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T. Waiz considera que la cultura determina los modos de pensar y relacionarse con los
demás y analiza también el otro sentido de la relación. El pensamiento incide en la cultura
generándola y preservándola. La Psicología Transcultural, podría considerarse la
culminación de esta línea de pensamiento sobre la relación entre mente y cultura.
Esta es la segunda tradición en el estudio de la relación entre mente y cultura. Está situado
en la “Rebelión romántica.” Critica de la primera su empirismo y defiende la necesidad de
utilizar métodos evolutivos o históricos. Critica también su defensa de la doctrina del
progreso y la perspectiva racionalista del hombre y de su evolución que esta implica.
Autores como G. Vico y J.G Herder notamos que comparten tres pilares básicos de sus
teorías, lo cual dejo una gran huella en la Psicología Cultural.
1) Ambos diferían radicalmente en la noción de cultura de la Ilustración. En la
ilustración de la noción de cultura se utilizaba en singular y la humanidad se
conceptualizaba como un todo indiferenciado, Vico y Herder asumen una idea de cultura en
plural que supieron concretar en la existencia de culturas específicas que denominaron
“Naciones” y “Pueblos”
2) Ambos critican al ideal de progreso en la humanidad. Se critica el implícito de que sea la
humanidad, entendida como un todo, que pasa por distintas etapas. Proponen como
alternativa que es cada una de las culturas especificas la que transcurre por sus distintos
momentos. El segundo implícito rechazado es la secuencia fija de etapas inalterables de la
evolución de la naturaleza humana.
3) La potencialidad que otorgaron al lenguaje como principal agente de los cambios de
valores y modos de pensamiento. Herder, al igual que Vico resalta la importancia del
lenguaje en dos partes: A) Le otorga la función de ser capaz de unificar el grupo o cultura al
ser el elemento más básico que comparte. B) Solo a través de él nos aseguramos la
comunicación entre individuos y la transmisión de formas de pensar, sentir, etc.
Existe otra dicotomía, la oposición entre las ciencias naturales y las culturales-históricas.
Berlín contrasta los supuestos de una y otra ciencia en relación a la naturaleza humana. Para
la ciencia natural: a) Cualquier pregunta real tiene una única respuesta verdadera, b) el
método para responder a los problemas es racional y aplicable universalmente, c) las
soluciones a los problemas son verdaderas universalmente. Para las ciencias histórico-
culturales: a) las respuestas a las preguntas reales dependen de los supuestos y los puntos de
vista particulares proporcionados por la cultura en cuestión. b) ´Tanto el método para llegar
a una respuesta como lo que constituye un problema o una respuesta son localmente
contingentes, no universales.
Se comienzan a encontrar propuestas para una psicología que incorpore ambas
cosmovisiones dentro de una única disciplina.
La propuesta de J.S. Mill llamada psicología dual defendía que los pensamientos, los
sentimientos y las acciones podían ser realmente objeto de estudio científico. (Era de
carácter dual) La psicología utilizaría la experimentación y la deducción para producir leyes
mentales elementales.
Esta segunda línea de pensamiento fue posteriormente desarrollada por el idealismo alemán
por el movimiento llamado Psicología de los Pueblos. Sus fundadores M. Lazarus y H.
Steinthal, utilizaron las ideas de Mill, junto con las de Von Humboldt, con el objetivo de
reconciliar las ciencias naturales y las culturales-históricas. Esta psicología se caracteriza
por poner en el centro de interés los aspectos sociales y culturales de la vida de los
individuos, en cuanto que responsables de la constitución psicológica de estos. Insiste en
estudiar las conductas, actividades y productos del grupo. La cultura tiene un papel central
como la fuerza productiva y unificadora del desarrollo histórico especifico de las diferentes
personas y la importancia del lenguaje como producto cultural.
Existen dos autores que influyeron aún más en la psicología de Lazarus y Steinthal. De
Herbart asumieron su insistencia en la determinación social de la constitución psicológica
del individuo, de Humboldt tomaron su defensa de la relación entre lenguaje, pensamiento
y la mentalidad de los pueblos. Al igual que Humboldt analizan la mente humana a través
del estudio de sus lenguajes. La relación entre lo individual y social en estos autores nos
recuerda mucho al a concepción de Vygotsky en la ley genética del desarrollo cultural.
Estos proponían que la cultura se relaciona muy estrechamente con el individuo por parte
del individuo al dotarle de conocimientos, sentimientos, valores, actitudes que el sujeto
aprende en su contexto social e histórico y hace suyas, por otro lado, es parte de su
contextos material e institucional en la medida que le da contenido, estructura y sentido a
los mismos. La cultura vive dentro y fuera del individuo.
