inmueble; debiéndose tener en cuenta además que el
acto jurídico de compraventa a favor de los demandantes no ha sido declarado nulo
o inválido, surtiendo toda eficacia.
Señala que la intención del acto jurídico materia de nulidad era lograr la
regularización de la titulación de ambas personas contratantes con la Asociación
Ferial Siglo XX Gran Plata Forma Andrés Avelino Cáceres, para que éste a su vez
regularice a ambos (entre ellos el demandante) otorgándoles escritura pública; es
decir, existe un compromiso de formalizar titulación del recurrente, más no se
describe que haya cedido sus derechos de propiedad entre las partes; por lo que el
acto es uno simulado, siendo prueba de ello que el recurrente ejerce su derecho de
propiedad y cumple sus obligaciones como tal.
557
material tratan sobre los artículos 219 incisos 4 y 5, 923, 1529 y 1549 del Código
Civil y 70 y 138 de la Constitución Política del Estado.
558
7. Asimismo, mediante la motivación de las resoluciones judiciales, se garantiza
el derecho y deber de obtener una resolución judicial motivada de forma correcta,
el que tiene como principio básico, el de congruencia procesal, que exige la
relación de identidad entre la decisión y los puntos controvertidos, esto es, en
estricto, la relación de correspondencia que debe haber entre lo que se pide y
resuelve en su dimensión objetiva, subjetiva y fáctica, por medio del cual se
controla al órgano jurisdiccional, que desde la perspectiva de la motivación interna
y externa, haya justificado el por qué emite una decisión en determinado sentido.
Por ello, no son admisibles los agravios de la recurrente, porque la decisión
contenida en la sentencia de segunda instancia ha observado los imperativos de la
motivación desde la perspectiva interna, al establecer el silogismo jurídico y
concluir que en este caso no se presenta las causales de nulidad por fi n ilícito o
simulación absoluta, así como, desde la fase externa, ha justificado su decisión.
Además, no resulta estimable en lo que se refiere a la valoración de la prueba, por
cuanto, se verifica que el órgano jurisdiccional sí realizó la valoración conjunta de
los medios probatorios aportados al proceso.
9. Ello es así, porque el acto jurídico de compra venta objeto de nulidad, celebrado
entre los esposos José Luis Quiroz Salas y María Elizabeth Cano Luque de Quiroz
a favor de la Asociación Ferial Siglo XX, actualmente denominada Asociación
Ferial Siglo XX Gran Plataforma Andrés Avelino Cáceres, ha sido autorizado por
los demandantes mediante el convenio de fecha 14 de abril de 200416, con la
559
finalidad de conseguir que dicha Asociación en vía de regularización transfiera el
sub lote 1D-2 a los demandantes; lo que de manera efectiva ha ocurrido mediante
la escritura pública número 878 de fecha 02 de julio de 2009, celebrada por la
asociación a favor de los actores; acto jurídico que no ha sido en ningún modo
desconocido o impugnado en su validez y eficacia. Por lo que, no se ha probado la
causal de fi n ilícito, prevista en el inciso 4 del artículo 219 del Código Civil.
10. Que, de igual manera, tampoco se advierte que el acto jurídico sub litis, puede
contener una causa falsa o simulada, porque su celebración ha sido consentida por
las partes, como un medio de conseguir registralmente, que los actores formalicen
eficazmente su adquisición y pueda ser objeto de inscripción registral; al extremo
que la citada escritura pública de fecha 02 de julio de 2009, contiene en su parte
final inserto el acuerdo mencionado, lo cual determina que los suscribientes (los
ahora accionantes Rufino Chipana Gonzales y María Calapuja de Chipana)
verificaron el contenido y alcance de dicho instrumento por su lectura,
ratificándose sin modificación alguna y procediendo a firmar; dejando constancia
inclusive en el mencionado documento que el adjudicatario (los ahora
demandantes) ha cedido a la asociación parte de la sección que recibió del señor
José Luis Quiroz Salas, para facilitar la adjudicación. Por ello, lo antes anotado,
demuestra que la interposición de la presente demanda, resulta ser un esfuerzo
infructuoso por revertir una situación jurídica en la que se colocó el demandante
por su propia voluntad.
11. Por tanto, cabe desestimar la infracción normativa de orden material referida a
la no configuración de la nulidad de la escritura pública sub litis, por lo que, resulta
infructuoso hacer un análisis sobre el resto de las causales referidas a los artículos
923, 1529 y 1549 del Código Civil y 70 y 138 de la Constitución Política del
Estado, debido a que estas normas no tienen relación directa con lo que es materia
de proceso y discusión. 5.12. En tal virtud, corresponde desestimar el recurso de
casación de conformidad con el artículo 397 del Código Procesal Civil.
