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(1997) pudo seguir la huella escrita de la ense- propios recuerdos escolares. Al reencontrar la
ñanza de la Moral, que se estableció antes de infancia de nuestros antepasados, admiramos
1900, pero que retrocedió entre las dos guerras las hermosas escrituras hechas con la pluma y
y desapareció de los cuadernos mucho antes de leemos con nostalgia enunciados morales co-
extinguirse de los programas escolares. piados con aplicación, tales como “El trabajo 7
bien hecho hace feliz”, “Un bien mal adquirido practicado nosotros mismos de una forma idén-
no da nunca provecho” o “Una buena intención tica o muy próxima. A partir de este reconoci-
sin acción es un hermoso árbol sin frutos” (véa- miento, vuelven a nuestra memoria un número
se la Figura 1). considerable de informaciones implícitas sobre
la actividad, su desarrollo y los recuerdos perso-
nales, muy diversos según se trate de un ejerci-
cio temido o apreciado. Debemos, sin embargo,
tener en cuenta que los ejercicios que los niños
de alrededor de 10 años practicaban a principios
del siglo XX en clase no tenían entonces la fina-
lidad o el valor que tienen hoy en día.
Por el contrario, ciertos ejercicios nos resul-
tan extraños al compararlos con nuestra expe-
riencia escolar actual y solo vemos en ellos su
carácter arcaico y arbitrario: líneas de palitos o
de redondeles, problemas de grifos llenando re-
cipientes, presentación de facturas o dibujos ar-
tísticos. Entre estas dos situaciones extremas se
despliega todo un abanico de ejercicios más o
menos distantes de los que se practican en la ac-
tualidad (véase la Figura 2).
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rios que apuntaban a consolidar ciertos “saber a veces largo (una página o más). En el cuader-
hacer” (y dentro de ellos también el saber leer, no observamos igualmente cómo Emile copia
escribir y contar) y ejercicios destinados a la ad- también otros textos en otros momentos de la
quisición de conocimientos científicos, por clase, que corresponden a las diferentes mate-
otro. rias enseñadas, entre ellas Historia, Economía 11
doméstica y Agricultura. Aparecen copiados in- comunicación de los alumnos era todavía, a me-
cluso textos de autores reconocidos, como uno nudo, un dialecto o patois.
de Buffon sobre el avestruz u otro del historia-
dor Augustin Thierry en el que se describe una
comida de los galos. Eso sí, estos textos de au- 3.3.Textos redactados
tor son mucho menos frecuentes que los textos
anónimos, por lo general resúmenes de leccio- Los ejercicios que conducían al alumno a redac-
nes que Emile debía aprenderse. tar un texto se inscribían en la continuidad de
esos modelos. El alumno debía escribir apoyán-
Otro ejemplo de estos ejercicios de copia lo
dose en un texto que era, a la vez, repertorio de
podemos encontrar en el cuaderno consagrado
informaciones y modelo de estilo (véase la Fi-
a la Moral de la alumna Marie Combès, ya ci-
gura 6). El tema ofrecía una trama que el alum-
tado, que tiene cerca de 100 páginas. La niña
no tenía que seguir y desarrollar. Tomemos al-
copiaba en orden los capítulos de un manual;
gunos ejemplos:
aparecían así dos o tres textos por semana: de-
beres hacia la familia, hacia la escuela, hacia la 1. Tarea de redacción: Necesidad del traba-
patria, etc. El maestro podía preguntar al alum- jo. El trabajo manual y el trabajo inte-
no sobre el contenido de los textos copiados, lectual. Dignidad del trabajo bajo todas
pero el ejercicio tenía como finalidad última el sus formas.
aprendizaje de un “saber escribir” sin errores
2. Tarea de estilo: La bandera de Francia.
ortográficos y sin olvidar ninguna de las pala-
Los emblemas de nuestro país. La bande-
bras que debían ser copiadas.
ra tricolor: su origen, su historia, los
sentimientos que inspira.