Wundt también hizo mucho por su desarrollo. Trato de reconciliar ambas ciencias. Dilthey
entendía que, puesto que la psicología explicativa abarca solo una parte de la vida mental,
debe estar subordinada a un enfoque histórico-social que estudie a los individuos en
relación con sus sistemas y comunidades culturales. A esto lo llamo Psicología Descriptiva.
Wundt adopto la estrategia de Mill, creando dos psicologías apropiadas para los dos
órdenes implicados de realidad diferentes. Por una parte, la Psicología Fisiológica, el
estudio experimental de la experiencia inmediata, explica las leyes universales por las que
se combinan los elementos de la conciencia. Por otra parte una Psicología de los Pueblos,
debido a los métodos de la primera se hacía imposible el estudio de los procesos
psicológicos superiores, consideraba que estos tenían un fuerte carácter social y eran
influidos por la cultura. Wundt la llamo Volkerpsychologie y pensaba en entender como la
cultura penetra tanto en los procesos psicológicos colectivos como individuales,
transformándolos.
A partir de Wundt nuestra disciplina se caracteriza por una etapa en la que la cultura es
apartada de todo proyecto psicológico tomando el rumbo de su primera psicología. Si
examinamos cualquier manual introductorio actual podemos comprobar cómo se concede a
la cultura un papel menor.
En los años sesenta surge la denominada revolución cognitiva como reacción ante el tipo de
psicología dibujada por el conductismo radical. Con Bruner como su máximo impulsor,
pretendía instaurar el significado como objeto de estudio de la psicología, “Descubrir y
describir formalmente los significados que los seres humanos creaban a partir de sus
encuentros con el mundo y luego proponer hipótesis acerca de los procesos de construcción
de significado en que se basaban” Quiso también incluir a la cultura en el esquema general
de interpretación de la naturaleza psicológica del individuo.
Bruner se sitúa con aquellos que se preocupan por el hecho de que la transformación de la
psicología cognitiva en ciencia cognitiva deshumanice el concepto de mente que la misma
revolución había propuesto. 40 años después el resultado fue muy diferente:
Se produjo un cambio de unidad de análisis: La información en lugar del significado. Se
giró desde posiciones iniciales para las que la construcción del significado se situaba en el
centro del debate, a las que se preocupaban fundamentalmente del procesamiento de la
información. Por otra parte, cuando la cultura se convirtió en tema de investigación lo hizo
de forma investigación transcultural. En el marco del conductismo metodológico como
variable independiente.
Esta falta de unanimidad entre autores y perspectivas se constata en varios aspectos, aunque
especialmente en la idea de cultura y cognición y sus distintas posiciones sobre los
objetivos que la Psicología Culturas debe plantearse, las preguntas que debe responder los
métodos y las técnicas.
Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/799/79902303.pdf
Resumen
El presente artículo asume el postconflicto como una construcción social que en Colombia,
como proceso en marcha, supone una dinámica que requiere de unos elementos estratégicos
alternos para el balance entre las transformaciones socioculturales e institucionales que se
configuran durante la profundización y el fortalecimiento de la Paz.
Introducción
El proceso de postconflicto, abre el telón para una nueva escena que se espera guíe y
sostenga un estado de transición social, política, cultural y económica; posterior al análisis
del concepto se identifican, de acuerdo a la revisión de la literatura, los principales
componentes o “retos” del postconflicto.
El posconflicto
El concepto de Construcción de Paz incluye uno de los puntos clave o senda del
postconflicto, pero antes, es preciso identificarlo también como proceso institucional, que
desde el método “top down”, conserva algunas pautas interesantes al debate. Como lo
afirman Charbonneau, B y Parent, G. (2012) existe una amplia discusión acerca de los
enfoques “top-down” y “bottom-up” que se orientan en diferente dirección frente a la
preocupación por implementar el proceso de construcción de paz o “Peacebuilding”, pero
se ignora que ambos enfoques pueden aportar significativamente al proceso, y es lo que se
pretende exponer antes de abordar las sendas del postconflicto:
Es preciso aclarar que el modelo Top-down asume la implementación, de las decisiones del
Gobierno o políticas públicas, desde la administración pública, en la cual ésta se reconoce
como el principal actor y quien ejecuta las decisiones públicas, del centro a la periferia, no
permite delimitar cambios en la política o procesos de aprendizaje, utilizada en los países
en vía de desarrollo “donde no hay canales suficientes de participación y la sociedad civil
está poco organizada.
María Lucía Méndez (2011) sostiene que a finales de los años 90´s en Suráfrica, el tema de
la Reconciliación Social, a nivel global toma auge, por los procesos de post-apartheid que
promovieron el reconocimiento de los Derechos Humanos para los grupos poblacionales y
pueblos tribales que reclamaban la visibilizarían de sus necesidades y por lo tanto el
reconocimiento político y cultural que por años fue ignorado.