V. DECISIÓN
560
21 de diciembre de 2015, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de Arequipa. DISPUSIERON la publicación de la presente resolución
en el Diario Oficial “El Peruano”, conforme a Ley; en los seguidos por Rufino
Chipana Gonzales y maría Calapuja de Chipana contra José Luis Quiroz Salas y
otros, sobre nulidad de acto jurídico; y los devolvieron. Interviene como ponente
la Jueza Suprema señora Tello Gilardi.
561
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL SUPREMA
I. HECHOS
562
de octubre de 1946, en la cual se fijó el precio de S/.3,372.50 soles oro, pagaderos
en sesenta mensualidades. Con fecha 17 de noviembre de 1951, se le otorgó al
causante José Vásquez Cárdenas, la respectiva escritura de cancelación. El
causante adquirió dicha propiedad como soltero, conforme las reglas establecidas
en el Código Civil de 1936.
c) José Ángel Vásquez Cárdenas, tuvo tres matrimonios, siendo su último cónyuge
la demandante y procreo diez hijos. El único inmueble al momento de fallecer el
causante (04 de julio de 2003), es, el ubicado en Avenida Roosevelt (Ex República
de Panamá, ex Panamericana) N° 5846-5848 Miraflores.
e) Señala que dicho terreno es inexistente, como lo han podido verificar tanto en
la Municipalidad de Santiago de Surco, como en la Municipalidad de San Borja,
el único inmueble que tenía su ex cónyuge es el que se ha señalado en Miraflores.
Agrega que en sus últimos años de vida, se le diagnóstico demencia senil, por tanto
al momento de redactar el testamento materia de nulidad, no estaba con entera
lucidez.
563
Servidores del Estado, la adquisición del lote de terreno número seis de la Mz W,
de la Urbanización “Vista Alegre”, Distrito de Surco - Lima. Habiendo cancelado
el préstamo mediante contrato privado de fecha 22 de julio de 1981, cuya
cancelación corre inscrita en el asiento cinco, fojas trescientos tres del tomo 1814
del Registro de la Propiedad Inmueble de Lima.
c) Ocho meses después de realizada la venta del inmueble de Surco, los hijos de la
demandante (medios hermanos de los demandados) Juan José, José Antonio y José
Ángel Vásquez Cuadros, todos estudiantes universitarios, sin trabajo y viviendo
de los ingresos de su causante, domiciliados todos en Avenida República de
Panamá N° 5848 Miraflores, adquieren un terreno con frente a la Calle A, lote 2,
Mz C, Proyecto de la Urbanización Tradiciones de Monterrico, por el precio de
veintinueve mil dólares americanos (US$/. 29,000.00) y que cancelan de la
siguiente manera: Dieciséis mil dólares americanos, mediante cheque de Gerencia
del Banco de Crédito a la firma de la minuta, el 31 de enero de 1996; y trece mil
dólares americanos, según refieren a la firma de la escritura pública, pero fue
cancelado antes de la conclusión de la toma de firmas, conforme se desprende de
la escritura pública respectiva. Este inmueble fue adquirido con el dinero de la
venta que realizó su fallecido padre del inmueble de Surco.
564
a) Señala que el acto jurídico constituido por el testamento otorgado por don José
Ángel Vásquez Cárdenas y que contiene la escritura pública cuestionada, no
adolece de nulidad que lo invalide por haberse realizado en estricta observancia
con las formalidades que el Código Civil exige y por cuanto no se ha aprobado en
el caso de autos, que se haya alterado la voluntad del testador, razón por la cual la
demanda debe ser declarada infundada.