3.2. Textos dictados 3. Tarea de estilo: Una guerra desastrosa.
Decir cuáles son las guerras que Fran-
Lucien Boucherie (14 años, 1898) era un alum- cia emprendió bajo el reinado de Luis
no de curso medio de un pueblo del Sudoeste de XV. Cuál de esas guerras fue desastrosa
Francia. Prácticamente cada día, el maestro dic- para Francia y cuáles fueron sus conse-
taba a la clase un texto de una página o más de cuencias.
extensión. Los textos elegidos para los dictados 4. Tarea de estilo: La imprenta. Decir en
se referían a materias como Geografía, Historia qué época tuvo lugar el descubrimiento
o Ciencias Naturales, así como con la instruc- de la imprenta y cuáles han sido sus ven-
ción cívica, moral y patriótica. Eran textos anó- tajas para los hombres.
nimos o de autores canónicos. Por ejemplo, en
una de las páginas aparece un dictado de un tex-
to de Michelet, por el que el alumno aprende En algunos casos, se trataba simplemente de
que la Revolución es el acontecimiento funda- “recitar” por escrito la lección que los alumnos
dor de la historia de Francia: “Al invitar al cam- ya conocían de memoria. En otros casos, a la
pesino a la adquisición de los bienes nacionales, escritura había precedido una lección durante la
al vincularlo con la tierra, la Revolución de cual el maestro había dado las informaciones
1789 pasó a ser sólida, durable, eterna”. La fi- necesarias que los alumnos debían memorizar y
nalidad del dictado no era (o no era exclusiva- escribir después aplicando un buen francés en
mente) el cuidado ortográfico, sino también la su composición. Al leer los cuadernos es fácil
iniciación a una cultura escrita a la vez instruc- distinguir de cuál de estas dos situaciones par-
tiva y “literaria”. Independientemente de que el tían los alumnos al iniciar su redacción: cuando
alumno copiara directamente de un libro o es- el alumno debía escribir por sí mismo las infor-
cribiera al dictado lo que leía el maestro en voz maciones escuchadas, pero no leídas, aparecen
alta, se trataba siempre de memorizar el conte-
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nos próximas al texto “literal” que previamente critura recurre a un código específico, cuyo fun-
habían tenido que memorizar (Chartier, 2007). cionamiento se adquiere en diversas etapas, co-
Todas estas versiones eran aceptables si eran mo lo han demostrado los psicólogos. También
exactas en el contenido y gramaticalmente co- es cierto que las situaciones de interlocución,
rrectas. Los alumnos descubrían así que el cara a cara, se diferencian de las situaciones de 13
lectura o de escritura, pues estas separan al autor como se refleja en los cuadernos escolares ana-
de los destinatarios. Sin embargo, entre una len- lizados. Veamos algunos ejemplos.
gua oral y la misma lengua escrita, hay mucha
más proximidad que entre una lengua materna y
una lengua extranjera. Por lo tanto, parece aho- Primer ejemplo: antes de 1914
ra imposible que los alumnos adquieran el do- ¿Qué es lo que encontramos en los cuadernos
minio de lo escrito sin apoyarse sobre lo que escolares antes de 1914? La mayor parte de los
ellos saben y quieren decir. Estas evidencias temas que implican al redactor solo lo hacen de
son recientes y están muy alejadas de las con- manera formal: “Cuenta, sin nombrar al autor,
cepciones que prevalecían en los comienzos del un acto de egoísmo del cual hayas sido testigo”;
siglo XX. La escritura que observamos en los “Cuenta un acto de caridad del cual hayas sido
cuadernos escolares no se apoya en la palabra testigo”; “Jules escribe a su hermano que ha si-
viva de la lengua cotidiana, sino al revés, la ora- do incorporado al ejército. ¿Qué le dice?”; o
lidad escolar se apoya en la escritura. “Haz el retrato de un niño bien educado y de un
buen alumno que conozcas” (ejemplos tomados
de varios cuadernos escolares de Lucien Bou-
4.2. La evolución de la redacción: cherie, 1892, 1893 y 1895),
¿cómo escribir la experiencia?
En todos estos temas, la consigna “cuenta”
ha sido interpretada de inmediato como “imagi-
Podemos centrarnos en la evolución de la re-
na” o “inventa”. Leyendo las observaciones de
dacción y sus contenidos a lo largo del siglo XX
los maestros, resulta evidente que el objetivo no
(Dancel, 2001). Junto a los textos en los que el
era la expresión singular de una experiencia. El
alumno debía “restituir” los conocimientos que
alumno debía simplemente mostrar que era ca-
había aprendido aparecieron temas que este de-
paz de escribir un texto en primera persona, me-
bía tratar apoyándose en saberes referidos a su
diante la narración de una verdad o de un valor
propia experiencia. Los títulos de esos temas
admitido por todos (condena del vicio y elogio
adoptaron formulaciones que implicaban una
de la virtud, relaciones fraternas ideales, retrato
mirada subjetiva, tales como “He asistido a...”,
de la buena conducta escolar, etc.). El “yo” de la
“Escribe a un amigo para contarle...” o “Lo que
escritura no era, de ningún modo el del testigo,
me ha pasado en…”.