Méndez (2011) sostiene que en Colombia, desde el gobierno del expresidente Virgilio
Barco (1986- 1990), el tema de la Reconciliación se ha puesto en la agenda pública. Los
gobiernos que le sucedieron, se han caracterizado por introducir en el discurso y en los
planes de gobierno, las bondades de la reconciliación pero sin evidenciar avances
importantes en el tema del postconflicto.
Fals Borda identifica como integrantes de la raza cósmica a las negritudes, a los indígenas,
a los campesinos principalmente, en quienes se forjó la idiosincrasia y la mestiza identidad
nacional. Se definen como aportes de la raza cósmica por ejemplo, el valor anti señorial
constituido actualmente por quienes defienden la dignidad política y personal desde los
gobiernos locales o comunales, por otra parte, también el valor de los colonos o campesinos
que huyeron de la guerra para construir una autóctona cultura de paz habitando zonas de
frontera agrícola, por último el valor de las comunidades étnicas aportando el significado
endógeno de la colectividad, la relevancia del entorno comunitario, la filantropía, el
altruismo, el ecologismo, la libertad, la dignidad política y administrativa como la
autonomía, la auto-organización, el autogobierno y principalmente, para éste tema en
cuestión: la convivencia pacífica.
La reconciliación debe afianzar la creencia en las capacidades de las personas. Según Max-
Neef (1986), las capacidades o habilidades de las personas se fomentan cuando se destinan
a la defensa de sus necesidades (axiológicas y existenciales) y a la realización de sus
libertades; para el autor es imprescindible que las personas vivan sus necesidades: de ser,
tener, hacer y estar, y axiológicas: de subsistencia, protección, afecto, entendimiento,
participación, ocio, creación, identidad y libertad.
Charles Villa-Vicencio (2006) concluye que se trata de la creación de una relación ética
para abordar los conflictos destinando a la justicia retributiva gran relevancia como:
Esta senda prioriza la necesidad de una estabilidad política que se estructure a partir del
proceso de transición hacia el postconflicto y de acuerdo a ello a partir de un diseño
institucional que abarca la construcción de la redacción constitucional, la ingeniería de
sistemas electorales, la implementación de mecanismos de representación y participación,
la cesión de autonomías y la composición de los poderes del Estado. Una de esas
condiciones para el afianzamiento de cesión de autonomías, la armonización de los poderes
del Estado e incluso el fortalecimiento de los mecanismos de representación, considero, es
la descentralización, pero orientada al aumento de capacidades políticas en las denominadas
“entidades subnacionales excluidas” que se detallan más adelante.
La Reconciliación Social, por lo tanto, requiere que las entidades subnacionales así como
el sistema de partidos, figuren en dicho proceso como “buenos componedores” o garantes
de su reinserción, con nuevas oportunidades para no caer en la pobreza y exclusión
generadas, entre otras causas, por la desintegración regional, y que podrían arrojar al
individuo, posiblemente, a vincularse nuevamente a grupos armados, como única opción de
sustento e incluso de “arraigo”.
Así, las privaciones en una sociedad o región se entienden como una privación en el
sistema político, en sus partidos mismos. Se, analiza que es necesario comparar las
situaciones de pobreza y desigualdad teniendo en cuenta las particularidades de cada región
y país para definir las privaciones más representativas que deben superarse; y el sistema
político y sus partidos deben contemplar como esencial en su agenda este ejercicio práctico
con el fin de proveer eficacia, eficiencia y efectividad en sus acciones políticas, más aún en
los espacios sub-nacionales donde la descentralización les aporta herramientas que
optimizarán sus capacidades, capacidades por ejemplo, en la toma de decisiones frente a
políticas públicas en torno al postconflicto.
Fals Borda propone frente a esta problemática, crear una república regional unitaria, una
unión de regiones, basadas en las ETIS, la provincia y la región, extinguir la figura del
departamento el cual, hasta el momento, es el principal escenario de acción para ejercer la
descentralización como la participación política de los partidos y los movimientos.
Fortaleciendo las regiones históricas geográficas, la participación de los partidos y el
accionar de las instituciones promoverán a formar sujetos capaces de reconocer sus
potencialidades y valores para proyectarlos en procesos realmente transformadores.
Las debilidades del sistema político para representar algunos sectores sociales, y su
incapacidad para atender a sus demandas, son a su vez causas próximas/institucionales y
sistémicas/estructurales. Además de la evidente conexión entre la disponibilidad de
recursos ilegales y persistencia de grupos armados en el país, se identifica también
sugerida, una conexión entre debilidad de la democracia y violencia: la histórica
desconexión del sistema político por parte de importantes sectores de la población
colombiana –o su relacionamiento por vías ilegales y redes clientelistas y de cooptación–, y
la incapacidad institucional para promover bienestar y seguridad material contribuyen a la
continuación del conflicto.
Conclusión
Recuperado: http://hemeroteca.unad.edu.co/index.php/desbordes/article/view/1867/2082