Luego del trámite procesal correspondiente, el señor Juez del Vigésimo Octavo
Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima,
mediante resolución de fecha 16 de marzo de 2015, obrante a fojas mil quinientos
noventa y nueve, emitió sentencia declarando infundada la demanda interpuesta
por la recurrente, sobre nulidad del testamento otorgado mediante escritura
pública, bajo los siguientes fundamentos:
565
Nacional DIRINCRI, con fecha 11 de marzo de 2005, y con presencia del
representante del Ministerio Público, manifestó que la persona que le pagó por el
terreno fue la señora Reina Herminia Cuadros Retamozo de Vásquez y que ese
terreno lo iba a comprar a nombre de sus hijos.
b) Siendo ello así, está acreditado que el terreno de 300 metros cuadrados, del cual
hacía referencia el causante en el punto tercero de las disposiciones testamentarias
situado en el distrito de Santiago de Surco, era el mismo predio que, su señora
esposa había adquirido con el producto de la venta del bien inmueble ubicado en
la Urbanización. “Vista Alegre” y por el cual se abonó la cantidad de cincuenta y
tres mil dólares americanos y que si bien es verdad, el lote de terreno situado en la
Calle A, lote 2, de la Mz “C” de la Urbanización “Tradiciones de Monterrico”,
Santiago de Surco, fue adquirido por sus hijos Juan José, José Antonio y José
Ángel Vásquez Cuadros mediante contrato de compraventa celebrado con don
Alejandro Cárdenas Obregón, dicho negocio jurídico ha sido declarado nulo.
566
Cárdenas, pues fue comprado con su peculio producto de la venta del inmueble
ubicado en la Urbanización Vista Alegre- Surco (bien propio del causante).
b) De otro lado, la alegada incapacidad para testar de don José Ángel Vásquez
Cárdenas, se encuentra debidamente desvirtuada, por cuanto de la revisión de los
actuados se advierte que a fojas quinientos seis y quinientos siete obran Poderes
fuera del Registro de fechas 18 de enero de 2003 y 19 de octubre de 2001, fechas
posteriores al Testamento de fecha 19 de marzo de 1998, mediante el cual don José
Ángel Vásquez Cárdenas otorga poder a doña Reina Herminia Cuadros Retamozo
de Vásquez a fin que pueda hacer el cobro de sus pensiones y/o todo derecho que
le corresponda con respecto a ello; en consecuencia, es manifiestamente
incongruente que por un lado señalen los demandantes que en el año 1998 el
causante era un incapaz para testar, y que sin embargo haya otorgado poderes
válidos en los años posteriores a favor de la propia demandante para que cobre su
pensión.
b) Infracción normativa del artículo 686 del Código Civil. Indica que el suponer
que el causante creía que era propietario de un bien ubicado en el distrito de
Santiago de Surco, no puede servir de sostén para convalidar el testamento materia
de nulidad.
567
2. En principio, debe señalarse que el recurso de casación civil tiene por fines
esenciales alcanzar la adecuada aplicación del derecho objetivo y la uniformidad
de la jurisprudencia nacional por la Corte Suprema de Justicia, conforme así lo
dispone el artículo 384 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley número
29364. Por ello la Corte Suprema, mediante el control de las decisiones
jurisdiccionales, debe evaluar si el Juez de mérito aplicó o no correctamente el
derecho.
568
frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones judiciales no se
encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en datos
objetivos que proporciona el ordenamiento jurídico o los que se deriven del caso.
7. En ese sentido, el artículo 686º del Código Civil, establece que: “Por el
testamento una persona puede disponer de sus bienes, total o parcialmente, para
después de su muerte, y ordenar su propia sucesión dentro de los límites de la ley
y con las formalidades que ésta señala”. El testamento es un acto de disposición
patrimonial mortis causa que opera mediante la institución de heredero o la
atribución de legado.
569
escritura pública de fecha 07 de febrero de 1996, obrante a fojas mil trescientos
setenta y siete, que los hijos de la demandante Juan José, José Antonio y José Ángel
Vásquez Cuadros, adquirieron el terreno con frente a la Calle A, lote 2 de la Mz
“C” Proyecto de Urbanización “Tradiciones de Monterrico”, Distrito de Santiago
de Surco- Lima, de un área de 296.50 metros cuadrados, de sus antiguos
propietarios Alejandro Cárdenas Obregón y esposa. 5.4. Sin embargo, la
transferencia antes referida, ha sido cuestionada por Filiberto Moisés Vásquez
Collado (hijo del causante), en un proceso de nulidad de acto jurídico, seguido
contra sus medios hermanos Juan José, José Antonio y José Ángel Vásquez
Cuadros, sosteniendo que dicha adquisición, ha sido simulada, pues los
compradores, a la fecha de la compraventa, no tenían la capacidad para adquirir
una propiedad de veintinueve mil dólares americanos, sino que realmente la
impugnante, pagó la totalidad del precio, con dinero del causante, producto de la
venta del predio ubicado “Vista Alegre”, Distrito de Surco. 5.5. Este proceso, de
nulidad de acto jurídico, terminó con sentencia, contenida en la Resolución N° 69
de fecha 13 de julio de 2010, obrante a fojas mil cuatrocientos setenta y ocho, la
misma que quedó confirmada, mediante Resolución N° 08-II de fecha 15 de julio
de 2011, de fojas mil cuatrocientos noventa, declarándose fundada la pretensión
de Filiberto Moisés Vásquez Collado, concluyendo ambas instancias, que la
accionante fue quien realmente compró el inmueble referido en el numeral 3), con
el dinero de la venta que realizó el causante de su propiedad ubicada en la
Urbanización “Vista Alegre”, Distrito de Surco, Provincia y Departamento de
Lima, en perjuicio de los demás herederos del causante José Ángel Vásquez
Cárdenas.