sino un “yo” universal, abstracto. Así, la escri-
Pero no todos los temas que podrían ser ob- tura de experiencia era tratada sobre el modelo
jeto de escritura en la clase eran bienvenidos: de los saberes escolares habituales, como si se
era menester evitar aquellos asuntos que pudie- tratara de un relato histórico o literario.
ran molestar a las familias o que llevaran a los
alumnos a exponer determinadas conductas u
opiniones impropias para la neutralidad de la Segundo ejemplo: hacia 1930
institución. Así ni la religión, ni la política, ni los La escuela se transformó después de la Primera
testimonios demasiado personales sobre la vida Guerra Mundial bajo la influencia de las nuevas
y las costumbres podían entrar en el repertorio teorías pedagógicas: los maestros aprendieron a
de los tópicos aceptables. Se podía, eso sí, ha- vincular mejor la escritura y la experiencia, lo
blar de la escuela, de los compañeros, de los jue- oral y lo escrito. Por ejemplo, en 1930, todos los
gos, es decir, de la vida cotidiana escolar. Estos alumnos de una clase vieron por primera vez un
temas no parecen referirse a los “saberes de es- avión volando sobre el pueblo y la maestra
critura”, sino a los “saberes de la experiencia”. aprovechó la ocasión para transformar el acon-
Todos los alumnos, buenos o malos, tendrían en- tecimiento en ejercicio escolar. Una niña de 12
tonces algo que escribir, ya que les bastaría con años, de nombre Denise, contó así en su cuader-
apoyarse en su experiencia para encontrar el no esta “experiencia real”, que mezclaba el re-
contenido y en su lengua oral cotidiana para ex- cuerdo (ella estaba en el jardín con su madre), la
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presar y comunicar tales experiencias y transfor- descripción de visu (“En el fuselaje alargado
marlas en textos escolares. Esta concepción, que distingo muy bien a las personas que están en
ha sido defendida por Célestin Freinet con el las ventanas del avión, veo las ruedas porque no
concepto del “texto libre”, entra totalmente en está muy alto”) y la opinión personal, que sirve
14 contradicción con la pedagogía de lo escrito, tal de conclusión (“Yo no quisiera viajar en
avión”). Podemos ver, con cierto asombro, las Tercer ejemplo: alrededor de 1960
expresiones y el léxico que la niña ha utilizado
en su redacción (“trueno”, “alas”, “fuselaje”, Todavía en 1960 predomina este modelo. Jean-
“ruedas”, “la hélice da vueltas como las aspas de Paul tenía 7 años cuando describió en diez lí-
un molino”, “rapidez prodigiosa”, “un gran pája- neas un picnic familiar bajo el título “A orillas
ro con las alas rígidas”). Sin embargo, sabemos del río en verano” (véase la Figura 7):
que estas palabras o expresiones no fueron fruto Hoy es domingo, toda la familia va de paseo a
de la espontaneidad de la niña, sino que fueron orillas del río. Mamá remienda una servilleta,
escritas por la maestra durante el trabajo previo Bébé tira del hilo de la bobina, Papá pesca, un
al ejercicio de redacción individual que sobre el pez muerde, Papá tira rápido la red, Monique
tema realizó con toda la clase (Dancel, 2001). mira el pez que ha sacado de la canasta y lo ad-
mira. Luego harán una comida cerca del agua.
Entonces ¿hay que considerar esta ayuda Han traído una gran canasta. ¡Qué lindo día
como un molde que limita la expresión personal pasaron los niños! (Cuaderno escolar de Jean-
del alumno y le conduce a una escritura estereo- Paul T. Savoie, Francia, 23 de junio de 1963).
tipada? O bien, por el contrario, ¿hay que con- Leyendo este texto podría pensarse que es el
siderar esta ayuda como un recurso necesario relato de una experiencia personal. Pero no es el
sin el cual muchos niños no serían capaces de caso. En efecto, la maestra pegó sobre el pizarrón
escribir casi nada? En el caso del cuaderno de una gran imagen representando un picnic. Des-
Denise encontramos algo excepcional: la maes- pués de un momento de conversación espontá-
tra ha dictado a los alumnos varias conclusiones nea, en el que todos los alumnos participaron des-
para mostrar que hay diversos puntos de vista cribiendo y comentando la imagen, la maestra les
aceptables, que han sido copiadas por todos: pidió que formularan oralmente frases correctas y
1) Yo no quisiera ir en avión porque los periódi- que luego cada uno compusiera un borrador de su
cos dicen que muchos se incendian, que otros texto completo. Jean-Paul tuvo siete errores orto-
caen al agua o se estrellan en tierra porque gráficos, pero entendió perfectamente las reglas
no tienen gasolina. de la composición, un género literario donde el
alumno debe describir la escena como si él mis-
2) Envidio a los que están en el avión. Deben
mo fuese unos de sus protagonistas. Nada falta en
gozar de un hermoso espectáculo y, además,
es posible ir muy lejos y conocer muchos paí-
este texto para que parezca el relato de una expe-
ses. ¡Pero esta máquina debe ser terrible du- riencia personal, ni siquiera el nombre atribuido a
rante una guerra! la niña (que es el de su hermana), ni la conclusión
bajo forma de exclamación gozosa.