570
seguridad de la existencia del inmueble antes referido, pues conocía que dicho bien
había sido adquirido con la venta realizada de su predio “Vista Alegre”, lo cual
plasmó en la quinta cláusula de su testamento materia de nulidad.
V. DECISIÓN:
571
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL PERMANENTE
I. HECHOS
a) Su hijo es una persona incapaz que sufre de esquizofrenia y que debido a dicha
enfermedad no puede valerse por si mismo ya que se trata de persona
absolutamente incapaz.
572
III. SEGUNDA INSTANCIA
c) No está en discusión el acto jurídico celebrado por Edwin Chacca García con la
anterior propietaria Hortensia Nélida Chacca.
573
de casación, ello no ha ocurrido porque la declaración de interdicción fue efectuada
con fecha posterior a la suscripción de la compraventa, siendo también que Edwin
Thomas Chaca García realizó, antes del acto jurídico que se cuestiona, una
compraventa que no se cuestiona.
574
(fojas ciento diecinueve del expediente acompañado), quien evaluó a Edwin
Thomas Chacca García, indicó que el mismo “no es capaz de hacerse cargo de su
propia persona ni administrar sus bienes, ni firmar ningún documento”. 6. En tal
sentido pese a que la declaración de interdicción de Edwin Thomas Chacca García,
fue declarada con fecha posterior a la presentación de la demanda de este proceso,
no puede soslayarse que en aquel proceso se ha dado a conocer que la incapacidad
que éste presentaba es con fecha muy anterior al acto jurídico materia de nulidad,
comprobándose que Edwin Thomas Chacca García no poseía la capacidad de
discernir. 7. Debe indicarse aquí: (i) Que los medios probatorios evaluados forman
parte de un expediente judicial y en él se ha emitido sentencia que ha definido
históricamente determinados hechos y sus consecuencias jurídicas, por lo que
gozan de la calidad de cosa juzgada, en virtud de lo dispuesto en el artículo 123
del código procesal civil; (ii) Que los medios probatorios actuados en otros
procesos tienen eficacia probatoria, conforme lo dispone el artículo 240 del código
procesal civil; y (iii) Que en procesos de este tipo hay que recurrir a pruebas
indiciarias y que ello supone la existencia de: (i) un hecho conocido; (ii) un hecho
desconocido; y (iii) “una inferencia lógica por medio de la cual partiendo del hecho
conocido se logre con certeza o probabilidad, deducir el hecho que pretendíamos
conocer”. (iv) En el presente proceso, determinándose la enfermedad de Edwin
Thomas Chacca García y la antigüedad de sus lesiones, se puede colegir con
seguridad que al momento de suscribir la compraventa no podía discernir lo que le
convenía, a lo que además debe añadirse que, por propia declaración de la
demandada5, no le canceló lo adeudado a Chacca García, sino a su padre, Jacinto
Tomas Chacca Paja, lo que solo puede explicarse (en el contexto aquí explicado)
si consideraba que Edwin Thomas Chacca García era incapaz de recibir el pago.
Cabe agregar que aquí solo se examina esta declaración asimilada de la recurrente
y sus consecuencias para la demanda aquí entablada y no las obligaciones
subsecuentes que pudieran existir, lo que debe ventilarse en otro proceso.
575
5. Por último, la recurrente expresa que no se ha cuestionado el acto jurídico
celebrado entre el incapaz Edwin Thomas Chacca García con Hortensia Nélida
Chacca García (anterior propietaria del inmueble). Sobre tal tema debe indicarse
que ello no forma parte de la materia de debate y punto controvertido de este
proceso, pero además que no existe pretensión jurídica sobre tal punto, de forma
tal que no es posible emitir decisión al respecto.
V. DECISIÓN
576