3) Admiro a esos hombres que el gran pájaro
lleva hacia lo desconocido.
(Dancel, 2001: 113-114)
◗
Figura 8: El cuaderno
de una maestra. 1962.
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jaba en absoluto lugar para la expresión y la co- “saberes de escritura” no sirve prioritariamente
municación oral y escrita, en el sentido defini- para expresarse ni para comunicarse, sino para
do diez años después por las instrucciones ofi- representar el mundo. Esta función de repre-
ciales. sentación se efectúa, en una primera etapa, me-
diante las disciplinas científicas. Hay que com-
prenderlas y aprenderlas. Se efectúa también,
5. Conclusión: cultura en una segunda etapa, mediante las ficciones li-
escrita-cultura oral en la escuela terarias que enuncian los valores y el sentido de
las experiencias, de las relaciones y de las con-
¿Qué debemos entender, entonces, por “cultura ductas. Hay que entenderlas, pero, al igual que
escrita escolar”? Al final de este rápido recorri- con los conocimientos científicos, hay también
do por los cuadernos franceses creo que es ne- que aprenderlas, ya que los niños no las ad-
cesario definir más rigurosamente lo que llama- quieren por medio de sus experiencias familia-
mos “cultura oral”, “cultura escrita” y “cultura res, como es el caso de las familias burguesas
escolar”. cultas.
La oralidad escolar trata de hacer escuchar a
los niños de las escuelas públicas la lengua es-
5.1. Primera observación crita que ellos no conocen, los contenidos de los
saberes y las formas lingüísticas de lo escrito
Los contenidos de la cultura escolar se transfor- que ellos ignoran. La lectura en voz alta es un
man a lo largo del tiempo, lo que modifica la je- dispositivo esencial de este aprendizaje. No po-
rarquía de los saberes y las prácticas de escritu- demos entonces considerar como parte de la
ra. Esta evolución no es fácil de vislumbrar en cultura oral todo lo que tiene que ver con el ha-
los textos ni en los programas oficiales, pero sí bla efectiva. Hay formas específicas de la orali-
es perfectamente visible en los cuadernos. Al- dad que pertenecen esencialmente a la cultura
gunas materias están omnipresentes en los cua- escrita. Esto es evidente en el caso de la cultura
dernos de 1900: la Moral, la Historia, la Geo- escrita académica, donde la conferencia, la cla-
grafía o las Ciencias, por ejemplo. Todas ellas se magistral, los seminarios o los coloquios so-
aparecen en textos copiados, dictados o redacta- lo tienen sentido en relación con los libros, los
dos. Después de la Primera Guerra Mundial, artículos y los textos de los cuales hablan. Pero
gracias a la aparición de un aprendizaje focali- también es el caso de la escuela popular, aunque
zado en la lengua francesa, los ejercicios de las pedagogías de la expresión y de la comuni-
Gramática y de conjugación ocuparon cada vez cación nos hayan llevado a olvidarlo o a subes-
más espacio en las páginas de los cuadernos. timarlo.
Las copias o los dictados de textos instructivos
desaparecieron y los textos leídos o dictados
eran, en su mayoría, descripciones realistas o
relatos de experiencias extraídos de textos lite- 5.3. Tercera observación
rarios. Los temas sobre los cuales los alumnos
debían escribir siguen la misma evolución. Por Después de todo, hay que interrogarse sobre la
medio de los textos que hay que leer y escribir, desaparición de este modelo a partir de 1960, en
la escuela primaria quiere hacer adquirir a los una coyuntura donde todo el mundo occidental
niños del pueblo una cultura general más litera- se urbanizó, donde la escolaridad se hizo exten-
ria y no solo saberes instructivos bien memori- siva a todos, donde lo escrito, omnipresente en
zados. el mundo social (libros de bolsillo, periódicos,
revistas, etc.) compitió con las nuevas tecnolo-
gías de la comunicación audiovisual. Con la te-
5.2. Segunda observación levisión, la escritura dejó de tener el monopolio
LECTURA Y VIDA